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IX CONGRESO ESTATAL DE VOLUNTARIADO
CONCLUSIONES
Las personas participantes en el IX Congreso Estatal de Voluntariado celebrado en Toledo del
28 al 30 de noviembre de 2006 deseamos hacer llegar a la sociedad española el resultado del
proceso de reflexión compartida que en torno a la realidad, la problemática y las perspectivas
de futuro del movimiento del voluntariado español, ha tenido lugar en dicho encuentro y que
se resume en las siguientes conclusiones:
1. Para lograr el fin último del Voluntariado, que no es otro que la transformación social,
es necesaria una adecuada y eficaz coordinación, entendida como la suma de distintas
voluntades encaminadas en una misma dirección.
Para ello, y para optimizar la acción voluntaria, es imprescindible que la Administración,
el Tercer Sector y las personas voluntarias se complementen, se apoyen mutuamente,
sumen sus capacidades y compartan esfuerzos y recursos.
Un magnífico ejemplo de esta colaboración es la firma del Acuerdo-Marco que se ha
suscrito el pasado mes de octubre entre el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y
las ONG, en el sentido de comprometernos a promover un voluntariado de calidad,
acorde con las nuevas exigencias y necesidades sociales. Para ello necesitamos de un
voluntariado capacitado a través de procesos de formación y de mejora continua,
impregnados de unos sólidos principios y valores éticos.
2. El trabajo en red es uno de los recursos más eficaces para la mejora del trabajo
voluntario. Tiene su base en la interdependencia y en la reciprocidad. Fomenta la
participación activa y democratiza las estructuras organizativas y el liderazgo, sin
olvidar, que enriquece y mejora las capacidades individuales.
El trabajo en red es un magnífico recurso para solucionar problemas, potenciando la
creatividad colectiva.
3. Lo global y lo local están enraizados en un mismo espacio en el que el activismo
voluntario y la denuncia social son claves para que las instituciones que nos
representan expresen mediante acciones concretas la voluntad de la ciudadanía, que
para conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pasa por que cada país del
mundo desarrollado aporte parte de su Producto Interior Bruto, un 0,7%, para erradicar
el hambre y conseguir la educación y la igualdad para todas las personas.
4. El Voluntariado es un modelo de conducta ética a la vez que una práctica educativa
que aviva el valor de la Solidaridad. Sólo a través del trabajo en la Educación para la
ciudadanía, para la convivencia, es posible que el ser humano pueda consolidar una
sociedad más justa y un mundo más habitable.
5. El Voluntariado da respuesta a muchos de los nuevos retos a los que se enfrenta la
sociedad contemporánea. Desde su objetivo básico de la defensa de la justicia social y
los derechos de todos los seres humanos, hasta su participación en campos como el
medioambiente, la cultura, la protección civil, etc.
6. La Nueva Economía ha globalizado los capitales económicos, pero las entidades de
voluntariado tenemos que globalizar el capital humano, venga de donde venga, con un
inmenso respeto a la igualdad en la diferencia de otras culturas, razas y religiones.

7. La comunicación es una asignatura pendiente en las ONG en general, y en las de
Voluntariado en particular. Por un lado, tenemos que hacer un esfuerzo por mejorar la
comunicación interna para que la información no siempre fluya de arriba hacia abajo,
sino que recorra también el camino contrario: de abajo hacia arriba, es decir de las
personas voluntarias y remuneradas hacia las juntas directivas, y de todos entre sí de
una manera horizontal y democrática.
Debemos también, las entidades de Voluntariado, fortalecer la comunicación externa
que nos permitirá no sólo mejorar nuestras relaciones con las fuentes de financiación
públicas y privadas, sino que nos ayudará a ser una fuente informativa para los Medios
de Comunicación en los que el voluntariado tiene muy poco espacio, y por encima de
todo, nos ayudará a trasladar a la ciudadanía la problemática social que nos rodea y a
convencerles de que la mejora y el bienestar social es cosa de todos, no de unos
pocos.
La comunicación interna, externa y corporativa nos es indispensable para trabajar en
red, uno de los puntales de la acción voluntaria.
8. La participación social se puede ejercer de muchas maneras y desde muchas partes,
desde lo local a lo internacional, pero no toda participación de la ciudadanía es
voluntariado. Éste se ejerce a través de las entidades que agrupan a la sociedad civil
organizada en torno a un marco jurídico: el Plan y la Ley de Voluntariado.
9. Últimamente se habla mucho de Responsabilidad Social Corporativa pero coexisten
muy diferentes maneras de ponerla en práctica. Para poder complementarnos y
trabajar de manera conjunta, las ONG deberemos echar mano de nuestros códigos
éticos y no sólo aceptar un “dinero fácil” porque, en este caso, el fin del dinero (que son
los proyectos sociales con nuestros usuarios/as) no justifica los medios.
Tenemos que hacer una reflexión conjunta y analizar las buenas prácticas que se están
llevando a cabo entre el segundo y tercer sector, para llegar a una colaboración plena y
eficaz por ambas partes.
10. En el Sector Voluntario entendemos que, en estos momentos se requiere un mayor
esfuerzo y atención por parte de los poderes públicos para que se consoliden las
estructuras de nuestras organizaciones y podamos mejorar la operatividad y eficacia de
nuestros programas de interés social. En este sentido, saludamos con satisfacción el
reciente acuerdo sobre el incremento de la asignación tributaria del IRPF del 0,52% al
0,7% para fines sociales, a la vez que propugnamos su inmediata aplicación efectiva.
11. Debemos reflexionar sobre la posibilidad de exportar el modelo del voluntariado a cada
portal, a cada calle, a cada barrio, a cada pueblo, a cada ciudad, a cada región, a cada
país y cada continente y, con el tiempo ¿por qué no a cada planeta… El Voluntariado
no es perfecto, pero funciona y lo hace porque tenemos el convencimiento de que otro
mundo es posible si nos ponemos manos a la obra.
Para terminar, sólo nos queda animar a todas las personas implicadas en la solidaridad, más
allá incluso de las fronteras del voluntariado, a seguir haciendo causa común de un
posicionamiento ético ejemplar. La sociedad también se forja desde modelos de justicia y
felicidad y aquí radica la esencia del voluntariado: en la generosidad y el compromiso de
aquellas personas que apuestan por la acción altruista desde la responsabilidad. La fuerza de
la energía de todas y todos es capaz de cambiar el mundo: Esa es la clave.
En Toledo a 30 de noviembre de 2006