8 10 9 El Viajero El Viajero - Terramar
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<strong>El</strong> <strong>Viajero</strong><br />
<strong>10</strong>.08.12<br />
Número 720<br />
www.elpais.com/elviajero<br />
8<br />
9<br />
<strong>10</strong><br />
De paseo<br />
por Tel Aviv<br />
Dónde dormir, comer,<br />
tomar una copa o ir<br />
de compras en la<br />
animada ciudad israelí<br />
Trekking bereber<br />
en Marruecos<br />
Una semana de caminata<br />
desde las kasbas<br />
del desierto hasta las<br />
nieves del Alto Atlas<br />
La chef sorpresa<br />
de Argentina<br />
De San Sebastián<br />
a la lejana Mendoza,<br />
donde Nadia Harón<br />
triunfa como cocinera<br />
La épica<br />
de lo salvaje<br />
En la península de Baja California (México),<br />
miles de ballenas se reúnen cada año entre<br />
noviembre y abril. Un emocionante encuentro<br />
con los mayores habitantes del planeta<br />
Ballena gris ante unos turistas en<br />
la laguna de San Ignacio, Baja California<br />
(México). / Sharon L. Jonz
La épica de lo salvaje<br />
<strong>El</strong> hotel California<br />
y otros 14 sueños<br />
Pistas para recorrer la península mexicana de Baja<br />
California, de los alojamientos de los famosos a las aguas<br />
de Ojo de Liebre donde se aparean las ballenas grises<br />
Isidoro Merino<br />
Lafoto más famosa de Los Cabos, como<br />
se conoce al extremo sur de la<br />
península de Baja California (México),<br />
es <strong>El</strong> Arco, en cabo San Lucas,<br />
un pórtico de roca modelado por la erosión<br />
del mar y el viento que separa las aguas<br />
cálidas y tranquilas del mar de Cortés de los<br />
embates salvajes del Pacífico. Desde este<br />
finisterre californiano, con espectaculares<br />
formaciones rocosas donde sestean los lobos<br />
marinos y hoteles de lujo que sirven de<br />
refugio a las estrellas de Hollywood, se extiende<br />
hacia el norte un paisaje espinoso de<br />
ocres desvaídos, un desierto de 1.200 kilómetros<br />
de largo y entre 45 y 250 kilómetros<br />
de ancho que se prolonga desde Tijuana,<br />
en la frontera con Estados Unidos, hasta el<br />
paralelo 23, en cabo San Lucas, por debajo<br />
del Trópico de Cáncer.<br />
01 ‘Spring Breakers’ vs ‘Cougars’<br />
Cabo San Lucas, una popular escala de cruceros<br />
llena de bares, taquerías y tiendas de<br />
tequila y souvenirs a precios gringos, es un<br />
buen lugar para iniciar el viaje (hay vuelos<br />
diarios desde México DF, a dos horas y media<br />
de avión), contratar excursiones o correrse<br />
una juerga. En la segunda quincena de<br />
marzo y la primera de abril, la ciudad se<br />
llena de Spring-Breakers, universitarios de<br />
Estados Unidos y Canadá que aprovechan<br />
las vacaciones de primavera para desfogarse<br />
y ligar.<br />
En lugares como el club que la cadena<br />
Nikki Beach tiene en el hotel ME-Los Cabos,<br />
de la cadena española Meliá, estos<br />
jóvenes con ganas de marcha suelen coincidir<br />
con otro tipo de turista frecuente al<br />
sur de Baja: las cougars (pumas en inglés),<br />
un término empleado para describir a un<br />
tipo de mujer madura, independiente,<br />
atractiva y con dinero.<br />
02 Una playa entre dos mares<br />
Los otros atractivos de Cabo San Lucas<br />
están en el mar: la pesca, el buceo o las<br />
excursiones en barca o kayak de mar hasta<br />
el promontorio donde se encuentra el famoso<br />
arco de roca y donde vive una colonia<br />
de leones marinos, o a la playa de Los<br />
Amantes, una lengua de arena que une las<br />
aguas calmas de la bahía de San Lucas y<br />
