Gerald GarcÃa - fabulosarevista
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El ladrillo acaba con Miss España<br />
Miss España: cerrado por quiebra<br />
La crisis del ladrillo ha acabado con el certamen, que echa el cierre 83 años después .<br />
La última reina de la belleza estudia pedir carta blanca a la organización. Desde que<br />
Telecinco y Marina D’Or abandonaron a la empresa, el certamen se ha hundido y su<br />
nuevo dueño inmobiliario lucha para evitar el cese del negocio.<br />
No corren buenos tiempos para «Miss España». O lo que es lo mismo, al concurso de<br />
belleza por excelencia de nuestro país le ha tocado bailar en los últimos años con la<br />
más fea, lo que ha llevado a pensar incluso en una hipotética desaparición de seguir las<br />
cosas como están. Una delicada situación que se ha ido acuciando en los últimos doce<br />
meses. Más concretamente desde que Andrés Cid Fernández –propietario de la marca<br />
desde el 10 de octubre de 1990– decidiera desprenderse del certamen el 1 de enero de<br />
2011 por sus problemas de salud y también por los malos momentos económicos y de<br />
imagen que vivía en esos momentos su empresa. Por este motivo, el concurso vendió<br />
en tres millones de euros a pagar en diez años, es decir, 300.000 euros por año (o lo<br />
que es lo mismo, cincuenta millones de pesetas), al presidente del grupo inmobiliario<br />
Torrecasa, Julio Martín, y a su socia, Rosa María Fernández, una joven gallega<br />
instalada en Valencia por negocios, que se quedaba con el cuarenta y cinco por ciento<br />
de la empresa.<br />
Al mismo tiempo, por su experiencia al frente del concurso «Rey & Reina Belleza de<br />
España», creado en competencia directa con Miss & Mister España, Rosa asumía la<br />
dirección general de certamen, cuya sede madrileña pasaba del Paseo del Rey, cercano<br />
a la Cuesta de San Vicente, a la calle Princesa, con vistas al Palacio de Liria, lo que<br />
hacía pensar en la mejora que se podía producir con un nuevo proyecto, emprendido<br />
con tan sólo cuatro personas del anterior equipo y del que se prescindía de casi una<br />
veintena, entre ellos profesionales reconocidos en el sector como Andrés Cid Cabido y<br />
Mónica Romero Torres.<br />
Así pues, un año después del relevo empresarial, el futuro del certamen se torna aún<br />
más incierto. No sólo por el abandono inesperado del «barco» de Rosa María<br />
Fernández, cuya intención era revestir de glamour el concurso y que se ha marchado<br />
rodeada de numerosas dudas sobre su actitud en los negocios, sino también por<br />
despedir al resto del personal antiguo, el cierre de la delegación de Madrid en favor de<br />
la sede de la inmobiliaria de Julio Martín en Alicante. Para remate, la incapacidad de<br />
asumir el segundo pago de la compra, fue lo que les llevó incluso a querer devolver el<br />
concurso a su antiguo propietario con una rotunda negativa por respuesta.<br />
Las horas más bajas de la historia del concurso se pusieron de manifiesto en la última<br />
gala, celebrada en Sevilla, pues no contó con los patrocinadores de envergadura que<br />
sus propietarios pretendían captar. Algo premonitorio a la vista de la actitud tomada<br />
también por la directora de marketing del certamen, que ponía tierra por medio dos<br />
semanas antes de la final de un concurso que ha perdido la repercusión mediática que<br />
merece desde que Telecinco y el complejo turístico de Marina D’Or no renovaran su<br />
colaboración. Otro golpe de gracia, pues el emporio playero reportaba a la empresa<br />
unos cien millones de pesetas.