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4. Economía y consumo
Uno de los factores determinantes de la transición a la vida adulta es la independencia
económica, entendiendo ésta en dos modalidades. Por un lado, como la
independencia de la familia de origen y, por el otro, por el sentimiento de autonomía
para tomar decisiones sobre la propia vida. Este proceso viene suscitado
por condicionantes familiares, educativos, laborales, institucionales, etc. En este
apartado aludiremos a los elementos familiares, es decir, a las ayudas económicas
de la familia, y a los laborales, aspectos determinados por la edad.
Como se desprende de la Gráfica nº 9, el presupuesto del que disponen nuestros
jóvenes oscila entre 20 y 60€ mayoritariamente (20-40€ el 29,46% y entre 40-60€
el 29,05%). Igualmente, destaca el hecho que tan sólo el 9,5% de la población entre
14 y 35 años tiene a su disposición un presupuesto semanal inferior a 20€. La
unión de estos dos datos nos hace pensar que nuestros jóvenes disponen de un
presupuesto abultado para sus gastos semanales, teniendo en cuenta que en ese
rango de edad se encuentran muchos que no están en edad laboral, dato que nos
puede estar indicando que el aporte económico proviene de la familia.
Concretamos estos datos generales, dado que son independientes de variables
como la edad o el sexo. Siendo esto así, y como se desprende de la Gráfica 10, puede
advertirse como las mujeres manifiestan manejar menos dinero que los hombres
en la mayoría de los rangos económicos, salvo en el de 60-80€ que representan el
14,85% frente al 13,04% de los hombres. Este dato es aún más llamativo si observamos
que la diferencia se acentúa aún más cuando el importe del que se dispone es
menor de 20€. Este hecho, además, se apoya en los datos de tasa de actividad, dado
que ésta es menor entre las mujeres que entre los hombres (ver tabla 19).
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