las bravías del Pacífico y permite cruzar a<br />
pie entre los dos mares.<br />
03 Cascadas de arena<br />
Bajo el agua, en los alrededores de la roca<br />
del Pelícano, los buceadores expertos pueden<br />
descender hasta las cascadas de arena,<br />
un fenómeno geológico descubierto por el<br />
oceanógrafo francés Jacques-Yves Cousteau<br />
que se produce, a unos 30 metros de profundidad,<br />
en la bahía de San Lucas, una de las<br />
más hondas del mundo (desde 213 metros<br />
cerca de la orilla hasta los 3.500 metros).<br />
04 ¡Dale carrete, John Wayne!<br />
Cuando el escritor John Steinbeck recorrió<br />
la Baja California en la primavera de 1940 a<br />
bordo de un barco sardinero, Cabo San Lucas<br />
era un pueblito de pescadores donde<br />
vivían menos de 500 personas ocupadas en<br />
la pesca o el trabajo en una conservera de<br />
atún. Una pista de tierra permitía recorrer<br />
los 32 kilómetros que lo separan de San José<br />
del Cabo, donde terminaba la carretera.<br />
Esos 32 kilómetros, conocidos como <strong>El</strong> Corredor,<br />
son hoy el destino turístico más exclusivo<br />
de México, con decenas de resorts al<br />
gusto norteamericano, lujosos hoteles todo<br />
incluido, campos de golf regados con agua<br />
de mar desalinizada y precios a la altura del<br />
caché de las estrellas de Hollywood. En la<br />
década de 1950, enamorados de la pesca<br />
como John Wayne, Bing Crosby y Errol<br />
Flynn solían viajar a Cabo San Lucas en avioneta<br />
desde Los Ángeles para dar carrete a<br />
los peces vela y marlines que pueblan sus<br />
aguas. Se alojaban en lugares como el rancho<br />
Las Cruces, donde hoy está el hotel Palmilla,<br />
o el hotel Chileno, uno de los pioneros,<br />
que contaban con una pequeña pista de<br />
aterrizaje. Algunos avispados empezaron a<br />
comprar terrenos a los pequeños ranchos<br />
de la zona, transformando aquel villorrio de<br />
pescadores en el destino de lujo que es hoy.<br />
05 Territorio ‘celebrity’<br />
Entre los asiduos está George Clooney,<br />
que ha pasado allí temporadas con al menos<br />
dos de sus novias: Stacey Keibler y<br />
<strong>El</strong>isabetta Canalis. Sean Penn y Scarlett<br />
Johansson quemaron allí su breve romance<br />
de tres meses; John Travolta celebró su<br />
50º cumpleaños, y Jennifer Aniston, Kevin<br />
Jonas, Beyoncé, Leonardo<br />
DiCaprio y Robert de<br />
Niro también se dejan<br />
ver por allí.<br />
Sus refugios son hoteles<br />
como el One & Only<br />
Palmilla (el mejor de México,<br />
según Condé Nast), Esperanza,<br />
Las Ventanas al<br />
Paraíso, Capella Pedregal<br />
o Sheraton Hacienda del<br />
Mar, aunque cuando se<br />
pregunta sobre el tema a<br />
los responsables de los establecimientos<br />
o al personal<br />
que trabaja en ellos no<br />
sueltan prenda: la discreción<br />
viene incluida en el<br />
precio de las habitaciones,<br />
que supera en algunos casos los 2.000<br />
euros la noche.<br />
06 Un chupito de damiana<br />
A diferencia de Cabo San Lucas, San José<br />
del Cabo, al otro extremo de <strong>El</strong> Corredor,<br />
conserva su encanto colonial y un cierto<br />
aire bohemio. Una asociación de comerciantes<br />
locales y artistas residentes en el<br />
pueblo ha emprendido la rehabilitación del<br />
centro histórico, una cuadrícula de casas<br />
bajas con fachadas multicolores: rojos venecianos,<br />
azules, verdes, morados. Los soportales<br />
del zócalo y las calles que lo rodean<br />
están llenas de restaurantes, galerías de arte,<br />
tiendas de artesanos y joyerías donde se<br />
