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La cómoda<br />

inconsciencia<br />

2


VANGUARDIA<br />

©2014 Ricardo Mendoza Reséndez<br />

Primera Edición<br />

Colaboración en textos: Jesús Castro, Ignacio Alvarado y<br />

Alejandro Montenegro.<br />

Postproducción de videos: Reginaldo Chapa, Elí Vázquez,<br />

César Gómez y Ángel Bosques.<br />

Ilustración de portada: Federico Jordán.<br />

Diseño: Juanita Gallegos, Víctor González y Pablo Granados.<br />

Fotografía del autor: Luis Castrejón.<br />

Hecho posible por: vanguardiamx<br />

3


“El descubrimiento de nosotros mismos se<br />

manifiesta como un sabernos solos; entre el mundo<br />

y nosotros se abre una impalpable, transparente<br />

muralla: la de nuestra conciencia.<br />

…Pero el exilio, la expiación y la penitencia deben<br />

preceder a la reconciliación del hombre con el<br />

universo”.<br />

OCTAVIO PAZ, El Laberinto de la Soledad, 1950.<br />

4


ÍNDICE<br />

Prólogo 8<br />

CINCO minutos 12<br />

Otra oportunidad 20<br />

Capítulo I.- Génesis de la rebeldía 22<br />

A mi inconsciencia 24<br />

Cuentas de vidrio 30<br />

Expiación 30<br />

Bata Blanca y conciencia subversiva 32<br />

- Ateneísta de corazón 33<br />

- El maestro 34<br />

- Pagan con sangre 35<br />

- “Todo sigue igual”: Raúl Vera 38<br />

Casta guerrillera 40<br />

- Nogal de Monclova 41<br />

- La ideóloga rusa 45<br />

- En las entrañas 46<br />

- La ausencia 47<br />

- Alcancía zapatista 50<br />

Breve historia de una sombra 51<br />

Capítulo II.- Vacío errante 66<br />

Sólo una entrevista 68<br />

- En mis narices 73<br />

El Pajarraco tocado por Dios 73<br />

Las aulas subversivas 77<br />

5


Palabra de profesor 78<br />

“Divina” sublevación 84<br />

- El aguerrido Vera 85<br />

- Obispos gestaron la guerrilla 87<br />

La “muerte” de Marcos, el gran actor 89<br />

El cáncer que corroe al Subcomandante 90<br />

- La profunda tristeza 95<br />

- Esgrima 96<br />

Carta íntegra a Marcos 97<br />

- El abismo 99<br />

- La pipa 100<br />

- Adiós 101<br />

- Arte y guerra 102<br />

Capítulo III.- Oventik: Fuego y muerte<br />

en el Corazón Zapatista 105<br />

A mis 46 107<br />

-De fiesta 109<br />

El Fin del Mundo 109<br />

Los Caracoles 111<br />

Jueves: “No”, es “no” 113<br />

Viernes: La llave 115<br />

-Verbena 117<br />

Sábado: Batalla en la duela zapatista 122<br />

Solemnidad 130<br />

-El bailongo 132<br />

Domingo: Último amanecer 136<br />

Regreso 137<br />

¿Miopía 139<br />

6


Capítulo IV.- La raíz de la barbarie 141<br />

La sangre que nos alcanza 143<br />

-Sin palabras 145<br />

10 momentos que jodieron a México 147<br />

1. Emboscada en el averno 154<br />

2. Masacre a los pies de Dios 160<br />

3. La barranca ensangrentada 167<br />

4. El despojo tiene alas; Atenco mancillado 173<br />

5. La atrocidad desgarra fronteras 179<br />

6. La doble desgracia 180<br />

- Recibimiento 182<br />

- Ofrece despensa, encuentra la muerte 184<br />

- Última llamada 185<br />

- Ni lo conozco 187<br />

- Sus dos hijos 188<br />

- A temblar 190<br />

7. La sierra sin Ley 191<br />

8. El infierno en Monterrey 200<br />

- La vida sigue 203<br />

9. Dantesco amanecer 205<br />

- Desde entonces, vivo con el miedo 206<br />

10.Exterminio en Allende 211<br />

Un parche 212<br />

#Soydel68 216<br />

Reverencia y abrazo 221<br />

No, porque vomito 222<br />

Eitsss 225<br />

7


PRÓLOGO<br />

La eléctrica inconsciencia<br />

POR CIRO GÓMEZ LEYVA<br />

Para un joven de 46 años, el primero de los 10 momentos que jodieron<br />

a México ocurrió apenas dos décadas atrás. En un vado de<br />

Guerrero de poético nombre: Aguas Blancas. Sería estéril, y por lo<br />

demás necio, abrir una excitada polémica sobre la línea de arranque<br />

del horror. ¿Por qué no comenzar la narrativa contemporánea<br />

en el cuartel de Maderas o Tlalixcoyan, para no hablar de los clásicos<br />

Tlatelolco o San Cosme ¿O en el mercado de Ocosingo, donde<br />

los perros callejeros hociqueaban entre los cadáveres de indígenas<br />

mal armados abatidos por soldados del Ejército mexicano ¿O en<br />

el aeropuerto de Guadalajara aquella tarde de confusiones y fuego<br />

cruzado ¿O en el mitin de Lomas Taurinas Polémica infecunda.<br />

Nadie se impondría. Así como cada quien en casa ve su propio programa<br />

de televisión, cada uno tiene en su particular libro un capítulo<br />

consagrado al punto de partida de la historia del dolor.<br />

No veo, en cambio, mayor controversia en la selección del momento<br />

11, aun por terminar de escribirse. La cómoda inconsciencia<br />

comienza a circular con 43 normalistas desaparecidos, otra vez en<br />

Guerrero, esa inagotable pila de barbarie. Aguas Blancas-Iguala-<br />

Ayotzinapa-Figueroa-Aguirre-policías estatales-policías municipales.<br />

¿Qué es distinto dos décadas después ¿Por qué la terquedad<br />

de un país para seguirse jodiendo infernalmente<br />

8


Pregunta a la que bien podría agregarse esta otra: si el verdadero<br />

cementerio es la memoria, como afirmaba el periodista<br />

argentino Rodolfo Walsh, ¿por qué nuestra terquedad en seguir<br />

contando muertos con tal obsesión Otro gran periodista argentino,<br />

Miguel Bonasso, decía que los muertos no saben venderse.<br />

No tienen buena imagen. No son modernos. Porque no hay nada<br />

más antiguo que un muerto, aunque haga un milésimo de segundo<br />

que se murió.<br />

La respuesta quizá pueda buscarse, como propone con sentido<br />

paciano Ricardo Mendoza, en una miserable combinación de dos<br />

incapacidades: una para salir de la orfandad de nuestro pasado;<br />

otra, para inventar un futuro en toda línea. Una dialéctica sencilla<br />

y a la vez muy complicada que va entretejiendo el avance, siempre<br />

con un ojo en el espejo retrovisor, de este libro de aventurada, pero<br />

al final venturosa estructura. ¿Qué tienen que ver el hiperrealismo<br />

de las batas blancas del doctor Margil Yáñez Martínez y su esposa<br />

Beatriz, con un surrealista juego de basquetbol en una plancha<br />

de cemento en un campamento del EZLN en Chiapas ¿O la casta<br />

guerrillera de los sesentas y setentas, con El Lazca y la violencia en<br />

Atenco en 2006, cuyas evidencias de abusos policiacos, por cierto,<br />

coinciden también con el cierre de esta edición<br />

Todo y nada. Nada, si se les mira como episodios estacionales.<br />

Todo, desde el continuo de la violencia plagada de adjetivos: idealista,<br />

represiva, revolucionaria, criminal, generosa, mercantil.<br />

Todo, desde el uso de la intimidación coercitiva. Todo, desde el<br />

ideal de la conquista del poder del Estado mediante una estrategia<br />

político-militar. Todo, desde lo que quepa entre el viejo marxismo<br />

y el estético #132. Todo, desde la pesadilla. Todo, desde la utopía.<br />

9


Libro de paradojas, a fin de cuentas.<br />

Y libro eléctrico, más que electrónico, que sacude desde la primera<br />

historia testimonial en primera persona del plural: la voz de<br />

Vanguardia en el episodio violento en contra de “F” y la ejemplar<br />

resistencia fraterna de un grupo de periodistas que se resistieron<br />

a darse graciosamente por vencidos.<br />

Libro que conmueve con pasajes como el de la carta de la mujer<br />

que nunca volvió a recibir un beso más tierno que aquel del<br />

Subcomandante Marcos; que golpea con las emotivas crónicas de<br />

Jesús Castro, Ignacio Alvarado o Alejandro Montenegro, sobre la<br />

tragedia de Marisela Escobedo, el infierno del Casino Royale o la<br />

dimisión de la inteligencia en El Charco (otra vez Guerrero), que<br />

sin que lo imagináramos entonces, cuando sentíamos tan cerca el<br />

desembarco en los puertos de la democracia, prefiguraría la masacre<br />

de Tlatlaya, ocurrida década y media después, en coincidencia<br />

también con el cierre de La cómoda inconsciencia.<br />

Y un libro, esencialmente, contra el poder del olvido. Ricardo retoma<br />

la cadena de conocimiento de los que se imponen la obligación<br />

de contar aquello que se ocultó, se escamoteó o se adulteró.<br />

Si una virtud ofrece un libro digital como este es la de seguirse<br />

escribiendo. Por eso yo no encuentro en el trabajo de Ricardo Mendoza<br />

una historia concluida, sino los prolegómenos de una narrativa<br />

que, tristemente, creo que apenas va cobrando plena forma. Y<br />

que requiere de textos así para que los futuros jóvenes no le reclamen<br />

orfandad testimonial a la generación #YoFui2014.<br />

La cómoda inconsciencia es desde sus crudas expediciones a<br />

la muerte y el dolor de los años recientes, una luz, una esperanza<br />

para ese futuro que nos queda por inventar, y que tal vez ya este-<br />

10


mos viviendo. Y que tal vez sea mucho más épico de lo que hoy alcanzamos<br />

a comprender. Épico en el sentido que proponía Joseph<br />

Brodsky. Épica que no termina nunca, ya que es centrífuga, como<br />

la incertidumbre.<br />

Parafraseando al filósofo e historiador Robin Collingwood, el<br />

periodismo, el buen periodismo, sirve para que una sociedad se<br />

conozca a sí misma. Conocerse a sí misma significa en primer lugar<br />

conocer qué es ser una sociedad; en segundo término, conocer lo<br />

que se supone ser el tipo de sociedad que se es; y en tercer lugar,<br />

qué supone ser el tipo de sociedad que se es y no otra. El conocerse<br />

a sí mismo significa conocer lo que no se puede hacer; y puesto<br />

que nadie sabe lo que puede hacer hasta que lo intenta, la única<br />

clave para saber lo que una sociedad puede hacer es la de lo que<br />

esa sociedad ha hecho.<br />

Con conciencia o con criminal inconsciencia.<br />

Ciudad de México, octubre de 2014<br />

11


CINCO minutos<br />

Tengo 46 años y aún sueño con cinco minutos de fama.<br />

Aquel 30 de mayo del 2011 estuve cerca. Si hubiera accedido a<br />

las entrevistas que desde la madrugada nos solicitaban los más importantes<br />

medios de comunicación nacionales y extranjeros, pude<br />

haber declarado:<br />

Pocos minutos después de las 23:00 horas de ayer domingo<br />

un cártel del crimen organizado atacó al periódico VANGUAR-<br />

DIA de Saltillo al negarnos a entregar la línea editorial. El atentado<br />

fue dirigido contra el Director Editorial y del Subdirector<br />

“F”, al lanzar explosivos a nuestros vehículos.<br />

El daño fue también a las instalaciones del periódico en momentos<br />

en que más de 20 personas trabajábamos en la edición diaria.<br />

Tras la explosión la empresa fue rodeada por al menos ocho sicarios<br />

fuertemente armados quienes nos tuvieron a su merced durante<br />

35 minutos, en los que ningún elemento policiaco o militar acudió<br />

al auxilio.<br />

Como antecedente, dos meses atrás “F” había sido levantado<br />

por poco más de una hora en que estuvo de rodillas, encañonado<br />

por el jefe de Los Zetas en Saltillo, quien me contactó telefónicamente<br />

para negociar su libertad; lo que se logró tras 10 minutos<br />

de diálogo.<br />

12


Durante el atentado de anoche, mientras el CEO de la empresa,<br />

Armando Castilla Galindo, vía telefónica trataba infructuosamente<br />

de pedir apoyo y afuera yo luchaba por convencer a los sicarios de<br />

que no nos hicieran daño, Kowanin Silva Maynez, Jefa de Información,<br />

y todo el equipo de trabajo siguieron adelante para cerrar<br />

edición.<br />

Esto sucede cuando nos llega información de que los principales<br />

líderes del cártel a nivel nacional viven en Coahuila y acaba de<br />

ocurrir una gran masacre en la zona norte del estado. Incluso hay<br />

videos en YouTube sobre fincas y casas incendiadas.<br />

¿Prometedor para la fama, verdad Confieso que hasta ensayé<br />

durante varias horas estos argumentos y para las 7 de la mañana<br />

del 30 de mayo estaba ya afeitado y vestido adecuadamente para<br />

las entrevistas por televisión. En los últimos años repetidamente<br />

había comprobado el grado de celebridad que podía alcanzar un<br />

periodista en este contexto.<br />

Iba a decir que no sé de reportero alguno que no sueñe con ser<br />

el centro de una conspiración o encontrar la gran nota o reportaje<br />

que lo lleve al reconocimiento aunque su vida esté en peligro –esto<br />

de “aunque” quizá deba cambiarse por el “debido a que”–, pero el<br />

anhelo de heroísmo está en cada persona que conozco, no sólo en<br />

los periodistas.<br />

Tuve que renunciar a cumplir esa oportunidad y no fue la ética,<br />

el profesionalismo ni nada parecido lo que principalmente me llevó<br />

a tomar la decisión. Fue el miedo.<br />

Bien dicen que una historia depende mucho de cómo se cuente.<br />

Otra forma de describir lo que ocurrió la noche del ataque ese domingo<br />

29 de mayo es ésta:<br />

13


Debido a una indisposición de salud del coordinador de<br />

cierre de edición, Felipe Rodríguez Maldonado, tuve que ir al<br />

periódico. Llegué en la camioneta de mi esposa Juany, la que<br />

pocas veces uso para ir al trabajo, y me estacioné frente a las<br />

instalaciones justo adelante del coche de “F”, quien había dejado<br />

el auto en un lugar en que también rara vez se colocaba. Es<br />

decir, los dos vehículos estaban en una zona donde nunca y en<br />

hora y día que no correspondía.<br />

Revisaba la portada de VANGUARDIA en la planta baja del<br />

edificio y “F” estaba en el segundo piso, cuando se escucha un<br />

gran estruendo, se cimbran las paredes y vidrios. Deberíamos<br />

estar acostumbrados a esto ya que desde el 2008 a diario documentábamos<br />

eventos de este tipo, como ocurría en todo el norte<br />

de México y para entonces habíamos atendido por lo menos 20<br />

situaciones de riesgo contra el medio y muchas otras directas<br />

contra algunos compañeros; unas reales, otras circunstanciales<br />

y algunas hasta mañosamente inventadas por colaboradores<br />

deshonestos, por lo que diseñamos un protocolo que desde entonces<br />

aplicamos.<br />

Pese a todo eso, al escuchar el estallido instintivamente corrí<br />

hacia afuera y fui el primero en estar en la calle; atrás de mí salen<br />

otros 10 compañeros. Frente al periódico hay oficinas de una dependencia<br />

de Gobierno y en esa acera un transformador de luz. Los<br />

primeros segundos parado a media calle nada tengo en la mente,<br />

simplemente observo una gran nube de polvo que cubre todo y me<br />

turban ensordecedoras alarmas de los coches (más de 10) activadas,<br />

lo que hace que en general se perciba un caos total.<br />

Por alguna razón que aún no entiendo trataba de convencerme<br />

14


que había tronado el transformador, pese a que había luz en las<br />

calles y edificios; nada distinto podía estar ocurriendo para mí.<br />

Cuando habían transcurrido unos cinco minutos, “F” –que para<br />

entonces ya estaba a mi lado– dice en voz baja Ya me chingaron el<br />

carro. El polvo no deja ver claramente y me acerco junto con él al<br />

vehículo estacionado a unos 50 metros de nosotros, ése que había<br />

comprado apenas dos meses antes.<br />

Efectivamente las llantas están ponchadas y todo es confusión<br />

en la calle, no entendemos qué pudo haber pasado y volteamos<br />

una y otra vez al transformador. Volvemos a la entrada del edificio.<br />

Al escuchar a mi compañero seguir lamentando que su carro<br />

fue dañado y tratar de hilar cómo el estallido de un transformador<br />

puede estar relacionado con eso, caigo en cuenta que estoy estacionado<br />

adelante de él.<br />

Al regresar a la camioneta veo a un pelón tirado de panza tomando<br />

fotografías con su BlackBerry, es un desconocido. Al levantarse<br />

distingo a un joven de unos 25 años, como 1.70 de estatura,<br />

pelo corto tipo militar, pantalón de mezclilla arrequintado, camisa<br />

excéntrica, botas exóticas, cinto piteado, cadenas y accesorios brillantes<br />

en las manos.<br />

Han pasado unos ocho minutos del estallido y lo confronto<br />

preguntándole quién es, qué hace y de dónde viene. Se para<br />

frente a mí y con voz pausada y terminante responde: De aquí.<br />

Vengo de aquí. Insatisfecho por la respuesta insisto con tono autoritario<br />

y creo que hasta coloqué mi mano en su hombro. Voltea,<br />

me mira fijamente y sin hablar me da la espalda para seguir<br />

tomando fotografías.<br />

¡Qué pendejo soy! Sólo hasta este momento entiendo lo que<br />

15


pasa. Por el paralizante terror que siento únicamente quedo callado<br />

observando cómo el desconocido toma fotos de los dos vehículos,<br />

la pared y el ventanal. Mi única reacción posible es, con voz<br />

baja y temblorosa, preguntarle qué fue lo que ocurrió.<br />

Fue una granada de fragmentación. Mira, la tiran aquí (señala un<br />

punto de la banqueta justo entre ambos vehículos); rebota y estalla;<br />

las esquirlas chingan la camioneta de atrás pa’ adelante; al carro<br />

de adelante pa’ atrás, en la pared y el aparador de vidrio. Checa<br />

los güjeros en la pared.<br />

En ese instante volteo hacia abajo, como él indica, y es cuando<br />

me doy cuenta que estamos parados sobre infinidad de fragmentos<br />

de vidrio.<br />

Somos Los Zetas; fueron estos cabrones del Cártel del Golfo los<br />

que aventaron la granada.<br />

Justo entonces una Journey blanca en la que viajan cuatro hombres<br />

con el mismo aspecto y con armas largas se para frente a nosotros;<br />

el pelón se acerca a ellos y dialogan por unos 20 segundos.<br />

Regresa conmigo.<br />

Aquí vamos a estar pa’ lo que se les ofrezca, por si regresan.<br />

La Journey arranca a vuelta de rueda y el pelón, aún a mi lado,<br />

hace señas a una esquina; no me percaté desde qué momento<br />

otros dos sujetos están parados a unos 15 metros de distancia, ambos<br />

armados y nos miran fijamente.<br />

Nada, no se nos ofrece nada, nunca les hemos pedido nada. Sólo<br />

que no nos hagan daño por favor, supliqué balbuceando. Quisiera<br />

describir qué más le dije, pero no puedo, no recuerdo mis atolondradas<br />

palabras.<br />

Sólo sé que le pedí a “F” y a otros compañeros que entraran al<br />

16


edificio y no dejaran salir a nadie. Yo me quedo en el lugar por<br />

puro instinto y paralizado por el miedo; llega Kowanin y le pido<br />

que se haga cargo de la edición.<br />

En cuanto a que “se decidió seguir con la edición del día”, tengo<br />

que aclarar que esto fue más bien un reflejo puro, pues no teníamos<br />

de otra ya que afuera estaba rodeado por pistoleros, ninguna<br />

autoridad nos respondía y la ciudad era un caos por balaceras por<br />

todos lados. Además, lo único que podíamos hacer era prepararnos<br />

para usar la salida de emergencia en otro extremo del edificio por<br />

si algo más ocurría; en todo caso era mejor mantener la mente ocupada<br />

que ponernos más histéricos aún.<br />

Me quedo afuera los siguientes 30 minutos con los “güevos en<br />

la garganta”, tratando de hablar telefónicamente con Armando y<br />

otras personas; los zetas acechaban el edificio de una esquina a<br />

otra; una camioneta más se suma con otros cuatro pistoleros. Luego<br />

de media hora, de pronto el grupo de sicarios sin decir nada se<br />

va en los dos vehículos.<br />

Menos de tres minutos después llega una patrulla municipal,<br />

luego la Marina, luego estatales, luego peritos, etc.<br />

¡Pinche Felipe! Yo debería de estar en la casa acostado, pero el<br />

cabrón tenía que enfermarse.<br />

Nada parecido a lo heroico este segundo relato, ¿verdad<br />

Esa noche no dormimos; analizamos el entorno, antecedentes,<br />

posibilidades y teorías; al final se decidió no hacer pronunciamiento<br />

alguno en las siguientes horas para medir el riesgo, esperando<br />

incluso algún tipo de contacto; procedimos como solíamos ante<br />

estas amenazas.<br />

Se tomó la determinación de sólo hacer público el ataque sin es-<br />

17


pecificar a quiénes afectó el granadazo ni especular sobre posibles<br />

autores; nuestro reclamo fue a la autoridad encargada de la seguridad,<br />

de garantizar el Estado de Derecho. Lo hicimos con un perfil<br />

institucional.<br />

No encontramos elementos para hacerlo de otra forma: Teníamos<br />

un par de meses de no recibir amenazas; no hubo advertencia<br />

previa y normalmente ese tipo de ataques van acompañados de alguna<br />

exigencia. No había identificado un grupo con características<br />

de querer controlar a los medios en la ciudad en esos momentos;<br />

además el vehículo mío y el de “F” estaban en ese lugar de manera<br />

circunstancial.<br />

Durante las horas previas al granadazo se habían registrado enfrentamientos<br />

en distintos puntos de la ciudad, lo que nos hacía<br />

suponer que fue un elemento distractor de los criminales para huir<br />

ante el acoso militar.<br />

Sobre el antecedente del levantón a “F”, debo aclarar que cuando<br />

el jefe criminal que tenía encañonado a mi compañero se comunicó<br />

conmigo, empecé a hablar atropelladamente pronunciando frases sin<br />

sentido y sólo pidiendo que lo dejara ir sin hacerle daño. A veces pienso<br />

en por qué nunca he querido volver a escuchar el audio de esa conversación.<br />

Estoy convencido que la firme intención del capo era sólo<br />

asustarnos y yo quizá hasta entorpecí la comunicación.<br />

Determinamos que por todo eso no podíamos asegurar siquiera<br />

que era un ataque del crimen organizado contra VANGUARDIA y<br />

menos debido al ejercicio periodístico. Exigimos que la autoridad<br />

investigara esta agresión e informara el motivo.<br />

De hacerlo de otra forma se corría el riesgo de que cualquier<br />

grupo criminal “nos cumpliera” lo del ataque directo al periódi-<br />

18


co o contra alguno de nosotros. Muchos meses después un grupo<br />

de sicarios fue detenido en Saltillo y confesó que la noche<br />

del atentado les había llegado un lanzagranadas y decidieron<br />

salir a probarlo; al pasar por VANGUARDIA lo activaron por diversión<br />

sin siquiera reparar que era contra el periódico. Eso fue<br />

lo que dijo la autoridad.<br />

Continuamente conversamos sobre eso y “F”, Kowa y yo bromeamos<br />

que debimos haber aprovechado para ganar fama mundial.<br />

¡Qué weyes! hasta estancias hubiéramos pedido en Estados<br />

Unidos o Europa. Entre broma y broma, lo sigo pensando algunas<br />

veces, pero bueno, nos ganó la culencia.<br />

Ricardo cumple 20 años este 2014; Abril 15 y Aldo tiene 11. Nunca<br />

he hablado con mis tres hijos sobre los detalles de lo ocurrido esa<br />

noche del 29 de mayo; aunque sé cuál de las dos versiones tendría<br />

que darles, admito que la otra alternativa siempre me tienta pues<br />

además nadie podría decir que no ocurrió de esa forma y hasta hay<br />

versiones que reforzarían el relato, por lo mismo no termino por<br />

decidir qué platicarles.<br />

La posibilidad de aparecer como un héroe ante tu familia es<br />

algo muy difícil de rechazar, al menos para mí casi imposible,<br />

sobre todo cuando no eres un virtuoso del deporte, las artes o<br />

las ciencias.<br />

Y va la vacuna: uno es rústico y elemental.<br />

Cuando de manera institucional se decidió por el perfil sobrio en<br />

la condena por el granadazo, mi opinión fue principalmente guiada<br />

por el temor a que algo malo le pasara a mi familia, a mamá, a<br />

mis hermanos. ¡Chingado, se presenta esta oportunidad y uno con<br />

familia!<br />

19


Aunque no hubo entrevistas a cuadro ni nada de eso, sí tuvimos<br />

contacto con muchos amigos periodistas de distintos medios<br />

nacionales y extranjeros, quienes dejaron en claro su solidaridad,<br />

tanto como el darnos cuenta que la gente del centro y<br />

sur de México veía los atentados en el norte como si fueran noticias<br />

de otro país.<br />

OTRA OPORTUNIDAD.- En el 2012 decidí realizar un reportaje<br />

sobre un tema que desde tiempos universitarios me ha inquietado:<br />

El Zapatismo. Tras documentarme y conocer que en el 2007 el<br />

máximo líder de ese movimiento, el Subcomandante Marcos, dio<br />

su última charla a algún medio de comunicación, entendí que una<br />

entrevista así significaría un gran logro profesional, pero también<br />

una meta personal que cerraría un círculo interno. Estábamos cerca<br />

del 20 Aniversario del levantamiento armado en Chiapas, por lo<br />

que este trabajo encajaba para destacar.<br />

Además, en la crisis de inseguridad por la que atraviesa el País<br />

había elementos que se cruzaban con el tema guerrillero de cierta<br />

forma. Bueno, habrá quien piense que esto último se hizo “con calzador”<br />

y sólo para explotar el morbo.<br />

A partir de entonces la documentación que inició en Chiapas<br />

me regresó sin imaginarlo no sólo a Monterrey, sino a la acera de<br />

enfrente de una casa a la que fui algunas veces; de allí a Coahuila<br />

en la Región Centro-Desierto y a Saltillo. En el viaje tropecé con la<br />

apertura de conciencia en zonas convenientemente apagadas en<br />

mi interior, empezando por descubrir y admitir un vergonzoso desconocimiento<br />

de lo que sucedió en mis propias narices.<br />

20


MAYO-JUNIO<br />

MAYO-JUNIO<br />

MAYO-JUNIO<br />

DEBATE<br />

De frente A<br />

lA CiuDADAníA<br />

VANGUARDIA será el escenario el próximo 7 de junio para que<br />

los cuatro candidatos a la Gubernatura expongan y confronten sus<br />

ideas de cara a la sociedad.<br />

El compromiso de los contendientes al Palacio Rosa con los coahuilenses<br />

debe ser el principal motor para que aprovechen la convocatoria<br />

a este debate y confirmen su asistencia.<br />

FOTOS: VANGUARDIA-CUARTOSCURO/ESPECIAL<br />

Miércoles 1 de junio de 2011 www.vanguardia.com.mx $ 10.00<br />

Año XXXV• SAltillo, CoAh.• hoy, 54 páginAS en 7 SeCCioneS • no. 12,898<br />

En el limbo<br />

información<br />

financiera<br />

Desde hace 7 meses los ciudadanos están a<br />

ciegas sobre estados financieros y contratos<br />

de obra pública y crediticios de la entidad, pues<br />

la Tesorería General del Estado y el SATEC<br />

incumplen con la Ley de Transparencia<br />

ÉDGAR GONZÁLEZ<br />

La información financiera de<br />

Coahuila no aparece disponible<br />

para los ciudadanos ni en el portal<br />

del Servicio de Administración<br />

Tributaria (SATEC) ni en<br />

la página de la Tesorería General<br />

del Estado, misma que quedó<br />

deshabilitada desde octubre de<br />

2010.<br />

VANGUARDIA publicó<br />

ayer que la transparencia sigue<br />

siendo una de las debilidades<br />

del Estado. Para muestra, la empresa<br />

consultora especializada<br />

aregional, en su más reciente<br />

estudio “Índice de Transparencia<br />

y Disponibilidad de la Información<br />

Fiscal de las Entidades<br />

Federativas”, colocó a Coahuila<br />

en el lugar 21 a nivel nacional, al<br />

igual que en 2010.<br />

De acuerdo con el estudio de<br />

aregional, no se localizó en las<br />

páginas electrónicas oficiales la<br />

información fiscal y económica,<br />

pero además el Instituto Coahuilense<br />

de Acceso a la Información<br />

(ICAI) fue señalado con falta de<br />

STAFF<br />

en TU eSCUela<br />

¡BúsquElo hoy!<br />

Falta. El portal del SATEC cumple<br />

sólo con seis de los 25 puntos<br />

obligatorios que dicta la Ley de<br />

Acceso a la Información Pública.<br />

autonomía.<br />

Este medio también consultó<br />

ayer la página electrónica del Gobierno<br />

de Coahuila, y corroboró<br />

que se incumple con la Ley de Acceso<br />

a la Información Pública.<br />

El Gobierno Estatal realizó<br />

una reforma a la Ley Orgánica<br />

de la Administración Pública en<br />

octubre de 2010, al desaparecer la<br />

Secretaría de Finanzas para convertirla<br />

en la Tesorería General<br />

del Estado, y dar paso también a<br />

El granadazo al periódico VAN-<br />

GUARDIA generó una ola de repudio<br />

e indignación tanto entre<br />

la sociedad coahuilense como en<br />

el medio periodístico nacional e<br />

internacional.<br />

El domingo pasado, a las 22:55<br />

horas, los vehículos de directivos<br />

de esta empresa y la fachada del<br />

edificio fueron atacados con un<br />

explosivo lanzado desde un automóvil<br />

en movimiento, sin que<br />

se registraran lesionados.<br />

El estallido, ocurrido mientras<br />

más de 50 colaboradores preparaban<br />

la edición para el lunes,<br />

causó daños en por lo menos tres<br />

vehículos, en V. Carranza y Chiapas,<br />

en la colonia República.<br />

La granada de fragmentación<br />

—confirmada después por elementos<br />

de la Marina— fue arrojada<br />

en una zona del edificio y a<br />

una hora en que algunos periodistas<br />

acostumbran tomar breves<br />

recesos.<br />

Tan pronto se registró el incidente<br />

se trató de hacer contacto<br />

con los servicios de emergencia,<br />

pero fueron inútiles las llamadas<br />

telefónicas… nadie contestó, ni<br />

siquiera el número 066 de “respuesta<br />

inmediata”.<br />

Así ocurrió por los siguientes<br />

20 minutos, sin respuesta alguna<br />

de cualquier autoridad, hasta que<br />

llegó una unidad de la Policía Municipal.<br />

Tras de ésta, elementos de<br />

la creación del Servicio de Administración<br />

Tributaria del Estado<br />

de Coahuila (SATEC).<br />

Desde esa fecha desapareció<br />

la información financiera pública<br />

que contenía la Secretaría de<br />

Finanzas, y aunque se ha habilitado<br />

una página electrónica para<br />

el SATEC, aún se incumple con<br />

la Información Pública Mínima<br />

que dicta la Ley de Acceso a la Información<br />

Pública.<br />

Además, la Tesorería General<br />

del Estado incumple de manera<br />

total con la Ley de Transparencia,<br />

pues su información pública<br />

mínima no aparece ni en el portal<br />

del Gobierno de Coahuila ni<br />

tampoco en el portal de transparencia<br />

de la entidad, en donde el<br />

SATEC cumple sólo con seis de<br />

los 25 puntos obligatorios.<br />

Sin embargo, el estudio de<br />

aregional que colocó a la entidad<br />

como no transparente a nivel nacional,<br />

buscaba información financiera<br />

sobre el destino de los<br />

recursos federales y los indicadores<br />

de desempeño, que no se<br />

encuentran.<br />

Nace, muere… ¡y la reviven!<br />

Bebita llega al mundo a bordo de un taxi, deja de respirar<br />

y es reanimada por personal de Cruz Roja. >Primer Plano 2<br />

Usarían de combis<br />

patrullas de Saltillo<br />

ARTURO ESTRADA<br />

Ante la amenaza del transporte<br />

público de Saltillo de paralizar<br />

la ciudad si no se le concede<br />

un incremento de tarifas,<br />

las patrullas de la Policía Municipal<br />

están listas para ser<br />

habilitadas como combis, adelantó<br />

el alcalde Jericó Abramo<br />

Masso.<br />

“Estoy en la mejor disposición<br />

de trabajar con ellos (los<br />

concesionarios) bajo las reglas<br />

que imponga el Municipio, no<br />

1-8<br />

Saltillo-México<br />

Se aleja la<br />

CalifiCaCión<br />

‘acaloran’<br />

a Dallas<br />

Fiscalía General del Estado arribaron<br />

al lugar inspeccionando el<br />

área siniestrada.<br />

Posteriormente llegaron al<br />

menos cuatro unidades de la Marina<br />

con elementos fuertemente<br />

armados y de inmediato cercaron<br />

un perímetro afuera del periódico,<br />

empuñando sus armas<br />

en guardia para proteger las instalaciones<br />

periodísticas. Mientras,<br />

otros marinos se dedicaron<br />

a levantar evidencias, como la espoleta<br />

de la granada.<br />

Hasta el momento ni grupo ni<br />

persona alguna se ha responsabilizado<br />

del ataque; tampoco hubo<br />

advertencia o amenaza previa.<br />

El granadazo se dio en momentos<br />

en que la ciudad registraba<br />

una serie de enfrentamientos<br />

entre marinos y grupos delictivos<br />

por distintos rumbos de la<br />

ciudad. Incluso unos 20 minutos<br />

después del estallido en esta casa<br />

editora, en el centro de la ciudad<br />

cerca de la Catedral, otro vehículo<br />

fue incendiado al parecer con<br />

un explosivo.<br />

Tras conocerse los hechos, en<br />

las redes sociales surgieron múltiples<br />

muestras de apoyo y recriminación<br />

por los acontecimientos.<br />

La Sociedad Interamericana<br />

de Prensa (SIP), por medio de<br />

su presidente, Gonzalo Marroquín,<br />

director del diario guatemalteco<br />

Siglo 21, repudió el<br />

atentado contra VANGUAR-<br />

DIA y pidió al Gobierno una<br />

como ellos quieran. Se acabó el<br />

pulpo camionero, porque nosotros<br />

somos los dueños de las<br />

concesiones y no nos pueden<br />

chantajear”, advirtió.<br />

“En caso de paro, sí podemos<br />

dar el servicio con transporte<br />

de personal: taxis, patrullas,<br />

camiones... éstamos listos,<br />

tenemos ya diseñada la estrategia”,<br />

afirmó.<br />

Así, el alcalde “expulsó” de<br />

la Presidencia Municipal a los<br />

representantes de los sindicatos<br />

del servicio colectivo que<br />

> E x T r E mo<br />

FOTOS: VANGUARDIA-mIGUEL SIERRA/AP<br />

“investigación expedita para<br />

evitar que hechos salvajes como<br />

éstos sigan minando la libertad<br />

de prensa”, y que adopte medidas<br />

de seguridad para el personal<br />

de nuestro diario.<br />

Por otro lado, el atentado dio<br />

la vuelta al mundo de inmediato.<br />

Aquí en México fueron muchas<br />

las cadenas nacionales de<br />

noticias, tanto de radio, prensa<br />

y televisión, las que retomaron<br />

los hechos demandando que se<br />

esclarezca el ataque y se brinde<br />

la protección debida al ejercicio<br />

periodístico.<br />

Averiguación y queja<br />

La Comisión Nacional de Derechos<br />

Humanos (CNDH) inició<br />

durante una reunión, lejos de<br />

ofrecer disculpas y compromisos<br />

tras el accidente fatal ocurrido<br />

el pasado 26 de mayo,<br />

donde murió una joven, volvieron<br />

a pedir el aumento de<br />

un peso en las tarifas.<br />

“Está totalmente lleno de<br />

cáncer el sistema de transporte<br />

de Saltillo y hay que extirpar”,<br />

mencionó al recalcar que<br />

no se cederá ante las exigencias<br />

de los concesionarios.<br />

Días atrás Abramo Masso<br />

citó a los transportistas<br />

para hablar del tema del accidente<br />

de la Ruta 13B, en el<br />

que murió la joven de 18 años<br />

Sandra Rodríguez y 43 personas<br />

resultaron heridas, así<br />

como para ver los términos<br />

de la modernización.<br />

“Los señores llegaron a la<br />

oficina y antes de expresar una<br />

disculpa o hablar de los problemas,<br />

llegaron pidiendo que la<br />

tarifa subiera un peso. Los tuve<br />

que correr”, dijo.<br />

“Se van a adecuar al sistema<br />

de modernización que plantea<br />

el Municipio y que estará funcionado<br />

para abril de 2012; los<br />

concesionarios deberán actualizar<br />

sus unidades, modernizar<br />

e implementar las nuevas rutas<br />

que se proponen”.<br />

Abramo Masso reconoció<br />

que el tema del transporte público<br />

es el único compromiso<br />

de campaña que le queda por<br />

cumplir.<br />

Repudio por ataque a VanGuaRdia<br />

una queja de oficio por el atentado.<br />

En un comunicado expresó su<br />

indignación: “(este hecho) atenta<br />

contra la libertad de expresión y el<br />

ejercicio periodístico”.<br />

En tanto, la Procuraduría General<br />

de la República (PGR) integra,<br />

también por oficio, la averiguación<br />

previa AP/PGR /COAH/<br />

SALT/ AG-1V/D D/217/2011 para<br />

investigar el granadazo.<br />

Representantes legales de<br />

VANGUARDIA hicieron contacto<br />

con personal de la PGR el<br />

día de los hechos y se mantienen<br />

al pendiente ante cualquier<br />

requerimiento de la autoridad,<br />

al igual de estar a la espera de lo<br />

que la CNDH necesite.<br />

>Primer Plano 2<br />

FOTO: VANGUARDIA-JOEL BARRERA<br />

este periódico se<br />

imprime en papel<br />

100% reciclable<br />

EL CLIMA PARA SALTILLO HOY: Tormentas aisladas ; 32°C máx./ 16°C mín. EL CLIMA PARA MAÑANA: Tormentas aisladas; 33°C máx./ 18°C mín.<br />

7 503005 951054<br />

21


I<br />

Génesis de<br />

la rebeldía<br />

22


“Todo ha pasado como no debería haber<br />

pasado, decimos para consolarnos. Pero<br />

somos nosotros los equivocados, no la<br />

historia. Tenemos que aprender a mirar<br />

cara a cara la realidad. Inventar, si es<br />

preciso, palabras nuevas e ideas nuevas<br />

para estas nuevas y extrañas realidades<br />

que nos han salido al paso”.<br />

23


A mi inconsciencia<br />

Una tarde del verano de 1988 en una reunión con compañeros de<br />

la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo<br />

León discutíamos sobre futbol, tareas y otras cosas, incluso un<br />

poco de exámenes, cuando dos invitados bolivianos y un peruano<br />

que conversaban entre sí en un rincón de la casa, aislados desde<br />

hacía un par de horas, de pronto nos confrontaron a voz en cuello.<br />

Su reclamo –de tan airado que la verdad estallamos en risas– era<br />

sobre la banalidad de nuestra conversación.<br />

Uno de ellos gritaba que no era posible que nuestra preocupación<br />

fuera sobre el desempeño de Hugo Sánchez en el juego del<br />

Real Madrid, cuando había una guerra por detonar en el sur de<br />

México.<br />

Dijo que “todo mundo” en Centro y Sudamérica sabía que en la<br />

sierra de Chiapas había un campo de adiestramiento para guerrilleros<br />

que estaban por levantarse en armas, por lo que desde “hacía<br />

años” estaban reclutando gente y acumulando un arsenal.<br />

Que el Gobierno Mexicano tenía un plan perverso para esconder<br />

toda evidencia; que incluso meses atrás habían interceptado un<br />

gran cargamento de armas y municiones en un vagón del ferrocarril,<br />

pero que la información había sido acallada en los medios.<br />

El altercado terminó como tenía que terminar. Bueno, más o<br />

menos: Silenciamos su protesta al hacer valer nuestra condición<br />

local y principalmente porque éramos más de 10 contra ellos tres<br />

y siguió media hora de sonora “carrilla” –en ese momento lo de<br />

moda era el “Culeeero, culeeero”, pues aún no se popularizaba el<br />

“Eeeeeeeeeh ¡Puto!”– hasta que prefirieron retirarse del lugar y<br />

dejarnos seguir hablando de futbol.<br />

24


Tengo la fortuna de mantener la amistad de mis compañeros –la<br />

mayoría tomamos la ruta del periodismo– con quienes nunca volví<br />

a conversar sobre lo ocurrido en el aspecto de la guerrilla hasta<br />

antes de escribir estas líneas.<br />

Esa tarde en la casa de la colonia La Florida, en Monterrey, la<br />

he recordado continuamente, más cuando el 1 de enero de 1994,<br />

cinco y medio años después, el Ejército Zapatista de Liberación<br />

Nacional (EZLN) tomó por las armas cinco cabeceras municipales<br />

de Chiapas.<br />

Entonces al igual que en los días de hoy, los movimientos rebeldes<br />

en el centro y sur del País se ven bastante distantes y ajenos a<br />

los norteños.<br />

A principios del 2014 a propósito del 20 Aniversario del levantamiento<br />

zapatista, una encuesta nacional arrojó que para el 60 por<br />

ciento de los mexicanos ese movimiento subversivo está apagado<br />

desde hace años y sobrevive como un ente político.<br />

Seguramente si la encuesta se realizara sólo en el norte del País<br />

los resultados serían bastante menos favorables para el EZLN.<br />

De la misma forma hasta hace un par de años el embate del crimen<br />

organizado en el norte era visto con esa misma lejanía por el<br />

resto de los mexicanos. El ejercicio periodístico permitió comprobar<br />

esto más de una vez, obviamente hablando de la generalidad<br />

colectiva.<br />

Entre 2007 y 2012 el norte de México estaba copado por grupos criminales<br />

que iban convirtiendo en verdaderos guetos ciudades enteras:<br />

Un día se plantaban en Monterrey, al siguiente mes en Torreón;<br />

meses más adelante en Zacatecas o San Luis… Ciudad Juárez y Chihuahua;<br />

luego regresaban a Saltillo. Ni hablar de las principales ciu-<br />

25


dades de Tamauilpas. Todo de pronto se convirtió en “plazas”, como<br />

si se hablara de franquicias de comida rápida.<br />

En los últimos dos y medio años los cárteles han sido replegados<br />

de las ciudades norteñas por las fuerzas de seguridad, entre otros<br />

factores, sobre todo luego del abatimiento de Heriberto Lazcano<br />

Lazcano, “El Lazca”, número uno en el País del Cártel de Los Zetas,<br />

en el municipio de Progreso, Coahuila, el 7 de octubre del 2012, y<br />

casi un año después de Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40”, el<br />

segundo al mando.<br />

Así el noreste mexicano ha tenido un respiro que coincide<br />

con la expansión de todas las organizaciones criminales hacia<br />

el centro y sur del País, donde las autodefensas estallaron como<br />

respuesta a décadas de control criminal, pero multiplicado en<br />

los últimos meses.<br />

La modificación de las rutas de distribución de la droga se aceleró<br />

por la “Guerra contra el Crimen” a partir del 2006, lo que llevó<br />

los grupos delictivos a girar hacia otra logística y modelos de negocio;<br />

hasta llegaron a controlar el comercio de limón y aguacate en<br />

ciertas regiones.<br />

A mediados del 2012 nos propusimos un reportaje de largo aliento<br />

ante la posibilidad de un choque entre esas dos fuerzas –las rebeldes<br />

(autodefensas, EZLN y otros grupos guerrilleros) contra los<br />

cárteles del crimen– además las fechas coincidían con el “Fin del<br />

Mundo” el 21 de diciembre de ese año, que la masa interpretaba en<br />

el Calendario Maya.<br />

La temida confrontación no se ha dado hasta el momento de<br />

terminar este trabajo, aunque fuentes del Gobierno Federal sí tienen<br />

identificada la infiltración del crimen organizado en algunos<br />

26


procesos de autodefensas en Michoacán, pero sin la claridad como<br />

para publicarla aquí.<br />

El interés en el EZLN es que algunos analistas lo ven como un<br />

factor decisivo para la generación de las policías comunitarias en<br />

el País, pues desde hace más de una década funcionan así en sus<br />

congregaciones indígenas ante la parcial autonomía concedida por<br />

la Federación. Sin embargo, su proceso de formación estuvo ligado<br />

a la autodefensa desde hace casi tres décadas.<br />

La figura mítica –y por otro lado severamente criticada y desgastada–<br />

del Subcomandante Marcos se levantaba abrumadora en el Zapatismo,<br />

por lo que uno de los objetivos principales fue una entrevista<br />

con el encapuchado, algo que sigue siendo asignatura pendiente.<br />

Estas páginas contienen un trabajo periodístico desarrollado en<br />

los últimos dos años y centrado en la conexión del noreste mexicano<br />

con el centro y sur. Ojalá se haya logrado una mirada objetiva,<br />

respetuosa y apartada de la filosofía rebelde, a los críticos de ésta<br />

y a la profundidad del movimiento guerrillero, abordada ejemplarmente<br />

en textos como “Marcos, La Genial Impostura”, de los periodistas<br />

Maité Rico y Bertrand de la Grange, y en “La rebelión de las<br />

Cañadas”, de Carlos Tello Díaz, entre otros.<br />

Nuestro ejercicio incluye distintos géneros periodísticos como el<br />

reportaje, la entrevista y la crónica, en un hipertexto en el que participa<br />

el equipo de Redacción de VANGUARDIA.<br />

La mayoría de los recorridos se realizaron por carreteras, caminos<br />

y brechas, muchas veces por las noches. Ese simple hecho resultaba<br />

temerario para nuestras familias y amigos debido a que el<br />

crimen organizado tiene controladas las vialidades en gran parte<br />

del País y a diario nos enteramos y publicamos verdaderas histo-<br />

27


ias de terror que ahí ocurren.<br />

Efectivamente nos topamos con retenes militares, de policías<br />

municipales, estatales y federales, de autodefensas y algunos del<br />

crimen organizado en el camino de norte a sur.<br />

¿Valentía Para nada, pues fueron viajes de una sola vez, cuando<br />

hay miles de personas que lo hacen a diario para ganarse la vida.<br />

¿O acaso se nos olvidan todos aquellos que trabajan en la transportación<br />

de pasajeros y/o mercancías por el territorio nacional, entre<br />

muchos otros mexicanos que hacen su vida en las carreteras<br />

He sentido más temor y preocupación en los menos de 300 kilómetros<br />

que hay de Saltillo a McAllen que en los más de 10 mil kilómetros<br />

de carreteras que recorrí para este trabajo.<br />

Iniciamos la aventura escrita en la cuna del neozapatismo, que<br />

fueron las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN), cuyo génesis está<br />

