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Informe CSIC AHN - Vecinos por Torrelodones

Informe CSIC AHN - Vecinos por Torrelodones

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CONSEJO SUPERIOR<br />

DE INVESTIGACIONES<br />

CIENTÍFICAS<br />

Museo Nacional de Ciencias<br />

Naturales


CONSEJO SUPERIOR<br />

DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS<br />

Museo Nacional de Ciencias Naturales<br />

<strong>Informe</strong> ambiental sobre el Área Homogénea Norte de <strong>Torrelodones</strong><br />

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<strong>Informe</strong> ambiental sobre el Área Homogénea Norte de <strong>Torrelodones</strong><br />

INFORME Y DICTAMEN AMBIENTAL SOBRE EL<br />

ÁREA HOMOGÉNEA NORTE DE TORRELODONES<br />

El presente informe ha sido dirigido <strong>por</strong><br />

Dr. Mario García Paris<br />

del Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva, del Museo Nacional de Ciencias Naturales<br />

(<strong>CSIC</strong>), y en él han participado también los siguientes miembros el mismo departamento:<br />

Dr. Miguel A. Alonso Zarazaga<br />

Dr. Ignacio De la Riva De la Viña<br />

Dra. Annie Machordom Barbé<br />

Dr. Jorge J. Miguel Lobo<br />

Dr. José Luis Nieves Aldrey<br />

Dr. José Luis Velasco Díaz<br />

con la colaboración de<br />

Dr. Pablo Vargas Gómez, del Real Jardín Botánico de Madrid (<strong>CSIC</strong>) y<br />

Dr. Jaime Roset Álvarez, de Terranatur.es<br />

Fotografias de Johan Berghs, Mª Jesús Celaya, Manuel Gómez<br />

y Jaime Roset.<br />

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INTRODUCCIÓN<br />

l término municipal de <strong>Torrelodones</strong> se encuentra situado al noroeste de<br />

E<br />

la Comunidad de Madrid y al sureste de la sierra de Hoyo de Manzanares.<br />

El río Guadarrama constituye el límite oeste y suroeste y el arroyo<br />

Carboneros demarca parte del límite norte. Posee un relieve relativamente<br />

suave, con altitudes medias entre 800 y 900 m. A pesar de la alta tasa de<br />

asentamientos humanos, conserva todavía valiosas zonas verdes, que constituyen<br />

un patrimonio ambiental de gran valor, añadido a su ubicación entre los espacios<br />

protegidos del Monte del Pardo y de los Parques Regionales de la Cuenca Alta<br />

del Manzanares y del Río Guadarrama.<br />

Uno de los espacios verdes más singulares y de mayor valor dentro del<br />

área urbana es la zona conocida como Área Homogénea Norte (en adelante<br />

<strong>AHN</strong>), situada en el entorno de Los Peñascales, al sur del municipio. Abarca una<br />

superficie cercana a las 130 Has y su altitud media se sitúa en torno a los 800 m<br />

(altitud máxima de 869 m, próxima a la carretera de <strong>Torrelodones</strong> a El Pardo, y<br />

mínima de 734 m, cerca del embalse de Los Peñascales en su vértice este). El área<br />

se encuadra en la cuenca del río Manzanares, tributario a su vez del Tajo. La<br />

zona se encuentra drenada <strong>por</strong> varios arroyos tributarios del Arroyo de La Trofa,<br />

que desemboca en el río Manzanares, aguas abajo del embalse de El Pardo, ya en<br />

el término municipal de Madrid.<br />

El área se subdivide a su vez en dos zonas <strong>por</strong> la Avenida de los<br />

Peñascales. La parte norte del ámbito comprende 41,6 Has, se extiende desde la<br />

carretera de El Pardo hasta dicha Avenida y se conoce con el nombre de Prado de<br />

las Minas. La zona sur del ámbito comprende 86,5 Has, queda delimitada entre<br />

el campo de fútbol, el cementerio, la Avenida de los Peñascales y la autovía N-VI<br />

y sus parajes se conocen como Prado de la Solana, las Caballerizas y el Enebral.<br />

Monte amenazado de <strong>Torrelodones</strong> (<strong>AHN</strong>). Puede observarse que se trata de la continuidad natural del Monte de El Pardo.


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<strong>Informe</strong> ambiental sobre el Área Homogénea Norte de <strong>Torrelodones</strong><br />

El conjunto del ámbito se encuentra comprendido entre las cota<br />

altimétrica máxima de 869 m, en la zona colindante con la carretera de<br />

<strong>Torrelodones</strong> a El Pardo, y la cota mínima de 734 m que coincide con en el<br />

vértice sureste del mismo, vía de comunicación con la zona verde que da acceso<br />

al embalse de Los Peñascales. En la parte norte del ámbito la topografía se mueve<br />

entre las cotas 835-868 m, en tanto que en la parte sur las cotas altimétricas<br />

quedan comprendidas entre 734 y 835 m. Por tanto, el área sur presenta<br />

mayores desniveles en comparación con la parte norte.<br />

Imponente ejemplar de alcornoque<br />

(Quercus suber).<br />

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FIGURAS DE PROTECCIÓN<br />

El <strong>AHN</strong> goza de las siguientes figuras de protección de nivel internacional,<br />

autonómico y municipal:<br />

- A nivel municipal:<br />

El <strong>AHN</strong> está clasificado de como Suelo No Urbanizable Protegido / zona P<br />

(Resolución del 29 de mayo de 2003 <strong>por</strong> la que se produce la aprobación<br />

definitiva de las Normas Subsidiarias de <strong>Torrelodones</strong> sobre el <strong>AHN</strong>).<br />

- A nivel autonómico:<br />

Los terrenos del <strong>AHN</strong> pertenecen al Parque Regional de la Cuenca<br />

Alta del Manzanares.<br />

- A nivel europeo:<br />

El <strong>AHN</strong> se encuentra situada dentro del LIC Cuenca del río Manzanares (Lugar<br />

de Interés Comunitario ES31100004 de la Red Natura 2000, Directiva<br />

92/43/CEE relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la flora y<br />

fauna silvestres, conocida como Directiva Habitats). La lista de LICs<br />

correspondientes a la región mediterránea fue definitivamente aprobada <strong>por</strong><br />

Decisión de la CEE el 19 de julio de 2006 (de conformidad con el artículo 4,<br />

apartado 2, párrafo tercero de la Directiva mencionada).<br />

Encinar adehesado, jara pringosa y<br />

pastizal mediterráneo en primavera.<br />

Orquídea silvestre (Orchis mascula)<br />

- A nivel de la UNESCO:<br />

Asimismo, el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, en el<br />

que se encuadra el <strong>AHN</strong>, está declarado Reserva de la Biosfera <strong>por</strong> la<br />

UNESCO.<br />

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OBJETIVOS<br />

El presente informe persigue como objetivo hacer una valoración y<br />

dictamen de tipo global del valor ambiental de la zona de estudio (<strong>AHN</strong>). A su<br />

vez, se incluye un análisis crítico de la propuesta de revisión y adaptación de las<br />

NNSS municipales en dicha zona y en especial del estudio de incidencia<br />

ambiental que acompaña tal propuesta. Dada la especialización del equipo que<br />

ha elaborado el presente informe en los temas relacionados con la biodiversidad y<br />

la conservación, no se entra a valorar otros aspectos, como pudieran ser los de<br />

planificación territorial o infraestructuras, así como los de tipo legal, que deben<br />

ser abordados <strong>por</strong> los correspondientes profesionales en estos campos. De igual<br />

modo, aunque son evidentes los enormes valores estéticos y sociales, la pérdida<br />

de estos elementos de primer orden no será tampoco evaluada aquí. Por tanto,<br />

este informe tiene como único objetivo evaluar el valor ambiental de la zona<br />

objeto del trabajo y de los efectos que pudieran derivarse sobre el mismo <strong>por</strong> la<br />

actuación planteada <strong>por</strong> el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de<br />

<strong>Torrelodones</strong>.<br />

GEOMORFOLOGÍA, GEOLOGÍA Y<br />

CLIMA<br />

El <strong>AHN</strong> se encuentra justo a la margen derecha de la N-VI a la altura de<br />

lo que se denomina la Cuesta de <strong>Torrelodones</strong>, que da paso de la unidad<br />

geomorfológica denominada Alta Campiña al paisaje granítico propio de la<br />

Sierra de Guadarrama, <strong>por</strong> lo que el relieve aquí comienza a hacerse más acusado<br />

y el terreno en cuestión es topográficamente bastante sinuoso.<br />

Desde un punto de vista geológico, la mencionada cuesta de<br />

<strong>Torrelodones</strong> se corresponde con lo que se denomina rampa arcósica de la Sierra<br />

de Guadarama. En ella se superponen los efectos de las orogenias Hercínica y<br />

Alpina. La primera, más antigua, se manifiesta en los fenómenos ígneos que<br />

dieron lugar a la formación de los granitos y da lugar a la fractura del basamento<br />

en bloques. La segunda es la responsable del levantamiento del Sistema Central<br />

durante el Neógeno (Terciario superior). Destaca la presencia de la conocida falla<br />

de <strong>Torrelodones</strong>, que es la que da lugar a la ya mencionada cuesta del mismo<br />

nombre y que constituye el límite sur geológico del Sistema Central.<br />

Desde el punto de vista litológico los materiales fundamentales son los<br />

graníticos paleozoicos que constituyen la mayor parte de la Sierra del<br />

Guadarrama y en menor medida depósitos de Era Terciaria que rellenan la<br />

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cuenca sedimentaria del Tajo, también llamada cuenca de Madrid. Sobre estos<br />

materiales se desarrollan formaciones superficiales de carácter aluvial, coluvial y<br />

eluvial. Los grupos litológicos diferenciados son los siguientes:<br />

- Granitos: Constituyen el sustrato básico de la zona de estudio. Pertenecen a la<br />

categoría litológica de adamelitas y granitos biolíticos de grano medio a grueso.<br />