venden alhajas hechas con perlas y nácar<br />
(los precios, altos). Todos los jueves hay un<br />
paseo del arte, en el que las galerías y los<br />
estudios de los artistas abren al público y se<br />
celebran pequeñas fiestas con degustaciones<br />
de tequila y damiana, un licor dulzón<br />
destilado de una planta del desierto al que<br />
se le atribuyen propiedades vigorizantes.<br />
Arriba, formaciones rocosas en una de las playas de Cabo San Lucas, cerca de <strong>El</strong> Arco.<br />
Abajo, recepción del hotel California, en Todos Santos, y piscina infinita con vistas al<br />
Pacífico en el hotel Westin Los Cabos. A la derecha, Ensenada Grande, una de las<br />
bahías de la isla Espíritu Santo, en el golfo de California, y arriba, una cantina y la<br />
carretera que recorre la península. / Isidoro Merino<br />
07 En las playas de ‘Troya’<br />
Además de por placer, los famosos visitan la<br />
Baja por trabajo. En ella se han rodado al<br />
menos 40 películas, la mayoría en Mexicali,<br />
Rosarito y Tijuana. <strong>El</strong> puerto que aparecía<br />
en Master & Comander (2003) y Pearl Harbor<br />
(2001), por ejemplo, es el de Rosarito, y<br />
las playas de Troya donde Aquiles-Brad Pitt<br />
hacía escabechinas entre los troyanos, en la<br />
película que dirigió en 2004 Wolfgang Petersen,<br />
son las de Cabo San Lucas. Perdita Durango<br />
(1997), de Álex de la Iglesia, se rodó en<br />
Tijuana. En cambio, la maravillosa Sed de<br />
mal, de Orson Welles, que está ambientada<br />
en Tijuana, se hizo en unos estudios de Los<br />
Ángeles (EE UU).<br />
08 Buscando la gran ola<br />
Hay dos maneras de abandonar Cabo San<br />
Lucas: por la carretera Federal 19, que discurre<br />
por el oeste siguiendo la costa del<br />
Pacífico, o por la Federal 1, también conocida<br />
como carretera Transpeninsular o<br />
Mex-1, que discurre por el este hasta San<br />
José de los Cabos y la costa del golfo. Cerca<br />
de La Paz, ambas carreteras se unen en<br />
la Federal 1 hasta Tijuana.<br />
La Federal 19 es la opción más cómoda<br />
para acceder a las playas salvajes del Pacífico,<br />
que atraen a surfistas de Estados Unidos<br />
y Canadá a las olas de playas como<br />
Los Cerritos o San Juanico. En Los Cerritos,<br />
cerca de Pescadero, existe una colonia<br />
de bungalós para quienes han hecho del<br />
surf su modo de vida, y un chiringuito en<br />
la playa invita a tomar una coronita ante la<br />
atenta mirada de La Catrina (un personaje<br />
de la iconografía popular mexicana representado<br />
por un esqueleto de mujer con<br />
sombrero de plumas y sombrilla).<br />
09 Nostalgia de los Eagles<br />
Peter Buck, el guitarrista de REM, es el<br />
vecino más famoso del pueblo de Todos<br />
Santos, al norte de Los Cerritos, un destino<br />
para nostálgicos. A escasos cien metros<br />
de la casa de Peter Buck se alza una leyenda<br />
del pop: el hotel California.<br />
2 EL PAÍS EL VIAJERO <strong>10</strong>.08.12
<strong>10</strong> Trópico de Cáncer<br />
De camino hacia la sierra de La Laguna,<br />
“donde la tierra desgaja por todos lados<br />
en barrancas hondas, de un fondo que se<br />
pierde de tan lejano”, como escribió el<br />
mexicano Juan Rulfo, se atraviesa el Trópico<br />
de Cáncer, un lugar donde parar, aunque<br />
solo sea para hacerse la foto. A un<br />
lado de la carretera se alza una pequeña<br />
capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe;<br />
al otro, los abundantes fósiles de moluscos<br />
dispersos por el suelo nos recuerdan<br />
que pisamos el fondo de un antiguo mar.<br />
Tijuana<br />
200 km<br />