en el desierto coahuilense, en su minería que hoy como en los tiempos<br />

de La Conquista hace 500 años sigue generando una gran riqueza<br />

–siempre mayormente en manos de extranjeros– que incluso<br />

sedujo a los cárteles de la droga, y es por esto que sus últimos días<br />

“El Lazca” los vivió haciéndose pasar como un pequeño minero.<br />

Al momento de esta investigación el Poder Legislativo de México<br />

decide grandes reformas al sector energético, lo que entre otras cosas<br />

obligaría a las empresas mineras a una responsabilidad fiscal y<br />

social como nunca antes, aunque diversas voces advierten que hay<br />

oscuros intereses –entre ellos los del crimen organizado– tratando<br />

de sobornar a diputados y senadores.<br />

Lo cierto es que la realidad alcanzó zigzagueante al disimulo<br />

en que el mexicano se ha refugiado hasta ahora, algo que muchas<br />

veces constituía su única salida para continuar la vida diaria, hace<br />

28


décadas por las guerrillas y ahora por el empoderamiento del narco<br />

y el surgimiento de autodefensas.<br />

El crimen organizado que gangrena cada rincón de la sociedad<br />

mexicana se nutrió de jóvenes y niños, nuestros hijos, que durante<br />

décadas nacieron y se desarrollaron en hogares cada vez más<br />

pobres y disfuncionales, con espacios comunitarios cada día más<br />

reducidos y con esperanzas de vida paupérrimas.<br />

Aceptar la contribución de cada quien en este proceso de descomposición<br />

no es fácil, pues está anclada a nuestro estilo de vida,<br />

a las oportunidades que la globalización ofrece y que luego de cinco<br />

siglos nos tiene ceñidos a nuevas ataduras.<br />

Es imposible considerar la transformación del País sin la conexión<br />

en toda la geografía nacional, algo desde siempre documentado;<br />

lo que estalla en un lugar puede tener su gestación en<br />

la latitud opuesta, de igual manera que el sufrimiento en ciertas<br />

regiones es consecuencia de procesos iniciados a kilómetros de<br />

distancia.<br />

En las últimas desmemoriadas cuatro décadas, por más que nos<br />

afanemos, la historia pone en su lugar las cosas y nos recuerda el<br />

orden natural. Finalmente todo esto es un resultado, efecto. Entender<br />

es un paso elemental para trascender.<br />

29


Cuentas de vidrio<br />

Un reporte del 2012 de la Comisión del Diálogo con Pueblos Indígenas<br />

de México señala que:<br />

- En los 310 años de la Conquista y Colonización Española saquearon<br />

de México 190 toneladas de oro. Tan sólo del 2000 al 2010<br />

las empresas extranjeras se llevaron del País 420 toneladas.<br />

- Esto ocurrió bajo un halo siniestro que raya en la complicidad,<br />

pues según las cifras oficiales de la Secretaría de Economía al 2012<br />

había sólo 26 mil 007 concesiones mineras, cuando en realidad se<br />

habían otorgado 42 mil 675.<br />

- En los sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón<br />

se entregaron concesiones por 95.7 millones de hectáreas, casi<br />

la misma cantidad de tierras que repartió la Revolución Mexicana.<br />

- Las mineras pagaron sólo el 1.18 por ciento de impuestos y una<br />

precaria responsabilidad social, contra el 18 por ciento que cubren<br />

en sus países de origen, como Canadá. El 74 por ciento del capital<br />

minero en nuestro país está en manos canadienses.<br />

Expiación<br />

OTRAS ATADURAS.- Ya sea por herencia generacional, decisión u<br />

omisión, el estilo de vida de la gran mayoría de los mexicanos establece<br />

patrones de consumo que demandan sistemas de producción<br />

alimentaria y de servicios soportados en técnicas, tecnologías y<br />

elementos a los que se atribuye el origen de muchas de las afectaciones<br />

en la salud física, emocional, mental y social.<br />

30


Obesidad<br />

- Para el 2013 México era líder mundial en obesidad, desplazando<br />

a Estados Unidos. El reporte de las Naciones Unidas detalla que<br />

casi una tercera parte de los adultos mexicanos son obesos.<br />

Diabetes<br />

- La Federación Mexicana de Diabetes reporta que México ocupa<br />

el sexto lugar mundial en número de personas con este padecimiento,<br />

con 6.4 millones de diagnósticos.<br />

Cáncer<br />

- México ocupa el segundo lugar mundial en cáncer de ovario,<br />

con 4 mil casos nuevos al año, y<br />

- El tercer lugar en Latinoamérica en cáncer de mama<br />

Pobreza<br />

- Aunque un ranking del Banco Mundial del 2012 pone a México<br />

como la decimocuarta economía por su Producto Interno Bruto,<br />

cae hasta la posición 81 por el poder adquisitivo de sus habitantes.<br />

- Esto ubica al País como el de mayor desigualdad entre pobres y<br />

ricos de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo<br />

Económicos (OCDE).<br />

- El número de pobres en México es de 51.9 millones según el<br />

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social<br />

(Coneval) del 2012.<br />

31


Bata blanca y conciencia subversiva<br />

Las injusticias y condiciones infrahumanas en que trabajan los<br />

mineros de la Región Carbonífera del Norte de México no son diferentes<br />

que en el siglo pasado. Ese mineral ensangrentado fue el<br />

génesis de uno de los grupos guerrilleros de mayor trascendencia,<br />

alcance y vigencia en el País de nuestros días: El Zapatismo.<br />

La historia la contó el mismo Subcomandante Marcos el 17 de<br />

noviembre del 2006 cuando reconoció al Dr. Margil Yáñez Martínez<br />

y a su esposa Beatriz Muñoz García como la cuna del movimiento<br />

subversivo que luego de algunas décadas diera forma al EZLN.<br />

Lo que poco se ha dicho desde entonces es que la pareja incubó su<br />

proyecto libertador en el desierto de donde se extrae el 97 por ciento<br />

del carbón que usa la Comisión Federal de Electricidad en la generación<br />

de ese tipo de energía para mantener nuestro estilo de vida.<br />

Al irse a vivir a Monterrey, el matrimonio de Margil y Beatriz, él<br />

doctor y ella enfermera, gestó en el seno de su hogar a uno de los<br />

grupos de bata blanca y conciencia subversiva que en su linaje<br />

más trascendió en el mundo guerrillero nacional. Esta es la historia<br />

de una de las muchas familias insurgentes contemporáneas de<br />

México.<br />

De hecho, los procesos rebeldes del País fueron soportados en<br />

gran medida por familias enteras que durante varias generaciones<br />

levantaron las armas clandestinamente, como los Yáñez Muñoz.<br />

La casa de Margil y Beatriz en la capital de Nuevo León era el<br />

centro de reunión y más tarde la convirtieron en sede de un grupo<br />

de connotados médicos con aires rebeldes, que centraban sus ideales<br />

en una sociedad organizada con el pensamiento de Izquierda<br />

en esos días.<br />

32


ATENEÍSTA DE CORAZÓN.- Los hermanos Yáñez Martínez son,<br />

por orden de edad: Luisa, Margil, Roque –mi padre–, Carmen,<br />

Esther, Fidel, Juanita y Adrián. Mis abuelos vivían en Nuevo León,<br />

pero se fueron a Coahuila. Luisa nace en Nadadores y Margil en Lamadrid.<br />

Luego se van a vivir a Sabinas y ahí nace el resto, relata el<br />

médico traumatólogo Roque Yáñez Cantú en su consultorio en uno<br />

de los hospitales más prestigiados y tradicionales de Monterrey.<br />

Algo ocurrió y se van un tiempo a radicar a San Antonio, Texas, y<br />

luego regresan a Sabinas. Margil, papá y un primo de ellos de nombre<br />

Salvador Martínez Cárdenas se fueron a estudiar la secundaria<br />

y preparatoria a Saltillo, al glorioso Ateneo Fuente. Mi tío Margil<br />

siempre me relataba sus anécdotas en el Ateneo, me hablaba de sus<br />

profesores, de uno de apellido Moreira a quien él admiraba, en fin,<br />

siempre estuvo orgulloso de ser ateneísta.<br />

En sus aventuras en Saltillo, Margil era el protector de Roque y<br />

Salvador, siempre salía en su defensa pues aunque no era corpulento,<br />

sí era un gran peleador y no dudaba en usar los puños cuando<br />

era necesario.<br />

En las pláticas en casa de mis abuelos siempre se acordaban de<br />

eso: Mi tío Margil siempre los andaba defendiendo porque era el<br />

bueno para los trompos. Siempre le entraba a los cabronazos.<br />

Sin ser buen mozo, era de figura recia y varonil. Roque recuerda<br />

a su tío como un hombre impecablemente pulcro y bien vestido;<br />

con 1.74 metros de estatura, 75 kilos y complexión media, era un<br />

tiro con las mujeres.<br />

Qué te diré: Fumaba mucho, disfrutaba de la buena bebida y tenía<br />

muuucho éxito con las mujeres. No era un gran orador como su<br />

hermano Adrián, el menor de todos, quien fue primer lugar nacional<br />

33


en oratoria y un aguerrido priísta.<br />

“‘Roquito’, ponme la canción de Júrame”, me decía siempre mi tío<br />

y empezaba a cantar: “Júrame, que aunque pase mucho tiempo no<br />

olvidarás el momento en que yo te conocí”. Era esa canción de María<br />

Grever en la voz de un cantante de apellido Mujica. Siempre me<br />

pedía que se la pusiera mientras terminaba su bebida y esperaba la<br />

pequeña tacita de café que mi tía le preparaba.<br />

Para “Roquito”, la estampa de su tío es sentado fumando su Lucky<br />

Strike y en la otra mano una copa de whisky Johnnie Walker o<br />

un buen tinto que le traían en barricas desde Cuatrociénegas. Pero<br />

nunca en la vida lo vi borracho, aclara.<br />

EL MAESTRO.- Tras terminar sus estudios en el Ateneo Fuente,<br />

Margil y Salvador llegan a estudiar Medicina a Monterrey, mientras<br />

que Roque se va un año a Ingeniería Civil a la UNAM en la Ciudad<br />

de México.<br />

Al llegar a Monterrey el mentor de mi tío Margil y de Salvador es<br />

el tío Ángel Martínez Villarreal, médico ya consagrado y un gran<br />

ideólogo. Él les inculcó ideas de cambio y justicia, fue un gran hombre<br />

que murió creo que en 1945 a los 41 años de edad. Entonces mi<br />

tío Margil tomó su lugar como referente de un grupo de doctores.<br />

Margil fue cirujano general, Salvador ginecólogo, y durante muchos<br />

años fueron piezas fundamentales en el cuerpo académico de<br />

la Facultad de Medicina de la UANL.<br />

A los primos Margil y Salvador se sumaron otros grandes médicos<br />

como Mateo Sáenz y Jesús Piedra, quienes se propusieron<br />

trabajar para el activismo social y luchar por los derechos de los<br />

trabajadores, eran las fuerzas progresistas. Los zapatistas presu-<br />

34


men que entre los más grandes logros de ese grupo está conseguir<br />

el servicio médico para la Sección 67 del Sindicato Minero y que el<br />

Hospital Civil pasara a ser Hospital Universitario, como nosocomio<br />

y escuela.<br />

En los siguientes años este grupo de doctores educó a sus hijos<br />

en el contexto socialista y a finales de los 60, cuando éstos entraron<br />

en su edad universitaria tomaron caminos propios, pero siempre<br />

en la misma dirección, la diferencia es que algunos de ellos<br />

pasaron del activismo social y comunitario a la conformación de<br />

núcleos guerrilleros armados.<br />

PAGAN CON SANGRE.- En los 70 este club de la bata blanca pagó<br />

su cuota ideológica con sangre propia y algunos de ellos vieron<br />

morir a su descendencia. Margil y Beatriz con sus dos hijos: César<br />

Germán Yáñez Muñoz, líder fundador de las FLN, quien fue desaparecido<br />

en Chiapas en 1974; y con su hermano Fernando, quien<br />

tomó su lugar y durante años fue perseguido, detenido y liberado<br />

en 1995; en el 2001 fue nombrado interlocutor entre las autoridades<br />

y el EZLN y ahora sigue libre debido a que la orden de aprehensión<br />

en su contra continúa suspendida.<br />

El doctor Jesús Piedra fue lesionado en 1974 permanentemente<br />

en la columna durante un interrogatorio de varios días, pues los<br />

servicios de Inteligencia querían que delatara el paradero de su<br />

hijo Jesús Piedra Ibarra, de 21 años de edad.<br />

En 1975 el doctor y su esposa, la saltillense Rosario Ibarra de Piedra,<br />

sufrieron cuando se enteraron de la captura del joven guerrillero<br />

acusado de ser uno de los líderes en la Liga 23 de Septiembre,<br />

un grupo catalogado como terrorista al que acusaban de asaltos,<br />

35


secuestros y asesinatos, entre éstos la muerte del emblemático empresario<br />

regio Eugenio Garza Sada.<br />

Hasta el día de hoy Rosario continúa buscando a su hijo.<br />

La saltillense se convirtió en una de las más reconocidas activistas<br />

en la búsqueda de desaparecidos en estas cuatro décadas; ha ocupado<br />

algunos cargos de elección popular, incluso fue la primera mujer<br />

en llegar a una candidatura para la Presidencia de México.<br />

Pocos saben que el doctor Piedra era el principal revolucionario<br />

de su familia y sólo conocen a Rosario; incluso a quienes siempre<br />

convivimos con el grupo nos costó mucho entender cuando detuvieron<br />

a su hijo. El día que se dio a conocer la noticia pensábamos que<br />

era el doctor al que habían arrestado, pero resulta que era el muchacho;<br />

nunca sospechamos que el joven andaba con la Liga 23 de Septiembre,<br />

recuerda “Roquito”.<br />

Al doctor Piedra lo conocí bastante bien, desde que iba a la casa<br />

de mi tío Margil y luego incluso tomé clases con él. Era un hombre<br />

introvertido, reservado, sus clases eran bastante aburridas, las de<br />

Embriología.<br />

Tenía su consultorio a unas cuadras de la casa del Dr. Margil en<br />

Monterrey, por lo mismo y debido a que todos eran masones la relación<br />

eran muy estrecha y frecuente.<br />

“Roquito” no sabe si Margil y Salvador pudieron haber conocido<br />

a Rosario y su familia durante el tiempo en que vivieron en Saltillo<br />

y así presentarla con el doctor Piedra en los siguientes años.<br />

Explica que él creció en la casa de sus primos Yáñez Muñoz, pero<br />

nunca vio que el tío Margil los instruyera para la formación de un<br />

núcleo guerrillero: Si es que sucedía, nunca lo hacían frente a alguien,<br />

supongo que eran conversaciones íntimas entre padres e hijos.<br />

36


“Murcia” y “Alfredo”, dos hijos de Mateo Sáenz, fueron militantes<br />

de las FLN perseguidos por la justicia y cayeron en acción a principios<br />

de los 70.<br />

En estas dos décadas (70 y 80) los grupos estudiantiles rebeldes<br />

fueron apoyados logística y económicamente por muchos sectores<br />

de la sociedad (profesores y catedráticos de todos los niveles,<br />

líderes obreros, comerciantes, intelectuales y artistas) y unieron<br />

su protesta a la de pueblos indígenas explotados por los recursos<br />

naturales bajo los terrenos en que erigieron ancestralmente sus<br />

comunidades. Desde siempre en la industria minera se ha gestado<br />

el reclamo de los pueblos originales de México.<br />

Otra pieza fundamental para consolidar esa estructura rebelde<br />

fueron muchas personas relacionadas con la Iglesia Católica, desde<br />

catequistas y religiosos hasta algunos mandos altos de la llamada<br />

Teología de la Liberación, quienes aunque no participaron<br />

directamente en la selva o empuñando armas, sí lo hicieron construyendo<br />

las bases de apoyo en ciudades y pueblos. Mediáticamente<br />

se señala que en los días de hoy en Coahuila está el último<br />

defensor de esta corriente, el Obispo de Saltillo, Raúl Vera López,<br />

quien precisamente estuvo en Chiapas durante la explosión del<br />

Zapatismo.<br />

Así se habría conformado una trilogía por jóvenes comunistas<br />

librepensadores, religiosos liberales e indígenas explotados.<br />

En esa trilogía participaría la descendencia del grupo rebelde iniciado<br />

por el club de la bata blanca. Otro círculo de médicos surgió en la<br />

Facultad de Medicina donde Margil y sus amigos fueron una leyenda,<br />

pero este segundo grupo nada tiene qué ver con el de Yáñez, pues estuvo<br />

enfocado en el control político de la Rectoría de la UANL en los 80.<br />

37


‘TODO SIGUE IGUAL’.- Para Raúl Vera, las injusticias en las minas<br />

siguen siendo las mismas de siempre:<br />

Por supuesto que no han cambiado (las condiciones infrahumanas<br />

en que trabajan los mineros mexicanos), el simple hecho de que<br />

se sigan manteniendo los “pocitos” es una muestra de las condiciones<br />

arcaicas en las que se mantienen la explotación del carbón en<br />

las minas de Coahuila.<br />

Los muertos en las minas del carbón después de Pasta de Conchos<br />

ya duplicaron y rebasaron en siete años al número de muertos en<br />

ese siniestro. Todo esto gracias a la impunidad en la que el Estado<br />

mexicano mantiene la irresponsabilidad con la que los concesionarios<br />

manejan las minas del carbón.<br />

Los hermanos Yáñez Martínez son, por orden de edad: Luisa, Margil, Roque, Carmen,<br />

Esther, Fidel, Juanita y Adrián. Esta foto fue tomada en un paraje del Río Sabinas, en<br />

Coahuila.<br />

38


“Rosita” y<br />

“Romeo”, así fueron<br />

conocidos durante<br />

décadas en el<br />

mundo guerrillero<br />

el doctor Margil<br />

Yáñez y su esposa,<br />

la enfermera Beatriz<br />

Muñoz.<br />

Los hermanos Yáñez Muñoz en tiempos de juego y felicidad total en su casa en el Centro<br />

de Monterrey, destruida cuando se construyó la Macroplaza. De Izq. a Der.: Octavio (el<br />

piloto), Fernando (el arquitecto), César (el abogado) y Margil hijo (el médico). Todos<br />

participaron en las FLN, según algunos de sus allegados.<br />

39


Casta guerrillera<br />

Nacieron y crecieron rodeados de la miseria y explotación que<br />

sufren los mineros en la Región Carbonífera de Coahuila. Esta<br />

vida llevó a Margil y Beatriz a una formación de carácter rebelde<br />

y revolucionaria; esto unió sus destinos lejos de la tierra que<br />

los vio nacer y los convirtió en los padres del único movimiento<br />

guerrillero nacional que se mantiene vivo luego de más de 40<br />

años con el EZLN.<br />

Coahuilenses de nacimiento, él de Lamadrid y ella de Nueva<br />

Rosita, sin conocerse fueron a estudiar a Monterrey y fue allá donde<br />

el doctor y la enfermera unieron sus vidas y formaron una de<br />

las familias más significativas en las luchas insurgentes del México<br />

contemporáneo.<br />

Sembraron en descendencia las bases para crear el 6 de agosto<br />

de 1969 las FLN y pagaron el precio de su ideología subversiva con<br />

la vida de uno de sus seis hijos: César Germán, el líder original del<br />

movimiento, desapareció en 1974 cuando se refugiaba de la persecución<br />

militar en el primer campamento que fundaron en Chiapas;<br />

Fernando, quien tomó el lugar de su hermano, se mantuvo al frente<br />

y vivió la creación del EZLN y la declaratoria de guerra al Gobierno<br />

de Carlos Salinas de Gortari; fue perseguido por años y hoy en<br />

día goza de una oculta libertad.<br />

A finales de los 60 Margil y Beatriz formaron a sus hijos en el<br />

contexto de una educación socialista y éstos, ya universitarios,<br />

en sus casas (una en el centro de Monterrey y otra en El Mezquital<br />

en el municipio de Apodaca –hoy en día llamada la “Casa de<br />

Todas y Todos”–) instalaron el cuartel general del movimiento<br />

que más tarde se conocería como las FLN. Durante las siguien-<br />

40


tes décadas el matrimonio apoyó económica y logísticamente a<br />

los guerrilleros.<br />

En el clandestinaje armado de México la identidad de ellos fue<br />

conocida como “Romeo” y “Rosita” para evadir a los servicios de<br />

Inteligencia. Durante años apoyaron al movimiento y en los albores<br />

del EZLN, brazo armado de las FLN en Chiapas creado el 17 de<br />

noviembre de 1983, siguieron enviando a su hijo Fernando (quien<br />

adoptó el nombre de Comandante Germán tras la muerte de su<br />

hermano) y a los líderes zapatistas tanto alimentos como ayuda<br />

económica.<br />

El Dr. Margil, quien en su juventud había sido un buen cazador y<br />

pescador, siempre cargó un revólver calibre .38 oculto en su maletín<br />

médico, “para lo que se pudiera ofrecer”.<br />

Tanto familiares como los mismos vecinos de la casa de El Mezquital<br />

lo recuerdan como un hombre serio y generoso, en todo momento<br />

dispuesto a ofrecer sus servicios médicos sin esperar retribución<br />

económica.<br />

“Rosita” murió el 3 de diciembre de 1990; “Romeo” en febrero de<br />

1993. Desde un par de décadas atrás la pareja sufrió la ausencia de sus<br />

hijos, en el caso de César Germán definitiva, pero Lina, Margil hijo,<br />

Fernando y Octavio se ausentaban por largos periodos. Algo parecido<br />

le sucedió al resto de los miembros de ese club de la bata blanca, pues<br />

era uno de los costos que pagaban las familias subversivas.<br />

NOGAL DE MONCLOVA.- Tengo el gusto de conocer a todos los de<br />

aquí: a Mario Sáenz, al ingeniero Mario Sánchez, al licenciado Carlos<br />

Vives, a “Chano”… fueron los primeros en caer. El último, casi de<br />

los últimos, fue César… Elisa Irina, hermana de Mario Sáenz.<br />

41


Yo conocí, fue maestro y lo conocí al profesor Mateo Sáenz; al<br />

papá de Mario, a la mamá. ¡Éramos puros conocidos, pura familia!,<br />

recuerda Octavio Yáñez Muñoz, otro de los hijos de “Romeo” y “Rosita”,<br />

al hablar sobre su linaje libertador.<br />

Papá compró el terreno (donde se ubica ahora la “Casa de Todas<br />

y Todos”) porque a mi mamá le gustaba mucho una anacua que estaba<br />

en el centro del patio. Allí mismo sembró después un nogal que<br />

una tía le trajo de Monclova y una bugambilia.<br />

Antes de morir, mamá pidió que la cremaran y que sus cenizas se<br />

repartieran entre el lugar donde murió César, en unas cascadas allá<br />

en Chiapas; otra parte junto con mi padre (cuando éste muriera);<br />

otra parte al pie del nogal y otra parte…<br />

Interrumpe la entrevista, usa todas sus fuerzas para incorporarse<br />

y con paso lerdo camina hacia la casa, regresa trastabillante y<br />

tembloroso muestra una caja oscura en sus manos.<br />

Y aquí está la otra parte de las cenizas. Aquí está mi mamá (“Rosita”);<br />

mira, este es su cabello, expresa el quinto de los hermanos Yáñez<br />

Muñoz con voz quebrada mientras entre sus dedos toma un puñado.<br />

Así, el fuerte nogal de Monclova protege en sus raíces a Beatriz o<br />

“Rosita”, como quiera que se le recuerde. Octavio honra la querencia<br />

coahuilense de sus padres: Mi esposa también es de Coahuila,<br />

de (Nueva) Rosita.<br />

Afirma que él estuvo ajeno a las actividades de sus hermanos en<br />

las FLN, pues era muy joven entonces. Sin embargo otras versiones<br />

apuntan a que a principios de los 70 él participó activamente en la<br />

logística guerrillera.<br />

Para entonces él era piloto aviador y muchas veces trasladaba a<br />

César Germán y a otros a los campamentos ocultos en la sierra o la<br />

42


selva, afirma una de estas voces.<br />

Octavio, hoy cercano a los 70 años, narra su versión de estos viajes:<br />

Algunas veces (César Germán) me pedía que hiciera “algo” por<br />

él, pero no me daba explicaciones y no sabía yo por qué, pero obviamente<br />

que yo lo hacía.<br />

Tras la muerte de su hermano él fue perseguido, por lo que tuvo<br />

que dejar su vida en Monterrey y huir durante 12 años. Para burlar<br />

a las autoridades terminó refugiado en Baja California, donde nadie<br />

lo conocía.<br />

Hoy tiene una particular visión de su hermano Fernando: Al<br />

externar su admiración total hacía César Germán, espeta que Fernando<br />

tomó lugar como jefe de las FLN por accidente, por herencia<br />

y por “acuerdos” –lo dice en tono descalificativo– que tenía con<br />

Marcos.<br />

Además los cataloga como unos actores que han lucrado con<br />

el montaje de la guerrilla. Ante la pregunta si confía en ellos, es<br />

categórico.<br />

¡No te fíes de estos cabrones!, como decía César. A ésos no se les<br />

puede dar confianza para nada, son puros “logradores”, puros logrones,<br />

de un lado y del otro. Van a pedir… ¿Qué va a querer Fernando,<br />

¿un rancho allá en San Cristóbal o en dónde Me da la impresión<br />

que (Marcos) se hizo igual que Fernando.<br />

Señala que el neozapatismo como tal murió con la generación guerrillera<br />

de César Germán y que los actuales líderes tienen mucho qué<br />

cambiar para retomar el rumbo correcto, aunque reconoce que nunca<br />

ha tenido contacto ni comunicación con los líderes del EZLN y que<br />

tras la muerte de su hermano en 1974 nada lo liga al Zapatismo.<br />

Luchen de a de veras, no haciendo “casitas del Dr. Margil” ni co-<br />

43


chinadas de esas que no le resuelven nada a nadie. Yo soy muy radical<br />

y esa no es la manera de hacer una revolución.<br />

Octavio nos recibió la tarde del 3 de julio del 2013 en su hogar<br />

a unas cuantas cuadras de la casa en El Mezquital, ésa donde el<br />

EZLN afirma que tiene sus raíces y en la que Fernando instaló hace<br />

años el Museo Zapatista, la “Casa del Dr. Margil” y hoy en día la<br />

“Casa de Todas y Todos”.<br />

El Dr. Margil y su esposa eran dueños de muchas hectáreas en<br />

este lugar, pero las fueron vendiendo o entregando en donación;<br />

hoy la casa ocupa unos 2 mil 500 metros cuadrados de terreno y<br />

todo a su alrededor son colonias populares de Apodaca.<br />

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44


LA IDEÓLOGA ‘RUSA’.- De los Yáñez Muñoz, personas relacionadas<br />

directamente con la familia afirman que fueron cinco, y no<br />

tres, los hermanos que siguieron la línea ideológica de sus padres,<br />

pues además de César Germán, Fernando y Octavio, también Lina<br />

y Margil hijo fueron figuras. Quien aparentemente no tuvo intervención<br />

sería la menor de todos, Beatriz.<br />

Sin otra prueba más que el dicho, destacan el liderazgo de Lina,<br />

la mayor de ellos:<br />

Lina estudió en Rusia a finales de los 60, entonces ya te imaginarás<br />

cómo era su carácter, siendo además la mayor de todos. Ella<br />

luego se estableció en Estados Unidos a partir de 1984 y ayudó para<br />

que indígenas y otros jóvenes intelectuales cruzaran para el “Otro<br />

Lado” durante esos años para estudiar y trabajar.<br />

Según dicen, apoyó con los trámites. Entiendo que incluso fue así<br />

como éstos lograron establecer talleres de elaboración de distintos<br />

productos.<br />

Hoy Lina sigue viviendo en el extranjero. A sus más de 80 años<br />

de edad disfruta de su familia y tiene poco contacto con esa parte<br />

de ella que se quedó en Monterrey.<br />

Aunque por su formación académica y desempeño profesional<br />

era una mujer de carácter decidido, firme y emprendedor –trabajó<br />

como traductora en Estados Unidos ya que domina a la perfección<br />

el inglés, francés, italiano y el ruso– se le describe como una mujer<br />

amable, de trato cordial y suave, pero bromista y dicharachera.<br />

Lina, laboratorista de profesión en Monterrey, nunca fue mucho<br />

de escribir, más bien de pensar y actuar; su esposo es quien usa<br />

más la comunicación escrita. Ella sigue siendo bromista y cariñosa,<br />

pero poco escribe.<br />

45


EN LAS ENTRAÑAS.- El relato es que cuando César Germán se<br />

autodesterró del hogar para desaparecer por completo de la vida<br />

civil, no lo hizo solo: Su hermano mayor, Margil, el médico, iba con<br />

él entre 1971 y 1972.<br />

Ambos dejaron toda comunicación con esposas e hijos y viajaron<br />

por el País en las casas de seguridad hasta que un día regresaron<br />

a Monterrey por un asunto estrictamente familiar: La esposa<br />

de Margil hijo le mandó un mensaje codificado.<br />

La también doctora siempre fue de carácter recio, entonces<br />

cuando pasaron los meses y nada se sabía de él, le habría mandado<br />

un mensaje en clave porque tenían que evadir los servicios de<br />

Inteligencia mexicanos y de Estados Unidos, además los mandos<br />

de la agrupación eran muy estrictos sobre ese tipo de comunicaciones<br />

para evitar que revelaran su operación.<br />

El mensaje encriptado en lenguaje clínico le daba a entender que<br />

si no se regresaba con su familia algo grave podría pasarles a ella<br />

y a sus hijos. Aparentemente era una advertencia para que Margil<br />

regresara a casa. Y bueno, él se regresó, argumentan.<br />

Margil hijo se reintegró a la vida civil y llevó a su familia a vivir<br />

a Baja California, donde aún continúa, para romper con todo nexo<br />

insurgente de sus hermanos. En los siguientes años fue escalando<br />

en la estructura sindical. Se supone que el hijo de otro de los médicos<br />

del club de la bata blanca, éste de apellido Sáenz, también<br />

accedió a los puestos altos en el sindicato del IMSS.<br />

Fue porque Margil hijo se retiró, que Fernando, el cuarto de los<br />

hermanos Yáñez Muñoz, llegó a ocupar un lugar de primera línea<br />

en la historia del Zapatismo.<br />

Fernando era simplemente el chofer de César porque él no sabía<br />

46


manejar. Por eso el día que se arma la balacera en la colonia Linda<br />

Vista, acá en Guadalupe (en la Zona Metropolitana de Monterrey) y<br />

buscaban a César, pues es que andaban juntos y es cuando huyen y<br />

ya no volvimos a saber nada de ellos por mucho tiempo. Bueno, luego<br />

ya nos notifican la muerte de César, recuerda Octavio.<br />

LA AUSENCIA.- Piensa su respuesta unos segundos, pausa y<br />

suelta una leve risa melancólica: Les diría que todo tiene una recompensa,<br />

que vale la pena la lucha y el sacrificio. Es difícil, la vida<br />

no vuelve a ser igual. Ahora (a los 45 años de edad al momento de<br />

la entrevista) lo entiendo.<br />

Son las palabras que dedica Germán Yánez González, hijo de la<br />

leyenda guerrillera César Germán, para los familiares de desaparecidos<br />

en México. En 2014 la PGR admitió que hay más de 22 mil<br />

personas por encontrar en todo el territorio nacional, la mayoría<br />

víctimas de la “Guerra contra el Narco” iniciada en el 2006.<br />

El dolor de Germán y su familia es de antes, no mayor pero sí<br />

más añil. Él, su hermana gemela Lilia y el mayor de los tres, César,<br />

sufrieron la ausencia del padre desde finales de 1971 cuando tenían<br />

tres y cinco años de edad respectivamente y el líder insurgente comenzó<br />

a ocultarse.<br />

También comparten con miles de familias el no tener un tumba<br />

sobre la que puedan llorar, ni siquiera hay la certeza del sitio exacto<br />

en que murió y quedaron los restos del guerrillero.<br />

Es uno de los huérfanos de la “Guerra Sucia”, periodo entre los<br />

60 y 70 en el que desaparecieron cientos de jóvenes universitarios<br />

y profesores ligados a grupos subversivos, muchos acusados de<br />

hechos criminales.<br />

47


Germán dice que la vida fue dura, sobre todo porque su familia<br />

paterna continuó en el movimiento rebelde.<br />

Pues sí valió la pena. Hay tanta pobreza, hay tanta desigualdad de<br />

géneros. Hay tanta, que es hora de decirle al Gobierno ¡Basta! Que te<br />

quiere reprimir, que te quiere seguir “mangoneando”, pero si nos vamos<br />

a dejar pues vamos a desaparecer todos, dice entre bocanada y bocanada<br />

al cigarro cuando habla sobre el sacrificio familiar.<br />

No hay retratos de su padre, al menos no en las piezas del área social<br />

de esta casa ubicada en una zona clasemediera de Monterrey, que<br />

hace unos 15 años vivió sus mejores tiempos. En su cuenta de Facebook,<br />

Germán sí tiene imágenes de su padre y es frecuente la interacción<br />

con simpatizantes de las causas rebeldes y zapatistas.<br />

Yo hasta allí sí comparto todo lo que ha pasado (participación de<br />

su familia en la guerrilla). Hay mucha gente que lo necesitaba y ya<br />

son escuchados. De perdido ya los escuchan.<br />

Señala que tras la desaparición de su padre se fueron a vivir a la<br />

casa de sus abuelos maternos al otro extremo de la ciudad. Aunque<br />

siempre estuvieron en contacto con el Dr. Margil y Beatriz fue<br />

hasta muchos años después que César, Germán y Lilia se dieron<br />

cuenta que éstos eran “Romeo y Rosita” en el mundo guerrillero.<br />

Su descubrimiento fue así, como sucede en muchas películas.<br />

“Cuando sea más grande va a entender” –decía mi abuela Beatriz–.<br />

Y entendimos. Hacía mil comidas que (los zapatistas) pasaban por<br />

ellas, y si pasaban por comidas me imagino que pasaban por efectivo.<br />

Su mamá y abuelos maternos les pidieron siempre a él y sus hermanos<br />

que no se metieran en problemas, que no buscaran líos:<br />

Que no anduviéramos de revoltosos, o que si había “esto” que nos<br />

hiciéramos a un lado. En realidad no nos “caía el veinte”, hasta des-<br />

48


pués supimos cuáles eran las realidades, el porqué.<br />

Asegura que nunca fueron perseguidos por cuerpos de seguridad<br />

y que en alguna ocasión agentes de la Secretaría de Gobernación<br />

fueron a interrogar a su mamá tras la muerte de César Germán.<br />

El hijo de la leyenda lamenta que la gente del norte del País, especialmente<br />

de Monterrey, no tenga en claro que los movimientos<br />

rebeldes han estado conectados históricamente en todo el territorio<br />

nacional y que aunque los grupos guerrilleros estallaron principalmente<br />

en los estados del centro y sur, muchos de éstos nacieron<br />

en la ideología norteña.<br />

Abogado de profesión, Germán se dice alejado siempre de toda<br />

actividad subversiva o política.<br />

¿Crees en Marcos, en Moisés<br />

Creo en el movimiento. Es como creer en Dios sin tener religión; no me<br />

vas a decir que es mejor la Católica que los Testigos… si existe un Dios.<br />

A lo mejor el Zapatismo no es Marcos, es la gente.<br />

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ALCANCÍA ZAPATISTA.- Tras meses de entrevistas, algunos testimonios<br />

(sin respaldo de documentos) afirman que además del<br />

financiamiento de simpatizantes y colaboradores en todo el País,<br />

las FLN y el EZLN recibieron dinero que producían los talleres que<br />

instalaron en Estados Unidos, pero también por otros canales poco<br />

claros.<br />

Dicen que parte del movimiento rebelde se financiaba con dinero<br />

que venía de sindicatos, de la estructura del transporte de la Ciudad<br />

de México y de los talleres en Estados Unidos, pero nunca de asaltos<br />

o secuestros, eso hay que aclararlo.<br />

Estos recursos se sumaban a las aportaciones de muchos profesores,<br />

obreros, trabajadores, comerciantes, artistas y demás simpatizantes<br />

que fueron imprescindibles para que las FLN y luego el<br />

EZLN financiaran su estructura, sus campamentos de formación y<br />

entrenamiento en la sierra, el desierto o la selva. Además, hay que<br />

recordar que la guerrilla se equipó con armas, municiones y explosivos<br />

provenientes de Estados Unidos.<br />

Todavía en los 80 la casa que el Dr. Margil y Beatriz tenían sobre<br />

la avenida Madero, casi esquina con Diego de Montemayor en<br />

el Centro de Monterrey, servía como centro de entrenamiento para<br />

muchos indígenas que venían de Chiapas, expresó uno de los informantes.<br />

Llegaban en grupo de cinco o seis, principalmente muchachas, y<br />

se instalaban en los cuartos de atrás de la vivienda. Allí les daban<br />

algún curso o taller, pero también asistían a ciertas escuelas. La<br />

casa es muy grande, para entonces allí vivía la familia de Fernando<br />

–sólo la familia, ya que él continuaba en la selva– y también Octavio<br />

la usaba.<br />

50


Breve historia de una sombra<br />

APODACA, N.L., 16 de agosto del 2014.-<br />

Abuelito, ¿me presta la tableta...<br />

Luego de dos años de búsqueda y por fin 40 minutos de charla,<br />

aún no me queda claro a quién entrevisté.<br />

En algo coinciden historiadores, politólogos, escritores, periodistas<br />

y autoridades mexicanas y extranjeras en las últimas cuatro<br />

décadas: es enigmático y escurridizo. Lo sigo comprobando.<br />

Bueno, en algo más: Fernando Yáñez Muñoz es el único primer<br />

mando guerrillero que logró sobrevivir desde la persecución policiaca<br />

y militar de los 60 hasta la actualidad, algo que sin duda es<br />

motivo de estudio.<br />

Por los logros de su movimiento hay quien dice que estaría a la<br />

par de los legendarios Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, sólo que<br />

la lucha que empezó Fernando, a quien se identifica con el nombre<br />

de guerra de Comandante Germán, sigue hasta los días de hoy con<br />

el EZLN en pie.<br />

Algunos lo han descrito como el máximo líder real del Zapatismo<br />

hasta no hace mucho, por encima del Subcomandante Marcos,<br />

quien lo reconoce como su maestro en la guerrilla y lo llama cálidamente<br />

el “Hermano Mayor”. Hay quien dice que “Germán” es el<br />

poder tras el trono.<br />

Otros en cambio afirman que su liderazgo dentro del Zapatismo<br />

fue sólo de papel, que fue una herencia concedida e interesada,<br />

primero por los insurgentes ideólogos y luego por el Subcomandante<br />

Marcos, y que por lo mismo la gloria nunca le llegará, pues<br />

51


siempre será recordado como el hermano menor de César Germán<br />

Yáñez, icónico líder de las FLN y en general de insurgentes posrevolucionarios<br />

de México. Su propio hermano Octavio es uno de los<br />

detractores.<br />

Fernando, ese hombre corpulento de más de 1.80 de estatura,<br />

frío, duro e implacable para hacer valer la cadena de mando y los<br />

preceptos guerrilleros que manejaban –así como lo describen múltiples<br />

textos– hoy da paso a un abuelo amablemente evasivo. Viste<br />

relajado y conversa cálido con quien se le acerque.<br />

Fuerte apretón de manos, cuando me identifico como reportero<br />

disimuladamente da un paso atrás y me dice que no puede hablar,<br />

que tiene invitados y que primero atenderá a unos historiadores<br />

vascos y a otro que está pegado a él y viene de Nuevo México.<br />

Me pasa con un encargado de atender a los medios. Sólo un periodista<br />

más de un medio nacional y yo llegaríamos a este evento,<br />

o es lo que me dijeron al final. Luego de una hora y media de espera<br />

me atiende.<br />

Este mediodía Fernando no se esfuerza en lo mínimo por ser reconocido<br />

como el “Comandante de comandantes”, como lo definen<br />

algunos supuestos ex guerrilleros en publicaciones de años pasados,<br />

cuando se le pregunta si asumió el liderazgo a la muerte de su<br />

hermano.<br />

No, no, yo no. Fue el compañero “Alfredo”, su nombre verdadero<br />

es Mario Alberto Sáenz Garza, hijo del doctor Mateo Sáenz, que ya<br />

había fallecido en esos momentos, ya había muerto años atrás, él<br />

nos condujo, no yo. Cinco años él nos dirigió como grupo (del 74 al<br />

79). Después yo asumí la responsabilidad no hasta el año 94, (fue)<br />

hasta el año 83, que es cuando se hace el Ejército Zapatista, y el<br />

52


Ejército Zapatista tiene su propia historia, sus propios dirigentes.<br />

Yo soy dirigente –porque estoy vivo– desde esas épocas en que<br />

mi hermano fundó las Fuerzas de Liberación Nacional y yo here… he<br />

asumido este trabajo ¡de las Fuerzas de Liberación Nacional!<br />

Aclara que desde el nacimiento de las FLN en 1969 en Monterrey<br />

ha estado en el grupo, aquellos que entonces decidieron tomar las<br />

armas y para eso formaron también un núcleo guerrillero.<br />

El disparar balas fue una alternativa que eligieron cuando los<br />

gobiernos de finales de los 60 y principios de los 70 masacraban,<br />

dice, a los jóvenes en las calles del País. Los documentos de las<br />

FLN y el mismo Fernando en la publicación 03 de la revista “Rebeldía”<br />

señalan que esos primeros guerrilleros que se armaron tenían<br />

como uno de sus principios boicotear el entrenamiento que realizaban<br />

los cuerpos de militares y de seguridad de Estados Unidos en<br />

algunas zonas selváticas chiapanecas, pues desde allí preparaban<br />

a su gente para desestabilizar a Centroamérica y el Caribe. Todo<br />

con la complicidad del Gobierno mexicano.<br />

Al insistirle sobre qué lo llevó a ser el máximo líder del Zapatismo,<br />

sereno, dimensionando mínima su participación con respecto<br />

a la inconformidad nacional y como queriendo convencerme de<br />

algo, dice:<br />

(Fue) como una medida defensiva de la represión del régimen<br />

agotado de la época posrevolucionaria que estaban masacrando a<br />

los estudiantes en las calles de la Ciudad de México; acá reprimían<br />

a los propios muchachos de la Universidad de Nuevo León y en general<br />

en todo el País. Esa fue la causa para nosotros y para muuuchos<br />

otros; nosotros somos una pequeña parte de esa rebeldía, en<br />

este caso regiomontana que tuvo que emigrar a la selva.<br />

53


Todos éramos jóvenes y nunca recibimos ninguna instrucción ni<br />

mucho menos, ni de médicos, ni de americanos, ni de Monterrey, ni<br />

cubanos, ni rusos ni chinos ni del Che Guevara ni de nadie.<br />

Del septuagenario Fernando hay información contradictoria. Por<br />

un lado su hermano Octavio afirma que su personalidad es insignificante<br />

al lado de César Germán, de quien era sólo “su chofer”;<br />

algunos insurgentes de los tiempos de combate coinciden en que<br />

aunque heredó el liderazgo en el 79, desde entonces y hasta el 83<br />

eran otros mandos los ideólogos, los intelectuales, quienes en realidad<br />

mandaban e hicieron crecer el movimiento, como el “Comandante<br />

Rodrigo” y su mujer, “Gabriela”, entre muchos otros.<br />

Coincidentemente Fernando asciende casi al tiempo en que el<br />

Subcomandante Marcos, Rafael Sebastián Guillén Vicente, inicia<br />

su participación en las FLN en el 79.<br />

Hoy, en el ocaso de un guerrillero con un supuesto cáncer de<br />

próstata que su hermano Octavio le achaca, Fernando de pelo, barba<br />

y bigote completamente blancos y con desplazamientos pausados<br />

pero firmes, sin prisa alguna, responde sin dudar a la pregunta<br />

de si su conciencia está tranquila.<br />

Sí, sí. Digamos, yo pude haber hecho muchas otras cosas mejores,<br />

seguramente. Si hubiese sido más viejo, más estudiado, lo que tú quieras,<br />

eso es una realidad que a cualquiera le pasa. Pero que te diga “bueno<br />

yo no cumplí con lo que nos propusimos todos estos compañeros”…<br />

pues sí traté de cumplir (pese a) los errores que haya tenido.<br />

No es poca cosa lo que dice y aunque pudiera corresponder a esa<br />

visión en que su liderazgo era de papel, en sentido opuesto hay escritores<br />

e investigadores que lo han relacionado directamente con<br />

la muerte y desaparición de algunos miembros de las FNL que trai-<br />

54


cionaron el movimiento; hay declaraciones de algunos dirigentes<br />

zapatistas detenidos en el 95, como Gloria Benavides Guevara, la<br />

Comandanta “Elisa”, que lo delataron como quien desde siempre y<br />

hasta ese momento era el responsable de conseguir el armamento<br />

para el EZLN.<br />

¿Fernando duerme tranquilo, siempre ha dormido tranquilo<br />

Ah claro, sí, porque cumplo con mi deber. O sea, el peligro que<br />

pudiera uno tener por participar en una cosa de esas, pues aprendes<br />

a vivir con él.<br />

Pero sobre él pesa una orden de aprehensión suspendida desde el<br />

95 por los delitos de sedición, motín, rebelión, conspiración y terrorismo,<br />

aunque hay quien dice que el delito de terrorismo fue eliminado.<br />

Sí, hay una allí suspendida, hay una Ley del Diálogo, dice despreocupado<br />

mientras su mirada me traspasa, pues a mis espaldas<br />

hay una veintena de invitados que lo espera; algunos están al pendiente<br />

de nuestro diálogo.<br />

Otros argumentos son de las mismas autoridades, quienes lo catalogan<br />

como el hombre de línea dura en el Zapatismo, el que hizo<br />

posible que los guerrilleros dispararan contra sus enemigos. Él<br />

empuñó sus armas y las detonó en los 60 y 70, pero alega que eso<br />

quedó atrás, en aquellas décadas, y aún el día de hoy se mantiene<br />

al frente “sólo de las FLN”, como siempre.<br />

(Es) un cabrón que se ha dedicado toda su vida a joder a las fuerzas<br />

armadas, dijo en 1995 el general Guillermo Álvarez Nara, ex director<br />

de la Policía Judicial Militar, frustrado luego de que Fernando<br />

fuera detenido y liberado. Es el “Comandante de comandantes”,<br />

quien da las órdenes en el EZLN, declararía otro insurgente.<br />

¿En armar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional No, no,<br />

