DANI MARTIN

Espiritud Grunge
ESPÍRITU GRUNGE
La estética de los 90´s regresa a todo dar.
Cuando una década puede definirse a través de una canción,
su importancia estilística e inspiracional queda enteramente
confirmada.
Por :Daniel Mijares
Los 90’s suenan a Smells like
teen Spirit de Nirvana, a pesar
de que el haberla escuchado
tantas veces nos haga inmunes
a su verdadera relevancia. Dicha década
también podría identificarse con ese
videoclip en el que Kurt Cobain, Dave
Grohl y Krist Novoselic parecen sumergirse
en una luz amarillenta, mientras las
animadoras encienden un graderío plagado
de adolescentes descontentos, con
camisas de cuadros, pelo largo y gorras
hacia atrás. Ese video, esa canción, esa
guitarra distorsionada, sin duda marcó
a toda una generación, cambió todo el
rumbo de la música, de la moda y de la
estética en todo lo que conocemos. Eso
se llamó Grunge.
El escenario de un concierto y una pasarela
de moda tienen bastantes connotaciones
afines… Glamour, fama y lujo,
sensualidad, libertad y rebeldía. Ambos
aceleran la vida y alteran el ritmo cardíaco.
Desde el revolucionario Elvis
Presley, al mito de los Beatles –que impuso
los cantantes con flequillo–, hasta
el personaje que David Bowie bautizó
como Ziggy Stardust. La moda a ritmo
de The Libertines es mucho más divertida
y sentirse una estrella del rock
‘n’ roll mola. El ‘grunge’ ha vuelto (sin
darnos cuenta) y se ve en las calles en
forma de camisas, medias, pantalones,
botas, zapatillas y ese aspecto de ‘desaliño’
característico de los músicos más
icónicos de los ochenta. Aunque Kurt
Cobain y su Nirvana fueron los dioses
de una época, otros como Layne Staley
de ‘Alice in Chains’, Chris Cornell de
‘Soundgarden’ o el actor Johnny Deep
han dejado una marcada estética heredada
por Alice Dellal, Mary Kate Olsen,
Cara Delevingne o Sky Ferrera. Es
imposible hablar del ‘grunge’ sin mencionar
a Courtney Love y Kurt Cobain,
pero lo cierto es que ha vuelto, y justamente
personajes como Hedi Slimane
en su colección para Saint Lauren (entre
otros diseñadores y/o modelos),
han logrado resucitarlo y no sin
cierta perplejidad, la estética ha
sido reabsorbida con facilidad por
la calle, las celebrities y todas las
tiendas de ‘mass market’.
Cobain (1967-1994) es el nombre
más representativo del movimiento
Grunge. Su estética,
intencionadamente descuidada
(la palabra ‘grunge’ viene de una
mala pronunciación del término
anglosajón ‘grungy’, que significa
sucio) incluía elementos básicos
como las zapatillas converse que
estaban ya casi demodé pero que
este año vuelven a salir a la calle
de la mano de Olivia Palermo
y Nicole Ritchie. Chris Cornell,
vocalista de ‘Soundgarden’, una
de las bandas precursoras del movimiento,
solía usar las botas militares
creadas en los años cuarenta
por la marca Dr. Martens, una de
las señas de identidad heredadas
del estilo punk. Este año será uno
de los calzados favoritos de ‘celebrities’
como Alice Dellal (una de
las nuevas musas del ‘grunge’) o
Cara Delevingne.
Eddie Vedder y Jeff Ament, vocalista
y bajo del grupo ‘Pearl Jam’,
una de las pocas bandas que ha
sobrevivido hasta hoy, siempre
aparecen con uno de los uniformes
oficiales del chico ‘grunge’,
la camisa de cuadros tipo leñador.
La misma que ahora destacan
todos los catálogos de las marcas
mayoritarias, desde Zara a Mango,
para ellos y ellas. Kate Moss también
fue musa del grunge mientras
duró su relación con el actor
Johnny Deep, entre 1994 y 1998,
de la estética de Courtney Love
robó el vestido-camisón de raso,
de estilo llamado ‘negligee’, con
el que aparece en la fotografía y
que este año se ha convertido en
todo un ‘must’de la mano de Jennifer
Lawrence o Rosie Huntington-Whiteley.
Si… El ‘grunge’ ha resucitado. La
música está en el punto de mira
de la moda y sigue siendo una
explosiva combinación. El trabajo
de Poppy Delevingne, según
ella misma lo ve, es además de la
moda, dar forma a su vida y poner
a cada momento el nombre
de una canción. Y es que ese estilo
desaliñado, masculino, como
de adolescente enfadado con el
mundo, que tanto triunfó en los
90’s, ha vuelto para quedarse. Es
momento de gritar: ¡I’m still alive!-,
como lo haría Eddie Vedder.
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