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La cómoda<br />
inconsciencia<br />
2
VANGUARDIA<br />
©2014 Ricardo Mendoza Reséndez<br />
Primera Edición<br />
Colaboración en textos: Jesús Castro, Ignacio Alvarado y<br />
Alejandro Montenegro.<br />
Postproducción de videos: Reginaldo Chapa, Elí Vázquez,<br />
César Gómez y Ángel Bosques.<br />
Ilustración de portada: Federico Jordán.<br />
Diseño: Juanita Gallegos, Víctor González y Pablo Granados.<br />
Fotografía del autor: Luis Castrejón.<br />
Hecho posible por: vanguardiamx<br />
3
“El descubrimiento de nosotros mismos se<br />
manifiesta como un sabernos solos; entre el mundo<br />
y nosotros se abre una impalpable, transparente<br />
muralla: la de nuestra conciencia.<br />
…Pero el exilio, la expiación y la penitencia deben<br />
preceder a la reconciliación del hombre con el<br />
universo”.<br />
OCTAVIO PAZ, El Laberinto de la Soledad, 1950.<br />
4
ÍNDICE<br />
Prólogo 8<br />
CINCO minutos 12<br />
Otra oportunidad 20<br />
Capítulo I.- Génesis de la rebeldía 22<br />
A mi inconsciencia 24<br />
Cuentas de vidrio 30<br />
Expiación 30<br />
Bata Blanca y conciencia subversiva 32<br />
- Ateneísta de corazón 33<br />
- El maestro 34<br />
- Pagan con sangre 35<br />
- “Todo sigue igual”: Raúl Vera 38<br />
Casta guerrillera 40<br />
- Nogal de Monclova 41<br />
- La ideóloga rusa 45<br />
- En las entrañas 46<br />
- La ausencia 47<br />
- Alcancía zapatista 50<br />
Breve historia de una sombra 51<br />
Capítulo II.- Vacío errante 66<br />
Sólo una entrevista 68<br />
- En mis narices 73<br />
El Pajarraco tocado por Dios 73<br />
Las aulas subversivas 77<br />
5
Palabra de profesor 78<br />
“Divina” sublevación 84<br />
- El aguerrido Vera 85<br />
- Obispos gestaron la guerrilla 87<br />
La “muerte” de Marcos, el gran actor 89<br />
El cáncer que corroe al Subcomandante 90<br />
- La profunda tristeza 95<br />
- Esgrima 96<br />
Carta íntegra a Marcos 97<br />
- El abismo 99<br />
- La pipa 100<br />
- Adiós 101<br />
- Arte y guerra 102<br />
Capítulo III.- Oventik: Fuego y muerte<br />
en el Corazón Zapatista 105<br />
A mis 46 107<br />
-De fiesta 109<br />
El Fin del Mundo 109<br />
Los Caracoles 111<br />
Jueves: “No”, es “no” 113<br />
Viernes: La llave 115<br />
-Verbena 117<br />
Sábado: Batalla en la duela zapatista 122<br />
Solemnidad 130<br />
-El bailongo 132<br />
Domingo: Último amanecer 136<br />
Regreso 137<br />
¿Miopía 139<br />
6
Capítulo IV.- La raíz de la barbarie 141<br />
La sangre que nos alcanza 143<br />
-Sin palabras 145<br />
10 momentos que jodieron a México 147<br />
1. Emboscada en el averno 154<br />
2. Masacre a los pies de Dios 160<br />
3. La barranca ensangrentada 167<br />
4. El despojo tiene alas; Atenco mancillado 173<br />
5. La atrocidad desgarra fronteras 179<br />
6. La doble desgracia 180<br />
- Recibimiento 182<br />
- Ofrece despensa, encuentra la muerte 184<br />
- Última llamada 185<br />
- Ni lo conozco 187<br />
- Sus dos hijos 188<br />
- A temblar 190<br />
7. La sierra sin Ley 191<br />
8. El infierno en Monterrey 200<br />
- La vida sigue 203<br />
9. Dantesco amanecer 205<br />
- Desde entonces, vivo con el miedo 206<br />
10.Exterminio en Allende 211<br />
Un parche 212<br />
#Soydel68 216<br />
Reverencia y abrazo 221<br />
No, porque vomito 222<br />
Eitsss 225<br />
7
PRÓLOGO<br />
La eléctrica inconsciencia<br />
POR CIRO GÓMEZ LEYVA<br />
Para un joven de 46 años, el primero de los 10 momentos que jodieron<br />
a México ocurrió apenas dos décadas atrás. En un vado de<br />
Guerrero de poético nombre: Aguas Blancas. Sería estéril, y por lo<br />
demás necio, abrir una excitada polémica sobre la línea de arranque<br />
del horror. ¿Por qué no comenzar la narrativa contemporánea<br />
en el cuartel de Maderas o Tlalixcoyan, para no hablar de los clásicos<br />
Tlatelolco o San Cosme ¿O en el mercado de Ocosingo, donde<br />
los perros callejeros hociqueaban entre los cadáveres de indígenas<br />
mal armados abatidos por soldados del Ejército mexicano ¿O en<br />
el aeropuerto de Guadalajara aquella tarde de confusiones y fuego<br />
cruzado ¿O en el mitin de Lomas Taurinas Polémica infecunda.<br />
Nadie se impondría. Así como cada quien en casa ve su propio programa<br />
de televisión, cada uno tiene en su particular libro un capítulo<br />
consagrado al punto de partida de la historia del dolor.<br />
No veo, en cambio, mayor controversia en la selección del momento<br />
11, aun por terminar de escribirse. La cómoda inconsciencia<br />
comienza a circular con 43 normalistas desaparecidos, otra vez en<br />
Guerrero, esa inagotable pila de barbarie. Aguas Blancas-Iguala-<br />
Ayotzinapa-Figueroa-Aguirre-policías estatales-policías municipales.<br />
¿Qué es distinto dos décadas después ¿Por qué la terquedad<br />
de un país para seguirse jodiendo infernalmente<br />
8
Pregunta a la que bien podría agregarse esta otra: si el verdadero<br />
cementerio es la memoria, como afirmaba el periodista<br />
argentino Rodolfo Walsh, ¿por qué nuestra terquedad en seguir<br />
contando muertos con tal obsesión Otro gran periodista argentino,<br />
Miguel Bonasso, decía que los muertos no saben venderse.<br />
No tienen buena imagen. No son modernos. Porque no hay nada<br />
más antiguo que un muerto, aunque haga un milésimo de segundo<br />
que se murió.<br />
La respuesta quizá pueda buscarse, como propone con sentido<br />
paciano Ricardo Mendoza, en una miserable combinación de dos<br />
incapacidades: una para salir de la orfandad de nuestro pasado;<br />
otra, para inventar un futuro en toda línea. Una dialéctica sencilla<br />
y a la vez muy complicada que va entretejiendo el avance, siempre<br />
con un ojo en el espejo retrovisor, de este libro de aventurada, pero<br />
al final venturosa estructura. ¿Qué tienen que ver el hiperrealismo<br />
de las batas blancas del doctor Margil Yáñez Martínez y su esposa<br />
Beatriz, con un surrealista juego de basquetbol en una plancha<br />
de cemento en un campamento del EZLN en Chiapas ¿O la casta<br />
guerrillera de los sesentas y setentas, con El Lazca y la violencia en<br />
Atenco en 2006, cuyas evidencias de abusos policiacos, por cierto,<br />
coinciden también con el cierre de esta edición<br />
Todo y nada. Nada, si se les mira como episodios estacionales.<br />
Todo, desde el continuo de la violencia plagada de adjetivos: idealista,<br />
represiva, revolucionaria, criminal, generosa, mercantil.<br />
Todo, desde el uso de la intimidación coercitiva. Todo, desde el<br />
ideal de la conquista del poder del Estado mediante una estrategia<br />
político-militar. Todo, desde lo que quepa entre el viejo marxismo<br />
y el estético #132. Todo, desde la pesadilla. Todo, desde la utopía.<br />
9
Libro de paradojas, a fin de cuentas.<br />
Y libro eléctrico, más que electrónico, que sacude desde la primera<br />
historia testimonial en primera persona del plural: la voz de<br />
Vanguardia en el episodio violento en contra de “F” y la ejemplar<br />
resistencia fraterna de un grupo de periodistas que se resistieron<br />
a darse graciosamente por vencidos.<br />
Libro que conmueve con pasajes como el de la carta de la mujer<br />
que nunca volvió a recibir un beso más tierno que aquel del<br />
Subcomandante Marcos; que golpea con las emotivas crónicas de<br />
Jesús Castro, Ignacio Alvarado o Alejandro Montenegro, sobre la<br />
tragedia de Marisela Escobedo, el infierno del Casino Royale o la<br />
dimisión de la inteligencia en El Charco (otra vez Guerrero), que<br />
sin que lo imagináramos entonces, cuando sentíamos tan cerca el<br />
desembarco en los puertos de la democracia, prefiguraría la masacre<br />
de Tlatlaya, ocurrida década y media después, en coincidencia<br />
también con el cierre de La cómoda inconsciencia.<br />
Y un libro, esencialmente, contra el poder del olvido. Ricardo retoma<br />
la cadena de conocimiento de los que se imponen la obligación<br />
de contar aquello que se ocultó, se escamoteó o se adulteró.<br />
Si una virtud ofrece un libro digital como este es la de seguirse<br />
escribiendo. Por eso yo no encuentro en el trabajo de Ricardo Mendoza<br />
una historia concluida, sino los prolegómenos de una narrativa<br />
que, tristemente, creo que apenas va cobrando plena forma. Y<br />
que requiere de textos así para que los futuros jóvenes no le reclamen<br />
orfandad testimonial a la generación #YoFui2014.<br />
La cómoda inconsciencia es desde sus crudas expediciones a<br />
la muerte y el dolor de los años recientes, una luz, una esperanza<br />
para ese futuro que nos queda por inventar, y que tal vez ya este-<br />
10
mos viviendo. Y que tal vez sea mucho más épico de lo que hoy alcanzamos<br />
a comprender. Épico en el sentido que proponía Joseph<br />
Brodsky. Épica que no termina nunca, ya que es centrífuga, como<br />
la incertidumbre.<br />
Parafraseando al filósofo e historiador Robin Collingwood, el<br />
periodismo, el buen periodismo, sirve para que una sociedad se<br />
conozca a sí misma. Conocerse a sí misma significa en primer lugar<br />
conocer qué es ser una sociedad; en segundo término, conocer lo<br />
que se supone ser el tipo de sociedad que se es; y en tercer lugar,<br />
qué supone ser el tipo de sociedad que se es y no otra. El conocerse<br />
a sí mismo significa conocer lo que no se puede hacer; y puesto<br />
que nadie sabe lo que puede hacer hasta que lo intenta, la única<br />
clave para saber lo que una sociedad puede hacer es la de lo que<br />
esa sociedad ha hecho.<br />
Con conciencia o con criminal inconsciencia.<br />
Ciudad de México, octubre de 2014<br />
11
CINCO minutos<br />
Tengo 46 años y aún sueño con cinco minutos de fama.<br />
Aquel 30 de mayo del 2011 estuve cerca. Si hubiera accedido a<br />
las entrevistas que desde la madrugada nos solicitaban los más importantes<br />
medios de comunicación nacionales y extranjeros, pude<br />
haber declarado:<br />
Pocos minutos después de las 23:00 horas de ayer domingo<br />
un cártel del crimen organizado atacó al periódico VANGUAR-<br />
DIA de Saltillo al negarnos a entregar la línea editorial. El atentado<br />
fue dirigido contra el Director Editorial y del Subdirector<br />
“F”, al lanzar explosivos a nuestros vehículos.<br />
El daño fue también a las instalaciones del periódico en momentos<br />
en que más de 20 personas trabajábamos en la edición diaria.<br />
Tras la explosión la empresa fue rodeada por al menos ocho sicarios<br />
fuertemente armados quienes nos tuvieron a su merced durante<br />
35 minutos, en los que ningún elemento policiaco o militar acudió<br />
al auxilio.<br />
Como antecedente, dos meses atrás “F” había sido levantado<br />
por poco más de una hora en que estuvo de rodillas, encañonado<br />
por el jefe de Los Zetas en Saltillo, quien me contactó telefónicamente<br />
para negociar su libertad; lo que se logró tras 10 minutos<br />
de diálogo.<br />
12
Durante el atentado de anoche, mientras el CEO de la empresa,<br />
Armando Castilla Galindo, vía telefónica trataba infructuosamente<br />
de pedir apoyo y afuera yo luchaba por convencer a los sicarios de<br />
que no nos hicieran daño, Kowanin Silva Maynez, Jefa de Información,<br />
y todo el equipo de trabajo siguieron adelante para cerrar<br />
edición.<br />
Esto sucede cuando nos llega información de que los principales<br />
líderes del cártel a nivel nacional viven en Coahuila y acaba de<br />
ocurrir una gran masacre en la zona norte del estado. Incluso hay<br />
videos en YouTube sobre fincas y casas incendiadas.<br />
¿Prometedor para la fama, verdad Confieso que hasta ensayé<br />
durante varias horas estos argumentos y para las 7 de la mañana<br />
del 30 de mayo estaba ya afeitado y vestido adecuadamente para<br />
las entrevistas por televisión. En los últimos años repetidamente<br />
había comprobado el grado de celebridad que podía alcanzar un<br />
periodista en este contexto.<br />
Iba a decir que no sé de reportero alguno que no sueñe con ser<br />
el centro de una conspiración o encontrar la gran nota o reportaje<br />
que lo lleve al reconocimiento aunque su vida esté en peligro –esto<br />
de “aunque” quizá deba cambiarse por el “debido a que”–, pero el<br />
anhelo de heroísmo está en cada persona que conozco, no sólo en<br />
los periodistas.<br />
Tuve que renunciar a cumplir esa oportunidad y no fue la ética,<br />
el profesionalismo ni nada parecido lo que principalmente me llevó<br />
a tomar la decisión. Fue el miedo.<br />
Bien dicen que una historia depende mucho de cómo se cuente.<br />
Otra forma de describir lo que ocurrió la noche del ataque ese domingo<br />
29 de mayo es ésta:<br />
13
Debido a una indisposición de salud del coordinador de<br />
cierre de edición, Felipe Rodríguez Maldonado, tuve que ir al<br />
periódico. Llegué en la camioneta de mi esposa Juany, la que<br />
pocas veces uso para ir al trabajo, y me estacioné frente a las<br />
instalaciones justo adelante del coche de “F”, quien había dejado<br />
el auto en un lugar en que también rara vez se colocaba. Es<br />
decir, los dos vehículos estaban en una zona donde nunca y en<br />
hora y día que no correspondía.<br />
Revisaba la portada de VANGUARDIA en la planta baja del<br />
edificio y “F” estaba en el segundo piso, cuando se escucha un<br />
gran estruendo, se cimbran las paredes y vidrios. Deberíamos<br />
estar acostumbrados a esto ya que desde el 2008 a diario documentábamos<br />
eventos de este tipo, como ocurría en todo el norte<br />
de México y para entonces habíamos atendido por lo menos 20<br />
situaciones de riesgo contra el medio y muchas otras directas<br />
contra algunos compañeros; unas reales, otras circunstanciales<br />
y algunas hasta mañosamente inventadas por colaboradores<br />
deshonestos, por lo que diseñamos un protocolo que desde entonces<br />
aplicamos.<br />
Pese a todo eso, al escuchar el estallido instintivamente corrí<br />
hacia afuera y fui el primero en estar en la calle; atrás de mí salen<br />
otros 10 compañeros. Frente al periódico hay oficinas de una dependencia<br />
de Gobierno y en esa acera un transformador de luz. Los<br />
primeros segundos parado a media calle nada tengo en la mente,<br />
simplemente observo una gran nube de polvo que cubre todo y me<br />
turban ensordecedoras alarmas de los coches (más de 10) activadas,<br />
lo que hace que en general se perciba un caos total.<br />
Por alguna razón que aún no entiendo trataba de convencerme<br />
14
que había tronado el transformador, pese a que había luz en las<br />
calles y edificios; nada distinto podía estar ocurriendo para mí.<br />
Cuando habían transcurrido unos cinco minutos, “F” –que para<br />
entonces ya estaba a mi lado– dice en voz baja Ya me chingaron el<br />
carro. El polvo no deja ver claramente y me acerco junto con él al<br />
vehículo estacionado a unos 50 metros de nosotros, ése que había<br />
comprado apenas dos meses antes.<br />
Efectivamente las llantas están ponchadas y todo es confusión<br />
en la calle, no entendemos qué pudo haber pasado y volteamos<br />
una y otra vez al transformador. Volvemos a la entrada del edificio.<br />
Al escuchar a mi compañero seguir lamentando que su carro<br />
fue dañado y tratar de hilar cómo el estallido de un transformador<br />
puede estar relacionado con eso, caigo en cuenta que estoy estacionado<br />
adelante de él.<br />
Al regresar a la camioneta veo a un pelón tirado de panza tomando<br />
fotografías con su BlackBerry, es un desconocido. Al levantarse<br />
distingo a un joven de unos 25 años, como 1.70 de estatura,<br />
pelo corto tipo militar, pantalón de mezclilla arrequintado, camisa<br />
excéntrica, botas exóticas, cinto piteado, cadenas y accesorios brillantes<br />
en las manos.<br />
Han pasado unos ocho minutos del estallido y lo confronto<br />
preguntándole quién es, qué hace y de dónde viene. Se para<br />
frente a mí y con voz pausada y terminante responde: De aquí.<br />
Vengo de aquí. Insatisfecho por la respuesta insisto con tono autoritario<br />
y creo que hasta coloqué mi mano en su hombro. Voltea,<br />
me mira fijamente y sin hablar me da la espalda para seguir<br />
tomando fotografías.<br />
¡Qué pendejo soy! Sólo hasta este momento entiendo lo que<br />
15
pasa. Por el paralizante terror que siento únicamente quedo callado<br />
observando cómo el desconocido toma fotos de los dos vehículos,<br />
la pared y el ventanal. Mi única reacción posible es, con voz<br />
baja y temblorosa, preguntarle qué fue lo que ocurrió.<br />
Fue una granada de fragmentación. Mira, la tiran aquí (señala un<br />
punto de la banqueta justo entre ambos vehículos); rebota y estalla;<br />
las esquirlas chingan la camioneta de atrás pa’ adelante; al carro<br />
de adelante pa’ atrás, en la pared y el aparador de vidrio. Checa<br />
los güjeros en la pared.<br />
En ese instante volteo hacia abajo, como él indica, y es cuando<br />
me doy cuenta que estamos parados sobre infinidad de fragmentos<br />
de vidrio.<br />
Somos Los Zetas; fueron estos cabrones del Cártel del Golfo los<br />
que aventaron la granada.<br />
Justo entonces una Journey blanca en la que viajan cuatro hombres<br />
con el mismo aspecto y con armas largas se para frente a nosotros;<br />
el pelón se acerca a ellos y dialogan por unos 20 segundos.<br />
Regresa conmigo.<br />
Aquí vamos a estar pa’ lo que se les ofrezca, por si regresan.<br />
La Journey arranca a vuelta de rueda y el pelón, aún a mi lado,<br />
hace señas a una esquina; no me percaté desde qué momento<br />
otros dos sujetos están parados a unos 15 metros de distancia, ambos<br />
armados y nos miran fijamente.<br />
Nada, no se nos ofrece nada, nunca les hemos pedido nada. Sólo<br />
que no nos hagan daño por favor, supliqué balbuceando. Quisiera<br />
describir qué más le dije, pero no puedo, no recuerdo mis atolondradas<br />
palabras.<br />
Sólo sé que le pedí a “F” y a otros compañeros que entraran al<br />
16
edificio y no dejaran salir a nadie. Yo me quedo en el lugar por<br />
puro instinto y paralizado por el miedo; llega Kowanin y le pido<br />
que se haga cargo de la edición.<br />
En cuanto a que “se decidió seguir con la edición del día”, tengo<br />
que aclarar que esto fue más bien un reflejo puro, pues no teníamos<br />
de otra ya que afuera estaba rodeado por pistoleros, ninguna<br />
autoridad nos respondía y la ciudad era un caos por balaceras por<br />
todos lados. Además, lo único que podíamos hacer era prepararnos<br />
para usar la salida de emergencia en otro extremo del edificio por<br />
si algo más ocurría; en todo caso era mejor mantener la mente ocupada<br />
que ponernos más histéricos aún.<br />
Me quedo afuera los siguientes 30 minutos con los “güevos en<br />
la garganta”, tratando de hablar telefónicamente con Armando y<br />
otras personas; los zetas acechaban el edificio de una esquina a<br />
otra; una camioneta más se suma con otros cuatro pistoleros. Luego<br />
de media hora, de pronto el grupo de sicarios sin decir nada se<br />
va en los dos vehículos.<br />
Menos de tres minutos después llega una patrulla municipal,<br />
luego la Marina, luego estatales, luego peritos, etc.<br />
¡Pinche Felipe! Yo debería de estar en la casa acostado, pero el<br />
cabrón tenía que enfermarse.<br />
Nada parecido a lo heroico este segundo relato, ¿verdad<br />
Esa noche no dormimos; analizamos el entorno, antecedentes,<br />
posibilidades y teorías; al final se decidió no hacer pronunciamiento<br />
alguno en las siguientes horas para medir el riesgo, esperando<br />
incluso algún tipo de contacto; procedimos como solíamos ante<br />
estas amenazas.<br />
Se tomó la determinación de sólo hacer público el ataque sin es-<br />
17
pecificar a quiénes afectó el granadazo ni especular sobre posibles<br />
autores; nuestro reclamo fue a la autoridad encargada de la seguridad,<br />
de garantizar el Estado de Derecho. Lo hicimos con un perfil<br />
institucional.<br />
No encontramos elementos para hacerlo de otra forma: Teníamos<br />
un par de meses de no recibir amenazas; no hubo advertencia<br />
previa y normalmente ese tipo de ataques van acompañados de alguna<br />
exigencia. No había identificado un grupo con características<br />
de querer controlar a los medios en la ciudad en esos momentos;<br />
además el vehículo mío y el de “F” estaban en ese lugar de manera<br />
circunstancial.<br />
Durante las horas previas al granadazo se habían registrado enfrentamientos<br />
en distintos puntos de la ciudad, lo que nos hacía<br />
suponer que fue un elemento distractor de los criminales para huir<br />
ante el acoso militar.<br />
Sobre el antecedente del levantón a “F”, debo aclarar que cuando<br />
el jefe criminal que tenía encañonado a mi compañero se comunicó<br />
conmigo, empecé a hablar atropelladamente pronunciando frases sin<br />
sentido y sólo pidiendo que lo dejara ir sin hacerle daño. A veces pienso<br />
en por qué nunca he querido volver a escuchar el audio de esa conversación.<br />
Estoy convencido que la firme intención del capo era sólo<br />
asustarnos y yo quizá hasta entorpecí la comunicación.<br />
Determinamos que por todo eso no podíamos asegurar siquiera<br />
que era un ataque del crimen organizado contra VANGUARDIA y<br />
menos debido al ejercicio periodístico. Exigimos que la autoridad<br />
investigara esta agresión e informara el motivo.<br />
De hacerlo de otra forma se corría el riesgo de que cualquier<br />
grupo criminal “nos cumpliera” lo del ataque directo al periódi-<br />
18
co o contra alguno de nosotros. Muchos meses después un grupo<br />
de sicarios fue detenido en Saltillo y confesó que la noche<br />
del atentado les había llegado un lanzagranadas y decidieron<br />
salir a probarlo; al pasar por VANGUARDIA lo activaron por diversión<br />
sin siquiera reparar que era contra el periódico. Eso fue<br />
lo que dijo la autoridad.<br />
Continuamente conversamos sobre eso y “F”, Kowa y yo bromeamos<br />
que debimos haber aprovechado para ganar fama mundial.<br />
¡Qué weyes! hasta estancias hubiéramos pedido en Estados<br />
Unidos o Europa. Entre broma y broma, lo sigo pensando algunas<br />
veces, pero bueno, nos ganó la culencia.<br />
Ricardo cumple 20 años este 2014; Abril 15 y Aldo tiene 11. Nunca<br />
he hablado con mis tres hijos sobre los detalles de lo ocurrido esa<br />
noche del 29 de mayo; aunque sé cuál de las dos versiones tendría<br />
que darles, admito que la otra alternativa siempre me tienta pues<br />
además nadie podría decir que no ocurrió de esa forma y hasta hay<br />
versiones que reforzarían el relato, por lo mismo no termino por<br />
decidir qué platicarles.<br />
La posibilidad de aparecer como un héroe ante tu familia es<br />
algo muy difícil de rechazar, al menos para mí casi imposible,<br />
sobre todo cuando no eres un virtuoso del deporte, las artes o<br />
las ciencias.<br />
Y va la vacuna: uno es rústico y elemental.<br />
Cuando de manera institucional se decidió por el perfil sobrio en<br />
la condena por el granadazo, mi opinión fue principalmente guiada<br />
por el temor a que algo malo le pasara a mi familia, a mamá, a<br />
mis hermanos. ¡Chingado, se presenta esta oportunidad y uno con<br />
familia!<br />
19
Aunque no hubo entrevistas a cuadro ni nada de eso, sí tuvimos<br />
contacto con muchos amigos periodistas de distintos medios<br />
nacionales y extranjeros, quienes dejaron en claro su solidaridad,<br />
tanto como el darnos cuenta que la gente del centro y<br />
sur de México veía los atentados en el norte como si fueran noticias<br />
de otro país.<br />
OTRA OPORTUNIDAD.- En el 2012 decidí realizar un reportaje<br />
sobre un tema que desde tiempos universitarios me ha inquietado:<br />
El Zapatismo. Tras documentarme y conocer que en el 2007 el<br />
máximo líder de ese movimiento, el Subcomandante Marcos, dio<br />
su última charla a algún medio de comunicación, entendí que una<br />
entrevista así significaría un gran logro profesional, pero también<br />
una meta personal que cerraría un círculo interno. Estábamos cerca<br />
del 20 Aniversario del levantamiento armado en Chiapas, por lo<br />
que este trabajo encajaba para destacar.<br />
Además, en la crisis de inseguridad por la que atraviesa el País<br />
había elementos que se cruzaban con el tema guerrillero de cierta<br />
forma. Bueno, habrá quien piense que esto último se hizo “con calzador”<br />
y sólo para explotar el morbo.<br />
A partir de entonces la documentación que inició en Chiapas<br />
me regresó sin imaginarlo no sólo a Monterrey, sino a la acera de<br />
enfrente de una casa a la que fui algunas veces; de allí a Coahuila<br />
en la Región Centro-Desierto y a Saltillo. En el viaje tropecé con la<br />
apertura de conciencia en zonas convenientemente apagadas en<br />
mi interior, empezando por descubrir y admitir un vergonzoso desconocimiento<br />
de lo que sucedió en mis propias narices.<br />
20
MAYO-JUNIO<br />
MAYO-JUNIO<br />
MAYO-JUNIO<br />
DEBATE<br />
De frente A<br />
lA CiuDADAníA<br />
VANGUARDIA será el escenario el próximo 7 de junio para que<br />
los cuatro candidatos a la Gubernatura expongan y confronten sus<br />
ideas de cara a la sociedad.<br />
El compromiso de los contendientes al Palacio Rosa con los coahuilenses<br />
debe ser el principal motor para que aprovechen la convocatoria<br />
a este debate y confirmen su asistencia.<br />
FOTOS: VANGUARDIA-CUARTOSCURO/ESPECIAL<br />
Miércoles 1 de junio de 2011 www.vanguardia.com.mx $ 10.00<br />
Año XXXV• SAltillo, CoAh.• hoy, 54 páginAS en 7 SeCCioneS • no. 12,898<br />
En el limbo<br />
información<br />
financiera<br />
Desde hace 7 meses los ciudadanos están a<br />
ciegas sobre estados financieros y contratos<br />
de obra pública y crediticios de la entidad, pues<br />
la Tesorería General del Estado y el SATEC<br />
incumplen con la Ley de Transparencia<br />
ÉDGAR GONZÁLEZ<br />
La información financiera de<br />
Coahuila no aparece disponible<br />
para los ciudadanos ni en el portal<br />
del Servicio de Administración<br />
Tributaria (SATEC) ni en<br />
la página de la Tesorería General<br />
del Estado, misma que quedó<br />
deshabilitada desde octubre de<br />
2010.<br />
VANGUARDIA publicó<br />
ayer que la transparencia sigue<br />
siendo una de las debilidades<br />
del Estado. Para muestra, la empresa<br />
consultora especializada<br />
aregional, en su más reciente<br />
estudio “Índice de Transparencia<br />
y Disponibilidad de la Información<br />
Fiscal de las Entidades<br />
Federativas”, colocó a Coahuila<br />
en el lugar 21 a nivel nacional, al<br />
igual que en 2010.<br />
De acuerdo con el estudio de<br />
aregional, no se localizó en las<br />
páginas electrónicas oficiales la<br />
información fiscal y económica,<br />
pero además el Instituto Coahuilense<br />
de Acceso a la Información<br />
(ICAI) fue señalado con falta de<br />
STAFF<br />
en TU eSCUela<br />
¡BúsquElo hoy!<br />
Falta. El portal del SATEC cumple<br />
sólo con seis de los 25 puntos<br />
obligatorios que dicta la Ley de<br />
Acceso a la Información Pública.<br />
autonomía.<br />
Este medio también consultó<br />
ayer la página electrónica del Gobierno<br />
de Coahuila, y corroboró<br />
que se incumple con la Ley de Acceso<br />
a la Información Pública.<br />
El Gobierno Estatal realizó<br />
una reforma a la Ley Orgánica<br />
de la Administración Pública en<br />
octubre de 2010, al desaparecer la<br />
Secretaría de Finanzas para convertirla<br />
en la Tesorería General<br />
del Estado, y dar paso también a<br />
El granadazo al periódico VAN-<br />
GUARDIA generó una ola de repudio<br />
e indignación tanto entre<br />
la sociedad coahuilense como en<br />
el medio periodístico nacional e<br />
internacional.<br />
El domingo pasado, a las 22:55<br />
horas, los vehículos de directivos<br />
de esta empresa y la fachada del<br />
edificio fueron atacados con un<br />
explosivo lanzado desde un automóvil<br />
en movimiento, sin que<br />
se registraran lesionados.<br />
El estallido, ocurrido mientras<br />
más de 50 colaboradores preparaban<br />
la edición para el lunes,<br />
causó daños en por lo menos tres<br />
vehículos, en V. Carranza y Chiapas,<br />
en la colonia República.<br />
La granada de fragmentación<br />
—confirmada después por elementos<br />
de la Marina— fue arrojada<br />
en una zona del edificio y a<br />
una hora en que algunos periodistas<br />
acostumbran tomar breves<br />
recesos.<br />
Tan pronto se registró el incidente<br />
se trató de hacer contacto<br />
con los servicios de emergencia,<br />
pero fueron inútiles las llamadas<br />
telefónicas… nadie contestó, ni<br />
siquiera el número 066 de “respuesta<br />
inmediata”.<br />
Así ocurrió por los siguientes<br />
20 minutos, sin respuesta alguna<br />
de cualquier autoridad, hasta que<br />
llegó una unidad de la Policía Municipal.<br />
Tras de ésta, elementos de<br />
la creación del Servicio de Administración<br />
Tributaria del Estado<br />
de Coahuila (SATEC).<br />
Desde esa fecha desapareció<br />
la información financiera pública<br />
que contenía la Secretaría de<br />
Finanzas, y aunque se ha habilitado<br />
una página electrónica para<br />
el SATEC, aún se incumple con<br />
la Información Pública Mínima<br />
que dicta la Ley de Acceso a la Información<br />
Pública.<br />
Además, la Tesorería General<br />
del Estado incumple de manera<br />
total con la Ley de Transparencia,<br />
pues su información pública<br />
mínima no aparece ni en el portal<br />
del Gobierno de Coahuila ni<br />
tampoco en el portal de transparencia<br />
de la entidad, en donde el<br />
SATEC cumple sólo con seis de<br />
los 25 puntos obligatorios.<br />
Sin embargo, el estudio de<br />
aregional que colocó a la entidad<br />
como no transparente a nivel nacional,<br />
buscaba información financiera<br />
sobre el destino de los<br />
recursos federales y los indicadores<br />
de desempeño, que no se<br />
encuentran.<br />
Nace, muere… ¡y la reviven!<br />
Bebita llega al mundo a bordo de un taxi, deja de respirar<br />
y es reanimada por personal de Cruz Roja. >Primer Plano 2<br />
Usarían de combis<br />
patrullas de Saltillo<br />
ARTURO ESTRADA<br />
Ante la amenaza del transporte<br />
público de Saltillo de paralizar<br />
la ciudad si no se le concede<br />
un incremento de tarifas,<br />
las patrullas de la Policía Municipal<br />
están listas para ser<br />
habilitadas como combis, adelantó<br />
el alcalde Jericó Abramo<br />
Masso.<br />
“Estoy en la mejor disposición<br />
de trabajar con ellos (los<br />
concesionarios) bajo las reglas<br />
que imponga el Municipio, no<br />
1-8<br />
Saltillo-México<br />
Se aleja la<br />
CalifiCaCión<br />
‘acaloran’<br />
a Dallas<br />
Fiscalía General del Estado arribaron<br />
al lugar inspeccionando el<br />
área siniestrada.<br />
Posteriormente llegaron al<br />
menos cuatro unidades de la Marina<br />
con elementos fuertemente<br />
armados y de inmediato cercaron<br />
un perímetro afuera del periódico,<br />
empuñando sus armas<br />
en guardia para proteger las instalaciones<br />
periodísticas. Mientras,<br />
otros marinos se dedicaron<br />
a levantar evidencias, como la espoleta<br />
de la granada.<br />
Hasta el momento ni grupo ni<br />
persona alguna se ha responsabilizado<br />
del ataque; tampoco hubo<br />
advertencia o amenaza previa.<br />
El granadazo se dio en momentos<br />
en que la ciudad registraba<br />
una serie de enfrentamientos<br />
entre marinos y grupos delictivos<br />
por distintos rumbos de la<br />
ciudad. Incluso unos 20 minutos<br />
después del estallido en esta casa<br />
editora, en el centro de la ciudad<br />
cerca de la Catedral, otro vehículo<br />
fue incendiado al parecer con<br />
un explosivo.<br />
Tras conocerse los hechos, en<br />
las redes sociales surgieron múltiples<br />
muestras de apoyo y recriminación<br />
por los acontecimientos.<br />
La Sociedad Interamericana<br />
de Prensa (SIP), por medio de<br />
su presidente, Gonzalo Marroquín,<br />
director del diario guatemalteco<br />
Siglo 21, repudió el<br />
atentado contra VANGUAR-<br />
DIA y pidió al Gobierno una<br />
como ellos quieran. Se acabó el<br />
pulpo camionero, porque nosotros<br />
somos los dueños de las<br />
concesiones y no nos pueden<br />
chantajear”, advirtió.<br />
“En caso de paro, sí podemos<br />
dar el servicio con transporte<br />
de personal: taxis, patrullas,<br />
camiones... éstamos listos,<br />
tenemos ya diseñada la estrategia”,<br />
afirmó.<br />
Así, el alcalde “expulsó” de<br />
la Presidencia Municipal a los<br />
representantes de los sindicatos<br />
del servicio colectivo que<br />
> E x T r E mo<br />
FOTOS: VANGUARDIA-mIGUEL SIERRA/AP<br />
“investigación expedita para<br />
evitar que hechos salvajes como<br />
éstos sigan minando la libertad<br />
de prensa”, y que adopte medidas<br />
de seguridad para el personal<br />
de nuestro diario.<br />
Por otro lado, el atentado dio<br />
la vuelta al mundo de inmediato.<br />
Aquí en México fueron muchas<br />
las cadenas nacionales de<br />
noticias, tanto de radio, prensa<br />
y televisión, las que retomaron<br />
los hechos demandando que se<br />
esclarezca el ataque y se brinde<br />
la protección debida al ejercicio<br />
periodístico.<br />
Averiguación y queja<br />
La Comisión Nacional de Derechos<br />
Humanos (CNDH) inició<br />
durante una reunión, lejos de<br />
ofrecer disculpas y compromisos<br />
tras el accidente fatal ocurrido<br />
el pasado 26 de mayo,<br />
donde murió una joven, volvieron<br />
a pedir el aumento de<br />
un peso en las tarifas.<br />
“Está totalmente lleno de<br />
cáncer el sistema de transporte<br />
de Saltillo y hay que extirpar”,<br />
mencionó al recalcar que<br />
no se cederá ante las exigencias<br />
de los concesionarios.<br />
Días atrás Abramo Masso<br />
citó a los transportistas<br />
para hablar del tema del accidente<br />
de la Ruta 13B, en el<br />
que murió la joven de 18 años<br />
Sandra Rodríguez y 43 personas<br />
resultaron heridas, así<br />
como para ver los términos<br />
de la modernización.<br />
“Los señores llegaron a la<br />
oficina y antes de expresar una<br />
disculpa o hablar de los problemas,<br />
llegaron pidiendo que la<br />
tarifa subiera un peso. Los tuve<br />
que correr”, dijo.<br />
“Se van a adecuar al sistema<br />
de modernización que plantea<br />
el Municipio y que estará funcionado<br />
para abril de 2012; los<br />
concesionarios deberán actualizar<br />
sus unidades, modernizar<br />
e implementar las nuevas rutas<br />
que se proponen”.<br />
Abramo Masso reconoció<br />
que el tema del transporte público<br />
es el único compromiso<br />
de campaña que le queda por<br />
cumplir.<br />
Repudio por ataque a VanGuaRdia<br />
una queja de oficio por el atentado.<br />
En un comunicado expresó su<br />
indignación: “(este hecho) atenta<br />
contra la libertad de expresión y el<br />
ejercicio periodístico”.<br />
En tanto, la Procuraduría General<br />
de la República (PGR) integra,<br />
también por oficio, la averiguación<br />
previa AP/PGR /COAH/<br />
SALT/ AG-1V/D D/217/2011 para<br />
investigar el granadazo.<br />
Representantes legales de<br />
VANGUARDIA hicieron contacto<br />
con personal de la PGR el<br />
día de los hechos y se mantienen<br />
al pendiente ante cualquier<br />
requerimiento de la autoridad,<br />
al igual de estar a la espera de lo<br />
que la CNDH necesite.<br />
>Primer Plano 2<br />
FOTO: VANGUARDIA-JOEL BARRERA<br />
este periódico se<br />
imprime en papel<br />
100% reciclable<br />
EL CLIMA PARA SALTILLO HOY: Tormentas aisladas ; 32°C máx./ 16°C mín. EL CLIMA PARA MAÑANA: Tormentas aisladas; 33°C máx./ 18°C mín.<br />
7 503005 951054<br />
21
I<br />
Génesis de<br />
la rebeldía<br />
22
“Todo ha pasado como no debería haber<br />
pasado, decimos para consolarnos. Pero<br />
somos nosotros los equivocados, no la<br />
historia. Tenemos que aprender a mirar<br />
cara a cara la realidad. Inventar, si es<br />
preciso, palabras nuevas e ideas nuevas<br />
para estas nuevas y extrañas realidades<br />
que nos han salido al paso”.<br />
23
A mi inconsciencia<br />
Una tarde del verano de 1988 en una reunión con compañeros de<br />
la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo<br />
León discutíamos sobre futbol, tareas y otras cosas, incluso un<br />
poco de exámenes, cuando dos invitados bolivianos y un peruano<br />
que conversaban entre sí en un rincón de la casa, aislados desde<br />
hacía un par de horas, de pronto nos confrontaron a voz en cuello.<br />
Su reclamo –de tan airado que la verdad estallamos en risas– era<br />
sobre la banalidad de nuestra conversación.<br />
Uno de ellos gritaba que no era posible que nuestra preocupación<br />
fuera sobre el desempeño de Hugo Sánchez en el juego del<br />
Real Madrid, cuando había una guerra por detonar en el sur de<br />
México.<br />
Dijo que “todo mundo” en Centro y Sudamérica sabía que en la<br />
sierra de Chiapas había un campo de adiestramiento para guerrilleros<br />
que estaban por levantarse en armas, por lo que desde “hacía<br />
años” estaban reclutando gente y acumulando un arsenal.<br />
Que el Gobierno Mexicano tenía un plan perverso para esconder<br />
toda evidencia; que incluso meses atrás habían interceptado un<br />
gran cargamento de armas y municiones en un vagón del ferrocarril,<br />
pero que la información había sido acallada en los medios.<br />
El altercado terminó como tenía que terminar. Bueno, más o<br />
menos: Silenciamos su protesta al hacer valer nuestra condición<br />
local y principalmente porque éramos más de 10 contra ellos tres<br />
y siguió media hora de sonora “carrilla” –en ese momento lo de<br />
moda era el “Culeeero, culeeero”, pues aún no se popularizaba el<br />
“Eeeeeeeeeh ¡Puto!”– hasta que prefirieron retirarse del lugar y<br />
dejarnos seguir hablando de futbol.<br />
24
Tengo la fortuna de mantener la amistad de mis compañeros –la<br />
mayoría tomamos la ruta del periodismo– con quienes nunca volví<br />
a conversar sobre lo ocurrido en el aspecto de la guerrilla hasta<br />
antes de escribir estas líneas.<br />
Esa tarde en la casa de la colonia La Florida, en Monterrey, la<br />
he recordado continuamente, más cuando el 1 de enero de 1994,<br />
cinco y medio años después, el Ejército Zapatista de Liberación<br />
Nacional (EZLN) tomó por las armas cinco cabeceras municipales<br />
de Chiapas.<br />
Entonces al igual que en los días de hoy, los movimientos rebeldes<br />
en el centro y sur del País se ven bastante distantes y ajenos a<br />
los norteños.<br />
A principios del 2014 a propósito del 20 Aniversario del levantamiento<br />
zapatista, una encuesta nacional arrojó que para el 60 por<br />
ciento de los mexicanos ese movimiento subversivo está apagado<br />
desde hace años y sobrevive como un ente político.<br />
Seguramente si la encuesta se realizara sólo en el norte del País<br />
los resultados serían bastante menos favorables para el EZLN.<br />
De la misma forma hasta hace un par de años el embate del crimen<br />
organizado en el norte era visto con esa misma lejanía por el<br />
resto de los mexicanos. El ejercicio periodístico permitió comprobar<br />
esto más de una vez, obviamente hablando de la generalidad<br />
colectiva.<br />
Entre 2007 y 2012 el norte de México estaba copado por grupos criminales<br />
que iban convirtiendo en verdaderos guetos ciudades enteras:<br />
Un día se plantaban en Monterrey, al siguiente mes en Torreón;<br />
meses más adelante en Zacatecas o San Luis… Ciudad Juárez y Chihuahua;<br />
luego regresaban a Saltillo. Ni hablar de las principales ciu-<br />
25
dades de Tamauilpas. Todo de pronto se convirtió en “plazas”, como<br />
si se hablara de franquicias de comida rápida.<br />
En los últimos dos y medio años los cárteles han sido replegados<br />
de las ciudades norteñas por las fuerzas de seguridad, entre otros<br />
factores, sobre todo luego del abatimiento de Heriberto Lazcano<br />
Lazcano, “El Lazca”, número uno en el País del Cártel de Los Zetas,<br />
en el municipio de Progreso, Coahuila, el 7 de octubre del 2012, y<br />
casi un año después de Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40”, el<br />
segundo al mando.<br />
Así el noreste mexicano ha tenido un respiro que coincide<br />
con la expansión de todas las organizaciones criminales hacia<br />
el centro y sur del País, donde las autodefensas estallaron como<br />
respuesta a décadas de control criminal, pero multiplicado en<br />
los últimos meses.<br />
La modificación de las rutas de distribución de la droga se aceleró<br />
por la “Guerra contra el Crimen” a partir del 2006, lo que llevó<br />
los grupos delictivos a girar hacia otra logística y modelos de negocio;<br />
hasta llegaron a controlar el comercio de limón y aguacate en<br />
ciertas regiones.<br />
A mediados del 2012 nos propusimos un reportaje de largo aliento<br />
ante la posibilidad de un choque entre esas dos fuerzas –las rebeldes<br />
(autodefensas, EZLN y otros grupos guerrilleros) contra los<br />
cárteles del crimen– además las fechas coincidían con el “Fin del<br />
Mundo” el 21 de diciembre de ese año, que la masa interpretaba en<br />
el Calendario Maya.<br />
La temida confrontación no se ha dado hasta el momento de<br />
terminar este trabajo, aunque fuentes del Gobierno Federal sí tienen<br />
identificada la infiltración del crimen organizado en algunos<br />
26
procesos de autodefensas en Michoacán, pero sin la claridad como<br />
para publicarla aquí.<br />
El interés en el EZLN es que algunos analistas lo ven como un<br />
factor decisivo para la generación de las policías comunitarias en<br />
el País, pues desde hace más de una década funcionan así en sus<br />
congregaciones indígenas ante la parcial autonomía concedida por<br />
la Federación. Sin embargo, su proceso de formación estuvo ligado<br />
a la autodefensa desde hace casi tres décadas.<br />
La figura mítica –y por otro lado severamente criticada y desgastada–<br />
del Subcomandante Marcos se levantaba abrumadora en el Zapatismo,<br />
por lo que uno de los objetivos principales fue una entrevista<br />
con el encapuchado, algo que sigue siendo asignatura pendiente.<br />
Estas páginas contienen un trabajo periodístico desarrollado en<br />
los últimos dos años y centrado en la conexión del noreste mexicano<br />
con el centro y sur. Ojalá se haya logrado una mirada objetiva,<br />
respetuosa y apartada de la filosofía rebelde, a los críticos de ésta<br />
y a la profundidad del movimiento guerrillero, abordada ejemplarmente<br />
en textos como “Marcos, La Genial Impostura”, de los periodistas<br />
Maité Rico y Bertrand de la Grange, y en “La rebelión de las<br />
Cañadas”, de Carlos Tello Díaz, entre otros.<br />
Nuestro ejercicio incluye distintos géneros periodísticos como el<br />
reportaje, la entrevista y la crónica, en un hipertexto en el que participa<br />
el equipo de Redacción de VANGUARDIA.<br />
La mayoría de los recorridos se realizaron por carreteras, caminos<br />
y brechas, muchas veces por las noches. Ese simple hecho resultaba<br />
temerario para nuestras familias y amigos debido a que el<br />
crimen organizado tiene controladas las vialidades en gran parte<br />
del País y a diario nos enteramos y publicamos verdaderas histo-<br />
27
ias de terror que ahí ocurren.<br />
Efectivamente nos topamos con retenes militares, de policías<br />
municipales, estatales y federales, de autodefensas y algunos del<br />
crimen organizado en el camino de norte a sur.<br />
¿Valentía Para nada, pues fueron viajes de una sola vez, cuando<br />
hay miles de personas que lo hacen a diario para ganarse la vida.<br />
¿O acaso se nos olvidan todos aquellos que trabajan en la transportación<br />
de pasajeros y/o mercancías por el territorio nacional, entre<br />
muchos otros mexicanos que hacen su vida en las carreteras<br />
He sentido más temor y preocupación en los menos de 300 kilómetros<br />
que hay de Saltillo a McAllen que en los más de 10 mil kilómetros<br />
de carreteras que recorrí para este trabajo.<br />
Iniciamos la aventura escrita en la cuna del neozapatismo, que<br />
fueron las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN), cuyo génesis está<br />
en el desierto coahuilense, en su minería que hoy como en los tiempos<br />
de La Conquista hace 500 años sigue generando una gran riqueza<br />
–siempre mayormente en manos de extranjeros– que incluso<br />
sedujo a los cárteles de la droga, y es por esto que sus últimos días<br />
“El Lazca” los vivió haciéndose pasar como un pequeño minero.<br />
Al momento de esta investigación el Poder Legislativo de México<br />
decide grandes reformas al sector energético, lo que entre otras cosas<br />
obligaría a las empresas mineras a una responsabilidad fiscal y<br />
social como nunca antes, aunque diversas voces advierten que hay<br />
