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«AVILA RURAL»<br />
<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />
POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />
Jesús M.ª J. Sanchidrián Gallego<br />
Mingorría • Zorita • Cardeñosa • Santo Domingo de<br />
las Posadas • Peñalba • San Esteban de los Patos<br />
Monsalupe • Pozanco • Las Berlanas • Velayos •<br />
Tolbaños • Gotarrendura • La Vega • Blascosancho<br />
Escalonilla • Saornil • La Venta • Gallegos • Brieva<br />
«Piedra Caballera»<br />
Segunda Edición 2006
<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />
POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />
Jesús M.ª J. Sanchidrián Gallego<br />
«AVILA RURAL»<br />
Mingorría<br />
Zorita de los Molinos<br />
Cardeñosa<br />
Santo Domingo de las Posadas<br />
Peñalba de Avila<br />
San Esteban de los Patos<br />
Monsalupe<br />
Pozanco<br />
Las Berlanas<br />
Velayos<br />
Tolbaños<br />
Gotarrendura<br />
Vega de Santa María<br />
Blascosancho<br />
Escalonilla<br />
Saornil de Voltoya<br />
Venta de San Vicente<br />
Gallegos de San Vicente<br />
Brieva<br />
«Piedra Caballera»<br />
Revista Cultural<br />
Segunda Edición<br />
2006
Publicaciones<br />
«Piedra Caballera»<br />
· REVISTAS: «Piedra Caballera», Revista<br />
cultural, 1982-1989, 16 números.<br />
· MONOGRAFICOS: – El arte de trabajar la<br />
piedra, 1985. – Cuadernos de arquitectura,<br />
1987. – Carnavales, 1987. – Cuaderno de<br />
fotografías, 1987. – Cuaderno de deportes<br />
populares, 1988. – Suertes del toreo, poemas<br />
de Teófilo Domínguez, 1989.<br />
· CARPETAS FOTOGRAFICAS: – La historia<br />
quieta, 1989. – La memoria del tiempo, 1990.<br />
– Postales, 1990.<br />
· LIBROS: – Hojas sueltas, poemas de José<br />
Pindado, 1984. – Gotas de lluvia, poemas de<br />
Segundo Bragado, 1986. – Para no olvidarte,<br />
Amelia, poemas de Fermín Navarro, 1990. –<br />
Crónicas de un pueblo abulense, de Jesús<br />
Mª Sanchidrián Gallego y otros, 1991. – La<br />
historia quieta, la historia del tiempo<br />
(Fotografías), de Jesús Mª Sanchidrián,<br />
1996. – Comediantes. Crónica teatral de un<br />
pueblo, de Jesús Mª Sanchidrián, 2002. -<br />
Estampas de la Tierra de Ávila (Fotografías),<br />
de Jesús Mª Sanchidrián, 2004. – La Muralla<br />
de Ávila, (Fotografías), de Jesús Mª<br />
Sanchidrián, 2006. - Album del Grande<br />
(Fotografías), de Jesús Mª Sanchidrián, 2006.<br />
· FOLLETOS: – Mingorría y Zorita de los<br />
Molinos, 1997. – Los molinos del Adaja,<br />
1999. – Homenaje musical al dulzainero<br />
Aureliano Muñoz «Polilo», 2000.<br />
Estampas de la Tierra de Ávila. de Jesús Mª<br />
Sanchidrián Gallego. 2004.<br />
JESUS M.ª JOSE SANCHIDRIAN GALLEGO<br />
(Mingorría - Avila, 1959) es un estudioso del<br />
patrimonio cultural y etnográfico de los pueblos<br />
abulenses y de sus gentes, sobre el<br />
que ha escrito y publicado artículos, libros y<br />
fotografías, de las que también ha realizado<br />
diversas exposiciones. A través de la revista<br />
«Piedra Caballera», de la que es su fundador<br />
y director, ha promovido la divulgación de la<br />
cultura popular y las inquietudes artísticas y<br />
literarias surgidas en el medio rural. Profesionalmente<br />
ejerce como letrado urbanista<br />
municipal.<br />
«AVILA RURAL»<br />
<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />
POR LOS PUEBLOS<br />
DEL ADAJA<br />
•<br />
Madrid<br />
Río Adaja<br />
Segunda Edición<br />
2006<br />
• Mingorría<br />
•<br />
Avila<br />
Castilla y León<br />
El viaje mágico que se propone<br />
por los pueblos del Adaja situados<br />
en las inmediaciones de la<br />
ciudad de Avila, combina aspectos<br />
etnográficos, históricos,<br />
artísticos, culturales, festivos,<br />
musicales y paisajísticos,<br />
entre otros, que se configuran<br />
en un conjunto de rutas que<br />
pretenden ilustrar a los viajeros<br />
con una nueva visión de lo<br />
popular, mezclando aspectos<br />
físicos y visuales con otros<br />
imaginativos. Con ello se procura<br />
un redescubrimiento de<br />
nuestros pueblos y sus gentes,<br />
en un intento de revitalizar su<br />
identidad histórica y cultural, y<br />
de recuperar el hábitat rural<br />
que le es propio.<br />
«Piedra Caballera»<br />
Asociación Cultural<br />
«AVILA RURAL» <strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong> POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />
«AVILA RURAL»<br />
<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />
POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />
Jesús M.ª J. Sanchidrián Gallego<br />
Mingorría • Zorita • Cardeñosa • Santo Domingo de<br />
las Posadas • Peñalba • San Esteban de los Patos<br />
Monsalupe • Pozanco • Las Berlanas • Velayos •<br />
Tolbaños • Gotarrendura • La Vega • Blascosancho<br />
Escalonilla • Saornil • La Venta • Gallegos • Brieva<br />
«Piedra Caballera»<br />
Segunda Edición 2006<br />
Las <strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong> por los pueblos del<br />
Adaja surgen en la búsqueda de una identidad<br />
común a todos ellos siguiendo una<br />
parte del curso del río y su cuenca, donde<br />
se mezclan antiguas formas de vida con elementos<br />
propios de la cultura popular y el<br />
medio ambiente rural.<br />
Aunque situados en la inmediaciones de la<br />
ciudad de Avila, los pueblos de la zona suelen<br />
pasar desapercibidos para los viajeros<br />
que se acercan a estas tierras, por lo que las<br />
rutas ideadas permiten adentrarse en la singularidad<br />
de las tradiciones y costumbres<br />
de sus habitantes, y en el paisaje que caracteriza<br />
su medio natural, de cuya simbiosis<br />
nace una visión mágica que trasciende a la<br />
simple realidad de las cosas.<br />
Los pueblos que se aparecen en este peculiar<br />
viaje surgieron en el siglo XI con repobladores<br />
de origen gallego y asturleonés,<br />
burgalés, vasconavarro y aragonés, quienes<br />
se asentaron en las tierras que habían quedado<br />
deshabitadas con la llegada de los<br />
árabes. Anteriormente se conocieron otras<br />
culturas primitivas y civilizaciones de la<br />
antigüedad, destacando los asentamientos<br />
del pueblo celta de los vettones. Después, a<br />
lo largo de la historia, los habitantes destacaron<br />
como labradores y ganaderos, tejedores,<br />
arrieros, molineros, viñadores, ajeros,<br />
panaderos y canteros.<br />
El río Adaja, al abandonar la capital abulense,<br />
atraviesa los pueblos configurando un<br />
bello paisaje de encinas y berrocales de piedra<br />
salpicado de molinos, igual que también<br />
se observa en la ribera abulense del<br />
Voltoya. En la llanura los campos se cultivan<br />
como en La Moraña cerealista, mientras en<br />
la sierra las rocas graníticas se abren en<br />
canteras al cielo.<br />
Entre los monumentos más reseñables figuran<br />
las iglesias y ermitas levantadas por el<br />
fervor popular, y la singularidad de los palomares,<br />
los potros, las cruces, y el viejo<br />
caserío de pueblos y dehesas. Las tradiciones<br />
festivas y culturales, y las huellas de<br />
reyes, santos, escritores, artistas y otras<br />
personalidades también forman parte de las<br />
señas de identidad de los pueblos del<br />
Adaja.
Avila. Plano provincial. Detalle de la cuenca del río Adaja<br />
Sobre plano Diputación Provincial de Avila
INDICE<br />
A Clara,<br />
a Elvira y<br />
a Clarita.<br />
EDITA:<br />
«Piedra Caballera»,<br />
Revista Cultural.<br />
Plaza de la Encrucijada, 9.<br />
05280 - Mingorría (Avila).<br />
Tels. 920 21 16 53<br />
920 20 03 62.<br />
PRIMERA EDICIÓN:<br />
Septiembre de 2001<br />
COLABORARON:<br />
· Asocio de Avila - PRODER.<br />
· Caja de Ahorros de Avila.<br />
· Ayuntamiento<br />
de Mingorría (Ávila)<br />
SEGUNDA EDICIÓN:<br />
Abril de 2006<br />
© Jesús M.ª José<br />
Sanchidrián Gallego.<br />
© Ediciones<br />
Piedra Caballera.<br />
DISEÑO Y FOTOGRAFIAS:<br />
Jesús M.ª Sanchidrián y<br />
«Piedra Caballera».<br />
DEPOSITO LEGAL:<br />
S. 95-2006<br />
I.S.B.N.:<br />
84-609-9020-6<br />
Impreso en España.<br />
Printed in Spain.<br />
<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong> . . . . . . . . . . . . . . . 4<br />
1. RUTA DEL RIO ADAJA . . . . . . . . 7<br />
2. RUTA DE LOS MOLINOS . . . . . . 13<br />
3. RUTA GEOGRAFICA . . . . . . . . . . 25<br />
4. RUTA ARQUEOLOGICA . . . . . . . 33<br />
5. RUTA MONUMENTAL . . . . . . . . . 39<br />
6. RUTA DE LOS REYES . . . . . . . . . 45<br />
7. RUTA DE LOS SANTOS . . . . . . . 49<br />
8. RUTA DE LOS ANTIGUOS<br />
POLITICOS Y MINISTROS . . . . . 55<br />
9. RUTA DE LOS OBISPOS . . . . . . . 61<br />
10. RUTA DE LOS LABRADORES . . . 66<br />
11. RUTA DE LOS CARRETEROS . . . 79<br />
12. RUTA DE LOS PASTORES . . . . . 85<br />
13. RUTA DE LA MATANZA . . . . . . . . 93<br />
14. RUTA DE LOS PANADEROS . . . . 99<br />
15. RUTA DE LOS POTROS . . . . . . . 103<br />
16. RUTA DEL VINO . . . . . . . . . . . . . 106<br />
17. RUTA DE LOS ARRIEROS<br />
Y TRAJINANTES . . . . . . . . . . . . . 111<br />
18. <strong>RUTAS</strong> FESTIVAS . . . . . . . . . . . . 119<br />
19. RUTA DE LA LANA . . . . . . . . . . . 128<br />
20. RUTA DE LOS CHOCOLATEROS 133<br />
21. RUTA DE LOS PALOMARES . . . . 136<br />
22. RUTA DE LOS CRUCEROS . . . . . 139<br />
23. RUTA DE LOS CARBONEROS . . 143<br />
24. RUTA DE LOS CANTEROS . . . . . 147<br />
25. RUTA DE LOS PINTORES . . . . . . 153<br />
26. RUTA DE LOS ESCRITORES . . . . 159<br />
27. RUTA DE CINE . . . . . . . . . . . . . . 170<br />
28. RUTA DE LOS VIAJEROS . . . . . . 177<br />
29. RUTA MUSICAL . . . . . . . . . . . . . 187<br />
30. RUTA DE LOS COMEDIANTES . . 193<br />
31. RUTA DE LAS DEHESAS<br />
Y CASERIOS . . . . . . . . . . . . . . . . 197<br />
32. RUTA DE LOS DESPOBLADOS . . 205<br />
33. RUTA DE LAS IGLESIAS<br />
Y ERMITAS . . . . . . . . . . . . . . . . . 209<br />
BIBLIOGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . 218
<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />
POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />
Presentación<br />
E<br />
l viaje mágico que proponemos en esta Guía combina<br />
aspectos etnográficos, históricos, artísticos,<br />
culturales, festivos, musicales y paisajísticos, entre<br />
otros, que se configuran en un conjunto de rutas que pretenden<br />
ilustrar a los viajeros con una nueva visión de lo<br />
popular, mezclando elementos físicos y visuales con otros<br />
imaginativos. Con ello se procura un redescubrimiento de<br />
nuestros pueblos y sus gentes, en un intento de revitalizar<br />
su identidad histórica y cultural, y de recuperar el hábitat<br />
rural en torno al río Adaja que le es propio.<br />
El ámbito geográfico que se<br />
incluye en esta Guía Mágica<br />
sigue el curso del río Adaja desde<br />
la presa de las Cogotas hasta<br />
que se adentra en la comarca<br />
morañega. En este tramo el<br />
río atraviesa los municipios de<br />
Cardeñosa, Mingorría, Zorita<br />
de los Molinos, Pozanco, Peñalba,<br />
Vega de Santa María y<br />
Blascosancho. Junto a estos<br />
pueblos la zona de influencia se<br />
extiende por el Este hasta el río<br />
Voltoya y las estribaciones de<br />
la sierra de Ojos Albos, donde<br />
se hallan los pueblos de Brieva,<br />
Gallegos, La Venta, Tolbaños,<br />
Saornil, Escalonilla,<br />
San Esteban de los Patos,<br />
Santo Domingo de las Posadas<br />
y Velayos; y por el Oeste<br />
hasta los municipios de Gotarrendura,<br />
Las Berlanas y Monsalupe.<br />
Los encinares del Adaja y<br />
los hombres que todavía siguen<br />
Molino «Nuevo» en el Adaja.
4<br />
desempeñando las mismas actividades<br />
de antaño, constituyen<br />
un bello atractivo para el viajero.<br />
Aquí cabe observar el proceso<br />
de elaboración del cisco y<br />
el carbón de encina, el pastoreo<br />
con cabras y ovejas, la montanera<br />
o cebado de cerdos con<br />
bellotas, y el aprovechamiento<br />
de caza, leña y pastos. Siguiendo<br />
el curso del río puede verse<br />
junto a la presa de las Cogotas<br />
a los canteros de Cardeñosa y<br />
Mingorría, que continúan labrando<br />
piedra en canteras<br />
abiertas al cielo.<br />
Coincidiendo con la llegada<br />
del invierno todavía se mantiene<br />
la costumbre de hacer la<br />
matanza del cerdo, una de las<br />
más generalizadas y peculiares<br />
en la vida rural, tanto que en<br />
Vega de Santa María cada año<br />
se convierte en una fiesta.<br />
El viaje prosigue junto a uno<br />
de los oficios más antiguos, el<br />
de pastor, para admirar también<br />
los trabajos de uno de los<br />
últimos artesanos del «arte pastoril»<br />
y observar cómo se esquilan<br />
las ovejas.<br />
Las faenas agrícolas realizadas<br />
sin medios mecánicos ofrecen<br />
una belleza plástica increíble,<br />
por lo que el recorrido por<br />
las mismas se hace necesario.<br />
Especial atención merece la utilización<br />
todavía de animales de<br />
trabajo y carros, lo que obliga<br />
al viajero a conocer mejor a los<br />
labradores y carreteros.<br />
El recorrido mágico incluye<br />
los trabajos artesanales para la<br />
elaboración del vino, testimonio<br />
vivo de esta tradición son<br />
los abundantes lagares y bodegas<br />
existentes.<br />
En el viaje propuesto descubriremos<br />
fábricas de chocolate,<br />
de aguardiente y de tejas y<br />
ladrillos, así como ejemplos singulares<br />
de la arquitectura en los<br />
palomares, fraguas, potros y<br />
fuentes, en contraste con los<br />
Molino Las Juntas. Mingorría.<br />
restos de despoblados medievales,<br />
estaciones de ferrocarril<br />
y bellos cruceros de piedra.<br />
La multitud de molinos del<br />
Adaja convierten esta ruta en<br />
única, y a ella añadimos los<br />
molinos del Voltoya.<br />
La música popular de dulzaina<br />
y tamboril, los espectáculos<br />
taurinos y las fiestas patronales<br />
merecen recorridos especiales.<br />
De los viajes reales la Guía<br />
recoge anécdotas históricas de<br />
su paso por los pueblos de la<br />
zona, como también de los santos,<br />
los antiguos obispos abulense,<br />
y los ministros y políticos<br />
de antaño. Los censos de<br />
Ensenada y los estudios de<br />
Madoz dejaron, y ahora se reproducen,<br />
un testimonio escrito<br />
destacable de cómo eran nuestros<br />
pueblos.<br />
Los viajeros ingleses del siglo<br />
XIX, la llegada del ferrocarril<br />
y la proliferación de guías<br />
turísticas descubrieron para los<br />
nuevos visitantes la existencia<br />
de aldeas y lugares antes desconocidos,<br />
lo mismo que ahora<br />
se pretende con esta Guía. El<br />
profesor Gómez-Moreno viajó<br />
por toda la provincia y estudió
<strong>RUTAS</strong> MÁGICAS 5<br />
los monumentos más significativos<br />
de los pueblos del Adaja,<br />
por lo que bien merece repetir<br />
el recorrido un siglo después.<br />
A través de la ruta arqueológica<br />
que recoge la Guía nos<br />
acercamos a los antiguos pobladores<br />
de estas tierras. Otra<br />
ruta pasa por las iglesias y ermitas,<br />
el exponente más significativo<br />
del sentimiento religioso<br />
de la población, y la muestra artística<br />
más importante de su patrimonio.<br />
El paisaje y las gentes del<br />
campo sirvieron a escritores y<br />
artistas como motivos de inspiración,<br />
los cuales se trasladan<br />
ahora a los viajeros que se adentran<br />
a esta tierra. La grandeza<br />
del cine también se siente a través<br />
de escenarios y actores ligados<br />
a la pequeñez de las villas<br />
y aldeas de esta parte de Avila,<br />
tal y como se recoge en la ruta<br />
ideada sobre el séptimo arte.<br />
El teatro y la música popular<br />
igualmente ocupan<br />
un lugar importante entre<br />
los aspectos que se<br />
quieren divulgar de la<br />
tradición cultural de la<br />
zona, lo mismo que las<br />
inquietudes que se<br />
plasman en libros y<br />
revistas surgidos en<br />
numerosos pueblos.<br />
El recorrido propuesto<br />
a través de las<br />
rutas seleccionadas se<br />
concluye con una especial<br />
referencia a la<br />
bibliografía manejada<br />
para la obtención de<br />
valiosos datos que interesarán<br />
al viajero.<br />
Finalmente, hay que<br />
resaltar que la fotografía<br />
ocupa un lugar sobresaliente<br />
y destacable<br />
en la presentación<br />
de las distintas<br />
rutas confeccionadas.<br />
Sobre la riqueza gráfica<br />
e ilustrativa de las imágenes<br />
recogidas, hay que añadir que<br />
las fotos fueron tomadas en los<br />
últimos tres años y responden a<br />
una percepción real y actual de<br />
lo que representan, lo cual contribuye<br />
a enriquecer la visión<br />
mágica de los pueblos del Adaja<br />
y de sus gentes.<br />
Otros aspectos históricos,<br />
culturales, paisajísticos, arquitectónicos,<br />
etnográficos o ecológicos,<br />
también habrían servido<br />
para elaborar otras rutas de<br />
igual importancia que las reseñadas.<br />
Incluso, podríamos haber<br />
extendido el ámbito geográfico<br />
que abarca la ribera<br />
del Adaja, o haber profundizado<br />
más en alguna ruta, pero<br />
ello excede de las limitaciones<br />
que impone la naturaleza de esta<br />
Guía, no sin lamentar profundamente<br />
esas posibles ausencias.<br />
Verraco de Mingorría.
CASAS RURALES<br />
EN LOS PUEBLOS DE LA ZONA<br />
BRIEVA-VICOLOZANO<br />
LA COLMENA I<br />
La Fuente, s/n. Brieva-Vicolozano<br />
Titular: Mª del Carmen Martín Resina<br />
Teléfono: 920 206 204<br />
LA COLMENA II<br />
La Fuente, s/n. Planta Alta<br />
Brieva-Vicolozano<br />
Titular: Mª del Carmen Martín Resina<br />
Teléfono: 920 206 204<br />
CARDEÑOSA<br />
AMANECER<br />
c/ Barrionuevo, 14. Cardeñosa<br />
Tipo: Casa Rural de Alquiler<br />
Titular: Mª de la Soledad Orgaz López<br />
Teléfono: 917 398 581<br />
LA CASA DEL TIO TANGO I<br />
Plaza Mariano Silvela, 5. bajo izq.<br />
Cardeñosa<br />
Titular: Carlos Ángel Hdez. del Dedo<br />
Teléfono: 920 206 204<br />
LA CASA DEL TIO TANGO II<br />
Pza. Mariano Silvela, 5. 1º. Cardeñosa<br />
Titular: Carlos Ángel Hdez. del Dedo<br />
Teléfono: 920 206 204<br />
LAS COGOTAS<br />
Travesía Villalba, 8.Cardeñosa<br />
Titular: Ayto. de Cardeñosa<br />
Teléfono: 920 206 204<br />
LOS CELTAS<br />
Lagar del criado, s/n. Cardeñosa<br />
Titular: Agustín Garcinuño García<br />
Tels: 920 260 046 / 920 206 204<br />
LOS VETTONES<br />
Lagar del criado, s/n. Cardeñosa<br />
Titular: Agustín Garcinuño García<br />
Tels: 920 260 046 / 920 206 204<br />
MINGORRÍA<br />
CASA DE JUAN<br />
c/ Félix Nieto, 14. Portal 6. Mingorría<br />
Titular: Juan Fco. Martínez Mendoza<br />
Teléfono: 902 424 141 / 920 206 204<br />
920 206 235.<br />
CASA DEL CAÑO<br />
Dionisio Cenalmor, 5. Mingorría<br />
Tipo: Casa Rural de Alquiler<br />
Titular: Mª Teresa Pindado Pajares<br />
Teléfono: 920 200 018<br />
EL BOYO<br />
c/ De la Iglesia, 11. Mingorría<br />
Titular: Pilar González Nieto<br />
Teléfono: 920 206 204<br />
LAS ÉPOCAS<br />
c/ De la Fuente, 11. Mingorría<br />
Titular: José Luis Saucedo Muñoz<br />
Teléfono: 939 977 339<br />
TOLBAÑOS<br />
MOLINO DE LOS GAMUSINOS<br />
Ribera del Río Voltoya. Molino de Los<br />
Morañejos.Tolbaños<br />
Titular: Fco. Javier Hernández García<br />
Tels.: 920 208 433 / 920 227 714.<br />
SAN ESTEBAN DE LOS PATOS<br />
LA CASITA DE LOS PATOS<br />
Camino de Ávila, 6. San Esteban de<br />
los Patos.<br />
Titular: Antonio Gómez Reina<br />
Teléfono: 920 208 239.<br />
LA SOLANILLA<br />
Camino de Ávila, 4. San Esteban de<br />
los Patos.<br />
Titular: Antonio Gómez Reina<br />
Tels.: 920 208 239 / 651 420 376.<br />
PEÑALBA DE ÁVILA<br />
EL CAPRICHO<br />
c/ Pico Serrota, 22. (Urb. Pinar Navares)<br />
Peñalba de Ávila.<br />
Tipo: Casa Rural de Alquiler<br />
Titular: Javier Martín Gómez<br />
Teléfono: 629 863 111.<br />
EL CELEMÍN<br />
Urb. Pinar Navares. c/ Pico Zapatero,<br />
138. Peñalba de Ávila.<br />
Titular: Nadribasa, S.L.<br />
Tels.: 920 352 046 / 626 991 779.<br />
OTROS - GOTARRENDURA<br />
CLUB DEPORTIVO DE EQUITACIÓN<br />
“EL VALLE”<br />
c/ La ermita, 22. Gotarrendura<br />
Titular: Juan Ramos Sáez Iglesias<br />
Teléfono: 649 440 276.<br />
MUSEO ETNOGRÁFICO Y<br />
DE ARTE “LÓPEZ BERRÓN”<br />
Pza Santa Teresa. Gotarrendura<br />
Titular: Eugenio López Berrón<br />
Teléfono: 920 269 038.
■ A DESTACAR. El paisaje<br />
sobrecogedor que presenta<br />
el río Adaja cuando<br />
abandona la ciudad de Avila<br />
y traspasa la presa de Las<br />
Cogotas. En el recorrido pueden<br />
admirarse los extraordinarios<br />
berrocales graníticos<br />
rodeados de encinas y los<br />
pinares que se multiplican al<br />
avistar la tierra más llana, así<br />
como los numerosos molinos<br />
que se asoman desde<br />
las márgenes del río.<br />
■ La ruta. Desde la Presa<br />
de las Cogotas hasta el comienzo<br />
de la llanura morañega,<br />
pasando por los términos<br />
municipales de Avila,<br />
Cardeñosa, Mingorría, Zorita<br />
de los Molinos, Pozanco, Peñalba<br />
de Avila, Vega de Santa<br />
María, Hernansancho y<br />
Blascosancho. Debe hacerse<br />
por tramos.<br />
■ Cómo llegar. Primer tramo:<br />
Por la carretera N-403<br />
que une Avila con Mingorría,<br />
tomando un desvío que sale<br />
en el p.k. 146,5 hacia la presa.<br />
Segundo tramo: Desde<br />
Mingorría, por el camino de<br />
los molinos. Tercer tramo: Desde<br />
Mingorría, por la carretera<br />
de Zorita de los Molinos<br />
hasta el puente sobre el río,<br />
pudiendo continuar aguas<br />
arriba o abajo hasta Pozanco.<br />
Cuarto tramo: Por la carretera<br />
de Vega de Santa María-Gotarrendura<br />
hasta Navares,<br />
con desvíos a izquierda<br />
y derecha. El recorrido<br />
puede hacerse en coche o<br />
bicicleta hasta llegar al río,<br />
después hay que seguir su<br />
curso andando.<br />
■ Qué ver. Bellezas naturales,<br />
montes de encinas, pinares<br />
y arboledas de ribera<br />
e infraestructuras de multitud<br />
de molinos harineros.<br />
■ Aliciente. Descubrir un<br />
paisaje prácticamente desconocido.<br />
Mingorría, río Adaja.<br />
RUTA DEL<br />
RIO ADAJA<br />
«En Avila, mis ojos<br />
dentro de Avila.<br />
En Avila del Río»<br />
(Cancionero de Palacio, s. XV).<br />
Al norte de la capital abulense,<br />
donde el río Adaja encamina<br />
sus aguas después de<br />
abandonar el recinto amurallado<br />
y donde el paisaje de los encinares<br />
y las rocas graníticas se<br />
vuelve verdegrís, se nos antoja<br />
un viaje mágico por las entrañas<br />
de una tierra que quiere ser<br />
redescubierta. Sin alejarnos más<br />
de cuatro leguas de la ciudad<br />
de Avila dibujaremos un espacio<br />
geográfico que tendrá su referente<br />
en la ribera del Adaja,<br />
en una extensión que llega por<br />
el norte hasta donde el terreno<br />
se hace llano en la Moraña cerealista.<br />
En este viaje tomaremos<br />
como atalaya el Castro de las<br />
Cogotas, situado junto al río<br />
Adaja, a sus pies se halla la<br />
presa que ha tomado prestado<br />
el mismo nombre, desde él
8 RUTA DEL RÍO ADAJA<br />
puede alcanzarse con la vista<br />
una parte importante del terreno<br />
a explorar.<br />
El paisaje que caracteriza la<br />
zona natural se identifica en<br />
una mitad por una masa arborea<br />
importante de encinas que<br />
bordea el río Adaja, en contraste<br />
con la otra mitad, donde predominan<br />
los cultivos ceralistas.<br />
El paisaje agreste del encinar<br />
se ve apaciguado en la llanura<br />
donde crece la cebada y el trigo,<br />
también por enclaves de pinares<br />
y por multitud de arroyos<br />
donde se yerguen altos chopos<br />
en galería. Los caseríos que se<br />
agolpan en los distintos pueblos<br />
salpicados por iglesias<br />
y ermitas ofrecen una sugestiva<br />
imagen de historias y tradiciones.<br />
El río Adaja, después de dejar<br />
Avila, inicia un singular y sinuoso<br />
trazado que propició a<br />
partir del siglo XIII la aparición<br />
de multitud de molinos harineros,<br />
característicos de una incipiente<br />
actividad industrial de<br />
transformación de los productos<br />
cerealistas. A las orillas se<br />
encarama un mar de encinas<br />
con atalayas de berrocales graníticos.<br />
El río de Avila pasa por<br />
la ciudad ennoblecido y señorial,<br />
y aguas abajo se convierte<br />
en un caballero con armadura<br />
dispuesto a guerrear con un terreno<br />
inhóspito y accidentado.<br />
El río llega hasta la presa después<br />
de unos 35 kilómetros, distancia<br />
que le separa del lugar<br />
de su nacimiento en el puerto<br />
de Villatoro. Antes también ha<br />
pasado por el valle Amblés y la<br />
capital abulense.<br />
En Avila, las aguas del Adaja<br />
sirvieron para mover las ruedas<br />
de la Real Fábrica del Algodón,<br />
construida en 1788 sobre<br />
el lugar que ocupaba un molino<br />
harinero que llamaban del<br />
«Puente de Adaja». Otros molinos<br />
harineros existentes entonces<br />
en esta misma zona del<br />
río eran los llamados de la Losa,<br />
el Batán, Carril, Cubo, Verdeja<br />
y Pedrosillo, además del<br />
molino Contón, propiedad del<br />
capellán de Mingorría en 1751.<br />
En la actualidad, a excepción<br />
del molino de la Losa, que ha<br />
sido rehabilitado como restaurante,<br />
apenas quedan restos de<br />
aquellos otros, pues fueron sepultados<br />
por las aguas del embalse<br />
de Fuentes Claras y la<br />
propia presa.<br />
La visión de la llegada del río<br />
desde la ciudad trae las viejas<br />
glorias de su paso por el puente<br />
romano, junto a la iglesia de<br />
San Segundo y lamiendo el entorno<br />
de sus murallas<br />
El Adaja es el río de la capital<br />
abulense y es el río de los primeros<br />
pobladores de estas tierras.<br />
También es el río de los<br />
pueblos que atraviesa, surgidos<br />
todos ellos en tiempos de la repoblación<br />
cristiana del siglo XI.<br />
El río que vemos siguiendo el<br />
curso después de su amansamiento<br />
en los embalses que suceden<br />
a los puentes de la ciudad<br />
es un trozo con rocas y en-<br />
«Avila sobre el río».
Canteros.<br />
cinas en sus márgenes, es el<br />
agua con furia desatada en continuo<br />
movimiento al compás de<br />
molinos y batanes.<br />
Desde nuestro puesto de centinelas<br />
sobre la carretera que<br />
cruza la presa, o desde el mirador<br />
construido a un lado, de espaldas<br />
a la masa de agua embalsada,<br />
podemos contemplar<br />
la selva de encinas y rocas graníticas<br />
por donde se abre paso<br />
al río. Al Oeste se halla el cerro<br />
del castro de las Cogotas y se<br />
escucha el repicar de los punteros<br />
sobre la piedra, tarea en la<br />
que se afanan los canteros del<br />
pueblo de Cardeñosa. Al Este,<br />
en terreno de la dehesa de Yonte,<br />
se encuentran las canteras<br />
abiertas al cielo por los canteros<br />
de Mingorría sobre paredes<br />
rocosas rodeadas de encinas.<br />
Estas cuadrillas de artesanos<br />
crearon una peculiar sinfonía de<br />
sonidos y ruidos al golpear la<br />
piedra, aunque en la actualidad<br />
los canteros de Mingorría se<br />
trasladaron a otros tajos.<br />
En el horizonte que se divisa<br />
desde el castro de las Cogotas<br />
queda escondida Avila, mientras,<br />
en el nuevo río que nace<br />
desde la presa, aparece nuestra<br />
Avila rural y primitiva.<br />
El río ha recobrado la fiereza<br />
y bravura propia de los caballeros<br />
de Avila y continúa su curso,<br />
lo que hace serpenteando<br />
Presa de las Cogotas.<br />
un terreno agreste y rocoso,<br />
descendiendo bruscamente, discurriendo<br />
por hondonadas entre<br />
encinares y abriéndose mansamente<br />
entre pinares a la llanura<br />
morañega.<br />
Aguas abajo de la presa de<br />
las Cogotas, siguiendo la línea<br />
divisoria de los términos de Avila,<br />
Cardeñosa y Mingorría, el río<br />
de Avila se ve salpicado por berrocales<br />
de piedra granítica que<br />
el agua va sorteando en forma<br />
de auténticos rápidos, y su curso<br />
discurre por profundos barrancos,<br />
a cuyas orillas aparecen<br />
importantes escarpes rocosos.<br />
El río se embravece en un<br />
trazado accidentado por la mano<br />
del hombre que construyó<br />
pesqueras, canales, caceras y<br />
balsas para servir a los molinos<br />
hidráulicos que se asoman tímidamente<br />
desde la ribera.<br />
El viajero intrépido puede<br />
acompañar al río de Avila en la<br />
permanente batalla que se libra<br />
abriendo el cauce inhóspito y<br />
agreste a lo largo de cuatro leguas.<br />
En el primer tramo cruzaremos<br />
la presa hasta colocarnos<br />
a sus pies, situándonos en la<br />
margen izquierda del río. Para<br />
ello descenderemos andando<br />
por la carretera existente y, desviándonos<br />
antes de llegar al aliviadero<br />
del pantano, tomaremos<br />
la orilla de la izquierda.
10 RUTA DEL RÍO ADAJA<br />
Desde aquí veremos, imponente,<br />
el muro de la presa, al Este<br />
de la dehesa de Yonte, cuyo<br />
punto más alto alcanza los 1.121<br />
metros de altitud, y al Oeste el<br />
risco de las Cogotas, con similar<br />
altura. Proseguiremos nuestro<br />
camino por la ribera sorteando<br />
rocas y encinas, y pronto veremos<br />
los restos de un antiguo<br />
molino del que ya sólo quedan<br />
las grandes piedras que se emplearon<br />
en su construcción.<br />
Siguiendo la senda dejada<br />
por lo que debió ser el socaz,<br />
las ruinas de otro viejo molino<br />
aparecen junto a una desgastada<br />
rueda de piedra que quedó<br />
abandonada. A nuestra derecha<br />
el río discurre con estruendo,<br />
dejando escapar todavía un<br />
poco de agua por la cacera que<br />
construyó el hombre. Pequeñas<br />
sendas sirven de guía al viajero<br />
explorador para llegar desde<br />
aquí al cercano molino Revuelta.<br />
Sobre el dintel de la puerta<br />
puede leerse: «Revuelta. Año de<br />
1922. Propiedad de Juan Zazo.<br />
Reformó Cándido Herráez».<br />
Junto a los Callejones de Chascarra.<br />
La buena construcción de<br />
piedra hace que el molino se<br />
mantenga en perfecto estado.<br />
Aquí el río inicia un escabroso<br />
giro de más de noventa grados,<br />
y en la curva quedan restos de<br />
lo que fue el molino de Revoltillo.<br />
La perspectiva ciertamente<br />
es asombrosa y se engrandece<br />
cuando el río endereza su curso<br />
para servir al molino de Galleguete<br />
que pronto ha hecho<br />
presa de tanto caudal. Enfrente,<br />
entre lanchas de piedra que se<br />
nos antojan formaciones realizadas<br />
por el hombre para aprovechar<br />
la energía del río en lo<br />
que pudieron ser otros molinos<br />
o batanes.<br />
Aquí, el río empieza a encajonarse<br />
para poder pasar por los<br />
llamados Callejones de Chascarra,<br />
unos enormes paredones<br />
graníticos que cortan el terreno<br />
rocoso poblado de encinas.<br />
En estos paredones hay<br />
formada una cueva al mismo nivel<br />
del río que por su difícil acceso<br />
sirvió de escondite al famoso<br />
bandolero de Cardeñosa<br />
llamado «Marianillo» o «Marianete».<br />
Este singular revolucionario<br />
aplicaba la peculiar teoría<br />
de robar a los ricos para dárselo<br />
a los pobres, hasta que decidió<br />
robar también a los recaudadores<br />
de impuestos y ello<br />
provocó una decidida persecución<br />
por la Guardia Civil. Finalmente<br />
murió de un tiro que<br />
le dió un pastor que conocía<br />
bien el terreno ante la impericia<br />
de los guardias. Todavía hay<br />
gente en los pueblos de la zona<br />
que recuerdan a Marianillo<br />
como un buen hombre a su<br />
manera.<br />
Desde los Callejones de<br />
Chascarra los pobladores medievales<br />
construyeron la pesquera<br />
o azud del molino «Trevejo».<br />
En ambas márgenes predominan<br />
los montes de encinas<br />
de la dehesa de Cabreras<br />
en el lado izquierdo, y de las
RUTA DEL RÍO ADAJA<br />
El Adaja junto al M.º del Francés.<br />
dehesas de La Malita y El Ciego<br />
en el lado derecho.<br />
Pasados los Callejones de<br />
Chascarra, desde el encuentro<br />
con el arroyo del Monte, donde<br />
quedan restos del molino «El<br />
Cubo de Mariscano» y siguiendo<br />
el mismo curso del río los<br />
molinos cuyos vestigios se conservan<br />
en la zona son: «Trevejo»,<br />
«Las Monjas», «Pajuela», «El<br />
Nuevo» o de «Joselito», «El Cubo»,<br />
«El Grillo» o de «Ruleta» o<br />
de «Cañete»; enfrente, al otro<br />
lado del río, en la dehesa de<br />
Cabreras están las ruinas del<br />
«Barbas de Oro» y «Castillo»;<br />
volviendo a la margen de Mingorría<br />
está el de «Las Juntas» y<br />
las ruinas del «Negrillo». Cerca<br />
de estos últimos están los charcos<br />
del Redondillo y el Arenal,<br />
donde había una zona de baño<br />
y las mujeres lavaban la ropa.<br />
Incluso aquí también hay que<br />
lamentar la desgracia de algún<br />
niño que murió ahogado. En<br />
esta parte se puede cruzar el río<br />
si trae poco agua, como antiguamente<br />
hacían los cabreros<br />
hasta la dehesa de «Cabreras»,<br />
donde pastoreaban.<br />
En torno a la mayoría de los<br />
molinos se levantan arboledas<br />
de alisos, negrillos, chopos y<br />
fresnos, cuyo porte y colorido<br />
resaltan entre el verde uniforme<br />
de las encinas. En la zona pueden<br />
verse, prestando atención,<br />
alguna que otra garza, el ánade<br />
real e incluso cormoranes, y también<br />
águilas culebreras y otras<br />
rapaces.<br />
La arquitectura popular alcanza<br />
sus máximos exponentes<br />
en los mismos molinos, los cuales<br />
han sido construidos en lugares<br />
casi inaccesibles y en los<br />
que la piedra granítica, extraída<br />
del propio terreno por los canteros<br />
de la localidad, constituye<br />
el material básico y fundamental<br />
de la edificación.<br />
El río prosigue su curso retorciéndose<br />
en giros de noventa<br />
grados hasta llegar al molino<br />
de «Ituero» o del «Tío Deogracias»,<br />
o de «Teresitas», o de «Miaja»,<br />
donde le sale al encuentro el<br />
arroyo de «La Reguera» con «El<br />
Colerón». Las rocas y peñascos<br />
del paraje de «Los Colmenares»<br />
se apoderan del paisaje<br />
y encajonan el río, destacando<br />
aquí el escarpe rocoso de «Peña<br />
Águila», desde el cual antaño<br />
se lanzaban los perros que<br />
se sacrificaban. En este mismo<br />
lugar, el río también se ha tragado<br />
vidas humanas y alguna<br />
cabra que pastaba entre las rocas.<br />
Esta zona se verá transformada<br />
en el futuro con la construcción<br />
de un azud desde donde<br />
se canalizará el agua de la<br />
presa de «Las Cogotas».<br />
Al otro lado del río, donde el<br />
encinar de la dehesa de «Cabreras»<br />
cubre la ladera montañosa<br />
que se adentra en Zorita,<br />
se hallan las ruinas de dos batanes<br />
y de un tercero que conserva<br />
las paredes nombrado<br />
«El Caleño» o «El Francés». Siguen<br />
el molino «Nuevo» o de<br />
«Los Policas» y el de «Hernán<br />
Pérez», cuyo agua era aprovechada<br />
por el «Molinillo». Todos<br />
ellos están unidos por una galería<br />
de alisos, chopos y fresnos<br />
que dejan paso al ensanche del<br />
río en el charco de «Jumentrún».<br />
Llegados al puente que comunica<br />
Mingorría con Zorita, y
12 RUTA DEL RÍO ADAJA<br />
a partir de aquí, las aguas se<br />
vuelven mansas y tranquilas,<br />
después que en otros tiempos<br />
su fuerza provocara la caída<br />
y ruina de otros puentes anteriores,<br />
como ocurrió en 1912<br />
cuando, además, el agua arrastró<br />
la pesquera del molino de<br />
«El Francés». Esta parte del río<br />
es el lugar preferido por los<br />
pescadores que esperan pacientemente<br />
a que piquen barbos,<br />
anguilas, carpas, cachos o<br />
bermejuelas, tan abundantes en<br />
Ribera de Zorita y Pozanco.<br />
otro tiempo como también lo<br />
fueron los cangrejos.<br />
Continuando aguas abajo el<br />
curso del río, y pasado el puente<br />
nuevo, al que suceden restos<br />
de otros, existe una zona de<br />
baño frente a una pared arcillosa<br />
conocida como «Suellanarices»,<br />
lugar apropiado donde<br />
se había proyectado una playa<br />
fluvial. Al otro lado nos encontramos<br />
con una planta de<br />
extracción de áridos, lugar donde<br />
se han encontrado restos de<br />
un yacimiento de la edad del<br />
bronce medio. La extracción de<br />
arena ha propiciado la creación<br />
de una laguna, con la aparición<br />
de una rica vegetación palustre,<br />
convirtiéndose en un humedal<br />
frecuentado por diversas aves<br />
acuáticas.<br />
Desde el puente caído que<br />
se halla junto al arenero el paisaje<br />
se llena de pinos piñoneros<br />
y negrales, destacando también<br />
la abundancia de fresnos y<br />
chopos en torno a las ruinas del<br />
molino del «Cubo», donde se<br />
encuentra el soto del «Chorrito».<br />
En esta zona húmeda crecía<br />
la bardaguera, una mimbre<br />
que era utilizada para la fabricación<br />
de cestos por los numerosos<br />
cesteros de Zorita y Mingorría.<br />
El paisaje de pinos se mezcla<br />
después con la galería de<br />
chopos que crecen en la desembocadura<br />
del arroyo Regajal,<br />
frente al paraje de «Las Bragas»<br />
donde estaba el molino<br />
«Piar». El pinar se prolonga siguiendo<br />
al río a su paso por la<br />
dehesa de Olalla, en cuya margen<br />
izquierda se levanta el molino<br />
del «Vego». Enfrente se hallan<br />
los molinos de Pozanco que<br />
explotaban «Los Polilos», afamados<br />
molineros y dulzaineros.<br />
El primero de estos molinos es<br />
el «Cubo» o «Cubillo» o «de Castellanos»,<br />
que fue propiedad del<br />
vecino de Mingorría Eugenio<br />
Nieto, y cuya balsa y manantial<br />
fueron adquiridos por el Ayuntamiento<br />
para abastecer a la<br />
población de agua potable, en<br />
el mismo lugar existe un merendero.<br />
Los molinos que siguen<br />
se llaman «Viejo» y «Canongía».<br />
Después de los últimos molinos<br />
citados, el río llega al límite<br />
del término de Zorita y Mingorría<br />
por su margen izquierda entre<br />
pinos, chopos y fresnos, y el<br />
paisaje llano se abre a los campos<br />
cerealistas de la Moraña,<br />
después de pasar por los pinares<br />
de la dehesa de Navares,<br />
donde quedan restos del antiguo<br />
molino del «Prior».
■ A DESTACAR. Breve recorrido<br />
por el importante número<br />
de molinos de la ribera<br />
del Adaja y del Voltoya, situados<br />
en Cardeñosa, Mingorría<br />
y Zorita de los Molinos,<br />
Pozanco, Navares, Velayos,<br />
Las Gordillas, Aldealgordo<br />
y Tolbaños. Sobre el<br />
recorrido se recogen apuntes<br />
históricos y descripción<br />
del funcionamiento de los<br />
molinos y el noble oficio de<br />
molinero.<br />
■ La ruta. Se traza desde<br />
Mingorría en tramos cortos<br />
que se dirigen a los molinos<br />
del Adaja y del Voltoya, pasando<br />
por los pueblos de<br />
Zorita, Velayos y Tolbaños.<br />
■ Cómo llegar. A los molinos<br />
situados entre los encinares<br />
de Cardeñosa, Mingorría<br />
y Zorita sólo se puede<br />
acceder andando, al resto<br />
en coche o bicicleta por distintos<br />
caminos de herradura.<br />
■ Qué ver. Molinos harineros,<br />
infraestructuras y tipos<br />
de arquitectura popular, paisajes<br />
pintorescos.<br />
■ Aliciente. Conocer el<br />
funcionamiento de los antiguos<br />
molinos, observando<br />
cómo trabajan hoy los molineros<br />
de Zorita.<br />
RUTA DE<br />
LOS MOLINOS<br />
El paisaje que configura el río<br />
Adaja a su paso por Cardeñosa,<br />
Mingorría y su anejo Zorita<br />
de los Molinos se ve engrandecido<br />
por la presencia de multitud<br />
de molinos harineros, característicos<br />
de una incipiente<br />
actividad industrial de transformación<br />
de los productos cerealistas<br />
que se ha venido desarrollando<br />
en la zona desde el<br />
siglo XIII, de donde se obtenía<br />
la harina que hizo famosos a<br />
los panaderos de Mingorría.<br />
RECORRIDO HISTORICO<br />
Los molinos hidráulicos eran<br />
las instalaciones de uso colectivo<br />
donde se advierte un nivel<br />
más elevado de tecnología agraria.<br />
Su construcción estuvo bastante<br />
extendida en la geografía<br />
diocesana durante los siglos<br />
XIII y XIV, de cuya época datan<br />
los molinos de Mingorría y Zorita,<br />
según consta en el Archivo<br />
de la Catedral estudiado por<br />
Angel Barrios.<br />
Ya en el siglo XVIII, el Catastro<br />
del Marqués de la Ensenada<br />
de 1751 censa en Cardeñosa<br />
los molinos de «Pedro Cojo»<br />
y «Pedro Cojillo», situados<br />
en la margen izquierda del río<br />
Adaja actualmente invadida por<br />
la presa de las Cogotas. Aguas<br />
abajo de la presa estaban censados<br />
en la misma margen los<br />
molinos del monasterio de la<br />
Encarnación «Revuelta» y «Revoltillo»,<br />
hasta llegar a los «Callejones<br />
de Chascarra» frente a<br />
la dehesa de «Yonte».<br />
En la margen derecha, ya en<br />
el término de Mingorría, el Catastro<br />
de Ensenada daba cuenta<br />
de los molinos de «Trevejo»,<br />
«Arroyo Pepino», «El Molinillo»,<br />
«Pajuela», «Las Juntas», «El Obscuro»,<br />
«El Pontón», «El Negrillo»<br />
e «Ituero», propiedad del
14 RUTA DE LOS MOLINOS<br />
monasterio de la Encarnación,<br />
de la parroquia de San Vicente<br />
o de las Obras Pías de la iglesia<br />
de Mingorría, y excepcionalmente<br />
de particulares.<br />
Molino El Castillo.<br />
Frente a los molinos de Mingorría,<br />
en la margen izquierda<br />
de Cardeñosa, el Catastro censa<br />
los molinos «Barbas de Oro»<br />
y «El Castillo», y los batanes «De<br />
Córdoba», «De Alejandro» y «El<br />
Caleño». En la misma margen,<br />
pero en el término de Zorita se<br />
censan los molinos «Nuevo»,<br />
«Hernán Pérez», «Molinillo», «El<br />
Puente», «El Cubo» y «El Vego».<br />
Al otro lado del río, en la margen<br />
derecha, aparecen censados<br />
en el municipio de Pozanco<br />
los molinos «La Balsa del<br />
Cubo» y el «Viejo». En Navares,<br />
término de Peñalba, se data el<br />
molino «Del Prior» perteneciente<br />
al monasterio de la Antigua.<br />
Otros molinos que se asoman<br />
sobre el río Voltoya son los<br />
que hay en Tolbaños, Tabladillo,<br />
Aldealgordo, Las Gordillas<br />
y Velayos.<br />
Sobre la importancia de la<br />
industria molinera, diremos<br />
que a mediados del siglo XVIII<br />
todos los molinos juntos de Zorita<br />
y Mingorría producían una<br />
renta anual de más de tres mil<br />
trescientas fanegas de cereales<br />
(trigo, cebada, centeno y algarrobas),<br />
mientras que una fanega<br />
de trigo valía unos quince<br />
reales y el alquiler de un molino<br />
de dos ruedas era de unas cincuenta<br />
fanegas de trigo al año.<br />
La construcción de los molinos<br />
tenía un alto precio, por lo<br />
que era normal que el mismo<br />
fuese financiado por varios propietarios<br />
con gran poder adquisitivo,<br />
aunque su titularidad<br />
acabó siendo, mayoritariamente,<br />
de fundaciones benéficas y<br />
órdenes religiosas a través de<br />
distintas donaciones, si bien en<br />
su mayoría eran explotados en<br />
renta por los molineros de<br />
Cardeñosa, Mingorría y Zorita.<br />
En el siglo XIX el Diccionario<br />
de Pascual Madoz (1845-<br />
1850) señala que Mingorría cuenta<br />
con una veintena de molinos<br />
harineros, los cuales serán<br />
des-amortizados para pasar a<br />
ma-nos de particulares. Años<br />
más tarde, en el Nomenclator<br />
de la Provincia de Avila de 1863<br />
se censan en Mingorría y Zorita<br />
quince molinos, en Cardeñosa<br />
hay seis y en Pozanco tres, a<br />
los que seguían el de Navares<br />
(Peñalba) y el de «Los Lobos» o<br />
«Los Pobos» en Hernansancho,<br />
además de los molinos del Voltoya.<br />
Finalmente, en el año<br />
actual de 2001 tan sólo se mantiene<br />
en funcionamiento el molino<br />
«Hernán Pérez» en Zorita.<br />
LOS MOLINOS<br />
Los molinos construidos en<br />
la zona constituyen un destacable<br />
ejemplo de arquitectura<br />
popular, donde la piedra se convierte<br />
en el material básico. Todos<br />
ellos fueron emplazados aisladamente<br />
fuera de los cascos<br />
urbanos, a una distancia de los<br />
mismos que va desde los qui-
RUTA DE LOS MOLINOS 15<br />
nientos metros a casi los tres<br />
kilómetros. Los edificios solían<br />
ser de una planta con un sobrado,<br />
ampliándose una segunda<br />
planta de adobe en alguno de<br />
ellos. La mayoría de ellos también<br />
eran utilizados como vivienda<br />
temporalmente, por lo<br />
que disponían de cocina. Y como<br />
era preciso atender a las<br />
caballerías que transportaban<br />
la harina y el grano también se<br />
disponían construcciones anejas<br />
destinadas a cuadras y pajares.<br />
Algunos molinos, como el<br />
«Hernán Pérez», cuentan además<br />
con gallinero, palomar y<br />
pocilga.<br />
Casi todos los molinos utilizaban<br />
directamente el agua del<br />
río como fuente de energía, con<br />
excepción del molino del «Cubillo»<br />
que utiliza el agua de un<br />
manantial y del molino de «Canongía»<br />
que también lo obtiene<br />
de un pequeño arroyo y un<br />
manantial.<br />
Para el aprovechamiento<br />
energético del río se construyeron<br />
pequeñas presas o azudes<br />
que cortan el cauce, creándose<br />
una importante masa de agua<br />
denominada pesquera. Desde<br />
aquí el agua se conduce hasta<br />
el propio molino a través de un<br />
canal o cacera, o «chorro» formado<br />
de gruesas paredes de<br />
piedra o excavado sobre el propio<br />
terreno, en algunos casos<br />
el agua se recoge después en<br />
una balsa, como en el molino<br />
«Trevejo» o los molinos «Cubillo»<br />
y «Canongía». Cuando el<br />
agua llega al molino pasa a través<br />
de una o varias aber-turas<br />
practicadas en la pared, bien a<br />
un depósito o cubo, de ahí la<br />
denominación de algunos molinos<br />
como «El Cubo» o<br />
«Cubillo», o bien descendiendo<br />
por un bocín o saetín hasta<br />
golpear el rodezno o rueda hidráulica<br />
horizontal, situada debajo<br />
del piso del edificio, la cual<br />
hace girar, moviendo directamente<br />
por un eje vertical, las<br />
ruedas de moler situadas en el<br />
piso superior. El agua sale después<br />
por el cárcabo y por un<br />
canal de evacuación o «socaz»<br />
se dirige de nuevo al río. Cuando<br />
se dice que un molino tiene<br />
una o varias piedras o muelas,<br />
se quiere decir que se podía<br />
moler simultánea o alternativamente<br />
con una o más piedras.<br />
Los molinos de la zona responden<br />
al esquema básico de<br />
funcionamiento descrito, aunque<br />
hay que lamentar el alto
16 RUTA DE LOS MOLINOS<br />
número de ellos que se encuentran<br />
totalmente arruinados.<br />
A pesar de todo todavía<br />
hoy puede verse moler grano<br />
como hace cientos de años<br />
en el molino de «Hernán Pérez»,<br />
en Zorita.<br />
Normalmente el pleno rendimiento<br />
del molino solía durar<br />
ocho meses al año, desde los<br />
Santos (1 de noviembre) hasta<br />
San Juan (24 de junio), dependiendo<br />
después del agua que<br />
dejaba el estiaje. Su funcionamiento<br />
solía ser de doce a catorce<br />
horas al día, si bien en la<br />
descripción de Ensenada se dice<br />
que algunos molinos molían<br />
día y noche.<br />
LOS MOLINEROS<br />
El oficio de molinero ha sido<br />
siempre un oficio noble y de<br />
tradición familiar que pasaba de<br />
padres a hijos. Y este es el caso<br />
de la mayoría de los molineros<br />
de Cardeñosa, Mingorría y<br />
Zorita y Pozanco.<br />
El oficio de molinero solía<br />
compatibilizarse con otros oficios<br />
o trabajos, como los de panadero,<br />
labrador o arriero; algunos<br />
tenían colmenas y otros<br />
trataban con lana o hacían albardas.<br />
Y es que como los molinos<br />
sólo funcionaban ocho meses<br />
al año, ello permitía realizar<br />
otras actividades. Además, las<br />
numerosas recuas de burros,<br />
mulas y caballos de que disponían<br />
los molineros para transportar<br />
el grano y la harina podían<br />
utilizarse en verano para la<br />
arriería o trajinar. Asimismo, para<br />
mejorar su economía familiar<br />
el molinero solía cultivar una<br />
pequeña huerta y criar algún<br />
cerdo.<br />
Hasta principios de siglo la<br />
explotación de los molinos fue<br />
una actividad rentable para<br />
algunos molineros, y así en el<br />
censo electoral de Diputados<br />
de 1862 figuran como electores<br />
varios molineros, por pagar 400<br />
reales de contribuciones directas.<br />
Esta capacidad contributiva<br />
y posición social hizo posible<br />
que algunos molineros también<br />
fueran alcaldes o concejales.<br />
Ello abundaba la<br />
idea de que los molinos<br />
creaban riqueza en el pueblo,<br />
y así el Ayuntamiento<br />
de Mingorría en una sesión<br />
de 1851 acordó ceder los<br />
terrenos necesarios para la<br />
ampliación de los propietarios<br />
que lo solicitaron.<br />
El oficio de molinero,<br />
quien en muchos casos<br />
vivía en el molino, suponía<br />
realizar el duro trabajo,<br />
subiendo y bajando pesados<br />
sacos de trigo y harina<br />
continuamente. El molinero<br />
también debía cuidar los elementos<br />
mecánicos del molino,<br />
tenía que controlar la regular<br />
entrada del agua, picar las<br />
muelas de piedra rehaciendo<br />
las estrías para lo que tenía que<br />
desmontar las pesadas piedras,<br />
debía revisar y reparar frecuentemente<br />
los mecanismos del<br />
molino que eran de madera,<br />
además de reforzar la pesquera<br />
ante los destrozos de la crecida<br />
y limpiar el caz y los desagües.<br />
Es posible que la figura del<br />
molinero parezca ahora algo romántica,<br />
pero hay que reconocer<br />
con Nicolás García Tapia que<br />
sus condiciones de trabajo le
RUTA DE LOS MOLINOS 17<br />
hacían ser víctima de enfermedades<br />
provocadas por la insalubridad<br />
del agua estancada por<br />
el azud y el polvo de la harina.<br />
Además, el lugar de trabajo era<br />
pequeño, incómodo, sombrío y<br />
ruidoso, con una jornada ilimitada.<br />
No obstante, también hay<br />
que decir que existían innumerables<br />
compensaciones y que<br />
el resto de los trabajadores del<br />
medio rural tampoco vivían en<br />
mejores condiciones.<br />
En la actualidad, los hermanos<br />
Sansegundo, algunos de<br />
ellos ya jubilados, mantienen en<br />
perfecto estado de funcionamiento<br />
el molino llamado de<br />
Hernán Pérez, situado en la<br />
margen izquierda del río Adaja<br />
junto al puente de Zorita.<br />
RUTA DE LOS MOLINOS<br />
«REVUELTA» Y «GALLEGUETE»<br />
Los molinos de Revuelta y<br />
Galleguete son los únicos que<br />
se conservan en la margen izquierda<br />
del Adaja en el tramo<br />
que va desde la presa de las<br />
Cogotas hasta los «Callejones<br />
de Chascarra», dentro del término<br />
de Cardeñosa, si bien se<br />
aprecian restos interesantes de<br />
otros tres molinos más.<br />
Situándonos a los pies de la<br />
presa de Las Cogotas, y siguiendo<br />
entre encinas el curso<br />
del río, enseguida encontramos<br />
los restos de un antiguo molino<br />
del que se conservan grandes<br />
piedras. No muy lejos pronto observamos<br />
una vieja rueda de<br />
moler junto a otro montón de<br />
piedras de lo que fue otro molino.<br />
Desde aquí una vereda conduce<br />
al molino de «Revuelta»,<br />
un edificio de una planta y buena<br />
mampostería que se conserva<br />
en buen estado, aunque<br />
las cuadras anejas estén hundidas.<br />
Desde el molino de «Revuelta»<br />
continuamos por un camino<br />
ascendente del que nos desviamos<br />
al poco tiempo en el primer<br />
camino que sale por la derecha,<br />
el cual nos lleva al molino<br />
de «Galleguete» o de Peñalén.<br />
Si hubiéramos continuado<br />
por el camino ascendente que<br />
va a Cardeñosa, después de<br />
media hora y coronar el monte,<br />
un camino a la derecha nos<br />
habría llevado hasta las ruinas<br />
de los molinos Barbas de Oro<br />
y El Castillo, situados frente al<br />
molino de Mingorría denominado<br />
El Grillo o de «Cañete». El<br />
molino de «Galleguete» aparece<br />
después de un brusco giro<br />
del río, donde quedan las paredes<br />
del molino de Revoltillo.<br />
La abundancia de agua que sobrepasa<br />
el dique de la balsa del<br />
molino presenta una bella estampa<br />
y una llamativa perspectiva<br />
con los Callejones de Chascarra<br />
al fondo. El molino es un<br />
edificio de una planta de mampostería<br />
que fue sobreelevado<br />
con una planta más de adobe,<br />
que todavía se mantiene en pié,<br />
a pesar de su abandono y progresiva<br />
ruina.<br />
De regreso por el mismo camino,<br />
no hay que olvidar echar<br />
la vista atrás para admirar de<br />
nuevo el impresionante paisaje.<br />
Molino Galleguete.
18 RUTA DE LOS MOLINOS<br />
RUTA DE LOS MOLINOS<br />
DE «TREVEJO» Y<br />
«LAS MONJAS»<br />
Partiendo desde Mingorría<br />
por la antigua carretera de Ávila,<br />
y antes de llegar al alto de<br />
San Blas, tomamos el primer camino<br />
que sale a la derecha en<br />
dirección a la ermita de la Virgen,<br />
pero continuaremos después<br />
por el camino de la izquierda,<br />
llamado de Rogallinas.<br />
Al llegar al arroyuelo del<br />
mismo nombre, habremos dejado<br />
a la izquierda un aserradero<br />
de piedra donde se ha mecanizado<br />
el oficio de cantero,<br />
un oficio característico de este<br />
pueblo.<br />
Siguiendo nuestro camino,<br />
dejando a la derecha una caseta<br />
de hortelano, llegamos al<br />
monte de encinas que en otro<br />
tiempo fue comunal y hoy es<br />
de las dehesas de La Malita y<br />
El Ciego. Continuando rectos,<br />
dejaremos a ambos lados sendos<br />
caminos que conducen a<br />
los caseríos de estas dehesas.<br />
Cuando el camino empieza<br />
a ser más estrecho y sinuoso,<br />
aparece un abrevadero de pilas<br />
de piedra servía a las cansadas<br />
caballerías de mulas y burros<br />
que transportaban el grano y la<br />
harina. El ruido del agua ya nos<br />
avisa de la cercanía del molino<br />
«Trevejo» que se divisa desde<br />
un altozano, donde una vereda<br />
casi inapreciable nos desvía a<br />
Molino de Trevejo.<br />
Paraje del molino de las Monjas.<br />
las ruinas del molino de «Las<br />
Monjas».<br />
Ya en el molino Trevejo vemos<br />
que se encuentra cerrado<br />
y que todavía conserva toda<br />
su techumbre a cuatro aguas,<br />
mientras que las cuadras anejas<br />
están arruinadas. Las obras<br />
de ingeniería realizadas para moler<br />
el grano son asombrosas:<br />
ahí están la pesquera, el caz, la<br />
balsa, los cárcabos y el propio<br />
molino de buena piedra de<br />
mampostería.<br />
Siguiendo el curso del río,<br />
subiendo y bajando por la ladera<br />
del monte, o regresando<br />
hasta la vereda que dejamos<br />
antes, llegamos al molino de<br />
Las Monjas, debido a que fueron<br />
sus propietarias las monjas<br />
de la Encarnación de Ávila,<br />
del cual sólo se conservan restos<br />
de las paredes y de alguna<br />
rueda, suficiente para darnos<br />
una idea del esfuerzo que<br />
debió suponer su construcción<br />
y su puesta en marcha.<br />
Ya de regreso, nos asomamos<br />
echando la vista atrás para<br />
contemplar la grandiosidad<br />
del paisaje.
RUTA DE LOS MOLINOS 19<br />
RUTA DE LOS MOLINOS<br />
«PAJUELA», «NUEVO»,<br />
«EL CUBO» Y «EL GRILLO»<br />
Saliendo de Mingorría nos dirigimos<br />
a la ermita de la Virgen.<br />
Junto a la ermita se halla una<br />
escultura zoomorfa de la época<br />
celta, conocida como «el marrano<br />
de la Virgen».<br />
Prosiguiendo el camino dejamos<br />
de lado el paraje de Los<br />
Villares, posible asentamiento<br />
medieval, y a la izquierda<br />
una caseta de la huerta de frutales<br />
que allí había. Pronto cruzamos<br />
el arroyuelo de Rogallinas,<br />
que riega una hermosa<br />
arboleda de chopos en galería.<br />
Después nos adentramos<br />
en el monte del Ciego, donde<br />
sobresale un palomar de planta<br />
cuadrada, sin tejado, construido<br />
a media altura de mampostería<br />
y el resto de adobe. Es<br />
una edificación singular junto al<br />
caserío de la dehesa.<br />
Dejado atrás el palomar, el<br />
camino se bifurca en dos: el de<br />
la izquierda conduce a las ruinas<br />
del molino de Pajuela y al<br />
molino «Nuevo» o de Joselito.<br />
El camino de la derecha nos<br />
Molino Nuevo.<br />
lleva a las ruinas del molino del<br />
Cubo y al molino del «Grillo» o<br />
de Cañete. Ambos caminos son<br />
pedregosos, angostos y con<br />
mucha pendiente, por los que<br />
sólo se puede ir andando.<br />
Sobre el molino Nuevo se levanta<br />
una pared rocosa imponente,<br />
entre cuyas grietas se<br />
asoma alguna encina. Este molino<br />
sólo conserva las paredes,<br />
además de las obras de ingeniería<br />
de conducción de agua.<br />
El molino del Grillo acogía a la<br />
familia del molinero, el «Tío Cañete»,<br />
y ahora se le está hundiendo<br />
la techumbre, como a<br />
las construcciones anejas destinadas<br />
a cuadra y pajar.<br />
Al otro lado del río, donde se<br />
revuelve en bruscos giros, se divisan<br />
los restos de los molinos<br />
de Barbas de Oro y el Castillo,<br />
todo en un inmenso mar<br />
de encinas.<br />
RUTA DE LOS MOLINOS<br />
DE «LAS JUNTAS»,<br />
«NEGRILLO» E «ITUERO»<br />
Desde Mingorría nos dirigimos<br />
a la Fuente, que también<br />
es abrevadero, junto al arroyo<br />
de La Reguera. Allí se encuentra<br />
el potro de herrar ganado y<br />
a la izquierda se divisa la ermita<br />
de la Virgen, mientras que a la<br />
derecha, sobre las cuestas «extremeñas»<br />
se levanta un palomar<br />
de tipo circular todavía en<br />
uso. Ahora tomamos el camino<br />
de poniente, dejando el<br />
arroyo de la Reguera a la derecha,<br />
junto al cual se encuentra<br />
la arboleda de chopos de galería<br />
de La Alameda.<br />
Siguiendo nuestro camino,<br />
dejamos a la derecha otro palomar,<br />
éste de planta cuadrada<br />
del que sólo quedan las paredes<br />
de mampostería, es el palomar<br />
del Escribano, ya que su<br />
propietario, Antonio Pajares, fue<br />
notario y alcalde de Mingorría<br />
en la última mitad del siglo XIX.
20 RUTA DE LOS MOLINOS<br />
Molino de Las Juntas.<br />
Pronto llegamos al comienzo<br />
del monte, cruzamos el arroyuelo<br />
de las «Gallinas» o «Rogallinas»,<br />
que a la derecha no<br />
tardará en unirse al arroyo de<br />
«La Reguera» y «El Colerón» para<br />
desembocar en el Adaja<br />
junto al molino de Ituero. Continuando<br />
de frente, dejando a la<br />
izquierda el encinar, pasaremos<br />
dos promontorios, desde el segundo,<br />
a la derecha, una estrecha<br />
vereda conduce al molino<br />
de Ituero. Continuando de nuevo<br />
de frente nos asomamos a<br />
un barranco poblado de vegetación,<br />
por donde pasa el río.<br />
Para llegar tomaremos el camino<br />
que sigue a la izquierda, donde<br />
enseguida encontraremos<br />
un excepcional mirador con el<br />
río a los pies del monte, y después<br />
de un trayecto en «zigzag»,<br />
angosto y pedregoso llegaremos<br />
al molino de Las Juntas.<br />
Es un edificio de una planta<br />
con la cubierta semihundida<br />
a dos aguas. El río se ensancha<br />
interrumpido por el azud que<br />
forma la pesquera entre abundantes<br />
fresnos, de donde sale<br />
el canal o «caz» que conduce el<br />
agua para moler.<br />
Siguiendo el río aguas abajo,<br />
enseguida nos encontramos<br />
con el «caz» de las ruinas del<br />
molino Negrillo, de donde un<br />
camino nos llevará de regreso<br />
por la ladera del monte. También<br />
puede seguirse por la orilla<br />
del río, subiendo y bajando<br />
por la accidentada margen hasta<br />
llegar al molino de Ituero, si<br />
es que no dejamos esta visita<br />
para otra ocasión en la que nos<br />
desviaremos antes de bajar al<br />
molino de «Las Juntas».<br />
Junto al molino de «Ituero»<br />
el río vuelve a retorcerse en pronunciados<br />
quiebros. El molino,<br />
que sólo conserva las paredes,<br />
era de una planta con cubierta<br />
a dos aguas, y su entrada se<br />
hizo cortando la roca. El río continúa<br />
bajando como una serpiente<br />
para esquivar los paredones<br />
de Los Colmenares y<br />
«Peña Águila», impresionantes<br />
formaciones rocosas.<br />
Molino de Ituero.<br />
La vuelta a Mingorría puede<br />
hacerse por la vereda que sube<br />
hasta el encuentro con el camino<br />
del molino de «Las Juntas»<br />
o en dirección contraria, casi escalando,<br />
hasta llegar a la casa<br />
de «Los Colmenares», utilizada<br />
como encerradero de ganado,<br />
de donde sale un camino hacia<br />
el pueblo.<br />
RUTA DE LOS MOLINOS DE<br />
«HERNAN PEREZ» Y «NUEVO»,<br />
Y BATAN «EL CALEÑO»<br />
Tomando desde Mingorría<br />
la carretera provincial que se<br />
dirige a Zorita de los Molinos y<br />
Las Berlanas, y dejando atrás<br />
el cementerio de la localidad y<br />
a un lado, a mitad de camino,<br />
el caserío de La Veguilla, des-
RUTA DE LOS MOLINOS 21<br />
buen ejemplo de arquitectura<br />
popular. Las vistas son de gran<br />
belleza.<br />
Más adelante, aguas arriba,<br />
se halla el edificio majestuoso<br />
de lo que fue el batán El Caleño<br />
o molino El Francés, utilizado<br />
en el tratamiento de paños<br />
y pieles, antes de reconvertirse<br />
en molino harinero. Sólo<br />
se conservan las paredes de<br />
mampostería de una construcción<br />
de dos plantas, además<br />
de la infraestructura que posibilitaba<br />
su funcionamiento.<br />
Molino de Hernán Pérez.<br />
pués de cinco kilómetros llegamos<br />
al puente que cruza el río.<br />
Cruzado éste, a la izquierda sale<br />
un camino que nos conducirá<br />
a varios molinos.<br />
El primer molino que nos<br />
encontramos es el llamado de<br />
Hernán Pérez, en el cual muelen<br />
y viven los hermanos San<br />
Segundo: Valeriano, Tomás, David<br />
y Manuel, quienes lo conservan<br />
en perfecto estado y gustosamente<br />
lo enseñan a los visitantes.<br />
Es una buena muestra<br />
del ingenio de los constructores<br />
de molinos y de los artífices<br />
de su funcionamiento. Una gran<br />
pesquera o presa embalsa el<br />
agua, que se canaliza hasta el<br />
molino entre abundante arbolado<br />
de fresnos. El agua, después<br />
de mover las ruedas hidráulicas,<br />
servía a otro molino<br />
conocido como El Molinillo,<br />
volviendo después al río.<br />
El camino continúa hasta el<br />
molino Nuevo o de Los Policas,<br />
el cual debe su nombre<br />
por haber sustituido a otro que<br />
se llevó el agua, cuyos restos<br />
todavía se aprecian. Este molino<br />
se conserva en perfecto estado<br />
por su propietario y es un<br />
Cercanos a éste había otros<br />
dos batanes más, de los que<br />
sólo quedan algunas piedras<br />
de sus paredes tapadas por<br />
la vegetación.<br />
RUTA DE LOS MOLINOS<br />
«PIAR» Y «EL VEGO»<br />
Situándonos de nuevo en la<br />
carretera de Zorita y Las Berlanas,<br />
una vez cruzado el puente<br />
sobre el río Adaja, el cual fue<br />
reconstruido hacia 1923 sustituyendo<br />
a otro que se llevó una<br />
riada en 1912, que debió ser<br />
obra de Antonino Prieto, llegamos<br />
a Zorita de los Molinos,
22 RUTA DE LOS MOLINOS<br />
localidad anexionada a Mingorría<br />
en 1833.<br />
Nada más dejar el pueblo, a<br />
la derecha sale el camino que<br />
conduce al caserío El Chorrito.<br />
Si continuamos atravesando<br />
el caserío, junto a la ermita<br />
construida en 1892 por Antonino<br />
Prieto, llegamos al río, que<br />
antiguamente se podía cruzar<br />
por un puente de madera, dando<br />
acceso al molino El Cubo,<br />
del que ya sólo quedan las paredes<br />
arruinadas.<br />
Volviendo a la carretera, en<br />
el desvío del camino de Peñalba<br />
nos encontramos con una<br />
pequeña ermita construida en<br />
honor del Cristo de la Agonía o<br />
de la Santa Veracruz, a cuya entrada<br />
hay una cruz de piedra.<br />
Más adelante, otro camino<br />
que sale a la derecha nos lleva<br />
a la finca de La Aldehuela y a<br />
la ermita construida por Celedonio<br />
Sastre en 1930. Al Este<br />
del caserío pasa el río en cuyas<br />
márgenes quedan restos del<br />
antiguo molino Piar.<br />
Continuando el camino inicial<br />
que llega a la dehesa de<br />
Navares, cruzamos el arroyo<br />
de la Chavata por un puente<br />
estrecho y en mal estado, y nos<br />
adentramos en los pinares de<br />
la dehesa de Olalla, donde<br />
siguiendo el camino de la derecha<br />
nos llama la atención la<br />
buena construcción de un<br />
palomar de ladrillo. Desde aquí<br />
ya se divisa el caserío de la<br />
dehesa a la izquierda, y al otro<br />
lado, en dirección al río, pronto<br />
aparece el molino del Vego.<br />
Este molino es de dos plantas,<br />
conservándose el edificio en<br />
buen estado, el cual sigue recibiendo<br />
el agua por la cacera<br />
que sale del río junto a la<br />
desembocadura del arroyo de<br />
la «Chavata».<br />
Para regresar, podemos volver<br />
en dirección contraria, bordeando<br />
los pinares por el camino<br />
de Gotarrendura, y desviándonos<br />
a la izquierda encontraremos<br />
de nuevo la carretera,<br />
donde más adelante se hallan<br />
las ruinas del Torreón de Garoza,<br />
en el término de Peñalba<br />
de Avila.<br />
RUTA DE LOS MOLINOS<br />
DEL «CUBO», «CUBILLO»,<br />
«VIEJO» Y «CANONGÍA»<br />
Situándonos una vez más<br />
en la carretera de Zorita, antes<br />
de llegar al puente construido<br />
sobre el río Adaja, a la derecha<br />
Molino «El Vego», en la dehesa de «Olalla».
RUTA DE LOS MOLINOS 23<br />
sale el camino de Pozanco desde<br />
el que se accede a una planta<br />
de extracción de áridos existente<br />
junto al río. En este mismo<br />
lugar se han encontrado<br />
vestigios de un yacimiento de<br />
la edad del bronce medio, y<br />
desde aquí se aprecian los restos<br />
de un antiguo puente de<br />
piedra que se llevó el agua.<br />
Los grandes movimientos<br />
de tierras realizados en la zona<br />
han propiciado la creación de<br />
una laguna y un humedal donde<br />
acuden patos y otras aves.<br />
Cruzando el humedal nos adentramos<br />
en el pinar y el soto del<br />
Chorrito.<br />
El camino sigue paralelo a<br />
la larga cacera del molino El<br />
Cubo, del que sólo se conservan<br />
restos de sus paredes. La<br />
abundancia de fresnos y pinos<br />
crea un bello paisaje junto<br />
al río.<br />
Más adelante, entre chopos,<br />
se produce la desembocadura<br />
del arroyo Regajal, el cual<br />
era salvado en el camino de<br />
Pozanco por un pontón que se<br />
llevó el agua y que hoy todavía<br />
no ha sido reconstruido. Por<br />
ello es preciso regresar a la carretera<br />
en dirección Mingorría,<br />
hasta el camino siguiente que<br />
nos sale a la izquierda y que pasa<br />
por el caserío de La Veguilla,<br />
propiedad en otros tiempos<br />
del Duque de Montellano.<br />
Desde aquí llegaremos de<br />
nuevo al camino de Pozanco,<br />
el cual dejaremos después para<br />
atravesar los pinares por un<br />
camino que conduce al molino<br />
del Cubillo o de Castellanos,<br />
de cuyo manantial<br />
se abastece el pueblo<br />
de Mingorría. El «cubo» y<br />
el «cárcabo» abovedados<br />
en ladrillo llaman la atención<br />
por su buena construcción.<br />
En su balsa se<br />
hallan instaladas unas<br />
mesas con asientos para<br />
merendero.<br />
Molino Canongía.<br />
Para ir a los molinos Viejo y<br />
de Canongía basta seguir el<br />
curso del río o adentrarse en el<br />
pinar de donde sale el camino<br />
de acceso. Estos dos molinos,<br />
que también fueron vivienda, se<br />
hallan en buen estado de conservación,<br />
y en ellos pueden<br />
apreciarse perfectamente las<br />
características de su funcionamiento,<br />
además de admirar su<br />
entorno natural.<br />
RUTA DE LOS<br />
MOLINOS DEL VOLTOYA<br />
Los molinos harineros del<br />
Voltoya, a su paso por la provincia<br />
abulense, pueden descubrirse<br />
en el tramo comprendido<br />
entre Tolbaños y Velayos,<br />
donde están los de Tolbaños,<br />
Tabladillo, Aldealgordo, Las<br />
Molino de Tolbaños.