Ensenada<br />
1<br />
Baja California<br />
Reserva de la<br />
biosfera <strong>El</strong> Vizcaíno<br />
Océano Pacífico<br />
Estados<br />
Unidos<br />
México<br />
Guerrero Negro<br />
Baja<br />
California<br />
Sur<br />
Bahía Magdalena<br />
Mar de Cortés<br />
(Golfo de California)<br />
Don Henley, el batería de los Eagles,<br />
siempre ha negado que el hotel de Todos<br />
Santos inspirase la famosa canción, pero da<br />
lo mismo: centenares de turistas norteamericanos,<br />
muchos de ellos talluditos, acuden<br />
allí como polillas a la luz, y sus actuales<br />
propietarios, John y Debbie Stewart, siguen<br />
alimentando el mito. En cualquier caso, un<br />
lugar muy agradable de estilo colonial, con<br />
habitaciones pintadas en vivos colores alrededor<br />
de un patio con alberca: “Wellcome<br />
to the hotel California. / Such a lovely place<br />
/ Such a lovely face...”.<br />
1<br />
Todos Santos<br />
Sonora<br />
Loreto<br />
Playa de los Cerritos<br />
Isla de<br />
Espíritu Santo<br />
La Paz<br />
Área de los Cabos<br />
JAVIER BELLOSO<br />
11 La jungla espinosa<br />
<strong>El</strong> desierto y los cactus mezclan bien. Como<br />
el tequila, el limón y la sal en una margarita.<br />
La diversidad de los que existen en México<br />
es abrumadora, y uno de los mejores lugares<br />
para comprobarlo es la sierra de la Laguna,<br />
cerca de Santiago de los Coras, en el<br />
antiguo Camino Real que recorría, sembrado<br />
de misiones, toda California. Además de<br />
los cardones centenarios, algunos tan altos<br />
como una casa, se pueden ver nopales, pitayas,<br />
viejitos o mamilarias, barriles, biznagas<br />
y arbustos espinosos como el palo blanco, el<br />
palo de arco, el mezquite, el alcanfor, la planta<br />
gobernadora (una euforbiácea que se investiga<br />
como tratamiento contra el cáncer)<br />
y el ubicuo torote, cuya corteza descamada<br />
le da un bonito color dorado. A simple vista<br />
parecen árboles muertos, pero bastan cuatro<br />
gotas para convertir el desierto en un<br />
jardín florido, y algunas especies completan<br />
su ciclo —hojas, floración y fruto— en solo<br />
24 horas.<br />
12 La bahía de Los Ángeles<br />
En 1535, Hernán Cortés recaló en la costa<br />
oriental de una árida, espinosa península a<br />
la que llamó California en recuerdo de la<br />
fabulosa isla de las amazonas que describe<br />
el quinto libro de Amadís de Gaula. En lugar<br />
del oro y las perlas que buscaba, encontró<br />
piedras y cactus. Un siglo después llegaron<br />
los jesuitas para erigir un rosario de misiones<br />
unidas por el Camino Real, que unía<br />
San Diego con Loreto. En Loreto, para muchos<br />
el pueblo más bonito de la Baja, es<br />
donde está la misión más antigua, de 1697.<br />
Cerca de allí encontramos la bahía de Los<br />
Ángeles, con sus aguas de un intenso azul.<br />
13 Perlas negras<br />
La Paz, capital de Baja California del Sur,<br />
es una tranquila y agradable ciudad que<br />
vive de cara a su malecón. En los alrededores<br />
se encuentran también algunas de<br />
las playas salvajes más bonitas de México,<br />
como la de la bahía de Balandra, a la<br />
que se puede acceder en transporte público.<br />
No hay muchos turistas, lo que se<br />
nota en los precios, mucho más bajos<br />
que en Los Cabos. En uno de sus flancos<br />
se encuentran la isla de Espíritu Santo,<br />
reserva de la biosfera, con farallones donde<br />
dormitan los leones marinos y estre-<br />
Pasa a la página 4<br />
Larbi Dahrouch, chef del<br />
hotel One & Only Palmilla<br />
<strong>El</strong> guacamole<br />