55


no, responde –ahora sí apresurado– cuando le cuestiono si son<br />

ciertos esos señalamientos de que siempre ha sido el principal responsable<br />

del armamento al EZLN.<br />

¿Sabía que en el 94 el EZLN se levantaría en armas ¿Dónde estaba<br />

los primeros minutos de ese año ¿Qué hizo usted esos 12 días<br />

de batallas<br />

Nada, escuchar noticias, seguir los acontecimientos y ver qué<br />

pasaba ¿Qué podía hacer, ¿qué puede hacer un hombre solo (Yo<br />

estaba) en mi casa celebrando el Año Nuevo en la Ciudad de México<br />

con mi suegra. Sé que ellos se iban a levantar en armas, (pero) yo no<br />

sabía ni cuándo ni por qué.<br />

Insiste en que él es miembro de las FLN desde su fundación en el<br />

69, desde cuando se crea el núcleo guerrillero y empuñan las armas;<br />

luego es nombrado líder máximo en el 79 y lo sigue siendo hasta la fecha.<br />

El núcleo guerrillero se convierte en el EZLN en el 83, pero en ese<br />

momento se separa de las FLN y cada quien por su lado siguen una lucha<br />

hermanada, aunque la organización que él dirige nada tiene qué<br />

ver con las decisiones y acciones de la milicia zapatista.<br />

Claro. Las FLN están a la expectativa (en los días del levantamiento<br />

y batallas en Chiapas). Las Fuerzas eran maestros universitarios,<br />

mujeres, obreros, intelectuales; todos estábamos aislados de<br />

esos combates (a partir del 83).<br />

Hoy usa el mismo argumento que esgrimió cuando en octubre<br />

del 95 fue arrestado: Me sembraron armas y droga. Yo fui a visitar<br />

a mi suegra, fueron algunas horas, alguna semana. Me estuvo interrogando<br />

un General, el nombre no importa ahorita, y otros policías.<br />

Pero bien en cuanto no hubo ningún maltrato físico.<br />

Otra respuesta que contrasta con lo que él mismo declaró ese<br />

56


año, cuando afirmó haber sido torturado por los elementos policiacos:<br />

Me secuestraron. Me torturaron toda la noche del sábado. Me<br />

tuvieron con los ojos vendados y encapuchado. Me interrogó un General<br />

cuyo nombre, al parecer, era Diego.<br />

Alguien a quien le atribuyen su pronta liberación entonces fue<br />

Rosario Ibarra de Piedra. Sí, esa mujer fundadora del club de la<br />

bata blanca que lideró el Dr. Margil.<br />

Y es precisamente en esta casa, la del Dr. Margil, en que hoy<br />

estamos. Ya es mediodía y el sol se afana en iluminarlo todo, implacable,<br />

dejar al descubierto cada rincón. Fernando accedió a la<br />

entrevista, pero bajo techo, a la sombra entre cuatro paredes.<br />

Voltea insistente a un muro en que está “La Lista de Ocosingo”,<br />

donde incluye las fotos y nombres de sus compañeros desaparecidos<br />

en los 70, a quienes siguen buscando, de quienes se niegan a<br />

aceptar una muerte que no ha sido comprobada.<br />

Nunca hemos considerado que están muertos, para nosotros son<br />

desaparecidos políticos, y “vivos los llevaron, vivos los queremos”.<br />

Existen fotografías de los archivos policiacos de la compañera detenida;<br />

el compañero detenido, con vida. Por eso no podemos reconocer<br />

que están desaparecidos o muertos.<br />

Hoy es reinaugurada ésta que antes fue “La Casa de Dr. Margil”,<br />

“El Museo Zapatista” y a partir de este día lleva el nombre de “Casa<br />

de Todas y Todos”. Historiadores vascos son los principales invitados<br />

y Fernando insiste en que este hogar es una gran trinchera en<br />

su incansable búsqueda por los desaparecidos.<br />

Minutos antes de acceder a la entrevista, el “Comandante de comandantes”,<br />

“El Hermano Mayor”, explicó a representantes de las<br />

Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Nuevo León (FUN-<br />

57


DENL) la dinámica del evento.<br />

Por supuesto, el primero en “La Lista de Ocosingo” es su hermano,<br />

el emblemático líder de las FLN y del Zapatismo hasta los días<br />

de hoy: César Germán, o “Hermano Pedro” o “Manuel”, como fue<br />

conocido en el clandestinaje.<br />

¿Entonces en el 83 hubo un rompimiento con el EZLN y con Rafael<br />

Sebastián Guillén Vicente (o el Subcomandante Marcos o ahora<br />

Subcomandante Galeano) ¿Hace cuánto no habla él ¿Cuándo<br />

estuvo la última vez en Chiapas ¿Ha ido a Los Caracoles<br />

No (hubo rompimiento con el EZLN ni con Marcos), claro que no.<br />

Ni yo ni las Fuerzas tenemos por principio causar problemas a otros.<br />

No fue un rompimiento, no es un acuerdo. Es la “solución de continuidad”,<br />

o sea un movimiento pequeño como es el de las Fuerzas siempre<br />

hemos sido pocos, siempre hemos sido concientes, es para eso, para hacer<br />

trabajo político, para crecer en la conciencia de otros, pero en los planes de<br />

un ejército entran sus mandos militares. El apoyo que tengan del pueblo<br />

para que los alimente, para que los proteja, es otro trabajo.<br />

Pues hace muchos años (que no habla con Marcos).<br />

Yo voy cuando me citan. Fui cuando la marcha de mis compañeros<br />

en el año del 2001, me pidieron que fuera a acompañarlos para que<br />

yo hablase con los diputados y los senadores y fui y lo hice. No fui a<br />

sustituirlos, fui a hacer la relación, nada más.<br />

¿Qué significa el cambio de mandos en el EZLN ¿Conoció muy<br />

bien a Moisés, el nuevo líder<br />

Pues es un poco lo de la edad.<br />

Claro, todavía conozco a todos los muchachos, cuando eran más<br />

jóvenes, ahora ya son adultos y bien formados y no tengo por qué<br />

preocuparme por ellos, si ya están grandes.<br />

58


¿Pero no les niega un consejo<br />

Pues si me lo piden lo doy, pero no ando diciendo: “Yo vengo a<br />

dar consejos”.<br />

Fernando deja más dudas sobre la creación de la base zapatista,<br />

pues contrario a lo que se ha documentado, asegura que nunca<br />

hubo participación de religiosos ni miembros de la Iglesia Católica.<br />

No, eso no es cierto. Categóricamente te digo que cuando vean<br />

nuestros papeles originales… no. Nunca participó ningún religioso<br />

en ningún acto armado, público, entrenamiento, reclutamiento, no.<br />

Samuel Ruiz es un personaje de la Teología de la Liberación, un hombre<br />

honesto reconocido por nosotros y el mundo, pero no podemos darle<br />

un titulo de “Samuel Ruiz Che Guevara” porque quiere el Gobierno hacerlo,<br />

no es correcto. No es “Che Guevara” ni nosotros tampoco.<br />

¿Entonces el “Comandante Rodrigo” no tenía esta comunicación<br />

con algunos religiosos que les ayudaban a la construcción de esta<br />

comunidad que serían las Fuerzas Liberación Nacional Hay quienes<br />

aseguran que había muchos religiosos con ustedes.<br />

No, no. Tú cuando tienes una vocación religiosa o una creencia<br />

no necesariamente porque seas un sacerdote, eres un simple creyente,<br />

si eres indígena, si eres norteamericano, respetamos esa creencia.<br />

Nosotros tenemos tesis escritas sobre la religión y trato con los<br />

religiosos, y son documentos que luego verán ustedes en archivos<br />

digitales y allí van a entender por qué no don Samuel Ruiz ni los religiosos,<br />

ni se invitaban para que fueran a dar misa (en casas de seguridad<br />

de las FLN) ni mucho menos.<br />

Si quieren ir a la iglesia, pues los llevamos a la iglesia.<br />

Hay algunos testimonios que comentan que para ellos fue muy<br />

difícil, pues por su formación eran “espantacuras”, luego depen-<br />

59


der de los religiosos y ver a algún religioso con alguna indígena en<br />

una vida de pareja.<br />

Pues nomás dime quién es (el que lo dijo) y me lo presentas, porque<br />

te diré ¿Y tú cuando estuviste conmigo en la selva Y que me<br />

diga cuándo estuvo, y le voy a decir lo mismo que te dije ahorita:<br />

¡Estás mintiendo: tú nunca estuviste en la selva ni en ninguna parte!<br />

Entonces que no te engañen a ti, a mí no me pueden engañar…<br />

¿Cuál religioso, cuál indígena, cuál en vida conyugal<br />

En este punto es cuando su tono de voz cambia, eleva el ritmo<br />

y marca distancia, es áspero y confrontativo. En algún momento<br />

temo que dé por terminada la entrevista. A lo lejos hay aplausos de<br />

los invitados entre cada intervención de los vascos.<br />

¿Usted sigue entonces en el trabajo de despertar conciencias<br />

Sí, bueno, nunca se ha planteado que las Fuerzas sigan una política<br />

de masas, ganen una elección para Gobernador. No somos eso.<br />

Insiste en proyectar un perfil bajo y vuelvo entonces al punto en<br />

que se crea el EZLN y se separa de las FLN en el 83. Él regresa a la<br />

posición amable.<br />

¿Y por qué no decidió sumarse al EZLN<br />

Gracias porque me veas tan joven, pero no lo soy, Jijiji. Un soldado<br />

de 45, 50 años (en el 83), es un… en ese momento. No es el Pentágono,<br />

es la selva.<br />

Después de estas cuatro décadas en el momento en que nos encontramos<br />

hay una gran descomposición social.<br />

Considero que la violencia actual es algo que nos están trayendo<br />

de afuera por motivos económicos, políticos o militares que están<br />

causando problemas para desestabilizar a México.<br />

¿Cómo es la vida de alguien que estuvo durante 40 años en lucha,<br />

¿cómo analiza esos momentos<br />

60


Considero que lo que se escribió hace 40 años en palabras redactadas<br />

por mi hermano “Pedro”, “Manuel”, César, de decirnos: “Es<br />

que esta es una larga lucha que llevará generaciones, que será muy<br />

cruenta, muy dolorosa, que será muy difícil; que no se debe de engañar<br />

a nadie con un triunfo fácil, donde luego luego va a resolverse un<br />

cambio para nuestro país”. Eso lo tengo muy metido en la cabeza,<br />

en mis ideas, por lo tanto lo único que pudo decir es que se ha avanzado<br />

en estas generaciones, podríamos decir tres generaciones desde<br />

aquella época a la actual, pero estoy conciente de que falta más.<br />

Pero yo no voy a participar en hacer lo que esas generaciones tienen<br />

el deber de hacer.<br />

Ellos simplemente con nuestros archivos digitales sabrán cómo se<br />

pensaba hace 40, 50 años, qué situación política prevalecía y compararán.<br />

Dirán: “Bueno, ¿seguimos avanzando por allí o modificamos<br />

y avanzamos mejor”, pero son decisiones de ellos.<br />

¿Ha pensado en retomar las armas<br />

Claro que no, ni lo deseo ni a mí ni a nadie; necesitamos que el<br />

País cambie por otros medios más humanos. El tomar armas no consiste<br />

en la voluntad de los ofendidos, sino en el entendimiento del<br />

que ofende, del que agrede; cuando ellos dejen de hacerlo, pues el<br />

pueblo no tiene por qué oponerse violentamente a ser reprimido. Es<br />

al revés de lo que se dice.<br />

Eso de que “yo tengo el derecho legal de reprimirte” es una bonita<br />

cobertura para reprimirte y ya, pero nadie tiene ese derecho.<br />

¿Algún mensaje tanto para compañeros contemporáneos, esos<br />

de los 60, de los 70, que todavía están al pendiente de usted, como<br />

a otros como “Rodrigo”, que todavía están cada quien desde su<br />

trinchera... ¿a Rafael Sebastián Guillén Vicente<br />

Lo único que les deseo a ellos, a los compañeros, que estén bien de sa-<br />

61


lud, pensar igual que siempre pensamos, en que México debe de cambiar.<br />

A todos, a él (Rafael), a los compañeros: No quiere decir que porque<br />

no estemos aquí como entes parados no estén haciendo lo que<br />

es su deber, y nosotros estamos haciendo el nuestro aquí en Monterrey,<br />

estamos muy lejos.<br />

Familia, amigos cercanos y algunos jóvenes universitarios que<br />

trabajan como bases de apoyo en la “Casa de Todas y Todos” forman<br />

el 90 por ciento de los asistentes a este evento, que en total<br />

podríamos sumar 40. Tras las participaciones de historiadores y<br />

miembros de FUNDENL, a nuestras espaldas empieza la convivencia<br />

con tamales, café y agua de sabor.<br />

Puede ser el ocaso de un guerrillero, pero no de un activista a quien<br />

todos aquí llaman “abuelo” de manera cálida –algunos hasta divertida–.<br />

Cuando estoy por lanzar preguntas más fuertes, da por terminada<br />

la entrevista y me dice que cualquier otro cuestionamiento<br />

lo contestará por escrito. Caminamos un poco y ya en el patio,<br />

ahora sí bajo el sol pleno, le pregunto: Por cierto ¿este es el nogal<br />

y esa la anacua en donde están depositadas parte de las cenizas<br />

de su madre, verdad<br />

¿Queeé No. Las cenizas de mi madre las esparcí en una laguna,<br />

una cascada, en Chiapas, donde desapareció César. Me acompañó<br />

el Subcomandante Marcos y otros.<br />

¿Pero el nogal es el que trajeron sus padres de Monclova<br />

Sí, ellos lo sembraron hace muchos años.<br />

Otra declaración contradictoria de Fernando con respecto a lo<br />

que dijo y mostró su hermano Octavio.<br />

La historia de Fernando Yáñez Muñoz es la de un guerrillero, un<br />

librepensador, un arquitecto, un rebelde. ¿La de quién<br />

Soy además antropólogo y profesor. Todo lo que dijiste. Fui un<br />

62


mexicano que no vio más alternativa para nuestro país que luchar<br />

con las armas, crear un ejército y no dar por concluido el trabajo, en<br />

este caso de las Fuerzas, hasta que eso se hubiera logrado.<br />

Cuando se logró, se dejó que el ejército (EZLN) tomara su derrotero,<br />

su camino, su rumbo, y nosotros seguimos existiendo en lo legal.<br />

Quien pronuncia estas palabras, ¿es el líder que hereda y reconoce<br />

sus errores y limitaciones, quien no es más que una referencia<br />

histórica y distante en el Zapatismo ¿Es a quien por estas mismas<br />

palabras no podrá llegarle la “gloria” de ser reconocido como<br />

el máximo dirigente del movimiento armado más relevante desde<br />

el 94 a la actualidad, y por quien el indigenismo mexicano fue<br />

puesto en la agenda internacional<br />

¿Es él, o es quien en realidad sigue tomando las decisiones anónimamente,<br />

quien de manera estratégica se transporta entre los<br />

mundos de “Abajo” y de “Arriba” –como dicen los zapatistas– siendo<br />

uno de los mayores líderes<br />

Escurridizo lo es, sin duda. Incluso importantes ex miembros de la<br />

Comisión para la Concordia y Pacificación (Cocopa) se sorprendieron<br />

cuando los enteré de esta entrevista: ¿En serio ¿Todavía está vivo<br />

En este momento recuerdo lo que el 25 de mayo del 2014 reconoció<br />

públicamente el Subcomandante Marcos; ese día abandonó esa<br />

capucha y se enfundó la de “Galeano” pues hizo público que “Marcos”<br />

no fue más que una botarga, una representación que inventó<br />

el Zapatismo para distraer la atención de los medios para desviarla<br />

de lo realmente importante.<br />

Y entonces leo el primer reporte interno de las FLN emitido en el 69,<br />

escrito por César Germán: “la discreción es la mejor protección que poseemos<br />

y que practicarla es algo tan indispensable, que de ello depende<br />

nuestra existencia; ser discretos en todas partes, sin excepción.<br />

63


“Debemos insistir a nuestros compañeros que su participación<br />

en luchas abiertas, democráticas, no sólo es inútil, sino perjudicial,<br />

pues sus resultados son la vigilancia policiaca cuando no la cárcel o<br />

la muerte; que su asistencia a un mitin, protesta o reunión abierta,<br />

sólo los señala como presuntos enemigos del régimen”.<br />

Así planteaba el inicio de la lucha armada y el anonimato como<br />

su única forma de sobrevivir en la batalla que duraría “muchas<br />

generaciones”. Ésa en la que Fernando dice que continúa en su<br />

personal puesta de sol.<br />

Abuelito, ¿me presta la tableta, interrumpe la<br />

entrevista el niño de unos ocho años dirigiéndose<br />

a Fernando, o al “Comandante de comandantes”<br />

o al “Hermano Mayor” o “al chofer” de<br />

César Germán, o quien quiera que sea este evasivo<br />

hombre.<br />

¿Cuál tableta, si yo no uso siquiera, ¿cuál, responde<br />

él divertido y volteando a todos lados.<br />

La que le dio mi mamá, insiste el chamaco, tratando<br />

de acurrucarse con Yáñez Muñoz.<br />

No, dile que no tengo yo… nunca he tenido ninguna<br />

tableta. Luego vienes, porque no sé de qué<br />

me hablas.<br />

El niño da la espalda y corre hacia su mamá,<br />

entonces Fernando lo persigue con la mirada y<br />

le grita: Oye, Germán…<br />

64


Fernando Yáñez durante el evento de inauguración de “La Casa de Todas y Todos”, dialogan<br />

con activistas en búsqueda de desaparecidos de NL.<br />

65


II<br />

Vacío errante<br />

66


“Aún respiramos por la herida. De ahí que<br />

el sentimiento de orfandad sea el fondo<br />

constante de nuestras tentativas políticas y<br />

de nuestros conflictos íntimos. México está<br />

tan solo como cada uno de sus hijos”.<br />

67


Sólo una entrevista<br />

Tanto lío, si yo sólo busco una entrevista con Marcos.<br />

Esto se complica cada vez, aunque nada me motiva más para seguir<br />

escarbándole al asunto que haber llegado con los Yáñez Muñoz.<br />

¿Cómo di con ellos<br />

Al empezar a documentarme sobre el EZLN los archivos periodísticos<br />

guiaron a César Germán como el gran líder de las FLN, a<br />

su padre el Dr. Margil y a lugares donde todo empezó, las casas de<br />

Diego de Montemayor y la de El Mezquital.<br />

La de Diego de Montemayor es un lugar por el que infinidad de<br />

veces pasé de frente desde mi infancia, incluso llegué a entrar a<br />

una tienda a un lado de la construcción.<br />

La de El Mezquital está ubicada en el mismo sector en donde<br />

viví muchos años; lo más sorpresivo para mí es que está a pocos<br />

metros de la vivienda de unos amigos, a quienes acompañé en<br />

algunas ocasiones allí a principios de los 90 ya siendo reportero.<br />

Nunca imaginé lo que en ese lugar sucedía, hasta ahora, dos décadas<br />

después.<br />

Para mi sorpresa, contacté a Germán Yáñez González, hijo de la<br />

leyenda guerrillera César Germán Yáñez Muñoz, por Facebook mediante<br />

uno de mis amigos de la universidad quien ni idea tenía de<br />

la relación de éste con el Zapatismo.<br />

Insisto, sólo quería una entrevista “bomba” como aquella que<br />

se me escapó la primera semana de enero de 1996 cuando era reportero<br />

en Monterrey y fui a la oficina en la colonia Central de la ya<br />

entonces polémica abogada Raquenel Villanueva Fraustro, famosa<br />

defensora de los principales capos de la droga del País en esos<br />

tiempos, pues yo quería los datos de un pequeño cargamento de<br />

68


droga decomisado en la ciudad que se ventilaba en el Ministerio<br />

Público Federal.<br />

Aunque con ella nunca desarrollé mayor interacción que la que<br />

tenía con los abogados de la fuente policiaca, siempre fue muy<br />

amable conmigo. Esa tarde, sin venir al caso, me dijo: ¿Quieres que<br />

te dé la entrevista de tu vida ¡No te vayas a rajar, mijo! Bueno, entonces<br />

vámonos. Se levanta de su silla y se asoma por las cortinas<br />

de una ventana que daban a la calle. Mejor vente por acá, pero usted<br />

calladito.<br />

Sin saber a qué se refería la seguí al fondo de la oficina y de<br />

pronto abrió una puerta disimulada que nos llevó por un pasillo<br />

oscuro. Era una conexión entre su despacho y una casa a espaldas<br />

de la propiedad, algo que pocos sabían, según me dijo.<br />

Ya sabes, luego me andan vigilando y allí tienes a los pendejos<br />

judiciales afuera de la casa esperando a que yo salga. Me vengo por<br />

este lado y aquí tengo otro carro, entonces salgo por la otra calle.<br />

Así sucedió y nos fuimos en su auto. Me parecía toda una exageración<br />

para hacerse la importante, pues cuando corrió la cortina<br />

no vi a policía o sospechoso alguno vigilando la calle. ¡Y luego lo<br />

del pasadizo secreto!<br />

Imperdonable, pero en esos momentos no recordé que en 1988<br />

habían atentado contra su vida en esas mismas oficinas, cuando le<br />

lanzaron un explosivo.<br />

Mientras ella conducía, platicábamos de algunos casos de interés<br />

público, pero principalmente de la tecnología y audio que tenía<br />

su coche nuevo; no hubo capuchas ni vendajes en los ojos para<br />

evitar que me diera cuenta a dónde íbamos. Simplemente la conversación<br />

del momento me impide recordar el camino exacto por<br />

69


el que viajamos unos 45 minutos, la mayoría entre el intenso tráfico<br />

regio. Cada que le preguntaba a dónde y con quién íbamos, me<br />

decía que tuviera paciencia.<br />

Detiene la marcha del auto frente a una finca en una zona campestre<br />

del Municipio de Benito Juárez, en la Zona Metropolitana<br />

de Monterrey; había un portón que no dejaba ver hacia adentro y<br />

nada indicaba que fuera una propiedad lujosa.<br />

Pérame, me dice mientras realiza una llamada desde su celular;<br />

se escucha la voz de un hombre del otro lado de la línea, pero no<br />

logro entender sus palabras.<br />

¿Qué pasó, señor Estoy aquí afuera y traigo a un reportero para<br />

que platique con usted, así como quedamos.<br />

¿Cómo; bueno, sí claro. Usted me dice entonces. Saludos.<br />

Palabras más, palabras menos, eso es lo que Raquenel dice al<br />

teléfono.<br />

Ni modo mijo, no se hizo, ya estaba, pero pues le salió una emergencia,<br />

una fregadera de un fierro que tiene que conseguir y lo dejamos<br />

para después.<br />

¿Quién era, abogada<br />

¡Pos Juan García Ábrego!, vas a entrevistar al señor. Vive aquí desde<br />

hace mucho y unos amigos abogados me pidieron que los ayudara<br />

porque quieren ver la forma de negociar “algo”, por eso quieren<br />

que hable con un reportero, pero le salió la urgencia de lo del rancho<br />

o la camioneta, no sé, y no va a llegar ahorita. Es que le llamé desde<br />

hace rato pero no me contestaba, hasta ahorita. Yo te digo si se hace<br />

más noche o mañana.<br />

¿Era Juan García Ábrego, el líder del Cártel del Golfo y en ese<br />

entonces el capo más buscado por México y Estados Unidos junto<br />

70


con los hermanos Arellano Félix. Ella necesitaba un reportero en<br />

ese momento y quienes eran de su confianza no respondieron el teléfono<br />

–la eficiencia de los celulares en ese tiempo no era tan buena<br />

y además no todos podían traer uno–, por eso cuando llegué<br />

aprovechó la oportunidad, además de que yo trabajaba para uno<br />

de los más importantes medios del norte del País.<br />

Sabía que de haberme dicho que íbamos a esa entrevista, pero<br />

que no podía informar a nadie y sin que fueran compañeros fotógrafos,<br />

seguramente yo “me hubiera rajado”. Tenía razón.<br />

En esas fechas Los Zetas no existían y “El Chapo” Guzmán no<br />

era lo que llegó a ser en los siguientes años.<br />

Raquenel me pidió que no dijera a nadie de la entrevista porque<br />

si no “se cebaba”.<br />

Me parecía increíble lo que la abogada me decía, aunque desde<br />

mucho tiempo atrás había fuertes rumores de que García Ábrego<br />

vivía en Monterrey como un empresario de medio pelo. Además, la<br />

finca era bastante modesta y nadie a excepción de unos perros que<br />

se escuchaban ladrar a lo lejos vigilaba la zona.<br />

¿El capo más poderoso de México vive aquí y de esta forma,<br />

¡por favor!<br />

Pasaron los días y, aunque incrédulo, me quedé esperando la llamada<br />

que nunca llegó. Ya hasta se me había olvidado el incidente<br />

cuando el 15 de enero Óscar Díaz, jefe de prensa de la Delegación de la<br />

PGR en Nuevo León, entró conmigo a la Redacción pues habíamos ido<br />

a comer ya que yo era el responsable de esa fuente informativa.<br />

Me adelanté porque Óscar hizo escala en el baño y al bajar las<br />

escaleras en un área abierta todos voltearon a verme de inmediato:<br />

Reporteros, editores y directivos. Un directivo me confrontó desde<br />

71


lejos: ¿Es cierto ¿Lo detuvieron ¿Dime que traes todo<br />

Al ver en mi cara que no tenía idea de lo que me preguntaba,<br />

desesperado pidió que me acercara al televisor. Los canales nacionales<br />

informaban que García Ábrego había sido detenido un día<br />

antes en Monterrey, trasladado a la Ciudad de México y estaban<br />

esperando para su deportación a Estados Unidos.<br />

Fueron horas de gran escándalo; la captura sin disparar un solo<br />

tiro causó tanta o más polémica que la reciente caída de “El Chapo”<br />

Guzmán este 2014.<br />

Yo no sabía nada, tampoco el vocero de la PGR –lo que me salvó<br />

de una severa suspensión–, pero las imágenes del lugar de la detención<br />

me confirmaron de inmediato que era la finca a la que me<br />

había llevado Raquenel una semana antes.<br />

No, de haber sabido a lo que iba, no hubiera aceptado ir solo<br />

con ella a esa entrevista. Por más que trate de convencerme que sí,<br />

entiendo que ser padre de un niño de dos años había hecho que yo<br />

fuera más precavido, o simplemente era el pretexto para no ser tan<br />

arriesgado, para decirlo de manera romántica. Aunque en mi pueblo<br />

Linares a eso le dicen ser “culo”.<br />

Busqué a Raquenel los siguientes dos días sin obtener resultados<br />

hasta que ella llamó. En las siguientes semanas nos puso en<br />

contacto con Carlos Reséndez Bortolucci, “El Cerebro Financiero”<br />

del Cártel del Golfo, quien me concedió entrevistas exclusivas.<br />

Esos fueron mis últimos días en la fuente policiaca y en la ciudad,<br />

por lo mismo desde entonces perdí todo contacto con la abogada,<br />

quien sobrevivió a otro bombazo en su despacho en 1998;<br />

fue baleada en un hotel de la Ciudad de México en 1999 y finalmente<br />

fue ejecutada a mansalva en agosto del 2009 en Monterrey.<br />

72


EN MIS NARICES.- Tenía ya casi seis meses de buscar infructuosamente<br />

cómo acercarme al EZLN o a Marcos, cuando en diciembre del<br />

2012 platicaba sobre esto con mis hermanos Raymundo y Raúl, y me<br />

dicen: ¿Y ya le preguntaste a… ella conoce a una persona que en algún<br />

momento estuvo muy cercana a Marcos Acuérdate que visitaron a Raquel<br />

y Carlos (nuestra hermana y su ahora esposo) cuando estudiaba en<br />

Madrid. Pues no te habíamos dicho porque tú no nos habías platicado.<br />

Así, de una reunión en la capital española fue como contacté a<br />

la gente alguna vez íntima del Subcomandante.<br />

‘El Pajarraco’ tocado por Dios<br />

Es un oasis en el desierto. Así es su pequeña pero lapidaria sonrisa;<br />

pocas personas transmiten tanta sinceridad y paz consigo<br />

mismo. Por supuesto que podrán mentarme la madre y quizá hasta<br />

esté equivocado totalmente, pero al menos eso fue lo que me dejó<br />

esta entrevista del viernes 22 de agosto del 2014 en Saltillo.<br />

Habla, habla y habla; contesta a todo lo que se le pregunta y<br />

cada respuesta parece alejada de la hipocresía, el temor o la estrategia.<br />

Muchos lo condenarán por lo que dijo, no le perdonarán lo<br />

que confesó esta tarde en que no hubo vino ni hostia, en que los<br />

cambió por una cerveza y un rico platillo –que al final sólo probó–<br />

en el semidesierto coahuilense.<br />

Jajaja. Hubo un momento en que don Samuel Ruiz explotó y le reclamó<br />

(al ELZN) porque se habían llevado a todos sus catequistas.<br />

Yo nunca participé con los guerrilleros, pero siempre estuve al<br />

tanto de lo que ocurría en Chiapas.<br />

Una declaración totalmente distinta a lo que dijo Fernando Yáñez<br />

Muñoz.<br />

73


Quien la pronuncia está en el ojo del huracán internacional por<br />

las acusaciones tan severas como la de tratante de blancas, además<br />

de múltiples amenazas de muerte en su contra.<br />

Hoy eligió esta tarde en Saltillo para simplemente conversar sobre<br />

profundos recuerdos poco compartidos –aclara–. Es una pausa,<br />

un suspiro apenas, en la vorágine de fama mundial que se aferra<br />

en atraparlo, pero que él dice vencer a cada instante.<br />

Recuerda a la mujer de su vida, la eterna Yolanda, a quien tuvo<br />

que dejar cuando a los 19 años decidió seguir el camino de la Iglesia.<br />

Ambos sufrieron y lloraron, pero Dios hizo su trabajo. Por lo<br />

mismo se reencontraron sorpresivamente 25 años después, cuando<br />

como sacerdote fue llamado a dar los Santos Óleos a un jovencito:<br />

El nieto de Yolanda.<br />

Era un Padre Amaro cualquiera. No, no lo dice con descaro ni<br />

mofa, más bien con un tono de tierna y bochornosa disculpa cuando<br />

habla de las tentaciones que lo han acechado como religioso.<br />

Explica que cuando tenía 31 años y era vicario en una parroquia<br />

en Toluca sostuvo una relación de pareja con una joven veinteañera<br />

¡por más de dos años!, pero ella no es la mujer de su vida, es<br />

Yolanda.<br />

Al ver nuestra cara de estupefacción por lo que dice, explica que<br />

el celibato es un invento económico para que los hijos de los Papas<br />

no reclamaran la herencia.<br />

Los arzobispos de Oaxaca siempre le dijeron al Papa lo que había.<br />

Aquí el 75 por ciento (de los sacerdotes) son casados, o el 60,<br />

según fuera. Casados por lo civil y la iglesia.<br />

El problema es cuando el sacerdote lo declara, insiste, el problema<br />

es por habladores.<br />

74


A punto de cumplir los 70 años, no teme morir en este mismo<br />

momento y sus últimas palabras serían para sus ejecutores, que se<br />

sabe habría muchos debido a las tantas amenazas que hay sobre<br />

su vida, entregada a la defensa de los migrantes en su albergue. Sí,<br />

ésos que hoy nos recuerdan que Centroamérica sufre una las peores<br />

crisis humanitarias en su historia.<br />

Entre trago y trago de cerveza se revela este oasis en el desierto.<br />

En algún momento un ave sobrevuela el árido horizonte: De niño<br />

me decían “El Pajarraco”. Yo tenía los pelillos parados.<br />

Así fue su infancia, tiempos antes de que, ya adolescente, lo<br />

acusaran de depravado por quitarle los calzones a una compañerita<br />

–la verdad se le habían caído a ella porque los “elásticos” estaban<br />

muy guangos o era muy grande y él sólo los jaló en el piso y<br />

los lanzó desde el segundo nivel del edificio– por lo que lo expulsaron<br />

de la escuela; y antes de Yolanda y de aquella joven que por<br />

poco lo arranca de la Iglesia.<br />

Hoy recuerda eso y lo confiesa de una manera en que proyecta<br />

una paz interior poco común; dice estar reconciliado con sus<br />

errores, temores y demonios: No soy un hombre de nostalgias,<br />

asegura. Ni una pizca de altivez, rencor, odio o desprecio aparece<br />

en su rostro.<br />

Ni siquiera cuando señala que ante la posible muerte, sólo le<br />

pedía a un Obispo que quien lo sustituyera no fuera un sacerdote<br />

PUTO: Si me matan, por favor ponga un sacerdote en mi lugar, pero<br />

que no sea puto.<br />

Esta simple declaración lo condenará –para muchos–, pero<br />

quienes estuvimos con él en la mesa esta tarde coincidimos en que<br />

sus palabras no fueron de denostación por una preferencia sexual,<br />

75


fue más bien de calificativo para una persona con un grado de perversidad<br />

que aprovecharía una posición de poder.<br />

Es un oasis en el desierto ¿Espejismo Para quienes compartimos<br />

el pan y la sal esta tarde, no.<br />

Él es un “Pajarraco” tocado por Dios que representa la única esperanza<br />

en México para miles de migrantes golpeados por las peores<br />

bajezas de esta sociedad de nuestros días. Mañana la historia<br />

nos dirá si fue sólo eso o en realidad coexistió con el lado siniestro<br />

que algunos le atribuyen.<br />

Él es Alejandro Solalinde Guerra, de pequeña sonrisa.<br />

Alejandro Solalinde brinda con nosotros durante la entrevista en Saltillo.<br />

76


Las aulas subversivas<br />

¿Cinco y no tres Pues sí, “me suena”. Sí había muchas familias enteras<br />

que estaban dentro, pero entiende que el movimiento se basa<br />

en información compartimentada, es decir, cada quien sabía sólo<br />

lo que tenía que saber por si caías en manos de las autoridades no<br />

tener nada qué revelar. Entonces me “cuadra” que hayan sido cinco<br />

los Yáñez Muñoz los que intervinieron.<br />

Ahora que lo dices por supuesto que mandábamos gente a Estados<br />

Unidos, que había talleres allá; no sabía de Lina, pero todo<br />

cuadra. Lo que sí te puedo confirmar de primera mano son las casas<br />

de seguridad, la de El Mezquital y la de Diego de Montemayor. Lo<br />

de las casas en la Región Citrícola de Nuevo León, porque a mí me<br />

tocaba llevar a los grupos. Íbamos a Linares, a Santiago, y allí había<br />

gente que nos recibía.<br />

Así habla un profesor poco común, quien desde finales de los 70<br />

hasta los 90 combinó la docencia con la causa rebelde. Maestro de<br />

muchos de los actuales mandos indígenas zapatistas, recuerda que<br />

hace cuatro décadas algunos de los insurgentes más activos provenían<br />

de las ciudades norteñas.<br />

Explica que la estrategia de las FLN fue establecer dos grandes<br />

centros de adiestramiento militar, uno en Chiapas como Frente Zapatista,<br />

y el otro en la sierra de Chihuahua, como el Frente Villista.<br />

Sin embargo los “Neocentauros del Norte” no prosperaron.<br />

¿Cómo puedes generar una revolución con obreros norteños<br />

que trabajaban y vivían en ese tiempo (80 y 90) en condiciones<br />

envidiables para el resto del País y seguramente de Latinoamérica<br />

Las empresas en todo el norte mexicano seguían el ejemplo<br />

de los grandes corporativos regiomontanos con esquemas<br />

77


de bienestar integral para sus empleados: Inmejorables salarios,<br />

utilidades, clubes deportivos, servicio médico de primera,<br />

vivienda, salud emocional y todo eso.<br />

Era difícil hasta cuando traíamos a los grupos indígenas a la casa<br />

de los Yáñez Muñoz. Una vez venía un grupo grande de Chiapas y<br />

Oaxaca y teníamos una reunión con obreros en Monterrey, la idea<br />

era que los indígenas vieran que era un movimiento con mucho apoyo<br />

e identidad nacional.<br />

Llegamos a una casa en una colonia popular en Monterrey, y<br />

aunque era modesta ellos no conocían las casas de material. Luego<br />

había bastante pollo asado, hasta repitieron. ¡Los indios nunca ven<br />

piezas de pollo dobles en sus platos! ¿Te das cuenta lo que significó<br />

para los indígenas chocar con eso, recuerda el profesor.<br />

Por qué no prosperó el Frente Villista, se cuestiona. Entre otras<br />

cosas debido a que no había amarrada una estructura entre indígenas<br />

explotados y religiosos instigadores. Además carecían de la<br />

cercanía geográfica que tuvieron los zapatistas con Centroamérica,<br />

pasada en esas décadas por innumerables procesos guerrilleros.<br />

Los trabajadores del norte mexicano históricamente fueron puntales<br />

de movimientos por la justicia social, sin embargo, en el florecimiento<br />

insurgente de las FLN por todo el País el proletariado fue<br />

un factor ambiguo.<br />

PALABRA DE PROFESOR.- El profesor escribió las siguientes<br />

líneas para compartir de propia letra su experiencia en la guerrilla.<br />

Aclara que en cada rincón del País y en todo tiempo la falta de<br />

libertad está presente en sus diferentes formas y por lo mismo el<br />

hambre de rebelión y justicia deambula errante de norte a sur:<br />

78


Fui maestro de muchos líderes indígenas del EZLN desde que<br />

eran casi niños y no siempre en la selva sino también en diversas<br />

casas de seguridad en las ciudades, en las que pasaban temporadas<br />

aprendiendo oficios relacionados con la organización y otras habilidades<br />

necesarias: salud, artes gráficas, carpintería, zapatería, hasta<br />

cocina y otros oficios.<br />

Me acuerdo de casas en estados del occidente, del centro del País y<br />

del norte en ciudades grandes, pero también en pueblos pequeños muchas<br />

de ellas con responsables profesionales clandestinos y otras propiedad<br />

de colaboradores y simpatizantes, a las que llegaron en grupos<br />

grandes o en forma individual jóvenes y adultos indígenas mujeres y<br />

hombres, temporadas cortas o largas. Siempre para realizar algún tipo<br />

de aprendizaje o asistir a consultas médicas especializadas.<br />

Los maestros dábamos clases básicamente de alfabetización y<br />

primaria. Muy pocos de los visitantes tenían nivel de secundaria.<br />

Además, ya como responsables de algunas de esas casas generábamos<br />

programas de actividades cotidianas con un sentido formativo,<br />

orientadas a familiarizar a estos compañeros con ciertas tecnologías,<br />

uso y costumbres de la ciudad, tales como el manejo seguro<br />

de la energía eléctrica y el gas; en el uso de aparatos y máquinas<br />

domésticas, bicicletas, automóviles y muchos adminículos que era la<br />

primera vez que veían.<br />

Quien fuera Capitán y luego el Mayor Mario fue uno de los más<br />

chicos de mis estudiantes en aquellas épocas, o el ahora Subcomandante<br />

Moisés fue un insurgente al que conocí mucho tiempo después,<br />

ya en la selva.<br />

Los vi crecer y casarse a muchos y muchas de ellos como miembros<br />

del EZLN por sus propias leyes.<br />

79


Quienes éramos maestros en esas épocas fuimos muy apreciados<br />

por todos los compañeros no indígenas por el vínculo tan importante<br />

que nos tocó desempeñar con toda la población indígena de las comunidades<br />

y con los que decidían ser insurgentes.<br />

Podría referir fácilmente diez o más seudónimos de maestros que<br />

colaboramos en aquellos tiempos, pero los más destacados son sin<br />

duda los de dos grandes mujeres: Paula y Rosita, profesoras originarias<br />

de colonias populares del Distrito Federal como yo mismo, que<br />

fueron un gran apoyo tanto en las ciudades como en el monte. Rosita<br />

y Paula pasaron años en diversos campamentos del EZLN enseñando<br />

las primeras letras a cientos de insurgentes.<br />

Su origen citadino y formación tradicional no fue obstáculo para<br />

que dejaran a sus familias y sus exitosas carreras y se fueran a la<br />

selva. Ambas sufrieron de enfermedades graves ya en los campamentos,<br />

como leishmaniosis y paludismo, entre otras.<br />

Estoy seguro que muchos de los actuales mandos zapatistas las<br />

recuerdan todavía con afecto.<br />

A las casas en las ciudades también llegaban a dar talleres y hasta<br />

misa –con ocasión de la llegada de compañeros indígenas– diversos<br />

colaboradores profesionales, médicos, periodistas, sacerdotes y<br />

religiosas, artistas, dentistas y otros profesionales médicos que colaboraban<br />

visitando a los pacientes en las casas o atendiéndolos en<br />

sus consultorios de manera gratuita.<br />

Me acuerdo de “Diente Frío”, quien cuando las compañeras tenían<br />

la boca abierta durante alguna curación contaba chistes contrarevolucionarios,<br />

misóginos o racistas, aprovechando que ellas no<br />

podían protestar.<br />

En realidad lo más sorprendente para mí en esa época fue cons-<br />

80


tatar la participación de diversos personajes de la Iglesia, pues nosotros<br />

éramos ateos y me daba cuenta de que la relación de la organización<br />

con ellos en muchos casos no era personal solamente, sino<br />

evidentemente institucional.<br />

Durante el tiempo que tuve alguna responsabilidad en el norte de<br />

la República pude darme cuenta de la importancia de que nuestras<br />

actividades fueran acogidas con simpatía y colaboración por representantes<br />

de la Iglesia, quienes seguramente deben haber tenido<br />

convicciones progresistas en la profesión de su fe.<br />

Ellos eran quienes nos hospedaban en los trayectos de ciudad en<br />

ciudad y nos contactaban con diversas personas que luego colaboraron<br />

o militaron con nosotros. Son memorables las inmejorables<br />

condiciones en que dormíamos y comíamos cuando los colaboradores<br />

a los que visitamos eran sacerdotes o religiosas.<br />

Muchos de los colaboradores de la organización no sólo fueron<br />

personas cercanas y fieles de los sacerdotes y religiosas que colaboraban<br />

con nosotros, sino también sus familiares, quienes vivían en<br />

otras ciudades o estados diferentes a aquellos en que ellos cumplían<br />

sus ministerios.<br />

En un principio me parecía contradictoria la gran participación<br />

religiosa en actividades de la organización, como lo que significa haber<br />

presenciado un servicio religioso realizando personalmente por<br />

un sacerdote en una de nuestras casas de seguridad para un grupo<br />

de compañeros indígenas. Esta primera percepción fue adquiriendo<br />

sentido para mí cuando empecé a trabajar en contacto más cercano<br />

con los compañeros indígenas.<br />

Ellos se estaban organizando con nosotros por su convicción de<br />

cambio y por sus coincidencias revolucionarias, originadas en sus<br />

81


extremas condiciones de pobreza y abandono social, pero eso de<br />

ninguna manera implicaba que debieran renunciar a sus tradiciones<br />

y su religiosidad.<br />

El laicismo fue una cosa difícil de entender en ese periodo tanto<br />

para ateos como para religiosos dentro de la organización.<br />

No obstante las mayorías pesan, y la organización de profesionales<br />

rápidamente se fue haciendo mayoritariamente indígena y el<br />

trabajo de las ciudades se fue volcando fuertemente a sostener el<br />

crecimiento en la selva.<br />

Fue en esas épocas que los de las ciudades empezamos a subir<br />

para minimizar el traslado a las ciudades de grandes grupos de<br />

compañeros indígenas. Los campamentos se convirtieron en escuelas,<br />

hospitales, teatros, bibliotecas, galerías, además de ser espacios<br />

de entrenamiento y formación política.<br />

Pasábamos un mínimo de seis meses en un campamento para<br />

cumplir con actividades educativas directas y formar a un grupo de<br />

insurgentes como maestros.<br />

Los médicos debían moverse más rápido, pues no sólo se exigía<br />

su presencia en los campamentos, sino también en las comunidades<br />

que eran bases de apoyo y en otras que simpatizaban con el movimiento.<br />

La formación de cuadros sanitarios era muy necesaria e importante<br />

y en ello nuevamente la participación de la Iglesia fue decisiva<br />

no sólo para conseguir recursos y donaciones, sino para atender<br />

directamente a la población.<br />

Muchos de los insurgentes padecieron enfermedades graves por<br />

permanecer en el monte; las comunidades, aunque pobres, presentaban<br />

condiciones menos hostiles que la selva y eso se convirtió en<br />

82


un problema serio en algún momento y en una prioridad, por lo que<br />

finalmente la opción de la ciudad nunca pudo ser descartada.<br />

No cabe duda que el contacto con lo diferente fue la fuente de impulso<br />

más grande en ese movimiento social.<br />

Me consta el enorme efecto moralizante que tenía en los compañeros<br />

y comunidades indígenas constatar el interés, abnegación y<br />

apoyo de muchos “blancos” (como nos decían en español) con el<br />

movimiento, ya fuera cuando ellos venían a las ciudades y visitaban<br />

casas en las que veían mucha gente colaborando; sea cuando esos<br />

“blancos” éramos vistos en la montaña sufriendo las hostilidades<br />

del medio y esas condiciones de una manera a veces cómica para<br />

ellos, pero completamente comprometidos.<br />

Para nosotros constatar su pobreza y las injusticias a las que a<br />

diario se ven sometidos, pero también su fortaleza y capacidad organizativa<br />

y de autonomía, era en todos los casos un motivo de fortalecimiento<br />

de nuestra convicción.<br />

No obstante las percepciones y los sentimientos no son suficientes<br />

para llevar una causa al éxito, y una causa como la indígena condensa<br />

tanta historia y contradicciones como pocos temas sociales.<br />

Pienso que la causa indígena es algo así como un “hoyo negro en lo<br />

social”, aparentemente pequeño, asociado a las “minorías”, pero en<br />

realidad tan denso, complejo y difícil de penetrar si no se cuenta con<br />

voluntades múltiples para ello.<br />

83


‘Divina’ sublevación<br />

Hay mucho por decir del pasado guerrillero del noreste mexicano,<br />

tiempo en que algunos intelectuales, muchos estudiantes, profesores<br />

y comerciantes ayudaron a construir lo que se convertiría en<br />

el EZLN; incluso hay un toque “divino” en esas historias, entre las<br />

que destaca la vida de una religiosa que ofrecía seguridad en tierras<br />

coahuilenses a los insurgentes.<br />

El profesor la recuerda con cariño y admiración como una mujer<br />

nacida en buena cuna saltillense.<br />

Esta religiosa nos recibió en su casa, incluso ella no estaba y un<br />

hermano suyo fue quien nos acogió. Me parece que él no estaba del<br />

todo enterado de quiénes éramos, que pertenecíamos a un grupo<br />

clandestino que se preparaba para la guerrilla, pero mira, la verdad<br />

es que para quien convivía con nosotros tampoco era difícil deducir<br />

a qué nos dedicábamos.
<br />

Allí (en Saltillo) había intelectuales, profesores, comerciantes y<br />

estudiantes que hicieron importantes aportaciones al movimiento,<br />

tanto con dinero en efectivo como para compartir sus conocimientos.<br />

Esta religiosa era famosa entre nosotros, pues formó parte activa<br />

e importante en esa zona para la causa.<br />

Sonríe cuando le llega un recuerdo.<br />

Ella era joven; lo último que supe es que terminó por separarse<br />

un poco la Iglesia y se regresó al norte; un joven indígena chol se fue<br />

con ella porque era su pareja.<br />

El profesor explicó que Saltillo era un punto importante para las<br />

FLN ya que éstas tenían su base en Monterrey, y como las fuerzas<br />

policiacas y aparatos de Inteligencia les seguían el rastro, les resultaba<br />

una alternativa segura como salida de emergencia.<br />

84


¿Saltillo ¿Ha cambiado mucho Recuerdo cuando estuve allá.<br />

También anduve en el desierto de Coahuila y en Torreón, en Linares,<br />

a las afueras de Monterrey, hizo memoria.<br />

Supe que está muy difícil la situación ahora, como en casi todo el<br />

norte del País. Allí teníamos el apoyo de muchos maestros y algunos<br />

religiosos. Esta religiosa de Saltillo era todo un personaje, ella estuvo<br />

muchos años en Chiapas. Recuerdo que su casa estaba ubicada<br />

en lo que en ese tiempo eran las afueras de la ciudad y era de una<br />

familia sino rica, sí de buen nivel.<br />

EL AGUERRIDO VERA.- En los relatos del profesor hay algunos<br />

pasajes que resultan muy interesantes para Iglesia Católica, pues<br />

refiere al actual Obispo de Saltillo, Raúl Vera López.<br />

Cuando él llegó a Chiapas nos dijeron que iba en el lugar de<br />

Samuel Ruiz. Todos estábamos muy inquietos adivinando si esto<br />

representaría problemas para las FLN, pero en poco tiempo todo se<br />

acomodó y no hubo mayores inconvenientes, al contrario.<br />

Llegó en un momento muy importante, cuando me parece que don<br />

Samuel más necesitaba de un apoyo, y él se convirtió en ese apoyo;<br />

se convirtió en sus “oídos” en los lugares a donde no podía acudir.<br />

Mediáticamente hoy se etiqueta Raúl Vera como el “Último Teólogo<br />

de la Liberación”. Su labor en la Diócesis de Saltillo ha destacado<br />

a nivel internacional, tanto que fue nombrado por algunos<br />

organismos no gubernamentales en Noruega como uno de los más<br />

firmes aspirantes a obtener el Premio Nobel de la Paz 2013, que<br />

finalmente no recibió.<br />

Este reconocimiento mundial ha ido acompañado por una serie de<br />

cuestionamientos, principalmente por sus severas críticas al desem-<br />

85


peño de funcionarios públicos y la actuación del Estado Mexicano en<br />

el desamparo a los migrantes y de los mineros del norte del País.<br />

Esto último con un riesgo adicional cuando la región minera<br />

coahuilense estaba infestada de cárteles del crimen organizado.<br />

Sacerdotes de su Diócesis han acaparado la atención internacional<br />

por su particular forma de predicar el evangelio, como el padre<br />

Adolfo Huerta, “Padre Gofo”, quien se traslada en motocicleta y<br />

participa en protestas contra los gobiernos, usa el pelo largo y se<br />

maquilla la cara.<br />

Esto y unas declaraciones sobre el celibato fallido que le atribuyen<br />

a “Gofo” al parecer ocasionaron una reprimenda contra el<br />

Obispo directa desde El Vaticano, que se suma a otra que a finales<br />

del 2011 se le aplicó por la Pastoral saltillense San Aelredo, enfocada<br />

a la comunidad lésbico-gay. En los últimos tiempos estos han<br />

sido algunos de los “dolores de cabeza” de Vera.<br />

Aunque el mayor vino por boca propia en el 2014, cuando el<br />

Obispo de Saltillo declaró públicamente haber conocido, fuera del<br />

secreto de confesión, dos casos de curas pederastas en su Diócesis<br />

y aceptó no haber presentado denuncias, alegando<br />

que en uno de los casos firmó ante notario<br />

público un compromiso para mantener<br />

en secreto el caso. El Colegio de Notarios de<br />

Saltillo aseguró que ninguno de sus miembros<br />

asistió a Vera en el caso.<br />

Posteriormente Vera impulsó la construcción<br />

de Casa Emaús, en Arteaga, Coahuila, un centro Raúl Vera López<br />

de rehabilitación para sacerdotes en crisis. Se dice<br />

que curas pederastas podrían llegar allí, aunque él lo niega.<br />

86


OBISPOS GESTARON LA GUERRILLA.- Un hombre que aún en<br />

los días de hoy es una especie de heraldo para las comunidades<br />

indígenas entre su “México en resistencia” y las “soberbias ciudades<br />

de ‘Arriba’”, se refiere a la participación de altos mandos de la<br />

Iglesia Católica en la formación de la guerrilla.<br />

Ellos (algunos miembros importantes de la Iglesia Católica) no<br />

sólo sabían de lo que clandestinamente se gestaba desde 1969, sino<br />

que apoyaron mucho; el movimiento de las Fuerzas de Liberación<br />

Nacional era en todo el País y ellos enviaban sacerdotes a las casas<br />

de seguridad prácticamente en todos lados, pero básicamente el<br />

mayor apoyo provenía de Monterrey, Torreón, Chihuahua, Veracruz;<br />

bueno, obvio en la Ciudad de México.<br />

Aseguró que en las décadas de preparación para la guerrilla jugaron<br />

un papel importante los catequistas y curas, muchos de ellos<br />

apegados a la corriente de la Teología de la Liberación, con su líder<br />

el obispo Sergio Méndez Arceo y con Samuel Ruiz ligado siempre<br />

al Zapatismo.<br />

Samuel Ruiz, el Obispo de San Cristóbal, era uno de los principales,<br />

pero no el principal. Incluso hubo un momento entre 1992 y 1993<br />

cuando él (Ruiz) sintió que las cosas se le salían de control, desacordó<br />

con los mandos zapatistas y entonces recibió llamadas de líderes<br />

religiosos desde Monterrey y la Ciudad de México para que conciliara<br />

con nosotros, y fue así como las cosas se arreglaron.<br />

Explica que aunque trabajaron juntos durante muchos años, los<br />

elementos de las FLN y los miembros de la Iglesia Católica tuvieron<br />

que superar muchas diferencias, pues ellos por su formación<br />

académica e intelectual al ser ateos desacreditaban todo el tiempo<br />

a los religiosos, pero no había más remedio que convivir pues cada<br />

87


uno había abandonado el hogar y ésta era su nueva familia.<br />

De pronto dependíamos de ellos para poder penetrar y hacer vivir<br />

al movimiento. Aunque la dependencia siempre fue mutua porque<br />

ambos grupos perseguíamos justicia social e igualdad. Luego allá<br />

en casas de seguridad o de simpatizantes, o en las bases de apoyo,<br />

veíamos muchas cosas que reforzaban nuestros prejuicios contra<br />

los religiosos: entre otras a sacerdotes y monjas en vida en pareja<br />

entre ellos o con indígenas, etc. Ellos dirán lo mismo sobre algunos<br />

de nuestros compañeros, pero el caso es que tuvimos que aprender a<br />

ser mucho más tolerantes.<br />

Insurgentes ideológicos, religiosos e indígenas trascendieron esa<br />

tolerancia y la convirtieron en un proyecto subversivo focalizado<br />

en el sur de México, casi totalmente en Chiapas, pero sólo posible<br />

por la cadena de mando y financiamiento que se enraizaba por<br />

todo el País.<br />

Por su parte, el profesor también se refiere a este punto: El conflicto<br />

entre la religión y/o la iglesia y el movimiento es y fue de orden<br />

estratégico, no si una religiosa tenía vida en pareja o nosotros la teníamos,<br />

sino que nosotros éramos ateos y teníamos otra concepción<br />

del mundo y de la vida mas allá de nuestras diferencias morales,<br />

que por otro lado no eran las más importantes.<br />

Cuando llegó la hora de tomar decisiones y poner acción a las<br />

palabras, el movimiento estaba ya en manos de un nuevo líder,<br />

quien luego de más de una década en la estructura zapatista desplazaba<br />

a los viejos mandos (la mayoría de los que venían desde<br />

las FLN y los de la Iglesia) y junto con los indígenas se levanta en<br />

armas el 1 de enero de 1994: El Subcomandante Marcos.<br />

88


La muerte de Marcos, el gran actor<br />

El 28 de diciembre del 2013 VANGUARDIA publicó la entrevista de<br />

quien fuera la pareja de Rafael Sebastián Guillén Vicente, el Subcomandante<br />