24 RUTA DE LOS MOLINOS<br />
Gordillas y Velayos, desde aquí<br />
el río llega al pueblo siguiente<br />
de Sanchidrián donde sirve al<br />
molino de Almarza, para después<br />
adentrarse en la provincia<br />
de Segovia. El paisaje de la<br />
ribera del Voltoya es muy similar<br />
al que bordea el Adaja y el<br />
río discurre rodeado de encinares<br />
y berrocales graníticos que<br />
poco a poco van dejando paso<br />
a las tierras llanas.<br />
El molino de Tolbaños ha<br />
sido recientemente rehabilitado<br />
con extraordinario gusto y está<br />
abierto al turismo como casa<br />
rural. A este molino se llega desde<br />
el pueblo tomando el camino<br />
de concentración parcelaria<br />
que sale en dirección Este<br />
hasta hacer incursión en el encinar<br />
y llegar al río. Este molino<br />
sustituyó a otro situado entre<br />
grandes rocas de granito aguas<br />
arriba, en el arroyo Cortos o de<br />
Berrocalejo, poco antes de que<br />
se una al Voltoya en el lugar<br />
conocido como Juntarríos.<br />
Cerca del molino de Tolbaños,<br />
siguiendo el camino de la<br />
margen derecha, en la dehesa<br />
de Tabladillo perteneciente al<br />
término de Ojos Albos, se halla<br />
el molino Salto de la Cabra, y<br />
aguas abajo todavía se aprecian<br />
los restos de otro que se<br />
llevó el río. Las grandes formaciones<br />
graníticas de la zona<br />
magnifican el paisaje de encinas<br />
y guardan un extraordinario<br />
Molino de Tabladillo.<br />
parecido con el molino «Nuevo»<br />
o de «Joselito», en el Adaja.<br />
Para visitar los molinos situados<br />
aguas abajo puede seguirse<br />
el curso del río, pero es<br />
más cómodo retomar el camino<br />
de Tolbaños y, por la carretera<br />
de Mingorría, dirigirse a Velayos.<br />
Desde el pueblo hay que<br />
tomar la carretera de Maello, y<br />
después de cinco kilómetros<br />
entre encinares llegamos al caserío<br />
de Las Gordillas. Desde<br />
aquí, por la margen derecha del<br />
río, aguas arriba llegamos al<br />
molino de Aldealgordo, el cual<br />
se conserva todavía en buen<br />
estado, tal cual lo dejaron los<br />
últimos molineros de Maello.<br />
Al norte de Las Gordillas sale<br />
el camino del molino de esta<br />
dehesa, el cual sigue paralelo<br />
al río hasta unirse con la urbanización<br />
del Coto de Puenteviejo,<br />
cuyo estado permite su recorrido<br />
en coche. Después de unos<br />
tres kilómetros y pasar por un<br />
antiguo tejar llegamos al molino,<br />
una construcción destacable<br />
de dos plantas, con vivienda incluida,<br />
que actualmente está en<br />
ruinas con gran parte de su<br />
maquinaria en el interior. Las tierras<br />
que rodean el molino de<br />
Las Gordillas fueron objeto de<br />
más de una página literaria<br />
escrita por Miguel Delibes,<br />
pues hasta aquí se acercó en<br />
muchas ocasiones a cazar.<br />
Para llegar al molino de Velayos<br />
tomamos el camino que<br />
sale del pueblo por el Este, el<br />
cual llega por el montecillo<br />
de la dehesa Aldehuela<br />
de la Freila hasta<br />
el río, en cuya orilla las<br />
mujeres lavaban la ropa.<br />
El molino, construido todo<br />
de adobe, se encuentra<br />
en ruinas, permaneciendo<br />
en pie las paredes.<br />
En las márgenes del<br />
Voltoya abundan los fresnos<br />
entre el manto verde<br />
que cubre las orillas.
Vista de Mingorría.<br />
RUTA GEOGRAFICA<br />
■ A DESTACAR. Breve descripción<br />
geográfica de los pueblos<br />
de la ribera del Adaja en<br />
los años 1750-1850, cuya población<br />
se dedicaba principalmente<br />
a la agricultura, lo que<br />
tampoco cambió mucho en<br />
los cien años siguientes.<br />
■ La ruta. Ruta histórica y<br />
geográfica por los pueblos de<br />
la ribera del Adaja, originarios<br />
de la Edad Media, en el escenario<br />
de su definitiva configuración<br />
en los siglos XVIII y<br />
XIX, época determinante en<br />
la elaboración del Catastro<br />
del Marqués de la Ensenada<br />
(1751), y el diccionario del economista,<br />
geógrafo, historiador<br />
y político Pascual Madoz (1845-<br />
1850).<br />
■ Obsérvese. Las transformaciones<br />
más importantes que<br />
se produjeron en este tiempo<br />
afectaron a la industria textil.<br />
Mingorría, Santo Domingo de<br />
las Posadas y Velayos figuraban<br />
durante el siglo XVIII entre<br />
los principales centros textiles<br />
abulenses, mientras que Cardeñosa<br />
tenía en el Adaja tres<br />
batanes y en Aldealgordo (Tolbaños)<br />
tenían lugar grandes<br />
esquileos. Por lo demás, la economía<br />
rural de los pueblos de<br />
la zona sigue siendo eminentemente<br />
agrícola, manteniéndose<br />
actividades textiles en Velayos,<br />
arrieros en Santo Domingo<br />
de las Posadas, molineros<br />
en Cardeñosa, Zorita y<br />
Mingorría, y panaderos en este<br />
último. En la actualidad, la<br />
población ha disminuido a la<br />
mitad con caracter general,<br />
manteniéndose sólo las actividades<br />
agrícolas y ganaderas,<br />
aunque se realizan de una forma<br />
muy distinta. Por lo demás,<br />
el caserío y el entramado<br />
de calles mantiene su fisonomía<br />
original ligeramente<br />
transformada.<br />
■ Cómo llegar. Para el itinerario<br />
propuesto tomamos el<br />
camino de herradura que sale<br />
de Avila hacia Arévalo por Cardeñosa,<br />
actual carretera AV-<br />
804, que pasa por Peñalba,<br />
Monsalupe, Las Berlanas y Gotarrendura.<br />
Después el camino<br />
carretero que también sale<br />
de Avila hacia Arévalo por Mingorría,<br />
actual carretera N-403,<br />
pasando por Santo Domingo<br />
de las Posadas, Pozanco, Velayos<br />
y Vega de Santa María,<br />
desde donde cruzando el Adaja<br />
por la dehesa de Navares<br />
se llega a Gotarrendura, continuando<br />
nuestra ruta inicial<br />
llegaremos a Blascosancho.<br />
Desde Mingorría hacia el Oeste<br />
un camino, actual carretera,<br />
conduce a Zorita de los Molinos,<br />
cruzando el río Adaja por<br />
el único puente que había<br />
desde Avila hasta Arévalo, y<br />
estableciendo comunicación<br />
también con Cardeñosa, Peñalba<br />
y Las Berlanas. Al Este<br />
de Mingorría otro camino, actual<br />
carretera, asciende hasta<br />
San Esteban de los Patos, Escalonilla,<br />
Tolbaños, Saornil y<br />
los pueblos que se agrupan<br />
en la Venta de San Vicente.<br />
■ Qué ver. Edificios, iglesias,<br />
ermitas, calles, fuentes, ganados<br />
y cultivos que todavía se<br />
mantienen en los pueblos de<br />
la zona.<br />
■ Aliciente. Acercamiento a<br />
las antiguas formas de la vida<br />
rural y su entorno, que testimonian<br />
la identidad histórica<br />
de los pueblos.
26 RUTA GEOGRÁFICA<br />
CARDEÑOSA<br />
Situado en un ramal de la<br />
sierra de Avila y entre cuestas o<br />
cerros. El caserío está formado<br />
por los edificios de la villa, los<br />
molinos, las casas-colmenares,<br />
las casetas-encerraderos de ganado<br />
y casas de las dehesas<br />
de Ajates y Pedrocojo. En total<br />
tiene 204 casas, de las cuales<br />
sólo dos, la del cura y la llamada<br />
de los frailes, son de habitación<br />
alta; las demás de cuatro<br />
varas de altura y en lo general<br />
de mala distribución interior,<br />
teniendo pozos una tercera parte<br />
de ellas, se hallan en dos calles<br />
y dos barrios. Hay casa de<br />
ayuntamiento, cárcel, una pequeña<br />
plaza en medio de la calle<br />
principal, escuela de instrucción<br />
primaria común a ambos<br />
sexos a cargo de un maestro, y<br />
una iglesia parroquial de la<br />
Santa Cruz servida por un párroco.<br />
En las afueras del pueblo<br />
se encuentran: el cementerio,<br />
dos ermitas, una del Santo Cristo<br />
entre peñascos que se dice<br />
haber sido en otro tiempo convento<br />
de los templarios, y la<br />
otra casi en frente de la anterior<br />
dedicada a la Madre de Dios; y<br />
cinco fuentes públicas con cañerías<br />
que son a menera de pozos<br />
con un arca de piedra encima<br />
de la una. El río Adaja está<br />
como a 1/4 leguas, su cauce es<br />
profundo y los pescados de<br />
que abunda son bermejuelas,<br />
cachos, barbos y alguna anguila;<br />
sus aguas dan impulso a<br />
seis molinos harineros y un batán;<br />
antes había dos batanes<br />
más. El terreno es sumamente<br />
quebrado, flojo, pedregoso en<br />
su mayor parte, de secano y algo<br />
de regadío, ocupa 4.565<br />
obradas, de las que 400 son<br />
monte de encinar. Produce trigo,<br />
cebada, centeno, algarrobas,<br />
garbanzos, algunas muelas,<br />
vino, poca fruta, hortaliza,<br />
leña y pastos; mantiene ganado<br />
lanar fino, vacuno, cabrío, mular,<br />
caballar y cerda; cría caza<br />
de perdices, conejos y liebres,<br />
y no faltan lobos, raposas y algunos<br />
reptiles. Tiene dos posadas,<br />
quince lagares y dos tiendas<br />
de géneros del país y dehesa<br />
boyal. Su población es de<br />
816 almas.<br />
PEÑALBA DE AVILA<br />
Situado al pie de la Sierra de<br />
Avila y al principio del valle titulado<br />
La Moraña. Tiene 48 casas<br />
de inferior construcción, casa<br />
de ayuntamiento, cárcel, escuela<br />
de primeras letras común a<br />
ambos sexos, caserío en la dehesa<br />
de Navares y una iglesia<br />
parroquial de San Vicente Mártir;<br />
en las afueras se encuentra<br />
una ermita bajo la advocación<br />
del Santísimo Cristo de Santa<br />
Teresa. Existe una Obra Pía para<br />
pobres. El término comprende<br />
450 fanegas de tierra. El río<br />
Adaja pasa por su confín este.<br />
Produce trigo, cebada, centeno,<br />
algarrobas, vino y pastos;<br />
mantiene ganado lanar fino y<br />
vacuno, y cría caza menor. La<br />
población es de 226 almas.
RUTA GEOGRÁFICA 27<br />
Vista de Monsalupe.<br />
MONSALUPE<br />
Situado en una especie de<br />
cerro y rodeado de otros varios<br />
bastante elevados. Tiene 36 casas<br />
inferiores, una plaza, casa<br />
ayuntamiento, escuela de instrucción<br />
primaria común a ambos<br />
sexos, a la que concurren<br />
de 16 a 18 alumnos que se hallan<br />
a cargo del sacristán que<br />
pagan los padres de los discípulos;<br />
y una iglesia parroquial<br />
de San Pedro Apóstol. En las<br />
afueras de la población se encuentra<br />
la ermita de Nuestra<br />
Señora del Buen Suceso; el<br />
cementerio; una pequeña alameda<br />
de álamos negros y chopos;<br />
y una fuente. Comprende<br />
un despoblado titulado la Rad;<br />
bastante matorral de encina,<br />
huertos que se riegan con agua<br />
de los arroyos Berlana y Torcal,<br />
prados y 2.174 obradas de tierra<br />
de cultivo. El terreno es de<br />
monte y llano flojo y en lo general<br />
de secano. Produce trigo,<br />
cebada, centeno, algarrobas,<br />
garbanzos, poca hortaliza,<br />
frutas, pastos y leña. Mantiene<br />
ganado lanar fino, cabrío, vacuno<br />
y de cerda; y cría caza de<br />
liebres, conejos, perdices, otras<br />
aves, lobos y zorras. La población<br />
es de 133 almas.<br />
LAS BERLANAS<br />
Situado en una planicie con<br />
algunas pequeñas cuestas. Tiene<br />
129 casas, algunas con escudos,<br />
distribuidas en tres barrios<br />
separados entre sí, llamados Aldehuela,<br />
Burgo y Rivilla. Tiene<br />
casa ayuntamiento, cuyo edificio<br />
sirve de cárcel, pósito, escuela<br />
de primeras letras a la<br />
que asisten 36 niños, iglesia parroquial<br />
dedicada a la Asunción<br />
de Nuestra Señora con el título<br />
de Gandulle, y es matriz de la<br />
de Gotarrendura: esta iglesia se<br />
halla bastante lejos de los barrios,<br />
por cuya razón se celebran<br />
algunos oficios parroquiales<br />
en las dos ermitas dedicadas<br />
a la Concepción y Nuestra<br />
Señora de las Angustias, que<br />
existen en la Aldehuela y el Burgo.<br />
Comprende 3,48 fanegas<br />
de tierra. Hay un tejar en la era<br />
vieja, le baña un arroyuelo de<br />
Tejar de Las Berlanas.<br />
su mismo nombre y sus aguas<br />
hacen al pueblo un beneficio inmenso<br />
por sus riegos, en los<br />
deliciosos huertos y plantíos de<br />
frutales que abundan. El terreno<br />
es llano y de buena miga, produce<br />
trigo, cebada, centeno, algarrobas,<br />
vino, patatas, mucha<br />
pera de donguindo, ciruelas,<br />
guindas y legrumbres; se mantiene<br />
algún ganado lanar merino<br />
y el vacuno necesario para<br />
las labores. Tiene 268 almas.<br />
GOTARRENDURA<br />
Situado en un pequeño cerro.<br />
Tiene 46 casas, incluida la<br />
de ayuntamiento, taberna, fra-
28 RUTA GEOGRÁFICA<br />
Gotarrendura.<br />
Palomar de Sta. Teresa.<br />
gua, una fuente de buenas<br />
aguas y una iglesia parroquial<br />
de San Miguel Arcángel, aneja<br />
de la de Berlanas. En las afueras<br />
de la población se encuentra<br />
una ermita y el camposanto.<br />
Comprende 1.828 fanegas de<br />
tierra, le atraviesa el río Berlana<br />
y el río Adaja le confina por el<br />
este. El terreno es de mediana<br />
calidad y produce trigo, cebada,<br />
centeno, algarrobas, garbanzos,<br />
algo de vino y frutas;<br />
mantiene ganado lanar, vacuno,<br />
mular y asnal, y cría alguna<br />
caza. La población es de<br />
170 almas.<br />
MINGORRIA<br />
Situado en la falda de un pequeño<br />
cerro. Tiene 275 casas<br />
de mediana e inferior construcción,<br />
distribuidas en varias calles<br />
y una plaza, también hay<br />
una casa fragua en la Lancha,<br />
una caseta del ferrocarril en Maripedro<br />
y otra en los pradejones,<br />
y casas de labor en la Veguilla.<br />
Hay casa del curato de<br />
dos plantas, y casa de ayuntamiento,<br />
cárcel, escuela de instrucción<br />
primaria común a ambos<br />
sexos a la que concurren<br />
unos cien alumnos que se hallan<br />
a cargo de un maestro, una<br />
fuente de buenas aguas y una<br />
iglesia parroquial de San Pedro<br />
Apóstol con cura y capellán<br />
que tiene un anejo en Los Patos.<br />
Existe una Obra Pía de patronato<br />
de legos. En las afueras<br />
de la población se encuentran<br />
dos ermitas: Nuestro Señor Jesucristo<br />
y Nuestra Señora del<br />
Rosario; una mina de cobre<br />
descubierta en el año 1844 y<br />
el cementerio. El término comprende<br />
un monte de encina y<br />
algunos prados, le atraviesa el<br />
río titulado Adaja. Produce trigo,<br />
cebada, centeno, algarrobas,<br />
garbanzos y hortalizas;<br />
abundan los panaderos y arrieros;<br />
mantiene ganado lanar, vacuno<br />
y de cerda, cría caza de<br />
liebres, conejos, perdices, otras<br />
aves y zorras, y pesca de barbos<br />
y anguilas. Tiene veinte molinos<br />
harineros y uno de chocolate.<br />
La población es de 971<br />
almas.<br />
ZORITA DE LOS MOLINOS<br />
Situado en las inmediaciones<br />
del río Adaja (donde funcionan
RUTA GEOGRÁFICA<br />
media docena de molinos que<br />
quedaron reseñados en Mingorría,<br />
del que es anejo), cerca de<br />
las sierras de Avila. Tiene 19 casas<br />
de inferior construcción, y<br />
casa de campo en la dehesa de<br />
Olaya, y una iglesia parroquial<br />
de San Miguel, y en las afueras<br />
la ermita de la Santa Vera Cruz.<br />
Hay dos lagares, dos bodegas,<br />
una fragua, una taber-na, paneras<br />
y corrales. Compren- de<br />
1.600 fanegas de tierra. Produce<br />
trigo, cebada, centeno, algarrobas,<br />
vino y pastos; mantiene<br />
ganado lanar; cría caza menor.<br />
La población es de 34 almas.<br />
SANTO DOMINGO<br />
DE LAS POSADAS<br />
Situado en la falda oeste de<br />
un pequeño cerro. Tiene 60 casas<br />
de inferior construcción, la<br />
de ayuntamiento que a la par<br />
sirve de cárcel; escuela de primeras<br />
letras, común a ambos<br />
sexos, a la que concurren 18<br />
alumnos; una iglesia parroquial<br />
en honor de San Martín Obispo;<br />
el cementerio en parage que no<br />
ofende a la salud pública; y tres<br />
fuentes en las afueras. Comprende<br />
un despoblado titulado<br />
los Yezgos. Produce trigo, cebada,<br />
centeno, algarrobas y<br />
garbanzos; mantiene ganado<br />
lanar, vacuno y asnal, y cría alguna<br />
caza menor. Además de<br />
la industria agrícola también destaca<br />
la arriería. La población es<br />
de 239 almas.<br />
POZANCO<br />
Situado en un pequeño cerro.<br />
Tiene 37 casas de inferior<br />
construcción, inclusa la del ayuntamiento;<br />
escuela de primeras<br />
letras común a ambos sexos, a<br />
la que concurren de 10 a 12<br />
alumnos; una iglesia parroquial<br />
dedicada a San Juan Bautista;<br />
una ermita de la Santa Vera<br />
Cruz; dos fuentes tituladas Nueva<br />
y Vieja. Existe una Obra Pía<br />
para pobres. Comprende un hermoso<br />
prado y 1.200 fanegas de<br />
tierra; le atraviesa el río Adaja<br />
donde hay tres molinos harineros,<br />
cuyas ruedas reciben impulso<br />
con las aguas del Adaja<br />
uno, y los otros con las de dos<br />
grandes manantiales. Produce<br />
trigo, cebada, centeno, algarrobas<br />
y excelentes garbanzos;<br />
mantiene ganado lanar y vacuno,<br />
y cría caza de liebres, conejos<br />
y perdices. La población es<br />
de 74 almas.<br />
SAN ESTEBAN<br />
DE LOS PATOS<br />
Situado cerca de las cordilleras<br />
de las sierras de Avila, a po-
30 RUTA GEOGRÁFICA<br />
ca distancia del río Adaja. Tiene<br />
46 casas de inferior construcción,<br />
casa ayuntamiento, cárcel,<br />
escuela de primeras letras,<br />
común a ambos sexos, casas<br />
en la mina de Santa Agueda y<br />
en la dehesa de Navarrosa, y<br />
una iglesia parroquial en honor<br />
de Santo Tomás Apóstol, aneja<br />
de la de Mingorría. Comprende<br />
1.800 fanegas de tierra. Produce<br />
trigo, cebada, centeno, algarrobas,<br />
vino y pastos; mantiene<br />
ganado lanar y vacuno, y cría<br />
caza menor. La población es de<br />
108 almas.<br />
TOLBAÑOS<br />
Forma ayuntamiento en unión<br />
con Escalonilla, y los actos religiosos<br />
se celebran en la Venta<br />
de San Vicente. Situado en una<br />
extensa llanura. Tiene de 50 casas,<br />
la del ayuntamiento, cárcel,<br />
escuela de primeras letras común<br />
a ambos sexos, dos fuentes<br />
y cementerio. Comprende el<br />
caserío titulado Aldealgordo del<br />
conde de Polentinos, que incluye<br />
un molino harinero, encerraderos,<br />
sudadero, comedor para<br />
los pastores, lavadero, y dos<br />
esquileos llamados rancho de<br />
arriba y rancho de abajo. Tiene<br />
un monte de encina bastante<br />
poblado; brotan en él varias<br />
fuentes, y le atraviesa el río Voltoya<br />
donde hay un molino hainero<br />
al sitio de «entreríos». Produce<br />
trigo, cebada, centeno,<br />
garbanzos y algarrobas; mantiene<br />
ganado lanar y vacuno, y<br />
cría caza de conejos y perdices.<br />
La población es de 202 almas.<br />
SAORNIL DE VOLTOYA<br />
Situado entre diferentes cerros.<br />
Tiene 14 casas inferiores<br />
inclusa la de ayuntamiento; una<br />
fuente y una iglesia parroquial<br />
dedicada a la Visitación de<br />
Nuestra Señora aneja de la de<br />
la Venta de San Vicente. Produce<br />
trigo, cebada y centeno; mantiene<br />
ganado lanar y vacuno, y<br />
cría alguna caza menor. Habitan<br />
24 almas.<br />
GALLEGOS, ALAMEDAS DE<br />
REQUENAS, CORTOS Y<br />
VENTA DE SAN VICENTE<br />
Todos ellos forman unidos un<br />
único ayuntamiento. Situados
RUTA GEOGRÁFICA<br />
en las inmediaciones del río<br />
Adaja y en terreno algún tanto<br />
elevado. Tienen todos los pueblos<br />
juntos 18 casas: la del<br />
ayuntamiento y una iglesia parroquial<br />
dedicada a San Vicente<br />
Mártir que tiene por anejo<br />
también Saornil de Voltoya. La<br />
iglesia está situada en el centro<br />
de los pueblos que componen<br />
el ayuntamiento. Comprende<br />
2.279 fanegas de tierra. Pasa<br />
por el centro del pueblo un<br />
arroyuelo que desagua en el referido<br />
Adaja. Produce cereales,<br />
algarrobas y hortalizas; mantiene<br />
ganado lanar y vacuno, y<br />
cría alguna caza.<br />
ESCALONILLA<br />
Depende del ayuntamiento<br />
de Tolbaños y la iglesia de la<br />
Venta de San Vicente. Situado<br />
en llano. Tiene de 14 a 16<br />
casas bajas, pequeñas y de<br />
mala distribución interior, una<br />
calle sin empedrar, y una fuente.<br />
Se compone de 745 obradas.<br />
El terreno es de monte<br />
y llano, flojo, pedregoso y de<br />
secano. Su producción y población<br />
se incluye con Tolbaños.<br />
VEGA DE SANTA MARIA<br />
Situado en un pequeño cerro.<br />
Tiene 87 casas de inferior<br />
construcción, la de ayuntamiento,<br />
cárcel, escuela de primeras<br />
letras común a ambos sexos,<br />
un palacio arruinado, una fuente<br />
de buenas aguas y una iglesia<br />
de Nuestra Señora de la<br />
Asunción; hay una ermita en la<br />
plaza dedicada a Nuestra Señora<br />
de las Cruces. Existe una<br />
Obra Pía de estudiantes. El río<br />
Adaja confina por el oeste, y<br />
comprende un despoblado titulado<br />
Saornil de Adaja, y dos lagunas<br />
al Norte que recogen las<br />
aguas que bajan de los cerros.<br />
Produce trigo, cebada, centeno,<br />
algarrobas y algunos garbanzos;<br />
mantiene ganado lanar<br />
fino, y el vacuno necesario para<br />
la labor; y cría caza menor. La<br />
población es de 246 almas.<br />
VELAYOS<br />
Situado en terreno llano. Tiene<br />
200 casas de mediana<br />
construcción, distribuidas en varias<br />
calles y una plaza; casa de<br />
ayuntamiento con cárcel; pósito,<br />
escuela de primeras letras<br />
común a ambos sexos; una<br />
fuente muy buena con dos caños<br />
construida en tiempos de<br />
Carlos IV, y una bonita iglesia
32 RUTA GEOGRÁFICA<br />
Velayos.<br />
parroquial dedicada a San Isidro<br />
Labrador; y una ermita en<br />
honor de Nuestra Señora de las<br />
Angustias situada en las afueras<br />
del pueblo con cementerio.<br />
Produce trigo, cebada, centeno,<br />
algarrobas y garbanzos;<br />
mantiene ganado lanar merino<br />
y el vacuno necesario para la<br />
labor, y cría caza de liebres y<br />
perdices. Le baña el río Voltoya<br />
donde se encuentra el molino<br />
Nuevo. Se fabrican estameñas<br />
bastas, en cuya operación se<br />
emplean más de 60 hombres y<br />
20 mujeres; hay ocho telares de<br />
lienzo; dos tenerías para curtidos;<br />
y arriería. El comercio está<br />
reducido a cuatro tiendas pequeñas<br />
de bayetas, pañuelos y<br />
otros géneros; se celebra mercado<br />
los sábados de cada semana,<br />
el que se ve medianamente<br />
concurrido. La población<br />
es de 895 almas.<br />
BLASCOSANCHO<br />
Situado en terreno bastante<br />
llano. Tiene 70 casas de mediana<br />
construcción y con las comodidades<br />
necesarias al género<br />
de sus habitantes; un palacio<br />
del conde de Cerbellón y duque<br />
de Montellano en buen estado;<br />
una plaza que forma un<br />
cuadrilongo; escuela de instrucción<br />
primaria, común a ambos<br />
sexos; una ermita en honor<br />
de San Roque, destinada hoy a<br />
camposanto, y una iglesia parroquial<br />
dedicada a San Boal<br />
Mártir; a las afueras hay una<br />
hermosa fuente y una laguna<br />
llamada de la Fuente que sirve<br />
para los ganados. Abraza 3.100<br />
fanegas de tierra cultivable y 50<br />
incultas, y tiene un pinar de propios.<br />
Le traviesa el arroyo del<br />
Valle que tiene su origen en las<br />
Gordillas, y pasan las calzadas<br />
de Salamanca a Madrid y de<br />
Toledo a Valladolid. Produce<br />
trigo, cebada, algarrobas, centeno,<br />
garbanzos y legumbres;<br />
cría ganado lanar y vacuno; hay<br />
caza de liebres y algún lobo.<br />
Tiene 288 almas.<br />
Palacio del Duque de Montellano.
RUTA ARQUEOLOGICA<br />
■ A DESTACAR. Los abundantes<br />
restos de asentamientos<br />
culturales de pueblos primitivos<br />
de la prehistoria y la<br />
historia antigua encontrados<br />
en la zona de la ribera del<br />
Adaja sirven para reencontrarnos<br />
con el origen de nuestra<br />
civilización. Una importante<br />
muestra de los hallazgos descubiertos<br />
se encuentran en el<br />
Museo de Avila.<br />
■ La ruta. El recorrido por<br />
los emplazamientos naturales<br />
de los antiguos pobladores<br />
coincide con el trazado que<br />
hace el río Adaja. Buenos ejemplos<br />
de estas civilizaciones se<br />
pueden contemplar en la «calzadilla<br />
romana» que discurre<br />
paralela a la carretera AV-804,<br />
el Castro de las Cogotas, «El<br />
Castillo» de Cardeñosa, el valle<br />
de Zorita de los Molinos, los<br />
verracos que hay en Mingorría<br />
y Santo Domingo de las Posadas,<br />
y en los fondos del Museo<br />
de Avila.<br />
■ Cómo llegar. La carretera<br />
AV-804 de Avila-Arévalo, a la<br />
altura del término de Cardeñosa,<br />
nos acerca a la «calzadilla»<br />
y por un desvío a la derecha<br />
nos lleva al Castro de<br />
las Cogotas que se alza sobre<br />
la presa y el río. La carretera<br />
N-403 también sirve de acceso<br />
a la presa, después pasa<br />
por Mingorría, donde hay un<br />
verraco de piedra, y desde<br />
aquí nos desviamos para llegar<br />
al puente de Zorita. El Museo<br />
de Avila se encuentra en<br />
la capital.<br />
■ Qué ver. La buena construcción<br />
de la calzadilla, el castro<br />
de las Cogotas recientemente<br />
limpiado y restaurado,<br />
los hábitats de antiguas civilizaciones,<br />
verranos y piezas pétreas,<br />
cerámicas y metálicas.<br />
■ Aliciente. Redescubrir el<br />
castro de las Cogotas, el más<br />
significativo de la cultura vettona,<br />
y el espacio natural donde<br />
estuvieron asentados los primeros<br />
habitantes de esta tierra.<br />
También pueden admirarse<br />
las figuras zoomorfas o verracos<br />
de piedra.<br />
Espada de las Cogotas. Dibujo de Cabré<br />
E<br />
l río Adaja y su entorno natural constituye<br />
el elemento geográfico identificador<br />
de los distintos asentamientos habidos<br />
en estas tierras a lo largo de la historia del<br />
hombre. Tanto es así que los depósitos del<br />
río y los sedimentos acumulados pueden<br />
haber permitido la conservación de suelos<br />
de ocupación humana del Paleolítico, como<br />
ocurre en Zorita, en los alrededores de Arévalo<br />
y entre Blascosancho y Hernansancho.<br />
Esta circunstancia también se produce en<br />
el río Voltoya y en el Arevalillo y alguno de<br />
sus afluentes entre Papatrigo y El Oso.<br />
El valle que configura el río Adaja a su<br />
paso por Zorita de los Molinos debió ser<br />
entonces lugar adecuado para los primeros<br />
pobladores del paleolítico inferior (200.000<br />
años a. de C.), como prueban los hallazgos<br />
de un bifaz o hacha de mano tallada, así como<br />
un canto tallado unifacialmente. Estos<br />
hallazgos proceden del lugar conocido como<br />
«Majuelo de las Bragas», según los da-
34 RUTA ARQUEOLÓGICA<br />
tos aportados por Javier González<br />
Tablas.<br />
En el Neolítico, hace unos<br />
diez mil años, la ribera del Adaja<br />
seguía siendo un lugar apropiado<br />
para la subsistencia de<br />
los primitivos pobladores dedicados<br />
a la caza, la pesca y la<br />
recolección de frutos, además<br />
de servir como ruta de comunicación.<br />
Las cercanías del río<br />
igualmente sirvieron para que<br />
en ellas se asentaran los primeros<br />
agricultores y ganaderos al<br />
final del Neolítico, allá por el año<br />
3.000 a. de C., tal y como nos<br />
informa el arqueólogo J. Francisco<br />
Fabián.<br />
Los Patos. Paraje de «La Mina».<br />
EDAD DE LOS METALES<br />
Con el descubrimiento de los<br />
metales y la metalurgia empieza<br />
la Edad de los Metales, siendo<br />
el cobre el primero en emplearse,<br />
al que seguirán la aleación<br />
de bronce y el hierro. De<br />
la Edad del Cobre (años 2.400<br />
a 1.800 a. de C.) se halla datado<br />
en el Museo de Avila un poblado<br />
en Mingorría, y de esta<br />
época del calcolítico se exhibe<br />
en dicho museo un cuenco hemisférico<br />
y un útil de piedra tallada<br />
de considerable tamaño<br />
y forma lanceolada y dentada,<br />
procedentes de la citada localidad.<br />
En Mingorría y San Esteban<br />
de los Patos, aparecen parajes<br />
denominados con el nombre de<br />
«La Mina» como testimonio toponímico<br />
de las características<br />
geológicas de la zona, y las minas<br />
descubiertas bien pudieron<br />
servir para abastener de mineral<br />
a los grupos prehistóricos locales.<br />
La plenitud de la Edad del<br />
Cobre se caracterizó por la fabricación<br />
de un tipo de cerámica<br />
con forma de campana y decoración<br />
abigarrada y perfil, conocida<br />
como vaso campaniforme<br />
(años 2000 a 1.500 a. de<br />
C.). De la cultura del «vaso campaniforme»<br />
han sido encontrados<br />
importantes hallazgos en la<br />
ribera del río Adaja, como ha<br />
ocurrido en las fosas descubiertas<br />
en el paraje de «Valhondo»<br />
de Pajares del Adaja. También<br />
junto al Adaja, en «Las Cogotas»<br />
y «El Castillo» de Cardeñosa,<br />
se han constatado hallazgos<br />
campaniformes de carácter<br />
metálico, tales como leznas de<br />
cobre, un brazal de arquero y<br />
una punta pamela que se conserva<br />
en el Museo Arqueológico<br />
Nacional.<br />
Como hemos visto, la ribera<br />
del río Adaja se ha caracterizado<br />
a lo largo de la historia<br />
por su idoneidad para los asentamientos<br />
humanos, los cuales<br />
también se producen en la<br />
Edad del Bronce (años 1800 a<br />
700 a. de C.). Ejemplos de esta<br />
época los encontramos en «El<br />
Castillo» y «Las Cogotas» de<br />
Cardeñosa, y la «Gravera del<br />
Puente Viejo» de Zorita de los<br />
Molinos.<br />
EL CASTILLO<br />
DE CARDEÑOSA<br />
El Castillo de Cardeñosa es<br />
un risco granítico de poco más<br />
de 1.100 metros de altura, situado<br />
al noroeste del cerro de<br />
«Las Cogotas», sobre una vega<br />
con prados. Los hallazgos descubiertos<br />
datan el yacimiento<br />
entre los años 1800 a 1500 a.<br />
de C., siendo propios del inicio
RUTA ARQUEOLÓGICA 35<br />
de la Edad del Bronce. Los restos<br />
reseñados por Cabré y estudiados<br />
por C. Naranjo son<br />
piezas cerámicas lisas en vajillas<br />
y decoradas en tinajas, pequeños<br />
dientes de hoz de sílex,<br />
delgados brazaletes, algunos<br />
elementos de hueso y piezas<br />
metálicas como hachas, leznas<br />
y puntas palmela. En el Museo<br />
de Avila está expuesto un fragmento<br />
cerámico de borde con<br />
impresión digital.<br />
VALLE DE<br />
ZORITA DE LOS MOLINOS<br />
En el valle de Zorita de los<br />
Molinos, la Edad del Bronce<br />
Medio dejó también su impronta<br />
en un pequeño poblado datado<br />
hacia el 1750 a. de C. según<br />
González Tablas, donde se<br />
han encontrado abundantes restos<br />
de cerámica al sitio del «Pinar<br />
del Barranco de la Cruz», en<br />
el paraje de «Las Bragas».<br />
Sobre el puente de Zorita,<br />
por donde pasa la carretera de<br />
Mingorría a Las Berlanas, se divisa<br />
una planta de extracción<br />
de gravas y áridos situada en la<br />
margen derecha del río, frente a<br />
los restos de otro puente que<br />
se llevó el agua, de ahí la denominación<br />
Gravera de Puente<br />
Viejo. En esta zona fue descubierto<br />
un importante yacimiento<br />
de la Edad del Bronce datado<br />
entre los años 1500 a 1250 a.<br />
de C., el cual fue excavado en<br />
1984 por González Tablas y Hortensia<br />
Larrén.<br />
El conjunto de materiales obtenidos<br />
en la excavación está<br />
compuesto por fragmentos de<br />
cerámica (cazuelas y cuencos<br />
con decoración impresa y lisa),<br />
ejemplares de sílex trabajado<br />
(puntas de flecha atípicas), restos<br />
faunísticos y fragmentos de<br />
barro cocido, los cuales se conservan<br />
en el Museo de Avila.<br />
LAS COGOTAS<br />
Sin apartarnos del río Adaja<br />
nos situamos, aguas arriba, en<br />
el Castro de Las Cogotas, excavado<br />
por Cabré, al que se debe<br />
la denominación de una cultura<br />
que se extendió por toda la<br />
Península, incluso por el sur de<br />
Francia. El grupo cultural Cogotas<br />
I tuvo su plenitud en el final<br />
de la Edad del Bronce (años<br />
1200 a 700 a. de C.), caracterizado<br />
por dos de las técnicas<br />
con que se decoran sus cerámicas:<br />
excisión (vaciado con espátula)<br />
y boquique o punto y<br />
raya (a base de líneas en las<br />
que se rehunden puntos con<br />
un punzón de hueso). De esta<br />
época se conserva una interesante<br />
hacha plana de bronce<br />
encontrada en el Castro de Las<br />
Cogotas que puede contemplarse<br />
en el Museo Arqueológico<br />
Nacional.<br />
El Castro de las Cogotas está<br />
situado junto al río Adaja, a<br />
Zorita de los Molinos. Gravera de Puenteviejo.
36 RUTA ARQUEOLÓGICA<br />
Muralla del Castro de las Cogotas.<br />
unos seis kilómetros al suroeste<br />
de Cardeñosa, en la carretera<br />
AV-804 de Avila a Arévalo,<br />
por donde se accede a través<br />
de un camino. Con la construcción<br />
de la presa denominada<br />
también de «Las Cogotas», el<br />
acceso al castro puede hacerse<br />
fácilmente desde el desvío que<br />
sale del punto kilométrico 146,5<br />
de la carretera N-403 Toledo-<br />
Valladolid, cerca de Mingorría.<br />
El castro es conocido desde<br />
1876, con excavaciones sistemáticas<br />
realizadas por don Juan<br />
Cabré Aguiló en las campañas<br />
de 1927, 1929 y 1930, en esta<br />
última fue descubierta la necrópolis.<br />
El castro y necrópolis de Las<br />
Cogotas es el yacimiento más<br />
significativo de Avila, el cual ha<br />
tenido gran trascendencia para<br />
el conocimiento de un amplio<br />
período de la prehistoria peninsular,<br />
dando nombre a dos períodos<br />
fundamentales: el Bronce<br />
Medio-Final, conocido como<br />
«Cogotas I», y la plena Edad del<br />
Hierro, o Hierro II, conocido como<br />
«Cogotas II».<br />
La Edad del Hierro (siglos<br />
VII a I a. de C.) en Avila alcanza<br />
su máximo exponente en el Castro<br />
de Las Cogotas de Cardeñosa,<br />
cuyo asentamiento vuelve<br />
a ser ocupado de nuevo. De<br />
esta última época son las esculturas<br />
zoomorfas y verracos<br />
de piedra encontrados<br />
en Las Cogotas, así como los<br />
que se hallan en Mingorría y<br />
en Santo Domingo de las Posadas;<br />
también en El Oso,<br />
pueblo cercano a Las Berlanas<br />
y Gotarrendura.<br />
Las Cogotas es un castro<br />
estratégicamente situado, defendido<br />
por un doble cinturón<br />
amurallado y una zona<br />
de piedras hincadas, delimitando<br />
dos recintos, uno destinado<br />
a poblado, el más alto,<br />
y a encerradero de ganados<br />
el inferior. Los pobladores se<br />
dedicaban a la ganadería y la<br />
agricultura, y no destacaban por<br />
ser una sociedad guerrera, aunque<br />
poseían armas para protegerse.<br />
A través de los ajuares la necrópolis<br />
se ha fechado en su<br />
conjunto a lo largo de los siglos<br />
IV y III a. de C., y pudo ser destruido<br />
por los romanos o por los<br />
cartagineses.<br />
Los objetos hallados en Las<br />
Cogotas son muy numerosos.<br />
Así, los hay metálicos de bronce<br />
(fíbulas y una espada) y de<br />
hierro (puñales, herramientas para<br />
trabajar la madera, el cuero y<br />
la piedra). También abundan cerámicas<br />
lisas, impresas y decoradas,<br />
tanto del Bronce como<br />
del Hierro. En el Museo de Avila<br />
puede contemplarse una selección<br />
bastante significativa de dichos<br />
objetos.<br />
LOS VERRACOS<br />
Los verracos son esculturas<br />
talladas en piedra de granito<br />
que reproducen toros o cerdos,<br />
los cuales adoptan una postura<br />
frontal y de pie. La dispersión<br />
geográfica de los verracos coincide,<br />
en líneas generales, con el<br />
territorio ocupado por los «Vettones».<br />
Las esculturas halladas<br />
en los castros que no fueron ro-
RUTA ARQUEOLÓGICA 37<br />
manizados se pueden fechar<br />
desde el siglo IV a. de C. hasta<br />
el abandono gradual de estos<br />
poblados a raíz de la conquista<br />
romana, ya en el siglo I a. de C.<br />
Una muestra representativa<br />
de la cultura de los verracos lo<br />
constituyen las esculturas procedentes<br />
del castro de «Las Cogotas»<br />
y las existentes en Mingorría<br />
y Santo Domingo de las<br />
Posadas.<br />
Verraco de las Cogotas.<br />
Verraco de Mingorría.<br />
Los verracos de Cardeñosa<br />
proceden de «Las Cogotas»,<br />
cuatro de las cinco esculturas<br />
que se conocen se hallaron junto<br />
al camino que conduce al segundo<br />
recinto amurallado, una<br />
parte del cual pudo destinarse<br />
a cumplir las funciones de encerradero<br />
de ganado. Lo anterior<br />
ha llevado a defender para<br />
estas esculturas un significado<br />
mágico o religioso, relacionado<br />
con la protección y fertilidad de<br />
la ganadería, la principal fuente<br />
de riqueza de estas poblaciones,<br />
según apuntó Cabré.<br />
Destaca entre las esculturas<br />
de Las Cogotas una parecida<br />
a un jabalí, y que actualmente<br />
se encuentra en la capital<br />
abulense, en la plaza de<br />
Calvo Sotelo. A la ciudad fue<br />
trasladado por orden del rey<br />
Alfonso XII en contra de los<br />
vecinos de la localidad.<br />
El verraco de Mingorría<br />
se encuentra situado en el altozano<br />
donde se halla la ermita<br />
de la Virgen, un lugar preeminente<br />
desde el que se divisan<br />
en toda su amplitud las estribaciones<br />
de la Sierra de Ojos<br />
Albos por el noreste, y la Sierra<br />
de Avila y el cerro de Las Cogotas<br />
por el suroeste. A un lado<br />
pasa el camino que conduce a<br />
los molinos que hay en el río<br />
Adaja. Esta escultura zoomorfa<br />
es conocida como «el Marrano<br />
de la Virgen», y bien pudo cumplir<br />
funciones de protección del<br />
ganado o de acotamiento del territorio<br />
donde éste podía pastar.<br />
El verraco de Santo Domingo<br />
de las Posadas es de proporciones<br />
más reducidas y está<br />
en peor estado de conservación,<br />
se encuentra situado junto<br />
al edificio de la casa consistorial.<br />
A este tipo de verracos de<br />
menor tamaño, como los hallados<br />
en Martiherrero, algunos investigadores<br />
les atribuyen características<br />
funerarias.<br />
Verraco de Santo Domingo<br />
de las Posadas.
38 RUTA ARQUEOLÓGICA<br />
Mingorría. As de Lucio Vero.<br />
Calzadilla de Cardeñosa.<br />
LOS ROMANOS<br />
La conquista romana de la<br />
Península Ibérica se inició en el<br />
año 218 a. de C. cuando pasó<br />
a ser escenario de la II Guerra<br />
Púnica entre Roma y Cartago.<br />
La civilización romana se mantuvo<br />
en la Península hasta llegado<br />
el siglo V de nuestra era.<br />
Hay restos que prueban que<br />
Monsalupe y Cardeñosa bien<br />
pudieron ser ocupados por los<br />
romanos, y de esta época se<br />
conserva en el Museo de Avila<br />
una moneda, un «As de Lucio Vero»,<br />
procedente de Mingorría.<br />
Dirigiéndonos desde Avila hacia<br />
el norte por el antiguo camino<br />
que comunicaba la capital<br />
con Arévalo, todavía se aprecia<br />
el trazado de la conocida Calzadilla<br />
de Cardeñosa, con antecedentes<br />
romanos. El tramo<br />
visitable más interesante se encuentra<br />
a la altura del kilómetro<br />
tres de la carretera AV-804, cerca<br />
del puente de la Media Legua,<br />
por el que pasa la línea ferroviaria<br />
Avila-Salamanca. Esta<br />
calzada está perfectamente señalizada<br />
como ejemplo de camino<br />
antiguo utilizado al menos<br />
desde época medieval para comunicar<br />
la ciudad de Avila con<br />
la Moraña.<br />
LOS VISIGODOS<br />
El pueblo visigodo, de origen<br />
germánico, hizo notar su presencia<br />
efectiva en Hispania a finales<br />
del siglo V, como culminación<br />
de una serie de invasiones<br />
y establecimientos de diversos<br />
pueblos bárbaros en la Península.<br />
Los visigodos, un pueblo<br />
eminentemente agrícola, dejaron<br />
restos de su cultura en<br />
parajes de Cardeñosa y Mingorría<br />
que se asoman al río Adaja.<br />
El Castillo de Cardeñosa es<br />
el nombre que recibe el cerro<br />
elevado situado a unos dos kilómetros<br />
de Cardeñosa, hacia<br />
el Este, y es el mismo paraje donde<br />
ya se han reseñado otros<br />
asentamientos de pueblos prehistóricos.<br />
Aquí fue hallado en<br />
1876 por A. Garcinuño un conjunto<br />
de piezas, atribuible a las<br />
épocas romana y visigoda, consistentes<br />
en pizarras con signos<br />
de escritura que testimonian la<br />
transición del mundo antiguo al<br />
medieval.<br />
En el Museo de Avila puede<br />
admirarse una interesante colección<br />
procedente del municipio<br />
de Diego Alvaro, localizándose<br />
también en la guía de dicho<br />
museo un asentamiento en<br />
Mingorría. En Madrid, el Instituto<br />
Valencia de Don Juan conserva<br />
una patena de bronce de origen<br />
visigodo utilizada en la liturgia,<br />
procedente de Cardeñosa.
■ A DESTACAR. La catalogación<br />
de los monumentos<br />
más significativos<br />
de los pueblos de la ribera<br />
del Adaja realizada por<br />
Manuel Gómez Moreno en<br />
1900. Es el primer inventario<br />
riguroso del patrimonio<br />
cultural de dichos<br />
pueblos. La muestra artística<br />
seleccionada es lo<br />
suficientemente representativa<br />
que bien sirve para<br />
un itinerario especial como<br />
éste.<br />
■ La ruta. El recorrido<br />
por los monumentos de la<br />
zona nos lleva a visitar los<br />
pueblos de Cardeñosa, Peñalba,<br />
Las Berlanas, Mingorría,<br />
Pozanco, Santo Domingo<br />
de las Posadas y<br />
Vega de Santa María.<br />
■ Cómo llegar. El historiador<br />
Gómez-Moreno recorrió<br />
esta tierra en el tren<br />
que llega hasta Mingorría,<br />
y desde aquí en burro.<br />
Hoy el viajero puede desplazarse<br />
fácilmente en coche<br />
hasta los pueblos de<br />
la ruta donde se hallan los<br />
monumentos a visitar.<br />
■ Qué ver. Los monumentos<br />
finalmente seleccionados,<br />
entre otros, son<br />
el castro de las Cogotas,<br />
las iglesias de Cardeñosa,<br />
Las Berlanas, Pozanco y<br />
Vega de Santa María, y<br />
los verracos de Mingorría<br />
y Santo Domingo de Las<br />
Posadas.<br />
■ Aliciente. Realizar hoy,<br />
cien años después, la misma<br />
ruta que hizo el historiador<br />
Manuel Gómez Moreno<br />
para elaborar el Catálogo<br />
Monumental de la<br />
Provincia de Avila.<br />
Artesonado de la iglesia<br />
de Las Berlanas.<br />
RUTA<br />
MONUMENTAL<br />
Manuel Gómez Moreno era<br />
un joven granadino de 20<br />
años, licenciado en Filosofía y<br />
Letras y profesor de Arqueología<br />
en el Sacromonte, cuando<br />
recibió el encargo de realizar el<br />
«Catálogo Monumental de la<br />
Provincia de Avila». Con este<br />
trabajo se iniciaba el catálogo<br />
monumental de España que<br />
había proyectado en el año<br />
1900 el Ministerio de Instrucción<br />
Pública y Bellas Artes.<br />
Los pueblos de la ribera del<br />
Adaja fueron visitados por Gómez<br />
Moreno en un entrañable y<br />
particular viaje no lejos de vicisitudes.<br />
A partir del 15 de agosto<br />
de 1900 y a lo largo de once<br />
días recorre el Valle Amblés, hasta<br />
llegar a Villatoro, donde nace<br />
el río Adaja.<br />
A primeros del mes de septiembre<br />
Gómez Moreno inicia el<br />
viaje en burro por la Moraña. Al<br />
principio recorre los pueblos serranos<br />
como Cardeñosa y Pe-
40 RUTA MONUMENTAL<br />
ñalba de Avila, donde el terreno<br />
es ondulado y lleno de peñones<br />
graníticos; pero a partir<br />
de Las Berlanas empieza La<br />
Moraña, inmensa llanura «lévemente<br />
surcada por algunos barrancos<br />
y lomas, sin más horizonte<br />
que a la parte de Avila,<br />
donde se ven bien lejos sus sierras<br />
y, al fin, la de Gredos y Montes<br />
de Toledo. El terreno es todo<br />
de sembradío de cereales y<br />
este año han tenido gran cosecha.<br />
Los pueblos están divididos<br />
en barrios y la iglesia aislada.<br />
Es curioso y cortan la monotonía<br />
grandísima del paisaje algunas<br />
alamedas de chopos y<br />
álamos blancos, sembrados en<br />
los sitios frescos y que suelen<br />
denunciar la cercanía de los<br />
pueblos; además de higos y<br />
brevas se ve alguna mancha de<br />
monte. La gente ha perdido por<br />
completo el traje y las casas tampoco<br />
ofrecen nada especial; las<br />
hacen de adobe, pues por aquí<br />
no hay piedra para un remedio<br />
y aun la arcilla escasea».<br />
De este viaje destacan los escritos<br />
dedicados al Castro de las<br />
Cogotas, la calzadilla romana y<br />
la Iglesia de Cardeñosa, y el paisaje<br />
que desde lo alto del cerro<br />
de las Cogotas se divisa. Después<br />
de Cardeñosa, el historiador<br />
se detiene en la Iglesia y la<br />
ermita de las Angustias de Las<br />
Berlanas para resaltar sus valores<br />
artísticos.<br />
Finalizado el recorrido de La<br />
Moraña, el 15 de septiembre,<br />
Gómez Moreno toma el tren en<br />
Adanero para regresar a Avila<br />
pasando por Sanchidrián, Velayos<br />
y Mingorría. A principios<br />
de octubre nuestro viajero coge<br />
de nuevo el tren que le lleva<br />
hasta Mingorría. En el recorrido<br />
por el pueblo, que por estas fechas<br />
festeja a la Virgen del Rosario,<br />
le llama especialmente la<br />
atención la escultura zoomorfa,<br />
cerdo o verraco, del siglo IV a.<br />
de C., situada en lo alto del cerro<br />
donde está la ermita. De esta<br />
figura el autor del Catálogo<br />
Monumental hizo un sencillo y<br />
bello dibujo con el que ilustró<br />
sus apuntes.<br />
Terminada la visita a Mingorría<br />
es hora de buscar unos burros<br />
con los que continuar el<br />
viaje hasta Arévalo. Así, el joven<br />
profesor nuevamente se<br />
adentra en La Moraña, parando<br />
en todos los pueblos de su recorrido,<br />
prestando especial<br />
aten- ción en Pozanco a la iglesia<br />
parroquial y los objetos de<br />
platería de la misma, en Santo<br />
Domingo de las Posadas al<br />
berraco de piedra allí existente,<br />
y en Vega de Santa María a la<br />
iglesia parroquial y las ruinas<br />
del Palacio de San Saturnino.<br />
Como resultado de los distintos<br />
viajes por la geografía de la<br />
provincia, Manuel Gómez-Moreno<br />
dejó escrita una valiosísima<br />
obra con la que se dió comienzo<br />
la realización del Inventario<br />
y el Catálogo del Patrimonio<br />
cultural español, de donde<br />
destacamos la siguiente ruta<br />
monumental según la descripción<br />
literal estractada del citado<br />
catálogo.<br />
Paisaje morañego en Gotarrendura.
RUTA MONUMENTAL 41<br />
CASTRO DE LAS COGOTAS<br />
El despoblado de Las Cogotas<br />
(declarado Monumento Histórico-Artístico<br />
el 3 de junio de<br />
1931) es un teso granítico desgajado<br />
de la sierra de Avila, que<br />
desde el gran macizo de Villatoro<br />
corre hacia NE, hasta los berrocales<br />
de Cardeñosa, y cuya<br />
más oriental ondulación constituye<br />
precisamente las Cogotas.<br />
Su cúspide forma dos cabezos<br />
de peñas, y un collado poco extenso<br />
los une; el más alto atalaya<br />
gran territorio: a N., el Campo<br />
de Pajares, a S., Avila, de manera<br />
que bien podía prevenirse<br />
desde allí cualquier lejano peligro;<br />
enormes canchales la cercan<br />
a E., en áspero declive hasta<br />
el río Adaja, que allí serpentea,<br />
ceñido por formidables tajos<br />
a la parte contraria, que imposibilitan<br />
comunicarse con el<br />
cercano pueblo de Mingorría.<br />
Al S., un escalón de rocas corta<br />
la suave ladera que se inclina<br />
hasta el arroyo de la Rominilla,<br />
y allí cerca varias fuentes la proveen<br />
de agua. De N. a O., el terreno<br />
va espaciándose más y<br />
más en declive hacia el río, conforme<br />
éste se retira, pero sin dejar<br />
del todo su fragosidad, y hacia<br />
O. aisla el cerro una depresión<br />
en forma de collado, más<br />
grande que el de arriba, para<br />
erguirse luego hacia la sierra,<br />
enseñando de nuevo sus calvas<br />
y redondeadas crestas.<br />
De los muros que protegían<br />
esta ciudad sólo se<br />
descubren algunas<br />
piedras en su asiento.<br />
Allí también hay tirados<br />
los pedazos de<br />
un toro de granito, sin<br />
cabeza y bastante<br />
grande, al que antes<br />
acompañaban otra efigie<br />
de toro menor, que<br />
dicen llevó a Madrid<br />
D. Emilio Rotondo, y<br />
una de berraco, trasladada<br />
a Avila por iniciativa de<br />
D. Alfonso XII.<br />
Al buen médico D. Fausto Rico<br />
débese el conocimiento de<br />
las Cogotas y las primeras exploraciones.<br />
De una excavación<br />
practicada por el Sr. Rotondo<br />
salieron más objetos. Por mi<br />
parte, hallé varios fragmentos<br />
de cobre y hierro y otro de hueso,<br />
una piedra cuarzosa muy<br />
desgastada por frotamiento, y<br />
ruedas de molino de mano hechas<br />
de granito, con taladro en<br />
medio y agujero para hacerlas<br />
girar.<br />
Como a un kilómetro al N. de<br />
las Cogotas, en el profundo llano<br />
que por allí se tiende y cerca<br />
del molino del Castillo, hay<br />
otras señales de antigüedad,<br />
donde recogió el Sr. Rico una<br />
moneda de Teodosio y una tableta<br />
de pizarra con signos grabados.<br />
Más cerca de Cardeñosa fueron<br />
halladas otras monedas romanas,<br />
puntas de lanzas y flechas<br />
de hierro, una chapa de<br />
bronce repujada con figura de<br />
Hércules y tejas planas.<br />
Entre Cardeñosa y Narrillos de<br />
San Leonardo, consérvase un<br />
largo trecho de calzada, que dicen<br />
es de romanos. Su empedrado<br />
forma cintas diagonales<br />
a trechos; sus bordes alzan guardarruedas<br />
a trechos, y sobre el<br />
arroyo de la Cañada hay un<br />
puentecillo en arco escarzano,<br />
de dovelas pequeñas sentadas<br />
a hueso.<br />
Entrada al Castro.
IGLESIA PARROQUIAL<br />
DE CARDEÑOSA<br />
Se empezó a construir por<br />
la cabeza, con un ábside poligonal<br />
y estribos de gran desarrollo<br />
y de excelente sillería;<br />
pero quedó suspendida a la altura<br />
del basamento, y cuando<br />
se reanudaron las obras a fines<br />
del siglo XV, redújose considerablemente<br />
su magnitud y se<br />
hizo de mampostería. No obstante,<br />
resultó un edificio espacioso<br />
y bien decorado, con su<br />
capilla semioctogonal, presbiterio<br />
con bóveda de ogivas de<br />
poca elevación, y tres elegantes<br />
naves de a tres grandes<br />
arcos semicirculares por banda<br />
y sus arquivoltas y pilares<br />
bordeados por series de bolas,<br />
como también los escarzanos<br />
que sostienen el coro a<br />
los pies, todo ello de muy buena<br />
construcción. Bolas también<br />
exornan las puertas y el púlpito<br />
de piedra.<br />
La armadura de la nave central<br />
es ochavada por sus extremos,<br />
con bellos cuadrantes<br />
de lazo de ocho, ataujerado y<br />
entallado: almizate lleno de lazo<br />
de diez y seis, con racimos<br />
de mocárabes en los centros<br />
de sus ruedas, y faldones de<br />
menado, con almenillas pintadas<br />
en los chaflanes. Los pares,<br />
tirantes y arrocabe están cubiertos<br />
de entalladuras y lo mismo<br />
los colgadizos laterales y el<br />
suelo del coro; es una de las<br />
buenas obras mudéjares de la<br />
provincia.<br />
El retablo principal fue hecho,<br />
al parecer por Rodríguez y<br />
Giraldo, pues se nota la mano<br />
de dos artífices y convienen con<br />
sus obras de la Catedral, especialmente<br />
el trascoro (fechado y<br />
documentado entre 1532-35 como<br />
obra de Pedro de Salamanca<br />
y Blas Hernández, yerno y<br />
colaborador de Juan Rodríguez).<br />
Es de tres cuerpos, con columnas<br />
abalaustradas, tres calles<br />
de encasamientos, como de 0,85<br />
m. de alto, entrepaños con hornacinas,<br />
pulseras laterales llenas<br />
de talla y frontón redondo;<br />
todo cubierto con relieves, estatuitas<br />
y dos tablas pintadas. En<br />
el siglo XVIII lo doraron de nuevo<br />
y taparon su centro con un<br />
manifestador de entonces.<br />
En la sacristía hay un pequeño<br />
San Jerónimo, correspondiente<br />
al retablo.<br />
Los dos tableros del susodicho<br />
retablo, representan la<br />
Oración del Huerto y la Transfiguración.<br />
Puesta en un retablo churrigueresco,<br />
hay una tabla apaisada,<br />
de 1,90 m. de ancho, que
RUTA MONUMENTAL 43<br />
representa el martirio de San<br />
Lorenzo, y su figura principal<br />
nos pareció inspirada en la estampa<br />
de Bandinello; es de estilo<br />
italiano del siglo XVI, muy<br />
oscura de entonación. A los lados<br />
hay otras dos tablas pequeñas<br />
con pasajes de la vida<br />
del santo, de la misma mano.<br />
En el retablo de la Virgen del<br />
Rosario hay otras cinco tablas<br />
de la vida de Ntra. Señora, correspondientes<br />
al estilo flamenco<br />
y algo italianizado de principios<br />
del siglo XVI. También hay<br />
un pequeño tríptico con la Virgen<br />
lactando al Niño y dos santos:<br />
siglo XVI, italianizante.<br />
En la iglesia destacan diversos<br />
bordados: Cenefa de casulla<br />
excelente, de estilo italiano;<br />
representan santos, y entre<br />
ellos Constantitno y Sta. Elena,<br />
aludiendo a la Sta. Cruz, titular<br />
de la parroquia. También destacan<br />
unas Dalmáticas de terciopelo<br />
rojo, con adornos del Renacimiento<br />
débilmente estampados<br />
que se conservan en el<br />
Museo Diocesano de Avila.<br />
LAS BERLANAS<br />
Iglesia parroquial. Distribuido<br />
este pueblo de Campo de<br />
Pajares en barrios, se despoblaron<br />
algunos, quedando la<br />
iglesia en medio del campo y<br />
apartada de los dos barrios subsistentes.<br />
Data del siglo XVI, es<br />
de obra de tapias y rafas, en<br />
forma de cruz, y toda sencillísima,<br />
sin más de notable que la<br />
armadura morisca de la sacristía,<br />
ochavada de lazo de ocho y<br />
con sencillos adornos teñidos<br />
de negro, y, además, la del coro,<br />
puesto a los pies, con cuatro<br />
paños ataujerados de lazo,<br />
así como el alicer y viga, cuyos<br />
miembros tienen rosetas, o conchas<br />
entalladas, y de los centros<br />
penden dos racimos de mocárabes,<br />
de breve caída, pero<br />
preciosamente combinadas sus<br />
adarajas, que diseñan arquillos<br />
agudos.<br />
Entre las pinturas de la iglesia<br />
hay una tabla de San Pablo<br />
sentado, casi de tamaño natural,<br />
correspondiente a la mitad<br />
del siglo XVI; estimable, sobre<br />
todo la cabeza; manos desproporcionadas<br />
(pintura totalmente<br />
perdida).<br />
También hay bordados de interés,<br />
como una casulla de brocatel<br />
precioso, semigótico, y<br />
con cenefa bordada de oro matizado,<br />
con imágenes; segundo<br />
tercio del siglo XVI; bien conservada.<br />
La ermita de las Angustias<br />
está en el barrio del Burgo y su<br />
capilla mayor ostenta otra armadura<br />
morisca, semejante a la<br />
de la sacristía de la parroquia.<br />
MINGORRIA Y SANTO<br />
DOMINGO DE LAS POSADAS<br />
En lo alto del cerro donde está<br />
la ermita, junto a Mingorría,<br />
permanece intacto un cerdo o<br />
verraco, el mejor de cuantos he<br />
visto en la provincia, y que recuerda<br />
por su actitud, como de<br />
acometer, los de Salamanca, probablemente<br />
más antiguos.<br />
Es de granito,<br />
como todos; mide<br />
1,70 m. de largo, por<br />
0,92 de alto, mira hacia<br />
oriente, y la cresta<br />
de su espinazo se interrumpe<br />
hacia el promedio<br />
con una cavidad<br />
redonda y plana,<br />
cuyo diámetro es de
44 RUTA MONUMENTAL<br />
0,18 m., y 0,11 su profundidad.<br />
Lo mismo se observa en el famoso<br />
toro de Salamanca, y ambos<br />
casos me sugieren la idea<br />
de si servirían para quemar dentro<br />
aromas o hacer libaciones.<br />
Otras esculturas cita González<br />
Dávila en los llanos del Adaja,<br />
que son en Santo Domingo<br />
de las Posadas y otra en su alquería<br />
de los Yezgos.<br />
POZANCO<br />
La iglesia parroquial es pequeña<br />
y poco elevada, formando<br />
tres naves y capilla mayor<br />
rectangular; arcos escarzanos y<br />
semicirculares, armaduras de par<br />
y nudillo, lisas; pilares y molduras,<br />
de lo semigótico del siglo<br />
XVI. Se conserva un Cristo<br />
crucificado del siglo XIV y otro<br />
grande del siglo XV.<br />
También hay los siguientes<br />
objetos de platería. Cruz de plata<br />
de 1,05 m. de alto; de las más<br />
hermosas, compuesta con elegancia<br />
y relevada con grutescos<br />
de bellísimo estilo; Crucifijo<br />
y medallas doradas con<br />
santos, no menos admirables;<br />
punzones repetidos<br />
de Alviz, como ensayador<br />
de Avila, y de Domingo<br />
Martínez, que trabajaba<br />
hacia 1555 a 1562 y de<br />
quien catalogamos otras<br />
obras, aunque inferiores<br />
a ésta; estilo de Berruguete.<br />
Copón pequeñito;<br />
su alto, con la cruz, 0,22;<br />
con espirales de follaje,<br />
del siglo XV.<br />
VEGA DE SANTA MARIA<br />
La iglesia parroquial es de<br />
construcción bien antigua, de<br />
albañilería, pues tiene un angosto<br />
presbiterio con bóveda<br />
de cañón y ábside con arco<br />
bien agudo; por fuera se le ve<br />
edificado con ladrillos, tendidos<br />
y de pie, como el de Orbita, y<br />
con una ventanilla en medio.<br />
La iglesia está cerrada al culto,<br />
y entre la mampostería de la fachada<br />
aparecen reutilizadas<br />
piedras con decoración<br />
de tipo visigodo: una<br />
con tres estrellas dentro<br />
de círculos y otra con círculo<br />
con estrellas y cabeza.<br />
Las naves se rehicieron<br />
hacia fines del siglo<br />
XV, quedando muy estrechala<br />
central, y las separan<br />
dos grandes arcos de<br />
cantería, escarzanos, y otro carpanel<br />
a los pies, de los que únicamente<br />
queda el arco carpanel<br />
de la nave del Evangelio, estando<br />
las dovelas de la nave de<br />
la Epístola distribuidas en el exterior<br />
de la iglesia. La armadura<br />
es morisca con lazo de doce<br />
ataujerado en los cuadrantes, y<br />
de ocho apeinazado en el almizate.<br />
Se conservan los restos del<br />
palacio del Marqués de San<br />
Saturnino, hecho de mampostería<br />
de granito, con matacanes<br />
sobre la puerta y arruinado.
RUTA DE LOS REYES<br />
■ A DESTACAR. La visita<br />
de los reyes españoles a los<br />
pueblos de la ribera del Adaja,<br />
aunque esporádica, merece<br />
recordarse en la pequeña<br />
historia de esta tierra. Entre<br />
estos reyes cabe citar a<br />
Juan II de Castilla, Alfonso de<br />
Avila, Isabel la Católica, José<br />
Bonaparte, Isabel II y Alfonso<br />
XIII y su esposa doña<br />
Victoria.<br />
■ La ruta. El trayecto de<br />
Avila-Arévalo fue un itinerario<br />
realizado con asiduidad por<br />
los reyes castellanos, pasando<br />
por Cardeñosa, Peñalba,<br />
Las Berlanas y Gotarrendura.<br />
Un apartado especial es el<br />
dedicado a Alfonso de Avila,<br />
que falleció en Cardeñosa.<br />
El ferrocarril revolucionó las<br />
comunicaciones entre los<br />
pueblos durante el siglo XIX,<br />
significando aquí las paradas<br />
de Mingorría y Velayos<br />
que inauguró Isabel II. Finalmente,<br />
la abundancia de caza<br />
en Aldealgordo (Tolbaños)<br />
cautivó a Alfonso XIII.<br />
■ Cómo llegar. La antigua<br />
ruta de los reyes castellanos<br />
coincide con el trazado de la<br />
carretera AV-804, mientras que<br />
la línea férrea del Norte inaugurada<br />
por Isabel II mantiene<br />
las estaciones de Mingorría<br />
y Velayos, a las que se<br />
accede por la N-403, y desde<br />
aquí a los encinares de<br />
Tolbaños.<br />
■ Qué ver. Los lugares por<br />
donde pasaron algunos reyes<br />
españoles, e incluso donde<br />
murió el rey Alfonso.<br />
■ Aliciente. Descubrir que<br />
estos pueblos merecieron algún<br />
día una casual visita real,<br />
con especial atención a<br />
los sucesos que rodearon la<br />
vida de Alfonso de Avila<br />
Los reyes castellanos que dieron<br />
renombre a las villas de<br />
Arévalo y Madrigal de las Altas<br />
Torres, y a la ciudad de Avila utilizaban<br />
en sus desplazamientos<br />
la actual carretera que pasa por<br />
Gotarrendura, Las Berlanas<br />
y Monsalupe, Peñalba y Cardeñosa.<br />
Villa de Cardeñosa.<br />
El rey Juan II guerreó en<br />
1441 contra los navarros en las<br />
inmediaciones de Cardeñosa,<br />
y la trágica muerte de Alfonso<br />
de Avila, rey de Castilla, hijo de<br />
Juan II, ocurrió en la villa en el<br />
año 1468, por cuyo motivo visitó<br />
el lugar su hermana, la futura<br />
reina Isabel la Católica.<br />
También por esta misma ruta<br />
pasó la comitiva fúnebre de Isabel<br />
la Católica en 1504, cuando<br />
era trasladada desde Medina<br />
del Campo, donde murió, hasta<br />
Granada, donde recibió sepultura.<br />
Otro cortejo fúnebre llorado<br />
con profunda pena en su re-
46 RUTA DE LOS REYES<br />
ALFONSO DE AVILA,<br />
REY DE CASTILLA<br />
Velayos. Fuente de Carlos IV.<br />
corrido por las calles de estos<br />
pueblos fue el que trasladó en<br />
1528 el cuerpo de doña Beatriz<br />
de Ahumada, madre de<br />
Santa Teresa de Jesús, desde<br />
Gotarrendura hasta Avila. En<br />
ambos casos las crónicas hacen<br />
especial referencia a las<br />
muestras de profundo pesar<br />
por los habitantes de estos<br />
pueblos.<br />
Felipe II, el 10 de septiembre<br />
de 1617, confirmó los oficios<br />
de fieles de Cardeñosa,<br />
desde don- de se enviaba a la<br />
capital menudos de cabras y<br />
otros mantenimientos para<br />
venderse en el Mercado Chico<br />
y en el Mercado Grande,<br />
donde también acudían las<br />
panaderas de Mingorría.<br />
Llama la atención en Velayos,<br />
a las afueras del pueblo,<br />
una fuente muy buena con<br />
dos caños construida en tiempos<br />
del rey Carlos IV, donde<br />
una inscripción realizada en la<br />
obra granítica identifica claramente<br />
la fecha del reinado al<br />
que accedió en 1789. La fuente<br />
servía también a los antiguos<br />
lavaderos públicos, y todo<br />
el conjunto ha sido recientemente<br />
rehabilitado como<br />
centro cultural.<br />
El último día de junio del<br />
año 1468 la comitiva real de<br />
don Alfonso salió de Arévalo<br />
con dirección a Toledo para<br />
defender la ciudad frente a su<br />
hermano Enrique IV, con quien<br />
se disputaba el reino. La comitiva<br />
pasó por Gotarrendura,<br />
Las Berlanas y Peñalba,<br />
llegando de anochecido a la<br />
aldea de Cardeñosa. Para cenar<br />
el rey tomó una trucha<br />
empanada, pero nada más probar<br />
bocado, le invadió un profundo<br />
sopor del que nunca se<br />
despertó. Alfonso permaneció<br />
Casa donde murió don Alfonso.<br />
en coma hasta el día 5 de julio,<br />
día oficial de su fallecimiento.<br />
Mucho se ha especulado<br />
sobre la muerte de Alfonso,<br />
«unos dicen que murió de pestilencia<br />
y otros de yerbas que<br />
le dieron en una trucha», sin<br />
descartar que la muerte le fuera<br />
provocada.<br />
El infante don Alfonso nació<br />
en Tordesillas el 15 de noviembre<br />
de 1453, hijo del rey<br />
(Pasa a la página 47)
RUTA DE LOS REYES 47<br />
de Castilla Juan II y de su segunda<br />
esposa Isabel de Portugal.<br />
Dos años antes había nacido<br />
en Madrigal de las Altas Torres<br />
la infanta Isabel, quien se<br />
convirtió después en la reina<br />
Isabel la Católica.<br />
El 30 de noviembre de 1464<br />
Alfonso fue proclamado príncipe<br />
heredero del trono de Castilla,<br />
regentado entonces por su<br />
hermano Enrique IV. Meses<br />
más tarde, el 5 de junio de<br />
1465, los nobles descontentos,<br />
reunidos en la ciudad de Avila,<br />
llevan a cabo el destronamiento<br />
del rey, a la vez que proclaman<br />
al príncipe Alfonso con el<br />
título de Alfonso XII, rey de<br />
Castilla, acontecimiento que se<br />
conoce como «la farsa de Avila».<br />
Como recompensa, el concejo<br />
y el cabildo abulenses fueron<br />
receptores de importantes<br />
privilegios y mercedes, y defendidos<br />
de las apetencias<br />
nobiliarias.<br />
Alabado por cronistas y<br />
poetas, Alfonso era una criatura<br />
en manos de nobles rebeldes<br />
y ambiciosos cuando<br />
fue alzado rey. Durante los<br />
tres años de reinado de Alfonso<br />
existe una situación de guerra<br />
civil entre sus partidarios y los<br />
de Enrique IV.<br />
(Pasa a la página 48)<br />
José Bonaparte, rey de España<br />
durante 1808-1813, impuesto<br />
por su hermano Napoleón<br />
el emperador de Francia,<br />
pernoc- tó en la casa-palacio<br />
del Duque de Montellano en<br />
Blascosancho al terminar la<br />
guerra de la independencia,<br />
coincidiendo con la retirada de<br />
las tropas francesas.<br />
Durante el siglo XIX España<br />
sufrió una larga contienda civil<br />
conocida como las guerras carlistas<br />
(1833-1874), provocada<br />
por los seguidores del infante<br />
don Carlos, quien tomó el título<br />
de Carlos V rey de España<br />
en representación de la tradición<br />
mo- nárquica y religiosa.<br />
Aunque el infante don Carlos<br />
no llegó a visitar estas tierras,<br />
su causa fue defendida por una<br />
parte destacable de la población<br />
de Velayos y Mingorría. El<br />
Ayuntamiento de este último<br />
pueblo se negó a jurar la Constitución<br />
de 1869, lo que provocó<br />
el destierro de los seguidores<br />
carlistas de la localidad, según<br />
publicó el Boletín Oficial de<br />
la Provincia de 1 de septiembre<br />
de 1874.<br />
El año 1864 la reina Isabel II<br />
inauguró en San Sebastián la<br />
línea férrea Madrid-Irún, la cual<br />
tenía estaciones en la capital<br />
abulense, Mingorría y Velayos.<br />
Al año siguiente Isabel II visitó<br />
Vista de Mingorría.
48 RUTA DE LOS REYES<br />
Villa de Cardeñosa.<br />
La guerra se mantiene con<br />
sucesivas treguas que dan pie<br />
a negociaciones sin éxito, por<br />
lo que la muerte misteriosa de<br />
Alfonso puso fin al panorama<br />
desolador que sufría Castilla.<br />
Así, firmada la paz el 19 de<br />
septiembre de 1468, la infanta<br />
Isabel fue proclamada heredera<br />
al trono como sucesora de<br />
Enrique IV en la «Venta de los<br />
Toros de Guisando».<br />
A la muerte del rey, el 11 de<br />
diciembre de 1474, Avila celebra<br />
los honores fúnebres y<br />
proclama a doña Isabel como<br />
reina.<br />
«Alfonso, titulado rey Alfonso<br />
XII, no ha sido considerado<br />
como tal en la sucesión de los<br />
monarcas españoles. Acaso,<br />
dada su vinculación con Avila,<br />
en donde se crió, fue alzado,<br />
instaló su Corte y finalmente<br />
murió. Algunos historiadores<br />
le han denominado rey de Avila,<br />
pero reinó en Castilla paralelamente<br />
con Enrique IV»,<br />
concluye María Dolores Carmen<br />
Moralez Muñoz, autora<br />
del libro «Alfonso de Avila, rey<br />
de Castilla».(*)<br />
la ciudad de Avila y pasó también<br />
por Mingorría y Velayos<br />
entre otros lugares, depositando<br />
en la Tesorería de la Hacienda<br />
Provincial 20.000 reales<br />
para los pobres y enfermos necesitados<br />
de los pueblos del<br />
trán- sito. Así, el libro de sesiones<br />
del Ayuntamiento de Mingorría<br />
reseña en el acta de 19<br />
de noviem- bre de 1865 el repartimiento<br />
de 890 reales para<br />
los 41 beneficiarios de la localidad,<br />
la cual contaba entonces<br />
una población de unos 1.200<br />
habitantes.<br />
El rey Alfonso XII pleiteó<br />
con Cardeñosa en 1877, al ordenar<br />
el traslado a Avila del verraco<br />
encontrado en el castro<br />
de las Cogotas, siendo necesario<br />
el uso de las armas para<br />
cumplir la orden de traslado.<br />
El 2 de julio de 1907, los reyes<br />
don Alfonso XIII y doña<br />
Victoria visitaron la dehesa de<br />
Aldealgordo, sita en Tolbaños,<br />
alojándose en la casa señorial<br />
del marqués de Torrecilla. Fue<br />
una gran jornada de caza de<br />
jabalíes entre los tupidos encinares<br />
que baña el Voltoya. Como<br />
testimonio de este viaje se<br />
conserva en casa del marqués<br />
una detallada inscripción grabada<br />
en azulejo cerámico.<br />
Dehesa de Aldealgordo.