Presentan un grado variable de alteración, dando lugar muchas veces a suelos<br />

arenosos de alteración, de tipo eluvial, también conocidos como “jabres”, que<br />

pueden aparecer atravesados <strong>por</strong> filones de cuarzo.<br />

Bloques y cantos de granitos y gneises: Rodean el conjunto granítico en el borde<br />

de cuenca de Madrid y van cambiando progresivamente a la unidad anterior.<br />

- Aluviales y coluviales: Son formaciones superficiales con trans<strong>por</strong>te y depósito<br />

que presentan escaso desarrollo en la zona. Únicamente aparecen algunos<br />

aluviales estrechos en el fondo de vaguada y coluviones de escaso espesor en<br />

zonas de ladera, ambos de naturaleza arenosa con cantos.<br />

- Eluviales: Estos materiales son abundantes en las zonas de sustrato granítico. Se<br />

trata de suelos de alteración in situ del granito infrayaciente.<br />

- Rellenos artificiales: existen antiguos rellenos artificiales y echadizos en el<br />

margen de la autovía procedentes de las obras derivadas del trazado de la actual<br />

vía de servicio y de las sucesivas obras de ampliación.<br />

En cuanto a la geomorfología, la zona de estudio está constituida <strong>por</strong><br />

superficies tipo piedemonte (del tipo rampa), desarrolladas en las inmediaciones<br />

de la Sierra de Guadarrama <strong>por</strong> erosión directa sobre los afloramientos<br />

graníticos. Sobre esta rampa tiene lugar un modelado fluvial, dando lugar a la<br />

formación de vertientes suaves, ocasionalmente cubiertas <strong>por</strong> coluviones.<br />

En lo que se refiere a la hidrología, la zona se encuentra en la divisoria de<br />

aguas entre las cuencas del Guadarrama y Manzanares, vertiendo a esta última y<br />

con una pendiente constante que se corresponde con la cuesta de <strong>Torrelodones</strong>.<br />

Existen en la zona pequeños arroyos de carácter tem<strong>por</strong>al. El Arroyo de la Mina,<br />

que entra en la zona desde la urbanización de las Rozuelas y atraviesa la parte<br />

norte del ámbito, yendo a desembocar a al mismo lago de los Peñascales. El<br />

principal arroyo de la zona sur es el de La Solana, que se forma en las<br />

inmediaciones del cementerio y discurre hasta el extremo de la zona. En su<br />

recorrido recibe la escorrentía del Arroyo del Pretil y del Vialejo y continúa hasta<br />

desembocar en el Arroyo de la Trofa, tributario del Manzanares en el Monte de<br />

El Pardo.<br />

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El macroclima general de la zona presenta características típicas de un<br />

clima mediterráneo continental, influenciado <strong>por</strong> la cercanía de las zonas<br />

montanas de la Sierra del Guadarrama y <strong>por</strong> una cierta mediterraneidad, que se<br />

produce como consecuencia de su situación altitudinal y latitudinal.<br />

Bioclimáticamente son destacables las notorias oscilaciones térmicas<br />

anuales y diarias, las bajas precipitaciones medias anuales, las suaves temperaturas<br />

medias y el periodo relativamente largo de heladas nocturnas. Existen dos<br />

máximos pluviométricos que tienen lugar durante el otoño-invierno y la<br />

primavera, siendo algo más cuantiosas las precipitaciones otoño-invernales<br />

(noviembre-enero). Entre los meses de julio y agosto se produce el periodo seco.<br />

La precipitación media anual suele estar comprendida entre 500 y 750 mm.<br />

A pesar que la temperatura media anual ronda los 13ºC, ésta suele variar<br />

desde los –5ºC, en los meses más fríos, hasta los 33ºC, durante las máximas<br />

estivales. El periodo de heladas nocturnas puede abarcar desde finales del mes de<br />

noviembre hasta finales de marzo, siendo lo normal que existan entre 40 y 90<br />

días con temperaturas que bajan <strong>por</strong> debajo de 0ºC.<br />

A partir de estos datos climáticos, se puede señalar que la zona de estudio<br />

se encuentra situada en una zona de transición entre los pisos bioclimáticos<br />

Mesomediterráneo y Supramediterráneo, siendo dominante el<br />

Supramediterráneo Inferior de ombroclima subhúmedo. El régimen de<br />

temperaturas de la zona permite encuadrar los inviernos del territorio en el tipo<br />

Fresco (entre –1º y 2ºC).<br />

Zona sur del monte de <strong>Torrelodones</strong>. En primer plano<br />

retamar y zarzal. Área colindante con la autovía A6.<br />

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DESCRIPCIÓN DE LA VEGETACIÓN<br />

Desde el punto de vista botánico, la Comunidad de Madrid se encuentra<br />

ubicada dentro de lo que se denomina región mediterránea, la cual se divide en<br />

dos provincias corológicas, la Castellano-Maestrazgo-Manchega y la Carpetano-<br />

Ibérico-Leonesa. <strong>Torrelodones</strong> se encuadra dentro de la segunda y, a su vez, en<br />

el sector Guadarrámico (que engloba las sierras de Guadarrama, Somosierra y<br />

Ayllón, con sus respectivos piedemontes) y subsector Guadarramense (que<br />

corresponde al comienzo de los sustratos duros de la sierra, en contraposición al<br />

subsector Matritense, caracterizado <strong>por</strong> sustratos arenosos procedentes de la<br />

destrucción erosiva del granito).<br />

En <strong>Torrelodones</strong>, en general, y<br />

en el <strong>AHN</strong> en particular, pueden<br />

distinguirse dos tipos de bosque que<br />

caracterizan buena parte del paisaje de la<br />

Comunidad Autónoma de Madrid y que<br />

responden a distintos requerimientos<br />

hídricos. Se trata del encinar, que ocupa<br />

la mayor parte de la superficie, y la<br />

fresneda, asociada a los pequeños cauces<br />

de agua. No obstante, es preciso aclarar<br />

que si bien el bosque constituye el tipo<br />

de vegetación potencial en condiciones<br />

ambientales óptimas, se trata, como<br />

todos los ecosistemas naturales, de una<br />

entidad dinámica sometida a variaciones<br />

en el tiempo. Los factores ambientales<br />

(climáticos y geológicos), históricos y<br />

geográficos modulan el paisaje vegetal y, a todo ello, se une en la época actual la<br />

presión humana como principal agente de alteración. Como consecuencia de esta<br />

última, la vegetación natural o potencial queda relegada a una serie de zonas más<br />

o menos reducidas y más o menos dispersas. Estas zonas son las que mantienen el<br />

denominado bosque mediterráneo, que en la actualidad posiblemente presente<br />

un aspecto distinto al de su potencial natural, pero en el que es posible todavía<br />

observar todo un mosaico de comunidades vegetales, muchas de ellas en diverso<br />

estado de regeneración. En zonas aledañas a la zona de estudio, la vegetación ha<br />

sido sustituida en muchas áreas <strong>por</strong> comunidades ajenas a la potencialidad del<br />

territorio y en otras ha sufrido un proceso de fraccionamiento progresivo, hasta<br />

llegar a desaparecer totalmente. En la estructura y funcionalidad de la vegetación<br />

potencial de la región mediterránea (con clima de tipo templado y seco)<br />

predominan las “comunidades siempreverdes”, caracterizadas <strong>por</strong> la dominancia<br />

de especies arbóreas y arbustivas de hoja esclerófila y persistente (encinas,<br />

Flor de la jara pringosa (Cistus ladanifer<br />

subsp. ladanifer)<br />

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alcornoques y coníferas), adaptadas a un clima donde el calor y la sequía estival<br />

marcan una serie de adaptaciones eco-fisiológicas (tipos funcionales).<br />

Como consecuencia de todo lo anterior podemos concluir que, en<br />

función de los diferentes factores climáticos y edafológicos, se reconocen un<br />

conjunto de comunidades vegetales que representan el óptimo estable en un<br />

medio ecológicamente no alterado y que constituyen la vegetación potencial o<br />

clímax (encinar, pinar, alcornocal, etc). Cada clímax tiene asociada una serie de<br />

comunidades específicas que representan las diferentes etapas del fenómeno<br />

denominado sucesión vegetal (retamar, jaral, romeral, pastizal, etc.) que aparecen<br />

<strong>por</strong> sucesión natural, pero más bien hoy día <strong>por</strong> los distintos factores derivados<br />

de la presión humana. De esta forma se define como serie de vegetación al<br />

conjunto de comunidades vegetales que comprende desde la vegetación potencial<br />

hasta las distintas etapas de sustitución. El proceso de la sucesión vegetal es<br />

reversible y puede evolucionar hacia la degradación o hacia la regeneración.<br />

La vegetación actual de la Comunidad de Madrid, lejos de ser un sistema<br />

inalterado y con la vegetación potencial perfectamente conservada, aparece como<br />

un mosaico de comunidades formado <strong>por</strong> fragmentos de vegetación potencial, de<br />

sus etapas de sustitución (formaciones arbustivas, matorrales, pastizales), de<br />

formaciones puntuales ligadas a factores locales no macroclimáticos y de grandes<br />

extensiones humanizadas, mayoritariamente agrícolas y urbanas.<br />

Enebro de la Miera (Juniperus<br />

oxycedrus subsp. oxycedrus).<br />

Floración primaveral.<br />

El <strong>AHN</strong> alberga una excelente representación de un ecosistema maduro<br />

de encinar carpetano (asociación vegetal Junipero oxycedri-Quercetum<br />

rotundifoliaea), con más de 20.000 ejemplares reproductores de encina (Quercus<br />

ilex subsp. ballota), más de 3.000 ejemplares de enebro de la miera (Juniperus<br />

oxycedrus subsp. oxycedrus) y un elenco muy completo de especies acompañantes.<br />

Un buen número de ejemplares de las dos especies arbóreas mencionadas<br />

superan los 100 años de antigüedad. Dentro de este encinar se aprecian también<br />

zonas que corresponden con distintas etapas de sucesión. Se trata de la serie<br />

vegetal conocida técnicamente con la<br />

denominación de Serie mesosupramediterránea<br />

guadarrámico-ibérica<br />

silicícola de la encina. En la zona de<br />

estudio la serie se corresponde con los<br />

encinares silicícolas del piso<br />

supramediterráneo inferior con<br />

ombroclima subhúmedo (como se indicó<br />

al hablar de la climatología). Dicha serie<br />

está representada en la zona <strong>por</strong> las<br />

siguientes formaciones vegetales: 1)<br />

encinares7 carpetanos (vegetación<br />

potencial), 2) retamares, 3) jarales<br />

Madreselva mediterránea. (Lonicera implexa)<br />

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pringosos con romero y 4) comunidades ruderales y pastizales anuales.<br />