oscuros intereses –entre ellos los del crimen organizado– tratando<br />
de sobornar a diputados y senadores.<br />
Lo cierto es que la realidad alcanzó zigzagueante al disimulo<br />
en que el mexicano se ha refugiado hasta ahora, algo que muchas<br />
veces constituía su única salida para continuar la vida diaria, hace<br />
28
décadas por las guerrillas y ahora por el empoderamiento del narco<br />
y el surgimiento de autodefensas.<br />
El crimen organizado que gangrena cada rincón de la sociedad<br />
mexicana se nutrió de jóvenes y niños, nuestros hijos, que durante<br />
décadas nacieron y se desarrollaron en hogares cada vez más<br />
pobres y disfuncionales, con espacios comunitarios cada día más<br />
reducidos y con esperanzas de vida paupérrimas.<br />
Aceptar la contribución de cada quien en este proceso de descomposición<br />
no es fácil, pues está anclada a nuestro estilo de vida,<br />
a las oportunidades que la globalización ofrece y que luego de cinco<br />
siglos nos tiene ceñidos a nuevas ataduras.<br />
Es imposible considerar la transformación del País sin la conexión<br />
en toda la geografía nacional, algo desde siempre documentado;<br />
lo que estalla en un lugar puede tener su gestación en<br />
la latitud opuesta, de igual manera que el sufrimiento en ciertas<br />
regiones es consecuencia de procesos iniciados a kilómetros de<br />
distancia.<br />
En las últimas desmemoriadas cuatro décadas, por más que nos<br />
afanemos, la historia pone en su lugar las cosas y nos recuerda el<br />
orden natural. Finalmente todo esto es un resultado, efecto. Entender<br />
es un paso elemental para trascender.<br />
29
Cuentas de vidrio<br />
Un reporte del 2012 de la Comisión del Diálogo con Pueblos Indígenas<br />
de México señala que:<br />
- En los 310 años de la Conquista y Colonización Española saquearon<br />
de México 190 toneladas de oro. Tan sólo del 2000 al 2010<br />
las empresas extranjeras se llevaron del País 420 toneladas.<br />
- Esto ocurrió bajo un halo siniestro que raya en la complicidad,<br />
pues según las cifras oficiales de la Secretaría de Economía al 2012<br />
había sólo 26 mil 007 concesiones mineras, cuando en realidad se<br />
habían otorgado 42 mil 675.<br />
- En los sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón<br />
se entregaron concesiones por 95.7 millones de hectáreas, casi<br />
la misma cantidad de tierras que repartió la Revolución Mexicana.<br />
- Las mineras pagaron sólo el 1.18 por ciento de impuestos y una<br />
precaria responsabilidad social, contra el 18 por ciento que cubren<br />
en sus países de origen, como Canadá. El 74 por ciento del capital<br />
minero en nuestro país está en manos canadienses.<br />
Expiación<br />
OTRAS ATADURAS.- Ya sea por herencia generacional, decisión u<br />
omisión, el estilo de vida de la gran mayoría de los mexicanos establece<br />
patrones de consumo que demandan sistemas de producción<br />
alimentaria y de servicios soportados en técnicas, tecnologías y<br />
elementos a los que se atribuye el origen de muchas de las afectaciones<br />
en la salud física, emocional, mental y social.<br />
30
Obesidad<br />
- Para el 2013 México era líder mundial en obesidad, desplazando<br />
a Estados Unidos. El reporte de las Naciones Unidas detalla que<br />
casi una tercera parte de los adultos mexicanos son obesos.<br />
Diabetes<br />
- La Federación Mexicana de Diabetes reporta que México ocupa<br />
el sexto lugar mundial en número de personas con este padecimiento,<br />
con 6.4 millones de diagnósticos.<br />
Cáncer<br />
- México ocupa el segundo lugar mundial en cáncer de ovario,<br />
con 4 mil casos nuevos al año, y<br />
- El tercer lugar en Latinoamérica en cáncer de mama<br />
Pobreza<br />
- Aunque un ranking del Banco Mundial del 2012 pone a México<br />
como la decimocuarta economía por su Producto Interno Bruto,<br />
cae hasta la posición 81 por el poder adquisitivo de sus habitantes.<br />
- Esto ubica al País como el de mayor desigualdad entre pobres y<br />
ricos de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo<br />
Económicos (OCDE).<br />
- El número de pobres en México es de 51.9 millones según el<br />
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social<br />
(Coneval) del 2012.<br />
31
Bata blanca y conciencia subversiva<br />
Las injusticias y condiciones infrahumanas en que trabajan los<br />
mineros de la Región Carbonífera del Norte de México no son diferentes<br />
que en el siglo pasado. Ese mineral ensangrentado fue el<br />
génesis de uno de los grupos guerrilleros de mayor trascendencia,<br />
alcance y vigencia en el País de nuestros días: El Zapatismo.<br />
La historia la contó el mismo Subcomandante Marcos el 17 de<br />
noviembre del 2006 cuando reconoció al Dr. Margil Yáñez Martínez<br />
y a su esposa Beatriz Muñoz García como la cuna del movimiento<br />
subversivo que luego de algunas décadas diera forma al EZLN.<br />
Lo que poco se ha dicho desde entonces es que la pareja incubó su<br />
proyecto libertador en el desierto de donde se extrae el 97 por ciento<br />
del carbón que usa la Comisión Federal de Electricidad en la generación<br />
de ese tipo de energía para mantener nuestro estilo de vida.<br />
Al irse a vivir a Monterrey, el matrimonio de Margil y Beatriz, él<br />
doctor y ella enfermera, gestó en el seno de su hogar a uno de los<br />
grupos de bata blanca y conciencia subversiva que en su linaje<br />
más trascendió en el mundo guerrillero nacional. Esta es la historia<br />
de una de las muchas familias insurgentes contemporáneas de<br />
México.<br />
De hecho, los procesos rebeldes del País fueron soportados en<br />
gran medida por familias enteras que durante varias generaciones<br />
levantaron las armas clandestinamente, como los Yáñez Muñoz.<br />
La casa de Margil y Beatriz en la capital de Nuevo León era el<br />
centro de reunión y más tarde la convirtieron en sede de un grupo<br />
de connotados médicos con aires rebeldes, que centraban sus ideales<br />
en una sociedad organizada con el pensamiento de Izquierda<br />
en esos días.<br />
32
ATENEÍSTA DE CORAZÓN.- Los hermanos Yáñez Martínez son,<br />
por orden de edad: Luisa, Margil, Roque –mi padre–, Carmen,<br />
Esther, Fidel, Juanita y Adrián. Mis abuelos vivían en Nuevo León,<br />
pero se fueron a Coahuila. Luisa nace en Nadadores y Margil en Lamadrid.<br />
Luego se van a vivir a Sabinas y ahí nace el resto, relata el<br />
médico traumatólogo Roque Yáñez Cantú en su consultorio en uno<br />
de los hospitales más prestigiados y tradicionales de Monterrey.<br />
Algo ocurrió y se van un tiempo a radicar a San Antonio, Texas, y<br />
luego regresan a Sabinas. Margil, papá y un primo de ellos de nombre<br />
Salvador Martínez Cárdenas se fueron a estudiar la secundaria<br />
y preparatoria a Saltillo, al glorioso Ateneo Fuente. Mi tío Margil<br />
siempre me relataba sus anécdotas en el Ateneo, me hablaba de sus<br />
profesores, de uno de apellido Moreira a quien él admiraba, en fin,<br />
siempre estuvo orgulloso de ser ateneísta.<br />
En sus aventuras en Saltillo, Margil era el protector de Roque y<br />
Salvador, siempre salía en su defensa pues aunque no era corpulento,<br />
sí era un gran peleador y no dudaba en usar los puños cuando<br />
era necesario.<br />
En las pláticas en casa de mis abuelos siempre se acordaban de<br />
eso: Mi tío Margil siempre los andaba defendiendo porque era el<br />
bueno para los trompos. Siempre le entraba a los cabronazos.<br />
Sin ser buen mozo, era de figura recia y varonil. Roque recuerda<br />
a su tío como un hombre impecablemente pulcro y bien vestido;<br />
con 1.74 metros de estatura, 75 kilos y complexión media, era un<br />
tiro con las mujeres.<br />
Qué te diré: Fumaba mucho, disfrutaba de la buena bebida y tenía<br />
muuucho éxito con las mujeres. No era un gran orador como su<br />
hermano Adrián, el menor de todos, quien fue primer lugar nacional<br />
33
en oratoria y un aguerrido priísta.<br />
“‘Roquito’, ponme la canción de Júrame”, me decía siempre mi tío<br />
y empezaba a cantar: “Júrame, que aunque pase mucho tiempo no<br />
olvidarás el momento en que yo te conocí”. Era esa canción de María<br />
Grever en la voz de un cantante de apellido Mujica. Siempre me<br />
pedía que se la pusiera mientras terminaba su bebida y esperaba la<br />
pequeña tacita de café que mi tía le preparaba.<br />
Para “Roquito”, la estampa de su tío es sentado fumando su Lucky<br />
Strike y en la otra mano una copa de whisky Johnnie Walker o<br />
un buen tinto que le traían en barricas desde Cuatrociénegas. Pero<br />
nunca en la vida lo vi borracho, aclara.<br />
EL MAESTRO.- Tras terminar sus estudios en el Ateneo Fuente,<br />
Margil y Salvador llegan a estudiar Medicina a Monterrey, mientras<br />
que Roque se va un año a Ingeniería Civil a la UNAM en la Ciudad<br />
de México.<br />
Al llegar a Monterrey el mentor de mi tío Margil y de Salvador es<br />
el tío Ángel Martínez Villarreal, médico ya consagrado y un gran<br />
ideólogo. Él les inculcó ideas de cambio y justicia, fue un gran hombre<br />
que murió creo que en 1945 a los 41 años de edad. Entonces mi<br />
tío Margil tomó su lugar como referente de un grupo de doctores.<br />
Margil fue cirujano general, Salvador ginecólogo, y durante muchos<br />
años fueron piezas fundamentales en el cuerpo académico de<br />
la Facultad de Medicina de la UANL.<br />
A los primos Margil y Salvador se sumaron otros grandes médicos<br />
como Mateo Sáenz y Jesús Piedra, quienes se propusieron<br />
trabajar para el activismo social y luchar por los derechos de los<br />
trabajadores, eran las fuerzas progresistas. Los zapatistas presu-<br />
34
men que entre los más grandes logros de ese grupo está conseguir<br />
el servicio médico para la Sección 67 del Sindicato Minero y que el<br />
Hospital Civil pasara a ser Hospital Universitario, como nosocomio<br />
y escuela.<br />
En los siguientes años este grupo de doctores educó a sus hijos<br />
en el contexto socialista y a finales de los 60, cuando éstos entraron<br />
en su edad universitaria tomaron caminos propios, pero siempre<br />
en la misma dirección, la diferencia es que algunos de ellos<br />
pasaron del activismo social y comunitario a la conformación de<br />
núcleos guerrilleros armados.<br />
PAGAN CON SANGRE.- En los 70 este club de la bata blanca pagó<br />
su cuota ideológica con sangre propia y algunos de ellos vieron<br />
morir a su descendencia. Margil y Beatriz con sus dos hijos: César<br />
Germán Yáñez Muñoz, líder fundador de las FLN, quien fue desaparecido<br />
en Chiapas en 1974; y con su hermano Fernando, quien<br />
tomó su lugar y durante años fue perseguido, detenido y liberado<br />
en 1995; en el 2001 fue nombrado interlocutor entre las autoridades<br />
y el EZLN y ahora sigue libre debido a que la orden de aprehensión<br />
en su contra continúa suspendida.<br />
El doctor Jesús Piedra fue lesionado en 1974 permanentemente<br />
en la columna durante un interrogatorio de varios días, pues los<br />
servicios de Inteligencia querían que delatara el paradero de su<br />
hijo Jesús Piedra Ibarra, de 21 años de edad.<br />
En 1975 el doctor y su esposa, la saltillense Rosario Ibarra de Piedra,<br />
sufrieron cuando se enteraron de la captura del joven guerrillero<br />
acusado de ser uno de los líderes en la Liga 23 de Septiembre,<br />
un grupo catalogado como terrorista al que acusaban de asaltos,<br />
35
secuestros y asesinatos, entre éstos la muerte del emblemático empresario<br />
regio Eugenio Garza Sada.<br />
Hasta el día de hoy Rosario continúa buscando a su hijo.<br />
La saltillense se convirtió en una de las más reconocidas activistas<br />
en la búsqueda de desaparecidos en estas cuatro décadas; ha ocupado<br />
algunos cargos de elección popular, incluso fue la primera mujer<br />
en llegar a una candidatura para la Presidencia de México.<br />
Pocos saben que el doctor Piedra era el principal revolucionario<br />
de su familia y sólo conocen a Rosario; incluso a quienes siempre<br />
convivimos con el grupo nos costó mucho entender cuando detuvieron<br />
a su hijo. El día que se dio a conocer la noticia pensábamos que<br />
era el doctor al que habían arrestado, pero resulta que era el muchacho;<br />
nunca sospechamos que el joven andaba con la Liga 23 de Septiembre,<br />
recuerda “Roquito”.<br />
Al doctor Piedra lo conocí bastante bien, desde que iba a la casa<br />
de mi tío Margil y luego incluso tomé clases con él. Era un hombre<br />
introvertido, reservado, sus clases eran bastante aburridas, las de<br />
Embriología.<br />
Tenía su consultorio a unas cuadras de la casa del Dr. Margil en<br />
Monterrey, por lo mismo y debido a que todos eran masones la relación<br />
eran muy estrecha y frecuente.<br />
“Roquito” no sabe si Margil y Salvador pudieron haber conocido<br />
a Rosario y su familia durante el tiempo en que vivieron en Saltillo<br />
y así presentarla con el doctor Piedra en los siguientes años.<br />
Explica que él creció en la casa de sus primos Yáñez Muñoz, pero<br />
nunca vio que el tío Margil los instruyera para la formación de un<br />
núcleo guerrillero: Si es que sucedía, nunca lo hacían frente a alguien,<br />
supongo que eran conversaciones íntimas entre padres e hijos.<br />
36
“Murcia” y “Alfredo”, dos hijos de Mateo Sáenz, fueron militantes<br />
de las FLN perseguidos por la justicia y cayeron en acción a principios<br />
de los 70.<br />
En estas dos décadas (70 y 80) los grupos estudiantiles rebeldes<br />
fueron apoyados logística y económicamente por muchos sectores<br />
de la sociedad (profesores y catedráticos de todos los niveles,<br />
líderes obreros, comerciantes, intelectuales y artistas) y unieron<br />
su protesta a la de pueblos indígenas explotados por los recursos<br />
naturales bajo los terrenos en que erigieron ancestralmente sus<br />
comunidades. Desde siempre en la industria minera se ha gestado<br />
el reclamo de los pueblos originales de México.<br />
Otra pieza fundamental para consolidar esa estructura rebelde<br />
fueron muchas personas relacionadas con la Iglesia Católica, desde<br />
catequistas y religiosos hasta algunos mandos altos de la llamada<br />
Teología de la Liberación, quienes aunque no participaron<br />
directamente en la selva o empuñando armas, sí lo hicieron construyendo<br />
las bases de apoyo en ciudades y pueblos. Mediáticamente<br />
se señala que en los días de hoy en Coahuila está el último<br />
defensor de esta corriente, el Obispo de Saltillo, Raúl Vera López,<br />
quien precisamente estuvo en Chiapas durante la explosión del<br />
Zapatismo.<br />
Así se habría conformado una trilogía por jóvenes comunistas<br />
librepensadores, religiosos liberales e indígenas explotados.<br />
En esa trilogía participaría la descendencia del grupo rebelde iniciado<br />
por el club de la bata blanca. Otro círculo de médicos surgió en la<br />
Facultad de Medicina donde Margil y sus amigos fueron una leyenda,<br />
pero este segundo grupo nada tiene qué ver con el de Yáñez, pues estuvo<br />
enfocado en el control político de la Rectoría de la UANL en los 80.<br />
37
‘TODO SIGUE IGUAL’.- Para Raúl Vera, las injusticias en las minas<br />
siguen siendo las mismas de siempre:<br />
Por supuesto que no han cambiado (las condiciones infrahumanas<br />
en que trabajan los mineros mexicanos), el simple hecho de que<br />
se sigan manteniendo los “pocitos” es una muestra de las condiciones<br />
arcaicas en las que se mantienen la explotación del carbón en<br />
las minas de Coahuila.<br />
Los muertos en las minas del carbón después de Pasta de Conchos<br />
ya duplicaron y rebasaron en siete años al número de muertos en<br />
ese siniestro. Todo esto gracias a la impunidad en la que el Estado<br />
mexicano mantiene la irresponsabilidad con la que los concesionarios<br />
manejan las minas del carbón.<br />
Los hermanos Yáñez Martínez son, por orden de edad: Luisa, Margil, Roque, Carmen,<br />
Esther, Fidel, Juanita y Adrián. Esta foto fue tomada en un paraje del Río Sabinas, en<br />
Coahuila.<br />
38
“Rosita” y<br />
“Romeo”, así fueron<br />
conocidos durante<br />
décadas en el<br />
mundo guerrillero<br />
el doctor Margil<br />
Yáñez y su esposa,<br />
la enfermera Beatriz<br />
Muñoz.<br />
Los hermanos Yáñez Muñoz en tiempos de juego y felicidad total en su casa en el Centro<br />
de Monterrey, destruida cuando se construyó la Macroplaza. De Izq. a Der.: Octavio (el<br />
piloto), Fernando (el arquitecto), César (el abogado) y Margil hijo (el médico). Todos<br />
participaron en las FLN, según algunos de sus allegados.<br />
39
Casta guerrillera<br />
Nacieron y crecieron rodeados de la miseria y explotación que<br />
sufren los mineros en la Región Carbonífera de Coahuila. Esta<br />
vida llevó a Margil y Beatriz a una formación de carácter rebelde<br />
y revolucionaria; esto unió sus destinos lejos de la tierra que<br />
los vio nacer y los convirtió en los padres del único movimiento<br />
guerrillero nacional que se mantiene vivo luego de más de 40<br />
años con el EZLN.<br />
Coahuilenses de nacimiento, él de Lamadrid y ella de Nueva<br />
Rosita, sin conocerse fueron a estudiar a Monterrey y fue allá donde<br />
el doctor y la enfermera unieron sus vidas y formaron una de<br />
las familias más significativas en las luchas insurgentes del México<br />
contemporáneo.<br />
Sembraron en descendencia las bases para crear el 6 de agosto<br />
de 1969 las FLN y pagaron el precio de su ideología subversiva con<br />
la vida de uno de sus seis hijos: César Germán, el líder original del<br />
movimiento, desapareció en 1974 cuando se refugiaba de la persecución<br />
militar en el primer campamento que fundaron en Chiapas;<br />
Fernando, quien tomó el lugar de su hermano, se mantuvo al frente<br />
y vivió la creación del EZLN y la declaratoria de guerra al Gobierno<br />
de Carlos Salinas de Gortari; fue perseguido por años y hoy en<br />
día goza de una oculta libertad.<br />
A finales de los 60 Margil y Beatriz formaron a sus hijos en el<br />
contexto de una educación socialista y éstos, ya universitarios,<br />
en sus casas (una en el centro de Monterrey y otra en El Mezquital<br />
en el municipio de Apodaca –hoy en día llamada la “Casa de<br />
Todas y Todos”–) instalaron el cuartel general del movimiento<br />
que más tarde se conocería como las FLN. Durante las siguien-<br />
40
tes décadas el matrimonio apoyó económica y logísticamente a<br />
los guerrilleros.<br />
En el clandestinaje armado de México la identidad de ellos fue<br />
conocida como “Romeo” y “Rosita” para evadir a los servicios de<br />
Inteligencia. Durante años apoyaron al movimiento y en los albores<br />
del EZLN, brazo armado de las FLN en Chiapas creado el 17 de<br />
noviembre de 1983, siguieron enviando a su hijo Fernando (quien<br />
adoptó el nombre de Comandante Germán tras la muerte de su<br />
hermano) y a los líderes zapatistas tanto alimentos como ayuda<br />
económica.<br />
El Dr. Margil, quien en su juventud había sido un buen cazador y<br />
pescador, siempre cargó un revólver calibre .38 oculto en su maletín<br />
médico, “para lo que se pudiera ofrecer”.<br />
Tanto familiares como los mismos vecinos de la casa de El Mezquital<br />
lo recuerdan como un hombre serio y generoso, en todo momento<br />
dispuesto a ofrecer sus servicios médicos sin esperar retribución<br />
económica.<br />
“Rosita” murió el 3 de diciembre de 1990; “Romeo” en febrero de<br />
1993. Desde un par de décadas atrás la pareja sufrió la ausencia de sus<br />
hijos, en el caso de César Germán definitiva, pero Lina, Margil hijo,<br />
Fernando y Octavio se ausentaban por largos periodos. Algo parecido<br />
le sucedió al resto de los miembros de ese club de la bata blanca, pues<br />
era uno de los costos que pagaban las familias subversivas.<br />
NOGAL DE MONCLOVA.- Tengo el gusto de conocer a todos los de<br />
aquí: a Mario Sáenz, al ingeniero Mario Sánchez, al licenciado Carlos<br />
Vives, a “Chano”… fueron los primeros en caer. El último, casi de<br />
los últimos, fue César… Elisa Irina, hermana de Mario Sáenz.<br />
41
Yo conocí, fue maestro y lo conocí al profesor Mateo Sáenz; al<br />
papá de Mario, a la mamá. ¡Éramos puros conocidos, pura familia!,<br />
recuerda Octavio Yáñez Muñoz, otro de los hijos de “Romeo” y “Rosita”,<br />
al hablar sobre su linaje libertador.<br />
Papá compró el terreno (donde se ubica ahora la “Casa de Todas<br />
y Todos”) porque a mi mamá le gustaba mucho una anacua que estaba<br />
en el centro del patio. Allí mismo sembró después un nogal que<br />
una tía le trajo de Monclova y una bugambilia.<br />
Antes de morir, mamá pidió que la cremaran y que sus cenizas se<br />
repartieran entre el lugar donde murió César, en unas cascadas allá<br />
en Chiapas; otra parte junto con mi padre (cuando éste muriera);<br />
otra parte al pie del nogal y otra parte…<br />
Interrumpe la entrevista, usa todas sus fuerzas para incorporarse<br />
y con paso lerdo camina hacia la casa, regresa trastabillante y<br />
tembloroso muestra una caja oscura en sus manos.<br />
Y aquí está la otra parte de las cenizas. Aquí está mi mamá (“Rosita”);<br />
mira, este es su cabello, expresa el quinto de los hermanos Yáñez<br />
Muñoz con voz quebrada mientras entre sus dedos toma un puñado.<br />
Así, el fuerte nogal de Monclova protege en sus raíces a Beatriz o<br />
“Rosita”, como quiera que se le recuerde. Octavio honra la querencia<br />
coahuilense de sus padres: Mi esposa también es de Coahuila,<br />
de (Nueva) Rosita.<br />
Afirma que él estuvo ajeno a las actividades de sus hermanos en<br />
las FLN, pues era muy joven entonces. Sin embargo otras versiones<br />
apuntan a que a principios de los 70 él participó activamente en la<br />
logística guerrillera.<br />
Para entonces él era piloto aviador y muchas veces trasladaba a<br />
César Germán y a otros a los campamentos ocultos en la sierra o la<br />
42
selva, afirma una de estas voces.<br />
Octavio, hoy cercano a los 70 años, narra su versión de estos viajes:<br />
Algunas veces (César Germán) me pedía que hiciera “algo” por<br />
él, pero no me daba explicaciones y no sabía yo por qué, pero obviamente<br />
que yo lo hacía.<br />
Tras la muerte de su hermano él fue perseguido, por lo que tuvo<br />
que dejar su vida en Monterrey y huir durante 12 años. Para burlar<br />
a las autoridades terminó refugiado en Baja California, donde nadie<br />
lo conocía.<br />
Hoy tiene una particular visión de su hermano Fernando: Al<br />
externar su admiración total hacía César Germán, espeta que Fernando<br />
tomó lugar como jefe de las FLN por accidente, por herencia<br />
y por “acuerdos” –lo dice en tono descalificativo– que tenía con<br />
Marcos.<br />
Además los cataloga como unos actores que han lucrado con<br />
el montaje de la guerrilla. Ante la pregunta si confía en ellos, es<br />
categórico.<br />
¡No te fíes de estos cabrones!, como decía César. A ésos no se les<br />
puede dar confianza para nada, son puros “logradores”, puros logrones,<br />
de un lado y del otro. Van a pedir… ¿Qué va a querer Fernando,<br />
¿un rancho allá en San Cristóbal o en dónde Me da la impresión<br />
que (Marcos) se hizo igual que Fernando.<br />
Señala que el neozapatismo como tal murió con la generación guerrillera<br />
de César Germán y que los actuales líderes tienen mucho qué<br />
cambiar para retomar el rumbo correcto, aunque reconoce que nunca<br />
ha tenido contacto ni comunicación con los líderes del EZLN y que<br />
tras la muerte de su hermano en 1974 nada lo liga al Zapatismo.<br />
Luchen de a de veras, no haciendo “casitas del Dr. Margil” ni co-<br />
43
chinadas de esas que no le resuelven nada a nadie. Yo soy muy radical<br />
y esa no es la manera de hacer una revolución.<br />
Octavio nos recibió la tarde del 3 de julio del 2013 en su hogar<br />
a unas cuantas cuadras de la casa en El Mezquital, ésa donde el<br />
EZLN afirma que tiene sus raíces y en la que Fernando instaló hace<br />
años el Museo Zapatista, la “Casa del Dr. Margil” y hoy en día la<br />
“Casa de Todas y Todos”.<br />
El Dr. Margil y su esposa eran dueños de muchas hectáreas en<br />
este lugar, pero las fueron vendiendo o entregando en donación;<br />
hoy la casa ocupa unos 2 mil 500 metros cuadrados de terreno y<br />
todo a su alrededor son colonias populares de Apodaca.<br />
Click ver video<br />
44
LA IDEÓLOGA ‘RUSA’.- De los Yáñez Muñoz, personas relacionadas<br />
directamente con la familia afirman que fueron cinco, y no<br />
tres, los hermanos que siguieron la línea ideológica de sus padres,<br />
pues además de César Germán, Fernando y Octavio, también Lina<br />
y Margil hijo fueron figuras. Quien aparentemente no tuvo intervención<br />
sería la menor de todos, Beatriz.<br />
Sin otra prueba más que el dicho, destacan el liderazgo de Lina,<br />
la mayor de ellos:<br />
Lina estudió en Rusia a finales de los 60, entonces ya te imaginarás<br />
cómo era su carácter, siendo además la mayor de todos. Ella<br />
luego se estableció en Estados Unidos a partir de 1984 y ayudó para<br />
que indígenas y otros jóvenes intelectuales cruzaran para el “Otro<br />
Lado” durante esos años para estudiar y trabajar.<br />
Según dicen, apoyó con los trámites. Entiendo que incluso fue así<br />
como éstos lograron establecer talleres de elaboración de distintos<br />
productos.<br />
Hoy Lina sigue viviendo en el extranjero. A sus más de 80 años<br />
de edad disfruta de su familia y tiene poco contacto con esa parte<br />
de ella que se quedó en Monterrey.<br />
Aunque por su formación académica y desempeño profesional<br />
era una mujer de carácter decidido, firme y emprendedor –trabajó<br />
como traductora en Estados Unidos ya que domina a la perfección<br />
el inglés, francés, italiano y el ruso– se le describe como una mujer<br />
amable, de trato cordial y suave, pero bromista y dicharachera.<br />
Lina, laboratorista de profesión en Monterrey, nunca fue mucho<br />
de escribir, más bien de pensar y actuar; su esposo es quien usa<br />
más la comunicación escrita. Ella sigue siendo bromista y cariñosa,<br />
pero poco escribe.<br />
45
EN LAS ENTRAÑAS.- El relato es que cuando César Germán se<br />
autodesterró del hogar para desaparecer por completo de la vida<br />
civil, no lo hizo solo: Su hermano mayor, Margil, el médico, iba con<br />
él entre 1971 y 1972.<br />
Ambos dejaron toda comunicación con esposas e hijos y viajaron<br />
por el País en las casas de seguridad hasta que un día regresaron<br />
a Monterrey por un asunto estrictamente familiar: La esposa<br />
de Margil hijo le mandó un mensaje codificado.<br />
La también doctora siempre fue de carácter recio, entonces<br />
cuando pasaron los meses y nada se sabía de él, le habría mandado<br />
un mensaje en clave porque tenían que evadir los servicios de<br />
Inteligencia mexicanos y de Estados Unidos, además los mandos<br />
de la agrupación eran muy estrictos sobre ese tipo de comunicaciones<br />
para evitar que revelaran su operación.<br />
El mensaje encriptado en lenguaje clínico le daba a entender que<br />
si no se regresaba con su familia algo grave podría pasarles a ella<br />
y a sus hijos. Aparentemente era una advertencia para que Margil<br />
regresara a casa. Y bueno, él se regresó, argumentan.<br />
Margil hijo se reintegró a la vida civil y llevó a su familia a vivir<br />
a Baja California, donde aún continúa, para romper con todo nexo<br />
insurgente de sus hermanos. En los siguientes años fue escalando<br />
en la estructura sindical. Se supone que el hijo de otro de los médicos<br />
del club de la bata blanca, éste de apellido Sáenz, también<br />
accedió a los puestos altos en el sindicato del IMSS.<br />
Fue porque Margil hijo se retiró, que Fernando, el cuarto de los<br />
hermanos Yáñez Muñoz, llegó a ocupar un lugar de primera línea<br />
en la historia del Zapatismo.<br />
Fernando era simplemente el chofer de César porque él no sabía<br />
46
manejar. Por eso el día que se arma la balacera en la colonia Linda<br />
Vista, acá en Guadalupe (en la Zona Metropolitana de Monterrey) y<br />
buscaban a César, pues es que andaban juntos y es cuando huyen y<br />
ya no volvimos a saber nada de ellos por mucho tiempo. Bueno, luego<br />
ya nos notifican la muerte de César, recuerda Octavio.<br />
LA AUSENCIA.- Piensa su respuesta unos segundos, pausa y<br />
suelta una leve risa melancólica: Les diría que todo tiene una recompensa,<br />
que vale la pena la lucha y el sacrificio. Es difícil, la vida<br />
no vuelve a ser igual. Ahora (a los 45 años de edad al momento de<br />
la entrevista) lo entiendo.<br />
Son las palabras que dedica Germán Yánez González, hijo de la<br />
leyenda guerrillera César Germán, para los familiares de desaparecidos<br />
en México. En 2014 la PGR admitió que hay más de 22 mil<br />
personas por encontrar en todo el territorio nacional, la mayoría<br />
víctimas de la “Guerra contra el Narco” iniciada en el 2006.<br />
El dolor de Germán y su familia es de antes, no mayor pero sí<br />
más añil. Él, su hermana gemela Lilia y el mayor de los tres, César,<br />
sufrieron la ausencia del padre desde finales de 1971 cuando tenían<br />
tres y cinco años de edad respectivamente y el líder insurgente comenzó<br />
a ocultarse.<br />
También comparten con miles de familias el no tener un tumba<br />
sobre la que puedan llorar, ni siquiera hay la certeza del sitio exacto<br />
en que murió y quedaron los restos del guerrillero.<br />
Es uno de los huérfanos de la “Guerra Sucia”, periodo entre los<br />
60 y 70 en el que desaparecieron cientos de jóvenes universitarios<br />
y profesores ligados a grupos subversivos, muchos acusados de<br />
hechos criminales.<br />
47
Germán dice que la vida fue dura, sobre todo porque su familia<br />
paterna continuó en el movimiento rebelde.<br />
Pues sí valió la pena. Hay tanta pobreza, hay tanta desigualdad de<br />
géneros. Hay tanta, que es hora de decirle al Gobierno ¡Basta! Que te<br />
quiere reprimir, que te quiere seguir “mangoneando”, pero si nos vamos<br />
a dejar pues vamos a desaparecer todos, dice entre bocanada y bocanada<br />
al cigarro cuando habla sobre el sacrificio familiar.<br />
No hay retratos de su padre, al menos no en las piezas del área social<br />
de esta casa ubicada en una zona clasemediera de Monterrey, que<br />
hace unos 15 años vivió sus mejores tiempos. En su cuenta de Facebook,<br />
Germán sí tiene imágenes de su padre y es frecuente la interacción<br />
con simpatizantes de las causas rebeldes y zapatistas.<br />
Yo hasta allí sí comparto todo lo que ha pasado (participación de<br />
su familia en la guerrilla). Hay mucha gente que lo necesitaba y ya<br />
son escuchados. De perdido ya los escuchan.<br />
Señala que tras la desaparición de su padre se fueron a vivir a la<br />
casa de sus abuelos maternos al otro extremo de la ciudad. Aunque<br />
siempre estuvieron en contacto con el Dr. Margil y Beatriz fue<br />
hasta muchos años después que César, Germán y Lilia se dieron<br />
cuenta que éstos eran “Romeo y Rosita” en el mundo guerrillero.<br />
Su descubrimiento fue así, como sucede en muchas películas.<br />
“Cuando sea más grande va a entender” –decía mi abuela Beatriz–.<br />
Y entendimos. Hacía mil comidas que (los zapatistas) pasaban por<br />
ellas, y si pasaban por comidas me imagino que pasaban por efectivo.<br />
Su mamá y abuelos maternos les pidieron siempre a él y sus hermanos<br />
que no se metieran en problemas, que no buscaran líos:<br />
Que no anduviéramos de revoltosos, o que si había “esto” que nos<br />
hiciéramos a un lado. En realidad no nos “caía el veinte”, hasta des-<br />
48
pués supimos cuáles eran las realidades, el porqué.<br />
Asegura que nunca fueron perseguidos por cuerpos de seguridad<br />
y que en alguna ocasión agentes de la Secretaría de Gobernación<br />
fueron a interrogar a su mamá tras la muerte de César Germán.<br />
El hijo de la leyenda lamenta que la gente del norte del País, especialmente<br />
de Monterrey, no tenga en claro que los movimientos<br />
rebeldes han estado conectados históricamente en todo el territorio<br />
nacional y que aunque los grupos guerrilleros estallaron principalmente<br />
en los estados del centro y sur, muchos de éstos nacieron<br />
en la ideología norteña.<br />
Abogado de profesión, Germán se dice alejado siempre de toda<br />
actividad subversiva o política.<br />
¿Crees en Marcos, en Moisés<br />
Creo en el movimiento. Es como creer en Dios sin tener religión; no me<br />
vas a decir que es mejor la Católica que los Testigos… si existe un Dios.<br />
A lo mejor el Zapatismo no es Marcos, es la gente.<br />
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49
ALCANCÍA ZAPATISTA.- Tras meses de entrevistas, algunos testimonios<br />
(sin respaldo de documentos) afirman que además del<br />
financiamiento de simpatizantes y colaboradores en todo el País,<br />
las FLN y el EZLN recibieron dinero que producían los talleres que<br />
instalaron en Estados Unidos, pero también por otros canales poco<br />
claros.<br />
Dicen que parte del movimiento rebelde se financiaba con dinero<br />
que venía de sindicatos, de la estructura del transporte de la Ciudad<br />
de México y de los talleres en Estados Unidos, pero nunca de asaltos<br />
o secuestros, eso hay que aclararlo.<br />
Estos recursos se sumaban a las aportaciones de muchos profesores,<br />
obreros, trabajadores, comerciantes, artistas y demás simpatizantes<br />
que fueron imprescindibles para que las FLN y luego el<br />
EZLN financiaran su estructura, sus campamentos de formación y<br />
entrenamiento en la sierra, el desierto o la selva. Además, hay que<br />
recordar que la guerrilla se equipó con armas, municiones y explosivos<br />
provenientes de Estados Unidos.<br />
Todavía en los 80 la casa que el Dr. Margil y Beatriz tenían sobre<br />
la avenida Madero, casi esquina con Diego de Montemayor en<br />
el Centro de Monterrey, servía como centro de entrenamiento para<br />
muchos indígenas que venían de Chiapas, expresó uno de los informantes.<br />
Llegaban en grupo de cinco o seis, principalmente muchachas, y<br />
se instalaban en los cuartos de atrás de la vivienda. Allí les daban<br />
algún curso o taller, pero también asistían a ciertas escuelas. La<br />
casa es muy grande, para entonces allí vivía la familia de Fernando<br />
–sólo la familia, ya que él continuaba en la selva– y también Octavio<br />
la usaba.<br />
50
Breve historia de una sombra<br />
APODACA, N.L., 16 de agosto del 2014.-<br />
Abuelito, ¿me presta la tableta...<br />
Luego de dos años de búsqueda y por fin 40 minutos de charla,<br />
aún no me queda claro a quién entrevisté.<br />
En algo coinciden historiadores, politólogos, escritores, periodistas<br />
y autoridades mexicanas y extranjeras en las últimas cuatro<br />
décadas: es enigmático y escurridizo. Lo sigo comprobando.<br />
Bueno, en algo más: Fernando Yáñez Muñoz es el único primer<br />
mando guerrillero que logró sobrevivir desde la persecución policiaca<br />
y militar de los 60 hasta la actualidad, algo que sin duda es<br />
motivo de estudio.<br />
Por los logros de su movimiento hay quien dice que estaría a la<br />
par de los legendarios Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, sólo que<br />
la lucha que empezó Fernando, a quien se identifica con el nombre<br />
de guerra de Comandante Germán, sigue hasta los días de hoy con<br />
el EZLN en pie.<br />
Algunos lo han descrito como el máximo líder real del Zapatismo<br />
hasta no hace mucho, por encima del Subcomandante Marcos,<br />
quien lo reconoce como su maestro en la guerrilla y lo llama cálidamente<br />
el “Hermano Mayor”. Hay quien dice que “Germán” es el<br />
poder tras el trono.<br />
Otros en cambio afirman que su liderazgo dentro del Zapatismo<br />
fue sólo de papel, que fue una herencia concedida e interesada,<br />
primero por los insurgentes ideólogos y luego por el Subcomandante<br />
Marcos, y que por lo mismo la gloria nunca le llegará, pues<br />
51
siempre será recordado como el hermano menor de César Germán<br />
Yáñez, icónico líder de las FLN y en general de insurgentes posrevolucionarios<br />
de México. Su propio hermano Octavio es uno de los<br />
detractores.<br />
Fernando, ese hombre corpulento de más de 1.80 de estatura,<br />
frío, duro e implacable para hacer valer la cadena de mando y los<br />
preceptos guerrilleros que manejaban –así como lo describen múltiples<br />
textos– hoy da paso a un abuelo amablemente evasivo. Viste<br />
relajado y conversa cálido con quien se le acerque.<br />
Fuerte apretón de manos, cuando me identifico como reportero<br />
disimuladamente da un paso atrás y me dice que no puede hablar,<br />
que tiene invitados y que primero atenderá a unos historiadores<br />
vascos y a otro que está pegado a él y viene de Nuevo México.<br />
Me pasa con un encargado de atender a los medios. Sólo un periodista<br />
más de un medio nacional y yo llegaríamos a este evento,<br />
o es lo que me dijeron al final. Luego de una hora y media de espera<br />
me atiende.<br />
Este mediodía Fernando no se esfuerza en lo mínimo por ser reconocido<br />
como el “Comandante de comandantes”, como lo definen<br />
algunos supuestos ex guerrilleros en publicaciones de años pasados,<br />
cuando se le pregunta si asumió el liderazgo a la muerte de su<br />
hermano.<br />
No, no, yo no. Fue el compañero “Alfredo”, su nombre verdadero<br />
es Mario Alberto Sáenz Garza, hijo del doctor Mateo Sáenz, que ya<br />
había fallecido en esos momentos, ya había muerto años atrás, él<br />
nos condujo, no yo. Cinco años él nos dirigió como grupo (del 74 al<br />
79). Después yo asumí la responsabilidad no hasta el año 94, (fue)<br />
hasta el año 83, que es cuando se hace el Ejército Zapatista, y el<br />
52
Ejército Zapatista tiene su propia historia, sus propios dirigentes.<br />
Yo soy dirigente –porque estoy vivo– desde esas épocas en que<br />
mi hermano fundó las Fuerzas de Liberación Nacional y yo here… he<br />
asumido este trabajo ¡de las Fuerzas de Liberación Nacional!<br />
Aclara que desde el nacimiento de las FLN en 1969 en Monterrey<br />
ha estado en el grupo, aquellos que entonces decidieron tomar las<br />
armas y para eso formaron también un núcleo guerrillero.<br />
El disparar balas fue una alternativa que eligieron cuando los<br />
gobiernos de finales de los 60 y principios de los 70 masacraban,<br />
dice, a los jóvenes en las calles del País. Los documentos de las<br />
FLN y el mismo Fernando en la publicación 03 de la revista “Rebeldía”<br />
señalan que esos primeros guerrilleros que se armaron tenían<br />
como uno de sus principios boicotear el entrenamiento que realizaban<br />
los cuerpos de militares y de seguridad de Estados Unidos en<br />
algunas zonas selváticas chiapanecas, pues desde allí preparaban<br />
a su gente para desestabilizar a Centroamérica y el Caribe. Todo<br />
con la complicidad del Gobierno mexicano.<br />
Al insistirle sobre qué lo llevó a ser el máximo líder del Zapatismo,<br />
sereno, dimensionando mínima su participación con respecto<br />
a la inconformidad nacional y como queriendo convencerme de<br />
algo, dice:<br />
(Fue) como una medida defensiva de la represión del régimen<br />
agotado de la época posrevolucionaria que estaban masacrando a<br />
los estudiantes en las calles de la Ciudad de México; acá reprimían<br />
a los propios muchachos de la Universidad de Nuevo León y en general<br />
en todo el País. Esa fue la causa para nosotros y para muuuchos<br />
otros; nosotros somos una pequeña parte de esa rebeldía, en<br />
este caso regiomontana que tuvo que emigrar a la selva.<br />
53
Todos éramos jóvenes y nunca recibimos ninguna instrucción ni<br />
mucho menos, ni de médicos, ni de americanos, ni de Monterrey, ni<br />
cubanos, ni rusos ni chinos ni del Che Guevara ni de nadie.<br />
Del septuagenario Fernando hay información contradictoria. Por<br />
un lado su hermano Octavio afirma que su personalidad es insignificante<br />
al lado de César Germán, de quien era sólo “su chofer”;<br />
algunos insurgentes de los tiempos de combate coinciden en que<br />
aunque heredó el liderazgo en el 79, desde entonces y hasta el 83<br />
eran otros mandos los ideólogos, los intelectuales, quienes en realidad<br />
mandaban e hicieron crecer el movimiento, como el “Comandante<br />
Rodrigo” y su mujer, “Gabriela”, entre muchos otros.<br />
Coincidentemente Fernando asciende casi al tiempo en que el<br />
Subcomandante Marcos, Rafael Sebastián Guillén Vicente, inicia<br />
su participación en las FLN en el 79.<br />
Hoy, en el ocaso de un guerrillero con un supuesto cáncer de<br />
próstata que su hermano Octavio le achaca, Fernando de pelo, barba<br />
y bigote completamente blancos y con desplazamientos pausados<br />
pero firmes, sin prisa alguna, responde sin dudar a la pregunta<br />
de si su conciencia está tranquila.<br />
Sí, sí. Digamos, yo pude haber hecho muchas otras cosas mejores,<br />
seguramente. Si hubiese sido más viejo, más estudiado, lo que tú quieras,<br />
eso es una realidad que a cualquiera le pasa. Pero que te diga “bueno<br />
yo no cumplí con lo que nos propusimos todos estos compañeros”…<br />
pues sí traté de cumplir (pese a) los errores que haya tenido.<br />
No es poca cosa lo que dice y aunque pudiera corresponder a esa<br />
visión en que su liderazgo era de papel, en sentido opuesto hay escritores<br />
e investigadores que lo han relacionado directamente con<br />
la muerte y desaparición de algunos miembros de las FNL que trai-<br />
54
cionaron el movimiento; hay declaraciones de algunos dirigentes<br />
zapatistas detenidos en el 95, como Gloria Benavides Guevara, la<br />
Comandanta “Elisa”, que lo delataron como quien desde siempre y<br />
hasta ese momento era el responsable de conseguir el armamento<br />
para el EZLN.<br />
¿Fernando duerme tranquilo, siempre ha dormido tranquilo<br />
Ah claro, sí, porque cumplo con mi deber. O sea, el peligro que<br />
pudiera uno tener por participar en una cosa de esas, pues aprendes<br />
a vivir con él.<br />
Pero sobre él pesa una orden de aprehensión suspendida desde el<br />
95 por los delitos de sedición, motín, rebelión, conspiración y terrorismo,<br />
aunque hay quien dice que el delito de terrorismo fue eliminado.<br />
Sí, hay una allí suspendida, hay una Ley del Diálogo, dice despreocupado<br />
mientras su mirada me traspasa, pues a mis espaldas<br />
hay una veintena de invitados que lo espera; algunos están al pendiente<br />
de nuestro diálogo.<br />
Otros argumentos son de las mismas autoridades, quienes lo catalogan<br />
como el hombre de línea dura en el Zapatismo, el que hizo<br />
posible que los guerrilleros dispararan contra sus enemigos. Él<br />
empuñó sus armas y las detonó en los 60 y 70, pero alega que eso<br />
quedó atrás, en aquellas décadas, y aún el día de hoy se mantiene<br />
al frente “sólo de las FLN”, como siempre.<br />
(Es) un cabrón que se ha dedicado toda su vida a joder a las fuerzas<br />
armadas, dijo en 1995 el general Guillermo Álvarez Nara, ex director<br />
de la Policía Judicial Militar, frustrado luego de que Fernando<br />
fuera detenido y liberado. Es el “Comandante de comandantes”,<br />
quien da las órdenes en el EZLN, declararía otro insurgente.<br />
¿En armar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional No, no,<br />
55
no, responde –ahora sí apresurado– cuando le cuestiono si son<br />
ciertos esos señalamientos de que siempre ha sido el principal responsable<br />
del armamento al EZLN.<br />
¿Sabía que en el 94 el EZLN se levantaría en armas ¿Dónde estaba<br />
los primeros minutos de ese año ¿Qué hizo usted esos 12 días<br />
de batallas<br />
Nada, escuchar noticias, seguir los acontecimientos y ver qué<br />
pasaba ¿Qué podía hacer, ¿qué puede hacer un hombre solo (Yo<br />
estaba) en mi casa celebrando el Año Nuevo en la Ciudad de México<br />
con mi suegra. Sé que ellos se iban a levantar en armas, (pero) yo no<br />
sabía ni cuándo ni por qué.<br />
Insiste en que él es miembro de las FLN desde su fundación en el<br />
69, desde cuando se crea el núcleo guerrillero y empuñan las armas;<br />
luego es nombrado líder máximo en el 79 y lo sigue siendo hasta la fecha.<br />
El núcleo guerrillero se convierte en el EZLN en el 83, pero en ese<br />
momento se separa de las FLN y cada quien por su lado siguen una lucha<br />
hermanada, aunque la organización que él dirige nada tiene qué<br />
ver con las decisiones y acciones de la milicia zapatista.<br />
Claro. Las FLN están a la expectativa (en los días del levantamiento<br />
y batallas en Chiapas). Las Fuerzas eran maestros universitarios,<br />
mujeres, obreros, intelectuales; todos estábamos aislados de<br />
esos combates (a partir del 83).<br />
Hoy usa el mismo argumento que esgrimió cuando en octubre<br />
del 95 fue arrestado: Me sembraron armas y droga. Yo fui a visitar<br />
