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GUATEMALA LA TORMENTA PERFECTA Impacto del cambio ...

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<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

gr<br />

1


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

<strong>GUATEMA<strong>LA</strong></strong><br />

<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

<strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la<br />

crisis económica en la niñez y la<br />

adolescencia<br />

© Fondo de las Naciones Unidas para<br />

la Infancia, UNICEF<br />

Oficina de UNICEF en Guatemala<br />

13 calle, 8-44, edificio Edyma Plaza,<br />

Nivel 2, zona 10<br />

Ciudad de Guatemala, Guatemala<br />

Año 2010<br />

Primera edición<br />

Con información actualizada a octubre<br />

de 2010<br />

Adriano González-Regueral<br />

Representante<br />

Parisa Nabili<br />

Oficial de Comunicación<br />

Documento elaborado por:<br />

Aridane Hernández<br />

Texto revisado por:<br />

Iván Yerovi<br />

Julián Duarte<br />

Gonzalo Arteaga<br />

Jonathan Menkos<br />

Ricardo Stein<br />

Diseño y diagramación:<br />

Rolando Chews<br />

Edición:<br />

Isabel Aguilar<br />

Fotografía de portada:<br />

Laboratorio de Medios 2009<br />

2


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Índice<br />

PRESENTACIÓN ....................................................................................................... 5<br />

INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 6<br />

1. Panorama de la niñez ......................................................................................... 7<br />

y la adolescencia pre-crisis ........................................................................................ 7<br />

2. <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático ............................................................................. 11<br />

y la crisis económico-financiera ................................................................................ 11<br />

2.1 Cambio climático ....................................................................................... 13<br />

2.2 Crisis económico-financiera ......................................................................... 17<br />

2.3 Crisis de empleo ........................................................................................ 21<br />

2.4 Remesas ................................................................................................... 24<br />

3. Consecuencias en la niñez ................................................................................. 26<br />

y la adolescencia .................................................................................................... 26<br />

3.1 Cambio climático ....................................................................................... 30<br />

3.2 Cambios en la dieta .................................................................................... 32<br />

3.3 Salud ....................................................................................................... 36<br />

3.4 Formación de parejas ................................................................................. 39<br />

3.5 Abandono escolar ...................................................................................... 41<br />

3.6 Trabajo infantil .......................................................................................... 44<br />

3.7 Migración .................................................................................................. 47<br />

3.8 Negocios ilícitos ......................................................................................... 48<br />

3.9 Explotación y violencia ................................................................................ 50<br />

3.10 Víctimas colaterales de la violencia ............................................................... 51<br />

4. De la preocupación ............................................................................................. 54<br />

a la acción ............................................................................................................ 54<br />

Referencias bibliográficas ........................................................................................ 59<br />

Listado de siglas y acrónimos .................................................................................. 64<br />

3


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Los datos utilizados en este documento han sido recopilados de diversas fuentes nacionales y<br />

extranjeras. Se trata de un documento vivo que se actualiza con periodicidad y puede<br />

consultarse en la siguiente dirección de Internet:<br />

www.unicef.org/guatemala<br />

Cualquier comentario sobre la «tormenta perfecta» la puede realizar en la página ‘web’ o a la<br />

dirección electrónica:<br />

guatemalacity@unicef.org<br />

©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée<br />

4


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

PRESENTACIÓN<br />

En Guatemala, tanto los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático como los de la crisis económicofinanciera<br />

mundial han provocado una «tormenta perfecta» que tiene consecuencias sobre la<br />

situación de la niñez y la adolescencia de múltiples maneras y que puede condicionar el<br />

alcance pleno de sus potencialidades. En este documento se encontrarán datos, cifras y<br />

testimonios de personas que están sufriendo los embates de estos dos fenómenos que, si bien<br />

tuvieron su origen fuera de esta República, tienen grandes consecuencias en su interior.<br />

La «tormenta perfecta» derivada <strong>del</strong> alza de los precios, las difíciles circunstancias económicofinancieras,<br />

el <strong>cambio</strong> climático y la pérdida de oportunidades de empleo, tiene consecuencias<br />

en la población <strong>del</strong> país, algunas de las cuales se relatan aquí. Esto ha hecho aumentar el<br />

número de personas que pasan hambre, resintiéndose su salud y exponiéndolas a una mayor<br />

vulnerabilidad y abuso en un contexto de impunidad, entre otros aspectos.<br />

La suma de estas crisis aumentan las vulnerabilidades sociales, medioambientales y<br />

económicas, como ha quedado patente tras el paso de la tormenta Agatha por Guatemala, la<br />

cual destruyó infraestructura y arrasó miles de hectáreas de producción agrícola en veintiuno<br />

de los veintidós departamentos <strong>del</strong> país. Agatha tuvo como consecuencia un impacto<br />

psicosocial significativo entre las personas que fueron más afectadas, provocando desplazados<br />

y cifras lamentables de decenas de muertos, así como daños en infraestructura y redes de<br />

comunicación.<br />

Tras cada cifra expuesta en este documento hay personas que son parte integrante y activa de<br />

la sociedad guatemalteca, más allá de su condición social, económica, étnica y sexual. En este<br />

documento también se busca visibilizar la situación de la niñez y la adolescencia de<br />