Marcos, entre 1979 y 1983, durante sus últimos años<br />

en la universidad y los primeros dentro del Zapatismo.<br />

El testimonio de esta mujer, quien independientemente de su<br />

relación con Marcos tuvo gran participación dentro de las FLN<br />

durante casi dos décadas, fue considerado por muchos como una<br />

denostación al líder guerrillero y atribuyeron a sus palabras deslealtad<br />

y hasta interés por desvirtuar a la mítica figura. Nada más<br />

alejado de su intención.<br />

En la publicación dio una perspectiva desconocida del Subcomandante<br />

y anticipó su “muerte”. Además habló sobre las dotes<br />

histriónicas y actorales del máximo líder zapatista. Es “el maestro<br />

de la representación”, dijo entonces. Sobra decir la cascada de descalificativos<br />

e insultos que recibió en redes sociales.<br />

Cinco meses después, el 25 de mayo del 2014, el propio Subcomandante<br />

decretó públicamente “su muerte” y explicó que “Marcos”<br />

fue efectivamente una representación, una botarga dentro de<br />

un contexto de profundidad en la lucha armada y de resistencia.<br />

Hay quien dice que más que su muerte, el Subcomandante<br />

anunció su jubilación y ahora pasará sus “días de reposo” enfundado<br />

en otra capucha: la de “Galeano”.<br />

Así, Marcos, el norteño de sangre española, entregó en esa fecha<br />

la estafeta como vocero del EZLN a Moisés, indígena chiapaneco.<br />

Al narrar su historia, ella reiteradamente enfatizaba una palabra<br />

usada por la mayoría de los entrevistados: “Compartimentación”,<br />

89


la forma en que la información tenía que ser encapsulada y a cada<br />

quien le correspondía enterarse sólo de lo que le competía, sus instrucciones<br />

específicas. Evidente así su uso de analogías para decir<br />

las cosas importantes por suceder.<br />

Aquí la publicación de finales del 2013:<br />

El cáncer que corroe al<br />

Subcomandante Marcos<br />

¿Puede un guerrillero dejarse vencer por la tristeza<br />

Las confesiones de su novia de la universidad narran que fue un<br />

niño melancólico; un hijo que no pudo enterrar a sus padres y, hoy,<br />

un mito que se niega a morir<br />

El cáncer corroe al Subcomandante Marcos, encapsula el tiempo;<br />

ladrón de energía que lo despoja de las miradas que anhelan su<br />

presencia: ¿Qué niño se la vive recitando poemas y recordando fragmentos<br />

de obras literarias Te lo digo: uno profundamente triste. Así<br />

fue Marcos.<br />

La filosa mirada inquisitoria por un instante se ha transformado,<br />

dulcificando inusualmente su semblante al momento que murmura:<br />

Dejarse morir es lo mejor que puede hacer para ayudar. Las palabras<br />

son de una mujer que compartió lecho, sueños y formación<br />

guerrillera por cinco años con el emblema y líder del Ejército Zapatista<br />

de Liberación Nacional (EZLN).<br />

A finales de los 70 y hasta 1983 fueron pareja y aunque se dejaron,<br />

coincidieron por casi una década después ya que ambos perte-<br />

90


necían a las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) y luego al EZLN.<br />

Ella dejó el Zapatismo un par de años antes de que el primero de<br />

enero de 1994 tomaran las armas iniciando la guerrilla en México.<br />

Sus palabras dan una nueva perspectiva bajo el pasamontañas,<br />

la pipa y el sistema de comunicación (marketing y showman incluidos)<br />

que han logrado lo que ningún otro grupo insurrecto en<br />

las últimas dos décadas. Tras la “última guerrilla de América” se<br />

revela una implacable melancolía que siempre ha acompañado a<br />

Marcos, que lo corroe ahora hacia lo que podría ser una caída del<br />

telón.<br />

Si bien no hay un consenso unánime sobre la naturaleza, el origen,<br />

los logros y la legitimidad de los zapatistas, en lo que sí es<br />

común encontrar coincidencias es en el papel que desempeña para<br />

ese movimiento guerrillero este hombre, cuyo “alias” en la vida<br />

común corresponde a “Rafael Sebastián Guillén Vicente”, como lo<br />

aseguró en febrero de 1995 el entonces presidente Ernesto Zedillo.<br />

Incluso por sus propios comunicados hoy sabemos que los zapatistas<br />

sobreviven en gran parte por apoyos internacionales. Además,<br />

hay una estructura nacional también vital para las finanzas,<br />

logística y creación de cuadros que en estos momentos usa las mismas<br />

casas de seguridad en distintas ciudades del País que hace 35<br />

años, aún antes del nacimiento del EZLN.<br />

En la víspera del 20 Aniversario del alzamiento del EZLN contra<br />

el Gobierno de México, esta mujer finalmente entra en sus recuerdos<br />

y los comparte, tras un año de charlas con ella y otras personas<br />

que coincidieron en momentos decisivos en la vida de Marcos.<br />

Hace un par de meses me enteré que una de las casas de seguridad<br />

que había en los 80 en la Ciudad de México aún continúa. Traen<br />

91


a indígenas para educarlos y capacitarlos, similar a como lo hacíamos<br />

entonces las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) –la organización<br />

madre del EZLN–, relata la ex pareja de Marcos.<br />

Cuando apareció en la organización, él fue reconocido desde el<br />

principio por la vieja guardia como un cuadro de cambio de estafetas,<br />

el elegido, digno de asumir la Dirección en una nueva generación.<br />

Era una inteligencia brillante y lúcida, además era un narrador,<br />

ilusionista, fabulador.<br />

Sin duda palabras de apoyo incondicional al líder zapatista contrastan<br />

con la información que circula los últimos días en la que<br />

no sólo lo descalifican de origen y acción, pues además lo responsabilizan<br />

de incrementar de manera significativa la pobreza en las<br />

zonas ocupadas por el EZLN en Chiapas los últimos 20 años y condenarlas<br />

al abandono.<br />

Por la historia de esta mujer, algunas de las actitudes de Marcos<br />

toman nuevos rumbos en cuanto a su concepción, pues ella explica<br />

un origen del inseparable pasamontañas y la pipa muy distinto<br />

al conocido hasta ahora.<br />

Más que por mimetizarse en la personalidad de Ernesto “El Che”<br />

Guevara, su modelo a seguir, ella afirma que esos hábitos los adquirió<br />

a la sombra del comportamiento “autístico” que desde niño<br />

desarrolló el líder zapatista como una autodefensa por la profunda<br />

tristeza que lo tiene atrapado.<br />

La melancolía de que adolece es producto de su impotencia por<br />

las injusticias en las que creció, las que veía en su seno familiar<br />

y las que se potencializaron en su interior a medida que se incrementaba<br />

su conocimiento, pero principalmente cuando conoció y<br />

adoptó la vida en comunidades indígenas.<br />

92


Antes de ser “El Subcomandante” tenía pocos amigos y no hacía<br />

las cosas típicas de los niños y jóvenes. Asegura que bajo esa aparente<br />

madurez y seguridad, siempre hubo una gran ingenuidad y<br />

necesidad de afecto.<br />

Muy joven cuando lo conocí, con una máscara, una barba que me<br />

pareció una máscara que le permitía guardar distancia, no sé si alejar<br />

a los demás de su centro, mantenerse a distancia de los demás<br />

en un ánimo “autístico”.<br />

Un día llegó a fingir que fumaba poniéndose un cigarro apagado<br />

en la boca… yo le regalé alguna pipa fina… no sé si en la misma<br />

lógica de poner algo entre la gente y él o para mediar en su<br />

necesidad del silencio ante la inmensidad de estupideces que a<br />

veces se decían.<br />

En lo que sí está de acuerdo con los detractores del Subcomandante<br />

es en la gran capacidad histriónica del líder rebelde, en su<br />

extraordinario sentido de la comunicación y de la puesta de escena:<br />

desde la primaria y secundaria participó en obras de teatro y<br />

otras representaciones.<br />

Asegura que él es el mago, el capitán de la representación, el<br />

Mayordomo extranjero que llevó a buen puerto la nueva narrativa.<br />

Supo mejor que todos que la guerra no era viable como tal, pero<br />

leyó en los hombres y las mujeres su deseo de hacer realidad la representación<br />

de la guerra, como la Semana Santa Cora o el Carnaval<br />

Tzeltal: en ellas siempre mueren algunos y cuesta mucho dinero,<br />

pero es la ofrenda necesaria para que las cosas mejoren y sigan.<br />

Representación, critican muchos, irresponsable por las vidas que<br />

se perdieron del 1 al 12 de enero de 1994 durante los enfrentamientos<br />

de zapatistas contra militares y otras fuerzas del orden, y por<br />

93


las consecuencias de no aceptar programas del Gobierno en las<br />

zonas ocupadas por el EZLN, con lo que las actividades agrícolas<br />

y ganaderas mantienen una raquítica producción. Se le cuestiona<br />

también el sistema educativo de los rebeldes, que no tiene validez<br />

fuera de esa zona.<br />

Ellos (indígenas) y él con ellos nunca entendieron bien o no esperaron<br />

entender el socialismo, si no es otra cosa que es lo que lograron<br />

o están en ruta de lograr y que impactó al mundo entero.<br />

La voz de los zapatistas rechazando estas acusaciones se fortalece<br />

con la de muchas ONG’s internacionales. En el Congreso Nacional<br />

Indígena celebrado en San Cristóbal de las Casas en agosto<br />

de este 2013, una activista belga quien se identificó como Odette<br />

Goffar se fue sumamente complacida por el avance en las comunidades<br />

zapatistas y aseguró que Casa Nicaragua, la organización<br />

europea que dijo representar, seguirá dando apoyos al Subcomandante,<br />

aunque lamentó no haberlo visto.<br />

Así como Odette, muchos otros simpatizantes aún esperan poder<br />

saludar al líder guerrillero, tomarse una foto con él. ¡Y cómo<br />

no!, dice la expareja de Marcos que hoy revela sus secretos, si es<br />

un personaje fascinante con un inteligente sentido del humor, que<br />

incluso desarrolló su particular forma de comunicación.<br />

Usaba el lenguaje para alejar y cortar cualquier atentado contra<br />

su interior; las bromas, los sarcasmos, el esgrima verbal le servían<br />

para disfrazar su agrado. Siempre estaba en lo intangible, ininteligible,<br />

que es lo más inseguro, peligroso e incómodo, pero lo más cercano<br />

al mito.<br />

94


LA PROFUNDA TRISTEZA.- Regresa a la profunda tristeza de Marcos,<br />

la que comprendió aún más cuando vio una foto de su infancia:<br />

en la única visita que hizo a ese primer hogar del insurgente<br />

en Tampico se topó con la imagen de un niño que reflejaba un gran<br />

pesar acumulado, dijo, por ser tan sensible ante las injusticias propias<br />

de la dinámica de clases sociales, por las características de su<br />

seno familiar y por el gran amor que profesó siempre por dos personas<br />

principalmente.<br />

Abuela Antonia, (hermano) Carlos, grandes nodos en su memoria<br />

y sentimiento, cubiertos por capas y capas de compromiso puro y<br />

melancolía, que es su compañera en el viaje de desdén y espera infinita<br />

de lo que, sabe nadie, llegue a ver, porque en realidad todo es<br />

relato.<br />

Carlos era su hermano mayor, pero a quien el líder guerrillero<br />

siempre cuidó desde la infancia hasta la edad adulta, ya que<br />

padecía de epilepsia. Esta mujer recuerda que vivió con los dos<br />

hermanos en un departamento; Carlos murió mientras el Subcomandante<br />

se encontraba en la selva, por lo que no pudo asistir<br />

a su funeral… ni al de su abuela Antonia, ni al de su madre, ni<br />

al de su padre.<br />

Hoy se habla de un relevo de mandos en el EZLN con el Subcomandante<br />

Moisés como nuevo estandarte, el mismo Marcos así lo<br />

anunció a principios del 2013 en sus comunicados. Se dice que el<br />

“Sup” está enfermo y en la antesala del retiro permanente, él mismo<br />

se mofa de esos argumentos incluyendo la contestación en el<br />

revire de que el Zapatismo está en pie más que nunca.<br />

No tiene empacho en confrontar a aquellos que aseguran que la<br />

biología pronto lo alcanzará y por lo mismo sus apariciones públi-<br />

95


cas deben ser las estrictamente necesarias y en ambientes controlados<br />

por completo. Lo cierto es que hace muchos años que no se<br />

le ve públicamente y que se empieza a hablar del mito más que del<br />

hombre.<br />

Por ello cuando dicen que está pensando “en la inmortalidad del<br />

cangrejo”, en el fondo y paradójicamente tienen razón, pero esa inmortalidad,<br />

esa falta ya de voz, es porque ha perdido importancia la<br />

narrativa hacia afuera; su misión es el mito nuevo.<br />

No es con un nuevo Marcos –Moisés–, es con un nuevo mito con<br />

lo que ese caldo puede seguir, y para eso se necesita su muerte real,<br />

su decadencia, es parte del ritual. Por eso él puede dejarse caer en<br />

un diván, no aparecer, no decir nada, cultivar su vicio y descuidar su<br />

salud, hacer como sus seres más amados: Dejarse morir, sentencia<br />

la mujer que conoció al joven estudiante, al catedrático, al aprendiz<br />

de guerrillero, al líder insurgente, al enemigo público número<br />

uno de México en algún momento (según el Gobierno), a Marcos.<br />

ESGRIMA.- El Congreso Nacional Indígena celebraba un importante<br />

evento en 1996 en la Ciudad de México e hizo una invitación<br />

para que una delegación del EZLN los acompañara, pero<br />

la Secretaría de Gobernación pedía que los zapatistas no salieran<br />

de Chiapas.<br />

Entonces Juan Guerra, diputado perredista y miembro de la Cocopa,<br />

le dijo al Subcomandante Marcos que él lo acompañaría y<br />

que si los mataban a los dos, pues ni modo.<br />

Ah chingao, que te maten a ti, a mí por qué. Yo no me quiero morir,<br />

dicen que contestó socarronamente el líder rebelde, haciendo<br />

estallar las risas.<br />

96


La ex pareja de Marcos<br />

con la carta que escribió<br />

luego de 30 años.<br />

Algunos comensales<br />

no dejaron de voltear a<br />

nuestra mesa durante la<br />

charla.<br />

Carta íntegra a Marcos<br />

Esta es la carta íntegra que la ex pareja del Subcomandante Marcos<br />

escribió luego de 30 años. Habla de su relación y da una idea diferente<br />

a lo conocido hasta ahora sobre algunos elementos en torno<br />

al líder guerrillero:<br />

Es el hombre al que he amado con más fuerza y pureza; digo pureza<br />

porque la naturaleza de su ser siempre fue para mí cristalina,<br />

sin recovecos, falsas intenciones.<br />

Un hombre muy joven cuando lo conocí, con una máscara, una<br />

97


arba que me pareció una máscara que le permitía guardar distancia,<br />

no sé si alejar a los demás de su centro, de su alma limpísima o<br />

alejarse él mismo, mantenerse a distancia de los demás en un ánimo<br />

“autístico”, narcisista, no sé cómo entenderlo.<br />

Cuando los grupos y las personas se salían de los márgenes o lo<br />

hacían salir, entonces usaba el lenguaje para alejar y cortar cualquier<br />

atentado contra su interior; las bromas, los sarcasmos, el<br />

esgrima verbal le servían para disfrazar su agrado, su aprecio o su<br />

afecto y también su desafecto.<br />

Mi madre lo amaba y él la amaba a ella y siempre la molestaba<br />

criticando su cocina; ella, que era intuitiva e inteligente, sabía que<br />

sus críticas y descortecías eran inversamente proporcionales a la<br />

simpatía que él experimentaba por ella.<br />

A mí al principio nunca me pareció guapo, en realidad lo amé porque<br />

descubrí su alma sui generis; su fragilidad atrás de su aparente<br />

fortaleza; su ingenuidad a través de su supuesta madurez, y su gran<br />

necesidad de afecto a través de su supuesta autonomía e independencia<br />

emocional.<br />

Me enamoré de él tal vez antes de que él lo hiciera de mí. Se tardó<br />

eternidades en darme ese primer beso, que en gente como nosotros<br />

sustituía cualquier cortejo y declaración formal ¡Y tal vez fue ese el<br />

beso más bello y memorable que nadie me haya dado!<br />

Creo que él también me quiso mucho y creo que nuestra juventud y<br />

nuestra conciencia de futuro demasiado volcada hacia fuera de nosotros,<br />

en un mundo en la totalidad bizarra e injusta, nos hizo perdernos.<br />

No tiene sentido decir quién tuvo la iniciativa de dejar a quién, lo cierto<br />

es que sucedió y después de un tiempo el dolor por el hecho me alcanzó<br />

de tal forma que nunca pude reponerme del todo.<br />

98


Políticamente, cuando apareció en la organización él fue reconocido<br />

desde el principio por la vieja guardia como un cuadro de<br />

cambio de estafetas, el elegido, digno de asumir la Dirección en una<br />

nueva generación.<br />

Era una inteligencia brillante y lúcida, además era un narrador,<br />

ilusionista, fabulador, eso le tomaba mucho tiempo: Leer además de<br />

todo, historietas, caricaturizar la realidad, burlarse de ella, identificar<br />

a los malos y su maldad y guiarse como en un juego de “futbolito”<br />

por la realidad.<br />

EL ABISMO.- En su mente empezó a tomar cada vez más espacio<br />

todo lo que tenía qué ver con la organización y la clandestinidad,<br />

que era un pretexto para no hablar, y empezamos a compartimentar<br />

también lo que pensábamos de lo nuestro y, como digo, a perdernos<br />

poco a poco, amándonos aún, pero como si no tuviéramos derecho a<br />

ello.<br />

Pocas personas más generosas conozco que él. El poco tiempo<br />

que compartimos gastos siempre él daba más; siempre él pagaba y<br />

corría con los gastos sin esperar equidad, reciprocidad.<br />

Era muy “maneado”, dicen; no sabía mecánica y manejaba muy<br />

mal, pero no era capaz de reconocerlo, no se le daba mucho lo constructivo;<br />

él era un intelectual con sesgo artístico por las letras y la<br />

plástica, con gustos musicales más bien provincianos.<br />

Un día él y yo vivimos un ataque de pánico de dos, del cual nunca<br />

quiso volver a hablar; comía cualquier cosa por fea que estuviera y<br />

es que siempre tenían hambre, pero su plato preferido eran los mariscos,<br />

las entomatadas.<br />

Mi madre le enseñó a adorar las “gloriosas” que le preparaba con<br />

99


verdadero amor, y por eso cuando me echaron de mi casa nunca le echó<br />

la culpa a ella, sino que siempre le guardó rencor a mi papá.<br />

Amaba tiernamente a su abuela Antonia, a quien realmente fue a<br />

la que me llevó a conocer cuando fui a su casa. Era una mujer fuera de<br />

serie y ella lo adoraba a él más que a cualquiera de sus nietos.<br />

Su filosofía de la vida práctica era económica y estratégica, no<br />

hacía dos veces una misma cosa. Mataba o trataba de matar más<br />

de un pájaro con un tiro. Su tesis de Licenciatura, a pesar de que<br />

recibió mención, la hizo en poco más de una semana, porque cada<br />

capítulo y apartado lo había venido elaborando en distintos cursos<br />

durante toda la carrera, y cada uno le había consumido toda la<br />

energía y la concentración posibles.<br />

Todo lo que hacía lo llevaba o quería llevar a la perfección. Aunque<br />

partiera de cero, de la torpeza misma, llegaba a ser el mejor.<br />

LA PIPA.- Un día empezó a fingir que fumaba poniéndose un cigarro<br />

apagado en la boca, no sé si en la misma lógica de poner algo<br />

entre la gente y él, o para mediar en su necesidad del silencio ante<br />

la inmensidad de estupideces que a veces se decían.<br />

Antes del cigarro, apagado siempre, mordía las plumas y todo lo<br />

que se le apareciera hasta destrozarlos, fue así que me dijo que fumaría<br />

pipa: cuando empezó, me pareció bien, olía bien el tabaco de<br />

manzana y yo le regalé alguna pipa fina.<br />

Su ansiedad se atenuaba con toda la parafernalia del tabaco y el<br />

ritual complejo de ese vicio, pero acababa con todas las boquillas.<br />

El amor que le tenía a su hermano Carlos y la preocupación constante<br />

por su salud y la completa irresponsabilidad de éste para tomar<br />

sus medicinas, lo hacían sufrir. No lo vi nunca más dolido, an-<br />

100


gustiado y triste que las veces en las que Carlos padeció ataques de<br />

epilepsia y se quedaba mal durante mucho más tiempo que lo que<br />

tardaba Carlos en recuperarse.<br />

Él sabía que en esos ataques se jugaba la vida. Tal vez dejar a Carlos<br />

fue una de las cosas que le costaron más trabajo y atrasaron mayormente<br />

su incorporación como profesional a la organización (FLN).<br />

Nunca nos casamos en la organización, yo no estaba de acuerdo<br />

con eso, pero éramos pareja independientemente de que a mí me<br />

parecía una tontería.<br />

Yo tenía más preocupaciones humanas, relacionales, me preocupaba<br />

y dolían personas y situaciones concretas, tal vez por mi precoz trabajo<br />

y experiencia en Sudamérica durante las dictaduras. Él, más políticas,<br />

organizativas, estratégicas. Él era más filósofo, inflexible.<br />

Si yo hubiera querido hablar de lo nuestro, él hubiera seguido repitiendo<br />

su frase: “El amor sólo es una pequeña lucha de clases”.<br />

No éramos feministas, yo no necesitaba que me reivindicara nadie y<br />

menos otras mujeres tontas, menospreciadas por sus parejas o compañeros,<br />

sin embargo, sólo después entendí que la de sexos, como<br />

decía él, sí que era una lucha de clases y de poderes, al menos en la<br />

organización.<br />

ADIÓS.- El día que decidí dejarlo, lo hice en Ocosingo, y esa convicción<br />

me hizo llorar y llorar por kilómetros de camino desde Palenque.<br />

Sabía que el sufrimiento era enorme y las razones totalmente<br />

irracionales, y sin embargo así debía ser.<br />

Él no hubiera sido lo que llegó a ser, conmigo; y yo no hubiera<br />

sido lo que soy, sin él. Eso quiere decir que su ser entero, lejano pero<br />

siempre presente en mí, como si hiciera las cosas en función de lo<br />

101


que él diría, o como creía yo que a él le parecería bien.<br />

Este juego de fabulación sólo como un tributo duradero a ese<br />

amor que le tuve, y al que renuncié sin renunciar. En sueños siempre<br />

lo veo, nos encontramos, a veces me rechaza, a veces me da esperanzas.<br />

La mayoría es como cuando nos hicimos novios: Me da largas<br />

y no me besa tan pronto como yo quisiera.<br />

Siempre lo he esperado como si algún día pudiera volver a hablarme,<br />

pero creo que el miedo… eso se ha de sentir después de haber<br />

sido tan grandes uno para el otro, volver a encontrarnos con tanta<br />

historia detrás cada quien.<br />

ARTE Y GUERRA.- Él es incorruptible, generoso y va a darle continuidad<br />

a su esfuerzo hasta morir. Supo mejor que todos y mucho<br />

antes que la guerra no era viable como tal, pero leyó en los hombres<br />

y las mujeres su deseo de hacer realidad la representación de la<br />

guerra, como la Semana Santa Cora o el Carnaval Tzeltal: en ellos<br />

siempre mueren algunos y cuesta mucho dinero, pero es la ofrenda<br />

necesaria para que las cosas mejoren y sigan. Ellos y él con ellos<br />

nunca entendieron bien o no esperaron entender el socialismo, si no<br />

es otra cosa que es lo que lograron o están en ruta de lograr y que<br />

impactó al mundo entero.<br />

Él es el Mago, el Capitán de la representación, el Mayordomo extranjero<br />

que llevó a buen puerto la nueva narrativa para repetirla de ahora<br />

en adelante hasta lograr que la nueva “cosecha” se siga dando.<br />

Él es el que ofreció la transmutación, la echada a andar a un nuevo<br />

camino largo, pero nuevo y con otra esperanza.<br />

Un poco de culpa debió sentir de dejar a Carlos o de no haber podido<br />

convencerlo, tal vez nunca lo intentó, de que nos acompañara,<br />

102


y ese desdén por su propia salud es muestra del honor que le rinde a<br />

la memoria de su hermano.<br />

Abuela Antonia, Carlos, grandes nodos en su memoria y sentimiento<br />

cubiertos por capas y capas de compromiso puro y melancolía, que<br />

es su compañera en el viaje de desdén y espera infinita de lo que, sabe<br />

nadie, llegue a ver, porque en realidad todo es relato.<br />

El relato no es sólo hacia afuera, marketing, en realidad el relato<br />

es más hacia adentro de las comunidades, de sus propias conciencias<br />

y corazones; es la creación de un mito nuevo, del mito de origen<br />

que sea el que los conduzca en la nueva cuenta larga, y por ello<br />

cuando dicen que está pensando en “la inmortalidad del cangrejo”,<br />

en el fondo y paradójicamente tienen razón, pero esa inmortalidad,<br />

esa falta ya de voz, es porque ha perdido importancia la narrativa<br />

hacia afuera.<br />

Su misión es seguir alimentando la narrativa hacia adentro, el mito<br />

nuevo, interno, que es lo que hace caminar al infinito el mundo.<br />

No es con un nuevo Marcos –Moisés– es con un nuevo mito con<br />

lo que ese caldo puede seguir, y para eso se necesita su muerte real,<br />

su decadencia, es parte del ritual. Por eso él puede dejarse caer en<br />

un diván, no aparecer, no decir nada, cultivar su vicio y descuidar su<br />

salud, hacer como sus seres más amados: Dejarse morir. Es lo mejor<br />

que puede hacer para ayudar.<br />

Él ya no es para nada de nuestro mundo, nunca lo fue, nunca usó<br />

smoking, y el intermediario entre él y nosotros siempre fue el humor, un<br />

duende que tiene máscara, un juglar con sombrero y cascabeles.<br />

No se quejen de su impostura, no han entendido a su nahual;<br />

siempre gustó de Woody Allen, amaba las hamburguesas de<br />

McDonald’s y la Coca Cola a pesar de lo incorrecto políticamente<br />

103


que eso era; le gustaban todos los capítulos de la “Loca Academia<br />

de Policía” y otras películas ultramodernistas, hilarantes, que los<br />

comediantes de la ciudad no hubieran entendido.<br />

Buscaba entre lo naco y entre lo mítico, sin prurito, entre lo incorrecto<br />

y lo nueva vía, ni siquiera presentida por nosotros.<br />

Siempre acabábamos o empezábamos en lugares comunes; él<br />

siempre estaba en lo intangible, ininteligible, que es lo más inseguro,<br />

peligroso e incómodo, pero lo más cercano al mito; lo irracionalracional,<br />

lo descabellado que guía.<br />

Matar al padre para inaugurar una nueva estirpe casándose con<br />

la madre, regresando a su seno para renacer.<br />

La selva, la raza, la tierra tienen que tener una nueva cimiente<br />

para ese mito distinto: un extranjero, un alien, siempre es un buen<br />

ápice.<br />

104


III<br />

Oventik: Fuego<br />

y muerte<br />

en el Corazón<br />

Zapatista<br />

105


“La Fiesta es una operación cósmica: la<br />

experiencia del Desorden, la reunión de<br />

los elementos y principios contrarios para<br />

provocar el renacimiento de la vida. La<br />

muerte ritual suscita el renacer”.<br />

106


A mis 46<br />

Tengo 46 años y sólo busco una entrevista con Marcos.<br />

Como aquella que me concedió en octubre del 2012 Humberto Moreira<br />

Valdés, ex Gobernador de Coahuila y ex líder nacional del PRI, en sus<br />

días de duelo por la muerte de su hijo José Eduardo a manos de sicarios<br />

del “Z-40”. Fue la primera que dio a medio alguno tras la ejecución.<br />

Esa fue otra gran oportunidad para lograr cinco minutos de<br />

fama, pero nuevamente una serie de sucesos que se dieron tras las<br />

declaraciones incendiarias de Humberto lo impidieron.<br />

El día de la entrevista mientras esperaba para entrar a su casa<br />

recordé una tarde de finales del 2008 cuando al llegar a la sala de<br />

espera de un consultorio dental saltillense vi al entonces Gobernador<br />

sentado solo, en la penumbra, arremangada la camisa, abierta<br />

en los primeros dos botones, apoyando los codos sobre las rodillas<br />

y las manos presionando las sienes, cabello un poco revuelto.<br />

Durante el día los medios habían informado que Moreira se<br />

divorciaba y lo buscaban por todos lados. Levanta la cara y me<br />

reconoce, pues por el ejercicio periodístico habíamos platicado<br />

brevemente un par de ocasiones tres años antes. Conversamos durante<br />

más de una hora sobre su decisión de disolver el matrimonio<br />

como si fuéramos dos personas con íntima confianza. Hicimos el<br />

compromiso de seguir con la plática y nos despedimos. Creo que la<br />

naturaleza de esa charla fue la llave que cuatro años después me<br />

abrió la puerta en esas horas de luto.<br />

Nunca tuve otra conversación con él hasta ese 9 de octubre del 2012,<br />

cuando poco después de las 12:00 horas nos recibió en su domicilio en<br />

la colonia Lomas de Lourdes, en Saltillo.<br />

Tras salir de la casa de Humberto luego de la entrevista, en las<br />

107


horas inmediatas recibimos llamadas de personas, periodistas y<br />

desconocidos que inexplicablemente sabían de la exclusiva, por lo<br />

que decidimos aguantar la publicación unos días.<br />

Ante las intimidaciones y el riesgo optamos por publicar sólo lo<br />

que nos constaba; el día de la publicación no pocas cadenas nacionales<br />

e internacionales querían hablar con quien había logrado la<br />

entrevista, pero debido al riesgo preferimos agradecer la solicitud<br />

aclarando que todo lo que se tenía que decir estaba ya escrito, lo<br />

que además era totalmente cierto.<br />

¿Los narcomineros en la Región Carbonífera de Coahuila, ¿la misma<br />

donde nació Margil Yáñez, donde el obispo Raúl Vera, “el último<br />

Teólogo de la Liberación”, mantiene una de sus principales luchas,<br />

¿la que registra las peores catástrofes mineras en la historia de México<br />

con Barroterán y Pasta de Conchos<br />

Humberto Moreira teclea en su Mac para buscar un video bastante revelador. Minutos<br />

más tarde mandaría un mensaje a narcoempresarios de Coahuila: “Cerdos, pónganse a<br />

temblar”, advirtiendo que revelaría nombres a las autoridades.<br />

108


DE FIESTA.- Soy de 1968 y hasta hace poco cuando trataba de<br />

entender por qué ese año es emblemático para los mexicanos me<br />

intrigaban los que ya eran jóvenes cuando nací; escuchaba que<br />

esa fecha fue la más significativa por los actos de rebeldía contra<br />

la fuerza del Estado, independientemente de si tenían razón o no.<br />

Las décadas anteriores habían sido de gestación de un movimiento<br />

social que terminó con la muerte de muchos jóvenes intelectuales,<br />

algunos de ellos metidos en actos delictivos que trataban de justificar<br />

con su ideología. Las décadas posteriores han sido de preocupación<br />

por el deterioro social globalizado.<br />

En la búsqueda de la entrevista “bomba” con el Subcomandante<br />

asistimos a una celebración zapatista. A continuación el relato.<br />

El Fin del Mundo<br />

El 21 de diciembre del 2012 el planeta se debatía sobre si el Calendario<br />

Maya marcaba esa fecha como el Fin del Mundo. Interpretaciones,<br />

decodificaciones, premoniciones y muchos elementos más<br />

hicieron de éste el tema universal por muchos meses, incluso Hollywood<br />

se sumó lucrativamente.<br />

Ese día en México el EZLN sorprendió nuevamente tras un largo<br />

silencio: Unos 40 mil indígenas con los rostros cubiertos por pasamontañas<br />

o paliacates nuevamente salieron a las calles de cinco<br />

cabeceras municipales en Chiapas como en 1994, pero ahora en<br />

una marcha silenciosa y con el puño en alto.<br />

El mensaje escrito que difundió la Comandancia Zapatista, firmado<br />

por el Subcomandante Marcos, fue el siguiente:<br />

109


¿ESCUCHARON<br />

Es el sonido de su mundo derrumbándose.<br />

Es el del nuestro resurgiendo.<br />

El día que fue el día, era noche.<br />

Y la noche será el día que será el día.<br />

¡DEMOCRACIA! ¡LIBERTAD! ¡JUSTICIA!<br />

Para entonces, voces nacionales e internacionales insistían en la<br />

debacle y casi extinción del Zapatismo y de su líder, a quien desde<br />

hace años se atribuye un cáncer. En respuesta, la Comandancia<br />

rebelde organizó dos grandes eventos: la celebración del 10 Aniversario<br />

de Los Caracoles y la Escuelita Zapatista, para agosto del<br />

2013.<br />

El Subcomandante Marcos, visto en alguna entrevista por última<br />

vez en el 2007, aseguró en sus comunicados posteriores a la<br />

marcha silenciosa que el EZLN está más vivo que nunca y que la<br />

respuesta a esas dos celebraciones de hace un año lo comprobó.<br />

Además negó cualquier enfermedad terminal y se mofó de esos<br />

rumores.<br />

Así contestó a quienes insistentemente no sólo dan por muerto<br />

ese movimiento cifrado en la “vieja y derrotada Izquierda” –como<br />

lo califican–, sino que lo responsabilizan con estadísticas en la<br />

mano de condenar al retroceso a las comunidades zapatistas dando<br />

la espalda al progreso, y las evaluaciones oficiales respaldan<br />

esta acusación.<br />

Los festejos zapatistas efectivamente convocaron a un gran número<br />

de militantes, simpatizantes y estudiosos de todo el mundo.<br />

Asistir fue una experiencia singular.<br />

110


Grandes pensadores describen La Fiesta, particularmente la<br />

mexicana, como la fugaz entrega y liberación total del individuo;<br />

instante para ir a los extremos más anhelados y temidos; irse y volver<br />

al origen. Morir para renacer en el fuego y la oscuridad.<br />

Los Caracoles<br />

1 de enero de 1994.- El EZLN toma por las armas cinco cabeceras<br />

municipales de Chiapas y se inician enfrentamientos entre los rebeldes<br />

contra el Ejército Mexicano y las fuerzas federales.<br />

12 de enero de 1994.- El presidente Carlos Salinas de Gortari decreta<br />

el alto al fuego y se inician las negociaciones para la pacificación.<br />

El saldo oficial del EZLN es de 46 zapatistas muertos por 27<br />

elementos de los cuerpos de seguridad.<br />

8 de agosto de 1994.- En el poblado de Guadalupe Tepeyac, Chiapas,<br />

el EZLN construye el primer centro de expansión política y<br />

cultural, al que llama “Aguascalientes”. En 1996 levanta otros cuatro:<br />

La Garrucha, Oventik, Roberto Barrios y Morelia.<br />

9 de agosto del 2003.- Tras declarar un día antes la extinción de<br />

los “Aguascalientes”, el EZLN inaugura “Los Caracoles”, cada uno<br />

regido por su Junta de Buen Gobierno: La Realidad, Oventik, La<br />

Garrucha, Morelia y Roberto Barrios.<br />

Los Caracoles se declaran comunidades autónomas de la Federación:<br />

No aceptan ayuda de los programas sociales ni contra la pobreza<br />

de ningún tipo que provenga de Gobierno. Tienen su propio<br />

sistema educativo, político, de salud, de organización social y ciudadana.<br />

En temas de justicia, aunque predominan sus leyes y reglamentos,<br />

hay negociaciones con los sistemas estatal y nacional.<br />

Tanto Los Caracoles como el mismo EZLN obtienen sus finanzas<br />

111


de bases de apoyo y Organizaciones No Gubernamentales nacionales<br />

y extranjeras, muchas europeas.<br />

Los cinco Caracoles gobiernan a<br />

250 mil indígenas<br />

de distintas etnias que habitan en<br />

570 poblados<br />

distribuidos en todo Chiapas y que corresponden a<br />

35 municipios<br />

en los que los zapatistas cohabitan con personas ajenas al movimiento<br />

y con diferentes afinidades políticas<br />

500 escuelas<br />

primarias y secundarias hay distribuidas en los cinco Caracoles<br />

1,500 promotores<br />

de la educación se dedican a la enseñanza en ellas<br />

45 mil egresados<br />

hasta ahora han vuelto a sus comunidades para ejercer los conocimientos<br />

19 mil desplazados<br />

de las tierras zapatistas directa o indirectamente desde 1994 siguen<br />

su peregrinar en Chiapas al no comulgar con los insurgentes<br />

Del jueves 8 al domingo 11 de agosto del 2013 el EZLN celebró el<br />

10 Aniversario de la creación de las Juntas de Buen Gobierno y sus<br />

cinco Caracoles. Ahí, las leyes que mandan son las indígenas.<br />

Sin mayor pretensión que exponer un vistazo al momento significativo<br />

de esa lucha que desde hace casi 21 años viste pasamontañas,<br />

los siguientes párrafos se afanan por una descripción objetiva<br />

112


sin abordar la filosofía y profundidad del movimiento zapatista, así<br />

como tampoco las réplicas de los detractores contrainsurgentes.<br />

Podrá ser un intento fallido, pero honesto, de apegarse a la inmediatez<br />

descriptiva. Una disculpa anticipada.<br />

Jueves: “No”, es “no”<br />

Es la “bateada” más larga que me dan: manejamos casi 2 mil kilómetros<br />

y nos niegan la entrada con un simple “No”.<br />

¿De dónde vienen<br />

De Saltillo.<br />

¿Eso dónde es<br />

En Coahuila.<br />

¿De qué país<br />

De aquí, en México.<br />

¿A qué se dedican<br />

Soy reportero.<br />

Y yo camarógrafo, dice mi compañero Alejandro Tomatsu, al momento<br />

que me desplaza del hombro ligeramente para que lo vean<br />

pues se encuentra atrás de mí.<br />

¿De qué empresa<br />

Del periódico VANGUARDIA.<br />

¿A qué vienen<br />

Para dar cobertura y difusión a las celebraciones zapatistas. De<br />

hecho, ojalá que la Junta de Buen Gobierno nos pueda dar una entrevista<br />

sobre el hospital que tienen y…<br />

Espere aquí, dice el portero interrumpiendo de golpe; es un indígena<br />

de edad adulta con pasamontañas negro, pantalón azul y<br />

113


camisa celeste como de oficina; raídas las ropas, zapatos también<br />

bastante desgastados y que por su caminar le deben quedar dos<br />

números más grandes.<br />

Viajamos desde Saltillo hasta Chiapas por carretera para ver si<br />

podemos entrar a las celebraciones de 10 años de las Juntas de<br />

Buen Gobierno y Los Caracoles, las cinco comunidades autónomas.<br />

Las preguntas son las mismas para la multitud visitante.<br />

Es mediodía del jueves 8 de agosto del 2013 y esperamos a la orilla<br />

de la carretera junto a medio centenar de personas que vienen<br />

de diferentes partes del planeta para solicitar la entrada al Caracol<br />

II, en Oventik, “Corazón Céntrico de los Zapatistas Delante del<br />

Mundo”, en la sierra de Los Altos de Chiapas, a unos 50 kilómetros<br />

de San Cristóbal de las Casas.<br />

Traemos puestos los chalecos con logotipos de prensa, portamos<br />

identificaciones de reporteros y el equipo fotográfico a la vista.<br />

Para entonces, al lado del zapatista que controla el acceso está<br />

una joven indígena vestida con blusa blanca y una larga falda amplia<br />

color negro, tiene el rostro cubierto con un paliacate rojo. Ella<br />

le dice algo al oído en su lengua, ambos voltean hacia nosotros y<br />

vuelven a su diálogo en corto; hacen esto en repetidas ocasiones<br />

mientras nos repasan de arriba a abajo inquisitoriamente.<br />

Él da media vuelta y se va hacia la cabaña que ocupan las autoridades<br />

de la Junta de Buen Gobierno como a 50 metros de donde<br />

estamos; ella, con dos o tres pasos se acerca a nosotros pero no<br />

habla, simplemente custodia detrás del portón. Sólo nos mira fijamente<br />

y de vez en cuando monitorea hacia otro extremo.<br />

Pasados 15 minutos él regresa y empieza a llamar a varios visi-<br />

114


tantes a quienes notifica que han sido aceptados y pueden entrar,<br />

dándoles la bienvenida alegremente. Menciona nuestros nombres<br />

y caminamos victoriosos, mira su libreta, voltea y nos para en seco<br />

con su mano y un No pueden entrar.<br />

¿Cómo, ¿por qué no<br />

No son invitados, responde escuetamente sin mirarnos.<br />

Pero es que viajamos casi dos mil kilómetros para hacer la cobertura,<br />

ustedes dijeron en internet que es una invitación abierta<br />

a cualquiera que quiera venir, queremos publicar la celebración,<br />

ayudar a difundir lo que piensan y…<br />

No pueden entrar y se retiran por favor, vuelve a advertir sin dirigir<br />

la vista hacia nosotros.<br />

¿Hay alguien con quien podamos hablar<br />

Ya estás hablando conmigo y no pueden entrar. Ahora sí levanta<br />

la mirada y tiene un gesto de fastidio en los ojos, que es lo único<br />

que deja ver el pasamontañas.<br />

Bueno, así por las buenas, pues muchas gracias. Mejor nos retiramos.<br />

Algo hicimos mal –nos lamentamos–. Mañana lo intentaremos<br />

de nuevo.<br />

Viernes: La llave<br />

Es viernes y estamos otra vez en la puerta del Caracol, pero esta<br />

vez no portamos identificaciones ni chalecos, tampoco traemos<br />

equipo fotográfico o de video. El acceso es controlado por un zapatista<br />

distinto al de hace 24 horas. Nos acercamos y de nuevo el<br />

cuestionario:<br />

¿A qué se dedica, qué hace<br />

115


Reporteo y estoy aprendiendo a escribir, fue mi respuesta.<br />

Hago videos y tomo fotos, la de Alejandro.<br />

¿De qué empresa<br />

En este momento vengo por mi cuenta.<br />

Yo también, agrega Alejandro.<br />

¿A qué viene<br />

A conocer, aprender y compartir. Quizá después escriba algo sobre<br />

esta celebración, quizá en un año más.<br />

El guardián zapatista pide tiempo y sigue atendiendo a otros visitantes.<br />

Cuando han pasado 10 minutos y se encuentra a unos 15<br />

metros, una mujer indígena se acerca a él: ¡Mala suerte! es la misma<br />

del día anterior, quien le susurra al oído al tiempo que voltean<br />

hacia nosotros una y otra vez.<br />

Ya valió –suspira Alejandro– a ver qué pasa porque ella nos reconoció,<br />

nos está delatando.<br />

Él guardián se retira y va a la cabaña con las autoridades que<br />

gobiernan El Caracol. Es el mismo proceso con que fuimos rechazados<br />

ayer.<br />

Pasan ya más de 20 minutos y no sale con el veredicto; estamos desanimados,<br />