a mi suegra, fueron algunas horas, alguna semana. Me estuvo interrogando<br />
un General, el nombre no importa ahorita, y otros policías.<br />
Pero bien en cuanto no hubo ningún maltrato físico.<br />
Otra respuesta que contrasta con lo que él mismo declaró ese<br />
56
año, cuando afirmó haber sido torturado por los elementos policiacos:<br />
Me secuestraron. Me torturaron toda la noche del sábado. Me<br />
tuvieron con los ojos vendados y encapuchado. Me interrogó un General<br />
cuyo nombre, al parecer, era Diego.<br />
Alguien a quien le atribuyen su pronta liberación entonces fue<br />
Rosario Ibarra de Piedra. Sí, esa mujer fundadora del club de la<br />
bata blanca que lideró el Dr. Margil.<br />
Y es precisamente en esta casa, la del Dr. Margil, en que hoy<br />
estamos. Ya es mediodía y el sol se afana en iluminarlo todo, implacable,<br />
dejar al descubierto cada rincón. Fernando accedió a la<br />
entrevista, pero bajo techo, a la sombra entre cuatro paredes.<br />
Voltea insistente a un muro en que está “La Lista de Ocosingo”,<br />
donde incluye las fotos y nombres de sus compañeros desaparecidos<br />
en los 70, a quienes siguen buscando, de quienes se niegan a<br />
aceptar una muerte que no ha sido comprobada.<br />
Nunca hemos considerado que están muertos, para nosotros son<br />
desaparecidos políticos, y “vivos los llevaron, vivos los queremos”.<br />
Existen fotografías de los archivos policiacos de la compañera detenida;<br />
el compañero detenido, con vida. Por eso no podemos reconocer<br />
que están desaparecidos o muertos.<br />
Hoy es reinaugurada ésta que antes fue “La Casa de Dr. Margil”,<br />
“El Museo Zapatista” y a partir de este día lleva el nombre de “Casa<br />
de Todas y Todos”. Historiadores vascos son los principales invitados<br />
y Fernando insiste en que este hogar es una gran trinchera en<br />
su incansable búsqueda por los desaparecidos.<br />
Minutos antes de acceder a la entrevista, el “Comandante de comandantes”,<br />
“El Hermano Mayor”, explicó a representantes de las<br />
Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Nuevo León (FUN-<br />
57
DENL) la dinámica del evento.<br />
Por supuesto, el primero en “La Lista de Ocosingo” es su hermano,<br />
el emblemático líder de las FLN y del Zapatismo hasta los días<br />
de hoy: César Germán, o “Hermano Pedro” o “Manuel”, como fue<br />
conocido en el clandestinaje.<br />
¿Entonces en el 83 hubo un rompimiento con el EZLN y con Rafael<br />
Sebastián Guillén Vicente (o el Subcomandante Marcos o ahora<br />
Subcomandante Galeano) ¿Hace cuánto no habla él ¿Cuándo<br />
estuvo la última vez en Chiapas ¿Ha ido a Los Caracoles<br />
No (hubo rompimiento con el EZLN ni con Marcos), claro que no.<br />
Ni yo ni las Fuerzas tenemos por principio causar problemas a otros.<br />
No fue un rompimiento, no es un acuerdo. Es la “solución de continuidad”,<br />
o sea un movimiento pequeño como es el de las Fuerzas siempre<br />
hemos sido pocos, siempre hemos sido concientes, es para eso, para hacer<br />
trabajo político, para crecer en la conciencia de otros, pero en los planes de<br />
un ejército entran sus mandos militares. El apoyo que tengan del pueblo<br />
para que los alimente, para que los proteja, es otro trabajo.<br />
Pues hace muchos años (que no habla con Marcos).<br />
Yo voy cuando me citan. Fui cuando la marcha de mis compañeros<br />
en el año del 2001, me pidieron que fuera a acompañarlos para que<br />
yo hablase con los diputados y los senadores y fui y lo hice. No fui a<br />
sustituirlos, fui a hacer la relación, nada más.<br />
¿Qué significa el cambio de mandos en el EZLN ¿Conoció muy<br />
bien a Moisés, el nuevo líder<br />
Pues es un poco lo de la edad.<br />
Claro, todavía conozco a todos los muchachos, cuando eran más<br />
jóvenes, ahora ya son adultos y bien formados y no tengo por qué<br />
preocuparme por ellos, si ya están grandes.<br />
58
¿Pero no les niega un consejo<br />
Pues si me lo piden lo doy, pero no ando diciendo: “Yo vengo a<br />
dar consejos”.<br />
Fernando deja más dudas sobre la creación de la base zapatista,<br />
pues contrario a lo que se ha documentado, asegura que nunca<br />
hubo participación de religiosos ni miembros de la Iglesia Católica.<br />
No, eso no es cierto. Categóricamente te digo que cuando vean<br />
nuestros papeles originales… no. Nunca participó ningún religioso<br />
en ningún acto armado, público, entrenamiento, reclutamiento, no.<br />
Samuel Ruiz es un personaje de la Teología de la Liberación, un hombre<br />
honesto reconocido por nosotros y el mundo, pero no podemos darle<br />
un titulo de “Samuel Ruiz Che Guevara” porque quiere el Gobierno hacerlo,<br />
no es correcto. No es “Che Guevara” ni nosotros tampoco.<br />
¿Entonces el “Comandante Rodrigo” no tenía esta comunicación<br />
con algunos religiosos que les ayudaban a la construcción de esta<br />
comunidad que serían las Fuerzas Liberación Nacional Hay quienes<br />
aseguran que había muchos religiosos con ustedes.<br />
No, no. Tú cuando tienes una vocación religiosa o una creencia<br />
no necesariamente porque seas un sacerdote, eres un simple creyente,<br />
si eres indígena, si eres norteamericano, respetamos esa creencia.<br />
Nosotros tenemos tesis escritas sobre la religión y trato con los<br />
religiosos, y son documentos que luego verán ustedes en archivos<br />
digitales y allí van a entender por qué no don Samuel Ruiz ni los religiosos,<br />
ni se invitaban para que fueran a dar misa (en casas de seguridad<br />
de las FLN) ni mucho menos.<br />
Si quieren ir a la iglesia, pues los llevamos a la iglesia.<br />
Hay algunos testimonios que comentan que para ellos fue muy<br />
difícil, pues por su formación eran “espantacuras”, luego depen-<br />
59
der de los religiosos y ver a algún religioso con alguna indígena en<br />
una vida de pareja.<br />
Pues nomás dime quién es (el que lo dijo) y me lo presentas, porque<br />
te diré ¿Y tú cuando estuviste conmigo en la selva Y que me<br />
diga cuándo estuvo, y le voy a decir lo mismo que te dije ahorita:<br />
¡Estás mintiendo: tú nunca estuviste en la selva ni en ninguna parte!<br />
Entonces que no te engañen a ti, a mí no me pueden engañar…<br />
¿Cuál religioso, cuál indígena, cuál en vida conyugal<br />
En este punto es cuando su tono de voz cambia, eleva el ritmo<br />
y marca distancia, es áspero y confrontativo. En algún momento<br />
temo que dé por terminada la entrevista. A lo lejos hay aplausos de<br />
los invitados entre cada intervención de los vascos.<br />
¿Usted sigue entonces en el trabajo de despertar conciencias<br />
Sí, bueno, nunca se ha planteado que las Fuerzas sigan una política<br />
de masas, ganen una elección para Gobernador. No somos eso.<br />
Insiste en proyectar un perfil bajo y vuelvo entonces al punto en<br />
que se crea el EZLN y se separa de las FLN en el 83. Él regresa a la<br />
posición amable.<br />
¿Y por qué no decidió sumarse al EZLN<br />
Gracias porque me veas tan joven, pero no lo soy, Jijiji. Un soldado<br />
de 45, 50 años (en el 83), es un… en ese momento. No es el Pentágono,<br />
es la selva.<br />
Después de estas cuatro décadas en el momento en que nos encontramos<br />
hay una gran descomposición social.<br />
Considero que la violencia actual es algo que nos están trayendo<br />
de afuera por motivos económicos, políticos o militares que están<br />
causando problemas para desestabilizar a México.<br />
¿Cómo es la vida de alguien que estuvo durante 40 años en lucha,<br />
¿cómo analiza esos momentos<br />
60
Considero que lo que se escribió hace 40 años en palabras redactadas<br />
por mi hermano “Pedro”, “Manuel”, César, de decirnos: “Es<br />
que esta es una larga lucha que llevará generaciones, que será muy<br />
cruenta, muy dolorosa, que será muy difícil; que no se debe de engañar<br />
a nadie con un triunfo fácil, donde luego luego va a resolverse un<br />
cambio para nuestro país”. Eso lo tengo muy metido en la cabeza,<br />
en mis ideas, por lo tanto lo único que pudo decir es que se ha avanzado<br />
en estas generaciones, podríamos decir tres generaciones desde<br />
aquella época a la actual, pero estoy conciente de que falta más.<br />
Pero yo no voy a participar en hacer lo que esas generaciones tienen<br />
el deber de hacer.<br />
Ellos simplemente con nuestros archivos digitales sabrán cómo se<br />
pensaba hace 40, 50 años, qué situación política prevalecía y compararán.<br />
Dirán: “Bueno, ¿seguimos avanzando por allí o modificamos<br />
y avanzamos mejor”, pero son decisiones de ellos.<br />
¿Ha pensado en retomar las armas<br />
Claro que no, ni lo deseo ni a mí ni a nadie; necesitamos que el<br />
País cambie por otros medios más humanos. El tomar armas no consiste<br />
en la voluntad de los ofendidos, sino en el entendimiento del<br />
que ofende, del que agrede; cuando ellos dejen de hacerlo, pues el<br />
pueblo no tiene por qué oponerse violentamente a ser reprimido. Es<br />
al revés de lo que se dice.<br />
Eso de que “yo tengo el derecho legal de reprimirte” es una bonita<br />
cobertura para reprimirte y ya, pero nadie tiene ese derecho.<br />
¿Algún mensaje tanto para compañeros contemporáneos, esos<br />
de los 60, de los 70, que todavía están al pendiente de usted, como<br />
a otros como “Rodrigo”, que todavía están cada quien desde su<br />
trinchera... ¿a Rafael Sebastián Guillén Vicente<br />
Lo único que les deseo a ellos, a los compañeros, que estén bien de sa-<br />
61
lud, pensar igual que siempre pensamos, en que México debe de cambiar.<br />
A todos, a él (Rafael), a los compañeros: No quiere decir que porque<br />
no estemos aquí como entes parados no estén haciendo lo que<br />
es su deber, y nosotros estamos haciendo el nuestro aquí en Monterrey,<br />
estamos muy lejos.<br />
Familia, amigos cercanos y algunos jóvenes universitarios que<br />
trabajan como bases de apoyo en la “Casa de Todas y Todos” forman<br />
el 90 por ciento de los asistentes a este evento, que en total<br />
podríamos sumar 40. Tras las participaciones de historiadores y<br />
miembros de FUNDENL, a nuestras espaldas empieza la convivencia<br />
con tamales, café y agua de sabor.<br />
Puede ser el ocaso de un guerrillero, pero no de un activista a quien<br />
todos aquí llaman “abuelo” de manera cálida –algunos hasta divertida–.<br />
Cuando estoy por lanzar preguntas más fuertes, da por terminada<br />
la entrevista y me dice que cualquier otro cuestionamiento<br />
lo contestará por escrito. Caminamos un poco y ya en el patio,<br />
ahora sí bajo el sol pleno, le pregunto: Por cierto ¿este es el nogal<br />
y esa la anacua en donde están depositadas parte de las cenizas<br />
de su madre, verdad<br />
¿Queeé No. Las cenizas de mi madre las esparcí en una laguna,<br />
una cascada, en Chiapas, donde desapareció César. Me acompañó<br />
el Subcomandante Marcos y otros.<br />
¿Pero el nogal es el que trajeron sus padres de Monclova<br />
Sí, ellos lo sembraron hace muchos años.<br />
Otra declaración contradictoria de Fernando con respecto a lo<br />
que dijo y mostró su hermano Octavio.<br />
La historia de Fernando Yáñez Muñoz es la de un guerrillero, un<br />
librepensador, un arquitecto, un rebelde. ¿La de quién<br />
Soy además antropólogo y profesor. Todo lo que dijiste. Fui un<br />
62
mexicano que no vio más alternativa para nuestro país que luchar<br />
con las armas, crear un ejército y no dar por concluido el trabajo, en<br />
este caso de las Fuerzas, hasta que eso se hubiera logrado.<br />
Cuando se logró, se dejó que el ejército (EZLN) tomara su derrotero,<br />
su camino, su rumbo, y nosotros seguimos existiendo en lo legal.<br />
Quien pronuncia estas palabras, ¿es el líder que hereda y reconoce<br />
sus errores y limitaciones, quien no es más que una referencia<br />
histórica y distante en el Zapatismo ¿Es a quien por estas mismas<br />
palabras no podrá llegarle la “gloria” de ser reconocido como<br />
el máximo dirigente del movimiento armado más relevante desde<br />
el 94 a la actualidad, y por quien el indigenismo mexicano fue<br />
puesto en la agenda internacional<br />
¿Es él, o es quien en realidad sigue tomando las decisiones anónimamente,<br />
quien de manera estratégica se transporta entre los<br />
mundos de “Abajo” y de “Arriba” –como dicen los zapatistas– siendo<br />
uno de los mayores líderes<br />
Escurridizo lo es, sin duda. Incluso importantes ex miembros de la<br />
Comisión para la Concordia y Pacificación (Cocopa) se sorprendieron<br />
cuando los enteré de esta entrevista: ¿En serio ¿Todavía está vivo<br />
En este momento recuerdo lo que el 25 de mayo del 2014 reconoció<br />
públicamente el Subcomandante Marcos; ese día abandonó esa<br />
capucha y se enfundó la de “Galeano” pues hizo público que “Marcos”<br />
no fue más que una botarga, una representación que inventó<br />
el Zapatismo para distraer la atención de los medios para desviarla<br />
de lo realmente importante.<br />
Y entonces leo el primer reporte interno de las FLN emitido en el 69,<br />
escrito por César Germán: “la discreción es la mejor protección que poseemos<br />
y que practicarla es algo tan indispensable, que de ello depende<br />
nuestra existencia; ser discretos en todas partes, sin excepción.<br />
63
“Debemos insistir a nuestros compañeros que su participación<br />
en luchas abiertas, democráticas, no sólo es inútil, sino perjudicial,<br />
pues sus resultados son la vigilancia policiaca cuando no la cárcel o<br />
la muerte; que su asistencia a un mitin, protesta o reunión abierta,<br />
sólo los señala como presuntos enemigos del régimen”.<br />
Así planteaba el inicio de la lucha armada y el anonimato como<br />
su única forma de sobrevivir en la batalla que duraría “muchas<br />
generaciones”. Ésa en la que Fernando dice que continúa en su<br />
personal puesta de sol.<br />
Abuelito, ¿me presta la tableta, interrumpe la<br />
entrevista el niño de unos ocho años dirigiéndose<br />
a Fernando, o al “Comandante de comandantes”<br />
o al “Hermano Mayor” o “al chofer” de<br />
César Germán, o quien quiera que sea este evasivo<br />
hombre.<br />
¿Cuál tableta, si yo no uso siquiera, ¿cuál, responde<br />
él divertido y volteando a todos lados.<br />
La que le dio mi mamá, insiste el chamaco, tratando<br />
de acurrucarse con Yáñez Muñoz.<br />
No, dile que no tengo yo… nunca he tenido ninguna<br />
tableta. Luego vienes, porque no sé de qué<br />
me hablas.<br />
El niño da la espalda y corre hacia su mamá,<br />
entonces Fernando lo persigue con la mirada y<br />
le grita: Oye, Germán…<br />
64
Fernando Yáñez durante el evento de inauguración de “La Casa de Todas y Todos”, dialogan<br />
con activistas en búsqueda de desaparecidos de NL.<br />
65
II<br />
Vacío errante<br />
66
“Aún respiramos por la herida. De ahí que<br />
el sentimiento de orfandad sea el fondo<br />
constante de nuestras tentativas políticas y<br />
de nuestros conflictos íntimos. México está<br />
tan solo como cada uno de sus hijos”.<br />
67
Sólo una entrevista<br />
Tanto lío, si yo sólo busco una entrevista con Marcos.<br />
Esto se complica cada vez, aunque nada me motiva más para seguir<br />
escarbándole al asunto que haber llegado con los Yáñez Muñoz.<br />
¿Cómo di con ellos<br />
Al empezar a documentarme sobre el EZLN los archivos periodísticos<br />
guiaron a César Germán como el gran líder de las FLN, a<br />
su padre el Dr. Margil y a lugares donde todo empezó, las casas de<br />
Diego de Montemayor y la de El Mezquital.<br />
La de Diego de Montemayor es un lugar por el que infinidad de<br />
veces pasé de frente desde mi infancia, incluso llegué a entrar a<br />
una tienda a un lado de la construcción.<br />
La de El Mezquital está ubicada en el mismo sector en donde<br />
viví muchos años; lo más sorpresivo para mí es que está a pocos<br />
metros de la vivienda de unos amigos, a quienes acompañé en<br />
algunas ocasiones allí a principios de los 90 ya siendo reportero.<br />
Nunca imaginé lo que en ese lugar sucedía, hasta ahora, dos décadas<br />
después.<br />
Para mi sorpresa, contacté a Germán Yáñez González, hijo de la<br />
leyenda guerrillera César Germán Yáñez Muñoz, por Facebook mediante<br />
uno de mis amigos de la universidad quien ni idea tenía de<br />
la relación de éste con el Zapatismo.<br />
Insisto, sólo quería una entrevista “bomba” como aquella que<br />
se me escapó la primera semana de enero de 1996 cuando era reportero<br />
en Monterrey y fui a la oficina en la colonia Central de la ya<br />
entonces polémica abogada Raquenel Villanueva Fraustro, famosa<br />
defensora de los principales capos de la droga del País en esos<br />
tiempos, pues yo quería los datos de un pequeño cargamento de<br />
68
droga decomisado en la ciudad que se ventilaba en el Ministerio<br />
Público Federal.<br />
Aunque con ella nunca desarrollé mayor interacción que la que<br />
tenía con los abogados de la fuente policiaca, siempre fue muy<br />
amable conmigo. Esa tarde, sin venir al caso, me dijo: ¿Quieres que<br />
te dé la entrevista de tu vida ¡No te vayas a rajar, mijo! Bueno, entonces<br />
vámonos. Se levanta de su silla y se asoma por las cortinas<br />
de una ventana que daban a la calle. Mejor vente por acá, pero usted<br />
calladito.<br />
Sin saber a qué se refería la seguí al fondo de la oficina y de<br />
pronto abrió una puerta disimulada que nos llevó por un pasillo<br />
oscuro. Era una conexión entre su despacho y una casa a espaldas<br />
de la propiedad, algo que pocos sabían, según me dijo.<br />
Ya sabes, luego me andan vigilando y allí tienes a los pendejos<br />
judiciales afuera de la casa esperando a que yo salga. Me vengo por<br />
este lado y aquí tengo otro carro, entonces salgo por la otra calle.<br />
Así sucedió y nos fuimos en su auto. Me parecía toda una exageración<br />
para hacerse la importante, pues cuando corrió la cortina<br />
no vi a policía o sospechoso alguno vigilando la calle. ¡Y luego lo<br />
del pasadizo secreto!<br />
Imperdonable, pero en esos momentos no recordé que en 1988<br />
habían atentado contra su vida en esas mismas oficinas, cuando le<br />
lanzaron un explosivo.<br />
Mientras ella conducía, platicábamos de algunos casos de interés<br />
público, pero principalmente de la tecnología y audio que tenía<br />
su coche nuevo; no hubo capuchas ni vendajes en los ojos para<br />
evitar que me diera cuenta a dónde íbamos. Simplemente la conversación<br />
del momento me impide recordar el camino exacto por<br />
69
el que viajamos unos 45 minutos, la mayoría entre el intenso tráfico<br />
regio. Cada que le preguntaba a dónde y con quién íbamos, me<br />
decía que tuviera paciencia.<br />
Detiene la marcha del auto frente a una finca en una zona campestre<br />
del Municipio de Benito Juárez, en la Zona Metropolitana<br />
de Monterrey; había un portón que no dejaba ver hacia adentro y<br />
nada indicaba que fuera una propiedad lujosa.<br />
Pérame, me dice mientras realiza una llamada desde su celular;<br />
se escucha la voz de un hombre del otro lado de la línea, pero no<br />
logro entender sus palabras.<br />
¿Qué pasó, señor Estoy aquí afuera y traigo a un reportero para<br />
que platique con usted, así como quedamos.<br />
¿Cómo; bueno, sí claro. Usted me dice entonces. Saludos.<br />
Palabras más, palabras menos, eso es lo que Raquenel dice al<br />
teléfono.<br />
Ni modo mijo, no se hizo, ya estaba, pero pues le salió una emergencia,<br />
una fregadera de un fierro que tiene que conseguir y lo dejamos<br />
para después.<br />
¿Quién era, abogada<br />
¡Pos Juan García Ábrego!, vas a entrevistar al señor. Vive aquí desde<br />
hace mucho y unos amigos abogados me pidieron que los ayudara<br />
porque quieren ver la forma de negociar “algo”, por eso quieren<br />
que hable con un reportero, pero le salió la urgencia de lo del rancho<br />
o la camioneta, no sé, y no va a llegar ahorita. Es que le llamé desde<br />
hace rato pero no me contestaba, hasta ahorita. Yo te digo si se hace<br />
más noche o mañana.<br />
¿Era Juan García Ábrego, el líder del Cártel del Golfo y en ese<br />
entonces el capo más buscado por México y Estados Unidos junto<br />
70
con los hermanos Arellano Félix. Ella necesitaba un reportero en<br />
ese momento y quienes eran de su confianza no respondieron el teléfono<br />
–la eficiencia de los celulares en ese tiempo no era tan buena<br />
y además no todos podían traer uno–, por eso cuando llegué<br />
aprovechó la oportunidad, además de que yo trabajaba para uno<br />
de los más importantes medios del norte del País.<br />
Sabía que de haberme dicho que íbamos a esa entrevista, pero<br />
que no podía informar a nadie y sin que fueran compañeros fotógrafos,<br />
seguramente yo “me hubiera rajado”. Tenía razón.<br />
En esas fechas Los Zetas no existían y “El Chapo” Guzmán no<br />
era lo que llegó a ser en los siguientes años.<br />
Raquenel me pidió que no dijera a nadie de la entrevista porque<br />
si no “se cebaba”.<br />
Me parecía increíble lo que la abogada me decía, aunque desde<br />
mucho tiempo atrás había fuertes rumores de que García Ábrego<br />
vivía en Monterrey como un empresario de medio pelo. Además, la<br />
finca era bastante modesta y nadie a excepción de unos perros que<br />
se escuchaban ladrar a lo lejos vigilaba la zona.<br />
¿El capo más poderoso de México vive aquí y de esta forma,<br />
¡por favor!<br />
Pasaron los días y, aunque incrédulo, me quedé esperando la llamada<br />
que nunca llegó. Ya hasta se me había olvidado el incidente<br />
cuando el 15 de enero Óscar Díaz, jefe de prensa de la Delegación de la<br />
PGR en Nuevo León, entró conmigo a la Redacción pues habíamos ido<br />
a comer ya que yo era el responsable de esa fuente informativa.<br />
Me adelanté porque Óscar hizo escala en el baño y al bajar las<br />
escaleras en un área abierta todos voltearon a verme de inmediato:<br />
Reporteros, editores y directivos. Un directivo me confrontó desde<br />
71
lejos: ¿Es cierto ¿Lo detuvieron ¿Dime que traes todo<br />
Al ver en mi cara que no tenía idea de lo que me preguntaba,<br />
desesperado pidió que me acercara al televisor. Los canales nacionales<br />
informaban que García Ábrego había sido detenido un día<br />
antes en Monterrey, trasladado a la Ciudad de México y estaban<br />
esperando para su deportación a Estados Unidos.<br />
Fueron horas de gran escándalo; la captura sin disparar un solo<br />
tiro causó tanta o más polémica que la reciente caída de “El Chapo”<br />
Guzmán este 2014.<br />
Yo no sabía nada, tampoco el vocero de la PGR –lo que me salvó<br />
de una severa suspensión–, pero las imágenes del lugar de la detención<br />
me confirmaron de inmediato que era la finca a la que me<br />
había llevado Raquenel una semana antes.<br />
No, de haber sabido a lo que iba, no hubiera aceptado ir solo<br />
con ella a esa entrevista. Por más que trate de convencerme que sí,<br />
entiendo que ser padre de un niño de dos años había hecho que yo<br />
fuera más precavido, o simplemente era el pretexto para no ser tan<br />
arriesgado, para decirlo de manera romántica. Aunque en mi pueblo<br />
Linares a eso le dicen ser “culo”.<br />
Busqué a Raquenel los siguientes dos días sin obtener resultados<br />
hasta que ella llamó. En las siguientes semanas nos puso en<br />
contacto con Carlos Reséndez Bortolucci, “El Cerebro Financiero”<br />
del Cártel del Golfo, quien me concedió entrevistas exclusivas.<br />
Esos fueron mis últimos días en la fuente policiaca y en la ciudad,<br />
por lo mismo desde entonces perdí todo contacto con la abogada,<br />
quien sobrevivió a otro bombazo en su despacho en 1998;<br />
fue baleada en un hotel de la Ciudad de México en 1999 y finalmente<br />
fue ejecutada a mansalva en agosto del 2009 en Monterrey.<br />
72
EN MIS NARICES.- Tenía ya casi seis meses de buscar infructuosamente<br />
cómo acercarme al EZLN o a Marcos, cuando en diciembre del<br />
2012 platicaba sobre esto con mis hermanos Raymundo y Raúl, y me<br />
dicen: ¿Y ya le preguntaste a… ella conoce a una persona que en algún<br />
momento estuvo muy cercana a Marcos Acuérdate que visitaron a Raquel<br />
y Carlos (nuestra hermana y su ahora esposo) cuando estudiaba en<br />
Madrid. Pues no te habíamos dicho porque tú no nos habías platicado.<br />
Así, de una reunión en la capital española fue como contacté a<br />
la gente alguna vez íntima del Subcomandante.<br />
‘El Pajarraco’ tocado por Dios<br />
Es un oasis en el desierto. Así es su pequeña pero lapidaria sonrisa;<br />
pocas personas transmiten tanta sinceridad y paz consigo<br />
mismo. Por supuesto que podrán mentarme la madre y quizá hasta<br />
esté equivocado totalmente, pero al menos eso fue lo que me dejó<br />
esta entrevista del viernes 22 de agosto del 2014 en Saltillo.<br />
Habla, habla y habla; contesta a todo lo que se le pregunta y<br />
cada respuesta parece alejada de la hipocresía, el temor o la estrategia.<br />
Muchos lo condenarán por lo que dijo, no le perdonarán lo<br />
que confesó esta tarde en que no hubo vino ni hostia, en que los<br />
cambió por una cerveza y un rico platillo –que al final sólo probó–<br />
en el semidesierto coahuilense.<br />
Jajaja. Hubo un momento en que don Samuel Ruiz explotó y le reclamó<br />
(al ELZN) porque se habían llevado a todos sus catequistas.<br />
Yo nunca participé con los guerrilleros, pero siempre estuve al<br />
tanto de lo que ocurría en Chiapas.<br />
Una declaración totalmente distinta a lo que dijo Fernando Yáñez<br />
Muñoz.<br />
73
Quien la pronuncia está en el ojo del huracán internacional por<br />
las acusaciones tan severas como la de tratante de blancas, además<br />
de múltiples amenazas de muerte en su contra.<br />
Hoy eligió esta tarde en Saltillo para simplemente conversar sobre<br />
profundos recuerdos poco compartidos –aclara–. Es una pausa,<br />
un suspiro apenas, en la vorágine de fama mundial que se aferra<br />
en atraparlo, pero que él dice vencer a cada instante.<br />
Recuerda a la mujer de su vida, la eterna Yolanda, a quien tuvo<br />
que dejar cuando a los 19 años decidió seguir el camino de la Iglesia.<br />
Ambos sufrieron y lloraron, pero Dios hizo su trabajo. Por lo<br />
mismo se reencontraron sorpresivamente 25 años después, cuando<br />
como sacerdote fue llamado a dar los Santos Óleos a un jovencito:<br />
El nieto de Yolanda.<br />
Era un Padre Amaro cualquiera. No, no lo dice con descaro ni<br />
mofa, más bien con un tono de tierna y bochornosa disculpa cuando<br />
habla de las tentaciones que lo han acechado como religioso.<br />
Explica que cuando tenía 31 años y era vicario en una parroquia<br />
en Toluca sostuvo una relación de pareja con una joven veinteañera<br />
¡por más de dos años!, pero ella no es la mujer de su vida, es<br />
Yolanda.<br />
Al ver nuestra cara de estupefacción por lo que dice, explica que<br />
el celibato es un invento económico para que los hijos de los Papas<br />
no reclamaran la herencia.<br />
Los arzobispos de Oaxaca siempre le dijeron al Papa lo que había.<br />
Aquí el 75 por ciento (de los sacerdotes) son casados, o el 60,<br />
según fuera. Casados por lo civil y la iglesia.<br />
El problema es cuando el sacerdote lo declara, insiste, el problema<br />
es por habladores.<br />
74
A punto de cumplir los 70 años, no teme morir en este mismo<br />
momento y sus últimas palabras serían para sus ejecutores, que se<br />
sabe habría muchos debido a las tantas amenazas que hay sobre<br />
su vida, entregada a la defensa de los migrantes en su albergue. Sí,<br />
ésos que hoy nos recuerdan que Centroamérica sufre una las peores<br />
crisis humanitarias en su historia.<br />
Entre trago y trago de cerveza se revela este oasis en el desierto.<br />
En algún momento un ave sobrevuela el árido horizonte: De niño<br />
me decían “El Pajarraco”. Yo tenía los pelillos parados.<br />
Así fue su infancia, tiempos antes de que, ya adolescente, lo<br />
acusaran de depravado por quitarle los calzones a una compañerita<br />
–la verdad se le habían caído a ella porque los “elásticos” estaban<br />
muy guangos o era muy grande y él sólo los jaló en el piso y<br />
los lanzó desde el segundo nivel del edificio– por lo que lo expulsaron<br />
de la escuela; y antes de Yolanda y de aquella joven que por<br />
poco lo arranca de la Iglesia.<br />
Hoy recuerda eso y lo confiesa de una manera en que proyecta<br />
una paz interior poco común; dice estar reconciliado con sus<br />
errores, temores y demonios: No soy un hombre de nostalgias,<br />
asegura. Ni una pizca de altivez, rencor, odio o desprecio aparece<br />
en su rostro.<br />
Ni siquiera cuando señala que ante la posible muerte, sólo le<br />
pedía a un Obispo que quien lo sustituyera no fuera un sacerdote<br />
PUTO: Si me matan, por favor ponga un sacerdote en mi lugar, pero<br />
que no sea puto.<br />
Esta simple declaración lo condenará –para muchos–, pero<br />
quienes estuvimos con él en la mesa esta tarde coincidimos en que<br />
sus palabras no fueron de denostación por una preferencia sexual,<br />
75
fue más bien de calificativo para una persona con un grado de perversidad<br />
que aprovecharía una posición de poder.<br />
Es un oasis en el desierto ¿Espejismo Para quienes compartimos<br />
el pan y la sal esta tarde, no.<br />
Él es un “Pajarraco” tocado por Dios que representa la única esperanza<br />
en México para miles de migrantes golpeados por las peores<br />
bajezas de esta sociedad de nuestros días. Mañana la historia<br />
nos dirá si fue sólo eso o en realidad coexistió con el lado siniestro<br />
que algunos le atribuyen.<br />
Él es Alejandro Solalinde Guerra, de pequeña sonrisa.<br />
Alejandro Solalinde brinda con nosotros durante la entrevista en Saltillo.<br />
76
Las aulas subversivas<br />
¿Cinco y no tres Pues sí, “me suena”. Sí había muchas familias enteras<br />
que estaban dentro, pero entiende que el movimiento se basa<br />
en información compartimentada, es decir, cada quien sabía sólo<br />
lo que tenía que saber por si caías en manos de las autoridades no<br />
tener nada qué revelar. Entonces me “cuadra” que hayan sido cinco<br />
los Yáñez Muñoz los que intervinieron.<br />
Ahora que lo dices por supuesto que mandábamos gente a Estados<br />
Unidos, que había talleres allá; no sabía de Lina, pero todo<br />
cuadra. Lo que sí te puedo confirmar de primera mano son las casas<br />
de seguridad, la de El Mezquital y la de Diego de Montemayor. Lo<br />
de las casas en la Región Citrícola de Nuevo León, porque a mí me<br />
tocaba llevar a los grupos. Íbamos a Linares, a Santiago, y allí había<br />
gente que nos recibía.<br />
Así habla un profesor poco común, quien desde finales de los 70<br />
hasta los 90 combinó la docencia con la causa rebelde. Maestro de<br />
muchos de los actuales mandos indígenas zapatistas, recuerda que<br />
hace cuatro décadas algunos de los insurgentes más activos provenían<br />
de las ciudades norteñas.<br />
Explica que la estrategia de las FLN fue establecer dos grandes<br />
centros de adiestramiento militar, uno en Chiapas como Frente Zapatista,<br />
y el otro en la sierra de Chihuahua, como el Frente Villista.<br />
Sin embargo los “Neocentauros del Norte” no prosperaron.<br />
¿Cómo puedes generar una revolución con obreros norteños<br />
que trabajaban y vivían en ese tiempo (80 y 90) en condiciones<br />
envidiables para el resto del País y seguramente de Latinoamérica<br />
Las empresas en todo el norte mexicano seguían el ejemplo<br />
de los grandes corporativos regiomontanos con esquemas<br />
77
de bienestar integral para sus empleados: Inmejorables salarios,<br />
utilidades, clubes deportivos, servicio médico de primera,<br />
vivienda, salud emocional y todo eso.<br />
Era difícil hasta cuando traíamos a los grupos indígenas a la casa<br />
de los Yáñez Muñoz. Una vez venía un grupo grande de Chiapas y<br />
Oaxaca y teníamos una reunión con obreros en Monterrey, la idea<br />
era que los indígenas vieran que era un movimiento con mucho apoyo<br />
e identidad nacional.<br />
Llegamos a una casa en una colonia popular en Monterrey, y<br />
aunque era modesta ellos no conocían las casas de material. Luego<br />
había bastante pollo asado, hasta repitieron. ¡Los indios nunca ven<br />
piezas de pollo dobles en sus platos! ¿Te das cuenta lo que significó<br />
para los indígenas chocar con eso, recuerda el profesor.<br />
Por qué no prosperó el Frente Villista, se cuestiona. Entre otras<br />
cosas debido a que no había amarrada una estructura entre indígenas<br />
explotados y religiosos instigadores. Además carecían de la<br />
cercanía geográfica que tuvieron los zapatistas con Centroamérica,<br />
pasada en esas décadas por innumerables procesos guerrilleros.<br />
Los trabajadores del norte mexicano históricamente fueron puntales<br />
de movimientos por la justicia social, sin embargo, en el florecimiento<br />
insurgente de las FLN por todo el País el proletariado fue<br />
un factor ambiguo.<br />
PALABRA DE PROFESOR.- El profesor escribió las siguientes<br />
líneas para compartir de propia letra su experiencia en la guerrilla.<br />
Aclara que en cada rincón del País y en todo tiempo la falta de<br />
libertad está presente en sus diferentes formas y por lo mismo el<br />
hambre de rebelión y justicia deambula errante de norte a sur:<br />
78
Fui maestro de muchos líderes indígenas del EZLN desde que<br />
eran casi niños y no siempre en la selva sino también en diversas<br />
casas de seguridad en las ciudades, en las que pasaban temporadas<br />
aprendiendo oficios relacionados con la organización y otras habilidades<br />
necesarias: salud, artes gráficas, carpintería, zapatería, hasta<br />
cocina y otros oficios.<br />
Me acuerdo de casas en estados del occidente, del centro del País y<br />
del norte en ciudades grandes, pero también en pueblos pequeños muchas<br />
de ellas con responsables profesionales clandestinos y otras propiedad<br />
de colaboradores y simpatizantes, a las que llegaron en grupos<br />
grandes o en forma individual jóvenes y adultos indígenas mujeres y<br />
hombres, temporadas cortas o largas. Siempre para realizar algún tipo<br />
de aprendizaje o asistir a consultas médicas especializadas.<br />
Los maestros dábamos clases básicamente de alfabetización y<br />
primaria. Muy pocos de los visitantes tenían nivel de secundaria.<br />
Además, ya como responsables de algunas de esas casas generábamos<br />
programas de actividades cotidianas con un sentido formativo,<br />
orientadas a familiarizar a estos compañeros con ciertas tecnologías,<br />
uso y costumbres de la ciudad, tales como el manejo seguro<br />
de la energía eléctrica y el gas; en el uso de aparatos y máquinas<br />
domésticas, bicicletas, automóviles y muchos adminículos que era la<br />
primera vez que veían.<br />
Quien fuera Capitán y luego el Mayor Mario fue uno de los más<br />
chicos de mis estudiantes en aquellas épocas, o el ahora Subcomandante<br />
Moisés fue un insurgente al que conocí mucho tiempo después,<br />
ya en la selva.<br />
Los vi crecer y casarse a muchos y muchas de ellos como miembros<br />
del EZLN por sus propias leyes.<br />
79
Quienes éramos maestros en esas épocas fuimos muy apreciados<br />
por todos los compañeros no indígenas por el vínculo tan importante<br />
que nos tocó desempeñar con toda la población indígena de las comunidades<br />
y con los que decidían ser insurgentes.<br />
Podría referir fácilmente diez o más seudónimos de maestros que<br />
colaboramos en aquellos tiempos, pero los más destacados son sin<br />
duda los de dos grandes mujeres: Paula y Rosita, profesoras originarias<br />
de colonias populares del Distrito Federal como yo mismo, que<br />
fueron un gran apoyo tanto en las ciudades como en el monte. Rosita<br />
y Paula pasaron años en diversos campamentos del EZLN enseñando<br />
las primeras letras a cientos de insurgentes.<br />
Su origen citadino y formación tradicional no fue obstáculo para<br />
que dejaran a sus familias y sus exitosas carreras y se fueran a la<br />
selva. Ambas sufrieron de enfermedades graves ya en los campamentos,<br />
como leishmaniosis y paludismo, entre otras.<br />
Estoy seguro que muchos de los actuales mandos zapatistas las<br />
recuerdan todavía con afecto.<br />
A las casas en las ciudades también llegaban a dar talleres y hasta<br />
misa –con ocasión de la llegada de compañeros indígenas– diversos<br />
colaboradores profesionales, médicos, periodistas, sacerdotes y<br />
religiosas, artistas, dentistas y otros profesionales médicos que colaboraban<br />
visitando a los pacientes en las casas o atendiéndolos en<br />
sus consultorios de manera gratuita.<br />
Me acuerdo de “Diente Frío”, quien cuando las compañeras tenían<br />
la boca abierta durante alguna curación contaba chistes contrarevolucionarios,<br />
misóginos o racistas, aprovechando que ellas no<br />
podían protestar.<br />
En realidad lo más sorprendente para mí en esa época fue cons-<br />
80
tatar la participación de diversos personajes de la Iglesia, pues nosotros<br />
éramos ateos y me daba cuenta de que la relación de la organización<br />
con ellos en muchos casos no era personal solamente, sino<br />
evidentemente institucional.<br />
Durante el tiempo que tuve alguna responsabilidad en el norte de<br />
la República pude darme cuenta de la importancia de que nuestras<br />
actividades fueran acogidas con simpatía y colaboración por representantes<br />
de la Iglesia, quienes seguramente deben haber tenido<br />
convicciones progresistas en la profesión de su fe.<br />
Ellos eran quienes nos hospedaban en los trayectos de ciudad en<br />
ciudad y nos contactaban con diversas personas que luego colaboraron<br />
o militaron con nosotros. Son memorables las inmejorables<br />
condiciones en que dormíamos y comíamos cuando los colaboradores<br />
a los que visitamos eran sacerdotes o religiosas.<br />
Muchos de los colaboradores de la organización no sólo fueron<br />
personas cercanas y fieles de los sacerdotes y religiosas que colaboraban<br />
con nosotros, sino también sus familiares, quienes vivían en<br />
otras ciudades o estados diferentes a aquellos en que ellos cumplían<br />
sus ministerios.<br />
En un principio me parecía contradictoria la gran participación<br />
religiosa en actividades de la organización, como lo que significa haber<br />
presenciado un servicio religioso realizando personalmente por<br />
un sacerdote en una de nuestras casas de seguridad para un grupo<br />
de compañeros indígenas. Esta primera percepción fue adquiriendo<br />
sentido para mí cuando empecé a trabajar en contacto más cercano<br />
con los compañeros indígenas.<br />
Ellos se estaban organizando con nosotros por su convicción de<br />
cambio y por sus coincidencias revolucionarias, originadas en sus<br />
81
extremas condiciones de pobreza y abandono social, pero eso de<br />
ninguna manera implicaba que debieran renunciar a sus tradiciones<br />
y su religiosidad.<br />
El laicismo fue una cosa difícil de entender en ese periodo tanto<br />
para ateos como para religiosos dentro de la organización.<br />
No obstante las mayorías pesan, y la organización de profesionales<br />
rápidamente se fue haciendo mayoritariamente indígena y el<br />
trabajo de las ciudades se fue volcando fuertemente a sostener el<br />
crecimiento en la selva.<br />
Fue en esas épocas que los de las ciudades empezamos a subir<br />
para minimizar el traslado a las ciudades de grandes grupos de<br />
compañeros indígenas. Los campamentos se convirtieron en escuelas,<br />
hospitales, teatros, bibliotecas, galerías, además de ser espacios<br />
de entrenamiento y formación política.<br />
Pasábamos un mínimo de seis meses en un campamento para<br />
cumplir con actividades educativas directas y formar a un grupo de<br />
insurgentes como maestros.<br />
Los médicos debían moverse más rápido, pues no sólo se exigía<br />
su presencia en los campamentos, sino también en las comunidades<br />
que eran bases de apoyo y en otras que simpatizaban con el movimiento.<br />
La formación de cuadros sanitarios era muy necesaria e importante<br />
y en ello nuevamente la participación de la Iglesia fue decisiva<br />
no sólo para conseguir recursos y donaciones, sino para atender<br />
directamente a la población.<br />
Muchos de los insurgentes padecieron enfermedades graves por<br />
permanecer en el monte; las comunidades, aunque pobres, presentaban<br />
condiciones menos hostiles que la selva y eso se convirtió en<br />
82
un problema serio en algún momento y en una prioridad, por lo que<br />
finalmente la opción de la ciudad nunca pudo ser descartada.<br />
No cabe duda que el contacto con lo diferente fue la fuente de impulso<br />
más grande en ese movimiento social.<br />
Me consta el enorme efecto moralizante que tenía en los compañeros<br />
y comunidades indígenas constatar el interés, abnegación y<br />
apoyo de muchos “blancos” (como nos decían en español) con el<br />
movimiento, ya fuera cuando ellos venían a las ciudades y visitaban<br />
casas en las que veían mucha gente colaborando; sea cuando esos<br />
“blancos” éramos vistos en la montaña sufriendo las hostilidades<br />
del medio y esas condiciones de una manera a veces cómica para<br />
ellos, pero completamente comprometidos.<br />
Para nosotros constatar su pobreza y las injusticias a las que a<br />
diario se ven sometidos, pero también su fortaleza y capacidad organizativa<br />
y de autonomía, era en todos los casos un motivo de fortalecimiento<br />
de nuestra convicción.<br />
No obstante las percepciones y los sentimientos no son suficientes<br />
para llevar una causa al éxito, y una causa como la indígena condensa<br />
tanta historia y contradicciones como pocos temas sociales.<br />
Pienso que la causa indígena es algo así como un “hoyo negro en lo<br />
social”, aparentemente pequeño, asociado a las “minorías”, pero en<br />
realidad tan denso, complejo y difícil de penetrar si no se cuenta con<br />
voluntades múltiples para ello.<br />
83
‘Divina’ sublevación<br />
Hay mucho por decir del pasado guerrillero del noreste mexicano,<br />
tiempo en que algunos intelectuales, muchos estudiantes, profesores<br />
y comerciantes ayudaron a construir lo que se convertiría en<br />
el EZLN; incluso hay un toque “divino” en esas historias, entre las<br />
que destaca la vida de una religiosa que ofrecía seguridad en tierras<br />
coahuilenses a los insurgentes.<br />
El profesor la recuerda con cariño y admiración como una mujer<br />
nacida en buena cuna saltillense.<br />
Esta religiosa nos recibió en su casa, incluso ella no estaba y un<br />
hermano suyo fue quien nos acogió. Me parece que él no estaba del<br />
todo enterado de quiénes éramos, que pertenecíamos a un grupo<br />
clandestino que se preparaba para la guerrilla, pero mira, la verdad<br />
es que para quien convivía con nosotros tampoco era difícil deducir<br />
a qué nos dedicábamos. <br />
Allí (en Saltillo) había intelectuales, profesores, comerciantes y<br />
estudiantes que hicieron importantes aportaciones al movimiento,<br />
tanto con dinero en efectivo como para compartir sus conocimientos.<br />
Esta religiosa era famosa entre nosotros, pues formó parte activa<br />
e importante en esa zona para la causa.<br />
Sonríe cuando le llega un recuerdo.<br />
Ella era joven; lo último que supe es que terminó por separarse<br />
un poco la Iglesia y se regresó al norte; un joven indígena chol se fue<br />
con ella porque era su pareja.<br />
El profesor explicó que Saltillo era un punto importante para las<br />
FLN ya que éstas tenían su base en Monterrey, y como las fuerzas<br />
policiacas y aparatos de Inteligencia les seguían el rastro, les resultaba<br />
una alternativa segura como salida de emergencia.<br />
84
¿Saltillo ¿Ha cambiado mucho Recuerdo cuando estuve allá.<br />
También anduve en el desierto de Coahuila y en Torreón, en Linares,<br />
a las afueras de Monterrey, hizo memoria.<br />
Supe que está muy difícil la situación ahora, como en casi todo el<br />
norte del País. Allí teníamos el apoyo de muchos maestros y algunos<br />
religiosos. Esta religiosa de Saltillo era todo un personaje, ella estuvo<br />
muchos años en Chiapas. Recuerdo que su casa estaba ubicada<br />
en lo que en ese tiempo eran las afueras de la ciudad y era de una<br />
familia sino rica, sí de buen nivel.<br />
EL AGUERRIDO VERA.- En los relatos del profesor hay algunos<br />
pasajes que resultan muy interesantes para Iglesia Católica, pues<br />
refiere al actual Obispo de Saltillo, Raúl Vera López.<br />
Cuando él llegó a Chiapas nos dijeron que iba en el lugar de<br />
Samuel Ruiz. Todos estábamos muy inquietos adivinando si esto<br />
representaría problemas para las FLN, pero en poco tiempo todo se<br />
acomodó y no hubo mayores inconvenientes, al contrario.<br />
Llegó en un momento muy importante, cuando me parece que don<br />
