Las Familias - PORTUARIA SUR DE CHILE

Reportaje central|
Familias del puerto:
Tradición que se hereda
Familia Palma:
“Nunca hemos mezclado
lo familiar con lo laboral”
Corría la década de los cincuenta, en la que
comenzaba la primera prolongación del
Muelle 1, cuando Juan Palma Palma (hoy
jubilado) iniciaba su carrera en el puerto.
Estuvo en Lirquén por 42 años.
Miguel Palma Montero, hijo de Juan, vive en
el recinto desde los cinco años. Confiesa que
nunca pensó ser parte de esta Empresa, ya
que sus planes eran transformarse en profesor
de Inglés. Sin embargo, el destino lo
puso en Lirquén, en donde ya cumplió 33
años como Trabajador contratado.
Casado con Enedina Rivera hace 39 años,
Miguel asegura que “haber vivido en este lugar
nos deja recuerdos e historias familiares
imborrables”. Y es que Miguel no está solo.
De los ocho hermanos, tres trabajan en la
Empresa: Luis y Ricardo ingresaron a realizar
labores de reparación del Muelle 1, y permanecen
en Lirquén hasta hoy.
Las nuevas generaciones se han contagiado
con esta dedicación a Lirquén: Miguel Alonso
y Rodrigo, hijos de Miguel, están en la
Compañía. Y desde el 2000, Rodrigo Rivera
Mercado, sobrino de Miguel, también se incorporó
a las filas.
Miguel está orgulloso de la carrera
que han seguido sus dos hijos y
de las familias que han formado.
Ejemplo de ello es Miguel Alonso.
Gracias a las facilidades y confianza
que la empresa depositó en él,
logró estudiar de noche y obtener
su título su título de Técnico Universitario
en Transporte Marítimo
y Puerto. Hoy es feliz trabajando, y
aunque sabe que, a veces, trabajar en familia
no es fácil -“sobre todo cuando uno ejerce
cargos de jefatura”- comprende que el secreto
del éxito de los Palma es seguir una receta:
”Hay que separar las cosas. Nunca hemos
mezclado lo familiar con lo laboral”.
Familia Araneda:
“Las puertas siempre
han estado abiertas
para nuestras familias“
Todo comenzó con Raúl Araneda Neira, Trabajador
Portuario durante 30 años. De sus
siete hijos, dos optarían por continuar su
camino en la Empresa: Luis y Carlos Araneda
Miranda. Con la llegada de este último,
en 1983, los tres Araneda pasaron a formar
parte de Lirquén.
Carlos es conocido como “la Arañita”. Luego
de realizar distintas labores, comenzó a
desarrollar la función de Estibador, “donde
tuve la oportunidad de hacer cursos y capa-
citarme”, lo que hasta hoy día le ha servido
mucho para su trabajo.
Se considera comprometido con lo que hace:
“Siempre doy el máximo de mí en todo sentido”.
Esa actitud quedó en evidencia cuando
obtuvo el premio por la mayor asistencia al
trabajo.
“La Arañita” es un amante de lo que hace:
“Aquí todos los días es algo nuevo. Son distintas
maniobras y actividades con diferentes
tipos de carga”, lo que lo mantiene vigente y
en continua actualización.
Carlos se casó a los 17 años con Margarita
del Carmen Albornoz y viven en la población
Ríos de Chile. Tienen tres hijos (de 21, 17 y
14 años), dos de los cuales trabajan en el
Puerto. Su sobrino Giovanni (hijo de su hermano
Luis, también Trabajador Portuario) es
Estibador de Bodega, y con sus 22 años continúa
con la tradición familiar.
Los hijos de Carlos ya corren con colores propios
en Lirquén. Su hijo Cristián se encuentra
realizando su pre práctica en el taller
eléctrico por intermedio del Liceo Industrial
de Tomé. Por otro lado, su hija Jennifer se
desempeña en terreno como Supervisora de
Plantas en el área de Fertilizantes. Desde ahí
Son familia, pero en el trabajo todos son muy profesionales. Si bien están
en distintos campos, su relación al interior de la Empresa es de respeto y
apoyo mutuo. Son tres clanes que llevan los mismos genes en la sangre…
y a Lirquén en el corazón.
despacha a diferentes clientes y chequea
que el producto esté en las mejores condiciones.
“Ha sido muy bonito trabajar acá
-confiesa ella- y aunque al principio algunos
me dijeron que era apitutá, he demostrado
con esfuerzo que uno sigue en el trabajo por
una misma”.
Familia Aguayo:
Papá y mamá a la vez
Reinaldo Aguayo San Martín no olvida que
dos hitos en su vida ocurrieron casi simultáneamente.
Mientras asumía como Jefe de
Turno en el Área de Despacho y Recepción
de Mercadería, la que había sido su mujer
por ocho años, moría.
Solo y con tres hijos (Reinaldo, Patricio y Rodrigo),
tuvo que batírselas para poder salir
adelante. Confiesa que fue un período muy
duro, “pero que sin duda valió la pena y ha
sido muy positivo”.
Aunque asume que en estos 27 años de arduo
trabajo no ha podido estar con su descendencia
tanto como hubiera deseado, su
esfuerzo rindió frutos: todos sus hijos fueron
a la universidad. Rodrigo egresó de Técnico
Electrónico y trabaja en Vidrios Planos. En
tanto, Reinaldo y Patricio estudiaron en la
Universidad Católica de la Santísima Concepción.
El primero se recibió de Ingeniero
Marítimo Portuario y trabaja en lo que es
la recepción de la celulosa. Patricio -quien
también trabaja en el puerto- da a fines de
año su examen de grado para ejercer como
ingeniero comercial.
Si bien Reinaldo y sus hijos trabajan en distintas
áreas, el patriarca asegura que “cuando
estamos juntos intercambiamos ideas, y
trato como padre de inculcarles la experiencia
que yo he vivido”.
Los tres hijos opinan igual cuando se trata del
papá: “Tener a nuestro padre aquí dentro es
una ayuda. Nos aconsejamos en cómo enfrentar
el trabajo, nos apoyamos mutuamente”.
Patricio -el hijo de Reinaldo que será Ingeniero
Comercial- vive con su familia en Penco.
Cuando esté recibido, saldrá al mundo
laboral. ¿Dónde le interesa trabajar?:
“Ojalá en el puerto. Me gustaría poder
continuar con esta tradición familiar”.
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