pues la indígena que nos delató sigue pegada a la puerta y<br />

lanza miradas reprobatorias para mantenernos a raya, al menos es lo<br />

que sentimos al saber que aunque no hemos mentido...<br />

Eso discutíamos cuando llega el zapatista aduanal nos llama y,<br />

con un gesto amable en sus ojos, dice: Pueden pasar. ¡Bienvenidos!.<br />

No alcohol, no drogas, nada de eso está permitido aquí.<br />

Tan desconcertados como entusiasmados tratamos de entender lo<br />

que sucedió. Después de muchas teorías no podemos dejar de pensar<br />

en lo que dijo Gita en San Cristóbal, una sanadora indígena con quien<br />

116


acudimos el miércoles antes de viajar a Oventik la primera vez.<br />

¿Así quieren ir con mis hermanos, con esa arrogancia y actitud<br />

Mucho de ti está muerto, mira lo que tu cuerpo transmite, dijo al<br />

momento en que por primera vez en los 20 minutos que teníamos<br />

conversando me regala una mirada, pues hasta entonces<br />

hablaba ignorándome, dirigiéndose sólo con Alejandro aunque<br />

se refiería a mí.<br />

Los voy a “arreglar” para que puedan ir.<br />

Gita explicó mucho sobre la medicina espiritual, sobre la natural,<br />

sobre la emocional. Dio su visión del mundo, el cosmos y así,<br />

de la vida; pone todo de sí por “sanarnos”, por equilibrarnos, por<br />

reconciliarnos.<br />

Necesitan humildad, llegar con el corazón por delante. Entender y<br />

transmitir sus verdaderas intenciones pues mis hermanos son muy<br />

sensibles, muy listos e inteligentes. Entiendan que ustedes no van a<br />

hacerles ningún favor, no van a enseñarles nada, ellos no necesitan<br />

de ustedes. ¿Entonces por qué los dejarían entrar a la celebración<br />

VERBENA.- Estamos adentro de Oventik. Al pasar la aduana hay<br />

una calle de 700 metros cuesta abajo pavimentada sólo unos 400<br />

metros y luego se convierte en un camino de tierra. Al fondo, el<br />

área clara entre el bosque se abre como dos hectáreas cuadradas<br />

donde hay cuatro planchas de cemento, una habilitada como campo<br />

de basquetbol al aire libre que luego se transformará en la principal<br />

pista de baile.<br />

La otra es del doble de tamaño y está techada por láminas; es el<br />

templete que servirá para la presentación de las bandas y para las<br />

mesas en que se colocarán las autoridades zapatistas.<br />

117


Hay otras dos áreas pavimentadas a los costados, una también<br />

techada, ambas de menor dimensión y son usadas para los grupos<br />

musicales y para resguardo del público y artefactos.<br />

En toda la calle pavimentada a los costados hay cabañas que sirven<br />

como oficinas de las representaciones de las comunidades que<br />

integran El Caracol, pues aquí es la sede de las autoridades. Está la<br />

oficina de la Junta de Buen Gobierno; la clínica-hospital de la que<br />

están orgullosos y presumen como uno de los grandes logros de la<br />

Nación Zapatista en los últimos 20 años, y en donde hoy también<br />

se instaló el comedor más grande de la docena improvisados; algunos<br />

son puestos de tacos con una mesa y cuatro sillas, otros con<br />

pequeños tablones y troncos como bancas.<br />

En una gran construcción de madera de doble altura está el auditorio,<br />

que para estos días está habilitado como albergue para aquellos<br />

visitantes que no traen casa de campaña. En esa primera zona<br />

entre las cabañas se instalaron varios puntos de venta.<br />

Al fondo de la cañada, a los costados hay dos grandes áreas<br />

verdes con pocos árboles donde será el lugar para acampar. Somos<br />

los terceros en llegar a esa zona y elegimos dónde instalarnos.<br />

A los pocos minutos llega un grupo de jóvenes veinteañeros<br />

que vienen de la Ciudad de México con un entusiasmo que<br />

desborda, gritan, corren, parlotean, saludan y se posicionan de<br />

su espacio. Se tiran al pasto, retozan y luego empiezan a improvisar<br />

un techo con plásticos y cuerdas que acaban de comprar<br />

en la tienda oficial del Caracol.<br />

En lo que armamos la casa de campaña el verde paisaje llena las<br />

pupilas, el cielo despejado y al fondo, a un desnivel como de ocho<br />

metros hacia abajo, se ve que empiezan a colocar dos banderas: la<br />

118


Zapatista y la de México.<br />

Han pasado casi cinco horas desde que entramos y ni cuenta nos<br />

dimos, pero ya toda la zona está ocupada; son pasadas las 16:30<br />

horas de este viernes.<br />

Hay tiendas de campaña por todos lados, tantas que es difícil<br />

caminar entre ellas; nuestros vecinos son de muchas nacionalidades<br />

y de todas las edades, desde bebés hasta gente mayor de 80<br />

años; es como un piso de la Torre de Babel. Hay caras amables encontrándose,<br />

guiños, sonrisas, apretón de manos, palmadas en la<br />

espalda y abrazos.<br />

Las próximas 48 horas nos fundiremos en un mismo ropaje, más<br />

que eso, una nueva identidad: “compas”, el término que usan<br />

aquí para llamarse entre sí. Asumen que el simple hecho de estar<br />

nos hermana en convicciones. No sé si esto es una invitación, una<br />

oportunidad o un deseo; aquí dan nuevo sentido a esa palabra pronunciada<br />

con distintos acentos: compas.<br />

El look dominante es el pelo largo, rastas, tatuajes, cabelleras,<br />

barbas y bigotes encanecidos, piercings, huaraches y sombreros.<br />

Una vez instalados y tras conocer a gente con grandes historias<br />

y proyectos de vida, decidimos nuevamente ir a la vendimia. Son<br />

cerca de las 17:15 horas y en la barranca los últimos rayos del sol<br />

se están yendo, la temperatura ronda los 15 grados centígrados. La<br />

vida en esa calle se ilumina por pequeñas luces en los puestos; las<br />

fogatas calientan café y alimentos en un festín de olores, colores,<br />

sabores y sonidos.<br />

Los acordes de guitarras tienen magia y de pronto estamos en<br />

uno de los puestos; alrededor de una fogata suenan las notas del<br />

Himno Zapatista y todos se unen en el canto. No sólo es la voz,<br />

119


cantan con todo su cuerpo, irradian orgullo y camaradería.<br />

Al final gritan, se abrazan y comparten el honor de ser zapatistas.<br />

Hay europeos, asiáticos, estadounidenses, tzotziles, mazahuas,<br />

lacandones, mayas, chamulas.<br />

La empatía embriaga: Si en algo coinciden los compas es en su<br />

solitario sueño, que esta noche encuentra regazos que superan<br />

geografía, tiempo, espacio y origen. Durante el día conversamos<br />

con poetas, escritores, sociólogos, antropólogos, representantes de<br />

ONG’s extranjeras que financian al movimiento, etc. En este momento<br />

son cerca de la 01:15 horas ya del sábado y están fundidos<br />

en su canto oficial: “porque nuestra patria grita y necesita, de todo<br />

el esfuerzo de los zapatistas”. El EZLN –se vanaglorian– está más<br />

vivo que nunca.<br />

Ya cerca de las 2 de la madrugada es hora de dormir. La calidez<br />

que dejaron las historias, los cantos y las muestras de amabilidad<br />

no deja conciliar el sueño, pues choca contra los momentos del día<br />

en que parecía estar en la improvisada verbena de la escuela de<br />

mis hijos o de la iglesia de mi comunidad.<br />

Es difícil separar los últimos instantes de la noche con lo desconcertante<br />

que resultó ver que el platillo más exitoso que se servía en el<br />

comedor del hospital era “La Pizza Zapatista”; allí, mientras en ocho<br />

mesas extranjeros y mexicanos cenábamos, en la televisión proyectaban<br />

una serie ¡de Televisa! sobre La Independencia. Al pie de la pantalla<br />

había cinco niños indígenas hipnotizados por completo.<br />

Aquí no se paga con dinero directamente, hubo que comprar los<br />

boletos en un “banco” –como en la kermés– y ahora sí, a entregar<br />

los papelitos fluorescentes a cambio de alimentos y bebidas (sólo<br />

agua, café y refrescos).<br />

120


Recuerdo cómo hasta bromeamos al coincidir en que algunos<br />

zapatistas se ponían el pasamontañas sólo cuando les tocaba atender<br />

en los puestos donde se venden artículos oficiales del EZLN<br />

como botas, gorras, camisetas, etc. Los veíamos caminando a rostro<br />

descubierto como en la Alameda de cualquier ciudad y de pronto,<br />

cuando llegaba su turno en los puntos de venta, se iban a un<br />

lugar alejado y oscuro donde se enmascaraban para luego regresar<br />

y ofrecer las mercancías –el “marketing”, masculla Alejandro–.<br />

No pudimos contener la risa, que súbitamente pasó a un extraño estado<br />

de ánimo crítico, cuando entre las artesanías y otros trabajos de<br />

gran valor y calidad un puesto de piratería china rompía con el misticismo<br />

¡La bisutería a todo lo que da!, como en cualquier mercado o<br />

pulga que hay en toda ciudad o pueblo, pero aquí estamos en el Corazón<br />

Zapatista, en el último rincón del “México Profundo”.<br />

Los compradores eran principalmente indígenas, quienes se van<br />

con colguijes de luces neón, fundas para celular, gorras de la NBA<br />

y NFL, cintos piteados, etc.<br />

Un “Buenas Noches” colectivo nos regresa al momento en la casa<br />

de campaña. Afuera se escuchan murmuros, cuchicheos y risas<br />

discretas, caen unas cuantas gotas de lluvia y la temperatura sigue<br />

bajando mientras buscamos conciliar el sueño. Al cerrar los ojos<br />

sólo queda el estribillo del Himno Zapatista, ése que se entona al<br />

ritmo de la tradicional y bravía canción mexicana “Carabina 30-<br />

30”: Porque nuestra patria grita y necesita, de todo el esfuerzo de<br />

los zapatistas.<br />

121


Click para audio<br />

Esta es la calle principal del Caracol de Oventik.<br />

Sábado: Batalla en la duela zapatista<br />

Van a ser las 07:00 horas y los pocos rayos de sol que entran a la<br />

barranca lucen espléndidos; hay largas filas para los baños colectivos<br />

–sólo sanitarios, no regaderas–, gente pasa con botes de agua<br />

y cepillos de dientes y los “Buenos Días” se escuchan en muchas<br />

lenguas. Está nublado y la lluvia es inminente.<br />

Lo que sigue es nuevamente recorrer los 700 metros infinitos en relatos,<br />

historias, personajes y secretos. Sospecho que se confunden los<br />

anhelos con anécdotas; las imágenes son invaluables y las atesoraré<br />

por siempre. Desayunamos, conversamos y compartimos. por el mi-<br />

122


crófono ya están llamando para arrancar oficialmente los festejos del<br />

Décimo Aniversario con una competencia deportiva.<br />

A las 12:40 horas la “duela” está preparada. Se inaugura un torneo<br />

de basquetbol y el primer juego enfrenta a Los Hormigueros<br />

Intergalácticos –un equipo de extranjeros– contra la selección de<br />

un poblado cercano a Oventik.<br />

La “duela” es en realidad una plancha de cemento con medidas<br />

cercanas a las reglamentarias. El rayado apenas se nota, los tableros<br />

son sólo cuadros de madera desvencijada con aros de metal<br />

oxidado. Está al pie del templete techado del que cuelgan las dos<br />

grandes banderas.<br />

La atención está centrada en el juego y se suspende toda actividad.<br />

Quedan vacíos los puestos de comida y vendimia; los grupos<br />

que cuentan relatos y crean complicidades lo dejan para después.<br />

Así ideólogos, guerrilleros y visitantes conformamos una misma<br />

categoría como espectadores, todos de pie.<br />

Hacia arriba, la calle se convierte en un río humano que se apresura<br />

para no perder ni un minuto del partido inaugural.<br />

Al ver a los jugadores en la cancha llega el mismo sentimiento de<br />

cuando, en la primaria, en el recreo había un partido entre “los de<br />

Sexto” contra “los de Segundo”: un juego muy robado, por desigual.<br />

Varias personas a nuestro lado asumen que “La Legión Extranjera”<br />

actuará con magnanimidad privilegiando el convivir, el estar;<br />

desde la primera impresión manifiestan su confianza en que todos<br />

nos divertiremos y que la competitividad no es relevante, que está<br />

en función de la amabilidad de cada jugador visitante para que el<br />

equipo local no luzca tan mal. Vaya ¡no van a humillar al cumpleañero<br />

en su propia fiesta en casa! –esto es un año antes del partido<br />

123


Alemania–Brasil en el Mundial del 2014–.<br />

Al primer vistazo es inevitable el comentario, pues la diferencia<br />

de más de 15 centímetros de estatura en promedio y la facha entre<br />

ambos equipos son una barrera que luce abismal, de acuerdo con<br />

los parámetros que imponemos los fuereños desde las gradas.<br />

Por un lado hay cinco basquetbolistas: dos jóvenes rubios de<br />

pelo muy corto, rostro simétrico y pulcro, entrados quizá en los 30<br />

años y cerca del 1.80 metros de estatura, ojos azules, espigados y<br />

con la típica fisionomía que desarrollan los practicantes del deporte<br />

ráfaga, con brazos largos y fuertes, espaldas anchas y armoniosa<br />

agilidad soportada en sus delgadas piernas; nada de grasa en su<br />

abdomen. Ambos se colocan a la defensiva con un gesto de serena<br />

emoción y pese a que su sonrisa es sutil, proyectan gran alegría.<br />

El botador, el repartidor de juego, es un joven de apariencia mediterránea,<br />

de complexión mediana y aire de amable supremacía<br />

que se engalana con la coleta bien diseñada de unos 20 centímetros<br />

que cae sobre la espalda; aunque no llega al 1.80 de estatura sí<br />

luce enorme frente a los contrarios. Se sabe el maestro dentro de la<br />

cancha y el principal responsable del encanto en las jugadas, del<br />

espectáculo tanto para los rivales como para la tribuna; bota en el<br />

centro del campo en los minutos de calentamiento, trotando sin<br />

ver la bola, con la mirada apuntando arriba, al infinito y con altivez;<br />

sabe que se está pendiente de él, es más, juraría que flota.<br />

Adelante, como poste se coloca otro blanco cercano a los 55 años,<br />

pelo corto y cano al igual que su barba rala, y si bien no es atlético<br />

sí está en buena forma física, pero con la inevitable panza de<br />

quienes tienen “buen diente”; también anda cerca del 1.80 metros<br />

de estatura. Más sereno, pero con inquietud sobre su entorno por<br />

124


divertirse y gozar el momento para el que, se dice en las tribunas,<br />

seguramente viajó miles de kilómetros.<br />

El equipo lo completa en la ofensiva el único nacional, un joven<br />

moreno defeño de gesto un tanto duro y apariencia como la<br />

que los extranjeros refieren cuando dicen que todos los mexicanos<br />

les parecemos iguales. Su estatura debe andar por el 1.75<br />

metros y en los preparativos deja claro que desde hace tiempo<br />

practica este deporte.<br />

Los Hormigueros Intergalácticos cuentan además con su arma secreta,<br />

que para entonces no lo es tanto pues muchos de los visitantes<br />

no pueden dejar de verla en sus ejercicios de calentamiento: Juliana.<br />

Esta colombiana radicada en Estados Unidos es la única mujer<br />

que se atreve en el torneo, al menos es lo que vemos hasta este momento.<br />

Así, la trigueña veinteañera reclama un lugar en la quinteta<br />

inicial, pero tiene que esperar su turno en la banca.<br />

Del equipo local en este punto se puede decir que hay un grupo<br />

de jóvenes morenos alegres… iba a decir con la complexión típica<br />

de los indígenas chiapanecos, pero no es así, pues deben andar en<br />

un promedio de estatura de 1.67 metros, es decir, sobresalen de sus<br />

paisanos. Aunque la mayoría son atléticos y fuertes hay dos que<br />

saltan a la vista pues son más bien regordetes, pero ágiles. Practican<br />

tiros y triples, algunos pases, todo privilegiando la precisión.<br />

La porra de casa se acomoda cerca de ellos, aunque el aliento<br />

que brinda es más bien tímido. Se escucha el silbatazo y la batalla<br />

inicia mientras por el micrófono el animador da la instrucción de<br />

que momentáneamente están prohibidas las fotos o el video.<br />

El más alto de los rubios se ve sorprendido desde el saque inicial,<br />

pues los 15 centímetros de estatura que tiene de ventaja se vuel-<br />

125


ven polvo ante las fracciones de segundo que gana el indígena en<br />

su salto, con lo que se posiciona del espacio aéreo a donde baja la<br />

pelota y la gana.<br />

Seguramente es la gentileza extranjera para que en realidad haya<br />

juego –dice un hombre a mi lado, quien viajó desde Guerrero–.<br />

Con cuatro pases mecánicos, veloces, estudiados y precisos ¡swing!<br />

Los de casa 2, Intergalácticos 0. Una voz a mis espaldas: ¡Qué bueno<br />

que los güeros agarren la onda para que haya competencia!, interpretando<br />

que los visitantes regalaron la pelota de arranque.<br />

El de la coleta toma la bola, finta, conduce, ordena y da muestras<br />

de técnica. En el círculo de la media cancha le cierran el paso dos<br />

indígenas y de pronto llega la “magia”. Pasa la bola por atrás de<br />

su cuerpo y cuando se espera que bote de un lado a otro por sus<br />

espaldas ¡Nada! desaparece la pelota: en un juego de manos la metió<br />

bajo su camiseta en la espalda y jocoso abre los brazos, voltea<br />

hacia ambos lados y consuma así el acto histriónico. Todos ríen y<br />

agradecen la gracia.<br />

El juego continúa en esa atmósfera, pero sólo unos segundos, ya<br />

que un indígena roba la bola y con unos cuantos trazos largos ya<br />

están de nuevo bajo el aro y encestan por segunda vez.<br />

De pronto, los Intergalácticos y el resto de los visitantes caemos<br />

en cuenta que el equipo que está enfrente es de jugadores que, si<br />

bien no poseen la plasticidad (en el concepto en que los estadounidenses<br />

han impuesto) en sus movimientos, sí juegan con técnica,<br />

táctica, entusiasmo, agilidad y la seriedad de quien busca el triunfo<br />

en el juego más importante.<br />

Lo que sigue es algo que para los zapatistas resulta lógico, pero<br />

para muchos de quienes estamos aquí, principalmente para los ex-<br />

126


tranjeros –en este momento hay unos 200– es aleccionadoramente<br />

sorpresivo, o es lo que transmiten esos atónitos rostros. En esta<br />

fecha el mundo aún no descubría la magia de los Niños Triquis,<br />

campeones mundiales de baloncesto y quienes en el último año<br />

han visitado infinidad de países para dar exhibiciones de su gran<br />

juego.<br />

Los Intergalácticos poco a poco cambian su gesto de condescendencia<br />

al rictus que muestra cualquier deportista cuando se emplea<br />

a fondo en cada jugada, cuando luchan con todas sus fuerzas<br />

para ganar o, como en el caso de hoy, para no ser humillados.<br />

Por supuesto que hay dos o tres “inocentadas” más, esas jugadas<br />

en que el atleta tiene un lapsus de ridícula candidez, pero en todas<br />

quien cae es alguno de los rubios, no los indígenas, para lección de<br />

los visitantes.<br />

A medio juego, cuando el equipo local domina por completo las<br />

acciones, la Legión Extranjera da entrada a Juliana, de semblante<br />

gentil; mientras trota para entrar a la cancha su mirada brilla y se<br />

agiganta como la de un niño cuando quita la envoltura a un regalo.<br />

Y así en unos segundos el partido cambia, pues la chica muestra<br />

idea y técnica para darle rumbo a su equipo. Primero va al choque<br />

en diversas jugadas y pese a que los contrarios no merman en<br />

la fuerza que aplican en el cuerpo a cuerpo, ella lucha por no ser<br />

desplazada –esto de la igualdad de género se toma muy en serio<br />

aquí–.<br />

Para entonces la afición está eufórica: tzotziles, choles, huicholes,<br />

tarahumaras, tojolobales, purépechas, rarámuris y representantes<br />

de otros pueblos originarios en multitud de lenguas se<br />

fusionan a un solo grito por ir venciendo. El enceste, lo mismo es<br />

127


aplaudido por un joven con pasamontañas que por una mujer con<br />

el vestido de gala de su pueblo con bordados festivos en colores<br />

púrpuras, rosas, verdes y violetas.<br />

Las lenguas encuentran armonía para la porra. Obtusos esquemas<br />

se quiebran al verlos celebrar la acción “jordanesca” propia de<br />

la NBA que ejecuta uno de sus héroes de bronce.<br />

La inocultable sorpresa está replicada en rubios, dorados, pelirrojos,<br />

orientales y afros. Aunque hay extrema diversidad fonética,<br />

ojos y bocas abiertos a más no poder y las inconfundibles sonrisas<br />

de asombro nos colocan en la categoría de la porra perdedora.<br />

Los últimos minutos se juegan bajo la lluvia que no cesará en las<br />

próximas 13 horas, pero nadie se mueve de su lugar. Asimilamos<br />

que los indígenas han desarrollado la versión de estética de este<br />

juego en base a su anatomía y sus actividades cotidianas, muy diferentes<br />

en esta forma de vida a la de la mayoría de los mexicanos.<br />

Los pases cortos y precisos, la constante movilidad y la férrea<br />

marca con que vencen una y otra vez a sus adversarios es posible<br />

en gran medida por la condición física adquirida en la geografía<br />

natural, en caminos entre las cañadas, selvas y desiertos; la desventaja<br />

que tienen en estatura y peso la compensan con cuerpos<br />

fibrosos, músculos finos, torsos perfectamente delineados y brazos<br />

de acero. Su entendimiento del juego colectivo es muy superior al<br />

de los rivales y su destreza, por mucho, más efectiva.<br />

El botador zapatista, posición estelar que se intercambian dos<br />

jugadores principalmente, reparte el juego de manera armoniosa y<br />

efectiva en toda la cancha y muestra una gran agilidad mental. Sí<br />

hay estrellas en este equipo, pero el juego de conjunto las eclipsa.<br />

Del equipo visitante en este punto sólo se puede decir que hay<br />

128


un grupo de jóvenes “güeros”, un moreno y una chica sorprendidos,<br />

desconcertados, cansados y con la mirada desorientada que<br />

buscan dar la pelea con más afán que talento.<br />

Los extranjeros regresan tímidamente al juego con Juliana al<br />

mando y la competencia es un poco más pareja, aunque no lo suficiente<br />

para cambiar el rumbo del resultado final, que luego de los<br />

dos tiempos es de 44-9… o algo así. Una paliza que infringen los<br />

locales a los visitantes.<br />

Los zapatistas sacan el triunfo apabullante no sólo en el marcador,<br />

pues ganaron en fortaleza, rendimiento, intensidad, creatividad<br />

y táctica. ¡Y pensar que este fue sólo el arranque del torneo en<br />

el que participarán más de 40 equipos!<br />

La superioridad de los indígenas fue tanta que me recuerda esos<br />

partidos de “los de Sexto” contra “los de Segundo”, cuando al final<br />

los jugadores de ambos equipos se preguntaban por el marcador,<br />

pues es lo de menos: ¿Siempre cómo quedamos<br />

Click ver video<br />

Los espectadores nos acomodamos para presenciar en la “duela” el partido de<br />

basquetbol en la inauguración del 10 Aniversario de Los Caracoles.<br />

129


Solemnidad<br />

La tarde llega, la lluvia sigue con mucha fuerza y los juegos se interrumpen<br />

no sólo en la cancha de basquetbol, también en la de<br />

futbol, torneo que no tiene tanto éxito y sólo unos cuantos se inscribieron.<br />

Este deporte se suspende cuando aún no terminaba el<br />

primer partido, ya que el lodazal hacía imposible que rodara unos<br />

cuantos centímetros el balón. Un jugador zapatista que porta la<br />

camiseta del Santos Laguna se marcha cabizbajo, descorazonado;<br />

otro de Pumas arrastra los pies tras la cancelación del partido.<br />

Lluvia, lluvia y más lluvia. Intermitente pero constante toda la<br />

tarde. Los visitantes somos los desconcertados por el aguacerazo,<br />

pues quienes aquí viven festejan lo que del cielo cae. X (primera<br />

letra del nombre de esta mujer indígena) explica la bendición de<br />

que cada nueva etapa empiece con lluvia, y este es un nuevo ciclo<br />

ya que inicia la segunda década de Los Caracoles.<br />

Nativa de estas tierras, tiene una historia que vamos conociendo<br />

por retazos desde los primeros minutos en que entramos a Oventik,<br />

pues de inmediato junto con su hija de 16 años nos dio el recibimiento<br />

el viernes al mediodía. Hemos topado con ellas por todo<br />

el lugar.<br />

Habla de su pueblo y sus tradiciones, del espíritu zapatista que<br />

abraza su familia y lo que se necesita para seguir adelante con la<br />

resistencia a la que convoca el EZLN, ésa que evoca la construcción<br />

de un mundo en donde quepan muchos mundos.<br />

Al conocerla, le dijimos que yo estaba aprendiendo a escribir y<br />

que quería hacer un relato de esto dentro de un año, y Alejandro<br />

le dijo que se dedicaba a tomar fotos y a hacer videos. Cuando al<br />

segundo día X volvió a preguntar sobre nuestros oficios, aclara-<br />

130


mos que somos reporteros, pero que la experiencia serviría para<br />

una publicación tiempo después, no para lo inmediato. Eso fue lo<br />

que gente muy cercana a la organización del 10 Aniversario de Los<br />

Caracoles nos recomendó decir luego de acudir a ellos cuando nos<br />

“batearon” el jueves.<br />

Ella sonríe e interrumpe: Sí, desde un principio mi hija me dijo<br />

que parecían reporteros. Es que su papá también es periodista.<br />

¡Descubiertos por una adolescente!<br />

Explica que es un corresponsal que llegó desde una de las ciudades<br />

más avanzadas de Europa en 1994 durante el levantamiento<br />

zapatista, se enamoraron y tras casarse se fueron a vivir al otro<br />

lado del Atlántico. X volvió a Chiapas desde hace 10 años; su hija<br />

se quedó allá y tras una década viene a México con la intención de<br />

quedarse a vivir en estas tierras y estudiar en la Escuela Zapatista.<br />

Escuchando relatos como éste pasan las horas y poco a poco la<br />

luz del día cesa, pero no la lluvia.<br />

Como a las 21:00 horas de este sábado comienza la ceremonia<br />

solemne. Para entonces habrá más de tres mil personas entre los<br />

visitantes y grandes contingentes de los pueblos que conforman el<br />

“Corazón Zapatista Delante del Mundo”.<br />

Los indígenas llegan con sus vestidos de gala, con pasamontañas<br />

y paliacates cubriéndose el rostro, es “la credencial” de los zapatistas,<br />

la que los identifica. Marchan con disciplina militar –bueno,<br />

por momentos más bien parecieran los pubertos contingentes de la<br />

secundaria en el Desfile del 16 de Septiembre– y se desplazan organizadamente<br />

en una demostración de fuerza, del aliento comunitario<br />

con que llaman a resistir, a “mandar obedeciendo”.<br />

Al no haber luna ni estrellas y con la lluvia cerrada es difícil<br />

131


apreciar cómo van llegando más grupos, que pasan entre las zonas<br />

para acampar repletas de casas de campañas y techos improvisados<br />

con plásticos.<br />

Los locales y representantes de otras comunidades indígenas de<br />

México marchan con el corazón por delante y al final se colocan<br />

alrededor del templete principal. Entonces comienza el acto protocolario<br />

en varias lenguas.<br />

La encargada del mensaje central es una Comandanta, quien<br />

habla de la campaña de exterminio que las autoridades mexicanas<br />

mantienen contra los pueblos originarios y hace un llamado a la<br />

resistencia. Su voz es firme y conciliatoria. Reconoce errores en los<br />

que han caído los zapatistas y lo mucho que tienen por hacer en el<br />

futuro inmediato.<br />

Mientras la escucho hablar, vienen a la mente las camisetas con<br />

la leyenda “Mujeres Rebeldes con Dignidad” y grabada la cara de<br />

una zapatista con pasamontañas, que venden en una tienda bastante<br />

fresa en el corredor comercial principal de San Cristóbal.<br />

EL BAILONGO.- Después de casi dos horas de lecturas, honores a<br />

las banderas, consignas, hurras, llamados y compromisos, la fiesta<br />

da inicio.<br />

Intempestivamente esos mismos zapatistas que formaban los rígidos<br />

contingentes se quitan pasamontañas y paliacates, muestran<br />

sus rostros llenos de dientes y de emoción al escuchar las canciones<br />

preferidas. La pista de baile monopolizará voluntades durante<br />

las siguientes horas.<br />

Hay muchos ritmos, varios grupos musicales animarán el festejo<br />

hasta el amanecer: desde el pasito duranguense hasta el hip hop,<br />

132


ap, rock, etc., atrapan a indígenas y extranjeros, todos al cobijo<br />

del agua.<br />

El reloj marca la 01:30 del domingo, van más de 12 horas bajo la<br />

lluvia en Oventik y la temperatura es baja, apostaría que cercana a<br />

los 0 grados –juro que es lo que sentía, aunque luego con pena me<br />

entero que en realidad estábamos a 12 grados–. Para esta hora la<br />

colina en que instalamos nuestro campamento está convertida en<br />

un río y adentro de la casa de campaña llueve más que afuera.<br />

La mayoría de los visitantes abandonaron sus lechos portátiles y<br />

se fueron al auditorio acoplado como albergue.<br />

Le digo a Alejandro que me tengo que ir a dormir y que lo haré en<br />

el automóvil, que me habían permitido meter al Caracol y estaba<br />

estacionado en medio del campamento. Me dice que seguirá grabando<br />

con el celular y que más tarde intentará acostarse en la tienda<br />

de campaña.<br />

Una hora después abre la puerta del auto. Mejor me quedo aquí,<br />

dice tiritando de frío y cubierto de lodo, al igual que yo. Hablamos<br />

un poco y entonces, al intentar retomar el sueño, vuelven algunos<br />

momentos que turban; se agradece la oportunidad de estas últimas<br />

horas, pero hay imágenes que desestabilizan.<br />

Cómo cuando al rendir honores a los símbolos patrios en la ceremonia,<br />

el encargado del Himno Nacional se equivocó en la letra.<br />

Bueno, si a los más conocidos cantantes les ha ocurrido en importantes<br />

eventos televisados en canales de paga para millones de<br />

personas, ¿por qué no a un indígena con otra lengua nativa<br />

Regresan pasajes en que extranjeros y zapatistas bailaban en<br />

una misma pista bajo la lluvia, como en una coreografía en que<br />

dos equipos se afanan a una artificial sincronía.<br />

133


Así como los extranjeros intentaban tímidos el pasito duranguense,<br />

los indígenas marcaban distancia cuando el turno correspondía<br />

a las bandas de rock y rap. Callados, con un gesto<br />

parecido a discreta sonrisa, agrupados en las orillas movían sus<br />

cuerpos levemente como en un suspiro rítmico, mientras los<br />

jóvenes visitantes desgarbados parecían quebrarse en sus movimientos,<br />

saltaban chocando en el aire y corrían de un lado para<br />

otro gritando, esquivando.<br />

Mientras caminamos entre la multitud divertida, X se acerca<br />

a Alejandro y señala hacia un grupo de siete jovencitas tzotziles<br />

quienes se arremolinan, se codean, ríen y cuchichean.<br />

Se están poniendo de acuerdo para ver quién viene a bailar contigo,<br />

le advierte nuestra amiga.<br />

Alejandro, apenado y con risa nerviosa dice: ¡A la madre!, ¿yo<br />

por qué Voltea hacia ellas, sonríe, con una reverencia agradece el<br />

interés y se aleja celular en mano hacia la multitud que salta y se<br />

divierte. Apostaría a que entre las fans de Alejandro, el “güerito de<br />

ojos amarillos”, está la zapatista que el primer día nos negó la entrada<br />

y al segundo intento nos delató con el encargado del acceso.<br />

A lo lejos un grupo de muchachas, al parecer europeas, se mantiene<br />

bajo techo disfrutando del espectáculo. Están paradas sobre<br />

una banca de madera desde donde tienen una vista panorámica y<br />

se mueven cadenciosamente. Allí, arriba, permanecerán hasta la<br />

madrugada.<br />

Poco después de las 24:00 horas el fandango llega a su clímax,<br />

por unos minutos ambos grupos de bailarines logran mezclarse, se<br />

forman las tradicionales filas, círculos, la “Víbora de la Mar” y la<br />

interacción típica de cualquier boda.<br />

134


De pronto, la multitud se abre de tajo y una pareja se adueña de<br />

la pista con las canciones de Intocable y Pesado, dando una magistral<br />

cátedra de baile; todos vitorean a los dos visitantes de Zacatecas.<br />

La banda ameniza y los animadores le ponen sabor a los<br />

comentarios y después de 35 minutos de éxtasis total, la intensidad<br />

vuelve a nivel medio, pero la lluvia sigue igual.<br />

Muchos empiezan a retirarse del lugar cuando el agua arrecia y<br />

cambian de ritmos con otra banda; la mayoría de los visitantes se<br />

ha ido a buscar algún refugio para dormir después de muchas horas<br />

de celebración. Unos cuantos zapatistas regresan a la cancha<br />

cuando vuelve el pasito duranguense.<br />

Esas son algunas de las imágenes rebobinadas mientras Alejandro<br />

empieza a roncar en el otro asiento del auto.<br />

Por los vidrios empañados veo a indígenas tomando su lugar<br />

acurrucados en el suelo empantanado, sin más cobijo que sus propias<br />

ropas mojadas y algunos pasamontañas sirven de almohadas.<br />

Llega una incómoda sensación, pues estoy en el acolchonado<br />

asiento y la calefacción regresa la temperatura al cuerpo; pienso<br />

varias veces en salir y meterme a la cama de agua en que se convirtió<br />

la casa de campaña, pero sólo lo pienso.<br />

Mientras dormito, a lo lejos la música, temas norteños y corridos<br />

son adaptados con letras de revolución y guerrilla que se repiten<br />

una y otra vez, al igual que las dedicatorias y las porras; así será<br />

hasta que llegue de nuevo la luz del día.<br />

135


Click ver video<br />

Rindiendo honores a las banderas Nacional y la Zapatista. Fueron 12 horas de lluvia.<br />

Domingo: Último amanecer<br />

Vamos por un café caliente y regresamos a la pista de baile minutos<br />

después de las 06:00 horas del domingo 11 de agosto; pocos<br />

quedan en la cancha de basquetbol, pero desde cada casa de campaña,<br />

cada cabaña y puesto, zapatistas y visitantes desmañanados<br />

y otros sin dormir siguen las melodías con rítmicos movimientos.<br />

Anécdotas y risas llenan más el cuerpo que el desayuno. Poco a<br />

poco los cálidos hilos dorados cubren la barranca.<br />

Ha dejado de llover y tras largas charlas en el accidentado terreno,<br />

ya al mediodía nos despedimos de los compas, de los zapatistas<br />

y de los muchos visitantes quienes al tendernos la mano compartieron<br />

parte de su historia y revelaron que estas últimas horas<br />

cambiaron sus vidas, sin importar si era la primera ocasión en que<br />

136


visitaban un Caracol o forman parte de esta Nación Zapatista desde<br />

hace tiempo.<br />

El último en despedirnos es, ¿casualmente, don Andrés, la<br />

primera persona que el viernes se acercó a darnos la bienvenida<br />

tras cruzar la aduana de Oventik y quien minutos después nos<br />

presentó a X. Este hombre blanco cercano a los 70 años, estatura<br />

y complexión media, con larga cabellera y bigote encanecidos,<br />

que porta elegantemente un sombrero, nos desea buena<br />

vida a nuestra partida.<br />

Son pasadas las 12:00 horas y tras comer unos tacos de huevo<br />

duro estamos ya de salida.<br />

En el hospital, a 100 metros de la entrada principal, don Andrés<br />

espera volver a vernos pronto: ¿Pudiste lograr a lo que venías, pregunta,<br />

aunque en ningún momento ni Alejandro ni yo le habíamos<br />

comentado nuestro objetivo.<br />

Respondo que no; pone su mano sobre mi hombro y vuelve a<br />

despedirse con una sonrisa amable.<br />

Ahora depende de nosotros que coincidamos pues él vive aquí.<br />

Explica que desde hace 40 años está relacionado con los movimientos<br />

insurgentes en el sur de México y luego se incorporó al<br />

levantamiento en Chiapas. Hoy se dice uno de los encargados de la<br />

escuela en este Caracol.<br />

Regreso<br />

Al tomar la carretera de regreso a San Cristóbal tratamos de descifrar<br />

nuestro estado de ánimo, cruzamos impresiones y deducciones.<br />

La mente navega entre la realidad cotidiana que hasta hace<br />

cuatro días teníamos y “el mundo según los zapatistas”. El panora-<br />

137


ma de las interminables cañadas entre nubes no facilita aterrizar<br />

las divagaciones.<br />

Hemos dormido pocas horas desde el jueves, no nos hemos bañado<br />

y estamos cubiertos de lodo, no usamos los improvisados<br />

sanitarios y principalmente nos vamos con las manos vacías en<br />

cuanto a nuestro objetivo principal: estar aquí por si sorpresivamente<br />

el Subcomandante Marcos llegaba a la celebración.<br />

No fue lanzarnos a la simple aventura, pues llegar es resultado<br />

de una investigación que inició desde julio del 2012. Si acaso<br />

había una posibilidad, aunque mínima, de estar en el mismo<br />

lugar que el “Sup”, sería precisamente en Oventik en esta celebración.<br />

Si Marcos va a algún Caracol será al de Oventik, pero no hay forma<br />

de saberlo. Él es así, no hay agendas ni avisos, simplemente<br />

llega. Hay muchas posibilidades de que se aparezca en esta celebración,<br />

había confiado una de nuestras fuentes.<br />

Para mala fortuna no fue esta vez, pero lo buscaremos la próxima<br />

semana en San Cristóbal de las Casas durante el Congreso Nacional<br />

Indígena en la Universidad de La Tierra.<br />

Hemos llegado al hotel en San Cristóbal y sigo pensando en la<br />

Pizza Zapatista y en la piratería china que cautivó a los indígenas.<br />

En la imagen de la jovencita color de la tierra que representaba<br />

todo el encanto de este lugar con su fina figura y rasgos típicos portando<br />

con orgullo un traje de gala con bordados en morado y lila;<br />

iba colina abajo en un camino pantanoso y entonces comprendí<br />

el porqué de su caminar con pasos cortos y brincones, sobre todo<br />

cuando nosotros nos desplazamos torpemente, trastabillando.<br />

Muchas veces extranjeros y nacionales caemos de rodillas o de<br />

138


panza, pero no se aprecia un gesto de burla o compasiva sonrisa en<br />

los zapatistas que están alrededor. Las risas con que rompen más<br />

bien parecen impregnadas de genuina diversión carente de malicia<br />

o prejuicios.<br />

Esto pensaba con la cámara lista para captar el momento de la<br />

joven indígena, cuando de pronto suena: ¡Sollterito soy, solterito<br />

voy!, una cumbia como tono de llamada. La zapatista de bella estampa<br />

detiene su marcha, de entre las ropas saca un celular enfundado<br />

en colores brillantes y luces y contesta en lengua nativa.<br />

¿Miopía<br />

Entiendo que todo eso te desconcierte, porque eres un pendejo. Te<br />

clavaste en las formas, en cuestiones menores y la escala de valores<br />

del mundo en que vives no te dejó ver el fondo.<br />

Te dieron la oportunidad de estar entre personas con verdadera<br />

dignidad, que cada día están dispuestas a morir por construir un<br />

mundo de respeto y libertad ¿Sabes siquiera lo que es eso, me recrimina<br />

uno de los contactos con quien hemos platicado desde hace<br />

más de un año y que nos presentó con dos personas muy cercanas<br />

al EZLN en los 80, a quien por internet estoy relatando estos días<br />

en Oventik.<br />

¿Pizza Zapatista Por supuesto. Ni preguntaste, pero estoy casi seguro<br />

que ese platillo se elabora ahí a manera de agradecimiento por<br />

apoyos recibidos de alguna organización o bases de ese país.<br />

¿Basquetbol Es el deporte indígena por excelencia. Ellos lo adoptaron<br />

y son muy buenos en eso desde hace mucho, pero por supuesto<br />

que para ustedes sólo existe el futbol y el Tri.<br />

¿Piratería china y celulares con fundas luminosas y coloridas ¡Es<br />

139


La Fiesta! Leé un poco por favor.<br />

Este reclamo también me recuerda la charla con Gita de hace<br />

cuatro días, cuando advirtió: En Oventik, mis hermanos zapatistas<br />

caminarán entre muertos como ustedes. Gente que se transporta en<br />

cuerpos con media vida, en eso se han convertido en sus ciudades,<br />

por sus costumbres y vicios, pero que en cualquier momento pueden<br />

sanarse.<br />

El juicio corre a esas latitudes, pero regresa a una céntrica evaluación,<br />

a una cómoda estabilidad entre la emoción y la reflexión.<br />

Y bueno, para entonces ya estoy en la cama del hotel después de<br />

un baño y me dispongo a cenar en el corredor turístico de San Cristóbal,<br />

ése que tiene al Zapatismo como principal atractivo.<br />

Debemos volver en unos días al Congreso Nacional Indígena con<br />

la esperanza de que Marcos haga presencia.<br />

140


IV<br />

La raíz de la<br />

barbarie<br />

141


“Los criminales y estadistas modernos no matan:<br />

suprimen. Experimentan con seres que han perdido ya<br />

su calidad humana. En los campos de concentración<br />

primero se degrada al hombre; una vez convertido en<br />

un objeto, se le extermina en masa.<br />

“… envenena, disgrega cadáveres con ácidos, incinera<br />

despojos, convierte en objeto a su víctima. La antigua<br />

relación entre víctima y victimario, que es lo único que<br />

humaniza al crimen, lo único que lo hace imaginable,<br />

ha desaparecido”.<br />

142


La sangre que nos alcanza<br />

Nací en 1968 y ahora cuando vuelvo a ver y leer las historias de<br />

finales de los 60 y principios de los 70 algo diferente me pasa:<br />

Pienso más en los padres y familia de esos jóvenes. Comprobé que<br />

de nada sirve dar consejos a mis hijos si no van acompañados por<br />

el ejemplo, y lo aprendí de la forma más contundente al quedar en<br />

evidencia ante ellos muchas veces.<br />

Entiendo cuando alguien dice que la inseguridad que hoy sufrimos<br />

es consecuencia de décadas en que como sociedad no hemos<br />

sido capaces de frenar abusos, crímenes y privilegios ilícitos. Principalmente<br />

debido a que hemos elegido vivir en la inconsciencia,<br />

la ignorancia, pues lo contrario nos obligaría a cambiar lo más elemental<br />

en nuestro estilo de vida.<br />

Asumimos secretamente el costo de esos privilegios, pero apenas<br />

en estos días abrimos los ojos a lo inminente: las generaciones<br />

futuras cargan ya con esa herencia. Y lo sabemos no por un despertar<br />

o descubrimiento, lo sabemos simplemente porque el tiempo<br />

hace su trabajo implacablemente.<br />

Esa conducta delictiva que primero estaba en otras latitudes, en<br />

otros estratos sociales, hoy está dentro de nuestras casas y escuelas.<br />

Los niños imponen los patrones del crimen organizado dentro<br />

de las aulas.<br />

El bullying siempre ha existido, pero en estos días el acoso escolar<br />

está en manos de pequeñas y pequeños que emulan a los capos<br />

y lo hacen en su versión más cruel y sanguinaria. Por eso es que en<br />

este capítulo se relacionan ambos aspectos: la violencia generacional<br />

y la delincuencia estudiantil.<br />

143


Al enlistar 10 hechos de sangre –entre los muchos que hubo–<br />

que han marcado al País desde 1995 la idea es puntualizar la responsabilidad<br />