RUTA DE LOS SANTOS<br />
■ A DESTACAR. Avila es conocida<br />
como tierra de santos<br />
y de cantos por su identidad<br />
con Santa Teresa de Jesús y<br />
San Juan de la Cruz, y con el<br />
paisaje pétreo y granítico que<br />
caracteriza su entorno. La santidad<br />
surge entre las gentes<br />
de nuestros pueblos como un<br />
sentimiento de bondad propio<br />
de su religiosidad. Por ello, el<br />
hecho de que fruto de la piadosidad<br />
de sus costumbres<br />
aparezcan hombres y mujeres<br />
dignos de formar parte del<br />
santoral de la iglesia católica,<br />
honra y enorgullece la vida<br />
de estos pueblos más allá<br />
de la religión. Otros hombres<br />
buenos fallecidos trágicamente,<br />
sin importar su ideología o<br />
confesión religiosa, también<br />
merecen ser ejemplos de santidad.<br />
■ La ruta. El recorrido por<br />
los pueblos de la ribera del<br />
Adaja está impregnado de los<br />
recuerdos que dejaron Santa<br />
Paula Barbada, Santa Teresa<br />
de Jesús, la venerable María<br />
Vela y el beato Juan María de<br />
la Cruz, entre otros. Su presencia<br />
está en iglesias y ermitas,<br />
en calles y edificios, y en multitud<br />
de actos festivos, sin olvidar<br />
los recuerdos familiares<br />
de otros «santos anónimos»<br />
que fueron mártires por sus<br />
ideas.<br />
■ Cómo llegar. Para visitar<br />
los lugares donde nacieron o<br />
por donde pasaron los santos<br />
de la zona hay que acercarse<br />
por la carretera AV-804, que<br />
coincide con la ruta teresiana<br />
que va desde Avila a Gotarrendura.<br />
Por la carretera N-<br />
403 que llega a Mingorría puede<br />
accederse a San Esteban<br />
de los Patos, donde nació el<br />
último beato. Puestos en marcha,<br />
todos los pueblos de la<br />
zona quieren dejar notar su<br />
presencia en el santoral.<br />
■ Qué ver. En Cardeñosa<br />
abundan los recuerdos de<br />
sus santos: Santa Paula, María<br />
Vela e Isabel de Santo Domingo;<br />
en Peñalba se festeja<br />
el «Santo Cristo de Santa<br />
Teresa»; en Gotarrendura se<br />
conserva el palomar de Santa<br />
Teresa, en San Esteban de<br />
los Patos está la casa donde<br />
nació el beato Juan María de<br />
la Cruz, en Mingorría nació el<br />
rentero del palomar de la Santa<br />
y está la herencia familiar<br />
del cura Salustiano Domínguez,<br />
y en Velayos estuvo de<br />
párroco Máximo Moro Briz,<br />
quien está en causa de beatificación.<br />
■ Aliciente. Conocer los lugares<br />
por donde pasaron o<br />
nacieron algunos santos, significando<br />
así la pequeña historia<br />
de los pueblos.
50 RUTA DE LOS SANTOS<br />
SANTA TERESA DE JESUS<br />
SANTA PAULA<br />
BARBADA<br />
Santa Paula Barbada es la<br />
Santa de Cardeñosa. Sobre el<br />
milagro de su santidad y la leyenda<br />
creada sobre tal acontecimiento<br />
han escrito todos los<br />
historiadores y cronistas abulenses,<br />
siendo los primeros don<br />
Gonzalo Ayora en 1519 y don<br />
Antonio Cianca en 1595. Santa<br />
Paula se venera en la ermita<br />
abulense de San Segundo y en<br />
un retablo antiguo de 1530 puede<br />
leerse la siguiente inscripción:<br />
«Que en el año de 1060, siendo<br />
perseguida de un caballero<br />
que la solicitaba con fin deshonesto,<br />
entró en la ermita de San<br />
Lorenzo y pidió a Dios, al pie de<br />
la santa Cruz, le diese alguna fealdad<br />
en su rostro para no ser<br />
conocida, y fue cubierta de barbas;<br />
y vista por el caballero no<br />
la conoció: quien preguntándola<br />
si había visto una mujer de<br />
estas señas, respondió: No he<br />
visto tal mujer».<br />
En honor de Santa Paula Barbada<br />
el pueblo de Cardeñosa<br />
celebra cada año su fiestas, y<br />
en fechas veraniegas se organiza<br />
una romería desde el pueblo<br />
hasta la ermita de San Segundo<br />
en Avila.<br />
Santa Teresa de Jesús (1515-<br />
1582) es la Santa de Gotarrendura.<br />
Son numerosos los acontecimientos<br />
que hacen que este<br />
pueblo sea uno de los lugares<br />
más singulares de las distintas<br />
rutas teresianas, y también<br />
del camino de la lengua<br />
castellana gracias a la pluma de<br />
la propia Teresa de Jesús.<br />
Los padres de Santa Teresa se<br />
casaron en Gotarrendura el 14 de<br />
mayo de 1509, y en este pueblo<br />
murió su madre doña Beatriz<br />
el 29 de noviembre de 1528,<br />
cuando la Santa tenía 13 años.<br />
Gotarrendura, Berlanas, Peñalba<br />
y Cardeñosa sintieron profundamente<br />
la muerte de doña Beatriz,<br />
llorando el paso del cortejo fúnebre<br />
que se dirigía hasta Avila.<br />
Gotarrendura en el siglo XVI,<br />
según escribió el padre Gabriel<br />
de Jesús en «Vida Gráfica de<br />
Santa Teresa» (1929), era un<br />
pueblo minúsculo, pues las casas<br />
se podían contar con los<br />
dedos de la mano, pero era un<br />
pueblo hidalgo y pintoresco de<br />
la provincia de Avila, enclavado<br />
en la fértil meseta de la Moraña,<br />
compuesto todo él de labradores<br />
y pastores que se consideraban<br />
dichosos de tener junto a<br />
sus casas las tierras –más de<br />
dos mil obradas– que fueron propiedad<br />
de don Alonso de Cepeda<br />
y doña Beatriz de Ahumada,<br />
más los majuelos o prados y el<br />
famoso palomar. Gotarrendura<br />
comenzó por ser reunión de un<br />
número reducido de caseríos,<br />
según las dehesas colindantes,<br />
cada una de ellas de su señor y<br />
dueño. Así, vemos que tenían<br />
allí fincas los del Peso, los Ahumada<br />
y otros, retirándose a estas<br />
dehesas en ciertas épocas<br />
del año, sobre todo en otoño y<br />
primavera, donde para oír misa<br />
no les solía faltar a ninguna de<br />
las familias su correspondiente<br />
capilla, que tampoco faltaba en
RUTA DE LOS SANTOS 51<br />
Gotarrendura, perteneciente a<br />
la parroquia de Las Berlanas,<br />
pueblo inmediato. La iglesia actual<br />
es posterior, pues está edificada<br />
con las mismas piedras<br />
de la casa palacio de don Alonso<br />
y doña Beatriz, al ser abandonada<br />
y destruida».<br />
El padre Efrén de la Madre<br />
de Dios escribió en 1951 que<br />
«el lugar feliz del nacimiento de<br />
La Santa hubo de ser, según parece,<br />
la riente aldea de Gotarrendura,<br />
donde sus padres solían<br />
invernar». Esta teoría no<br />
gustó nada al Ayuntamiento de<br />
Avila, por lo que solicitó el correspondiente<br />
informe a la Real<br />
Academia de la Historia, la cual<br />
lo emitió concluyendo que «según<br />
la tradición histórica documentada,<br />
Santa Teresa de Jesús<br />
nació en la ciudad de Avila»,<br />
tal y como también defiende<br />
Eduardo Ruiz-Ayúcar.<br />
Teresa de Cepeda y Ahumada<br />
heredó de sus padres un<br />
palomar en Gotarrendura, por<br />
expreso deseo de su madre doña<br />
Beatriz que sabía el cariño<br />
que le tenía. Los primeros textos<br />
autógrafos que se conservan<br />
de Santa Teresa, divulgados<br />
por su propietario el marqués<br />
de San Juan de Piedras<br />
Albas, son precisamente los<br />
que dirigió a González de Venegrilla,<br />
rentero y administrador<br />
del palomar, diciéndole:<br />
«Tenga la mercé de cebar y<br />
cuidar bien el palomar en estos<br />
meses de frío, ahora que está<br />
bien poblado. Fecha a 10 de<br />
enero de 1541».<br />
«Hacedme mercé de enviar<br />
doce palominos la víspera de<br />
Santiago, que yo me holgaré<br />
mucho de ello. Fecha a 10 de<br />
julio de 1546».<br />
Este palomar y sus palomas<br />
marcaron el alma de Teresa de<br />
Jesús hasta llamar «palomarcicos»<br />
a todos sus conventos y<br />
«palomas» a sus monjas, tal y<br />
como escribió:<br />
«Pues, comenzando a poblarse<br />
estos palomarcicos de la Virgen<br />
Nuestra Señora, comenzó<br />
la Divina Majestad a mostrar sus<br />
grandezas...» (Libro de las Fundaciones).<br />
El palomar de la Santa se<br />
ha convertido actualmente en un<br />
lugar de pregrinación promocionado<br />
por la Asociación «Amigos<br />
del Palomar de Gotarrendura».<br />
A través de unas puertas<br />
carreteras de accede al interior<br />
de la finca murada sita en el<br />
casco urbano, donde se conserva<br />
el histórico palomar. En el<br />
recinto hay también dependencias<br />
de lo que fue una granja<br />
avícola y un jardincito. El jardín<br />
está presidido por una estatua<br />
con pedestal de lápidas de mármol<br />
blanco y ocupa el solar de<br />
lo que fue antigua casa-palacio<br />
Gotarrendura. Palomar de Santa Teresa.
52<br />
de los padres de Santa Teresa.<br />
El palomar es un edificio exento<br />
de planta baja y mediana altura,<br />
construido con adobe revocado<br />
con mortero y mampostería<br />
en las esquinas, el tejado<br />
vierte a dos aguas y su estado<br />
de conservación es excelente<br />
después de las últimas obras<br />
de consolidación. Dentro del palomar<br />
ha sido instalada una bella<br />
iluminación que realza la techumbre<br />
de madera y las hornacinas<br />
de barro donde anidaban<br />
las palomas.<br />
La presencia de Santa Teresa<br />
se siente en Gotarrendura.<br />
Un centro de educación especial<br />
existente en la localidad fue<br />
construido bajo la advocación<br />
de la Santa, y en honor a ella<br />
una escultura preside la plaza<br />
del pueblo, frente al Ayuntamiento,<br />
lo mismo que una paloma<br />
esculpida en piedra sobre pedestal<br />
situada a la entrada de la<br />
localidad es todo un símbolo de<br />
santidad. También la asociación<br />
que promociona actividades culturales<br />
en el municipio lleva el<br />
nombre de Santa Teresa.<br />
Alonso Venegrilla fue la persona<br />
de confianza de la Santa,<br />
de quien ella se valió para el<br />
manejo de su hacienda. Confióle,<br />
según se deduce de los autógrafos<br />
reseñados, el cuidado<br />
del palomar y algún que otro<br />
encargo.<br />
Alonso González de Venegrilla<br />
(1509-1599) nació en Mingorría<br />
en 1509, hijo de Alonso<br />
de la Peña González y de doña<br />
Blanca Benegorría Venegrilla.<br />
Fue bautizado en la iglesia parroquial<br />
de San Pedro del lugar<br />
de su nacimiento, el 6 de marzo<br />
del mismo año, actuando como<br />
padrinos don Blasco Dávila<br />
e Inés Ortiz. Se casó en Gotarrendura<br />
con Catalina Ximénez,<br />
allí vivió trabajando en el noble<br />
solar de sus abuelos formando<br />
una hacienda cuantiosa. La muerte<br />
le llegó en 1599, después de<br />
Iglesia de Mingorría.<br />
hacer testamento instituyendo<br />
fundaciones piadosas.<br />
Doña Urraca Briceño, familiar<br />
de doña María Briceño, maestra<br />
de Teresa de Jesús en el convento<br />
de Agustinas de Avila, fundó<br />
en Cardeñosa una capellanía<br />
sobre sus tierras de labranza.<br />
En la antigua iglesia de Las<br />
Berlanas, de cuya parroquia<br />
dependió Gotarrendura, se conserva<br />
una inscripción que recuerda<br />
la participación del pueblo<br />
en los actos conmemorativos<br />
del tercer centenario de<br />
la Santa, celebrados en Avila<br />
en 1882.<br />
La Santa también se honra<br />
en Peñalba de Avila, en la ermita<br />
del Santo Cristo de Santa<br />
Teresa. De ella se conserva una<br />
bella imagen arrodillada a los<br />
pies de Cristo, que se saca en<br />
procesión en la fiesta patronal<br />
de septiembre.<br />
Peñalba. Procesión de Sta. Teresa.
RUTA DE LOS SANTOS 53<br />
ISABEL DE SANTO DOMINGO<br />
Y MARIA VELA<br />
vieron, fama que en aquellos<br />
tiempos se expresaba sencillamente<br />
con tal título, así que no<br />
es extraño el dicho: «Cardeñosa<br />
con sus piedras o cantos enseñaba<br />
y enseña a ser santos».<br />
La Venerable María Vela nació<br />
en la casa que tenían sus<br />
padres, don Diego Alvarez de<br />
Cueto y doña Ana de Aguirre Vela,<br />
en Cardeñosa, quienes aunque<br />
residían habitualmente en<br />
la ciudad de Avila, pasaban largas<br />
temporadas en el pueblo<br />
donde radicaba su principal mayorazgo.<br />
La familia estaba emparentada<br />
con don Blasco Núñez<br />
Vela, Virrey del Perú, y la Casa<br />
de Tabladillo. Con 15 años,<br />
doña María ingresó en el Real<br />
Monasterio de Bernardas de<br />
Santa Ana, de la ciudad de Avila,<br />
donde vivió hasta su muerte.<br />
Este tiempo coincidió con el<br />
momento de mayor esplendor<br />
del convento, propiciado por<br />
importantes patronos y una rica<br />
vida espiritual.<br />
Para conmemorar el centenario<br />
de la muerte de doña María<br />
Vela, e incentivar el proceso de<br />
beatificación iniciado en 1623,<br />
el párroco de Cardeñosa, don<br />
Francisco Esteban Martín, publicó<br />
en 1917 un libro dedicado<br />
a la Venerable con el fin de que<br />
los feligreses pudieran conocer<br />
Calle María Vela, en Cardeñosa.<br />
Otra figura destacable de la<br />
congregación religiosa donde profesó<br />
la Santa fue la madre Isabel<br />
de Santo Domingo, una carmelita<br />
natural de Cardeñosa que<br />
compartió vida monástica con<br />
Teresa de Jesús, quien dijo de<br />
ella que «no era inferior en santidad<br />
a Santa Catalina de Siena».<br />
También en Cardeñosa nacieron:<br />
la venerable monja cisterciense<br />
María Vela (1561-1617),<br />
llamada «La Mujer Fuerte», y su<br />
hermano el venerable padre fray<br />
Lorenzo de Cueto, de la orden<br />
de San Bernardo. El título de «venerable»<br />
procede únicamente de<br />
la fama de santidad con que vi-<br />
a su paisana. La celebración<br />
del centenario tuvo lugar en la<br />
capital abulense, con participación<br />
de un importante número<br />
de personalidades eclesiásticas<br />
y civiles, así como de los vecinos<br />
e hijos de Cardeñosa, Mingorría,<br />
Peñalba, Zorita y otros<br />
pueblos.<br />
EL BEATO JUAN MARIA<br />
DE LA CRUZ<br />
El padre Juan María de la<br />
Cruz (1891-1936) fue beatificado<br />
el 11 de marzo de 2001 por
54 RUTA DE LOS SANTOS<br />
el Papa Juan Pablo II. El nuevo<br />
beato responde al nombre que<br />
tomó el sacerdote Mariano García<br />
Méndez, tras ingresar en la<br />
Orden de Sacerdotes del Sagrado<br />
Corazón de Jesús, también<br />
conocidos como Padres<br />
Reparadores.<br />
El padre Juan María de la<br />
Cruz nació en San Esteban de<br />
los Patos, hijo de Mariano García<br />
Hernández y Emeteria Méndez<br />
Grande, siendo el primero<br />
de 15 hermanos. La familia de<br />
Mariano cuidaba la iglesia y su<br />
padre, por la tarde, al volver de<br />
las tareas del campo dirigía novenas<br />
y rosarios porque no tenían<br />
sacerdote, lo cual influyó<br />
en la vocación del niño.<br />
A los 10 años entró en el Seminario<br />
de Avila y el 18 de marzo<br />
de 1916 fue ordenado sacerdote,<br />
celebrando su primera misa<br />
en su pueblo natal. Ejerció<br />
como párroco hasta 1925 en Hernansancho,<br />
Villanueva de Gómez,<br />
San Juan de la Encinilla,<br />
Santo Tomé de Zabarcos y Sotillo<br />
de las Palomas. Después<br />
ingresó en la congregación de<br />
Padres Reparadores, siendo destinado<br />
al colegio de Novelda (Alicante),<br />
y al curso siguiente al<br />
Seminario de Puente la Reina (Navarra),<br />
donde permaneció 10<br />
años. En 1936 murió trágicamente<br />
en Valencia cuando estalló<br />
la guerra civil.<br />
Salustiano Domínguez.<br />
Otro sacerdote que está en<br />
proceso de beatificación es José<br />
Máximo Moro Briz (1882-<br />
1936), regente de la parroquia<br />
de Velayos en 1919 y párroco<br />
de Cebreros en los últimos 10<br />
años de su vida.<br />
Igualmente, cabe citar a Salustiano<br />
Domínguez Sastre<br />
(1880-1936), natural de Mingorría,<br />
quien murió siendo párroco<br />
de Alcañizo (Toledo), perteneciente<br />
a la diócesis de Avila.<br />
Otros muchos mártires civiles<br />
anónimos, que igualmente murieron<br />
por sus ideas, sin importar<br />
su ideología o confesión religiosa,<br />
también merecen un lugar<br />
en esta ruta, para ellos valga<br />
este reconocimiento.<br />
San Esteban de los Patos. Casa del beato Juan María de la Cruz.
RUTA DE ANTIGUOS<br />
POLITICOS Y MINISTROS<br />
Plaza de Velayos.<br />
■ A DESTACAR. No fueron<br />
muchos, pero sí significativos,<br />
los ministros y políticos españoles<br />
que han tenido alguna<br />
relación con los pueblos de la<br />
ribera del Adaja. Su nombre<br />
sobresale en el anonimato de<br />
las gentes del medio rural, por<br />
lo que cualquier detalle biográfico<br />
en el que aparezca<br />
la cita toponímica de dichos<br />
pueblos sirve para situarles en<br />
la historia.<br />
■ La ruta. Recorrido por las<br />
anécdotas y lugares que relacionan<br />
a insignes personajes<br />
con estas tierras, los cuales<br />
destacaron por motivos políticos<br />
y económicos en una primitiva<br />
sociedad agraria conformista<br />
con su destino. Así,<br />
sobresalen nombres como Martín<br />
Carramolino y León Castillo<br />
en Velayos, Celedonio Sastre<br />
y Bermúdez Reina en Zorita<br />
de los Molinos, Nicasio Velayos<br />
en Cardeñosa y Silvela,<br />
Sánchez Albornoz, «La Pasionaria»<br />
y Pilar Primo de Rivera<br />
en Mingorría.<br />
■ Cómo llegar. Los lugares<br />
relacionados con tan insignes<br />
personalidades pueden recorrerse<br />
desplazándose a Cardeñosa,<br />
Zorita, Mingorría y Velayos.<br />
El itinerario definido bien<br />
parece una antigua ruta electoral<br />
de antaño por las carreteras<br />
AV-804 y N-403, donde<br />
los pueblos aparecen espectantes<br />
ante la visita de los señoritos<br />
de la política.<br />
■ Qué ver. La pervivencia de<br />
los nombres de estos personajes<br />
queda en el callejero, en<br />
ermitas, en caseríos y en<br />
obras públicas, además de en<br />
distintas anécdotas que todavía<br />
se recuerdan.<br />
■ Aliciente. Participar de la<br />
memoria colectiva de nuestros<br />
pueblos en los que se<br />
singularizó la presencia de importantes<br />
personalidades españolas.
56 RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS<br />
CARRAMOLINO Y SILVELA<br />
Juan Martín Carramolino<br />
(1805-1881), natural del pueblo<br />
de Velayos, en 1839 fue elegido<br />
diputado a Cortes por Avila<br />
y nombrado Ministro de Gobernación<br />
en el gabinete de Pérez<br />
de Castro durante la regencia<br />
de María Cristina. Carramolino<br />
tiene una merecida calle dedicada<br />
en su pueblo natal con la<br />
que se honra el gran prestigio<br />
de su figura, pues fue catedrático,<br />
historiador, diputado, senador,<br />
académico y autor de la<br />
«Historia de Avila, su Provincia y<br />
Obispado».<br />
Francisco A. Silvela<br />
Los colonos y jornaleros agrícolas<br />
de Mingorría apenas conocieron<br />
al nuevo ilustre propietario<br />
de las tierras que trabajaban<br />
de generación en generación.<br />
Se trataba de Francisco<br />
Agustín Silvela Blanco<br />
(1803-1857), Ministro de Gobernación<br />
y de Gracia y Justicia en<br />
1845, catedrático, diputado, senador,<br />
magistrado y Gobernador<br />
Civil de Avila. Este patriarca<br />
de los Silvela compró en<br />
1842 en Mingorría una suerte<br />
desamortizada, de las cuatro en<br />
que se enajenó una finca de las<br />
Agustinas de Gracia de 77 hectáreas.<br />
Celedonio Sastre.<br />
CELEDONIO SASTRE<br />
Y LEON CASTILLO<br />
Los encinares y pinares de<br />
Zorita de los Molinos y una importante<br />
explotación agropecuaria,<br />
fueron patrimonio del<br />
abogado y administrador don<br />
Celedonio Sastre Serrano<br />
(1842-1930), cuñado del filósofo<br />
Jorge Santayana. También<br />
fue productor de vinos, consiguiendo<br />
importantes premios<br />
internacionales con los vinos de<br />
Zorita. Su primera incursión política<br />
se produjo en 1868 como<br />
integrante de la Junta Revolucionaria<br />
de la ciudad de Avila,<br />
constituída con el fin de regenerar<br />
la política, defender la libertad<br />
y la soberanía nacional y<br />
desterrar la dominación abominable<br />
del reinado de los Borbones.<br />
En 1877 fue elegido Alcalde<br />
de Avila, desempeñando después<br />
la presidencia de la Caja<br />
de Ahorros de Avila y del Casino<br />
Abulense. En Mingorría una<br />
calle lleva el nombre de Celedonio<br />
Sastre en agradecimiento<br />
a la donación de unos terrenos<br />
que hizo para construir escuelas.<br />
La revolución que defendía el<br />
joven Celedonio dió origen a la<br />
Constitución de 1869, la más<br />
progresista de las habidas hasta<br />
la fecha. Sin embargo, el al-
RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS 57<br />
calde y los concejales de Mingorría<br />
elegidos por sufragio universal<br />
renegaron de la misma e<br />
hicieron constar en sesión del 27<br />
de junio de 1869:<br />
«Que acatan y respetan todas<br />
las leyes votadas en las Cortes<br />
Constituyentes, pero que su conciencia<br />
no les permite jurar la<br />
Constitución sancionada por razones<br />
puramente religiosas».<br />
El artículo 21 garantizaba a los<br />
españoles que profesasen una<br />
religión distinta de la católica y<br />
a los extranjeros residentes en<br />
España el ejercicio público y privado<br />
de cualquier culto sin más<br />
limitaciones que las reglas universales<br />
de la moral y del Derecho.<br />
Frente a ello, la postura del<br />
Ayuntamiento de Mingorría reflejaba<br />
entonces la huella que<br />
dejó la Constitución de 1869, donde<br />
la religión fue un motivo más<br />
para la división y la discordia<br />
civil.<br />
Ante la reseñada negativa a<br />
jurar la Constitución, el Gobernador<br />
Civil de la provincia ordenó<br />
el cese de todos los ediles<br />
municipales y la imposición de<br />
una multa de 40 escudos, a la<br />
vez que nombró directamente<br />
una nueva corporación.<br />
En 1871 León Castillo Soriano<br />
fue elegido Diputado provincial<br />
por Velayos. Antes había sido<br />
Alcalde de Avila en 1864, y<br />
fue decisiva su participación en<br />
la construcción del ferrocarril en<br />
el tramo Mingorría - Las Navas<br />
del Marqués, para lo que adelantó<br />
dinero al contratista por medio<br />
de un francés residente en<br />
Mingorría llamado Louis Donizean.<br />
Los hijos de León Castillo<br />
heredaron tres cuarteles de la<br />
dehesa de las Gordillas en los<br />
sectores de Velayos, Saornil y<br />
Maello, adquiridos durante la<br />
desamortización eclesiástica por<br />
su primo Ramón Soriano Pelayo.<br />
BERMUDEZ REINA<br />
Todavía siguen siendo un misterio<br />
las razones que llevaron al<br />
Ministro de la Guerra en 1890<br />
con Sagasta, el general Eduardo<br />
Bermúdez Reina (1831-1899),<br />
a construir una finca de recreo<br />
rodeada de viñas en Zorita de<br />
los Molinos guardada por el tío<br />
«Perniles», donde edificó también<br />
una hermosa capilla-panteón,<br />
llamada «Villa Julia» dedicada<br />
a su esposa. Actualmente<br />
el caserío se conoce como «El<br />
Chorrito». La capilla parece diseñada<br />
por el arquitecto Repullés<br />
y fue construida por Antonino<br />
Prieto, académico, contratis-<br />
El Chorrito (Zorita de los Molinos).
58 RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS<br />
Sagasta (1825-1903), con quien<br />
el general había compartido gabinete<br />
ministerial. Sagasta tenía<br />
casa en Avila, en la plaza del<br />
Mercado Grande, y en ella solía<br />
pasar los veranos, tiempo éste<br />
en que coincidía con su antiguo<br />
ministro.<br />
Bermúdez Reina.<br />
ta y restaurador de las murallas<br />
de Avila, la basílica de San<br />
Vicente, el palacio de Polentinos<br />
y el puente de Avila sobre<br />
el Adaja. Bermúdez Reina nació<br />
en Sevilla y fue diputado, gobernador<br />
militar de Bilbao y luchador<br />
contra los carlistas, ministro<br />
del Supremo de Guerra y<br />
Marina, fiscal militar y escritor.<br />
En Mingorría el general Bermúdez<br />
Reina conoció a antiguos<br />
seguidores de don Carlos,<br />
los más pudientes del pueblo.<br />
Por tal motivo, estuvieron desterrados<br />
al terminar la guerra carlista<br />
que ganó el general, el médico,<br />
el notario y acaudalados<br />
labradores. Y, paradojas de la<br />
historia, mientras medio pueblo<br />
lloraba el destierro de los carlistas<br />
de la localidad, la otra mitad<br />
festejaba el fin de la guerra con<br />
repique de campanas, tirada de<br />
cohetes y bailes públicos, tal y<br />
como se recoge en las actas<br />
municipales de febrero y marzo<br />
de 1876. Un año antes el pueblo<br />
también había festejado la<br />
proclamación del rey Alfonso XII.<br />
En sus visitas, el general Bermúdez<br />
Reina se hacía afeitar<br />
por el barbero Angel Alvarez;<br />
aunque en un primer momento<br />
le confundió con un carbonero,<br />
dado su aspecto, después siempre<br />
solicitaba sus servicios.<br />
Y al igual que lo hacía Bermúdez<br />
Reina, también visitaba<br />
estas tierras el Presidente del<br />
Gobierno don Mateo Práxedes<br />
NICASIO VELAYOS<br />
Y SANCHEZ ALBORNOZ<br />
Durante la Segunda República<br />
dos diputados abulenses desempeñaron<br />
el cargo de ministro,<br />
y éstos fueron don Nicasio<br />
Nicasio Velayos.<br />
Velayos y Velayos, y don Claudio<br />
Sánchez Albornoz.<br />
Nicasio Velayos tenía su herencia<br />
familiar en el pueblo de<br />
Cardeñosa, por lo que no es<br />
de extrañar su participación co-<br />
Puente de Zorita
RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS 59<br />
mo diputado en los actos de<br />
1917 conmemorativos del centenario<br />
de la venerable María<br />
Vela, natural de dicho pueblo.<br />
Este abogado y político fue Diputado<br />
conservador por Avila<br />
en todas las elecciones que se<br />
sucedieron desde 1916 por el<br />
Partido Agrario, llegando a ser<br />
nombrado Ministro de Agricultura<br />
en 1935. En Mingorría se le<br />
recuerda por su promesa electoral,<br />
que se cumplió con la reconstrucción<br />
del puente que<br />
cruza el río Adaja en Zorita de<br />
los Molinos.<br />
Sánchez Albornoz.<br />
Claudio Sánchez Albornoz<br />
(1893-1984) pertenecía al partido<br />
Acción Republicana, de Manuel<br />
Azaña. Aquí recordamos<br />
que fue Azaña quien tradujo «La<br />
Biblia de España» de George<br />
Borrow, donde se cuenta como<br />
el alcalde y el cura de Velayos,<br />
acusados de carlistas, detuvieron<br />
en agosto de 1838 al criado<br />
del autor inglés. Don Claudio<br />
era un republicano de centro izquierda,<br />
como lo era el gobierno<br />
municipal de Mingorría, y<br />
tenía una especial relación amistosa<br />
con su alcalde, Miguel Camarero,<br />
cantero y contratista de<br />
piedra, cuya casa solía visitar<br />
con frecuencia. Sánchez Albornoz<br />
fue un historiador metido a<br />
política, y como diputado dejó<br />
oír su voz en el Congreso en<br />
defensa de los campesinos abulenses<br />
de Urraca Miguel y Mombeltrán.<br />
Además ocupó el cargo<br />
de Ministro de Estado (Asuntos<br />
Exteriores) en 1933, embajador<br />
en Lisboa y Presidente del Gobierno<br />
Republicano en el exilio<br />
durante 1962 a 1970.<br />
«LA PASIONARIA» Y<br />
PILAR PRIMO DE RIVERA<br />
Para Paul Preston («Las Tres<br />
Españas del 36»), Dolores Ibárruri<br />
y Pilar Primo de Rivera forman<br />
parte del grupo de figuras<br />
indiscutibles y relevantes que<br />
hicieron la historia de la España<br />
de 1936, tanto que las equipara<br />
con Franco, Azaña, Millán Astray,<br />
José Antonio Primo de Rivera,<br />
Madariaga, Indalecio Prieto<br />
y Besteiro. En nuestro viaje<br />
mágico hemos descubierto pequeños<br />
detalles que parecen<br />
engrandecer el significado histórico<br />
de nuestros pueblos, para<br />
lo que acudimos a las siguientes<br />
anécdotas.<br />
Dolores Ibárruri «La Pasionaria»<br />
(1895-1989) nació en el<br />
pueblo minero de Gallarta (Vizcaya),<br />
donde coincidió en la escuela<br />
con las hijas de José Bermejo,<br />
minero emigrante de Santo<br />
Domingo de las Posadas,<br />
así como con las de otros mineros<br />
emigrantes de Mingorría.<br />
«La Pasionaria», aunque su padre<br />
militó en el carlismo, fue una<br />
«La Pasionaria».
60 RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS<br />
Pilar Primo de Rivera.<br />
diputada comunista admirada<br />
por los obreros de Mingorría, a<br />
los que animaba por radio para<br />
resistir, luchar y perseverar en<br />
sus ideas frente a los nacionales<br />
golpistas. Los lugareños recuerdan<br />
especialmente la celebración<br />
del primero de mayo de<br />
1936, fiesta del trabajo, donde<br />
destacó también la fuerza reivindicadora<br />
de las mujeres, tanto<br />
que alguna de ellas fue apodada<br />
«Pasionaria».<br />
Como fiel reflejo de la división<br />
social de la época llama la<br />
atención la presencia en Mingorría<br />
de Pilar Primero de Rivera<br />
(1907-1991), la antítesis ideológica<br />
de «La Pasionaria», hija del<br />
dictador Miguel Primo de Rivera<br />
y hermana de José Antonio,<br />
fundador de Falange Española.<br />
Durante 50 años dirigió y mantuvo<br />
viva la «Sección Femenina»,<br />
la organización de mujeres<br />
del régimen franquista<br />
basada en<br />
los valores católicos<br />
tradicionales<br />
y la defensa de la<br />
familia y el hogar.<br />
La «Sección Femenina»<br />
ocupó así<br />
en la postguerra el<br />
lugar que durante<br />
la república llenaron<br />
las «Misiones<br />
Pedagógicas»,<br />
época que coincidió<br />
con la creación<br />
de la biblioteca de Mingorría<br />
en 1933.<br />
Pilar Primo de Rivera destaca<br />
en su autobiografía una anécdota<br />
de las actividades que promovía<br />
su organización:<br />
«En 1937 la Hermandad de la<br />
Ciudad y el Campo organizó un<br />
servicio que consistía en ir a trabajar<br />
en el campo para suplir a<br />
los hombres que estaban en la<br />
guerra. Ibamos a ayudar en grupo<br />
de cinco o seis camaradas.<br />
Yo fui a trabajar en un campo de<br />
Mingorría. Empezábamos a las<br />
cinco de la mañana y nos enseñaron<br />
a manejar la hoz y a coger,<br />
de una cierta manera, con<br />
la mano, un montón de espigas<br />
para cortarlas de una vez».<br />
En 1937, una fuerte nevada<br />
cortó la carretera, por lo que<br />
ese día la posada de Mingorría<br />
se llenó de arrieros y viajantes<br />
para pasar la noche. Entre los<br />
ilustres inquilinos, la posadera<br />
Rufina Cid Ibarzábal recuerda a<br />
Pilar Primo de Rivera, quien tuvo<br />
que hacer un alto para pasar<br />
la noche cuando regresaba de<br />
Valladolid a Madrid.<br />
La historia reciente de los<br />
pueblos del Adaja ha dado y<br />
traído nuevos personajes. Pero<br />
el viaje de éstos daría para una<br />
nueva ruta que conviene trazar<br />
en otra ocasión.<br />
Mingorría. Sección femenina<br />
en la era (foto Mayoral, 1937).
■ A DESTACAR. Los pueblos<br />
de la ribera del Adaja, como los<br />
de la mayoría de la provincia, han<br />
mantenido a lo largo de su historia<br />
una especial dependencia económica<br />
y espiritual de la catedral<br />
abulense y de su obispo. Por<br />
ello las periódicas visitas de los<br />
prelados a los lugares y aldeas<br />
de la diócesis tenían un carácter<br />
evangelizador y también material,<br />
al comprobarse en ellas el<br />
estado de las cuentas y rentas<br />
de sus cuantiosos bienes.<br />
■ La ruta. Comprende los viajes<br />
que hicieron los antiguos obispos<br />
abulenses por nuestros pueblos,<br />
siguiendo para ello la rigurosa<br />
obra de Tomás Sobrino Chomón<br />
sobre el «Episcopado Abulense<br />
en los siglos XVI-XIX». Las<br />
visitas episcopales y otras peculiaridades<br />
del obispado abulense,<br />
por su destacable influencia<br />
en el medio rural, se muestran al<br />
viajero como un exponente más<br />
de la identidad histórica de los<br />
pueblos que quieren ser redescubiertos.<br />
■ Cómo llegar. Todos los pueblos<br />
de la zona fueron visitados<br />
por los obispos de la diócesis,<br />
por lo que es fácil recorrer los pasos<br />
de los antiguos prelados como<br />
si fueran los últimos «señores<br />
feudales». Los caminos de<br />
antaño son ahora las carreteras<br />
que parten de Avila hacia Arévalo<br />
por Cardeñosa o por Mingorría.<br />
■ Qué ver. Hasta la desamortización<br />
eclesiástica del siglo XIX,<br />
pertenecieron al Cabildo y la Iglesia<br />
Catedral de Avila numerosas<br />
viñas y tierras, molinos, casas,<br />
paneras, pajares y otros bienes<br />
que aún se conservan. Las iglesias<br />
y ermitas todavía son testigos<br />
de aquellas visitas pastorales<br />
que realzaban la monotonía<br />
diaria de los campesinos. Anécdotas<br />
como la referida al famoso<br />
pan de Mingorría o el contencioso<br />
que plantearon los mineros<br />
de San Esteban de los Patos.<br />
■ Aliciente. Recorrer los pueblos<br />
por donde lo hacían los antiguos<br />
Obispos en visitas pastorales<br />
y administrativas.<br />
Cardeñosa.<br />
RUTA DE<br />
LOS OBISPOS<br />
l Obispo don Lorenzo<br />
EOtaduy Avedaño significó<br />
a Cardeñosa apoderando<br />
en 1601 a Miguel del<br />
Carpio, clérigo presbítero,<br />
beneficiado de la parroquial<br />
iglesia de San Vicente de la<br />
ciudad de Avila y natural de<br />
dicho lugar. Con este poder,<br />
el cura de Cardeñosa<br />
presentó al Papa la relación<br />
o informe de la diócesis.<br />
En 1613 el Obispo abulense<br />
Juan Alvarez de Caldas<br />
tramitó la concesión de<br />
los beneficios de una bula<br />
del Papa Paulo V a la cofradía<br />
de Mingorría que devocionaba<br />
a la Virgen del Rosario,<br />
según el pergamino<br />
que se conserva en la iglesia<br />
parroquial.<br />
La relación o informe que<br />
en 1655 remite el Obispo<br />
Bernardo de Ataide a Roma<br />
destaca Cardeñosa como<br />
una de las más insignes<br />
y nobles villas del señorío<br />
de la diócesis de Avila, jun-
62 RUTA DE LOS OBISPOS<br />
to con Arévalo, Madrigal, Fontiveros,<br />
Barco, Piedrahíta, Mombeltrán,<br />
Arenas y Las Navas.<br />
En su informe, el Obispo Francisco<br />
de Rojas Borja añade en<br />
1664: «Cardeñosa, de donde fue<br />
natural santa Barbada, y la madre<br />
Ysabel de Santo Domingo,<br />
compañera de Santa Teresa, tiene<br />
cuatro clérigos y quatrocientos<br />
vecinos».<br />
Al poco tiempo de llegar a<br />
Avila, el 20 de agosto de 1700,<br />
el Obispo don Gregorio de Solorzano<br />
tomó el camino de Velayos<br />
y otros lugares de Arévalo<br />
para llevar a cabo las confirmaciones.<br />
Zorita de los Molinos.<br />
El Obispo Narciso de Queralt<br />
visitó el lugar de Zorita de<br />
los Molinos el 4 de mayo de<br />
1740, tal y como se reseña en<br />
el Libro de Fábrica de la parroquia<br />
y recoge José Luis Sastre<br />
en la revista «Olalla». En estos<br />
años Zorita tiene medio centenar<br />
de habitantes y cura propio,<br />
mientras que el escribano es de<br />
Cardeñosa, el herrador de Peñalba<br />
y el tabernero de Mingorría,<br />
siendo de fuera también el<br />
cirujano; tiene once casas diversas,<br />
una de juntas del concejo<br />
y cárcel, una taberna, una<br />
fragua, una cilla, dos lagares,<br />
dos bodegas, una panera del<br />
curato, ocho pajares y media<br />
docena de molinos en el Adaja.<br />
Las tierras son labradas por los<br />
lugareños y otros de Peñalba,<br />
Cardeñosa y Mingorría. Con motivo<br />
de la visita pastoral el Obispo<br />
comprueba la observancia<br />
de los decretos episcopales, las<br />
cuentas, los apeos y otras consideraciones<br />
doctrinales, mandando:<br />
«Que todas las personas que<br />
estuvieren debiendo cantidades<br />
maravedíes, granos y otras especies<br />
a dicha iglesia, fundación<br />
de ánimas y demás obras<br />
pías en este dicho lugar, paguen<br />
las cantidades de sus descubrimientos<br />
en el término de treinta<br />
días siguientes al de la notificación,<br />
y pasado no habiéndolo<br />
hecho procederá dicho Cura<br />
contra los morosos por embargo,<br />
rentas de bienes y demás<br />
rigor...».<br />
Don Narciso de Queralt llegó<br />
a Avila en 1738 y se encontró<br />
una ciudad semidesierta, habitada<br />
en su mayor parte por clérigos<br />
y religiosos, pues toda la<br />
nobleza había emigrado a Madrid.<br />
Murió en el pueblo de El<br />
Oso, cercano a Las Berlanas, el<br />
13 de enero de 1743, donde se<br />
detuvo a pasar la noche al encontrarse<br />
enfermo, cuando volvía<br />
de Cabezas del Pozo y otros<br />
pueblos de la Moraña.<br />
Velayos.
RUTA DE LOS OBISPOS<br />
El 24 de julio de 1743, don Pedro<br />
González anuncia su llegada<br />
al lugar de Velayos para ponerse<br />
a disposición del cabildo<br />
abulense como su nuevo Obispo,<br />
trasladado de su antiguo<br />
destino en Puebla (México). Después<br />
de pasar la noche en Velayos,<br />
al día siguiente se dirigió<br />
hasta Avila para tomar posesión<br />
de su cargo, pasando por Santo<br />
Domingo de las Posadas y<br />
Mingorría.<br />
En 1761 el Obispo don Raimundo<br />
Velarde y Cienfuegos<br />
visitó Las Berlanas, aquí revisó<br />
las cuentas de la parroquia y de<br />
las ermitas de La Concepción,<br />
Angustias y San Juan Bautista.<br />
En 1792 quien recorrió las parroquias<br />
de la zona fue el Visitador<br />
del Obispo fray Julián de<br />
Gascueña, comprobando la ruina<br />
de la ermita de San Juan, en<br />
Las Berlanas. Barrio Rivilla.<br />
Mingorría.<br />
el barrio de Rivilla de Las Berlanas,<br />
a partir de entonces esta<br />
ermita quedó cerrada al culto.<br />
El Obispo don Ramón-María<br />
de Adurriaga y Uribe permaneció<br />
en Avila desde 1824 hasta<br />
1841, donde llegó después de<br />
haber estado en la cárcel y desterrado<br />
por ser extremadamente<br />
beligerante a favor de sus<br />
ideas conservadoras frente al liberalismo<br />
francés, las Cortes<br />
de Cádiz y el trienio liberal. De<br />
esta mentalidad conservadora<br />
comulgaba también el cura de<br />
Velayos, a quien se refiere el viajero<br />
inglés George Borrow en<br />
1838, implicándole como carlista<br />
en la detención de su criado.<br />
Por otro lado, cabe destacar<br />
que en la comida diaria del Palacio<br />
Episcopal nunca faltaba el<br />
pan de Mingorría, tal y como<br />
se relaciona en el libro de gastos<br />
de 1831.<br />
En febrero de 1850 el Obispo<br />
don Manuel López Santisteban<br />
recorre los pueblos de la<br />
zona de Velayos siguiendo el<br />
itinerario de la margen derecha<br />
del Adaja. En esta visita predica<br />
al pueblo apiñado en el templo,<br />
administra la confirmación a numerosas<br />
personas y revisa las<br />
cuentas y estados de iglesia y<br />
cofradías. Llama la atención en<br />
el epistolario de este Obispo<br />
el relato del contencioso que<br />
plantearon en 1851 los trabajadores<br />
de la mina de cobre<br />
«Santa Agueda», sita en San Esteban<br />
de los Patos, ante la negativa<br />
del cura de Mingorría, de<br />
quien dependía la parroquia, a<br />
absolver a los mineros del precepto<br />
pascual de asistir a misa<br />
los domingos; como testimonia<br />
el siguiente texto:
64 RUTA DE LOS OBISPOS<br />
San Esteban de los Patos.<br />
«Excmo. Sr. Subinspector de<br />
Minas de la Provincia de Avila.<br />
La Junta de Gobierno de la Mina<br />
Santa Agueda en término de<br />
San Esteban de los Patos, a V.E.<br />
con el respeto debido expone:<br />
Que con fecha 24 de p.p. mes<br />
recibió del Administrador en ella<br />
una comunicación manifestando<br />
haber recurrido a él los trabajadores<br />
de la Mina solicitando<br />
remedio a la alarma y desconsuelo<br />
que ha derramado en<br />
ellos el Sr. Cura del pueblo negándoles<br />
la absolución al precepto<br />
pascual con que han tratado<br />
de cumplir. La negativa del<br />
Sr. Cura, según relación de los<br />
mismos, parece la funda en que<br />
han trabajado algunos días de<br />
fiesta, alegando no estar autorizado<br />
para absolver, toda vez<br />
que no se recurra para ello al Sr.<br />
Obispo. Esta Junta no quiere<br />
calificar esta conducta ni sus<br />
asertos, pero V.E. como Jefe de<br />
la Administración del Ramo sabe<br />
muy bien lo que la Ley de<br />
Minas explícitamente establece<br />
en este particular, y por lo tanto:<br />
A V.E. suplica se sirva proveer lo<br />
conveniente haciendo respetar<br />
la citada ley, y que en lo sucesivo<br />
no se inquiete la conciencia<br />
de los trabajadores dejándoles<br />
en el libre ejercicio de su profesión.<br />
Así lo espera de la justificada<br />
rectitud de V.E. a quien<br />
Dios guarde muchos años. Madrid<br />
13 de Mayo de 1851. Julián<br />
Martínez».<br />
«Sr. Gobernador de esta Provincia.<br />
Sepa V.S. que hay mucho,<br />
y por lo que voy a decir verá<br />
lo inoportuno e inconducente<br />
del contexto de la representación<br />
que ha dirigido el gobierno<br />
de la Mina por medio del Administrador.<br />
Si el cura de San Esteban de<br />
los Patos ha absuelto o no para<br />
el precepto pascual a los trabajadores<br />
en la mina, es un hecho<br />
que me está prohibido averiguar,<br />
porque está envuelto en el<br />
sigilo sacramental de la Penitencia<br />
que sabe V.S. es negocio<br />
muy arduo y prohibido de revelar<br />
ni directa ni indirectamente.<br />
En que los trabajadores hayan<br />
cometido un pecado grave o leve<br />
por haber trabajado en día<br />
festivo en la mina sin que haya<br />
precedido mi habilitación, no es<br />
pecado reservado, y por eso<br />
ningún párroco está inhibido de<br />
dar la absolución supuesta la<br />
buena disposición del penitente.<br />
Luego la alarma de los trabajadores<br />
envuelve sospechas vehementes<br />
de que si no fueron<br />
absueltos será por otros pecados,<br />
o si lo fue por el de trabajar<br />
en día festivo, estará acom-
RUTA DE LOS OBISPOS<br />
pañado de circunstancias que<br />
los inhabilitarían para la absolución...<br />
Avila, julio 18 de 1851.<br />
Manuel Obispo de Avila».<br />
En febrero de 1854 falleció el<br />
Obispo Fray Gregorio, a quien<br />
le sucedió Juan Alfonso de Alburquerque,<br />
y en este mismo<br />
año fue ordenado sacerdote<br />
Juan Pajares Alvarez, natural de<br />
Mingorría y posterior canónigo<br />
de la catedral y profesor del seminario.<br />
El Obispo don Juan Alfonso<br />
de Alburquerque viajó en septiembre<br />
de 1857 hasta la parroquia<br />
de la Venta de San Vicente,<br />
cuya iglesia señorial, toda<br />
de piedra granítica labrada en<br />
las inmediaciones, agrupaba las<br />
aldeas de Gallegos, Cortos, Tolbaños,<br />
Saornil y Escalonilla. Desde<br />
aquí se trasladó por la cañada<br />
real que discurre por frondosos<br />
encinares hasta Velayos,<br />
con visitas posteriores en Vega<br />
de Santa María, Pozanco, Santo<br />
Domingo de las Posadas,<br />
Zorita y Mingorría. La hermosa<br />
iglesia de la Venta de San Vicente<br />
recibe de nuevo la visita<br />
del Obispo en 1861, esta vez se<br />
trata de Fray Fernando Blanco<br />
Lorenzo.<br />
En 1884, el Alcalde de Monsalupe<br />
solicita al Obispo don<br />
Ciriaco M.ª Sancha Hervás,<br />
Monsalupe.<br />
un sacerdote para que atendiera<br />
la parroquia del lugar, ante la<br />
ausencia de cura de almas que<br />
inquietaba a la población.<br />
Otras numerosas visitas pastorales<br />
se sucedieron durante el<br />
siglo XX, esta vez con menos carácter<br />
material, pues los bienes<br />
eclesiásticos habían sido todos<br />
vendidos en desamortización<br />
durante el siglo pasado, aunque<br />
la iglesia siguió manteniendo<br />
una importante influencia en<br />
la sociedad rural.<br />
Venta de San Vicente.
66 RUTA DE LOS LABRADORES<br />
¡Esta sí que es siega de vida!<br />
¡Esta sí que es siega de flor!<br />
Hoy, segadores de España,<br />
vení a ver a La Moraña<br />
trigo blanco y sin argaña,<br />
que de verlo es bendición.<br />
Lope de Vega.<br />
Ensacando el grano<br />
en la era de Mingorría.
RUTA DE LOS LABRADORES<br />
■ A DESTACAR. La historia<br />
y la cultura con la que se identifican<br />
los pueblos del Adaja<br />
está íntimamente vinculada a<br />
sus formas de vida, siendo la<br />
agricultura y la ganadería las<br />
actividades que han impregnado<br />
las señas de identidad de<br />
sus gentes. La realización de las<br />
antiguas faenas agrícolas de<br />
la misma forma que se hacían<br />
hace cientos de años constituye<br />
un testimonio vivo que todavía<br />
hoy puede contemplarse<br />
en la zona de Gallegos y<br />
Brieva. Igualmente, son numerosos<br />
los aperos de labranza<br />
que se conservan en las casas,<br />
corrales, pajares y paneras de<br />
las localidades de la zona.<br />
■ La ruta. Recorrido descriptivo<br />
de las faenas agrícolas realizadas<br />
tradicionalmente por<br />
los labradores, según texto de<br />
Teófilo Domínguez (Mingorría<br />
1917-1995). Además, viajamos<br />
con los últimos yunteros y agricultores<br />
a la antigua usanza.<br />
Por un lado, se recopila el proceso<br />
literario de la siembra y la<br />
recolección, y por otro se rescatan<br />
los personajes vivos que<br />
aún mantienen los viejos usos.<br />
■ Cómo llegar. Los pueblos<br />
de la ribera del Adaja tienen<br />
fácil acceso por las carreteras<br />
que discurren paralelas al<br />
río en dirección Arévalo, y en<br />
ellos todavía abundan numerosas<br />
dependencias agrícolas.<br />
En las eras quedan viejas casetas<br />
de aperos y restos de<br />
viejos carros, y en Gallegos<br />
de San Vicente y Brieva aún<br />
perviven las faenas realizadas<br />
con vacas y burros. A estos<br />
pueblos se llega desde Tolbaños<br />
por Mingorría, o mejor<br />
desde la capital abulense por<br />
el devío de Vicolozano, en la<br />
carretera de Madrid N-110.<br />
■ Qué ver. Viejos establos y<br />
dependencias agropecuarias,<br />
viejos aperos de labranza conservados<br />
en antiguos edificios<br />
o abandonados en las eras y,<br />
sobre todo, las faenas agrícolas<br />
que se realizan como antaño<br />
en las mismas o en Gallegos<br />
y Brieva.<br />
■ Aliciente. Descubrir el extraordinario<br />
contraste que presentan<br />
los trabajos agrícolas<br />
actuales con los que se realizan<br />
como hace cien años.
RUTA DE LOS LABRADORES<br />
Segadores en Mingorría.<br />
LOS SEGADORES<br />
«Cuando las mieses presentaban<br />
el color de su madurez y<br />
los campos se transformaban<br />
en una extensa sábana de oro,<br />
aparecían en nuestros pueblos<br />
las cuadrillas de segadores;<br />
eran hombres curtidos de soles<br />
y brisas, provistos de hoces de<br />
bien templado acero, las famosas<br />
“carboneras” toledanas, y<br />
un manojo de dediles de grueso<br />
cuero para proteger la mano<br />
izquierda, expuesta siempre a<br />
las cruentas caricias de la hoz.<br />
Venían segadores extremeños<br />
o de otras zonas de la provincia<br />
que, por ser de clima más cálido,<br />
era más temprana la madurez<br />
de sus cosechas y terminada<br />
su siega se desplazaban a<br />
nuestras tierras para lucrar algunos<br />
jornales.<br />
A veces llegaba también alguna<br />
cuadrilla de gallegos, pero<br />
éstos por lo general en grupos<br />
numerosos se dirigían a La<br />
Moraña, a tierra de Madrid y a<br />
los pueblos de La Mancha.<br />
Las cuadrillas de siega se<br />
componían de cuatro o cinco<br />
hoces y un atero; uno de ellos,<br />
por lo general el de más edad,<br />
actuaba como mayoral, entraba<br />
el primero en la mies e iba depositando<br />
sobre el surco las<br />
manadas de cereal cortado<br />
sobre las que los otros segadores<br />
iban dejando las suyas,<br />
formando gavillas que el<br />
atero recogía y juntaba, poniéndolas<br />
contrapeadas para<br />
formar el haz que ataba con<br />
una lía de esparto de las que<br />
llevaba en manojo sujetas a<br />
su cintura, atadura que se<br />
deshacía tirando del nudo,<br />
con lo que era fácil desparramar<br />
la mies en la era para<br />
formar la parva. Los segadores<br />
se dirigían a las tierras<br />
muy de madrugada, después<br />
de haber desayunado frugalmente<br />
en la casa de labor (pan<br />
y cebolla, chocolate de morder,<br />
aguardiante, jamón o tocino).<br />
Permanecían los segadores<br />
en las mieses hasta la puesta<br />
del sol, y allí mismo se les suministraban<br />
tres comidas en el<br />
día: almuerzo (sopas de ajo y<br />
longaniza), comida (cocido o algún<br />
guisado de carne con arroz<br />
y patatas), y merienda (generalmente<br />
tacos de jamón o trozos<br />
de chorizo, pan y cebolla);<br />
cada cierto tiempo, y siempre<br />
cuando el mayoral lo decidía,<br />
hacían una parada para fumar<br />
un cigarro (a veces también se<br />
les suministraba el tabaco), beber<br />
agua, etc., y fuera de eso<br />
no se hacían otros descansos<br />
que los correspondientes a las<br />
comidas y, eso sí, una breve<br />
siesta al mediodía. Puesto el<br />
sol, los segadores se reintegraban<br />
a la casa de labor, cenaban<br />
y se marchaban a dormir al pajar<br />
o a alguna panera todavía vacía<br />
donde ellos mismos habían<br />
situado sendas sacas de paja<br />
que les servían de cama».<br />
LAS ESPIGADORAS<br />
«Complemento indispensable<br />
de los segadores eran las espigadoras;<br />
cada día, cuando los<br />
labradores se dirigían con sus
RUTA DE LOS LABRADORES 69<br />
carros a las tierras para recoger<br />
la mies, muy de mañana, en el<br />
arranque de los caminos esperaban<br />
grupos de mujeres y niños;<br />
una vez informados sobre<br />
la parcela a la que se dirigía el<br />
labrador, seguían al carro o<br />
montaban en él si el gañán se<br />
lo permitía y llegados a su destino<br />
las espigadoras permanecían<br />
en la linde de la tierra mientras<br />
se recogían los haces y se<br />
cargaba el carro. Terminada dicha<br />
faena se desparramaban<br />
por la parcela, recorriéndola paso<br />
a paso recogiendo las espigas<br />
caídas, con las que formaban<br />
manadas realizadas con tal<br />
mimo que a veces se antojaban<br />
ramos de flores; aquellas gentes<br />
alegraban los campos con<br />
sus conversaciones, sus risas y<br />
sus canciones».<br />
EL ACARREO, LA TRILLA<br />
Y LA LIMPIA<br />
«Después de la siega se producía<br />
el acarreo de las mieses<br />
a la era, la trilla y la limpia. El<br />
traslado de las mieses se hacía<br />
con carros, de ahí la palabra<br />
«acarreo». La trilla se hacía con<br />
trillos consistentes en tres o<br />
cuatro tablones perfecta y rígidamente<br />
ensamblados formando<br />
un tablero de forma rectangular,<br />
uno de cuyos extremos<br />
estaba alabeado para permitir<br />
su deslizamiento, y la cara inferior<br />
cubierta de pequeñas piedras<br />
de cuarzo o pedernal cortadas<br />
de forma que presentaran<br />
finas aristas para que el arrastrarlo<br />
sobre la parva cortaran y<br />
desmenuzaran la paja a la vez<br />
que liberaban las semillas de<br />
sus receptáculos. El trillo era<br />
arrastrado por una pareja de<br />
animales bóvidos o équidos.<br />
La parva se volvía cada cierto<br />
tiempo para que quedaran por<br />
encima las pajas que no habían<br />
sido cortadas, lo que se realizaba<br />
con horcas y horquillos de<br />
madera exigiendo cierta destreza,<br />
y una vez trillada se recogía<br />
formando grandes montones que<br />
luego habían de limpiarse separando<br />
el grano de la paja.<br />
La limpia se hacía también a<br />
mano; tal labor se llama aventar,<br />
que es dar al viento la mies trillada<br />
para que por su acción y<br />
el mayor peso del grano cayera<br />
éste en un montón inmediato y<br />
volara la paja a más distancia<br />
en otro montón. Muy de mañana,<br />
apenas apuntaban las primeras<br />
claras del día, ya estaban<br />
los labradores en la era<br />
pinchando en los montones,<br />
lanzando beldadas al aire para<br />
comprobar su fuerza.<br />
Trillando en Brieva.
70 RUTA DE LOS LABRADORES<br />
Aventando la mies.<br />
La limpia se completaba con<br />
el cribado del grano, con lo que<br />
se dejaba en el suelo sin granzas<br />
ni otras impurezas y apto<br />
para ser empanerado.<br />
La aventadora agilizó el trabajo<br />
de la limpia, si bien ha de<br />
tenerse en cuenta que no fue<br />
sin trabajo, ya que la máquina<br />
era tan pesada que no había<br />
Máquina aventadora.<br />
hombre que resistiera más de<br />
cinco minutos dando a la<br />
manivela, defecto que corrigió<br />
el herrero, ajustando en<br />
el eje de las aspas dos martillos<br />
que se contrapesaban,<br />
con lo que la máquina se hizo<br />
más ligera y eficaz. La<br />
consecuencia más importante<br />
de aquella adquisición fue<br />
signo indudable de que se<br />
iniciaba una incipiente mecanización».<br />
PREPARACION<br />
DE LA TIERRA<br />
«Recogidas las cosechas,<br />
empanerados todos los granos<br />
y encerrada también la<br />
paja, se comenzaba a preparar<br />
la tierra para un nuevo<br />
barbecho y una nueva siembra.<br />
La tierra recién cosechada<br />
se labraba en una primera<br />
vuelta de arado, labor que<br />
se llama lazar; después venían<br />
otras: binar, terciar e incluso<br />
cuartar, que tenían como finalidad<br />
remover la tierra para que<br />
por la acción de los agentes atmosféricos<br />
se enriqueciera adecuadamente.<br />
Al mismo tiempo,<br />
se repartía en las parcelas barbechadas<br />
que no habían sido<br />
trascoladas con el redeo de las<br />
ovejas, el estiércol procedente<br />
de limpiar las cuadras de los<br />
animales de labor<br />
que se tenía<br />
acumulado<br />
en basureros<br />
situados, casi<br />
siempre, en alguna<br />
tierra no<br />
muy lejana del<br />
pueblo; hecha<br />
esta labor, y ya<br />
metidos en el<br />
otoño, se preparaba<br />
el terreno<br />
para la<br />
siembra y el<br />
inicio de otro<br />
ciclo agrícola.
RUTA DE LOS LABRADORES 71<br />
Se comenzaba por poner el<br />
surco a las parcelas, surcos largos<br />
y rectos, para lo cual el labrador<br />
tomaba un punto en la<br />
distancia y hacia allí dirigía su<br />
mirada y la marcha de yunta,<br />
con lo cual le salían los surcos<br />
derechos como velas, y aquí<br />
surge la anécdota:<br />
“El bueno de Simeón araba<br />
un día en su parcela guiando su<br />
pareja de asnos y, fuera por lo<br />
que fuera, los surcos le salían<br />
torcidos como cuerno de cabra;<br />
otro labrador que pasaba por<br />
allí le llamó la atención sobre<br />
ello; Sime, con su sorna característica,<br />
le respondió: –«Es que<br />
no veía el punto»; –«Pues, ¿dónde<br />
echaste la mira», demandó<br />
el otro. –«Ve allí a aquella cisquera<br />
que hay al pie el monte<br />
Las Gordillas»; –«¡Pero hombre!,<br />
aquello no es una cisquera, es<br />
el humo del tren», objetó su interlocutor”».<br />
LA SIEMBRA<br />
«Abiertos los surcos se realizaba<br />
la siembra; ésta se hacía<br />
a voleo para los cereales y leguminosas<br />
de grano menudo, y<br />
a chorrillo para los garbanzos.<br />
Arrojada la semilla se procedía<br />
a taparla, para lo cual la reja del<br />
arado abría longitudinalmente<br />
el surco cuyas dos mitades caían<br />
sobre el hondón de los surcos<br />
anterior y posterior, formando<br />
nuevos surcos en los que<br />
quedaban encerradas las semillas<br />
en germinación.<br />
A los inicios de la primavera<br />
las siembras estaban urgiendo<br />
que se las limpiara de malas<br />
hierbas, para lo cual se procedía<br />
a la operación del escarde.<br />
Por lo general, aquellas mujeres<br />
y aquellos niños que en la recolección<br />
se dedicaron al espigueo<br />
intervienen ahora al escarde<br />
por un módico jornal; surco<br />
adelante van cortando con<br />
una pequeña azada (el azuelo)<br />
cada una de las plantas que<br />
crecen junto al cereal impidiendo<br />
su normal crecimiento; una<br />
de ellas, quizá la más dañina,<br />
es el vallico o cizaña. Extirpadas<br />
las hierbas, las siembras<br />
quedan limpias y preparadas<br />
para una buena granación».<br />
LOS ANIMALES DE LABOR<br />
Al viajero que recorre y reconoce<br />
las bellezas de nuestros<br />
pueblos, algunos en progresivo<br />
abandono por la falta de presencia<br />
humana, todavía le asaltan<br />
imágenes de aquellas formas<br />
de vida ya olvidadas que<br />
son parte de una identidad cul-<br />
Arando con vacas.<br />
Benigno Jiménez.
72 RUTA DE LOS LABRADORES<br />
Yunta de vacas en Gallegos.<br />
tural que se resiste al cambio<br />
de los tiempos. Prueba de este<br />
arraigamiento a la tierra se ofrece<br />
en la contemplación de esas<br />
vacas negras que tiran de un<br />
carro o un arado guiadas por<br />
un hombre ajeno al devenir cotidiano<br />
de la modernidad. Esta<br />
visión casi irreal, y un tanto cinematográfica,<br />
actualmente es<br />
un hecho bastante habitual en<br />
algunas localidades abulenses,<br />
al igual que lo era en los años<br />
cincuenta en los campos de toda<br />
España.<br />
La utilización de yuntas de<br />
vacas en el desarrollo de las tareas<br />
agrícolas, que hoy siguen<br />
empleando algunos labradores<br />
de la provincia de Avila, constituye<br />
una actividad tan identificatoria<br />
de los que fue el medio<br />
rural no hace muchos años, que<br />
no hemos podido por menos<br />
que escribir esta ruta en reconocimiento<br />
al trabajo con el que<br />
agricultores y ganaderos siempre<br />
han contribuido a la formación<br />
de la historia de los pueblos.<br />
Siguiendo los pasos de Benigno<br />
Jiménez, esquilador y<br />
segador en Zorita y los pueblos<br />
de la ribera del Adaja, lo hemos<br />
encontrado en Amavida trabajando<br />
con una yunta de vacas.<br />
Benigno tiene 75 años y todavía<br />
desempeña las pequeñas faenas<br />
agrícolas que requieren el<br />
cuidado de un huerto familiar o<br />
una tierra de garbanzos que<br />
cultiva para su propio consumo<br />
y el de sus allegados. En este<br />
trabajo resulta inestimable la<br />
ayuda de una yunta de vacas<br />
negras de raza mixta, cruce de<br />
vaca lechera y un toro negro, a<br />
las que llama «Calceta» y «Bragá»;<br />
en otras ocasiones las vacas<br />
eran cruce de raza morucha<br />
con frisona. La vaca más<br />
vieja la compró en<br />
la feria de Avila hace<br />
quince años y<br />
la más joven es hija<br />
de ésta. El mismo<br />
Benigno «domó»<br />
las vacas y<br />
las enseñó a trabajar<br />
con el carro y el<br />
arado.<br />
En Gallegos de<br />
San Vicente (anejo<br />
de Tolbaños)<br />
acompañamos a<br />
Damián Arroyo<br />
cuando acarreaba<br />
paja y también<br />
mientras llenaba<br />
un carro de ramajes<br />
y leña de las<br />
encinas que pueblan<br />
los montes<br />
que se bañaba en<br />
el río Voltoya. Con<br />
este mismo carro<br />
tirado por una yunta<br />
de vacas se empleó<br />
durante años<br />
como transportista<br />
Damián Arroyo.
RUTA DE LOS LABRADORES 73<br />
de piedra, la cual era extraída<br />
por los canteros de Mingorría y<br />
debía cargarse en los trenes<br />
que paraban al efecto en la estación<br />
de la localidad. Esta actividad<br />
de porte de piedra también<br />
ocupaba a la mayoría de<br />
labradores de la zona que te-nían<br />
yuntas y carro, por lo que recibían<br />
un jornal de veinte a<br />
treinta duros. Damián, que ronda<br />
los setenta años, mantiene<br />
una pequeña cabaña ganadera<br />
que pasta en los prados del<br />
pueblo, aunque también trabajó<br />
como cantero y albañil.<br />
Carro adaptado para tirar con burros.<br />
La visión mágica que nos proporciona<br />
la imagen del hombre<br />
del año dos mil trabajando el<br />
campo con la ayuda de vacas<br />
negras nos hace recordar, como<br />
dice Ramón Grande del Brío<br />
(«Los animales en el medio rural»,<br />
1989), que la conquista de<br />
la tierra por obra del hombre<br />
no se habría producido de no<br />
haber contado éste con la inestimable<br />
colaboración de los<br />
animales domésticos. Hasta la<br />
invención de las máquinas, el<br />
transporte y el laboreo de los<br />
campos se realizaron mediante<br />
el concurso del animal domesticado.<br />
Entre el hombre y el animal<br />
se forma entonces un todo,<br />
en orden a extraer de la tierra el<br />
mayor rendimiento, donde se<br />
utilizan los servicios del ganado<br />
en paridad con los de los miembros<br />
de la propia familia del labrador.<br />
El trato de los animales modela<br />
un determinado tipo de<br />
mentalidad, implica la creación<br />
de una especial clase de arquitectura<br />
y servicios, y da lugar al<br />
desarrollo de una serie de actividades<br />
artesanas. Así, en nuestro<br />
caso, el labrador llama a las<br />
vacas por su nombre («Jardinera»,<br />
«Morita», «Gacha», «Dorá»,<br />
«Morucha», etc.), les felicita cuando<br />
trabajan bien y les regaña<br />
cuando no le obedecen. Las<br />
cuadras estaban preparadas<br />
para servir de lugar de cobijo y<br />
de comedero. Los potros de<br />
herrar se disponían con grandes<br />
piedras junto a la fragua<br />
donde se templaba el hierro de<br />
las herraduras. Y los carreteros<br />
y albarderos fabricaban los carros,<br />
aperos y aparejos que después<br />
eran utilizados en las faenas<br />
agrícolas. Si bien estos oficios<br />
ya han desaparecido en la<br />
actualidad, todavía se conservan<br />
muestras significativas de
74 RUTA DE LOS LABRADORES<br />
artesanía surgidas para facilitar<br />
el trabajo del campesino con el<br />
ganado.<br />
Los pequeños agricultores y<br />
ganaderos que mantienen hoy<br />
día yuntas de vacas lo hacen<br />
por puro romanticismo, sin un<br />
especial interés material o económico,<br />
y ello porque no han<br />
llegado a integrarse en el proceso<br />
de mecanización del campo<br />
por la pequeñez del terreno<br />
que cultivan. Y esto ocurre en<br />
los pueblos serranos donde apenas<br />
hay grandes explotaciones<br />
agrícolas, contrariamente a lo<br />
que ocurre en La Moraña. Así,<br />
nuestros personajes yunteros<br />
no se plantearon la disyuntiva<br />
de elegir entre mulas o vacas, y<br />
finalmente entre éstas y el tractor.<br />
El mantenimiento entonces<br />
de las yuntas obedece también<br />
a una fidelidad primitiva por el<br />
ganado vacuno del que hoy los<br />
labradores que lo utilizan obtienen<br />
también leche y terneros, lo<br />
cual antes no ocurría dada la<br />
dedicación exclusiva al laboreo<br />
de la tierra de este ganado.<br />
Los labradores de antaño utilizaban<br />
las vacas en las faenas<br />
agrícolas porque eran más baratas<br />
que las mulas. En los<br />
años cuarenta una mula de seis<br />
meses costaba catorce mil pesetas,<br />
cuando una vaca de tres<br />
años valía tres mil. Las vacas<br />
del terreno o «terrenas» solían<br />
comprarse en la feria de Avila<br />
con tres o cuatro años y se vendían<br />
al cabo de otros cua- tro,<br />
cuando había descendido notablemente<br />
su capacidad de trabajo.<br />
La yunta solían emplearse<br />
para arar, trillar y acarrear, tareas<br />
estas en las que también se<br />
empleaban esporádicamente<br />
caballos y burros. Las jornadas<br />
de trabajo de una pareja de<br />
vacas solían ser de unas siete<br />
horas diarias, durante las que<br />
se atendía una media de sesenta<br />
obradas de tierra cultivada a<br />
lo largo del año, las mulas en<br />
este tiempo atendían las noventa<br />
obradas.<br />
Las vacas eran más fáciles<br />
de domar y más fuertes, cómodas<br />
y dóciles que las mulas, pero<br />
también más torpes, rendían<br />
menos y eran más exigentes<br />
con la comida. Las vacas comían<br />
unas setenta fanegas de algarrobas<br />
con paja al año, que el<br />
labrador les echaba en varias<br />
«posturas»; las mulas consumían,<br />
por su parte, noventa fanegas<br />
de cebada y paja. También<br />
los carros y aperos de labranza<br />
eran distintos según la<br />
clase de animal empleado en el<br />
Pareja de mulas.
RUTA DE LOS LABRADORES 75<br />
Acarreo con vacas.<br />
trabajo agrícola, aunque el carro<br />
de mulas podía ser adaptado<br />
con una «ayuda» para que<br />
pudiera ser tirado por las vacas.<br />
Si hemos dicho que todavía<br />
pueden verse yuntas en diversos<br />
lugares de la provincia, y<br />
concretamente en Gallegos de<br />
San Vicente, no podemos decir<br />
lo mismo de las parejas de mulas,<br />
las cuales prácticamente<br />
han desaparecido de los campos,<br />
con excepción de las utilizadas<br />
para el acarreo de troncos<br />
en los pueblos de Tierra<br />
de Pinares y del Valle del Tiétar.<br />
Por ello vale la pena recobrar<br />
las imágenes que aún pueden<br />
apreciarse de aquellas formas<br />
de vida tan antiguas como<br />
nuestra civilización.<br />
LABRADOR<br />
A LA ANTIGUA USANZA<br />
¡Arre Paloma! ¡Vamos Furia!<br />
Son exclamaciones que salen<br />
de los labios del labrador que<br />
conduce una pareja de burras<br />
que tiran del viejo arado romano.<br />
Es una mañana soleada<br />
de sábado, del mes de febrero,<br />
«febrerillo el loco», víspera de<br />
los carnavales del nuevo milenio.<br />
Frente a las tapias de la<br />
cárcel de Brieva, un hombre<br />
que pasa de los setenta años<br />
traza surcos rectilíneos en una<br />
parcela rústica como se hacía<br />
hace cientos de años. Los asnos<br />
han ocupado el lugar que<br />
dejaron las vacas negras terrenas<br />
que fueron sacrificadas en<br />
una campaña de sanidad animal<br />
de hace años. El mes de<br />
marzo es tiempo del esquileo<br />
de los burros, y «Paloma», de<br />
veinte años, y «Furia», de siete,<br />
ya tienen necesidad de recortar<br />
su larga pelambrera.<br />
La tierra recibe una segunda<br />
vuelta con el arado en una jornada<br />
que ha comenzado a media<br />
mañana. Quizás es un poco<br />
tarde, pero es que el campesino<br />
estuvo la noche anterior en<br />
un concierto de homenaje a<br />
Verdi en el Auditorio Nacional<br />
de Madrid. Fue un buen concierto,<br />
quizás con demasiados<br />
saludos y reverencias –señala el<br />
labrador–, a quien le gusta más<br />
la zarzuela y aunque sus gustos<br />
musicales los manifiesta tocando<br />
la caja o el tamboril.<br />
Terminada la faena el campesino<br />
sembrará una parte de tirabeques,<br />
una legumbre parecida<br />
a los guisantes y las judías<br />
verdes, en otra parte cultivará<br />
garbanzos y en otra sandías y<br />
tomates. En otra finca propiedad<br />
del Obispado, y de la que<br />
es arrendatario, sembrará ave-
76 RUTA DE LOS LABRADORES<br />
na, mientras que el año pasado<br />
sembró cebada, garbanzos y<br />
algarrobas.<br />
Al viajero que se acerca por<br />
la zona todavía le asombra contemplar<br />
cerca de la ciudad de<br />
Avila cómo el hombre conquista<br />
la tierra utilizando para ello animales<br />
y antiguos aperos de labranza.<br />
Bien es verdad que<br />
nuestro caso es único y excepcional,<br />
por lo que su testimonio<br />
vivo tiene una especial relevancia<br />
en el conocimiento de nuestra<br />
historia.<br />
Todo el ciclo agrícola, tal y<br />
como transcurría antiguamente<br />
en el medio rural y con los mismos<br />
medios de entonces, se reproduce<br />
cada año, día a día, en<br />
las labores del campo que desarrolla<br />
nuestro singular y romántico<br />
personaje: Luis Pardo<br />
García, nacido en 1931, y el último<br />
labrador a la antigua usanza<br />
que queda en Avila. Luis trabaja<br />
la tierra con una pareja de<br />
burros, mantiene cuatro cabras<br />
y un gallinero, cultiva un fructífero<br />
huerto con gran variedad<br />
Luis Pardo.<br />
de árboles cuyos productos<br />
vende en el mercado abulense<br />
de los viernes, es tam- borilero<br />
y aficionado a la música clásica<br />
del Barroco, asiduamente visita<br />
la Biblioteca de Avila porque le<br />
gusta la lectura, es soltero y vive<br />
en Brieva.<br />
El padre de Luis vino de Aldea<br />
del Rey, un pueblo de Ciudad<br />
Real, en tiempos de la Dictudura<br />
de Primo de Rivera, allá<br />
por 1924. Llegó a Brieva como<br />
cantero para trabajar en las<br />
canteras de granito que se explotaban<br />
a cierto abierto en la<br />
zona, ante la demanda que exigían<br />
las obras de construcción<br />
de la doble vía del Ferrocarril<br />
del Norte. Todavía hoy puede<br />
escucharse el sonido del puntero<br />
golpeando las rocas producido<br />
por los últimos canteros del<br />
pueblo.<br />
Durante la Guerra Civil estalló<br />
una bomba o artefacto en la<br />
vía férrea junto a la estación de<br />
Mingorría. Por este sabotaje<br />
fueron fusilados tres inocentes,<br />
entre los que estaba el padre<br />
de Luis, quien trabajaba<br />
como cantero con el contratista<br />
Miguel Camarero,<br />
Alcalde de Mingorría durante<br />
la República. Esta<br />
muerte marcó el futuro de<br />
Luis, huérfano a los siete<br />
años y con una hermana<br />
cuatro años más pequeña.<br />
A temprana edad nuestro<br />
protagonista se inició<br />
en los trabajos del campo.<br />
Como labrador pronto logró<br />
componer una pequeña<br />
hacienda que adquirió<br />
a un tío suyo, a la vez que<br />
también criaba vacas de<br />
carne y vendía árboles frutales<br />
por cuenta de los viveros<br />
y algunos que él mismo<br />
había cultivado. Fue<br />
cazador de perro y palo, y<br />
vendedor ambulante de<br />
frutas y ultramarinos, sien-
RUTA DE LOS LABRADORES 77<br />
do capaz incluso de trabajar la<br />
piedra como su padre o construir<br />
una casa. Luis fue durante<br />
algún tiempo Teniente Alcalde<br />
de su pueblo y presume de ideas<br />
avanzadas y progresistas,<br />
por ello lamenta el conformismo<br />
de las gentes del campo y<br />
su sometimiento tradicional a<br />
los poderes políticos y religiosos<br />
establecidos. Con tanta actividad,<br />
Luis no ha encontrado<br />
tiempo para echarse novia y casarse,<br />
así que todavía permanece<br />
soltero.<br />
En la actualidad Luis sigue<br />
trabajando el campo y ejerciendo<br />
como labrador al modo tradicional,<br />
sin ayudarse de maquinaria<br />
alguna. Pero además<br />
de labrador, Luis es músico. Su<br />
afición a la música la desató a<br />
fuerza de escuchar a los antiguos<br />
dulzaineros y tamborileros<br />
que amenizaban procesiones y<br />
bailes durante las fiestas patronales.<br />
Así, a los quince años se<br />
convirtió en alumno del dulzainero<br />
Ambrosio Triviño, vecino<br />
del pueblo cercano de Mediana,<br />
quien también tocaba la caja<br />
y era miembro de la Banda<br />
de Avila. Desde entonces no ha<br />
parado de tocar el tamboril formando<br />
pareja con multitud de<br />
dulzaineros.<br />
La música sigue ocupando<br />
un lugar importante en su vida,<br />
tanto que diariamente ensaya<br />
con una caja china marcando el<br />
ritmo de las piezas que suenan<br />
en un radiocassette. Para esta<br />
tarea cuenta con un centenar<br />
de cintas que forman un<br />
gran repertorio de grabaciones<br />
de músicos populares como<br />
«Los Talaos» o «Polilo y Ojetete»,<br />
y músicos clásicos como<br />
Albinoni, su preferido, Bach o<br />
Haëndel.