Samuel más necesitaba de un apoyo, y él se convirtió en ese apoyo;<br />
se convirtió en sus “oídos” en los lugares a donde no podía acudir.<br />
Mediáticamente hoy se etiqueta Raúl Vera como el “Último Teólogo<br />
de la Liberación”. Su labor en la Diócesis de Saltillo ha destacado<br />
a nivel internacional, tanto que fue nombrado por algunos<br />
organismos no gubernamentales en Noruega como uno de los más<br />
firmes aspirantes a obtener el Premio Nobel de la Paz 2013, que<br />
finalmente no recibió.<br />
Este reconocimiento mundial ha ido acompañado por una serie de<br />
cuestionamientos, principalmente por sus severas críticas al desem-<br />
85
peño de funcionarios públicos y la actuación del Estado Mexicano en<br />
el desamparo a los migrantes y de los mineros del norte del País.<br />
Esto último con un riesgo adicional cuando la región minera<br />
coahuilense estaba infestada de cárteles del crimen organizado.<br />
Sacerdotes de su Diócesis han acaparado la atención internacional<br />
por su particular forma de predicar el evangelio, como el padre<br />
Adolfo Huerta, “Padre Gofo”, quien se traslada en motocicleta y<br />
participa en protestas contra los gobiernos, usa el pelo largo y se<br />
maquilla la cara.<br />
Esto y unas declaraciones sobre el celibato fallido que le atribuyen<br />
a “Gofo” al parecer ocasionaron una reprimenda contra el<br />
Obispo directa desde El Vaticano, que se suma a otra que a finales<br />
del 2011 se le aplicó por la Pastoral saltillense San Aelredo, enfocada<br />
a la comunidad lésbico-gay. En los últimos tiempos estos han<br />
sido algunos de los “dolores de cabeza” de Vera.<br />
Aunque el mayor vino por boca propia en el 2014, cuando el<br />
Obispo de Saltillo declaró públicamente haber conocido, fuera del<br />
secreto de confesión, dos casos de curas pederastas en su Diócesis<br />
y aceptó no haber presentado denuncias, alegando<br />
que en uno de los casos firmó ante notario<br />
público un compromiso para mantener<br />
en secreto el caso. El Colegio de Notarios de<br />
Saltillo aseguró que ninguno de sus miembros<br />
asistió a Vera en el caso.<br />
Posteriormente Vera impulsó la construcción<br />
de Casa Emaús, en Arteaga, Coahuila, un centro Raúl Vera López<br />
de rehabilitación para sacerdotes en crisis. Se dice<br />
que curas pederastas podrían llegar allí, aunque él lo niega.<br />
86
OBISPOS GESTARON LA GUERRILLA.- Un hombre que aún en<br />
los días de hoy es una especie de heraldo para las comunidades<br />
indígenas entre su “México en resistencia” y las “soberbias ciudades<br />
de ‘Arriba’”, se refiere a la participación de altos mandos de la<br />
Iglesia Católica en la formación de la guerrilla.<br />
Ellos (algunos miembros importantes de la Iglesia Católica) no<br />
sólo sabían de lo que clandestinamente se gestaba desde 1969, sino<br />
que apoyaron mucho; el movimiento de las Fuerzas de Liberación<br />
Nacional era en todo el País y ellos enviaban sacerdotes a las casas<br />
de seguridad prácticamente en todos lados, pero básicamente el<br />
mayor apoyo provenía de Monterrey, Torreón, Chihuahua, Veracruz;<br />
bueno, obvio en la Ciudad de México.<br />
Aseguró que en las décadas de preparación para la guerrilla jugaron<br />
un papel importante los catequistas y curas, muchos de ellos<br />
apegados a la corriente de la Teología de la Liberación, con su líder<br />
el obispo Sergio Méndez Arceo y con Samuel Ruiz ligado siempre<br />
al Zapatismo.<br />
Samuel Ruiz, el Obispo de San Cristóbal, era uno de los principales,<br />
pero no el principal. Incluso hubo un momento entre 1992 y 1993<br />
cuando él (Ruiz) sintió que las cosas se le salían de control, desacordó<br />
con los mandos zapatistas y entonces recibió llamadas de líderes<br />
religiosos desde Monterrey y la Ciudad de México para que conciliara<br />
con nosotros, y fue así como las cosas se arreglaron.<br />
Explica que aunque trabajaron juntos durante muchos años, los<br />
elementos de las FLN y los miembros de la Iglesia Católica tuvieron<br />
que superar muchas diferencias, pues ellos por su formación<br />
académica e intelectual al ser ateos desacreditaban todo el tiempo<br />
a los religiosos, pero no había más remedio que convivir pues cada<br />
87
uno había abandonado el hogar y ésta era su nueva familia.<br />
De pronto dependíamos de ellos para poder penetrar y hacer vivir<br />
al movimiento. Aunque la dependencia siempre fue mutua porque<br />
ambos grupos perseguíamos justicia social e igualdad. Luego allá<br />
en casas de seguridad o de simpatizantes, o en las bases de apoyo,<br />
veíamos muchas cosas que reforzaban nuestros prejuicios contra<br />
los religiosos: entre otras a sacerdotes y monjas en vida en pareja<br />
entre ellos o con indígenas, etc. Ellos dirán lo mismo sobre algunos<br />
de nuestros compañeros, pero el caso es que tuvimos que aprender a<br />
ser mucho más tolerantes.<br />
Insurgentes ideológicos, religiosos e indígenas trascendieron esa<br />
tolerancia y la convirtieron en un proyecto subversivo focalizado<br />
en el sur de México, casi totalmente en Chiapas, pero sólo posible<br />
por la cadena de mando y financiamiento que se enraizaba por<br />
todo el País.<br />
Por su parte, el profesor también se refiere a este punto: El conflicto<br />
entre la religión y/o la iglesia y el movimiento es y fue de orden<br />
estratégico, no si una religiosa tenía vida en pareja o nosotros la teníamos,<br />
sino que nosotros éramos ateos y teníamos otra concepción<br />
del mundo y de la vida mas allá de nuestras diferencias morales,<br />
que por otro lado no eran las más importantes.<br />
Cuando llegó la hora de tomar decisiones y poner acción a las<br />
palabras, el movimiento estaba ya en manos de un nuevo líder,<br />
quien luego de más de una década en la estructura zapatista desplazaba<br />
a los viejos mandos (la mayoría de los que venían desde<br />
las FLN y los de la Iglesia) y junto con los indígenas se levanta en<br />
armas el 1 de enero de 1994: El Subcomandante Marcos.<br />
88
La muerte de Marcos, el gran actor<br />
El 28 de diciembre del 2013 VANGUARDIA publicó la entrevista de<br />
quien fuera la pareja de Rafael Sebastián Guillén Vicente, el Subcomandante<br />
Marcos, entre 1979 y 1983, durante sus últimos años<br />
en la universidad y los primeros dentro del Zapatismo.<br />
El testimonio de esta mujer, quien independientemente de su<br />
relación con Marcos tuvo gran participación dentro de las FLN<br />
durante casi dos décadas, fue considerado por muchos como una<br />
denostación al líder guerrillero y atribuyeron a sus palabras deslealtad<br />
y hasta interés por desvirtuar a la mítica figura. Nada más<br />
alejado de su intención.<br />
En la publicación dio una perspectiva desconocida del Subcomandante<br />
y anticipó su “muerte”. Además habló sobre las dotes<br />
histriónicas y actorales del máximo líder zapatista. Es “el maestro<br />
de la representación”, dijo entonces. Sobra decir la cascada de descalificativos<br />
e insultos que recibió en redes sociales.<br />
Cinco meses después, el 25 de mayo del 2014, el propio Subcomandante<br />
decretó públicamente “su muerte” y explicó que “Marcos”<br />
fue efectivamente una representación, una botarga dentro de<br />
un contexto de profundidad en la lucha armada y de resistencia.<br />
Hay quien dice que más que su muerte, el Subcomandante<br />
anunció su jubilación y ahora pasará sus “días de reposo” enfundado<br />
en otra capucha: la de “Galeano”.<br />
Así, Marcos, el norteño de sangre española, entregó en esa fecha<br />
la estafeta como vocero del EZLN a Moisés, indígena chiapaneco.<br />
Al narrar su historia, ella reiteradamente enfatizaba una palabra<br />
usada por la mayoría de los entrevistados: “Compartimentación”,<br />
89
la forma en que la información tenía que ser encapsulada y a cada<br />
quien le correspondía enterarse sólo de lo que le competía, sus instrucciones<br />
específicas. Evidente así su uso de analogías para decir<br />
las cosas importantes por suceder.<br />
Aquí la publicación de finales del 2013:<br />
El cáncer que corroe al<br />
Subcomandante Marcos<br />
¿Puede un guerrillero dejarse vencer por la tristeza<br />
Las confesiones de su novia de la universidad narran que fue un<br />
niño melancólico; un hijo que no pudo enterrar a sus padres y, hoy,<br />
un mito que se niega a morir<br />
El cáncer corroe al Subcomandante Marcos, encapsula el tiempo;<br />
ladrón de energía que lo despoja de las miradas que anhelan su<br />
presencia: ¿Qué niño se la vive recitando poemas y recordando fragmentos<br />
de obras literarias Te lo digo: uno profundamente triste. Así<br />
fue Marcos.<br />
La filosa mirada inquisitoria por un instante se ha transformado,<br />
dulcificando inusualmente su semblante al momento que murmura:<br />
Dejarse morir es lo mejor que puede hacer para ayudar. Las palabras<br />
son de una mujer que compartió lecho, sueños y formación<br />
guerrillera por cinco años con el emblema y líder del Ejército Zapatista<br />
de Liberación Nacional (EZLN).<br />
A finales de los 70 y hasta 1983 fueron pareja y aunque se dejaron,<br />
coincidieron por casi una década después ya que ambos perte-<br />
90
necían a las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) y luego al EZLN.<br />
Ella dejó el Zapatismo un par de años antes de que el primero de<br />
enero de 1994 tomaran las armas iniciando la guerrilla en México.<br />
Sus palabras dan una nueva perspectiva bajo el pasamontañas,<br />
la pipa y el sistema de comunicación (marketing y showman incluidos)<br />
que han logrado lo que ningún otro grupo insurrecto en<br />
las últimas dos décadas. Tras la “última guerrilla de América” se<br />
revela una implacable melancolía que siempre ha acompañado a<br />
Marcos, que lo corroe ahora hacia lo que podría ser una caída del<br />
telón.<br />
Si bien no hay un consenso unánime sobre la naturaleza, el origen,<br />
los logros y la legitimidad de los zapatistas, en lo que sí es<br />
común encontrar coincidencias es en el papel que desempeña para<br />
ese movimiento guerrillero este hombre, cuyo “alias” en la vida<br />
común corresponde a “Rafael Sebastián Guillén Vicente”, como lo<br />
aseguró en febrero de 1995 el entonces presidente Ernesto Zedillo.<br />
Incluso por sus propios comunicados hoy sabemos que los zapatistas<br />
sobreviven en gran parte por apoyos internacionales. Además,<br />
hay una estructura nacional también vital para las finanzas,<br />
logística y creación de cuadros que en estos momentos usa las mismas<br />
casas de seguridad en distintas ciudades del País que hace 35<br />
años, aún antes del nacimiento del EZLN.<br />
En la víspera del 20 Aniversario del alzamiento del EZLN contra<br />
el Gobierno de México, esta mujer finalmente entra en sus recuerdos<br />
y los comparte, tras un año de charlas con ella y otras personas<br />
que coincidieron en momentos decisivos en la vida de Marcos.<br />
Hace un par de meses me enteré que una de las casas de seguridad<br />
que había en los 80 en la Ciudad de México aún continúa. Traen<br />
91
a indígenas para educarlos y capacitarlos, similar a como lo hacíamos<br />
entonces las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) –la organización<br />
madre del EZLN–, relata la ex pareja de Marcos.<br />
Cuando apareció en la organización, él fue reconocido desde el<br />
principio por la vieja guardia como un cuadro de cambio de estafetas,<br />
el elegido, digno de asumir la Dirección en una nueva generación.<br />
Era una inteligencia brillante y lúcida, además era un narrador,<br />
ilusionista, fabulador.<br />
Sin duda palabras de apoyo incondicional al líder zapatista contrastan<br />
con la información que circula los últimos días en la que<br />
no sólo lo descalifican de origen y acción, pues además lo responsabilizan<br />
de incrementar de manera significativa la pobreza en las<br />
zonas ocupadas por el EZLN en Chiapas los últimos 20 años y condenarlas<br />
al abandono.<br />
Por la historia de esta mujer, algunas de las actitudes de Marcos<br />
toman nuevos rumbos en cuanto a su concepción, pues ella explica<br />
un origen del inseparable pasamontañas y la pipa muy distinto<br />
al conocido hasta ahora.<br />
Más que por mimetizarse en la personalidad de Ernesto “El Che”<br />
Guevara, su modelo a seguir, ella afirma que esos hábitos los adquirió<br />
a la sombra del comportamiento “autístico” que desde niño<br />
desarrolló el líder zapatista como una autodefensa por la profunda<br />
tristeza que lo tiene atrapado.<br />
La melancolía de que adolece es producto de su impotencia por<br />
las injusticias en las que creció, las que veía en su seno familiar<br />
y las que se potencializaron en su interior a medida que se incrementaba<br />
su conocimiento, pero principalmente cuando conoció y<br />
adoptó la vida en comunidades indígenas.<br />
92
Antes de ser “El Subcomandante” tenía pocos amigos y no hacía<br />
las cosas típicas de los niños y jóvenes. Asegura que bajo esa aparente<br />
madurez y seguridad, siempre hubo una gran ingenuidad y<br />
necesidad de afecto.<br />
Muy joven cuando lo conocí, con una máscara, una barba que me<br />
pareció una máscara que le permitía guardar distancia, no sé si alejar<br />
a los demás de su centro, mantenerse a distancia de los demás<br />
en un ánimo “autístico”.<br />
Un día llegó a fingir que fumaba poniéndose un cigarro apagado<br />
en la boca… yo le regalé alguna pipa fina… no sé si en la misma<br />
lógica de poner algo entre la gente y él o para mediar en su<br />
necesidad del silencio ante la inmensidad de estupideces que a<br />
veces se decían.<br />
En lo que sí está de acuerdo con los detractores del Subcomandante<br />
es en la gran capacidad histriónica del líder rebelde, en su<br />
extraordinario sentido de la comunicación y de la puesta de escena:<br />
desde la primaria y secundaria participó en obras de teatro y<br />
otras representaciones.<br />
Asegura que él es el mago, el capitán de la representación, el<br />
Mayordomo extranjero que llevó a buen puerto la nueva narrativa.<br />
Supo mejor que todos que la guerra no era viable como tal, pero<br />
leyó en los hombres y las mujeres su deseo de hacer realidad la representación<br />
de la guerra, como la Semana Santa Cora o el Carnaval<br />
Tzeltal: en ellas siempre mueren algunos y cuesta mucho dinero,<br />
pero es la ofrenda necesaria para que las cosas mejoren y sigan.<br />
Representación, critican muchos, irresponsable por las vidas que<br />
se perdieron del 1 al 12 de enero de 1994 durante los enfrentamientos<br />
de zapatistas contra militares y otras fuerzas del orden, y por<br />
93
las consecuencias de no aceptar programas del Gobierno en las<br />
zonas ocupadas por el EZLN, con lo que las actividades agrícolas<br />
y ganaderas mantienen una raquítica producción. Se le cuestiona<br />
también el sistema educativo de los rebeldes, que no tiene validez<br />
fuera de esa zona.<br />
Ellos (indígenas) y él con ellos nunca entendieron bien o no esperaron<br />
entender el socialismo, si no es otra cosa que es lo que lograron<br />
o están en ruta de lograr y que impactó al mundo entero.<br />
La voz de los zapatistas rechazando estas acusaciones se fortalece<br />
con la de muchas ONG’s internacionales. En el Congreso Nacional<br />
Indígena celebrado en San Cristóbal de las Casas en agosto<br />
de este 2013, una activista belga quien se identificó como Odette<br />
Goffar se fue sumamente complacida por el avance en las comunidades<br />
zapatistas y aseguró que Casa Nicaragua, la organización<br />
europea que dijo representar, seguirá dando apoyos al Subcomandante,<br />
aunque lamentó no haberlo visto.<br />
Así como Odette, muchos otros simpatizantes aún esperan poder<br />
saludar al líder guerrillero, tomarse una foto con él. ¡Y cómo<br />
no!, dice la expareja de Marcos que hoy revela sus secretos, si es<br />
un personaje fascinante con un inteligente sentido del humor, que<br />
incluso desarrolló su particular forma de comunicación.<br />
Usaba el lenguaje para alejar y cortar cualquier atentado contra<br />
su interior; las bromas, los sarcasmos, el esgrima verbal le servían<br />
para disfrazar su agrado. Siempre estaba en lo intangible, ininteligible,<br />
que es lo más inseguro, peligroso e incómodo, pero lo más cercano<br />
al mito.<br />
94
LA PROFUNDA TRISTEZA.- Regresa a la profunda tristeza de Marcos,<br />
la que comprendió aún más cuando vio una foto de su infancia:<br />
en la única visita que hizo a ese primer hogar del insurgente<br />
en Tampico se topó con la imagen de un niño que reflejaba un gran<br />
pesar acumulado, dijo, por ser tan sensible ante las injusticias propias<br />
de la dinámica de clases sociales, por las características de su<br />
seno familiar y por el gran amor que profesó siempre por dos personas<br />
principalmente.<br />
Abuela Antonia, (hermano) Carlos, grandes nodos en su memoria<br />
y sentimiento, cubiertos por capas y capas de compromiso puro y<br />
melancolía, que es su compañera en el viaje de desdén y espera infinita<br />
de lo que, sabe nadie, llegue a ver, porque en realidad todo es<br />
relato.<br />
Carlos era su hermano mayor, pero a quien el líder guerrillero<br />
siempre cuidó desde la infancia hasta la edad adulta, ya que<br />
padecía de epilepsia. Esta mujer recuerda que vivió con los dos<br />
hermanos en un departamento; Carlos murió mientras el Subcomandante<br />
se encontraba en la selva, por lo que no pudo asistir<br />
a su funeral… ni al de su abuela Antonia, ni al de su madre, ni<br />
al de su padre.<br />
Hoy se habla de un relevo de mandos en el EZLN con el Subcomandante<br />
Moisés como nuevo estandarte, el mismo Marcos así lo<br />
anunció a principios del 2013 en sus comunicados. Se dice que el<br />
“Sup” está enfermo y en la antesala del retiro permanente, él mismo<br />
se mofa de esos argumentos incluyendo la contestación en el<br />
revire de que el Zapatismo está en pie más que nunca.<br />
No tiene empacho en confrontar a aquellos que aseguran que la<br />
biología pronto lo alcanzará y por lo mismo sus apariciones públi-<br />
95
cas deben ser las estrictamente necesarias y en ambientes controlados<br />
por completo. Lo cierto es que hace muchos años que no se<br />
le ve públicamente y que se empieza a hablar del mito más que del<br />
hombre.<br />
Por ello cuando dicen que está pensando “en la inmortalidad del<br />
cangrejo”, en el fondo y paradójicamente tienen razón, pero esa inmortalidad,<br />
esa falta ya de voz, es porque ha perdido importancia la<br />
narrativa hacia afuera; su misión es el mito nuevo.<br />
No es con un nuevo Marcos –Moisés–, es con un nuevo mito con<br />
lo que ese caldo puede seguir, y para eso se necesita su muerte real,<br />
su decadencia, es parte del ritual. Por eso él puede dejarse caer en<br />
un diván, no aparecer, no decir nada, cultivar su vicio y descuidar su<br />
salud, hacer como sus seres más amados: Dejarse morir, sentencia<br />
la mujer que conoció al joven estudiante, al catedrático, al aprendiz<br />
de guerrillero, al líder insurgente, al enemigo público número<br />
uno de México en algún momento (según el Gobierno), a Marcos.<br />
ESGRIMA.- El Congreso Nacional Indígena celebraba un importante<br />
evento en 1996 en la Ciudad de México e hizo una invitación<br />
para que una delegación del EZLN los acompañara, pero<br />
la Secretaría de Gobernación pedía que los zapatistas no salieran<br />
de Chiapas.<br />
Entonces Juan Guerra, diputado perredista y miembro de la Cocopa,<br />
le dijo al Subcomandante Marcos que él lo acompañaría y<br />
que si los mataban a los dos, pues ni modo.<br />
Ah chingao, que te maten a ti, a mí por qué. Yo no me quiero morir,<br />
dicen que contestó socarronamente el líder rebelde, haciendo<br />
estallar las risas.<br />
96
La ex pareja de Marcos<br />
con la carta que escribió<br />
luego de 30 años.<br />
Algunos comensales<br />
no dejaron de voltear a<br />
nuestra mesa durante la<br />
charla.<br />
Carta íntegra a Marcos<br />
Esta es la carta íntegra que la ex pareja del Subcomandante Marcos<br />
escribió luego de 30 años. Habla de su relación y da una idea diferente<br />
a lo conocido hasta ahora sobre algunos elementos en torno<br />
al líder guerrillero:<br />
Es el hombre al que he amado con más fuerza y pureza; digo pureza<br />
porque la naturaleza de su ser siempre fue para mí cristalina,<br />
sin recovecos, falsas intenciones.<br />
Un hombre muy joven cuando lo conocí, con una máscara, una<br />
97
arba que me pareció una máscara que le permitía guardar distancia,<br />
no sé si alejar a los demás de su centro, de su alma limpísima o<br />
alejarse él mismo, mantenerse a distancia de los demás en un ánimo<br />
“autístico”, narcisista, no sé cómo entenderlo.<br />
Cuando los grupos y las personas se salían de los márgenes o lo<br />
hacían salir, entonces usaba el lenguaje para alejar y cortar cualquier<br />
atentado contra su interior; las bromas, los sarcasmos, el<br />
esgrima verbal le servían para disfrazar su agrado, su aprecio o su<br />
afecto y también su desafecto.<br />
Mi madre lo amaba y él la amaba a ella y siempre la molestaba<br />
criticando su cocina; ella, que era intuitiva e inteligente, sabía que<br />
sus críticas y descortecías eran inversamente proporcionales a la<br />
simpatía que él experimentaba por ella.<br />
A mí al principio nunca me pareció guapo, en realidad lo amé porque<br />
descubrí su alma sui generis; su fragilidad atrás de su aparente<br />
fortaleza; su ingenuidad a través de su supuesta madurez, y su gran<br />
necesidad de afecto a través de su supuesta autonomía e independencia<br />
emocional.<br />
Me enamoré de él tal vez antes de que él lo hiciera de mí. Se tardó<br />
eternidades en darme ese primer beso, que en gente como nosotros<br />
sustituía cualquier cortejo y declaración formal ¡Y tal vez fue ese el<br />
beso más bello y memorable que nadie me haya dado!<br />
Creo que él también me quiso mucho y creo que nuestra juventud y<br />
nuestra conciencia de futuro demasiado volcada hacia fuera de nosotros,<br />
en un mundo en la totalidad bizarra e injusta, nos hizo perdernos.<br />
No tiene sentido decir quién tuvo la iniciativa de dejar a quién, lo cierto<br />
es que sucedió y después de un tiempo el dolor por el hecho me alcanzó<br />
de tal forma que nunca pude reponerme del todo.<br />
98
Políticamente, cuando apareció en la organización él fue reconocido<br />
desde el principio por la vieja guardia como un cuadro de<br />
cambio de estafetas, el elegido, digno de asumir la Dirección en una<br />
nueva generación.<br />
Era una inteligencia brillante y lúcida, además era un narrador,<br />
ilusionista, fabulador, eso le tomaba mucho tiempo: Leer además de<br />
todo, historietas, caricaturizar la realidad, burlarse de ella, identificar<br />
a los malos y su maldad y guiarse como en un juego de “futbolito”<br />
por la realidad.<br />
EL ABISMO.- En su mente empezó a tomar cada vez más espacio<br />
todo lo que tenía qué ver con la organización y la clandestinidad,<br />
que era un pretexto para no hablar, y empezamos a compartimentar<br />
también lo que pensábamos de lo nuestro y, como digo, a perdernos<br />
poco a poco, amándonos aún, pero como si no tuviéramos derecho a<br />
ello.<br />
Pocas personas más generosas conozco que él. El poco tiempo<br />
que compartimos gastos siempre él daba más; siempre él pagaba y<br />
corría con los gastos sin esperar equidad, reciprocidad.<br />
Era muy “maneado”, dicen; no sabía mecánica y manejaba muy<br />
mal, pero no era capaz de reconocerlo, no se le daba mucho lo constructivo;<br />
él era un intelectual con sesgo artístico por las letras y la<br />
plástica, con gustos musicales más bien provincianos.<br />
Un día él y yo vivimos un ataque de pánico de dos, del cual nunca<br />
quiso volver a hablar; comía cualquier cosa por fea que estuviera y<br />
es que siempre tenían hambre, pero su plato preferido eran los mariscos,<br />
las entomatadas.<br />
Mi madre le enseñó a adorar las “gloriosas” que le preparaba con<br />
99
verdadero amor, y por eso cuando me echaron de mi casa nunca le echó<br />
la culpa a ella, sino que siempre le guardó rencor a mi papá.<br />
Amaba tiernamente a su abuela Antonia, a quien realmente fue a<br />
la que me llevó a conocer cuando fui a su casa. Era una mujer fuera de<br />
serie y ella lo adoraba a él más que a cualquiera de sus nietos.<br />
Su filosofía de la vida práctica era económica y estratégica, no<br />
hacía dos veces una misma cosa. Mataba o trataba de matar más<br />
de un pájaro con un tiro. Su tesis de Licenciatura, a pesar de que<br />
recibió mención, la hizo en poco más de una semana, porque cada<br />
capítulo y apartado lo había venido elaborando en distintos cursos<br />
durante toda la carrera, y cada uno le había consumido toda la<br />
energía y la concentración posibles.<br />
Todo lo que hacía lo llevaba o quería llevar a la perfección. Aunque<br />
partiera de cero, de la torpeza misma, llegaba a ser el mejor.<br />
LA PIPA.- Un día empezó a fingir que fumaba poniéndose un cigarro<br />
apagado en la boca, no sé si en la misma lógica de poner algo<br />
entre la gente y él, o para mediar en su necesidad del silencio ante<br />
la inmensidad de estupideces que a veces se decían.<br />
Antes del cigarro, apagado siempre, mordía las plumas y todo lo<br />
que se le apareciera hasta destrozarlos, fue así que me dijo que fumaría<br />
pipa: cuando empezó, me pareció bien, olía bien el tabaco de<br />
manzana y yo le regalé alguna pipa fina.<br />
Su ansiedad se atenuaba con toda la parafernalia del tabaco y el<br />
ritual complejo de ese vicio, pero acababa con todas las boquillas.<br />
El amor que le tenía a su hermano Carlos y la preocupación constante<br />
por su salud y la completa irresponsabilidad de éste para tomar<br />
sus medicinas, lo hacían sufrir. No lo vi nunca más dolido, an-<br />
100
gustiado y triste que las veces en las que Carlos padeció ataques de<br />
epilepsia y se quedaba mal durante mucho más tiempo que lo que<br />
tardaba Carlos en recuperarse.<br />
Él sabía que en esos ataques se jugaba la vida. Tal vez dejar a Carlos<br />
fue una de las cosas que le costaron más trabajo y atrasaron mayormente<br />
su incorporación como profesional a la organización (FLN).<br />
Nunca nos casamos en la organización, yo no estaba de acuerdo<br />
con eso, pero éramos pareja independientemente de que a mí me<br />
parecía una tontería.<br />
Yo tenía más preocupaciones humanas, relacionales, me preocupaba<br />
y dolían personas y situaciones concretas, tal vez por mi precoz trabajo<br />
y experiencia en Sudamérica durante las dictaduras. Él, más políticas,<br />
organizativas, estratégicas. Él era más filósofo, inflexible.<br />
Si yo hubiera querido hablar de lo nuestro, él hubiera seguido repitiendo<br />
su frase: “El amor sólo es una pequeña lucha de clases”.<br />
No éramos feministas, yo no necesitaba que me reivindicara nadie y<br />
menos otras mujeres tontas, menospreciadas por sus parejas o compañeros,<br />
sin embargo, sólo después entendí que la de sexos, como<br />
decía él, sí que era una lucha de clases y de poderes, al menos en la<br />
organización.<br />
ADIÓS.- El día que decidí dejarlo, lo hice en Ocosingo, y esa convicción<br />
me hizo llorar y llorar por kilómetros de camino desde Palenque.<br />
Sabía que el sufrimiento era enorme y las razones totalmente<br />
irracionales, y sin embargo así debía ser.<br />
Él no hubiera sido lo que llegó a ser, conmigo; y yo no hubiera<br />
sido lo que soy, sin él. Eso quiere decir que su ser entero, lejano pero<br />
siempre presente en mí, como si hiciera las cosas en función de lo<br />
101
que él diría, o como creía yo que a él le parecería bien.<br />
Este juego de fabulación sólo como un tributo duradero a ese<br />
amor que le tuve, y al que renuncié sin renunciar. En sueños siempre<br />
lo veo, nos encontramos, a veces me rechaza, a veces me da esperanzas.<br />
La mayoría es como cuando nos hicimos novios: Me da largas<br />
y no me besa tan pronto como yo quisiera.<br />
Siempre lo he esperado como si algún día pudiera volver a hablarme,<br />
pero creo que el miedo… eso se ha de sentir después de haber<br />
sido tan grandes uno para el otro, volver a encontrarnos con tanta<br />
historia detrás cada quien.<br />
ARTE Y GUERRA.- Él es incorruptible, generoso y va a darle continuidad<br />
a su esfuerzo hasta morir. Supo mejor que todos y mucho<br />
antes que la guerra no era viable como tal, pero leyó en los hombres<br />
y las mujeres su deseo de hacer realidad la representación de la<br />
guerra, como la Semana Santa Cora o el Carnaval Tzeltal: en ellos<br />
siempre mueren algunos y cuesta mucho dinero, pero es la ofrenda<br />
necesaria para que las cosas mejoren y sigan. Ellos y él con ellos<br />
nunca entendieron bien o no esperaron entender el socialismo, si no<br />
es otra cosa que es lo que lograron o están en ruta de lograr y que<br />
impactó al mundo entero.<br />
Él es el Mago, el Capitán de la representación, el Mayordomo extranjero<br />
que llevó a buen puerto la nueva narrativa para repetirla de ahora<br />
en adelante hasta lograr que la nueva “cosecha” se siga dando.<br />
Él es el que ofreció la transmutación, la echada a andar a un nuevo<br />
camino largo, pero nuevo y con otra esperanza.<br />
Un poco de culpa debió sentir de dejar a Carlos o de no haber podido<br />
convencerlo, tal vez nunca lo intentó, de que nos acompañara,<br />
102
y ese desdén por su propia salud es muestra del honor que le rinde a<br />
la memoria de su hermano.<br />
Abuela Antonia, Carlos, grandes nodos en su memoria y sentimiento<br />
cubiertos por capas y capas de compromiso puro y melancolía, que<br />
es su compañera en el viaje de desdén y espera infinita de lo que, sabe<br />
nadie, llegue a ver, porque en realidad todo es relato.<br />
El relato no es sólo hacia afuera, marketing, en realidad el relato<br />
es más hacia adentro de las comunidades, de sus propias conciencias<br />
y corazones; es la creación de un mito nuevo, del mito de origen<br />
que sea el que los conduzca en la nueva cuenta larga, y por ello<br />
cuando dicen que está pensando en “la inmortalidad del cangrejo”,<br />
en el fondo y paradójicamente tienen razón, pero esa inmortalidad,<br />
esa falta ya de voz, es porque ha perdido importancia la narrativa<br />
hacia afuera.<br />
Su misión es seguir alimentando la narrativa hacia adentro, el mito<br />
nuevo, interno, que es lo que hace caminar al infinito el mundo.<br />
No es con un nuevo Marcos –Moisés– es con un nuevo mito con<br />
lo que ese caldo puede seguir, y para eso se necesita su muerte real,<br />
su decadencia, es parte del ritual. Por eso él puede dejarse caer en<br />
un diván, no aparecer, no decir nada, cultivar su vicio y descuidar su<br />
salud, hacer como sus seres más amados: Dejarse morir. Es lo mejor<br />
que puede hacer para ayudar.<br />
Él ya no es para nada de nuestro mundo, nunca lo fue, nunca usó<br />
smoking, y el intermediario entre él y nosotros siempre fue el humor, un<br />
duende que tiene máscara, un juglar con sombrero y cascabeles.<br />
No se quejen de su impostura, no han entendido a su nahual;<br />
siempre gustó de Woody Allen, amaba las hamburguesas de<br />
McDonald’s y la Coca Cola a pesar de lo incorrecto políticamente<br />
103
que eso era; le gustaban todos los capítulos de la “Loca Academia<br />
de Policía” y otras películas ultramodernistas, hilarantes, que los<br />
comediantes de la ciudad no hubieran entendido.<br />
Buscaba entre lo naco y entre lo mítico, sin prurito, entre lo incorrecto<br />
y lo nueva vía, ni siquiera presentida por nosotros.<br />
Siempre acabábamos o empezábamos en lugares comunes; él<br />
siempre estaba en lo intangible, ininteligible, que es lo más inseguro,<br />
peligroso e incómodo, pero lo más cercano al mito; lo irracionalracional,<br />
lo descabellado que guía.<br />
Matar al padre para inaugurar una nueva estirpe casándose con<br />
la madre, regresando a su seno para renacer.<br />
La selva, la raza, la tierra tienen que tener una nueva cimiente<br />
para ese mito distinto: un extranjero, un alien, siempre es un buen<br />
ápice.<br />
104
III<br />
Oventik: Fuego<br />
y muerte<br />
en el Corazón<br />
Zapatista<br />
105
“La Fiesta es una operación cósmica: la<br />
experiencia del Desorden, la reunión de<br />
los elementos y principios contrarios para<br />
provocar el renacimiento de la vida. La<br />
muerte ritual suscita el renacer”.<br />
106
A mis 46<br />
Tengo 46 años y sólo busco una entrevista con Marcos.<br />
Como aquella que me concedió en octubre del 2012 Humberto Moreira<br />
Valdés, ex Gobernador de Coahuila y ex líder nacional del PRI, en sus<br />
días de duelo por la muerte de su hijo José Eduardo a manos de sicarios<br />
del “Z-40”. Fue la primera que dio a medio alguno tras la ejecución.<br />
Esa fue otra gran oportunidad para lograr cinco minutos de<br />
fama, pero nuevamente una serie de sucesos que se dieron tras las<br />
declaraciones incendiarias de Humberto lo impidieron.<br />
El día de la entrevista mientras esperaba para entrar a su casa<br />
recordé una tarde de finales del 2008 cuando al llegar a la sala de<br />
espera de un consultorio dental saltillense vi al entonces Gobernador<br />
sentado solo, en la penumbra, arremangada la camisa, abierta<br />
en los primeros dos botones, apoyando los codos sobre las rodillas<br />
y las manos presionando las sienes, cabello un poco revuelto.<br />
Durante el día los medios habían informado que Moreira se<br />
divorciaba y lo buscaban por todos lados. Levanta la cara y me<br />
reconoce, pues por el ejercicio periodístico habíamos platicado<br />
brevemente un par de ocasiones tres años antes. Conversamos durante<br />
más de una hora sobre su decisión de disolver el matrimonio<br />
como si fuéramos dos personas con íntima confianza. Hicimos el<br />
compromiso de seguir con la plática y nos despedimos. Creo que la<br />
naturaleza de esa charla fue la llave que cuatro años después me<br />
abrió la puerta en esas horas de luto.<br />
Nunca tuve otra conversación con él hasta ese 9 de octubre del 2012,<br />
cuando poco después de las 12:00 horas nos recibió en su domicilio en<br />
la colonia Lomas de Lourdes, en Saltillo.<br />
Tras salir de la casa de Humberto luego de la entrevista, en las<br />
107
horas inmediatas recibimos llamadas de personas, periodistas y<br />
desconocidos que inexplicablemente sabían de la exclusiva, por lo<br />
que decidimos aguantar la publicación unos días.<br />
Ante las intimidaciones y el riesgo optamos por publicar sólo lo<br />
que nos constaba; el día de la publicación no pocas cadenas nacionales<br />
e internacionales querían hablar con quien había logrado la<br />
entrevista, pero debido al riesgo preferimos agradecer la solicitud<br />
aclarando que todo lo que se tenía que decir estaba ya escrito, lo<br />
que además era totalmente cierto.<br />
¿Los narcomineros en la Región Carbonífera de Coahuila, ¿la misma<br />
donde nació Margil Yáñez, donde el obispo Raúl Vera, “el último<br />
Teólogo de la Liberación”, mantiene una de sus principales luchas,<br />
¿la que registra las peores catástrofes mineras en la historia de México<br />
con Barroterán y Pasta de Conchos<br />
Humberto Moreira teclea en su Mac para buscar un video bastante revelador. Minutos<br />
más tarde mandaría un mensaje a narcoempresarios de Coahuila: “Cerdos, pónganse a<br />
temblar”, advirtiendo que revelaría nombres a las autoridades.<br />
108
DE FIESTA.- Soy de 1968 y hasta hace poco cuando trataba de<br />
entender por qué ese año es emblemático para los mexicanos me<br />
intrigaban los que ya eran jóvenes cuando nací; escuchaba que<br />
esa fecha fue la más significativa por los actos de rebeldía contra<br />
la fuerza del Estado, independientemente de si tenían razón o no.<br />
Las décadas anteriores habían sido de gestación de un movimiento<br />
social que terminó con la muerte de muchos jóvenes intelectuales,<br />
algunos de ellos metidos en actos delictivos que trataban de justificar<br />
con su ideología. Las décadas posteriores han sido de preocupación<br />
por el deterioro social globalizado.<br />
En la búsqueda de la entrevista “bomba” con el Subcomandante<br />
asistimos a una celebración zapatista. A continuación el relato.<br />
El Fin del Mundo<br />
El 21 de diciembre del 2012 el planeta se debatía sobre si el Calendario<br />
Maya marcaba esa fecha como el Fin del Mundo. Interpretaciones,<br />
decodificaciones, premoniciones y muchos elementos más<br />
hicieron de éste el tema universal por muchos meses, incluso Hollywood<br />
se sumó lucrativamente.<br />
Ese día en México el EZLN sorprendió nuevamente tras un largo<br />
silencio: Unos 40 mil indígenas con los rostros cubiertos por pasamontañas<br />
o paliacates nuevamente salieron a las calles de cinco<br />
cabeceras municipales en Chiapas como en 1994, pero ahora en<br />
una marcha silenciosa y con el puño en alto.<br />
El mensaje escrito que difundió la Comandancia Zapatista, firmado<br />
por el Subcomandante Marcos, fue el siguiente:<br />
109
¿ESCUCHARON<br />
Es el sonido de su mundo derrumbándose.<br />
Es el del nuestro resurgiendo.<br />
El día que fue el día, era noche.<br />
Y la noche será el día que será el día.<br />
¡DEMOCRACIA! ¡LIBERTAD! ¡JUSTICIA!<br />
Para entonces, voces nacionales e internacionales insistían en la<br />
debacle y casi extinción del Zapatismo y de su líder, a quien desde<br />
hace años se atribuye un cáncer. En respuesta, la Comandancia<br />
rebelde organizó dos grandes eventos: la celebración del 10 Aniversario<br />
de Los Caracoles y la Escuelita Zapatista, para agosto del<br />
2013.<br />
El Subcomandante Marcos, visto en alguna entrevista por última<br />
vez en el 2007, aseguró en sus comunicados posteriores a la<br />
marcha silenciosa que el EZLN está más vivo que nunca y que la<br />
respuesta a esas dos celebraciones de hace un año lo comprobó.<br />
Además negó cualquier enfermedad terminal y se mofó de esos<br />
rumores.<br />
Así contestó a quienes insistentemente no sólo dan por muerto<br />
ese movimiento cifrado en la “vieja y derrotada Izquierda” –como<br />
lo califican–, sino que lo responsabilizan con estadísticas en la<br />
mano de condenar al retroceso a las comunidades zapatistas dando<br />
la espalda al progreso, y las evaluaciones oficiales respaldan<br />
esta acusación.<br />
Los festejos zapatistas efectivamente convocaron a un gran número<br />
de militantes, simpatizantes y estudiosos de todo el mundo.<br />
Asistir fue una experiencia singular.<br />
110
Grandes pensadores describen La Fiesta, particularmente la<br />
mexicana, como la fugaz entrega y liberación total del individuo;<br />
instante para ir a los extremos más anhelados y temidos; irse y volver<br />
al origen. Morir para renacer en el fuego y la oscuridad.<br />
Los Caracoles<br />
1 de enero de 1994.- El EZLN toma por las armas cinco cabeceras<br />
municipales de Chiapas y se inician enfrentamientos entre los rebeldes<br />
contra el Ejército Mexicano y las fuerzas federales.<br />
12 de enero de 1994.- El presidente Carlos Salinas de Gortari decreta<br />
el alto al fuego y se inician las negociaciones para la pacificación.<br />
El saldo oficial del EZLN es de 46 zapatistas muertos por 27<br />
elementos de los cuerpos de seguridad.<br />
8 de agosto de 1994.- En el poblado de Guadalupe Tepeyac, Chiapas,<br />
el EZLN construye el primer centro de expansión política y<br />
cultural, al que llama “Aguascalientes”. En 1996 levanta otros cuatro:<br />
La Garrucha, Oventik, Roberto Barrios y Morelia.<br />
9 de agosto del 2003.- Tras declarar un día antes la extinción de<br />
los “Aguascalientes”, el EZLN inaugura “Los Caracoles”, cada uno<br />
regido por su Junta de Buen Gobierno: La Realidad, Oventik, La<br />
Garrucha, Morelia y Roberto Barrios.<br />
Los Caracoles se declaran comunidades autónomas de la Federación:<br />
No aceptan ayuda de los programas sociales ni contra la pobreza<br />
de ningún tipo que provenga de Gobierno. Tienen su propio<br />
sistema educativo, político, de salud, de organización social y ciudadana.<br />
En temas de justicia, aunque predominan sus leyes y reglamentos,<br />
hay negociaciones con los sistemas estatal y nacional.<br />
Tanto Los Caracoles como el mismo EZLN obtienen sus finanzas<br />
111
de bases de apoyo y Organizaciones No Gubernamentales nacionales<br />
y extranjeras, muchas europeas.<br />
Los cinco Caracoles gobiernan a<br />
250 mil indígenas<br />
de distintas etnias que habitan en<br />
570 poblados<br />
distribuidos en todo Chiapas y que corresponden a<br />
35 municipios<br />
en los que los zapatistas cohabitan con personas ajenas al movimiento<br />
y con diferentes afinidades políticas<br />
500 escuelas<br />
primarias y secundarias hay distribuidas en los cinco Caracoles<br />
1,500 promotores<br />
de la educación se dedican a la enseñanza en ellas<br />
45 mil egresados<br />
hasta ahora han vuelto a sus comunidades para ejercer los conocimientos<br />
19 mil desplazados<br />
de las tierras zapatistas directa o indirectamente desde 1994 siguen<br />
su peregrinar en Chiapas al no comulgar con los insurgentes<br />
Del jueves 8 al domingo 11 de agosto del 2013 el EZLN celebró el<br />
10 Aniversario de la creación de las Juntas de Buen Gobierno y sus<br />
cinco Caracoles. Ahí, las leyes que mandan son las indígenas.<br />
Sin mayor pretensión que exponer un vistazo al momento significativo<br />
de esa lucha que desde hace casi 21 años viste pasamontañas,<br />
los siguientes párrafos se afanan por una descripción objetiva<br />
112
sin abordar la filosofía y profundidad del movimiento zapatista, así<br />
como tampoco las réplicas de los detractores contrainsurgentes.<br />
Podrá ser un intento fallido, pero honesto, de apegarse a la inmediatez<br />
descriptiva. Una disculpa anticipada.<br />
Jueves: “No”, es “no”<br />
Es la “bateada” más larga que me dan: manejamos casi 2 mil kilómetros<br />
y nos niegan la entrada con un simple “No”.<br />
¿De dónde vienen<br />
De Saltillo.<br />
¿Eso dónde es<br />
En Coahuila.<br />
¿De qué país<br />
De aquí, en México.<br />
¿A qué se dedican<br />
Soy reportero.<br />
Y yo camarógrafo, dice mi compañero Alejandro Tomatsu, al momento<br />
que me desplaza del hombro ligeramente para que lo vean<br />
pues se encuentra atrás de mí.<br />
¿De qué empresa<br />
Del periódico VANGUARDIA.<br />
¿A qué vienen<br />
Para dar cobertura y difusión a las celebraciones zapatistas. De<br />
hecho, ojalá que la Junta de Buen Gobierno nos pueda dar una entrevista<br />
sobre el hospital que tienen y…<br />
Espere aquí, dice el portero interrumpiendo de golpe; es un indígena<br />
de edad adulta con pasamontañas negro, pantalón azul y<br />
113
camisa celeste como de oficina; raídas las ropas, zapatos también<br />
bastante desgastados y que por su caminar le deben quedar dos<br />
números más grandes.<br />
Viajamos desde Saltillo hasta Chiapas por carretera para ver si<br />
podemos entrar a las celebraciones de 10 años de las Juntas de<br />
Buen Gobierno y Los Caracoles, las cinco comunidades autónomas.<br />
Las preguntas son las mismas para la multitud visitante.<br />
Es mediodía del jueves 8 de agosto del 2013 y esperamos a la orilla<br />
de la carretera junto a medio centenar de personas que vienen<br />
de diferentes partes del planeta para solicitar la entrada al Caracol<br />
II, en Oventik, “Corazón Céntrico de los Zapatistas Delante del<br />
Mundo”, en la sierra de Los Altos de Chiapas, a unos 50 kilómetros<br />
de San Cristóbal de las Casas.<br />
Traemos puestos los chalecos con logotipos de prensa, portamos<br />
identificaciones de reporteros y el equipo fotográfico a la vista.<br />
Para entonces, al lado del zapatista que controla el acceso está<br />
una joven indígena vestida con blusa blanca y una larga falda amplia<br />
color negro, tiene el rostro cubierto con un paliacate rojo. Ella<br />
le dice algo al oído en su lengua, ambos voltean hacia nosotros y<br />
vuelven a su diálogo en corto; hacen esto en repetidas ocasiones<br />
mientras nos repasan de arriba a abajo inquisitoriamente.<br />
Él da media vuelta y se va hacia la cabaña que ocupan las autoridades<br />
de la Junta de Buen Gobierno como a 50 metros de donde<br />
estamos; ella, con dos o tres pasos se acerca a nosotros pero no<br />
habla, simplemente custodia detrás del portón. Sólo nos mira fijamente<br />
y de vez en cuando monitorea hacia otro extremo.<br />
Pasados 15 minutos él regresa y empieza a llamar a varios visi-<br />
114
tantes a quienes notifica que han sido aceptados y pueden entrar,<br />