perfecto<br />
“Dos aguacates cortados en trozos, dos<br />
cucharadas de cebolla roja muy picada,<br />
tres cucharadas de cilantro picado, un<br />
chile serrano también picadito, sal y una<br />
pizca de pimienta. Se mezcla todo muy<br />
bien hasta conseguir una pasta espesa y<br />
se sirve recién hecho, acompañado aparte<br />
de salsa pico de gallo (tomate, cebolla y<br />
cilantro picados)”.<br />
Larbi Dahrouch, chef del restaurante<br />
Agua en el hotel One & Only Palmilla,<br />
comparte su receta magistral del guacamole<br />
que acaba de preparar mientras agarra<br />
un huachinango (una especie de pargo,<br />
de color rojo) recién pescado con el<br />
que hará un fresquísimo ceviche. Nacido<br />
en Marruecos, Dahrouch<br />
comenzó su carrera con<br />
13 años en Francia, de<br />
aprendiz del cocinero<br />
francés Jean-Louis Palladin.<br />
Antes de hacerse cargo<br />
de los fogones del hotel Palmilla,<br />
Dahrouch viajó por todo México explorando<br />
mercados y puestos de comida<br />
en busca de la cocina mexicana más auténtica.<br />
<strong>El</strong> menú del Agua, basado en productos<br />
frescos locales, en especial los pescados<br />
y mariscos, que Dahrouch selecciona<br />
a diario, mezcla clásicos de la cocina<br />
mediterránea y marroquí con recetas puramente<br />
mexicanas.<br />
Junto a su restaurante, frecuentado<br />
por famosos como Eva Longoria, cultiva<br />
un jardín de plantas aromáticas que utiliza<br />
en recetas como el tajín de camarones<br />
à la minute que prepara ahora, mientras<br />
su entregado público se termina el delicioso<br />
ceviche de huachinango.<br />
Marian Gómez,<br />
directora de ‘marketing’<br />
Un cactus<br />
de Navidad<br />
“Acostumbrada al invierno de Madrid,<br />
cuando llegué a Los Cabos, todas las mañanas<br />
al llegar al trabajo decía: ‘¡Qué<br />
buen tiempo hace hoy!’. Hasta que un día<br />
un compañero me dijo: ‘Marian, es que<br />
aquí siempre hace buen tiempo”.<br />
<strong>El</strong> clima cálido y soleado, la salvaje<br />
naturaleza del mar y del desierto, y también<br />
“la seguridad que se respira en Baja<br />
California Sur, mucho más que en otros<br />
lugares de México” hicieron que Marian<br />
Gómez, jefa de marketing de <strong>Terramar</strong><br />
Destinations (www.terramardestinations.<br />
com), una empresa de servicios turísticos<br />
que opera en el área de Los Cabos, se<br />
quedase a vivir allí, tras un primer viaje<br />
de vacaciones. La empresa<br />
para la que trabaja organiza<br />
desde bodas con banquete<br />
en la playa y fiesta<br />
nocturna con antorchas<br />
hasta excursiones de aventura<br />
por los cañones del desierto<br />
en compañía de guías expertos en la flora<br />
y la fauna de la Baja. También las excursiones<br />
en kayak de mar que permiten acceder<br />
a las playas más recónditas de la<br />
bahía de San Lucas, una de sus actividades<br />
más populares.<br />
Marian recuerda divertida su primera<br />
Navidad en Los Cabos: “Me empeñé en<br />
colgar las luces y las bolas en un cardón<br />
(un cactus de gran porte), así que convencí<br />
a una amiga americana para que me<br />
acompañase, y nos fuimos para el desierto<br />
con una sierra y unos guantes de soldar.<br />
Casi se nos desploma encima, y cuando al<br />
fin conseguimos llevarlo a mi casa, la habitación<br />
se llenó de pequeños escorpiones”.<br />
EL PAÍS EL VIAJERO <strong>10</strong>.08.12 3
La épica de lo salvaje<br />
Viene de la página 3<br />
chas ensenadas que servían de abrigo<br />
a los corsarios holandeses que acosaban<br />