78 RUTA DE LOS LABRADORES<br />
Al atardecer de cada día Luis<br />
recoge los animales. A paso<br />
lento, bajo la mirada de los guardianes<br />
custodios de la cárcel,<br />
y junto a sus paredones, pasan<br />
la pareja de burros y las cuatro<br />
cabras arropando a su amo.<br />
Primero guarda las cabras en<br />
una vieja casa comprada al<br />
Obispado, y luego los burros<br />
en la cuadra donde antes había<br />
vacas, no sin antes darles agua<br />
en el abravadero. Después da<br />
una vuelta por el gallinero para<br />
protegerlo de las zorras, las<br />
cuales ya han matado quince<br />
gallinas en los últimos días, por<br />
lo que hay que colocar un cepo<br />
y encerrar el gallo y las seis que<br />
quedan. Una vez guardado el<br />
ganado, Luis se sienta delante<br />
de la chimenea, que pronto empieza<br />
a llamear, y se dispone a<br />
comer unas sopas de leche que<br />
ya tiene preparadas. Después<br />
continúa la lectura inacabada<br />
del libro que ha sacado de la<br />
biblioteca, titulado «La agricultura<br />
en la Edad Media. Cuaderno<br />
de historia», sin olvidarse de<br />
leer la hoja diaria del calendario<br />
zaragozano que reposa sobre<br />
la chimenea. Sobre la ventana<br />
está la caja china y los palillos<br />
con los que, si se tercia,<br />
ensayará la percusión de alguna<br />
de sus piezas favoritas del<br />
compositor de dulzaina y tamboril<br />
Teófilo Sánchez «Talao», o<br />
del músico veneciano Albinoni<br />
(1671-1750).<br />
Además de arar la tierra, Luis<br />
desarrolla las faenas agrícolas<br />
que completan el ciclo anual de<br />
las cosechas, como son la siega,<br />
el acarreo, la trilla, la limpia<br />
y el ensacado del grano. En todas<br />
ellas utiliza la imprescindible<br />
pareja de burros, con los<br />
que conduce un destartalado<br />
carro al que le ha cambiado las<br />
ruedas de radios por unas viejas<br />
ruedas de goma recicladas<br />
de algún coche desguazado.<br />
El trabajo manual del campo<br />
supone un gran esfuerzo físico<br />
del que Luis parece no resentirse,<br />
pues, como él cuenta, los<br />
dolores esporádicos pasan de<br />
la espalda a una pierna, o a un<br />
brazo, pero no se detienen.<br />
Además para recuperarse de la<br />
fatiga suele pasar algunos días<br />
en la playa de Benidorm o Canarias.<br />
Por ello vive feliz en su<br />
pueblo y no entiende como la<br />
gente se hacina y amontona en<br />
las ciudades.
RUTA DE<br />
LOS CARRETEROS<br />
■ A DESTACAR. Los carros<br />
agrícolas y los carreteros, sus<br />
constructores y fabricantes,<br />
así como los labradores que<br />
aún utilizan vacas o burros como<br />
animales de tiro, constituyen<br />
hoy día importantes testimonios<br />
vivos de las señas de<br />
identidad del medio rural abulense.<br />
La relevancia de estas<br />
manifestaciones<br />
etnográficas debe<br />
apreciarse con<br />
especial sensiblidad,<br />
para lo cual<br />
se propone el siguiente<br />
viaje mágico.<br />
■ La ruta. El viajero<br />
amante de la<br />
cultura tradicional<br />
que se detiene<br />
en nuestros<br />
pueblos todavía<br />
puede contemplar<br />
y admirar la<br />
silueta de aquellos<br />
viejos carros<br />
que antaño recorrían<br />
los caminos<br />
y los campos<br />
agrícolas.<br />
■ Cómo llegar.<br />
En el recorrido<br />
que hacemos por<br />
los pueblos de la<br />
ribera del Adaja,<br />
tomamos primero el antiguo<br />
camino carretero de Avila-<br />
Arévalo que sigue paralelo a<br />
la margen derecha del río, y<br />
cuyo trazado coincide con la<br />
actual carretera N-403 de<br />
Avila-Valladolid y después<br />
continuamos por los caminos<br />
que cruzan el Adaja por Zorita<br />
y Navares, para llegar a<br />
Gotarrendura, Las Berlanas y<br />
Peñalba.<br />
■ Qué ver. Carros abandonados<br />
a su suerte que permanecen<br />
inmutables en un<br />
rincón de las eras, o bajo un<br />
tinao medio arruinado. También<br />
los hay en buen estado<br />
de conservación y expuestos<br />
como piezas de museo entre<br />
el caserío de alguna finca. Incluso,<br />
y esto es sorprendente,<br />
aun hay carros que siguen<br />
siendo tirados por vacas o burros.<br />
■ Aliciente. La importancia<br />
de los carros en el medio rural<br />
fue tan grande que la posibilidad<br />
de poder entretenernos<br />
todavía hoy en su contemplación<br />
supone un viaje mágico a<br />
través de la pequeña historia<br />
de nuestros pueblos.
80 RUTA DE LOS CARRETEROS<br />
Carro de mulas en Blascosancho.<br />
Por los caminos, el rechinar<br />
de las ruedas de los carros<br />
y el sonido de las campanillas<br />
de las caballerías marcaban el<br />
ritmo de bellas canciones de<br />
oficio con las que se distraían<br />
los arrieros y trajinantes en su<br />
deambular solitario. El chirrido<br />
era una de las señas de identidad<br />
con la que se caracterizaba<br />
cada carro, tanto que incluso se<br />
colocaban en los ejes de las<br />
ruedas unas arandelas de hierro<br />
con el único fin de hacerlas<br />
sonar con el mismo movimiento<br />
del carro.<br />
Hemos visto carros en Mingorría,<br />
Zorita, Gallegos de San<br />
Vicente, Brieva, Velayos, Vega<br />
de Santa María, Pozanco, Blascosancho,<br />
Gotarrendura, Las<br />
Berlanas, Monsalupe y Peñalba.<br />
Carros actualmente<br />
en uso, tirados por<br />
vacas o por burros, todavía<br />
pueden observarse<br />
en los pueblos<br />
de Gallegos de San<br />
Vicente y Brieva, donde<br />
aún se utilizan en<br />
las faenas agrícolas,<br />
los cuales hace décadas<br />
desaparecieron de<br />
la Moraña. Estos carros<br />
son todos ellos de<br />
ruedas de radios con<br />
llanta de hierro o ferradas.<br />
Entre los carros localizados<br />
destacan los carros<br />
pintados característicos de la<br />
tierra llana, sobre los que el viajero<br />
se pregunta por los artífices<br />
de tanto arte. Sabemos entonces<br />
que la carretería era la actividad<br />
artesana que consistía en<br />
fabricar carros y aperos de labranza<br />
con los que se desarrollaban<br />
una parte importante de<br />
las faenas agrícolas. La historia<br />
y evolución de la fabricación de<br />
carros se remonta, a su vez, a<br />
la historia del transporte sobre<br />
ruedas. Desde que a finales del<br />
cuarto milenio antes de Cristo<br />
fuera inventada la rueda, la necesidad<br />
de trasladar y desplazar<br />
cualquier objeto aprovechándose<br />
de discos giratorios<br />
de madera ha condicionado la<br />
forma que han adoptado los<br />
distintos carros y carretas que<br />
se conocen.<br />
Carro de vacas.
RUTA DE LOS CARRETEROS<br />
Los carros han tenido una<br />
gran relevancia para la agricultura,<br />
tanto que se hizo indispensable<br />
en los trabajos<br />
del campo a partir de mediados<br />
del siglo XVIII. Por eso<br />
destacaban los talleres de<br />
carretería como importantes<br />
centros de producción artesana,<br />
y el carretero o constructor<br />
de carros gozaba de<br />
un cierto prestigio entre la<br />
población, como hombre orgulloso<br />
de su oficio y conocedor<br />
de técnicas y saberes<br />
superiores a los conocimientos<br />
de los labradores, como<br />
escribe Alonso Ponga en su<br />
libro sobre carros. Siguiendo<br />
a este autor diremos que si,<br />
además, el carretero domina<br />
el arte de la fragua y la sierra,<br />
acaba siendo y haciéndose<br />
imprescindible.<br />
Pues bien, estas cualidades<br />
se daban en el carretero<br />
de Peñalba Gumersindo Gil, en<br />
cuyo taller estaban empleados<br />
también sus hijos Clementino y<br />
Epigmenio, de este último todavía<br />
pueden escucharse sus enseñanzas<br />
junto a un bello carro<br />
que fabricó en 1947 y que se<br />
conserva en Zorita de los Molinos,<br />
o bien mientras construye<br />
uno nuevo en miniatura. Gumersindo<br />
había nacido en Villanueva<br />
del Aceral, después vivió<br />
en Constanzana y aprendió<br />
el oficio en un taller que había<br />
en Crespos, llegando a Peñalba<br />
de Avila en los años veinte,<br />
donde ejercía de carretero Juan<br />
Alcalde, cuando accedió a la<br />
plaza de herrero de la localidad<br />
mediante concurso convocado<br />
por el Ayuntamien-to para atender<br />
la fragua del común.<br />
En Mingorría, el taller de carretería<br />
situado en la antigua carretera<br />
de Avila estaba regentado<br />
a principios de siglo por<br />
Casimiro Serrano, descendiente<br />
de una familia de carreteros<br />
El carretero de Peñalba.<br />
de la vecina localidad de Velayos.<br />
A Casimiro le sucedió en el<br />
oficio Heliodoro Alfayate, quien<br />
llegó desde Riocabado donde<br />
su padre también tenía un taller<br />
de carros. Todavía hoy, a las<br />
afueras de Mingorría, en una<br />
finca situada junto a la carretera<br />
N-403, pueden verse hasta<br />
media docena de carros de distintas<br />
clases desperdigados por<br />
la parcela, como si estuvieran<br />
en la era.<br />
En Velayos, Urbano Serrano<br />
aprendió el oficio de carretero<br />
en el taller que abrió su abuelo<br />
llegado de Madrigal de las Altas<br />
Torres. Urbano, junto con<br />
su hermano Catalino, regentó<br />
después el taller de su abuelo y<br />
con él trabajaban cinco artesanos<br />
de la madera y un herrero.<br />
Un segundo taller de construcción<br />
de carros en Velayos, cercano<br />
al anterior y a cual más<br />
importante, era atendido por los<br />
hermanos «Kaiser», Julián y An-
82 RUTA DE LOS CARRETEROS<br />
drés; Julián, además, era el sacristán<br />
del pueblo, cargo que<br />
después fue heredado por su<br />
sobrino Leoncio. Completaban<br />
la actividad artesanal de la madera<br />
los carpinteros tío Trifón y<br />
tío Calixto.<br />
Llama la atención en este pueblo<br />
la existencia de una interesante<br />
colección particular de<br />
Carros en Velayos.<br />
Baltasar Monteagudo, formada<br />
por decenas de carros y numerosísimos<br />
aperos y útiles de labranza<br />
y otras antigüedades. Su<br />
propietario presta estos carros<br />
para el rodaje de películas y su<br />
peculiar museo sirve para ambientar<br />
una gran variedad de escenas<br />
cinematográficas. Igualmente,<br />
a la entrada de la localidad,<br />
delante del bar El Chiringuito<br />
dos hermosos carros procedentes<br />
de la citada colección<br />
engrandecen la perspectiva de<br />
los campos cerealistas.<br />
Otros talleres carreteros que<br />
destacaron por su importancia<br />
en La Moraña y Tierra de Arévalo<br />
fueron los de Aveinte, Albornos,<br />
Flores de Avila y Adanero.<br />
En esta última localidad fue<br />
famoso el taller de Jesús Crespo.<br />
Sin salir de la provincia, en<br />
la comarca de Barco-Piedrahíta<br />
fueron relevantes los talleres<br />
de Hoyos de Miguel Muñoz<br />
y La Aldehuela entre<br />
otros. Estos talleres proliferaron<br />
hasta mediado el<br />
siglo XX, momento en el<br />
que la mecanización del<br />
campo se generalizó provocando<br />
su cierre.<br />
Los carros que se fabricaban<br />
eran de yugos,<br />
de varas y de vacas, o<br />
más simples y pequeños<br />
como carretas, dispuestos<br />
para ser tirados por<br />
caballos, mulas, vacas e<br />
incluso burros. Los carros<br />
eran utilizados para el<br />
transporte de la mies una<br />
vez segada en el campo<br />
hasta la era. El grano ensacado<br />
se llevaba después<br />
en carro hasta las<br />
paneras, y lo mismo ocurre<br />
con la paja desde la<br />
era hasta el pajar. El carro<br />
se utilizaba también en<br />
las mudanzas familiares<br />
y portes de cualquier clase;<br />
con él se formaban las plazas<br />
de toros durante las fiestas<br />
y era aprovechado por los<br />
mozos para rondar por las calles,<br />
mientras que en tiempos<br />
difíciles servían para hacer barricadas<br />
y parapetos como barrera<br />
defensiva.<br />
Los canteros, albañiles, chocolateros,<br />
fruteros y huertanos<br />
se aprovechaban de los carros<br />
agrícolas para el transporte de<br />
productos y materiales propios<br />
de su actividad, como también<br />
lo hacían los ayuntamientos en<br />
la ejecución de obras municipales.
RUTA DE LOS CARRETEROS 83<br />
Carro sin pintar en Gallegos.<br />
La madera era la materia<br />
prima empleada en<br />
la fabricación de carros,<br />
y se obtenía de los árboles<br />
de la zona, entre<br />
los que destacan el negrillo<br />
o álamo negro, el<br />
pino, el fresno y la encina.<br />
El hierro procedente<br />
de Bilbao se adquiría en<br />
Avila y con él se formaba<br />
el aro de las ruedas<br />
una vez moldeado en la<br />
fragua del taller, y también<br />
se realizaban el eje<br />
de las ruedas y demás<br />
piezas de hierro.<br />
Finalmente, si el carro<br />
era de mulas, éste se decoraba<br />
y pintaba como un verdadero<br />
cuadro con multitud de motivos<br />
florales, marinos o figurativos<br />
por verdaderos artistas. Entre<br />
los pintores de carros hay que<br />
destacar el trabajo de Felipe Velayos,<br />
vecino de Cardeñosa, y<br />
de su maestro Justo López, pintor<br />
de Peñalba. Ambos aparecen<br />
como autores de la mayoría<br />
de los carros pintados en la<br />
zona durante los años cuarenta.<br />
El hijo de Justo, Justino López<br />
Jorge, siguió la tradición<br />
paterna desempeñando también<br />
el oficio de pintor, y fruto de<br />
sus estudios de pintura y dibujo<br />
ha sido la reciente exposición<br />
de óleos que ha tenido lugar en<br />
el Casino Abulense durante el<br />
pasado mes de octubre.<br />
Para la reparación y mantenimiento<br />
de los carros, la mayoría<br />
de los pueblos contaban<br />
con carpinteros y herreros, artesanos<br />
todos ellos que también<br />
han contribuido al desarrollo de<br />
las actividades propias del trabajo<br />
en el campo.<br />
Zorita de los Molinos. Carro pintado.
84 RUTA DE LOS CARRETEROS<br />
¡Que viene el carro!, gritaban<br />
los niños en la plazuela.<br />
Más allá de los barbechos<br />
juegan las cigüeñas<br />
a cantar: «Que ruede el carro,<br />
que el carro ruede la rueda».<br />
Carro de mulas en la era.
RUTA DE LOS PASTORES<br />
■ A DESTACAR. Los pastores<br />
representan el mantenimiento<br />
de una de las actividades<br />
ganaderas más antiguas<br />
de la civilización, la cual se desarrolla<br />
del mismo modo que<br />
en el principio de los tiempos.<br />
La imagen de los pastores en<br />
el campo sigue siendo una escena<br />
llena de una gran plasticidad<br />
y belleza que no debe<br />
pasar desapercibida para los<br />
viajeros.<br />
■ La ruta. El viaje propuesto<br />
surge de improviso cuando<br />
nos aventuramos por los caminos<br />
que surcan los campos,<br />
pues es frecuente avistar<br />
un rebaño de ovejas. Especial<br />
atención merece el esquileo<br />
que tiene lugar a lo largo del<br />
mes de mayo y la inquietud<br />
artística que surge en el llamado<br />
arte pastoril, de igual<br />
manera sorprende la inspiración<br />
literaria que tuvo el escritor<br />
Azorín con un pastor de<br />
Monsalupe.<br />
■ Cómo llegar. Los rebaños<br />
de ovejas que cuidan solitarios<br />
pastores abundan en todos<br />
los campos de la zona<br />
del Adaja, por lo que es fácil<br />
su contemplación, basta con<br />
mirar atentos al horizonte. En<br />
todos los pueblos hay cijas<br />
y encerraderos de ovejas. Para<br />
admirar el trabajo en vivo<br />
de fabricación de objetos artísticos<br />
hay que acercarse por<br />
la carretera que va desde Mingorría<br />
a Zorita, y a no tardar<br />
seguro que aparece la figura<br />
de Federico con una talla<br />
en la mano. El escenario que<br />
imaginó Azorín es fácil descubrirlo<br />
en Monsalupe, por lo<br />
que basta con llegar hasta el<br />
pueblo.<br />
■ Qué ver. Para Admirar la<br />
simbiosis que se forma entre<br />
pastores y ovejas inmersos<br />
en un paisaje singular, siempre<br />
es bueno charlar con estos<br />
auténticos hombres del<br />
campo. La fiesta del esquileo<br />
se celebra todos los años en<br />
cada cija o aprisco. Objetos<br />
del arte pastoril pueden admirarse<br />
en las manos de su<br />
autor por las tierras de Zorita<br />
y Mingorría. Los pastores de<br />
Monsalupe y su montecillo de<br />
encinas permanecen inmutables<br />
como antaño imaginó<br />
Azorín.<br />
■ Aliciente. Descubrir el paisaje<br />
conquistado por los pastores<br />
y sus rebaños como si<br />
el tiempo se hubiera detenido<br />
hace miles de años, lo que<br />
llamó la atención de Azorín,<br />
y admirar las sugestivas piezas<br />
de arte pastoril fabricadas<br />
desde la intuición de sus<br />
artífices.
RUTA DE LOS PASTORES<br />
EL PASTOREO<br />
El pastoreo y la cría de ovejas<br />
continúa siendo una de las<br />
ocupaciones que se mantienen<br />
dentro de la tradición agrícola y<br />
ganadera de los pueblos del entorno<br />
de la ribera del Adaja, al<br />
igual que ocurre en la mayoría<br />
de los pueblos de la provincia.<br />
La cría del ganado ovino para<br />
la obtención de lana y carne ha<br />
sido una actividad característica<br />
de las formas de vida en el medio<br />
rural.<br />
Aunque desapareció la actividad<br />
textil, la cría de ovejas y el<br />
arte del pastoreo siempre han<br />
perdurado. Los labradores descubrieron<br />
el beneficio económico<br />
que les supondría la posesión<br />
de rebaños que,<br />
aprovechando los pastos<br />
de las tierras de<br />
barbecho y las de la<br />
rastrojera, no sólo aumentaría<br />
su renta con<br />
la producción de lana<br />
y carne, sino que además<br />
les proporcionaba<br />
abono orgánico<br />
bueno y barato, lo que<br />
dio lugar al pastoreo<br />
estable, el cual llegó<br />
a alcanzar tal importancia<br />
que consagró<br />
el dicho popular de<br />
que «antes labrador<br />
sin orejas que sin<br />
ovejas».<br />
pueblos. Con ello se obtiene<br />
una importante cantidad de lana<br />
que, normalmente, ronda los<br />
dos kilos y medio por oveja.<br />
El día del esquileo constituía<br />
un día «festivo» dentro de la actividad<br />
agropecuaria de las gentes<br />
que viven en el medio rural,<br />
de ahí el dicho popular conocido<br />
en Mingorría:<br />
«Tres días hay en el año<br />
que relucen como el sol:<br />
la matanza, el esquileo<br />
y el día de la función».<br />
Ciertamente, la llegada de<br />
los esquiladores alegraba la vida<br />
familiar en un ritual donde,<br />
además de la tarea propia de<br />
esquilar ovejas, se degustaba la<br />
chanfaina (arroz con asadura),<br />
el cocido con carne de carnero<br />
y garbanzos de «cura», y la caldereta<br />
o guisado de carne de<br />
oveja, y al final de la jornada se<br />
cantaban coplas al son del almirez.<br />
EL ELQUILEO<br />
El esquileo de las<br />
ovejas todavía es una<br />
de las tradiciones pastoriles<br />
más peculiares<br />
que, año tras año, se<br />
realizan en las cijas o<br />
apriscos de nuestros
RUTA DE LOS PASTORES 87<br />
La temporada de esquileo comienza<br />
a finales de abril y se extiende<br />
hasta principios de junio.<br />
En este tiempo una cuadrilla de<br />
tres esquiladores esquilan unas<br />
treinta y cinco mil ovejas. Los<br />
esquiladores suelen ser vecinos<br />
de los pueblos de la zona, aunque<br />
también llegan de Extremadura,<br />
viéndose incluso alguna<br />
cuadrilla de polacos.<br />
Siguiendo la tradición agropecuaria,<br />
los ganaderos disponen<br />
sus rebaños de ovejas para<br />
el esquileo. Los pastores ligan<br />
las ovejas atando sus cuatro<br />
patas y se las acercan a los<br />
esquiladores. La lana se corta<br />
de tal modo que el vellón se desprende<br />
en una sola pieza, como<br />
si fuera una pequeña manta, la<br />
cual es recogida sabiamente<br />
formando una especie de apretado<br />
ovillo, tal y como se hacía<br />
antiguamente. La cuadrilla de<br />
esquiladores utilizan para su oficio<br />
maquinillas eléctricas, sustituyendo<br />
a las antiguas tijeras<br />
de gran tamaño. El ritmo de trabajo<br />
impuesto hará que el esquileo<br />
del rebaño dure<br />
unas dos jornadas.<br />
Finalizado el esquileo,<br />
los vellones de lana quedan<br />
apilados en espera<br />
del momento más favorable<br />
par la venta a intermediarios<br />
que se la llevarán<br />
envasada en grandes<br />
sacas.<br />
EL ARTE PASTORIL<br />
En nuestro afán por<br />
reencontrarnos con la<br />
cultura popular, y más<br />
concretamente con sus<br />
creadores, hombres y<br />
mujeres sencillos y anónimos<br />
que aparecen provistos<br />
de una especial<br />
sabiduría como fruto de<br />
su peculiar percepción<br />
de las cosas, nos hemos<br />
acercado en esta ocasión<br />
al llamado «arte pastoril»,<br />
ese trabajo artesano que desarrollan<br />
los pastores casi de la nada,<br />
quienes sin saberlo producen<br />
obras de indudable valor.<br />
Para conocer mejor las cualidades<br />
artísticas de algunos pastores<br />
nos detenemos en los<br />
campos que se bañan en la ribera<br />
del río Adaja, en Zorita y<br />
Mingorría. Aquí, en los altozanos,<br />
llanos y vaguadas, donde<br />
comienzan las tierras cerealistas<br />
de La Moraña abulense, pastorea<br />
un hombre delgado y enjuto,<br />
tiene la piel curtida por el<br />
sol y el viento, lleva en la cabeza<br />
una boina negra calada sobre<br />
el pelo blanco o una gorra<br />
visera, que en verano sustituye<br />
por un sombrero de paja. Una<br />
gancha le cuelga del brazo derecho,<br />
calza albarcas, sandalias<br />
o botas de cuero sobre<br />
gruesos calcetines, el morral lo<br />
lleva en bandolera o sobre el<br />
hombro izquierdo. También va<br />
provisto de una zamarra de<br />
cuero para el frío y de un anorak<br />
para la lluvia.
88 RUTA DE LOS PASTORES<br />
De vez en cuando escucha<br />
un pequeño transistor que lleva<br />
consigo, aunque prefiere la<br />
conversación con las gentes<br />
del campo. Adopta una postura<br />
con la cabeza agachada mientras<br />
camina, e incluso cuando<br />
se detiene en su deambular con<br />
las ovejas, porque con la mirada<br />
tiene que atender sus manos<br />
que articulan repetidos movimientos.<br />
Entre ellas brilla una<br />
pequeña hoja de navaja que se<br />
clava mecánicamente sobre trozos<br />
de madera, huesos o cuernos<br />
de vaca. De vez en cuando<br />
levanta la vista sobre el rebaño<br />
que le rodea bajo la vigilancia<br />
atenta de los perros. Este hombre<br />
de pocas palabras trabaja<br />
con el ganado y crea arte en el<br />
anonimato, disfruta con su obra<br />
y sueña con poder labrar en<br />
Federico labrando una escultura.<br />
madera una gran pieza que represente<br />
al caballero de «Avila<br />
de los Caballeros». Su vida ha<br />
transcurrido siempre en el campo<br />
junto a las ovejas, y del silencio<br />
interrumpido por los balidos,<br />
que suenan ya como las<br />
olas del mar, le ha llegado la<br />
inspiración y la intuición para<br />
recrear figuras labradas.<br />
Este pastor no es otro que<br />
Federico Gómez Caballero.<br />
Nació hace casi 60 años en el<br />
pueblo abulense de Casasola,<br />
y es el último de una larga generación<br />
de cuidadores de ovejas.<br />
A los doce años ya era zagal<br />
en Extremadura mientras su<br />
padre y su abuelo cuidaban rebaños<br />
en la sierra abulense.<br />
Unos años después se trasladó<br />
a la dehesa de Aldealgordo y<br />
posteriormente a San Esteban<br />
de los Patos, y siempre detrás<br />
de las ovejas. Finalmente,<br />
en los años<br />
setenta se instaló en<br />
la capital abulense y<br />
con él vino su mujer, y<br />
en Avila vió nacer a<br />
sus tres hijos, los cuales<br />
hoy ya ejercen sus<br />
carreras universitarias.<br />
Aunque el hogar familiar<br />
está en la ciudad,<br />
Federico se desplaza<br />
todos los días hasta<br />
Mingorría y Zorita donde<br />
pastorea un rebaño<br />
de ovejas, al igual<br />
que antes lo hacía por<br />
las tierras de Berrocalejo.<br />
Su inquietud artística<br />
empezó a desarrollarla<br />
tardiamente,<br />
pues antes sólo tallaba<br />
piezas sin labrar,<br />
aunque en su casa había<br />
visto objetos labrados<br />
por su bisabuelo.<br />
Ahora su visión plástica<br />
de las cosas se recrea<br />
en las piezas de<br />
artesanía que modela<br />
entre sus manos, plas-
RUTA DE LOS PASTORES 89<br />
Mortero.<br />
Federico labrando un cuerno.<br />
mando así imágenes transformadas<br />
en figuras caracterizadas<br />
por su peculiar percepción<br />
de lo que le rodea.<br />
La inspiración le llega de la<br />
contemplación de la propia<br />
naturaleza, aunque también<br />
se deja contagiar por algunas<br />
fotografías que le cautivan.<br />
Federico también recuerda<br />
cómo su padre y su abuelo<br />
se entretenían en tallar<br />
morteros y cucharas que luego<br />
irían a parar a los hogares<br />
de familiares y amigos, y<br />
también a algún rincón olvidado.<br />
El cuidado del rebaño exige<br />
jornadas monótonas y<br />
aburridas de sol a sol y expuestas<br />
a las inclemencias del<br />
tiempo, pero el pastor ha sabido<br />
combinar este tiempo de soledad<br />
con el trabajo artesanal<br />
de sus manos, produciendo interesantes<br />
obras labradas en<br />
madera, huesos y cuernos.<br />
La capacidad creativa del<br />
hombre, como expresión de cualidades<br />
artísticas innatas de la<br />
persona, queda perfectamente<br />
reflejada en los objetos artesanos<br />
que realizaban los pastores<br />
con una pequeña navaja, mientras<br />
tenían la vista puesta en los<br />
rebaños. La formación académica<br />
suele estar ausente en la<br />
actividad creadora del llamado<br />
arte popular –arte sin conciencia<br />
de serlo–, y este es el caso<br />
del conocido como arte pastoril,<br />
donde se combinan aspectos<br />
mágicos, míticos y legendarios<br />
nacidos de la intuición e<br />
imaginación de los pastores.<br />
Nuestro protagonista, Federico<br />
Gómez Caballero, es pastor<br />
de ovejas y «escultor», trabajos<br />
que simultanea actualmente<br />
por los campos donde<br />
pastorea, es quizás uno de los<br />
últimos artesanos activos que<br />
quedan en el medio rural, dedicado<br />
al mismo tiempo a la ganadería<br />
y al arte, lo que hace en<br />
una unidad de acto. En su salida<br />
diaria al campo lleva siempre<br />
en el morral una tabla, un<br />
trozo de madera, un hueso o un<br />
cuerno, a los que da vida con<br />
formas animadas a base de raspaduras,<br />
cortes y hendiduras<br />
de navaja, mientras las ovejas<br />
pastan y los perros vigilan.<br />
La obra de Federico sobrepasa<br />
el centenar de piezas y<br />
es testimonio vivo del arte pastoril.<br />
Los objetos que esculpe<br />
hoy ya no tienen la utilidad de<br />
antaño, por lo que su único valor<br />
es el meramente artístico<br />
y decorativo. Efectivamente, las<br />
cucharas de hueso, las colodras<br />
o cuernas, o los morteros<br />
y jarrones de madera no se
90 RUTA DE LOS PASTORES<br />
Bajorrelieve.<br />
destinan al uso doméstico para<br />
el que originalmente fueron ideados,<br />
de ahí una mayor libertad<br />
para imaginar sin atender a necesidades<br />
cotidianas o de entretenimiento.<br />
Prueba de esta<br />
fuerza creativa son los numerosos<br />
bajorrelieves tallados en madera<br />
donde se dibujan escenas<br />
de la más variada temática, ajenas<br />
a la vida rural. Estas tablas<br />
no cumplen ninguna función o<br />
servicio, tan sólo son muestras<br />
de la expresión plástica de su<br />
autor. La madera utilizada suele<br />
ser nogal o espino blanco.<br />
Las obras de Federico podemos<br />
clasificarlas, según la forma<br />
y el material empleado, en<br />
bajorrelieves y figuras de madera,<br />
morteros, cuernos o colodras,<br />
y huesos. La técnica empleada<br />
en todos los casos es la<br />
misma: con la única ayuda de<br />
una navaja labra figuras en relieve<br />
sobre el material que ha<br />
seleccionado y preparado al<br />
efecto, lo que hace directamente,<br />
sin plantillas ni bocetos previos.<br />
El resultado suele ser una<br />
composición figurativa sobre<br />
un fondo que contribuye a la<br />
escenificación de los personajes<br />
labrados.<br />
La temática de los relieves<br />
y figuras suele ser común, con<br />
independencia del material empleado,<br />
así cabe destacar los<br />
siguientes motivos: retratos, monumentos<br />
abulenses, paisajes<br />
urbanos, imágenes religiosas,<br />
animales salvajes y domésticos,<br />
escenas taurinas, cacerías, faenas<br />
agrícolas, personajes literarios.<br />
En hueso, por su singularidad<br />
y tamaño, llaman la atención<br />
algunos llaveros y pendientes,<br />
empuñaduras de bastón<br />
y cucharas.<br />
Ante una producción artística<br />
tan extensa y variada sobresale<br />
una escultura de madera que<br />
representa la imagen de San<br />
Juan de la Cruz. La figura tiene<br />
un metro de alta y sobrepasa<br />
la categoría del arte pastoril<br />
para entrar de lleno en el arte<br />
mayor de la escultura, aunque<br />
la técnica empleada ha sido<br />
la misma. Lógicamente, por su<br />
tamaño, la madera ha debido<br />
labrarse en un lugar estable,<br />
habiendo sido éste la propia<br />
cija donde se recogen las ovejas.<br />
Esta imagen, ya terminada<br />
por encargo, se encuentra en la<br />
iglesia de la Concepción de Avila<br />
capital.<br />
Le gusta a Federico mostrar<br />
sus obras al gran público, como<br />
una forma de contagiar sus<br />
sentimientos y de enseñar la<br />
pequeña historia gráfica que<br />
escribe con su navaja, y lo hace<br />
desde su noble condición de<br />
pastor de ovejas que conoce<br />
bien el campo y la naturaleza<br />
humana, por ello, han sido varias<br />
las exposiciones donde ha<br />
enseñado su obra.<br />
ANECDOTA LITERARIA<br />
Azorín, publicó en la revista<br />
«Blanco y Negro» del 6 de mayo<br />
de 1928 un breve relato imaginario<br />
sobre un pastor de Monsalupe,<br />
bajo el título «La amada<br />
patria. Padrón de españoles». A<br />
continuación se transcribe íntegramente<br />
dicho relato.
RUTA DE LOS PASTORES 91<br />
«Prologuillo galeato.–En mis<br />
andanzas por tierras españolas,<br />
singularmente por Castilla,<br />
he ído tomando notas, más notas,<br />
muchas notas. Forman esos<br />
apuntes, en mi modesta biblioteca,<br />
varios legajos. De uno de<br />
ellos escojo las notas que van a<br />
continuación (...), redactadas en<br />
forma de padrón de vecinos,<br />
con algunas añadiduras y con<br />
una sección de horóscopos, en<br />
que el autor se ha divertido en<br />
adivinar la suerte futura de los<br />
personajes bosquejados.<br />
Martín Cano Tejada.–Natural<br />
de Monsalupe, provincia de Avila;<br />
también pastor, es decir, zagal;<br />
catorce años. Bien proporcionado;<br />
miembros sólidos y<br />
elegantemente esculpidos. Faz<br />
simpática; tez de un moreno,<br />
curtido, bronceado; ojos claros<br />
y de viva bondad y simpatía.<br />
Gobierna un corto hato de<br />
ovejas; todas le quieren; él tiene<br />
una pedilecta: la Remirada.<br />
Cuando come le da un pedazo<br />
de pan. Ha sido siempre pastor;<br />
es hijo de pastores; ahora está<br />
al frente de una punta de ovejas;<br />
cuando sea mayor, cuando<br />
su padre sea viejo y no pueda<br />
andar por los montes, él se pondrá<br />
al frente del rebaño grande.<br />
Esto piensan los padres de<br />
Martín; pero el porvenir es otro.<br />
Y es otro de acuerdo con los<br />
presentimientos de la madre; la<br />
madre del pastorcito siempre ha<br />
tenido la secreta tristeza de que<br />
Martinito fuera pastor. Este niño<br />
tan bello, con tan claros ojos,<br />
con una faz que irradia tan simpatía,<br />
tal bondad, ¿había de ser<br />
siempre un rudo apacentador<br />
de ovejas Y la madre de Martinito<br />
tenía razón.<br />
Horóscopo.–Un día la marquesa<br />
de Valmina desea, por<br />
Navidad, hacer, en su palacio<br />
de la calle de Fuencarral, un nacimiento<br />
al vivo. Los montes en<br />
que pacen los ganados a que<br />
hemos hecho antes referencia<br />
son de la marquesa de Valmina.<br />
Edad de la marquesa: cuarenta<br />
y cinco años. Estado: viuda. Para<br />
satisfacer su deseo, la marquesa<br />
hace venir del monte a<br />
Martinito y a su oveja predilecta,<br />
la Remirada; otros pastores vienen<br />
también; otras ovejas –con<br />
algún mastín guardador– son traídas,<br />
asimismo. La función que<br />
se celebra en el teatro del palacio<br />
es espléndida; Rodrigo Farinós,<br />
especialista en comedias<br />
sacras, ha escrito el texto de la<br />
obra que se representa en el tea-<br />
Pastoreando en Monsalupe.
92 RUTA DE LOS PASTORES<br />
tro. Martinito encanta a todos<br />
por su belleza varonil y sus palabras<br />
sencillas y cordiales. Durante<br />
la representación, se apaga<br />
la luz eléctrica: una avería lamentable.<br />
De pronto, Martinito<br />
se siente envuelto en un ambiente<br />
de penetrante perfume, y<br />
unos labios carnosos, frescos,<br />
húmedos, se apoyan, un segundo,<br />
con pasión, con ímpetu, en<br />
su cara... Al hacerse otra vez la<br />
luz, por allí dentro, entre bastidores,<br />
no se sabe dónde, se oye,<br />
repentinamente, un golpe, como<br />
una bofetada, y a seguida<br />
voces coléricas, imprecaciones,<br />
denuestos, llantos. A la mañana<br />
siguiente, antes de ser de día,<br />
despiertan violentamente a Martinito,<br />
y casi a empellones lo meten<br />
en un automóvil y lo llevan<br />
rápidamente a su majada.<br />
Un año después, una mañana,<br />
en La Gaceta, aparece el<br />
nombramiento de un señor para<br />
un cargo lejos de España. Un<br />
Campos de Monsalupe.<br />
mes después, Martinito es traído<br />
al palacio de la calle de Fuencarral.<br />
En el palacio, el pastorcito<br />
desempeña el oficio de ayudante<br />
del cocinero; pero pasa<br />
pronto de la cocina al comedor.<br />
Y en el comedor no es larga<br />
tampoco su estada. Ya Martín<br />
es un hombre alto, arrogante,<br />
esbelto, gallardo. Sus ojos claros,<br />
luminosos, atraen a todos.<br />
De mozo de comedor pasa a<br />
ser lacayo. Se va imponiendo ya<br />
en la casa.<br />
El administrador de la marquesa<br />
es un señor viejo, achacoso;<br />
Martín conoce ya toda la<br />
administración de la casa: no<br />
hay secreto para él; su opinión<br />
es requerida en los asuntos difíciles.<br />
Muere el administrador.<br />
Martín ocupa su cargo. De Martinito<br />
ha pasado a ser Martín;<br />
ahora es don Martín. Años más<br />
tarde será consejero de algunas<br />
importantes sociedades. Concurre<br />
al Casino de Madrid; tiene<br />
allí su tertulia; es sencillo, afable;<br />
no evita el hablar de sus orígenes<br />
humildes.<br />
Hay quien dice que está<br />
casado en secreto con la<br />
marquesa de Valmina; no<br />
se ha podido averiguar la<br />
verdad del caso; lo cierto<br />
es que cuando la marquesa<br />
muere, don Martín es su<br />
heredero universal; unos<br />
parientes de la marquesa le<br />
ponen pleito al heredero;<br />
Martín gana el pleito; como<br />
ha hecho un espléndido donativo<br />
para una fundación<br />
benéfica es recompensado<br />
con un título nobiliario: el<br />
de conde de Cano-Tejada.<br />
Está un poco enfermo; ¡lástima<br />
que el dinero no lo resuelva<br />
todo! Ahora, que es<br />
uno de los primeros accionistas<br />
del Banco de España,<br />
le falta la salud. Dentro<br />
de dos años, en agosto,<br />
morirá de un ataque de uremia,<br />
en Vichy».
RUTA DE LA MATANZA<br />
■ A DESTACAR. La tradicional<br />
matanza del cerdo continúa<br />
siendo un ritual que todavía<br />
se mantiene en el medio<br />
rural, tal y como relata Teófilo<br />
Domínguez (Mingorría, 1917-<br />
1995) en el texto que sigue.<br />
En Vega de Santa María y en<br />
Gotarrendura se celebra la<br />
fiesta de la matanza para todo<br />
el pueblo en un acto reivindicativo<br />
por mantener las costumbres<br />
típicas.<br />
■ La ruta. Descripción de<br />
una de las actividades más<br />
características de la vida de<br />
nuestros pueblos que continúan<br />
celebrándose en diciembre<br />
y enero de cada año, principalmente<br />
en fines de semana.<br />
La fiesta de la Vega suele<br />
ser a mediados de enero.<br />
■ Cómo llegar. El escenario<br />
de las típicas matanzas suele<br />
estar en las propias calles de<br />
los pueblos, por lo que es fácil<br />
acceder a su contemplación. La<br />
fiesta de Vega de Santa María<br />
se realiza en una parte del antiguo<br />
edificio escolar situado junto<br />
a la carretera que se dirige a<br />
Gotarrendura por Navares y comunica<br />
la N-403 y la AV-804.<br />
■ Qué ver. El ritual de la matanza<br />
que queda descrito puede<br />
vivirse en vivo en la mayoría<br />
de los pueblos, pudiendo<br />
también disfrutar de la fiesta<br />
que se organiza con tal motivo<br />
en La Vega y en Gotarrendura.<br />
Llama la atención la actividad<br />
que se genera entorno,<br />
donde hombres y mujeres tienen<br />
su cometido según las<br />
viejas costumbres.<br />
■ Aliciente. Conocer el proceso<br />
artesano de elaboración<br />
de productos cárnicos y alimenticios<br />
a partir del cerdo, el<br />
cual ha sido la base de la economía<br />
familiar de las gentes<br />
del campo durante siglos. Degustar<br />
cualquiera de dichos<br />
productos es una delicia.<br />
iguiendo los escritos<br />
«Sde Teófilo Domínguez<br />
Sanchidrián, cuya narración<br />
se reproduce literalmente,<br />
diremos que cada mañana<br />
los vecinos del pueblo sacaban<br />
sus cerdos al ejido y,<br />
junta la piara, el marranero<br />
o porquero los llevaba al<br />
campo a pastar, mas cuando<br />
se acercaba el invierno<br />
los marranos que habían alcanzado<br />
buena talla se mantenían<br />
en la pocilga sometidos<br />
a un cebo intensivo,<br />
preparándolos para la ya<br />
cercana matanza.<br />
El cebo de los cerdos<br />
consistía principalmente en<br />
salvados procedentes de la<br />
molturación del trigo, centeno<br />
en grano, y patatas coci-
RUTA DE LA MATANZA<br />
das (las patatas pequeñas despreciadas<br />
en la selección del<br />
tubérculo, vulgarmente llamada<br />
marraneras), con lo que se completaba<br />
la alimentación obtenida<br />
en el pastoreo. También, se<br />
compraban cebados en las dehesas<br />
de Navares, La Albariza<br />
o Las Gordillas, cerdos negros<br />
de montanera, los clásicos de<br />
raza ibérica muy ricos en grasa<br />
(llamados perrotes).<br />
La matanza comenzaba el<br />
día antes de la muerte del cerdo,<br />
ya que al atardecer se procedía<br />
a picar la cebolla para las<br />
morcillas, con lo que quien más,<br />
quien menos, lloraba por el cerdo<br />
antes de haberle matado.<br />
Llegaba la mañana se barría<br />
un trozo de la calle y se cubría<br />
de paja, dejando dicho espacio<br />
preparado para choscarrar el<br />
cerdo, y reunida la familia y algún<br />
vecino cogían al gordo animal<br />
agarrándole cada uno de<br />
donde podía, pero teniendo<br />
muy buen cuidado de que alguno<br />
le sujetara por las orejas para<br />
tener la cabeza inmóvil mientras<br />
otra persona le ataba fuertemente<br />
una cuerda rodeando<br />
el morro para que no pudiera<br />
morder; hecho esto le ponían<br />
sobre la mesa de matar, instrumento<br />
rústico formado por una<br />
gruesa tabla de encina o roble<br />
con cuatro patas».<br />
LA MUERTE DEL CERDO<br />
«Puesto el animal sobre la<br />
mesa, y sujeto a fuerza de puños<br />
y mañas, el matarife o el<br />
hombre que había de matarle<br />
se situaba detrás de la cabeza<br />
provisto de un cuchillo grande y<br />
bien afilado con el que le infería<br />
una puñalada en el cuello de<br />
abajo hacia arriba; a fin de cortar<br />
las yugulares para que sangre<br />
bien, pues no es la primera<br />
vez que después de dar por<br />
muerto a un cerdo éste se haya<br />
levantado al ir a choscarrarle.<br />
La sangre que fluía del cuello<br />
del cerdo se recogía en un barreño,<br />
removiéndola constantemente<br />
con un cucharón de madera<br />
o una vara, para evitar la<br />
coagulación, despojándola de<br />
la fibrina que en forma de hilos<br />
quedaba adherida al citado instrumento,<br />
cuya sangre se empleaba<br />
para hacer las morcillas,<br />
si bien una parte se dejaba coagular<br />
para consumirla cocida,<br />
pues frita con cebolla constituye<br />
un agradable alimento».<br />
EL CHOSCARRADO<br />
«Muerto el cerdo, se le colocaba<br />
sobre el lecho de paja que<br />
se había preparado previamente,<br />
dejando algún espacio entre<br />
los cerdos, si eran más de un<br />
animal, y se les cubría con pajas<br />
largas recogidas en los rastrojos,<br />
o con pajas de centeno<br />
que se tenían reservadas cuando,<br />
antiguamente, se ataban los<br />
haces con vencejos; se prendía<br />
fuego al conjunto y se vigilaba<br />
moviendo las pajas adecuadamente<br />
con una ahijada o un palo<br />
largo, para que no quedaran<br />
cerdas (pelos) sin quemar, y<br />
tampoco el exceso de fuego en<br />
alguna parte quemara la corteza;<br />
choscarrada la parte del lomo<br />
se volvían los cerdos poniéndolos<br />
panza arriba y se repetía<br />
la operación».
RUTA DE LA MATANZA 95<br />
EL CERDO EN CANAL<br />
«Una vez choscarrado el cerdo<br />
se le ponía sobre la mesa de<br />
matar, se raspaba todo él para<br />
quitarle los restos de ceniza y<br />
cerdas quemadas y se procedía<br />
a abrirle en canal haciéndole<br />
dos cortes longitudinales y<br />
paralelos desde el morro hasta<br />
la región anal, sacando así una<br />
cinta de tocino, la panceta, con<br />
lo quedaba al descubierto todo<br />
el interior del cuerpo, extrayéndose<br />
el vientre del animal formado<br />
por el estómago, intestinos,<br />
etc. y la asadura (hígado,<br />
corazón y pulmones)».<br />
LAVADO DE LAS TRIPAS<br />
«Los intestinos o tripas se lavaban<br />
cuidadosa y muy escrupulosamente,<br />
operación la más<br />
desagradable de la matanza y<br />
no precisamente por la clase<br />
de materia que se había de manipular,<br />
sino porque la hacían<br />
junto a la fuente con agua abundante<br />
y fría, lo cual quiere decir<br />
que las personas que lo realizaban,<br />
comúnmente las mujeres,<br />
teminaban la faena medio<br />
heladas; un eficaz remedio contra<br />
el frío consistía en una sopa<br />
en vino hecha con rebanadas<br />
de pan frito, caliente y bien azucarada.<br />
Extraídas las vísceras y las<br />
mantecas se cuelga el cerdo de<br />
un travesaño, anilla o gancho<br />
situado en el techo, para lo cual<br />
se ata con una coyunda que se<br />
pasa por el hueso del pubis, de<br />
ahí el dicho “colgar a uno del<br />
hueso del culo”».<br />
LAS MORCILLAS<br />
«El primer producto que se<br />
elabora en la matanza son las<br />
morcillas; la cebolla picada se<br />
mezcla con sangre, arroz cocido,<br />
a veces piñones, y algo de<br />
manteca, se salpimienta convenientemente<br />
y se embute en las<br />
tripas del intestino grueso; seguidamente<br />
se cuecen en caldera<br />
de cobre colgada de las<br />
llares sobre el fuego; es bueno<br />
aclarar que las llares consisten<br />
en una cadena con gancho que
96 RUTA DE LA MATANZA<br />
pende del interior de la chimenea.<br />
Algunas amas de casa suelen<br />
poner en la masa de las<br />
morcillas, o mondongo, algo de<br />
guindilla para hacer honor a la<br />
receta que especifica que «la<br />
morcilla de la curiosa, picante y<br />
sosa», es por otra parte manjar<br />
muy apreciado.<br />
Era costumbre mandar a las<br />
amistades y familia alguna morcilla<br />
y algo de caldo de cocerlas,<br />
el sabroso caldobaldo, pero<br />
a veces se mandaba sólo el<br />
caldo por lo que se hizo clásico<br />
el dicho: «caldobaldo sin morcilla,<br />
a la pailla» (pailla, palabra<br />
que no aparece en el diccionario<br />
y que sin embargo se empleaba<br />
para designar el horno<br />
de cocer pan que había en muchas<br />
casas, anejo a la cocina)».<br />
EL DESTACE<br />
«El segundo día de la matanza,<br />
una vez conocido el resultado<br />
del análisis que de la carne<br />
hubiera hecho el veterinario, se<br />
procedía a destazar el o los cerdos,<br />
lo que exigía cierta habilidad<br />
para separar cada una de<br />
las piezas, cortándolas adecuadamente<br />
y distribuyendo en las<br />
artesas cada parte según el destino<br />
que hubiera de dársele; por<br />
un lado, los jamones y paletas<br />
(éstas normalmente se solían<br />
deshuesar y picarlas para el<br />
embutido); por otro lado, los lomos<br />
y solomillos, las cintas de<br />
tocino de panceta, la careta o<br />
piel de la cabeza, así como el<br />
espinazo y otros huesos y las<br />
costillas, todo lo cual se ponía<br />
en un adobo compuesto por<br />
agua, sal, pimentón y orégano<br />
en el que se tenía varios días,<br />
secándolo después para comerlo<br />
como cecina o en diversos<br />
guisos; en cuando a los jamones<br />
y tocino, se sazonaban<br />
solamente con sal gorda. La carne<br />
destinada al embutido se<br />
clasificaba dejando la más magra<br />
y limpia a un lado para la<br />
longaniza y la más grasienta y<br />
sanguinolenta se destinaba a<br />
hacer chorizos en los que se<br />
echaban también el callo y el<br />
bofe (estos cocidos), quedando<br />
por otro lado las mantecas y las<br />
dos hojas de tocino, de las que<br />
también se cortaban las papadas<br />
que se echaban igualmente<br />
al adobo».<br />
CHICHARRONES,<br />
JAMONES Y EMBUTIDOS<br />
«Destazados los cerdos se<br />
llevaba a cabo la elaboración<br />
de los chicharrones, labor que<br />
consistía en freír las mantecas<br />
cortadas en trozos del tamaño
RUTA DE LA MATANZA 97<br />
de la palma de la mano y con<br />
ellas la cinta de la parte central<br />
del vientre, lo que se hacía en<br />
caldera colgada de las llares.<br />
Los jamones se apilaban y<br />
se les ponía peso encima para<br />
que la carne se apelmazara; se<br />
les tenía algún tiempo en la sal<br />
y luego se les colgaba bien para<br />
curarlos al aire, o bien puestos<br />
bajo la campana de la chimenea<br />
o cerca de ella para curarlos<br />
al humo.<br />
La labor final de la matanza<br />
era la confección del embutido;<br />
la carne, como hemos dicho ya,<br />
seleccionada y clasificada, se<br />
picaba finamente mediante máquinas<br />
destinadas al efecto, hecho<br />
lo cual se sazonaba con sal<br />
y pimentón, asunto en el que<br />
eran muy duchas las amas de<br />
casa, entre ellas mi madre que<br />
tenía tan buena mano que nunca<br />
hubo necesidad de rectificar<br />
el aderezo después de la probadura.<br />
Se amasaba la carne y<br />
una vez que estaba debidamente<br />
sazonada se embutía en las<br />
tripas del intestino delgado (normalmente<br />
las tripas de un cerdo<br />
daban espacio suficiente para<br />
su propia carne) y si no fueran<br />
bastante se completaban<br />
con tripas de vaca que se adquirían<br />
secas en el mercado. Para<br />
embutir se empleaba la misma<br />
máquina que para picar a la<br />
que se le despojaba de las cuchillar<br />
y otros elementos sustituyéndolos<br />
por un embudo;<br />
a medida que la tripa iba llenándose<br />
se apretaba la carne<br />
y se picaba con un alfiler para<br />
sacar el aire, atándola una vez<br />
llena por los dos extremos con<br />
un solo hilo o cuerda especial,<br />
con lo que cada longaniza quedaba<br />
apta para ser colgada en<br />
las largas varas llamadas «lares»<br />
y ésta a su vez colgada del<br />
techo, bien en la cocina si se<br />
quería curarlas al humo, o en<br />
otra habitación si se prefería curarlas<br />
al aire.<br />
Como quiera que la carne<br />
se había seleccionado dejando<br />
la de más baja calidad para
98 RUTA DE LA MATANZA<br />
los chorizos, estos se embutían<br />
en tripa de vaca; y así como la<br />
longaniza (cada longaniza) se<br />
hacía toda seguida de punta a<br />
punta, los chorizos se hacían<br />
en tramos de unos veinte centímetros<br />
separados por una cuerda<br />
fuertemente atada, lo que se<br />
llama atajarlos; en algunas casas<br />
la carne de los chorizos se<br />
mezclaba con carne de cabra<br />
de reses que se habían tenido<br />
guardadas para tal fin».<br />
TODO SE APROVECHA<br />
«Del cerdo se aprovecha todo,<br />
pues no sólo son los jamones,<br />
lomos, solomillos, embutidos,<br />
las ricas morcillas, orejas,<br />
rabo, hueso de espinazo y costillas,<br />
chicharrones, manteca, patas,<br />
etc.; sino también las cosas<br />
más inverosímiles, como la vejiga<br />
que inflándola con una paja<br />
de berceo y golpeándola repetidamente<br />
alcanza un buen volumen<br />
y se emplea luego para<br />
hacer las navideñas zambombas,<br />
si bien a veces se llenan<br />
de manteca que así se conserva<br />
fresca para emplearla en determinados<br />
guisos, sobre todo<br />
en Galicia donde se ha hecho<br />
famosa con el nombre de «unto»<br />
indispensable en el no menos<br />
famoso caldo gallego.<br />
Al abrir el cerdo se hace indispensable<br />
cortar uno o dos<br />
trozos según que el animal sea<br />
macho o hembra; en el primer<br />
caso se corta una tajada que<br />
comprende el ano y la natura, y<br />
en el segundo dos tajadas una<br />
correspondiente al ano y la otra<br />
al meato urinario; una y otras<br />
son muy grasientas y cualquiera<br />
pensaría que por su naturaleza<br />
habrían de desecharse; pues<br />
no, se dejan secar y sirven para<br />
engrasar las gruesas botas<br />
de piel de becerro, así como las<br />
botas de vino para suavizarlas y<br />
los atalajes, en sustitución de la<br />
clásica grasa de caballo».<br />
LA FIESTA<br />
Por último hay que hacer constar<br />
que la matanza fue una auténtica<br />
fiesta en nuestros pueblos;<br />
se comía y bebía en abundancia,<br />
se entretenían las horas<br />
del atardecer anteriores a la cena<br />
en juegos y bromas inocentes,<br />
o se ponía baile con guitarra<br />
y almirez en las amplias cocinas;<br />
las mozas, normalmente<br />
tan modosas y discretas, se salían<br />
un poco de sus casillas.<br />
Esta tradición festiva de la<br />
matanza ha sido recuperada últimamente<br />
por la peña «El Vendaval»<br />
en Vega de Santa María,<br />
que año tras año reproduce el<br />
mismo ritual de antaño en un<br />
acto público que se celebra mediado<br />
el mes de enero.<br />
Peña «El Vendaval».
RUTA DE LOS PANADEROS<br />
rría y descripción del proceso<br />
de elaboración, el cual no tardó<br />
en extenderse por todos los<br />
pueblos llegado el siglo XX.<br />
■ Cómo llegar. Acercarse a<br />
Mingorría por la N-403 es reencontrase<br />
con la imagen de<br />
los antiguos panaderos.<br />
■ Qué ver. Todavía se conservan<br />
en muchos pueblos los<br />
■ A DESTACAR. De la tradición<br />
histórica hemos heredado<br />
la idea que avala la importancia<br />
que ha tenido el pan de<br />
Mingorría en los hábitos alimenticios<br />
de la ciudad de Avila.<br />
La transformación del trigo<br />
en harina por los numerosos<br />
molinos del Adaja propició<br />
que gran parte de la población<br />
de Mingorría se dedicara<br />
al oficio de panadero,<br />
convirtiéndose así en los principales<br />
proveedores de pan<br />
de la comarca durante siglos.<br />
La peculiaridad de este pan<br />
incluso hizo popular el dicho:<br />
«Tiene la cara como un pan<br />
de Mingorría», para referirse a<br />
alguien carirredondo, con sonrosadas<br />
y hermosas mejillas.<br />
■ La ruta. Recorrido por la<br />
tradición artesanal de la producción<br />
panadera de Mingo-<br />
antiguos hornos de leña donde<br />
se cocía el pan, como por<br />
ejemplo en Mingorría, en Monsalupe<br />
y en Gotarrendura. También<br />
se conservan las viejas<br />
recetas de dulces y pastas que<br />
hacían las delicias de los comensales.<br />
■ Aliciente. Comprar el pan<br />
y los dulces que se elaboran<br />
en Cardeñosa, Mingorría y Velayos<br />
tiene un especial atractivo<br />
y sabor a pueblo.
RUTA DE LOS PANADEROS<br />
Horno de pan de Mingorría.<br />
Avila tiene la fama<br />
de los grandes caballeros,<br />
y Mingorría la tiene<br />
de los grandes panaderos.<br />
El pan siempre ha sido un<br />
producto básico en la economía<br />
agraria de nuestros pueblos,<br />
donde el trigo fue un cultivo<br />
característico de la llanura<br />
morañega, del que escribió Lope<br />
de Vega:<br />
Hoy, segadores de España,<br />
vení a ver a la Moraña<br />
trigo blanco y sin argaña,<br />
que de verlo es bendición.<br />
andar escaso, lo expedían en<br />
sus casas, no pudiendo proveerse<br />
bien las clases menesterosas.<br />
Tal era la escasez que<br />
apenas venían las mingorrianas,<br />
principales abastecedoras, durante<br />
varios siglos, hasta los primeros<br />
del siglo XX, del mercado<br />
de Avila, al que daban una nota<br />
característica».<br />
El precio del pan se intervenía<br />
y regulaba en la Edad Media<br />
con el establecimiento de<br />
pósitos y alhóndigas destinados<br />
al aprovisionamiento de trigo<br />
para préstamos en condiciones<br />
módicas a los labradores.<br />
Así, en 1577, según Mayoral,<br />
existían pósitos en Pozanco,<br />
Gotarrendura, Monsalupe, Zorita,<br />
Mingorría y Las Berlanas.<br />
Estamos en el siglo XVII, cuando<br />
el pueblo de Velayos era señorío<br />
de don Antonio Dávila,<br />
quien también era marqués de<br />
las Navas y señor de Villafranca,<br />
de Barbedilla, Navalperal, Hoyo<br />
de Pinares, Valdecorneja y<br />
Burgohondo y sus pueblos. En<br />
este siglo Felipe II, el 10 de septiembre<br />
de 1617, confirmó los oficios<br />
de fieles de Cardeñosa; correspondiendo<br />
al marqués de<br />
La transformación del trigo<br />
en pan requería primero que el<br />
cereal fuera convertido en harina,<br />
lo que se hacía en la multitud<br />
de molinos que salpicaban<br />
la ribera del Adaja. Luego los numerosos<br />
panaderos de Mingorría<br />
elaboraban cuidadosamente<br />
los panes, que después vendían<br />
en el pueblo y en la capital<br />
abulense, lo que no fue ajeno a<br />
los acontecimientos históricos.<br />
En 1525, escribió José Mayoral:<br />
«El concejo de Avila acordó<br />
obligar a las panaderas a vender<br />
en el Mercado Chico y en el<br />
Mercado Grande el pan que, por
RUTA DE LOS PANADEROS 101<br />
Cardeñosa, artífice en 1640 de<br />
la hazaña contra los franceses<br />
en el puerto de Cádiz, nombrar<br />
las personas que sirvieran los<br />
empleos de justicia y de villa. Cardeñosa<br />
era jurisdicción del municipio<br />
de Avila, y enviaba a la<br />
capital ovejas, menudos de cabras<br />
y otros mantenimientos para<br />
venderse en el Mercado Chico<br />
y en el Mercado Grande, a la<br />
vez que suministraba leña a Mingorría<br />
para que las célebres panaderas<br />
mingorrianas surtieran<br />
los mercados, como dice Mayoral<br />
al recoger una antigua canción<br />
popular con bella melodía:<br />
En Cardeñosa hacen leña<br />
y en Mingorría la queman<br />
para los panes<br />
que a Avila llevan.<br />
La importancia de la industria<br />
panadera fue puesta de manifiesto<br />
en el catastro de Ensenada<br />
del año 1751, donde se señala<br />
que en la villa de Mingorría<br />
hay 211 vecinos y 53 viudas, de<br />
los que 79 son panaderos que<br />
«tratan en vender y masar pan<br />
cocido asi en esta Villa como en<br />
la Ciudad de Avila y otras partes»,<br />
y producían una utilidad<br />
de 24.200 reales, mientras que<br />
la capital abulense tenía 1.250<br />
vecinos, contaba con 16 panaderos<br />
y una utilidad de 14.470<br />
reales. Un siglo después, en<br />
1857, Mingorría seguía contando<br />
con 57 panaderos, descendiendo<br />
a 42 en 1898. En la actualidad<br />
tan sólo se mantiene<br />
una panadería, sita en la calle del<br />
Ejido Alto, y la venta ambulante<br />
de los Hermanos de la Iglesia.<br />
Como nos dice Tomás Sobrino,<br />
«interesante en extremo resulta<br />
el libro del gasto diario<br />
que se hace en el Palacio del<br />
Ilmo. Sr. Don Ramón María Adurriaga<br />
(Obispo de Avila): abarca<br />
los años 1831 y siguiente, y<br />
en él se consigna por menudo<br />
cuantas adquisiciones se hicieron<br />
en dicho periodo. Conceptos<br />
frecuentes de gasto son los<br />
de carnero, vaca, peces, huevos,<br />
azúcar, cabritos, leche y<br />
panes de Mingorría».<br />
En 1852 se construyó el primer<br />
mercado de abastos que<br />
se abrió en la capital abulense,<br />
las crónicas de esta fecha narran<br />
que en dicho mercado se<br />
había previsto un espacio cubierto<br />
para las «mingorrianas»<br />
que venían a vender pan.<br />
El proceso de elaboración<br />
del pan, según nos dejó escrito<br />
Teófilo Domínguez Sanchidrián,<br />
se iniciaba a partir de la harina<br />
de trigo candeal rica en gluten<br />
Antiguos panaderos de Mingorría.
102 RUTA DE LOS PANADEROS<br />
que se amasaba limpiamente a<br />
mano. En una artesa se ponía<br />
el agua caliente en la que se disolvía<br />
la levadura y la cantidad<br />
justa de sal, donde se echaba<br />
la harina que se mezclaba con<br />
el agua hasta conseguir una pasta<br />
que se amasaba concienzudamente,<br />
agregando la harina<br />
precisa. Una vez trabajada la<br />
masa se separaba en trozos, a<br />
los que se daba forma aplastada<br />
de arriba abajo para hacer<br />
cada hogaza.<br />
El pan, una vez amasado, se<br />
colocaba sobre una cama de<br />
tablas cubiertas con un lienzo y<br />
se tapaba con una manta para<br />
que fermentara (leudar), y una<br />
vez fermentado se introducía en<br />
el horno para su cocción.<br />
Se caracterizaba el pan de<br />
Mingorría por su perfecta cocción.<br />
Se fabricaban dos tipos<br />
de piezas: el que llamábamos<br />
«pan blanco», de corteza ligeramente<br />
dorada y crujiente, y miga<br />
muy blanca seguramente<br />
porque se hacía con harina de<br />
flor; y la hogaza normal de pan<br />
moreno, de corteza también<br />
do- rada pero de un color más<br />
cubierto y miga oscura.<br />
«El buen pan con ojos y el<br />
buen queso sin ellos», y esa era,<br />
quizás, la cualidad más acusada<br />
del pan de Mingorría: que la<br />
miga tenía ojos, es decir que<br />
era esponjosa y tersa, de manera<br />
que al aplastarla entre las<br />
manos no se hacía «masote».<br />
En cuanto al precio del pan,<br />
los panaderos cobraban en especie.<br />
Así como los molineros<br />
maquilaban un celemín por fanega<br />
de molienda, los panaderos<br />
reservaban para sí una hogaza<br />
o dos por hornada, según<br />
las piezas que tuviera ésta.<br />
Ya en tiempos más cercanos<br />
a los nuestros, el panadero llevaba<br />
la cuenta de las hogazas<br />
vendidas a cada familia en una<br />
«tarja», que consistía en un listoncillo<br />
de madera que quedaba<br />
en poder del cliente y en el<br />
que el panadero hacía una muesca<br />
a navaja por cada pieza vendida,<br />
la cual se cobraba periódicamente<br />
en trigo o en dinero,<br />
lo que se recuerda también en<br />
Monsalupe, donde todavía puede<br />
admirarse cómo elaboran<br />
pastas y otros dulces a la antigua<br />
usanza, si bien ello hoy se<br />
hace con carácter familiar.<br />
Elaboración de<br />
pastas en Monsalupe.
Mingorría.<br />
RUTA DE<br />
LOS POTROS<br />
■ A DESTACAR. Todavía existen complejos pétreos en los<br />
pueblos de la ribera del Adaja que la imaginación popular levantó<br />
para ponerle herraduras a las vacas y bueyes, imprescindibles<br />
en los trabajos que realizaban los labradores en esta<br />
vieja tierra.<br />
■ La ruta. En localidades como Gallegos de San Vicente, La<br />
Venta, Cortos, Tolbaños, Aldealgordo, Las Gordillas, Mingorría,<br />
Zorita, Pozanco y Peñalba, actualmente se pueden contemplar<br />
las piedras que configuran un singular monumento de troncos<br />
petrificados de árboles centenarios, que se llaman herraderos<br />
o potros, lo que también fue común y general a todos los pueblos.<br />
■ Cómo llegar. El acceso a la contemplación de los potros o<br />
herraderos que todavía se conservan en los pueblos de esta<br />
ruta es fácil, pues se encuentran situados a las afueras de los<br />
núcleos urbanos, junto a los abrevaderos del ganado y la antigua<br />
fragua del común, y cerca de la carretera por la que se llega<br />
a las distintas localidades.<br />
■ Qué ver. El potro mejor conservado es el situado en Mingorría,<br />
ya que recientemente ha sido rehabilitado y completado<br />
con todos sus elementos originales, como se aprecia en la foto.<br />
■ Aliciente. Descubrir singulares «grupos escultóricos» que<br />
todavía se conservan en nuestros pueblos y que tan buen servicios<br />
prestaron a los labradores.
104 RUTA DE LOS POTROS<br />
Mingorría.<br />
Potro en Cortos.<br />
El herradero está formado<br />
por cuatro columnas cuadradas<br />
de granito sin labrar, arrancadas,<br />
del mismo campo donde<br />
se levantan, a golpe de martillo.<br />
Son postes sin escuadrar, pero<br />
al viajero este tosco conjunto<br />
de piedra se le antoja cierto<br />
parecido con los «Cuatro Postes»<br />
que, a las afueras de Avila,<br />
eternizan el intento de huída a<br />
Tierra Santa de Teresa de Jesús,<br />
claro que los cuatro postes<br />
de los pueblos no tienen connotación<br />
alguna con personajes<br />
o anécdotas históricas, sólo<br />
el hombre de campo es su<br />
valedor.<br />
Estos monolitos de piedra<br />
granítica aparecen por la necesidad<br />
del labrador de herrar<br />
a sus animales de labranza y<br />
especialmente a las vacas, animales<br />
a los que resulta difícil<br />
ponerles las herraduras, llamadas<br />
«callos», aún atándolas. Una<br />
vez más, es el arte popular nacido<br />
de la necesidad, sin otra<br />
pretensión que hacer más llevaderas<br />
las faenas agrícolas a los<br />
míticos bueyes, que se hace<br />
«pueblo» en una graciosa combinación<br />
druida de piedras.<br />
En el potro la vaca quedaba<br />
encajonada entre los cuatro<br />
postes (en algún pueblo eran<br />
seis), que se cerraban con barras<br />
de hierro o palos, como<br />
si de una celda a cielo abierto<br />
se tratara.<br />
Cerca de la casa del veterinario,<br />
o dentro de su corral, era<br />
frecuente observar las cuatro<br />
toscas columnas como menhires<br />
prehistóricos, y de poste a<br />
poste una barra de hierro forjado<br />
por el herrero de la localidad<br />
a fuego lento y golpe de martillo.<br />
El potro era la mesa de operaciones<br />
y el quirófano donde<br />
tenían lugar las curas difíciles<br />
de los animales más indómitos.
RUTA DE LOS POTROS<br />
Potro y fragua en La Venta.<br />
Los potros de estos pueblos<br />
no tienen cubierta, como ocurre<br />
en otros donde las cuatro columnas<br />
están coronadas por una<br />
espadaña de palos y tablas o<br />
Potro y fragua en Tolbaños.<br />
Otros postros se levantan<br />
a las afueras del pueblo, y allí<br />
es el herrador quien coloca<br />
los callos, que él mismo hace<br />
en su fragua, a las vacas.<br />
Estas vacas, negras carbón,<br />
cansadas de arrastrar carros<br />
y recorrer surcos, con apariencia<br />
más salvaje que las tozudas<br />
mulas o los burros, eran<br />
difíciles de manejar fuera de las<br />
cuatro esquinas del herradero.<br />
Dada su fuerza y corpulencia<br />
era imprevisible cualquier reacción.<br />
Es en la cornamenta donde<br />
se nos aparece el aspecto<br />
salvaje de las vacas y donde<br />
reside su fuerza; tanto es así<br />
que si se les rompía uno de los<br />
cuernos eran desechadas para<br />
el trabajo.<br />
Potro en Gallegos de S. Vicente.<br />
ramajes y tejas. Ya sólo quedan<br />
las cuatro piedras, símbolos de<br />
una tradición agrícola tan arraigada<br />
en estos campos, tantas<br />
veces andados y desandados<br />
por vacas y bueyes negros.<br />
El potro también era utilizado<br />
para herrar otros<br />
animales, como las mulas<br />
o los burros; aunque<br />
a éstos no fuera necesario<br />
encajonarlos, resultaba<br />
más cómodo. Para los<br />
niños el potro era el columpio<br />
que todavía no había<br />
en el patio de la escuela.<br />
Ahora sólo queda la fantasía<br />
del pasado.
RUTA DEL VINO<br />
la viña, viñadores, que sus<br />
«Afrutos amores son», decía<br />
un verso de Lope de Vega, y así<br />
cada año la vendimia tradicional<br />
y familiar se da por concluida<br />
con el mes de octubre, pues<br />
como dice el refrán: «Por San<br />
Simón y San Andrés (28 de octubre),<br />
cogidas las uvas, tanto<br />
las verdes como las maduras».<br />
■ A DESTACAR. La recogida<br />
de la uva y la posterior elaboración<br />
del mosto es una de<br />
las labores tradicionales que<br />
se desarrollan en el campo más<br />
gratificantes, no en vano solía<br />
constituir una fiesta. Ciertamente,<br />
la vendimia ha sido una de<br />
las actividades agrícolas más<br />
peculiares que realizaban los<br />
labradores de estas tierras.<br />
Además, la calidad del vino<br />
de la zona, especialmente de<br />
Zorita, fue premiada internacionalmente.<br />
Actualmente se<br />
mantienen viñedos para consumo<br />
familiar.<br />
■ La ruta. Recorrido por las<br />
labores de la vendimia y la<br />
elaboración del vino que todavía<br />
se realizan en los pueblos<br />
del Adaja, donde proliferan lagares,<br />
bodegas y guardaviñas<br />
como testimonio de la importancia<br />
de los viñedos en la<br />
economía agraria de la zona.<br />
■ Cómo llegar. El verdor que<br />
despiden las vides en agosto<br />
llama la atención del viajero<br />
que puede seguir las carreteras<br />
que van de Zorita a Las<br />
Berlanas, o desde La Vega a<br />
Gotarrendura, o hasta Escalonilla<br />
y Pozanco. En la mayoría<br />
de los pueblos se conservan<br />
parte de los edificios donde<br />
se transformaba la uva en vino,<br />
a los cuales es fácil llegar<br />
por los itinerarios habituales.<br />
■ Qué ver. Todavía pueden<br />
verse algunas viñas y admirarse<br />
el proceso artesanal de elaboración<br />
del vino pisando y<br />
prensando la uva, lo que se lleva<br />
a cabo en lagares y lagaretas.<br />
Las bodegas excavadas<br />
en tierra bajo las viviendas que<br />
se conservan en Gotarrendura<br />
y La Vega son especialmente<br />
destacables, así como<br />
la antigua fábrica de aguardientes<br />
de Monsalupe o las<br />
abundantes guardaviñas de<br />
Mingorría, sin olvidar los lagares<br />
de prensa de viga y tornillo<br />
o las grandes tinajas.<br />
■ Aliciente. Aunque los pueblos<br />
de la ribera del Adaja ya<br />
no mantienen la importancia<br />
de antaño en su producción<br />
vitivinícola, aún pueden admirarse<br />
los procesos artesanales<br />
de la elaboración del vino y el<br />
aguardiente, y piezas interesantes<br />
de la arquitectura popular<br />
en lagares y bodegas.<br />
El día de la vendimia debe lucir<br />
el sol, porque «vendimia en<br />
mojado y cogerás mosto aguado».<br />
Los viñadores deben estar<br />
dispuestos a trabajar sin problemas,<br />
ya que como dice otro<br />
refrán: «unos valen para vendimiar<br />
y otros para sacar cestos».<br />
En esta época, el viajero que<br />
se adentra por los campos que
RUTA DEL VINO 107<br />
ya amarillean el otoño puede<br />
contemplar cómo hombres y mujeres<br />
se afanan en la recolección<br />
de la uva, una tarea donde<br />
se repite un ritual próximo al olvido<br />
por la escasez de viñas.<br />
En las tierras que se asientan<br />
en torno al espacio geográfico<br />
de la ribera del Adaja, todavía<br />
se conservan antiguos lagares<br />
y bodegas, y aún se pueden<br />
observar cómo destacan los viñedos<br />
entre los cultivos cerealistas,<br />
si bien su verdor no deja<br />
de ser una mancha singular entre<br />
los campos de secano.<br />
La vendimia todavía se mantiene<br />
desde tiempos medievales<br />
como testimonio vivo de una<br />
de las faenas del campo más<br />
características del modo de vida<br />
de los habitantes de estas<br />
tierras. Prueba de ello es que en<br />
el siglo XIV el cabildo catedralicio<br />
poseía en la zona una tercera<br />
parte de sus viñedos, ocupando<br />
unas doscientas hectáreas<br />
repartidas en pequeñas parcelas<br />
de media hectárea o poco<br />
más, según el profesor Barrios.<br />
Más aún, en aquella época el<br />
valor de la tierra de viña era muy<br />
superior a la de labrantío, superioridad<br />
que se seguirá manteniendo<br />
hasta el siglo XIX con un<br />
considerable aumento de las<br />
tierras de viñedos. A modo de<br />
ejemplo diremos que a finales<br />
del siglo XIII en la zona del Adaja<br />
una hectárea de viñedo en<br />
Pajares alcanzaba una precio<br />
de 92 maravedíes, mientras que<br />
una hectárea de tierra de labor<br />
en Pozanco se vendía a 18 maravedíes.<br />
El Catastro de Ensenada recoge<br />
en 1751 que sólo en Zorita<br />
las tierras dedicadas a viñas<br />
sumaban 80 hectáreas, donde<br />
podían contarse unas ochenta<br />
mil cepas, que producían una<br />
media anual de cien mil litros de<br />
vino, el cual se elaboraba en<br />
dos lagares, se criaba en dos<br />
bodegas y se servía en una taberna,<br />
la última fue regentada<br />
por el tío Severiano. En estas fechas<br />
la viña era uno de los cultivos<br />
más rentables, pagándose<br />
120 reales de vellón en tierras<br />
de primera clase, mientras el trigo<br />
llegaba a 75 reales.<br />
La importante producción vinícola<br />
de antaño fue descendiendo<br />
paulatinamente por el envejecimiento<br />
de las vides y su no<br />
replantación, así como su decreciente<br />
rentabilidad y las plagas<br />
de filoxera que azotaron España<br />
desde 1874.<br />
De la importancia que siempre<br />
tuvo el vino entre la produc-<br />
Vendimia en Zorita.