dándoles la bienvenida alegremente. Menciona nuestros nombres<br />
y caminamos victoriosos, mira su libreta, voltea y nos para en seco<br />
con su mano y un No pueden entrar.<br />
¿Cómo, ¿por qué no<br />
No son invitados, responde escuetamente sin mirarnos.<br />
Pero es que viajamos casi dos mil kilómetros para hacer la cobertura,<br />
ustedes dijeron en internet que es una invitación abierta<br />
a cualquiera que quiera venir, queremos publicar la celebración,<br />
ayudar a difundir lo que piensan y…<br />
No pueden entrar y se retiran por favor, vuelve a advertir sin dirigir<br />
la vista hacia nosotros.<br />
¿Hay alguien con quien podamos hablar<br />
Ya estás hablando conmigo y no pueden entrar. Ahora sí levanta<br />
la mirada y tiene un gesto de fastidio en los ojos, que es lo único<br />
que deja ver el pasamontañas.<br />
Bueno, así por las buenas, pues muchas gracias. Mejor nos retiramos.<br />
Algo hicimos mal –nos lamentamos–. Mañana lo intentaremos<br />
de nuevo.<br />
Viernes: La llave<br />
Es viernes y estamos otra vez en la puerta del Caracol, pero esta<br />
vez no portamos identificaciones ni chalecos, tampoco traemos<br />
equipo fotográfico o de video. El acceso es controlado por un zapatista<br />
distinto al de hace 24 horas. Nos acercamos y de nuevo el<br />
cuestionario:<br />
¿A qué se dedica, qué hace<br />
115
Reporteo y estoy aprendiendo a escribir, fue mi respuesta.<br />
Hago videos y tomo fotos, la de Alejandro.<br />
¿De qué empresa<br />
En este momento vengo por mi cuenta.<br />
Yo también, agrega Alejandro.<br />
¿A qué viene<br />
A conocer, aprender y compartir. Quizá después escriba algo sobre<br />
esta celebración, quizá en un año más.<br />
El guardián zapatista pide tiempo y sigue atendiendo a otros visitantes.<br />
Cuando han pasado 10 minutos y se encuentra a unos 15<br />
metros, una mujer indígena se acerca a él: ¡Mala suerte! es la misma<br />
del día anterior, quien le susurra al oído al tiempo que voltean<br />
hacia nosotros una y otra vez.<br />
Ya valió –suspira Alejandro– a ver qué pasa porque ella nos reconoció,<br />
nos está delatando.<br />
Él guardián se retira y va a la cabaña con las autoridades que<br />
gobiernan El Caracol. Es el mismo proceso con que fuimos rechazados<br />
ayer.<br />
Pasan ya más de 20 minutos y no sale con el veredicto; estamos desanimados,<br />
pues la indígena que nos delató sigue pegada a la puerta y<br />
lanza miradas reprobatorias para mantenernos a raya, al menos es lo<br />
que sentimos al saber que aunque no hemos mentido...<br />
Eso discutíamos cuando llega el zapatista aduanal nos llama y,<br />
con un gesto amable en sus ojos, dice: Pueden pasar. ¡Bienvenidos!.<br />
No alcohol, no drogas, nada de eso está permitido aquí.<br />
Tan desconcertados como entusiasmados tratamos de entender lo<br />
que sucedió. Después de muchas teorías no podemos dejar de pensar<br />
en lo que dijo Gita en San Cristóbal, una sanadora indígena con quien<br />
116
acudimos el miércoles antes de viajar a Oventik la primera vez.<br />
¿Así quieren ir con mis hermanos, con esa arrogancia y actitud<br />
Mucho de ti está muerto, mira lo que tu cuerpo transmite, dijo al<br />
momento en que por primera vez en los 20 minutos que teníamos<br />
conversando me regala una mirada, pues hasta entonces<br />
hablaba ignorándome, dirigiéndose sólo con Alejandro aunque<br />
se refiería a mí.<br />
Los voy a “arreglar” para que puedan ir.<br />
Gita explicó mucho sobre la medicina espiritual, sobre la natural,<br />
sobre la emocional. Dio su visión del mundo, el cosmos y así,<br />
de la vida; pone todo de sí por “sanarnos”, por equilibrarnos, por<br />
reconciliarnos.<br />
Necesitan humildad, llegar con el corazón por delante. Entender y<br />
transmitir sus verdaderas intenciones pues mis hermanos son muy<br />
sensibles, muy listos e inteligentes. Entiendan que ustedes no van a<br />
hacerles ningún favor, no van a enseñarles nada, ellos no necesitan<br />
de ustedes. ¿Entonces por qué los dejarían entrar a la celebración<br />
VERBENA.- Estamos adentro de Oventik. Al pasar la aduana hay<br />
una calle de 700 metros cuesta abajo pavimentada sólo unos 400<br />
metros y luego se convierte en un camino de tierra. Al fondo, el<br />
área clara entre el bosque se abre como dos hectáreas cuadradas<br />
donde hay cuatro planchas de cemento, una habilitada como campo<br />
de basquetbol al aire libre que luego se transformará en la principal<br />
pista de baile.<br />
La otra es del doble de tamaño y está techada por láminas; es el<br />
templete que servirá para la presentación de las bandas y para las<br />
mesas en que se colocarán las autoridades zapatistas.<br />
117
Hay otras dos áreas pavimentadas a los costados, una también<br />
techada, ambas de menor dimensión y son usadas para los grupos<br />
musicales y para resguardo del público y artefactos.<br />
En toda la calle pavimentada a los costados hay cabañas que sirven<br />
como oficinas de las representaciones de las comunidades que<br />
integran El Caracol, pues aquí es la sede de las autoridades. Está la<br />
oficina de la Junta de Buen Gobierno; la clínica-hospital de la que<br />
están orgullosos y presumen como uno de los grandes logros de la<br />
Nación Zapatista en los últimos 20 años, y en donde hoy también<br />
se instaló el comedor más grande de la docena improvisados; algunos<br />
son puestos de tacos con una mesa y cuatro sillas, otros con<br />
pequeños tablones y troncos como bancas.<br />
En una gran construcción de madera de doble altura está el auditorio,<br />
que para estos días está habilitado como albergue para aquellos<br />
visitantes que no traen casa de campaña. En esa primera zona<br />
entre las cabañas se instalaron varios puntos de venta.<br />
Al fondo de la cañada, a los costados hay dos grandes áreas<br />
verdes con pocos árboles donde será el lugar para acampar. Somos<br />
los terceros en llegar a esa zona y elegimos dónde instalarnos.<br />
A los pocos minutos llega un grupo de jóvenes veinteañeros<br />
que vienen de la Ciudad de México con un entusiasmo que<br />
desborda, gritan, corren, parlotean, saludan y se posicionan de<br />
su espacio. Se tiran al pasto, retozan y luego empiezan a improvisar<br />
un techo con plásticos y cuerdas que acaban de comprar<br />
en la tienda oficial del Caracol.<br />
En lo que armamos la casa de campaña el verde paisaje llena las<br />
pupilas, el cielo despejado y al fondo, a un desnivel como de ocho<br />
metros hacia abajo, se ve que empiezan a colocar dos banderas: la<br />
118
Zapatista y la de México.<br />
Han pasado casi cinco horas desde que entramos y ni cuenta nos<br />
dimos, pero ya toda la zona está ocupada; son pasadas las 16:30<br />
horas de este viernes.<br />
Hay tiendas de campaña por todos lados, tantas que es difícil<br />
caminar entre ellas; nuestros vecinos son de muchas nacionalidades<br />
y de todas las edades, desde bebés hasta gente mayor de 80<br />
años; es como un piso de la Torre de Babel. Hay caras amables encontrándose,<br />
guiños, sonrisas, apretón de manos, palmadas en la<br />
espalda y abrazos.<br />
Las próximas 48 horas nos fundiremos en un mismo ropaje, más<br />
que eso, una nueva identidad: “compas”, el término que usan<br />
aquí para llamarse entre sí. Asumen que el simple hecho de estar<br />
nos hermana en convicciones. No sé si esto es una invitación, una<br />
oportunidad o un deseo; aquí dan nuevo sentido a esa palabra pronunciada<br />
con distintos acentos: compas.<br />
El look dominante es el pelo largo, rastas, tatuajes, cabelleras,<br />
barbas y bigotes encanecidos, piercings, huaraches y sombreros.<br />
Una vez instalados y tras conocer a gente con grandes historias<br />
y proyectos de vida, decidimos nuevamente ir a la vendimia. Son<br />
cerca de las 17:15 horas y en la barranca los últimos rayos del sol<br />
se están yendo, la temperatura ronda los 15 grados centígrados. La<br />
vida en esa calle se ilumina por pequeñas luces en los puestos; las<br />
fogatas calientan café y alimentos en un festín de olores, colores,<br />
sabores y sonidos.<br />
Los acordes de guitarras tienen magia y de pronto estamos en<br />
uno de los puestos; alrededor de una fogata suenan las notas del<br />
Himno Zapatista y todos se unen en el canto. No sólo es la voz,<br />
119
cantan con todo su cuerpo, irradian orgullo y camaradería.<br />
Al final gritan, se abrazan y comparten el honor de ser zapatistas.<br />
Hay europeos, asiáticos, estadounidenses, tzotziles, mazahuas,<br />
lacandones, mayas, chamulas.<br />
La empatía embriaga: Si en algo coinciden los compas es en su<br />
solitario sueño, que esta noche encuentra regazos que superan<br />
geografía, tiempo, espacio y origen. Durante el día conversamos<br />
con poetas, escritores, sociólogos, antropólogos, representantes de<br />
ONG’s extranjeras que financian al movimiento, etc. En este momento<br />
son cerca de la 01:15 horas ya del sábado y están fundidos<br />
en su canto oficial: “porque nuestra patria grita y necesita, de todo<br />
el esfuerzo de los zapatistas”. El EZLN –se vanaglorian– está más<br />
vivo que nunca.<br />
Ya cerca de las 2 de la madrugada es hora de dormir. La calidez<br />
que dejaron las historias, los cantos y las muestras de amabilidad<br />
no deja conciliar el sueño, pues choca contra los momentos del día<br />
en que parecía estar en la improvisada verbena de la escuela de<br />
mis hijos o de la iglesia de mi comunidad.<br />
Es difícil separar los últimos instantes de la noche con lo desconcertante<br />
que resultó ver que el platillo más exitoso que se servía en el<br />
comedor del hospital era “La Pizza Zapatista”; allí, mientras en ocho<br />
mesas extranjeros y mexicanos cenábamos, en la televisión proyectaban<br />
una serie ¡de Televisa! sobre La Independencia. Al pie de la pantalla<br />
había cinco niños indígenas hipnotizados por completo.<br />
Aquí no se paga con dinero directamente, hubo que comprar los<br />
boletos en un “banco” –como en la kermés– y ahora sí, a entregar<br />
los papelitos fluorescentes a cambio de alimentos y bebidas (sólo<br />
agua, café y refrescos).<br />
120
Recuerdo cómo hasta bromeamos al coincidir en que algunos<br />
zapatistas se ponían el pasamontañas sólo cuando les tocaba atender<br />
en los puestos donde se venden artículos oficiales del EZLN<br />
como botas, gorras, camisetas, etc. Los veíamos caminando a rostro<br />
descubierto como en la Alameda de cualquier ciudad y de pronto,<br />
cuando llegaba su turno en los puntos de venta, se iban a un<br />
lugar alejado y oscuro donde se enmascaraban para luego regresar<br />
y ofrecer las mercancías –el “marketing”, masculla Alejandro–.<br />
No pudimos contener la risa, que súbitamente pasó a un extraño estado<br />
de ánimo crítico, cuando entre las artesanías y otros trabajos de<br />
gran valor y calidad un puesto de piratería china rompía con el misticismo<br />
¡La bisutería a todo lo que da!, como en cualquier mercado o<br />
pulga que hay en toda ciudad o pueblo, pero aquí estamos en el Corazón<br />
Zapatista, en el último rincón del “México Profundo”.<br />
Los compradores eran principalmente indígenas, quienes se van<br />
con colguijes de luces neón, fundas para celular, gorras de la NBA<br />
y NFL, cintos piteados, etc.<br />
Un “Buenas Noches” colectivo nos regresa al momento en la casa<br />
de campaña. Afuera se escuchan murmuros, cuchicheos y risas<br />
discretas, caen unas cuantas gotas de lluvia y la temperatura sigue<br />
bajando mientras buscamos conciliar el sueño. Al cerrar los ojos<br />
sólo queda el estribillo del Himno Zapatista, ése que se entona al<br />
ritmo de la tradicional y bravía canción mexicana “Carabina 30-<br />
30”: Porque nuestra patria grita y necesita, de todo el esfuerzo de<br />
los zapatistas.<br />
121
Click para audio<br />
Esta es la calle principal del Caracol de Oventik.<br />
Sábado: Batalla en la duela zapatista<br />
Van a ser las 07:00 horas y los pocos rayos de sol que entran a la<br />
barranca lucen espléndidos; hay largas filas para los baños colectivos<br />
–sólo sanitarios, no regaderas–, gente pasa con botes de agua<br />
y cepillos de dientes y los “Buenos Días” se escuchan en muchas<br />
lenguas. Está nublado y la lluvia es inminente.<br />
Lo que sigue es nuevamente recorrer los 700 metros infinitos en relatos,<br />
historias, personajes y secretos. Sospecho que se confunden los<br />
anhelos con anécdotas; las imágenes son invaluables y las atesoraré<br />
por siempre. Desayunamos, conversamos y compartimos. por el mi-<br />
122
crófono ya están llamando para arrancar oficialmente los festejos del<br />
Décimo Aniversario con una competencia deportiva.<br />
A las 12:40 horas la “duela” está preparada. Se inaugura un torneo<br />
de basquetbol y el primer juego enfrenta a Los Hormigueros<br />
Intergalácticos –un equipo de extranjeros– contra la selección de<br />
un poblado cercano a Oventik.<br />
La “duela” es en realidad una plancha de cemento con medidas<br />
cercanas a las reglamentarias. El rayado apenas se nota, los tableros<br />
son sólo cuadros de madera desvencijada con aros de metal<br />
oxidado. Está al pie del templete techado del que cuelgan las dos<br />
grandes banderas.<br />
La atención está centrada en el juego y se suspende toda actividad.<br />
Quedan vacíos los puestos de comida y vendimia; los grupos<br />
que cuentan relatos y crean complicidades lo dejan para después.<br />
Así ideólogos, guerrilleros y visitantes conformamos una misma<br />
categoría como espectadores, todos de pie.<br />
Hacia arriba, la calle se convierte en un río humano que se apresura<br />
para no perder ni un minuto del partido inaugural.<br />
Al ver a los jugadores en la cancha llega el mismo sentimiento de<br />
cuando, en la primaria, en el recreo había un partido entre “los de<br />
Sexto” contra “los de Segundo”: un juego muy robado, por desigual.<br />
Varias personas a nuestro lado asumen que “La Legión Extranjera”<br />
actuará con magnanimidad privilegiando el convivir, el estar;<br />
desde la primera impresión manifiestan su confianza en que todos<br />
nos divertiremos y que la competitividad no es relevante, que está<br />
en función de la amabilidad de cada jugador visitante para que el<br />
equipo local no luzca tan mal. Vaya ¡no van a humillar al cumpleañero<br />
en su propia fiesta en casa! –esto es un año antes del partido<br />
123
Alemania–Brasil en el Mundial del 2014–.<br />
Al primer vistazo es inevitable el comentario, pues la diferencia<br />
de más de 15 centímetros de estatura en promedio y la facha entre<br />
ambos equipos son una barrera que luce abismal, de acuerdo con<br />
los parámetros que imponemos los fuereños desde las gradas.<br />
Por un lado hay cinco basquetbolistas: dos jóvenes rubios de<br />
pelo muy corto, rostro simétrico y pulcro, entrados quizá en los 30<br />
años y cerca del 1.80 metros de estatura, ojos azules, espigados y<br />
con la típica fisionomía que desarrollan los practicantes del deporte<br />
ráfaga, con brazos largos y fuertes, espaldas anchas y armoniosa<br />
agilidad soportada en sus delgadas piernas; nada de grasa en su<br />
abdomen. Ambos se colocan a la defensiva con un gesto de serena<br />
emoción y pese a que su sonrisa es sutil, proyectan gran alegría.<br />
El botador, el repartidor de juego, es un joven de apariencia mediterránea,<br />
de complexión mediana y aire de amable supremacía<br />
que se engalana con la coleta bien diseñada de unos 20 centímetros<br />
que cae sobre la espalda; aunque no llega al 1.80 de estatura sí<br />
luce enorme frente a los contrarios. Se sabe el maestro dentro de la<br />
cancha y el principal responsable del encanto en las jugadas, del<br />
espectáculo tanto para los rivales como para la tribuna; bota en el<br />
centro del campo en los minutos de calentamiento, trotando sin<br />
ver la bola, con la mirada apuntando arriba, al infinito y con altivez;<br />
sabe que se está pendiente de él, es más, juraría que flota.<br />
Adelante, como poste se coloca otro blanco cercano a los 55 años,<br />
pelo corto y cano al igual que su barba rala, y si bien no es atlético<br />
sí está en buena forma física, pero con la inevitable panza de<br />
quienes tienen “buen diente”; también anda cerca del 1.80 metros<br />
de estatura. Más sereno, pero con inquietud sobre su entorno por<br />
124
divertirse y gozar el momento para el que, se dice en las tribunas,<br />
seguramente viajó miles de kilómetros.<br />
El equipo lo completa en la ofensiva el único nacional, un joven<br />
moreno defeño de gesto un tanto duro y apariencia como la<br />
que los extranjeros refieren cuando dicen que todos los mexicanos<br />
les parecemos iguales. Su estatura debe andar por el 1.75<br />
metros y en los preparativos deja claro que desde hace tiempo<br />
practica este deporte.<br />
Los Hormigueros Intergalácticos cuentan además con su arma secreta,<br />
que para entonces no lo es tanto pues muchos de los visitantes<br />
no pueden dejar de verla en sus ejercicios de calentamiento: Juliana.<br />
Esta colombiana radicada en Estados Unidos es la única mujer<br />
que se atreve en el torneo, al menos es lo que vemos hasta este momento.<br />
Así, la trigueña veinteañera reclama un lugar en la quinteta<br />
inicial, pero tiene que esperar su turno en la banca.<br />
Del equipo local en este punto se puede decir que hay un grupo<br />
de jóvenes morenos alegres… iba a decir con la complexión típica<br />
de los indígenas chiapanecos, pero no es así, pues deben andar en<br />
un promedio de estatura de 1.67 metros, es decir, sobresalen de sus<br />
paisanos. Aunque la mayoría son atléticos y fuertes hay dos que<br />
saltan a la vista pues son más bien regordetes, pero ágiles. Practican<br />
tiros y triples, algunos pases, todo privilegiando la precisión.<br />
La porra de casa se acomoda cerca de ellos, aunque el aliento<br />
que brinda es más bien tímido. Se escucha el silbatazo y la batalla<br />
inicia mientras por el micrófono el animador da la instrucción de<br />
que momentáneamente están prohibidas las fotos o el video.<br />
El más alto de los rubios se ve sorprendido desde el saque inicial,<br />
pues los 15 centímetros de estatura que tiene de ventaja se vuel-<br />
125
ven polvo ante las fracciones de segundo que gana el indígena en<br />
su salto, con lo que se posiciona del espacio aéreo a donde baja la<br />
pelota y la gana.<br />
Seguramente es la gentileza extranjera para que en realidad haya<br />
juego –dice un hombre a mi lado, quien viajó desde Guerrero–.<br />
Con cuatro pases mecánicos, veloces, estudiados y precisos ¡swing!<br />
Los de casa 2, Intergalácticos 0. Una voz a mis espaldas: ¡Qué bueno<br />
que los güeros agarren la onda para que haya competencia!, interpretando<br />
que los visitantes regalaron la pelota de arranque.<br />
El de la coleta toma la bola, finta, conduce, ordena y da muestras<br />
de técnica. En el círculo de la media cancha le cierran el paso dos<br />
indígenas y de pronto llega la “magia”. Pasa la bola por atrás de<br />
su cuerpo y cuando se espera que bote de un lado a otro por sus<br />
espaldas ¡Nada! desaparece la pelota: en un juego de manos la metió<br />
bajo su camiseta en la espalda y jocoso abre los brazos, voltea<br />
hacia ambos lados y consuma así el acto histriónico. Todos ríen y<br />
agradecen la gracia.<br />
El juego continúa en esa atmósfera, pero sólo unos segundos, ya<br />
que un indígena roba la bola y con unos cuantos trazos largos ya<br />
están de nuevo bajo el aro y encestan por segunda vez.<br />
De pronto, los Intergalácticos y el resto de los visitantes caemos<br />
en cuenta que el equipo que está enfrente es de jugadores que, si<br />
bien no poseen la plasticidad (en el concepto en que los estadounidenses<br />
han impuesto) en sus movimientos, sí juegan con técnica,<br />
táctica, entusiasmo, agilidad y la seriedad de quien busca el triunfo<br />
en el juego más importante.<br />
Lo que sigue es algo que para los zapatistas resulta lógico, pero<br />
para muchos de quienes estamos aquí, principalmente para los ex-<br />
126
tranjeros –en este momento hay unos 200– es aleccionadoramente<br />
sorpresivo, o es lo que transmiten esos atónitos rostros. En esta<br />
fecha el mundo aún no descubría la magia de los Niños Triquis,<br />
campeones mundiales de baloncesto y quienes en el último año<br />
han visitado infinidad de países para dar exhibiciones de su gran<br />
juego.<br />
Los Intergalácticos poco a poco cambian su gesto de condescendencia<br />
al rictus que muestra cualquier deportista cuando se emplea<br />
a fondo en cada jugada, cuando luchan con todas sus fuerzas<br />
para ganar o, como en el caso de hoy, para no ser humillados.<br />
Por supuesto que hay dos o tres “inocentadas” más, esas jugadas<br />
en que el atleta tiene un lapsus de ridícula candidez, pero en todas<br />
quien cae es alguno de los rubios, no los indígenas, para lección de<br />
los visitantes.<br />
A medio juego, cuando el equipo local domina por completo las<br />
acciones, la Legión Extranjera da entrada a Juliana, de semblante<br />
gentil; mientras trota para entrar a la cancha su mirada brilla y se<br />
agiganta como la de un niño cuando quita la envoltura a un regalo.<br />
Y así en unos segundos el partido cambia, pues la chica muestra<br />
idea y técnica para darle rumbo a su equipo. Primero va al choque<br />
en diversas jugadas y pese a que los contrarios no merman en<br />
la fuerza que aplican en el cuerpo a cuerpo, ella lucha por no ser<br />
desplazada –esto de la igualdad de género se toma muy en serio<br />
aquí–.<br />
Para entonces la afición está eufórica: tzotziles, choles, huicholes,<br />
tarahumaras, tojolobales, purépechas, rarámuris y representantes<br />
de otros pueblos originarios en multitud de lenguas se<br />
fusionan a un solo grito por ir venciendo. El enceste, lo mismo es<br />
127
aplaudido por un joven con pasamontañas que por una mujer con<br />
el vestido de gala de su pueblo con bordados festivos en colores<br />
púrpuras, rosas, verdes y violetas.<br />
Las lenguas encuentran armonía para la porra. Obtusos esquemas<br />
se quiebran al verlos celebrar la acción “jordanesca” propia de<br />
la NBA que ejecuta uno de sus héroes de bronce.<br />
La inocultable sorpresa está replicada en rubios, dorados, pelirrojos,<br />
orientales y afros. Aunque hay extrema diversidad fonética,<br />
ojos y bocas abiertos a más no poder y las inconfundibles sonrisas<br />
de asombro nos colocan en la categoría de la porra perdedora.<br />
Los últimos minutos se juegan bajo la lluvia que no cesará en las<br />
próximas 13 horas, pero nadie se mueve de su lugar. Asimilamos<br />
que los indígenas han desarrollado la versión de estética de este<br />
juego en base a su anatomía y sus actividades cotidianas, muy diferentes<br />
en esta forma de vida a la de la mayoría de los mexicanos.<br />
Los pases cortos y precisos, la constante movilidad y la férrea<br />
marca con que vencen una y otra vez a sus adversarios es posible<br />
en gran medida por la condición física adquirida en la geografía<br />
natural, en caminos entre las cañadas, selvas y desiertos; la desventaja<br />
que tienen en estatura y peso la compensan con cuerpos<br />
fibrosos, músculos finos, torsos perfectamente delineados y brazos<br />
de acero. Su entendimiento del juego colectivo es muy superior al<br />
de los rivales y su destreza, por mucho, más efectiva.<br />
El botador zapatista, posición estelar que se intercambian dos<br />
jugadores principalmente, reparte el juego de manera armoniosa y<br />
efectiva en toda la cancha y muestra una gran agilidad mental. Sí<br />
hay estrellas en este equipo, pero el juego de conjunto las eclipsa.<br />
Del equipo visitante en este punto sólo se puede decir que hay<br />
128
un grupo de jóvenes “güeros”, un moreno y una chica sorprendidos,<br />
desconcertados, cansados y con la mirada desorientada que<br />
buscan dar la pelea con más afán que talento.<br />
Los extranjeros regresan tímidamente al juego con Juliana al<br />
mando y la competencia es un poco más pareja, aunque no lo suficiente<br />
para cambiar el rumbo del resultado final, que luego de los<br />
dos tiempos es de 44-9… o algo así. Una paliza que infringen los<br />
locales a los visitantes.<br />
Los zapatistas sacan el triunfo apabullante no sólo en el marcador,<br />
pues ganaron en fortaleza, rendimiento, intensidad, creatividad<br />
y táctica. ¡Y pensar que este fue sólo el arranque del torneo en<br />
el que participarán más de 40 equipos!<br />
La superioridad de los indígenas fue tanta que me recuerda esos<br />
partidos de “los de Sexto” contra “los de Segundo”, cuando al final<br />
los jugadores de ambos equipos se preguntaban por el marcador,<br />
pues es lo de menos: ¿Siempre cómo quedamos<br />
Click ver video<br />
Los espectadores nos acomodamos para presenciar en la “duela” el partido de<br />
basquetbol en la inauguración del 10 Aniversario de Los Caracoles.<br />
129
Solemnidad<br />
La tarde llega, la lluvia sigue con mucha fuerza y los juegos se interrumpen<br />
no sólo en la cancha de basquetbol, también en la de<br />
futbol, torneo que no tiene tanto éxito y sólo unos cuantos se inscribieron.<br />
Este deporte se suspende cuando aún no terminaba el<br />
primer partido, ya que el lodazal hacía imposible que rodara unos<br />
cuantos centímetros el balón. Un jugador zapatista que porta la<br />
camiseta del Santos Laguna se marcha cabizbajo, descorazonado;<br />
otro de Pumas arrastra los pies tras la cancelación del partido.<br />
Lluvia, lluvia y más lluvia. Intermitente pero constante toda la<br />
tarde. Los visitantes somos los desconcertados por el aguacerazo,<br />
pues quienes aquí viven festejan lo que del cielo cae. X (primera<br />
letra del nombre de esta mujer indígena) explica la bendición de<br />
que cada nueva etapa empiece con lluvia, y este es un nuevo ciclo<br />
ya que inicia la segunda década de Los Caracoles.<br />
Nativa de estas tierras, tiene una historia que vamos conociendo<br />
por retazos desde los primeros minutos en que entramos a Oventik,<br />
pues de inmediato junto con su hija de 16 años nos dio el recibimiento<br />
el viernes al mediodía. Hemos topado con ellas por todo<br />
el lugar.<br />
Habla de su pueblo y sus tradiciones, del espíritu zapatista que<br />
abraza su familia y lo que se necesita para seguir adelante con la<br />
resistencia a la que convoca el EZLN, ésa que evoca la construcción<br />
de un mundo en donde quepan muchos mundos.<br />
Al conocerla, le dijimos que yo estaba aprendiendo a escribir y<br />
que quería hacer un relato de esto dentro de un año, y Alejandro<br />
le dijo que se dedicaba a tomar fotos y a hacer videos. Cuando al<br />
segundo día X volvió a preguntar sobre nuestros oficios, aclara-<br />
130
mos que somos reporteros, pero que la experiencia serviría para<br />
una publicación tiempo después, no para lo inmediato. Eso fue lo<br />
que gente muy cercana a la organización del 10 Aniversario de Los<br />
Caracoles nos recomendó decir luego de acudir a ellos cuando nos<br />
“batearon” el jueves.<br />
Ella sonríe e interrumpe: Sí, desde un principio mi hija me dijo<br />
que parecían reporteros. Es que su papá también es periodista.<br />
¡Descubiertos por una adolescente!<br />
Explica que es un corresponsal que llegó desde una de las ciudades<br />
más avanzadas de Europa en 1994 durante el levantamiento<br />
zapatista, se enamoraron y tras casarse se fueron a vivir al otro<br />
lado del Atlántico. X volvió a Chiapas desde hace 10 años; su hija<br />
se quedó allá y tras una década viene a México con la intención de<br />
quedarse a vivir en estas tierras y estudiar en la Escuela Zapatista.<br />
Escuchando relatos como éste pasan las horas y poco a poco la<br />
luz del día cesa, pero no la lluvia.<br />
Como a las 21:00 horas de este sábado comienza la ceremonia<br />
solemne. Para entonces habrá más de tres mil personas entre los<br />
visitantes y grandes contingentes de los pueblos que conforman el<br />
“Corazón Zapatista Delante del Mundo”.<br />
Los indígenas llegan con sus vestidos de gala, con pasamontañas<br />
y paliacates cubriéndose el rostro, es “la credencial” de los zapatistas,<br />
la que los identifica. Marchan con disciplina militar –bueno,<br />
por momentos más bien parecieran los pubertos contingentes de la<br />
secundaria en el Desfile del 16 de Septiembre– y se desplazan organizadamente<br />
en una demostración de fuerza, del aliento comunitario<br />
con que llaman a resistir, a “mandar obedeciendo”.<br />
Al no haber luna ni estrellas y con la lluvia cerrada es difícil<br />
131
apreciar cómo van llegando más grupos, que pasan entre las zonas<br />
para acampar repletas de casas de campañas y techos improvisados<br />
con plásticos.<br />
Los locales y representantes de otras comunidades indígenas de<br />
México marchan con el corazón por delante y al final se colocan<br />
alrededor del templete principal. Entonces comienza el acto protocolario<br />
en varias lenguas.<br />
La encargada del mensaje central es una Comandanta, quien<br />
habla de la campaña de exterminio que las autoridades mexicanas<br />
mantienen contra los pueblos originarios y hace un llamado a la<br />
resistencia. Su voz es firme y conciliatoria. Reconoce errores en los<br />
que han caído los zapatistas y lo mucho que tienen por hacer en el<br />
futuro inmediato.<br />
Mientras la escucho hablar, vienen a la mente las camisetas con<br />
la leyenda “Mujeres Rebeldes con Dignidad” y grabada la cara de<br />
una zapatista con pasamontañas, que venden en una tienda bastante<br />
fresa en el corredor comercial principal de San Cristóbal.<br />
EL BAILONGO.- Después de casi dos horas de lecturas, honores a<br />
las banderas, consignas, hurras, llamados y compromisos, la fiesta<br />
da inicio.<br />
Intempestivamente esos mismos zapatistas que formaban los rígidos<br />
contingentes se quitan pasamontañas y paliacates, muestran<br />
sus rostros llenos de dientes y de emoción al escuchar las canciones<br />
preferidas. La pista de baile monopolizará voluntades durante<br />
las siguientes horas.<br />
Hay muchos ritmos, varios grupos musicales animarán el festejo<br />
hasta el amanecer: desde el pasito duranguense hasta el hip hop,<br />
132
ap, rock, etc., atrapan a indígenas y extranjeros, todos al cobijo<br />
del agua.<br />
El reloj marca la 01:30 del domingo, van más de 12 horas bajo la<br />
lluvia en Oventik y la temperatura es baja, apostaría que cercana a<br />
los 0 grados –juro que es lo que sentía, aunque luego con pena me<br />
entero que en realidad estábamos a 12 grados–. Para esta hora la<br />
colina en que instalamos nuestro campamento está convertida en<br />
un río y adentro de la casa de campaña llueve más que afuera.<br />
La mayoría de los visitantes abandonaron sus lechos portátiles y<br />
se fueron al auditorio acoplado como albergue.<br />
Le digo a Alejandro que me tengo que ir a dormir y que lo haré en<br />
el automóvil, que me habían permitido meter al Caracol y estaba<br />
estacionado en medio del campamento. Me dice que seguirá grabando<br />
con el celular y que más tarde intentará acostarse en la tienda<br />
de campaña.<br />
Una hora después abre la puerta del auto. Mejor me quedo aquí,<br />
dice tiritando de frío y cubierto de lodo, al igual que yo. Hablamos<br />
un poco y entonces, al intentar retomar el sueño, vuelven algunos<br />
momentos que turban; se agradece la oportunidad de estas últimas<br />
horas, pero hay imágenes que desestabilizan.<br />
Cómo cuando al rendir honores a los símbolos patrios en la ceremonia,<br />
el encargado del Himno Nacional se equivocó en la letra.<br />
Bueno, si a los más conocidos cantantes les ha ocurrido en importantes<br />
eventos televisados en canales de paga para millones de<br />
personas, ¿por qué no a un indígena con otra lengua nativa<br />
Regresan pasajes en que extranjeros y zapatistas bailaban en<br />
una misma pista bajo la lluvia, como en una coreografía en que<br />
dos equipos se afanan a una artificial sincronía.<br />
133
Así como los extranjeros intentaban tímidos el pasito duranguense,<br />
los indígenas marcaban distancia cuando el turno correspondía<br />
a las bandas de rock y rap. Callados, con un gesto<br />
parecido a discreta sonrisa, agrupados en las orillas movían sus<br />
cuerpos levemente como en un suspiro rítmico, mientras los<br />
jóvenes visitantes desgarbados parecían quebrarse en sus movimientos,<br />
saltaban chocando en el aire y corrían de un lado para<br />
otro gritando, esquivando.<br />
Mientras caminamos entre la multitud divertida, X se acerca<br />
a Alejandro y señala hacia un grupo de siete jovencitas tzotziles<br />
quienes se arremolinan, se codean, ríen y cuchichean.<br />
Se están poniendo de acuerdo para ver quién viene a bailar contigo,<br />
le advierte nuestra amiga.<br />
Alejandro, apenado y con risa nerviosa dice: ¡A la madre!, ¿yo<br />
por qué Voltea hacia ellas, sonríe, con una reverencia agradece el<br />
interés y se aleja celular en mano hacia la multitud que salta y se<br />
divierte. Apostaría a que entre las fans de Alejandro, el “güerito de<br />
ojos amarillos”, está la zapatista que el primer día nos negó la entrada<br />
y al segundo intento nos delató con el encargado del acceso.<br />
A lo lejos un grupo de muchachas, al parecer europeas, se mantiene<br />
bajo techo disfrutando del espectáculo. Están paradas sobre<br />
una banca de madera desde donde tienen una vista panorámica y<br />
se mueven cadenciosamente. Allí, arriba, permanecerán hasta la<br />
madrugada.<br />
Poco después de las 24:00 horas el fandango llega a su clímax,<br />
por unos minutos ambos grupos de bailarines logran mezclarse, se<br />
forman las tradicionales filas, círculos, la “Víbora de la Mar” y la<br />
interacción típica de cualquier boda.<br />
134
De pronto, la multitud se abre de tajo y una pareja se adueña de<br />
la pista con las canciones de Intocable y Pesado, dando una magistral<br />
cátedra de baile; todos vitorean a los dos visitantes de Zacatecas.<br />
La banda ameniza y los animadores le ponen sabor a los<br />
comentarios y después de 35 minutos de éxtasis total, la intensidad<br />
vuelve a nivel medio, pero la lluvia sigue igual.<br />
Muchos empiezan a retirarse del lugar cuando el agua arrecia y<br />
cambian de ritmos con otra banda; la mayoría de los visitantes se<br />
ha ido a buscar algún refugio para dormir después de muchas horas<br />
de celebración. Unos cuantos zapatistas regresan a la cancha<br />
cuando vuelve el pasito duranguense.<br />
Esas son algunas de las imágenes rebobinadas mientras Alejandro<br />
empieza a roncar en el otro asiento del auto.<br />
Por los vidrios empañados veo a indígenas tomando su lugar<br />
acurrucados en el suelo empantanado, sin más cobijo que sus propias<br />
ropas mojadas y algunos pasamontañas sirven de almohadas.<br />
Llega una incómoda sensación, pues estoy en el acolchonado<br />
asiento y la calefacción regresa la temperatura al cuerpo; pienso<br />
varias veces en salir y meterme a la cama de agua en que se convirtió<br />
la casa de campaña, pero sólo lo pienso.<br />
Mientras dormito, a lo lejos la música, temas norteños y corridos<br />
son adaptados con letras de revolución y guerrilla que se repiten<br />
una y otra vez, al igual que las dedicatorias y las porras; así será<br />
hasta que llegue de nuevo la luz del día.<br />
135
Click ver video<br />
Rindiendo honores a las banderas Nacional y la Zapatista. Fueron 12 horas de lluvia.<br />
Domingo: Último amanecer<br />
Vamos por un café caliente y regresamos a la pista de baile minutos<br />
después de las 06:00 horas del domingo 11 de agosto; pocos<br />
quedan en la cancha de basquetbol, pero desde cada casa de campaña,<br />
cada cabaña y puesto, zapatistas y visitantes desmañanados<br />
y otros sin dormir siguen las melodías con rítmicos movimientos.<br />
Anécdotas y risas llenan más el cuerpo que el desayuno. Poco a<br />
poco los cálidos hilos dorados cubren la barranca.<br />
Ha dejado de llover y tras largas charlas en el accidentado terreno,<br />
ya al mediodía nos despedimos de los compas, de los zapatistas<br />
y de los muchos visitantes quienes al tendernos la mano compartieron<br />
parte de su historia y revelaron que estas últimas horas<br />
cambiaron sus vidas, sin importar si era la primera ocasión en que<br />
136
visitaban un Caracol o forman parte de esta Nación Zapatista desde<br />
hace tiempo.<br />
El último en despedirnos es, ¿casualmente, don Andrés, la<br />
primera persona que el viernes se acercó a darnos la bienvenida<br />
tras cruzar la aduana de Oventik y quien minutos después nos<br />
presentó a X. Este hombre blanco cercano a los 70 años, estatura<br />
y complexión media, con larga cabellera y bigote encanecidos,<br />
que porta elegantemente un sombrero, nos desea buena<br />
vida a nuestra partida.<br />
Son pasadas las 12:00 horas y tras comer unos tacos de huevo<br />
duro estamos ya de salida.<br />
En el hospital, a 100 metros de la entrada principal, don Andrés<br />
espera volver a vernos pronto: ¿Pudiste lograr a lo que venías, pregunta,<br />
aunque en ningún momento ni Alejandro ni yo le habíamos<br />
comentado nuestro objetivo.<br />
Respondo que no; pone su mano sobre mi hombro y vuelve a<br />
despedirse con una sonrisa amable.<br />
Ahora depende de nosotros que coincidamos pues él vive aquí.<br />
Explica que desde hace 40 años está relacionado con los movimientos<br />
insurgentes en el sur de México y luego se incorporó al<br />
levantamiento en Chiapas. Hoy se dice uno de los encargados de la<br />
escuela en este Caracol.<br />
Regreso<br />
Al tomar la carretera de regreso a San Cristóbal tratamos de descifrar<br />
nuestro estado de ánimo, cruzamos impresiones y deducciones.<br />
La mente navega entre la realidad cotidiana que hasta hace<br />
cuatro días teníamos y “el mundo según los zapatistas”. El panora-<br />
137
ma de las interminables cañadas entre nubes no facilita aterrizar<br />
las divagaciones.<br />
Hemos dormido pocas horas desde el jueves, no nos hemos bañado<br />
y estamos cubiertos de lodo, no usamos los improvisados<br />
sanitarios y principalmente nos vamos con las manos vacías en<br />
cuanto a nuestro objetivo principal: estar aquí por si sorpresivamente<br />
el Subcomandante Marcos llegaba a la celebración.<br />
No fue lanzarnos a la simple aventura, pues llegar es resultado<br />
de una investigación que inició desde julio del 2012. Si acaso<br />
había una posibilidad, aunque mínima, de estar en el mismo<br />
lugar que el “Sup”, sería precisamente en Oventik en esta celebración.<br />
Si Marcos va a algún Caracol será al de Oventik, pero no hay forma<br />
de saberlo. Él es así, no hay agendas ni avisos, simplemente<br />
llega. Hay muchas posibilidades de que se aparezca en esta celebración,<br />
había confiado una de nuestras fuentes.<br />
Para mala fortuna no fue esta vez, pero lo buscaremos la próxima<br />
semana en San Cristóbal de las Casas durante el Congreso Nacional<br />
Indígena en la Universidad de La Tierra.<br />
Hemos llegado al hotel en San Cristóbal y sigo pensando en la<br />
Pizza Zapatista y en la piratería china que cautivó a los indígenas.<br />
En la imagen de la jovencita color de la tierra que representaba<br />
todo el encanto de este lugar con su fina figura y rasgos típicos portando<br />
con orgullo un traje de gala con bordados en morado y lila;<br />
iba colina abajo en un camino pantanoso y entonces comprendí<br />
el porqué de su caminar con pasos cortos y brincones, sobre todo<br />
cuando nosotros nos desplazamos torpemente, trastabillando.<br />
Muchas veces extranjeros y nacionales caemos de rodillas o de<br />
138
panza, pero no se aprecia un gesto de burla o compasiva sonrisa en<br />
los zapatistas que están alrededor. Las risas con que rompen más<br />
bien parecen impregnadas de genuina diversión carente de malicia<br />
o prejuicios.<br />
Esto pensaba con la cámara lista para captar el momento de la<br />
joven indígena, cuando de pronto suena: ¡Sollterito soy, solterito<br />
voy!, una cumbia como tono de llamada. La zapatista de bella estampa<br />
detiene su marcha, de entre las ropas saca un celular enfundado<br />
en colores brillantes y luces y contesta en lengua nativa.<br />
¿Miopía<br />
Entiendo que todo eso te desconcierte, porque eres un pendejo. Te<br />
clavaste en las formas, en cuestiones menores y la escala de valores<br />
del mundo en que vives no te dejó ver el fondo.<br />
Te dieron la oportunidad de estar entre personas con verdadera<br />
dignidad, que cada día están dispuestas a morir por construir un<br />
mundo de respeto y libertad ¿Sabes siquiera lo que es eso, me recrimina<br />
uno de los contactos con quien hemos platicado desde hace<br />
más de un año y que nos presentó con dos personas muy cercanas<br />
al EZLN en los 80, a quien por internet estoy relatando estos días<br />
en Oventik.<br />
¿Pizza Zapatista Por supuesto. Ni preguntaste, pero estoy casi seguro<br />
que ese platillo se elabora ahí a manera de agradecimiento por<br />
apoyos recibidos de alguna organización o bases de ese país.<br />
¿Basquetbol Es el deporte indígena por excelencia. Ellos lo adoptaron<br />
y son muy buenos en eso desde hace mucho, pero por supuesto<br />
que para ustedes sólo existe el futbol y el Tri.<br />
¿Piratería china y celulares con fundas luminosas y coloridas ¡Es<br />
139
La Fiesta! Leé un poco por favor.<br />
Este reclamo también me recuerda la charla con Gita de hace<br />
cuatro días, cuando advirtió: En Oventik, mis hermanos zapatistas<br />
caminarán entre muertos como ustedes. Gente que se transporta en<br />
cuerpos con media vida, en eso se han convertido en sus ciudades,<br />
por sus costumbres y vicios, pero que en cualquier momento pueden<br />
sanarse.<br />
El juicio corre a esas latitudes, pero regresa a una céntrica evaluación,<br />
a una cómoda estabilidad entre la emoción y la reflexión.<br />
Y bueno, para entonces ya estoy en la cama del hotel después de<br />
un baño y me dispongo a cenar en el corredor turístico de San Cristóbal,<br />
ése que tiene al Zapatismo como principal atractivo.<br />
Debemos volver en unos días al Congreso Nacional Indígena con<br />
la esperanza de que Marcos haga presencia.<br />
140
IV<br />
La raíz de la<br />
barbarie<br />
141
“Los criminales y estadistas modernos no matan:<br />
suprimen. Experimentan con seres que han perdido ya<br />
su calidad humana. En los campos de concentración<br />
primero se degrada al hombre; una vez convertido en<br />
un objeto, se le extermina en masa.<br />
“… envenena, disgrega cadáveres con ácidos, incinera<br />
despojos, convierte en objeto a su víctima. La antigua<br />
relación entre víctima y victimario, que es lo único que<br />
humaniza al crimen, lo único que lo hace imaginable,<br />
ha desaparecido”.<br />
142
La sangre que nos alcanza<br />
Nací en 1968 y ahora cuando vuelvo a ver y leer las historias de<br />
finales de los 60 y principios de los 70 algo diferente me pasa:<br />
Pienso más en los padres y familia de esos jóvenes. Comprobé que<br />
de nada sirve dar consejos a mis hijos si no van acompañados por<br />
el ejemplo, y lo aprendí de la forma más contundente al quedar en<br />
evidencia ante ellos muchas veces.<br />
Entiendo cuando alguien dice que la inseguridad que hoy sufrimos<br />
es consecuencia de décadas en que como sociedad no hemos<br />
sido capaces de frenar abusos, crímenes y privilegios ilícitos. Principalmente<br />
debido a que hemos elegido vivir en la inconsciencia,<br />
la ignorancia, pues lo contrario nos obligaría a cambiar lo más elemental<br />
en nuestro estilo de vida.<br />
Asumimos secretamente el costo de esos privilegios, pero apenas<br />
en estos días abrimos los ojos a lo inminente: las generaciones<br />
futuras cargan ya con esa herencia. Y lo sabemos no por un despertar<br />
o descubrimiento, lo sabemos simplemente porque el tiempo<br />
hace su trabajo implacablemente.<br />
Esa conducta delictiva que primero estaba en otras latitudes, en<br />
otros estratos sociales, hoy está dentro de nuestras casas y escuelas.<br />
Los niños imponen los patrones del crimen organizado dentro<br />
de las aulas.<br />
El bullying siempre ha existido, pero en estos días el acoso escolar<br />
está en manos de pequeñas y pequeños que emulan a los capos<br />
y lo hacen en su versión más cruel y sanguinaria. Por eso es que en<br />
este capítulo se relacionan ambos aspectos: la violencia generacional<br />
y la delincuencia estudiantil.<br />
143
Al enlistar 10 hechos de sangre –entre los muchos que hubo–<br />
que han marcado al País desde 1995 la idea es puntualizar la responsabilidad<br />
social fallida en la exigencia de castigo, el nulo interés<br />