Guatemala, con el fin de desarrollar respuestas adecuadas y apropiadas para todas las esferas<br />

de su vida. Con tal propósito, desde septiembre <strong>del</strong> año 2008, UNICEF ha realizado diferentes<br />

acciones para conocer las consecuencias <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en niñas,<br />

niños y adolescentes mediante estudios cualitativos y encuestas cuantitativas en diferentes<br />

regiones <strong>del</strong> país.<br />

Aunque no existen soluciones mágicas, la situación de la vida de las personas puede cambiar<br />

en la medida en que se tomen las decisiones correctas que logren que el crecimiento<br />

económico se haga sostenible en el tiempo. Esta es la manera más eficiente y menos costosa<br />

de enfrentar futuras crisis económicas, así como de asegurar un mejor desarrollo para la niñez<br />

y la adolescencia. Si no se toman las decisiones oportunas y adecuadas, la situación también<br />

cambiará, pero de manera negativa.<br />

Sin dejar de preocuparnos -por los análisis, estudios…- debemos ocuparnos por mejorar la<br />

situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala ante las difíciles situaciones que se han<br />

vivido y se prevén para el futuro, dadas las circunstancias en torno a los aspectos climáticos, la<br />

crisis alimentaria y la problemática económico-financiera.<br />

5


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

INTRODUCCIÓN<br />

Son muchos los hogares guatemaltecos que están padeciendo en su vida diaria las<br />

consecuencias directas <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica que se reflejan, sobre todo,<br />

en la pérdida de empleo y poder adquisitivo, lo que limita las posibilidades de abastecerse y<br />

alimentarse. Aspectos como la deserción escolar, la formación de parejas a temprana edad en<br />

hogares que no reciben remesas, arreglos en la dieta, la explotación sexual comercial, la<br />

migración o la incorporación a negocios ilícitos, si bien no son consecuencias directas de las<br />

crisis económica y climática, sí se han agudizado como resultado de las mismas.<br />

Los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático en Guatemala se han profundizado en la última década. Si no<br />

se toman las medidas oportunas para asegurar un desarrollo compatible con el medio ambiente<br />

pero, sobre todo, que cubra las necesidades de la sociedad sin poner en riesgo la seguridad<br />

alimentaria de los años venideros, es decir, la disponibilidad y acceso a los alimentos, la<br />

situación puede agravarse Por ejemplo, las lluvias torrenciales acaecidas durante el año 2010<br />

tienen consecuencias sobre las condiciones de vida de la población, principalmente por la<br />

magnitud de los daños y pérdidas para la población en situación de subsistencia.<br />

La pérdida de cultivos y el incremento de los precios de los alimentos se encuentran, asimismo,<br />

enmarcados en un contexto de crisis económica que está repercutiendo en las exportaciones e<br />

importaciones, a la inversión extranjera, al turismo y a las remesas, entre otros. Todo ello tiene<br />

impacto negativo en la recaudación fiscal de Guatemala, disminuyendo los recursos públicos<br />

para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes, para quienes la situación antes de estos<br />

fenómenos distaba de ser la ideal.<br />

La pérdida de oportunidades de empleo —debido a la contracción de la economía y a los<br />

efectos de las crisis ambientales— afecta a la sociedad guatemalteca, orillando a muchas<br />

personas a realizar trabajos peligrosos o que se sitúan fuera de la ley para obtener ingresos.<br />

Todo parece indicar que la recuperación laboral será más lenta que la recuperación económica<br />

mundial.<br />

Desde ya, la prioridad ha de ser mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes<br />

de Guatemala. No sólo porque representan el 49% de la población total <strong>del</strong> país, sino porque el<br />

desarrollo social y económico se juega ahora. En este sentido, si no se toman decisiones<br />

oportunas, los efectos de la crisis económica sobre la niñez y la adolescencia guatemaltecas<br />

traerán consigo una mayor brecha social, sobre todo entre la población indígena rural,<br />

especialmente las mujeres.<br />

Las políticas y programas deberán ayudar a minimizar el impacto de ambas problemáticas,<br />

privilegiando la protección social que garantice el cumplimiento de las necesidades básicas de<br />

las personas en mayor desventaja. La recuperación económica será frágil si no trae consigo,<br />

como mínimo, el fortalecimiento con rostro humano <strong>del</strong> tejido social.<br />