108<br />
ción agrícola aún se conservan<br />
numerosos lagares y bodegas<br />
construidas debajo de las casas<br />
de los labradores. Muestras<br />
de estas estructuras pueden<br />
contemplarse en la mayoría de<br />
los pueblos de la zona, tales como<br />
Cardeñosa, Monsalupe,<br />
Peñalba, Las Berlanas, Gotarrendura,<br />
Navares, Blascosancho,<br />
Vega de Santa María, Pozanco,<br />
Santo Domingo de las<br />
Posadas, Zorita de los Molinos,<br />
Mingorría y Escalonilla.<br />
Gotarrendura.<br />
Prensa de viga y tornillo.<br />
Entre ellos llaman la atención<br />
Gotarrendura y La Vega por la<br />
abundancia de bodegas subterráneas.<br />
Los lagares de prensa de<br />
viga y tornillo son los más antiguos,<br />
y se caracterizan por su<br />
gran viga de madera incrustada<br />
en uno de sus extremos en la<br />
pared, con un gran tornillo de<br />
madera en el otro extremo sujeto<br />
a ella en sentido vertical. A su<br />
vez, este tornillo tiene en su extremo<br />
una piedra cuya función<br />
es hacer peso, por lo que al levantarse<br />
hace que la viga lo<br />
Mingorría. Caseta guardaviñas.<br />
transmita a la masa de restos<br />
de uva que se va a exprimir una<br />
vez pisada. Ejemplos de estos<br />
lagares se conservan en funcionamiento<br />
en Gotarrendura, Peñalba<br />
y Mingorría, manteniéndose<br />
sin uso en otros pueblos.<br />
Mingorría significó uno de<br />
sus parajes con el nombre de<br />
«Las Viñas», donde se levantaron<br />
pequeñas construcciones<br />
de piedra y planta cuadrada conocidas<br />
como guardaviñas para<br />
el guarda y servir a los labradores<br />
y vendimiadores; también<br />
proliferaron los lagares, las bodegas<br />
y las tabernas.<br />
Ejemplo del bueno vino de esta<br />
tierra fueron los vinos que en<br />
Zorita de los Molinos producía<br />
Celedonio Sastre Serrano, los<br />
cuales fueron merecedores de<br />
la medalla de bronce en la Exposición<br />
Universal e Internacional<br />
de París en el año 1900,<br />
y la medalla de plata en la Exposición<br />
Nacional de Valencia<br />
de 1910. Una calle de Mingorría<br />
lleva el nombre de Celedonio<br />
Sastre, un abogado abulense que<br />
Medalla a los vinos de Zorita.
RUTA DEL VINO 109<br />
Bodega en Peñalba.<br />
fue miembro de la Junta Revolucionaria<br />
de Avila en 1868, también<br />
llegó a ser Alcalde de la capital<br />
en 1877 y 1878, y presidente<br />
del casino de la ciudad en<br />
1900. Además fue cuñado del<br />
escritor y pensador Jorge Santayana.<br />
La variedad de uva que se<br />
cultivaba antiguamente era la<br />
uva blanca verdial, de excelente<br />
calidad, Pero dicha variedad,<br />
Pisando la uva en Zorita.<br />
como nos cuenta José Luis Sastre<br />
en la revista «Olalla», fue sustituida<br />
paulatinamente por miedo<br />
a la filoxera por una variedad<br />
de uva negra tinto del país y<br />
garnacha de maduración tardía,<br />
de donde se elabora vino<br />
de mesa, siendo esta la uva<br />
que se produce actualmente.<br />
FABRICACIÓN<br />
DE AGUARDIENTE<br />
La abundancia de viñedos en<br />
la zona propició la aparición de<br />
una incipiente industria de elaboración<br />
de alcoholes y aguardiente<br />
en Monsalupe, de la que<br />
todavía se conservan las dependencias<br />
de antaño, tal cual<br />
se edificaron.<br />
La construcción de la fábrica<br />
de aguardiente fue llevada a cabo<br />
por Demetrio García allá por<br />
los años cincuenta. Tío Demetrio<br />
era uno de los labradores<br />
más pudientes del pueblo. Tenía<br />
una importante hacienda que<br />
mantenía con dos o tres parejas<br />
de mulas de labor, e incluso de<br />
bueyes o vacas, y era propietario<br />
de un lagar frente a la iglesia.<br />
En aquellos años las viñas<br />
todavía ocupaban un gran número<br />
de fincas de los pueblos
110 RUTA DEL VINO<br />
Fábrica de aguardiente de Monsalupe.<br />
de la zona, por lo que se producían<br />
muchos desechos después<br />
de hacer el vino. «Tío Demetrio»<br />
decidió entonces aprovechar<br />
el orujo que se obtenía<br />
después de la vendimia en la<br />
multitud de lagares que había<br />
en los pueblos y transformarlo<br />
en alcohol o aguardiente. Para<br />
Monsalupe.<br />
la incipiente industria que proyectaba<br />
construyó un edificio<br />
de gran altura en los terrenos<br />
que poseía junto al arroyo Berlanas,<br />
situados en las afueras<br />
del pueblo, donde tenía una<br />
huerta con noria y un palomar.<br />
La fábrica fue dotada de dependencias,<br />
instalaciones y alambiques<br />
apropiados, ocupando<br />
a cuatro personas que la<br />
mantenían en funcionamiento<br />
ininterrumpido desde octubre<br />
hasta abril. El aguardiente<br />
elaborado se vendía después,<br />
para ser refinado, a<br />
una destilería de Palencia,<br />
donde se utilizaba en la fabricación<br />
de anises y coñacs.<br />
El abandono del campo<br />
propició el arranque de viñas<br />
y ante la falta de uva y orujo<br />
la fábrica tuvo que cerrar en<br />
1972. Los mozos de entonces<br />
todavía recuerdan aquellas<br />
noches frías de invierno,<br />
cuando se reunían de juerga<br />
en la fábrica aprovechando<br />
que el horno que hacía<br />
funcionar el alambique no<br />
se apagaba ni de día ni de<br />
noche, y que la bebida nunca<br />
faltaba.
RUTA DE LOS ARRIEROS<br />
Y TRAJINANTES<br />
■ A DESTACAR. Antaño la<br />
actividad comercial que se desarrollaba<br />
en el medio rural tenía<br />
su máximo exponente en<br />
los arrieros y trajinantes, quienes<br />
se ocupaban del transporte<br />
y el intercambio de productos<br />
de todas las clases.<br />
Después fueron los vendedores<br />
ambulantes los que abastecieron<br />
de productos y servicios<br />
elementales a los habitantes<br />
de los pueblos. Estos<br />
vendedores todavía hoy siguen<br />
recorriendo calles y plazas<br />
ofreciendo una gran variedad<br />
de útiles. La visión que<br />
presentan los distintos personajes<br />
que visitan los pueblos<br />
para vender sus productos<br />
atestigua la existencia de vida<br />
en lugares que parecen abandonados.<br />
■ La ruta. El viaje que se<br />
presenta sigue los pasos de<br />
los arrieros y trajinantes, o de<br />
los vendedores ambulantes.<br />
Ahora bien, el viajero que sigue<br />
esta ruta no vende nada,<br />
sino que acude a enriquecer<br />
su espíritu y sus conocimientos<br />
sobre las poblaciones por<br />
las que pasa. La figura de aquellos<br />
personajes que iban de<br />
pueblo en pueblo también forma<br />
parte de la historia local,<br />
por lo que este itinerario es<br />
como un reencuentro con viejas<br />
formas de vida.<br />
■ Cómo llegar. Reproducir<br />
los recorridos que hacían arrieros,<br />
trajinantes y vendedores<br />
ambulantes es hacer la ruta<br />
que discurre por la mayoría<br />
de los pueblos de la ribera del<br />
Adaja. Los trayectos que puede<br />
realizar el viajero coinciden<br />
entonces con aquéllos, si bien<br />
las carreteras AV-804 y N-403<br />
han provocado la falta de uso<br />
de los numerosos caminos que<br />
unían pueblos y caseríos como<br />
una maraña.<br />
Ajero de Las Berlanas.<br />
■ Qué ver. Las calles y plazas<br />
de los pueblos y de la capital<br />
siguen siendo un buen<br />
puesto de venta para afiladores,<br />
meloneros, almendreros,<br />
cacharreros, colchoneros, triperos,<br />
ajeros, huertanos y pañeros,<br />
entre otros muchos, lo<br />
que debe llamar la atención<br />
de los viajeros. La figura de<br />
estos vendedores todavía sigue<br />
cautivando a los vecinos,<br />
aunque ya no son anunciados<br />
por el alguacil, y es que<br />
su presencia rompe la monotonía<br />
de la vida diaria en el<br />
campo.<br />
■ Aliciente. Reencontrarse<br />
con típicos personajes que<br />
tradicionalmente han formado<br />
parte de la vida cotidiana<br />
de la actividad comercial de<br />
los pueblos.
112 RUTA DE LOS ARRIEROS Y TRAJINANTES<br />
LOS ANTIGUOS ARRIEROS<br />
Y TRAJINANTES<br />
Los arrieros y trajinantes de<br />
la zona desarrollaron una de las<br />
actividades comerciales más<br />
importantes dentro de la economía<br />
local y provincial durante<br />
los siglos XVIII y XIX. En la actualidad,<br />
sus herederos, los<br />
transportistas y vendedores ambulantes,<br />
tienen una presencia<br />
testimonial en actividades de<br />
porte de ganado, harina y materiales<br />
de construcción, y la<br />
venta de pan, ropas, ultramarinos,<br />
frutas y hortalizas, y artículos<br />
de feria.<br />
Dentro del transporte realizado<br />
con animales de carga<br />
existían dos tipos de profesionales:<br />
el arriero, que es aquel<br />
que transporta géneros por encargo;<br />
y el trajinante, que transporta<br />
géneros, dedicándose a<br />
la compraventa de los mismos<br />
por cuenta propia. A pesar de<br />
esta diferencia teórica, en la<br />
realidad el arriero en alguna<br />
ocasión trajinaba y el trajinante<br />
transportaba por cuenta ajena.<br />
En el siglo XVIII está documentada<br />
la existencia de arrieros<br />
en unas noventa localidades<br />
de la provincia, y sus beneficios<br />
se calculaban en 946.848<br />
reales anuales. Las mayores<br />
densidades de arrieros se producían<br />
en el cuadrante norooriental<br />
de la provincia, entre las<br />
localidades de Avila y Arévalo,<br />
ambas incluidas, en las que las<br />
ganancias obtenidas por sus<br />
arrieros alcanzaban casi la mitad<br />
de las ganancias calculadas<br />
para la arriería de toda la provincia,<br />
destacando por ello Pajares<br />
de Adaja, Mingorría y<br />
Santo Domingo de las Posadas.<br />
El número de arrieros descendió<br />
considerablemente con<br />
la llegada del ferrocarril y las<br />
primeras camionetas ya entrado<br />
el siglo XX. Los productos<br />
con que traficaban estaban constituidos<br />
por los excedentes agrarios<br />
de la comarca y por la importación<br />
de los deficitarios.<br />
Richard Ford escribió en<br />
1830:<br />
«Viajar con un arriero, cuando<br />
el viaje es corto o va una persona<br />
sola, es seguro y barato. El<br />
arriero va a pie junto a sus burros,<br />
o montado en uno encima<br />
de la carga, con las piernas colgadas<br />
junto al cuello. El arriero<br />
español es un hombre agradable,<br />
inteligente, activo y sufrido;<br />
resiste hambre y sed, calor y<br />
frío, humedad y polvo; trabaja<br />
tanto como su ganado y nunca<br />
roba ni le roban». Y así debieron<br />
ser los arrieros de los pueblos<br />
de la ribera del Adaja.<br />
VENDEDORES Y<br />
AMBULANTES<br />
El alguacil del pueblo, con la<br />
boina calada –reservaba la gorra<br />
de plato para los días de fiesta–<br />
callejeaba haciendo sonar<br />
su trompetilla de esquina en esquina<br />
y recitando de corrido el<br />
Melonero.
RUTA DE LOS ARRIEROS Y TRAJINANTES 113<br />
Afilador.<br />
pregón que se terciaba. Según<br />
fuera su contenido el toque de<br />
la trompetilla era distinto: largo<br />
y continuado si era de orden de<br />
la autoridad, y más corto y preciso<br />
en caso contrario. Las gentes<br />
del pueblo salían a la puerta<br />
con oído atento; los más despistados<br />
corrían a la esquina siguiente<br />
detrás de unas notas<br />
monocordes, como si fueran seguidores<br />
del flautista de Hamelín.<br />
Según la época del año, raro<br />
era el día que no acudían pañeros,<br />
cacharreros, colchoneros,<br />
cebolleros, afiladores... Unos y<br />
otros se iban turnando armoniosamente<br />
con sus puestos en<br />
la plaza, o en su deambular de<br />
puerta en puerta. Todos estos<br />
hombres y mujeres que visitaban<br />
nuestros pueblos lo hacían<br />
con tanta frecuencia y regularidad<br />
que terminaron convirtiéndose<br />
en uno más. Muchos de<br />
estos curiosos visitantes solían<br />
quedarse varios días e incluso<br />
hasta meses, como las vendedoras<br />
de uvas, los segadores y<br />
los comediantes.<br />
Por otra parte, las prácticas<br />
mercantiles utilizadas hacían más<br />
fáciles las relaciones entre todos.<br />
Así, el regateo, el trueque<br />
o el intercambio de productos:<br />
judías por trigo, trapos por pucheros,<br />
carracas por pan, etc.,<br />
favorecían el diálogo y poco menos<br />
que la amistad.<br />
De Saornil venía el tío Cancha<br />
vendiendo leche de cabra.<br />
Ataba su yegua blanca a la puerta<br />
del bar de Fausto Vázquez y<br />
allí se le podía ver siempre jugando<br />
a las cartas. Un día llegó<br />
a estar doce horas seguidas; la<br />
yegua fue su convidado de piedra<br />
y poco faltó para que desfalleciera.<br />
En alguna ocasión tardó<br />
tres días en volver a su casa. Por<br />
navidades solía traer algún cabrito<br />
para delicia de comensales.<br />
Los afiladores llegaban de<br />
Galicia, de Orense sobre todo,<br />
quienes todavía siguen haciéndolo,<br />
bicicleteando de pueblo<br />
en pueblo, recorriendo un largo<br />
y pesado itinerario. Tocaban<br />
una graciosa e inconfundible<br />
armónica mientras pedían cuchillos<br />
y tijeras que no cortaban.<br />
Los niños, traviesos y alborotadores,<br />
se arremolinaban a<br />
sus espaldas y gritaban: «El afilador,<br />
cuanto más bruto, mejor».<br />
El tío Elías, hojalatero sesentón<br />
con bigote negro y muy moreno,<br />
venía de Arévalo. Se paseaba<br />
haciendo ruido con una
114 RUTA DE LOS ARRIEROS Y TRAJINANTES<br />
Colchoneros.<br />
sartén y un hierro, percusión tronadora,<br />
mientras se anunciaba:<br />
«Nuestro oficio es un oficio muy<br />
chulo. Señora, ¿quiere usted que<br />
le eche un culo (a las cazuelas<br />
y pucheros)». El tío Elías se sentaba<br />
en la plaza del pueblo, a la<br />
puerta de la posada, con una<br />
estufilla entre las piernas donde<br />
fundía el estaño que después<br />
aplicaba sobre los desollones y<br />
rajas de las cazuelas, pucheros<br />
y palanganas. Un día la muerte<br />
le sorprendió en este trastear.<br />
Fue enterrado en una fosa del<br />
cementerio de Mingorría, como<br />
un soldado batallador de una<br />
diaria lucha contra la vida.<br />
Con el buen tiempo llegaban<br />
los colchoneros de Villanueva<br />
de Gómez, que vareaban los<br />
colchones de medio pueblo<br />
mientras la lana se oreaba al<br />
sol. Utilizaban unas largas varas<br />
de fresno que silbaban en el<br />
aire antes de golpear y espolvorear<br />
los mechones extendidos<br />
en el corral.<br />
Los loteros, vendedores oficiales<br />
de lotería, traían la suerte<br />
colgada de la chaqueta, siempre<br />
azul. Paseaban orgullosos<br />
con su gorra de plato y, a veces,<br />
con un guardapolvos también<br />
azul. Parecían conserjes de<br />
algún ministerio o instituto. Llegaban<br />
de Madrid en el tren de<br />
las diez y regresaban al atardecer,<br />
después de repartir pobres<br />
esperanzas en las que muy pocos<br />
confiaban.<br />
Tanis y Carpio, mendigos de<br />
Maello, vivían de la buena voluntad<br />
de la gente. Eran hermanos<br />
y ciegos, aunque uno de<br />
ellos decía distinguir bultos y<br />
sombras. Tenían seis dedos en<br />
cada mano y en cada pie. Al<br />
anochecer pedían limosna mientras,<br />
agradecidos, cantaban por<br />
soleares. La gente se reía sarcásticamente<br />
de su ceguera,<br />
por eso mendigaban de noche:<br />
al fin y al cabo no distinguían entre<br />
la luz y la oscuridad.<br />
También venían pidiendo limosna<br />
Güengue de Navaluenga<br />
y Merejo de Avila, quien se<br />
ofrecía como limpiabotas.<br />
De Muñana y Villanueva eran<br />
los esquiladores Segundo y Templaíto,<br />
hermanos. Armados de<br />
grandes tijeras cortaban los mechones<br />
de lana, muy crecidos,<br />
de las ovejas y a veces esquilaban<br />
a algún burro melenudo.<br />
El tío Rascayú, de Arévalo,<br />
enamorado de Luciana la santera,<br />
hacía muebles a cambio<br />
de comida y unas monedas. Se<br />
instalaba en una casa los días<br />
que fueran necesarios para terminar<br />
aquellos grandes armarios,<br />
construidos en la misma<br />
habitación donde se ubicaban y<br />
de donde no pueden salir sin<br />
romperse. Este singular carpintero<br />
alargaba su trabajo lo más<br />
posible con el fin de tener la comida<br />
asegurada unos días más.<br />
Muchos años después, ya viejo,<br />
llamaba de puerta en puerta<br />
pidiendo a sus antiguos clientes<br />
una propina y algo de comer,<br />
y en alguna ocasión se<br />
quedaba a dormir en pajares o<br />
paneras.
RUTA DE LOS ARRIEROS Y...<br />
Pañeros.<br />
Tío Requena y Tío Ronda, de<br />
la Vega de Santa María, arreglaban<br />
y hacían albardas y colleras<br />
de burros, mulas y caballos.<br />
En Mingorría, el tío Claudiete<br />
hacía los ataudes y carracas<br />
de Miércoles Santo que cambiaba<br />
por un trozo de pan. En<br />
Velayos eran el tío Trifón y el tío<br />
Calixto quienes hacían los ataudes.<br />
Los ataudes se pintaban con<br />
anilina y en una ocasión, en Cardeñosa,<br />
cuenta el cura párroco<br />
don Macario: «Llevando un ataúd<br />
a hombros se puso a llover, y entre<br />
las lágrimas y el agua de la<br />
lluvia, los que lo portaban, familiares<br />
afligidos, se restregaban los<br />
ojos llorosos, poniéndose las caras<br />
como carboneros del negro<br />
que desteñía el ataúd, mientras<br />
los acompañantes hacían lo indecible<br />
por mantener sus risas».<br />
De vez en cuanto llegaban<br />
los castradores de Adanero y<br />
el alguacil pregonaba, con su<br />
soniquete de siempre: «Ha llegado<br />
el castrador de Adanero.<br />
El que tenga ganados que castrar<br />
que no los eche de comer y<br />
avise en la posada».<br />
De Migueláñez venían los trilleros,<br />
que empedraban la cara<br />
inferior de los trillos que después<br />
desgranaban el trigo y la<br />
cebada.<br />
De Tiñosillos llegaban los cacharreros<br />
con una buena muestra<br />
de cántaros, botijos y otros<br />
recipientes de barro.<br />
Los pañeros vendían mantas,<br />
sábanas, colchas, batas, pantalones,<br />
paños, cortes de traje,<br />
etc. Llegaban de Bernardos (Segovia),<br />
de Paradinas y de Arévalo,<br />
también de Santa María<br />
del Berrocal. Angel Ferradal,<br />
Emiliano Pastor y Paulino<br />
Sobrechero llamaban de puerta<br />
en puerta con la vara de medir<br />
y alguna pieza al hombro, prescindiendo<br />
de los servicios del<br />
alguacil. Ultimamente venían en<br />
grandes camiones, pero antaño<br />
lo hacían en carros de varas,<br />
como los viejos mercaderes de<br />
Oriente que ofrecían sus finas<br />
sedas.<br />
En Velayos se hacían los timones<br />
de los carros y los estebones<br />
de los arados.<br />
Conejo, chatarrero de Migueláñez<br />
(Segovia), cambiaba trapos<br />
por botijos, cántaros, pucheros,<br />
etc. También recogía la goma<br />
de las zapatillas mientras<br />
refunfuñaba: «El único que me<br />
da buenos trapos es el sastre».<br />
Cacharreros.
116<br />
En la fiesta, los bailes eran<br />
amenizados por los tamborileros<br />
Modesto y Codilleso, de la<br />
Vega de Santa María, Ojetete,<br />
de Maello y el dulzainero Polilo,<br />
de Pozanco, alumno del famoso<br />
Agapito Marazuela. Los<br />
días de fiesta los mozos bailaban<br />
al son de viejas coplas.<br />
De Tiñosillos y Cabizuela llegaban<br />
los patateros.<br />
Se vendían uvas de Pozanco<br />
y de Cebreros no faltaba ningún<br />
año Carmen Recio, que se<br />
quedaba varios meses distribuyendo<br />
grandes cestos de uvas<br />
que su padre le enviaba. También<br />
de Cebreros y El Tiemblo<br />
venían los vinateros cargados<br />
de pellejos quijotescos.<br />
Los mieleros de Santibáñez<br />
y El Guijo hacían las delicias de<br />
los más golosos y los niños decían<br />
a sus madres: «Mamá, cómpame<br />
eso que pinga, cuega y<br />
sabe use, que me muero por ello».<br />
Los aceituneros del Barranco<br />
de las Cinco Villas, Serranillos<br />
y Arenas de San Pedro<br />
traían aceitunas sevillanas y barranqueñas,<br />
higos de cuello de<br />
dama y castañas.<br />
El tío Gallo, de Martimuñoz<br />
de las Posadas, vendía pimientos<br />
como chotos, repollos, nabos,<br />
cebollas, tomates, patatas,<br />
etcétera.<br />
El piñonero.<br />
Hortelano.<br />
De Navaluenga y Burgohondo<br />
venían cambiando judías y<br />
pipos por trigo y cebada. Tampoco<br />
faltaban las piñoneras de<br />
Hoyo de Pinares: Florencia, Eufemia<br />
y una tercera, mujeres viejas<br />
que regateaban como usureras<br />
piñón por piñón.<br />
En época de matanzas acudían<br />
los pimenteros de Cuevas<br />
del Valle viendiendo pimentón.<br />
Los húngaros, cómicos y saltimbanquis,<br />
entretenían las veladas<br />
como hacían los juglares<br />
en la Edad Media. Traían un oso<br />
llamado Mariano, una mona,<br />
un perro y una cabra. Alguna<br />
vez que otra proyectaban películas.<br />
«Baila oso, baila mona»,<br />
decía el valiente domador<br />
mientras los animales hacían<br />
graciosas piruetas.<br />
En verano acudían cuadrillas<br />
de segadores en busca<br />
de trabajo coincidiendo<br />
con la recolección de las cosechas.<br />
Venían de la Sierra,<br />
El Arenal, Toledo, Cáceres,<br />
Galicia...<br />
Los gitanos también rondaban<br />
las calles con mucha<br />
frecuencia, vendiendo cestos,<br />
flaneros, churreras, faroles,
RUTA DE LOS ARRIEROS Y TRAJINANTES 117<br />
Tripero de Mingorría.<br />
regaderas, candiles y alguna<br />
que otra vez echaban la buenaventura<br />
a los más supersticiosos.<br />
De Velayos llegaba el tío Jabonero<br />
vendiendo trozos de<br />
jabón que llevaba en unas alforjas.<br />
Venía con su gorra visera,<br />
ufano y tranquilo, ofreciendo<br />
jabones sin olor para multitud<br />
de usos.<br />
Los retratistas acudían de<br />
Avila y Madrid en las fiestas,<br />
armados de decorados y viejas<br />
cámaras fotográficas sostenidas<br />
en trípodes aparatosos. Uno<br />
podía retratarse como si fuera<br />
un torero, frente a una plaza de<br />
toros de cartón, o como una sevillana<br />
en un tablao flamenco.<br />
Coincidiendo con las ferias<br />
de ganado de Avila y Las Berlanas<br />
llegaban los arrieros de<br />
la Sierra, las dehesas y La Moraña,<br />
conduciendo ovejas, cabras,<br />
caballos, vacas, burros, mulas...<br />
Ataviados con trajes negros<br />
de pana y sombreros de<br />
paño (atrás quedaron las albarcas<br />
de goma y las boinas), y los<br />
animales lucían lujosas albardas<br />
y colleras mientras tiraban<br />
de carros ruidosos.<br />
Los panaderos de Mingorría<br />
tradicionalmente han abastecido<br />
a la ciudad de Avila y otros<br />
muchos pueblos.<br />
Desde Mingorría salían a vender<br />
sus productos de ultramarinos<br />
y frutas los hermanos<br />
Martín Gómez y Catalino Sastre<br />
y sus hijos, los chocolateros<br />
Marugán y Cuenca, los triperos<br />
y los meloneros, y los vendedores<br />
de peces y cangrejos del<br />
Adaja. Los ajeros y hortelanos<br />
de Las Berlanas visitaban los<br />
pueblos de la zona vendiendo<br />
sus productos. Casi todos ellos<br />
solían acudir los viernes al mercado<br />
de la capital abulense, e<br />
incluso a vender pescado del<br />
Adaja.<br />
El señor Pistolo se desplazaba<br />
desde Cardeñosa con su<br />
carromato tirado por una mula.<br />
Iba cargado de productos de<br />
droguería que ofrecía a las amas<br />
de casa de Peñalba, Monsalupe,<br />
Las Berlanas y Gotarrendura.<br />
Hortelanos de Las Berlanas<br />
en el Mercado de Ávila.
RUTA DE LOS ARRIEROS Y...<br />
Vendedor de dulces y pastas.<br />
Los herreros de Mingorría<br />
iban a dar fragua a los pueblos<br />
de la sierra (Tolbaños,<br />
La Venta, Gallegos, etc.), donde<br />
también acudían los zapateros<br />
remendones a prestar<br />
sus servicios.<br />
Luis Pardo, de Brieva, recorría<br />
los pueblos vendiendo productos<br />
de ultramarinos, plantones<br />
de árboles y fruta.<br />
Desde Albornos llegaba el<br />
señor Escudero, que trabajaba<br />
de herrero, carretero o<br />
mecánico, y a cuyo cargo estaba<br />
el mantenimiento de la<br />
mayoría de los molinos harineros.<br />
El carretero y herrero<br />
de Peñalba, Gumersindo Gil<br />
también trabajaba para los<br />
agricultores de los pueblos<br />
de la zona.<br />
Los pintores de Peñalba,<br />
Justo López y su hijo, y Felipe<br />
Velayos de Cardeñosa,<br />
pintaban las casas y los carros<br />
de labranza de la comarca.<br />
El tío Demetrio acudía desde<br />
Monsalupe en tiempos<br />
de vendimia para llevarse los<br />
ollejos de la uva, con los que<br />
fabricaba aguardiente.<br />
Los molinos de Cardeñosa,<br />
Mingorría, Zorita y Pozanco,<br />
Tolbaños y Velayos recibían<br />
numerosas recuas de<br />
burros cargados de grano para<br />
moler, procedentes de la mitad<br />
de los pueblos de La Moraña.<br />
En las canteras de Cardeñosa<br />
y Mingorría se labraba piedra<br />
granítica que se enviaba a toda<br />
España, lo que fue un negocio<br />
floreciente.<br />
Desde Extremadura recorría<br />
todos los pueblos hasta Las Berlanas<br />
el tío Machaco, conduciendo<br />
piaras de cerdos. De la<br />
misma manera, en invierno el<br />
ganado trashumante bajaba a<br />
Extremadura desde Monsalupe<br />
y demás pueblos.<br />
Eran muchos más los viajantes<br />
que recorrían incansables<br />
las localidades cercanas al Adaja,<br />
de los cuales sólo hemos<br />
mencionado a unos cuantos.<br />
Se trata, entonces, de una simple<br />
referencia atractiva para los<br />
nuevos viajeros, a los que sólo<br />
cabe mostrar el entresijo de las<br />
calles de nuestros pueblos, las<br />
mismas por las que pasaron los<br />
antiguos trajinantes.
Vega de Santa María. Carnaval del CRA «Miguel Delibes».<br />
<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS<br />
■ A DESTACAR. Las fiestas<br />
populares contribuyen a configurar<br />
la identidad propia y singular<br />
de cada pueblo, de ahí<br />
su importancia. Estas fiestas<br />
se caracterizan generalmente<br />
por su aspecto religioso, pues<br />
en principio se celebran para<br />
honrar a los patrones de cada<br />
localidad erigidos bajo las más<br />
variadas advocaciones de santos,<br />
vírgenes y cristos. En estos<br />
días las iglesias y ermitas<br />
se llenan de feligreses, las calles<br />
se engalanan de colorido,<br />
se recuperan las tradiciones<br />
festivas y el pueblo alcanza su<br />
máximo esplendor.<br />
■ La ruta. El itinerario propuesto<br />
consiste en un recorrido<br />
por las fiestas más singulares<br />
de cada localidad. Todas<br />
ellas suelen programar actos<br />
similares, tales como la celebración<br />
de la misa, la procesión<br />
del patrón en andas acompañado<br />
de la música de dulzaina<br />
y tamboril, y la subasta<br />
de banzos, además de bailes<br />
y otras actividades infantiles,<br />
deportivas, musicales, etc.<br />
■ Cómo llegar. Para recorrer<br />
los pueblos del Adaja en<br />
fiestas basta ponerse en ruta<br />
tomando para ello las carreteras<br />
que surcan esta tierra desde<br />
la AV-804 por Cardeñosa y<br />
la N-403 por Mingorría. En las<br />
fechas señaladas, y especialmente<br />
en verano, el campo se<br />
llena de visitantes deseosos<br />
de participar de la alegría de<br />
los programas festivos organizados<br />
en honor del santo patrón,<br />
por lo que es una buena<br />
oportunidad para conocer la<br />
vitalidad de sus gentes.<br />
■ Qué ver. Aparte de los actos<br />
religiosos, los programas<br />
que elaboran los ayuntamientos,<br />
peñas, asociaciones culturales<br />
o cofradías ofrecen una<br />
gran variedad de actividades,<br />
donde no faltan los bailes y<br />
verbenas, los deportes autóctonos<br />
como la calva y el tango,<br />
el teatro, las actuaciones<br />
musicales, los juegos infantiles<br />
e incluso los toros, como<br />
en Velayos, además de otras<br />
numerosas atracciones.<br />
■ Aliciente. Descubrir costumbres<br />
ancestrales de las gentes<br />
del medio rural, donde se<br />
mezcla la tradición religiosa<br />
con el divertimento festivo. Conocer<br />
los pueblos en fiestas<br />
es conocer una parte importante<br />
de su identidad histórica<br />
y cultural.
<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS<br />
Monsalupe. Fiesta de la Virgen.<br />
ENERO<br />
El calendario festivo de los<br />
pueblos del Adaja, como en la<br />
mayoría de las localidades del<br />
medio rural dedicadas a la agricultura<br />
y la ganadería, se iniciaba<br />
después de navidades, el 17<br />
de enero, con la bendición de<br />
los animales por intercesión de<br />
San Antón.<br />
El pueblo de Vega de Santa<br />
María tenía su fiesta tradicional<br />
el 21 de enero en honor de Santa<br />
Inés, si bien actualmente ya<br />
apenas se conmemora y, en<br />
cambio, ya hace varios años que<br />
por estas fechas se celebra la<br />
fiesta de la matanza que organiza<br />
la peña «El Vendaval». Peñalba<br />
de Avila honra a su patrón<br />
San Vicente Mártir, a quien<br />
llaman «El Cuervo», el 22 de<br />
enero; festividad que también<br />
se celebraba en el pueblo de<br />
Tolbaños. El 25 de enero, Monsalupe<br />
continúa celebrando sus<br />
fiestas patronales en honor de<br />
San Pablo, quien es titular de la<br />
parroquia.<br />
Mingorría han recuperado<br />
la fiesta de Santa Agueda,<br />
así que ese día, el 5<br />
de febrero, se ha convertido<br />
en un día festivo que<br />
va cobrando importancia.<br />
Santa Paula Barbada, la<br />
Santa de Cardeñosa, se<br />
festeja en este pueblo el<br />
20 de febrero, donde llaman<br />
la atención en este mes las<br />
elegantes capas que lucen los<br />
cofrades cada domingo.<br />
También en el mes de febrero<br />
tiene lugar la fiesta de los<br />
Carnavales, cuarenta días antes<br />
de Semana Santa. Esta tradición<br />
festiva ya se recogía en<br />
un bando de 1868 del Alcalde<br />
de Mingorría, localidad donde<br />
siempre se ha mantenido su<br />
celebración, como también se<br />
recuerda en Cardeñosa y Peñalba,<br />
y otros muchos pueblos.<br />
En los últimos años la fiesta<br />
de los disfraces ha sido recuperada<br />
por los escolares de la<br />
zona, quienes alegran la soledad<br />
de los pueblos con vistosos<br />
pasacalles, como ocurre en<br />
Mingorría, Vega de Santa María<br />
y Velayos.<br />
Cardeñosa. Fiesta de los Cristos.<br />
FEBRERO<br />
La fiesta de las Candelas del<br />
2 de febrero, en honor de la Virgen<br />
de la Candelaria, todavía se<br />
recuerda en Saornil como un<br />
día grande. El 3 de febrero Blascosancho<br />
festeja a San Blas, el<br />
santo de las cigüeñas, pues esta<br />
fecha coincide tradicionalmente<br />
con su llegada a las torres<br />
de las iglesias. Desde hace<br />
más de 10 años las mujeres de
<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS 121<br />
CARNAVALES<br />
«Febrerillo el loco», llama el<br />
refranero a este mes, y es que<br />
en febrero se suelen dar toda<br />
clase de fenómenos atmosféricos<br />
y también coinciden varias<br />
fiestas, siendo la más importante<br />
la de «Carnaval».<br />
«Febrerillo loco, un día peor<br />
que otro», dicen los agricultores,<br />
para quienes los cambios climáticos<br />
son buenos para el<br />
campo. «Brígida, María y Blas,<br />
los tres días holgarás», reza un<br />
dicho popular en relación con<br />
las fiestas de Santa Brígida (día<br />
1), la Candelaria (día 2) y San<br />
Blas (día 3), a los que hay que<br />
sumar Santa Agueda (día 5) y<br />
los Carnavales, tres días antes<br />
Carnavales en Mingorría.<br />
del Miércoles de Ceniza. Los rigores<br />
del invierno y la escasez<br />
de trabajo en las faenas agrícolas<br />
eran determinantes de una<br />
situación ociosa predispuesta<br />
al divertimento entre las gentes<br />
de los pueblos de la ribera del<br />
Adaja. Las «Carnestolendas»<br />
eran entonces la fiesta más<br />
grande.<br />
En los carnavales de Mingorría<br />
destacan como elementos<br />
configuradores del mismo: la música,<br />
el disfraz, el baile, el pasacalles,<br />
el galanteo, las comparsas,<br />
la típica repostería, la fiesta<br />
de los quintos y las caretas.<br />
Esta singular fiesta pagana,<br />
que sin embargo se celebra<br />
en el calendario cristiano con la<br />
idea puesta en la «Cuaresma»,<br />
nunca ha dejado de celebrarse,<br />
y en todas las plazuelas se organizaba<br />
o improvisaba el baile<br />
al son de la dulzaina y el tambor,<br />
o del organillo que sonaba<br />
por las calles y en los salones<br />
del tío Fausto y el tío Simón.<br />
Los quintos recorrían las casas<br />
recogiendo huevos, longaniza<br />
y otras dádivas que después<br />
degustarían juntos. Mientras las<br />
amas de casa hacían bollos, hojuelas,<br />
flores, rosquillas, huesillos<br />
y retorcidos. Y cada mañana<br />
no podían faltar los churros<br />
y el chocolate.<br />
En la actualidad sobresalen<br />
los pasacalles de carnaval que<br />
organiza el Colegio Rural Agrupado<br />
«Miguel Delibes», de los<br />
pueblos de: Mingorría, Santo Domingo<br />
de las Posadas, Velayos<br />
y Vega de Santa María. Costumbre<br />
ésta que también se ha
122 <strong>RUTAS</strong> FESTIVAS<br />
revitalizado en los colegios<br />
de los demás pueblos.<br />
Sobre el arraigo de esta<br />
tradición festiva destaca el<br />
Bando dictado en el siglo<br />
pasado, el 22 de febrero de<br />
1868, por el Alcalde de Mingorría,<br />
que se transcribe a<br />
continuación:<br />
«Don Francisco Sáez, Alcalde<br />
Constitucional de esta<br />
Villa de Mingorría. Hago saber:<br />
Que para que las diversiones<br />
propias del próximo Carnaval,<br />
que van a tener efecto sin oponerse<br />
a los habitantes de ella,<br />
he dispuesto se observen las siguientes<br />
reglas:<br />
1. En los tres días de Carnaval<br />
se permite andar con disfraces<br />
por la calle, y con careta<br />
puesta, hasta el toque de oraciones.<br />
2. Ninguna persona disfrazada<br />
podrá llevar armas, ni entrar<br />
con careta puesta en el baile,<br />
tabernas, ni casas particulares.<br />
3. Igualmente se prohíben dichos<br />
y acciones deshonestas,<br />
así como el uso de mazas, que<br />
de cualquier modo incomoden<br />
a los vecinos, bajo la pena de<br />
un Ducado de multas.<br />
Y a fin de que no se alegue<br />
ignorancia, evitándome tener que<br />
castigar a los infractores, se fija<br />
el presente al público».<br />
Peñalba de Avila.<br />
Finalizada la Semana Santa,<br />
el primer miércoles después del<br />
domingo de Resurrección Mingorría<br />
celebra la fiesta de las<br />
Aguas en honor del Santo Cristo<br />
del Berrocal. Este día todos<br />
los lugareños se dan cita en torno<br />
a la antigua ermita del Cristo<br />
y allí degustan, acompañados<br />
de limonada, la típica empanada<br />
y hornazo, elaborados<br />
según la tradición heredada de<br />
los famosos panaderos de la localidad.<br />
MAYO<br />
El día 1 de mayo, en el paraje<br />
conocido como «El Chorro»,<br />
propiedad del Ayuntamiento de<br />
Gotarrendura, situado junto al<br />
río Adaja y dentro del término<br />
Velayos. Fiesta de San Isidro.<br />
MARZO - ABRIL<br />
En los meses de marzo o<br />
abril, depende del calendario de<br />
cada año, la Semana Santa recobra<br />
un especial significado<br />
en todos los pueblos de la ribera<br />
del Adaja, entre cuyos actos<br />
cabe destacar la procesión<br />
del Viernes Santo en Peñalba,<br />
donde se recitan los poemas y<br />
romances de Lope de Vega,<br />
una tradición del siglo XVII que<br />
también se mantenía en Cardeñosa,<br />
Vega de Santa María y<br />
Pozanco.
123<br />
en domingo, y que son La Trinidad<br />
y El Corpus Christi, las cuales<br />
se celebran especialmente,<br />
por ser fiestas locales, en La<br />
Venta de San Vicente, donde<br />
se reunen los pueblos de: Tolbaños,<br />
Escalonilla, Cortos y<br />
Gallegos de San Vicente, así<br />
como los caseríos de La Alameda<br />
y Encinas. La Trinidad<br />
también es fiesta local en Vega<br />
de Santa María y Santo Domingo<br />
de las Posadas, donde<br />
como tal se sigue manteniendo.<br />
En el resto de los pueblos<br />
se sigue celebrando el Corpus<br />
Zorita de los Molinos.<br />
de Peñalba, tiene lugar una singular<br />
fiesta campestre auspiciada<br />
por los propietarios de la<br />
cercana dehesa de Navares y<br />
vecinos de los pueblos de alrededor.<br />
La Invención o Exaltación de<br />
la Cruz es una fiesta que el 3 de<br />
mayo se celebra en Cardeñosa,<br />
cuya parroquia está dedicada<br />
precisamente a la «Santa<br />
Cruz». Antiguamente Zorita también<br />
festejaba este día en su ermita<br />
del Cristo.<br />
San Isidro Labrador, patrón<br />
de agricultores y ganaderos, es<br />
festejado en estos pueblos que<br />
tradicionalmente se han dedicado<br />
al trabajo de la tierra, pero<br />
destaca sobre todos Velayos<br />
porque en él San Isidro es además<br />
el patrón de la localidad.<br />
Blascosancho celebra el 20<br />
de mayo la festividad de San<br />
Boal, patrón del pueblo.<br />
En mayo o primeros de junio,<br />
el domingo y lunes de Pentecostés,<br />
las gentes de Monsalupe<br />
festejaban a su patrona la<br />
Virgen del Buensuceso.<br />
El Corpus. Vega de Santa María.<br />
como una importante fiesta religiosa,<br />
incluso aunque no tenga<br />
el carácter de fiesta patronal.<br />
Todavía en junio, Pozanco<br />
festeja a San Juan Bautista el día<br />
24, como titular que lo es de<br />
Pozanco.<br />
JUNIO<br />
Durante el mes de junio destacan<br />
dos fiestas que actualmente<br />
se suceden de domingo
Tolbaños.<br />
la parroquia; fiesta que también<br />
se celebra recientemente en<br />
Tolbaños.<br />
JULIO<br />
El 2 de julio algunos pueblos<br />
celebraban la fiesta de La Garrobera,<br />
fecha que el santoral<br />
dedica a la Visitación de Nuestra<br />
Señora, como es el caso de<br />
Saornil, Peñalba y Monsalupe,<br />
y que coincide con la mayor<br />
frondosidad de las algarrobas.<br />
AGOSTO<br />
Agosto es un mes que antiguamente<br />
no destacaba sobremanera<br />
en el calendario festivo<br />
porque las gentes andaban<br />
ocupadas en las faenas agrícolas.<br />
En la actualidad ocurre lo<br />
contrario, pues aprovechando<br />
Blascosancho.<br />
Saornil.<br />
la afluencia de veraneantes se<br />
han trasladado a estas fechas la<br />
mayoría de las fiestas.<br />
Así, el primer fin de semana<br />
Gotarrendura celebra sus fiestas<br />
en honor de la Virgen de las<br />
Nieves, donde participa decididamente<br />
la Asociación Cultural<br />
«Santa Teresa». En las mismas<br />
fechas, Blascosancho y San<br />
Esteban de los Patos festejan<br />
a la Virgen del Rosario, mientras<br />
que al domingo siguiente Tolbaños<br />
celebra su fiesta en honor<br />
de San José, titular de su<br />
nueva iglesia. La Asociación «Santa<br />
Paula Barbada» de Cardeñosa<br />
organiza en este mes un interesante<br />
calendario de actividades<br />
culturales y festivas.<br />
El 15 de agosto se festeja la<br />
Asunción de la Virgen en Vega<br />
de Santa María y en La Venta<br />
de San Vicente se honra a la<br />
Virgen de la Caridad, patrona<br />
de la zona. El 16 de agosto es<br />
el día de San Roque, el cual se<br />
festeja en Mingorría y Saornil.<br />
El tercer fin de semana se celebran<br />
las fiestas de verano de<br />
Santo Domingo de las Posa-<br />
La Venta de San Vicente.
125<br />
Las Berlanas.<br />
das y Monsalupe. El último sábado<br />
de mes Zorita festeja a<br />
San Ramón Nonato, el mismo<br />
día que también lo hace Pozanco<br />
en honor de la Virgen.<br />
El 29 de agosto Las Berlanas<br />
celebra con grandes bailes<br />
La Riada, un aniversario<br />
de las inundaciones<br />
sufridas el año 1959.<br />
Gotarrendura.<br />
SEPTIEMBRE<br />
En septiembre, el día 8,<br />
Pozanco festejaba a la<br />
Virgen de la Cuesta, pero<br />
esta fiesta fue trasladada<br />
al mes de agosto.<br />
El 14 de septiembre Cardeñosa<br />
celebra su fiesta<br />
en honor de Cristo y la<br />
Virgen en la ermita, mientras<br />
que Peñalba celebra en<br />
las mismas fechas sus fiestas<br />
patronales dedicadas al Santísimo<br />
Cristo de Santa Teresa.<br />
Las Berlanas honra a su patrona<br />
la Virgen de la Asunción el<br />
tercer domingo de septiembre,<br />
en cuya víspera durante los últimos<br />
años tiene lugar la romería<br />
de la Virgen de Gandulle<br />
en la antigua iglesia parroquial.<br />
La festividad de San Miguel,<br />
del 29 de septiembre,<br />
se sigue celebrando en Gotarrendura,<br />
como antiguamente<br />
se hacía también en<br />
Zorita.<br />
OCTUBRE<br />
El primer domingo de octubre<br />
Mingorría celebra sus fiestas<br />
patronales en honor de la<br />
Virgen del Rosario, conocidas<br />
como «La Función», festividad<br />
San Esteban de los Patos.<br />
que también se celebra en Monsalupe<br />
y San Esteban de los<br />
Patos, aunque en todas estas<br />
localidades los actos más<br />
multitudinarios se han trasladado<br />
a las fiestas de verano que<br />
se organizan en agosto. El segundo<br />
domingo de octubre Velayos<br />
festeja a su<br />
patrona, la Virgen de<br />
la Soledad, sin que<br />
falten en estas fechas<br />
los festejos taurinos.<br />
Las Berlanas destacó<br />
en estas fechas<br />
por su importante feria<br />
de ganado que<br />
comenzaba el día 24.
<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS<br />
En esta fecha da comienzo<br />
también la campaña de la tradicional<br />
matanza del cerdo.<br />
Santo Domingo de las Posadas<br />
NOVIEMBRE<br />
El día 8 de noviembre Santo<br />
Domingo de las Posadas celebraba<br />
fiestas en honor de San<br />
Martín, titular de su parroquia.<br />
DICIEMBRE<br />
El barrio de la Aldehuela de<br />
Las Berlanas celebra en su<br />
ermita la fiesta de la Purísima<br />
Concepción el 8 de diciembre.<br />
El año termina con la fiesta del<br />
Santo Chiquito el día 21, que se<br />
celebra en San Esteban de los<br />
Patos en honor de Santo Tomás,<br />
titular de su parroquia.<br />
Mingorría. Procesión de la Virgen.<br />
LOS TOROS<br />
La programación de espectáculos<br />
taurinos, coincidiendo<br />
con las celebraciones festivas,<br />
constituye una tradición característica<br />
de las diversiones populares<br />
de las gentes que habitan<br />
esta parte de la provincia<br />
abulense, destacando por ello<br />
las localidades de Cardeñosa,<br />
Mingorría y Velayos.<br />
La fiesta de los toros tiene su<br />
mayor exponente histórico en la<br />
plaza construida para la lidia<br />
frente a la ermita de Nuestra<br />
Señora del Berrocal de Cardeñosa.<br />
Este singular ruedo de<br />
piedra es de forma cuadrada, y<br />
parece tan antiguo como la propia<br />
ermita. El interior del coso,<br />
que antiguamente era rodeado<br />
de carros, dispone de unos espacios<br />
habilitados en sus ángulos<br />
para los espectadores,<br />
mientras que para correr las vaquillas<br />
se instalaron recientemente<br />
seis burladeros. Ultimamente<br />
apenas se celebran festejos<br />
en esta hermosa plaza,<br />
dados los problemas de seguridad<br />
que presentan sus bellos<br />
muros, si bien antes se soltaba<br />
una vaquilla para aficionados y<br />
dos novillos para la lidia de profesionales.
<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS 127<br />
Cardeñosa. Coso de la ermita.<br />
Mingorría ha celebrado desde<br />
tiempo inmemorial espectáculos<br />
taurinos en sus fiestas,<br />
aunque ello no se haya producido<br />
en los últimos años. De este<br />
pueblo es el torero retirado<br />
Paco Domínguez Méndez, nacido<br />
en 1941. Antiguamente, los<br />
toros se adquirían en las dehesas<br />
cercanas de Aldealgordo o<br />
Tabladillo, e incluso en Campoazálvaro;<br />
este ganado de media<br />
casta se trasladaba desde los<br />
Plaza portátil de Mingorría.<br />
pastos a pie,<br />
rodeado de<br />
una piara de<br />
cabestros y vigilado<br />
por gentes<br />
a caballo,<br />
hasta el lugar<br />
conocido como<br />
«el toril»,<br />
situado frente<br />
al presbiterio<br />
de la iglesia<br />
donde se hacía<br />
la lidia. La<br />
plaza también<br />
se formaba con carros de labranza,<br />
hasta que fueron sustituidos<br />
por plazas portátiles.<br />
En la actualidad, la fiesta de<br />
los toros tiene su mayor auge<br />
en Velayos, localidad que cuenta<br />
con una plaza de nueva construcción<br />
inaugurada en 1990<br />
con el cartel de Ignacio Martín<br />
y los hermanos Campano. La<br />
peña taurina «El Moriles» anima<br />
cada temporada organizando<br />
interesantes festejos, con lo que<br />
mantiene viva una tradición ancestral.<br />
Plaza de Velayos.
RUTA DE LA LANA<br />
■ A DESTACAR. La cría del<br />
ganado ovino para la obtención<br />
de lana y carne ha sido<br />
una actividad característica de<br />
las formas de vida en el medio<br />
rural, lo que favoreció entre los<br />
municipios de la ribera del Adaja<br />
el nacimiento de una primitiva<br />
industria textil a mediados<br />
del siglo XVIII que ocupó un<br />
lugar destacado en el conjunto<br />
de la provincia. Viajar entonces<br />
por los pueblos que<br />
se significaron en el desarrollo<br />
de esta actividad fabril,<br />
supone reencontrarse<br />
con viejos batanes y esquileos,<br />
y con manufacturas de<br />
la época, tales como mantas,<br />
colchas, lienzos, sayales,<br />
etc., que nos ayudan a<br />
conocer y entender formas<br />
de vida casi olvidadas.<br />
■ La ruta. Esta ruta es un<br />
viaje mágico a través de distintas<br />
manifestaciones, que<br />
todavía pueden verse en<br />
nuestros pueblos, demostrativas<br />
del proceso fabril<br />
que se desencadenaba a<br />
partir de la lana que se obtenía<br />
de las ovejas. El oficio<br />
de pastor, el rito anual del<br />
esquileo, los encerraderos<br />
y construcciones auxiliares<br />
de los grandes esquileos,<br />
los arruinados molinos batanes<br />
que se asoman al río<br />
Adaja, los restos de casas<br />
que fueron telares, alguna rueca<br />
o huso para hilado, y las<br />
viejas mantas que aún se conservan,<br />
constituyen muestras<br />
vivas de una importante actividad<br />
artesanal que concluía<br />
con la fabricación de paños<br />
para mantas de campo, vestimenta<br />
de labradores y otros<br />
usos agrícolas.<br />
■ Cómo llegar. Cuando el viajero<br />
recorre los pueblos del<br />
Adaja y el Voltoya por las carreteras<br />
y caminos que discurren<br />
entre los ríos, enseguida<br />
observa que el mantenimiento<br />
de rebaños de ovejas debió<br />
ser el origen de la fabricación<br />
de paños de lana. Para llegar<br />
basta ponerse en camino, y<br />
en mayo y junio todos los encerraderos<br />
y cijas dejan oír el<br />
chasquido de los esquiladores.<br />
El mejor ejemplo de los<br />
Molino batán «El Caleño».<br />
viejos molinos bataneros se<br />
encuentra en el Adaja, donde<br />
se llega por el camino que sale<br />
aguas arriba del río, nada<br />
más cruzar el puente de Zorita.<br />
Los grandes encerraderos<br />
y esquileos estaban a orillas<br />
del Voltoya, en Aldealgordo (Tolbaños)<br />
y «Las Gordillas» (Maello),<br />
a los que se llega por la<br />
carretera de Velayos a Maello.
RUTA DE LA LANA 129<br />
■ Qué ver. El esquileo de<br />
ovejas sigue siendo una actividad<br />
digna de contemplación.<br />
El batán «El Caleño»,<br />
situado en el Adaja conserva<br />
todavía la grandiosidad<br />
de su construcción en un bello<br />
paraje que traza el río.<br />
Las dependencias de los esquileos<br />
de «Aldealgordo» y<br />
«Las Gordillas» testimonian<br />
la importancia de una primitiva<br />
industria textil. En algunas<br />
casas de Velayos, Santo<br />
Domingo de las Posadas<br />
y Mingorría todavía se conservan<br />
viejas mantas de lana,<br />
mientras que en Cardeñosa<br />
los hombres lucen bellas<br />
capas y en Peñalba se<br />
conserva alguna rueca de<br />
hilar. En el recuerdo quedan<br />
los numerosos telares que<br />
existieron durante los siglos<br />
XVIII y XIX en Velayos, Mingorría<br />
y Santo Domingo de<br />
las Posadas.<br />
■ Aliciente. La fabricación<br />
de paños marcó una época<br />
importante de la historia abulense,<br />
y fue un primer intento<br />
de industrialización del<br />
campo. Comprobar entonces<br />
cómo se esquilan las<br />
ovejas y descubrir los batanes<br />
del Adaja y los esquileos<br />
del Voltoya, así como viejas<br />
manufacturas de lana motivan<br />
el inicio de este viaje.<br />
La industria textil en Avila ha<br />
sido estudiada con especial<br />
rigor por Gonzalo Martín García.<br />
El Catastro del Marqués de la<br />
Ensenada de 1751 también aporta<br />
datos muy interesantes: Mingorría,<br />
Velayos y Santo Domingo<br />
de las Posadas, mediado el<br />
siglo XVIII, ocupaban un lugar<br />
destacado en el panorama industrial<br />
de la provincia por su<br />
producción textil, sin contar los<br />
tejedores aislados de Gotarrendura,<br />
Vega de Santa María y<br />
Zorita, cuyo tejedor también era<br />
sacristán. Además Cardeñosa<br />
llegó a contar con una escuela<br />
de hilazas. Mingorría tenía entonces<br />
14 centros cardadores y<br />
ocho telares, que daban trabajo<br />
a 19 tratantes y fabricantes<br />
de estameñas, 12 cardadores y<br />
peinadores de lana y dos aprendices,<br />
y a ocho maestros de tejer<br />
sayales y estameñas. Velayos<br />
tenía 35 peinadores, 15 cardadores,<br />
27 telares y 31 tejedores,<br />
entre ellos había seis fabricantes-tejedores<br />
que empleaban<br />
entre todos a 30 operarios,<br />
seis fabricantes-peinadores que<br />
elaboraban lana para estameñas<br />
y sayales, y un fabricantepeinador<br />
y tratante de pieles de<br />
cabra. Santo Domingo de las<br />
Posadas tenía tres peinadores,<br />
cuatro telares y cuatro tejedores.<br />
Estas localidades, junto con Villanueva<br />
de Gómez, eran las<br />
únicas de toda la Moraña y la<br />
Colcha de lana.
130<br />
zona centro de la provincia abulense<br />
donde se desarrollaba<br />
la actividad textil, destacando<br />
en el resto Las Navas del Marqués,<br />
Pedro Bernardo, Villafranca,<br />
Mijares, Bonilla, Casavieja,<br />
Solana de Rioalmar y<br />
Santa María del Berrocal.<br />
Ovillo de lana recién esquilada.<br />
Las operaciones preliminares<br />
del proceso de manufacturación<br />
daban comienzo con el<br />
esquileo de las ovejas. Esta es<br />
una actividad que actualmente<br />
se sigue realizando en el medio<br />
rural, y su importancia para la<br />
industria textil de la zona puede<br />
comprobarse en las dehesas de<br />
Las Gordillas (Maello) y Aldealgordo<br />
(Tolbaños), sobre las instalaciones<br />
de esta última escribió<br />
Madoz en 1845:<br />
Rancho de «Las Gordillas».<br />
Aldealgordo. Río Voltoya.<br />
«Tiene la dehesa dos esquileos<br />
de ganado lanar con sus lonjas<br />
correspondientes, llamadas<br />
rancho de arriba y rancho de<br />
abajo, cuatro encerraderos, un<br />
sudadero, un comedor para los<br />
pastores con su despensa, un<br />
lavadero de nueve varas de frente<br />
y 48 de fondo y con su cocina.<br />
Tiene un prado que sirve de<br />
tendedero de lana, dentro del<br />
cual hay una lonja para apartar<br />
las lanas y ensacarlas después<br />
de lavadas. El río Voltoya sirve<br />
para el lavadero de las lanas».<br />
La lana era apartada o clasificada,<br />
desmontada, lavada<br />
y arqueada o esponjada, quedando<br />
entonces blanca pero áspera<br />
y tirante, por lo que las fibras<br />
debían ser preparadas convenientemente<br />
mediante el peinado<br />
o el cardado para volverlas<br />
más sedosas antes de someterlas<br />
a la hilatura. El hilado<br />
solía hacerse por las mujeres<br />
en sus casas, utilizando tornos<br />
y ruecas de madera, entregándose<br />
después las hilazas a los<br />
telares, donde se ocupaban los<br />
tejedores.<br />
Tal y como dice Gonzalo Martín,<br />
la operación de tejido era la<br />
fase más importante del proceso<br />
de producción y la que da-
131<br />
Telar y rueca.<br />
ba al paño sus características<br />
esenciales. Del telar salían los<br />
paños crudos, aptos ya para ser<br />
utilizados en muchas ocasiones,<br />
pero algunos de ellos, de<br />
mayor calidad, eran sometidos<br />
después a una nueva serie de<br />
operaciones que tenían la finalidad<br />
de procurar un acabado<br />
más perfecto, dando al paño una<br />
apariencia de limpieza y superficie<br />
uniformes que aumentaban<br />
el valor comercial de la pieza.<br />
Las principales eran el batanado,<br />
el tundido y el tinte.<br />
Con el bataneo se trataba de<br />
limpiar las impurezas que se<br />
habían adherido al paño en los<br />
procesos anteriores y dar a la<br />
pieza las dimensiones, consistencia<br />
y brillo necesarios. Esta<br />
operación se hacía en el molino<br />
batán que se localizaba en la<br />
ribera de los ríos y arroyos<br />
caudalosos, pues la energía<br />
hidráulica era la única forma<br />
de producir energía a costes<br />
económicos.<br />
Siguiendo a María Pía Timón<br />
en «El Arte Popular en<br />
Avila», sabemos que los batanes<br />
funcionan aprovechando<br />
la corriente de agua que<br />
se conducía por medio de un<br />
canal que se abría o cerraba<br />
con una compuerta. En el momento<br />
de la faena se dejaba<br />
pasar el agua y al caer con fuerza<br />
sobre las palas que tenía la<br />
rueda hidráulica la hacían moverse<br />
con rapidez. Esta transmitía<br />
el movimiento al eje que presentaba<br />
unas paletas que al<br />
coincidir con las mazas le hacían<br />
levantarse y caer por su<br />
peso contra la pila donde estaba<br />
el paño, golpeándole.<br />
El río Adaja contaba en 1751,<br />
según el Catastro de Ensenada,<br />
con tres molinos batanes, localizados<br />
en la margen izquierda<br />
de Cardeñosa: el batán de Córdoba,<br />
el batán de Alejandro y el<br />
batán el Caleño, en los linderos<br />
de Zorita. Larruga cita también<br />
la existencia de un batán en Velayos<br />
en el siglo XVIII.<br />
Concluido el proceso fabril los<br />
paños obtenidos se clasificaban<br />
en ordinarios, veintidosenos,<br />
estameñas, sayales, xergas, ataharres<br />
y cinchas. Con estos paños<br />
se confeccionaban principalmente<br />
mantas de campo y ropas<br />
para los campesinos (capas, pantalones,<br />
chaquetones y manteos),<br />
y para las faenas agrícolas<br />
y ganaderas (mantas de mulas,<br />
costales y alforjas).<br />
Además de la fabricación<br />
de paños, también se contaban<br />
centros productores de lienzos<br />
a partir del lino: Mingorría contaba<br />
con cuatro centros de lienzos<br />
ordinarios y Velayos con<br />
dos de lienzos y estopas, cuyos<br />
productos se destinaban para<br />
Batán en el río Adaja.
132 RUTA DE LA LANA<br />
la realización de prendas de<br />
ajuar y las relacionadas con las<br />
faenas agrícolas y ganaderas.<br />
La actividad textil artesanal<br />
prácticamente desapareció con<br />
las crisis agrarias de 1780, dada<br />
la escasa productividad de<br />
la agricultura y la baja capacidad<br />
adquisitiva del campesinado.<br />
Esta desaparición fue paulatina,<br />
y de ello se lamentaba el<br />
Corregidor de la ciudad de Avila<br />
citando el caso del pueblo de<br />
Velayos, lo mismo que reseña<br />
el historiador Martín Carramolino.<br />
No obstante, en esta localidad,<br />
según Madoz (1845-1850),<br />
todavía quedan ocho telares y<br />
80 personas se ocupan en la<br />
fabricación de estameñas bastas.<br />
Durante el período 1776-1851<br />
las fábricas textiles fueron el<br />
exponente más importante del<br />
intento de modernización e industrialización<br />
de la capital abulense.<br />
Así, primero se puso en<br />
funcionamiento la fábrica de paños<br />
del Común de la Ciudad de<br />
Avila (1776-1782), después se<br />
estableció la Real Fábrica de<br />
algodón (1788-1816), que pasado<br />
el tiempo se transformó en<br />
fábrica de lanas (1817-1830) y<br />
finalmente en fábrica de lino<br />
(1830-1851). Además, también<br />
funcionaron en Avila diversas<br />
fábricas de paños privadas, entre<br />
las que destacaron la de Francisco<br />
Solernou (1774-1798) y<br />
la de Rafael Serrano (1803-1822).<br />
Mingorría. Confección de manteo.<br />
Solernou era un comerciante<br />
catalán establecido en Avila, había<br />
sido Procurador Síndico del<br />
Común, y completaba su negocio<br />
de fabricación de paños con<br />
una tienda de joyería, quincallería<br />
y ferretería, y con la compraventa<br />
de lanas. Además era<br />
prestamista y propietario de casas<br />
y tierras en Mingorría, Las<br />
Berlanas y Monsalupe.<br />
Rafael Serrano era natural del<br />
pueblo de Velayos y fue oficial<br />
de la Contaduría de Avila, administrador<br />
de Tercias Reales y tesorero<br />
de Rentas Provinciales<br />
de Avila, teniendo casas y tierras<br />
en Peñalba, Zorita de los Molinos<br />
y Cardeñosa, donde estableció<br />
una secuela de hilazas.<br />
Desaparecida la actividad textil<br />
de la zona, su vacío fue paliado<br />
con la visita frecuente de los<br />
pañeros de Santa María del Berrocal.<br />
En Mingorría durante la siguiente<br />
mitad del siglo XX la mayoría<br />
de las mujeres se ocuparon<br />
cosiendo guantes de piel,<br />
en una importante actividad económica<br />
para la localidad. En la<br />
actualidad se siguen realizando<br />
trabajos de confección de trajes<br />
de toreros, además de manteos<br />
y tapices.<br />
Finalmente, cabe decir que<br />
en Cardeñosa la tradicional capa<br />
de paño que se tejía en la<br />
zona constituye una prenda característica<br />
de la indumentaria<br />
masculina.<br />
Cardeñosa. Capa de paño.
RUTA DE<br />
LOS CHOCOLATEROS<br />
Mingorría. Fábrica de chocolate.<br />
■ A DESTACAR. Al viajero<br />
debe sorprenderle grátamente<br />
llegar a Mingorría y descubrir<br />
aquí una antigua fábrica<br />
de chocolates, tal cual dejó<br />
de funcionar en 1970, después<br />
de haberlo hecho durante<br />
más de 150 años. La fábrica<br />
conserva intactas sus<br />
instalaciones y el coche furgoneta<br />
comprado en 1934 para<br />
repartir.<br />
■ La ruta. Desplazarse hasta<br />
Mingorría, como antiguamente<br />
hacían los escolares,<br />
para admirar la gran casona<br />
que preside la plaza del<br />
pueblo es reencontrarse con<br />
un peculiar símbolo de industrialización<br />
del campo. Actualmente<br />
la fábrica «Marugán»<br />
está cerrada, pero se conserva<br />
en relativo buen estado<br />
y guarda toda la maquinaria<br />
que sirvió para la fabricación<br />
del chocolate.<br />
■ Cómo llegar. Para acercarse<br />
a Mingorría basta ponerse<br />
en marcha por la carretera<br />
de Avila-Valladolid N-403,<br />
y en el centro del pueblo, en<br />
la plaza de la Constitución,<br />
destaca sobremanera la antigua<br />
fábrica.<br />
■ Qué ver. El singular edificio<br />
que fue una de las más<br />
importantes fábricas de chocolates<br />
de la mitad norte de la<br />
provincia. En su interior todavía<br />
se conservan íntegras las<br />
instalaciones primitivas que<br />
servían para la elaboración artesanal<br />
del chocolate, incluido<br />
el antiguo coche-furgoneta<br />
de reparto.<br />
■ Aliciente. Descubrir en el<br />
medio rural una fábrica de<br />
chocolate tal cual funcionaba<br />
antiguamente.<br />
Carta de baraja de regalo
Molde.<br />
RUTA DE LOS CHOCOLATEROS<br />
Aun extremo de la plaza de<br />
Mingorría, a contrapunto e<br />
la iglesia y perpendicular a la<br />
casa consistorial, se levanta un<br />
enorme caserón de dos plantas,<br />
el más grande de todo el<br />
pueblo. Es la fábrica de chocolates,<br />
construida en el año 1832<br />
sobre una finca donde en alguna<br />
ocasión se cultivó el azafrán.<br />
A un lado de la casona, tres<br />
contrafuertes de mampostería<br />
sostienen las gruesas paredes<br />
que soportan la cubierta de la<br />
casa, son los paredones que<br />
dan a la calle del Pozo y entre<br />
los cuales se puede descifrar el<br />
rótulo, ya casi borrado por la<br />
lluvia: «Chocolates Marugán».<br />
El edificio es hogar familiar y<br />
es fábrica, también cuenta con<br />
cuadras para las caballerizas,<br />
gallinero y una lagareta donde<br />
hacer el vino. En medio del<br />
corral, inmenso, un pozo.<br />
El proceso de elaboración<br />
que caracterizaba la fabricación<br />
de este chocolate ha sido el<br />
mismo a lo largo de cien años.<br />
Durante todo este tiempo, un<br />
molino de piedra movido por<br />
una o dos mulas ha sido la única<br />
maquinaria con que se contaba,<br />
hasta que en 1925 se instaló<br />
un motor de gasolina, y en<br />
1940 se sustituyó por maquinaria<br />
eléctrica.<br />
El chocolate «Marugán» solía<br />
venderse en Avila, capital y provincia.<br />
Todos los viernes del año<br />
era cita obligada acudir a repartirlo<br />
a la capital, los demás días<br />
se iba de pueblo en pueblo hasta<br />
donde se podía ir y venir en<br />
una jornada. La distribución se<br />
hacía con las alforjas cargadas<br />
a lomos de un par de mulas. En<br />
la fábrica había cuatro mulas<br />
que se turnaban en dar vueltas<br />
alrededor del molino, yendo a<br />
repartir y descansando. Para llegar<br />
a los pueblos más lejanos<br />
se recorrían éstos previamente,<br />
incluso durante semanas, confeccionando<br />
una nota de pedidos<br />
que posteriormente se facturaría<br />
con destino a los comerciantes<br />
que lo solicitaban.<br />
En 1925 Mariano Cuenca,<br />
que había estado trabajando<br />
casi ocho años en la fábrica de<br />
los Marugán, decide instalar<br />
otra fá brica de chocolate también<br />
en Mingorría. Se fue con él<br />
Florencio García, otro trabajador<br />
de los Marugán que llevaba<br />
20 años en el oficio. Posteriormente,<br />
Florentino abrió otra fábrica<br />
por su propia cuenta.<br />
En 1934 las mulas que transportaban<br />
el chocolate de pue-
RUTA DE LOS CHOCOLATEROS 135<br />
blo a pueblo, fueron sustituidas<br />
por un coche furgoneta de color<br />
rojo, marca Opel, matrícula<br />
AV-881. La distribución y el reparto<br />
fue mucho más eficaz entonces.<br />
El precio de venta de<br />
las tabletas osciló en esta década<br />
entre los 50 céntimos y la<br />
peseta.<br />
También en esta época se<br />
piensa en cambiar y modernizar<br />
la maquinaria. Para ello se estudian<br />
detenidamente los muestrarios<br />
y catálogos que mandan<br />
desde Barcelona y en 1936 casi<br />
se cierra el trato con los vendedores<br />
catalanes, pero estalló la<br />
guerra. El coche fue requisado,<br />
el cacao y el azúcar estaban racionados<br />
y dos hijos estaban<br />
en el Ejército. Hubo que esperar<br />
al final de la guerra para la<br />
instalación de la nueva maquinaria<br />
eléctrica; el coche, devuelto<br />
a sus dueños, será pintado<br />
de azul claro y en la plaza<br />
del pueblo volvía a oírse el sonar<br />
«Marugán, tam, tam», que<br />
hacían las máquinas.<br />
El trabajo artesanal de fabricación<br />
del chocolate era motivo<br />
suficiente para que acudieran<br />
numerosos visitantes curiosos.<br />
Solían venir los cadetes de la<br />
Academia de Intendencia de<br />
Avila y, también, las alumnas<br />
del colegio abulense de Las Nieves.<br />
Como regalo un simpático<br />
lapicero de propaganda o una<br />
papelera, y siempre un trozo de<br />
chocolate.<br />
El chocolate que se hacía era<br />
un chocolate a la taza, de leche<br />
y almendras, un chocolate apreciado,<br />
cuyo sabor todavía se recuerda<br />
por quienes lo han probado.<br />
Pero llegaron los años sesenta<br />
y la industria chocolatera que<br />
había proliferado excesivamente<br />
en toda España empezaba a<br />
resentirse, y las pequeñas industrias<br />
comienzan a cerrar. Para<br />
los Marugán no hay perspectivas<br />
de continuidad. El negocio<br />
familiar se moría con la tercera<br />
generación cuando los dos<br />
hijos varones de la siguiente<br />
generación no llegan a trabajar<br />
nunca en la fábrica. Así pues,<br />
en el año 1970 se cierra.<br />
Ahora sólo queda el recuerdo<br />
de aquellos aromas, de los bailes<br />
que se echaban en el portal,<br />
de las notas que tocaba Agapito<br />
Marazuela en las tardes de<br />
los inviernos de la posguerra,<br />
cuando se acercaba a este<br />
caserón animado por Antonio<br />
Marugán, al que le gustaba tocar<br />
la guitarra.<br />
Todo permanece intacto, como<br />
si fuera ayer el último día trabajado.<br />
Parece estar listo para<br />
iniciar de nuevo la fabricación de<br />
aquel añorado chocolate que<br />
fue la merienda de todos los niños<br />
durante más de un siglo.<br />
Aún se conservan dos máquinas<br />
que están sin desembalar,<br />
una mesa para moldear y una<br />
moledora de almendras, como<br />
un mundo mágico, igual que el<br />
del cuento de la casita de chocolate.<br />
La fábrica de chocolate,<br />
inmensa, callada y muda sigue<br />
presidiendo la plaza. Al otro extremo,<br />
la iglesia mira de reojo.
RUTA DE LOS PALOMARES<br />
■ A DESTACAR. Rodean muchos<br />
de los pueblos de la ribera<br />
del Adaja y de la meseta<br />
castellana unas construcciones<br />
aisladas, de planta rectangular<br />
algunas veces, circular<br />
casi siempre, con pretensiones<br />
decorativas de las que suelen<br />
carecer totalmente las pobres<br />
viviendas inmediatas: son los<br />
palomares, donde se criaban<br />
palomas que proporcionaban<br />
carne y abono al campesinado.<br />
■ La ruta. El recorrido ideado<br />
pretende situar al viajero<br />
frente a los antiguos palomares<br />
que se conservan en nuestros<br />
pueblos, al objeto de fijar<br />
su atención en la importancia<br />
de estas singulares construcciones<br />
en la vida de los campesinos.<br />
■ Cómo llegar. Buenos ejemplos<br />
de palomares pueden verse<br />
en Peñalba, a la salida del<br />
pueblo por el este, camino de<br />
Zorita; en Monsalupe, en la<br />
antigua fábrica de aguardiente;<br />
en Las Berlanas, en el barrio<br />
de El Burgo; en Gotarrendura,<br />
en el antiguo solar de la<br />
casa-palacio de los padres de<br />
Santa Teresa; en Zorita, en la<br />
Dehesa de Olalla cerca del río<br />
Adaja; en Mingorría, en un montecillo<br />
situado al oeste del pueblo,<br />
en el encinar del «Ciego»,<br />
cerca del camino de los molinos<br />
y junto a la carretera N-<br />
403; en Pozanco, de frente a<br />
las eras del pueblo, y en Dehesa<br />
de Domingo Peláez, en<br />
el encinar situado a la derecha<br />
de la carretera que llega a Santo<br />
Domingo de las Posadas.<br />
■ Qué ver. La distribución interior<br />
de los palomares para<br />
servir a la cría de palomas donde<br />
mejor puede contemplarse<br />
es en el palomar de Santa Teresa<br />
en Gotarrendura. La gracia<br />
de las construcciones y su<br />
gran variedad puede admirarse<br />
en los pueblos de la ruta,<br />
destacando por su grandiosidad<br />
el palomar de la dehesa<br />
de Domingo Peláez.<br />
■ Aliciente. Todavía quedan<br />
buenos ejemplos de palomares<br />
en nuestros pueblos. Conocer<br />
su relevancia histórica<br />
en la pobre economía rural y<br />
la singularidad de su diseño<br />
arquitectónico, en contraste con<br />
su abandono actual, resulta un<br />
buen atractivo para una visita.<br />
Antiguo palomar en Mingorría.
