Gerald GarcÃa - fabulosarevista
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Este escenario ha perjudicado sobremanera a los actuales Miss y Mister España.<br />
Andrea Huisgen y Diego Otero, con tres años de contrato firmado y muchas dudas en<br />
cuanto a su futuro si la empresa no endereza su rumbo con urgencia, algo que parece<br />
que ya se ha intentado sin éxito en las negociaciones. Al parecer, según ha podido<br />
averiguar LA RAZÓN, hay dos o tres interesados en hacerse con el concurso, que se<br />
habría valorado en un millón más de lo que se pagó.<br />
Beatriz Martín, hija de Julio y actual directora general del certamen, se ha negado a que<br />
la venta se haga efectiva, por lo que esto se va pareciendo cada vez más a la «casa de<br />
los líos», en este caso judicial. Sobre todo, si como dicen los más cercanos a Martín se<br />
trata de una mujer con mucha voluntad pero muy inexperta en este mundo.<br />
Así todo, este entramado está muy lejos del objetivo real de la empresa: descubrir y<br />
lanzar al estrellato el talento de las más y los más guapos de España. Lejos queda ya la<br />
primera Miss España, Pepita Samper, de Valencia, que fue elegida en 1929. También la<br />
década de los 80, cuando fue trampolín de maniquíes y artistas. Toca detenerse, eso sí,<br />
en 1990, momento en que se hizo con las riendas del certamen Andrés Cid, un hombre<br />
que cambiaba su fábrica de papel higiénico por los concursos de belleza tras<br />
comprárselo también en tiempos de crisis por una cantidad simbólica a unos<br />
empresarios de discotecas de Benidorm.<br />
Con una gran estrategia de marketing y trabajo incansable, en pocos meses no sólo<br />
empezó a pagar los sueldos de sus cuatro empleadas, sino también el dinero con el que<br />
en aquel año se premió a las ganadoras: un millón de pesetas a la ganadora –véase<br />
Esther Arroyo–, medio millón a la Miss Nacional –Silvia Jato– y otro medio millón, más o<br />
menos, a la primera dama –Margarita Medina–, así como las 250.000 pesetas de la<br />
segunda dama.<br />
Méritos a los que sumaba el 6 de diciembre de 1991, día de la Constitución, la firma de<br />
su primer contrato televisivo con Telecinco de Silvio Berlusconi y Valerio Lazarov<br />
emitiéndose la primera gala el 19 de enero de 1992 desde el Coliseo de La Coruña con<br />
la madrileña Sofía Mazagatos como vencedora. Y aunque algún escándalo y la palabra<br />
«tongo» se dejaba escuchar en alguna que otra edición, se vivieron años rentables para<br />
el empresario y las ganadoras con ganancias para alguna Miss España, durante el año<br />
de reinado, de casi cien millones de pesetas. O sea, a los seiscientos mil euros. Y las<br />
que menos, alcanzaron los 24.000 euros. Tanto es así que en 1996 nació el título de<br />
Míster España.<br />
Todas las chicas y chicos, al igual que los artistas, percibiendo el ochenta por ciento del<br />
dinero que la empresa facturaba por sus trabajos. Ya en 2007, en los últimos coletazos<br />
de Andrés Cid, el certamen aseguraba a la ganadora del título de Miss España, aparte<br />
de un coche y otros regalos importantes, los setenta y dos mil euros (doce millones de<br />
pesetas) que se le garantizaba por trabajo. En su deber está también, la exportación del<br />
concurso fuera de nuestras fronteras. Primero en la República Dominicana en 2008, en<br />
una concentración previa patrocinada por Globalia (la empresa de Juan José Hidalgo) y,<br />
ya acuciados por la crisis económica, un año después en Cancún, que tras el tsunami<br />
que sufrió utilizó el certamen como plataforma turística. Ahora Miss España se enfrenta<br />
a su propio terremoto financiero con difícil solución.<br />
Los escándalos acabaron con los patrocinadores<br />
Las polémicas de los últimos años desvirtuaron el certamen, un hecho que conllevó a la<br />
desaparición de numerosos patrocinadores, con un descenso del 50% de los ingresos.<br />
Y no sólo ellos dejaron de creer en la empresa, también el jurado que hasta entonces<br />
presidían personalidades del periodismo como el académico Luis María Anson y Javier<br />
de Montini.<br />
Uno de los escándalos más sonados fue el de la candidata de Alicante en 2002, que<br />
resultó ser una periodista infiltrada para destapar los secretos del concurso. Asimismo,<br />
destaca el caso de Paula Bustillo, Miss Cantabria 2007, conocida como «miss madre» y<br />
que fue descoronada por ello. «Creo que la organización creó la polémica para darse<br />
publicidad. Sabían de antemano que era madre», explica.<br />
Bases controvertidas<br />
«El certamen de Miss España «ha quedado obsoleto», repiten las reinas de la belleza.<br />
Entre sus principales reivindicaciones están la modernización de las bases, la<br />
fidelización de los clientes y un mayor cuidado de la imagen de las representantes. «El<br />
certamen ha terminado convirtiéndose en una agencia de modelos: por contrato estás<br />
obligada a darles el 20 por ciento de todos tus trabajos durante los tres años siguientes<br />
a tu coronación», explica Raquel Rodríguez, Miss España en 1993.<br />
Una de las principales luchas en los últimos años ha sido eliminar los «puntos machistas<br />
del concurso». Una batalla que ha liderado Ángela Bustillo, Miss Cantabria en 2007.<br />
Tras iniciar una batalla legal, consiguió cambiar las bases para que la maternidad no<br />
esté reñida con la representación de la belleza nacional.