Además, en las zonas sometidas a una mayor humedad, como los bordes<br />

de los arroyos y las vaguadas de encharcamiento, aparece otro tipo de vegetación<br />

que se corresponde con la denominada serie riparia meso-supramediterránea con<br />

fresnos (Fraxinus angustifolia) y sauces (Salíx spp.), zarzales, endrinales, rosaledas<br />

y juncales.<br />

A continuación se describen cada una de las formaciones vegetales<br />

mencionadas para la zona:<br />

• Encinar carpetano.<br />

La vegetación potencial de la zona,<br />

constituida <strong>por</strong> el encinar carpetano, presenta <strong>por</strong><br />

lo general un buen estado de conservación en<br />

amplias zonas dentro del ámbito de estudio.<br />

Existen zonas del máximo interés con una gran<br />

densidad de masa arbórea adulta bien conformada.<br />

Las zonas de máxima densidad e interés cubren<br />

aproximadamente el 60% de la parte norte del<br />

<strong>AHN</strong> y en torno al 40% en la sur. Destaca sobre<br />

todo, <strong>por</strong> su densidad, la mancha de encinas<br />

situada entre el arroyo de La Mina y la avenida de<br />

los Peñascales. Cuando el encinar está bien<br />

constituido se compone de varios estratos; el<br />

superior formado <strong>por</strong> las copas de las encinas y<br />

enebros viejos, que se ponen en contacto unas con otras.<br />

Encinar carpetano con enebros, olivillos y majuelos.<br />

En el interior del bosque, y sobre todo en los claros o en los bordes, se<br />

desarrolla un segundo estrato más bajo formado <strong>por</strong> encinas y enebros jóvenes y<br />

<strong>por</strong> otros arbustos, como la cornicabra (Pistacia terebinthus), el trovisco (Daphne<br />

gnidium), el majuelo (Crataegus monogina), las madreselvas<br />

(Lonicera periclymenum, Lonicera etrusca y L. xylosteum), los<br />

espárragos trigueros (Asparagus acutifolius), el rusco (Ruscus<br />

aculeatus), la carrasquilla (Rubia peregrina), la lentisquilla<br />

(Phyllarea angustifolia), el aladierno (Rhamnus alaternus), etc. El<br />

interior del bosque queda umbrío y son pocas las hierbas que<br />

viven en el estrato inferior, sin que lleguen a ser abundantes<br />

pueden observarse dorónicos (Doronicum plantagineum), peonías<br />

(Paeonia broteroi) y otras plantas de poca envergadura, como<br />

Cardamine hirsuta, Geum sylvaticum, Brachypodium sylvaticum,<br />

Presencia de grandes encinas y quejigos.<br />

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etc. Es de destacar la presencia en algunas zonas umbrías de varios madroños<br />

(Arbutus unedo) de pequeño y mediano <strong>por</strong>te.<br />

• Retamares.<br />

En diversas zonas se observan distintas etapas de sustitución del encinar. Una de<br />

las más características en el retamar, que se pueden observar bien cuando<br />

desaparecen los árboles, pero el suelo aún mantiene su carácter forestal; bien<br />

lugares de suelos profundos donde existieron cultivos en tiempos pasados. La<br />

especie dominante en la zona de estudio es la retama de bolas (Retama<br />

sphaerocarpa), acompañada de la escoba negra (Cytisus scoparium). El nombre<br />

científico de esta formación vegetal es Cytiso scoparii-Retametum sphaerocarpae.<br />

Este retamar se desarrolla sobre todo en la zona sur del ámbito, al pie del<br />

cementerio y en la ladera de la vía de servicio de la N-VI. También existe un<br />

retamar en la zona norte, que ocupa un área colindante a la urbanización de El<br />

Peñalar, <strong>por</strong> encima del arroyo de La Mina. En esta última zona destaca la<br />

presencia de Genista hirsuta, especie que encuentra en la zona el límite<br />

continental de distribución.<br />

Retama de bolas en flor.<br />

(Retama sphaerocarpa)<br />

Retamar en primer término, encinar carpetano denso al fondo.<br />

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• Jarales de jara pringosa con romero.<br />

En zonas de suelo más pobre y con cierto grado de erosión se desarrolla<br />

un matorral de jara pringosa (Cistus ladanifer), en el que destacan como<br />

principales especies acompañantes el romero (Rosmarinus officinalis), la aulaga<br />

(Genista hirsuta) y el cantueso (Lavandula stoechas). Se trata de la asociación<br />

vegetal conocida como Rosmarino-Cistetum ladaniferi. A veces esta formación<br />

vegetal se enriquece con otras especies, como el torvisco (Daphne gnidium),<br />

tomillos (Thymus mastichina y T. zygis, entre otros), escobones (Cytisus scoparius),<br />

manzanilla amarga o abrótano hembra (Santolina rosmarinifolia) o la jarilla<br />

Halimium umbellatum.<br />

Estos jarales se desarrollan en la zona sur del ámbito, en los lugares donde<br />

el suelo aparece más erosionado. Se encuentran mezclados con encinar<br />

achaparrado o coscojar y se intercalan también en zonas donde son frecuentes los<br />

enebros. En alguna zona, como en el vértice suroriental de la zona de estudio,<br />

colindante con Las Matas, aparece también, junto a la jara, la aulaga peluda o<br />

hiniesta (Genista hirsuta), dando lugar a la asociación vegetal Genisto hirsuti-<br />

Cistetum ladaniferi o jaral pringoso con aulaga.<br />

• Bolinares.<br />

En algunas zonas próximas a la vía de servicio de la N-VI y en las<br />

proximidades del cementerio aparecen comunidades vivaces, pioneras,<br />

subnitrófilas propias de desmontes y terraplenes, dominadas <strong>por</strong> un bolinar de<br />

Santolina rosmarinifolia y Artemisa campestris (abrótano macho), acompañadas de<br />

otras especies nitrófilas, como Marrubium vulgare (menta de burro), Chondrilla<br />

juncea, Scolymus hispanicus, Lactuca seriola, Cychorium intybus (achicoria),<br />

Centaurea ornata y otras. Los bolinares surgen cuando se nitrifica el jaral y el<br />

nombre científico de esta asociación es Artemisio-Santolinetum rosmarinifoliae.<br />

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• Comunidades ruderales y pastizales anuales.<br />

La última etapa de la sucesión está constituida <strong>por</strong> pastizales ruderales<br />

propios de senderos, taludes y desmontes. Son formaciones vegetales graminoides<br />

caracterizadas <strong>por</strong> el dominio de la cebadilla loca (Hordeum murinum), y otras<br />

gramíneas anuales, como Bromus hordeaceus, B. rubens, B. sterilis, diversos<br />

jaramagos, Diplotaxis virgata, Sisymbrium irio, Hirschfeldia incana, etc. El<br />

nombre científico que recibe esta asociación vegetal es Hordeetum murini y<br />

aparece muy diseminada en diversos calveros del ámbito de estudio y en las zonas<br />

más próximas a las urbanizaciones y al cementerio.<br />

También existen pastizales anuales en claros del encinar, constituidos <strong>por</strong><br />

plantas anuales de desarrollo primaveral. Se encuentran de forma fragmentada<br />

formando manchas con la presencia de diversos tréboles (Trifolium angustifolium,<br />

T. arvense, T. campestre), Tuberaria guttata y otras pequeñas plantas, como<br />

Herniaria cinerea o Rumex bucephalophorus.<br />

En algunas zonas dispersas, se ha determinado la presencia de al menos dos<br />

especies de orquídeas autóctonas, la orquídea silvestre (Orchis mascula), y la<br />

serapia (Serapias lingua), ambas especies de interés botánico y no muy frecuentes<br />

en la zona.<br />

• Saucedas de meseta.<br />

A lo largo de los pequeños arroyos de carácter estacional se desarrolla un<br />

cordón de vegetación de sotos y riberas. Entre éstos destaca el Arroyo de la Mina,<br />

que entra en la zona desde la urbanización de las Rozuelas y atraviesa la parte<br />

norte del ámbito. Dicho arroyo separa una zona de pastizal adehesado de otra<br />

con un encinar muy denso y en excelente estado de conservación. Por otro lado,<br />

el Arroyo del Vialejo se forma en las inmediaciones del cementerio y discurre <strong>por</strong><br />

la parte sur del ámbito de, oeste a este, hasta el extremo de la zona. Allí recibe la<br />

escorrentía del Arroyo del Pretil y continúa hasta desembocar en el Arroyo de la<br />

Trofa.<br />

La vegetación a lo largo de estos pequeños cauces pueden observarse<br />

algunos ejemplos de saucedas, formaciones arborescentes de hoja caduca. Están<br />

constituidas <strong>por</strong> diversas especies de sauces, sobre todo Salix salviifolia, S.<br />

purpurea y S. triandra. Junto a los sauces pueden encontrarse algunos chopos<br />

(Populus nigra) y algún fresno (Fraxinus angustifolia). El nombre latino de estas<br />

formaciones es Salicetum salvifolio-purpureae. Cabe destacar la presencia de un<br />

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gran ejemplar de arce de Montpellier (Acer monspessulanum) acompañado de<br />

otros pies más pequeños, en el seno de una sauceda del arroyo del Vialejo.<br />

Por lo demás, estos cauces están ribeteados <strong>por</strong> sotos de orlas espinosas<br />

(zarzales), formadas <strong>por</strong> rosas (Rosa corymbifera, R. canina, R. micrantha),<br />

zarzamoras (Rubus ulmifolius), majuelos (Crataegus monogyna), madreselvas<br />

(Lonicera etrusca), endrinos (Prunus spinosa), etc. Cabe señalar también la<br />

presencia de algunos piruétanos o perales silvestres (Pyrus bourgaena), especie<br />

protegida <strong>por</strong> la Comunidad de Madrid y clasificada como sensible a la<br />

alteración de su hábitat, así como un buen número de saúcos (Sambucus nigra),<br />

también especie protegida con la categoría de interés especial. Estas formaciones<br />

vegetales se denominan con el nombre latino de Rubo ulmifolii-Rosetum<br />

corymbiferae.<br />

Este zarzal de rosas y zarzamoras, que es una etapa preforestal y<br />

acompañante de zonas limítrofes del bosque donde llega la luz con mayor<br />

facilidad, posee un alto valor estabilizador y regenerador de la vegetación y su<br />

presencia es indicio del advenimiento del bosque. Además, son im<strong>por</strong>tantes para<br />

el conjunto del ecosistema, pues en su intrincada maraña encuentran cobijo<br />

micromamíferos y reptiles, sus frutos pro<strong>por</strong>cionan alimento a numerosos<br />

pájaros y son un hábitat adecuado donde nidifican diversas aves insectívoras.<br />