social fallida en la exigencia de castigo, el nulo interés<br />

siquiera por entender lo que ocurrió. De ninguna manera es<br />

pretensión emitir juicios de valor sobre el Estado Mexicano que<br />

gobernaba en cada uno de estos momentos, pues la lista incluye<br />

circunstancias, personas y motivos completamente apartados y<br />

sin relación alguna unos con otros, pero es botón de muestra de la<br />

insensibilidad ciudadana ante hechos atroces.<br />

Es un listado que nos recuerda la gran deuda civil y personal<br />

con nuestros hijos, hablando de la Generación X, pero preocupantemente<br />

de la lamentable herencia con que empiezan los mexicanos<br />

del futuro.<br />

En este aspecto me preocupa que mi hijo Aldo está aún en edad<br />

vulnerable en que la violencia escolar puede alcanzarlo. Nunca ha<br />

sufrido algún detalle de este tipo, pero los alarmantes casos que<br />

día a día surgen sólo nos confirman que el riesgo crece exponencialmente.<br />

Apenas empezaba a disminuir el nivel de mis angustiantes esperas<br />

en las tardes y noches en que Ricardo sale a algún bar o una<br />

celebración y Abril a alguna fiesta, pues tenemos un par de años<br />

en que las ciudades de Coahuila y Nuevo León empiezan a vivir<br />

tímidamente sus noches.<br />

De pronto uno dramatiza. Bueno, varias veces al día: ¡Lo que nos<br />

ha tocado ver como reporteros de la policiaca! Pues seguramente<br />

mucho menos que a los socorristas, a los médicos, embalsamadores,<br />

policías, bomberos y militares.<br />

144


SIN PALABRAS.- La mañana del 25 de abril del 2013 el coordinador<br />

de Fotografía Social de VANGUARDIA informó que Daniel Alejandro<br />

Martínez Bazaldúa, joven fotógrafo de 22 años de edad con<br />

menos de un mes de haber sido contratado, no llegó a trabajar.<br />

Un amigo del novel compañero lo buscaba y había contactado a<br />

la empresa vía Facebook para preguntar si estaba aquí, pues extrañamente<br />

había desaparecido desde muchas horas antes fallando a<br />

varios compromisos, algo inusual en él.<br />

Transcurridas más de 24 horas de que alguien había tenido contacto<br />

con Daniel, se siguió el protocolo institucional, lo que llevó a<br />

recibir al preocupado amigo, ya que era el único contacto que conocíamos.<br />

Como a las 14:00 horas, mientras hablábamos con el joven,<br />

quien conversaba además con el Gerente de Recursos Humanos de<br />

la empresa, el Coordinador de Fotografía y Kowa, por alguna extraña<br />

razón recordé un mail que por la madrugada había recibido de<br />

“F” sobre una nota que cubrió el reportero del turno nocturno.<br />

El amigo explicaba que la última vez que supo de Daniel fue que<br />

iría a la tienda a comprar malla metálica para proteger la reja de<br />

la cochera en la modesta casa que rentaba desde hacía un mes, ya<br />

que le habían regalado un cachorro y tenía que evitar que se saliera<br />

a la calle.<br />

Mientras él hablaba y decía que tampoco encontraban a otro de sus<br />

amigos, desplegamos el mail que contenía las fotografías de dos ejecutados<br />

y desmembrados en Saltillo. Le preguntamos las características<br />

físicas de los dos desaparecidos, ¡y coincidían!<br />

Con la advertencia de que iba a ver imágenes extremadamente<br />

fuertes, el joven se acerca a la pantalla en que estaban las fotos de<br />

145


los cuerpos descuartizados y de inmediato reconoce la cabeza de<br />

uno de ellos. Pálido, aturdido, entre lágrimas ahoga un sollozo:<br />

¡No mames, son ellos, son ellos! Parece que son ellos. ¡Chingada<br />

madre!<br />

Se le habló de inmediato a la Procuraduría General de Justicia<br />

del Estado y se dio toda la información. El joven amigo se fue para<br />

dar aviso a sus familiares. Tuvimos que esperar la confirmación<br />

oficial de los peritos, el reconocimiento por parte de la familia de<br />

Daniel y el comunicado de la Procuraduría para dar a conocer la<br />

información.<br />

La empresa nada puede aportar sobre el joven fotógrafo más de<br />

lo que ya se declaró, la ficha técnica de ingreso y los documentos<br />

oficiales que presentó al ser reclutado. Nadie de la Redacción lo<br />

conocía fuera del ámbito laboral, pues con apenas unas semanas<br />

de trabajo estaba en capacitación y no alcanzó a hacer una sola<br />

relación de amistad siquiera.<br />

Si en las anteriores ocasiones fuimos extremadamente cuidadosos<br />

con la comunicación de los hechos, esta vez se multiplicó la<br />

preocupación. En lo personal, vuelvo a confesarlo, principalmente<br />

porque no había ni hay elemento alguno que relacione el salvaje<br />

asesinato con el ejercicio periodístico, y por esto el temor de quedar<br />

expuestos en un asunto totalmente ajeno.<br />

146


10 momentos que<br />

jodieron a México<br />

Impotencia, indolencia e indiferencia, la “fórmula nacional”;<br />

relatos de cómo los mexicanos aprendimos a vivir día a día entre<br />

desaparecidos, ejecuciones y masacres<br />

¿El “sueño americano” en nuestra propia tierra En 1994 el Tratado<br />

de Libre Comercio nos permitía aspirar a la construcción de<br />

una sociedad más rica, cívica y justa, alejada de la realidad tercermundista<br />

y los fantasmas ajenos a los norteamericanos; pertenecer<br />

al fin a ese “club”.<br />

Pocos podrían anticipar lo accidentado de estos primeros pasos,<br />

hasta ahora 20 años marcados por momentos en que muchos<br />

han sollozado “Esto se jodió”, pero las mismas veces en que la<br />

esperanza dio paso a la reinvención, al sacudir de las cenizas pese<br />

a la impunidad.<br />

14 de mayo del 2014, Ciudad Victoria,<br />

Tamaulipas<br />

Entre cuatro lo torturaron psicológica y físicamente,<br />

denunció pero las autoridades lo<br />

ignoraron; de nada sirvieron sus súplicas<br />

pues lo cargaron y fue lanzado por los aires,<br />

se estrelló de lleno contra el concreto y tras<br />

una semana de agonía finalmente murió.<br />

Héctor Alejandro Méndez Ramírez tenía 12<br />

años de edad al igual que sus agresores –<br />

147


ahora homicidas– y ocurrió dentro del salón<br />

de clases ante todos sus compañeros del<br />

primer grado en la Secundaria No. 7 Eleazar<br />

Gómez, en la colonia Adolfo López Mateos.<br />

18 de octubre del 2013, Hermosillo, Sonora<br />

Sergio, de 15 años de edad, no tolera más el acoso<br />

de sus compañeros debido a sus preferencias<br />

sexuales, en la Secundaria General No. 11. Tras ser<br />

golpeado por otros alumnos se suicida colgándose<br />

en el cuarto de su mamá.<br />

150,000 muertos<br />

son las estimaciones más pesimistas por la “Guerra contra el Narco”<br />

del 2006 a la fecha.<br />

4,000 cuerpos<br />

habían sido localizados en fosas clandestinas y “cocinas” del País<br />

del 2006 al 2013, según la PGR.<br />

2.6%<br />

de las víctimas, entre inocentes y rivales de la cruzada nacional<br />

contra el crimen, sería el equivalente de los restos encontrados<br />

hasta entonces en “cocinas” y fosas.<br />

22,322 desaparecidos<br />

reconoce PGR hasta el 2014 en todo el País.<br />

Impotencia, indolencia e indiferencia parece ser el “coctel anestésico”<br />

que el ciudadano debe ingerir para sobrevivir a la bestialidad<br />

más devastadora del México de nuestros días.<br />

148


El mundo ha encontrado muchos calificativos para las masacres<br />

en nuestro país tan comunes ya, ésas que a muchos dejaron de<br />

asombrar y que de tanto sumar hasta parecieran sólo una cifra más<br />

sin dejar rastro alguno y en ausencia del dolor social. Como una<br />

deuda que se anota en el hielo a pleno sol de verano.<br />

Finalmente todo llega a un lugar común: estos actos han quedado<br />

impunes a decir de las víctimas y sus deudos, ante una frustrante<br />

indiferencia global, aunque con distinto origen, ya que algunos<br />

de estos crímenes –los perpetrados principalmente en los 90<br />

y primeros años del nuevo siglo– han sido atribuidos a la persecución<br />

ideológica, política y vulgarmente monetaria, ordenados desde<br />

una perversidad estratégica, mientras que en la actualidad se<br />

acusa a la atrocidad de los grupos delictivos en disputa.<br />

11 de marzo del 2014, Reynosa, Tamaulipas<br />

Tras comprobar que extorsionaba a al menos<br />

16 de sus compañeros cobrándoles 10 pesos<br />

como cuota de protección o “derecho de piso”,<br />

el CBTIS 71 expulsa a un alumno de 16 años.<br />

Los padres del extorsionador presentaron un<br />

amparo que les fue concedido y un juez federal<br />

ordenó que fuera readmitido.<br />

16 de octubre del 2013, Guadalajara, Jalisco<br />

Dos niños de 9 años de edad y otro de 8 son<br />

acusados ante la Fiscalía General de Justicia<br />

del Estado de mutilar parcialmente el pene a<br />

un compañero de clases en la primaria Miguel<br />

149


Hidalgo, en la colonia El Retiro, durante un<br />

acto de tortura y agresión. La denuncia señala<br />

que los agresores atacaron a la víctima en los<br />

baños de la escuela con unas tijeras.<br />

La antesala del primer mundo en 1994 fue precedida por un periodo<br />

de represión ideológica con la Matanza de Tlatelolco como<br />

punto incendiario el 2 de octubre de 1968, y la posterior “Guerra<br />

Sucia” en que hasta finales de los 70 desaparecieron según algunos<br />

blogueros hasta 1,500 jóvenes, la mayoría universitarios e intelectuales,<br />

algunos de ellos metidos en actos criminales que buscaban<br />

justificar como la única salida ante la represión.<br />

Las siguientes han sido décadas del Fue por andar de revoltosos;<br />

son esos “rojillos”, mariguanos y ateos… al En algo malo andaría; el<br />

narco nunca se equivoca; con que a mí no me toque. Frases comunes<br />

para tratar de marcar distancia de una realidad cada día más<br />

cercana al núcleo familiar.<br />

36.2<br />

millones de jóvenes hay en México, de acuerdo con INEGI.<br />

1 LUGAR<br />

ocupa México en desertores escolares de 15 a 18 años entre los países<br />

de la OCDE.<br />

3 LUGAR<br />

mundial en ninis tiene el País, OCDE lo registra con 7.3 millones.<br />

26,000<br />

menores de edad fueron procesados por delitos federales del 2006 al<br />

2012 de acuerdo con el Consejo de Judicatura del Distrito Federal.<br />

150


80%<br />

de los delincuentes juveniles actuaron bajo el influjo de alguna<br />

droga, reveló la Encuesta Nacional de Adicciones 2008.<br />

30,000<br />

jóvenes mexicanos trabajan para el narco según estimaciones de la<br />

Red por los Derechos de la Infancia en México.<br />

22 de mayo del 2014, Tolimán, Querétaro<br />

La agresión sube de tono hasta el punto de ser<br />

obligada a golpes a comer excremento públicamente.<br />

Elvia Bocanegra acusa que el ataque<br />

contra su hija fue por dos de sus propias compañeritas<br />

en el salón de clases y en presencia<br />

del profesor a cargo del grupo de tercer año de<br />

la Primaria Benito Juárez, en la comunidad de<br />

San Pablo. Las tres niñas de 8 años regresaban<br />

del recreo.<br />

Diciembre del 2013, Ciudad de México<br />

Las autoridades le conceden protección mediante<br />

“escoltas” ante el ataque sexual por<br />

parte de su compañero. Ella era una de la<br />

tantas víctimas del agresor, quien durante<br />

meses las acosó sexualmente, amenazó con<br />

navajas e intimidó de manera constante en<br />

la Delegación Iztapalapa. Todos tienen 11<br />

años y estudian el sexto grado en la escuela<br />

primaria Centenario de la Restauración de<br />

la República.<br />

151


El deterioro no ha sido gratuito, pues junto con la apertura de fronteras<br />

comerciales, la globalización de mercados y culturas, llegaron<br />

fracturas en los pilares tradicionales de la sociedad mexicana:<br />

La familia tradicional se resquebraja<br />

SE CUADRUPLICÓ<br />

el número de hogares que terminan en divorcio, pues en los 90 de<br />

acuerdo con el INEGI de cada cien matrimonios 4.4 terminaban en<br />

separación legal, y actualmente son 17 los que se disuelven.<br />

La Iglesia hiere:<br />

880 sacerdotes<br />

reconoció El Vaticano haber expulsado por pederastia tan sólo en<br />

los últimos 10 años.<br />

La deuda ciudadana:<br />

58%<br />

de votación en elecciones para la Legislatura Federal, sin que coincida<br />

con comicios presidenciales, sigue siendo un sueño en el País<br />

desde los 90, según cifras del INE.<br />

Así, la “ganancia” en estas dos décadas está muy lejos del sueño<br />

acariciado:<br />

22%<br />

Ha disminuido en términos reales el poder adquisitivo de los mexicanos<br />

de 1994 al 2014, de acuerdo con el salario mínimo.<br />

4 MILLONES<br />

De personas ha sumado el País en condiciones de pobreza alimentaria;<br />

esto equivaldría a más de la población de algunos países<br />

como Uruguay.<br />

Este “coctel” alimenta la raíz de la barbarie, que hoy brota por<br />

152


toda la geografía mexicana de igual en nuevas heridas que en añiles<br />

tajos, haciendo imposible diferenciar el sufrimiento cronológicamente<br />

o por origen: ¡Qué más da, si la jodidez no acata calendarios<br />

ni pretextos!<br />

Así es la vida para las nuevas generaciones de mexicanos, las<br />

que están naciendo entre balaceras y muertos, levantones, secuestros,<br />

extorsiones y masacres, la inmensa mayoría delitos impunes.<br />

Estudios de la UNAM revela que hasta<br />

70%<br />

de los niños en educación básica han presenciado o sido víctimas<br />

de bullying.<br />

57%<br />

de los estudiantes en el País afirma que las agresiones se dan en<br />

grupo, según una encuesta nacional.<br />

1 LUGAR MUNDIAL<br />

tiene México en bullying en educación básica, con<br />

10.7 MILLONES<br />

de víctimas, según el Senado de la República con base en datos de<br />

la OCDE.<br />

¿Podremos cerrar a tiempo esta llaga<br />

En estos 20 años hemos sido testigos desde actos heroicos, de<br />

instintiva defensa individual y de justicia por mano propia; de convocatorias<br />

a la resistencia y lucha grupal –que como sociedad hemos<br />

despreciado y abandonado– hasta el surgimiento actualmente<br />

de grupos de autodefensa en distintas zonas del País, generadas<br />

por múltiples orígenes, no todos claramente legítimos.<br />

153


Se emprendió un viaje por 10 de los momentos que marcaron al País<br />

a partir de 1994, una travesía sellada por el ritmo del “cuerno de chivo”,<br />

del Barrett, de la “matapolicías”, el lanzamisiles y las granadas.<br />

Las crónicas corresponden sólo al retrato actual de los lugares y las<br />

voces de familiares de las víctimas y algunos sobrevivientes.<br />

Lo que sigue son vistazos a la historia de ese caldo de cultivo<br />

para el México actual. Hechos que dan sentido al relato que tristemente<br />

continuamos construyendo:<br />

1. Emboscada en el averno<br />

El 28 de junio de 1995 cuando viajaban en vehículos de transporte<br />

público en la sierra de Guerrero, y supuestamente algunos iban a<br />

un mitin político, un grupo es emboscado y mueren 17 en el poblado<br />

de Coyuca de Benítez. Se acusa a cuerpos policiacos estatales.<br />

POR JESÚS CASTRO<br />

Coyuca de Benítez, Guerrero, 6 DE FEBRERO DE 2014.-<br />

Ocho mujeres caminan sobre suelo que se viene con ellas apenas<br />

avanzan. Se volvieron a inundar con la creciente del río que vadea Coyuca<br />

de Benítez, en Guerrero. Son las viudas de la matanza de Aguas<br />

Blancas, viven en casas de paredes agrietadas, sobre una calle que<br />

desconoce el asfalto. Se las dio el Gobierno para que se callaran.<br />

El lodo que pisan no se parece al que impregnó la ropa de sus<br />

maridos el 28 de junio de 1995; aquel día parecía barro, hoy la tierra<br />

del vado donde fueron asesinados por policías estatales está<br />

pavimentada. Un mausoleo recuerda el hecho. También 17 cruces.<br />

Entre Coyuca y Aguas Blancas hay unos 30 kilómetros, para allá las<br />

154


viudas sólo van cada año a llevar flores y recordar. Es como si una lo<br />

volviera a vivir, dice Cecilia Analco, la viuda de Fabián Gallardo.<br />

Aquel día Fabián, con quien vivía en el poblado Paso Real, viajó<br />

a Coyuca. Traería leche para su hijo de ocho meses. La leche no<br />

llegó, tampoco la despensa que Simplicio Martínez, otro asesinado,<br />

compraría para Minerva Adame; tenían un bebé de tres meses<br />

y una niña de cinco, en el ejido Atoyaquito.<br />

Para comprar la leche había que vender dos costalitos de maíz<br />

que Fabián subió a un camioncito azul claro de redilas que servía<br />

como transporte público a los campesinos de la sierra en la Costa<br />

Grande de Guerrero.<br />

Cecilia tenía 16 años, se había ido a lavar al río cuando vio gente<br />

correr “como locos” hacia la carretera; ella también corrió, pasó<br />

una señora y le dijo que estaban matando a todos los que iban en<br />

la camioneta de transporte.<br />

Se asustó, volvió a preguntar como si no entendiera. Se lo repitieron,<br />

ya no se detuvo hasta unos metros antes del vado, de ahí ya<br />

no pasó. La masacre comenzó a las 10:30 de la mañana, hacía más<br />

de 20 minutos de ello y la Policía rodeaba el área.<br />

El que nos dijo la hora es Felipe Pérez Peregrino, un oaxaqueño<br />

de cuerpo macizo y bigote cano con quien no pactamos ninguna<br />

entrevista, pero que estaba a unos metros del vado el día que llegamos<br />

al lugar.<br />

Sabe la hora en que sucedió porque recuerda que hace 19 años el<br />

chofer del patrón les llevaba el almuerzo a las 10:30. En vez de eso,<br />

don Felipe escuchó disparos.<br />

Oyimos una balacera y que nos tiramos en el suelo, parecía muy<br />

cerquita, alcanza a recordar Felipe, que para entonces trabajaba<br />

155


para Elías Hernández Ríos, el dueño del terreno junto al vado.<br />

Acababa de pasar junto a ellos un camión de redilas lleno de pasajeros,<br />

sólo podía imaginar que los disparos eran para ellos porque<br />

una curva antes del vado le impidió ver.<br />

Disparos, amenazas, gritos y lamentos. El orden se sucedió sin<br />

que el hombre pudiera contar los minutos respirando miedo, de<br />

vez en cuando levantaba la cabeza y veía gente corriendo, ensangrentada,<br />

que se perdía entre las ramas del monte.<br />

Uno de ellos le pidió una tortilla, olía a pólvora y a sangre.<br />

Don Felipe vio a los atacantes. Eran policías estatales y los había<br />

visto acercarse como en otras ocasiones buscando guerrilleros<br />

entre la sierra, intimidando productores. Ese día, dicen los periódicos,<br />

la orden era detener a quienes intentaran llegar al poblado de<br />

Atoyac, donde se llevaría a cabo un mitin político de la Organización<br />

Campesina (OCSS) de la Sierra del Sur.<br />

La OCSS llevaba años pidiendo a las autoridades estatales apoyos<br />

a la producción, láminas para techos, carreteras, escuelas, centros de<br />

salud, servicios, protección de bosques, áreas naturales, justicia por<br />

los desaparecidos de la “Guerra Sucia” y libertad a presos políticos.<br />

Se habían convertido en una amenaza para el entonces gobernador<br />

Rubén Figueroa Alcocer porque también exigían participar en<br />

la elección de autoridades de los ejidos, y la salida de los grupos<br />

policiacos y el Ejército de sus comunidades.<br />

De todo esto nada sabían las viudas. Por lo menos ocho de ellas tienen<br />

claro que sus maridos no subieron a ese camión rumbo a un mitin.<br />

Era una camioneta de pasajeros y ahí se subía cualquier<br />

persona, no era un viaje especial, y ésos balacearon parejo.<br />

No dijeron “Tú sí tienes culpa, tú no”, agarraron parejo. Son<br />

las palabras de Minerva Adame, en ese entonces de 22 años y<br />

156


dos hijos de Simplicio Martínez.<br />

Nadie les dio explicaciones; cuando pudieron pasar por el vado,<br />

ya habían levantado los cuerpos. Los volvieron a ver dos o tres días<br />

después apilados en el suelo, desnudos, con agujeros de balas y como<br />

vacíos por dentro. ¿Quién sabe qué les hicieron, platican las mujeres.<br />

Nadie sabría lo que pasó si no fuera por un video filtrado a la televisión,<br />

en el que se observa a un grupo armado disparando a un<br />

camión lleno de campesinos desarmados. Las escenas muestran<br />

cuerpos de vivos y muertos apilados en el suelo, ojos abiertos, voces<br />

delirantes y sangre, mucha sangre.<br />

También los hijos de Cecilia lo vieron cuando tuvieron edad. Ahí<br />

estaba a la mano en el internet, y entonces venían las preguntas:<br />

¿por qué los mataron, ¿por qué les hicieron eso Y la más dura:<br />

¿Cuál de los que están en el video es mi papá<br />

A Fabián lo alcanza a reconocer en el video por una playera verde<br />

y pantalón azul, pero hay otra persona de su familia que fue<br />

asesinado y también aparece en la grabación: su papá, Gregorio<br />

Analco Tavares.<br />

Cuando el reloj de la cámara marca las 10:38 se escuchan quejidos<br />

lastimeros, Cecilia dice que es la voz de su papá, aún vivo,<br />

herido. Nadie lo atendió, murió desangrado, ahí, tirado boca abajo<br />

junto a otros hombres que voltean a ver a la cámara de reojo o haciéndose<br />

los muertos.<br />

El Gobernador dirá que fue un enfrentamiento, que los policías se<br />

defendieron de un ataque a machetazos. En el video nada de lo dicho<br />

por Figueroa Alcocer aparece y tiene que renunciar a su cargo.<br />

De lo otro que también hubo testigos fue de la operación limpieza<br />

y resguardo que montó la Policía durante casi un año en los alrededores<br />

del vado en Aguas Blancas.<br />

157


Don Felipe Pérez recuerda que desde el siguiente día de la masacre<br />

y hasta que la Gubernatura fue asumida por un perredista,<br />

policías federales y el Ejército montaron guardia en los terrenos<br />

de su patrón, recogieron toda evidencia, hasta escarbaron la tierra<br />

impregnada de sangre y luego pavimentaron.<br />

En las laderas de la sierra había campamentos, patrullas, policías,<br />

preguntas. No los dejaban trabajar, por eso el dueño se deshizo<br />

de esas tierras. Don Felipe pudo comprar dos hectáreas, son las<br />

que ahora trabaja, ahí, a un lado de donde cada año ve llegar peregrinando<br />

a las viudas, llorar, escuchar discursos y prometer.<br />

Porque desde el primer aniversario les prometieron pensión, becas,<br />

atención psicológica, servicio médico, una casa y justicia. Lo<br />

único que llegó fueron algunas becas y la casa, ésa que está en “La<br />

Calle de las Viuditas” y que se les inunda cada que crece el río.<br />

Se las dieron después de ser usadas en mítines políticos: Tráiganse<br />

a las viuditas, les decían; que vengan las viuditas, y les daban<br />

apoyos, pero el día que exigieron justicia, cárcel para los autores<br />

de la masacre, todo cambió.<br />

Ya vimos que con el Gobierno no se puede, afirma Cecilia, y se<br />

callaban porque tenían necesidad, hijos que mantener y miedo.<br />

Miedo a que les fuera a pasar lo mismo que a sus maridos.<br />

Como el Estado nunca aceptó su responsabilidad, no hubo indemnización.<br />

Diez mil pesos les llegaron a dar cada año el día del<br />

aniversario a cada viuda. Van dos años que no les dan. El resto de<br />

los apoyos fueron mínimos, las mujeres tuvieron que trabajar, incluso<br />

los hijos.<br />

En un fragmento de la carta que durante nuestra visita Abelardo<br />

Martínez le escribe simbólicamente a su padre, Simplicio, le dice:<br />

Quisiera que vieras en las condiciones en que vivimos, papá… ya que<br />

158


el Gobierno sólo decía promesas de que nos iban a apoyar.<br />

Le platica lo doloroso que fue no saber lo que era tener un<br />

padre y que Minerva trabajara para sacarlos adelante con tantas<br />

carencias.<br />

El resto de las viudas ni siquiera alcanzó casa. Dejaron de ir a los<br />

mítines, prefirieron regresar a sus pueblos, volverse a casar, irse<br />

del estado. Todavía el miedo ronda la Costa Grande, todavía creen<br />

que Aguas Blancas se pueda repetir.<br />

A partir de esta masacre se crea la primera autodefensa en México,<br />

según la Comisión del Diálogo con Pueblos Indígenas.<br />

La Costa Grande sigue con miedo, esa tierra donde en los 70 y 80<br />

hubo otras emboscadas, en las que los grupos de muertos fueron<br />

los militares a manos de guerrilleros.<br />

Click ver video<br />

159


2. Masacre a los pies de Dios<br />

El 22 de diciembre de 1997 son asesinados 45 indígenas, la<br />

mayoría mujeres y niños, mientras de rodillas rezaban en su<br />

iglesia. Sobrevivientes y el EZLN acusan a grupos paramilitares,<br />

financiados por el Gobierno Federal<br />

POR JESÚS CASTRO<br />

acteal, CHENALÓ, chiapas, 7 DE FEBRERO DE 2014.-<br />

La tierra de Acteal todavía huele a muerte. Sus habitantes han dejado<br />

el suelo de la capilla deliberadamente sin adoquines. El polvo<br />

aún conserva manchas que asemejan a las que hace 17 años dejaron<br />

45 indígenas totziles asesinados. El recuerdo de la masacre<br />

sigue vivo. Todo en el pueblo habla de ello.<br />

Para llegar aquí hay que subir por caminos encharcados de una<br />

selva húmeda. Atravesar la niebla; encontrar junto al camino de la<br />

sierra de los altos de Chiapas un obelisco de cuerpos humanos con<br />

rostros lastimeros; bajar 86 escalones a las entrañas del pueblo, y<br />

encontrar a hombres de sombrero, botas o huaraches, de carácter<br />

desconfiado y corazón bondadoso.<br />

Así es Vicente Jiménez Santis. Habla tzotzil, también español,<br />

pero no lo muestra, no aún. Celoso juez de la Organización Civil<br />

de “Las Abejas”, impide la entrada a cualquier intruso y se hace<br />

traducir por un joven de gorro azul y botas de plástico hasta las<br />

rodillas. Aquí nadie entra sin el permiso del Frayba. Así le llaman<br />

al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas,<br />

en San Cristóbal.<br />

160


Porque es tierra sagrada. Lo dice el letrero que da la bienvenida<br />

al inicio de la escalinata a unos metros del monumento levantado<br />

en memoria de la matanza, aunque desde hace más de<br />

20 años el municipio de Chenalhó, al que pertenece el pueblo,<br />

vive un infierno.<br />

Está en el cuarto de los ancianos del Consejo, entre mapas, banderas,<br />

fotos de tatic Samuel Ruiz, del obispo Raúl Vera y un par de<br />

computadoras viejas que a veces tienen internet.<br />

Aún no lo dice, pero es viudo. Su esposa y una hija murieron<br />

aquel 22 de diciembre de 1997, cuando paramilitares atacaron el<br />

pueblo.<br />

Se decía que eran tiempos de diálogo. Desde hacía tres años que<br />

Acteal se encontraba en la línea de fuego de los enfrentamientos<br />

entre el EZLN y militares mexicanos. El resto de los pueblos indígenas<br />

lo único que podían hacer era rezar.<br />

Esas fueron las enseñanzas de catequistas que llegaron a fundar<br />

la sociedad civil “Las Abejas”, movimiento social pacifista para la<br />

reivindicación y respeto de los derechos indígenas. Así se definen<br />

en su página web, manejada desde aquellas viejas computadoras<br />

bajo techos de lámina. Buscan lo mismo que los zapatistas, pero<br />

pacíficamente.<br />

Así lo explica don Vicente, hombre moreno de cuerpo robusto,<br />

manos ásperas y grueso bigote blanco, enfundado en sombrero<br />

que no se quita casi nunca aunque el sol pocas veces se asome por<br />

el cañón donde viven.<br />

Sin soltar el morral colgado al hombro, avanza por el camino<br />

lodoso hacia la capilla nueva. Está en la parte más baja del pueblo,<br />

junto a una cañada y es de ladrillo. Ahí estuvo otra, la de madera,<br />

161


la que fue agujerada por las balas.<br />

Aunque dentro no dejan de quemar copal es inevitable respirar<br />

otro olor: el que todavía desprende la tierra donde cayeron los<br />

cuerpos de ancianos, niños, hombres y mujeres embarazadas.<br />

Parece una capilla como cualquiera otra, la diferencia es que<br />

sólo la orilla interior está recubierta de adoquín, el resto es un gran<br />

rectángulo desnudo. Se le pregunta por qué: Dejaron la tierra porque<br />

ahí es el lugar original de la masacre, para recordarlos, responde<br />

el traductor.<br />

Ya adentro nos cuenta que durante esa supuesta tregua, “Las<br />

Abejas” eran acosadas por priístas que veían en los grupos católicos<br />

una amenaza; querían que cooperaran con el Gobierno para<br />

comprar balas, comprar armas, para estar de su lado, para acabar<br />

con el EZLN.<br />

Dice que para ese entonces, ellos ya se habían dado cuenta de<br />

la existencia de grupos paramilitares entrenados por el Ejército<br />

mexicano en la comunidad de Los Chorros. Mientras el Gobierno<br />

simulaban tregua, indígenas priístas pagados controlaban pueblos<br />

pacíficos, dice.<br />

Entonces los grupos católicos se empezaron a salir de sus comunidades,<br />

los corrieron los priístas; hicieron campamentos como en<br />

Acteal y ahí se quedaron a vivir. Algunos todavía viven ahí cosechando<br />

tierra, hilando rebozos, aprendiendo oficios, defendiendo<br />

sus derechos y sobreviviendo la pobreza.<br />

Del hostigamiento siguieron las amenazas, después las desapariciones,<br />

los asesinatos, los detenidos políticos. Aquel día, Vicente<br />

no estaba en Acteal porque fue al Frayba para abogar por tres compañeros<br />

de Chamic que habían sido encarcelados.<br />

Era 20 de diciembre y Alonso Vázquez Gómez, catequista princi-<br />

162


pal, congregó al pueblo. Mujeres, hombres, niños y ancianos hicieron<br />

ayuno y se encerraron en la capilla de madera vieja y techo de<br />

lámina. Tenían miedo.<br />

Desde ese momento todos dejaron sus casas, no volvieron a los<br />

cafetales, olvidaron el ganado, burros y caballos. Estaban amontonados,<br />

escuchando balazos aislados en la noche, luces entre la<br />

selva, gente acercarse. Rumores de muerte.<br />

Empezaron una oración por la paz para que no haya más matanzas<br />

con los zapatistas y priístas, que ya se calme ese conflicto. Eso<br />

estaban haciendo, platica don Vicente, eso hacían cuando salió<br />

rumbo a San Cristóbal.<br />

A los dos días, un hombre llegó con Vicente. Era Manuel Oyalte<br />

Luna, traía noticias de Acteal: los habían atacado. Él se escondió<br />

cuando comenzaron los disparos, los escuchó a las 10 de la mañana y<br />

los vio acercarse. Más de 100 hombres vestidos de civiles rodearon el<br />

pueblo; no traían piedras y palos, sino armas de grueso calibre.<br />

Fueron enviados por Jacinto Arias, presidente municipal de Chenaló,<br />

decían. Otros que por el Gobernador o por el jefe militar de la<br />

plaza, ninguno se hizo responsable.<br />

Primero dispararon contra el catequista Alonso y su familia,<br />

quien intentó detener lo inminente. Después la descarga fue contra<br />

la capilla, sin piedad. Los cuerpos de 18 niños, 6 hombres y 22 mujeres,<br />

cuatro de ellas embarazadas, fueron cayendo sobre el resto<br />

de los congregados.<br />

Algunos salieron. También los alcanzaron las balas. Otros, como<br />

Manuel, lograron esconderse, porque los gritos y el correr de sangre<br />

continuó por casi siete horas. Como pudo se escabulló y condujo<br />

un auto hasta San Cristóbal.<br />

163


La matanza sucedió a unos 200 metros de un destacamento de<br />

la Policía Estatal, que todavía existe, pero aquel día decidieron no<br />

oír los disparos; la PGR dice que los oficiales sí llegaron, pero horas<br />

después. Los sobrevivientes atestiguan que fueron a alterar los<br />

cuerpos, a sembrarles armas.<br />

La tristeza invadió a Vicente, pensó en su familia, esposa y cuatro hijos,<br />

tres mujeres y un niño de siete años. Volvió apresurado, para entonces su<br />

mujer Juana Luna y su hija Susana, de 17 años, ya habían muerto.<br />

Encontró entre los sobrevivientes a dos de sus hijos manchados<br />

de sangre; se habían salvado escondidos bajo los cadáveres amontonados<br />

dentro de la capilla, entre charcos rojos y lluvia, gemidos<br />

de dolor y ese aroma a muerte que su hijo todavía no olvida.<br />

Vinieron los entierros, la indignación nacional e internacional,<br />

los discursos oficiales condenando la masacre, la remoción<br />

del Secretario de Gobernación del presidente Ernesto Zedillo,<br />

Emilio Chuayffet –hoy Secretario de Educación Pública Federal–,<br />

y la renuncia del Gobernador de Chiapas, Julio César Ruiz;<br />

también la captura del alcalde Jacinto Arias y de 58 indígenas<br />

que participaron en la masacre.<br />

Los culpables los encarcelaron. Cuando se fueron a la cárcel fue<br />

al tercer día, los agarraron el 25 de diciembre, pero hay muchos que<br />

no están en la cárcel, siguen viviendo aquí. Lo dice porque la Suprema<br />

Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya puso en libertad a 36.<br />

Entre ellos, al ex alcalde Jacinto Arias.<br />

Comenzaron a salir de la cárcel desde agosto del 2009, cuando interpusieron<br />

amparos bajo el argumento de que la PGR, que en ese<br />

entonces encabezaba Jorge Madrazo Cuellar, fabricó evidencias. Otros<br />

alegando una irregular integración de la averiguación previa.<br />

164


Para el 2012, cuando en Acteal ya se había levantado la nueva<br />

capilla con la Virgen baleada y un altar hecho con la madera que<br />

antes fueron paredes, los responsables materiales de la masacre<br />

caminaban sin pena por los alrededores.<br />

Aquí viven ellos, están aquí felices, paseando, trabajando en sus<br />

milpas, en sus carros, como que si fuera que no han hecho nada. Y<br />

siguen amenazando a los sobrevivientes, como que matar a una persona<br />

no es nada, porque no hay justicia, recrimina indignado.<br />

Y no la hubo. Ninguna autoridad fue juzgada ni responsabilizada<br />

por la masacre. Sólo 20 personas siguen encarceladas, pero<br />

creen que también quedarán libres.<br />

Hubo una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos<br />

Humanos por delitos de Lesa Humanidad contra Zedillo, en la<br />

que se absolvió al ex Presidente.<br />

Y ni así estos hombres templados al crisol de la selva se atreven<br />

a levantar su machete contra los asesinos de sus familias.<br />

¿Ha pensado en hacer justicia por su propia mano, se le pregunta<br />

a Vicente.<br />

Sólo entonces deja de hablar tzotzil, sonríe un poco, vuelve a la<br />

seriedad y contesta en español.<br />

Yo no, solamente Dios, yo no puedo matar también. Ellos tiene familias<br />

y las mujeres no tuvieron delito. Las criaturas recién nacidos,<br />

¿qué culpa tienen los niños<br />

No puedo echar bala a los que me mataron a mi esposa y a mi<br />

hija, porque no… solamente Dios puede castigar.<br />

Vicente todavía sueña con su mujer, las imágenes llegan a su<br />

mente, a su corazón, dice. Y le brotan lágrimas.<br />

De vez en cuando visita el santuario donde están enterradas las<br />

165


víctimas, ahí, en el corazón de Acteal, construido bajo la explanada<br />

donde cada año recuerdan la matanza.<br />

Los muertos siguen gritando, pidiendo justicia. La sangre sigue<br />

viva y los sobrevivientes siguen en oración, para que algún día se<br />

encuentre la justicia y dé paz a los muertos que están aquí.<br />

Y luego se queda pensativo frente a la foto de su esposa, después<br />

sale a seguir en sus labores, porque “Las Abejas” aún tienen mucho<br />

que trabajar.<br />

Click ver video<br />

166


3. La barranca ensangrentada<br />

El 7 de junio de 1998 un comando militar masacró<br />

a un grupo de indígenas que dormía en una escuela:<br />

murieron 11 y 5 resultaron muy graves.<br />

POR JESÚS CASTRO<br />

EL CHARCO, AYUTLA, GUERRERO, 5 de febrero del 2014.<br />

El camioncito que nos lleva por las veredas terrosas de la sierra en<br />

la Costa Chica de Guerrero vadea acantilados por donde el verde<br />

es una alfombra que deleita las pupilas. Vamos al lugar de paredes<br />

con hoyos, por donde aún escurre el miedo por una masacre.<br />

Son dos horas bamboleándose sobre el vehículo, sujetándose de<br />

una soga que ya lastima la mano, mientras la otra saluda a niños<br />

cenizos, sonrientes, desnutridos, descalzos, y a mujeres de grandes<br />

vientres que piden “rait”.<br />

Vamos al Charco, les decimos. No entienden español; Marcial,<br />

nuestro guía, les dice algo en mixteco y las mujeres suben, sonríen.<br />

Desconocen que en la cabina viene Eustolia Castro Ramírez, la viuda<br />

de José Rivera, uno de los 11 hombres que el 7 de julio de 1998 fueron<br />

acribillados por el Ejército allá arriba, en una escuelita del ejido a<br />

donde nos dirigimos en el municipio de Ayutla de los Libres.<br />

Ellas bajan unos kilómetros antes de que lleguemos al valle, pasamos<br />

por un breve arroyo de agua que atraviesa el camino y que<br />

asemeja un charquito, imagen que le pudo dar nombre al lugar<br />

–creo– y desde el que se alcanza a ver el pueblo sobre una loma<br />

167


que pronto caminaremos.<br />

El deleite que causó el paisaje minutos antes se rompe en una<br />

imagen que hiere la vista y eriza la piel: son cuatro salones tapizados<br />

de hoyos de lo que una vez fue la primaria Caritino Maldonado.<br />

Nadie se atrevió, nadie quiso resanarlos.<br />

Dentro está un grupo de adolescentes, la luz que entra por los<br />

agujeros atina en sus espaldas, indica la trayectoria de las balas<br />

del Ejército Mexicano que hace 16 años se clavaron sobre campesinos<br />

desarmados y un grupo de simpatizantes que no formaban<br />

parte de la Asamblea.<br />

Los estudiantes que ahora usan estos salones como telesecundaria<br />

improvisada no habían nacido cuando ocurrió la matanza de El Charco.<br />

Las paredes les cuentan la historia todos los días, a cada instante.<br />

Yo quisiera que en lugar de hoyos, hubiera libros, es lo que alcanza a<br />

decir Remuar Suárez, su maestro, quien conoce la historia de oídas.<br />

Eustolia, entra en un salón y observa el nombre de su marido en<br />

la cruz de los 11 asesinados. Detrás hay un mural de hombres cargando<br />

ataúdes y mujeres de largas trenzas llorando; en el otro salón<br />

está el dibujo de soldados acribillando campesinos.<br />

Las imágenes recuerdan el testimonio que Alfonso Oliva, uno de<br />

los sobrevivientes, nos contó horas antes cuando decidió de último<br />

momento, desconocemos por qué, no acompañarnos. Quizá para<br />

no desenterrar el cadáver de los primeros esfuerzos por reivindicar<br />

los derechos de los indígenas y que, según el maestro, se fueron<br />

con la matanza.<br />

No mataron sólo a las personas, mataron la forma de organización,<br />

las ideas de cómo pensaban generar un beneficio para sus familias,<br />

que es lo más lamentable, sentencia Remuar.<br />

168


Después de ese día, la Organización Independiente de Pueblos<br />

Mixtecos y Tlapanecos jamás se volvió a reunir.<br />

Alfonso Olivares Morales, joven padre de familia, formaba parte<br />

de esa Organización. El 7 de julio estuvo ahí, pero ninguna de<br />

aquellas balas llevaba su nombre.<br />

Llegó a El Charco el día 6, lo invitó Esteban Leobardo Pitacio,<br />

asesinado meses después, y los dos representaban a la comunidad<br />

de El Paraíso.<br />

Eran campesinos sin sueldo fijo que la pobreza hizo gritar para<br />

organizarse, había unos 70 representantes de los ejidos Ocote<br />

Amarillo, Paraíso, Agua Cachengüe, Coyul, El Potrero y otras diez<br />

comunidades más.<br />

Planeaban cómo gestionar proyectos, obras sociales, carreteras,<br />

salud, educación, fertilizantes, riego, semilla, programas que no<br />

llegaban, que siguen sin llegar.<br />

Alfonso escuchó, habló de las necesidades de su pueblo, del sometimiento,<br />

la represión, los “guachos” recorriendo pueblos, arrestando<br />

gente, torturando indios. Su lengua despreciada, los niños flacos, el<br />

analfabetismo, la muerte en la montaña, el desempleo, el hambre.<br />

Así terminó el día 6, cuando las sombras cubrieron el valle y Alfonso,<br />

como el resto, se quedó a dormir.<br />

El sobreviviente no contó que en El Charco había otro grupo organizado:<br />

una columna de guerrilleros simpatizantes con la causa<br />

ciudadana, un boletín lo confirma.<br />

“El ERPI no convocó a la reunión del día 6 de Julio en la escuela<br />

de El Charco, una de nuestras unidades llegó a la reunión campesina<br />

que se efectuaba en la escuela, no para realizar ‘adoctrinamiento<br />

político militar’… sino para escuchar los planteamientos, opiniones<br />

169


y necesidades de los pueblos”.<br />

Este fragmento del boletín número 3 difundido en la web de los<br />

guerrilleros revela la existencia del Ejército Revolucionario del<br />

Pueblo Insurgente –escisión del Ejército Popular Revolucionario–<br />

que recorría la sierra y era perseguido por la milicia mexicana.<br />

La célula guerrillera durmió también en la escuela, se acostaron<br />

en el piso de los salones sin catres ni cobijas, como todos.<br />

Gritos en la oscuridad despertaron a Alfonso, Eran las 2 de la<br />

mañana: Que salgan a la chingada; puro desmadre; pura pendejada;<br />

que iba a haber “chilate”, se escuchó.<br />

Que se va a respetar su vida; que no van a disparar; que se entreguen.<br />

Éstas y otras promesas envueltas en insultos. Eran soldados<br />

del Ejército Mexicano comandados por el general Alfredo Oropeza<br />

Garnica. Alfonso no los veía.<br />

La escuela rodeada, gritaban; los de adentro que no tenían armas,<br />

que había menores; los de afuera que se entregaran, que se<br />

rindieran. Pasaron 40 minutos.<br />

El primero que salió fue Honorio García: se hincó manos en la<br />

nuca; un estallido, las balas del Ejército lo alcanzaron. Nadie quería<br />

salir; algunos como Alfonso se refugiaron en las esquinas del<br />

salón, a otros el miedo los empujó a cruzar la puerta.<br />

Iba corriendo la gente cuando los “guachos” comenzaron a disparar<br />

contra la escuela. Uno de ellos era José Rivera, quien estaba<br />

casado con Eustolia, una mujer de piel morena y ojos grandes, delgada,<br />

pero en aquel entonces con el vientre crecido de embarazo.<br />

Ella, que subió con nosotros a El Charco, camina hasta el centro<br />

de la cancha y dirige el dedo al lugar donde, le dicen, cayó muerto<br />

su marido. No lo supo aquel día; 15 días después lo encontró en<br />

170


el SEMEFO, piernas y brazos rotos, agujeros en el cuerpo, uno de<br />

ellos en la nuca.<br />

Ni ella ni Alfonso nos contaron, pero la unidad del ERPI se arrepintió<br />

de haber dormido en el salón, lo dice el boletín antes citado.<br />

Un sobreviviente guerrillero lo narró:<br />

Ante la imposibilidad de hacerse escuchar o de detener las ametralladoras<br />

federales, la unidad optó por salir del aula para alejar el<br />

combate de la escuela y evitar una masacre mayor.<br />

Nada detuvo las balas. Amaneció, los soldados entraron por<br />

ellos. Alfonso fue arrastrado hasta la cancha junto a los cuerpos<br />

que vio caer horas antes, lo tendieron boca abajo. Una orden les<br />

pedía levantar la cabeza y disparaban. Cerró los ojos, pensó en sus<br />

hijos… no le tocaba morir.<br />

Al siguiente día el Ejército dirá que hubo un enfrentamiento;<br />

que todos eran guerrilleros del ERPI; que conspiraban contra el<br />

Gobierno; que hubo soldados caídos. Los detenidos se confesarán<br />

culpables, los condenarán. Los militares serán las víctimas.<br />

El testimonio de los sobrevivientes –muy diferente– dirá: Siete<br />

campesinos, tres guerrilleros y un estudiante de la UNAM muertos,<br />

todos con tiro de gracia, cinco heridos y 22 personas detenidas,<br />

cinco eran menores de edad. Nadie identificó soldados muertos,<br />

tampoco heridos.<br />

Los llevaron a la Novena Región Militar de Cumbres del Llano y<br />

a los heridos al Hospital General de Acapulco, después al Penal de<br />

Cruz Grande y a los menores al Tutelar en Chilpancingo.<br />

Alfonso fue detenido, con golpes lo hicieron firmar una declaración<br />

y pasó dos años en la cárcel, ahí siguió la tortura, relata. Su<br />

familia vivió hambre, acoso, miedo; otros purgaron más tiempo<br />

171


acusados de motín, sedición e incitación a la rebelión. Cuando salió,<br />

la Organización ya no existía.<br />

Tenía 22 años, se sumó a los reclamos de justicia del Comité de<br />

Sobrevivientes e intentó rehacer su vida y 10 años después fue comandante<br />

de la Policía Comunitaria de El Paraíso. Hoy forma parte<br />

del CRAC, Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias.<br />

Eustolia dirigió el Comité de Viudas, buscó apoyos, becas, justicia;<br />

recibieron migajas. Aún viven en la pobreza, bajo techos de<br />

lámina cocinando con carbón, secando carne al sol y comiendo<br />

frijoles negros con tortilla cinco días a la semana.<br />

Cuando bajamos de la sierra nos mostró el documento de la denuncia<br />

que la Red Solidaria presentó ante la Corte Interamericana<br />

de Derechos Humanos. Fue el 7 de junio de 2012 y aún no es admitida.<br />

La justicia para las víctimas de la matanza de El Charco no ha<br />

llegado.<br />

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172


4. El despojo tiene alas;<br />

Atenco mancillado<br />

Entre el 3 y 4 de mayo del 2006 fuerzas federales rompen cercos<br />

carreteros en el poblado: 207 detenidos y 26 acusaciones de ataque<br />

sexual policiaco. Afirman que el trasfondo de esto es el despojo de<br />

tierras para un aeropuerto.<br />

POR JESÚS CASTRO<br />

ATENCO, EDOMEX, 9 DE FEBRERO DE 2014.-<br />

Afuera de la casa de Ignacio del Valle Medina hay dos machetes incrustados<br />

en la banqueta. Es una calle de San Salvador Atenco, allí<br />

donde se defendió la tierra hasta derramar la sangre y donde bastó<br />

un enfrentamiento entre floristas y policías estatales para justificar<br />

asesinatos, violaciones y encarcelamientos bajo el cobijo de la autoridad<br />

municipal, estatal y federal, acusan unos sobrevivientes.<br />

Un apacible anciano de gorro y grueso abrigo barre tranquilo la<br />

acera, es Nacho del Valle, el líder del Frente de Pueblos en Defensa de<br />

la Tierra, pero lo niega, se hace pasar por criado. No lo dice, pero en<br />

Atenco el miedo a una nueva represión los hace desconfiar de todos.<br />

Y niega la entrevista, no dan motivos. Tampoco acepta hablar<br />

América, su hija, también activista y heredera de la jefatura del<br />

Frente. Es la esposa de Nacho la que hace el contacto con el brazo<br />

derecho de movimiento, Adán Rodríguez.<br />

Parece un pueblito tranquilo, pintoresco; pertenece al municipio<br />

de Texcoco en el Estado de México. En mayo del 2006, cuando sus<br />

derechos fueron pisoteados por la Policía, el Municipio era gobernado<br />

por el PRD, el Estado por el PRI y la Nación por el PAN.<br />

173


Adán lo atestigua. Hoy llega en bicicleta a nuestro encuentro,<br />

larga barba canosa y gorra. También fue perseguido político y vivió<br />

los enfrentamientos del 3 y 4 de mayo; acepta platicar su versión y<br />

es la siguiente:<br />

Cinco años antes participó en las marchas y protestas, machete<br />

en mano, con las que lograron revocar un decreto por el que el Gobierno<br />

pretendía expropiar 15 mil hectáreas de las tierras ejidales.<br />

Querían construir un aeropuerto.<br />

Santa Isabel Ixtapan, Acuezcoma, San Salvador, La Magdalena,<br />

San Felipe, Santa Cruz de Arriba, San Jerónimo, Santa Catalina del<br />

Monte, Tesoyuca y otros pueblos dijeron que no, que no vendían, y<br />

no vendieron.<br />

Sí se construyó el aeropuerto, pero usando sólo mil quinientas<br />

hectáreas que pertenecían al pueblo El Peñón, a quienes les pagaron<br />

una miseria y todavía hoy siguen pobres. La mitad del terreno<br />

está usada, el resto, dicen, que será para ampliarse.<br />

El Gobierno no perdonó al Frente porque el resto de tierras que<br />

no les vendieron ya las tenían comprometidas para proyectos habitacionales,<br />