RUTA DE LOS PALOMARES 137<br />
Zorita de los Molinos, dehesa de Olalla.<br />
De barro, ladrillos o mampostería<br />
guarnecida, bien blancos<br />
de cal, los palomares tienen<br />
un aspecto pintoresco al introducir<br />
en su construcción elementos<br />
decorativos y superfluos:<br />
tejados a diferentes alturas, muros<br />
que se prolongan por encima<br />
de la cubierta, siempre de escasa<br />
pendiente, pináculos bordeando<br />
tejados y albardillas...<br />
Situados alrededor del pueblo,<br />
en lugares estratégicos, los<br />
palomares parecen pequeñas<br />
fortalezas encaladas. Son edificaciones<br />
que llaman la atención<br />
del viajero por su contraste<br />
con las viviendas y casas de la<br />
villa, vistos desde la lejanía.<br />
El palomar se levanta como<br />
las pirámides egipcias, en la<br />
soledad de los campos. Proliferan<br />
como las ermitas, tan enraizadas<br />
en estas tierras, pero<br />
lejos de arrancar súplicas del<br />
hombre piadoso. Sus paredes<br />
guardan a las palomas,<br />
nada más pacífico y simbólico,<br />
que siguen en libertad<br />
y teniendo el<br />
cielo como única techumbre.<br />
Los palomares,<br />
señoriales y<br />
elegantes, contrastan<br />
con los gallineros,<br />
menos altaneros<br />
y más impotentes<br />
frente al firmamento<br />
y las estrellas.<br />
Los palomares, como molinos<br />
sin aspas, gigantes vencidos<br />
por don Quijote, construidos<br />
por el mismo labriego, son<br />
la mejor muestra de su sentido<br />
exquisito y creador de formas.<br />
Son barro sobre barro. Los adobes<br />
se preparan mezclando la<br />
tierra de estas tierras con agua,<br />
introduciendo la pasta en un<br />
molde y mezclándola con la paja.<br />
Una vez que el sol lo seca ya<br />
está el barro listo y dado forma<br />
para crecer hasta ser casa de<br />
palomas, sin cocción alguna y<br />
con la sola exposición al sol.<br />
Así nace el palomar, de la misma<br />
tierra donde se asoma el<br />
horizonte, con la intervención<br />
del sentido mágico que levanta<br />
este monumento a unas aves<br />
que, siendo libres, nacen junto<br />
al campesino.<br />
Dada la facilidad de reproducción<br />
de las palomas, el hombre<br />
de campo soluciona una<br />
Pozanco.
138 RUTA DE LOS PALOMARES<br />
Mingorría.<br />
importante parte de su dieta alimenticia.<br />
Los excrementos de<br />
las mismas palomas –palomina–<br />
serán un buen abono para<br />
sus tierras. A cambio, durante<br />
los meses de invierno, cuando<br />
la tierra parece estéril, las palomas<br />
comerán los últimos restos<br />
de la era que al finalizar el<br />
verano fueron barridos cuidadosamente<br />
para esta ocasión<br />
por el labrador. Los pichones<br />
nacerán a finales de primavera<br />
y durante el verano el campo<br />
será su alimento y el palomar<br />
su casa-dormitorio. La paloma<br />
es un animal libre, sin dueño, y<br />
la única relación de propiedad<br />
que hay con el hombre es su<br />
permanencia en el palomar, permanencia<br />
mediatizada por la<br />
abundancia o escasez de comida<br />
en el mismo.<br />
A modo de ejemplo sobre la<br />
productividad de<br />
un palomar, reseñamos<br />
que en el<br />
siglo XVI el palomar<br />
de Santa Teresa<br />
en Gotarrendura<br />
produ-cía al<br />
año 139 rea- les<br />
de palominos y<br />
76 reales de palomina,<br />
mientras<br />
que una obrada<br />
de tierra costaba<br />
191 reales.<br />
Los palomares<br />
de las zuritas se<br />
conocen desde<br />
hace muchos siglos<br />
y no siempre<br />
pudo tenerlos<br />
el que quiso,<br />
porque su posesión<br />
constituía un<br />
privilegio que sólo<br />
se otorgaba a<br />
los señoríos y comunidades<br />
religiosas,<br />
constituyendo<br />
lo que se<br />
llamó «derecho de palomar»,<br />
altamente buscado en los tiempos<br />
del feudalismo. El derecho<br />
de palomar imperó en toda<br />
Europa durante la Edad Media<br />
y aún en los tiempos modernos.<br />
Algunos palomares medievales<br />
fueron destruidos en<br />
gran parte durante la revolución<br />
francesa, al derribar todo lo que<br />
significara símbolo de señorío<br />
o de nobleza.<br />
Con la abolición de los fueron<br />
y prerrogativas de la nobleza<br />
quedó abolido el derecho<br />
de palomar; sin embargo, en<br />
muchos sitios se mantienen<br />
aún estas torres palomares<br />
cuyos productos se explotaban<br />
por cuenta propia de los labradores<br />
o en aparcería con los<br />
colonos. No obstante, hoy en<br />
día la mayoría de los palomares<br />
están abandonados.<br />
Dehesa de Domingo Peláez.
RUTA DE LOS<br />
CRUCEROS<br />
■ A DESTACAR. Las cruces<br />
forman parte del paisaje<br />
rural tan característico de<br />
esta Castilla nuestra, donde<br />
nacen como árboles de piedra<br />
granítica con dos brazos<br />
de una pieza, generalmente.<br />
Se levantan sobre<br />
peanas, también de piedra,<br />
que tienen una forma cuadranular<br />
o redonda, para lo<br />
que incluso se aprovechan<br />
las piedras de los lagares,<br />
donde se apoyan, a veces,<br />
sobre una escalinata a su<br />
alrededor. El arte popular<br />
se hace símbolo del Cristianismo<br />
desde el nacimiento<br />
de éste. Las cruces representan<br />
la crucifixión de<br />
Cristo y forman viacrucis<br />
completos, simplemente calvarios<br />
o cruces aisladas a<br />
la puerta de iglesias y ermitas,<br />
y siempre en los cementerios.<br />
Pero las cruces que<br />
permanecen arraigadas en<br />
esta dura tierra trascienden a<br />
su significado religioso originario<br />
para configurar un paisaje<br />
con sabor a «pueblo artesano».<br />
■ La ruta. En todos los pueblos<br />
que circundan la ribera<br />
del Adaja cuentan cruces o<br />
cruceros repartidos entre sus<br />
calles, plazas y lugares santos.<br />
Detenerse ante estos monolitos<br />
labrados en piedra es<br />
recorrer una tierra piadosa que<br />
quiere ser descubierta por<br />
nuevos peregrinos.<br />
■ Cómo llegar. Los cruceros<br />
se aparecen ante el viajero<br />
que se acerca a los pueblos<br />
como estandartes que<br />
no necesitan anunciarse. Para<br />
llegar, entonces, basta con<br />
Calvario de Cardeñosa.<br />
seguir la estela que dejan las<br />
cruces de piedra en torno a<br />
iglesias, ermitas, cementerios<br />
y cruces de caminos. Desde<br />
la carretera, por la que se llega<br />
a los pueblos, ya se divisan<br />
los cruceros que santifican<br />
las poblaciones.<br />
■ Qué ver. Las cruces de<br />
piedra, por el lugar que ocupan<br />
y la belleza de su labra,<br />
constituyen piezas monumentales<br />
que engrandecen el paisaje,<br />
las calles y plazas, y<br />
los edificios religiosos que<br />
presiden.<br />
■ Aliciente. Descubrir extraordinarios<br />
grupos escul- tóricos<br />
destacados por la figura<br />
de Cristo crucificado, y esculpidos<br />
en piedra por artesanos<br />
anónimos, donde los<br />
peregrinos y feligreses se<br />
detenían para orar.
RUTA DE LOS CRUCEROS<br />
Las Berlanas<br />
La ruta de los cruceros que<br />
salpican los pueblos del Adaja<br />
ofrece al viajero un especial motivo<br />
para hacer una parada ante<br />
estas obras de piedra esculpidas<br />
por buenos canteros.<br />
Si comenzamos nuestra ruta<br />
por Cardeñosa, aquí contaremos<br />
hasta 47 cruces repartidas<br />
por todo el término municipal,<br />
donde destacamos el calvario<br />
que se levanta frente a la ermita<br />
de «Nuestra Señora del Berrocal»,<br />
por su majestuosidad,<br />
en el cual se culmina el viacrucis<br />
que se inicia en la iglesia.<br />
Blascosancho.<br />
Continuando el viaje, en el<br />
horizonte se divisa la cruz de la<br />
sierra de Peñalba, que anuncia<br />
el territorio de este pueblo, con<br />
cruces frente a la iglesia y la ermita,<br />
y a la salida por el este camino<br />
de Zorita.<br />
Llegando a Las Berlanas los<br />
barrios se significan con ermitas<br />
y bellas cruces que se cuentan<br />
hasta la antigua iglesia de<br />
Nuestra Señora de Gandulle y<br />
de la Asunción.<br />
Monsalupe define su viacrucis<br />
desde la iglesia hasta la ermita<br />
de la Virgen del Buensuceso<br />
y el cementerio, y Gotarrendura<br />
expone su crucero a<br />
la puerta del templo parroquial.<br />
Zorita de los Molinos conserva<br />
una cruz frente a la ermita<br />
del Cristo, mientras Mingorría<br />
cuenta con un completo viacrucis<br />
que comienza en la iglesia<br />
con sendas cruces con Cristos<br />
labrados, y continúa por calles<br />
y plazas para terminar en la ermita<br />
del Cristo del Berrocal.<br />
Pozanco y Santo Domingo<br />
de las Posadas lucen sus cruces<br />
en torno a la iglesia y el cementerio,<br />
mientras Vega de Santa<br />
María ofrece un viacrucis que<br />
termina en la iglesia parroquial<br />
de Nuestra Señora de la Asunción,<br />
ofreciendo un bello con-
RUTA DE LOS CRUCEROS 141<br />
Mingorría.<br />
junto. Lo mismo que ocurre en<br />
Velayos desde la iglesia hasta<br />
el cementerio, donde estaba<br />
la antigua ermita de Nuestra Señora<br />
de las Angustias. Más allá,<br />
en Blascosancho, el calvario se<br />
puede ver desde la carretera,<br />
junto al camino que rodea las<br />
eras.<br />
Dirigiéndonos a Los Patos,<br />
en el límite del término con Mingorría,<br />
una cruz con Cristo sirve<br />
de hito. En Saornil y Escalonilla<br />
una única cruz santifica<br />
estos pueblos y en la Venta de<br />
San Vicente por las paredes<br />
del cementerio se asoman tímidamente<br />
los cabeceros de algunas<br />
cruces.<br />
Ignorantes sobre la autoría<br />
de estas obras de cantería, de<br />
su contemplación no puede por<br />
menos que surgir el interrogante<br />
sobre la misma, como una<br />
duda metódica, mientras la figura<br />
arrogante del crucificado<br />
se levanta sobre la mirada sumisa<br />
de pobres pecadores arrepentidos.<br />
Si en Mingorría y en Cardeñosa<br />
parece lógica la proliferación<br />
combinada de cruces, por<br />
su tradición en el trabajo de la<br />
cantería, igual que en Galicia,<br />
no lo es en los pueblos llanos<br />
de La Moraña o del resto de<br />
Castilla si no es por el fervor religiosos<br />
de la época.<br />
Y es que la elaboración de<br />
cualquiera de las cruces que<br />
podemos observar por estas tierras<br />
supone un esfuerzo artesanal<br />
de incalculable valor. Se inicia<br />
desde que el granito es separado<br />
de una enorme mole y,<br />
a fuerza de golpear sobre el<br />
Hito entre Mingorría y Los Patos.
RUTA DE LOS CRUCEROS<br />
Velayos.<br />
puntero arañando la piedra, dar<br />
forma circular a un tronco de<br />
donde salen dos brazos.<br />
Hoy vemos al lado de las carreteras<br />
numerosas cruces que<br />
parecen indicar la muerte de alguna<br />
persona en accidente de<br />
circulación, y que en la Edad<br />
Media eran testigos del peregrinar<br />
de numerosos viajeros en<br />
nombre de Dios. Parece como<br />
si la reconquista y la expulsión<br />
de los árabes, los infieles, por<br />
los cristianos quedara simbolizada<br />
hasta la eternidad en los<br />
estandartes de piedra que pueden<br />
significar las cruces. Así, en<br />
un principio representaron la victoria<br />
del catolicismo sobre los<br />
no creyentes (moriscos y ju- díos),<br />
y en todo momento recuerdan<br />
la omnipresencia de Dios.<br />
Ahora la obra artística supera<br />
cualquier teoría redentora.<br />
De nuevo la duda sobre la<br />
identidad de los artífices que<br />
erigieron estas cruces –farolas<br />
iluminarias–, confundiéndose en<br />
el anonimato popular. Y a uno<br />
se le parte el alma cuando una<br />
cruz de éstas cae trinchada en<br />
pedazos por la gamberrada de<br />
algún pobre desdichado, sucesos<br />
ocurridos con demasiada<br />
frecuencia a la que pudiera esperarse<br />
en los cientos de años<br />
que tienen de existencia. Así, tristemente,<br />
encontramos numerosas<br />
peanas vacías, sin cruz alguna<br />
que soportar.<br />
En las peanas que soportan<br />
cruces erguidas es frecuente<br />
encontrar inscripciones relativas<br />
al motivo y el año a que se<br />
debe su presencia, datadas en<br />
su mayoría en los siglos XVII y<br />
XVIII. Así, unas cruces se levantan<br />
por la generosidad de algún<br />
hacendado o del propio párroco,<br />
y en algunos casos son los<br />
labradores unidos quienes costearon<br />
las cruces, aunque lo<br />
más frecuente es el anonimato.<br />
La variedad de formas, alturas,<br />
relieves que adoptan las<br />
cruces son de una gran riqueza.<br />
Así, hay cruces de forma cilíndrica,<br />
cúbica, cúbica con<br />
aristas biseladas, romboidales,<br />
de un cuerpo, de dos cuerpos<br />
igua- les, de un cuerpo cilíndrico<br />
sobre el que se levanta una<br />
pequeña cruz... Unas tienen labrado<br />
un Cristo simplemente,<br />
otras tienen además una Virgen<br />
labrada por el otro lado, y la<br />
mayoría carecen de labra alguna.<br />
Algunas, si se levantan sobre<br />
troncos separados, tienen<br />
labrados rosetones en ellos o<br />
anillos que, como dobleces, le<br />
salen al granito.<br />
Santo Domingo de las Posadas.
RUTA DE LOS CARBONEROS<br />
■ A DESTACAR. Carboneros<br />
y cisqueros, junto a porqueros,<br />
cabreros, ganaderos,<br />
jornaleros y colonos agrícolas,<br />
eran oficios que se desempeñaban<br />
en la explotación de los<br />
montes de encinas, tan característicos<br />
de la mitad norte de<br />
la provincia de Avila. Además,<br />
el encinar que se baña en el<br />
Adaja y el Voltoya ve surcada<br />
su masa arborea por numerosos<br />
caminos que conducen a<br />
los molinos existentes en sus<br />
orillas, pasando por los términos<br />
municipales de Avila, Cardeñosa<br />
y Mingorría, Monsalupe,<br />
Peñalba, Tolbaños, y en las<br />
cercanías de Velayos y Santo<br />
Domingo de las Posadas.<br />
■ La ruta. Recorrido por los<br />
encinares donde se mantienen<br />
formas tradicionales de<br />
explotación, tales como la elaboración<br />
de cisco, el pastoreo<br />
de cabras o la montanera de<br />
cerdos, sin olvidar vestigios de<br />
antiguas carboneras. La ruta<br />
discurre junto a los hombres<br />
que todavía mantienen vivo el<br />
monte de encinas desempeñando<br />
oficios tan antiguos como<br />
los de carbonero o cabrero,<br />
lo que todavía ocurre en la<br />
margen derecha del río Adaja.<br />
■ Cómo llegar. Situándonos<br />
en la carretera N-403 o aguas<br />
abajo de la presa de las Cogotas,<br />
o retomando la ruta de<br />
los molinos de «Trevejo» y «Las<br />
Juntas», nos adentramos en<br />
los encinares de Yonte y de<br />
Mingorría, donde se sigue elaborando<br />
cisco y pastan las cabras.<br />
El humo ascendente por<br />
la masa arbórea del monte advierte<br />
al viajero de una cisquera<br />
en combustión, mientras que<br />
las cabras saltarinas es fácil<br />
divisarlas desde la carretera o<br />
los caminos molineros que llegan<br />
al Adaja. La montanera de<br />
cerdos se sigue haciendo en<br />
Navares, donde se llega por<br />
Gotarrendura o Vega de Santa<br />
María, o bien desde Zorita por<br />
el antiguo camino que cruza<br />
«La Aldehuela» y «Olalla».<br />
■ Qué ver. Además de admirar<br />
el paisaje de encinas que<br />
se levanta sobre el río entre<br />
berrocales de piedra, salpicado<br />
de molinos y antiguos caseríos,<br />
puede contemplarse el<br />
proceso artesanal de elaboración<br />
de cisco y el único rebaño<br />
de cabras de la zona que<br />
pasta el encinar de Mingorría,<br />
así como los cerdos ibéricos<br />
que hozan en Navares. Pasear<br />
por el monte es reencontrarse<br />
con viejas formas de vida<br />
ya casi desaparecidas.<br />
■ Aliciente. Comprobar hoy<br />
cómo se explotaban antiguamente<br />
los montes de encina<br />
en labores de fabricación de<br />
cisco, pastoreo de cabras y<br />
montaneras de cerdos, actividades<br />
éstas en las que se afanan<br />
todavía algunos habitantes<br />
de la ribera del Adaja.
144 RUTA DE LOS CARBONEROS<br />
Cisquera.<br />
Ensacando el cisco.<br />
Uno de los trabajos más peculiares<br />
que realizaban los<br />
carboneros de nuestros pueblos<br />
aprovechando la leña de<br />
los encinares, es la elaboración<br />
de cisco o picón, una actividad<br />
que aún puede contemplarse<br />
en los montes cercanos a la<br />
ciudad de Avila.<br />
Coincidiendo con la época<br />
de poda, desbroce y limpieza<br />
del encinar, se obtiene el cisco<br />
después de un cuidado proceso<br />
de combustión donde se queman<br />
ramas, ramajes y hojarasca,<br />
las cuales se obtienen en<br />
las tareas propias del cuidado y<br />
la conservación del bosque. Para<br />
ello se amontonan gavillas<br />
de leña formadas por ramas de<br />
encina en el lugar elegido para<br />
hornar. Amontonada la leña se<br />
enciende y cuando se pone<br />
blanca, síntoma de que se está<br />
quemando bien, se añaden más<br />
gavillas. Cuando la cisquera está<br />
quemada se apaga con la<br />
pala y se cubre con tierra, o si<br />
se quiere ser más rápido se<br />
apaga con agua. Para recoger<br />
el cisco se hace una era donde<br />
se amontona y se ensaca directamente,<br />
mientras que los restos<br />
más menudos hay que cribarlos<br />
al haberse mezclado con<br />
tierra. El cisco así elaborado servirá<br />
para calentar la vivienda, y<br />
también alguna nave, cuadra o<br />
pocilga donde se esté criando<br />
ganado recién nacido. No obstante,<br />
hoy día, la utilidad de este<br />
producto energético, como<br />
combustible para braseros, es<br />
escasa, ya que existen otros sistemas<br />
de calefacción más eficaces.<br />
Atrás quedaron los tiempos<br />
en que se carboneaba el monte<br />
abulense para elaborar carbón<br />
de encina, actividad ésta<br />
que aún se realiza en los encinares<br />
de Salamanca y Extremadura.<br />
Un ejemplo ilustrativo de<br />
la magnitud de este trabajo, lo<br />
encontramos en el Catastro de<br />
Ensenada del año 1751, donde<br />
se recoge que el monte de Mingorría<br />
sólo había sido cortado<br />
una vez con Licencia y Facultad<br />
Real, y en esa ocasión se fabricaron<br />
cuarenta y cuatro mil arrobas<br />
(506 toneladas) de carbón,<br />
para lo que se necesitó<br />
una cantidad de leña cuatro<br />
veces superior, obteniendose<br />
un producto de veintidos mil<br />
reales, cuya utilidad es la que<br />
corresponde a un periodo de<br />
cincuenta años. Después de<br />
este carboneo abusivo no es<br />
de extrañar que apenas quedaran<br />
chaparros, si bien el<br />
monte no fue roturado y se<br />
ha ido regenerando, ocupan-
RUTA DE LOS CARBONEROS 145<br />
do unas mil obradas entre masa<br />
arborea, pastos, otros cultivos,<br />
tierra yerma y peñascales,<br />
según el catálogo de 1859. Comparativamente,<br />
y siguiendo a<br />
Ensenada, diremos que el encinar<br />
de Avila capital, localizado<br />
entonces en las dehesas de<br />
Pancaliente, Aldeaciego, Pedrosillo,<br />
Palenciana, El Burguillo<br />
y Yonte, ocupaba sólo de masa<br />
arborea una superficie<br />
de 3.576 obradas, y su producto<br />
medio por año en<br />
concepto de leña y carbón<br />
era de 470 reales.<br />
Mediado el siglo XVIII,<br />
para carbonear el monte<br />
se escrituran las condiciones,<br />
se obliga la intervención<br />
de personas entendidas<br />
y peritos, se seleccionan<br />
rigurosamente las encinas<br />
a cortar y el modo de<br />
realizar la tala sin dañar los<br />
árboles, se establecen mecanismos<br />
de control y metodos<br />
de contabilidad, y se<br />
fijan las multas correspondientes<br />
por incumplimiento.<br />
La corta de leña y la<br />
elaboración del carbón se<br />
hacía en cuadrillas dirigidas<br />
por un jefe de fábrica,<br />
que se instalaban en las<br />
cabañas que construían en<br />
el monte.<br />
El proceso de fabricación<br />
del carbón se inicia<br />
con la corta que empezaba<br />
el 30 de noviembre y finalizaba<br />
el 20 de marzo. Cuando<br />
se talaban árboles el carbonero<br />
obtenía la corteza que luego<br />
vendía para curtir pieles, la madera<br />
se empleaba como materia<br />
prima de los aperos de labranza,<br />
y la leña se destinaba<br />
para hacer carbón vegetal.<br />
El horno o carbonera se formaba<br />
con leña amontonada ordenadamente<br />
en posición vertical<br />
alrededor de una o varias<br />
estacas centrales que luego se<br />
sacaban y quedaba hecha la<br />
chimenea. La carbonera se cubría<br />
con hojarasca, hierba seca<br />
o cesped, y tierra, encendiendose<br />
finalmente por la chimenea<br />
con ramillas finas. Para unos<br />
diez o quince mil kilos de leña,<br />
la combustión dura unos quince<br />
días, la cual se regulaba a<br />
través de una serie de aberturas<br />
o respiraderos practicados en<br />
las paredes del horno.<br />
Carbonera.<br />
La leña se solía quemar en<br />
primavera, la cual una vez convertida<br />
en carbón vegetal se retiraba<br />
a lo largo del verano, habitualmente<br />
antes de finales de<br />
octubre, para lo que se colocaba<br />
en serones. Finalmente, el<br />
transporte del carbón fabricado<br />
se efectuaba en carros tirados<br />
por yuntas.<br />
El oficio de carbonero era,<br />
como es normal, sucio y sacrificado,<br />
además había que vigi-
146<br />
lar la carbonera día y noche,<br />
pues el viento podía provocar<br />
una rápida combustión<br />
que mermara y consumiera<br />
la leña antes de tiempo.<br />
La montanera fue otra de<br />
las actividades propias de la<br />
explotación del encinar, denominandose<br />
así el aprovechamiento<br />
que se hacía del fruto<br />
de bellota para cebar cerdos.<br />
El ganado porcino siempre fue<br />
el que mejor se adaptaba al encinar.<br />
Las piaras de cerdos «pastoreados»<br />
por el porquero se<br />
alimentaban de las bellotas que<br />
habían sido vareadas de las encinas,<br />
engordando las últimas<br />
seis semanas antes de la matanza.<br />
Para ello, la mayoría de<br />
los vecinos sacaban su cerdo a<br />
las afueras del pueblo, donde el<br />
porquero los recogía para ir al<br />
monte.<br />
Los escasos pastos de estas<br />
tierras ahora son explotados<br />
por la ganadería extensiva, con<br />
la que se ha sustituido el esquema<br />
tradicional agrícola ganadero.<br />
Así, el ganado de labor<br />
se ha visto remplazado por cabañas<br />
de ganado vacuno con<br />
alta producción de carne. Por<br />
ello, hoy llama la atención al visitante<br />
la contemplación de un<br />
rebaño de cabras pastando entre<br />
las encinas de las dehesas<br />
de «La Malita» y «El Ciego», sitas<br />
en Mingorría, así como en<br />
los montes de Cardeñosa. Estas<br />
cabras son el único ganado<br />
autóctono que todavía puede<br />
verse en la zona centro de la<br />
Montanera en Navares.<br />
Cabrero.<br />
provincia, lo que contrasta con<br />
la abundancia de cabezas que<br />
existían en tiempos atrás, de ahí<br />
por ejemplo el nombre de la dehesa<br />
de «Cabreras».<br />
Antiguamente, los encinares<br />
constituían el bosque más característico<br />
de la mitad norte de<br />
la provincia de Avila, cuya masa<br />
forestal debió ser muy frondosa<br />
hasta finales del siglo XII, perdurando<br />
todavía hasta el siglo<br />
XIV, pero que disminuyó considerablemente<br />
en los siglos siguientes.<br />
En el siglo XVIII, los bosques<br />
de encinas se habían reducido<br />
de una manera importante, al<br />
haber sido roturadas y sutituidos<br />
por cultivos cerealistas más<br />
rentables, con los que se esperaba<br />
alimentar la numerosa población<br />
de entonces, cuando la<br />
capital abulense contaba unos<br />
5.500 habitantes. En esta época<br />
(año 1751), el Catastro de Ensenada<br />
señala que el encinar<br />
produce pasto corto, leña, carbón,<br />
cisco y fruto de bellota, lo<br />
que representa una utilidad media<br />
de 0,7 reales por obrada,<br />
frente a la renta de ochenta y<br />
ocho reales que produce una<br />
obrada de tierra cultivada de<br />
trigo, de ahí cierta justificación<br />
en la disminución de los<br />
bosques. Sin embargo, a partir<br />
del mismo siglo XVIII todo<br />
lo relacionado con la tierra<br />
adquiere un valor diferente y<br />
se dictan normas proteccionistas<br />
que permiten garantizar<br />
mejor la conservación de<br />
los bosques.
RUTA DE<br />
LOS CANTEROS<br />
■ A DESTACAR. Muchos pueblos<br />
de la provincia abulense<br />
se ven rodeados de grandes<br />
piedras granillosas, algunas son<br />
de color rojizo o amarillento, y<br />
otras son gris-perla con puntos<br />
negros y espejuelas, rocas<br />
graníticas se llaman. Un buen<br />
día, el hombre se subió a ellas<br />
y, tras observarlas armado de<br />
rudimentarias herramientas,<br />
decidió extraerlas, cortarlas y<br />
darles forma. Desde entonces<br />
hizo de la cantería su oficio<br />
y su vida, convirtiendo, sin saberlo,<br />
su trabajo artesanal y<br />
anónimo en arte, contribuyendo<br />
con ello a crear el paisaje<br />
arquitectónico de los pueblos<br />
y ciudades.<br />
■ La ruta. Recorrido por antiguas<br />
canteras y contemplación<br />
de una de las actividades<br />
artesanales más singulares de<br />
los habitantes de Cardeñosa y<br />
Mingorría, la cantería. Esta actividad<br />
se vio favorecida por la<br />
abundancia de formaciones rocosas<br />
existentes en una franja<br />
que va desde «Las Cogotas»<br />
hasta la Venta de San Vicente<br />
y la Alameda. Las canteras explotadas<br />
a cielo abierto salpican<br />
el paisaje de la zona y en<br />
ellas todavía puede oírse el repique<br />
de punteros, tal y como<br />
ocurre junto a la presa de las<br />
Cogotas, o al Este de Mingorría<br />
en el límite con San Esteban<br />
de los Patos, y también<br />
en La Alameda y en Brieva.<br />
■ Cómo llegar. Desde la presa<br />
de las Cogotas, a ambos<br />
lados del río abundan antiguas<br />
canteras de Cardeñosa y Mingorría,<br />
siendo el acceso hasta<br />
aquí fácil y cómodo. Poco antes<br />
de llegar a Mingorría desde<br />
Avila, a la derecha se encuentra<br />
la ermita del Cristo, rodeada<br />
de grandes berrocales<br />
de piedra, donde hubo una de<br />
las muchas canteras de la zona.<br />
En la Alameda, junto a la<br />
Venta de San Vicente, perteneciente<br />
al municipio de Tolbaños,<br />
se halla una impresionante<br />
cantera abandonada.<br />
Otra cantera explotada industrialmente<br />
para balasto se halla<br />
en Mingorría, junto a la vía<br />
del ferrocarril según puede verse<br />
desde la carretera, a la que<br />
se accede por el desvío sito<br />
en el p.k. 148,7 de la N-403 en<br />
el paraje del «Verdinal».<br />
■ Qué ver. El trabajo artesanal<br />
de la piedra puede contemplarse<br />
en los tajos existentes<br />
junto a «Las Cogotas» o<br />
en las canteras de Mingorría,<br />
también junto a las fábricas de<br />
granitos y mármoles que se<br />
explotan a las afueras de Cardeñosa<br />
y Mingorría.<br />
■ Aliciente. El trabajo artesanal<br />
que históricamente han<br />
desarrollado los canteros de<br />
Cardeñosa y Mingorría puede<br />
admirarse en la construcción<br />
de monumentos y toda clase<br />
de edificios y en las canteras<br />
que proliferan en estos pueblos.
148 RUTA DE LOS CANTEROS<br />
Los canteros de Mingorría,<br />
junto con los de Cardeñosa<br />
y alguno de Brieva, son casi<br />
los únicos artesanos abulenses<br />
que trabajan el granito como<br />
hace cientos de años, igual que<br />
lo hicieron sus antepasados.<br />
Ello trae a la memoria del cantero<br />
errante los recuerdos de<br />
otros tiempos en que se desplazaba<br />
a pie de las obras repartidas<br />
por toda la geografía<br />
española, y se enorgullece de<br />
aquellos trabajos de piedra que<br />
hizo para construcciones que<br />
destacan en la historia de la arquitectura:<br />
la Universidad Laboral<br />
de Gijón y la Universidad de<br />
Alcalá de Henares; las catedrales<br />
de Burgos y León; las estaciones<br />
de ferrocaril de Avila,<br />
Chamartín, Bilbao, Cuenca y Medina<br />
del Campo; los paradores<br />
de Avila, Gredos, Trujillo, Arcos<br />
de la Frontera, Picos de Europa,<br />
Toledo, Tordesillas, Valle de<br />
Arán, Puebla de Sanabria y Zamora;<br />
los palacios de Bracamonte<br />
en Avila, la Moncloa, la<br />
Zarzuela y el Congreso de los<br />
Diputados; los museos de Avila,<br />
el Pueblo Español en Palma de<br />
Mallorca y de Santa Cruz de<br />
Mudela en Toledo; los muelles y<br />
los puertos de Barcelona y San<br />
Sebastián; los polígonos industriales<br />
de Avilés, Gijón, Mieres,<br />
Pamplona y Valladolid; además<br />
del monumento pétreo de Cuelgamuros<br />
y Cruz de los Caídos<br />
en El Escorial, iglesias, puentes,<br />
edificios públicos e innumerables<br />
calles y plazas de Avila, Madrid,<br />
Valladolid, Santander, Medina<br />
del Campo, Calatayud, Bilbao,<br />
Burgos, etc., sin olvidar los<br />
edificios de viviendas y casas<br />
de todo tipo, los trabajos de cementerio<br />
y una gran multiplicidad<br />
de piedras ornamentales.<br />
Actualmente los canteros de<br />
Mingorría y Cardeñosa continúan<br />
su actividad artesanal<br />
en las canteras abiertas al cielo<br />
en las formaciones rocosas<br />
que circundan las localidades,<br />
aunque el número de trabajadores<br />
ha disminuido considerablemente<br />
en la actualidad.<br />
Alguno de los últimos encargos<br />
fueron con destino a Méjico,<br />
y consistieron en los elementos<br />
de piedra labrada que<br />
forman los pilares sobre los que<br />
apoya una caseta de madera,<br />
cuyo conjunto forma la construcción<br />
popular conocida como<br />
«hórreo».<br />
Otros encargos de piedra labrada<br />
en forma de bancos, bordillos,<br />
jambas, dinteles, cornisas,<br />
peldaños o losas, vienen<br />
siendo atendidos en la actualidad<br />
para la pavimentación de<br />
calles o para edificios históricos<br />
o casas señoriales.
RUTA DE LOS CANTEROS<br />
Y cuando el trabajo escasea,<br />
dado lo costoso de la actividad<br />
artesanal y la competencia<br />
de la producción industrial<br />
de las grandes canteras, el cantero<br />
descansa con el cuerpo resentido<br />
de tanto «picar» mientras<br />
recuerda tiempos mejores.<br />
La cantería, junto con la agricultura<br />
y la ganadería, ha sido<br />
un trabajo tradicional y característico<br />
de los hombres de Mingorría<br />
y Cardeñosa. Con la llegada<br />
del ferrocarril en el año<br />
1862 y la instalación de la doble<br />
vía en 1925, se necesitan<br />
grandes cantidades de piedra<br />
para el balasto y los numerosos<br />
puentes, por lo que aumenta<br />
considerablemente el número<br />
de canteros y comienza la<br />
explotaciónde una gigantesca<br />
cantera de grava y gravilla en<br />
Mingorría explotada últimamente<br />
por RENFE.<br />
En la actualidad la actividad<br />
artesanal ha ido abandonándose<br />
y sustituyéndose por fábricas<br />
mecanizadas, muchas<br />
de ellas creadas por antiguos<br />
canteros. Lo que unido al envejecimiento<br />
de la población<br />
y la falta de aliciente para los<br />
jóvenes, ha reducido considerablemente<br />
la práctica artesana<br />
de este oficio.<br />
Como ejemplo de intervención<br />
en la conservación del patrimonio<br />
podríamos haber escogido<br />
cualquiera en la ciudad<br />
de Avila. Lo mismo nos habría<br />
dado, porque lo que ahora interesa<br />
es hablar del noble oficio<br />
de la cantería, destacando<br />
su importancia en la rehabilitación<br />
y recuperación de nuestro<br />
patrimonio histórico, la cual<br />
pasa entonces por el trabajo<br />
anónimo y callado de numerosos<br />
artesanos.<br />
El oficio de cantero es uno<br />
de los más viejos de la historia,<br />
sobresaliendo respecto a<br />
los demás en la siguiente<br />
copla:<br />
«Los canteros son el oro,<br />
los albañiles, la plata,<br />
los sastres y zapateros<br />
la moneda que no pasa».<br />
Reencontrarse con esta<br />
profesión en el tiempo<br />
es buscar en castillos y<br />
murallas, en catedrales<br />
e iglesias, en palacios y<br />
casas señoriales, y también<br />
en las antiguas plazas<br />
y calles adoquinadas<br />
de la ciudad, en puentes<br />
y en numerosos elementos<br />
de la arquitectura<br />
popular.
150 RUTA DE LOS CANTEROS<br />
Hoy, los canteros, enfrentándose<br />
a las nuevas técnicas de<br />
construcción y a la industrialización<br />
que han invadido prácticamente<br />
todos los campos, sólo tienen<br />
una salida: la conservación<br />
del patrimonio histórico como<br />
colaboradores directos de los<br />
especialistas en restauración.<br />
Atrás quedó la organización<br />
gremial de la cantería, donde<br />
cada cuadrilla estaba formada<br />
por una decena de hombres dirigidos<br />
por un jefe y entre los<br />
que había cortadores, labrantes<br />
y pinches. Ya no quedan pinches<br />
ni aprendices, porque las<br />
jóvenes generaciones hace tiempo<br />
que huyeron de este duro<br />
trabajo, mientras que los labrantes<br />
también hacen de cortadores<br />
y se ocupan de sus propias<br />
herramientas, haciendo incluso<br />
trabajos de fragua. En otro tiempo,<br />
mediado el siglo XX, al gran<br />
número de canteros existentes<br />
se sumaban casi todos los labradores,<br />
quienes se ocupaban<br />
del transporte de la piedra mediante<br />
carros tirados por vacas<br />
o mulas. Por ello no es de extrañar<br />
que en los años cuarenta<br />
se labraran hasta cinco vagones<br />
de tren semanales de adoquín<br />
mosaico en Mingorría.<br />
La historia de Avila es, en<br />
parte, la historia de sus piedras,<br />
como dice José Antonio Romero.<br />
Y es que de piedra son muchos<br />
de los restos encontrados<br />
de la Edad Paleolítica, hasta la<br />
Edad del Hierro, y ejemplos de<br />
ello son los castros de Ulaca y<br />
las Cogotas, de cuya cultura son<br />
los enigmáticos verracos. Hasta<br />
los restos romanos y visigodos<br />
son muestras palpables de<br />
la importancia del trabajo de la<br />
piedra en estas épocas. Mientras<br />
que de la Edad Media y el<br />
siglo XVI son el mayor número<br />
de construcciones monumentales<br />
que llenan el casco antiguo<br />
de la capital abulense, sin<br />
olvidar los numerosos ejemplos<br />
que nos ofrece la arquitectura<br />
popular.<br />
La conservación del legado<br />
monumental sobre el que se<br />
construye la historia de Avila,<br />
obliga sin duda a contar con la<br />
pericia de los artesanos de la<br />
piedra: los canteros. La pervivencia,<br />
casi testimonial, de este oficio<br />
en los pueblos de Mingorría<br />
y de Cardeñosa destaca frente<br />
a la abundancia de yacimientos<br />
graníticos existentes sin explotar<br />
en otros lugares de la provincia,<br />
donde esporádicamente<br />
se practicó el oficio (Sotillo de<br />
la Adrada, La Colilla, Arenas de<br />
San Pedro, Navaluenga, Navatalgordo,<br />
Avila y Santa María del<br />
Berrocal), por ello se hace necesario<br />
un mayor apoyo institucional<br />
a esta actividad artesana<br />
que actualmente carece de ali-
RUTA DE LOS CANTEROS 151<br />
cientes profesionales por la dureza<br />
del trabajo. Aquí, no obstante,<br />
hay que destacar el papel<br />
de las escuelas-taller, donde<br />
suele figurar la cantería como<br />
uno de los módulos a impartir<br />
entre los alumnos, si bien éstos<br />
rara vez continúan trabajando<br />
en el oficio cuando finaliza la<br />
escuela.<br />
Las canteras son una formación<br />
rocosa de donde se extraen<br />
las piedras para ser labradas.<br />
La explotación se hace a<br />
cielo abierto aprovechando el<br />
granito que se encuentra a flor<br />
de tierra. El frente de cantera es<br />
por donde se comienza la extracción,<br />
y empieza de fuera<br />
adentro y de arriba abajo, formando<br />
planos escalonados o<br />
terrazas. En el mismo lugar se<br />
ha preparado un espacio libre y<br />
llano que permita la colocación<br />
del bloque de piedra para ser<br />
calzado, instalado de una forma<br />
estable y dispuesto para ser trabajado<br />
con comodidad, además<br />
permitirá el almacenaje de<br />
las piezas preparadas para su<br />
transporte.<br />
La extracción manual de la<br />
roca granítica se realiza como<br />
antiguamente, mediante la colocación<br />
de cuñas de acero que<br />
al ser golpeadas con el mallo<br />
rompen la piedra en bloques,<br />
los cuales serán desbastados<br />
con la maza de hierro y el pico<br />
o punterola. Posteriormente se<br />
inicia el labrado con la martelina,<br />
el cincel o puntero, el<br />
martillo de dos brocas, el trinchante<br />
y la bujarda, dando<br />
forma a la piedra con la ayuda<br />
de plantillas, baiveles, niveles,<br />
plomadas y compases<br />
entre otros instrumentos.<br />
Para el arrastre de piedras se<br />
utilizan rodillos, gatos y otras<br />
máquinas auxiliares, mientras<br />
que para el transporte vertical<br />
se usan cribas y polipastos<br />
o aparejos. La única innovación<br />
técnica consiste en un<br />
compresor y una sierra radial,<br />
lo que facilita considerablemente<br />
la extracción y el cortado<br />
de la piedra.<br />
A fuerza de repicar la roca la<br />
salud de los cortadores y labrantes<br />
se resiente, agravada<br />
por las inclemencias del tiempo.<br />
El polvo del granito golpeado<br />
mezclado con el aire que se<br />
respira provoca silicosis, y muchos<br />
han pagado con su vida<br />
esta enfermedad. La postura<br />
agachada y encogida que suele<br />
adoptar el cantero y el gran esfuerzo<br />
físico que supone mover<br />
piedras produce la desviación<br />
de la columna vertebral (citosis).<br />
Las esquirlas que saltan<br />
suelen dañar los ojos y muchos<br />
martillazos que se escapan al<br />
aire ocasionan dolorosas llagas<br />
en las manos. Por todo ello a<br />
los canteros se les llama «los<br />
sufridores de la piedra».
«Venus», de Tomique.<br />
TALLISTAS DE LA PIEDRA<br />
Y ESCULTORES<br />
La capacidad artística innata<br />
y natural de muchos canteros<br />
ha propiciado manifestaciones<br />
escultóricas de gran valor. Sus<br />
artífices traspasaron en estas<br />
obras el carácter artesanal del<br />
oficio de la cantería elevándolo<br />
a verdadero arte. Sin abandonar<br />
la condición de artesanos, y<br />
reconociéndose como auténticos<br />
tallistas y modeladores de<br />
la piedra, hay que destacar los<br />
siguientes ejemplos:<br />
Los hermanos Tomás «Tomique»<br />
y Máximo Velayos García,<br />
naturales de Cardeñosa,<br />
comenzaron a trabajar en la<br />
cantera a muy temprana edad,<br />
siguiendo los pasos de su padre.<br />
Ambos realizaron estudios<br />
básicos que les sirvieron para<br />
profundizar en la «talla» de la<br />
piedra, y ejercer la docencia de<br />
la cantería en diversas escuelas<br />
taller, habiendo mostrado sus<br />
obras en numerosas exposiciones.<br />
Julián Rubio «El Torero», natural<br />
de Mingorría, a pesar de<br />
carecer de formación académica,<br />
ha destacado como artista<br />
en la labra de réplicas de los leones<br />
que circundan la catedral<br />
de Avila. José Lagares, también<br />
de Mingorría, ha desempeñado<br />
el oficio de cantero durante<br />
toda su vida, sobresaliendo<br />
por la labra de interesantes tallas<br />
esculturales.<br />
José Lagares.<br />
Daniel Hidalgo, natural de<br />
Cardeñosa, se inició como cantero<br />
con poco más de veinte<br />
años. Pronto se despertaron en<br />
él especiales cualidades artísticas<br />
que ha sabido expresar<br />
gracias a las enseñanzas recibidas<br />
en la Escuela de Artes y<br />
Oficios de Avila de los escultores<br />
Antonio Arenas y Manuel<br />
Colomé, sin olvidar la influencia<br />
artística de Matilde García, esposa<br />
del primero y Vicente Cutango.<br />
El prestigio alcanzado<br />
por Daniel Hidalgo viene avalado<br />
por las numerosas exposiciones<br />
realizadas y los premios<br />
y galardones obtenidos, hasta<br />
consagrarse actualmente como<br />
un gran escultor reconocido merecidamente<br />
más allá de nuestras<br />
fronteras.<br />
Daniel Hidalgo en el taller.
RUTA DE<br />
LOS PINTORES<br />
■ A DESTACAR. El paisaje,<br />
las gentes y sus costumbres,<br />
y las formas de vida características<br />
de los pueblos de la ribera<br />
del Adaja han sido en<br />
muchas ocasiones, y por diversos<br />
motivos, fuentes de inspiración<br />
artística de importantes<br />
pintores. La visión plástica<br />
de las cosas que motiva su reflejo<br />
en un cuadro es también<br />
un aliciente para el viajero que<br />
quiere seguir los pasos<br />
de quienes le precedieron.<br />
Son numerosas las<br />
pinturas que se han hecho<br />
basadas en temas relacionados<br />
con las tierras<br />
del Adaja, como también<br />
lo son sus autores, cuyo<br />
exponente último tiene lugar<br />
cada año en el Certamen<br />
de Pintura Rápida<br />
que se celebra en la capital<br />
abulense.<br />
■ La ruta. La recreación<br />
colorista y la expresión<br />
plástica de impresiones<br />
captadas de la contemplación<br />
de la naturaleza<br />
y de la vida en el campo,<br />
y su reflejo mediante<br />
las más diversas técnicas<br />
pictóricas por destacados<br />
artistas se muestra<br />
a los visitantes desde<br />
el natural.<br />
■ Cómo llegar. Acercarse<br />
hasta las fuentes de<br />
inspiración artística de<br />
destacados pintores profesionales<br />
significa llegar hasta Peñalba<br />
y Gotarrendura, y después<br />
hasta Velayos, Zorita y<br />
Mingorría, sin olvidar el trazado<br />
que hace el río Adaja entre<br />
berrocales graníticos y encinares.<br />
■ Qué ver. Bellos y sugestivos<br />
motivos artísticos, tales<br />
como el paisaje morañego, vistas<br />
de la ribera del Adaja y sus<br />
molinos, calles y plazas, ermitas<br />
y manifestaciones festivas<br />
en su entorno, y el traba- jo en<br />
el campo son algunos de los<br />
aspectos relevantes plasmados<br />
por los pintores que se<br />
han acercado a estas tierras.<br />
■ Aliciente. Contemplación<br />
de atractivos naturales que<br />
fueron descubiertos para la<br />
pintura e inmortalizados por<br />
ella, y descubrimiento de artistas<br />
que se relacionaron con<br />
los pueblos del Adaja.
154 RUTA DE LOS PINTORES<br />
El sentimiento religioso de<br />
los habitantes del medio rural<br />
ha sido siempre característico<br />
de una peculiar forma de entender<br />
la vida del hombre, sobre<br />
todo en tiempos difíciles para<br />
trabajar en el campo. En este<br />
contexto, que al viajero no debe<br />
escapársele, José Sánchez<br />
Merino (1902-1968) dibujó un<br />
hermoso mural en la ermita de<br />
La Aldehuela, en Zorita, y también<br />
la imagen de una típica escena<br />
familiar, donde aparecen<br />
reunidos abuelos, hijos y nietos<br />
sentados junto al fuego de la<br />
chimenea con un rosario en la<br />
mano. Esta ilustración fue hecha<br />
para la cabecera de la revista<br />
mensual titulada «El Santo<br />
Rosario en Familia», editada<br />
durante unos años, desde 1958,<br />
por el párroco de Mingorría, don<br />
Francisco José Romero. Este<br />
sacerdote era natural de Villafranca<br />
de la Sierra, el pueblo<br />
donde desarrolló una importante<br />
etapa artística Benjamín Palencia<br />
en 1941, pintor que supo<br />
captar de una forma extraordinaria<br />
el paisaje castellano.<br />
El bello dibujo de Sánchez<br />
Merino se convirtió en una marca<br />
que dio prestancia a la revista<br />
que se difundía por toda<br />
la provincia y media España.<br />
Otros dibujos del mismo artista<br />
también fueron publicados en<br />
la revista cultural «Piedra Caballera»,<br />
de Mingorría. Sánchez<br />
Merino fue profesor, acuarelista<br />
y el dibujante de Avila, y su<br />
obra gráfica quedó impregnada<br />
de todo lo abulense, llena del<br />
costumbrismo que bien se asemeja<br />
con los tipos y gentes de<br />
nuestros pueblos.<br />
La riqueza colorista de los veranos,<br />
cuando los campos y las<br />
eras amarillean agitadas por los<br />
labradores y sus caballerías,<br />
es una bella estampa de<br />
Zorita de los Molinos<br />
que cautivó a Rafael<br />
Sastre Hernández, como<br />
también le ocurrió a su<br />
tío Luis cuan- do fotografió<br />
las mismas imágenes.<br />
Rafael Sastre fue profesor<br />
de dibujo en el instituto<br />
abulense y pintó<br />
con sugestión e interés<br />
escenas sobre faenas<br />
agrícolas que tomaba<br />
del natural en Zorita<br />
allá por los años cincuenta.<br />
Rafael Sastre tenía el mismo<br />
nombre que su progenitor y era<br />
nieto de Celedonio Sastre y sobrino<br />
del filósofo Jorge Santayana.<br />
Rafael heredó una especial<br />
sensibilidad para la pintura<br />
de su padre, de quien Santayana<br />
escribió: «Era sensible a la<br />
poesía, a la religión y a las artes,<br />
sin tener grandes conocimientos<br />
técnicos; pero su sentimiento<br />
era auténtico, incontaminado<br />
por ninguna moda pasajera. En<br />
1905-1906, cuando yo daba conferencias<br />
en La Sorbona, le invité<br />
a que viniera a pasar un mes<br />
en París. Vino y recuerdo su súbito<br />
interés un día en el Louvre,<br />
cuando le señalé unos relieves<br />
de Luca della Robbia, y la sencillez<br />
con que sacó un cuaderno<br />
y un lapicero e hizo un esbozo<br />
de una de las obras, con un<br />
apunte sobre el colorín.<br />
–Cuando vuelva a Zorita (la<br />
finca de su padre), dijo, haré uno<br />
como éste».
RUTA DE LOS PINTORES 155<br />
Adelina Labrador.<br />
Los molineros de Zorita todavía<br />
recuerdan cuando, en las inmediaciones<br />
de la ribera del<br />
adaja, veían a una mujer sentarse<br />
sobre unas piedras, frente al<br />
bello paisaje que dibuja el río, y<br />
delante de un lienzo que no tardaba<br />
en llenarse de colorido.<br />
Luego supieron que se trataba<br />
de la pintora Adelina Labrador<br />
González (1914-1999), emparentada<br />
con la familia Sastre, de<br />
Zorita. Adelina fue profesora de<br />
dibujo, restauradora y paisajista;<br />
se relacionó con los grandes<br />
enamorados de Avila (Chicharro,<br />
Caprotti, López Mezquita,<br />
Benjamín Palencia y Martínez<br />
Vázquez), y coincidió con ellos<br />
en las mismas fuentes de inspiración:<br />
el paisaje y el costumbrismo<br />
abulenses. Obtuvo la<br />
primera medalla de oro en el<br />
«Salón de Otoño» de Madrid en<br />
1960 y uno de los últimos paisajes<br />
que pintó fue donado para<br />
una rifa benéfica de la parroquia<br />
de Mingorría.<br />
Estamos en la campaña<br />
electoral de los primeros años<br />
ochenta y, anunciando su candidatura<br />
por el Partido Comunista,<br />
visita Mingorría un hombre<br />
de larga barba, poco pelo y<br />
gafas de montura negra y apariencia<br />
de artista. Este singular<br />
candidato era el pintor Arturo<br />
Martínez (Madrid, 1934), quien<br />
ocupa la cátedra de dibujo<br />
del Instituto «Alonso<br />
de Madrigal» de Avila<br />
desde 1972. Su obra<br />
pronto contagió las aspiraciones<br />
artísticas de<br />
la revista cultural Piedra<br />
Caballera, donde se reprodujeron<br />
un número<br />
importante de xilografías,<br />
grabados y óleos,<br />
destacables por su fuerza<br />
reivindicadora.<br />
Alumna de Arturo fue<br />
Alicia Hernández Moreno<br />
(El Fresno, 1969), quien<br />
después de licenciarse en Bellas<br />
Artes impartió un taller de pintura<br />
en Mingorría en 1997, para dedicarse<br />
después a la docencia.<br />
La pintura popular, la que practican<br />
por intuición las gentes de<br />
nuestros pueblos por pura afición,<br />
tiene su mayor exponente<br />
en Justino López Jorge (Peñalba,<br />
1938), conocido como «El<br />
pintor de Peñalba», el pueblo<br />
donde nació. Justino López estudió<br />
algunos cursos en la Escuela<br />
de Artes y Oficios y en octubre<br />
del 2000 hizo su primera<br />
gran exposición. Como su padre,<br />
siempre se ha dedicado al<br />
noble oficio de pintor de «brocha<br />
gorda», lo que compagina<br />
«Hortelanos», de Justino López.
156 RUTA DE LOS PINTORES<br />
«Mercado Chico». López Berrón.<br />
con la pintura artística, igual que<br />
también hacía su padre, pintor<br />
de aquellos llamativos carros<br />
de labranza y maestro del pintor<br />
que le sucedió en el oficio:<br />
Felipe Velayos, de Cardeñosa.<br />
De Cardeñosa también hay<br />
que citar a María Cruz<br />
Garcinuño Velayos, una<br />
consagrada artista interesada<br />
por la imagen plástica<br />
de estas tierras.<br />
Las semblanzas de las<br />
ermitas de la Virgen y El<br />
Cristo de Mingorría fueron<br />
plasmadas al óleo<br />
por el abulense Antonio<br />
«Bruja» (Avila, 1941), pintor<br />
autodidacta y autor de<br />
paisajes urbanos abulenses<br />
con técnicas que demuestran<br />
un buen oficio.<br />
Compañero de infancia de<br />
Bruja fue Jesús Muñoz, un acuarelista<br />
especializado en paisajes<br />
de Avila y Salamanca que ha expuesto<br />
en sucesivas ocasiones<br />
en estas ciudades, y que compagina<br />
su faceta artística con la<br />
de catedrático de matemáticas<br />
en la Universidad de Salamanca.<br />
En la obra de Muñoz encontramos<br />
atractivos reflejos de los<br />
encinares del Adaja, pues es<br />
grande el sentimiento que tiene<br />
el autor por la belleza de los parajes<br />
que se divisan camino de<br />
los molinos de Mingorría.<br />
Gotarrendura no sólo es un<br />
importante lugar teresiano, sino<br />
que además es el pueblo donde,<br />
en 1941, nació el pintor Eugenio<br />
López Berrón, y el primer<br />
motivo pictórico de este importante<br />
artista. López Berrón,<br />
licenciado en Bellas Artes, ha<br />
realizado numerosas exposiciones<br />
en España y en el extranjero;<br />
su obra figura en importantes<br />
colecciones y museos, ha<br />
merecido multitud de premios y<br />
ha sido divulgada ilustrando tarjetas<br />
de felicitación de Unicef.<br />
La artiquitectura y el paisaje urbano<br />
de media España y parte<br />
Vista de Gotarrendura, del joven López Berrón.
RUTA DE LOS PINTORES 157<br />
Mingorría, romería de «Las Aguas», de Fernando Sánchez.<br />
de Europa han sido pintados<br />
por López Berrón envueltos en<br />
bruma o calima, lluvia o nieve,<br />
al amanecer o al atardecer.<br />
También las gentes anónimas<br />
que llenan las calles ocupan un<br />
espacio en la obra impresionista<br />
de este pintor, pero lo que al<br />
viajero le interesa ahora es saber<br />
que la llanura morañega, los<br />
campos cerealistas dorados en<br />
verano, las faenas agrícolas, las<br />
palomas y el «palomarcico» de<br />
Gotarrendura también han sido<br />
motivos plásticos de López Berrón,<br />
donde se nota que lleva<br />
dentro esta tierra.<br />
Tabasco es el pintor de Hoyo<br />
de Pinares, y también el autor de<br />
diferentes vistas del pueblo de<br />
Velayos llenas de realismo.<br />
El molino Nuevo o de los Policas,<br />
que bebe del Adaja en Zorita,<br />
fue un motivo pictórico bellamente<br />
plasmado por Javier<br />
Paradinas, un artista nacido en<br />
Avila que se licenció en Bellas<br />
Artes en 1976 y que se mueve<br />
entre la abstracción y el paisaje.<br />
Han sido numerosas las exposiciones<br />
de este pintor y los premios<br />
y galardones que ha merecido<br />
su obra, en la que exterioriza<br />
su preocupación por el lenguaje<br />
plástico y el color. También ha<br />
colaborado con el poeta Jacinto<br />
Herrero, dibujando sus poemas<br />
inspirados en Monsalupe.<br />
Los molinos del Adaja han<br />
sido un tema frecuente en la pintura<br />
de los artistas abulenses,<br />
por el que también se han sentido<br />
atraídos numerosos aficionados<br />
a este arte. El paisaje ribereño<br />
dibujado por el río entre<br />
encinares y escarpes rocosos<br />
ha prestado su magia e influjo a<br />
artistas como José Luis Pajares<br />
(Avila, 1956), doctor en Bellas Artes<br />
premiado internacionalmente<br />
en Alejandría y El Cairo, quien<br />
no ha dudado en aventurarse<br />
por el territorio de los molineros<br />
de Mingorría y Cardeñosa para<br />
descubrir la naturaleza.<br />
La muchedumbre que se agolpa<br />
en los ritos festivos que se<br />
celebran en la ermita del Cristo<br />
de Mingorría, ofrece una vista<br />
desde la lejanía, con el pueblo<br />
al fondo y berrocales graníticos<br />
de frente, que no ha pasado desapercibida<br />
para el pintor Fernando<br />
Sánchez «El Pirata». «El<br />
Piry» se graduó en Bellas Artes<br />
en 1974, comenzando su andadura<br />
profesional como profesor,<br />
si bien pronto dejó la docencia<br />
para dedicarse por entero a la<br />
pintura. Su obra ha sido expues-
158 RUTA DE LOS PINTORES<br />
Oleo de Eugenio Vega.<br />
ta en Avila y Madrid, además de<br />
ser merecedora de importantes<br />
premios y galardones.<br />
Santiago Muñoz (Sanchidrián,<br />
1959) recreó una emotiva imagen<br />
de la ermita del Cristo de Mingorría,<br />
años después de terminar<br />
sus estudios de Bellas Artes.<br />
El propio entorno, en su dimensión<br />
no sólo física, sino también<br />
imaginativa y llena de recuerdos,<br />
fue el primer motivo<br />
artístico de Eugenio Vega Pindado<br />
(Madrid, 1962), al tiempo<br />
de licenciarse en Bellas Artes<br />
en 1985. La obra de Eugenio Vega<br />
está compuesta por óleos,<br />
acuarelas, dibujos, fotografías y<br />
grafismos, que reflejan los aspectos<br />
más triviales de la realidad<br />
y la propia naturaleza, redescubiertos<br />
muchos de ellos<br />
en Avila, Mingorría, donde tiene<br />
su herencia familiar, Los Patos y<br />
los pueblos de alrededor.<br />
Otro artista que también tiene<br />
su herencia familiar en Mingorría<br />
es el pintor Pablo Martín Camarero<br />
(Avila, 1962), quien antes<br />
de terminar la carrera de Bellas<br />
Artes ya había participado en<br />
señaladas exposiciones y obtenido<br />
prestigiosos galardones,<br />
como la mención de honor del<br />
Premio Durán. Pablo Martín se<br />
interesa por los paisajes urbanos<br />
y los interiores, pero ante todo<br />
pretende contar una historia.<br />
Miguel Ángel Espí, aunque<br />
nació en Bilbao en 1949, ya hace<br />
años que se afincó en Ávila<br />
donde ejerce como profesor y<br />
dedicado a la pintura y la escultura.<br />
Reside entre los encinares<br />
de “Pancorbo”, junto a los pueblos<br />
de Velayos y Santo Domingo<br />
de la Posadas, impregnado<br />
del paisaje de esta tierra. Su<br />
obra, mostrada en numerosas<br />
exposiciones desde 1968, ha sido<br />
merecedora de importantes<br />
premios, entre ellos el IX Premio<br />
Nacional de Pintura Adaja<br />
(1992) y el Nacional de Escultura<br />
Ciudad de Ávila (2002).<br />
Finalmente, de Rafael Rollón,<br />
(Ávila, 1966) un magnífico colorista<br />
al decir de la crítica,<br />
sabemos que pintó el paisaje<br />
huertano que circunda Mingorría.<br />
Además de pintor, este<br />
joven artista también destaca<br />
como director de cortometrajes<br />
y autor de cómic. El último<br />
galardón obtenido fue el Premio<br />
Nacional de Pintura Ciudad de<br />
Ávila de 2001.<br />
Jesús Muñoz en el monte.
Santayana en Zorita<br />
(Foto L. Sastre, 1930).<br />
RUTA DE LOS ESCRITORES<br />
■ A DESTACAR. Las inquietudes<br />
culturales de las gentes<br />
que habitan nuestros pueblos<br />
rara vez se manifiestan en textos<br />
impresos, por ello llaman<br />
la atención aquellas iniciativas<br />
propias que finalmente se traducen<br />
en la publicación de libros<br />
y revistas. Resulta atractivo<br />
entonces para el viajero<br />
descubrir estas formas singulares<br />
de promoción y divulgación<br />
de la identidad histórica y<br />
cultural propias de los habitantes<br />
de esta tierra. Sin olvidar<br />
a aquellos escritores que<br />
se inspiraron en ella.<br />
■ La ruta. Buceando entre<br />
las fuentes bibliográficas que<br />
tienen su origen en autores<br />
vinculados especialmente a<br />
los pueblos de la ribera del<br />
Adaja, observamos libros dedicados<br />
a santos y publicaciones<br />
editadas por los propios<br />
párrocos, libros de tradiciones<br />
y costumbres, libros de creación<br />
literaria y libros de fotografías,<br />
así como interesantes<br />
revistas culturales. A través de<br />
estas fuentes al viajero se le<br />
presentan nuevas formas de<br />
conocimiento que pretenden<br />
contribuir a un viaje más enriquecedor.<br />
■ Cómo llegar. Acercarse a<br />
las manifestaciones culturales<br />
y literarias surgidas en torno a<br />
los pueblos del Adaja es recorrer<br />
Cardeñosa, Peñalba, Monsalupe,<br />
Las Berlanas, Gotarrendura,<br />
Zorita de los Molinos,<br />
Mingorría, Santo Domingo<br />
de las Posadas y Velayos.<br />
■ Qué ver. Es interesante<br />
descubrir aquellas localidades<br />
en las que sus naturales y pobladores<br />
fueron capaces de<br />
expresar sus pensamientos e<br />
inquietudes a través de libros<br />
y otras publicaciones. Los textos<br />
que se conservan son un<br />
buen ejemplo de la actividad<br />
creativa de las gentes que vivieron<br />
en estas tierras, donde<br />
también se presume de su relación<br />
con importantes autores<br />
como Santa Teresa, Azorín,<br />
Santayana y Jacinto Herrero.<br />
■ Aliciente. Visitar los pueblos<br />
del Adaja siempre resulta<br />
aleccionador, y llegar a conocer<br />
los libros y publicaciones<br />
editados en su seno, y a los<br />
escritores que se relacionaron<br />
con aquéllos, es un atractivo<br />
que no puede escapársele al<br />
viajero.
RUTA DE LOS ESCRITORES<br />
Comenzamos esta ruta libresca<br />
y aventurera por los pueblos<br />
de la margen izquierda del<br />
Adaja, y el primer pueblo que se<br />
nos aparece es Cardeñosa.<br />
Buceando aquí entre sus calles<br />
medievales descubrimos que<br />
el párroco de la localidad, don<br />
Francisco Esteban Martín, en<br />
1917 publicó el libro titulado «La<br />
Mujer Fuerte. Venerable sier- va<br />
de Dios doña María Vela y Cueto.<br />
Monja Bernarda del convento<br />
de Santa Ana de Avila, del siglo<br />
XVI-XVII». El libro biográfico<br />
de esta monja nacida en Cardeñosa<br />
fue dedicado por el autor<br />
a sus feligreses y ha sido reeditado<br />
recientemente con prólogo<br />
de don Teodoro Mayo Velayos,<br />
también sacerdote y natural<br />
de dicho pueblo. El párroco<br />
don Francisco llegó a publicar<br />
además una treintena de libros<br />
religiosos y fundó la publicación<br />
mensual «Nuestra Revista»,<br />
destinada a los párrocos de toda<br />
España.<br />
Sin abandonar el pueblo descubrimos<br />
el libro «Cardeñosa desde<br />
dentro», escrito por José Hidalgo<br />
Encinar en 1998. A través<br />
de los recuerdos del autor<br />
es fácil conocer la pequeña historia<br />
de la localidad y la de sus<br />
gentes, contada mitad en verso<br />
y mitad en prosa, llena de anécdotas<br />
desenfadadas e ilustradas<br />
con fotos antiguas y contadas<br />
a través de personajes nombrados<br />
por sus motes o apodos.<br />
Como colofón, el viajero debe<br />
saber que la Asociación Cultural<br />
Santa Paula Barbada ha<br />
publicado un libro con los poemas<br />
y cuentos premiados en<br />
el I Concurso Literario «Villa<br />
de Cardeñosa» del año 2000,<br />
donde también se incluyen imágenes<br />
de la patrona, la iglesia<br />
parroquial, las ermitas y el crucero.<br />
Continuando nuestro viaje llegamos<br />
a Peñalba de Avila,<br />
donde la Asociación Cultural<br />
«El Cuervo» publica desde 1997<br />
una revista trimestral titulada<br />
«Tribuna de Peñalba». Esta re-
RUTA DE LOS ESCRITORES 161<br />
vista de 20 páginas, que todavía<br />
se sigue editando, cuen- ta la<br />
historia, las tradiciones y las<br />
costumbres del pueblo, junto<br />
con otros acontecimientos de<br />
actualidad. Ciertamente, estamos<br />
ante una manifestación cultural<br />
de gran valor y acierto que no<br />
puede pasar desapercibida.<br />
Maximiliano Fernández (Las<br />
Berlanas, 1956), colaborador de<br />
«La Fragua», periodista y profesor<br />
universitario, ha escrito<br />
«Prensa y comunicación en Avila<br />
(s. XVI-XIX)» y «Sociedad y Opinión.<br />
Avila en el siglo XIX», entre<br />
otros libros de gran interés.<br />
En Las Berlanas el viajero encontrará<br />
también información<br />
del prolijo compositor de versos<br />
nacido en la localidad y llamado<br />
Augusto Gil Galindo, autor<br />
del libro «Un hotelero en el camino»,<br />
una obra de rimas que<br />
destila un marcado sentimiento<br />
religioso.<br />
Monsalupe es otro pueblo<br />
que aparece en esta singular ruta,<br />
donde el reconocido y consagrado<br />
poeta y sacerdote Jacinto<br />
Herrero Esteban (Langa -<br />
Avila, 1931) se inspiró para escribir<br />
el libro de poemas «El<br />
Las Berlanas es la siguiente<br />
localidad de la ruta de esta aventura.<br />
Aquí, la Asociación Cultural<br />
«La Fragua» ha convertido el<br />
antiguo edificio comunal en exposición<br />
permanente de carácter<br />
etnográfico. Esta asociación<br />
ha publicado una revista o boletín<br />
con importantes datos sobre<br />
actualidad local, patrimonio,<br />
historia, costumbres y tradiciones.<br />
Jacinto Herrero con Querejazu.<br />
monte de la loba», cuando regentaba<br />
la parroquia de la localidad<br />
en 1959. En sus versos,<br />
Jacinto Herrero canta a las vendimiadoras<br />
del lugar, recoge el<br />
sonido del tren que surca las<br />
tierras morañegas desde Monsalupe,<br />
y lamenta las devastadoras<br />
inundaciones ocurridas<br />
entonces en Las Berlanas.<br />
También en Monsalupe descubrimos<br />
que Azorín se inspiró<br />
en un pastor imaginario para<br />
escribir un breve relato, según<br />
quedó recogido en la «Ruta de<br />
los pastores».
162 RUTA DE LOS ESCRITORES<br />
Siguiendo el antiguo camino<br />
que se dirigía a Arévalo llegamos<br />
a Gotarrendura, donde Santa<br />
Teresa lo llena todo. El pueblo<br />
ocupa un lugar importante<br />
en el libro biográfico de la Santa<br />
escrito en 1929 por el padre<br />
Gabriel de Jesús. Lo mismo<br />
ocurre en el libro publicado en<br />
1916 por el Marqués de San<br />
Juan de Piedras Albas dedicado<br />
a Alonso de Venegrilla, natural<br />
de Mingorría y administrador<br />
en Gotarrendura del palomar<br />
de Teresa de Jesús.<br />
Sin salir de la localidad comprobamos<br />
que la Asociación Cultural<br />
«Santa Teresa» promociona<br />
importantes concursos de<br />
poesía y relatos, entre otras actividades<br />
de divulgación cultural.<br />
Desde Gotarrendura llegamos<br />
a Zorita de los Molinos, donde<br />
grátamente nos sorprendemos<br />
con las entreñables cosas que<br />
cuenta la revista «Olalla», editada<br />
a lo largo de ocho años (1986-<br />
1993) por José Luis Sastre. Su<br />
tirada, limitada a 50 ejemplares<br />
y ocho páginas, alcanzó los 29<br />
números, más el suplemento extraordinario<br />
que recogía la transcripción<br />
literal del Catastro de<br />
Ensenada. «Olalla» es el título de<br />
los «Cuadernos de Zorita», donde<br />
se recoge una parte importante<br />
de su historia y sus tradiciones<br />
y costumbres, ilustrada<br />
con hermosas fotografías antiguas<br />
realizadas por Luis Sastre,<br />
padre del editor.<br />
Desde Zorita cruzamos el río<br />
Adaja y llegamos a Mingorría,<br />
localidad destacable por su gran<br />
número de publicaciones. Aquí,<br />
en la vieja casa del curato, el<br />
párroco don Valeriano Bermejo<br />
Lázaro, natural de Santo Domingo<br />
de las Posadas, escribió<br />
en 1918 el libro «Puntos gramaticales»,<br />
publicado en la imprenta<br />
abulense de Sigirano, en<br />
él se recoge una breve recopilación<br />
de reglas gramaticales<br />
destinadas a los aspirantes a<br />
Bachillerato y Magisterio Nacional,<br />
dice el autor. Y, como no<br />
podía ser menos, abundan los<br />
ejemplos en los que se cita el<br />
pan de Mingorría, la ciudad de<br />
Avila, Arévalo y Santa Teresa.<br />
En 1958 el párroco de Mingorría<br />
y Zorita, don Francisco Romero,<br />
edita una revista titulada<br />
«El Santo Rosario en familia».<br />
Esta publicación mensual se<br />
mantiene hasta 1964, con una<br />
importante difusión más allá de<br />
la provincia de Avila. Cada número,<br />
de cuatro páginas, trata
163<br />
de la religiosidad de los pueblos<br />
abulenses, e incluye relatos populares,<br />
refranes y chistes.<br />
El libro de poemas «Desde<br />
mis manos vegetales», escrito<br />
y publicado en 1981 por María<br />
Nieves Alvarez Martín, natural<br />
de Mingorría, es un hermoso<br />
canto a la palabra, al amor y a<br />
la libertad.<br />
En 1982, Antonio Gutiérrez<br />
Sanchidrián (Mingorría, 1963)<br />
promueve y dirige la revista abulense<br />
de creación literaria «Barataria»,<br />
donde se dieron cabida<br />
las inquietudes culturales de la<br />
época.<br />
Una revista cultural más dinámica<br />
y generalista, sin olvidar<br />
los aspectos locales, surgió bajo<br />
el título de «Piedra Caballera»<br />
(1982-1989), dirigida por<br />
Jesús M.ª Sanchidrián. La revista<br />
tuvo periodicidad cuatrimestral<br />
y una media de 70 páginas,<br />
habiéndose publicado un<br />
total de 16 números, además<br />
de monográficos sobre arquitectura<br />
popular, cantería, fotografías,<br />
carnavales, deportes<br />
populares, etc. Han sido numerosos<br />
los colaboradores que<br />
han pasado por sus páginas,<br />
tantos como la variedad de temas<br />
dedicados a la historia, la<br />
literatura, la ciencia, la etnografía,<br />
la sociedad, la naturaleza, el<br />
arte, la fotografía...<br />
La revista «Piedra Caballera»<br />
también editó varios libros de<br />
poesía, como el del autor José<br />
Pindado García (Mingorría, 1954)<br />
titulado «Hojas sueltas» y publicado<br />
en 1984.<br />
Por su parte, Germán Alonso<br />
Gallego (Mingorría, 1925)<br />
escribió y publicó «A corazón<br />
abierto», libro amoroso que reune<br />
114 sonetos compuestos con<br />
buena técnica y empeño.<br />
«Mingorría, crónicas de un<br />
pueblo abulense» es el título de<br />
un voluminoso libro de tradiciones<br />
y costumbres de la localidad,<br />
repleto de fotografías, prologado<br />
por el historiador José<br />
Luis Gutiérrez Robledo y escrito<br />
en 1991 por Teófilo Domínguez<br />
y Jesús María Sanchidrián,<br />
entre otros autores.<br />
«La historia quieta, la memoria<br />
del tiempo» es el libro de fo-
164 RUTA DE LOS ESCRITORES<br />
tografías de Mingorría<br />
que vió la luz en 1996,<br />
donde se refleja toda la<br />
historia gráfica de un<br />
pueblo, que es un poco<br />
cualquier pueblo.<br />
Desde Mingorría nos<br />
trasladamos a Velayos,<br />
y aquí el callejero enseguida<br />
destaca la calle<br />
dedicada a la figura de<br />
don Juan Martín Carramolino<br />
(1805- 1881). Carramolino<br />
nació en Velayos<br />
y fue catedrático,<br />
fiscal, diputado, senador,<br />
ministro y académico.<br />
Escribió en 1872 la<br />
«Historia de Avila, su<br />
provincia y obispado» en<br />
tres volúmenes, siendo<br />
esta obra referencia obligada<br />
para conocer la<br />
historia de estas tierras. Sin salir<br />
de Velayos, conviene destacar<br />
que en este pueblo de ricos comerciantes,<br />
en el año 1913 comenzó<br />
a editarse el semanario<br />
de información general «La Verdad».<br />
Desde Velayos se accede a<br />
los encinares de Las Gordillas,<br />
donde en el «cuartel del Molino»<br />
cazaba el escritor Miguel<br />
Delibes, cuya experiencia plasmó<br />
en su excelente obra literaria<br />
sobre Castilla, mientras su<br />
presencia permanece en la denominación<br />
del Colegio Rural<br />
Agrupado de los pueblos la zona<br />
que lleva su nombre.<br />
AZORIN: «LOS VASCOS<br />
DE MINGORRIA»<br />
El escritor José Martínez Ruiz<br />
«Azorín» (1873-1967) solía apoyar<br />
sus visiones literarias de los<br />
pueblos y lugares en las guías<br />
de viajeros de la época, las cuales<br />
ilustraba con la perspectiva<br />
fugaz que divisaba desde el<br />
tren. Así, sin necesidad de visitar<br />
y recorrer los lugares, escribió<br />
sobre la capital abulense<br />
«Azorín» por J. Echeverría.<br />
(«Una hora de España», 1924).<br />
Tampoco llegó a conocer Riofrío,<br />
un «pueblecito» de Avila, al<br />
que viajó con la imaginación en<br />
el libro que dedicó a Antonio<br />
Machado en 1916.<br />
Monsalupe también fue el lugar<br />
de nacimiento de un personaje<br />
imaginario nacido de la<br />
pluma de Azorín. Este autor se<br />
vió sugestionado por Mingorría,<br />
un pueblo vasco en el corazón<br />
de Castilla, mientras leía las guías<br />
de los Ferrocarriles del Norte,<br />
o el «Manual para viajeros»<br />
de Richard Ford publicado en<br />
1845, cuya lectura reseña en<br />
«Castilla» (1912). «La Mingorríana»<br />
era entonces una de las posadas<br />
menos malas de la ciudad<br />
de la capital abulense decía<br />
Ford; la «Fuente de las<br />
Mingorrianas» se hallaba en el<br />
paraje de la capital abulense de<br />
«Las Santidades» en la zona de<br />
la Encarnación; y el camino carretero<br />
de Mingorría, que iba de<br />
Avila a Arévalo, destascaba por<br />
la actividad comercial de arrieros<br />
y trajinantes. El artista Francisco<br />
de Paula Van Halen, de
RUTA DE LOS ESCRITORES 165<br />
origen flamenco, dibujó en<br />
1842 una bella vista titulada<br />
«Avila desde el camino de Mingorría»,<br />
uno de cuyos tramos se<br />
significó como la «Cuesta de las<br />
Mingorrianas», dada la frecuencia<br />
con que pasaban las panaderas<br />
de este pueblo cuando<br />
iban a vender pan a la ciudad.<br />
Por otro lado, a Jorge Santayana,<br />
cada vez que venía en tren<br />
de París en las décadas de<br />
1880 y 1890, la llegada a Avila<br />
se le advertía siempre latiendo<br />
el corazón, mientras buscaba<br />
los nombres de las últimas estaciones:<br />
Arévalo, luego Mingorría...<br />
Como vemos, todas las<br />
sensaciones por el nombre de<br />
Mingorría se agolpan en la memoria,<br />
donde queda a salvo la<br />
imagen de la realidad de este<br />
pueblo, que es un poco cualquier<br />
pueblo.<br />
En la búsqueda de una especial<br />
sensación por un nombre,<br />
Azorín imaginó el cuento «Los<br />
vascos de Mingorría», una de<br />
las narraciones que Azorín escribió<br />
con más cariño, la cual<br />
fue publicada en el periódico<br />
«Ahora» el 24 de junio de 1936,<br />
luego incluida en el libro «Cavilar<br />
y contar».La pequeña historia<br />
de este cuento queda resumida<br />
a continuación:<br />
«Una mañana de junio de<br />
1895 salía de su casa don Bernardo<br />
Echeveste, vecino de San<br />
Sebastián. Tenía setenta y cinco<br />
años y había sido durante mucho<br />
tiempo capitán del transatlántico<br />
español “Tubalia”. Don<br />
Bernardo Echeveste se dirigía a<br />
la estación. Ningún viaje de los<br />
que por el planeta había hecho<br />
le impresionaba más que éste.<br />
Había estado en Groenlandia,<br />
en el mar Pacífico, en la Patagonia,<br />
en Norteamérica. Y ahora,<br />
retirado ya, se sentía un poco<br />
emocionado. El tren corría hacia<br />
Castilla.<br />
Al día siguiente de su salida<br />
de San Sebastián, don Bernardo<br />
Echeveste estaba sentado ante<br />
una puerta de Mingorría. El cielo<br />
era alto, limpio y de un azul profundo.<br />
La mañana se deslizaba<br />
plácida. El pueblo se hallaba sumido<br />
en el silencio. De tarde en<br />
tarde discurría por la calle un labriego<br />
que se encaminaba al<br />
campo. Se oía a lo lejos el tintineo<br />
de una herrería y allí cerca<br />
resonaban los martillazos de un<br />
carpintero. De pronto salió de la<br />
carpintería vecina un niño de<br />
unos siete años. Llevaba en las<br />
manos el cazo de cola y unas<br />
astillas. Don Bernardo le hizo<br />
una seña y el niño se le acercó:<br />
Vista de Mingorría.
