Abril 2013 - Stadium Casablanca

montaña y esquí
Víctor Lobo nos cuenta su experiencia
con el equipo español de biathlón
Esta ha sido mi primera
temporada en el equipo
nacional de Biatlón, y
he salido a competir en
varias pruebas internacionales.
Al ser el primer año que competía
a este nivel no podía tener
expectativas de conseguir grandes
resultados. Mi objetivo era
dar lo mejor de mí mismo dentro
de mis posibilidades actuales y
descubrir lo que tengo que mejorar
viendo hasta dónde llega el
nivel de los mejores. Y llega
hasta muy lejos. Claro que estamos
hablando de una liga de
biatletas profesionales en la que
se mueve mucho dinero y los
equipos tienen muchos recursos.
El primer viaje lo hice a finales
de noviembre a las Copas IBU de
Idre (Suecia) y de Beitostolen
(Noruega). Allí ya vi que en
esquí el nivel es altísimo y mi
actuación fue muy discreta. En
Biatlón hay dos ligas internacionales.
La Copa del Mundo en la
que hay el máximo nivel en las
carreras, y la Copa IBU con
corredores de mucho nivel y
otros de no tanto nivel. Para ir a
la primera liga, la Copa del
Mundo, primero hay que clasificarse
en la Copa IBU demostrando
que se tiene un nivel considerable.
Además están los Campeonatos
del Mundo que no es una
liga sino que es una cita concreta,
y para los que también hay
que clasificarse antes.
El segundo viaje fue en enero a
las Copas IBU de Otepää (Estonia)
y de Ostrov (Rusia). Para
esta segunda salida pude ponerme
más en forma y el resultado
fue mejor. Conseguí un puesto
41 que me clasificaba para ir a
los Campeonatos del Mundo y a
la Copa del Mundo, pero todavía
muy lejos de tener opciones a
más.
En febrero fue el Campeonato
del Mundo en Nove Mesto Na
Morave (República Checa) y
estuve compitiendo con los
mejores biatletas del mundo.
Aún estoy lejos de ese nivel pero
me di cuenta de aspectos que
hay que trabajar y la experiencia
fue productiva. Había un
ambientazo que ningún español
que no haya ido se podría imaginar.
50.000 espectadores ocupaban
las gradas del estadio y del
circuito, y no paraban de llegar
autobuses de grupos de seguidores
de diferentes países con sus
bufandas igual que en los partidos
de fútbol en España.
Los dos primeros viajes los pude
hacer sin comprometer mi trabajo
porque me quedaban suficientes
días de vacaciones para ello.
Para el tercer viaje, el del Campeonato
del Mundo, tuve que
pedir una excedencia que significa
que me fui a competir
dejando de ir a trabajar esos días
y como es lógico dejando de
cobrar esos días. Creo que por
suerte me están dando facilidades
en el trabajo.
Después de estos viajes son
varias las conclusiones, pero dos
engloban varias. La primera es
que hay que entrenar muy duro
y bien, física y técnicamente. Y
la segunda es que hay que tener
un buen preparador de esquís.
En estos viajes los esquís me los
he preparado yo mismo antes de
las carreras porque la Federación
nacional no dispone de medios
para ello. De cara a entrenar este
año más en serio, también tendría
que conseguir medios económicos
para disponer de un
preparador de esquís, porque si
los esquís no corren el esquiador
tampoco y viceversa. Los equipos
más modestos tienen uno o
28
STADIUM
Casablanca