siquiera por entender lo que ocurrió. De ninguna manera es<br />
pretensión emitir juicios de valor sobre el Estado Mexicano que<br />
gobernaba en cada uno de estos momentos, pues la lista incluye<br />
circunstancias, personas y motivos completamente apartados y<br />
sin relación alguna unos con otros, pero es botón de muestra de la<br />
insensibilidad ciudadana ante hechos atroces.<br />
Es un listado que nos recuerda la gran deuda civil y personal<br />
con nuestros hijos, hablando de la Generación X, pero preocupantemente<br />
de la lamentable herencia con que empiezan los mexicanos<br />
del futuro.<br />
En este aspecto me preocupa que mi hijo Aldo está aún en edad<br />
vulnerable en que la violencia escolar puede alcanzarlo. Nunca ha<br />
sufrido algún detalle de este tipo, pero los alarmantes casos que<br />
día a día surgen sólo nos confirman que el riesgo crece exponencialmente.<br />
Apenas empezaba a disminuir el nivel de mis angustiantes esperas<br />
en las tardes y noches en que Ricardo sale a algún bar o una<br />
celebración y Abril a alguna fiesta, pues tenemos un par de años<br />
en que las ciudades de Coahuila y Nuevo León empiezan a vivir<br />
tímidamente sus noches.<br />
De pronto uno dramatiza. Bueno, varias veces al día: ¡Lo que nos<br />
ha tocado ver como reporteros de la policiaca! Pues seguramente<br />
mucho menos que a los socorristas, a los médicos, embalsamadores,<br />
policías, bomberos y militares.<br />
144
SIN PALABRAS.- La mañana del 25 de abril del 2013 el coordinador<br />
de Fotografía Social de VANGUARDIA informó que Daniel Alejandro<br />
Martínez Bazaldúa, joven fotógrafo de 22 años de edad con<br />
menos de un mes de haber sido contratado, no llegó a trabajar.<br />
Un amigo del novel compañero lo buscaba y había contactado a<br />
la empresa vía Facebook para preguntar si estaba aquí, pues extrañamente<br />
había desaparecido desde muchas horas antes fallando a<br />
varios compromisos, algo inusual en él.<br />
Transcurridas más de 24 horas de que alguien había tenido contacto<br />
con Daniel, se siguió el protocolo institucional, lo que llevó a<br />
recibir al preocupado amigo, ya que era el único contacto que conocíamos.<br />
Como a las 14:00 horas, mientras hablábamos con el joven,<br />
quien conversaba además con el Gerente de Recursos Humanos de<br />
la empresa, el Coordinador de Fotografía y Kowa, por alguna extraña<br />
razón recordé un mail que por la madrugada había recibido de<br />
“F” sobre una nota que cubrió el reportero del turno nocturno.<br />
El amigo explicaba que la última vez que supo de Daniel fue que<br />
iría a la tienda a comprar malla metálica para proteger la reja de<br />
la cochera en la modesta casa que rentaba desde hacía un mes, ya<br />
que le habían regalado un cachorro y tenía que evitar que se saliera<br />
a la calle.<br />
Mientras él hablaba y decía que tampoco encontraban a otro de sus<br />
amigos, desplegamos el mail que contenía las fotografías de dos ejecutados<br />
y desmembrados en Saltillo. Le preguntamos las características<br />
físicas de los dos desaparecidos, ¡y coincidían!<br />
Con la advertencia de que iba a ver imágenes extremadamente<br />
fuertes, el joven se acerca a la pantalla en que estaban las fotos de<br />
145
los cuerpos descuartizados y de inmediato reconoce la cabeza de<br />
uno de ellos. Pálido, aturdido, entre lágrimas ahoga un sollozo:<br />
¡No mames, son ellos, son ellos! Parece que son ellos. ¡Chingada<br />
madre!<br />
Se le habló de inmediato a la Procuraduría General de Justicia<br />
del Estado y se dio toda la información. El joven amigo se fue para<br />
dar aviso a sus familiares. Tuvimos que esperar la confirmación<br />
oficial de los peritos, el reconocimiento por parte de la familia de<br />
Daniel y el comunicado de la Procuraduría para dar a conocer la<br />
información.<br />
La empresa nada puede aportar sobre el joven fotógrafo más de<br />
lo que ya se declaró, la ficha técnica de ingreso y los documentos<br />
oficiales que presentó al ser reclutado. Nadie de la Redacción lo<br />
conocía fuera del ámbito laboral, pues con apenas unas semanas<br />
de trabajo estaba en capacitación y no alcanzó a hacer una sola<br />
relación de amistad siquiera.<br />
Si en las anteriores ocasiones fuimos extremadamente cuidadosos<br />
con la comunicación de los hechos, esta vez se multiplicó la<br />
preocupación. En lo personal, vuelvo a confesarlo, principalmente<br />
porque no había ni hay elemento alguno que relacione el salvaje<br />
asesinato con el ejercicio periodístico, y por esto el temor de quedar<br />
expuestos en un asunto totalmente ajeno.<br />
146
10 momentos que<br />
jodieron a México<br />
Impotencia, indolencia e indiferencia, la “fórmula nacional”;<br />
relatos de cómo los mexicanos aprendimos a vivir día a día entre<br />
desaparecidos, ejecuciones y masacres<br />
¿El “sueño americano” en nuestra propia tierra En 1994 el Tratado<br />
de Libre Comercio nos permitía aspirar a la construcción de<br />
una sociedad más rica, cívica y justa, alejada de la realidad tercermundista<br />
y los fantasmas ajenos a los norteamericanos; pertenecer<br />
al fin a ese “club”.<br />
Pocos podrían anticipar lo accidentado de estos primeros pasos,<br />
hasta ahora 20 años marcados por momentos en que muchos<br />
han sollozado “Esto se jodió”, pero las mismas veces en que la<br />
esperanza dio paso a la reinvención, al sacudir de las cenizas pese<br />
a la impunidad.<br />
14 de mayo del 2014, Ciudad Victoria,<br />
Tamaulipas<br />
Entre cuatro lo torturaron psicológica y físicamente,<br />
denunció pero las autoridades lo<br />
ignoraron; de nada sirvieron sus súplicas<br />
pues lo cargaron y fue lanzado por los aires,<br />
se estrelló de lleno contra el concreto y tras<br />
una semana de agonía finalmente murió.<br />
Héctor Alejandro Méndez Ramírez tenía 12<br />
años de edad al igual que sus agresores –<br />
147
ahora homicidas– y ocurrió dentro del salón<br />
de clases ante todos sus compañeros del<br />
primer grado en la Secundaria No. 7 Eleazar<br />
Gómez, en la colonia Adolfo López Mateos.<br />
18 de octubre del 2013, Hermosillo, Sonora<br />
Sergio, de 15 años de edad, no tolera más el acoso<br />
de sus compañeros debido a sus preferencias<br />
sexuales, en la Secundaria General No. 11. Tras ser<br />
golpeado por otros alumnos se suicida colgándose<br />
en el cuarto de su mamá.<br />
150,000 muertos<br />
son las estimaciones más pesimistas por la “Guerra contra el Narco”<br />
del 2006 a la fecha.<br />
4,000 cuerpos<br />
habían sido localizados en fosas clandestinas y “cocinas” del País<br />
del 2006 al 2013, según la PGR.<br />
2.6%<br />
de las víctimas, entre inocentes y rivales de la cruzada nacional<br />
contra el crimen, sería el equivalente de los restos encontrados<br />
hasta entonces en “cocinas” y fosas.<br />
22,322 desaparecidos<br />
reconoce PGR hasta el 2014 en todo el País.<br />
Impotencia, indolencia e indiferencia parece ser el “coctel anestésico”<br />
que el ciudadano debe ingerir para sobrevivir a la bestialidad<br />
más devastadora del México de nuestros días.<br />
148
El mundo ha encontrado muchos calificativos para las masacres<br />
en nuestro país tan comunes ya, ésas que a muchos dejaron de<br />
asombrar y que de tanto sumar hasta parecieran sólo una cifra más<br />
sin dejar rastro alguno y en ausencia del dolor social. Como una<br />
deuda que se anota en el hielo a pleno sol de verano.<br />
Finalmente todo llega a un lugar común: estos actos han quedado<br />
impunes a decir de las víctimas y sus deudos, ante una frustrante<br />
indiferencia global, aunque con distinto origen, ya que algunos<br />
de estos crímenes –los perpetrados principalmente en los 90<br />
y primeros años del nuevo siglo– han sido atribuidos a la persecución<br />
ideológica, política y vulgarmente monetaria, ordenados desde<br />
una perversidad estratégica, mientras que en la actualidad se<br />
acusa a la atrocidad de los grupos delictivos en disputa.<br />
11 de marzo del 2014, Reynosa, Tamaulipas<br />
Tras comprobar que extorsionaba a al menos<br />
16 de sus compañeros cobrándoles 10 pesos<br />
como cuota de protección o “derecho de piso”,<br />
el CBTIS 71 expulsa a un alumno de 16 años.<br />
Los padres del extorsionador presentaron un<br />
amparo que les fue concedido y un juez federal<br />
ordenó que fuera readmitido.<br />
16 de octubre del 2013, Guadalajara, Jalisco<br />
Dos niños de 9 años de edad y otro de 8 son<br />
acusados ante la Fiscalía General de Justicia<br />
del Estado de mutilar parcialmente el pene a<br />
un compañero de clases en la primaria Miguel<br />
149
Hidalgo, en la colonia El Retiro, durante un<br />
acto de tortura y agresión. La denuncia señala<br />
que los agresores atacaron a la víctima en los<br />
baños de la escuela con unas tijeras.<br />
La antesala del primer mundo en 1994 fue precedida por un periodo<br />
de represión ideológica con la Matanza de Tlatelolco como<br />
punto incendiario el 2 de octubre de 1968, y la posterior “Guerra<br />
Sucia” en que hasta finales de los 70 desaparecieron según algunos<br />
blogueros hasta 1,500 jóvenes, la mayoría universitarios e intelectuales,<br />
algunos de ellos metidos en actos criminales que buscaban<br />
justificar como la única salida ante la represión.<br />
Las siguientes han sido décadas del Fue por andar de revoltosos;<br />
son esos “rojillos”, mariguanos y ateos… al En algo malo andaría; el<br />
narco nunca se equivoca; con que a mí no me toque. Frases comunes<br />
para tratar de marcar distancia de una realidad cada día más<br />
cercana al núcleo familiar.<br />
36.2<br />
millones de jóvenes hay en México, de acuerdo con INEGI.<br />
1 LUGAR<br />
ocupa México en desertores escolares de 15 a 18 años entre los países<br />
de la OCDE.<br />
3 LUGAR<br />
mundial en ninis tiene el País, OCDE lo registra con 7.3 millones.<br />
26,000<br />
menores de edad fueron procesados por delitos federales del 2006 al<br />
2012 de acuerdo con el Consejo de Judicatura del Distrito Federal.<br />
150
80%<br />
de los delincuentes juveniles actuaron bajo el influjo de alguna<br />
droga, reveló la Encuesta Nacional de Adicciones 2008.<br />
30,000<br />
jóvenes mexicanos trabajan para el narco según estimaciones de la<br />
Red por los Derechos de la Infancia en México.<br />
22 de mayo del 2014, Tolimán, Querétaro<br />
La agresión sube de tono hasta el punto de ser<br />
obligada a golpes a comer excremento públicamente.<br />
Elvia Bocanegra acusa que el ataque<br />
contra su hija fue por dos de sus propias compañeritas<br />
en el salón de clases y en presencia<br />
del profesor a cargo del grupo de tercer año de<br />
la Primaria Benito Juárez, en la comunidad de<br />
San Pablo. Las tres niñas de 8 años regresaban<br />
del recreo.<br />
Diciembre del 2013, Ciudad de México<br />
Las autoridades le conceden protección mediante<br />
“escoltas” ante el ataque sexual por<br />
parte de su compañero. Ella era una de la<br />
tantas víctimas del agresor, quien durante<br />
meses las acosó sexualmente, amenazó con<br />
navajas e intimidó de manera constante en<br />
la Delegación Iztapalapa. Todos tienen 11<br />
años y estudian el sexto grado en la escuela<br />
primaria Centenario de la Restauración de<br />
la República.<br />
151
El deterioro no ha sido gratuito, pues junto con la apertura de fronteras<br />
comerciales, la globalización de mercados y culturas, llegaron<br />
fracturas en los pilares tradicionales de la sociedad mexicana:<br />
La familia tradicional se resquebraja<br />
SE CUADRUPLICÓ<br />
el número de hogares que terminan en divorcio, pues en los 90 de<br />
acuerdo con el INEGI de cada cien matrimonios 4.4 terminaban en<br />
separación legal, y actualmente son 17 los que se disuelven.<br />
La Iglesia hiere:<br />
880 sacerdotes<br />
reconoció El Vaticano haber expulsado por pederastia tan sólo en<br />
los últimos 10 años.<br />
La deuda ciudadana:<br />
58%<br />
de votación en elecciones para la Legislatura Federal, sin que coincida<br />
con comicios presidenciales, sigue siendo un sueño en el País<br />
desde los 90, según cifras del INE.<br />
Así, la “ganancia” en estas dos décadas está muy lejos del sueño<br />
acariciado:<br />
22%<br />
Ha disminuido en términos reales el poder adquisitivo de los mexicanos<br />
de 1994 al 2014, de acuerdo con el salario mínimo.<br />
4 MILLONES<br />
De personas ha sumado el País en condiciones de pobreza alimentaria;<br />
esto equivaldría a más de la población de algunos países<br />
como Uruguay.<br />
Este “coctel” alimenta la raíz de la barbarie, que hoy brota por<br />
152
toda la geografía mexicana de igual en nuevas heridas que en añiles<br />
tajos, haciendo imposible diferenciar el sufrimiento cronológicamente<br />
o por origen: ¡Qué más da, si la jodidez no acata calendarios<br />
ni pretextos!<br />
Así es la vida para las nuevas generaciones de mexicanos, las<br />
que están naciendo entre balaceras y muertos, levantones, secuestros,<br />
extorsiones y masacres, la inmensa mayoría delitos impunes.<br />
Estudios de la UNAM revela que hasta<br />
70%<br />
de los niños en educación básica han presenciado o sido víctimas<br />
de bullying.<br />
57%<br />
de los estudiantes en el País afirma que las agresiones se dan en<br />
grupo, según una encuesta nacional.<br />
1 LUGAR MUNDIAL<br />
tiene México en bullying en educación básica, con<br />
10.7 MILLONES<br />
de víctimas, según el Senado de la República con base en datos de<br />
la OCDE.<br />
¿Podremos cerrar a tiempo esta llaga<br />
En estos 20 años hemos sido testigos desde actos heroicos, de<br />
instintiva defensa individual y de justicia por mano propia; de convocatorias<br />
a la resistencia y lucha grupal –que como sociedad hemos<br />
despreciado y abandonado– hasta el surgimiento actualmente<br />
de grupos de autodefensa en distintas zonas del País, generadas<br />
por múltiples orígenes, no todos claramente legítimos.<br />
153
Se emprendió un viaje por 10 de los momentos que marcaron al País<br />
a partir de 1994, una travesía sellada por el ritmo del “cuerno de chivo”,<br />
del Barrett, de la “matapolicías”, el lanzamisiles y las granadas.<br />
Las crónicas corresponden sólo al retrato actual de los lugares y las<br />
voces de familiares de las víctimas y algunos sobrevivientes.<br />
Lo que sigue son vistazos a la historia de ese caldo de cultivo<br />
para el México actual. Hechos que dan sentido al relato que tristemente<br />
continuamos construyendo:<br />
1. Emboscada en el averno<br />
El 28 de junio de 1995 cuando viajaban en vehículos de transporte<br />
público en la sierra de Guerrero, y supuestamente algunos iban a<br />
un mitin político, un grupo es emboscado y mueren 17 en el poblado<br />
de Coyuca de Benítez. Se acusa a cuerpos policiacos estatales.<br />
POR JESÚS CASTRO<br />
Coyuca de Benítez, Guerrero, 6 DE FEBRERO DE 2014.-<br />
Ocho mujeres caminan sobre suelo que se viene con ellas apenas<br />
avanzan. Se volvieron a inundar con la creciente del río que vadea Coyuca<br />
de Benítez, en Guerrero. Son las viudas de la matanza de Aguas<br />
Blancas, viven en casas de paredes agrietadas, sobre una calle que<br />
desconoce el asfalto. Se las dio el Gobierno para que se callaran.<br />
El lodo que pisan no se parece al que impregnó la ropa de sus<br />
maridos el 28 de junio de 1995; aquel día parecía barro, hoy la tierra<br />
del vado donde fueron asesinados por policías estatales está<br />
pavimentada. Un mausoleo recuerda el hecho. También 17 cruces.<br />
Entre Coyuca y Aguas Blancas hay unos 30 kilómetros, para allá las<br />
154
viudas sólo van cada año a llevar flores y recordar. Es como si una lo<br />
volviera a vivir, dice Cecilia Analco, la viuda de Fabián Gallardo.<br />
Aquel día Fabián, con quien vivía en el poblado Paso Real, viajó<br />
a Coyuca. Traería leche para su hijo de ocho meses. La leche no<br />
llegó, tampoco la despensa que Simplicio Martínez, otro asesinado,<br />
compraría para Minerva Adame; tenían un bebé de tres meses<br />
y una niña de cinco, en el ejido Atoyaquito.<br />
Para comprar la leche había que vender dos costalitos de maíz<br />
que Fabián subió a un camioncito azul claro de redilas que servía<br />
como transporte público a los campesinos de la sierra en la Costa<br />
Grande de Guerrero.<br />
Cecilia tenía 16 años, se había ido a lavar al río cuando vio gente<br />
correr “como locos” hacia la carretera; ella también corrió, pasó<br />
una señora y le dijo que estaban matando a todos los que iban en<br />
la camioneta de transporte.<br />
Se asustó, volvió a preguntar como si no entendiera. Se lo repitieron,<br />
ya no se detuvo hasta unos metros antes del vado, de ahí ya<br />
no pasó. La masacre comenzó a las 10:30 de la mañana, hacía más<br />
de 20 minutos de ello y la Policía rodeaba el área.<br />
El que nos dijo la hora es Felipe Pérez Peregrino, un oaxaqueño<br />
de cuerpo macizo y bigote cano con quien no pactamos ninguna<br />
entrevista, pero que estaba a unos metros del vado el día que llegamos<br />
al lugar.<br />
Sabe la hora en que sucedió porque recuerda que hace 19 años el<br />
chofer del patrón les llevaba el almuerzo a las 10:30. En vez de eso,<br />
don Felipe escuchó disparos.<br />
Oyimos una balacera y que nos tiramos en el suelo, parecía muy<br />
cerquita, alcanza a recordar Felipe, que para entonces trabajaba<br />
155
para Elías Hernández Ríos, el dueño del terreno junto al vado.<br />
Acababa de pasar junto a ellos un camión de redilas lleno de pasajeros,<br />
sólo podía imaginar que los disparos eran para ellos porque<br />
una curva antes del vado le impidió ver.<br />
Disparos, amenazas, gritos y lamentos. El orden se sucedió sin<br />
que el hombre pudiera contar los minutos respirando miedo, de<br />
vez en cuando levantaba la cabeza y veía gente corriendo, ensangrentada,<br />
que se perdía entre las ramas del monte.<br />
Uno de ellos le pidió una tortilla, olía a pólvora y a sangre.<br />
Don Felipe vio a los atacantes. Eran policías estatales y los había<br />
visto acercarse como en otras ocasiones buscando guerrilleros<br />
entre la sierra, intimidando productores. Ese día, dicen los periódicos,<br />
la orden era detener a quienes intentaran llegar al poblado de<br />
Atoyac, donde se llevaría a cabo un mitin político de la Organización<br />
Campesina (OCSS) de la Sierra del Sur.<br />
La OCSS llevaba años pidiendo a las autoridades estatales apoyos<br />
a la producción, láminas para techos, carreteras, escuelas, centros de<br />
salud, servicios, protección de bosques, áreas naturales, justicia por<br />
los desaparecidos de la “Guerra Sucia” y libertad a presos políticos.<br />
Se habían convertido en una amenaza para el entonces gobernador<br />
Rubén Figueroa Alcocer porque también exigían participar en<br />
la elección de autoridades de los ejidos, y la salida de los grupos<br />
policiacos y el Ejército de sus comunidades.<br />
De todo esto nada sabían las viudas. Por lo menos ocho de ellas tienen<br />
claro que sus maridos no subieron a ese camión rumbo a un mitin.<br />
Era una camioneta de pasajeros y ahí se subía cualquier<br />
persona, no era un viaje especial, y ésos balacearon parejo.<br />
No dijeron “Tú sí tienes culpa, tú no”, agarraron parejo. Son<br />
las palabras de Minerva Adame, en ese entonces de 22 años y<br />
156
dos hijos de Simplicio Martínez.<br />
Nadie les dio explicaciones; cuando pudieron pasar por el vado,<br />
ya habían levantado los cuerpos. Los volvieron a ver dos o tres días<br />
después apilados en el suelo, desnudos, con agujeros de balas y como<br />
vacíos por dentro. ¿Quién sabe qué les hicieron, platican las mujeres.<br />
Nadie sabría lo que pasó si no fuera por un video filtrado a la televisión,<br />
en el que se observa a un grupo armado disparando a un<br />
camión lleno de campesinos desarmados. Las escenas muestran<br />
cuerpos de vivos y muertos apilados en el suelo, ojos abiertos, voces<br />
delirantes y sangre, mucha sangre.<br />
También los hijos de Cecilia lo vieron cuando tuvieron edad. Ahí<br />
estaba a la mano en el internet, y entonces venían las preguntas:<br />
¿por qué los mataron, ¿por qué les hicieron eso Y la más dura:<br />
¿Cuál de los que están en el video es mi papá<br />
A Fabián lo alcanza a reconocer en el video por una playera verde<br />
y pantalón azul, pero hay otra persona de su familia que fue<br />
asesinado y también aparece en la grabación: su papá, Gregorio<br />
Analco Tavares.<br />
Cuando el reloj de la cámara marca las 10:38 se escuchan quejidos<br />
lastimeros, Cecilia dice que es la voz de su papá, aún vivo,<br />
herido. Nadie lo atendió, murió desangrado, ahí, tirado boca abajo<br />
junto a otros hombres que voltean a ver a la cámara de reojo o haciéndose<br />
los muertos.<br />
El Gobernador dirá que fue un enfrentamiento, que los policías se<br />
defendieron de un ataque a machetazos. En el video nada de lo dicho<br />
por Figueroa Alcocer aparece y tiene que renunciar a su cargo.<br />
De lo otro que también hubo testigos fue de la operación limpieza<br />
y resguardo que montó la Policía durante casi un año en los alrededores<br />
del vado en Aguas Blancas.<br />
157
Don Felipe Pérez recuerda que desde el siguiente día de la masacre<br />
y hasta que la Gubernatura fue asumida por un perredista,<br />
policías federales y el Ejército montaron guardia en los terrenos<br />
de su patrón, recogieron toda evidencia, hasta escarbaron la tierra<br />
impregnada de sangre y luego pavimentaron.<br />
En las laderas de la sierra había campamentos, patrullas, policías,<br />
preguntas. No los dejaban trabajar, por eso el dueño se deshizo<br />
de esas tierras. Don Felipe pudo comprar dos hectáreas, son las<br />
que ahora trabaja, ahí, a un lado de donde cada año ve llegar peregrinando<br />
a las viudas, llorar, escuchar discursos y prometer.<br />
Porque desde el primer aniversario les prometieron pensión, becas,<br />
atención psicológica, servicio médico, una casa y justicia. Lo<br />
único que llegó fueron algunas becas y la casa, ésa que está en “La<br />
Calle de las Viuditas” y que se les inunda cada que crece el río.<br />
Se las dieron después de ser usadas en mítines políticos: Tráiganse<br />
a las viuditas, les decían; que vengan las viuditas, y les daban<br />
apoyos, pero el día que exigieron justicia, cárcel para los autores<br />
de la masacre, todo cambió.<br />
Ya vimos que con el Gobierno no se puede, afirma Cecilia, y se<br />
callaban porque tenían necesidad, hijos que mantener y miedo.<br />
Miedo a que les fuera a pasar lo mismo que a sus maridos.<br />
Como el Estado nunca aceptó su responsabilidad, no hubo indemnización.<br />
Diez mil pesos les llegaron a dar cada año el día del<br />
aniversario a cada viuda. Van dos años que no les dan. El resto de<br />
los apoyos fueron mínimos, las mujeres tuvieron que trabajar, incluso<br />
los hijos.<br />
En un fragmento de la carta que durante nuestra visita Abelardo<br />
Martínez le escribe simbólicamente a su padre, Simplicio, le dice:<br />
Quisiera que vieras en las condiciones en que vivimos, papá… ya que<br />
158
el Gobierno sólo decía promesas de que nos iban a apoyar.<br />
Le platica lo doloroso que fue no saber lo que era tener un<br />
padre y que Minerva trabajara para sacarlos adelante con tantas<br />
carencias.<br />
El resto de las viudas ni siquiera alcanzó casa. Dejaron de ir a los<br />
mítines, prefirieron regresar a sus pueblos, volverse a casar, irse<br />
del estado. Todavía el miedo ronda la Costa Grande, todavía creen<br />
que Aguas Blancas se pueda repetir.<br />
A partir de esta masacre se crea la primera autodefensa en México,<br />
según la Comisión del Diálogo con Pueblos Indígenas.<br />
La Costa Grande sigue con miedo, esa tierra donde en los 70 y 80<br />
hubo otras emboscadas, en las que los grupos de muertos fueron<br />
los militares a manos de guerrilleros.<br />
Click ver video<br />
159
2. Masacre a los pies de Dios<br />
El 22 de diciembre de 1997 son asesinados 45 indígenas, la<br />
mayoría mujeres y niños, mientras de rodillas rezaban en su<br />
iglesia. Sobrevivientes y el EZLN acusan a grupos paramilitares,<br />
financiados por el Gobierno Federal<br />
POR JESÚS CASTRO<br />
acteal, CHENALÓ, chiapas, 7 DE FEBRERO DE 2014.-<br />
La tierra de Acteal todavía huele a muerte. Sus habitantes han dejado<br />
el suelo de la capilla deliberadamente sin adoquines. El polvo<br />
aún conserva manchas que asemejan a las que hace 17 años dejaron<br />
45 indígenas totziles asesinados. El recuerdo de la masacre<br />
sigue vivo. Todo en el pueblo habla de ello.<br />
Para llegar aquí hay que subir por caminos encharcados de una<br />
selva húmeda. Atravesar la niebla; encontrar junto al camino de la<br />
sierra de los altos de Chiapas un obelisco de cuerpos humanos con<br />
rostros lastimeros; bajar 86 escalones a las entrañas del pueblo, y<br />
encontrar a hombres de sombrero, botas o huaraches, de carácter<br />
desconfiado y corazón bondadoso.<br />
Así es Vicente Jiménez Santis. Habla tzotzil, también español,<br />
pero no lo muestra, no aún. Celoso juez de la Organización Civil<br />
de “Las Abejas”, impide la entrada a cualquier intruso y se hace<br />
traducir por un joven de gorro azul y botas de plástico hasta las<br />
rodillas. Aquí nadie entra sin el permiso del Frayba. Así le llaman<br />
al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas,<br />
en San Cristóbal.<br />
160
Porque es tierra sagrada. Lo dice el letrero que da la bienvenida<br />
al inicio de la escalinata a unos metros del monumento levantado<br />
en memoria de la matanza, aunque desde hace más de<br />
20 años el municipio de Chenalhó, al que pertenece el pueblo,<br />
vive un infierno.<br />
Está en el cuarto de los ancianos del Consejo, entre mapas, banderas,<br />
fotos de tatic Samuel Ruiz, del obispo Raúl Vera y un par de<br />
computadoras viejas que a veces tienen internet.<br />
Aún no lo dice, pero es viudo. Su esposa y una hija murieron<br />
aquel 22 de diciembre de 1997, cuando paramilitares atacaron el<br />
pueblo.<br />
Se decía que eran tiempos de diálogo. Desde hacía tres años que<br />
Acteal se encontraba en la línea de fuego de los enfrentamientos<br />
entre el EZLN y militares mexicanos. El resto de los pueblos indígenas<br />
lo único que podían hacer era rezar.<br />
Esas fueron las enseñanzas de catequistas que llegaron a fundar<br />
la sociedad civil “Las Abejas”, movimiento social pacifista para la<br />
reivindicación y respeto de los derechos indígenas. Así se definen<br />
en su página web, manejada desde aquellas viejas computadoras<br />
bajo techos de lámina. Buscan lo mismo que los zapatistas, pero<br />
pacíficamente.<br />
Así lo explica don Vicente, hombre moreno de cuerpo robusto,<br />
manos ásperas y grueso bigote blanco, enfundado en sombrero<br />
que no se quita casi nunca aunque el sol pocas veces se asome por<br />
el cañón donde viven.<br />
Sin soltar el morral colgado al hombro, avanza por el camino<br />
lodoso hacia la capilla nueva. Está en la parte más baja del pueblo,<br />
junto a una cañada y es de ladrillo. Ahí estuvo otra, la de madera,<br />
161
la que fue agujerada por las balas.<br />
Aunque dentro no dejan de quemar copal es inevitable respirar<br />
otro olor: el que todavía desprende la tierra donde cayeron los<br />
cuerpos de ancianos, niños, hombres y mujeres embarazadas.<br />
Parece una capilla como cualquiera otra, la diferencia es que<br />
sólo la orilla interior está recubierta de adoquín, el resto es un gran<br />
rectángulo desnudo. Se le pregunta por qué: Dejaron la tierra porque<br />
ahí es el lugar original de la masacre, para recordarlos, responde<br />
el traductor.<br />
Ya adentro nos cuenta que durante esa supuesta tregua, “Las<br />
Abejas” eran acosadas por priístas que veían en los grupos católicos<br />
una amenaza; querían que cooperaran con el Gobierno para<br />
comprar balas, comprar armas, para estar de su lado, para acabar<br />
con el EZLN.<br />
Dice que para ese entonces, ellos ya se habían dado cuenta de<br />
la existencia de grupos paramilitares entrenados por el Ejército<br />
mexicano en la comunidad de Los Chorros. Mientras el Gobierno<br />
simulaban tregua, indígenas priístas pagados controlaban pueblos<br />
pacíficos, dice.<br />
Entonces los grupos católicos se empezaron a salir de sus comunidades,<br />
los corrieron los priístas; hicieron campamentos como en<br />
Acteal y ahí se quedaron a vivir. Algunos todavía viven ahí cosechando<br />
tierra, hilando rebozos, aprendiendo oficios, defendiendo<br />
sus derechos y sobreviviendo la pobreza.<br />
Del hostigamiento siguieron las amenazas, después las desapariciones,<br />
los asesinatos, los detenidos políticos. Aquel día, Vicente<br />
no estaba en Acteal porque fue al Frayba para abogar por tres compañeros<br />
de Chamic que habían sido encarcelados.<br />
Era 20 de diciembre y Alonso Vázquez Gómez, catequista princi-<br />
162
pal, congregó al pueblo. Mujeres, hombres, niños y ancianos hicieron<br />
ayuno y se encerraron en la capilla de madera vieja y techo de<br />
lámina. Tenían miedo.<br />
Desde ese momento todos dejaron sus casas, no volvieron a los<br />
cafetales, olvidaron el ganado, burros y caballos. Estaban amontonados,<br />
escuchando balazos aislados en la noche, luces entre la<br />
selva, gente acercarse. Rumores de muerte.<br />
Empezaron una oración por la paz para que no haya más matanzas<br />
con los zapatistas y priístas, que ya se calme ese conflicto. Eso<br />
estaban haciendo, platica don Vicente, eso hacían cuando salió<br />
rumbo a San Cristóbal.<br />
A los dos días, un hombre llegó con Vicente. Era Manuel Oyalte<br />
Luna, traía noticias de Acteal: los habían atacado. Él se escondió<br />
cuando comenzaron los disparos, los escuchó a las 10 de la mañana y<br />
los vio acercarse. Más de 100 hombres vestidos de civiles rodearon el<br />
pueblo; no traían piedras y palos, sino armas de grueso calibre.<br />
Fueron enviados por Jacinto Arias, presidente municipal de Chenaló,<br />
decían. Otros que por el Gobernador o por el jefe militar de la<br />
plaza, ninguno se hizo responsable.<br />
Primero dispararon contra el catequista Alonso y su familia,<br />
quien intentó detener lo inminente. Después la descarga fue contra<br />
la capilla, sin piedad. Los cuerpos de 18 niños, 6 hombres y 22 mujeres,<br />
cuatro de ellas embarazadas, fueron cayendo sobre el resto<br />
de los congregados.<br />
Algunos salieron. También los alcanzaron las balas. Otros, como<br />
Manuel, lograron esconderse, porque los gritos y el correr de sangre<br />
continuó por casi siete horas. Como pudo se escabulló y condujo<br />
un auto hasta San Cristóbal.<br />
163
La matanza sucedió a unos 200 metros de un destacamento de<br />
la Policía Estatal, que todavía existe, pero aquel día decidieron no<br />
oír los disparos; la PGR dice que los oficiales sí llegaron, pero horas<br />
después. Los sobrevivientes atestiguan que fueron a alterar los<br />
cuerpos, a sembrarles armas.<br />
La tristeza invadió a Vicente, pensó en su familia, esposa y cuatro hijos,<br />
tres mujeres y un niño de siete años. Volvió apresurado, para entonces su<br />
mujer Juana Luna y su hija Susana, de 17 años, ya habían muerto.<br />
Encontró entre los sobrevivientes a dos de sus hijos manchados<br />
de sangre; se habían salvado escondidos bajo los cadáveres amontonados<br />
dentro de la capilla, entre charcos rojos y lluvia, gemidos<br />
de dolor y ese aroma a muerte que su hijo todavía no olvida.<br />
Vinieron los entierros, la indignación nacional e internacional,<br />
los discursos oficiales condenando la masacre, la remoción<br />
del Secretario de Gobernación del presidente Ernesto Zedillo,<br />
Emilio Chuayffet –hoy Secretario de Educación Pública Federal–,<br />
y la renuncia del Gobernador de Chiapas, Julio César Ruiz;<br />
también la captura del alcalde Jacinto Arias y de 58 indígenas<br />
que participaron en la masacre.<br />
Los culpables los encarcelaron. Cuando se fueron a la cárcel fue<br />
al tercer día, los agarraron el 25 de diciembre, pero hay muchos que<br />
no están en la cárcel, siguen viviendo aquí. Lo dice porque la Suprema<br />
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya puso en libertad a 36.<br />
Entre ellos, al ex alcalde Jacinto Arias.<br />
Comenzaron a salir de la cárcel desde agosto del 2009, cuando interpusieron<br />
amparos bajo el argumento de que la PGR, que en ese<br />
entonces encabezaba Jorge Madrazo Cuellar, fabricó evidencias. Otros<br />
alegando una irregular integración de la averiguación previa.<br />
164
Para el 2012, cuando en Acteal ya se había levantado la nueva<br />
capilla con la Virgen baleada y un altar hecho con la madera que<br />
antes fueron paredes, los responsables materiales de la masacre<br />
caminaban sin pena por los alrededores.<br />
Aquí viven ellos, están aquí felices, paseando, trabajando en sus<br />
milpas, en sus carros, como que si fuera que no han hecho nada. Y<br />
siguen amenazando a los sobrevivientes, como que matar a una persona<br />
no es nada, porque no hay justicia, recrimina indignado.<br />
Y no la hubo. Ninguna autoridad fue juzgada ni responsabilizada<br />
por la masacre. Sólo 20 personas siguen encarceladas, pero<br />
creen que también quedarán libres.<br />
Hubo una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos<br />
Humanos por delitos de Lesa Humanidad contra Zedillo, en la<br />
que se absolvió al ex Presidente.<br />
Y ni así estos hombres templados al crisol de la selva se atreven<br />
a levantar su machete contra los asesinos de sus familias.<br />
¿Ha pensado en hacer justicia por su propia mano, se le pregunta<br />
a Vicente.<br />
Sólo entonces deja de hablar tzotzil, sonríe un poco, vuelve a la<br />
seriedad y contesta en español.<br />
Yo no, solamente Dios, yo no puedo matar también. Ellos tiene familias<br />
y las mujeres no tuvieron delito. Las criaturas recién nacidos,<br />
¿qué culpa tienen los niños<br />
No puedo echar bala a los que me mataron a mi esposa y a mi<br />
hija, porque no… solamente Dios puede castigar.<br />
Vicente todavía sueña con su mujer, las imágenes llegan a su<br />
mente, a su corazón, dice. Y le brotan lágrimas.<br />
De vez en cuando visita el santuario donde están enterradas las<br />
165
víctimas, ahí, en el corazón de Acteal, construido bajo la explanada<br />
donde cada año recuerdan la matanza.<br />
Los muertos siguen gritando, pidiendo justicia. La sangre sigue<br />
viva y los sobrevivientes siguen en oración, para que algún día se<br />
encuentre la justicia y dé paz a los muertos que están aquí.<br />
Y luego se queda pensativo frente a la foto de su esposa, después<br />
sale a seguir en sus labores, porque “Las Abejas” aún tienen mucho<br />
que trabajar.<br />
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166
3. La barranca ensangrentada<br />
El 7 de junio de 1998 un comando militar masacró<br />
a un grupo de indígenas que dormía en una escuela:<br />
murieron 11 y 5 resultaron muy graves.<br />
POR JESÚS CASTRO<br />
EL CHARCO, AYUTLA, GUERRERO, 5 de febrero del 2014.<br />
El camioncito que nos lleva por las veredas terrosas de la sierra en<br />
la Costa Chica de Guerrero vadea acantilados por donde el verde<br />
es una alfombra que deleita las pupilas. Vamos al lugar de paredes<br />
con hoyos, por donde aún escurre el miedo por una masacre.<br />
Son dos horas bamboleándose sobre el vehículo, sujetándose de<br />
una soga que ya lastima la mano, mientras la otra saluda a niños<br />
cenizos, sonrientes, desnutridos, descalzos, y a mujeres de grandes<br />
vientres que piden “rait”.<br />
Vamos al Charco, les decimos. No entienden español; Marcial,<br />
nuestro guía, les dice algo en mixteco y las mujeres suben, sonríen.<br />
Desconocen que en la cabina viene Eustolia Castro Ramírez, la viuda<br />
de José Rivera, uno de los 11 hombres que el 7 de julio de 1998 fueron<br />
acribillados por el Ejército allá arriba, en una escuelita del ejido a<br />
donde nos dirigimos en el municipio de Ayutla de los Libres.<br />
Ellas bajan unos kilómetros antes de que lleguemos al valle, pasamos<br />
por un breve arroyo de agua que atraviesa el camino y que<br />
asemeja un charquito, imagen que le pudo dar nombre al lugar<br />
–creo– y desde el que se alcanza a ver el pueblo sobre una loma<br />
167
que pronto caminaremos.<br />
El deleite que causó el paisaje minutos antes se rompe en una<br />
imagen que hiere la vista y eriza la piel: son cuatro salones tapizados<br />
de hoyos de lo que una vez fue la primaria Caritino Maldonado.<br />
Nadie se atrevió, nadie quiso resanarlos.<br />
Dentro está un grupo de adolescentes, la luz que entra por los<br />
agujeros atina en sus espaldas, indica la trayectoria de las balas<br />
del Ejército Mexicano que hace 16 años se clavaron sobre campesinos<br />
desarmados y un grupo de simpatizantes que no formaban<br />
parte de la Asamblea.<br />
Los estudiantes que ahora usan estos salones como telesecundaria<br />
improvisada no habían nacido cuando ocurrió la matanza de El Charco.<br />
Las paredes les cuentan la historia todos los días, a cada instante.<br />
Yo quisiera que en lugar de hoyos, hubiera libros, es lo que alcanza a<br />
decir Remuar Suárez, su maestro, quien conoce la historia de oídas.<br />
Eustolia, entra en un salón y observa el nombre de su marido en<br />
la cruz de los 11 asesinados. Detrás hay un mural de hombres cargando<br />
ataúdes y mujeres de largas trenzas llorando; en el otro salón<br />
está el dibujo de soldados acribillando campesinos.<br />
Las imágenes recuerdan el testimonio que Alfonso Oliva, uno de<br />
los sobrevivientes, nos contó horas antes cuando decidió de último<br />
momento, desconocemos por qué, no acompañarnos. Quizá para<br />
no desenterrar el cadáver de los primeros esfuerzos por reivindicar<br />
los derechos de los indígenas y que, según el maestro, se fueron<br />
con la matanza.<br />
No mataron sólo a las personas, mataron la forma de organización,<br />
las ideas de cómo pensaban generar un beneficio para sus familias,<br />
que es lo más lamentable, sentencia Remuar.<br />
168
Después de ese día, la Organización Independiente de Pueblos<br />
Mixtecos y Tlapanecos jamás se volvió a reunir.<br />
Alfonso Olivares Morales, joven padre de familia, formaba parte<br />
de esa Organización. El 7 de julio estuvo ahí, pero ninguna de<br />
aquellas balas llevaba su nombre.<br />
Llegó a El Charco el día 6, lo invitó Esteban Leobardo Pitacio,<br />
asesinado meses después, y los dos representaban a la comunidad<br />
de El Paraíso.<br />
Eran campesinos sin sueldo fijo que la pobreza hizo gritar para<br />
organizarse, había unos 70 representantes de los ejidos Ocote<br />
Amarillo, Paraíso, Agua Cachengüe, Coyul, El Potrero y otras diez<br />
comunidades más.<br />
Planeaban cómo gestionar proyectos, obras sociales, carreteras,<br />
salud, educación, fertilizantes, riego, semilla, programas que no<br />
llegaban, que siguen sin llegar.<br />
Alfonso escuchó, habló de las necesidades de su pueblo, del sometimiento,<br />
la represión, los “guachos” recorriendo pueblos, arrestando<br />
gente, torturando indios. Su lengua despreciada, los niños flacos, el<br />
analfabetismo, la muerte en la montaña, el desempleo, el hambre.<br />
Así terminó el día 6, cuando las sombras cubrieron el valle y Alfonso,<br />
como el resto, se quedó a dormir.<br />
El sobreviviente no contó que en El Charco había otro grupo organizado:<br />
una columna de guerrilleros simpatizantes con la causa<br />
ciudadana, un boletín lo confirma.<br />
“El ERPI no convocó a la reunión del día 6 de Julio en la escuela<br />
de El Charco, una de nuestras unidades llegó a la reunión campesina<br />
que se efectuaba en la escuela, no para realizar ‘adoctrinamiento<br />
político militar’… sino para escuchar los planteamientos, opiniones<br />
169
y necesidades de los pueblos”.<br />
Este fragmento del boletín número 3 difundido en la web de los<br />
guerrilleros revela la existencia del Ejército Revolucionario del<br />
Pueblo Insurgente –escisión del Ejército Popular Revolucionario–<br />
que recorría la sierra y era perseguido por la milicia mexicana.<br />
La célula guerrillera durmió también en la escuela, se acostaron<br />
en el piso de los salones sin catres ni cobijas, como todos.<br />
Gritos en la oscuridad despertaron a Alfonso, Eran las 2 de la<br />
mañana: Que salgan a la chingada; puro desmadre; pura pendejada;<br />
que iba a haber “chilate”, se escuchó.<br />
Que se va a respetar su vida; que no van a disparar; que se entreguen.<br />
Éstas y otras promesas envueltas en insultos. Eran soldados<br />
del Ejército Mexicano comandados por el general Alfredo Oropeza<br />
Garnica. Alfonso no los veía.<br />
La escuela rodeada, gritaban; los de adentro que no tenían armas,<br />
que había menores; los de afuera que se entregaran, que se<br />
rindieran. Pasaron 40 minutos.<br />
El primero que salió fue Honorio García: se hincó manos en la<br />
nuca; un estallido, las balas del Ejército lo alcanzaron. Nadie quería<br />
salir; algunos como Alfonso se refugiaron en las esquinas del<br />
salón, a otros el miedo los empujó a cruzar la puerta.<br />
Iba corriendo la gente cuando los “guachos” comenzaron a disparar<br />
contra la escuela. Uno de ellos era José Rivera, quien estaba<br />
casado con Eustolia, una mujer de piel morena y ojos grandes, delgada,<br />
pero en aquel entonces con el vientre crecido de embarazo.<br />
Ella, que subió con nosotros a El Charco, camina hasta el centro<br />
de la cancha y dirige el dedo al lugar donde, le dicen, cayó muerto<br />
su marido. No lo supo aquel día; 15 días después lo encontró en<br />
170
el SEMEFO, piernas y brazos rotos, agujeros en el cuerpo, uno de<br />
ellos en la nuca.<br />
Ni ella ni Alfonso nos contaron, pero la unidad del ERPI se arrepintió<br />
de haber dormido en el salón, lo dice el boletín antes citado.<br />
Un sobreviviente guerrillero lo narró:<br />
Ante la imposibilidad de hacerse escuchar o de detener las ametralladoras<br />
federales, la unidad optó por salir del aula para alejar el<br />
combate de la escuela y evitar una masacre mayor.<br />
Nada detuvo las balas. Amaneció, los soldados entraron por<br />
ellos. Alfonso fue arrastrado hasta la cancha junto a los cuerpos<br />
que vio caer horas antes, lo tendieron boca abajo. Una orden les<br />
pedía levantar la cabeza y disparaban. Cerró los ojos, pensó en sus<br />
hijos… no le tocaba morir.<br />
Al siguiente día el Ejército dirá que hubo un enfrentamiento;<br />
que todos eran guerrilleros del ERPI; que conspiraban contra el<br />
Gobierno; que hubo soldados caídos. Los detenidos se confesarán<br />
culpables, los condenarán. Los militares serán las víctimas.<br />
El testimonio de los sobrevivientes –muy diferente– dirá: Siete<br />
campesinos, tres guerrilleros y un estudiante de la UNAM muertos,<br />
todos con tiro de gracia, cinco heridos y 22 personas detenidas,<br />
cinco eran menores de edad. Nadie identificó soldados muertos,<br />
tampoco heridos.<br />
Los llevaron a la Novena Región Militar de Cumbres del Llano y<br />
a los heridos al Hospital General de Acapulco, después al Penal de<br />
Cruz Grande y a los menores al Tutelar en Chilpancingo.<br />
Alfonso fue detenido, con golpes lo hicieron firmar una declaración<br />
y pasó dos años en la cárcel, ahí siguió la tortura, relata. Su<br />
familia vivió hambre, acoso, miedo; otros purgaron más tiempo<br />
171
acusados de motín, sedición e incitación a la rebelión. Cuando salió,<br />
la Organización ya no existía.<br />
Tenía 22 años, se sumó a los reclamos de justicia del Comité de<br />
Sobrevivientes e intentó rehacer su vida y 10 años después fue comandante<br />
de la Policía Comunitaria de El Paraíso. Hoy forma parte<br />
del CRAC, Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias.<br />
Eustolia dirigió el Comité de Viudas, buscó apoyos, becas, justicia;<br />
recibieron migajas. Aún viven en la pobreza, bajo techos de<br />
lámina cocinando con carbón, secando carne al sol y comiendo<br />
frijoles negros con tortilla cinco días a la semana.<br />
Cuando bajamos de la sierra nos mostró el documento de la denuncia<br />
que la Red Solidaria presentó ante la Corte Interamericana<br />
de Derechos Humanos. Fue el 7 de junio de 2012 y aún no es admitida.<br />
La justicia para las víctimas de la matanza de El Charco no ha<br />
llegado.<br />
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172
4. El despojo tiene alas;<br />
Atenco mancillado<br />
Entre el 3 y 4 de mayo del 2006 fuerzas federales rompen cercos<br />
carreteros en el poblado: 207 detenidos y 26 acusaciones de ataque<br />