Alcornoque (Quercus suber)<br />

• Juncales.<br />

En las proximidades de esta vegetación de ribera, en en zonas donde se<br />

acumula bastante humedad (rezumaderos, pequeñas vaguadas y veneros) existen<br />

juncales de Scirpus holoschoenus, pastizales vivaces de Agrostis castellana y<br />

majadales de Poa bulbosa. Otras plantas frecuentes en estos juncales son la grama<br />

(Cynodon dactylon), la menta (Mentha suaveolens), algunos tréboles (Trifolium<br />

fragiferum, T. resupinatum), o el llantén mayor (Plantago major). El nombre de<br />

esta asociación es Trifolio resupinatum-Holoschoenetum.<br />

Quejigo (Quercus faginea)<br />

Cuando la humedad aumenta, como en alguna zona de borde de los<br />

arroyos (sobre todo en el de La Mina), esots juncales son sustituidos <strong>por</strong> otros en<br />

los que la planta dominante es Juncus inflexus, y la menta se hace más abundante.<br />

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• Grupo de alcornoques y quejigos.<br />

Cabe destacar que en una pequeña vaguada situada inmediatamente al<br />

sur de la urbanización Bella Vista y orientada al oeste, se encuentran unos<br />

núcleos de arbolado muy interesantes, compuestos <strong>por</strong> olmos (Ulmus minor),<br />

quejigos (Quercus faginea) y algunos alcornoques (Quercus suber) relictos, debido<br />

al microclima más húmedo del enclave. Es curioso señalar que, a pesar el gran<br />

<strong>por</strong>te de estos árboles centenarios, no se ha encontrado mención a ellos en<br />

informes anteriores sobre la vegetación de <strong>Torrelodones</strong>, ni en el estudio de<br />

incidencia ambiental presentado <strong>por</strong> el Ayto. El alcornoque figura también en el<br />

Catálogo Regional de Especies Amenazadas, con la categoría de interés especial, y<br />

es una rareza en la Región, pues encuentra aquí su límite nororiental de<br />

distribución.<br />

Orquídeas (Orchis mascula y Serapias lingua)<br />

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Mapa esquemático de la vegetación del monte de <strong>Torrelodones</strong> amenazado<br />

(<strong>AHN</strong>).<br />

Encinar carpetano denso<br />

Encinar adehesado o arbolado disperso.<br />

Vegetación arbustiva y ruderal<br />

(cantuesares, retamares, bolinares, etc)<br />

praderas anuales.<br />

Vegetación de ribera, bosque de<br />

galería, orla espinosa.<br />

Encinar - enebral<br />

Alcornoques, quejigos, encinas, enebros<br />

Endrinal<br />

Praderas húmedas, Juncales.<br />

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Conclusiones sobre la<br />

vegetación<br />

La heterogeneidad de la vegetación de la zona, constituida esencialmente<br />

<strong>por</strong> encinar carpetano con enebros, con toda su serie de vegetación, así como la<br />

vegetación riparia y juncales, determina que la zona presente una enorme<br />

diversidad florística. Hasta el momento se han herborizado más de 300 especies<br />

de plantas vasculares de la zona.<br />

Destaca el amplio <strong>por</strong>centaje<br />

de cobertura de encinar en buen<br />

estado de conservación (más del<br />

50% del ámbito), con más de<br />

20.000 encinas y más de 3.000<br />

enebros, así como el conjunto de<br />

alcornoques y quejigos presentes en<br />

una pequeña vaguada de la zona sur.<br />

Dentro de la zona de estudio<br />

están presentes los siguientes hábitats<br />

incluidos <strong>por</strong> la Directiva<br />

92/43/CEE dentro del anexo de los<br />

Hábitats Naturales de Interés<br />

Comunitario:<br />

• Bosques esclerófilos de Quercus ilex (32.11).<br />

• Zonas subestépicas de gramíneas y anuales (Thero-Brachypodietea) (34.5).<br />

• Prados ibéricos silíceos de Festuca indigesta (36.36).<br />

Los bosques del <strong>AHN</strong> presentan una gran riqueza y biodiversidad<br />

Área de gran densidad arbórea en la zona norte del <strong>AHN</strong>.<br />

Endrinales en primer plano (Prunus spinosa)<br />

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Por otro lado, las siguientes especies están recogidas en el Catálogo<br />

regional de Especies Amenazadas de la Comunidad de Madrid:<br />

- Piruétano, Pyrus bourgeana (sensible a la alteración de su hábitat).<br />

- Alcornoque, Quercus suber (de interés especial).<br />

- Saúco, Sambucus nigra (de interés especial).<br />

- Madroño, Arbutus unedo (de interés especial).<br />

Estepa blanca (Cistus albidus).<br />

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DESCRIPCIÓN DE LA FAUNA<br />

La heterogeneidad de la vegetación, que como se ha descrito comprende<br />

desde amplias zonas con encinar-enebral denso hasta sus distintas etapas de<br />

sustitución, así como ribetes de vegetación de sotos y riberas, pro<strong>por</strong>ciona a la<br />

zona una gran diversidad de hábitats y microhábitas. Ello posibilita la existencia<br />

de un buen número de aves, sobre todo paseriformes de pequeño y mediano<br />

tamaño, y la existencia en el lugar de diversas especies de mamíferos, reptiles y<br />

anfibios. El estudio de los invertebrados queda fuera de las posibilidades de este<br />

informe preliminar y sólo se mencionan algunos de los más conspicuos, como<br />

son los lepidópteros (mariposas) recogidos en el Catálogo Regional de Especies<br />

Amenazadas.<br />

Aves.<br />

Garza real (Ardea cinerea)<br />

Según los datos pro<strong>por</strong>cionados <strong>por</strong><br />

la Sociedad Española de Ornitología<br />

(facilitados <strong>por</strong> el Dr. Luis M. Carrascal),<br />

pueden encontrarse comúnmente en la<br />

zona, de forma permanente o estacional,<br />

más de medio centenar de especies de aves,<br />

muchas de ellas incluidas tanto en el<br />

Catálogo Regional de Especies<br />

Amenazadas, como en el Nacional. Por<br />

mencionar a algunas de ellas, citaremos al picogordo (Coccothraustes<br />

coccothraustes), la curruca mosquitera (Sylvia borin), la curruca zarcera (Sylvia<br />

communis), la curruca mirlona (Sylvia hortensis), el papamoscas gris (Muscicapa<br />

striata), la oropéndola (Oriolus oriolus), la collalba rubia (Oenanthe hispanica), el<br />

chochín (Troglodytes troglodytes), el pito real (Picus viridis), el mochuelo (Athene<br />

noctua), o el autillo (Otus scops), entre otras.<br />

Son también muchas las pequeñas aves que se alimentan y buscan refugio<br />

en los zarzales y vegetación de ribera que bordea los arroyos, como petirrojos<br />

(Erithacus rubecula), ruiseñores (Luscinia megarhynchos), mirlos (Turdus merula),<br />

verdecillos (Serinus serinus), verderones (Carduelis chloris), pardillos (Carduelis<br />

cannabina) o zorzales (Turdus spp.).<br />

Entre otras aves de interés que pueden verse en la zona destacan la perdiz<br />

(Alectoris rufa), la codorniz (Coturnix coturnix), la tórtola (Streptopelia turtur), la<br />

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abubilla (Upupa epops), el carbonero común (Parus major), el alcaudón real<br />

(Lanius meridionalis), el alcaudón común (Lanius senator), el abejaruco (Merops<br />

apiaster), o el estornino (Sturnus unicolor).<br />

Son especialmente abundantes en la zona el rabilargo<br />

(Cyanopica cyana) y la paloma torcaz (Columba palumbus).<br />

Entre las aves rapaces diurnas, se ha observado el aguilucho<br />

ratonero (Buteo buteo) y el elanio azul (Elanus caeruleus).<br />

Además, las águilas imperiales (Aquila adalberi) que anidan en<br />

el Monte de El Pardo o en el valle del Guadarrama incluyen el<br />

<strong>AHN</strong> en su área de campeo y no es raro verlas sobrevolar la<br />

zona.<br />

Abejaruco (Merops apiaster)<br />

Mamíferos.<br />

Los micromamíferos encuentran también en este<br />

enclave una serie de hábitats idóneos. Entre los observados en<br />

la zona pueden mencionarse el ratón de campo (Apodemus<br />

sylvaticus), el ratón casero (Mus domesticus), el lirón careto<br />

(Eliomys quercinus), la musaraña gris (Crocidura russula), o el<br />

topo ibérico (Talpa occidentalis). Pero entre todos ellos destaca<br />

el topillo de Cabrera (Microtus cabrerae), especie incluida en el<br />

Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Se trata de una<br />

especie endémica del centro peninsular cuya distribución<br />

actual se haya fragmentada en<br />

varios núcleos. Precisa de una<br />

cobertura herbácea que se<br />

mantenga verde todo el año, <strong>por</strong> lo que se establece<br />

en zonas con nivel freático elevado. En el <strong>AHN</strong> se<br />

han detectado dos colonias, una en la parte norte<br />

del ámbito, en el prado de La Mina (en la zona de<br />

juncales y herbáceas que circundan el arroyo), y<br />

otra en la zona sur, en una pequeña vaguada<br />

cercana al arroyo del Vialejo, donde existen<br />

carrizales y juncales.<br />

Conejo de monte (Oryctolagus cuniculus)<br />

Otros mamíferos de mayor tamaño presentes en la<br />

zona son la ardilla roja (Sciurus vulgaris), el erizo<br />

europeo (Erinaceus europaeus), el conejo<br />

(Oryctolagus cuniculus), la liebre ibérica (Lepus<br />

granatensis), la comadreja (Mustela nivalis), la<br />

Jabalíes rallones (Sus scrofa)<br />

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gineta (Genetta genetta), el zorro (Vulpes vulpes) y el jabalí (Sus scrofa).<br />