166 RUTA DE LOS ESCRITORES<br />
–¿Cómo te llamas tú<br />
–Víctor Arosteguieta.<br />
Los ojos de don Bernardo se<br />
encendieron con viva luz y las<br />
manos del anciano temblaron ligeramente.<br />
Dos días después,<br />
en San Sebastián, don Bernardo<br />
Echeveste bajaba a la playa de<br />
La Concha llevando de la mano<br />
a Víctor Arosteguieta. Se acercaron<br />
los dos al mar. Don Bernardo<br />
cogió en el hueco de la<br />
mano un poco de agua y sobre<br />
la cabeza del niño, dijo:<br />
–Víctor, yo te bautizo. Tú serás,<br />
como tus antecesores remotos,<br />
marino. Tú, como ellos, navegarás<br />
por todos los mares del globo.<br />
La vida de Víctor Arosteguieta<br />
fue varia y fecunda. Desde<br />
el fondo de su espíritu se sentía<br />
él atraído por el mar, llegando a<br />
ser capitán del transatlantico inglés<br />
“Caledonia”. Pero allá en lo<br />
más recóndito de su personalidad,<br />
en esos momentos en que<br />
se encontraba a millares y millares<br />
de kilómetros de su patria,<br />
Avila, tenía para Avila un<br />
pensamiento de amor.<br />
Habían transcurrido cuarenta<br />
años, cuando una tarde de julio,<br />
un automóvil llegó hasta doscientos<br />
metros de Mingorría.<br />
Descendió del coche un caballero<br />
y se dirigió al pueblo. El<br />
caballero era don Víctor Arosteguieta,<br />
se sentó ante una casa.<br />
Contemplaba el cielo alto y limpio<br />
como si nunca lo hubiera<br />
contemplado. El pueblo se hallaba<br />
en silencio y el corazón de<br />
Víctor palpitaba con fuerza. Lo<br />
que el peligro no había hecho<br />
antes, lo hacía ahora esta placidez<br />
de su pueblo natal. El tiempo<br />
había pasado y todo estaba<br />
lo mismo. Habían desaparecido<br />
unos hombres y habían nacido<br />
otros. Como el mar, se sucedía<br />
eterno el oleaje humano. Pasó<br />
un niño y Víctor le preguntó:<br />
–¿Cómo te llamas tú<br />
–Pedro Muñagorri –contestó<br />
el niño.<br />
Dos días más tarde, Víctor Arosteguieta<br />
y Pedro Muñagorri llegaban<br />
a San Sebastián y se embarcaban<br />
en una lancha para dirigirse<br />
al “Caledonia“. Pero el<br />
niño se sentía cohibido, huraño,<br />
ensimismado, encogido medrosamente,<br />
como un animalito selvático.<br />
No quería probar bocado.<br />
Cuatro días más tarde, acompañado<br />
de un marinero del “Caledonia“,<br />
Pedro Muñagorri tornaba<br />
a Mingorría. La tierra, esta<br />
vez, había podido más que el<br />
mar».<br />
SANTAYANA<br />
Jorge Ruiz de Santayana<br />
(1863- 1952) fue un pensador, filósofo<br />
y escritor universal, coetáneo<br />
de aquella generación de<br />
finales del siglo XIX, y un abulense<br />
de criazón como escribe<br />
Jacinto Herrero.<br />
La última estancia en Avila, y<br />
en España, de este ilustre intelectual<br />
tuvo lugar en 1930, ocasión<br />
ésta que aprovechó para<br />
visitar Zorita de los Molinos.<br />
El campo y el medio rural hasta<br />
entonces le habían sido ajenos<br />
a Santayana, lo que le producía<br />
un sentimiento de vacío<br />
en su conocimiento sobre una<br />
Jorge Santayana.
RUTA DE LOS ESCRITORES 167<br />
Zorita de los Molinos.<br />
parte de la vida humana, y así<br />
escribió a su hermana Susana:<br />
«El amor a los campos y el<br />
ambiente campesino fue una de<br />
las carencias tremendas de<br />
nuestra educación, y ahora lo<br />
siento como una incapacidad y<br />
desventaja permanentes».<br />
Por ello, quizás, cuando escribe<br />
su autobiografía en su retiro<br />
de Roma en 1942, dedica<br />
un bello capítulo al campo y los<br />
campesinos abulenses:<br />
«El campo invade la ciudad<br />
todos los viernes por la mañana,<br />
y llena el mercado de campesinos<br />
y mercancías rurales... El<br />
campo había creado la ciudad...».<br />
Efectivamente, es en la autobiografía<br />
del filósofo donde no<br />
sólo el campo, sino Avila y España,<br />
cobran el verdadero valor<br />
que tuvieron en su vida, puesto<br />
que apenas hay nada sobre ello<br />
en el lado literario del escritor,<br />
tal y como reconocía él mismo.<br />
Recordando entonces el último<br />
viaje de Santayana a Avila,<br />
y a propósito de la imagen captada<br />
en Zorita por tierras de<br />
Mingorría, es bueno reivindicar<br />
su obra, así como su contribución<br />
literaria al «abulensismo».<br />
Santayana nació en Madrid,<br />
se crió en Avila desde los dos<br />
hasta los nueve años, se educó<br />
en Boston, fue profesor en Harvard<br />
(EE.UU.), divulgó su pensamiento<br />
filosófico a todo el<br />
mundo desde las universidades<br />
de América y Europa, escribió<br />
numerosos libros y artículos,<br />
pronunció incontables conferencias,<br />
y fue un viajero infatigable,<br />
un trashumante, un hombre<br />
con «espíritu de frontera»,<br />
como dijo Jiménez Lozano.<br />
Además, según Fernando Savater,<br />
tenía un estilo correcto y<br />
era un cosmopolita culto, un<br />
poeta y un erudito penetrante.<br />
Después de alcanzar la cima de<br />
su carrera en Harvard, un día de<br />
1912, recuerda Jiménez Lozano,<br />
en plena clase de sus cursos<br />
en la universidad se acercó<br />
a la ventana y se percató de<br />
que los árboles estaban florecidos:<br />
quedó pasmado de su belleza,<br />
como si en Avila florecieran<br />
palmeras en diciembre bajo<br />
la nieve, tomó su sombrero y se<br />
despidió de sus alumnos: «Señores,<br />
ha llegado la primavera», y<br />
nunca más volvió a una clase.<br />
Entonces se trasladó a Europa,<br />
viviendo principalmente en París,<br />
Oxford y Roma, donde falleció<br />
en 1952, teniendo siempre<br />
presente la ciudad de Avila.<br />
Santayana, quiso ver y tener<br />
en Avila un punto de apoyo elevado<br />
–un «locus standi»– desde<br />
el que asomarse al mundo y<br />
hacer su interpretación de la<br />
historia y de la vida humana,<br />
contrastando su ideal cultivado<br />
en la distancia con la realidad<br />
de una ciudad que visitaba en
168 RUTA DE LOS ESCRITORES<br />
continuos y frecuentes viajes.<br />
En su autobiografía recuerda<br />
con emoción:<br />
«Latiéndome el corazón como<br />
buscaba los nombres de las<br />
últimas estaciones, Arévalo, luego<br />
Mingorría, tras la cual, el<br />
cualquier momento, podía esperar<br />
ver a la derecha las perfectas<br />
murallas de Avila». Eran<br />
los mismos años en los que<br />
Azorín situó el escenario de su<br />
cuento «Los vascos de Mingorría».<br />
En la ciudad amurallada Santayana<br />
tuvo siempre su hogar<br />
familiar. Primero en la casa de<br />
su padre, sita en la plaza de<br />
Santa Ana, hasta que éste falleció<br />
en 1893. Luego en la casa<br />
de la plaza de Novaliches, donde<br />
vivía su hermana Susana,<br />
casada en 1892 con Celedonio<br />
Sastre, viudo y con seis hijos.<br />
Celedonio había sido Alcalde<br />
de Avila entre 1877 y 1878 y de<br />
él escribió Santayana:<br />
«Era un propietario y también<br />
abogado, y poseía una finca a<br />
poca distancia de Avila (en Zorita<br />
de los Molinos-Mingorría),<br />
yendo a caballo, y una casa en<br />
la ciudad, pero su empleo principal<br />
era actuar de apoderado<br />
para dos o tres grandes propietarios<br />
(Duque de Valencia y Duque<br />
de la Roca) que tenían fincas<br />
en la provincia y vivían fuera».<br />
Cuando en el verano de 1930<br />
Santayana hizo su último viaje a<br />
estas tierras tuvo oportunidad<br />
de contactar con el ambiente<br />
campesino en Zorita y Mingorría,<br />
a la vez que parecía reencontrarse<br />
con los últimos deseos<br />
de su padre, mientras recordaba<br />
una carta de 1893 (incluida<br />
por Pedro García Martín<br />
en «El sustrato abulense de Jorge<br />
Santayana») donde le decía:<br />
«Tengo mucha esperanza de<br />
verte este año... Como has tenido<br />
gusto en venir otros años,<br />
desde hace diez, no dudo que<br />
le tendrás ahora con el gran<br />
motivo de ver a Susana en su<br />
nuevo estado (de recién casada)...<br />
En el verano pasará temporadas<br />
en Zorita durante las<br />
labores de la cosecha, y me parece<br />
que te divertirás mucho allí<br />
algún que otro día. Bueno fuera<br />
que pudieras también ir. La vida<br />
del campo alegra y remoza...<br />
Zorita! ¿Te gustaría ir a Zorita<br />
cuando esté allí Susana A mí<br />
me gustaría mucho, si estuviera<br />
más útil».<br />
Ya en otra ocasión, en una<br />
carta del 12 de noviembre de<br />
1888, su padre le había hecho<br />
referencia a los vinos de Zorita.<br />
Unos vinos de excelente calidad,<br />
por los que Celedonio<br />
Sastre obtuvo la medalla de<br />
plata en la Exposición Universal<br />
e Internacional de París en el<br />
año 1900.<br />
Patio de la casa de la plaza de Novaliches (foto archivo J. L. Sastre).
RUTA DE LOS ESCRITORES 169<br />
En esta visita del verano<br />
de 1930 a Zorita, acompañado<br />
de Rafael y la familia<br />
Sastre, otro recuerdo asaltó<br />
a Santayana:<br />
«En 1906, visitando el<br />
museo del Louvre en París<br />
en compañía de Rafael<br />
Sastre, éste sacó un cuaderno<br />
y un lapicero e hizo<br />
un esbozo de una de las<br />
obras, con un apunte sobre<br />
el colorín: “cuando<br />
vuelva a Zorita (la finca de<br />
su padre), dijo, haré uno<br />
como éste”».<br />
Anteriormente a este último<br />
viaje de Santayana<br />
por tierras abulenses, había<br />
muerto su hermana Susana<br />
el 10 de febrero de 1928. Celedonio<br />
entonces decidió construir<br />
una ermita en su honor, y<br />
en el de su primera esposa y su<br />
hija. La ermita se levantó en la<br />
finca «La Aldehuela» en Zorita,<br />
al sitio de «la encina sola», dedicada<br />
a San Antonio, San José<br />
y Santa Susana. También, como<br />
último gesto de caridad cristiana,<br />
en 1928 Celedonio Sastre<br />
donó al Ayuntamiento de Mingorría<br />
un cercado de casi treinta<br />
y cinco áreas al sitio de «Los<br />
Herrenales» y el «Azafranal» para<br />
la construcción de escuelas<br />
para el pueblo. En agradecimiento,<br />
una calle lleva su nombre.<br />
La inauguración de la nueva<br />
ermita tuvo lugar el día 13 de junio<br />
de 1930, en la festividad de<br />
San Antonio, poco después de<br />
la muerte de Celedonio que había<br />
tenido lugar un mes antes.<br />
La inauguración se hizo en una<br />
misa oficiada por el arcipreste<br />
de Mingorría, don Valeriano<br />
Bermejo, y los curas de Pozanco<br />
y Peñalba, con asistencia<br />
de los vecinos de Zorita y la familia<br />
Sastre. Este verano se reunieron<br />
en Zorita los hijos de Celedonio,<br />
acompañados de sus<br />
mujeres e hijos. También estuvo<br />
Ermita de La Aldehuela.<br />
Santayana y el hijo de su hermano<br />
Roberto, Jorge Sturgis,<br />
siendo retratados delante de la<br />
ermita. Y aunque ahora Santayana<br />
estaba en lugar sagrado,<br />
Avila había hecho al filósofo, al<br />
filósofo escéptico, quien al despedirse<br />
de Avila en 1930, escribió:<br />
«Habiendo quemado así mis<br />
naves..., dije adiós a Avila y a<br />
España, sin duda para siempre.<br />
No derramé lágrimas. Retuve en<br />
mi interior todo lo que quería o<br />
podía ya disfrutar de España».<br />
No obstante, por la correspondencia<br />
con la familia Sastre,<br />
su familia, conocemos sus deseos<br />
de ser más joven para poder<br />
volver a Avila. Y también sabemos<br />
de su regalo navideño<br />
de una y dos libras a cada uno<br />
de los trece nietos de Celedonio,<br />
a los que consideraba sus<br />
sobrinos. Y siempre pensando<br />
en Avila hasta su muerte.<br />
En reconocimiento a la figura<br />
de Santayana, y por su vinculación<br />
familiar con estas tierras,<br />
el Ayuntamiento de Mingorría<br />
acordó, el 4 de diciembre de<br />
1987, denominar el colegio público<br />
de la localidad con el<br />
nombre de Jorge Santayana.
«Teresa de Jesús».<br />
RUTA DE CINE<br />
■ A DESTACAR. La magia del<br />
cine siempre ha tenido gran<br />
fuerza cautivadora entre los<br />
hombres, sin importar la condición<br />
social o cultural de las<br />
personas, de ahí sus valores<br />
universales. Por ello, en el recorrido<br />
que hacemos sorprende<br />
la complicidad y juego de<br />
asociaciones entre historia, paisaje,<br />
actores, directores y productores<br />
de cine, los cuales parecen<br />
fundirse en una amorosa<br />
relación con esta tierra. No<br />
es frecuente identificar la vida<br />
de nuestros pueblos, y su marco<br />
natural y geográfico, con<br />
las aventuras y desventuras de<br />
los personajes mitificados por<br />
el cine, por lo que sorprende<br />
que entre las gentes que proceden<br />
de estos lugares haya<br />
alguien atraído y eclipsado por<br />
el séptimo arte, hasta el punto<br />
de convertirse en protagonista,<br />
a su manera, de alguna historia<br />
llevada a la gran pantalla.<br />
■ La ruta. El camino se emprende<br />
a través de acontecimientos<br />
cinematográficos relacionados<br />
con la zona rural<br />
del Adaja. La presencia de las<br />
cámaras todo lo engrandece<br />
y magnifica, lo que hace olvidar<br />
nuestra aparente insignificancia,<br />
tanto que con una<br />
simple referencia cinematográfica<br />
a lo que nos rodea nos<br />
hace sanamente más orgullosos<br />
y vanidosos. Situándonos<br />
en las localidades cercanas a<br />
la capital abulense, siguiendo<br />
el curso del río Adaja desde<br />
Cardeñosa y Mingorría hasta<br />
Gotarrendura y Pajares de<br />
Adaja, las anécdotas cinematográficas<br />
que se descubren<br />
nos asombran gratamente, y<br />
más aún cuando se sabe que<br />
las mismas crean cierta complicidad<br />
con la pequeña historia<br />
del cine.<br />
■ Cómo llegar. Para visitar<br />
los pueblos donde pueden encontrarse<br />
detalles relacionados<br />
con el cine hay que acercarse<br />
a Cardeñosa, Las Berlanas,<br />
Gotarrendura, Mingorría,<br />
Velayos y Pajares. En el recorrido<br />
por la mayoría de las localidades<br />
de la zona, el viajero<br />
debe advertir que una multitud<br />
de labradores y campesinos<br />
participó en el rodaje de<br />
«Orgullo y Pasión».<br />
■ Qué ver. Los lugares que<br />
sirvieron de escenario a algunas<br />
películas y aquéllos otros<br />
donde nacieron o tuvieron su<br />
herencia familiar actores, directores<br />
y productores de cine,<br />
sin olvidar el recuerdo a<br />
los antiguos salones de cine.<br />
■ Aliciente. Descubrir la grandeza<br />
de pequeñas e insignificantes<br />
aportaciones a la historia<br />
del cine surgidas en torno<br />
a nuestros pueblos, hoy casi<br />
olvidados.
RUTA DE CINE 171<br />
El punto de partida de este itinerario,<br />
que iniciamos de la<br />
mano de Emilio García Fernández,<br />
comienza con Santa Teresa<br />
de Jesús, uno de los personajes<br />
más atrayentes e impactantes<br />
de la historia de Avila en<br />
el cine. La figura de la Santa se<br />
halla profundamente enraizada<br />
entre la gente de los pueblos<br />
del Adaja, ya que en Gotarrendura<br />
los padres de Teresa tenían<br />
importantes propiedades y<br />
haciendas. En esta aldea de<br />
Avila habían contraído matrimonio<br />
y pasaban largas temporadas<br />
en invierno, e incluso la<br />
muerte sorprendió a la madre<br />
de la Santa. La teoría del nacimiento<br />
de Santa Teresa en Gotarrendura<br />
es defendida por el<br />
carmelita padre Efrén de la Madre<br />
de Dios, el mismo que presentó<br />
en Avila la película «Teresa<br />
de Jesús», cuyo acto tuvo<br />
lugar el 30 de mayo de 1962 en<br />
el cine «Lagasca». La película había<br />
sido dirigida por Juan de<br />
Orduña y estaba rodada parcialmente<br />
en Avila, con Aurora<br />
Bautista como protagonista y la<br />
actriz nacida en Madrigal de las<br />
Altas Torres Carmen Porcel.<br />
Habían pasado muchos años<br />
desde aquel 1 de junio de 1926<br />
en que se estrenó en el «Teatro<br />
Principal» la primera película rodada<br />
sobre Santa Teresa,<br />
producida en este<br />
caso por el empresario<br />
teatral Juan Vila, quien<br />
solía veranear en el<br />
balneario de Martiherrero.<br />
Después se han<br />
rodado muchos documentales<br />
sobre la Santa<br />
y se realizó una interesantísima<br />
serie de televisión<br />
dirigida por Josefina<br />
Molina en 1983,<br />
con Concha Velasco de<br />
protagonista. A partir<br />
de aquí podemos decir<br />
que cualquier rodaje<br />
sobre la vida de Teresa<br />
de Jesús propicia profundos<br />
sentimientos de paisanaje entre<br />
las gentes de los pueblos que<br />
la vieron durante su niñez entre<br />
los campos de Gotarrendura y<br />
cuando hacía el recorrido que<br />
va desde Gotarrendura hacia<br />
Avila y viceversa pasando por<br />
Las Berlanas, Peñalba y Cardeñosa.<br />
Siguiendo nuestro peculiar<br />
viaje descubrimos que el rodaje<br />
de la película «Don Juan» fue<br />
realizado en 1950 bajo la dirección<br />
de José Luis Sáenz de Heredia,<br />
y que Avila es el escenario<br />
de alguno de los exteriores<br />
que aparecen en la cinta. El jefe<br />
de producción de esta película<br />
fue Eduardo de la Fuente, quien<br />
lo fue también de otros muchos<br />
títulos del mismo director y cuya<br />
familia vivía en Mingorría. La<br />
película «Don Juan» se exhibió<br />
en Avila el 17 de noviembre de<br />
1951 en el «Teatro Principal».<br />
Otros títulos producidos por<br />
Eduardo de la Fuente y apuntados<br />
por sus familiares son: «Escuadrilla»,<br />
que se exhibió en el<br />
«Gran Cinema» el 22 de octubre<br />
de 1954, e «Historias de la radio».<br />
Una parte del rodaje de<br />
esta última se llevó a cabo en el<br />
Parador de Gredos, el cual tuvo<br />
Eduardo de La Fuente y esposa.
172 RUTA DE CINE<br />
que suspenderse por las intensas<br />
nieves caídas en aquel año<br />
de 1958, lo que además provocó<br />
el aislamiento del equipo,<br />
que tuvo que esperar a ser evacuado<br />
por coches llegados de<br />
la capital. «Historias de la radio»<br />
fue estrenada en Avila el 14 de<br />
octubre de 1959 en el cine «Lagasca».<br />
Rodaje de «Alba de América».<br />
En los años cincuenta el cantero<br />
de Mingorría Antonio Blázquez<br />
«Chiqui» intervino como<br />
extra en la película «Alba de<br />
América», rodada en Madrid en<br />
1951 donde se encontraba cumpliendo<br />
el servicio militar en el<br />
cuartel del Conde Duque. De<br />
aquel entonces conserva una<br />
fotografía que muestra con orgullo<br />
de actor consagrado, en<br />
ella se le ve montado a caballo<br />
acompañado de los extras abulenses<br />
Jesús de la Fuente Norella,<br />
de Sotillo de la Adrada, y<br />
Julio Díaz Ramos, de Arenas<br />
de San Pedro. La película fue<br />
dirigida por Juan de Orduña, director<br />
también de «Teresa de<br />
Jesús». Entre los protagonistas<br />
destacaron Amparo Rivelles y<br />
Antonio Vilar, este último también<br />
había protagonizado la película<br />
rodada en Avila «Don<br />
Juan» (1950). El argumento trata<br />
sobre los preparativos del<br />
viaje de Colón a las Indias y la<br />
expulsión de los judíos. La película<br />
apareció en las pantallas<br />
abulenses el 28 de enero de<br />
1955 en el «Gran Cinema».<br />
La más importante participación<br />
cinematográfica de las<br />
gentes anónimas de los pueblos<br />
cercanos a Avila tuvo lugar<br />
con motivo del<br />
rodaje de la película<br />
Orgullo<br />
y Pasión, que<br />
se llevó a cabo<br />
en la capital en<br />
1957. Fueron<br />
muchos los labradores<br />
que<br />
se acercaron<br />
con sus carros<br />
perfectamente<br />
ataviados en<br />
respuesta a la<br />
convocatoria<br />
de la productora<br />
americana.<br />
En la película<br />
de aventuras sobre la guerra<br />
española de la Independencia<br />
intervinieron cinco mil extras en<br />
los papeles de campesinos y<br />
guerrilleros, para lo que fue necesario<br />
disponer de autocares<br />
que los recogieran entre los<br />
pueblos de los alrededores.<br />
«Orgullo y pasión» fue una de<br />
las películas más importantes<br />
que se rodaron en Avila, la ciudad<br />
entonces fue tomada por<br />
Hollywood y sus rostros más espectaculares:<br />
Sofía Loren, Gary<br />
Grant y Frank Sinatra. En Monsalupe,<br />
la señora Domitila recuerda<br />
cómo cada vez que ve<br />
la película intenta una y otra vez<br />
reconocer a su marido Sise en<br />
la masa de campesinos que se<br />
agolpa ante las murallas, entre<br />
los que también estaban otros<br />
tantos intrépidos «actores». La<br />
película fue exhibida en Avila el<br />
14 de octubre de 1958 en el cine<br />
«Lagasca», coincidiendo con<br />
las fiestas patronales de Santa
RUTA DE CINE 173<br />
Rodaje de «Orgullo y pasión».<br />
Teresa, lo que constituyó todo<br />
un acontecimiento entre el público<br />
y los miles de protagonistas<br />
que intentaban reconocerse<br />
en las imágenes.<br />
Puestos de nuevo en el camino<br />
del cinematógrafo llegamos<br />
a Cardeñosa, pueblo de canteros<br />
y molineros, donde nació el<br />
actor Teodosio (Francisco) Vázquez<br />
López. El actor ocupa un<br />
lugar importante entre los abulenses<br />
que se han dedicado al<br />
cine, destacando en papeles de<br />
reparto de más de una docena<br />
de películas filmadas entre 1958<br />
y 1961 bajo la dirección de Juan<br />
de Orduña y Pedro Lazaga, entre<br />
otros. La primera película<br />
donde intervino Francisco Vázquez<br />
llevaba por título «La rebelión<br />
de los gladiadores», rodada<br />
en 1958 bajo la dirección<br />
de Vittorio Cottafavi y que pudo<br />
verse en el cine «Tomás Luis de<br />
Victoria» a partir del 26 de diciembre<br />
de 1960, coincidiendo<br />
con las fiestas navideñas. Otra<br />
película donde intervino en 1960<br />
el actor de Cardeñosa, acompañado<br />
en el reparto por el abulense<br />
José Manuel Pérez Martín<br />
(Casavieja, 1924), llevaba por<br />
título «La paz empieza nunca»,<br />
dirigida por León Klimovsky y<br />
basada en la novela homónima<br />
del también abulense Emilio Romero<br />
(Arévalo, 1917), ganadora<br />
del premio Planeta de 1957. El<br />
director León Klimovsky ya había<br />
rodado en Avila la película<br />
«El hombre que perdió el tren»<br />
en 1957, lo que hizo con la misma<br />
productora para la que trabajaba<br />
Eduardo de la Fuente y<br />
con los actores famosos del momento:<br />
Rosita Arenas y Tony Leblanc.<br />
Otra película en la que<br />
actuó Francisco Vázquez fue<br />
«Abuelita Charlestón» de Javier<br />
Setó, en 1963. Finalmente, el último<br />
título donde intervino Francisco<br />
Vázquez fue en «Ha llegado<br />
un ángel» de Luis Lucía, exhibida<br />
en Avila en el cine «Lagasca»<br />
el 16 de julio de 1964.<br />
Al pasar Pajares de Adaja,<br />
antiguo pueblo de arrieros y trajinantes,<br />
el viajero con asombro<br />
y capacidad de sorpresa se alegra<br />
cuando sabe que en este<br />
pequeño pueblo se rodó la película<br />
«¿Y el prójimo» de Angel<br />
del Pozo. No en vano el director<br />
había nacido en la localidad. El<br />
estreno fue el 10 de julio de<br />
1974 en el cine «Roxy» de Madrid.<br />
El argumento trata sobre<br />
la problemática de un transplante<br />
de corazón y contó con<br />
importantes actores como: Geraldine<br />
Chaplin, Antonio Ferrandis,<br />
Fernando Rey, Charo Soriano<br />
y Juan Diego, entre otros.
174 RUTA DE CINE<br />
En Mingorría, también pueblo<br />
de canteros y molineros,<br />
panaderos y labradores, llama la<br />
atención que uno de sus naturales<br />
llegue a aventurarse con<br />
Rodaje de «La conversión».<br />
las cámaras como director. Este<br />
es el caso de Antonio Gutiérrez<br />
Sanchidrián, quien dirige<br />
en 1986 en Avila «La conversión»,<br />
según un guión propio<br />
basado en la obra del escritor<br />
abulense José Jiménez Lozano.<br />
El papel protagonista fue interpretado<br />
por el actor abulense<br />
Francisco González, director del<br />
grupo de teatro «De la Nada», interviniendo<br />
también como «extra»<br />
Carlos Sanchidrián. La película<br />
narra la historia de un cacique<br />
de pueblo que se vuelve<br />
liberal después de padecer<br />
problemas de salud por<br />
estreñimiento, pero que fallece<br />
por la misma causa provocada<br />
por su mujer ante semejante<br />
cambio. El cortometraje<br />
fue estrenado el mismo<br />
año en el cine «Palafox» de<br />
Madrid junto con la película<br />
«El último emperador» de Bertolucci,<br />
y en el cine «Tomás<br />
Luis de Victoria» de Avila, con<br />
un destacable éxito en ambas<br />
proyecciones.<br />
El pueblo de Las Berlanas,<br />
típico por sus ajos, fue<br />
el escenario ideal para realizar<br />
«La otra historia de Rosendo<br />
Juárez», filmada durante<br />
los días 16 al 29 de junio<br />
de 1990. La película era<br />
uno de los capítulos de la serie<br />
televisiva «Los cuentos de<br />
Borges» dirigida por Gerardo<br />
Vera, y en ella intervinieron los<br />
actores: Antonio Banderas, Pastora<br />
Vega y Fernando Guillén.<br />
El rodaje se llevó a cabo entre<br />
las ruinas del barrio conocido<br />
como El Burgo y contó con la<br />
participación de las gentes de<br />
Las Berlanas. Escenario de «Los cuentos de Borges».
RUTA DE CINE 175<br />
la localidad que actuaron como<br />
«extras». El paisaje desolado que<br />
forman los restos de las casas<br />
de adobe que quedaron en pie<br />
después de las inundaciones<br />
de 1959 parece el decorado de<br />
un gran estudio de cine, semejante<br />
a muchos de los viejos caseríos<br />
donde todavía vive gente<br />
en Latinoamérica. El mismo Antonio<br />
Banderas acudió al bar de<br />
la localidad para solicitar la colaboración<br />
«artística» de los que<br />
allí estaban, a cambio de una<br />
dieta importante.<br />
Continuando con las rutas<br />
cinematográficas descubrimos<br />
que la actriz y modelo Inés Sastre<br />
desciende de la familia de<br />
Celedonio Sastre, importante<br />
propietario de tierras en Zorita<br />
de los Molinos y Mingorría. A<br />
los 13 años Inés Sastre intervino<br />
en la película «El Dorado»<br />
de Carlos Saura, título que pudo<br />
verse en Avila el 4 de junio<br />
de 1988 en la pantalla del cine<br />
«Tomás Luis de Victoria». El director<br />
Carlos Saura rodó en Avi-<br />
Rodaje de «Torrente 2».<br />
(Foto «El País»).<br />
la la película sobre San Juan de<br />
la Cruz «La noche oscura», la<br />
cual pudo verse en el cine «Tomás<br />
Luis de Victoria» el 6 de junio<br />
de 1989. La actriz trabajó<br />
luego a las órdenes de Antonioni<br />
en 1994 y junto a Gerard Depardieu,<br />
volviendo en el año<br />
2000 al cine español bajo la dirección<br />
de Santiago Segura en<br />
la película «Torrente 2. Misión<br />
en Marbella».<br />
En Velayos, pueblo de ricos<br />
comerciantes, se converva una<br />
interesante colección de carros<br />
de labranza de todas las clases<br />
que poco a poco ha ido reuniendo<br />
Baltasar Monteagudo. Estos<br />
carros a menudo son alquilados<br />
para el rodaje de películas,<br />
con lo que esta singular contribución<br />
al cine es motivo suficiente<br />
para que el viajero anote<br />
el detalle, porque son numerosísimas<br />
las secuencias cinematográficas<br />
donde aparecen los<br />
bellos carros.<br />
La otra historia cinematográfica<br />
es la que cuentan los<br />
que ven y disfrutan de las películas.<br />
La atracción del cine<br />
como espectáculo pronto se<br />
convirtió en un divertimento<br />
festivo<br />
destacable en el<br />
medio rural, propiciado<br />
por las proyecciones<br />
que se<br />
improvisaban en<br />
los salones de los<br />
bares y cafés o al<br />
aire libre sobre alguna<br />
fachada recubierta<br />
de tela blanca.<br />
Corrían los años<br />
veinte y tiempos del<br />
cine mudo, y en muchos<br />
pueblos ya se<br />
proyectaban películas<br />
con alguna frecuencia<br />
siguiendo<br />
las modas de la capital<br />
abulense donde<br />
ya se veía cine<br />
desde 1899 en ba-
176 RUTA DE CINE<br />
Fotograma del cine mudo.<br />
rracones, salones de café, teatros<br />
y salas de proyecciones.<br />
Teófilo Domínguez recuerda<br />
en los años veinte «la presencia<br />
en Mingorría del cinematógrafo<br />
en el salón de Fausto Vázquez o<br />
en la plaza, donde la pantalla se<br />
sujetaba en dos altos postes clavados<br />
en el suelo. Eran películas<br />
folletinescas muy a propósito<br />
para excitar el llanto y encoger<br />
el corazón de aquellas buenas<br />
amas de casa labradoras, o<br />
bien películas de vaqueros que,<br />
a falta de sonido y de tiempo<br />
para captar holgadamente los títulos,<br />
explicaba el operador de<br />
viva voz: “Y ahora salen en persecución<br />
de los bandidos y el<br />
que va delante es el primero”.<br />
Luego, cuando se creó el casino<br />
con sede en el salón de Simón<br />
Vázquez, se compró una<br />
máquina de proyección de películas<br />
que instalaron en una cabina<br />
de madera que había de<br />
accionarse a mano mediante<br />
una manivela».<br />
Ya en los años cincuentasesenta<br />
en algunos pueblos se<br />
afianzaron pequeñas salas de<br />
cine, como ocurrió en Cardeñosa<br />
con el salón<br />
de Pío Garcinuño<br />
o de Acción<br />
Católica, y<br />
en Mingorría con<br />
Angelino Pindado<br />
y Pedro Vázquez,<br />
donde se<br />
proyectaban películas<br />
los sábados<br />
y domingos.<br />
Estas proyecciones<br />
eran realizadas<br />
por ambulantes<br />
que recorrían<br />
los<br />
pueblos, incluso<br />
aunque hubiera<br />
que improvisar<br />
el lugar de exhibición.<br />
Entre estos<br />
ambulantes<br />
de los pueblos de la zona todavía<br />
se recuerda la figura de José<br />
«El Gordo», quien vivía en<br />
Sanchidrián y venía acompañado<br />
de una mujer conocida como<br />
«La Chata».<br />
Mediados los años sesenta<br />
ya se habían constituido en la<br />
mayoría de los pueblos los teleclubs,<br />
lugar donde todos se<br />
reunían para ver la televisión,<br />
generalmente la única del pueblo.<br />
La televisión entonces empezó<br />
a desplazar al cinematógrafo<br />
ambulante hasta que desapareció.<br />
Mingorría. Salón y Café Vázquez.
RUTA DE LOS VIAJEROS<br />
■ A DESTACAR. Los viajeros<br />
que antaño transitaban<br />
por estas tierras con el único<br />
fin de conocer y disfrutar de<br />
sus paisajes y de sus gentes<br />
debían hacerlo casi por intuición.<br />
Las guías turísticas de la<br />
época apenas referenciaban<br />
la existencia de la zona, hasta<br />
que fue redescubierta con<br />
la llegada del ferrocarril.<br />
La imagen que<br />
se transmitía entonces<br />
a los visitantes<br />
quedó impresa en<br />
numerosas guías y<br />
relatos de viaje, los<br />
cuales rescatamos<br />
ahora para ofrecérselos<br />
a los nuevos<br />
viajeros curiosos.<br />
■ La ruta. Recorrido<br />
de los pueblos<br />
del Adaja a través<br />
de las impresiones<br />
escritas de los autores<br />
de guías de<br />
viaje y otros textos,<br />
donde la cita de lugares<br />
de la zona<br />
aparecen ahora engrandecidos<br />
por su<br />
relación con reyes<br />
y santos, o por su<br />
singularidad paisajística<br />
que el viajero<br />
no quiso dejar escapar.<br />
■ Cómo llegar. Reproducir<br />
el viaje que debieron realizar<br />
quienes nos precedieron supone<br />
tomar el tren que tiene<br />
estaciones en Mingorría y Velayos,<br />
Cardeñosa y Monsalupe<br />
o acercarse por carretera<br />
hasta ellas, pues desde<br />
aquí también se llegaba a los<br />
pueblos cercanos. Para seguir<br />
la ruta de los viajeros ingleses<br />
del siglo XIX basta imaginar<br />
que lo hacían en diligencias<br />
o como los arrieros, en mulas<br />
o caballos, aunque ahora<br />
puede repetirse en bicicleta.<br />
■ Qué ver. Según destacaron<br />
los viajeros antiguos puede<br />
verse el castro de las Cogotas,<br />
el pueblo de Cardeñosa,<br />
donde nació Santa Paula<br />
Mingorría. Callejones de Chascarra.<br />
Barbada y murió el infante don<br />
Alfonso, los lugares teresianos<br />
de Gotarrendura, las bellezas<br />
del Adaja, las perspectivas desde<br />
el ferrocarril y donde acontecieron<br />
sucesos históricos como<br />
el que narra Borrow de los<br />
carlistas de Velayos.<br />
■ Aliciente. Redescubrir los<br />
pueblos a partir de la sencilla<br />
visión de los viajeros antiguos.
178 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />
LAS GUIAS DE VIAJE<br />
Los pueblos de la ribera del<br />
Adaja no han figurado habitualmente<br />
con la importancia que<br />
merecen en las guías de viaje<br />
publicadas desde antiguo, donde<br />
tan sólo se cita referencialmente<br />
el nombre de algunas localidades.<br />
Ahora, aquellas simples<br />
citas aparecen aquí reseñadas<br />
como una curiosidad más<br />
para los nuevos viajeros.<br />
Martín Carramolino publicó<br />
en 1872 una «Guía de Avila», al<br />
mismo tiempo que escribía la<br />
«Historia de Avila», reseñando<br />
algunos aspectos de los pueblos<br />
del Adaja.<br />
En 1886 se hizo muy popular<br />
una colección de guías del<br />
viajero ilustradas con planos y<br />
grabados de las que fue su autor<br />
Emilio Valverde y Alvarez,<br />
quien era comandante y graduado<br />
Capitán de Infantería. El<br />
mapa de la provincia de Avila<br />
señala en torno a la ribera del<br />
Adaja las localidades de Cardeñosa,<br />
Mingorría, San Esteban<br />
Cardeñosa. Víacrucis y ermita.<br />
de los Patos, Las Berlanas, Pozanco,<br />
Vega de Santa María y<br />
Velayos, con indicación de las<br />
líneas de comunicación.<br />
En 1890 se publica la guía<br />
que sobre Avila había escrito<br />
Valentín Picatoste bajo el singular<br />
título: «Descripción e historia<br />
política, eclesiástica y monumental<br />
de España, para uso<br />
de la juventud». En este libro,<br />
de poco más de cien páginas,<br />
se recoge una breve referencia<br />
a Cardeñosa como lugar donde<br />
se hallan cerdos o jabalíes de<br />
piedra, y en el que murió el infante<br />
don Alfonso.<br />
El académico Antonio Blázquez<br />
y Delgado Aguilera, publicó<br />
en 1896 una «Guía de Avila»,<br />
donde se incluye una breve<br />
referencia histórica en la que se<br />
relata la leyenda de Santa Paula<br />
Barbada, de Cardeñosa.<br />
El histórico suceso que narra<br />
la muerte del príncipe Alfonso<br />
en Cardeñosa se repite también,<br />
como cita obligada, en la<br />
guía de Avila escrita por Fabriciano<br />
Romanillos y Fernando<br />
Cid en 1900.<br />
José Mayoral Fernández,<br />
cronista oficial de Avila<br />
y académico correspondiente<br />
de la Real Academia<br />
de la Historia, escribió en<br />
1916: «La Guía de Avila. Museo<br />
de Arte Antiguo. Relicario<br />
de Fe y Santidad. Estación<br />
Veraniega de Primer<br />
Orden. Fuente de Riqueza<br />
Comercial e Industrial». En<br />
este libro la ribera del Adaja<br />
destaca como uno de los<br />
lugares más atractivos para<br />
el excursionista, resaltando<br />
la belleza del paisaje ribereño<br />
que llega a «su máximum<br />
en los callejones de<br />
Chascarra, ya en la dehesa<br />
de Yonte. Es sorprendente<br />
lo que allí se observa: cortaduras<br />
profundas en rocas<br />
vivas y el silencio más absoluto<br />
del agua que parece
RUTA DE LOS VIAJEROS 179<br />
moverse. ¡Las riberas del Adaja<br />
tienen verdaderos encantos!».<br />
Por los callejones de Chascarra<br />
el río abre su curso rompiendo<br />
la roca granítica y el monte de<br />
encinas en la línea divisoria de<br />
Mingorría y Cardeñosa, desembocando<br />
después en la presa<br />
del molino de «Trevejo».<br />
«Avila de los Caballeros. Descripción<br />
Artístico-Histórica de<br />
la Capital y Pueblos más interesantes<br />
de la Provincia» es el<br />
título de la guía publicada en<br />
1930 escrita por Antonio Veredas<br />
Rodríguez. El autor, que<br />
era el Delegado Provincial de<br />
Bellas Artes y Académico correspondiente<br />
de San Fernando,<br />
reseña cómo en el mercado<br />
abulense de los viernes podía<br />
verse a las panaderas de Mingorría<br />
vendiendo pan. En el libro<br />
citado se resalta también la<br />
importancia del castro de las<br />
Cogotas y la iglesia de Cardeñosa,<br />
así como la hermosísima<br />
cruz parroquial de plata de estilo<br />
gótico de transición que se<br />
conserva en Pozanco.<br />
Luis Belmonte Díaz, a mediados<br />
de los años cuarenta,<br />
escribió junto con Rafael Gómez<br />
Montero una interesante<br />
guía de la capital con varias referencias<br />
a la provincia. Años<br />
después Luis Belmonte publicó<br />
una segunda guía ampliando el<br />
contenido de la primera, esta<br />
vez en colaboración con Antonio<br />
de la Cruz. En estas guías<br />
se proponen varias excursiones<br />
por los pueblos de la ribera del<br />
Adaja, donde destacan las ruinas<br />
de «Las Cogotas», situadas<br />
«al norte de la capital, entre los<br />
pueblos de Mingorría y Cardeñosa,<br />
en el término municipal<br />
de este último». Las guías reseñan<br />
la leyenda de la «Santa<br />
Barbada» de Cardeñosa, pueblo<br />
donde murió el príncipe Alfonso<br />
y donde llama la atención<br />
su magnífico calvario, mientras<br />
que Gotarrendura es lugar de<br />
recuerdos teresianos por ser residencia<br />
durante el invierno de<br />
la familia Cepeda y Ahumada, y<br />
Las Berlanas destaca por su feria<br />
de ganados del 21 al 28 de<br />
octubre. Los peces incorruptibles<br />
del Adaja y la música de<br />
dulzaina y tamboril propios de<br />
la singularidad de estas tierras<br />
también son referenciados.<br />
En los años cincuenta Camilo<br />
José Cela recorrió una parte<br />
importante de la provincia de<br />
Avila, fruto de cuyo viaje nació<br />
en 1956 el libro «Judíos, moros<br />
y cristianos». El vagabundo viajero<br />
de esta obra no se acercó<br />
hasta los pueblos de la ribera<br />
del Adaja situados aguas abajo<br />
de la ciudad amurallada, si bien<br />
reseña la característica de incorruptibilidad<br />
de los peces de este<br />
río que «venía claro como el<br />
Gotarrendura. Tapias del recinto del palomar de Santa Teresa.
180 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />
Vista de Peñalba de Avila.<br />
cantar de las mozas». Un personaje<br />
memorable recordado por<br />
Cela es el gran Merejo, limpiabotas<br />
y matador de reses bravas,<br />
a quien podía verse en los<br />
cafés de la ciudad y también en<br />
las fiestas de los pueblos como<br />
Mingorría, donde era objeto de<br />
bromas y risas de los niños.<br />
Pocos años después, en 1957,<br />
Cela publicó una breve guía de<br />
Avila donde sugiere al excursionista<br />
un viaje desde Avila, pasando<br />
por Cardeñosa, Peñalba<br />
y Las Berlanas, hasta Gotarrendura<br />
donde pueden encontrarse<br />
interesantes recuerdos teresianos.<br />
El escritor Dionisio Ridruejo<br />
es el autor de la «Guía de Castilla<br />
la Vieja» (1974), donde Avila<br />
ocupa un importante capítulo.<br />
En el viaje que realiza el autor<br />
descubrimos breves pinceladas<br />
del paisaje característico de los<br />
pueblos que se asoman a la ribera<br />
del Adaja después de dejar<br />
la capital por el norte:<br />
«Son tierras abiertas, tendidas,<br />
de poca arboleda, si no es<br />
algún pinarejo oscuro de los de<br />
sangre resinera. La corteza no<br />
tarda, sin embargo, en levantarse,<br />
iniciando las encrespaduras<br />
serranas que durante largo espacio<br />
son aún pedregales diseminados,<br />
cerros testigos, laderas<br />
y navas con cantería desnuda<br />
medio labrada por aguas, hielos<br />
y vientos en formas redondas,<br />
o bien rañas de gran aspereza<br />
que pierden tierra donde<br />
pierden árboles. Los elegantes<br />
encinares no han desamparado<br />
aún del todo esos campos por<br />
donde pasa el Voltoya y el Adaja».<br />
El viajero que se acerca a la<br />
protohistoria se detiene en el<br />
castro de las Cogotas y se asombra<br />
con los verracos de piedra<br />
de Cardeñosa, donde murió el<br />
infante don Alonso; también pueden<br />
verse buenos ejemplos de<br />
estos verracos en Mingorría y<br />
en Santo Domingo de las Posadas.<br />
En Avila, junto a las ruinas<br />
de San Francisco, el viajero se<br />
sitúa en la carretera de Mingorría,<br />
pero el autor deja esta ruta<br />
para mejor ocasión.<br />
En 1981 Baldomero Jiménez<br />
Duque escribió la «Guía Teresiana»,<br />
en la cual Gotarrendura<br />
ocupa un lugar destacado, por<br />
ser el pueblo donde Santa Teresa<br />
pasó parte de su niñez y juventud,<br />
y además allí se casaron<br />
sus padres y falleció su madre.
RUTA DE LOS VIAJEROS 181<br />
«Avila, a través de sus pueblos<br />
y paisajes, geografía, historia,<br />
arte, literatura, folklore, gastronomía<br />
y costumbres» es el título<br />
aparecido en 1986 de una<br />
de las obras divulgativas más<br />
notorias y completas publicadas<br />
sobre la provincia. Los pueblos<br />
del Adaja aparecen en el viaje a<br />
Arévalo que propone el escritor<br />
y poeta Jacinto Herrero. Cardeñosa,<br />
Mingorría, Peñalba, Gotarrendura,<br />
Velayos y Vega de<br />
Santa María son algunas de las<br />
localidades reseñadas en esta<br />
ruta. Encinares y tierra de cantos,<br />
el primitivo castro de las Cogotas,<br />
la calzada romana que<br />
da acceso a la Moraña, las canteras<br />
en las que se ocupan la<br />
población de Cardeñosa y Mingorría,<br />
los calvarios de piedra<br />
berroqueña, los versos de Lope<br />
de Vega recitados en procesión<br />
del Viernes Santo que perduran<br />
en Peñalba, el palomar de Santa<br />
Teresa en Gotarrendura, y el<br />
comienzo del paisaje llano de<br />
las tierras de pan llevar en Velayos<br />
y Vega de Santa María,<br />
son aspectos destacados en el<br />
viaje. En otros apartados encontramos<br />
referencia a la primera<br />
carta de Santa Teresa que<br />
se conserva, escrita a su administrador<br />
en Gotarrendura, don<br />
Alonso de Venegrilla, natural de<br />
Mingorría. Los pueblos de la<br />
ribera del Adaja son, finalmente,<br />
citados como lugares por<br />
donde pasa el río, el ferrocarril,<br />
Calle de Avila.<br />
o las carreteras que cruzan el<br />
norte de la provincia.<br />
Además de los libros reseñados,<br />
en la actualidad existen en<br />
el mercado una gran variedad<br />
de guías turísticas con las que<br />
los viajeros modernos sacian su<br />
curiosidad por estas tierras. No<br />
obstante, la amplitud y generalidad<br />
de los temas tratados en<br />
las mismas impiden conocer la<br />
riqueza cultural y paisajística de<br />
los pueblos del Adaja.<br />
LOS VIAJEROS<br />
INGLESES DEL SIGLO XIX<br />
Después de la Guerra de la<br />
Independencia los jóvenes ingleses<br />
descubrieron que la España<br />
del siglo XIX encuadraba<br />
en la imagen romántica de la época<br />
más que ningún otro país de<br />
Europa, como escribe Gerald<br />
Brenan. En ella encontraban inmensos<br />
y desérticos páramos y<br />
sierras, evocadores de estampas<br />
de Siria y Turquía; iglesias y palacios<br />
desmoronados, dejados<br />
en ruinas por las tropas francesas<br />
y nunca más restaurados,<br />
esparcidos alrededor de las ciudades;<br />
y había altaneros mendigos<br />
y caballeros bandidos (...).<br />
Atraídos por la aventura española<br />
visitaron esta tierra Richard<br />
Ford y George Borrow, dos autores<br />
cuyos libros de viajes por<br />
España tuvieron una importante<br />
repercusión en la Inglaterra<br />
de su época.
182 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />
Richard Ford, erudito y viajero<br />
nacido en Londres, vino a España<br />
en 1830 y durante cuatro<br />
años recorrió a caballo todo el<br />
país, acumulando datos que luego<br />
publicó bajo los titulos: «Manual<br />
para viajeros por España» y<br />
«Cosas de España». En su «manual»<br />
Ford describe la ruta que<br />
le llevó de Madrid a Avila, y en<br />
el relato encontramos interesantes<br />
referencias a Mingorría y<br />
Cardeñosa:<br />
«Avila es la capital de su fría y<br />
montañosa provincia, pero las<br />
“parameras” o llanuras son fértiles<br />
y las laderas de sus colinas<br />
bordean gratos valles regados<br />
por arroyos trucheros. Hay también<br />
buena caza en los montes<br />
y dehesas. Los campesinos son<br />
muy pobres y hay todavía mucha<br />
tierra sin cultivar. Las posadas<br />
son muy malas; las menos<br />
malas son “La Mingorriana”, en<br />
la plaza, y la del “Empecinado”,<br />
“Puerta del Rastro”. Las galeras<br />
de Madrid paran en el “Mesón<br />
del Huevo”. Avila es sede de un<br />
obispo y tiene universidad. Su<br />
población es de menos de cinco<br />
mil almas (...). En la catedral<br />
véanse los antiguos retablos que<br />
hay en la capilla de San Antolín:<br />
el de San Segundo, uno de los<br />
patronos de Avila y agregado a<br />
la catedral, fue construido en<br />
1595 por Francisco de Mora, uno<br />
de los discípulos de Herrera; la<br />
piedra, que es buena, procede<br />
de las canteras<br />
de Cardeñosa».<br />
Richard Ford<br />
llegó a ser un<br />
extraordinario<br />
conocedor de<br />
la vida de nuestros<br />
pueblos, y<br />
prueba de ello<br />
son las impresiones<br />
recogidas<br />
en «Cosas<br />
de España» sobre<br />
los arrieros,<br />
las posadas, la<br />
tortilla, el gazpacho, los garbanzos,<br />
el chocolate español, la matanza<br />
del cerdo, los barberos y<br />
sacamuelas, etcétera.<br />
Unos años después de la visita<br />
de Ford, en el mes de agosto<br />
de 1838 el viajero George Borrow,<br />
«don Jorgito el Inglés», pasa<br />
por Velayos, donde un dependiente<br />
suyo llamado Juan<br />
López estaba preseo en la cárcel<br />
de este pueblo por orden<br />
del cura. Borrow era un personaje<br />
de raro atractivo que llegó<br />
a hablar catorce idiomas y que<br />
viajó por España para difundir y<br />
vender el «Nuevo Testamento»,<br />
fruto de cuyas experiencias fue<br />
el libro de viajes «La Biblia en<br />
España», traducido en 1921 por<br />
Manuel Azaña y del que recogemos<br />
el siguiente texto:<br />
«No llevábamos en Labajos<br />
una semana, trabajando con mucho<br />
fruto, cuando el cabecilla<br />
carlista Balmaseda, al frente de<br />
su caballería, hizo su atrevida incursión<br />
por la parte sur de Castilla<br />
la Vieja, arrojándose como<br />
un alud desde los pinares de<br />
Soria. Presencié los horrores que<br />
se siguieron: saqueo de Arévalo;<br />
toma de Martín Muñoz. En<br />
medio de escenas tan terribles<br />
continuábamos nuestra tarea.<br />
De pronto, López estuvo tres días<br />
perdido, y pasé angustias<br />
mortales por su causa, imagi-<br />
Velayos.
RUTA DE LOS VIAJEROS 183<br />
nándome que los carlistas le habían<br />
fusilado; al cabo supe que<br />
esta-ba preso en Velayos, pueblo<br />
dis- tante tres leguas de allí.<br />
Los pasos que di para librarlo<br />
se encuentran detallados en<br />
una comunicación que juzgué<br />
de mi deber transmitir a lord William<br />
Hervey, a la sazón ministro<br />
britá-nico en Madrid en reemplazo<br />
de sir Jorge Villiers, ya<br />
conde de Clarendon».<br />
Donde decía:<br />
«Señor: Con su venia me permito<br />
llamar su atención sobre<br />
los siguientes hechos: el día 21<br />
del corriente supe que un dependiente<br />
mío, llamado Juan López,<br />
estaba preso en la cárcel<br />
de Velayos, provincia de Avila,<br />
por orden del cura del pueblo.<br />
El crimen de que se le acusaba<br />
era la venta<br />
del Nuevo Testamento.<br />
Estaba<br />
yo a la sazón en<br />
Labajos, provincia<br />
de Segovia,<br />
y la división del<br />
cabecilla faccioso<br />
Balmaseda<br />
andaba por las<br />
inmediaciones.<br />
El día 22 monté<br />
a caballo y fui a<br />
Velayos, distante<br />
tres leguas. A mi<br />
llegada encontré<br />
que López había<br />
sido trasladado<br />
desde la cárcel<br />
a una casa particular. Había llegado<br />
una orden del corregidor<br />
de Avila mandando poner en libertad<br />
a López y retener tan sólo<br />
los libros que se hallaran en<br />
su poder. Sin embargo, en abierta<br />
oposición a esa orden (de la<br />
que le envío copia), el alcalde<br />
de Velayos, por instigación del<br />
cura, no permitió al dicho López<br />
marcharse del pueblo, ni con<br />
dirección a Avila, ni a otro sitio<br />
cualquiera. A López le dieron a<br />
entender que, como se esperaba<br />
la llegada de los facciosos,<br />
se proponían denunciarle a ellos<br />
como liberal para que lo fusilaran.<br />
Teniendo en cuenta estas circunstancias<br />
creí de mi deber,<br />
como cristiano y caballero, rescatar<br />
a mi infeliz criado de tan<br />
inicuas manos, y, por tanto, desafiando<br />
toda oposición, le saqué<br />
de allí, aunque inerme, a<br />
través de una turba de cien lugareños<br />
cuando menos. Al salir<br />
del pueblo grité: ¡Viva Isabel<br />
Segunda!<br />
Como creo que el cura de<br />
Velayos es capaz de cualquier<br />
infamia, ruego humildemente a<br />
V. E. que haga llegar con prontitud<br />
al Gobierno español una<br />
copia del anterior relato». Labajos<br />
(Segovia), 23 de agosto<br />
de 1832.<br />
VIAJEROS EN TREN<br />
La llegada a la capital abulense<br />
del ferrocarril en 1862 situó<br />
a los pueblos de la zona en<br />
la antesala de la ciudad medieval<br />
y monumental. A partir de<br />
aquí las guías ferroviarias recuperaron<br />
del anonimato multitud<br />
de lugares desconocidos, a la<br />
vez que desde el tren se descubrían<br />
nuevos paisajes y caseríos.<br />
La primera guía abulense<br />
de estas características, de la
184 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />
que es autor Valeriano Gar-cés<br />
González, fue publicada en<br />
1863, y en ella figura Mingorría<br />
con una población de mil cien<br />
habitantes dedicados a las faenas<br />
agrícolas y la industria de la<br />
panadería.<br />
Las construcciones ferroviarias<br />
atrajeron numerosa mano<br />
de obra que se asentó en las<br />
poblaciones del entorno. Entonces<br />
sobraron un impulso importante<br />
las abundantes canteras<br />
del lugar, de donde se extraía la<br />
piedra necesaria para puentes,<br />
obras de fábrica y balasto. Además,<br />
los ayuntamientos habían<br />
acordado contribuir a la realización<br />
de las obras con parte de<br />
los ingresos obtenidos por las<br />
ventas de los bienes municipales<br />
desamortizados.<br />
El 15 de agosto de 1864 la reina<br />
Isabel II inauguró en San Sebastián<br />
la línea férrea Madrid-<br />
Irún. Entre los periodistas enviados<br />
para hacer la crónica de la<br />
ceremonia figuraba el escritor y<br />
poeta Gustavo Adolfo Bécquer,<br />
quien pasó por Avila y escribió<br />
una emotiva visión de la ciudad<br />
percibida desde el tren:<br />
«Casi perdida entre la niebla<br />
del crepúsculo y encerrada dentro<br />
de sus dentellados murallones,<br />
la antigua<br />
ciudad, patria de<br />
Santa Teresa, Avila,<br />
la de las calles<br />
oscuras, estrechas<br />
y torcidas,<br />
la de los balcones<br />
con guardapolvo,<br />
las esquinas<br />
con retablos<br />
y los aleros<br />
salientes. Allí está<br />
la población, hoy<br />
como en el siglo<br />
XVI, silenciosa y<br />
estancada».<br />
Desde el tren<br />
se divisan los<br />
frondosos encinares<br />
de las dehesas<br />
de Avila, Mingorría, Tolbaños,<br />
Escalonilla, Santo Domingo<br />
de las Posadas y Velayos,<br />
mientras que a lo lejos<br />
se aparecen los caseríos de<br />
nuestros pueblos, todos lleno<br />
de romanticismo, sin duda.<br />
En el mismo año de 1864 era<br />
alcalde de Avila León Castillo Soriano,<br />
quien había adelantado<br />
dinero al contratista de las obras<br />
del ferrocarril correspondientes<br />
al tramo Mingorría-Navas, a través<br />
de un francés residente en<br />
Mingorría. León Castillo también<br />
fue Diputado provincial por Velayos<br />
en 1871 y sus hijos heredaron<br />
la dehesa desamortizada<br />
de «Las Gordillas».<br />
José María Quadrado fue un<br />
escritor, ensayista e historiador<br />
de renombre en el siglo XIX, y<br />
el autor del libro dedicado a Avila<br />
dentro de la obra titulada «Recuerdos<br />
y bellezas de España»,<br />
en la colección «España, sus monumentos<br />
y artes, su naturaleza<br />
e historia».<br />
Quadrado llegó por ferrocarril<br />
a la ciudad de Avila en 1865 dejando<br />
un importante testimonio<br />
del viaje en su libro, el cual sirvió<br />
de guía obligatoria para todo<br />
tipo de visitante. La belleza<br />
del paisaje serrano y también lla-
RUTA DE LOS VIAJEROS 185<br />
no que configura el curso del<br />
río Adaja es destacada por el escritor,<br />
sin embargo «la rapidez<br />
del tren por la vía ferrea asentada<br />
largos trechos junto a sus<br />
márgenes no consiente detenerse<br />
en las estaciones de Mingorría,<br />
de Velayos, de Sanchidrián<br />
o de Adanero, título de condado,<br />
para reconocer su inexplorado<br />
suelo». Sobre otro antiguo camino<br />
inclinado al nordeste de la<br />
capital, Quadrado se fija en Cardeñosa,<br />
distante dos leguas de<br />
la capital, donde tuvo lugar el<br />
prematuro fin del príncipe Alfonso.<br />
En 1872 viajó por España el<br />
periodista e historiador francés<br />
Luis Teste, quien narra el trayecto<br />
que hizo en tren desde Valladolid<br />
diciendo:<br />
«Eché mirada al camino y divisé<br />
el puerto de Avila, especie<br />
de corte en la sierra, a la cual<br />
nos acercábamos. ¡Adiós, solitarias<br />
llanuras, no os guardo rencor<br />
por amor a Nuestra Señora<br />
de Burgos! En Velayos entramos<br />
en las montañas. Pinos, toscas<br />
carrascas, garbanzos, cerdos<br />
devorando bellotas dulces,<br />
pedazos de roca amontonados<br />
en desorden por todas partes,<br />
pulidas, afiladas por la intemperie,<br />
redondas como bolas, en<br />
actitudes fantásticas, imitando a<br />
veces los dólmenes de Bretaña.<br />
De vez en cuando aparece una<br />
aldea con cabañas a ras de las<br />
rocas: jardincillos trazados en<br />
las mismas rocas, entre las cuales<br />
se han escarbado algunas<br />
pulgadas de tierra vegetal; lobos<br />
en invierno, en verano ovejas<br />
negras, éticos asnos, vacas<br />
flacas, conejos y perdices. El ferrocarril<br />
atraviesa, hacia Mingorría,<br />
grandes zanjas abiertas a<br />
golpe de dinamita, sigue por<br />
elevados y tortuosos terraplenes<br />
y por fin llegamos a Avila».<br />
El abulense de criazón Jorge<br />
Santayana, importante escritor,<br />
filósofo y pensador, recuerda<br />
con especial emoción sus viajes<br />
a la capital abulense a finales<br />
del siglo XIX, según deja escrito<br />
en su obra autobiográfica:<br />
«Cada vez que yendo de París<br />
en los años del ochenta y del<br />
noventa me advertía la aurora,<br />
después de dos noches en tren,<br />
que ya estaba llegando a mi destino,<br />
me palpitaba el corazón al<br />
buscar con la vista los nombres<br />
de las últimas estaciones, Arévalo<br />
y Mingorría; después de lo<br />
cual podía esperar ver en cualquier<br />
momento a la derecha,<br />
descendiendo suavemente hacia<br />
el lecho del invisible río, las<br />
perfectas murallas de Avila, reluciente<br />
cada bastión a los rayos<br />
horizontales del sol, y la torre<br />
de la catedral un poco por<br />
encima de la línea de los bastiones<br />
y no menos imperturbable,<br />
sólida y grave».<br />
Estación de Monsalupe.
186 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />
Estación de Cardeñosa.<br />
Olegario González de Cardedal<br />
y José Manuel Sánchez<br />
Caro, importantes pensadores<br />
abulenses, escribieron el prólogo<br />
del libro «Avila en la literatura»,<br />
de Benito Hernández<br />
Alegre publicado en 1984, y allí<br />
decían:<br />
«Hay que amanecer en Avila,<br />
dejarse sorprender por su ciudadela<br />
de golpe apareciendo al<br />
venir desde Salamanca, pasear<br />
por el Rastro y superpuesta la<br />
aguja de la torre de Santiago ver<br />
en el fondo el castillo “Aunque<br />
os pese”, llegar en tren por Mingorría<br />
tras larga noche desde la<br />
niebla de Francia o de Inglaterra<br />
para quedar sobrecogidos por<br />
la luz posando sobre sus torres,<br />
repicando desde sus campanas,<br />
y por aquel admirador silencio<br />
que a su paz suscita en<br />
quien la mira con amor».<br />
amarillo, con dos ocupantes;<br />
y el «Neptuno», «globo libre»<br />
con los oficiales: Balbás,<br />
Franco (Ramón), Joaquín de<br />
la Llave y Emilio G. Millas.<br />
A las pocas horas de salir<br />
de Salamanca, ya en las<br />
proximidades de Mingorría,<br />
el «Neptuno» no encontró<br />
vientos favorables y cayó a<br />
tierra en la plaza sin que sus<br />
ocupantes sufrieran percance<br />
físico alguno. El suceso<br />
fue publicado a los pocos días<br />
por don Andrés Pérez de Cardenal<br />
en la «Basílica Teresiana».<br />
El espectáculo aéreo despertó<br />
gran interés entre la población<br />
de Mingorría, que se concentró<br />
en la plaza de la localidad<br />
asombrada, como recuerda<br />
Rufina Cid Ibarzábal. Igualmente,<br />
este tipo de exhibiciones era<br />
seguido a principios de siglo con<br />
interés por los madrileños en el<br />
campo de Ciudad Lineal, en la<br />
zona de Chamartín, o en el hipódromo<br />
de la Castellana. Esta<br />
misma espectación pudo apreciarse<br />
de nuevo en la atracción<br />
del globo «cautivo», celebrada<br />
coincidiendo con las fiestas patronales<br />
de 1998 en Mingorría.<br />
VIAJE EN GLOBO<br />
En el año 1915 la casualidad<br />
hizo que en el cielo de Mingorría<br />
aparecieran dos globos o<br />
aerostatos de los comienzos de<br />
la aviación militar. El 3 de julio<br />
de 1915 regresaban a la guarnición<br />
de Guadalajara los ingenieros<br />
militares que habían efectuado<br />
prácticas de vuelo en Salamanca.<br />
Los globos eran el<br />
«Alfonso XIII», un hermoso aerostato<br />
de 720 metros cúbicos<br />
de capacidad, de extraña forma<br />
ovoidal y todo él pintado de
RUTA MUSICAL<br />
■ A DESTACAR. La música<br />
popular aparece como una<br />
manifestación pública de lo<br />
que el hombre tiene de privado,<br />
de íntimo e inherente a la<br />
persona, es como una exteriorización<br />
de su espíritu, de su<br />
estado de ánimo, y en un pueblo<br />
era el canto y el baile la<br />
mejor forma de expresar sentimientos<br />
tan profundos. La<br />
música entonces de la dulzaina<br />
y el tamboril se muestra<br />
como símbolo de una cultura<br />
que expresa así su forma<br />
de ser y de vivir, y donde los<br />
instrumentistas materializan<br />
la percepción musical de las<br />
alegrías y pesares del hombre<br />
castellano, sus<br />
amores, su trabajo,<br />
su religiosidad<br />
y su ánimo festivo.<br />
De ahí las canciones<br />
y melodías de<br />
«ronda», «boda»,<br />
«siega», «baile», «romería»,<br />
etc., donde<br />
el valor creativo de<br />
los dulzaineros y<br />
tamborileros, quienes<br />
a base de intuición<br />
y sensibilidad<br />
han compuesto y<br />
recogido melodías<br />
y ritmos de bailes y<br />
danzas.<br />
■ La ruta. La música<br />
de dulzaina y<br />
tamboril continúa<br />
amenizando la multitud<br />
de actos festivos<br />
que se celebran en los<br />
pueblos de la ribera del Adaja.<br />
Entre los músicos de la<br />
zona destacan Aureliano Muñoz<br />
«Polilo» y Modesto Jiménez<br />
Arribas, autores de una<br />
grabación musical tomada del<br />
repertorio de Agapito Marazuela<br />
y asiduos protagonistas<br />
de romerías, procesiones, bailes,<br />
pasacalles y otras fiestas.<br />
En la figura de estos músicos<br />
se reconoce la contribución<br />
de los numerosos dulzaineros<br />
y tamborileros que surgieron<br />
en los pueblos como<br />
intérpretes de su folklore. Esta<br />
ruta significa entonces acercarse<br />
a las manifestaciones<br />
de música popular que se dan<br />
en la comunidad rural, donde<br />
también destaca el Certamen<br />
Anual de Dulzaina que se celebra<br />
en Cardeñosa a mediados<br />
de agosto.<br />
El folklorista Agapito Marazuela.<br />
■ Cómo llegar. El recorrido<br />
por los pueblos del Adaja, llegando<br />
desde Monsalupe, en<br />
el extremo Oeste, hasta Tolbaños<br />
en el opuesto, coincidiendo<br />
con la celebración de<br />
sus actos festivos, lleva al viajero<br />
a presenciar, con toda seguridad,<br />
una gran variedad de
188 RUTA MUSICAL<br />
manifestaciones de música popular,<br />
y en la mayoría es probable<br />
que suene la música de<br />
«Los Polilos».<br />
■ Qué ver. La música de dulzaina<br />
y tamboril todavía puede<br />
escucharse en vivo y en directo<br />
en procesiones, bailes,<br />
romerías, pasacalles, etc., lo<br />
que se produce en las celebraciones<br />
de las fiestas patronales.<br />
En el itinerario propuesto,<br />
además de ver hay que<br />
prestar oído a las bellas melodías<br />
nacidas de la música tradicional<br />
y popular. El texto de<br />
la guía que se recoge en esta<br />
ruta está dedicado a «Los Polilos»,<br />
el único grupo musical<br />
U<br />
na grabación musical que<br />
se produce al son de las<br />
notas de la dulzaina y el tamboril<br />
que se escuchan en los actos<br />
festivos de nuestros pueblos,<br />
como quien capta el sonido de<br />
los pájaros en primavera, al natural<br />
y sin arreglos, significa un<br />
mérito artístico desbordante.<br />
Pues bien, este es el caso de la<br />
grabación realizada en 1977 en<br />
la localidad de Vega de Santa<br />
María, donde se incluye una<br />
selección de diez piezas musicales<br />
de dulzaina y tambor que<br />
interpretan Aureliano Muñoz<br />
«Polilo» y Modesto Jiménez<br />
Arribas, respectivamente.<br />
La selección musical que interpretan<br />
Aureliano y Modesto<br />
son melodías y ritmos populares<br />
castellanos, los cuales fueron<br />
recopilados por el famoso<br />
músico y folklorista Agapito Marazuela<br />
e incluidos en su cancionero<br />
de 1932. No en vano Aureliano<br />
ensaya diariamente las<br />
piezas de un ejemplar de este<br />
cancionero que le regaló el propio<br />
Marazuela. Los temas grabados<br />
responden a los siguientes<br />
títulos:<br />
activo que queda en los pueblos<br />
del Adaja, el cual debe<br />
servir como testimonio de la<br />
importancia que dulzaineros y<br />
tamborileros tuvieron en la<br />
construcción de su identidad<br />
histórica y cultural.<br />
■ Aliciente. Presenciar y escuchar<br />
directamente las notas<br />
que salen de la dulzaina y el<br />
tamboril, cuyos intérpretes son<br />
de los pueblos donde nace la<br />
misma música que tocan. También<br />
llama la atención, todavía,<br />
poder comprobar la pervivencia<br />
de manifestaciones del<br />
folklore castellano, propio de<br />
las tradiciones festivas de las<br />
gentes de nuestros pueblos.<br />
Cara A: «Chatos y coplas»,<br />
«Las habas verdes», «Entradilla»,<br />
«Baile corrido de rueda» y<br />
«Jota castellana».<br />
Cara B: «La Pinariega» (baile<br />
de procesión), «Antigua danza<br />
segoviana», «Mudanzas», «Danza<br />
segoviana» y «Jota castellana».<br />
Los Polilos en Mingorría.