sexual policiaco. Afirman que el trasfondo de esto es el despojo de<br />
tierras para un aeropuerto.<br />
POR JESÚS CASTRO<br />
ATENCO, EDOMEX, 9 DE FEBRERO DE 2014.-<br />
Afuera de la casa de Ignacio del Valle Medina hay dos machetes incrustados<br />
en la banqueta. Es una calle de San Salvador Atenco, allí<br />
donde se defendió la tierra hasta derramar la sangre y donde bastó<br />
un enfrentamiento entre floristas y policías estatales para justificar<br />
asesinatos, violaciones y encarcelamientos bajo el cobijo de la autoridad<br />
municipal, estatal y federal, acusan unos sobrevivientes.<br />
Un apacible anciano de gorro y grueso abrigo barre tranquilo la<br />
acera, es Nacho del Valle, el líder del Frente de Pueblos en Defensa de<br />
la Tierra, pero lo niega, se hace pasar por criado. No lo dice, pero en<br />
Atenco el miedo a una nueva represión los hace desconfiar de todos.<br />
Y niega la entrevista, no dan motivos. Tampoco acepta hablar<br />
América, su hija, también activista y heredera de la jefatura del<br />
Frente. Es la esposa de Nacho la que hace el contacto con el brazo<br />
derecho de movimiento, Adán Rodríguez.<br />
Parece un pueblito tranquilo, pintoresco; pertenece al municipio<br />
de Texcoco en el Estado de México. En mayo del 2006, cuando sus<br />
derechos fueron pisoteados por la Policía, el Municipio era gobernado<br />
por el PRD, el Estado por el PRI y la Nación por el PAN.<br />
173
Adán lo atestigua. Hoy llega en bicicleta a nuestro encuentro,<br />
larga barba canosa y gorra. También fue perseguido político y vivió<br />
los enfrentamientos del 3 y 4 de mayo; acepta platicar su versión y<br />
es la siguiente:<br />
Cinco años antes participó en las marchas y protestas, machete<br />
en mano, con las que lograron revocar un decreto por el que el Gobierno<br />
pretendía expropiar 15 mil hectáreas de las tierras ejidales.<br />
Querían construir un aeropuerto.<br />
Santa Isabel Ixtapan, Acuezcoma, San Salvador, La Magdalena,<br />
San Felipe, Santa Cruz de Arriba, San Jerónimo, Santa Catalina del<br />
Monte, Tesoyuca y otros pueblos dijeron que no, que no vendían, y<br />
no vendieron.<br />
Sí se construyó el aeropuerto, pero usando sólo mil quinientas<br />
hectáreas que pertenecían al pueblo El Peñón, a quienes les pagaron<br />
una miseria y todavía hoy siguen pobres. La mitad del terreno<br />
está usada, el resto, dicen, que será para ampliarse.<br />
El Gobierno no perdonó al Frente porque el resto de tierras que<br />
no les vendieron ya las tenían comprometidas para proyectos habitacionales,<br />
producción de alga espirulina, complejos industriales y<br />
toda clase de negocios a costa de darles 7 pesos por metro cuadrado<br />
a los campesinos, cantidad ridícula frente al valor de la tierra.<br />
Y entonces el Frente se convirtió en abanderado de causas ciudadanas,<br />
así llegaron con ellos un grupo de floristas del Centro de<br />
Texcoco. El alcalde Nazario Gutiérrez Martínez intentaba desalojarlos<br />
de las banquetas de la calle Pedro de Gante, donde vendían<br />
flores desde hacía más 20 años.<br />
Inés Rodolfo Cuellar Rivera es el líder que se acerca al Frente. Ya<br />
en octubre del 2005 habían tenido un primer enfrentamiento con la<br />
174
Policía Municipal y entraron en diálogo. De 48 floristas, 20 aceptan<br />
reubicarse, el resto dijo No nos vamos.<br />
El hostigamiento siguió y a inicios de abril del 2006 elementos<br />
de la Policía Estatal enviados por el entonces Gobernador del Estado<br />
de México, Enrique Peña Nieto, se apostaron sobre la banqueta,<br />
bien armados y ya no los dejaron instalarse.<br />
El 2 de mayo se reunieron en la Subprocuraduría de la PGJE; estaba<br />
Nacho del Valle y también Adán Espinoza apoyando a los floristas.<br />
Es Inés Cuellar quien lo cuenta desde la florería de su suegra, un<br />
local con dos pisos en la calle Manuel González; desde ahí se puede<br />
ver la esquina de Gante, donde se apostaron los estatales ese<br />
día.<br />
En esa reunión, el representante del entonces gobernador Peña<br />
Nieto les dijo: No se preocupen, se va a retirar la fuerza pública, y al<br />
siguiente día llegaron los floristas a instalarse. Eran las siete de la<br />
mañana.<br />
Cuando intentamos instalarnos, (llega) la agresión de los inspectores.<br />
Les dan la orden y empiezan a arrebatar los botes, ahí inicia<br />
el enfrentamiento, recuerda Inés. Eran 28 floristas y unos 25 miembros<br />
del Frente contra 500 policías que se fueron contra ellos con<br />
gases lacrimógenos, empuñando armas y repartiendo golpes.<br />
Los floristas se replegaron, ya había muchos heridos y la vieron<br />
perdida, corrieron a la florería de la calle Manuel González y allí<br />
se metieron todos, también Nacho del Valle. Adán logró escapar y<br />
corrió para Atenco.<br />
La florería aún existe, la dueña todavía se acuerda cuando la<br />
Policía los cercó; intentaron abrir la puerta, no pudieron. Lanzaron<br />
175
gases al interior, había un niño adentro, se lo hicieron saber a los<br />
policías. Pero ni así se detuvieron.<br />
Nacho del Valle intentó dialogar por teléfono con las autoridades,<br />
pero nadie le contestó. Se habían subido a la azotea, esperaban<br />
que todo pasara, pero no pasó.<br />
Eran las 10 de la mañana, Adán ya había reunido a la gente de Atenco<br />
y tomaron la carretera federal Texcoco-Lechería para presionar,<br />
buscar el cese al hostigamiento a los floristas, pero Nacho no estuvo<br />
de acuerdo. Por teléfono le pidió retirarse, no exponer a la gente.<br />
Un hombre junto a Adán, a quien dice no conocer, escuchó la<br />
llamada y comenzó a gritar que no se quiten, que siga la lucha.<br />
Este fulano me agita a la gente, no lo reconozco; luego llega gente<br />
desconocida golpeando a policías, los querían quemar, pedían gasolina.<br />
Lo paro y le digo: “Yo no te reconozco, ¿quién eres; nosotros<br />
no somos asesinos, ¿quién eres”. Se voltea gritando: “Zapata Vive,<br />
la lucha sigue”, cuenta Adán. Y se pierde entre el tumulto.<br />
Y comenzó el enfrentamiento, primero instigado por infiltrados<br />
del Gobierno, después por un pueblo al que ya no pudo controlar.<br />
Lanzaban piedras, palos y bombas molotov; de regreso, la Policía<br />
Federal disparaba gas lacrimógeno y balas.<br />
Hubo 13 heridos de bala que el Gobierno aún se niega a reconocer<br />
y el asesinato de Javier Cortés, de 14 años, y el del joven Alex<br />
Benumea, de 20, una cruz frente al arco de entrada de Atenco atestigua<br />
el lugar donde una bala atravesó el corazón de Alex.<br />
Sesenta manifestantes fueron capturados por la Policía Federal<br />
y unos 15 uniformados cayeron en manos de los atenquenses. La<br />
Policía se replegó, volvió al Centro de Texcoco.<br />
Allí ayudaron a los estatales a subir bardas, entraron a la fuerza a la<br />
176
florería, golpearon a menores de edad, mujeres y ancianos. Destrozaron<br />
todo, desde mercancía hasta cráneos, brazos, piernas. Nacho salió<br />
ensangrentado y lo seguían golpeando, hay fotos de ello.<br />
A Inés lo sacaron casi inconsciente con la cabeza rota. A él y al<br />
resto, incluyendo a su esposa y hermanas, los siguieron torturando<br />
hasta que ingresaron al penal de Almoloya.<br />
Ellas salieron de la cárcel a los dos años, él duró cuatro años y<br />
dos meses acusado de secuestro y delincuencia organizada. Le habían<br />
dado 31 años, pero la SCJN falló a su favor en un juicio de amparo,<br />
la misma suerte corrió Ignacio del Valle y ambos quedaron<br />
libres.<br />
Allá en Atenco la resistencia siguió, se unieron simpatizantes,<br />
incluso extranjeros. Adán intentó negociar con el Secretario de Gobernación:<br />
entregaría a los 15 policías si se comprometían a soltar<br />
a los presos civiles, incluyendo a Nacho del Valle. El político le colgó<br />
el teléfono.<br />
A las cinco de la mañana del 4 de mayo un contingente de policías<br />
irrumpió en las calles de Atenco: allanan 60 casas, apresan<br />
hombres, golpean menores, violan mujeres delante de sus maridos<br />
o hermanos. Destrozaron hogares, pisotearon derechos.<br />
Adán fue testigo de una de tantas violaciones a jovencitas o madres<br />
de familia. Lloró el día en que volvió a ver a aquella mujer en la plaza<br />
de Atenco. Recordó el sufrimiento y sintió vergüenza porque él sí logró<br />
escapar. Pudo esconderse cuatro años.<br />
Fueron más de 200 detenciones en dos días, todas documentadas<br />
por el uso excesivo de la fuerza pública, violación a los derechos<br />
humanos, tortura sexual y otras vejaciones. Ninguna de sus<br />
denuncias procedió. Contra ellos sí actuó la justicia y pasaron me-<br />
177
ses, años en la cárcel, hasta que pagaron multas, juicios, fianzas,<br />
abogados. Entonces pudieron salir.<br />
Hubo mucho miedo y hasta la fecha sigue habiendo miedo, el que<br />
te quieran desaparecer, porque del Gobierno te puedes esperar todo,<br />
dice Inés.<br />
Su principal temor es saber que a quien hacen responsable de<br />
ordenar el operativo es ahora Presidente de la República. Lo mismo<br />
dice Adán, por eso le envía un mensaje:<br />
Que se cumpla la Ley, que sean castigados los que tengan la culpa.<br />
Y él está completamente confeso y está documentado. Lo dijo a<br />
nivel nacional e internacional: que él ordenó este operativo y ratificó<br />
que lo volvería a hacer.<br />
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178
5. La atrocidad desgarra fronteras<br />
El 23 de agosto del 2010 un grupo de sicarios de Los Zetas fusilan<br />
a 72 migrantes secuestrados cuando se niegan a trabajar para ellos,<br />
en San Fernando, Tamaulipas<br />
Esta es quizá una de las respuestas más crudas a la pregunta de si<br />
la “Guerra contra el Narco” se va ganando.<br />
Al plantearse la necesidad de ir a retratar la bodega abandonada<br />
donde se cometió esta masacre nos topamos con autoridades militares<br />
y migratorias que nos advertían que no era seguro, ¡después<br />
de cuatro años!, trasladarnos al lugar, pese a que hay un puesto<br />
militar a unos cuantos kilómetros de ahí.<br />
Si bien en Tamaulipas la presencia del crimen organizado había<br />
disminuido hasta a principios de este año, la zona de San<br />
Fernando ha seguido siendo una especie de “Triángulo de las<br />
Bermudas” donde desaparecen las autoridades, donde continuamente<br />
se documentan crímenes carreteros y los delincuentes<br />
están apoderados de la zona.<br />
Hablamos con varios reporteros de ese lugar y nadie se atrevió,<br />
pues se supone que a mediados del 2012 un grupo de cinco periodistas<br />
intentaron llegar al lugar, pero fueron levantados por los<br />
criminales y luego de cuatro horas fueron golpeados y liberados<br />
con la advertencia de no regresar.<br />
El 12 de febrero de este 2014 las cabezas de tres jovencitas fueron<br />
dejadas en el primer cuadro de San Fernando, en otras de las ejecuciones<br />
por ajustes de cuentas.<br />
El sacerdote Alejandro Solalinde Guerra explica que en el 2013,<br />
179
cuando intentó llegar hasta el lugar de la masacre dentro de sus<br />
actividades en defensa de los migrantes, las mismas autoridades<br />
le pidieron no acudir, ya que no había garantía de que saliera con<br />
vida de ese lugar. Y todo esto fue antes de que a partir del segundo<br />
trimestre del 2014 la violencia volviera a apoderarse explosivamente<br />
de las principales ciudades de Tamaulipas.<br />
En los últimos meses se ha documentado que San Fernando sigue<br />
siendo una zona en que los sicarios interceptan autobuses de<br />
pasajeros que vienen del sur del País, de donde secuestran a pasajeros,<br />
la mayoría migrantes, a quienes obligan a trabajar para ellos.<br />
Los relatos de otros viajeros han sido contundentes.<br />
6. La doble desgracia<br />
En Chihuahua, ser activista se asume con una cruel realidad:<br />
Dos veces el dolor golpeará el corazón…<br />
la mayoría de las ocasiones el segundo golpe es mortal<br />
por IGNACIO ALVARADO ÁLVAREZ<br />
Es posible que Marisela Escobedo se supiera en el límite de su batalla.<br />
Había emprendido incontenibles protestas para exigir justicia<br />
a su hija asesinada, pero en vez de suscitar reacciones efectivas<br />
del Gobierno, enfrentó amenazas que buscaron silenciarla. Así<br />
llegó la mañana del 7 de diciembre de 2010 a la sede del Gobierno<br />
del Estado de Chihuahua, y anunció que libraría desde allí el acto<br />
de protesta más frontal de su vida, porque ya no le quedaba más.<br />
Está a punto de convertirse (todo esto) en el juego del gato y el<br />
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atón, dijo a los periodistas en alusión a Sergio Barraza Bocanegra,<br />
quien fuera pareja sentimental y asesino confeso de su hija de 16<br />
años, Rubí Marisol Frayre Escobedo. Es lo que está esperando esta<br />
gente: Que sea yo la que se tiene que esconder, pero no me voy a<br />
esconder. Si me va a venir este hombre a asesinar, que venga y me<br />
asesine aquí, enfrente, para vergüenza del señor Gobernador.<br />
Quien así lo quiera, puede ver el desenlace en Youtube, nueve<br />
días después de aquella declaración:<br />
Marisela se encuentra de noche junto con su hermano, sentada<br />
a la mesa que ella misma colocó en el parque Hidalgo, frente<br />
a Palacio de Gobierno. Un hombre que camina por la acera desde<br />
la esquina más próxima la identifica para que un segundo sujeto,<br />
que desciende de un auto blanco, llegue y la encañone. El arma se<br />
encasquilla. Marisela corre rumbo a Palacio con el pistolero detrás,<br />
que finalmente le suelta el disparo en la nuca, a dos o tres metros<br />
de la entrada.<br />
La mañana siguiente, César Duarte, gobernador de Chihuahua,<br />
ofrece declaraciones a los noticiarios de mayor audiencia. Se declara<br />
indignado, aunque dos semanas antes había desairado a la víctima,<br />
que lo abordó durante un acto público desesperada por los<br />
rechazos constantes del funcionario para recibirla en sus oficinas.<br />
Duarte no duda tampoco en acusar a Barraza como autor del asesinato<br />
de la madre activista, anticipándose a cualquier indagatoria<br />
formal.<br />
Barraza, de 27 años, confesó haber dado muerte a Rubí Marisol,<br />
con quien procreó una hija. El homicidio ocurrió en agosto de<br />
2008. A su captura, diez meses después, ofreció detalles sobre la<br />
forma en que asesinó, mutiló e incineró el cadáver de su pareja. A<br />
181
pesar de ello, los tres jueces que constituyeron el Tribunal Oral decidieron<br />
absolverlo el 29 de abril de 2010, ante las deficiencias del<br />
expediente aportado por el Ministerio Público, según dijeron.<br />
RECIBIMIENTO.- Duarte llevaba dos meses y medio como gobernador<br />
al momento en el que Marisela fue asesinada. En mayo,<br />
al tomar posesión como candidato, anuncia que no le temblará la<br />
mano para combatir al crimen organizado. El discurso fue arropado<br />
por la dirigencia nacional del PRI y los gobernadores de Durango,<br />
Nuevo León y Veracruz, que asistieron al acto.<br />
2010 fue el año más violento en el estado. Tan sólo en Ciudad<br />
Juárez el registro oficial fue de 3 mil 117 homicidios. Duarte asumió<br />
el cargo de gobernador el 4 de octubre. Unos días más tarde, Mario<br />
González, hermano de la recién salida procuradora Patricia González,<br />
sería privado de la libertad. Antes de matarlo, los asesinos<br />
difundieron un par de videos por internet. En ellos, acusa a su hermana<br />
de proteger al Cártel de Juárez y ordenar varias ejecuciones.<br />
Patricia González sufrió un vacío de poder. Ninguna institución<br />
de la entidad ni del Gobierno Federal le brindó auxilio, a pesar de<br />
que ella fue parte fundamental durante el “Operativo Conjunto<br />
Chihuahua”, instruido por Felipe Calderón para librar la “Guerra<br />
contra el Narco” en ese epicentro de la violencia.<br />
César Duarte crecía como la espuma. Demostraba la mano firme<br />
prometida durante la campaña y reestructuraba los mandos policiales<br />
con militares, ex fiscales y policías del pasado, de la década<br />
de los 90, cuando el estado fue la tierra de auge del narcotráfico y<br />
la paz social. La potencia con la que iniciaba el mandato sufrió, sin<br />
embargo, un descalabro enorme con el asesinato de Marisela Esco-<br />
182
edo, a las puertas del edificio donde despacha.<br />
El caso de la madre que se volcó al activismo ante el vacío de<br />
justicia y la corrupción institucional, alcanzó relevancia como ninguno<br />
otro, no sólo por la síntesis que brinda sobre la manera en<br />
que opera el sistema de gobierno, sino porque el mundo atestiguó<br />
una vendetta política.<br />
En el fondo de este asesinato hay un gran mensaje: En México,<br />
los deudos de los muertos en la guerra deben llorar y guardar silencio.<br />
Aquel que se atreva a señalar los vínculos de los asesinos con la<br />
policía, está condenado a muerte, señala Gustavo de la Rosa Hickerson,<br />
visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en<br />
Chihuahua hasta septiembre, cuando renunció tras nueve años de<br />
servicio debido al sucio maridaje que constató, dice, entre ese organismo<br />
y el Gobierno Estatal.<br />
Entre 2009 y 2010, De la Rosa documentó un millar de casos de<br />
homicidios, desaparición forzada y tortura cometidos por militares<br />
y agentes federales del Operativo Conjunto Chihuahua. En respuesta,<br />
debió exiliarse durante año y medio en Texas. Lo asesinarían si<br />
no se iba. A su retorno despachó en un búnker dentro de la Procuraduría<br />
del Estado y se condujo hasta el final del sexenio de Calderón<br />
con escolta federal. La paradoja es que no volvió a referirse<br />
sobre el contenido de aquellos mil expedientes mientras era vigilado<br />
por quienes querían matarlo.<br />
Siempre hemos sido enemigos del Estado, dice desde su casa,<br />
donde lleva una semana aguardando por el resultado de una batalla<br />
legal que apenas comienza en contra de la CEDH. Lo que sucede<br />
en esta “guerra” es que el vínculo entre policías y delincuencia es<br />
muy sólido; tenemos un sistema policiaco-delincuencial que, al se-<br />
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ñalarlo como activistas, al Gobierno no le importa si nos matan.<br />
Ninguno de los activistas asesinados podrá declarar lo mismo,<br />
pero detrás de la muerte de cada uno se valida ese sórdido vínculo<br />
señalado por De la Rosa.<br />
OFRECE DEFENSA, ENCUENTRA LA MUERTE.- Tres meses antes<br />
de que lo asesinaran con un disparo a la cabeza, el 6 de septiembre<br />
de 2007, Jesús Ricardo Murillo Monge, uno de los fundadores del<br />
Frente Cívico Sinaloense, había tomado la decisión de brindar asesoría<br />
legal a los deudos de una familia acribillada por militares en<br />
una comunidad llamada La Joya de los Martínez, perteneciente al<br />
municipio de Sinaloa de Leyva.<br />
En ese ataque, ocurrido el 1 de junio de aquel año, perdieron la<br />
vida tres menores de 2, 4 y 7 años; su madre de 25 y la tía de 19,<br />
ambas maestras de primaria. El padre, Adán Esparza Parra, de 29<br />
años, quien conducía el vehículo, resultó herido de gravedad. Fue<br />
él quien narró lo sucedido. Dijo que les salió al paso una patrulla<br />
del Ejército mientras viajaban de noche rumbo a casa. Creyó que se<br />
trataba de gavilleros, pero aún así detuvo la marcha. Entonces fueron<br />
tiroteados.<br />
La información reunida por el Frente Cívico Sinaloense resultó<br />
clave para abrir proceso a 19 de los militares que participaron en la<br />
masacre, pero ninguno recibió sentencia condenatoria.<br />
Lo que ocurre en Sinaloa es lo que pasa en todo México: hay una<br />
violación completa a los derechos humanos, y lo más grave es que<br />
esta violación la están cometiendo las mismas autoridades, y por<br />
autoridades quiero decir el Ejército, dice Mercedes Murillo, hermana<br />
de Jesús Ricardo y cofundadora del frente.<br />
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En Baja California se tiene el mismo registro de la soterrada participación<br />
de militares y policías detrás de asesinos y desapariciones.<br />
Miguel Ángel García Leyva, presidente de la Asociación Esperanza<br />
Contra las Desapariciones Forzadas y la Impunidad, lleva<br />
contabilizados más de 800 casos desde 2001, el año en el que llegó<br />
de Culiacán a Mexicali para fundar su organismo.<br />
Calderón dio el espaldarazo a los ataques del Ejército y abrió las<br />
puertas del paramilitarismo. Al hacerlo, aumentó la intimidación en<br />
contra de los derechohumanistas del todo el País. Lo peor es que esa<br />
enorme impunidad y dolor la heredó el gobierno de Enrique Peña<br />
Nieto. Con Peña, sin embargo, llega un nuevo proceso de paramilitares<br />
instruidos por el general colombiano Óscar Naranjo, quien fue su<br />
asesor de seguridad. Así que ahora la lucha es encubierta, dirigida,<br />
sincronizada y selectiva en contra del activismo, explica.<br />
ÚLTIMA LLAMADA.- Nepomuceno Moreno camina resuelto<br />
tras dirigirse a Felipe Calderón durante la segunda ronda de los<br />
Diálogos por la Paz, encabezados también por Javier Sicilia. Es<br />
junio de 2011. Nepomuceno, de chaqueta café y camisa rosa, lleva<br />
para entonces un año de solitario activismo en Sonora, donde<br />
el 1 de julio de 2010 agentes de policía se llevaron a su hijo<br />
Jorge Mario, de 17 años, sin que hasta la fecha aparezca. Cinco<br />
meses después de ese encuentro con el Presidente, Nepomuceno<br />
fue acribillado en Hermosillo.<br />
Jorge Mario salió junto con tres de sus amigos con rumbo a Ciudad<br />
Obregón. Entraron a una discoteca de la que salieron de madrugada.<br />
Mientras conducían el auto les salió al paso un vehículo<br />
particular con policías a bordo; los adolescentes se asustaron al<br />
185
ser amenazados con las armas y decidieron no detenerse, tomaron<br />
hacia la carretera.<br />
Cruzaron una caseta de cobro, derribando los conos de contención.<br />
Entonces los tirotearon.<br />
El conductor perdió el control y el carro se impactó entre los pastizales.<br />
Uno de los tripulantes murió, otros dos huyeron, entre ellos<br />
el hijo de Nepomuceno, quien alcanzó a llegar hasta un Oxxo en<br />
Vícam, un poblado de Guaymas, ubicado a 20 kilómetros de donde<br />
quedó el automóvil.<br />
Desde allí pudo llamarle a su padre y enterarlo que lo perseguían<br />
agentes de policía. Nepomuceno puso saldo desde la distancia<br />
al celular de Jorge Mario para no perder comunicación mientras<br />
enviaba a un amigo de la familia a recogerlo. Una de sus hijas estaba<br />
al teléfono con Jorge Mario cuando llegaron por él: Ya vienen<br />
por mí. ¡Me van a llevar, me van a llevar!, alcanzó a decirle.<br />
Nepomuceno estableció comunicación con su hijo horas más<br />
tarde. Supo que lo tenía la Policía porque lo implicaban en un crimen<br />
y le pidieron dinero a cambio de su libertad. Nunca lo recuperó.<br />
En sus indagatorias personales, se enteró que tras aquella última<br />
llamada con Jorge Mario alguien de la Procuraduría de Sonora<br />
marcó al número de celular de su hijo. Desde entonces vivió con la<br />
certeza de la participación de funcionarios públicos en el secuestro;<br />
meses más tarde se sumaría al movimiento convocado por Sicilia,<br />
y en tal condición fue asesinado el 28 de noviembre de 2011, a<br />
seis cuadras de la sede de los Poderes del Estado.<br />
Javier Sicilia acusó al Gobernador del asesinato apenas se enteró<br />
de la noticia. En respuesta, la Procuraduría de Sonora sacó a relucir<br />
una sentencia por tráfico de heroína que Nepomuceno recibió<br />
186
en 1979 en Estados Unidos, para fijar la tesis de un acto de delincuencia<br />
organizada. El homicidio sigue impune.<br />
NI LO CONOZCO.- Edgar Guadalupe García Hernández, de 25<br />
años, era una especie de office boy en el despacho de Marco Antonio<br />
Higuera Gómez, el Procurador de Justicia de Sinaloa. Estudiante<br />
y activo en la campaña política del actual Gobernador, Mario<br />
López Velarde, parecía ajeno a la desgracia, hasta que el 12 de febrero<br />
de 2012 unos sujetos con armas entraron por él a la casa materna<br />
para llevárselo.<br />
Su madre, Sandra Luz Hernández, acudió de inmediato a las oficinas<br />
del Procurador para iniciar allí la búsqueda; le sorprendió la<br />
respuesta del funcionario: él simplemente no conocía a su hijo.<br />
Higuera Gómez sostuvo un segundo cruce de palabras con Sandra<br />
Luz meses después. En esa segunda ocasión le sugirió que el<br />
secuestro de Edgar fue por sus vínculos con la delincuencia organizada.<br />
Lo acusó de estar implicado en la venta de dólares de<br />
manera ilegal. Sandra Luz respondió entonces: Si mi hijo era delincuente,<br />
¿entonces por qué lo tenía trabajando con usted, cuentan<br />
las madres de otros desaparecidos, testigos de ese encuentro.<br />
Una y otra vez, Sandra Luz encabezó marchas y protestas, indagó<br />
por su cuenta, llevó a las autoridades el resultado de sus pesquisas.<br />
Nadie atendió su caso, incluso con la aportación de lo que<br />
ella juzgaba evidencia suficiente para inculpar a quienes se lo llevaron<br />
y para localizar su cuerpo. De hecho, el día que la mataron<br />
de 15 disparos en la cabeza intentaba involucrar a las autoridades<br />
en el caso de su hijo.<br />
La mañana del lunes en que fue asesinada, 12 de mayo de 2014,<br />
187
alguien llamó a su celular para indicarle el lugar en el que le brindarían<br />
informes sobre el paradero de su hijo, o de su cadáver, mejor<br />
dicho. Sandra Luz salía de una reunión con funcionarios de la<br />
Procuraduría. Por teléfono le dijeron que acudiera a la colonia Benito<br />
Juárez esa misma tarde.<br />
Sandra Luz se hizo acompañar por otra mujer, amiga suya. Llegaron<br />
a la colonia Benito Juárez alrededor de las cuatro de la tarde<br />
a bordo de un camión del transporte público.<br />
Caminaban por la esquina de Constitución y 20 de Noviembre en<br />
el instante en que un sujeto les dio alcance y le soltó los 15 disparos<br />
con una pistola .9 mm.<br />
La Procuraduría presentó al supuesto homicida de la madre<br />
activista días más tarde, el 20 de mayo. Lo identificó como Jesús<br />
Fernando Rodríguez Valenzuela, de 25 años. La versión que ofreció<br />
dice, en resumen, que decidió privarla de la vida por miedo.<br />
Sandra Luz lo acosaba a él y a un amigo suyo, José Ángel Benítez<br />
Zazueta, “El Zucaritas”, para que le dieran información sobre el<br />
asesinato de Edgar.<br />
“El Zucaritas” fue asesinado en abril. Jesús Fernando supuso<br />
que tras la muerte de su amigo estaba Sandra Luz. Así que decidió<br />
terminar con su tormento, matándola. Nadie, fuera de las autoridades<br />
del estado, cree en esa versión.<br />
SUS DOS HIJOS.- El domingo 3 de enero de 2010, Josefina Reyes,<br />
integrante de una familia con larga tradición en la defensa de los<br />
derechos humanos en el Valle de Juárez, fue asesinada a las afueras<br />
de un puesto de barbacoa. Le dispararon a la cabeza.<br />
Ex regidora por el PRD en el municipio de Guadalupe Distri-<br />
188
to Bravos, Reyes encabezó marchas y plantones para repudiar la<br />
presencia de militares y federales en la zona agrícola debido a los<br />
casos de allanamiento, desaparición forzada, tortura y asesinatos<br />
que buena parte de los ciudadanos les atribuyen.<br />
Dos de sus hijos se cuentan entre las víctimas: uno fue desaparecido<br />
y otro asesinado. Por su activismo, Reyes recibió amenazas<br />
de muerte en al menos tres ocasiones y su vivienda fue igualmente<br />
allanada por el Ejército. Fue asesinada a pesar de que organismos<br />
como Amnistía Internacional habían señalado a las autoridades<br />
mexicanas la indefensión y el grave riesgo que corría.<br />
La muerte de Josefina fue indicador de que las cosas no cambiarían,<br />
dice Cipriana Jurado, directora del Centro de Investigación y<br />
Solidaridad Obrera, quien vive exiliada en Estados Unidos desde el<br />
verano de 2010.<br />
Jurado acompañó a Reyes en todas sus protestas y documentó<br />
ella misma la desaparición forzada y posterior asesinato de Saúl<br />
Becerra Reyes, un trabajador detenido por militares en octubre de<br />
2008 junto con otros cinco jóvenes. Todos, excepto Becerra, fueron<br />
presentados ante el Ministerio Público Federal.<br />
Los restos del trabajador fueron descubiertos en mayo de 2009<br />
en Palomas (frontera con Columbus, Nuevo México), muy cerca de<br />
donde se descubrió un cementerio clandestino con los restos de 20<br />
individuos a finales de noviembre de 2010. De las víctimas identificadas,<br />
la evidencia reunida por sus familias sostiene que fueron<br />
privadas de la libertad por el Ejército.<br />
La ofensiva no terminó con la suerte de los hijos de Josefina ni<br />
con su asesinato. En agosto de 2010 uno de sus hermanos, Rubén,<br />
fue victimado en su panadería. El 7 de febrero de 2011, Malena y<br />
189
Elías Reyes Salazar, así como la esposa de éste último, Luisa Ornelas<br />
Soto, fueron interceptados cuando viajaban en su camioneta.<br />
Sus cuerpos fueron localizados 18 días más tarde con signos de<br />
tortura y en estado de descomposición.<br />
La familia nunca ha quitado el dedo de la llaga: Detrás de los<br />
asesinatos están los militares que ocuparon el Valle de Juárez.<br />
A TEMBLAR.- El 21 de noviembre de 2012, la Secretaría de la Defensa<br />
Nacional difundió un comunicado de prensa para informar<br />
sobre un enfrentamiento suscitado entre efectivos militares y una<br />
célula de criminales pertenecientes a Los Zetas. Entre los abatidos<br />
se identificó a Sergio Barraza Bocanegra, el asesino confeso de<br />
Rubí Marisol Frayre Escobedo, la hija de Marisela.<br />
El supuesto enfrentamiento tuvo lugar en el poblado de Joaquín<br />
Amaro, el 16 de noviembre.<br />
Un mes antes del asesinato de Barraza, César Duarte, el Gobernador<br />
de Chihuahua, hizo gala de la captura “con labor de inteligencia”<br />
de José Enrique Jiménez Zavala, “El Wicked”, un supuesto<br />
miembro de la pandilla “Los Aztecas”. Lo presentó como el individuo<br />
que disparó a la activista frente a Palacio de Gobierno.<br />
“El Wicked” dijo que mató a Marisela por órdenes de un sujeto<br />
llamado Jesús Antonio Chávez, “El Tarzán”, miembro de La Línea.<br />
La orden sobrevino porque Marisela ponía en riesgo las actividades<br />
criminales no sólo de ellos, sino de Los Zetas, organización a la<br />
que presumiblemente pertenecía Barraza. Una mujer en solitario,<br />
protestando para la captura del asesino de su hija puso entonces<br />
en jaque a dos de las redes delictivas más poderosas del País.<br />
190
Al margen de sutilizas en cada uno de los casos, fuera de especulaciones,<br />
lo único cierto es que si Marisela hubiera aceptado la<br />
muerte de su hija, no la hubieran asesinado. Lo mismo con Josefina<br />
o con cualquiera de los demás: El mensaje es uno solo, dice Gustavo<br />
de la Rosa Hickerson.<br />
7. La sierra sin Ley<br />
El 16 de agosto del 2008 un comando de sicarios<br />
disparó contra una multitud en Creel, Chihuahua,<br />
dando muerte a 13 inocentes<br />
POR IGNACIO ALVARADO ÁLVAREZ<br />
¿Cuánto te salió esa camarita, tú Fernando Córdova Galdeán pregunta<br />
a uno de sus amigos a mitad de un corto video de 1:45 segundos.<br />
Va de copiloto en la camioneta por una brecha que los<br />
conduce a las aguas termales de Rekowata, a unos kilómetros de<br />
Creel, donde viven. Nadie de los cuatro que viaja sobrepasa los 20.<br />
El resto de la grabación es un juego de insultos adolescentes. No<br />
hay mayor trascendencia en ello, salvo que se trata del último testimonio<br />
que dejó Fernando. Días más tarde murió destrozado por las<br />
balas junto con otras 12 personas, un recién nacido entre ellas.<br />
Ese documento es la cuenta regresiva en la vida de aquel estudiante<br />
de 19 años, cuya madre, Bertha Alicia Galdeán, se propuso<br />
hallar explicación a la peor masacre de la historia local. Encabezó<br />
manifestaciones con el resto de los deudos, fue puntual en cada<br />
conmemoración luctuosa y exigió justicia, hasta que claudicó des-<br />
191
pués del quinto aniversario. Tomó una cantidad de pastillas para<br />
dormir que le provocaron un coma de 10 meses. Murió el 13 de junio<br />
de este año sin obtener respuesta a lo sucedido el 16 de agosto<br />
de 2008 en el que, al inicio de un festejo sabatino frente al salón<br />
ejidal, sujetos uniformados con trajes de campaña color arena y<br />
pasamontañas descargaron sus rifles en contra la multitud.<br />
¿Qué fue lo que pasó Es algo que aún no aclara ninguna autoridad,<br />
dice Javier Ávila, el sacerdote jesuita y líder moral de la región,<br />
quien preside también la Comisión de Solidaridad y Defensa<br />
de los Derechos Humanos A.C. (Cosyddhac).<br />
Ávila oficiaba la misa en el templo de Nuestra Señora de Lourdes, a<br />
un kilómetro de distancia del salón ejidal, cuando escuchó las detonaciones<br />
poco después de las 17:30 horas. Los disparos le perturbaron<br />
bastante, recuerda. Aún así, decidió terminar con la homilía.<br />
Al salir fue urgido por uno de los pobladores. Le habló de dos<br />
muertos y varios heridos. El sacerdote subió a su camioneta y llegó<br />
lo más pronto que pudo al salón. Encontró un tumulto desgarrado<br />
de dolor sobre el lodo donde yacían los cuerpos de las víctimas. Si<br />
la cifra de dos lo había conmovido, el cuadro que encontró le produjo<br />
vértigo: Casi me vomito. No pude contener el llanto, relató él<br />
mismo un par de días después.<br />
Las lágrimas se sumaron a mi recorrido por todo el terreno cubierto<br />
de cuerpos destrozados, de sangre, de masa encefálica, de llanto,<br />
de histerias, de rabia, de impotencia. No fue sorpresa constatar que<br />
no había ni un solo policía en el lugar. Entonces, yo no podía seguir<br />
débil, porque alguien tenía que asumir la responsabilidad, con cabeza<br />
clara para tomar decisiones.<br />
El sacerdote dice que llamó al secretario general de Gobierno<br />
192
para contarle lo ocurrido. Después recibió un telefonema de la procuradora,<br />
Patricia González. A pesar de ello, la ayuda tardó cuatro<br />
horas en llegar. Ávila debió hacerla de perito y de ministerio público<br />
ante tal vacío de poder. Tomó fotografías a cada uno de los cuerpos,<br />
pidiendo a sus familiares que se hicieran a un lado. Se trató<br />
de un ejercicio difícil pues todos querían abrazar o llevarse a sus<br />
víctimas, pero entendieron las súplicas del jesuita. Entre el agobio<br />
que sentía, Ávila tuvo claridad para pensar que pronto cualquier<br />
huella criminal sería borrada por las aguas o por la congregación<br />
de dolientes y no quiso dejarles esa excusa a los investigadores.<br />
Creel se localiza en la parte más elevada de la Sierra Madre<br />
Occidental. Desde la década de 1960, al terminarse la ruta ferroviaria<br />
Chihuahua-Pacífico, se erigió como el punto turístico<br />
más importante del estado. Lo circundan cañadas en las que se<br />
cultiva amapola y mariguana, pero no sólo es uno de los cruces<br />
fundamentales para el cultivo o paso de la droga, sino del tráfico<br />
humano, al que montan en el tren de carga desde el puerto<br />
de Topolobampo. Caminos ancestrales interconectan esa región<br />
con la ruta que corre paralela al lado oriente de la cordillera,<br />
desde Guachochi hasta Cuauhtémoc, el trazo más vertical entre<br />
el Triángulo Dorado –que complementan Sinaloa y Durango– y<br />
la frontera con Estados Unidos.<br />
La Sierra Tarahumara ha sido patrullada siempre por agentes<br />
de policía municipales y la estatal. Sin embargo, los militares son<br />
quienes mantienen el control. Pese a ello, allí comenzó a gestarse<br />
una violencia inusual desde la primavera de 2007, poco antes de<br />
que el presidente Felipe Calderón ordenara la “Operación Triángulo<br />
Dorado”.<br />
193
El ala entera de la procuración de justicia y policía Estatal habían<br />
estructurado una vasta red criminal que operaba sin perturbaciones<br />
desde comienzos de la década. Tal uniformidad fue bautizada<br />
por ellos mismos como “La Línea”. Ese entramado de complicidades<br />
nacidas en el seno de las instituciones locales se convirtió<br />
en el blanco principal de grupos armados –algunos de corte paramilitar–<br />
que verían acción los meses siguientes en el resto de Chihuahua.<br />
El choque fue calificado entonces como una “guerra entre<br />
cárteles” que, de acuerdo con el Gobierno Federal, decidieron de<br />
pronto disputarse la plaza.<br />
El comando que irrumpió en Creel el 16 de agosto de 2008 iba por<br />
un par de sujetos que decidieron mezclarse entre la multitud que<br />
jugaba en el salón ejidal, tras haber acudido todos a una carrera<br />
parejera a las afueras del pueblo, en unos terrenos pertenecientes<br />
a Ernesto Estrada González, entonces alcalde de Bocoyna, el municipio<br />
al que pertenece el pueblo. Los dos fueron identificados en<br />
diarios locales como Fredy Horacio Aguirre Orpinel, de 34 años, y<br />
Alfredo Caro Mendoza, de 36, a quienes se les conocía como “Los<br />
Fredis”.<br />
En la carrera, los integrantes del grupo paramilitar, con los rostros<br />
descubiertos, comenzaron a intimidarlos. Algunos testigos de<br />
ello describieron que “Los Fredis” estaban nerviosos y asustados.<br />
Es la razón por la que buscaron ponerse a salvo, yéndose al salón<br />
ejidal y no a sus casas.<br />
Uno de esos testigos habló bajo condición de anonimato. Hizo<br />
referencia al homicidio y mutilación de un abogado que llegó para<br />
hacerse cargo de los intereses de “gente nueva”, el eufemismo con<br />
194
el que se aludía entonces a los individuos que llegaban protegidos<br />
por “la federación”. El abogado residió allí unos meses antes de<br />
ser secuestrado por “La Línea” que, reorganizada tras los primeros<br />
embates, se animó a la confrontación.<br />
No existe registro hemerográfico de tal asesinato y tampoco<br />
claridad del vínculo real entre ese supuesto hecho y “Los Fredis”,<br />
pero a partir de la masacre Chihuahua se convirtió en el<br />
escenario más violento de la “Guerra contra el Narco” anunciada<br />
por Calderón, multiplicando operaciones similares desde<br />
Ciudad Juárez hasta Parral.<br />
El salón ejidal es un bodegón enorme, construido con bloques<br />
de cemento en cuyo frente el Gobierno del Estado levantó<br />
una especie de plaza en memoria de las víctimas. En origen<br />
contaba con una plancha de concreto de unos veinte metros<br />
cuadrados. Desde ella salían esa tarde los corredores descalzos<br />
mientras caía la lluvia. A los costados quedaron 12 de los 13 cadáveres,<br />
sólo uno murió bajo el cobertizo. Los que se salvaron<br />
huyeron saltándose las bardas de las casas vecinas o refugiándose<br />
en el interior de la bodega.<br />
Sólo uno pudo burlarlos. Fingió estar muerto. Intentó huir pero<br />
una bala le reventó la pantorrilla. Cayó justo detrás del profesor<br />
Edgar Alfredo Loya Ochoa, quien corría con su hijo de 16 meses en<br />
brazos. Trozos de cerebro y sangre le cubrieron la espalda, como<br />
si fueran los suyos. Dice que contuvo el aliento mientras los asesinos<br />
hurgaban en los bolsillos de su pantalón para despojarlo de la<br />
cartera y el teléfono celular, como hicieron con todos los muertos,<br />
carcajeándose.<br />
195
En el pueblo cuentan que antes de llegar, los asesinos llamaron<br />
a la Comandancia de Policía. Les dijeron que se fueran porque<br />
comenzaría la matanza. Los días posteriores, los 30 agentes de<br />
seguridad que había en Creel fueron llevados a la ciudad de Chihuahua.<br />
Se les sometió a interrogatorios judiciales, pero ninguno<br />
fue encarcelado.<br />
La masacre cambió no solamente al poblado, sino a la región entera,<br />
dice el jesuita Javier Ávila. Existe un deterioro inmenso tanto<br />
en los pobladores como en las familias de las víctimas. Lo que ocurrió<br />
aquí hace seis años significó uno de los más lamentables retrocesos<br />
en la vida social del País. Creel es desde entonces uno de los<br />
epicentros de la impunidad y del dolor.<br />
En octubre 21 de 2010, cuatro sujetos armados irrumpieron temprano<br />
al despacho de Mario González Rodríguez. Lo sustrajeron por la<br />
fuerza y huyeron con él a bordo de dos vehículos. El abogado era hermano<br />
de Patricia González Rodríguez, quien hasta el 4 de octubre de<br />
ese año fungió como procuradora general de Chihuahua.<br />
Días más tarde, sus captores subieron a Youtube el primero de<br />
dos videos en el que puede verse a Mario González. En uno lo interrogan;<br />
en otro filman su ejecución a golpes de marro.<br />
En el primero de los videos, cinco hombres de trajes camuflados,<br />
pasamontañas y fusiles de asalto custodian al abogado,<br />
quien aparece con las manos esposadas por enfrente, vestido de<br />
negro, sentado sobre un banco. El cubículo donde se encuentran<br />
tiene paredes pintadas de marrón y beige. Durante el interrogatorio<br />
González dice que su hermana, en su condición de<br />
Procuradora, vende protección a “La Línea” o Cártel de Juárez.<br />
196
Él se identifica como el encargado de cobrar dicha protección<br />
en distintas zonas del estado.<br />
Cada pregunta sirve para que Mario González implique a la ex<br />
Procuradora en delitos diversos, como homicidios, secuestros y<br />
sobornos.<br />
En Chihuahua sucedieron decenas de asesinatos múltiples durante<br />
los seis años en los que Patricia González fue la primera Fiscal<br />
del Estado, pero a Mario González únicamente le preguntan por<br />
uno de ellos: el del 16 de agosto de 2008.<br />
La matanza de Creel la hizo “La Línea” o Cártel de Juárez. A estas<br />
personas no se les detuvo porque al existir, bueno, de alguna manera<br />
acuerdos con la procuradora Patricia González, ésta los protegió, dice.<br />
Al día siguiente, Patricia González ofreció algunas entrevistas. Se<br />
le escuchó abatida, temerosa y voz entrecortada. Aún así, declaró<br />
que lo divulgado en el video era una infamia; que en el secuestro<br />
de su hermano intervinieron ex policías y policías estatales; que lo<br />
interrogaron en instalaciones de la Procuraduría, que ella reconoció<br />
claramente porque no sólo supervisó el diseño, sino que eligió<br />
personalmente los colores marrón y beige; y que el Ejército sabía<br />
dónde y quién tenía a su hermano.<br />
El secretario (de la Defensa) Guillermo Galván Galván, si quiere,<br />
me puede ayudar a encontrar a mi hermano, dijo.<br />
Los hermanos González son originarios de Bocoyna, por ello el<br />
padre jesuita Javier Ávila anidó esperanzas de que aquella tarde se<br />
enviaran unidades con agentes para dar cacería a los asesinos. La<br />
capital del estado se encuentra a tres horas por carretera, y Cuauhtémoc,<br />
la ciudad más próxima al pueblo, a dos. Pese a los llama-<br />
197
dos insistentes del padre nadie llegó antes de la cuarta hora. La<br />
Procuradora se excusó por aquella tardanza: no quiso arriesgarse a<br />
una emboscada de noche en medio de la tormenta, le dijo.<br />
En Creel, la sospecha está presente desde el inicio. Nadie se<br />
atrevió a señalar de manera pública a los hermanos, sin embargo,<br />
quienes se atrevieron a exigir justicia a la Procuradora vivieron con<br />
la amenaza a cuestas.<br />
Daniel Parra Urias, de 42 años, fue uno de los que creyó que las autoridades<br />
no investigarían la masacre por estar implicadas. Su hijo<br />
Daniel Alejandro, de 20 años, se cuenta entre las víctimas. Decidió<br />
investigar por su cuenta. El 8 de marzo de 2009 acudió con su esposa<br />
a la ciudad de Cuauhtémoc, allí, mientras la esperaba a bordo de<br />
su camioneta fue privado de la libertad. Su cuerpo se encontró al día<br />
siguiente con dos disparos de calibre .9 mm en la cabeza; lo abandonaron<br />
en la carretera que lleva a la ciudad de Chihuahua.<br />
Las revelaciones suceden de muchas maneras. Javier Ávila alude<br />
a una de tantas. Ocurrió el 14 de agosto de este año, horas después<br />
de que un agente de la Policía Ministerial fue dado por muerto tras<br />
una sesión de tortura, en las inmediaciones del pueblo.<br />
Como respuesta arribaron 160 camionetas de la Ministerial, de la<br />
Policía Estatal Única y del Ejército. Lo que hicieron fue totalmente<br />
reprobable: violaron todos los derechos humanos de los pobladores,<br />
sabiendo perfectamente que no estaban metiéndose al nido de los<br />
delincuentes, a los lugares donde viven y donde operan… 160 unidades,<br />
cuando hace seis años nadie llegó a brindar auxilio ni a buscar<br />
a los responsables de la matanza.<br />