producción de alga espirulina, complejos industriales y<br />

toda clase de negocios a costa de darles 7 pesos por metro cuadrado<br />

a los campesinos, cantidad ridícula frente al valor de la tierra.<br />

Y entonces el Frente se convirtió en abanderado de causas ciudadanas,<br />

así llegaron con ellos un grupo de floristas del Centro de<br />

Texcoco. El alcalde Nazario Gutiérrez Martínez intentaba desalojarlos<br />

de las banquetas de la calle Pedro de Gante, donde vendían<br />

flores desde hacía más 20 años.<br />

Inés Rodolfo Cuellar Rivera es el líder que se acerca al Frente. Ya<br />

en octubre del 2005 habían tenido un primer enfrentamiento con la<br />

174


Policía Municipal y entraron en diálogo. De 48 floristas, 20 aceptan<br />

reubicarse, el resto dijo No nos vamos.<br />

El hostigamiento siguió y a inicios de abril del 2006 elementos<br />

de la Policía Estatal enviados por el entonces Gobernador del Estado<br />

de México, Enrique Peña Nieto, se apostaron sobre la banqueta,<br />

bien armados y ya no los dejaron instalarse.<br />

El 2 de mayo se reunieron en la Subprocuraduría de la PGJE; estaba<br />

Nacho del Valle y también Adán Espinoza apoyando a los floristas.<br />

Es Inés Cuellar quien lo cuenta desde la florería de su suegra, un<br />

local con dos pisos en la calle Manuel González; desde ahí se puede<br />

ver la esquina de Gante, donde se apostaron los estatales ese<br />

día.<br />

En esa reunión, el representante del entonces gobernador Peña<br />

Nieto les dijo: No se preocupen, se va a retirar la fuerza pública, y al<br />

siguiente día llegaron los floristas a instalarse. Eran las siete de la<br />

mañana.<br />

Cuando intentamos instalarnos, (llega) la agresión de los inspectores.<br />

Les dan la orden y empiezan a arrebatar los botes, ahí inicia<br />

el enfrentamiento, recuerda Inés. Eran 28 floristas y unos 25 miembros<br />

del Frente contra 500 policías que se fueron contra ellos con<br />

gases lacrimógenos, empuñando armas y repartiendo golpes.<br />

Los floristas se replegaron, ya había muchos heridos y la vieron<br />

perdida, corrieron a la florería de la calle Manuel González y allí<br />

se metieron todos, también Nacho del Valle. Adán logró escapar y<br />

corrió para Atenco.<br />

La florería aún existe, la dueña todavía se acuerda cuando la<br />

Policía los cercó; intentaron abrir la puerta, no pudieron. Lanzaron<br />

175


gases al interior, había un niño adentro, se lo hicieron saber a los<br />

policías. Pero ni así se detuvieron.<br />

Nacho del Valle intentó dialogar por teléfono con las autoridades,<br />

pero nadie le contestó. Se habían subido a la azotea, esperaban<br />

que todo pasara, pero no pasó.<br />

Eran las 10 de la mañana, Adán ya había reunido a la gente de Atenco<br />

y tomaron la carretera federal Texcoco-Lechería para presionar,<br />

buscar el cese al hostigamiento a los floristas, pero Nacho no estuvo<br />

de acuerdo. Por teléfono le pidió retirarse, no exponer a la gente.<br />

Un hombre junto a Adán, a quien dice no conocer, escuchó la<br />

llamada y comenzó a gritar que no se quiten, que siga la lucha.<br />

Este fulano me agita a la gente, no lo reconozco; luego llega gente<br />

desconocida golpeando a policías, los querían quemar, pedían gasolina.<br />

Lo paro y le digo: “Yo no te reconozco, ¿quién eres; nosotros<br />

no somos asesinos, ¿quién eres”. Se voltea gritando: “Zapata Vive,<br />

la lucha sigue”, cuenta Adán. Y se pierde entre el tumulto.<br />

Y comenzó el enfrentamiento, primero instigado por infiltrados<br />

del Gobierno, después por un pueblo al que ya no pudo controlar.<br />

Lanzaban piedras, palos y bombas molotov; de regreso, la Policía<br />

Federal disparaba gas lacrimógeno y balas.<br />

Hubo 13 heridos de bala que el Gobierno aún se niega a reconocer<br />

y el asesinato de Javier Cortés, de 14 años, y el del joven Alex<br />

Benumea, de 20, una cruz frente al arco de entrada de Atenco atestigua<br />

el lugar donde una bala atravesó el corazón de Alex.<br />

Sesenta manifestantes fueron capturados por la Policía Federal<br />

y unos 15 uniformados cayeron en manos de los atenquenses. La<br />

Policía se replegó, volvió al Centro de Texcoco.<br />

Allí ayudaron a los estatales a subir bardas, entraron a la fuerza a la<br />

176


florería, golpearon a menores de edad, mujeres y ancianos. Destrozaron<br />

todo, desde mercancía hasta cráneos, brazos, piernas. Nacho salió<br />

ensangrentado y lo seguían golpeando, hay fotos de ello.<br />

A Inés lo sacaron casi inconsciente con la cabeza rota. A él y al<br />

resto, incluyendo a su esposa y hermanas, los siguieron torturando<br />

hasta que ingresaron al penal de Almoloya.<br />

Ellas salieron de la cárcel a los dos años, él duró cuatro años y<br />

dos meses acusado de secuestro y delincuencia organizada. Le habían<br />

dado 31 años, pero la SCJN falló a su favor en un juicio de amparo,<br />

la misma suerte corrió Ignacio del Valle y ambos quedaron<br />

libres.<br />

Allá en Atenco la resistencia siguió, se unieron simpatizantes,<br />

incluso extranjeros. Adán intentó negociar con el Secretario de Gobernación:<br />

entregaría a los 15 policías si se comprometían a soltar<br />

a los presos civiles, incluyendo a Nacho del Valle. El político le colgó<br />

el teléfono.<br />

A las cinco de la mañana del 4 de mayo un contingente de policías<br />

irrumpió en las calles de Atenco: allanan 60 casas, apresan<br />

hombres, golpean menores, violan mujeres delante de sus maridos<br />

o hermanos. Destrozaron hogares, pisotearon derechos.<br />

Adán fue testigo de una de tantas violaciones a jovencitas o madres<br />

de familia. Lloró el día en que volvió a ver a aquella mujer en la plaza<br />

de Atenco. Recordó el sufrimiento y sintió vergüenza porque él sí logró<br />

escapar. Pudo esconderse cuatro años.<br />

Fueron más de 200 detenciones en dos días, todas documentadas<br />

por el uso excesivo de la fuerza pública, violación a los derechos<br />

humanos, tortura sexual y otras vejaciones. Ninguna de sus<br />

denuncias procedió. Contra ellos sí actuó la justicia y pasaron me-<br />

177


ses, años en la cárcel, hasta que pagaron multas, juicios, fianzas,<br />

abogados. Entonces pudieron salir.<br />

Hubo mucho miedo y hasta la fecha sigue habiendo miedo, el que<br />

te quieran desaparecer, porque del Gobierno te puedes esperar todo,<br />

dice Inés.<br />

Su principal temor es saber que a quien hacen responsable de<br />

ordenar el operativo es ahora Presidente de la República. Lo mismo<br />

dice Adán, por eso le envía un mensaje:<br />

Que se cumpla la Ley, que sean castigados los que tengan la culpa.<br />

Y él está completamente confeso y está documentado. Lo dijo a<br />

nivel nacional e internacional: que él ordenó este operativo y ratificó<br />

que lo volvería a hacer.<br />

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178


5. La atrocidad desgarra fronteras<br />

El 23 de agosto del 2010 un grupo de sicarios de Los Zetas fusilan<br />

a 72 migrantes secuestrados cuando se niegan a trabajar para ellos,<br />

en San Fernando, Tamaulipas<br />

Esta es quizá una de las respuestas más crudas a la pregunta de si<br />

la “Guerra contra el Narco” se va ganando.<br />

Al plantearse la necesidad de ir a retratar la bodega abandonada<br />

donde se cometió esta masacre nos topamos con autoridades militares<br />

y migratorias que nos advertían que no era seguro, ¡después<br />

de cuatro años!, trasladarnos al lugar, pese a que hay un puesto<br />

militar a unos cuantos kilómetros de ahí.<br />

Si bien en Tamaulipas la presencia del crimen organizado había<br />

disminuido hasta a principios de este año, la zona de San<br />

Fernando ha seguido siendo una especie de “Triángulo de las<br />

Bermudas” donde desaparecen las autoridades, donde continuamente<br />

se documentan crímenes carreteros y los delincuentes<br />

están apoderados de la zona.<br />

Hablamos con varios reporteros de ese lugar y nadie se atrevió,<br />

pues se supone que a mediados del 2012 un grupo de cinco periodistas<br />

intentaron llegar al lugar, pero fueron levantados por los<br />

criminales y luego de cuatro horas fueron golpeados y liberados<br />

con la advertencia de no regresar.<br />

El 12 de febrero de este 2014 las cabezas de tres jovencitas fueron<br />

dejadas en el primer cuadro de San Fernando, en otras de las ejecuciones<br />

por ajustes de cuentas.<br />

El sacerdote Alejandro Solalinde Guerra explica que en el 2013,<br />

179


cuando intentó llegar hasta el lugar de la masacre dentro de sus<br />

actividades en defensa de los migrantes, las mismas autoridades<br />

le pidieron no acudir, ya que no había garantía de que saliera con<br />

vida de ese lugar. Y todo esto fue antes de que a partir del segundo<br />

trimestre del 2014 la violencia volviera a apoderarse explosivamente<br />

de las principales ciudades de Tamaulipas.<br />

En los últimos meses se ha documentado que San Fernando sigue<br />

siendo una zona en que los sicarios interceptan autobuses de<br />

pasajeros que vienen del sur del País, de donde secuestran a pasajeros,<br />

la mayoría migrantes, a quienes obligan a trabajar para ellos.<br />

Los relatos de otros viajeros han sido contundentes.<br />

6. La doble desgracia<br />

En Chihuahua, ser activista se asume con una cruel realidad:<br />

Dos veces el dolor golpeará el corazón…<br />

la mayoría de las ocasiones el segundo golpe es mortal<br />

por IGNACIO ALVARADO ÁLVAREZ<br />

Es posible que Marisela Escobedo se supiera en el límite de su batalla.<br />

Había emprendido incontenibles protestas para exigir justicia<br />

a su hija asesinada, pero en vez de suscitar reacciones efectivas<br />

del Gobierno, enfrentó amenazas que buscaron silenciarla. Así<br />

llegó la mañana del 7 de diciembre de 2010 a la sede del Gobierno<br />

del Estado de Chihuahua, y anunció que libraría desde allí el acto<br />

de protesta más frontal de su vida, porque ya no le quedaba más.<br />

Está a punto de convertirse (todo esto) en el juego del gato y el<br />

180


atón, dijo a los periodistas en alusión a Sergio Barraza Bocanegra,<br />

quien fuera pareja sentimental y asesino confeso de su hija de 16<br />

años, Rubí Marisol Frayre Escobedo. Es lo que está esperando esta<br />

gente: Que sea yo la que se tiene que esconder, pero no me voy a<br />

esconder. Si me va a venir este hombre a asesinar, que venga y me<br />

asesine aquí, enfrente, para vergüenza del señor Gobernador.<br />

Quien así lo quiera, puede ver el desenlace en Youtube, nueve<br />

días después de aquella declaración:<br />

Marisela se encuentra de noche junto con su hermano, sentada<br />

a la mesa que ella misma colocó en el parque Hidalgo, frente<br />

a Palacio de Gobierno. Un hombre que camina por la acera desde<br />

la esquina más próxima la identifica para que un segundo sujeto,<br />

que desciende de un auto blanco, llegue y la encañone. El arma se<br />

encasquilla. Marisela corre rumbo a Palacio con el pistolero detrás,<br />

que finalmente le suelta el disparo en la nuca, a dos o tres metros<br />

de la entrada.<br />

La mañana siguiente, César Duarte, gobernador de Chihuahua,<br />

ofrece declaraciones a los noticiarios de mayor audiencia. Se declara<br />

indignado, aunque dos semanas antes había desairado a la víctima,<br />

que lo abordó durante un acto público desesperada por los<br />

rechazos constantes del funcionario para recibirla en sus oficinas.<br />

Duarte no duda tampoco en acusar a Barraza como autor del asesinato<br />

de la madre activista, anticipándose a cualquier indagatoria<br />

formal.<br />

Barraza, de 27 años, confesó haber dado muerte a Rubí Marisol,<br />

con quien procreó una hija. El homicidio ocurrió en agosto de<br />

2008. A su captura, diez meses después, ofreció detalles sobre la<br />

forma en que asesinó, mutiló e incineró el cadáver de su pareja. A<br />

181


pesar de ello, los tres jueces que constituyeron el Tribunal Oral decidieron<br />

absolverlo el 29 de abril de 2010, ante las deficiencias del<br />

expediente aportado por el Ministerio Público, según dijeron.<br />

RECIBIMIENTO.- Duarte llevaba dos meses y medio como gobernador<br />

al momento en el que Marisela fue asesinada. En mayo,<br />

al tomar posesión como candidato, anuncia que no le temblará la<br />

mano para combatir al crimen organizado. El discurso fue arropado<br />

por la dirigencia nacional del PRI y los gobernadores de Durango,<br />

Nuevo León y Veracruz, que asistieron al acto.<br />

2010 fue el año más violento en el estado. Tan sólo en Ciudad<br />

Juárez el registro oficial fue de 3 mil 117 homicidios. Duarte asumió<br />

el cargo de gobernador el 4 de octubre. Unos días más tarde, Mario<br />

González, hermano de la recién salida procuradora Patricia González,<br />

sería privado de la libertad. Antes de matarlo, los asesinos<br />

difundieron un par de videos por internet. En ellos, acusa a su hermana<br />

de proteger al Cártel de Juárez y ordenar varias ejecuciones.<br />

Patricia González sufrió un vacío de poder. Ninguna institución<br />

de la entidad ni del Gobierno Federal le brindó auxilio, a pesar de<br />

que ella fue parte fundamental durante el “Operativo Conjunto<br />

Chihuahua”, instruido por Felipe Calderón para librar la “Guerra<br />

contra el Narco” en ese epicentro de la violencia.<br />

César Duarte crecía como la espuma. Demostraba la mano firme<br />

prometida durante la campaña y reestructuraba los mandos policiales<br />

con militares, ex fiscales y policías del pasado, de la década<br />

de los 90, cuando el estado fue la tierra de auge del narcotráfico y<br />

la paz social. La potencia con la que iniciaba el mandato sufrió, sin<br />

embargo, un descalabro enorme con el asesinato de Marisela Esco-<br />

182


edo, a las puertas del edificio donde despacha.<br />

El caso de la madre que se volcó al activismo ante el vacío de<br />

justicia y la corrupción institucional, alcanzó relevancia como ninguno<br />

otro, no sólo por la síntesis que brinda sobre la manera en<br />

que opera el sistema de gobierno, sino porque el mundo atestiguó<br />

una vendetta política.<br />

En el fondo de este asesinato hay un gran mensaje: En México,<br />

los deudos de los muertos en la guerra deben llorar y guardar silencio.<br />

Aquel que se atreva a señalar los vínculos de los asesinos con la<br />

policía, está condenado a muerte, señala Gustavo de la Rosa Hickerson,<br />

visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en<br />

Chihuahua hasta septiembre, cuando renunció tras nueve años de<br />

servicio debido al sucio maridaje que constató, dice, entre ese organismo<br />

y el Gobierno Estatal.<br />

Entre 2009 y 2010, De la Rosa documentó un millar de casos de<br />

homicidios, desaparición forzada y tortura cometidos por militares<br />

y agentes federales del Operativo Conjunto Chihuahua. En respuesta,<br />

debió exiliarse durante año y medio en Texas. Lo asesinarían si<br />

no se iba. A su retorno despachó en un búnker dentro de la Procuraduría<br />

del Estado y se condujo hasta el final del sexenio de Calderón<br />

con escolta federal. La paradoja es que no volvió a referirse<br />

sobre el contenido de aquellos mil expedientes mientras era vigilado<br />

por quienes querían matarlo.<br />

Siempre hemos sido enemigos del Estado, dice desde su casa,<br />

donde lleva una semana aguardando por el resultado de una batalla<br />

legal que apenas comienza en contra de la CEDH. Lo que sucede<br />

en esta “guerra” es que el vínculo entre policías y delincuencia es<br />

muy sólido; tenemos un sistema policiaco-delincuencial que, al se-<br />

183


ñalarlo como activistas, al Gobierno no le importa si nos matan.<br />

Ninguno de los activistas asesinados podrá declarar lo mismo,<br />

pero detrás de la muerte de cada uno se valida ese sórdido vínculo<br />

señalado por De la Rosa.<br />

OFRECE DEFENSA, ENCUENTRA LA MUERTE.- Tres meses antes<br />

de que lo asesinaran con un disparo a la cabeza, el 6 de septiembre<br />

de 2007, Jesús Ricardo Murillo Monge, uno de los fundadores del<br />

Frente Cívico Sinaloense, había tomado la decisión de brindar asesoría<br />

legal a los deudos de una familia acribillada por militares en<br />

una comunidad llamada La Joya de los Martínez, perteneciente al<br />

municipio de Sinaloa de Leyva.<br />

En ese ataque, ocurrido el 1 de junio de aquel año, perdieron la<br />

vida tres menores de 2, 4 y 7 años; su madre de 25 y la tía de 19,<br />

ambas maestras de primaria. El padre, Adán Esparza Parra, de 29<br />

años, quien conducía el vehículo, resultó herido de gravedad. Fue<br />

él quien narró lo sucedido. Dijo que les salió al paso una patrulla<br />

del Ejército mientras viajaban de noche rumbo a casa. Creyó que se<br />

trataba de gavilleros, pero aún así detuvo la marcha. Entonces fueron<br />

tiroteados.<br />

La información reunida por el Frente Cívico Sinaloense resultó<br />

clave para abrir proceso a 19 de los militares que participaron en la<br />

masacre, pero ninguno recibió sentencia condenatoria.<br />

Lo que ocurre en Sinaloa es lo que pasa en todo México: hay una<br />

violación completa a los derechos humanos, y lo más grave es que<br />

esta violación la están cometiendo las mismas autoridades, y por<br />

autoridades quiero decir el Ejército, dice Mercedes Murillo, hermana<br />

de Jesús Ricardo y cofundadora del frente.<br />

184


En Baja California se tiene el mismo registro de la soterrada participación<br />

de militares y policías detrás de asesinos y desapariciones.<br />

Miguel Ángel García Leyva, presidente de la Asociación Esperanza<br />

Contra las Desapariciones Forzadas y la Impunidad, lleva<br />

contabilizados más de 800 casos desde 2001, el año en el que llegó<br />

de Culiacán a Mexicali para fundar su organismo.<br />

Calderón dio el espaldarazo a los ataques del Ejército y abrió las<br />

puertas del paramilitarismo. Al hacerlo, aumentó la intimidación en<br />

contra de los derechohumanistas del todo el País. Lo peor es que esa<br />

enorme impunidad y dolor la heredó el gobierno de Enrique Peña<br />

Nieto. Con Peña, sin embargo, llega un nuevo proceso de paramilitares<br />

instruidos por el general colombiano Óscar Naranjo, quien fue su<br />

asesor de seguridad. Así que ahora la lucha es encubierta, dirigida,<br />

sincronizada y selectiva en contra del activismo, explica.<br />

ÚLTIMA LLAMADA.- Nepomuceno Moreno camina resuelto<br />

tras dirigirse a Felipe Calderón durante la segunda ronda de los<br />

Diálogos por la Paz, encabezados también por Javier Sicilia. Es<br />

junio de 2011. Nepomuceno, de chaqueta café y camisa rosa, lleva<br />

para entonces un año de solitario activismo en Sonora, donde<br />

el 1 de julio de 2010 agentes de policía se llevaron a su hijo<br />

Jorge Mario, de 17 años, sin que hasta la fecha aparezca. Cinco<br />

meses después de ese encuentro con el Presidente, Nepomuceno<br />

fue acribillado en Hermosillo.<br />

Jorge Mario salió junto con tres de sus amigos con rumbo a Ciudad<br />

Obregón. Entraron a una discoteca de la que salieron de madrugada.<br />

Mientras conducían el auto les salió al paso un vehículo<br />

particular con policías a bordo; los adolescentes se asustaron al<br />

185


ser amenazados con las armas y decidieron no detenerse, tomaron<br />

hacia la carretera.<br />

Cruzaron una caseta de cobro, derribando los conos de contención.<br />

Entonces los tirotearon.<br />

El conductor perdió el control y el carro se impactó entre los pastizales.<br />

Uno de los tripulantes murió, otros dos huyeron, entre ellos<br />

el hijo de Nepomuceno, quien alcanzó a llegar hasta un Oxxo en<br />

Vícam, un poblado de Guaymas, ubicado a 20 kilómetros de donde<br />

quedó el automóvil.<br />

Desde allí pudo llamarle a su padre y enterarlo que lo perseguían<br />

agentes de policía. Nepomuceno puso saldo desde la distancia<br />

al celular de Jorge Mario para no perder comunicación mientras<br />

enviaba a un amigo de la familia a recogerlo. Una de sus hijas estaba<br />

al teléfono con Jorge Mario cuando llegaron por él: Ya vienen<br />

por mí. ¡Me van a llevar, me van a llevar!, alcanzó a decirle.<br />

Nepomuceno estableció comunicación con su hijo horas más<br />

tarde. Supo que lo tenía la Policía porque lo implicaban en un crimen<br />

y le pidieron dinero a cambio de su libertad. Nunca lo recuperó.<br />

En sus indagatorias personales, se enteró que tras aquella última<br />

llamada con Jorge Mario alguien de la Procuraduría de Sonora<br />

marcó al número de celular de su hijo. Desde entonces vivió con la<br />

certeza de la participación de funcionarios públicos en el secuestro;<br />

meses más tarde se sumaría al movimiento convocado por Sicilia,<br />

y en tal condición fue asesinado el 28 de noviembre de 2011, a<br />

seis cuadras de la sede de los Poderes del Estado.<br />

Javier Sicilia acusó al Gobernador del asesinato apenas se enteró<br />

de la noticia. En respuesta, la Procuraduría de Sonora sacó a relucir<br />

una sentencia por tráfico de heroína que Nepomuceno recibió<br />

186


en 1979 en Estados Unidos, para fijar la tesis de un acto de delincuencia<br />

organizada. El homicidio sigue impune.<br />

NI LO CONOZCO.- Edgar Guadalupe García Hernández, de 25<br />

años, era una especie de office boy en el despacho de Marco Antonio<br />

Higuera Gómez, el Procurador de Justicia de Sinaloa. Estudiante<br />

y activo en la campaña política del actual Gobernador, Mario<br />

López Velarde, parecía ajeno a la desgracia, hasta que el 12 de febrero<br />

de 2012 unos sujetos con armas entraron por él a la casa materna<br />

para llevárselo.<br />

Su madre, Sandra Luz Hernández, acudió de inmediato a las oficinas<br />

del Procurador para iniciar allí la búsqueda; le sorprendió la<br />

respuesta del funcionario: él simplemente no conocía a su hijo.<br />

Higuera Gómez sostuvo un segundo cruce de palabras con Sandra<br />

Luz meses después. En esa segunda ocasión le sugirió que el<br />

secuestro de Edgar fue por sus vínculos con la delincuencia organizada.<br />

Lo acusó de estar implicado en la venta de dólares de<br />

manera ilegal. Sandra Luz respondió entonces: Si mi hijo era delincuente,<br />

¿entonces por qué lo tenía trabajando con usted, cuentan<br />

las madres de otros desaparecidos, testigos de ese encuentro.<br />

Una y otra vez, Sandra Luz encabezó marchas y protestas, indagó<br />

por su cuenta, llevó a las autoridades el resultado de sus pesquisas.<br />

Nadie atendió su caso, incluso con la aportación de lo que<br />

ella juzgaba evidencia suficiente para inculpar a quienes se lo llevaron<br />

y para localizar su cuerpo. De hecho, el día que la mataron<br />

de 15 disparos en la cabeza intentaba involucrar a las autoridades<br />

en el caso de su hijo.<br />

La mañana del lunes en que fue asesinada, 12 de mayo de 2014,<br />

187


alguien llamó a su celular para indicarle el lugar en el que le brindarían<br />

informes sobre el paradero de su hijo, o de su cadáver, mejor<br />

dicho. Sandra Luz salía de una reunión con funcionarios de la<br />

Procuraduría. Por teléfono le dijeron que acudiera a la colonia Benito<br />

Juárez esa misma tarde.<br />

Sandra Luz se hizo acompañar por otra mujer, amiga suya. Llegaron<br />

a la colonia Benito Juárez alrededor de las cuatro de la tarde<br />

a bordo de un camión del transporte público.<br />

Caminaban por la esquina de Constitución y 20 de Noviembre en<br />

el instante en que un sujeto les dio alcance y le soltó los 15 disparos<br />

con una pistola .9 mm.<br />

La Procuraduría presentó al supuesto homicida de la madre<br />

activista días más tarde, el 20 de mayo. Lo identificó como Jesús<br />

Fernando Rodríguez Valenzuela, de 25 años. La versión que ofreció<br />

dice, en resumen, que decidió privarla de la vida por miedo.<br />

Sandra Luz lo acosaba a él y a un amigo suyo, José Ángel Benítez<br />

Zazueta, “El Zucaritas”, para que le dieran información sobre el<br />

asesinato de Edgar.<br />

“El Zucaritas” fue asesinado en abril. Jesús Fernando supuso<br />

que tras la muerte de su amigo estaba Sandra Luz. Así que decidió<br />

terminar con su tormento, matándola. Nadie, fuera de las autoridades<br />

del estado, cree en esa versión.<br />

SUS DOS HIJOS.- El domingo 3 de enero de 2010, Josefina Reyes,<br />

integrante de una familia con larga tradición en la defensa de los<br />

derechos humanos en el Valle de Juárez, fue asesinada a las afueras<br />

de un puesto de barbacoa. Le dispararon a la cabeza.<br />

Ex regidora por el PRD en el municipio de Guadalupe Distri-<br />

188


to Bravos, Reyes encabezó marchas y plantones para repudiar la<br />

presencia de militares y federales en la zona agrícola debido a los<br />

casos de allanamiento, desaparición forzada, tortura y asesinatos<br />

que buena parte de los ciudadanos les atribuyen.<br />

Dos de sus hijos se cuentan entre las víctimas: uno fue desaparecido<br />

y otro asesinado. Por su activismo, Reyes recibió amenazas<br />

de muerte en al menos tres ocasiones y su vivienda fue igualmente<br />

allanada por el Ejército. Fue asesinada a pesar de que organismos<br />

como Amnistía Internacional habían señalado a las autoridades<br />

mexicanas la indefensión y el grave riesgo que corría.<br />

La muerte de Josefina fue indicador de que las cosas no cambiarían,<br />

dice Cipriana Jurado, directora del Centro de Investigación y<br />

Solidaridad Obrera, quien vive exiliada en Estados Unidos desde el<br />

verano de 2010.<br />

Jurado acompañó a Reyes en todas sus protestas y documentó<br />

ella misma la desaparición forzada y posterior asesinato de Saúl<br />

Becerra Reyes, un trabajador detenido por militares en octubre de<br />

2008 junto con otros cinco jóvenes. Todos, excepto Becerra, fueron<br />

presentados ante el Ministerio Público Federal.<br />

Los restos del trabajador fueron descubiertos en mayo de 2009<br />

en Palomas (frontera con Columbus, Nuevo México), muy cerca de<br />

donde se descubrió un cementerio clandestino con los restos de 20<br />

individuos a finales de noviembre de 2010. De las víctimas identificadas,<br />

la evidencia reunida por sus familias sostiene que fueron<br />

privadas de la libertad por el Ejército.<br />

La ofensiva no terminó con la suerte de los hijos de Josefina ni<br />

con su asesinato. En agosto de 2010 uno de sus hermanos, Rubén,<br />

fue victimado en su panadería. El 7 de febrero de 2011, Malena y<br />

189


Elías Reyes Salazar, así como la esposa de éste último, Luisa Ornelas<br />

Soto, fueron interceptados cuando viajaban en su camioneta.<br />

Sus cuerpos fueron localizados 18 días más tarde con signos de<br />

tortura y en estado de descomposición.<br />

La familia nunca ha quitado el dedo de la llaga: Detrás de los<br />

asesinatos están los militares que ocuparon el Valle de Juárez.<br />

A TEMBLAR.- El 21 de noviembre de 2012, la Secretaría de la Defensa<br />

Nacional difundió un comunicado de prensa para informar<br />

sobre un enfrentamiento suscitado entre efectivos militares y una<br />

célula de criminales pertenecientes a Los Zetas. Entre los abatidos<br />

se identificó a Sergio Barraza Bocanegra, el asesino confeso de<br />

Rubí Marisol Frayre Escobedo, la hija de Marisela.<br />

El supuesto enfrentamiento tuvo lugar en el poblado de Joaquín<br />

Amaro, el 16 de noviembre.<br />

Un mes antes del asesinato de Barraza, César Duarte, el Gobernador<br />

de Chihuahua, hizo gala de la captura “con labor de inteligencia”<br />

de José Enrique Jiménez Zavala, “El Wicked”, un supuesto<br />

miembro de la pandilla “Los Aztecas”. Lo presentó como el individuo<br />

que disparó a la activista frente a Palacio de Gobierno.<br />

“El Wicked” dijo que mató a Marisela por órdenes de un sujeto<br />

llamado Jesús Antonio Chávez, “El Tarzán”, miembro de La Línea.<br />

La orden sobrevino porque Marisela ponía en riesgo las actividades<br />

criminales no sólo de ellos, sino de Los Zetas, organización a la<br />

que presumiblemente pertenecía Barraza. Una mujer en solitario,<br />

protestando para la captura del asesino de su hija puso entonces<br />

en jaque a dos de las redes delictivas más poderosas del País.<br />

190


Al margen de sutilizas en cada uno de los casos, fuera de especulaciones,<br />

lo único cierto es que si Marisela hubiera aceptado la<br />

muerte de su hija, no la hubieran asesinado. Lo mismo con Josefina<br />

o con cualquiera de los demás: El mensaje es uno solo, dice Gustavo<br />

de la Rosa Hickerson.<br />

7. La sierra sin Ley<br />

El 16 de agosto del 2008 un comando de sicarios<br />

disparó contra una multitud en Creel, Chihuahua,<br />

dando muerte a 13 inocentes<br />

POR IGNACIO ALVARADO ÁLVAREZ<br />

¿Cuánto te salió esa camarita, tú Fernando Córdova Galdeán pregunta<br />

a uno de sus amigos a mitad de un corto video de 1:45 segundos.<br />

Va de copiloto en la camioneta por una brecha que los<br />

conduce a las aguas termales de Rekowata, a unos kilómetros de<br />

Creel, donde viven. Nadie de los cuatro que viaja sobrepasa los 20.<br />

El resto de la grabación es un juego de insultos adolescentes. No<br />

hay mayor trascendencia en ello, salvo que se trata del último testimonio<br />

que dejó Fernando. Días más tarde murió destrozado por las<br />

balas junto con otras 12 personas, un recién nacido entre ellas.<br />

Ese documento es la cuenta regresiva en la vida de aquel estudiante<br />

de 19 años, cuya madre, Bertha Alicia Galdeán, se propuso<br />

hallar explicación a la peor masacre de la historia local. Encabezó<br />

manifestaciones con el resto de los deudos, fue puntual en cada<br />

conmemoración luctuosa y exigió justicia, hasta que claudicó des-<br />

191


pués del quinto aniversario. Tomó una cantidad de pastillas para<br />

dormir que le provocaron un coma de 10 meses. Murió el 13 de junio<br />

de este año sin obtener respuesta a lo sucedido el 16 de agosto<br />

de 2008 en el que, al inicio de un festejo sabatino frente al salón<br />

ejidal, sujetos uniformados con trajes de campaña color arena y<br />

pasamontañas descargaron sus rifles en contra la multitud.<br />

¿Qué fue lo que pasó Es algo que aún no aclara ninguna autoridad,<br />

dice Javier Ávila, el sacerdote jesuita y líder moral de la región,<br />

quien preside también la Comisión de Solidaridad y Defensa<br />

de los Derechos Humanos A.C. (Cosyddhac).<br />

Ávila oficiaba la misa en el templo de Nuestra Señora de Lourdes, a<br />

un kilómetro de distancia del salón ejidal, cuando escuchó las detonaciones<br />

poco después de las 17:30 horas. Los disparos le perturbaron<br />

bastante, recuerda. Aún así, decidió terminar con la homilía.<br />

Al salir fue urgido por uno de los pobladores. Le habló de dos<br />

muertos y varios heridos. El sacerdote subió a su camioneta y llegó<br />

lo más pronto que pudo al salón. Encontró un tumulto desgarrado<br />

de dolor sobre el lodo donde yacían los cuerpos de las víctimas. Si<br />

la cifra de dos lo había conmovido, el cuadro que encontró le produjo<br />

vértigo: Casi me vomito. No pude contener el llanto, relató él<br />

mismo un par de días después.<br />

Las lágrimas se sumaron a mi recorrido por todo el terreno cubierto<br />

de cuerpos destrozados, de sangre, de masa encefálica, de llanto,<br />

de histerias, de rabia, de impotencia. No fue sorpresa constatar que<br />

no había ni un solo policía en el lugar. Entonces, yo no podía seguir<br />

débil, porque alguien tenía que asumir la responsabilidad, con cabeza<br />

clara para tomar decisiones.<br />

El sacerdote dice que llamó al secretario general de Gobierno<br />

192


para contarle lo ocurrido. Después recibió un telefonema de la procuradora,<br />

Patricia González. A pesar de ello, la ayuda tardó cuatro<br />

horas en llegar. Ávila debió hacerla de perito y de ministerio público<br />

ante tal vacío de poder. Tomó fotografías a cada uno de los cuerpos,<br />

pidiendo a sus familiares que se hicieran a un lado. Se trató<br />

de un ejercicio difícil pues todos querían abrazar o llevarse a sus<br />

víctimas, pero entendieron las súplicas del jesuita. Entre el agobio<br />

que sentía, Ávila tuvo claridad para pensar que pronto cualquier<br />

huella criminal sería borrada por las aguas o por la congregación<br />

de dolientes y no quiso dejarles esa excusa a los investigadores.<br />

Creel se localiza en la parte más elevada de la Sierra Madre<br />

Occidental. Desde la década de 1960, al terminarse la ruta ferroviaria<br />

Chihuahua-Pacífico, se erigió como el punto turístico<br />

más importante del estado. Lo circundan cañadas en las que se<br />

cultiva amapola y mariguana, pero no sólo es uno de los cruces<br />

fundamentales para el cultivo o paso de la droga, sino del tráfico<br />

humano, al que montan en el tren de carga desde el puerto<br />

de Topolobampo. Caminos ancestrales interconectan esa región<br />

con la ruta que corre paralela al lado oriente de la cordillera,<br />

desde Guachochi hasta Cuauhtémoc, el trazo más vertical entre<br />

el Triángulo Dorado –que complementan Sinaloa y Durango– y<br />

la frontera con Estados Unidos.<br />

La Sierra Tarahumara ha sido patrullada siempre por agentes<br />

de policía municipales y la estatal. Sin embargo, los militares son<br />

quienes mantienen el control. Pese a ello, allí comenzó a gestarse<br />

una violencia inusual desde la primavera de 2007, poco antes de<br />

que el presidente Felipe Calderón ordenara la “Operación Triángulo<br />

Dorado”.<br />

193


El ala entera de la procuración de justicia y policía Estatal habían<br />

estructurado una vasta red criminal que operaba sin perturbaciones<br />

desde comienzos de la década. Tal uniformidad fue bautizada<br />

por ellos mismos como “La Línea”. Ese entramado de complicidades<br />

nacidas en el seno de las instituciones locales se convirtió<br />

en el blanco principal de grupos armados –algunos de corte paramilitar–<br />

que verían acción los meses siguientes en el resto de Chihuahua.<br />

El choque fue calificado entonces como una “guerra entre<br />

cárteles” que, de acuerdo con el Gobierno Federal, decidieron de<br />

pronto disputarse la plaza.<br />

El comando que irrumpió en Creel el 16 de agosto de 2008 iba por<br />

un par de sujetos que decidieron mezclarse entre la multitud que<br />

jugaba en el salón ejidal, tras haber acudido todos a una carrera<br />

parejera a las afueras del pueblo, en unos terrenos pertenecientes<br />

a Ernesto Estrada González, entonces alcalde de Bocoyna, el municipio<br />

al que pertenece el pueblo. Los dos fueron identificados en<br />

diarios locales como Fredy Horacio Aguirre Orpinel, de 34 años, y<br />

Alfredo Caro Mendoza, de 36, a quienes se les conocía como “Los<br />

Fredis”.<br />

En la carrera, los integrantes del grupo paramilitar, con los rostros<br />

descubiertos, comenzaron a intimidarlos. Algunos testigos de<br />

ello describieron que “Los Fredis” estaban nerviosos y asustados.<br />

Es la razón por la que buscaron ponerse a salvo, yéndose al salón<br />

ejidal y no a sus casas.<br />

Uno de esos testigos habló bajo condición de anonimato. Hizo<br />

referencia al homicidio y mutilación de un abogado que llegó para<br />

hacerse cargo de los intereses de “gente nueva”, el eufemismo con<br />

194


el que se aludía entonces a los individuos que llegaban protegidos<br />

por “la federación”. El abogado residió allí unos meses antes de<br />

ser secuestrado por “La Línea” que, reorganizada tras los primeros<br />

embates, se animó a la confrontación.<br />

No existe registro hemerográfico de tal asesinato y tampoco<br />

claridad del vínculo real entre ese supuesto hecho y “Los Fredis”,<br />

pero a partir de la masacre Chihuahua se convirtió en el<br />

escenario más violento de la “Guerra contra el Narco” anunciada<br />

por Calderón, multiplicando operaciones similares desde<br />

Ciudad Juárez hasta Parral.<br />

El salón ejidal es un bodegón enorme, construido con bloques<br />

de cemento en cuyo frente el Gobierno del Estado levantó<br />

una especie de plaza en memoria de las víctimas. En origen<br />

contaba con una plancha de concreto de unos veinte metros<br />

cuadrados. Desde ella salían esa tarde los corredores descalzos<br />

mientras caía la lluvia. A los costados quedaron 12 de los 13 cadáveres,<br />

sólo uno murió bajo el cobertizo. Los que se salvaron<br />

huyeron saltándose las bardas de las casas vecinas o refugiándose<br />

en el interior de la bodega.<br />

Sólo uno pudo burlarlos. Fingió estar muerto. Intentó huir pero<br />

una bala le reventó la pantorrilla. Cayó justo detrás del profesor<br />

Edgar Alfredo Loya Ochoa, quien corría con su hijo de 16 meses en<br />

brazos. Trozos de cerebro y sangre le cubrieron la espalda, como<br />

si fueran los suyos. Dice que contuvo el aliento mientras los asesinos<br />

hurgaban en los bolsillos de su pantalón para despojarlo de la<br />

cartera y el teléfono celular, como hicieron con todos los muertos,<br />

carcajeándose.<br />

195


En el pueblo cuentan que antes de llegar, los asesinos llamaron<br />

a la Comandancia de Policía. Les dijeron que se fueran porque<br />

comenzaría la matanza. Los días posteriores, los 30 agentes de<br />

seguridad que había en Creel fueron llevados a la ciudad de Chihuahua.<br />

Se les sometió a interrogatorios judiciales, pero ninguno<br />

fue encarcelado.<br />

La masacre cambió no solamente al poblado, sino a la región entera,<br />

dice el jesuita Javier Ávila. Existe un deterioro inmenso tanto<br />

en los pobladores como en las familias de las víctimas. Lo que ocurrió<br />

aquí hace seis años significó uno de los más lamentables retrocesos<br />

en la vida social del País. Creel es desde entonces uno de los<br />

epicentros de la impunidad y del dolor.<br />

En octubre 21 de 2010, cuatro sujetos armados irrumpieron temprano<br />

al despacho de Mario González Rodríguez. Lo sustrajeron por la<br />

fuerza y huyeron con él a bordo de dos vehículos. El abogado era hermano<br />

de Patricia González Rodríguez, quien hasta el 4 de octubre de<br />

ese año fungió como procuradora general de Chihuahua.<br />

Días más tarde, sus captores subieron a Youtube el primero de<br />

dos videos en el que puede verse a Mario González. En uno lo interrogan;<br />

en otro filman su ejecución a golpes de marro.<br />

En el primero de los videos, cinco hombres de trajes camuflados,<br />

pasamontañas y fusiles de asalto custodian al abogado,<br />

quien aparece con las manos esposadas por enfrente, vestido de<br />

negro, sentado sobre un banco. El cubículo donde se encuentran<br />

tiene paredes pintadas de marrón y beige. Durante el interrogatorio<br />

González dice que su hermana, en su condición de<br />

Procuradora, vende protección a “La Línea” o Cártel de Juárez.<br />

196


Él se identifica como el encargado de cobrar dicha protección<br />

en distintas zonas del estado.<br />

Cada pregunta sirve para que Mario González implique a la ex<br />

Procuradora en delitos diversos, como homicidios, secuestros y<br />

sobornos.<br />

En Chihuahua sucedieron decenas de asesinatos múltiples durante<br />

los seis años en los que Patricia González fue la primera Fiscal<br />

del Estado, pero a Mario González únicamente le preguntan por<br />

uno de ellos: el del 16 de agosto de 2008.<br />

La matanza de Creel la hizo “La Línea” o Cártel de Juárez. A estas<br />

personas no se les detuvo porque al existir, bueno, de alguna manera<br />

acuerdos con la procuradora Patricia González, ésta los protegió, dice.<br />

Al día siguiente, Patricia González ofreció algunas entrevistas. Se<br />

le escuchó abatida, temerosa y voz entrecortada. Aún así, declaró<br />

que lo divulgado en el video era una infamia; que en el secuestro<br />

de su hermano intervinieron ex policías y policías estatales; que lo<br />

interrogaron en instalaciones de la Procuraduría, que ella reconoció<br />

claramente porque no sólo supervisó el diseño, sino que eligió<br />

personalmente los colores marrón y beige; y que el Ejército sabía<br />

dónde y quién tenía a su hermano.<br />

El secretario (de la Defensa) Guillermo Galván Galván, si quiere,<br />

me puede ayudar a encontrar a mi hermano, dijo.<br />

Los hermanos González son originarios de Bocoyna, por ello el<br />

padre jesuita Javier Ávila anidó esperanzas de que aquella tarde se<br />

enviaran unidades con agentes para dar cacería a los asesinos. La<br />

capital del estado se encuentra a tres horas por carretera, y Cuauhtémoc,<br />

la ciudad más próxima al pueblo, a dos. Pese a los llama-<br />

197


dos insistentes del padre nadie llegó antes de la cuarta hora. La<br />

Procuradora se excusó por aquella tardanza: no quiso arriesgarse a<br />

una emboscada de noche en medio de la tormenta, le dijo.<br />

En Creel, la sospecha está presente desde el inicio. Nadie se<br />

atrevió a señalar de manera pública a los hermanos, sin embargo,<br />

quienes se atrevieron a exigir justicia a la Procuradora vivieron con<br />

la amenaza a cuestas.<br />

Daniel Parra Urias, de 42 años, fue uno de los que creyó que las autoridades<br />

no investigarían la masacre por estar implicadas. Su hijo<br />

Daniel Alejandro, de 20 años, se cuenta entre las víctimas. Decidió<br />

investigar por su cuenta. El 8 de marzo de 2009 acudió con su esposa<br />

a la ciudad de Cuauhtémoc, allí, mientras la esperaba a bordo de<br />

su camioneta fue privado de la libertad. Su cuerpo se encontró al día<br />

siguiente con dos disparos de calibre .9 mm en la cabeza; lo abandonaron<br />

en la carretera que lleva a la ciudad de Chihuahua.<br />

Las revelaciones suceden de muchas maneras. Javier Ávila alude<br />

a una de tantas. Ocurrió el 14 de agosto de este año, horas después<br />

de que un agente de la Policía Ministerial fue dado por muerto tras<br />

una sesión de tortura, en las inmediaciones del pueblo.<br />

Como respuesta arribaron 160 camionetas de la Ministerial, de la<br />

Policía Estatal Única y del Ejército. Lo que hicieron fue totalmente<br />

reprobable: violaron todos los derechos humanos de los pobladores,<br />

sabiendo perfectamente que no estaban metiéndose al nido de los<br />

delincuentes, a los lugares donde viven y donde operan… 160 unidades,<br />

cuando hace seis años nadie llegó a brindar auxilio ni a buscar<br />

a los responsables de la matanza.<br />

Dos días después, con el pueblo bajo ocupación, los deudos<br />

198


salieron a exigir justicia. Bertha Alicia Galdeán murió un par de<br />

meses antes, a la edad de 45 años. Otras madres y padres desarrollaron<br />

diabetes, hipertensión o cáncer. Dicen que exigirán justicia<br />

hasta el final de sus propios días.<br />

El pequeño trozo de video en el que aparece Fernando, el hijo de<br />

Bertha Alicia, muestra el desenfado de los días previos a la desgracia.<br />

El miedo era una idea vaga y distante. Hasta entonces, también,<br />

se sabía de la impunidad en teoría.<br />

Se sabía de ella por lo que se leía en los diarios o se veían por televisión,<br />