6


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

1. Panorama de la niñez<br />

y la adolescencia pre-crisis<br />

Después de varios años de crecimiento económico con valores superiores al 3% <strong>del</strong> producto<br />

interno bruto (PIB) y de relativa estabilidad macroeconómica (FMI, 2010), se produjeron tímidos<br />

avances en la mejoría de las condiciones de vida de la población. A partir <strong>del</strong> año 2007, el alza<br />

de los precios de los alimentos y el combustible, la crisis económico-financiera mundial, el<br />

<strong>cambio</strong> climático y, de manera más reciente, el deterioro <strong>del</strong> empleo, han contribuido a<br />

aumentar el número de personas que están en situación de pobreza y que pasan hambre en<br />

Guatemala.<br />

7<br />

6<br />

5<br />

4<br />

3<br />

2<br />

1<br />

0<br />

3.6%<br />

1999‐<br />

2001<br />

Gráfica 1.<br />

Crecimiento económico anual como porcentaje <strong>del</strong> PIB<br />

3.9%<br />

2.5%<br />

3.2% 3.3%<br />

5.4%<br />

6.3%<br />

3.3%<br />

0.6%<br />

2.5%<br />

2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010*<br />

Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI, 2010).<br />

* Proyección de crecimiento para 2010 según el Banco de Guatemala (Banguat, 2010d).<br />

Entre los años 2000 y 2006, caracterizados por el crecimiento económico, la tasa de pobreza<br />

general disminuyó en cinco puntos porcentuales, pasando <strong>del</strong> 56 al 51%. Esta cifra no permite<br />

ver en su magnitud las grandes disparidades existentes en el país, donde la pobreza entre la<br />

población indígena y rural era <strong>del</strong> 71.9%, según la Encuesta nacional de condiciones de vida<br />

(Encovi, 2006). En lo que respecta a la niñez y la adolescencia, el 59.2% vive en condiciones<br />

de pobreza y, de este porcentaje, el 19.2% es extremadamente pobre (Encovi, 2006).<br />

Además, la pobreza contribuye al aumento <strong>del</strong> hambre en Guatemala, donde el principal<br />

problema es la desnutrición crónica (baja estatura para la edad), que afecta al 49.8% de la<br />

población menor de cinco años de edad, según Nutrition Update 2010 (Usaid, 2010), 0.5% más<br />

respecto al año 2002. Para el Banco Mundial (2009), la desnutrición crónica es «el único<br />

indicador que no ha mejorado, y en el que Guatemala desgraciadamente tiene uno de los<br />

peores indicadores <strong>del</strong> mundo».<br />

7


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

En Guatemala, el hambre está relacionada con la dificultad en el acceso a los alimentos. Según<br />

el Programa Mundial de Alimentos (PMA, 2008), «las familias <strong>del</strong> medio rural adquieren más de<br />

un 80% de sus alimentos en el mercado y el 20% proviene de la producción propia», por lo que<br />

el aumento en los precios les dificulta el acceso a ellos ya que, además, este grupo de<br />

población tiene escasas posibilidades de aumentar o diversificar sus ingresos.<br />

En el ámbito rural, la situación alimentaria y nutricional ha empeorado desde finales <strong>del</strong> año<br />

2007 debido al aumento <strong>del</strong> costo de los alimentos y la crisis económica y climática. En muchas<br />

familias, el limitado acceso a alimentos les obliga a consumirlos en menor cantidad y calidad o,<br />

en algunos casos, espaciar las comidas, incluso por varios días.<br />

El 20.5% de la población no tiene acceso a los servicios públicos de salud, según la Encovi<br />

(2006). En lo que respecta a la mortalidad infantil, ésta ha descendido de manera paulatina y<br />

constante a lo largo de los años; sin embargo, aún existe una brecha importante entre el área<br />

urbana y la rural.<br />

Según la Ensmi (2008/09), la tasa de mortalidad infantil nacional es de 34 por cada mil nacidos<br />

vivos: esta cifra es inferior en el área urbana (27) y superior en el área rural (38). Para la región<br />

de Petén, en el norte <strong>del</strong> país, esta tasa es de 43 por cada mil nacidos vivos, cercana al triple<br />