a los galeones españoles en la ruta<br />
entre Manila (Filipinas) y Acapulco<br />
(México), como Boris von Spilbergen,<br />
el pirata Pichilingüe. De sus placeres<br />
arenosos, donde vive la pintada mazatlánica,<br />
una variedad de madreperla,<br />
proceden las famosas perlas negras<br />
que lucen en algunos retratos los<br />
reyes y reinas españoles. Los turistas<br />
pueden hoy visitar e incluso acampar<br />
en calas de la isla de Espíritu Santo,<br />
como Ensenada Grande, donde la empresa<br />
Fun Baja (www.funbaja.com)<br />
monta un pequeño campamento ecológico<br />
donde se puede descansar, pasear,<br />
nadar, bucear o simplemente mirar<br />
las estrellas (Baja California es<br />
uno de los mejores lugares para ver el<br />
firmamento).<br />
14 Sal y ballenas<br />
Guerrero Negro, a 1.000 kilómetros de<br />
Cabo San Lucas y a 700 de Tijuana,<br />
está justo al sur de la línea que separa<br />
los dos Estados en que se divide la<br />
península: Baja California (capital, Tijuana)<br />
y Baja California Sur (capital,<br />
La Paz). Debe su nombre a un ballenero<br />
inglés, el Black Warrior, que naufragó<br />
en la cercana laguna Ojo de Liebre<br />
el <strong>10</strong> de diciembre de 1858 y permaneció<br />
semihundido en la bocana de la<br />
bahía durante décadas. Sus lagunas<br />
someras alimentan las mayores salinas<br />
del mundo, con 42.000 hectáreas<br />
de superficie. Una industria que ahora<br />
compite con el turismo: Guerrero<br />
Negro es el lugar obligado de paso de<br />
los turistas que quieren ver las ballenas<br />
que acuden cada invierno a Ojo<br />
de Liebre.<br />
15 Arrecife de coral<br />
Todos coinciden en que el mejor lugar<br />
para bucear en la Baja es Cabo Pulmo,<br />
a 63 kilómetros al noreste de San José<br />
del Cabo por la Mex-1: un hervidero de<br />
vida que bulle alrededor del único arrecife<br />
coralino de la costa oeste de América,<br />
declarado en 2005 patrimonio mundial<br />
por la Unesco. Una empresa inmobiliaria<br />
planeaba levantar cerca de este<br />
paraíso virgen un nuevo Cancún. <strong>El</strong><br />
plan, bautizado como Cabo Cortés,<br />
contemplaba la construcción, sobre<br />
las dunas costeras, de una marina de<br />
490 amarres, con 27.000 habitaciones<br />
y dos campos de golf. Afortunadamente,<br />
el Gobierno mexicano revocó la autorización<br />
para el proyecto.<br />
Juan Beltrán<br />
Guía del mar de Cortés<br />
Ballenatos<br />
de 700 kilos<br />
Avistar de cerca ballenas grises, uno<br />
de los mayores seres vivos que han<br />
existido nunca en este planeta (15<br />
metros de largo y 40 toneladas de peso) es<br />
una de las mejores razones para viajar<br />
hasta la Baja California. Desde noviembre<br />
hasta abril, miles de ballenas grises llegan<br />
en migración desde las frías aguas del<br />
mar de Bering, entre Alaska y Rusia, a<br />
9.700 kilómetros, hasta las lagunas costeras<br />
de la Baja California en busca de lugares<br />
tranquilos para aparearse o parir y<br />
amamantar a los ballenatos —700 kilos<br />
de peso al nacer— que han gestado durante<br />
12 meses. “Aunque son las más abundantes,<br />
no son las únicas que visitan la<br />
región: también hay rorcuales,<br />
yubartas, orcas, calderones<br />
e incluso la gran ballena<br />
azul, el animal más grande<br />
del planeta, con hasta 26<br />
metros de longitud. Un total<br />
de 33 especies de mamíferos<br />
marinos, incluyendo delfines, leones<br />
marinos y focas”, explica Juan Beltrán,<br />
un veterano guía de La Paz que trabaja<br />
enseñando las maravillas del mar de Cortés,<br />