Los quirópteros (murciélagos) no han sido estudiados, pero existen al menos tres<br />

especies en la zona.<br />

Anfibios y reptiles<br />

La herpetofauna, <strong>por</strong> otro lado, presenta una excelente representación de especies<br />

en la zona, muchas de las cuales aparecen en el Catálogo Nacional de Especies<br />

Amenazadas (se indican con un asterisco en la enumeración que sigue).<br />

Los reptiles cuya presencia se ha constatado son la lagartija colirroja*<br />

(Psammodromus algirus), lagartija cenicienta* (Psammodromus hispanicus),<br />

lagartija ibérica* (Lacerta hispanica), lagartija colilarga (Acanthodactylus erytrurus),<br />

lagarto ocelado* (Lacerta lepida), salamanquesa común* (Tarentola mauritanica),<br />

culebrilla ciega* (Blanus cinereus), culebra de collar* (Natrix natrix), culebra<br />

viperina* (Natrix maura), culebra bastarda (Malpodon monspesulanus), culebra<br />

de escalera* (Elaphe scalaris) y la vívora hocicuda (Vipera latastei).<br />

Los anfibios, grupo que en su conjunto tiende a la extinción en la época actual,<br />

cuenta en la zona al menos con las siguientes especies: sapo común (Bufo bufo),<br />

sapo corredor* (Bufo calamita), sapo de espuelas* (Pelobates cultipes), sapo partero<br />

ibérico* (Alytes cisternasii), sapillo pintojo ibérico* (Discoglossus galganoi), rana<br />

común (Rana perezi) y gallipato* (Pleurodeles<br />

walti). Los anfibios permanecen <strong>por</strong> lo general<br />

enterrados o refugiados debajo de piedras, o<br />

migran hacia lugares más húmedos en épocas<br />

de sequía. Durante la primavera se producen<br />

concentraciones de muchos individuos de<br />

distintas especies en las charcas y arroyos que<br />

se forman con las lluvias de tem<strong>por</strong>ada.<br />

Sapo común (Bufo bufo)<br />

Invertebrados<br />

Por último, como se ha dicho, los invertebrados no han<br />

sido estudiados, <strong>por</strong> la complejidad que ello entraña y<br />

que requiere del concurso de numerosos especialistas.<br />

No obstante, se ha constatado la presencia en la zona de<br />

al menos dos lepidópteros recogidos en el Catálogo<br />

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Regional de Especies Amenazadas. Se trata del arlequín (Zeryntia rumina),<br />

especie catalogada de “interés especial”, y la doncella de ondas (Euphydrias<br />

aurinia), catalogada como “vulnerable”. Las orugas de la primera de estas<br />

mariposas se alimentan de Aristolochia pistolochia, invernan como crisálida y sus<br />

mariposas vuelan de marzo a junio, época donde es frecuente observarla en el<br />

<strong>AHN</strong>. Las orugas de Euphydrias aurinia se alimentan de madreselvas, son<br />

gregarias y anidan en un nido sedoso. Tiene dos generaciones que vuelan en<br />

mayo-junio y en agosto.<br />

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Conclusiones sobre la fauna<br />

En el <strong>AHN</strong> existe una variada fauna, sobre todo de<br />

micromamíferos, de aves paseriformes y de anfibios y reptiles.<br />

Entre las especies que viven en la zona se encuentran al menos 27<br />

especies incluidas o bien en el Catálogo Regional de Especies<br />

Amenazadas de Fauna y Flora o en el Catálogo Nacional de<br />

Especies Amenazadas. Son las siguientes:<br />

Picogordo<br />

(Coccothraustes coccothraustes)<br />

Curruca mosquitera (Sylvia borin)<br />

Curruca zarcera (Sylvia communis)<br />

Curruca mirlona (Sylvia hortensis)<br />

Papamoscas gris (Muscicapa striata)<br />

Oropéndola (Oriolus oriolus)<br />

Collalba rubia (Oenanthe hispanica)<br />

Chochín (Troglodytes troglodytes)<br />

Pito real (Picus viridis)<br />

Mochuelo (Athene noctua)<br />

Autillo (Otus scops)<br />

Águila imperial (Aquila adalberli)<br />

Topillo de Cabrera (Microtus cabrerae)<br />

Lagartija colirroja<br />

(Psammodromus algirus)<br />

Lagartija cenicienta<br />

(Psammodromus hispanicus)<br />

Lagartija colilarga<br />

(Acanthodactylus erytrurus)<br />

Lagarto ocelado (Lacerta lepida)<br />

Salamanquesa común<br />

(Tarentola mauritanica),<br />

Culebrilla ciega (Blanus cinereus)<br />

Culebra de collar (Natrix natrix)<br />

Culebra viperina (Natrix maura)<br />

Culebra de escalera (Elaphe scalaris)<br />

Sapo corredor (Bufo calamita)<br />

Sapo de espuelas (Pelobates cultripes)<br />

Sapo partero ibérico<br />

(Alytes cisternasii)<br />

Sapillo pintojo ibérico<br />

(Discoglossus galganoi)<br />

Gallipato (Pleurodeles walti)<br />

Arlequín (Zeryntia rumina)<br />

Doncella de ondas<br />

(Euphydrias aurinia),<br />

Lagartija ibérica (Lacerta hispanica)<br />

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DICTAMEN AMBIENTAL SOBRE EL<br />

<strong>AHN</strong><br />

1. Valor patrimonial y biológico<br />

El área que nos ocupa constituye una<br />

magnífica representación del bosque<br />

mediterráneo propio de esta región, en el que<br />

se integra toda la serie de vegetación<br />

correspondiente al encinar carpetano con<br />

enebros, desde la vegetación potencial óptima,<br />

con zonas de una densidad arbórea alta, hasta<br />

las distintas etapas de sucesión (retamar, jaral,<br />

bolinar y pastizales). En dicho ecosistema se<br />

intercala vegetación de soto o de ribera a lo<br />

largo de los arroyos de carácter tem<strong>por</strong>al. Cabe<br />

señalar que en el capítulo 3 del plan Rector de<br />

Uso y Gestión del Parque Regional de la<br />

Cuenca Alta del Manzanares (epígrafe<br />

3.1.2.1.), al que pertenece el <strong>AHN</strong>, se consideran los encinares como una<br />

formación vegetal-cultural de especial im<strong>por</strong>tancia.<br />

La mayor superficie del <strong>AHN</strong> (más del 50%) corresponde a la vegetación<br />

potencial (encinar-enebral) en buen estado de conservación, a la que las otras<br />

etapas de la serie vegetal de este ecosistema añaden heterogeneidad biológica y<br />

paisajística, lo que redunda en una mayor biodiversidad, al posibilitar la<br />

presencia de una notable diversidad de hábitats.<br />

Todo ello confiere un gran valor patrimonial y biológico a la zona, que<br />

debiera ser conservada en su estado actual, sin perjuicio de que la zona tenga la<br />

capacidad para el desarrollo de diversos usos sostenibles de carácter social y<br />

educativo. Por ello, las correspondientes autoridades responsables deberían tomar<br />

las medidas necesarias para evitar su degradación y los posibles riesgos de<br />

incendio. Obviamente, en ningún caso estas medidas pueden ser la de sustituir<br />

este ecosistema natural <strong>por</strong> otro artificial, como proyecta la actual propuesta del<br />

Ayuntamiento. Si a los regidores de <strong>Torrelodones</strong> les preocupa “la degradación,<br />

el abandono y el riesgo de incendios”, que según dicen sufre la zona, existen<br />

sistemas más eficaces y baratos para impedir dichas amenazas, que no suponen<br />

ningún impacto y que garantizarían la conservación de la zona.<br />

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Por último, cabe señalar que<br />

la Comunidad de Madrid, como el<br />

resto del territorio español y otras<br />

muchas zonas del mundo, está<br />

sumida en la denominada “Crisis de<br />

la Biodiversidad”. Uno de los<br />

resultados más tangibles de esta<br />

crisis es la pérdida rápida de<br />

organismos (tanto a nivel de especies<br />

como de poblaciones), de hábitats y<br />

de ecosistemas naturales. Pero este<br />

problema general, es<br />

particularmente notorio y serio en la Comunidad de Madrid, pues es la<br />

Comunidad Autónoma española que con diferencia cuenta con un mayor<br />

<strong>por</strong>centaje de superficie urbanizada, a lo que se une su im<strong>por</strong>tante desarrollo<br />

industrial. Por ello, los montes con vegetación autóctona en buen estado de<br />

conservación de nuestra Comunidad adquieren un valor añadido, máxime si se<br />

encuentran cerca de la ciudad de Madrid, zona de mayor concentración urbana<br />

de toda España.<br />

2. Valor como unidad funcional<br />

Como consecuencia de lo comentado en el<br />

punto anterior, el ecosistema de encinar que<br />

constituye el <strong>AHN</strong>, con toda su serie de vegetación<br />

sucesional asociada, debe considerarse como una<br />

unidad funcional en equilibrio dinámico (véase<br />

Luceño y Vargas, 1991, “Guía botánica del Sistema<br />

Central Español”, editorial Pirámide). Su principal<br />

valor reside, <strong>por</strong> tanto, en el conjunto y no es<br />

admisible su fragmentación para proteger sólo<br />

determinados elementos o parcelas. Los planes de<br />

conservación debieran estar orientados hacia<br />

unidades ambientales completas y no sólo a<br />

elementos determinados o fragmentos de las mismas.<br />

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3. Im<strong>por</strong>tancia de lo que es normal<br />