<strong>del</strong> área metropolitana (16), lo que evidencia una vez más las grandes disparidades <strong>del</strong> país en<br />

ámbitos vitales para el desarrollo.<br />

Gráfica 2.<br />

Tasa de mortalidad infantil<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

1987 1995 1998/99 2002 2008/09<br />

Urbano<br />

Rural<br />

Nacional<br />

Fuente: elaboración propia con base en la Ensmi (2008/09).<br />

Tanto el limitado acceso a los servicios de salud, como la falta de información básica sobre<br />

salud reproductiva y sexual, inciden en la alta tasa de fecundidad de Guatemala, que se sitúa<br />

en 3.6 hijas e hijos por mujer en edad fértil, según la Ensmi (2008/09). Otro de los factores que<br />

explica esta tasa de fecundidad es la educación ya que, entre las mujeres sin estudios, la tasa<br />

se sitúa en 5.2 hijas e hijos, frente a los 2.3 en mujeres con educación secundaria y superior<br />

(Ensmi, 2009).<br />

8


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

En el ámbito educativo se han logrado importantes avances, como la tasa neta de<br />

escolarización en primaria, que ha «aumentado casi el 25% desde principios de los años<br />

noventa, hasta alcanzar el 96.3% en 2007» (Icefi, 2009). Para el año 2009, según el Ministerio<br />

de Educación (Mineduc), esta tasa neta de escolarización en primaria (niñas y niños entre 7 y<br />

12 años) alcanzó el 98.3%.<br />

Un análisis de las tasas educativas<br />

promedio en los diferentes grupos de<br />

la población nos da una idea de los<br />

grandes desafíos existentes en el país:<br />

«Un guatemalteco no-indígena <strong>del</strong><br />

área urbana tiene como promedio un<br />

nivel de alfabetismo comparable con el<br />

promedio de Brasil (97%). La tasa de<br />

alfabetismo de la mujer indígena <strong>del</strong><br />

área rural es 30% más bajo,<br />

comparable a la de Burundi (68%)»<br />

(Icefi, 2009).<br />

El bajo rendimiento en los niveles<br />

educativos que presenta Guatemala se<br />

deben a factores estructurales como la<br />

©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée<br />

pobreza extrema, el nivel de ingreso<br />

familiar, la educación de los padres, la<br />

distancia de los centros educativos o el acceso a servicios básicos (USAID/AED/Icefi, 2007).<br />

Por su parte, entre la población indígena escolar, los principales problemas que se encuentran<br />

para su ingreso y permanencia en la escuela son el rezago escolar, la sobre edad, el<br />

ausentismo y la deserción escolar, así como «otras causas de carácter cultural, social y<br />

económico» en las que «la pobreza es, sin lugar a dudas, el factor determinante que explica el<br />

abandono de las aulas por parte de la niña» (UNICEF, 2007b). Para el Banco Mundial (2009),<br />

«los problemas de salud y la falta de interés son las principales razones para el abandono entre<br />

los estudiantes de primaria».<br />

La productividad laboral es baja en comparación con otros países <strong>del</strong> entorno, debido, en parte,<br />

al bajo nivel educativo y a las consecuencias de la desnutrición. Asimismo, la tendencia<br />

histórica al trabajo infantil es alta y va en aumento debido, muchas veces, a la necesidad de<br />

contribuir al sustento <strong>del</strong> hogar, agravado en períodos de crisis económica y por los efectos <strong>del</strong><br />

<strong>cambio</strong> climático. Con frecuencia, estas situaciones llevan a la migración temporal o<br />

permanente a otras partes <strong>del</strong> país e, incluso, al extranjero.<br />

Durante el siglo XXI la población guatemalteca residente fuera <strong>del</strong> país ha aumentado de<br />

manera constante. De esta manera, para el año 2003, el 10.5% de la población vivía fuera (1<br />

273 658); este porcentaje ha llegado, en 2009, al 11.3% (1 590 832). Asimismo, la entrada de<br />

remesas ha seguido la misma tendencia positiva durante todos estos años hasta que, en 2009,<br />

descendió un 9.3% respecto al año 2008. Ello, como consecuencia de la crisis económica y la<br />

pérdida de empleo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM/UNICEF,<br />

2009).<br />

Desde la firma de los Acuerdos de paz, los hechos <strong>del</strong>ictivos han ido en aumento en todo el<br />

país. En 1996, año de dicha firma, la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes era de 40,<br />

es decir 3619 homicidios. Aunque esta tasa se redujo durante tres años consecutivos, llegando<br />

en 1999 a 26 (2655 homicidios), desde entonces se ha incrementado cada año. De esa cuenta,<br />

en 2008 se llegó a 46 por cada cien mil habitantes (un total de 6292 homicidios). Por su parte,<br />