como también se conoce al golfo, a<br />
los turistas.<br />
Para ver ballenas grises, Juan Beltrán<br />
recomienda ir al Pacífico, a lugares como<br />
Puerto López Mateos o al vecino Puerto<br />
San Carlos, resguardados del mar abierto<br />
por la isla de la Magdalena, o más al norte, a<br />
las lagunas de Ojo de Liebre y San Ignacio,<br />
bahías interiores de aguas someras donde<br />
las ballenas permanecen cuidando de sus<br />
ballenatos. A mediados de febrero se produce<br />
la mayor concentración de ejemplares de<br />
Un buceador nada junto a un tiburón ballena en la bahía de La Paz, en Baja California (México). / Mark Carwardine<br />
ballenas grises en estas aguas, lo que garantiza<br />
el avistamiento cercano de los mamíferos<br />
gigantes, que se acercan a las pangas.<br />
Tras dos o tres meses en estas aguas, las<br />
ballenas y sus crías, que en ese tiempo ya<br />
han doblado su peso, regresan a mar abierto<br />
para emprender el viaje de vuelta, unos<br />
dos meses, hasta las aguas ricas en krill<br />
(un pequeño camarón) del Ártico.<br />
Casi por las mismas fechas que las ballenas<br />
grises visitan la Baja California se puede<br />
ver en el mar de Cortés otro gigante: el<br />
tiburón ballena. La sensación de estar cerca<br />
del pez más grande del mundo (hasta<br />
17 metros de largo) en su hábitat natural<br />
es uno de los sueños de cualquier submarinista.<br />
Para seguir el deambular pacífico<br />
de este enorme e inofensivo tiburón moteado<br />
no se necesita estar muy familiarizado<br />
con el buceo, ya que una simple zambullida<br />
con tubo y aletas permite acompañar<br />
al gigante de cerca. “De octubre a<br />
febrero, cuando la concentración de zooplancton<br />
es mayor, es frecuente verlo en<br />
la zona <strong>El</strong> Mogote”, cuenta Beltrán. <strong>El</strong><br />
Mogote es una de las islas de la bahía de<br />
La Paz. Aunque solo come plancton y pequeños<br />
peces, la prudencia exige “guardar<br />
una distancia de al menos tres metros<br />
con el gigante, y mantenerse a un mínimo<br />
de cinco metros de su aleta caudal” como<br />
se indica en un panel del barco. Para no<br />
llevarse un coletazo”.<br />
La abundancia y disponibilidad de alimento<br />
en el golfo de California explica que<br />
los tiburones que viven en sus aguas no<br />
ataquen a las personas. Beltrán lo explica:<br />
“Si puedes comer muchos peces más pequeños<br />
que tú, ¿por qué te vas a arriesgar<br />
con un animal de tu tamaño”. Del puerto<br />
de Pichilingüe —el apodo de un famoso<br />
corsario holandés—, en La Paz, parten a<br />
diario las pangas (embarcaciones de pesca)<br />
hacia el archipiélago Espíritu Santo<br />
para nadar con los leones marinos, bucear<br />
con tiburones ballena o acampar en<br />
las playas con forma de media luna que<br />
esconden las angostas ensenadas de las<br />
islas.<br />
Para Juan Beltrán, lo que hace únicas<br />
estas aguas es que en ellas se pueden ver<br />
juntas muchas especies que existen en<br />
puntos muy distantes del planeta: “En<br />
una salida puedes nadar junto a gigantes<br />
como la manta del Pacífico o el tiburón<br />
ballena, bucear entre tiburones martillo y<br />
peces de arrecife, o ver cinco tipos de<br />
tortugas marinas, algunas en peligro de<br />
extinción…”.<br />
Los islotes que se alzan frente a La Paz<br />
también ofrecen la oportunidad de hacer<br />
snorkeling con leones marinos, una impagable<br />
experiencia, ya que se muestran curiosos<br />
y juguetones con los visitantes, “salvo<br />
cuando paren a sus crías, que se vuelven<br />
más huraños”, dice.<br />