dice el padre Ávila.<br />

Un sistema de gobierno aplica sus propias leyes, sin que éstas<br />

sean para el bien común. Para lograrlo, existen también subterfugios,<br />

de acuerdo con el religioso.<br />

Es verdad que la violencia ha bajado desde entonces, pero sólo en<br />

apariencia, explica. Para quien no conoce la realidad, las estadísticas<br />

lo son todo. Pero quien conoce lo que realmente ocurre, entiende<br />

que las estadísticas son únicamente un rumbo: el rumbo para saber<br />

dónde está parada la autoridad. Los grupos siguen aquí. No se han<br />

ido, ni se irán.<br />

199


8. El infierno DE LA APUESTA<br />

El 25 de agosto del 2011 el Casino Royale en Monterrey es atacado<br />

cuando sus dueños se niegan a pagar derecho de piso. Mueren<br />

calcinadas 52 personas que se divertían.<br />

POR ALEJANDRO MONTENEGRO<br />

Fotos: Héctor García<br />

MONTERREY, N.L., 23 de septiembre del 2014.-<br />

El incendio del Casino Royale de Monterrey es uno de los ataques<br />

a la población más crueles que se recuerden en la historia reciente<br />

de México. Allí murieron 52 personas luego de que un grupo de criminales<br />

rociara de gasolina el centro de apuestas y posteriormente<br />

le prendiera fuego el 25 de agosto del 2011.<br />

Aproximadamente 150 entre clientes y empleados se encontraban<br />

en el interior cuando los delincuentes irrumpieron. Dos minutos<br />

y 30 segundos fue el tiempo que necesitaron para perpetrar el<br />

atentado más cruel en Nuevo León.<br />

Los Zetas fueron responsables del crimen, sin embargo después<br />

de detenidos, los culpables aseguraron que la situación se les salió<br />

de control, pues la intención sólo era amedrentar a los dueños del<br />

casino para que cubrieran una cuota semanal de más de 100 mil<br />

pesos para seguir operando.<br />

El caso fue cerrado después de la muerte de “El Lazca”, ex líder<br />

nacional zeta. De los 18 responsables directos, 17 fueron detenidos<br />

y sentenciados a penas que van desde los 75 hasta los 100 años de<br />

cárcel.<br />

200


Tras las demandas que interpusieron los familiares de las víctimas<br />

se fijó una indemnización de 5 millones de pesos, equivalente<br />

a 96 mil pesos por cada víctima. Al día de hoy, solamente<br />

ocho familiares han reclamado su parte por necesidad económica<br />

y el resto aún no, pues consideran que es una cifra muy baja.<br />

Por su parte, el dueño del casino, Raúl Rocha Cantú, recibió<br />

5 millones de dólares por parte de la compañía de Seguros Axa<br />

por los daños que sufrió el inmueble, incluidas las máquinas y<br />

los juegos.<br />

Ningún funcionario municipal, estatal o federal fue sancionado<br />

por permitir que el casino operara sin las condiciones de<br />

seguridad que se requerían obligatoriamente para el tipo de<br />

establecimiento.<br />

Hoy, las 52 cruces que se colocaron en el lugar en honor a las<br />

víctimas resguardan el edificio de lo que fue el Royale en la avenida<br />

San Jerónimo. En el exterior aún se observan los daños y unas<br />

protecciones que se colocaron en las ventanas impiden ver hacia<br />

adentro.<br />

Todos los días decenas de vehículos llegan al lugar, pues el estacionamiento<br />

que está en el sótano del casino sigue siendo utilizado<br />

por clientes y empleados de un banco que está en el edificio<br />

contiguo. Todas las puertas de entrada al sitio de la tragedia están<br />

completamente selladas y el grafiti ya se hizo presente en la fachada<br />

principal.<br />

Un trabajador delegado a la limpieza del edifico del extinto<br />

casino y el inmueble banquero de al lado señaló que de vez en<br />

cuando familiares todavía acuden a renovar las flores.<br />

201


Ya se ven muchas flores marchitas, pero sí vienen de vez en cuando<br />

y aquí están un rato. Rezan, recuerdan a sus familiares que murieron y<br />

le echan una mirada al casino, como una mirada perdida, de arrepentimiento,<br />

y hay muchas lágrimas; mucha gente llora todavía para tratar<br />

de sanar una herida que no cierra, comenta el empleado.<br />

Recuerda que él entró a trabajar tres meses antes del atentado.<br />

En aquel entonces le tocó ver cómo llegaban 16 tráileres cargados<br />

de máquinas nuevas para el casino, mismas que apenas estaban<br />

estrenando cuando fueron regadas de gasolina.<br />

Los policías duraron como dos meses seguidos aquí resguardando<br />

el lugar después de lo que pasó. Adentro quedaron muchas cosas<br />

que todavía servían y yo vi que se las “clavaron”, se las llevaron<br />

ellos, cuenta el conserje.<br />

El trabajador dice que actualmente ya no queda nada del atentado,<br />

ningún ruido, sólo la tristeza de quienes perdieron a su familia.<br />

El 25 de agosto de este año las autoridades municipales inauguraron<br />

un monumento que se construyó en memoria de los 52. Se<br />

trata de un muro-cascada con 52 chorros que emulan a cada una<br />

de las víctimas y lleva la frase: Que el correr de esta agua quite la<br />

violencia de nuestra sociedad y enjuague las lágrimas de quienes<br />

sufren por ella.<br />

Lo instalaron en el camellón central de la avenida San Jerónimo,<br />

frente al casino. Aunque se construyó con el objetivo de rendir tributo,<br />

los familiares de las víctimas lo desaprobaron al considerarlo<br />

una burla a lo ocurrido.<br />

Además de que fue construido sin planeación, no respetaron el<br />

monumento que nosotros les propusimos. Hicieron lo que se les<br />

dio la gana y estamos inconformes con esto porque tampoco se<br />

puso en un buen lugar, con fácil acceso. Lo pusieron donde qui-<br />

202


sieron, comentó Graciela Urbina, familiar de una de las víctimas<br />

del incendio.<br />

Una cantidad cercana a los 96 mil pesos pertenece a cada deudo<br />

como parte de la indemnización de 5 millones de pesos que se fijó.<br />

En contraste, Raúl Rocha, dueño del casino, recibió 5 millones de<br />

dólares por los daños que sufrió el inmueble en el ataque. Así queda<br />

claro para las autoridades el valor de 52 vidas humanas contra<br />

lo material que el fuego destruyó.<br />

Vamos a seguir luchando porque se nos pague lo justo. Hay familias<br />

que quedaron sin su sostén económico y nos parece ridícula la cantidad<br />

que nos están ofreciendo. Casi nadie la ha aceptado y en esa postura<br />

nos vamos a mantener hasta que nos den lo que verdaderamente nos<br />

toca, dijo Luis Díaz, quien perdió a su esposa en el atentado.<br />

Hay quienes perdieron a su hijo, a su pareja, a su padre, a su<br />

madre. La coronas de flores que adornan las cruces ya lucen marchitas,<br />

no así el recuerdo de quienes perdieron una parte de su<br />

vida en el incendio.<br />

Son tres años ya del incendio y hay cosas que todavía no se pueden<br />

entender. Duele mucho esta situación, duele mucho saber que<br />

murió gente inocente y duele mucho ver que las autoridades están<br />

ahí como si nada, quitadas de la pena como si nada hubiera ocurrido,<br />

hasta da coraje, dicen.<br />

LA VIDA SIGUE.- Frente al casino se construye un enorme edificio<br />

de negocios. A pesar de la destrucción en una acera, cruzando<br />

la calle el desarrollo continúa, así como lo tratan de hacer todos<br />

los deudos de las víctimas.<br />

Tratamos de ver hacia adelante, de continuar con nuestras vidas,<br />

de olvidarnos de esta tragedia que a tantas familias destruyó. El do-<br />

203


lor no lo vamos a poder quitar en el resto de nuestras vidas, tendremos<br />

que vivir con él, ni modo, dice don Julio.<br />

Él perdió a su hijo, su único hijo, un joven de 25 años que acostumbraba<br />

ir a los casinos de la ciudad a apostar en los eventos<br />

deportivos y a jugar cartas. Verlo desarrollarse profesional y sentimentalmente<br />

es la espina clavada que le queda a don Julio.<br />

Estaba a seis meses de graduarse como ingeniero civil. Ya tenía trabajo<br />

y por eso tenía su dinero para ir y divertirse, nunca se sobrepasó<br />

en las apuestas. Lo que más hubiera querido es verlo realizado profesionalmente<br />

y sentimentalmente con su pareja, tener un nieto, relata.<br />

El atentado del Casino Royale quedará marcado en la historia de<br />

México como uno de los más crueles ataques que se hayan cometido<br />

contra la población.<br />

Uno de los actuales encargados del abandonado edificio intenta borrar las huellas del<br />

pandillerismo que llegó tras el atentado.<br />

204


9. Dantesco amanecer<br />

El 13 de mayo del 2012 fueron tirados sobre la carretera los restos<br />

de 49 personas sin extremidades ni cabezas en un paraje de<br />

Cadereyta, Nuevo León<br />

POR ALEJANDRO MONTENEGRO<br />

Fotos: HÉCTOR GARCÍA<br />

Cadereyta, N.L., 22 de septiembre del 2014.-<br />

México vivió uno de sus episodios más sangrientos en el 2012<br />

cuando 49 cuerpos mutilados aparecieron tirados en el kilómetro<br />

47 a la orilla de la carretera libre Monterrey-Reynosa, a la altura del<br />

entronque del ejido San Juan, municipio de Cadereyta. Sólo ocho<br />

cuerpos pudieron ser identificados.<br />

Fue la madrugada del domingo 14 de mayo cuando aparecieron<br />

los restos sin brazos ni piernas, sin cabezas, puros torsos envueltos<br />

en bolsas negras. Según investigaciones posteriores, se determinó<br />

que los cadáveres sólo fueron tirados en esa zona y que tenían al<br />

menos dos días de haber sido mutilados.<br />

Elementos del Ejército Mexicano hicieron el hallazgo y las investigaciones<br />

posteriores de la PGR arrojaron que el hecho estuvo relacionado<br />

a la guerra entre los cárteles del Golfo y Los Zetas: Es el<br />

típico mensaje tratando de amedrentar a los contrarios y a las autoridades,<br />

dijo en aquel entonces el Procurador de Justicia de Nuevo<br />

León, Adrián de la Garza.<br />

Una semana después de ocurridos los hechos, la Secretaría de la<br />

Defensa Nacional informó de la detención de Daniel de Jesús, alías<br />

205


“El loco”, considerado como uno de los responsables de la matanza.<br />

A él también se le relacionó con otros hechos delictivos que<br />

ocurrieron en la región.<br />

Al encontrar los puros torsos, la identificación de los cuerpos<br />

no fue una tarea fácil para los forenses, sin embargo gracias a que<br />

algunos contaban con tatuajes, un año y medio después de los hechos<br />

se informó que ocho eran de migrantes de Honduras.<br />

Aunque la Comisión Forense que se creó para dar seguimiento al<br />

caso dio a conocer que se continuaría con la investigación buscando<br />

saber la identidad del resto de las las víctimas, desde entonces<br />

ya no ha surgido más información al respecto y la PGR dio por cerrado<br />

el caso.<br />

DESDE ENTONES, VIVO CON EL MIEDO.- Justo frente a un puesto<br />

de inspección sanitaria de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,<br />

Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) quedaron<br />

los cuerpos tendidos, a un lado del arco que anuncia la entrada al<br />

pueblo de San Juan, en medio de la nada. De eso ya hace más de<br />

dos años.<br />

Las manchas de sangre duraron varios días, cuenta un ejidatario,<br />

pero hoy en día no hay rastro alguno del hallazgo. No existen<br />

siquiera cruces ni altares que los recuerden, y es que ¿Cómo podría<br />

haberlos si las víctimas no tienen nombre, no fueron reconocidas<br />

Aunque lo más seguro, coinciden algunos habitantes, es que<br />

se trataba de “puros migrantes”. Lo dicen con cierta indiferencia<br />

o hasta alivio, para señalar que no había familiares ni conocidos<br />

entre las víctimas.<br />

Juventino, encargado de la caseta de inspección sanitaria, cuen-<br />

206


ta que a partir del suceso el punto de revisión fue cambiado de<br />

lugar y recientemente se volvió a colocar ahí, en la zona exacta<br />

donde estaban apilados los cadáveres.<br />

Yo ese día llegué en la mañana a trabajar y la carretera estaba<br />

cerrada, no estaban dejando pasar a nadie y fue cuando me<br />

regresé y contacté a mis jefes. Luego cambiaron de lugar la caseta<br />

y ahora que regresamos aquí sí se siente raro sabiendo lo que<br />

pasó, dice Juventino.<br />

El miedo persiste en el pueblo. A más de dos años de ocurrido<br />

el hecho, la circulación constante de camionetas negras de último<br />

modelo a toda velocidad por la carretera les avisa que el narcotráfico<br />

sigue estando presente en el norte del País.<br />

A don Tacho, como se le conoce en el pueblo, le tocó ver los cadáveres.<br />

Ese día iba en el camión rumbo a su trabajo bien temprano,<br />

cuando tuvieron que hacer el alto que les marcaban las autoridades<br />

castrenses en el lugar de los hechos. No pudo dormir esa<br />

noche.<br />

Estaban en bolsas negras, unos arriba de otros y me tocó ver algunas<br />

cabezas también, fue algo muy perturbador y que se le quedan<br />

a uno grabado en la mente. Yo desde entonces vivo con el miedo y<br />

siempre que paso por aquí volteo a ver que no haya otros cuerpos<br />

tirados. Fue algo muy fuerte para toda la gente del pueblo, comenta.<br />

Desde entonces San Juan no volvió a ser el mismo.<br />

“Padre nuestro en ti confío”, dice una leyenda acompañada por<br />

una cruz en la entrada al ejido, pero todos sus habitantes todavía<br />

tienen fresca en la memoria la imagen de los cadáveres que fueron<br />

tirados en su territorio por quién sabe quién.<br />

A los alrededores sólo carretera. Hay vulcanizadoras, balnearios,<br />

207


estaurantes, palapas, pero todos esos lugares están abandonados.<br />

No funcionan desde hace años y la muestra de civilización más<br />

cercana es una planta petrolera que está a unos cinco kilómetros<br />

del lugar de los hechos.<br />

Era una auténtica fosa llena de gente muerta. Ahora cada vez que<br />

paso se me pone la piel chinita porque estamos en el norte; aquí la<br />

delincuencia siempre está a la orden del día y nosotros aquí estamos,<br />

no tenemos a dónde movernos, cuenta otro ejidatario vecino<br />

del lugar.<br />

En el pueblo no hay un solo policía. Sólo de vez en cuando una<br />

patrulla se asoma para dar atención a riñas, algunos robos, cosas<br />

menores. Atrás quedó la estricta vigilancia que se implementó después<br />

de la matanza con decenas de patrullas que coparon toda la<br />

carretera libre Monterrey-Reynosa temiendo más hechos violentos.<br />

La instrucción fue que redobláramos la vigilancia en la carretera y<br />

también en el pueblo, pero desde entonces ya no ha ocurrido nada<br />

extraordinario. De cualquier forma venimos seguido a este tramo de<br />

la carretera y damos rondines, comentó un oficial que tiene 11 años<br />

trabajando para la Policía Federal, tres años cubriendo la parte<br />

norte de México.<br />

Aunque saben que no fue un ataque directo contra el ejido, la<br />

realidad es que el hecho quedará en su historia. Son interminables<br />

las versiones que nacieron luego de la tragedia, siendo la que más<br />

suena que el objetivo del grupo delictivo era tirar los cuerpos en la<br />

plaza principal de San Juan.<br />

Es difícil olvidarlo y es también difícil no vivir con ese temor. Un<br />

ejido tan tranquilo como es aquí, donde de repente y sin aviso ocurre<br />

algo como esto, todo el pueblo salta y se pregunta: ¿Qué es lo que<br />

208


pasa, relata una vecina.<br />

Y de nueva cuenta Juventino, cuyo trabajo lo obliga a estar todos<br />

los días en esa caseta que está a escasos metros del lugar donde<br />

fueron tirados los cadáveres, recuerda que el vaivén de camionetas<br />

con vidrios polarizados es para él todo un martirio.<br />

Pasan las camionetas “hechas vuelo” y yo lo único que pido en mi<br />

interior es que no se paren, que sigan su camino. Si de por sí este es<br />

un lugar que siempre está solo, cuando baja el sol aún más; yo huyo<br />

de aquí a esas horas, no vaya a ser “El Diablo”, dice.<br />

Desde el 14 de mayo del 2012 el kilómetro 47 ya no volvió a ser<br />

el mismo. La masacre y abandono de cadáveres en la entrada San<br />

Juan es un hecho que marcó la historia: 49 cuerpos sin cabeza ni<br />

extremidades cambiaron su vida.<br />

El narcotráfico es una realidad del País, pero nosotros como ciudadanos<br />

queremos seguridad. En lo personal, lo de los 49 cuerpos es algo<br />

que me quedará marcado por siempre, fue un impacto muy grande que<br />

nunca me voy a poder sacar del alma, afirma un ejidatario.<br />

Lo más justo sería que se aclare todo, que se identifique a los que<br />

faltan para informarles a sus familias, pero ya van a ser tres años de<br />

eso, no creo que pase nada.<br />

San Juan sigue aterrorizado por ese dantesco amanecer, asolado<br />

por la pesadilla de ser uno de los principales pasos hacia Reynosa,<br />

Tamaulipas.<br />

209


Junto al lugar de los hechos hay un módulo sanitario de la SAGARPA que fue retirado<br />

después del trágico suceso. Pasó al menos un año para que volvieran a colocarlo ahí y<br />

actualmente sigue dando atención.<br />

210


10. Exterminio en Allende<br />

La primavera del 2011 el crimen organizado perpetró la más grande<br />

masacre de los últimos tiempos en México: 300 personas fueron<br />

ejecutadas a plena vista de todo un pueblo en Coahuila<br />

Aunque ocurrió el 18 de marzo del 2011, cuando un comando de<br />

sicarios inició horas de aniquilación de amigos y familiares de dos<br />

jóvenes que traicionaron a Los Zetas, ejecutando a más de 300 personas<br />

a la vista de todo el pueblo y las autoridades, es hasta tres<br />

años después cuando el caso se revela.<br />

Se dice que los cuerpos fueron trasladados en autobuses a algunos<br />

penales de Coahuila, donde fueron “cocinados” para desaparecerlos.<br />

En la misma región, a mediados de este 2014 en Piedras<br />

Negras presuntamente hubo una “Narcocumbre” en la que los líderes<br />

de los principales cárteles de la droga se repartieron el País.<br />

Click ver video<br />

211


Un parche<br />

La mayoría de estos textos fueron terminados durante el primer<br />

trimestre del 2014, cuando la agenda nacional era dominada<br />

por el surgimiento de autodefensas en Michoacán; el noreste<br />

mexicano se encontraba en relativa calma –incluso muchas de<br />

las ciudades de Tamaulipas–, y la violencia del crimen organizado<br />

empezaba a acrecentarse significativamente en la periferia<br />

del Estado de México.<br />

Muchos eventos y acontecimientos relevantes han ocurrido desde<br />

entonces, sin embargo en la mayoría de los casos se optó por no<br />

modificar las líneas aquí desarrolladas. Entre los hechos más importantes<br />

tenemos:<br />

• A partir del segundo trimestre Tampico, Reynosa, Nuevo Laredo,<br />

San Fernando y muchas otras ciudades tamaulipecas fueron<br />

azotadas por los criminales como ocurría antes del 2013.<br />

• 2 de mayo.- El EZLN y Frayba, entre otros, denunciaron el ataque<br />

a bases zapatistas en La Realidad, donde asesinaron a José<br />

Luis Solís López, a quien conocían como “Galeano”. Esto provocó<br />

la suspensión de actividades que se preparaban para junio en Los<br />

Caracoles.<br />

Marcos lanzó el 25 de mayo un comunicado en el que además<br />

de declarar la extinción del personaje que creó desde el 94 y que<br />

a partir de ese momento adquiría el nombre de “Subcomandante<br />

Galeano”, rompió con los medios de comunicación.<br />

Su determinación, dijo, está basada entre otras cosas por la insensibilidad<br />

de los periodistas ante la muerte de Solís López, sobre<br />

todo, restregó el Subcomandante, porque “Galeano” fue por muchos<br />

años el enlace entre los comunicadores y el EZLN: fue quien<br />

212


atendió, guió y cobijó a aquellos que llegaron a la selva buscando<br />

información y entrevistas. Ante su muerte, reprochó Marcos, sólo<br />

encontró silencio y una insultante indiferencia.<br />

• En junio se llevó a cabo una “narcocumbre” en la que los principales<br />

cárteles de la delincuencia organizada se repartieron el territorio<br />

nacional. Este cónclave criminal se llevó a cabo en Piedras<br />

Negras, a uno cuantos kilómetros de Allende, Coahuila, lugar aún<br />

desolado por la masacre de los 300.<br />

A esa reunión acudieron Rubén o Nemesio Oceguera Cervantes,<br />

“El Mencho”, del cártel de Jalisco “Nueva Generación”; Vicente Carrillo<br />

Fuentes, “El Viceroy”, del Cártel de Juárez; Alejandro u Omar<br />

Treviño Morales, “El Z42”, cabeza de Los Zetas, y otro hombre<br />

identificado como “El Z43”. También estuvo Fausto Isidro Meza,<br />

“El Chapo Isidro”.<br />

• Se acusa al Ejército Mexicano que realizar una ejecución sumaria<br />

de 22 personas –acusadas de pertenecer al crimen organizado– el 30<br />

de junio en Tlatlaya, Edomex. Se dice que les sembraron armas.<br />

•La Corte de Estados Unidos declaró no culpable al ex presidente<br />

Ernesto Zedillo Ponce de León por la matanza de Acteal. Un juez<br />

del Distrito de Connecticut dictó la sentencia el pasado 18 de julio.<br />

•1 de septiembre.- El presidente Enrique Peña Nieto anuncia<br />

un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México… la resistencia de<br />

Atenco toma de nuevo los machetes.<br />

• El 26 de septiembre elementos de la Policía de Iguala, Guerrero,<br />

atacan a un grupo de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa,<br />

mueren tres y desaparecen 43 que hasta el pasado 20 de octubre<br />

no habían sido encontrados. Relatos de algunos sobrevivientes<br />

aseguran que fue una masacre cometida por elementos policiacos,<br />

213


quienes entregaron a los sobrevivientes al crimen organizado. Se<br />

vincula a autoridades municipales y se tienen elementos para suponer<br />

que el Alcalde de Iguala usó a sicarios para desaparecer a<br />

los normalistas.<br />

Cuando los esfuerzos presidenciales se enfocaban en Michoacán,<br />

el pasado 4 de febrero nos dirigíamos a documentar la masacre de<br />

El Charco. Allí Bruno Plácido Valerio, líder de la Unión de Pueblos<br />

y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), nos concedió<br />

una entrevista luego de una asamblea en el poblado de Ocotito<br />

para instalar la autodefensa en esa zona.<br />

Bruno advirtió entonces que el crimen organizado y el narcopoder<br />

se estaban agudizando en ese estado y señaló que aunque<br />

el Gobierno Federal estaba obligado a atender el asunto de<br />

las autodefensas michoacanas, no podía descuidar Guerrero,<br />

pues ahí había asuntos por estallar. Dijo tener cinco mil hombres<br />

armados para realizar esa labor de vigilancia y prevención<br />

del delito, e hizo un llamado a que les permitieran el avance de<br />

las policías comunitarias.<br />

Ese día, nos pidió difundir el hallazgo de una fosa cerca de Ocotito,<br />

pero señaló que Guerrero estaba infestado de panteones clandestinos<br />

donde el crimen organizado desaparecía a sus víctimas. Siete meses<br />

después Bruno y sus policías son –hasta el cierre de este documento–<br />

los principales grupos de búsqueda de los normalistas, en su paso<br />

descubrieron muchas fosas y están amenazados por el crimen organizado<br />

para que detengan ese operativo de rastreo.<br />

Las protestas en todo el País crecen exponencialmente a la par con<br />

la condena internacional por el caso, se pidió la disolución de los Poderes<br />

en Guerrero, se formó una comisión legislativa federal y varias<br />

alcaldías fueron tomadas violentamente por grupos inconformes.<br />

214


•El 10 de octubre detuvieron en Torreón a Vicente Carrillo Fuentes,<br />

líder del Cártel de Juárez, quien tenía en La Laguna su refugio<br />

desde hace más de 20 años, en que habitaba en el lugar de manera<br />

intermitente.<br />

• 11 de octubre.- En medio de la crisis por los normalistas y el<br />

caso Tlatlaya, el presidente Peña Nieto calificó la violencia en que<br />

está sumido el País como “barbarie” (el título del Capítulo IV de<br />

este libro fue decidido desde enero de este año).<br />

•14 de octubre.- Un alumno de tercer grado de la Secundaria No.<br />

5 “Otilio González” en Saltillo asesina a otro a navajazos durante<br />

una riña. Uno de los innumerables casos de violencia escolar que<br />

azotan al País.<br />

• 16 de octubre.- “Valor por Tamaulipas” denuncia el asesinato<br />

de su colaboradora María del Rosario Fuentes Rubio a manos del<br />

crimen organizado un día antes. La doctora y tuitera habría sido<br />

amenazada semanas antes para no denunciar actos criminales.<br />

• 17 de octubre.- Luego de ocho años, la Procuraduría General de<br />

Justicia del Estado de México detiene y pone a disposición de un juez<br />

a 20 personas, entre servidores públicos y ex funcionarios, acusados<br />

de “tortura por omisión, tortura equiparada y encubrimiento” por la<br />

violencia policiaca en San Salvador Atenco en el 2006.<br />

• 18 de octubre.- Medios de comunicación nacionales señalan la<br />

existencia de un informe de Inteligencia nacional en el que se advierte<br />

que tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa<br />

se inició un movimiento guerrillero que está aglutinando a 11 de<br />

los grupos más radicales de Guerrero.<br />

• 23 de octubre.- Ángel Aguirre pide licencia para separarse como<br />

Gobernador del Estado de Guerrero.<br />

215


#Soydel68<br />

Soy del 68 y cuando apenas creía valorar plenamente los regaños<br />

y consejos de mis padres y las anécdotas de mis abuelos tengo que<br />

asimilar las formas de comunicación de mis hijos; cuando terminaba<br />

por aceptar que nada sustituye una conversación cara a cara y<br />

que nuestras palabras y un apretón de manos deben honrarse con<br />

los actos, debo sumarme a la realidad de socialización que el internet<br />

impone.<br />

Nací en los tiempos de evasiva mirada que hoy no recuerda y<br />

me alcanzó la generación del desinterés. Si para contemporáneos<br />

y mayores Marcos es un payaso, los jóvenes y los adolescentes más<br />

lo identifican como un mutante de la última entrega de la saga de<br />

“X-Men”; para la mayoría de ellos los pasamontañas de guerrilleros<br />

y autodefensas no son diferentes de los que usan los sicarios del<br />

crimen organizado.<br />

Ni hablar de discernir que se trata de hechos en que no hay absolutamente<br />

buenos ni absolutamente malos, y que toda explicación<br />

debe ir acompañada de las distintas voces que involucra.<br />

Cohabito con aquellos que sabían lo que no querían y los que no<br />

saben lo que quieren. El híbrido en el que estoy incluido tiene tantas<br />

o mayores dispersiones que ambos.<br />

Sin embargo, la historia nos recuerda que en cada momento ha<br />

habido espacio para la contracorriente y eso es lo que mantiene,<br />

216


aunque sea como un suspiro, las múltiples realidades.<br />

Comienzo a entender lo emblemático del año en que nací,<br />

pero principalmente de la generación a la que pertenezco. El 68<br />

es el punto culminante de una rebelión generalizada en nuestro<br />

sistema de activismo ciudadano motivado por la inconformidad<br />

hacia las políticas públicas, independientemente de si tenían<br />

razón o no.<br />

Las siguientes décadas hemos estado más preocupados por<br />

tener qué comer, por alcanzar y mantener lo que interpretamos<br />

como calidad de vida y últimamente por sobrevivir (literalmente<br />

hablando).<br />

¿Cómo decirles a nuestros jóvenes que los ciudadanos somos<br />

responsables de esa ansiedad perturbadora que heredamos a sus<br />

hijos cuando escuchan la detonación de fuegos artificiales y del<br />

escape de algún viejo vehículo<br />

Que cuando algún compañerito de salón convierte el acoso en<br />

un acto criminal y hasta de delincuencia organizada, lo hace a<br />

imagen y semejanza de la sociedad que hemos construido todos<br />

estos años.<br />

Vivo los años de mayor conciencia informativa sobre causas y<br />

efectos tanto de males como de privilegios, pero siempre será más<br />

difícil hacerse cargo de la responsabilidad propia: la complejidad<br />

ideológica es tan causante como la simplicidad del pragmatismo<br />

que nos mueve y en consecuencia nos tiene sumidos en la peor<br />

crisis de seguridad del México posrevolucionario.<br />

Así cada día estamos más alejados del “Club de Norteamérica”<br />

y más atrapados en el mayor éxodo de niños en la historia por la<br />

crisis humanitaria en América Central.<br />

Hoy, en este punto cardinal momentáneamente el pulso vuelve a<br />

217


marcar ritmo; escampa y se vuelve a soñar con una vida… incluso<br />

hasta se puede velar a nuestros muertos, algo que estuvo “prohibido”<br />

algunos años. Es tiempo de recuento y de búsqueda, de abrir<br />

cortinas.<br />

A la par, las pesadillas que nos tenían atrapados en el noreste<br />

carcomen otras horas de sueño que tarde o temprano nos alcanzan<br />

en el espejo, en lo que pareciera un infinito insomnio desolado.<br />

Ese despiadado depredador está agazapado, esperando cualquier<br />

oportunidad, al igual que la ilusión por encontrar el camino a la<br />

paz interior, al origen.<br />

Nada que no nos haya mostrado ya desde 1950 el maestro Octavio<br />

Paz en su extraordinario ensayo El Laberinto de la Soledad.<br />

#Soydel68 tengo 46 años y aún sueño con cinco minutos de<br />

fama; el que estas últimas líneas tengan un receptor cumple ya mi<br />

anhelo… o tal vez no.<br />

De lo que sí estoy seguro es que por este trabajo tropecé con muchas<br />

cosas por las cuales cobré conciencia, lo que resulta bastante<br />

incómodo. ¿Cómo lo resolveré No tengo idea.<br />

¿Serviría de algo decir que en realidad este ejercicio fue concebido<br />

sólo desde el punto de vista profesional Que no he buscado<br />

notoriedad poniendo en riesgo la integridad; que las anécdotas<br />

periodísticas relatadas son insignificantes comparadas<br />

con las de muchos compañeros; que nunca me han interesado<br />

cinco minutos de fama y tan sólo quiero comprobarme a mí mismo<br />

que he aprendido algo en esta profesión, que puedo llamarme<br />

un buen reportero.<br />

No, no creo que sirva de algo. Más bien suena a un intento patéticamente<br />

desesperado por generar empatía.<br />

218


En todo caso trataré de seguir predicando con el ejemplo para<br />

los consejos que doy a mis hijos y confío que en algunos años más<br />

a mis nietos.<br />

Sólo espero que no resulte como cuando tras nacer el primero de<br />

mis hijos decidí vencer el pánico extremo a las inyecciones, ya entrados<br />

los 27 años de edad. Desde entonces los he llevado cada que<br />

puedo a mis aplicaciones para demostrarles que una vez vencido<br />

el temor, el dolor es mínimo comparado a cuando endurecemos el<br />

músculo… hoy puedo decir que terminé con las nalgas pinchadas<br />

a más no poder y los tres siguen haciendo todo lo posible –a veces<br />

hasta lo imposible e inimaginable– para no dejarse inyectar.<br />

“Vivimos, como el resto del planeta, una<br />

coyuntura decisiva y mortal, huérfanos de<br />

pasado y con un futuro por inventar. La<br />

Historia universal es ya tarea común. Y<br />

nuestro laberinto, el de todos los hombres”.<br />

219


CORAZÓN, RIÑÓN Y BOFE: Para mis 4. Para mis padres Rosario y<br />

Raymundo. Mis hermanos Raymundo y Margarita;<br />

Raquel y Carlos; Raúl y mis sobrinas.<br />

Para los Almaguer Salazar: Cesáreo y Olga; César y Betty;<br />

Javier y Vivy; Olguita y Christian.<br />

VITAL INSPIRACIÓN: Don Miguel Reséndez Mancha y Rosario<br />

Estrada Guerra, quienes a sus más de 90 años son siempre<br />

más lúcidos e íntegros que yo.<br />

220


Reverencia y abrazo<br />

Para este trabajo se usaron referencias y estadísticas publicadas<br />

por VANGUARDIA y otros medios de comunicación en web. Se<br />

guardó el anonimato de algunos involucrados por cuestiones de<br />

seguridad y a petición expresa.<br />

Estas líneas fueron posibles gracias a la guía de algunas fuentes<br />

de aprendizaje como la ex pareja de Marcos, Gita, Carlos Arredondo,<br />

Óscar Wong, Armando Leal Ríos, Federico Jordán y el periodista<br />

Ciro Gómez Leyva.<br />

Elio Henríquez nos iluminó por senderos zapatistas, así como la<br />

historiadora Adela Cedillo. Al igual que en los caminos de Guerrero<br />

y Atenco lo hicieron Genaro Vázquez (hijo de otra de las grandes<br />

leyendas guerrilleras), Marcial Leobardo y Julio Leocadio Castro.<br />

Gracias a todos ellos de parte del equipo de VANGUARDIA encabezado<br />

por Armando Castilla Galindo y la Sra. Diana Galindo de<br />

Castilla.<br />

APOYO EN TEXTOS DE CRÓNICAS: Kowanin Silva, “F”, Jesús<br />

Castro, Alejandro Montenegro e Ignacio Alvarado Álvarez. Los dos<br />

primeros han tenido que salir de Coahuila por protección más de<br />

un par de ocasiones ante amenazas en los últimos cinco años. Castro<br />

fue secuestrado por dos días en el 2008; lo liberaron en un ejido<br />

de Concepción del Oro, Zacatecas. Ignacio fue benévolo y permitió<br />

incluir sus textos en este trabajo.<br />

221


No, porque vomito<br />

Hace casi 10 años que enfrenté por vez última a esas “bestias salvajes”.<br />

Ese día hice un gran esfuerzo por no vomitar en los interminables<br />

tres minutos. Tan pronto pudo, Juany me quitó de los<br />

brazos a Aldo que entonces tenía dos años, y yo luchando por no<br />

caer al piso, pues todo me daba vueltas, conseguí sentarme en una<br />

banca.<br />

Hace ya una década que no desafío a ese deporte extremo al que<br />

muchos cándidamente llaman “Carrusel de Caballitos”.<br />

Mientras me recuperaba y los demás no paraban de reír, buscaba<br />

una explicación a esos síntomas, sobre todo recordé un pasaje de<br />

1992 por el que me parecieron más incomprensibles mis náuseas en<br />

ese momento: El Fiscal Especial para el Cártel del Golfo de la PGR,<br />

Fernando Domínguez Jaramillo, hizo una invitación al periódico<br />

para llevar a un reportero a Pico La Muralla, en la sierra de Galeana,<br />

Nuevo León, donde habían descubierto plantíos de mariguana.<br />

La salida sería el domingo 2 de agosto por la mañana desde el<br />

destacamento de la Policía Federal de Caminos (PFC) ubicado en<br />

Linares, a donde yo casualmente iría a una fiesta de graduación de<br />

la Facultad de Ciencias Forestales de la UANL la noche del viernes,<br />

si mal no recuerdo.<br />

Como ninguno de mis compañeros reporteros quería ir y yo estaría<br />

allá, me asignaron la cobertura. Cuando nos divertíamos en<br />

el baile ya cerca de la media noche recibí una llamada del Fiscal,<br />

quien me decía que se adelantarían las cosas para el sábado al mediodía.<br />

Ante esto, como a las 05:00 horas fuimos a desayunar.<br />

Poco después de las 06:00 horas, cuando aún no terminábamos<br />

el plato y seguíamos conversando, dos agentes federales llegan a<br />

nuestra mesa y me dicen que tenemos que irnos ya, que todo se<br />

222


adelantaba aún más pues querían que saliera en los primeros viajes<br />

antes de las 08:00 horas.<br />

Sólo fui a cambiarme de ropa al hotel, tomé mi Canon y subí a la<br />

camioneta que nos llevó a la PFC, donde nos explicaron que harían el<br />

traslado en varios viajes ya que el helicóptero sólo podía llevar a dos<br />

pasajeros y el equipo a la vez. Contrario a lo que me habían dicho, mi<br />

turno sería el último, así que aproveché para dormir en la camioneta<br />

esperando el llamado, que llegó casi al mediodía.<br />

Nunca me había subido a un helicóptero y tenía como seis años<br />

de no viajar en avión, entonces la única explicación que encuentro<br />

para haber entrado en esa nave, que además por la maniobras ni<br />

puertas tenía en la parte trasera de la cabina, es que la fiesta de la<br />

noche aún estaba en mi cabeza.<br />

Conmigo iba el comandante Luis Mendoza Romero, de la entonces<br />

Policía Judicial Federal, encargado del operativo, y nos dijeron<br />

que por ser el último viaje llevaríamos también víveres y armas<br />

para el equipo que ya estaba allá arriba.<br />

Al llegar a la punta de la sierra la nave hizo maniobras de reconocimiento<br />

que yo aproveché para, con medio cuerpo de fuera,<br />

tomar fotos desde lo alto. El helicóptero desciende y cuando estábamos<br />

a menos de cuatro metros del piso pegaron fuertes ráfagas<br />

de viento; por eso y la pendiente del terreno de pronto piloto y copiloto<br />

voltean hacia nosotros alarmados y algo nos dicen mientras<br />

señalan con los pulgares apuntando hacia abajo.<br />

Debido al ruido del motor y porque a sus 64 años al comandante<br />

Mendoza le fallaba un poco el oído, y por mi trance medio “happy”,<br />

ninguno de los dos entendimos lo que nos decían, pero tampoco<br />

hizo falta pues la señal con el pulgar sí fue muy clara: cada<br />

quien de su lado nos colgamos de los estribos de la nave y nos<br />

223


soltamos. El primero en caer es el Comandante, quien rueda más<br />

de 20 metros colina abajo y se impacta contra un árbol. Yo le sigo<br />

y me cachan tres agentes federales. El helicóptero se aleja rápidamente<br />

con desplazamientos irregulares.<br />

Tan pronto confirman que estamos bien –Mendoza resulta con<br />

golpes fuertes en la cabeza y piernas, pero nada de gravedad– el<br />

Fiscal Especial estalla en cólera:<br />

¿Qué les pasa pendejos ¿Por qué hicieron eso ¿Tan locos o qué<br />

chingados<br />

Pues los pilotos nos dijeron que nos bajáramos, contesté.<br />

Baboso, el piloto les decía que no podía bajarlos a ustedes por el<br />

viento y que sólo arrojaran la comida y las armas, porque era muy<br />

peligroso.<br />

Upsss.<br />

Fueron cuatro jornadas de una extraordinaria e inolvidable experiencia,<br />

con hermosos paisajes, muestras de gran compañerismo<br />

con los 12 agentes federales, balazos ¡y un chingo, pero un chingo<br />

de frío por las noches! Hasta que nos rescató un grupo de 36 militares<br />

que habían enviado. Los medios dieron cuenta de la historia,<br />

que además debe estar en los expedientes de la PGR: Reportero y<br />

12 agentes federales se pierden en la sierra ante el acecho de narcotraficantes;<br />

se reportan enfrentamientos. Así fue como se enteró<br />

mamá de por qué no había llegado a dormir.<br />

Pudiera contar ésta como la primera oportunidad para cierto<br />

reconocimiento, pero ¿cómo hacerle, ¿decir que de la fiesta, aún<br />

en etílica alegría me subí a un helicóptero y por eso me aventé de<br />

la nave<br />

Además, con toda razón cualquier norteño sabiamente diría:<br />

“Pedo no vale”.<br />

224


EITSSS<br />

MARCACIÓN PERSO-<br />

NAL. Aquí la prueba del<br />

hostigamiento al que<br />

sometí al Subcomandante<br />

Moisés, máximo<br />

vocero del EZLN, en<br />

el Congreso Nacional<br />

Indígena del 2013, de<br />

quien no me despegué<br />

ni un momento durante<br />

las dos jornadas. Al<br />

final, a regañadientes<br />

me recibió una carta<br />

para Marcos.<br />

RAZA DEL VERANO DE 1988… luego de 26 años en “terracería”. Aquí algunos: Edmundo<br />

Crespo Ruiz, Gil Jesús Chávez Hernández, Gabriel de la Garza Gil, Carlos Alberto Velázquez<br />

Alvarado, Víctor Alemán, Gerardo de la Torre Rangel, Gilberto Valdez González,<br />

César Sánchez Novoa y Sergio Lozano García, pero el grupo lo completan Leonardo Ejidio<br />

Torre Cepeda y Jhonny Velasco Veliz. Espero mínimo una carne asada por el saludo.<br />

225


Germán Yáñez González, hijo de la leyenda guerrillera, saluda a su tío Fernando en la<br />

“Casa de Todas y Todos”, luego de muchos años de no verse. El “Comandante de comandantes”<br />

le ofrecía unos ricos tamales.<br />

Los días en agosto de 1992 en Pico La Muralla, Sierra de Galeana, Nuevo León, fueron<br />

una gran experiencia. Esta es la nave del traslado.<br />

226


Elio Henríquez platica con el “Comandante David” durante la partida a la “Escuelita<br />

Zapatista”.<br />

227


Los niños de El Charco aceptan divertidos la propuesta de selfie que les hace Luis Salcedo<br />

desde su Mac. Al fondo los salones donde ocurrió la matanza hace 16 años.<br />

228


Esta fue la cena de gala en Ovenitk: Pizza Zapatista, agua de tamarindo y café. Todo un<br />

éxito durante la celebración.<br />

229


BELLEZA EN LA DUELA.- Ella es Juliana, la colombiana que “se llevó el juego” en el partido<br />

de basquetbol inaugural. Aquí a punto de partir al Caracol de Morelia.<br />

230


Un grupo de extranjeras disfruta de la música desde lo alto, durante los festejos en<br />

Oventik.<br />

En San Cristóbal de las Casas, Gita convoca al Cosmos para sanarnos. Aquí con Alejandro<br />

Tomatsu.<br />

231


Bruno Plácido anticipó desde febrero la gran catástrofe en que estaba sumido el Estado<br />

de Guerrero. Cerca de Iguala, entonces me dijo que había fosas clandestinas por todos<br />

lados, en las que el crimen organizado desaparecía a sus víctimas.<br />

En una de las primeras pláticas<br />

con Jaime Martínez Veloz.<br />

232


¿Operación secreta<br />

¡Bah! Esta jovencita de<br />

16 años (hija de X) me<br />

descubrió tan pronto<br />

entré al Caracol.<br />

Roco se comprometió a darle<br />

mi carta a Marcos. Por mi<br />

insistencia, seguramente se<br />

quedó pensando en que era<br />

un desquiciado fan del Subcomandante.<br />

Como cualquier otro turista<br />

¡Claro que me las compré!<br />

Ya sé, ya sé. Nunca las voy a<br />

llenar.<br />

233


Click ver video<br />

Ensayando en el Congreso Nacional Indígena del 2013.<br />

Al pie de la reja principal de<br />

su propiedad hay dos machetes<br />

grabados en la banqueta;<br />

es una mañana fresca y un<br />

hombre con gorro de estambre,<br />

huaraches y chamarra se<br />

afana a la escoba con la que<br />

barre despacito, muy despacito.<br />

Es Ignacio del Valle, emblemático<br />

líder de la resistencia<br />

en San Salvador Atenco, quien<br />

fingió ser otra persona para<br />

evitar la entrevista. Afirmó que<br />

los “patrones” de la casa no se<br />

encontraban.<br />

234


En uno de los amaneceres en “el último rincón de la Patria”, un grupo de indígenas espera<br />

a su desayuno en Oventik.<br />

¡SALUD! Una refrescante e inolvidable tarde de tragos con Alejandro Solalinde.<br />

235


CRONISTAS, EL CLICK E IMPULSO:<br />

Armando Castilla<br />

Galindo, CEO de<br />

vanguardiamx.<br />

Siempre por una mejor<br />

sociedad. Periodismo y<br />

tecnología en mi ADN.<br />

Alejandro Tomatsu,<br />

reportero gráfico en<br />

vanguardiamx desde el<br />

2009. Mirada y corazón<br />

puestos en Chiapas<br />

desde el 2000.<br />

Jesús Castro Gallegos,<br />

reportero y editor en<br />

vanguardiamx. Apasionado<br />

del periodismo y<br />

contador de historias;<br />

aborrezco el autoritarismo<br />

y la censura.<br />

Desde hace 12 años<br />

comprometido con una<br />

sociedad informada,<br />

inteligente y despierta.<br />

Alejandro Montenegro,<br />

reportero coahuilense<br />

forjado en la ética.<br />

Partidario de un periodismo<br />

objetivo, comprometido<br />

con la sociedad<br />

y sin intereses.<br />

Kowanin Angélica Silva<br />

Máynez, reportera en<br />

busca permanente de<br />

historias extraordinarias.<br />

Originaria de<br />

Chihuahua. Actualmente<br />

es Jefa de Redacción en<br />

vanguardiamx, editora<br />

de Semanario, fotógrafa<br />

y documentalista en<br />

proceso.<br />

Luis Salcedo, Coordinador<br />

de Fotografía. En<br />

vanguardiamx desde<br />

1992. Apasionado<br />

por las imágenes y la<br />

historia que seguimos<br />

escribiendo.<br />

Ignacio Alvarado Álvarez,<br />

periodista con más<br />

de 20 años de experiencia.<br />

Transita libremente<br />

en tiempo y espacio.<br />

236


Elaborado en la Redacción de VANGUARDIA, en<br />

Saltillo, Coahuila, a octubre del 2014.<br />

237


EL AUTOR<br />

Ricardo Mendoza Reséndez<br />

@ricardomrep<br />

Regio nacido el 25 de mayo de 1968.<br />

Deambula por las redacciones desde<br />

1989. Ha tenido la oportunidad de<br />

colaborar en Monterrey para los<br />

periódicos La Moneda, El Porvenir<br />

y El Norte, como reportero, editor y<br />

coordinador editorial.<br />

En Saltillo para los periódicos<br />

Palabra y VANGUARDIA, donde se<br />

desempeña como Director Editorial<br />

desde mayo del 2008.<br />

Es mal conversador y peor<br />

publirrelacionista.<br />

238


“Somos los mismos de hace 500 años, de hace 44 años, de hace 30 años, de hace 20<br />

años, de hace apenas unos días. Somos los zapatistas, los más pequeños, los que<br />

viven, luchan y mueren en el último rincón de la patria, los que no claudican, los que<br />

no se venden, los que no se rinden”.<br />

Subcomandante Marcos<br />

Diciembre de 2012<br />

239

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