RUTA MUSICAL 189<br />
Los Polilos en Monsalupe.<br />
En definitiva, estamos ante un<br />
amplio repertorio de aquellos<br />
temas que amenizaban bailes y<br />
procesiones durante las fiestas<br />
patronales de los pueblos.<br />
Aureliano y Modesto forman<br />
pareja musical con el nombre<br />
de «Los Polilos», un apodo familiar<br />
heredado por Aureliano<br />
de generación en generación<br />
unido al oficio familiar de molinero<br />
en Pozanco y Mingorría,<br />
mientras que Modesto fue maestro<br />
de obras. Ellos llevan más<br />
de medio siglo musicando todo<br />
tipo de actuaciones festivas, lúdicas<br />
y religiosas que se celebran<br />
en los pueblos abulenses<br />
de la tierra morañega.<br />
Aureliano Muñoz heredó de<br />
su padre los oficios de molinero<br />
y dulzainero. Modesto Jiménez<br />
Arribas nació en Vega de<br />
Santa María, se quedó huérfano<br />
de padre a muy temprana edad<br />
y pronto aprendió a tocar el<br />
tamboril de su abuelo, Modesto<br />
Arribas, conocido como el<br />
tío Ronda, afamado guarnicionero<br />
y albardero.<br />
El molinero de Pozanco, Jesús<br />
Muñoz «Polilo», padre de<br />
Aureliano, aprendió la técnica<br />
de la dulzaina de Agapito Marazuela,<br />
de quien tomó también<br />
parte de su repertorio. Por su<br />
parte, Modesto Arribas, abuelo<br />
de Modesto Jiménez, fue uno<br />
de los mejores redoblantes de<br />
la época y él fue quien acompañó<br />
con su tambor al dulzainero<br />
Marazuela en el concurso musical<br />
de Valladolid en 1922, donde<br />
también estuvo presente Jesús<br />
Muñoz «Polilo».<br />
El ambiente musical que<br />
respiraron Aureliano y Modesto<br />
desde su infancia pronto despertó<br />
en ellos una gran afición<br />
por la música de dulzaina y<br />
tamboril que escuchaban frecuentemente<br />
en sus casas. En<br />
este ambiente familiar se notaba<br />
especialmente la<br />
atracción y la influencia<br />
del maestro<br />
Marazuela,<br />
con quien Jesús<br />
Muñoz y Modesto<br />
Arribas mantenían<br />
lazos de amistad<br />
y estudiaban ritmos<br />
y melodías.<br />
Agapito Marazuela<br />
nació en<br />
1891 en Valverde<br />
del Majano (Segovia),<br />
donde su padre<br />
era arriero y<br />
trajinante. Pronto sobresalió como<br />
instrumentista de guitarra<br />
y dulzaina, triunfando en las mejores<br />
salas de concierto de España<br />
y París, y destacando como<br />
intelectual, hombre de cultura,<br />
músico y artista. En 1932<br />
ganó el primer premio del Concurso<br />
Nacional de Música Folklórica<br />
con el Cancionero de<br />
Castilla la Vieja. En 1933 Agapito<br />
recorrió la provincia de Avila<br />
recopilando cantos y tonadillas<br />
de Cardeñosa y otros pueblos.<br />
Durante la República Agapito<br />
Marazuela se significó como un<br />
hombre de izquierdas y militó<br />
en el Partido Comunista. En 1937,<br />
en plena guerra civil, asumió la<br />
dirección de los grupos folkóricos<br />
españoles en la Exposición<br />
Internacional de París, por lo
190 RUTA MUSICAL<br />
que terminada la contienda fue<br />
encarcelado. Al salir de la prisión,<br />
pocos años después, en<br />
régimen abierto, Agapito se retiró<br />
al molino de Pozanco de Jesús<br />
Muñoz, por la amistad que<br />
le unía con su alumno. Ha- cía<br />
sus presentaciones periódicas<br />
en el cuartel de la Guardia Civil<br />
de Mingorría, lo que aprovechaba<br />
para visitar la casa de los<br />
chocolateros y tocar la guitarra<br />
en compañía de su amigo Antonio<br />
Marugán, que tocaba el<br />
laud. Durante estos años enseñó<br />
al joven Aureliano a leer y escribir<br />
música y a perfeccionar la<br />
técnica del instrumento. Tan<br />
buen discípulo fue, que al morir<br />
le regaló su dulzaina de maestro.<br />
En estas fechas Agapito enseñó<br />
a su joven alumno el método<br />
de «El progreso musical»,<br />
por lo que Aureliano se encuentra<br />
en el pequeño grupo de los<br />
dulzaineros que leen y escriben<br />
música. Agapito Marazuela también<br />
enseñó a leer y escribir a<br />
María, la hermana pequeña de<br />
Aureliano, a la vez que pasaba<br />
otros momentos pescando y tocando<br />
la guitarra, con la que<br />
había dado importantes conciertos<br />
por España y Europa.<br />
En estos años también empezaba<br />
a destacar el niño Modesto,<br />
por lo que Agapito bromeaba<br />
con su abuelo, el «tío<br />
Ronda», diciéndole: –«Déjeme al<br />
muchacho, que le hago un hombre».<br />
Pero el abuelo no sacó la<br />
cara, pues seguro que le quitaba<br />
el oficio, lo que no impidió<br />
que Modesto aprendiera a tocar<br />
el redoblante.<br />
Los jóvenes músicos Aureliano<br />
y Modesto pronto formaron<br />
pareja, si bien en un principio lo<br />
fue de una manera esporádica<br />
ahora lo es de una manera estable,<br />
tanto que llevan más de<br />
una veintena de años juntos.<br />
Entre los tamborileros con<br />
quien Aureliano ha formado pareja<br />
destacan: Eutiquio de Avila,<br />
Cecilio y Francisco Navas<br />
«Ojetete» de Maello. Con este<br />
último obtuvo el primer premio<br />
del Certamen Nacional de dulzaina<br />
de Palencia en las ediciones<br />
de 1965 y 1966, con cuyo<br />
motivo grabó un disco de cinco<br />
piezas titulado «Jotas castellanas».<br />
El tambor de «Ojetete» había<br />
sido antes del «tío Basiliete»,<br />
panadero de Mingorría, quien<br />
amenizaba las bodas con el<br />
«tío Colache» contratando para<br />
ellas la música y el pan.<br />
AURELIANO MUÑOZ nació<br />
en el pueblo de Velayos el 16<br />
de junio de 1929, donde vivían<br />
Aureliano Muñoz.<br />
sus abuelos. A muy temprana<br />
edad se trasladó al molino que<br />
explotaba su padre en el vecino<br />
pueblo de Pozanco. En esta<br />
parte de la ribera del Adaja,<br />
frente a la dehesa de Olalla de<br />
Zorita-Mingorría, la familia de<br />
los «Polilos» poseía los molinos<br />
«El Cubillo», «Viejo» y «Canongía».<br />
En este último molino vivió<br />
Aureliano y aquí aprendió, siendo<br />
niño, las primeras notas de
RUTA MUSICAL 191<br />
Vega de Santa María. Actuación de Los Talaos.<br />
dulzaina de su padre Jesús Muñoz,<br />
quien había tenido como<br />
maestros al «tío Monique» de<br />
Albornos y, sobre todo, a Agapito<br />
Marazuela.<br />
Aureliano Muñoz es quizás el<br />
alumno más aventajado de Marazuela,<br />
de quien empezó a recibir<br />
las primeras clases de solfeo<br />
cuando tenía trece años.<br />
Corrían entonces los primeros<br />
años de la posguerra.<br />
Ya con 15 años, Aureliano<br />
empezó a acompañar a su padre<br />
en distintas actuaciones por<br />
los pueblos, donde el baile amenizado<br />
por la música de dulzaina<br />
y tamboril era una de las<br />
principales atracciones festivas.<br />
Aureliano tocó a dos voces con<br />
su padre, pero tras la muerte de<br />
éste ya lo hizo sólo o acompañado<br />
de otros tamborileros, si<br />
bien en alguna ocasión también<br />
lo ha hecho puntualmente con<br />
otros dulzaineros como Crescencio<br />
«Siete Almuerzos».<br />
Aureliano también fue el ganador<br />
del certamen de El Espinar<br />
de 1973 y del concurso nacional<br />
de dulzaineros de Medina<br />
del Campo en 1974. El<br />
propio hijo de Aureliano, Jesús<br />
Muñoz, también acompañó con<br />
el tambor a su padre hasta que,<br />
desgraciadamente, falleció a<br />
los 26 años. El repertorio que<br />
toca Aureliano está tomado del<br />
cancionero de Marazuela, al<br />
que hay que sumar la música<br />
escrita por «Los Talaos» y las<br />
partituras de los temas recopilados<br />
por el mismo Aureliano.<br />
La dulzaina que toca habitualmente<br />
la compró en 1941 por<br />
doscientas pesetas y perteneció<br />
al «tío Fermín» de Montuenga<br />
(Segovia). Es una dulzaina<br />
de ébano y la fabricó Angel Velasco,<br />
por lo que contará unos<br />
cien años. Además, Aureliano<br />
conserva con cariño la dulzaina<br />
de Agapito Marazuela, de quien<br />
la recibió como herencia.<br />
La música de Aureliano ha<br />
sonado y suena en multitud de<br />
pueblos, principalmente de La<br />
Moraña abulense y Tierra de Pinares.<br />
En la actualidad, Aureliano<br />
continúa practicando cada día<br />
la dulzaina, y lo hace en Santo<br />
Domingo de las Posadas, pueblo<br />
al que se trasladó desde el<br />
molino de Pozanco en los años<br />
sesenta.
192 RUTA MUSICAL<br />
Grupo de Paulino en Peñalba.<br />
Teodoro y Angel en Zorita.<br />
En los pueblos de la zona<br />
también hubo otros dulzaineros<br />
y tamborileros, y así cabe<br />
citar en Las Berlanas a Eutiquio<br />
(dulzaina) y Mauricio (tambor);<br />
en Cardeñosa a los dulzaineros<br />
Bernardino Garcinuño, Eloy<br />
Blázquez, Mariano Gutiérrez,<br />
Rufino García y Asun García, a<br />
los tamborileros Francisco Velayos<br />
y Juan Blázquez y a los que<br />
tocaban el bombo, como Eusebio<br />
Sanchidrián y Severiano<br />
García; en Los Patos a Salva<br />
(tamborilero); en Pozanco a Celestino;<br />
en Vega de Santa María<br />
al dulzainero Jesús Alvarez «tío<br />
Dios»; en Mingorría a los dulzaineros<br />
«tío Milhombres» y «Colache»,<br />
el tamborilero «Basiliete»,<br />
y a «tío Cades» y Martín Alda<br />
que tocaban el bombo; en Brieva<br />
al tamborilero Luis Pardo; y<br />
en Tolbaños a Irineo. En Peñalba<br />
el grupo del dulzainero Paulino,<br />
de Navalmoral, es quien<br />
ameniza las fiestas, al igual que<br />
en Velayos lo hacen los jóvenes<br />
de Maello seguidores de Francisco<br />
Navas «Ojetete», mientras<br />
que en Zorita nunca faltan Teodoro<br />
Novoa y Angel Vallejo.<br />
Finalmente, cabe añadir que<br />
Cardeñosa celebra cada año,<br />
en el mes de agosto, una<br />
Muestra de Dulzaina y Tamboril<br />
con participación de numerosos<br />
músicos.<br />
Cardeñosa. Muestra de Dulzaina y Tamboril.
RUTA DE<br />
LOS COMEDIANTES<br />
Cómicos en Mingorría.<br />
■ A DESTACAR. El teatro<br />
tradicionalmente ha sido una<br />
de las manifestaciones artísticas<br />
y culturales más importantes<br />
que tenían lugar en<br />
nuestros pueblos. Las compañías<br />
de cómicos recorrían incansables<br />
estas tierras armados<br />
de aparatosos decorados<br />
escenificando entretenidas<br />
comedias. Como herencia de<br />
esta tradición cultural Mingorría<br />
celebra cada año un certamen<br />
de teatro infantil, y aún<br />
hoy todavía se mantienen actuaciones<br />
al aire libre en muchas<br />
localidades.<br />
■ La ruta. El viajero que recorre<br />
estas tierras puede descubrir<br />
los restos del antiguo<br />
teatro de «La Danza» en Vega<br />
de Santa María, una bella sala<br />
de teatro que recibió a los<br />
más famosos actores. Mingorría<br />
también cuenta con una<br />
sala en funcionamiento construida<br />
en los antiguos lavaderos.<br />
Finalmente, el teatro en<br />
vivo que todavía se sigue escenificando<br />
también es un<br />
atractivo de esta ruta.<br />
■ Cómo llegar. Para contemplar<br />
el teatro que se representa<br />
en nuestros pueblos<br />
hay que acercarse a los mismos<br />
en verano, preferentemente,<br />
sin faltar a la cita de<br />
Mingorría en mayo.<br />
■ Qué ver. El Certamen de<br />
Teatro de Mingorría ofrece diez<br />
representaciones durante la<br />
primera quincena de mayo,<br />
mientras que en la mayoría de<br />
los pueblos todavía pueden<br />
verse obras de teatro escenificadas<br />
al aire libre durante las<br />
fiestas patronales veraniegas.<br />
■ Aliciente. Aunque ya casi<br />
han desaparecido las antiguas<br />
compañías de cómicos<br />
ambulantes, todavía pueden<br />
admirarse interesantes puestas<br />
en escena como una de<br />
las escasas manifestaciones<br />
culturales del medio rural.
194 RUTA DE LOS COMEDIANTES<br />
Teatro de Vega de Santa María.<br />
Las representaciones teatrales<br />
de las antiguas compañías<br />
de cómicos que recorrían<br />
nuestros pueblos constituían<br />
una de las manifestaciones culturales<br />
más significativas que<br />
tenían lugar en el medio rural,<br />
tanto que los mayores recuerdan<br />
una larga lista de obras escenificadas<br />
entonces.<br />
Los escenarios se habilitaban<br />
en salones de los cafébar<br />
o se improvisaban en<br />
la plaza del pueblo, donde<br />
el público acudía con<br />
su silla. De aquellas singulares<br />
salas de teatro<br />
todavía quedan muestras<br />
en el escenario del<br />
salón de Pedro Vázquez<br />
en Mingorría, y en el patio<br />
de butacas del antiguo<br />
teatro «La Danza»<br />
de Vega de Santa María<br />
que ocupa un viejo edificio<br />
casi arruinado.<br />
Hasta los años cincuenta,<br />
los cómicos de<br />
las numerosas compañías<br />
que recorrían los<br />
pueblos solían alojarse<br />
en las casas de los vecinos.<br />
La visita de estas<br />
compañías se prolongaba<br />
durante varias semanas<br />
con una actuación<br />
diaria, alcanzándose por<br />
ello especiales relaciones<br />
de familiaridad<br />
de los actores<br />
con la población.<br />
Todavía se<br />
recuerdan las actuaciones<br />
de Carlos<br />
Lemos y Joaquín<br />
Dicenta (hijo).<br />
Más aún, son numerosas<br />
las anécdotas<br />
y recuerdos<br />
que permanecen<br />
de aquellas representaciones<br />
teatrales<br />
y de las que<br />
hacían los aficionados<br />
del pueblo, tanto que en<br />
la misma tienen origen alguno<br />
de los apodos con que se conocen<br />
a algunos vecinos.<br />
Entre los sucesos más peculiares<br />
que se recuerdan del<br />
paso de los comediantes por<br />
los pueblos destaca el ocurrido<br />
el 14 de junio de 1948 en<br />
Mingorría.<br />
Actuación del actor y director<br />
Luis Marcet con su esposa
RUTA DE LOS COMEDIANTES 195<br />
«Aquel día, la compañía de<br />
cómicos instalada en el pueblo<br />
representaba la obra “Juan José”,<br />
de Joaquín Dicenta, en el<br />
salón del señor Simón Vázquez.<br />
Nada más terminar la representación,<br />
la primera actriz se puso<br />
de parto en casa de la tía Hilaria<br />
y nació un niño que se llamó<br />
Luis Marcet. El bautizo se celebró<br />
días después con una gran<br />
fiesta, siendo los padrinos los<br />
dueños del salón: Pedro Vázquez<br />
y Encarna García. El recién<br />
nacido continuó la tradición<br />
familiar y actualmente es<br />
director y actor de teatro.<br />
Pasados cincuenta años, el<br />
24 de julio de 1998, el actor recién<br />
nacido de Mingorría volvió<br />
con su compañía de cómicos y<br />
dos obras en cartel, y con él vino<br />
la esencia misma del teatro.<br />
Efectivamente, Luis Marcet es<br />
hijo y nieto de actores, como lo<br />
fueron sus hermanos y sus tíos,<br />
y lo son su mujer y sus hijos, no<br />
recordando otro pasado que no<br />
pasara por un escenario, pues<br />
su bisabuelo también fue director<br />
del Teatro Real de Madrid.<br />
Incluso su propio hijo también<br />
nació cuando su esposa terminaba<br />
una representación».<br />
En este ambiente no<br />
es de extrañar que<br />
pronto surgieran grupos<br />
de aficionados integrados<br />
por jóvenes de<br />
la localidad dirigidos<br />
por algún vecino más<br />
leído. Además, los antiguos<br />
maestros de escuela<br />
realizaron una especial<br />
labor educativa a<br />
través del teatro, y de<br />
su dedicación y esfuerzo<br />
salieron entretenidas<br />
actuaciones, tarea ésta<br />
que todavía se mantiene<br />
entre las actividades<br />
escolares. Incluso algún<br />
cura «moderno» también<br />
se aventuró en los<br />
ensayos teatrales para<br />
entretenimiento y deleite de sus<br />
parroquianos.<br />
Ultimamente, son los ayuntamientos<br />
y las asociaciones culturales<br />
quienes programan esporádicamente<br />
alguna representación<br />
teatral coincidiendo<br />
con las fiestas patronales, y es<br />
que ya desaparecieron aquellas<br />
compañías que iban de pueblo<br />
en pueblo repartiendo a su manera<br />
diversión y cultura. Así, el<br />
viajero que quiera disfrutar de<br />
aquellas veladas teatrales al aire<br />
libre de antaño puede hacerlo<br />
consultando los programas<br />
de fiestas que se organizan durante<br />
el verano.<br />
Entre los grupos más asiduos<br />
y veteranos que continúan<br />
recorriendo nuestros pueblos<br />
hay que destacar a «JUFRAN»,<br />
un extraordinario relevo de las<br />
antiguas compañías cómicas.<br />
El grupo está formado por aficionados<br />
abulenses que más<br />
bien parecen auténticos profesionales,<br />
y entre sus miembros<br />
sobresalientes hay que citar a<br />
José Luis Alfayate y Fidel Sáez<br />
García, una parte de cuyas familias<br />
provienen de Mingorría.<br />
J. L. Alfayate y Fidel Sáez.
196<br />
CERTAMEN DE TEATRO<br />
INFANTIL DE MINGORRIA<br />
Quizás como herencia cultural<br />
de una singular formación<br />
teatral imantada desde antiguo,<br />
en Mingorría se celebra un extraordinario<br />
certamen de teatro<br />
infantil que nació en 1993, donde<br />
participa un grupo estable<br />
creado en el pueblo. El certamen<br />
se organiza desde entonces<br />
por el Colegio Rural Agrupado<br />
«Miguel Delibes» de Velayos,<br />
Vega de Santa María, Santo<br />
Domingo de las Posadas y<br />
Mingorría, y el Ayuntamiento de<br />
este último pueblo.<br />
Los promotores de esta singular<br />
actividad cultural de la<br />
escuela rural pretenden despertar<br />
en los alumnos cualidades<br />
artísticas y fomentar su<br />
capacidad creativa en la realización<br />
de actividades útiles a la<br />
sociedad, todo ello como contribución<br />
al desarrollo de la personalidad<br />
de los escolares.<br />
Cada convocatoria anual ha<br />
contado con una media de diez<br />
representaciones por cada certamen,<br />
las cuales se escenifican<br />
durante el mes de mayo en<br />
la sala de teatro que ocupa el<br />
edificio rehabilitado de los antiguos<br />
lavaderos, siendo la entrada<br />
libre.<br />
A lo largo de la vida del certamen<br />
han sido más de cien<br />
obras de teatro las escenificadas<br />
por casi dos mil jóvenes<br />
actores de grupos infantiles llegados<br />
desde Cádiz, Soria, León,<br />
las localidades salmantinas de<br />
Béjar y Guijuelo, Valladolid, Segovia,<br />
Fuentesáuco (Segovia),<br />
y los pueblos abulenses de Arévalo,<br />
El Barraco, Burgohondo,<br />
Muñana, Las Navas del Marqués,<br />
Navaluenga, Navalmoral<br />
de la Sierra, El Tiemblo, Vega<br />
de Santa María, Velayos y el<br />
propio Mingorría.<br />
En el mes de mayo del año<br />
2002 se celebra el décimo aniversario<br />
del certamen, con tal<br />
motivo tendrá lugar una gran<br />
exposición fotográfica de todas<br />
las representaciones habidas a<br />
lo largo de todos estos años, y<br />
además se editará un catálogo<br />
conmemorativo.<br />
Actuación infantil en Mingorría.
RUTA DE<br />
LAS DEHESAS Y CASERIOS<br />
■ A DESTACAR. Siguiendo<br />
el recorrido de los ríos Adaja y<br />
Voltoya llaman la atención los<br />
grandes espacios ocupados<br />
por los encinares, y también<br />
por pinos. En torno a ellos todavía<br />
se conserva el caserío<br />
surgido para la singular explotación<br />
agrícola y ganadera de<br />
la dehesa, nombre que<br />
reciben las fincas agrupadas<br />
en una única<br />
propiedad. La tradicionall<br />
utilidad de estos<br />
terrenos es el pasto para<br />
ganado, la resina, la<br />
madera, el carbón vegetal,<br />
la caza y el fruto<br />
de bellota, combinados<br />
con algunos cultivos<br />
agrícolas. El caserío reponde<br />
a modelos característicos<br />
de la arquitectura<br />
popular, mezclados<br />
con ejemplos<br />
palaciegos. En las dehesas<br />
vivían y trabajaban<br />
guardas, mayorales,<br />
colonos agrícolas y<br />
otros campesinos, plenamente<br />
integrados en<br />
las explotación de la<br />
finca, mientras que sus<br />
dueños y propietarios<br />
la utilizaban para recreo.<br />
■ La ruta. Las tierras<br />
adehesadas son abundantes<br />
en la zona y se<br />
aparecen como prolongación<br />
del paisaje que bordea<br />
la capital abulense hacia<br />
el norte. Siguiendo entonces<br />
el curso del río Adaja nos encontramos<br />
en su margen izquierda<br />
con las dehesas «Pedro<br />
Cojo» y «Cabreras» en Cardeñosa,<br />
«El Chorrito», «La Aldehuela»<br />
y «Olalla» en Zorita<br />
de los Molinos, y «Navares»<br />
en Peñalba. El margen derecha,<br />
pasada la presa de Las Cogotas<br />
se hallan las dehesas de<br />
«Yonte» en Avila, y «La Malita»,<br />
«El Ciego» y «La Veguilla» en<br />
Mingorría, además de una parte<br />
de «Olalla» y otra de «Navares»<br />
en Peñalba. El río Voltoya<br />
baña las dehesas de «Aldealgordo»<br />
en Tolbaños, «Tabladillo»<br />
en Ojos Albos y «Las Gordillas»<br />
en Maello, donde está<br />
un cuartel de Velayos. También<br />
hay que decir que en Monsalupe<br />
está la dehesa del «Montecillo»,<br />
en Cardeñosa la dehesa<br />
de «Ajates», en Maello,<br />
cerca del municipio de Santo<br />
Domingo de las Posadas, la<br />
dehesa de «Mingo Peláez», en<br />
San Esteban de los Patos la<br />
dehesa de «Navarrosa», y en<br />
Tolbaños «La Nava».
198 RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS<br />
■ Cómo llegar. El recorrido<br />
presentado es un viaje por los<br />
términos municipales situados<br />
en la ribera del Adaja, el acceso<br />
a los mismos es la propia<br />
carretera que los comunica y<br />
vertebra, de donde salen multitud<br />
de caminos que se bifurcan<br />
con destino a las dehesas<br />
y caseríos. El punto de partida<br />
se puede fijar entonces en los<br />
núcleos de población.<br />
■ Qué ver. Llama la atención<br />
la singularidad de su ecosistema<br />
caracterizado por la presencia<br />
de pinos y encinas, e<br />
incluso diversas variedades<br />
de cultivos cerealistas y viñedos.<br />
También destacan los caseríos<br />
dispuestos para la explotación<br />
agropecuaria de la<br />
dehesa, con ejemplos de arquitectura<br />
religiosa en «La Aldehuela»<br />
y «El Chorrito», y palaciega<br />
en «Aldealgordo», «Tabladillo»<br />
y «Las Gordillas», sin<br />
olvidar buenos ejemplos de palomares,<br />
molinos y otras dependencias.<br />
■ Aliciente. Las dehesas y<br />
los caseríos agrícolas dispersos<br />
por la zona demuestran<br />
modos de vida íntimamente ligados<br />
a la tierra de un indudable<br />
interés arquitectónico,<br />
etnográfico y medioambiental.<br />
PEDRO COJO<br />
Fuera del municipio de Avila,<br />
aunque casi como continuación<br />
geográfica del mismo, pues apenas<br />
hay accidentes que pongan<br />
límites naturales a este territorio,<br />
y siguiendo el curso del Adaja,<br />
a la altura de la presa de las<br />
Cogotas, en la margen izquierda<br />
de Cardeñosa se encuentra<br />
la dehesa de Pedro Cojo, después<br />
de las dehesas de Avila<br />
que también bordean el río:<br />
«Verdeja», «Penarros» y «Pancaliente».<br />
La dehesa de «Pedro<br />
Cojo» perteneció al Cabildo Catedral,<br />
y fue desamortizada y subastada<br />
por el Estado en 1865<br />
en casi medio millón de reales.<br />
El monte se ve cruzado<br />
por la línea ferroviaria<br />
que va a Salamanca, en la<br />
ribera del río estaba el molino<br />
de «Pedro Cojo» que<br />
quedó bajo las aguas, y todavía<br />
se conservan las casas<br />
y dependencias agrícolas<br />
y ganaderas que ser- vían<br />
a su explotación, a ellas<br />
se accede desde la carretera<br />
que va desde Avila a<br />
Cardeñosa.<br />
EL CIEGO Y LA MALITA<br />
Al otro lado del río, las dehesas<br />
de la capital abulense de<br />
«Aldeaciego», «Pedrosillo» y<br />
«Yonte», pasada la Presa de Las<br />
Cogotas, dan paso por los «Callejones<br />
de Chascarra» y el molino<br />
de «Trevejo» al monte de Mingorría.<br />
Este monte comunal de<br />
trescientas hectáreas de encinar<br />
también fue desamortizado<br />
a finales del siglo XIX pasando<br />
entonces a formar las dehesas<br />
de «La Malita» y «El Ciego», las<br />
cuales mantienen todavía las<br />
viejas casas de piedra donde<br />
El Ciego.
RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS 199<br />
habitaban las familias que trabajaban<br />
el monte, los encerraderos<br />
y algún palomar. Varios<br />
caminos que se dirigen a los<br />
molinos del río desde Mingorría<br />
surcan el encinar de estas dehesas.<br />
CABRERAS<br />
Volviendo a la margen izquierda<br />
del Adaja, el monte que<br />
se asoma repleto de verdor oscuro<br />
pertenece a la dehesa de<br />
«Cabreras» que fue propiedad<br />
del ayuntamiento de Cardeñosa,<br />
antes de ser desamortizado<br />
y enajenado en 1862 por algo<br />
más de medio millón de reales.<br />
El monte ocupa unas trescientas<br />
hectáreas y actualmente tiene<br />
dos caseríos denominados<br />
«Cabreras de Arriba» y «Cabreras<br />
de Abajo», desde ellos se<br />
divisa toda la sierra de Ojos Albos,<br />
pues son una hermosa atalaya<br />
separada por el río. El acceso<br />
a estas dehesas coincide<br />
con el del Castro de las Cogotas,<br />
el cual parte desde la carretera<br />
de Cardeñosa poco antes<br />
de llegar al pueblo.<br />
AJATES<br />
En la zona oeste del término<br />
de Cardeñosa se situa la dehesa<br />
de «Ajates», cuyo monte de<br />
encinas de unas ciento treinta<br />
hectáreas era propiedad del<br />
pueblo hasta que fue desamortizado<br />
en 1859. «Ajates» fue un<br />
asentamiento medieval que conserva<br />
el típico caserío agropecuario.<br />
El acceso a la dehesa<br />
se hace por la carretera de Avila-Salamanca,<br />
desde donde ya<br />
se contempla el bello encinar<br />
colindante con la dehesa de<br />
«Manzaneros».<br />
EL MONTECILLO<br />
Al norte de «Ajates» y «Manzaneros»,<br />
desviandonos por la<br />
carretera local que sale a la derecha<br />
de la carretera de Salamanca<br />
en el p. k. 13,5 se encuentra<br />
junto a la vía del<br />
ferrocarril de la dehesa del<br />
«Montecillo», ya en el término<br />
de Monsalupe. Su propiedad<br />
se hallaba muy dividida entre<br />
los vecinos, quienes obtenían<br />
del encinar todas sus utilidades.<br />
Actualmente se conserva<br />
el antiguo caserío, el cual ha<br />
sido reconstruido y ampliado<br />
para finca de recreo y cría de<br />
avestruces.<br />
LA VEGUILLA<br />
Retomando nuestra ruta por<br />
el río Adaja llegamos a Zorita<br />
de los Molinos. A partir de aquí<br />
las encinas se entremezclan<br />
con pinos resineros y el terreno<br />
agreste deja paso a tierras cultivables.<br />
En la zona se situaba<br />
el caserío de «La Veguilla», llegando<br />
esta dehesa hasta el río<br />
donde crecen frondosos pinos<br />
y se halla el molino del «Cubo».<br />
En la margen opuesta de la iz-
200 RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS<br />
Vista desde Olalla.<br />
quierda está el caserío del<br />
«Chorrito», y más adelante la<br />
dehesa de «Olalla».<br />
Las tierras de «La Veguilla»<br />
se ven atravesadas por el arroyo<br />
«Regajal» que desemboca<br />
en el Adaja, después de dejar<br />
tras de sí frondosas arboledas<br />
de chopos que crecen en galería.<br />
Por lo demás son ricas tierras<br />
de secano que ocupan más<br />
de cuatrocientas hectáreas, de<br />
las que la mitad pertenecían al<br />
Duque de Montellano y otras al<br />
Cabildo Catedral que fueon desamortizadas<br />
en 1844. En medio<br />
de la explotación se conservan<br />
las ruinas del caserío que<br />
ocupaba unos mil metros cuadrados,<br />
y se aprecian los restos<br />
de cobertizos, cuadras, pajares,<br />
cijas y dependencias donde habitaban<br />
los colonos. El acceso<br />
a «La Veguilla» se hace fácilmente<br />
desde la carretera de<br />
Mingorría a Zorita, desde donde<br />
ya se contempla.<br />
EL CHORRITO<br />
El caserío del «Chorrito», cercano<br />
a Zorita desde donde se<br />
accede, fue antes una finca<br />
de recreo construida por el General<br />
y Ministro de la Guerra<br />
Eduardo Bermúdez Reina a finales<br />
del siglo XIX, llamándose,<br />
en honor a su esposa, «Villa Julia».<br />
Actualmente, el caserío que<br />
servía de estancia y a la explotación<br />
agrícola ha crecido en<br />
número de viviendas de segunda<br />
residencia, conservándose<br />
todavía la antigua ermita que<br />
mandó hacer el general, además<br />
de útiles de labranza y un<br />
carro pintado en excelente estado.<br />
Antiguamente, un puente<br />
de madera comunicaba esta finca<br />
con las tierras del otro lado<br />
del río donde abundan los pinos<br />
resineros y se encuentran las<br />
ruinas del molino del «Cubo».<br />
OLALLA<br />
A continuación del «Chorrito»<br />
se encuentra la dehesa de «La<br />
Aldehuela» y de «Olalla» o de<br />
«Melón y Olaya». Esta tierras<br />
eran propiedad de Celedonio<br />
Sastre, quien supo hacer prosperar<br />
una rica explotación agropecuaria.<br />
Esta dehesa convina<br />
las tierras de cultivo, los viñedos,<br />
encinas y sobre todo pinos<br />
resineros. Por el noroeste linda<br />
con la carretera de Zorita-Las<br />
Berlanas desde donde se accede;<br />
atraviesa la dehesa el arroyo<br />
de «La Chavata», mientras
RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS 201<br />
que limita al Este con el río Adaja<br />
que en algún tramo cruza la<br />
finca, y se extiende hasta la dehesa<br />
contigua de «Navares».<br />
Las tierras han sido divididas y<br />
actualmente tiene varios propietarios,<br />
manteniéndose la ermita<br />
y el caserío de «La Aldehuela»,<br />
el molino del Vego, en el que<br />
convivían molineros y resineros,<br />
la caseta de la era, un palomar<br />
y el antiguo caserío de «Olalla»<br />
que se sigue conservando en<br />
buen estado.<br />
NAVARES<br />
El Adaja después de bañar<br />
los campos de «Olalla» por su<br />
izquierda, y el municipio de Pozanco<br />
por la derecha, llega a<br />
las tierras de la dehesa de «Navares»,<br />
perteneciente al término<br />
de Peñalba. A esta dehesa se<br />
llega por el camino que une la<br />
carretera de Vega de Santa María-Gotarrendura<br />
con la carretera<br />
de Zorita-Las Berlanas. Aquí<br />
destaca la explotación agropecuaria<br />
que mantiene la cría de<br />
cerdos ibéricos y de ganado «limusine»<br />
puro. La dehesa es un<br />
antiguo despoblado medieval<br />
que fue propiedad del Monasterio<br />
de la Antigua de Avila, conserva<br />
una importante masa arbórea<br />
de en- cinas y pinos, habiendose<br />
reconstruido el viejo<br />
caserío con todas las comodidades<br />
que requieren actualmente<br />
los trabajadores<br />
del campo. A orillas<br />
del río permanece<br />
en ruinas el molino conocido<br />
co- mo «el del<br />
Prior», pues fue dejado<br />
en testamento al<br />
prior del monasterio.<br />
NAVARROSA<br />
Y LA NAVA<br />
Para acercarse a las<br />
dehesas y caseríos situados<br />
en la zona del río Voltoya,<br />
el viajero puede tomar la carretera<br />
que sale de Mingorría a<br />
San Esteban de los Patos. En<br />
este pueblo se encuentra la dehesa<br />
de «Navarrosa», en la cual<br />
se conserva el característico caserío<br />
de piedra formado por las<br />
dependencias propias de la explotación<br />
agropecuaria, que todavía<br />
sirven hoy para la actividad<br />
ganadera que se sigue realizando.<br />
Cerca de «Navarrosa» se encuentra<br />
la dehesa de «La Nava»,<br />
a la que se accede desde Gallegos<br />
de San Vicente, al estar<br />
situada en sus inmediaciones.<br />
El caserío de la dehesa es el<br />
típico para las faenas agrícolas<br />
y ganaderas, y su monte está<br />
poblado de encinas, el cual<br />
fue de titularidad pública<br />
hasta su desamortización<br />
en 1859.<br />
Al sur de «Navarrosa» y «La<br />
Nava», pero perteneciente al<br />
municipio abulense, se encuentran<br />
las dehesas de «Mari García»,<br />
«Testadores», «El Burguillo»,<br />
«Encinas», «Palazuelos»,<br />
«El Pinar» y «Zurra», las cuales<br />
bien merecen una ruta específica<br />
en otra ocasión.<br />
ALDEALGORDO<br />
Desde Los Patos la carretera<br />
continua su trazado hasta Tolbaños.<br />
Desde aquí sale un ca-
202 RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS<br />
mino que conduce hasta la dehesa<br />
de «Aldeagordo», la cual<br />
fue propiedad del Conde de Polentinos,<br />
después del Marqués<br />
de Torrecilla y Valdeolmos, y actualemente<br />
del conde de Villagonzalo<br />
y Marqués de Scala.<br />
Esta dehesa es de una gran belleza<br />
natural donde destacan sus<br />
encinas centenarias, está atravesada<br />
por el río Voltoya, en el<br />
caserío destaca la residencia<br />
«palaciega» de buena arquitectura<br />
donde pernoctó el rey Alfonso<br />
XIII y su esposa doña<br />
Vitoria, una antigua iglesia rodeada<br />
de bellos jardines y una<br />
fuente, un molino y los esquileos<br />
de antaño con las dependencias<br />
necesarias para tratar<br />
la lana.<br />
TABLADILLO<br />
El río Voltoya que pasa por<br />
«Aldealgordo» puede cruzarse<br />
por un vado que comunica esta<br />
dehesa con la cercana de «Tabladillo»,<br />
que antes fue un antiguo<br />
asentamiento medieval. En<br />
«Tabladillo» destaca uno de los<br />
mejores palacios rurales que<br />
pueden verse; su construcción<br />
se inició en el siglo XVI, aunque<br />
posteriormente sufrió distintas<br />
intervenciones. El palacio fue<br />
promovido por Antonio Núñez<br />
Vela, hijo de quien fue virrey del<br />
Perú, es de estilo renacentista y<br />
recuerda a las lujosas villas italianas.<br />
En su entorno se halla el<br />
caserío dedicado a la actividad<br />
agrícola y ganadera de la dehesa,<br />
la cual cuenta también con<br />
un molino en el Voltoya, cercano<br />
al molino de Tolbaños, y una<br />
gran masa arbórea.<br />
LAS GORDILLAS<br />
Retomando el curso del río<br />
Voltoya pronto llegamos al caserío<br />
de las dehesas de «Las<br />
Gordillas», situada junto a la carretera<br />
local que une los pueblos<br />
de Velayos y Maello. Esta<br />
dehesa de 1.732 hectáreas estaba<br />
dividida en tres cuarteles:<br />
«El Molino» o de Maello con los<br />
sectores del puente y el molino,<br />
«El Torreón de Armenteros» o de<br />
Saornil, y el cuartel de Velayos.<br />
En «Las Gordillas» doña María<br />
Dávila fundo en 1502 el convento<br />
de Santa María Jesús,<br />
y la dehesa fue propiedad<br />
desde entonces de las Clarisas<br />
de Avila, hasta su venta<br />
forzosa en 1842 en cuatro<br />
lotes al amparo del proceso<br />
desamortizador iniciado<br />
por Mendizabal. El complejo<br />
arquitectónico que<br />
configuran los distintos caserios<br />
repartidos por «Las<br />
Gordillas» enseguida despierta<br />
gran interés para el<br />
viajero por su entorno paisajístico<br />
y la singularidad de<br />
sus construcciones del siglo<br />
XIX. Estos caseríos han<br />
sido estudiado por José R.<br />
Nieto y M.ª Teresa Paliza en<br />
«La Arquitectura en las Dehesas<br />
de Castilla y León»,<br />
cuyo texto seguimos en esta<br />
ruta.
RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS 203<br />
CUARTEL DE MAELLO<br />
O DE LOS SECTORES «EL<br />
PUENTE» Y «EL MOLINO»<br />
Situandonos de nuevo en el<br />
río Voltoya, sobre el puente por<br />
donde cruza la carretera de Velayos-Maello,<br />
podemos admirar<br />
los vestigios del antiguo convento<br />
de las Clarisas en un torreón<br />
utilizado como palomar,<br />
construido en mampuesto combinado<br />
con sillería y ladrillo en<br />
los esquimales, que todavía conserva<br />
huecos rematados con<br />
arcos de medio punto. En este<br />
mismo lugar del cuartel de Maello,<br />
Ramón Castillo García promovió<br />
una residencia recreativa<br />
y solariega de dos plantas conocida<br />
con el nombre de «El Jardín»,<br />
donde se mezcla el mampuesto<br />
con el recercado de ladrillo<br />
visto en huecos. En las inmediaciones<br />
hay otras construcciones<br />
tales como un molino<br />
abandonado que recogía el<br />
agua del arroyo de Valdequesada,<br />
unos corrales, unas viviendas<br />
y otras dependencias. Desde<br />
aquí puede tomarse el camino<br />
que discurre paralelo al río,<br />
pasando por un antiguo tejar,<br />
hasta llegar al sector denominado<br />
«El Molino», donde se hallan<br />
los restos de un grandioso molino<br />
harinero y el típico caserío<br />
agropecuario.<br />
CUARTEL DE<br />
SAORNIL O «TORREON<br />
DE ARMENTEROS»<br />
Volviendo al caserío del<br />
Puente, desde la carretera en<br />
dirección a Velayos, a la izquierda<br />
sale el camino de «Aldealgordo»,<br />
junto a la márgen<br />
izquierda del Voltoya. Por este<br />
camino también se accede<br />
al «Torreón de Armenteros» o<br />
cuartel de Saornil, ya que se<br />
comunica con este lugar. Aquí,<br />
rodeado de grandes encinas y<br />
buenos pastos, don Francisco<br />
Castillo García construyó en<br />
1907-1908 un moderno edificio<br />
de dos plantas, cubiertas a<br />
cuatro aguas, paramentos de<br />
mampostería y ladrillo visto, jardín<br />
delantero, y corrales con dependencias<br />
subsidiarias en la<br />
parte zaguera. Las construcciones,<br />
bien ejecutadas y con<br />
igual estilo que las realizadas<br />
en el sector del puente, son las<br />
más importantes y amplias de<br />
todas las dehesas visitadas,<br />
destacando hasta las paneras,<br />
pocilgas, cuadras y pajares y<br />
un potro de herrar.<br />
Torreón de Armenteros.
204 RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS<br />
Cuartel de Velayos. Residencia El Jardín.<br />
CUARTEL DE VELAYOS<br />
Retomando la carretera de<br />
Velayos-Maello en dirección al<br />
primer pueblo. A unos kilómetros<br />
dejamos a la derecha unas<br />
edificaciones secundarias utilizadas<br />
para el ganado, y pronto<br />
llegamos a la estación de tren<br />
de Velayos. Antes ya habremos<br />
divisado una casa señorial, que<br />
fue la residencia de recreo conocida<br />
como «El Jardín» y caserío<br />
«Torreón de Velayos». Construida<br />
por don Ramón Soriano<br />
Pelayo hacia 1880, la residencia<br />
principal es un edificio cúbico<br />
de piedra labrada con pequeños<br />
remates de ladrillo, tiene<br />
dos plantas con sótano y desván<br />
abuardillado, y dos alas de<br />
una altura ocupadas por paneras.<br />
Cerca de la casa hay un<br />
palomar, cuadras, un garaje, un<br />
invernadero, un molino de viento<br />
para dotar de agua a la casa<br />
y a un amplio jardín. Frente a la<br />
casa cruza un cordel de ganados<br />
que pasa debajo de la línea<br />
del ferrocarril por donde se llega<br />
en dirección sur a Saornil.<br />
«MINGO PELAEZ»<br />
Desde la estación de Velayos<br />
dirigiendonos a Santo Domingo<br />
de las Posadas se encuentra<br />
la urbanización de viviendas<br />
unifamiliares «Pancorbo», al sur<br />
de la cual se halla la dehesa de<br />
«Mingo Peláez». El caserío casi<br />
arruinado de esta dehesa, a la<br />
que se accede desde Santo<br />
Domingo por el camino de Escalonilla,<br />
o desde la carretera<br />
que se dirige desde este pueblo<br />
a Mingorría, destaca por un<br />
impresionante palomar cilíndrico<br />
de ladrillo visto. El edificio<br />
principal detinado a residencia<br />
de su propietario es de dos<br />
plantas realizadas en mampostería<br />
y rematada en ladrillo en el<br />
mismo estilo que «Las Gordillas».<br />
Las construcciones secundarias<br />
de inferior calidad están<br />
destinadas a viviendas del<br />
guarda y otros campesinos, a<br />
paneras, cuadras, encerraderos,<br />
pajares, etc., lo que demuestra<br />
la gran actividad agropecuaria<br />
que se desarrollaba<br />
en la dehesa.
Cardeñosa. Despoblado de Conejeras.<br />
RUTA DE LOS DESPOBLADOS<br />
■ A DESTACAR. Son numerosos<br />
los paisajes existentes<br />
en nuestros municipios donde<br />
se han encontrado restos de<br />
antiguos asentamientos humanos,<br />
son los despoblados.<br />
Estos lugares, actualmente<br />
deshabitados, conoci- dos<br />
también a través de distintas<br />
fuentes escritas, o testimonios<br />
toponímicos, singularizan una<br />
parte interesante de la pequeña<br />
historia de los pue- blos actuales<br />
que se remonta a la<br />
Edad Media, coincidiendo con<br />
la ocupación de los territorios<br />
reconquistados a los musulmanes.<br />
■ La ruta. El itinerario propuesto<br />
toma como referencia<br />
la obra de Gonzalo Martínez<br />
Díez (Las Comunidades de Villa<br />
y Tierra de la Extremadura<br />
Castellana), a partir del cual<br />
descubrimos los lugares donde<br />
se emplezaron los primitivos<br />
pobladores de esta tierra.<br />
En el recorrido sobre el terreno<br />
pueden verse vestigios importantes<br />
de los despoblados,<br />
muchos de ellos ocupados actualmente<br />
por caseríos o dehesas,<br />
por lo que su contemplación<br />
nos transporta a épocas<br />
pretéritas.<br />
■ Cómo llegar. Aquí seguimos<br />
la ruta que define la carretera<br />
AV-804 de Avila-Arévalo<br />
por Cardeñosa, y la carretera<br />
N-403 Avila-Arévalo por Mingorría,<br />
cuyos tramos separados<br />
por el río Adaja se ven<br />
unidos por Zorita de los Molinos<br />
y Vega de Santa María. Finalmente,<br />
tomamos la dirección<br />
este desde Mingorría hasta<br />
la zona de Tolbaños y el río<br />
Voltoya. En todos los pueblos<br />
que nos encontramos a lo largo<br />
del viaje hay despoblados<br />
que merecen conocerse, si<br />
quiera sea a título documental<br />
e informativo.<br />
■ Qué ver. Los vestigios<br />
más relevantes de los despoblados<br />
pueden admirarse<br />
en los restos de la ermita de<br />
Conejeras en Cardeñosa, el<br />
torreón de Garoza en Peñalba<br />
y el torreón de la Puebla en<br />
Velayos.<br />
■ Aliciente. Descubrir la<br />
existencia de lugares donde<br />
antiguamente habitaban nuestros<br />
antepasados siempre es<br />
sugestivo y atractivo, sobre todo<br />
cuando se pueden admirar<br />
restos que plantean inquietudes<br />
por lo desconocido.
206 RUTA DE LOS DESPOBLADOS<br />
Situándonos en el término<br />
municipal de Cardeñosa, al<br />
sur del mismo, distante unos<br />
tres kilómetros del pueblo, la<br />
derecha de la línea férrea y a<br />
cien metros del límite con La<br />
Alamedilla del Berrocal, se encontraba<br />
el despoblado de<br />
«Muñoendra» que actualmente<br />
parece corresponderse con el<br />
nombre de «Cenalmor», donde<br />
quedan restos de habitaciones<br />
del siglo XVI. Al Oeste del pueblo<br />
se halla el despoblado de<br />
«Ajates», junto al caserío de la<br />
dehesa del mismo nombre.<br />
Igualmente, los despoblados<br />
de «Pedrocojo» y «Cabreras»<br />
están en el lugar que ocupan<br />
las casas de las dehesas que<br />
bordean el río Adaja. En esta<br />
misma zona, poco antes de llegar<br />
a «Cabreras» se hallaba el<br />
despoblado de «Conejeras»,<br />
donde todavía se conservan los<br />
restos de una interesante ermita.<br />
Por el cobro de los diezmos<br />
de los despoblados de «Conejeras»<br />
y «Miguel Cobo» se originó<br />
un pleito entre las parroquias<br />
de Cardeñosa y Zorita en<br />
1740 que ganó ésta útlima. En<br />
esta misma zona, en el cruce<br />
de los caminos de «Las Apartadas»<br />
y de Zorita, se hallaba el<br />
despoblado de «Rehoyo».<br />
Adentrandonos ya en el municipio<br />
de Peñalba debemos<br />
saber que a su parroquia pertenecían<br />
las iglesias de los lugares<br />
que quedaron despoblados<br />
mediado el siglo XVII. Como<br />
testimonio de asentamientos resultan<br />
interesantes los restos<br />
del despoblado de «Garoza»,<br />
situados junto a la carretera que<br />
une Las Berlanas y Zorita, y al<br />
camino que va desde Peñalba a<br />
Navares. Las ruinas del torreón<br />
de Garoza son una buena<br />
muestra de la iglesia que se cerró<br />
al culto en 1619 ante el<br />
abandono del lugar. Las llamadas<br />
«Casas de Navares» situadas<br />
en la orilla izquierda del<br />
Peñalba. Despoblado de Garoza.<br />
Adaja ocupan un antiguo despoblado<br />
de igual nombre. Al<br />
norte de la dehesa de «Navares»<br />
y a orilla del río Adaja, frente<br />
al molino de «Los Pobos», se<br />
encuentra el despoblado de<br />
«Sansáez» (hoy término de Hernansancho).<br />
En el municipio de Las Berlanas,<br />
quedan vestigios de «Los<br />
Angeles», un depoblado situado<br />
al noreste del barrio de La<br />
Aldehuela, a un lado y a otro<br />
del camino de Gotarrendura a<br />
Peñalba. Otro despoblado del<br />
lugar es el denominado «Carrascal»,<br />
que se halla al Este de<br />
Rivilla, a la izquierda y lindando<br />
con la carretera de Las Berlanas<br />
a Zorita de los Molinos,<br />
frente a la piedra kilométrica<br />
1,00, donde antiguamente estaba<br />
la cruz de la plaza de Rivilla.<br />
Volviendo al cercano pueblo<br />
de Monsalupe, y lindando con<br />
la vía férrea, al norte del camino<br />
de Muñoyerro a Las Berlanas, se
RUTA DE LOS DESPOBLADOS 207<br />
encuentra el despoblado llamado<br />
«La Rad», del que da cuenta<br />
Madoz en su diccionario.<br />
Junto a la triple mojonera de<br />
los términos de Gotarrendura,<br />
Peñalba y Hernansancho, aunque<br />
perteneciente a este último,<br />
se halla el despoblado de «Guaraldos»,<br />
donde se han encontrado<br />
abundantes restos de edificaciones.<br />
El lugar está al lado<br />
derecho de la carretera que se<br />
dirige desde Gotarrendura a Vega<br />
de Santa María, por el camino<br />
que va al molino de «Los Pobos».<br />
Desde Gotarrendura nos<br />
adentramos en el municipio de<br />
Vega de Santa María, y aquí en<br />
la ribera derecha del Adaja se<br />
halla el despoblado de «Saornil<br />
de Adaja», junto a un arroyo del<br />
mismo nombre. Al NE, junto a la<br />
laguna de «Las Eras», todavía se<br />
recuerdan las rogativas a la iglesia<br />
de Santa María, cuyo nombre<br />
conserva el despoblado conocido<br />
como «Santa María de la<br />
Calzada», donde abundan restos<br />
de edificaciones. Al NO, en<br />
el alto de San Pedro, se recuerda<br />
la existencia de una ermita<br />
como resto del despoblado de<br />
Vega de Santa María.<br />
«Narrillos» o «San Pedro de Narros».<br />
En la misma zona, entre<br />
Saornil y Narrillos, debió hallarse<br />
el despoblado conocido en<br />
el siglo XII como «Defesa».<br />
La Puebla (Velayos).<br />
El municipio de Velayos, se<br />
encuentra al Este de La Vega,<br />
del que le separa la carretera<br />
N-403. En la parte norte del término,<br />
en lo alto del montículo<br />
llamado «El Cerro» donde se<br />
han encontrado abundantes<br />
restos se halla el despoblado<br />
de «Garcí Acenar», aunque su<br />
nombre prácticamente se ha<br />
perdido. Al SE, lindando con la<br />
vía férrea y la divisoria con Maello,<br />
se recuerda el nombre y se<br />
han hallado abundantes restos<br />
del despoblado de «Malucos».<br />
Al NE, a unos tres kilómetros, y<br />
nada más pasar la vía férrea se<br />
conserva un elevado torreón<br />
del despoblado de «La Puebla»,<br />
llamado también «La Aldihuela».<br />
Al norte de Vega de Santa<br />
María, en la ribera derecha del<br />
río Adaja y ya en Blascosancho<br />
lindando con el camino de<br />
la Virgen, se han encontrado
208 RUTA DE LOS DESPOBLADOS<br />
restos del despoblado de «Porquerizos».<br />
Desde Velayos sale la carretera<br />
local que se dirige por el<br />
Este a Maello, y a mitad de su<br />
recorrido, por donde pasa el río<br />
Voltoya, se encuentran los restos<br />
del despoblado llamado<br />
«Las Gordillas» o «Villadey de<br />
las Gordillas», que cuando era<br />
villa se componía de 20 casas y<br />
un convento de las Clarisas, las<br />
cuales se trasladaron a Avila en<br />
1520. Actualmente, el lugar está<br />
ocupado por un caserío agropecuario<br />
y una casa de recreo.<br />
Las Gordillas.<br />
En el térmio municipal de<br />
Santo Domingo de las Posadas,<br />
y en la zona que se extiende<br />
por el sur junto a la carretera<br />
de Mingorría, se encuentra el<br />
despoblado de «Los Diezgos»,<br />
cuya dehesa fue del Cabildo<br />
Catedral hasta su desamortización<br />
en 1843. Al SE, junto a la<br />
vía férrea se hallan los despoblados<br />
de Maello «Aldanueva» y<br />
«Mingo Peláez», este último conserva<br />
el caserío propio para la<br />
explotación de la dehesa.<br />
Al Oeste de Mingorría, pasado<br />
el río Adaja, en Zorita de los<br />
Molinos, la «Crónica de la Población<br />
de Avila» escrita en<br />
1256 cita el lugar de «El Castaño»<br />
como uno de los primeros<br />
asentamientos medievales, si<br />
bien no se conserva este nombre<br />
bien puede corresponderse<br />
con el paraje de «Los Caleños».<br />
Al norte de Zorita, en la márgen<br />
izquierda del río Adaja, frente a<br />
la confluencia del arroyo Regajal,<br />
donde todavía se ven restos<br />
del molino «Piar», debió estar el<br />
despoblado conocido como<br />
«Escarga María».<br />
Volviendo a Mingorría, cerca<br />
del lugar donde está la ermita<br />
de la Virgen, se situa el despoblado<br />
de «San Cristobal», conocido<br />
hoy como «Los Villares»,<br />
donde han sido halladas sepulturas<br />
y lápidas.<br />
Al NO de Mingorría, por el camino<br />
de Escalonilla, y en el término<br />
de este lugar, antes de cruzar<br />
la línea férrea, lindando con<br />
el arroyo Zarzalejo, se encuentra<br />
el despoblado de «Zarzalejo»,<br />
que fue propiedad del Cabildo<br />
Catedral hasta su desamortización<br />
en 1844, donde se<br />
conocen restos de edificaciones.<br />
Desde Mingorría una carretera<br />
local nos lleva hasta Tolbaños,<br />
después de pasar la vía férrea<br />
y San Esteba de los Patos.<br />
Llegados aquí, a la izquierda<br />
salen los caminos que conducen<br />
a los despoblados situados<br />
en las dehesas cercanas a<br />
Saornil de Voltoya llamadas<br />
con el mismo nombre «Armenteros»,<br />
y «Aldealgordo». También<br />
en Saornil, en las confluencias<br />
de los cordeles de ganado<br />
que atraviesan los montes<br />
situados al norte, se encuentra<br />
el despoblado «La Dueña», conocido<br />
también como «Los Villares».<br />
Cerca de Tolbaños, entorno<br />
al lugar de la Venta de San Vicente,<br />
el cual se levanta sobre<br />
un despoblado con el mismo<br />
nombre, se encuentran los antiguos<br />
despoblados de «Albariza»<br />
y «Alameda de las Requenas»,<br />
donde existe un caserío<br />
habitado.
Mingorría.<br />
RUTA DE<br />
LAS IGLESIAS<br />
Y ERMITAS<br />
■ A DESTACAR. El fervor<br />
religioso de las gentes de<br />
nuestros pueblos tiene su<br />
mayor exponente en sus<br />
iglesias parroquiales y en<br />
sus ermitas, como lugares<br />
de acogimiento y recogimiento<br />
de los feligreses. Al<br />
mismo tiempo son las construcciones<br />
donde se santifican<br />
las fiestas y constituyen<br />
la mejor expresión artística<br />
de cada localidad.<br />
■ La ruta. Recorrido por<br />
todas las iglesias y ermitas<br />
existentes en los pueblos de<br />
la ribera del Adaja y su entorno.<br />
Los templos suelen estar<br />
cerrados, por lo que su interior<br />
puede contemplarse cuando<br />
son abiertos para los oficios<br />
religiosos o pidiendo la llave a<br />
la persona que suele estar encargada.<br />
Los días de fiesta<br />
son los mejores días de visita.<br />
■ Cómo llegar. Se accede<br />
por la carretera AV-804 que va<br />
de Cardeñosa a Gotarrendura,<br />
y desde aquí a Vega de<br />
Santa María donde se toma la<br />
N-403 que llega a Mingorría y<br />
los pueblos de la sierra.<br />
■ Qué ver. Las iglesias y ermitas<br />
suelen ser los edificios<br />
artísticos más valiosos del medio<br />
rural, por lo que todos merecen<br />
una visita.<br />
■ Aliciente. Conocer una<br />
parte importante de la historia<br />
del medio rural a través de<br />
sus iglesias y ermitas.<br />
CARDEÑOSA<br />
Es el primer pueblo que se<br />
asoma llegando desde Avila<br />
por la carretera AV-804 en dirección<br />
Arévalo, donde nacieron<br />
Santa Paula Barbara y las<br />
venerables Isabel de Santo Domingo<br />
y María Vela. Una vez<br />
avistado el caserío desde el alto<br />
donde está «el canto de la<br />
ánimas» pronto se aparece a<br />
nuestra derecha el majestuoso<br />
calvario de cruces graníticas levantadas<br />
sobre peanas y alguna<br />
piedra de lagar. Desde aquí,<br />
al Este se divisa en la lejanía la<br />
sierra de Ojos Albos y el pueblo<br />
de Mingorría. En el lugar, frente<br />
a un antiguo ruedo taurino de<br />
paredes de piedra, se levanta la<br />
ermita medieval de Nuestra Señora<br />
del Cristo del Berrocal con<br />
su columna y sepulcros, testimonio<br />
de lo que debió ser un antiguo<br />
convento de Templarios. Al<br />
lado opuesto de la carretera se<br />
encuentra la ermita de la Madre<br />
de Dios, siendo estas dos las<br />
únicas ermitas que se cuentan,<br />
si bien en tiempos pasados<br />
también había otras dedicadas<br />
a San Miguel, San Andrés, San<br />
Lorenzo y San Sebastián.
210 RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS<br />
PEÑALBA DE AVILA<br />
Cardeñosa. Ermita del Cristo.<br />
Adentrándonos en el pueblo,<br />
por el saliente se encuentra la<br />
iglesia parroquial, situada en<br />
un amplio recinto de<br />
piedra que marca un<br />
patio delantero que<br />
debió servir de cementerio.<br />
Fue iniciada<br />
su construcción<br />
en piedra de sillería<br />
con vocación de basílica<br />
en el siglo XV,<br />
aunque finalmente<br />
se redujo esta pretensión<br />
por falta de<br />
medios en el siglo<br />
XVI, terminandose en<br />
mampostería y torrecampanario<br />
de ladrillo. Consta<br />
de tres naves y un capilla central,<br />
el artesonado es de estilo<br />
mudéjar, el coro se levanta sobre<br />
unos arcos escarzanos y<br />
cuenta con un bello órgano<br />
barroco de 1741, y el hermoso<br />
retablo es obra de Pedro de Salamanca<br />
y Blas Hernández fechado<br />
en 1535. Esta iglesia monumental<br />
fue estudiada por Gómez-Moreno<br />
en su catálogo, lo<br />
que se reseña en otra ruta de<br />
esta misma guía a la que nos<br />
remitimos.<br />
Iglesia de Peñalba.<br />
Es el pueblo siguiente que<br />
encontramos cruzando entre altos<br />
cerros. Antes de llegar puede<br />
contemplarse una bella panorámica<br />
del caserío, los campos<br />
cerealistas y los montes y<br />
pinares que acompañan al Adaja.<br />
En primer lugar se presenta<br />
la pequeña ermita situada en<br />
las eras dedicada al Cristo de<br />
Santa Teresa, donde puede admirarse<br />
la imágen única de la<br />
Santa arrodillada junto a Cristo<br />
crucificado. La iglesia parroquial<br />
del siglo XVI, dedicada a<br />
San Vicente Mártir, sobresale<br />
entre el horizonte que trazan los<br />
tejados de las casas por su torre<br />
espadaña de buena sillería<br />
de granito, y por su capilla mayor<br />
contruida en 1618 siendo<br />
cura el bachiller Toribio González,<br />
natural del lugar de Mingorría.<br />
De la parroquia de Pe- ñalba<br />
dependían también las iglesias<br />
de los despoblados<br />
de Garoza, Navares y San Sáez,<br />
de las que sólo se conservan<br />
restos en Garoza como se<br />
ve en la ruta de los despoblados.<br />
LAS BERLANAS<br />
Agrupa en su parroquia a los<br />
barrios de la Aldehuela, Rivilla y
RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS 211<br />
en su capilla mayor. En el<br />
barrio de Rivilla existió otra<br />
ermita de San Juan Bautista<br />
que fue cerrada al culto a<br />
finales del siglo XVIII por el<br />
mal estado en que se encontraba.<br />
MONSALUPE<br />
Ermita de las Angustias.<br />
el Burgo, este último fue arruinado<br />
por las inundaciones de<br />
1959 por lo que se construyó<br />
un nuevo barrio entre los dos<br />
primeros. La antigua iglesia parroquial<br />
está dedicada a la Virgen<br />
de la Asunción con título<br />
de Gandulle escribió Madoz, y<br />
se encuentra en el campo junto<br />
al cementerio alejada de los caseríos.<br />
Fue construida en el siglo<br />
XVI y tiene un importante<br />
valor monumental conforme Gómez-Moreno,<br />
segun queda descrito<br />
en la ruta trazada sobre su<br />
catálogo. Destaca el artesonado<br />
morisco de madera del coro<br />
y la sacristía, una torre campanario<br />
de gran porte y una amplia<br />
sacristía de piedra de Cardeñosa.<br />
La iglesia fue cerrada<br />
al culto después de las inundaciones,<br />
trasladandose sus altares<br />
barrocos, pinturas e imágenes<br />
a la iglesia moderna que se<br />
construyó en el nuevo barrio en<br />
1964.<br />
Los barrios de Las<br />
Berlanas cuentan con<br />
bien cuidadas ermitas,<br />
y éstas son la de<br />
la Concepción en La<br />
Aldehuela, que más<br />
parece una iglesia<br />
por su gran porte, y la<br />
dedicada a Nuestra<br />
Señora de las Angustias<br />
en el Burgo, con<br />
artesonado morisco<br />
Se halla cerca de Las Berlanas,<br />
continuando por la<br />
carretera que conduce al<br />
barrio de la Aldehuela en<br />
dirección sur y aguas arriba del<br />
arroyo Berlana. Poco antes de<br />
llegar, las cruces de piedra de<br />
un antiguo víacrucis llegan hasta<br />
la ermita de Nuestra Señora<br />
del Buen Suceso situada en un<br />
altozano, junto a la cual también<br />
se halla el cementerio. La<br />
ermita está construida en mampostería<br />
con piedras irregulares<br />
sin revoco, tiene una capilla<br />
mayor bien dispuesta y, al lado<br />
opuesto, una espadaña de ladrillo<br />
donde se aloja el campanil.<br />
La entrada está remarcada<br />
con molduras que intentan reproducir<br />
una portada señorial.<br />
En mitad del pueblo se levanta<br />
la iglesia parroquial de San<br />
Pedro Apostol construida en<br />
mampostería con espadañacampanerio<br />
y portada barroca<br />
de ladrillo con hornacina y arco<br />
de sillería granítica donde hay<br />
un reloj de sol labrado. Es de<br />
una sola nave con artesonado<br />
de madera, separandose por<br />
arcos de medio punto el presbi-<br />
Iglesia de Monsalupe.
212 RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS<br />
terio y dos capillas laterales, cuyos<br />
frentes se cubren con sencillos<br />
altares.<br />
GOTARRENDURA<br />
Iglesia de Gotarrendura.<br />
Pueblo teresiano, se encuentra<br />
retomando de nuevo la carretera<br />
y pasado Las Berlanas.<br />
La iglesia parroquial de San Miguel<br />
del siglo XVII destaca por<br />
su presbiterio imponente en<br />
buena armonía con la espadaña-campanario<br />
rematados ambos<br />
en ladrillo. En su construcción<br />
se emplearon materiales<br />
de la antigua casa palacio de<br />
los padres de Santa Teresa. La<br />
entrada tiene un pórtico de columnas,<br />
los muros son de canto<br />
rodado al descubierto, antiguamente<br />
revocados de blanco, rematados<br />
con sillería en las esquinas<br />
y en la parte que soporta<br />
la espadaña. En su interior la<br />
cubierta de artesonado de madera<br />
se apoya sobre<br />
columnas y arcos semicirculares<br />
que separan<br />
las naves. Rodean la<br />
iglesia grandes espacios<br />
abiertos, y el oeste<br />
enfrentada se levanta la<br />
ermita de Nuestra Señora<br />
de las Nieves con<br />
similar traza y menor<br />
escala que la parroquia,<br />
pero igual remate en ladrillo<br />
de la espadaña que aloja<br />
el campanil.<br />
Una vez visitados los pueblos<br />
de la margen derecha del Adaja<br />
podemos cruzar el río desde<br />
Gotarrendura en dirección Vega<br />
de Santa María, o bien en dirección<br />
Zorita de los Molinos desde<br />
Las Berlanas. En esta ocasión<br />
lo haremos por el primer<br />
itinerario citado.<br />
VEGA DE SANTA MARIA<br />
Está situado después de<br />
cruzar el río y pasar la dehesa<br />
de Navares en dirección<br />
oeste-este. Al llegar al<br />
pueblo enseguida encontramos<br />
presidiendo la plaza la<br />
ermita de Nuestra Señora<br />
de la Cruces del siglo XVIII,<br />
que hace de iglesia parroquial<br />
y de juego pelota,<br />
tiene una esbelta espadaña-campanario<br />
de ladrillo<br />
rematada con bolas graníti-<br />
cas que soporta un gran<br />
nido de cigüeña.<br />
Continuando por la carretera<br />
un rosario de cruces de piedra<br />
conduce hasta la iglesia de<br />
Nuestra Señora de la Asunción<br />
que ha sido bien descrita por<br />
Gómez-Moreno. Esta iglesia empezó<br />
a construirse hacia el siglo<br />
XIII, si bien la obra actual se terminó<br />
en el siglo XVI, destaca por<br />
su ábside semicilíndrico de ladrillos<br />
tendidos y a sardinel de<br />
estilo románico-mudéjar, su to-<br />
Iglesia de La Vega.
Blascosancho.<br />
RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS 213<br />
rre de igual estilo, y su portada<br />
gótica. En el interior hay bóveda<br />
de cañón en el presbiterio y<br />
arco aputado en el ábside. La<br />
iglesia está cerrada al culto,<br />
pero el 15 de agosto recobra su<br />
esplendor con motivo de la festividad<br />
de la Virgen.<br />
VELAYOS<br />
lejos. La iglesia fue construida<br />
en el siglo XVII, como atestigua<br />
la labra en una piedra de sus<br />
muros, con buena sillería en<br />
contrafuertes, cornisas, portada<br />
y esquinas, con mampostería<br />
de cantos cogidos con mortero<br />
de cal y arena. La espadaña<br />
campanario de ladrillo es impresionante,<br />
abundando en ella<br />
los nidos de cigüeña. El interior,<br />
que contó con la intervención<br />
artística de Pedro de Salamanca,<br />
es de una sola nave con<br />
una bóveda que marca el presbiterio<br />
y dos capillas laterales.<br />
El retablo principal del siglo<br />
XVIII está dedicado a San Isidro.<br />
BLASCOSANCHO<br />
Iglesia de Velayos.<br />
Se sitúa a corta distancia de<br />
Vega de Santa María. A la entrada<br />
de la carretera que conduce<br />
al pueblo se encontraba la<br />
ermita de las Angustias, frente a<br />
un calvario de cruces graníticas.<br />
Esta pequeña ermita con<br />
buena portada formando un arco<br />
de piedra es la antesala del<br />
cementerio y actualmente su<br />
traza se observa en el edificio<br />
que se conserva en perfecto<br />
estado.<br />
Desde la antigua ermita el<br />
viajero que se dirige al pueblo<br />
enseguida comprueba la grandiosidad<br />
de la iglesia dedicada<br />
a San Isidro Labrador, cuya espadaña<br />
ya se divisaba desde<br />
Se encuentra cerca de Velayos<br />
por la carretera de Valladolid.<br />
El acceso al pueblo pasa<br />
junto al cementerio donde antes<br />
estaba la ermita de San Roque.<br />
En el centro de la localidad<br />
se situa la iglesia de San Boal<br />
con amplio patio cercado con<br />
pared de piedra, junto al palacio<br />
del duque de Montellano. El<br />
edificio tiene dos pórticos, una<br />
espadaña-campanario de ladrillo,<br />
y forma de cruz latina con<br />
una única nave. En el interior<br />
llama la atención el artesonado<br />
de la cubierta y el coro con bella<br />
decoración tallada del siglo<br />
XVI. El retablo principal del siglo<br />
XVIII está presidido por el santo<br />
patrón.
RUTA DE LAS IGLESIAS<br />
SANTO DOMINGO DE LAS<br />
POSADAS<br />
El siguiente pueblo de esta<br />
ruta, se situa retomando la carretera<br />
desde Blacosancho en<br />
dirección Avila y dejando de lado<br />
a Vega de Santa María y a<br />
Velayos. El único edificio religioso<br />
que se conserva es la<br />
iglesia parroquial dedicada a<br />
San Martín Obispo. En el edificio<br />
destaca el presbiterio de ladrillo<br />
y paños lisos de mortero,<br />
y la espadaña para dos campanas<br />
rematada en ladrillo sobre<br />
muro de mampostería que está<br />
situada al lado opuesto. Un porche<br />
sutentado en dos columnas<br />
de piedra identifica la entrada a<br />
la iglesia por una portada formada<br />
por un arco de ladrillo sobre<br />
pilares de piedra. El interior<br />
es una nave separada del presbiterio<br />
por un arco de piedra, al<br />
igual que ocurre en los muros<br />
laterales donde también hay<br />
trazados dos arcos. Tiene un<br />
artesonado de madera y un retablo<br />
mayor que preside el pequeño<br />
y acogedor templo.<br />
POZANCO<br />
Se sitúa al Oeste de Santo<br />
Domingo de las Posadas<br />
con el que se comunica mediante<br />
una carretera que allí<br />
termina. Aquí se contaba<br />
una ermita dedicada a la<br />
Santa Vera Cruz y una iglesia<br />
parroquial de san Juan<br />
Bautista. El edificio muestra<br />
diferenciadamente las distintas<br />
intervenciones habidas desde<br />
el siglo XVI, donde se combinan<br />
muros de sillería con otros<br />
de mampostería y ladrillo, destacando<br />
huecos y ventanas con<br />
arcos graníticos de medio punto<br />
y del semigótico. En el interior<br />
de la iglesia llaman la atención<br />
los numerosos retablos y<br />
la arquería y columnas de piedra<br />
que separa tres naves y la<br />
capilla mayor, aquí el artesonado<br />
es de madera. La monumentalidad<br />
de la iglesia hizo<br />
que Gómez-Moreno la incluyera<br />
en su catálogo.<br />
ZORITA DE LOS MOLINOS<br />
Se ve separado de Pozanco<br />
por el Adaja, por lo que puede<br />
seguirse su curso aguas arriba<br />
por el camino que sigue paralelo<br />
al río, o bien regresar por<br />
Santo Domingo de las Posadas<br />
en dirección a Mingorría, a cuya<br />
entrada sale el desvío hacia<br />
Zorita y Las Berlanas. El primer<br />
edificio que sorprende al viajero<br />
es la iglesia parroquial de<br />
San Miguel construida entre los<br />
siglos XVI y XVII.<br />
Es un edificio de<br />
mampostería, sillería<br />
en las esquinas,<br />
y una espadaña-campanario<br />
de ladrillo, destacando<br />
el ábside<br />
semicircular. Al sur<br />
hay un pórtico sobre<br />
dos columnas<br />
y al norte está adosado<br />
el cementerio.<br />
El interior tiene
RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS 215<br />
Iglesia de Zorita.<br />
dos naves separados con arcos<br />
y columnas de piedra, con<br />
retablos barrocos sin dorar, detrás<br />
de la capilla mayor hay una<br />
pintura mural del gótico tardío<br />
que representa a San Miguel<br />
Arcángel.<br />
Tres son las ermitas que se<br />
cuentan en Zorita. Una, la ermita<br />
de Vera Cruz o el Cristo de la<br />
Agonía, situada a las afueras<br />
junto al camino de Peñalba y la<br />
carretera de Las Berlanas, que<br />
es de reducidísima superficie.<br />
Otra puede contemplarse en el<br />
caserio del Chorrito donde el<br />
General Bermudez Reina mandó<br />
construir a Antonio Prieto en<br />
1892 una capilla-panteón para<br />
la finca que denominó «Villa Julia».<br />
Esta está edificada en ladrillo<br />
sobre zócalo de piedra con<br />
un extraordinario gusto que parece<br />
deberse al arquitecto Repullés.<br />
La última ermita se halla<br />
en la dehesa de la Aldehuela,<br />
junto al camino de Navares que<br />
sale de la carretera de Las Berlanas<br />
a unos kilómetros de Zorita.<br />
Esta ermita fue mandada<br />
construir en 1930 por Celedonio<br />
Sastre en honor de San Antonio<br />
Abad, San José y Santa<br />
Susana, realizada en ladrillo tiene<br />
una fachada almenada tipo<br />
fortaleza y ábside semicircular.<br />
cruzar de nuevo el río Adaja. La<br />
iglesia parroquial de San Pedro<br />
que preside la plaza fue construida<br />
a finales del siglo XVI sobre<br />
los restos de una iglesia primitiva.<br />
La construcción es de<br />
planta sencilla con tres naves<br />
separadas por tres grandes arcos<br />
de medio punto peraltados<br />
que descansan sobre esbeltas<br />
columnas de granito. Rebasada<br />
la nave central se halla el presbiterio<br />
con hermosa cúpula y<br />
techumbre interior de artesonado.<br />
El conjunto arquitectónico<br />
destaca por el empleo exclusivo<br />
de la piedra de mampostería<br />
en muros y de sillería en las esquinas,<br />
las cornisas, los contra-<br />
MINGORRIA<br />
Es el pueblo al que regresamos<br />
desde Zorita después de<br />
Iglesia de Mingorría.
216 RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS<br />
fuertes y la torre-campanario<br />
que destaca por su armonía. El<br />
amplio patio situado al norte fue<br />
antiguo cementerio, y en él se<br />
ha encontrado una estela funeraria<br />
del siglo XIII. En el interior<br />
hay importantes retablos, pinturas<br />
y esculturas de los siglos<br />
XVII y XVIII, y órgano de tubos<br />
barroco situado en la tribuna.<br />
Mingorría tenía tres ermitas,<br />
de las que se conservan dos y<br />
una sóla abierta al culto. La ermita<br />
de San Sebastián, hoy desaparecida<br />
después de haberse<br />
reconvertido en palomar, se<br />
encontraba a la entrada del<br />
pueblo junto a la zona de «La<br />
Reguera». En los berrocales<br />
graníticos situados en la margen<br />
derecha de la carretera N-<br />
403 se halla la ermita del Cristo,<br />
de la que sólo se conservan los<br />
muros que cierran la planta rectangular<br />
del antiguo edificio. Al<br />
lado opuesto, en un cerro que<br />
se divisa al Oeste se levanta la<br />
ermita de la Virgen del Rosario,<br />
patrona de la localidad, junto al<br />
antiguo cementerio, lugar donde<br />
también se puede contemplar<br />
un prehistórico verraco de<br />
piedra.<br />
SAN ESTEBAN DE<br />
LOS PATOS<br />
Se sitúa al Este de Mingorría<br />
y se llega tomando la carretera<br />
que parte en dirección a la estación<br />
del ferrocarril. La perspectiva<br />
exterior desde el presbiterio<br />
ofrece una imagen grandiosa<br />
de la iglesia parroquial<br />
dedicada a Santo Tomás Apostol.<br />
Es un edificio de piedra de<br />
mampostería con sillares en las<br />
esquinas, mientras que la espadaña,<br />
las ventanas, las cornisas<br />
y el arco de la portada de entrada<br />
son de ladrillo. En su interior<br />
hay bellos retablos barrocos y<br />
artesonado de madera, conservandose<br />
la misma pila bautismal<br />
donde fue bautizado en<br />
1891 el beato padre Juan María<br />
de la Cruz.<br />
ESCALONILLA<br />
San Esteban de los Patos.<br />
Es un lugar de pocas viviendas<br />
que se dan a una calle principal.<br />
Se accede desde la carretera<br />
que va desde Los Patos<br />
a Tolbaños, y tiene una ermita<br />
que también es iglesia construida<br />
en tiempos modernos a mediados<br />
del siglo XX en honor de<br />
la Virgen de Lourdes, pues antes<br />
el lugar dependía de la iglesia<br />
de la Venta. El edificio es de<br />
buena piedra extraida de las<br />
canteras cercanas, con labra en<br />
cornisas, jambas, dinteles y espadañas.
217<br />
Es la cabecera de los pequeños<br />
pueblos de la zona, y se situa<br />
volviendo desde Escalonilla<br />
y retomando la dirección Este.<br />
Este pueblo tampoco te- nía<br />
iglesia, pues dependía de la<br />
Venta, hasta que en 1966 fue<br />
construida una nueva en honor<br />
de San José. Es un edificio de<br />
buena mampostería de piedra<br />
de las canteras cercanas, sin<br />
excesivas pretensiones monumentales<br />
y motivo suficiente de<br />
orgullo para los vecinos.<br />
En la dehesa de Aldealgordo<br />
se levanta una pequeña iglesia<br />
originaria del siglo XV. El<br />
edificio actual fue completamente<br />
reformado en el siglo XIX,<br />
conservando elementos escultóricos<br />
de seguidores de Berruguete.<br />
Cuenta con una capilla<br />
mayor con retablo y una pintura<br />
de la Virgen de Sonsoles.<br />
SAORNIL DE VOLTOYA<br />
La iglesia parroquial, dedicada<br />
a la Visitación de Nuestra<br />
Señora, está construida en uno<br />
de los cerros que rodean el pequeño<br />
caserío de la aldea. La<br />
sencillez del templo, con su<br />
gran torre-espadaña de ladrillo<br />
enseguida sobresale a la vista<br />
del viajero.<br />
TOLBAÑOS<br />
Iglesia de Tolbaños.<br />
LA VENTA DE SAN VICENTE<br />
Tiene una iglesia que es cabecera<br />
de todos los pueblos y<br />
caseríos de la zona, que también<br />
forman un único ayuntamiento<br />
donde se agrupan con<br />
Tolbaños los «barrios» de Escalonilla,<br />
Saornil, La Venta, La Alameda,<br />
Cortos y Gallegos. Por<br />
tal motivo la iglesia dedicada a<br />
San Vicente Mártir llama la atención<br />
por su grandiosidad cuando<br />
avistamos su espadañacampanario<br />
de piedra en medio<br />
del campo junto a un caserío<br />
arruinado. A la iglesia se accede<br />
por un amplio patio delantero<br />
colindante con el antiguo cementerio,<br />
y un porche de columnas<br />
que protege la entrada.<br />
En el interior hay bellos retablos<br />
barrocos, la cubierta artesonada<br />
se apoya en columnas de<br />
piedra, y la espaciosa capilla<br />
mayor queda separada por un<br />
arco de medio punto.
218<br />
BIBLIOGRAFIA<br />
La bibliografía que se reseña a continuación solamente se refiere a aquellos<br />
autores y publicaciones que ciertamente han sido citados o aportan información<br />
que ha servido de documentación para esta Guía. También podríamos referenciar<br />
otros muchos libros consultados, que bien pueden servir para ampliar datos y<br />
conocimientos sobre los temas tratados, pero ello excede, sin duda, del carácter<br />
divulgativo y limitado de esta obra.<br />
ABELLAN, José Luis: «Santayana (1863-1956)». Ediciones del Orto. Madrid, 1996.<br />
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Concluida esta obra, debemos expresar un especial agradecimiento a<br />
Teófilo Domínguez Sanchidrián «Lolo» (Mingorría, 1917-Avila, 1995), por su especial<br />
colaboración con la revista «Piedra Caballera».
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