Pahorán Gurrola,<br />
guía de aventura<br />
Que no te pique<br />
la viuda negra<br />
“Es más fácil que te mate una víbora de<br />
cascabel muerta que una viva”. Lo que<br />
parece un comentario absurdo cobra sentido<br />
cuando lo explica Pahorán Gurrola,<br />
de la empresa de guías de aventura Baja<br />
Outback (http://bajaoutback.com): “Es<br />
frecuente encontrar serpientes atropelladas<br />
en la carretera, y muchos se bajan del<br />
coche para arrancarle los anillos del crótalo,<br />
con el que se hacen llaveros. La cascabel<br />
necesita el veneno para digerir sus<br />
presas, y cuando muerde para defenderse<br />
inyecta una pequeña cantidad, que no<br />
suele ser mortal si se trata a tiempo. Pero<br />
si la cascabel atropellada no está del todo<br />
muerta, se revolverá inoculando todo su<br />
veneno. Y en media hora estás<br />
muerto”.<br />
Pahorán se conoce casi<br />
todos los secretos del desierto<br />
californiano. “Se suele<br />
decir que si cortas un cactus<br />
puedes beber el agua que<br />
contiene dentro, pero esto solo vale para<br />
algunas especies, como los cactus de barril;<br />
pero si tomas el líquido que hay dentro<br />
de un cactus cardón, te darán vómitos”.<br />
Entre los animales potencialmente<br />
peligrosos del desierto californiano cita<br />
también a la viuda negra, una araña de<br />
color negro con una mancha roja en el<br />
abdomen que se come al macho tras aparearse.<br />
“Suele tejer sus hilos entre los arbustos<br />
del desierto, y si los tocas, te puede<br />
saltar encima. Su veneno, neurotóxico, es<br />
muy potente, aunque rara vez mortal (inocula<br />
una dosis muy pequeña), pero tiene<br />
un efecto secundario en los hombres: provoca<br />
largas y dolorosas erecciones”.<br />
Víctor Ramos,<br />
Guía turístico<br />
Psicodelia para<br />
cruzar el desierto<br />
Víctor Ramos conduce una ranchera por<br />
un tramo sinuoso de la Federal 1, la carretera<br />
que recorre Baja California de norte<br />
a sur. En la radio del coche suena un<br />
narcocorrido: “Si tú cuidas de mí, yo cuido<br />
de ti. Si me traicionas, yo te mato”. La<br />
letra cuenta una historia común en este<br />
tipo de canciones: el reclutamiento de<br />
un adolescente por uno de los carteles<br />
de la droga, su breve vida como sicario<br />
(en la canción, llena de coches caros y<br />
mujeres) y su previsible muerte en una<br />
balacera. Aunque el pelo largo y las gafas<br />
de sol le dan un cierto aire de malote, y el<br />
paisaje que atravesamos parece sacado<br />
de No es país para viejos, a Víctor Ramos<br />
no le gustan nada los narcocorridos,<br />
y apaga la radio<br />
para poner Lateralus,<br />
de Tool, una banda de<br />
culto de Los Ángeles en<br />
cuya música se alían el metal<br />
y la psicodelia. “En uno de<br />
los temas, el número 13, el batería Danny<br />
Carey repite la secuencia de Fibonacci:<br />
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13”, explica a los no<br />
iniciados. La serie de Fibonacci es una<br />
sucesión matemática que determina muchas<br />
formas de la naturaleza, como la<br />
espiral de las caracolas. La música solemne<br />
e hipnótica de Tool mezcla bien con<br />
el desierto que atravesamos. “Conduciremos<br />
por esa espiral hasta el final e iremos<br />
a donde nadie estuvo antes”, dice<br />
Víctor Ramos. ¿Más canciones para escuchar<br />
por el desierto de Baja California<br />
“The Weight, de The Band; Born to be<br />
wild, de Steppenwolf; Riders on the<br />
storm, de The Doors; Estopa…”.<br />
4 EL PAÍS EL VIAJERO <strong>10</strong>.08.12