Clases para grupos de bailarinas y escuelas de danza

Primero, no debes tener miedo de trabajar con música en
vivo. De hecho, es lo impredecible y espontáneo lo que hace
que la música en vivo sea tan exitante.
La emoción generada de esta experiencia
sobrepasará la incertidumbre que puedas sentir
por no poder predecir exactamente lo que
pasará
Antes de ir más lejos con mis recomendaciones positivas,
quisiera decir que debes ser realista al evaluar las
posibilidades de trabajar cooperativamente con músicos. Si
tus músicos simplemente tocan terriblemente fuera de tono,
y agregan o quitan sonidos en el ritmo, no puedes esperar
solicitarles una rutina simple, y tendrás que ser imaginativa
en tu baile para cubrir el mal sonido. (Es triste decirlo, pero
bailar con música grabada sería mejor que bailar con mala
música en vivo).
Si tus músicos tocan bien, pero son extremadamente
arrogantes, y dan claros mensajes sobre su poca
accesibilidad, no hay mucho que puedas hacer para lograr
que tu presentación sea una experiencia compartida. En
ese caso, probablemente debas tratar de generar mucha
simpatía, tanto como sea posible para correr la menor
cantidad de riesgos de que los músicos deliberadamente
traten de ponerte en aprietos con la música.
Muchos músicos reconocen la importancia de trabajar
cooperativamente con las bailarinas. Son lo suficientemente
sabios como para saber que si tocan de tal modo que hagan
lucir bien a la bailarina, ellos obtendrán igual reconocimiento
por parte de la audiencia. Cuando trabajes con este tipo de
músicos, no adoptes una actitud despreocupada respecto
a la música, ni les digas que no te importa lo que toquen
porque “puedes bailar lo que sea”, ya que ellos asumirán
que no aprecias la buena música y probablemente no se
esmerarán en su interpretación.
Por otro lado, si recitas todas tus peticiones musicales de
tal manera que dejes poco espacio para la creatividad y
elección por parte de los músicos, probablemente obtengas
exactamente lo que estás pidiendo, pero interpretado
desganadamente.
Para obtener mejores resultados, intenta algo como esto:
permite saber a los músicos cuanto tiempo se supone
que durará tu baile, y el orden de ritmos y tiempos que
deseas. Si tienes alguna canción favorita, menciónaselos.
Tal vez tengas un instrumento favorito para interpretar un
taqsim, pídeselos. Solicíta a tus músicos elegir canciones
que contengan los ritmos que les has mencionado., de modo
que puedas bailar y tocar tus címbalos de manera efectiva,
es muy importante que entres en cada sección en el tiempo
correcto, así que asegúrate de acordarlo debidamente con
los músicos.
Hasta ahora he hablado sobre cómo cooperar con músicos
antes de la presentación, seleccionando mutuamente la
Bailarinas y músicos ¿podemos llevarnos bien?
música. Ahora me gustaría abordar la presentación en sí.
Por supuesto, tendrás que anticipar debidamente tu lenguaje
corporal para notificar que deseas cambiar de ritmos.
Asegúrate de elegir señas claras como “cuando caiga al
piso, comiencen el taqsin de nay”, o “cuando me levante,
comiencen a acelerar y cambien pronto a un baladi”. Cuando
realices señas para cambios y los músicos estén en plenta
interpretación, no pidas el cambio abruptamente, sino
continúa con lo que estás haciendo y espera a que ellos
hagan el cambio lo más cercanamente posible sin masacrar
la música.
Si respetas la belleza de las melodías y la continuidad
de la música de esta manera, entonces los músicos muy
probablemente respetarán más tu baile y darán lo mejor de
si mismos.
Baila para tus músicos tanto como para tu audiencia.
Muéstrales cuán placentera es su música y déjate llevar y
baila llena de sentimiento.
Muchas experiencias personales me han mostrado cómo la
buena música puede transformar a una bailarina mediocre
en una excitante artista y cómo una bailarina inspirada puede
levantar la creatividad musical de músicos que ordinariamente
tocarían como si estuvieran aburridos a morir. Cuando una
interpretación es realmente buena, la bailarina, la música y
los músicos se convierten en un maravilloso todo, incluso
acercando a la audiencia y haciendola ser parte de esa
unidad.
Estoy pintando un cuadro glorioso porque lo he experimentado
de esa manera y deseo que también tu puedas hacerlo.
Pero también estoy conciente de los bloques de actitud que
pueden trastornar la cooperación entre bailarinas y músicos.
Algunos músicos sienten que la música siempre está en
un nivel espiritual más alto que la danza. Otros están muy
resentidos hacia las bailarinas ya que ellas se llevan todos
los aplausos mientras que los músicos quedan rezagados y
sin reconocimiento tras bambalinas.
Muchas bailarinas no saben lo suficiente acerca de la
música de Medio Oriente como para apreciar las habilidades
demostradas por los músicos, así que dan por hecho su
virtuosidad. Algunas bailarinas se sienten muy intimidadas
por los músicos. Otras sienten que los músicos están
inevitablemente atrapados y envueltos en problemas de ego.
Ya que en su mayoría la danza es ejecutada por mujeres y la
música por los hombres, algunas actitudes sobre el género
podrían atravesarse en el camino. Conociendo ambos
mundos, tanto el de las bailarinas como el de los músicos,
aprecio la belleza y el valor de ambos. Espero que te unas
a mi, y que intentes conmigo unir cada vez más ambos
aspectos.
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www.revistabellydance.com - Abril 2012| 29