En consonancia también con lo anterior, las estrategias de conservación<br />

centradas en especies o elementos concretos conducen a paradojas que desvían la<br />

atención a problemas poco relevantes para la conservación de la biodiversidad,<br />

entendida ésta como la diversidad biológica de todos los organismos y procesos<br />

ecológicos y biogeográficos implicados.<br />

En la memoria presentada<br />

<strong>por</strong> el Ayuntamiento se<br />

menosprecia también el valor de<br />

la flora y de la fauna del lugar,<br />

señalando que “la fauna es de tipo<br />

generalista”, “la vegetación es la<br />

típica del piedemonte madrileño<br />

con una baja singularidad” o que<br />

“no existen especies amenazadas”.<br />

Sin ser esto último cierto, cabe<br />

decir que el hecho de que una<br />

zona no presente especies<br />

amenazadas no significa que no deba ser objeto de protección. Los hábitats<br />

normales de una zona (es decir los que le corresponden <strong>por</strong> sus características<br />

geográficas, edafológicas y climáticas) bien conservados y que alberguen una<br />

buena representación de su fauna y flora, aunque sean especies también<br />

normales, merecen conservación. De lo contrario, lo normal se irá convirtiendo<br />

progresivamente en raro. Asimismo, la presencia de lo normal posibilita, además,<br />

la existencia de lo excepcional o raro. Las especies amenazadas, que sin duda<br />

merecen una atención especial, no pueden existir sin el cortejo de toda otra serie<br />

de especies que forman su hábitat y con las que interacciona.<br />

Una gestión del medio ambiente centrada sólo en identificar especies<br />

amenazadas puede conducir a estrategias de conservación de espacios en función<br />

de la existencia prioritaria de dichas especies. Se da entonces la paradoja de que<br />

las áreas que no tienen la “desgracia” de acoger especies amenazadas no son<br />

susceptibles de ser primadas en su conservación, a pesar de que presenten otros<br />

valores, como ser hábitats muy bien conservados y biodiversos, <strong>por</strong> posibilitar<br />

im<strong>por</strong>tantes procesos ecológicos, <strong>por</strong> su complementariedad, valor paisajístico,<br />

etc. Ello conduciría a una naturaleza formada <strong>por</strong> pequeños santuarios y áreas<br />

dedicadas a la recuperación de especies. Se plantea aquí la pregunta de si es más<br />

idóneo centrar las políticas de conservación en las especies amenazadas o, <strong>por</strong> el<br />

contrario, dirigirlas a evitar que las que no lo están lleguen a estarlo. Como casi<br />

siempre, la respuesta más correcta posiblemente se encuentre en el equilibrio<br />

entre ambos extremos. En cualquier caso, es preciso conservar los ecosistemas<br />

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para no alterar el equilibro y la interacción natural, en particular aquellos bien<br />

consolidados y cuyo establecimiento ha costado cientos de años.<br />

4. Im<strong>por</strong>tancia de los elementos singulares<br />

No obstante lo anterior, hay que señalar que, aparte del valor patrimonial<br />

de la zona en su conjunto, existen en la misma diversos elementos singulares que<br />

merecen atención y que están recogidos en el Catálogo Regional de Especies<br />

Amenazadas de Fauna y Flora y en el<br />

Catálogo Nacional de Especies<br />

Amenazadas. En la memoria de la<br />

incidencia ambiental presentada <strong>por</strong> el<br />

Ayuntamiento sólo se menciona que no<br />

existen ejemplares recogidos en el<br />

Catálogo de Árboles Singulares, pero no<br />

se da im<strong>por</strong>tancia a la existencia de<br />

especies catalogadas en las listas antes<br />

mencionadas.<br />

Un caso llamativo es el de un<br />

grupo de grandes alcornoques presentes<br />

en la zona, que no hemos visto<br />

mencionados en ningún informe previo,<br />

a pesar de ser muy conspicuos.<br />

Ciertamente, este grupo de alcornoques parece que quedarían dentro de una de<br />

las manchas de arbolado que pretenden mantenerse, pero de esta forma<br />

quedarían fuera de su contexto natural, pasando a ser un mero elemento<br />

decorativo o testimonial en medio de un campo de golf.<br />

Por otro lado, dentro de la avifauna y herpetofauna (anfibios y reptiles)<br />

existe un notable elenco de especies recogidas en los catálogos antes<br />

mencionados, que realzan la im<strong>por</strong>tancia biológica del lugar y obligan a prestar<br />

una atención especial hacia ellas y a establecer las correspondientes medidas de<br />

protección. Mención especial merece el topillo de Cabrera, especie endémica del<br />

centro peninsular, y el águila imperial, catalogada como en peligro de extinción.<br />

Todo ello se obvia totalmente en la memoria de la incidencia ambiental<br />

presentada <strong>por</strong> el Ayuntamiento.<br />

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5. Im<strong>por</strong>tancia como corredor biológico<br />

Los corredores biológicos evitan la fragmentación de las poblaciones<br />

silvestres y facilitan el intercambio genético entre ellas (véase la Estrategia<br />

Española para la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica,<br />

página 96). Este aspecto consideramos que es uno de los que confieren mayor<br />

valor a este entorno, pues es el único que permite la conectividad biológica entre<br />

los tres espacios naturales protegidos entre los que se haya enclavado (Monte del<br />

Pardo, Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y Parque Regional del<br />

Río Guadarrama). La conectividad con este último espacio se consigue <strong>por</strong> un<br />

paso subterráneo a través de la nacional VI (actual A6), al sur del entorno. La<br />

existencia en la zona de vías pecuarias podría potenciar todavía más este valor a<br />

través de una gestión adecuada. Por el contrario, la actuación prevista <strong>por</strong> la<br />

cor<strong>por</strong>ación actual anula totalmente esta función, al sustituir este corredor<br />

natural <strong>por</strong> un medio artificial fuertemente antropizado.<br />

6. Im<strong>por</strong>tancia como zona de amortiguación<br />

La proliferación de viviendas e infraestructuras variadas en torno a los<br />

espacios naturales protegidos (que paradójicamente son utilizados como reclamos<br />

para la inversión) tiene sobre éstos un impacto muy negativo. Las alteraciones de<br />

hábitats y ecosistemas alrededor de los mismos son especialmente graves, ya que<br />

se elimina de esta manera el necesario efecto de amortiguación de impactos que<br />

deben ejercer las zonas periféricas de estos espacios para garantizar su<br />

supervivencia (véase la Estrategia Española para la Conservación y el Uso<br />

Sostenible de la Diversidad Biológica, página 123). La zona que nos ocupa<br />

presenta un enorme valor en este sentido como zona de amortiguamiento o<br />

tampón frente a los tres espacios protegidos entre los cuales se encuadra.<br />

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VALORACIÓN DEL IMPACTO<br />

AMBIENTAL DE LA ACTUACIÓN QUE<br />

PROPONE EL AYUNTAMIENTO SOBRE<br />

EL <strong>AHN</strong><br />

Tal y como se reconoce en el punto 7.1.1.1. del estudio de incidencia<br />

ambiental presentado <strong>por</strong> el Ayuntamiento (página 155), el plan propuesto<br />

supondría “movimientos de tierras necesarios para la ejecución de los proyectos de<br />

urbanización y de los diferentes equipamientos previstos”. Los volúmenes de dichos<br />

movimientos no se definen en la memoria, “al no encontrarse definidas las rasantes<br />

de la urbanización”, según se reconoce en este mismo punto. Asimismo, se señala<br />

que “este movimiento de tierras supone un riesgo de erosión potencial en las áreas<br />

removidas que quedarán desprovistas de vegetación”.<br />

Indudablemente, estos movimientos de tierra y desmontes serán muy<br />

im<strong>por</strong>tantes y supondrán un enorme impacto, que se traduciría en la<br />

desaparición del ecosistema existente. Aunque pretenden conservarse algunas<br />

<strong>por</strong>ciones del mismo, estas pequeñas parcelas resultantes sin duda sufrirían una<br />

degradación, con motivo de las obras, primero, y, posteriormente, <strong>por</strong> el efecto<br />

de borde que ejercerían las urbanizaciones y equipamientos previstos.<br />

En la parte norte del <strong>AHN</strong> (que abarca unas 42 Has) se pretende<br />

concentrar el área residencial, con unas 1.500 viviendas. Justo es en esta zona<br />

donde se ubican las mayores densidades de encinar en muy buen estado de<br />

conservación, que cubre en torno al 60% del ámbito. Este elevado número de<br />

viviendas con sus infraestructuras anejas, que se unen a las ya existentes en las<br />

proximidades (<strong>por</strong> ejemplo, la urbanización Las Rozuelas) supondría la práctica<br />

desaparición del encinar allí presente. Las parcelas que pretenden conservarse en<br />

su estado actual quedarían inmersas dentro de las zonas residenciales a nivel<br />

testimonial y sufrirían un fuerte impacto, tanto en la fase de obras, como en la<br />

posterior. El efecto de degradación que se produce en las zonas de borde de una<br />

masa boscosa se multiplica al fraccionarse ésta y con la disminución del tamaño<br />

de los fragmentos.<br />

Por otro lado, la parte sur del ámbito (que comprende unas 88 Has)<br />

proyecta dedicarse a lo que en la memoria del Ayuntamiento se denomina<br />

“instalación municipal de carácter público para la práctica del de<strong>por</strong>te al aire libre”,<br />

“equipamiento público para su uso de<strong>por</strong>tivo extensivo al aire libre” o términos<br />

similares, pero que en la propaganda institucional equivale a un campo de golf.<br />

Quizás ello se omite en la memoria <strong>por</strong> señalarse en el informe de incidencia<br />

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ambiental la necesidad de limitar en la medida de lo posible el uso de césped, lo<br />

cual es totalmente contradictorio con un campo de golf.<br />

Un campo de golf de entre 45 y 80 hectáreas requeriría un consumo de<br />

agua de entre 360.000 y 500.000 metros cúbicos <strong>por</strong> año. Cuando el campo de<br />

golf se asocia a una zona residencial, el consumo de agua para piscinas, riego de<br />

jardines y otros usos se dispara. Este volumen de agua, aunque fuera reciclada<br />

(futurible incierto), se detraería de otros usos que debieran ser prioritarios, como<br />

limpieza de calles y riego de zonas verdes ya existentes. En el momento que se<br />

crea una nueva demanda, se incrementa la presión sobre este recurso. A ello hay<br />

que añadir el aumento del consumo de agua procedente de la red para las nuevas<br />

viviendas e instalaciones complementarias.<br />

Este problema es especialmente grave en la Comunidad de Madrid,<br />

donde la falta de agua, lejos de ser un problema coyuntural, debido a las sequías,<br />

en breve será un problema estructural. El agua que se recoge sigue siendo la<br />

misma (con tendencia a disminuir si se acentúa el cambio climático), mientras<br />

que su demanda crece de forma exponencial. El consumo de agua en la<br />

Comunidad ha crecido un 20% en la última década, <strong>por</strong> encima del crecimiento<br />

de la población (un 12% en el mismo periodo de tiempo). El riego de los más de<br />

30 campos de golf que existen en la región consume cada día tanta agua como<br />

una ciudad de 100.000 habitantes, con su industria y sus zonas verdes incluidas.<br />