Dos días después, con el pueblo bajo ocupación, los deudos<br />
198
salieron a exigir justicia. Bertha Alicia Galdeán murió un par de<br />
meses antes, a la edad de 45 años. Otras madres y padres desarrollaron<br />
diabetes, hipertensión o cáncer. Dicen que exigirán justicia<br />
hasta el final de sus propios días.<br />
El pequeño trozo de video en el que aparece Fernando, el hijo de<br />
Bertha Alicia, muestra el desenfado de los días previos a la desgracia.<br />
El miedo era una idea vaga y distante. Hasta entonces, también,<br />
se sabía de la impunidad en teoría.<br />
Se sabía de ella por lo que se leía en los diarios o se veían por televisión,<br />
dice el padre Ávila.<br />
Un sistema de gobierno aplica sus propias leyes, sin que éstas<br />
sean para el bien común. Para lograrlo, existen también subterfugios,<br />
de acuerdo con el religioso.<br />
Es verdad que la violencia ha bajado desde entonces, pero sólo en<br />
apariencia, explica. Para quien no conoce la realidad, las estadísticas<br />
lo son todo. Pero quien conoce lo que realmente ocurre, entiende<br />
que las estadísticas son únicamente un rumbo: el rumbo para saber<br />
dónde está parada la autoridad. Los grupos siguen aquí. No se han<br />
ido, ni se irán.<br />
199
8. El infierno DE LA APUESTA<br />
El 25 de agosto del 2011 el Casino Royale en Monterrey es atacado<br />
cuando sus dueños se niegan a pagar derecho de piso. Mueren<br />
calcinadas 52 personas que se divertían.<br />
POR ALEJANDRO MONTENEGRO<br />
Fotos: Héctor García<br />
MONTERREY, N.L., 23 de septiembre del 2014.-<br />
El incendio del Casino Royale de Monterrey es uno de los ataques<br />
a la población más crueles que se recuerden en la historia reciente<br />
de México. Allí murieron 52 personas luego de que un grupo de criminales<br />
rociara de gasolina el centro de apuestas y posteriormente<br />
le prendiera fuego el 25 de agosto del 2011.<br />
Aproximadamente 150 entre clientes y empleados se encontraban<br />
en el interior cuando los delincuentes irrumpieron. Dos minutos<br />
y 30 segundos fue el tiempo que necesitaron para perpetrar el<br />
atentado más cruel en Nuevo León.<br />
Los Zetas fueron responsables del crimen, sin embargo después<br />
de detenidos, los culpables aseguraron que la situación se les salió<br />
de control, pues la intención sólo era amedrentar a los dueños del<br />
casino para que cubrieran una cuota semanal de más de 100 mil<br />
pesos para seguir operando.<br />
El caso fue cerrado después de la muerte de “El Lazca”, ex líder<br />
nacional zeta. De los 18 responsables directos, 17 fueron detenidos<br />
y sentenciados a penas que van desde los 75 hasta los 100 años de<br />
cárcel.<br />
200
Tras las demandas que interpusieron los familiares de las víctimas<br />
se fijó una indemnización de 5 millones de pesos, equivalente<br />
a 96 mil pesos por cada víctima. Al día de hoy, solamente<br />
ocho familiares han reclamado su parte por necesidad económica<br />
y el resto aún no, pues consideran que es una cifra muy baja.<br />
Por su parte, el dueño del casino, Raúl Rocha Cantú, recibió<br />
5 millones de dólares por parte de la compañía de Seguros Axa<br />
por los daños que sufrió el inmueble, incluidas las máquinas y<br />
los juegos.<br />
Ningún funcionario municipal, estatal o federal fue sancionado<br />
por permitir que el casino operara sin las condiciones de<br />
seguridad que se requerían obligatoriamente para el tipo de<br />
establecimiento.<br />
Hoy, las 52 cruces que se colocaron en el lugar en honor a las<br />
víctimas resguardan el edificio de lo que fue el Royale en la avenida<br />
San Jerónimo. En el exterior aún se observan los daños y unas<br />
protecciones que se colocaron en las ventanas impiden ver hacia<br />
adentro.<br />
Todos los días decenas de vehículos llegan al lugar, pues el estacionamiento<br />
que está en el sótano del casino sigue siendo utilizado<br />
por clientes y empleados de un banco que está en el edificio<br />
contiguo. Todas las puertas de entrada al sitio de la tragedia están<br />
completamente selladas y el grafiti ya se hizo presente en la fachada<br />
principal.<br />
Un trabajador delegado a la limpieza del edifico del extinto<br />
casino y el inmueble banquero de al lado señaló que de vez en<br />
cuando familiares todavía acuden a renovar las flores.<br />
201
Ya se ven muchas flores marchitas, pero sí vienen de vez en cuando<br />
y aquí están un rato. Rezan, recuerdan a sus familiares que murieron y<br />
le echan una mirada al casino, como una mirada perdida, de arrepentimiento,<br />
y hay muchas lágrimas; mucha gente llora todavía para tratar<br />
de sanar una herida que no cierra, comenta el empleado.<br />
Recuerda que él entró a trabajar tres meses antes del atentado.<br />
En aquel entonces le tocó ver cómo llegaban 16 tráileres cargados<br />
de máquinas nuevas para el casino, mismas que apenas estaban<br />
estrenando cuando fueron regadas de gasolina.<br />
Los policías duraron como dos meses seguidos aquí resguardando<br />
el lugar después de lo que pasó. Adentro quedaron muchas cosas<br />
que todavía servían y yo vi que se las “clavaron”, se las llevaron<br />
ellos, cuenta el conserje.<br />
El trabajador dice que actualmente ya no queda nada del atentado,<br />
ningún ruido, sólo la tristeza de quienes perdieron a su familia.<br />
El 25 de agosto de este año las autoridades municipales inauguraron<br />
un monumento que se construyó en memoria de los 52. Se<br />
trata de un muro-cascada con 52 chorros que emulan a cada una<br />
de las víctimas y lleva la frase: Que el correr de esta agua quite la<br />
violencia de nuestra sociedad y enjuague las lágrimas de quienes<br />
sufren por ella.<br />
Lo instalaron en el camellón central de la avenida San Jerónimo,<br />
frente al casino. Aunque se construyó con el objetivo de rendir tributo,<br />
los familiares de las víctimas lo desaprobaron al considerarlo<br />
una burla a lo ocurrido.<br />
Además de que fue construido sin planeación, no respetaron el<br />
monumento que nosotros les propusimos. Hicieron lo que se les<br />
dio la gana y estamos inconformes con esto porque tampoco se<br />
puso en un buen lugar, con fácil acceso. Lo pusieron donde qui-<br />
202
sieron, comentó Graciela Urbina, familiar de una de las víctimas<br />
del incendio.<br />
Una cantidad cercana a los 96 mil pesos pertenece a cada deudo<br />
como parte de la indemnización de 5 millones de pesos que se fijó.<br />
En contraste, Raúl Rocha, dueño del casino, recibió 5 millones de<br />
dólares por los daños que sufrió el inmueble en el ataque. Así queda<br />
claro para las autoridades el valor de 52 vidas humanas contra<br />
lo material que el fuego destruyó.<br />
Vamos a seguir luchando porque se nos pague lo justo. Hay familias<br />
que quedaron sin su sostén económico y nos parece ridícula la cantidad<br />
que nos están ofreciendo. Casi nadie la ha aceptado y en esa postura<br />
nos vamos a mantener hasta que nos den lo que verdaderamente nos<br />
toca, dijo Luis Díaz, quien perdió a su esposa en el atentado.<br />
Hay quienes perdieron a su hijo, a su pareja, a su padre, a su<br />
madre. La coronas de flores que adornan las cruces ya lucen marchitas,<br />
no así el recuerdo de quienes perdieron una parte de su<br />
vida en el incendio.<br />
Son tres años ya del incendio y hay cosas que todavía no se pueden<br />
entender. Duele mucho esta situación, duele mucho saber que<br />
murió gente inocente y duele mucho ver que las autoridades están<br />
ahí como si nada, quitadas de la pena como si nada hubiera ocurrido,<br />
hasta da coraje, dicen.<br />
LA VIDA SIGUE.- Frente al casino se construye un enorme edificio<br />
de negocios. A pesar de la destrucción en una acera, cruzando<br />
la calle el desarrollo continúa, así como lo tratan de hacer todos<br />
los deudos de las víctimas.<br />
Tratamos de ver hacia adelante, de continuar con nuestras vidas,<br />
de olvidarnos de esta tragedia que a tantas familias destruyó. El do-<br />
203
lor no lo vamos a poder quitar en el resto de nuestras vidas, tendremos<br />
que vivir con él, ni modo, dice don Julio.<br />
Él perdió a su hijo, su único hijo, un joven de 25 años que acostumbraba<br />
ir a los casinos de la ciudad a apostar en los eventos<br />
deportivos y a jugar cartas. Verlo desarrollarse profesional y sentimentalmente<br />
es la espina clavada que le queda a don Julio.<br />
Estaba a seis meses de graduarse como ingeniero civil. Ya tenía trabajo<br />
y por eso tenía su dinero para ir y divertirse, nunca se sobrepasó<br />
en las apuestas. Lo que más hubiera querido es verlo realizado profesionalmente<br />
y sentimentalmente con su pareja, tener un nieto, relata.<br />
El atentado del Casino Royale quedará marcado en la historia de<br />
México como uno de los más crueles ataques que se hayan cometido<br />
contra la población.<br />
Uno de los actuales encargados del abandonado edificio intenta borrar las huellas del<br />
pandillerismo que llegó tras el atentado.<br />
204
9. Dantesco amanecer<br />
El 13 de mayo del 2012 fueron tirados sobre la carretera los restos<br />
de 49 personas sin extremidades ni cabezas en un paraje de<br />
Cadereyta, Nuevo León<br />
POR ALEJANDRO MONTENEGRO<br />
Fotos: HÉCTOR GARCÍA<br />
Cadereyta, N.L., 22 de septiembre del 2014.-<br />
México vivió uno de sus episodios más sangrientos en el 2012<br />
cuando 49 cuerpos mutilados aparecieron tirados en el kilómetro<br />
47 a la orilla de la carretera libre Monterrey-Reynosa, a la altura del<br />
entronque del ejido San Juan, municipio de Cadereyta. Sólo ocho<br />
cuerpos pudieron ser identificados.<br />
Fue la madrugada del domingo 14 de mayo cuando aparecieron<br />
los restos sin brazos ni piernas, sin cabezas, puros torsos envueltos<br />
en bolsas negras. Según investigaciones posteriores, se determinó<br />
que los cadáveres sólo fueron tirados en esa zona y que tenían al<br />
menos dos días de haber sido mutilados.<br />
Elementos del Ejército Mexicano hicieron el hallazgo y las investigaciones<br />
posteriores de la PGR arrojaron que el hecho estuvo relacionado<br />
a la guerra entre los cárteles del Golfo y Los Zetas: Es el<br />
típico mensaje tratando de amedrentar a los contrarios y a las autoridades,<br />
dijo en aquel entonces el Procurador de Justicia de Nuevo<br />
León, Adrián de la Garza.<br />
Una semana después de ocurridos los hechos, la Secretaría de la<br />
Defensa Nacional informó de la detención de Daniel de Jesús, alías<br />
205
“El loco”, considerado como uno de los responsables de la matanza.<br />
A él también se le relacionó con otros hechos delictivos que<br />
ocurrieron en la región.<br />
Al encontrar los puros torsos, la identificación de los cuerpos<br />
no fue una tarea fácil para los forenses, sin embargo gracias a que<br />
algunos contaban con tatuajes, un año y medio después de los hechos<br />
se informó que ocho eran de migrantes de Honduras.<br />
Aunque la Comisión Forense que se creó para dar seguimiento al<br />
caso dio a conocer que se continuaría con la investigación buscando<br />
saber la identidad del resto de las las víctimas, desde entonces<br />
ya no ha surgido más información al respecto y la PGR dio por cerrado<br />
el caso.<br />
DESDE ENTONES, VIVO CON EL MIEDO.- Justo frente a un puesto<br />
de inspección sanitaria de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,<br />
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) quedaron<br />
los cuerpos tendidos, a un lado del arco que anuncia la entrada al<br />
pueblo de San Juan, en medio de la nada. De eso ya hace más de<br />
dos años.<br />
Las manchas de sangre duraron varios días, cuenta un ejidatario,<br />
pero hoy en día no hay rastro alguno del hallazgo. No existen<br />
siquiera cruces ni altares que los recuerden, y es que ¿Cómo podría<br />
haberlos si las víctimas no tienen nombre, no fueron reconocidas<br />
Aunque lo más seguro, coinciden algunos habitantes, es que<br />
se trataba de “puros migrantes”. Lo dicen con cierta indiferencia<br />
o hasta alivio, para señalar que no había familiares ni conocidos<br />
entre las víctimas.<br />
Juventino, encargado de la caseta de inspección sanitaria, cuen-<br />
206
ta que a partir del suceso el punto de revisión fue cambiado de<br />
lugar y recientemente se volvió a colocar ahí, en la zona exacta<br />
donde estaban apilados los cadáveres.<br />
Yo ese día llegué en la mañana a trabajar y la carretera estaba<br />
cerrada, no estaban dejando pasar a nadie y fue cuando me<br />
regresé y contacté a mis jefes. Luego cambiaron de lugar la caseta<br />
y ahora que regresamos aquí sí se siente raro sabiendo lo que<br />
pasó, dice Juventino.<br />
El miedo persiste en el pueblo. A más de dos años de ocurrido<br />
el hecho, la circulación constante de camionetas negras de último<br />
modelo a toda velocidad por la carretera les avisa que el narcotráfico<br />
sigue estando presente en el norte del País.<br />
A don Tacho, como se le conoce en el pueblo, le tocó ver los cadáveres.<br />
Ese día iba en el camión rumbo a su trabajo bien temprano,<br />
cuando tuvieron que hacer el alto que les marcaban las autoridades<br />
castrenses en el lugar de los hechos. No pudo dormir esa<br />
noche.<br />
Estaban en bolsas negras, unos arriba de otros y me tocó ver algunas<br />
cabezas también, fue algo muy perturbador y que se le quedan<br />
a uno grabado en la mente. Yo desde entonces vivo con el miedo y<br />
siempre que paso por aquí volteo a ver que no haya otros cuerpos<br />
tirados. Fue algo muy fuerte para toda la gente del pueblo, comenta.<br />
Desde entonces San Juan no volvió a ser el mismo.<br />
“Padre nuestro en ti confío”, dice una leyenda acompañada por<br />
una cruz en la entrada al ejido, pero todos sus habitantes todavía<br />
tienen fresca en la memoria la imagen de los cadáveres que fueron<br />
tirados en su territorio por quién sabe quién.<br />
A los alrededores sólo carretera. Hay vulcanizadoras, balnearios,<br />
207
estaurantes, palapas, pero todos esos lugares están abandonados.<br />
No funcionan desde hace años y la muestra de civilización más<br />
cercana es una planta petrolera que está a unos cinco kilómetros<br />
del lugar de los hechos.<br />
Era una auténtica fosa llena de gente muerta. Ahora cada vez que<br />
paso se me pone la piel chinita porque estamos en el norte; aquí la<br />
delincuencia siempre está a la orden del día y nosotros aquí estamos,<br />
no tenemos a dónde movernos, cuenta otro ejidatario vecino<br />
del lugar.<br />
En el pueblo no hay un solo policía. Sólo de vez en cuando una<br />
patrulla se asoma para dar atención a riñas, algunos robos, cosas<br />
menores. Atrás quedó la estricta vigilancia que se implementó después<br />
de la matanza con decenas de patrullas que coparon toda la<br />
carretera libre Monterrey-Reynosa temiendo más hechos violentos.<br />
La instrucción fue que redobláramos la vigilancia en la carretera y<br />
también en el pueblo, pero desde entonces ya no ha ocurrido nada<br />
extraordinario. De cualquier forma venimos seguido a este tramo de<br />
la carretera y damos rondines, comentó un oficial que tiene 11 años<br />
trabajando para la Policía Federal, tres años cubriendo la parte<br />
norte de México.<br />
Aunque saben que no fue un ataque directo contra el ejido, la<br />
realidad es que el hecho quedará en su historia. Son interminables<br />
las versiones que nacieron luego de la tragedia, siendo la que más<br />
suena que el objetivo del grupo delictivo era tirar los cuerpos en la<br />
plaza principal de San Juan.<br />
Es difícil olvidarlo y es también difícil no vivir con ese temor. Un<br />
ejido tan tranquilo como es aquí, donde de repente y sin aviso ocurre<br />
algo como esto, todo el pueblo salta y se pregunta: ¿Qué es lo que<br />
208
pasa, relata una vecina.<br />
Y de nueva cuenta Juventino, cuyo trabajo lo obliga a estar todos<br />
los días en esa caseta que está a escasos metros del lugar donde<br />
fueron tirados los cadáveres, recuerda que el vaivén de camionetas<br />
con vidrios polarizados es para él todo un martirio.<br />
Pasan las camionetas “hechas vuelo” y yo lo único que pido en mi<br />
interior es que no se paren, que sigan su camino. Si de por sí este es<br />
un lugar que siempre está solo, cuando baja el sol aún más; yo huyo<br />
de aquí a esas horas, no vaya a ser “El Diablo”, dice.<br />
Desde el 14 de mayo del 2012 el kilómetro 47 ya no volvió a ser<br />
el mismo. La masacre y abandono de cadáveres en la entrada San<br />
Juan es un hecho que marcó la historia: 49 cuerpos sin cabeza ni<br />
extremidades cambiaron su vida.<br />
El narcotráfico es una realidad del País, pero nosotros como ciudadanos<br />
queremos seguridad. En lo personal, lo de los 49 cuerpos es algo<br />
que me quedará marcado por siempre, fue un impacto muy grande que<br />
nunca me voy a poder sacar del alma, afirma un ejidatario.<br />
Lo más justo sería que se aclare todo, que se identifique a los que<br />
faltan para informarles a sus familias, pero ya van a ser tres años de<br />
eso, no creo que pase nada.<br />
San Juan sigue aterrorizado por ese dantesco amanecer, asolado<br />
por la pesadilla de ser uno de los principales pasos hacia Reynosa,<br />
Tamaulipas.<br />
209
Junto al lugar de los hechos hay un módulo sanitario de la SAGARPA que fue retirado<br />
después del trágico suceso. Pasó al menos un año para que volvieran a colocarlo ahí y<br />
actualmente sigue dando atención.<br />
210
10. Exterminio en Allende<br />
La primavera del 2011 el crimen organizado perpetró la más grande<br />
masacre de los últimos tiempos en México: 300 personas fueron<br />
ejecutadas a plena vista de todo un pueblo en Coahuila<br />
Aunque ocurrió el 18 de marzo del 2011, cuando un comando de<br />
sicarios inició horas de aniquilación de amigos y familiares de dos<br />
jóvenes que traicionaron a Los Zetas, ejecutando a más de 300 personas<br />
a la vista de todo el pueblo y las autoridades, es hasta tres<br />
años después cuando el caso se revela.<br />
Se dice que los cuerpos fueron trasladados en autobuses a algunos<br />
penales de Coahuila, donde fueron “cocinados” para desaparecerlos.<br />
En la misma región, a mediados de este 2014 en Piedras<br />
Negras presuntamente hubo una “Narcocumbre” en la que los líderes<br />
de los principales cárteles de la droga se repartieron el País.<br />
Click ver video<br />
211
Un parche<br />
La mayoría de estos textos fueron terminados durante el primer<br />
trimestre del 2014, cuando la agenda nacional era dominada<br />
por el surgimiento de autodefensas en Michoacán; el noreste<br />
mexicano se encontraba en relativa calma –incluso muchas de<br />
las ciudades de Tamaulipas–, y la violencia del crimen organizado<br />
empezaba a acrecentarse significativamente en la periferia<br />
del Estado de México.<br />
Muchos eventos y acontecimientos relevantes han ocurrido desde<br />
entonces, sin embargo en la mayoría de los casos se optó por no<br />
modificar las líneas aquí desarrolladas. Entre los hechos más importantes<br />
tenemos:<br />
• A partir del segundo trimestre Tampico, Reynosa, Nuevo Laredo,<br />
San Fernando y muchas otras ciudades tamaulipecas fueron<br />
azotadas por los criminales como ocurría antes del 2013.<br />
• 2 de mayo.- El EZLN y Frayba, entre otros, denunciaron el ataque<br />
a bases zapatistas en La Realidad, donde asesinaron a José<br />
Luis Solís López, a quien conocían como “Galeano”. Esto provocó<br />
la suspensión de actividades que se preparaban para junio en Los<br />
Caracoles.<br />
Marcos lanzó el 25 de mayo un comunicado en el que además<br />
de declarar la extinción del personaje que creó desde el 94 y que<br />
a partir de ese momento adquiría el nombre de “Subcomandante<br />
Galeano”, rompió con los medios de comunicación.<br />
Su determinación, dijo, está basada entre otras cosas por la insensibilidad<br />
de los periodistas ante la muerte de Solís López, sobre<br />
todo, restregó el Subcomandante, porque “Galeano” fue por muchos<br />
años el enlace entre los comunicadores y el EZLN: fue quien<br />
212
atendió, guió y cobijó a aquellos que llegaron a la selva buscando<br />
información y entrevistas. Ante su muerte, reprochó Marcos, sólo<br />
encontró silencio y una insultante indiferencia.<br />
• En junio se llevó a cabo una “narcocumbre” en la que los principales<br />
cárteles de la delincuencia organizada se repartieron el territorio<br />
nacional. Este cónclave criminal se llevó a cabo en Piedras<br />
Negras, a uno cuantos kilómetros de Allende, Coahuila, lugar aún<br />
desolado por la masacre de los 300.<br />
A esa reunión acudieron Rubén o Nemesio Oceguera Cervantes,<br />
“El Mencho”, del cártel de Jalisco “Nueva Generación”; Vicente Carrillo<br />
Fuentes, “El Viceroy”, del Cártel de Juárez; Alejandro u Omar<br />
Treviño Morales, “El Z42”, cabeza de Los Zetas, y otro hombre<br />
identificado como “El Z43”. También estuvo Fausto Isidro Meza,<br />
“El Chapo Isidro”.<br />
• Se acusa al Ejército Mexicano que realizar una ejecución sumaria<br />
de 22 personas –acusadas de pertenecer al crimen organizado– el 30<br />
de junio en Tlatlaya, Edomex. Se dice que les sembraron armas.<br />
•La Corte de Estados Unidos declaró no culpable al ex presidente<br />
Ernesto Zedillo Ponce de León por la matanza de Acteal. Un juez<br />
del Distrito de Connecticut dictó la sentencia el pasado 18 de julio.<br />
•1 de septiembre.- El presidente Enrique Peña Nieto anuncia<br />
un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México… la resistencia de<br />
Atenco toma de nuevo los machetes.<br />
• El 26 de septiembre elementos de la Policía de Iguala, Guerrero,<br />
atacan a un grupo de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa,<br />
mueren tres y desaparecen 43 que hasta el pasado 20 de octubre<br />
no habían sido encontrados. Relatos de algunos sobrevivientes<br />
aseguran que fue una masacre cometida por elementos policiacos,<br />
213
quienes entregaron a los sobrevivientes al crimen organizado. Se<br />
vincula a autoridades municipales y se tienen elementos para suponer<br />
que el Alcalde de Iguala usó a sicarios para desaparecer a<br />
los normalistas.<br />
Cuando los esfuerzos presidenciales se enfocaban en Michoacán,<br />
el pasado 4 de febrero nos dirigíamos a documentar la masacre de<br />
El Charco. Allí Bruno Plácido Valerio, líder de la Unión de Pueblos<br />
y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), nos concedió<br />
una entrevista luego de una asamblea en el poblado de Ocotito<br />
para instalar la autodefensa en esa zona.<br />
Bruno advirtió entonces que el crimen organizado y el narcopoder<br />
se estaban agudizando en ese estado y señaló que aunque<br />
el Gobierno Federal estaba obligado a atender el asunto de<br />
las autodefensas michoacanas, no podía descuidar Guerrero,<br />
pues ahí había asuntos por estallar. Dijo tener cinco mil hombres<br />
armados para realizar esa labor de vigilancia y prevención<br />
del delito, e hizo un llamado a que les permitieran el avance de<br />
las policías comunitarias.<br />
Ese día, nos pidió difundir el hallazgo de una fosa cerca de Ocotito,<br />
pero señaló que Guerrero estaba infestado de panteones clandestinos<br />
donde el crimen organizado desaparecía a sus víctimas. Siete meses<br />
después Bruno y sus policías son –hasta el cierre de este documento–<br />
los principales grupos de búsqueda de los normalistas, en su paso<br />
descubrieron muchas fosas y están amenazados por el crimen organizado<br />
para que detengan ese operativo de rastreo.<br />
Las protestas en todo el País crecen exponencialmente a la par con<br />
la condena internacional por el caso, se pidió la disolución de los Poderes<br />
en Guerrero, se formó una comisión legislativa federal y varias<br />
alcaldías fueron tomadas violentamente por grupos inconformes.<br />
214
•El 10 de octubre detuvieron en Torreón a Vicente Carrillo Fuentes,<br />
líder del Cártel de Juárez, quien tenía en La Laguna su refugio<br />
desde hace más de 20 años, en que habitaba en el lugar de manera<br />
intermitente.<br />
• 11 de octubre.- En medio de la crisis por los normalistas y el<br />
caso Tlatlaya, el presidente Peña Nieto calificó la violencia en que<br />
está sumido el País como “barbarie” (el título del Capítulo IV de<br />
este libro fue decidido desde enero de este año).<br />
•14 de octubre.- Un alumno de tercer grado de la Secundaria No.<br />
5 “Otilio González” en Saltillo asesina a otro a navajazos durante<br />
una riña. Uno de los innumerables casos de violencia escolar que<br />
azotan al País.<br />
• 16 de octubre.- “Valor por Tamaulipas” denuncia el asesinato<br />
de su colaboradora María del Rosario Fuentes Rubio a manos del<br />
crimen organizado un día antes. La doctora y tuitera habría sido<br />
amenazada semanas antes para no denunciar actos criminales.<br />
• 17 de octubre.- Luego de ocho años, la Procuraduría General de<br />
Justicia del Estado de México detiene y pone a disposición de un juez<br />
a 20 personas, entre servidores públicos y ex funcionarios, acusados<br />
de “tortura por omisión, tortura equiparada y encubrimiento” por la<br />
violencia policiaca en San Salvador Atenco en el 2006.<br />
• 18 de octubre.- Medios de comunicación nacionales señalan la<br />
existencia de un informe de Inteligencia nacional en el que se advierte<br />
que tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa<br />
se inició un movimiento guerrillero que está aglutinando a 11 de<br />
los grupos más radicales de Guerrero.<br />
• 23 de octubre.- Ángel Aguirre pide licencia para separarse como<br />
Gobernador del Estado de Guerrero.<br />
215
#Soydel68<br />
Soy del 68 y cuando apenas creía valorar plenamente los regaños<br />
y consejos de mis padres y las anécdotas de mis abuelos tengo que<br />
asimilar las formas de comunicación de mis hijos; cuando terminaba<br />
por aceptar que nada sustituye una conversación cara a cara y<br />
que nuestras palabras y un apretón de manos deben honrarse con<br />
los actos, debo sumarme a la realidad de socialización que el internet<br />
impone.<br />
Nací en los tiempos de evasiva mirada que hoy no recuerda y<br />
me alcanzó la generación del desinterés. Si para contemporáneos<br />
y mayores Marcos es un payaso, los jóvenes y los adolescentes más<br />
lo identifican como un mutante de la última entrega de la saga de<br />
“X-Men”; para la mayoría de ellos los pasamontañas de guerrilleros<br />
y autodefensas no son diferentes de los que usan los sicarios del<br />
crimen organizado.<br />
Ni hablar de discernir que se trata de hechos en que no hay absolutamente<br />
buenos ni absolutamente malos, y que toda explicación<br />
debe ir acompañada de las distintas voces que involucra.<br />
Cohabito con aquellos que sabían lo que no querían y los que no<br />
saben lo que quieren. El híbrido en el que estoy incluido tiene tantas<br />
o mayores dispersiones que ambos.<br />
Sin embargo, la historia nos recuerda que en cada momento ha<br />
habido espacio para la contracorriente y eso es lo que mantiene,<br />
216
aunque sea como un suspiro, las múltiples realidades.<br />
Comienzo a entender lo emblemático del año en que nací,<br />
pero principalmente de la generación a la que pertenezco. El 68<br />
es el punto culminante de una rebelión generalizada en nuestro<br />
sistema de activismo ciudadano motivado por la inconformidad<br />
hacia las políticas públicas, independientemente de si tenían<br />
razón o no.<br />
Las siguientes décadas hemos estado más preocupados por<br />
tener qué comer, por alcanzar y mantener lo que interpretamos<br />
como calidad de vida y últimamente por sobrevivir (literalmente<br />
hablando).<br />
¿Cómo decirles a nuestros jóvenes que los ciudadanos somos<br />
responsables de esa ansiedad perturbadora que heredamos a sus<br />
hijos cuando escuchan la detonación de fuegos artificiales y del<br />
escape de algún viejo vehículo<br />
Que cuando algún compañerito de salón convierte el acoso en<br />
un acto criminal y hasta de delincuencia organizada, lo hace a<br />
imagen y semejanza de la sociedad que hemos construido todos<br />
estos años.<br />
Vivo los años de mayor conciencia informativa sobre causas y<br />
efectos tanto de males como de privilegios, pero siempre será más<br />
difícil hacerse cargo de la responsabilidad propia: la complejidad<br />
ideológica es tan causante como la simplicidad del pragmatismo<br />
que nos mueve y en consecuencia nos tiene sumidos en la peor<br />
crisis de seguridad del México posrevolucionario.<br />
Así cada día estamos más alejados del “Club de Norteamérica”<br />
y más atrapados en el mayor éxodo de niños en la historia por la<br />
crisis humanitaria en América Central.<br />
Hoy, en este punto cardinal momentáneamente el pulso vuelve a<br />
217
marcar ritmo; escampa y se vuelve a soñar con una vida… incluso<br />
hasta se puede velar a nuestros muertos, algo que estuvo “prohibido”<br />
algunos años. Es tiempo de recuento y de búsqueda, de abrir<br />
cortinas.<br />
A la par, las pesadillas que nos tenían atrapados en el noreste<br />
carcomen otras horas de sueño que tarde o temprano nos alcanzan<br />
en el espejo, en lo que pareciera un infinito insomnio desolado.<br />
Ese despiadado depredador está agazapado, esperando cualquier<br />
oportunidad, al igual que la ilusión por encontrar el camino a la<br />
paz interior, al origen.<br />
Nada que no nos haya mostrado ya desde 1950 el maestro Octavio<br />
Paz en su extraordinario ensayo El Laberinto de la Soledad.<br />
#Soydel68 tengo 46 años y aún sueño con cinco minutos de<br />
fama; el que estas últimas líneas tengan un receptor cumple ya mi<br />
anhelo… o tal vez no.<br />
De lo que sí estoy seguro es que por este trabajo tropecé con muchas<br />
cosas por las cuales cobré conciencia, lo que resulta bastante<br />
incómodo. ¿Cómo lo resolveré No tengo idea.<br />
¿Serviría de algo decir que en realidad este ejercicio fue concebido<br />
sólo desde el punto de vista profesional Que no he buscado<br />
notoriedad poniendo en riesgo la integridad; que las anécdotas<br />
periodísticas relatadas son insignificantes comparadas<br />
con las de muchos compañeros; que nunca me han interesado<br />
cinco minutos de fama y tan sólo quiero comprobarme a mí mismo<br />
que he aprendido algo en esta profesión, que puedo llamarme<br />
un buen reportero.<br />
No, no creo que sirva de algo. Más bien suena a un intento patéticamente<br />
desesperado por generar empatía.<br />
218
En todo caso trataré de seguir predicando con el ejemplo para<br />
los consejos que doy a mis hijos y confío que en algunos años más<br />
a mis nietos.<br />
Sólo espero que no resulte como cuando tras nacer el primero de<br />
mis hijos decidí vencer el pánico extremo a las inyecciones, ya entrados<br />
los 27 años de edad. Desde entonces los he llevado cada que<br />
puedo a mis aplicaciones para demostrarles que una vez vencido<br />
el temor, el dolor es mínimo comparado a cuando endurecemos el<br />
músculo… hoy puedo decir que terminé con las nalgas pinchadas<br />
a más no poder y los tres siguen haciendo todo lo posible –a veces<br />
hasta lo imposible e inimaginable– para no dejarse inyectar.<br />
“Vivimos, como el resto del planeta, una<br />
coyuntura decisiva y mortal, huérfanos de<br />
pasado y con un futuro por inventar. La<br />
Historia universal es ya tarea común. Y<br />
nuestro laberinto, el de todos los hombres”.<br />
219
CORAZÓN, RIÑÓN Y BOFE: Para mis 4. Para mis padres Rosario y<br />
Raymundo. Mis hermanos Raymundo y Margarita;<br />
Raquel y Carlos; Raúl y mis sobrinas.<br />
Para los Almaguer Salazar: Cesáreo y Olga; César y Betty;<br />
Javier y Vivy; Olguita y Christian.<br />
VITAL INSPIRACIÓN: Don Miguel Reséndez Mancha y Rosario<br />
Estrada Guerra, quienes a sus más de 90 años son siempre<br />
más lúcidos e íntegros que yo.<br />
220
Reverencia y abrazo<br />
Para este trabajo se usaron referencias y estadísticas publicadas<br />
por VANGUARDIA y otros medios de comunicación en web. Se<br />
guardó el anonimato de algunos involucrados por cuestiones de<br />
seguridad y a petición expresa.<br />
Estas líneas fueron posibles gracias a la guía de algunas fuentes<br />
de aprendizaje como la ex pareja de Marcos, Gita, Carlos Arredondo,<br />
Óscar Wong, Armando Leal Ríos, Federico Jordán y el periodista<br />
Ciro Gómez Leyva.<br />
Elio Henríquez nos iluminó por senderos zapatistas, así como la<br />
historiadora Adela Cedillo. Al igual que en los caminos de Guerrero<br />
y Atenco lo hicieron Genaro Vázquez (hijo de otra de las grandes<br />
leyendas guerrilleras), Marcial Leobardo y Julio Leocadio Castro.<br />
Gracias a todos ellos de parte del equipo de VANGUARDIA encabezado<br />
por Armando Castilla Galindo y la Sra. Diana Galindo de<br />
Castilla.<br />
APOYO EN TEXTOS DE CRÓNICAS: Kowanin Silva, “F”, Jesús<br />
Castro, Alejandro Montenegro e Ignacio Alvarado Álvarez. Los dos<br />
primeros han tenido que salir de Coahuila por protección más de<br />
un par de ocasiones ante amenazas en los últimos cinco años. Castro<br />
fue secuestrado por dos días en el 2008; lo liberaron en un ejido<br />
de Concepción del Oro, Zacatecas. Ignacio fue benévolo y permitió<br />
incluir sus textos en este trabajo.<br />
221
No, porque vomito<br />
Hace casi 10 años que enfrenté por vez última a esas “bestias salvajes”.<br />
Ese día hice un gran esfuerzo por no vomitar en los interminables<br />
tres minutos. Tan pronto pudo, Juany me quitó de los<br />
brazos a Aldo que entonces tenía dos años, y yo luchando por no<br />
caer al piso, pues todo me daba vueltas, conseguí sentarme en una<br />
banca.<br />
Hace ya una década que no desafío a ese deporte extremo al que<br />
muchos cándidamente llaman “Carrusel de Caballitos”.<br />
Mientras me recuperaba y los demás no paraban de reír, buscaba<br />
una explicación a esos síntomas, sobre todo recordé un pasaje de<br />
1992 por el que me parecieron más incomprensibles mis náuseas en<br />
ese momento: El Fiscal Especial para el Cártel del Golfo de la PGR,<br />
Fernando Domínguez Jaramillo, hizo una invitación al periódico<br />
para llevar a un reportero a Pico La Muralla, en la sierra de Galeana,<br />
Nuevo León, donde habían descubierto plantíos de mariguana.<br />
La salida sería el domingo 2 de agosto por la mañana desde el<br />
destacamento de la Policía Federal de Caminos (PFC) ubicado en<br />
Linares, a donde yo casualmente iría a una fiesta de graduación de<br />
la Facultad de Ciencias Forestales de la UANL la noche del viernes,<br />
si mal no recuerdo.<br />
Como ninguno de mis compañeros reporteros quería ir y yo estaría<br />
allá, me asignaron la cobertura. Cuando nos divertíamos en<br />
el baile ya cerca de la media noche recibí una llamada del Fiscal,<br />
quien me decía que se adelantarían las cosas para el sábado al mediodía.<br />
Ante esto, como a las 05:00 horas fuimos a desayunar.<br />
Poco después de las 06:00 horas, cuando aún no terminábamos<br />
el plato y seguíamos conversando, dos agentes federales llegan a<br />
nuestra mesa y me dicen que tenemos que irnos ya, que todo se<br />
222
adelantaba aún más pues querían que saliera en los primeros viajes<br />
antes de las 08:00 horas.<br />
Sólo fui a cambiarme de ropa al hotel, tomé mi Canon y subí a la<br />
camioneta que nos llevó a la PFC, donde nos explicaron que harían el<br />
traslado en varios viajes ya que el helicóptero sólo podía llevar a dos<br />
pasajeros y el equipo a la vez. Contrario a lo que me habían dicho, mi<br />
turno sería el último, así que aproveché para dormir en la camioneta<br />
esperando el llamado, que llegó casi al mediodía.<br />
Nunca me había subido a un helicóptero y tenía como seis años<br />
de no viajar en avión, entonces la única explicación que encuentro<br />
para haber entrado en esa nave, que además por la maniobras ni<br />
puertas tenía en la parte trasera de la cabina, es que la fiesta de la<br />
noche aún estaba en mi cabeza.<br />
Conmigo iba el comandante Luis Mendoza Romero, de la entonces<br />
Policía Judicial Federal, encargado del operativo, y nos dijeron<br />
que por ser el último viaje llevaríamos también víveres y armas<br />
para el equipo que ya estaba allá arriba.<br />
Al llegar a la punta de la sierra la nave hizo maniobras de reconocimiento<br />
que yo aproveché para, con medio cuerpo de fuera,<br />
tomar fotos desde lo alto. El helicóptero desciende y cuando estábamos<br />
a menos de cuatro metros del piso pegaron fuertes ráfagas<br />
de viento; por eso y la pendiente del terreno de pronto piloto y copiloto<br />
voltean hacia nosotros alarmados y algo nos dicen mientras<br />
señalan con los pulgares apuntando hacia abajo.<br />
Debido al ruido del motor y porque a sus 64 años al comandante<br />
Mendoza le fallaba un poco el oído, y por mi trance medio “happy”,<br />
ninguno de los dos entendimos lo que nos decían, pero tampoco<br />
hizo falta pues la señal con el pulgar sí fue muy clara: cada<br />
quien de su lado nos colgamos de los estribos de la nave y nos<br />
223
soltamos. El primero en caer es el Comandante, quien rueda más<br />
de 20 metros colina abajo y se impacta contra un árbol. Yo le sigo<br />
y me cachan tres agentes federales. El helicóptero se aleja rápidamente<br />
con desplazamientos irregulares.<br />
Tan pronto confirman que estamos bien –Mendoza resulta con<br />
golpes fuertes en la cabeza y piernas, pero nada de gravedad– el<br />
Fiscal Especial estalla en cólera:<br />
¿Qué les pasa pendejos ¿Por qué hicieron eso ¿Tan locos o qué<br />
chingados<br />
Pues los pilotos nos dijeron que nos bajáramos, contesté.<br />
Baboso, el piloto les decía que no podía bajarlos a ustedes por el<br />
viento y que sólo arrojaran la comida y las armas, porque era muy<br />
peligroso.<br />
Upsss.<br />
Fueron cuatro jornadas de una extraordinaria e inolvidable experiencia,<br />
con hermosos paisajes, muestras de gran compañerismo<br />
con los 12 agentes federales, balazos ¡y un chingo, pero un chingo<br />
de frío por las noches! Hasta que nos rescató un grupo de 36 militares<br />
que habían enviado. Los medios dieron cuenta de la historia,<br />
que además debe estar en los expedientes de la PGR: Reportero y<br />
12 agentes federales se pierden en la sierra ante el acecho de narcotraficantes;<br />
se reportan enfrentamientos. Así fue como se enteró<br />
mamá de por qué no había llegado a dormir.<br />
Pudiera contar ésta como la primera oportunidad para cierto<br />
reconocimiento, pero ¿cómo hacerle, ¿decir que de la fiesta, aún<br />
en etílica alegría me subí a un helicóptero y por eso me aventé de<br />
la nave<br />
Además, con toda razón cualquier norteño sabiamente diría:<br />
“Pedo no vale”.<br />
224
EITSSS<br />
MARCACIÓN PERSO-<br />
NAL. Aquí la prueba del<br />
hostigamiento al que<br />
sometí al Subcomandante<br />
Moisés, máximo<br />
vocero del EZLN, en<br />
el Congreso Nacional<br />
Indígena del 2013, de<br />
quien no me despegué<br />
ni un momento durante<br />
las dos jornadas. Al<br />
final, a regañadientes<br />
me recibió una carta<br />
para Marcos.<br />
RAZA DEL VERANO DE 1988… luego de 26 años en “terracería”. Aquí algunos: Edmundo<br />
Crespo Ruiz, Gil Jesús Chávez Hernández, Gabriel de la Garza Gil, Carlos Alberto Velázquez<br />
Alvarado, Víctor Alemán, Gerardo de la Torre Rangel, Gilberto Valdez González,<br />
César Sánchez Novoa y Sergio Lozano García, pero el grupo lo completan Leonardo Ejidio<br />
Torre Cepeda y Jhonny Velasco Veliz. Espero mínimo una carne asada por el saludo.<br />
225
Germán Yáñez González, hijo de la leyenda guerrillera, saluda a su tío Fernando en la<br />
“Casa de Todas y Todos”, luego de muchos años de no verse. El “Comandante de comandantes”<br />
le ofrecía unos ricos tamales.<br />
Los días en agosto de 1992 en Pico La Muralla, Sierra de Galeana, Nuevo León, fueron<br />
una gran experiencia. Esta es la nave del traslado.<br />
226
Elio Henríquez platica con el “Comandante David” durante la partida a la “Escuelita<br />
Zapatista”.<br />
227
Los niños de El Charco aceptan divertidos la propuesta de selfie que les hace Luis Salcedo<br />
desde su Mac. Al fondo los salones donde ocurrió la matanza hace 16 años.<br />
228
Esta fue la cena de gala en Ovenitk: Pizza Zapatista, agua de tamarindo y café. Todo un<br />
éxito durante la celebración.<br />
229
BELLEZA EN LA DUELA.- Ella es Juliana, la colombiana que “se llevó el juego” en el partido<br />
de basquetbol inaugural. Aquí a punto de partir al Caracol de Morelia.<br />
230
Un grupo de extranjeras disfruta de la música desde lo alto, durante los festejos en<br />
Oventik.<br />
En San Cristóbal de las Casas, Gita convoca al Cosmos para sanarnos. Aquí con Alejandro<br />
Tomatsu.<br />
231
Bruno Plácido anticipó desde febrero la gran catástrofe en que estaba sumido el Estado<br />
de Guerrero. Cerca de Iguala, entonces me dijo que había fosas clandestinas por todos<br />
lados, en las que el crimen organizado desaparecía a sus víctimas.<br />
En una de las primeras pláticas<br />
con Jaime Martínez Veloz.<br />
232
¿Operación secreta<br />
¡Bah! Esta jovencita de<br />
16 años (hija de X) me<br />
descubrió tan pronto<br />
entré al Caracol.<br />
Roco se comprometió a darle<br />
mi carta a Marcos. Por mi<br />
insistencia, seguramente se<br />
quedó pensando en que era<br />
un desquiciado fan del Subcomandante.<br />
Como cualquier otro turista<br />
¡Claro que me las compré!<br />
Ya sé, ya sé. Nunca las voy a<br />
llenar.<br />
233
Click ver video<br />
Ensayando en el Congreso Nacional Indígena del 2013.<br />
Al pie de la reja principal de<br />
su propiedad hay dos machetes<br />
grabados en la banqueta;<br />
es una mañana fresca y un<br />
hombre con gorro de estambre,<br />
huaraches y chamarra se<br />
afana a la escoba con la que<br />
barre despacito, muy despacito.<br />
Es Ignacio del Valle, emblemático<br />
líder de la resistencia<br />
en San Salvador Atenco, quien<br />
fingió ser otra persona para<br />
evitar la entrevista. Afirmó que<br />
los “patrones” de la casa no se<br />
encontraban.<br />
234
En uno de los amaneceres en “el último rincón de la Patria”, un grupo de indígenas espera<br />
a su desayuno en Oventik.<br />
¡SALUD! Una refrescante e inolvidable tarde de tragos con Alejandro Solalinde.<br />
235
CRONISTAS, EL CLICK E IMPULSO:<br />
Armando Castilla<br />
Galindo, CEO de<br />
vanguardiamx.<br />
Siempre por una mejor<br />
sociedad. Periodismo y<br />
tecnología en mi ADN.<br />
Alejandro Tomatsu,<br />
reportero gráfico en<br />
vanguardiamx desde el<br />
2009. Mirada y corazón<br />
puestos en Chiapas<br />
desde el 2000.<br />
Jesús Castro Gallegos,<br />
reportero y editor en<br />
vanguardiamx. Apasionado<br />
del periodismo y<br />
contador de historias;<br />
aborrezco el autoritarismo<br />
y la censura.<br />
Desde hace 12 años<br />
comprometido con una<br />
sociedad informada,<br />
inteligente y despierta.<br />
Alejandro Montenegro,<br />
reportero coahuilense<br />
forjado en la ética.<br />
Partidario de un periodismo<br />
objetivo, comprometido<br />
con la sociedad<br />
y sin intereses.<br />
Kowanin Angélica Silva<br />
Máynez, reportera en<br />
busca permanente de<br />
historias extraordinarias.<br />
Originaria de<br />
Chihuahua. Actualmente<br />
es Jefa de Redacción en<br />
vanguardiamx, editora<br />
de Semanario, fotógrafa<br />
y documentalista en<br />
proceso.<br />
Luis Salcedo, Coordinador<br />
de Fotografía. En<br />
vanguardiamx desde<br />
1992. Apasionado<br />
por las imágenes y la<br />
historia que seguimos<br />
escribiendo.<br />
Ignacio Alvarado Álvarez,<br />
periodista con más<br />
de 20 años de experiencia.<br />
Transita libremente<br />
en tiempo y espacio.<br />
236
Elaborado en la Redacción de VANGUARDIA, en<br />
Saltillo, Coahuila, a octubre del 2014.<br />
237
EL AUTOR<br />
Ricardo Mendoza Reséndez<br />
@ricardomrep<br />
Regio nacido el 25 de mayo de 1968.<br />
Deambula por las redacciones desde<br />
1989. Ha tenido la oportunidad de<br />
colaborar en Monterrey para los<br />
periódicos La Moneda, El Porvenir<br />
y El Norte, como reportero, editor y<br />
coordinador editorial.<br />
En Saltillo para los periódicos<br />
Palabra y VANGUARDIA, donde se<br />
desempeña como Director Editorial<br />
desde mayo del 2008.<br />
Es mal conversador y peor<br />
publirrelacionista.<br />
238
“Somos los mismos de hace 500 años, de hace 44 años, de hace 30 años, de hace 20<br />
años, de hace apenas unos días. Somos los zapatistas, los más pequeños, los que<br />
viven, luchan y mueren en el último rincón de la patria, los que no claudican, los que<br />
no se venden, los que no se rinden”.<br />
Subcomandante Marcos<br />
Diciembre de 2012<br />
239