Además, el desarrollo urbanístico ha disparado el número de viviendas<br />

unifamiliares, con sus respectivos jardines y piscinas, que se ha triplicado en los<br />

últimos 15 años. Existen en la actualidad cerca de 375.000 viviendas de este tipo<br />

en toda la Comunidad. Cabe señalar que, de momento, sólo se reutiliza el 0,5%<br />

de agua que se depura.<br />

Además, desde el punto de vista ambiental, aparte del elevadísimo<br />

consumo de agua, es im<strong>por</strong>tante señalar que un campo de golf requiere el<br />

empleo intensivo de fertilizantes químicos y herbicidas y plaguicidas tóxicos. Los<br />

“greens” son monocultivos homogéneos cuyo mantenimiento requiere de<br />

herbicidas e insecticidas, los cuales ocasionarían una im<strong>por</strong>tante contaminación,<br />

la cual se ex<strong>por</strong>taría hacia el Monte del Pardo a través del Arroyo de la Trofa.<br />

Aparte de todo lo anterior, para instalar un campo de golf hay que talar<br />

los árboles y matorrales, lo que conlleva una pérdida muy im<strong>por</strong>tante de la<br />

diversidad biológica. Además, el suelo original debe sustituirse <strong>por</strong> una capa de<br />

grava destinada a favorecer el drenaje, lo que incrementa las escorrentías y reduce<br />

la capacidad de retención del subsuelo. Por otro lado, será preciso hacer<br />

desmontes para atenuar algunas de las pendientes pronunciadas existentes en la<br />

zona. Es precisamente la zona prevista para campo de golf la que presenta<br />

mayores desniveles (en algunas zonas con pendientes de entre el 20% y el 30% y,<br />

puntualmente, en pequeñas áreas donde superan el 30%).<br />

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<strong>Informe</strong> ambiental sobre el Área Homogénea Norte de <strong>Torrelodones</strong><br />

Por último, el conjunto de la actuación propuesta, que supondría la<br />

fragmentación, en su máxima expresión, del encinar presente en la zona y la<br />

modificación y destrucción de hábitats, ocasionará, asimismo, la pérdida de<br />

efectivos poblacionales de muchas especies, fragmentación de sus poblaciones y<br />

desaparición de otras tantas especies a escala local. En definitiva, la actuación<br />

propuesta supondría una pérdida muy notable de la biodiversidad de la zona.<br />

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DEFICIENCIAS DEL INFORME<br />

AMBIENTAL CONTENIDO EN LA<br />

MEMORIA DESCRIPTIVA Y<br />

JUSTIFICATIVA DEL AYUNTAMIENTO<br />

El informe ambiental contenido en la memoria descriptiva y justificativa<br />

presentada <strong>por</strong> el Ayuntamiento contiene im<strong>por</strong>tantes deficiencias (algunas ya<br />

comentadas en apartados anteriores), contradicciones y afirmaciones erróneas,<br />

todo ello tendente a justificar las actuaciones propuestas.<br />

En este sentido, resulta notoria la escasa valoración patrimonial que se da<br />

a la zona en dicho informe ambiental. Se habla en la misma de “la baja o nula<br />

rentabilidad del aprovechamiento”, “im<strong>por</strong>tante estado de abandono”, “riesgo de<br />

incendio elevado”, “fauna de índole generalista a causa del alto nivel de<br />

fragmentación y antropización del sector”. Se reconoce, <strong>por</strong> otro lado, que existen<br />

zonas de alta densidad de arbolado, indicando que “se trata en definitiva de áreas<br />

con masas arbóreas a proteger que <strong>por</strong> su posición específica en relación con las áreas<br />

residenciales se considera presentan más un carácter local que general”. Así, como<br />

resultado de lo especificado en el punto 4.5. (Descripción de la ordenación de la<br />

propuesta) de la memoria, subapartado 4.5.1. (Estructura general: redes públicas)<br />

en el punto referido a la red de zonas verdes y espacios libres, se indica “la especial<br />

necesidad de proteger la naturaleza en su estado actual”. Para ello proponen como<br />

medida de protección marcar sobre el mapa las manchas de mayor densidad de<br />

arbolado y preservar sólo éstas en su estado actual.<br />

Todo ello indica un claro menosprecio al valor real de la zona. Las<br />

medidas de protección propuestas son minimalistas (en el sentido de que sólo<br />

parecen perseguir el cumplimiento de unos mínimos) y dan la sensación, más<br />

bien, de pretender reducir en la medida de lo posible las compensaciones a las<br />

que se verían obligados <strong>por</strong> las leyes del arbolado de la Comunidad de Madrid.<br />

No es admisible contemplar la naturaleza como pequeños pedacitos o elementos<br />

aislados, pues todos los componentes singulares y procesos interaccionan entre sí<br />

y de esta forma cumplen con su papel ecológico en el medio. Los elementos<br />

aislados, <strong>por</strong> sí solos, pierden su funcionalidad y únicamente tendrán un carácter<br />

testimonial y ornamental. Un ejemplo escolar de lo anterior lo constituye<br />

cualquier organismo vivo. Sus distintas células, tejidos y órganos cumplen cada<br />

uno su función, de tal forma que la interacción de todos ellos posibilita la vida,<br />

pero <strong>por</strong> separado no son capaces de ello.<br />

Sorprende, en definitiva, que tras haberse señalado en la memoria “el alto<br />

nivel de fragmentación y antropización del sector” se proponga como única medida<br />

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de protección del encinar de la zona la fragmentación del mismo llevada a su<br />

máximo extremo: unas manchas del arbolado autóctono insertas en mitad de un<br />

campo de golf. Esto es inadmisible desde el punto de vista de la protección de la<br />

naturaleza.<br />

Cabe recordar que en el capítulo 3 del Plan Rector de Uso y<br />

gestión del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (epígrafe 3.1.2.1.)<br />

se consideran los encinares como una ”formación vegetal-cultural de especial<br />

im<strong>por</strong>tancia”.<br />

Al referirse a la vegetación de la zona se dice también en la memoria que:<br />

“… A lo anterior se une su exclusión de cualquier figura que implique protección<br />

legal de la cubierta vegetal, no pertenece a la categoría de Monte Preservado ni está<br />

incluido en el Cátalogo de Hábitats Prioritarios del Anexo I de la Directiva<br />

92/43/CEE”.<br />

Lo anterior es falso, pues no es una cuestión opinable. En el <strong>AHN</strong> están<br />

presentes los Hábitats Prioritarios de la Directiva 92/43/CEE “Bosques esclerófitos<br />

de Quercus ilex (32.11)” y “Zonas subestépicas de gramíneas y anuales (Thero-<br />

Brachypodietea)” (34.5). Asimismo, está representado también en la zona el<br />

hábitat de interés comunitario “Prados ibéricos silíceos de Festuca indigesta”<br />

(36.36).<br />

Asimismo, en el apartado 3.1.10. referido a las zonas verdes y espacios<br />

libres se dice que:<br />

“En el ámbito del <strong>AHN</strong> no aparecen ejemplares recogidos en el Decreto<br />

18/1992, de 26 de marzo, <strong>por</strong> el que se aprueba el Catálogo Regional de Fauna y<br />

Flora Silvestre y se crea la categoría de Árboles Singulares”.<br />

Esto nuevamente es falso. Efectivamente no existen árboles en la<br />

categoría de Singulares, pero sí figuran cuatro especies de la zona en dicho<br />

catálogo: el alcornoque (Quercus suber), el saúco (Sambucus nigra), el madroño<br />

(Arbutus unedo) y el piruétano (Pyrus bourgeana), las tres primeras con la<br />

categoría de Interés Especial y la última en la categoría de Sensible a la Alteración<br />

de su Hábitat.<br />

Por otro lado, se comenta en la memoria de incidencia ambiental que “la<br />

morfología actual de los encinares-enebrales de la zona corresponde a un carrascal<br />

ahuecado con un denso estrato arbustivo de jara pringosa”. Pues bien, esta etapa de<br />

sustitución del encinar (carrascal con un denso estrato arbustivo de jara pringosa)<br />

se concentra en el cuadrante suroccidental del ámbito, en las proximidades de la<br />

N-VI, no suponiendo en su conjunto más del 20% de la superficie del <strong>AHN</strong>.<br />

Por el contrario, los encinares en buen estado de conservación (Hábitat de<br />

Interés Prioritario de la Directiva Hábitat) se extienden <strong>por</strong> una superficie que<br />

supera el 50% de la zona.<br />

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Por lo demás, la descripción de la vegetación contenida en el informe<br />

ambiental es muy deficiente y pobre. Se refiere sólo a algunas de las formaciones<br />

vegetales y omite mención alguna a los elementos arbóreos más conspicuos y de<br />

<strong>por</strong>te monumental del área objeto de estudio, como son el notorio grupo de<br />

alcornoques y quejigos. Eso sí, en la memoria se señala que:<br />

“No obstante, debe destacarse la presencia de áreas en las que las formaciones<br />

arbóreas presentan un alto interés … El interés de estas áreas establece la necesidad de<br />

su preservación en el estado actual … Del mismo modo, en el <strong>AHN</strong> existen áreas,<br />

que, sin llegar a estar constituidas <strong>por</strong> formaciones arbóreas del alto interés,<br />

constituyen masas que exigen la adopción de medidas, y en cualquier caso la adopción<br />

de usos no agresivos con el medio, y que requerirá de la adopción de medidas que<br />

persigan compatibilizar los usos propuestos con la vegetación existente”<br />

Obviamente, la instalación del monocultivo herbáceo, que supone el<br />

campo de golf, con algunas masas arbóreas intercaladas, no es la forma más<br />

adecuada de “compatibilizar los usos propuestos con la vegetación existente”.<br />

Además, entre las medidas propuestas a considerar en el diseño del equipamiento<br />

público para uso de<strong>por</strong>tivo extensivo al aire libre, se señala la siguiente:<br />

“No se introducirán especies exóticas ajenas a la serie de vegetación existente<br />

en el <strong>AHN</strong>”.<br />

Esto es muy llamativo y contradictorio con la propuesta de un campo de<br />

golf, que supone la introducción de un monocultivo de una especie herbácea<br />

ajena a la serie de vegetación de la zona.<br />

En lo que se refiere a las conclusiones sobre el estudio sobre la fauna se<br />

dice que:<br />

“La fauna catalogada, con especial atención a la avifauna, es de índole<br />

generalista, a causa del alto nivel de fragmentación y antropización del sector. Estos<br />

factores impiden el trasiego de grandes rapaces o carroñeras que tienen, en la zona A1<br />

del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (básicamente en la sierra de<br />

Hoyo de Manzanares) colindante con el extremo septentrional del ámbito, sus áreas<br />

de campeo e inclusive nidificación”.<br />

Nuevamente esta valoración es notoriamente peyorativa y sesgada, pues<br />

hace más hincapié en las ausencias que en las presencias. No se destaca, sin<br />

embargo, la existencia de numerosas especies (al menos 27) recogidas en los<br />

Catálogos Regional o Nacional de Especies Amenazadas, a pesar de que muchas<br />

de ellas se mencionan en la lista faunística que incluye la memoria ambiental.<br />

Por otro lado, sorprende que en la introducción al estudio de la Fauna<br />

que se incluye en la memoria de la incidencia ambiental presentada <strong>por</strong> el<br />

Ayuntamiento, se mencione entre los objetivos que se persiguen en el mismo<br />

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(página 109): “Estudiar la posible existencia de corredores biológicos que contacten<br />

diferentes zonas tanto dentro del término como fuera de él”. A pesar de la<br />

im<strong>por</strong>tancia de este aspecto, no se vuelve a mencionar ni en los resultados del<br />

informe, ni en las conclusiones ni en lo relativo a las medidas a tomar.<br />

Sencillamente, no se ha contemplado en el estudio, a pesar de figurar entre los<br />

objetivos.<br />

De lo anterior se concluye que el valor intrínseco de este espacio no se<br />

tiene en cuenta en la actuación que se propone, la cual se apoya exclusivamente<br />

en criterios cuantificables expresados en términos de rentabilidad económica y se<br />

menosprecian los valores ambientales. Por el contrario, dentro del valor de uso<br />

de la diversidad biológica debieran considerarse los valores patrimoniales, de uso<br />

directo (valores paisajísticos, de esparcimiento, culturales) o indirecto (funciones<br />

ecológicas y bio-geoquímicas) garantes del mantenimiento de los ciclos de la<br />

naturaleza y de sus elementos básicos. En definitiva, la conservación y el uso<br />

sostenible de los recursos naturales, responsabilidad de todos, pero cuyo mayor<br />

peso recae en los gestores, debe contemplar el valor que tienen para la sociedad<br />

los bienes sin mercado. Una excesiva glorificación de los mecanismos de mercado<br />

en el tema que nos ocupa (valoración de los recursos naturales) no es<br />

científicamente sostenible ni políticamente aconsejable.<br />

Entre los objetivos que se enumeran para la nueva ordenación que se<br />

propone para el <strong>AHN</strong> se señala como primero el siguiente:<br />

“Garantizar la protección y conservación de las áreas de máxima calidad<br />

ambiental existentes en el ámbito, en especial las masas arbóreas, de acuerdo con el<br />

contenido y conclusiones del Estudio de Incidencia Ambiental”.<br />

Asimismo, otro de los objetivos señalados consiste en:<br />

“Minimizar el impacto de las nuevas vías de comunicación en relación con la<br />

topografía y áreas de máxima calidad ambiental”.<br />

Por otro lado, a la hora de justificar la “Posibilidad de clasificar en la<br />

Revisión Parcial del Planeamiento General de <strong>Torrelodones</strong> el <strong>AHN</strong> como suelo<br />

urbanizable” se indican las siguientes razones:<br />

“En orden a la protección efectiva conviene poner de relieve que en nuestro<br />

marco legislativo no existe mayor garantía de protección que la calificación de zona<br />

verde de uso público. Como se verá más adelante esta es la calificación que, junto con<br />

la de equipamiento público para uso de<strong>por</strong>tivo extensivo al aire libre, se asigna a<br />

todas las áreas que <strong>por</strong> sus valores intrínsecos corresponde proteger de acuerdo con el<br />

Estudio de Incidencia Ambiental que se compaña y que alcanzan a más del 75% del<br />

ámbito” … “Por otra parte debe señalarse que el objetivo de la protección de un suelo<br />

se garantiza mucho más si este es de propiedad pública que si es de propiedad<br />

privada. En el ámbito del <strong>AHN</strong> todo es suelo privado y adelantando lo que se<br />

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especificará más adelante, más del 83% de aquel pasaría a ser suelo público, en el<br />

que naturalmente quedaría incluido el 75% a proteger que acaba de señalarse” …<br />

“Así pues, a juicio del Ayuntamiento de <strong>Torrelodones</strong> queda suficientemente<br />

justificada la presente propuesta de clasificación como suelo urbanizable sectorizado<br />

del Área Homogénea Norte de su término municipal en éste Avance de Revisión<br />

Parcial y Adaptación de sus vigentes Normas Subsidiarias de Planeamiento, ya que<br />

en la misma se garantiza dicha protección efectiva”.<br />

En definitiva, parece concluirse que para garantizar la protección de una<br />

zona de alto valor ecológico se propone sustituirla <strong>por</strong> un campo de golf<br />

(denominado en el informe equipamiento público para uso de<strong>por</strong>tivo extensivo<br />

al aire libre) y <strong>por</strong> las urbanizaciones y equipamientos anejos. De esta forma se<br />

evitaría también el riesgo de incendios y la degradación, que son los dos<br />

principales argumentos esgrimidos para llevar a cabo la actuación. Todo ello<br />

parece responder a la filosofía de aquel famoso mandatario que proponía talar los<br />

bosques para evitar los incendios, lo cual, obviamente, es un auténtico dislate.<br />

En lo que se refiere al Estudio Hidrológico, se señala que “No se proyectan<br />

captaciones de aguas públicas ni tampoco se prevé la reutilización de aguas<br />

depuradas” (p. 54 de la memoria descriptiva), mientras que en otro lugar (punto<br />

6 del análisis ambiental y de sostenibilidad) se dice que: “Se recogerá la<br />

conveniencia del riego de parques y jardines mediante aguas recicladas y la<br />

obligatoriedad de su uso en el caso de instalaciones recreativas o de<strong>por</strong>tivas con altos<br />

requerimientos hídricos”.<br />

Por tanto, la memoria contiene en este punto otra notoria contradicción.<br />

Si no se prevé la reutilización de aguas depuradas, ¿cómo se regará con aguas<br />

recicladas el campo de golf<br />

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CONCLUSIONES<br />

No se aprecian cambios sustanciales en la zona desde que en 2003 el<br />

Ayuntamiento aprobó las Normas Subsidiarias de <strong>Torrelodones</strong> sobre el <strong>AHN</strong><br />

(Resolución del 29 de mayo de 2003), con la clasificación de la misma como<br />

Suelo No Urbanizable Protegido / zona P (dentro del Parque Regional de la<br />

Cuenca Alta del Manzanares), en base a su alto valor ambiental. Por lo tanto, la<br />

reclasificación que ahora se propone, no se justifica <strong>por</strong> razones<br />

medioambientales, sino <strong>por</strong> otras, que no se analizan aquí.<br />

Entre los valores destacables del área de estudio caben señalarse los<br />

siguientes:<br />

• Se trata de un encinar-enebral, con todas sus etapas de vegetación<br />

asociadas, en buen estado de conservación y con un elevado valor<br />

patrimonial y biológico, tanto en su conjunto, como <strong>por</strong> algunos de los<br />

elementos singulares que contiene.<br />

• Desempeña un papel fundamental como único corredor biológico entre<br />

los espacios protegidos entre los que está enclavado.<br />

• Tiene una gran im<strong>por</strong>tancia como zona de amortiguamiento del impacto<br />

humano para los espacios protegidos entre los cuales se encuentra.<br />

Por el contrario, el proyecto que se presenta resultaría altamente<br />

impactante y agresivo con el medio. Entre los impactos negativos para la<br />

conservación de los recursos naturales que se derivan de la actuación prevista <strong>por</strong><br />

el ayuntamiento destacamos los siguientes:<br />

• Transformación de los usos del suelo.<br />

• Transformación de la cubierta vegetal.<br />

• Sobreexplotación de recursos (en este caso: agua)<br />

• Implantación, en buena parte de la zona, de una especie de gramínea<br />

ajena a ese medio y con unos requerimientos hídricos y edáficos<br />

diferentes a los naturales del lugar.<br />

• El mantenimiento de dicha especie como dominante en un lugar que no<br />

le corresponde requiere de la alteración del suelo y del uso de pesticidas y<br />

plaguicidas, productos que acaban incor<strong>por</strong>ándose a los ciclos del agua y<br />

del suelo.<br />

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• Desaparición de especies a escala local, pérdida de efectivos poblacionales<br />

de muchas de ellas, fragmentación de las poblaciones y, en definitiva,<br />

pérdida de biodiversidad.<br />

• Fragmentación, en su máxima expresión, del ecosistema de encinar<br />

presente en la zona y modificación y destrucción de hábitats.<br />

Como conclusión final, puede afirmarse que el actual proyecto de<br />

reclasificación del <strong>AHN</strong> se encuadra dentro del modelo de desarrollo basado<br />

exclusivamente en criterios productivistas, con falta de previsión, deficiente<br />

conocimiento ambiental y una valoración inadecuada de los efectos sobre el<br />

medio ambiente y la diversidad biológica. De dicho modelo emanan los<br />

crecientes efectos negativos sobre la conservación de la naturaleza y del medio en<br />

el cual vive el hombre.<br />

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BIBLIOGRAFÍA<br />

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VV.AA. 1998. Plan forestal de la Comunidad de Madrid. Consejería de medio<br />

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DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS<br />

Museo Nacional de Ciencias Naturales<br />

<strong>Informe</strong> ambiental sobre el Área Homogénea Norte de <strong>Torrelodones</strong><br />

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Museo Nacional de Ciencias Naturales<br />

<strong>Informe</strong> ambiental sobre el Área Homogénea Norte de <strong>Torrelodones</strong><br />

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DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS<br />

Museo Nacional de Ciencias Naturales<br />

<strong>Informe</strong> ambiental sobre el Área Homogénea Norte de <strong>Torrelodones</strong><br />

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DE INVESTIGACIONES<br />

CIENTÍFICAS<br />

Museo Nacional de Ciencias<br />

Naturales<br />

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