9


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

2009 fue el año más violento de la historia de la República, alcanzando una tasa de homicidios<br />

de 47 (6498 muertes violentas, según la Policía Nacional Civil, PNC). «Del total de víctimas,<br />

720 fueron mujeres y 510 niños» (OACNUDH, 2010).<br />

Gráfica 3.<br />

Homicidios en Guatemala (1995-2009).<br />

7000<br />

6000<br />

5000<br />

4000<br />

3000<br />

2000<br />

3260 3619 3998 3310<br />

2655 2904 3230 3631 4237 4507 5338<br />

5885<br />

5781<br />

6498<br />

6292<br />

1000<br />

0<br />

1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009<br />

Fuente: elaboración propia con base a PNUD (2007), PDH (2009) y OACNUDH (2010).<br />

En 2006, se cometieron 5885 homicidios de acuerdo con la misma organización policial. En ese<br />

año, el costo de la violencia en Guatemala ascendió a Q. 17 900.4 millones (USD 2386<br />

millones), representando el 7.3% <strong>del</strong> PIB. Esto supone «más <strong>del</strong> doble <strong>del</strong> valor de los daños<br />

que causó al país la tormenta Stan en octubre <strong>del</strong> año 2005, y a más <strong>del</strong> doble de los recursos<br />

asignados a los ministerios de Salud, Educación y Agricultura para el año 2006», según el<br />

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2006).<br />

Según el Banco Mundial (2009), «la frecuente impunidad y la exclusión social, un sistema de<br />

justicia ineficaz y una juventud que enfrenta el problema de tomar decisiones con incentivos<br />

negativos, son algunos de los factores que contribuyen a una mayor actividad <strong>del</strong>ictiva».<br />

Durante estos años también se han producido avances importantes en el marco normativo <strong>del</strong><br />

país, como la implementación de la Ley de adopciones, aprobada en 2007, así como la entrada<br />

en vigencia <strong>del</strong> Convenio de La Haya sobre protección <strong>del</strong> niño y cooperación internacional con<br />

relación a la adopción internacional. Con ello se puso fin a un período negro de la historia de<br />

Guatemala: en un lapso de diez años, entre 1997 y 2007, 25 198 niñas y niños fueron<br />

entregados en adopción internacional (UNICEF, 2008), sin garantías que aseguraran sus<br />

derechos. Sin embargo, el persistente clima de impunidad —en el que más <strong>del</strong> 98% de los<br />

crímenes y <strong>del</strong>itos quedan impunes, según la Comisión Internacional Contra la Impunidad en<br />

Guatemala (Cicig)— dificulta una implementación efectiva de dichas leyes.<br />

10


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

2. <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático<br />

y la crisis económico-financiera<br />

Guatemala se ha visto impactada de manera severa por los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y de la<br />

crisis económica y financiera, sufriendo transformaciones sustanciales en las condiciones de<br />

vida de su población, especialmente de la niñez y la adolescencia, grupos que con anterioridad<br />

a estas crisis se encontraban ya en una situación particularmente preocupante.<br />

Debido al aumento de los precios de los alimentos y los combustibles, gran cantidad de familias<br />

se vieron incapacitadas para asegurar su abastecimiento regular de muchos productos básicos,<br />

como el maíz y el frijol. Esta situación tiene como consecuencia un empeoramiento en la<br />

situación nutricional de niñas, niños y adolescentes de dichas familias y puede condicionar su<br />

desarrollo físico e intelectual.<br />

Los altos niveles de inequidad, la urbanización no<br />

planificada, la discriminación por género y etnia,<br />

la insuficiencia de acciones orientadas de<br />

manera específica a la agricultura y al desarrollo<br />

rural, el abandono escolar y el hambre, así como<br />

los efectos de los embates climatológicos, son<br />

algunas de las razones por las que más de una<br />

de cada dos niñas, niños y adolescentes en<br />

Guatemala sufría condiciones de pobreza desde<br />

antes de la crisis.<br />

La crisis económico-financiera mundial continúa<br />

impactando en Guatemala, tanto en el sector<br />

público como el privado, trayendo como<br />

consecuencia un aumento en la ya de por sí alta<br />

brecha social.<br />

Las dos crisis analizadas en el presente<br />

©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée<br />

documento han aumentado el número de<br />

guatemaltecos y guatemaltecas que están en<br />

situación de desempleo, tanto dentro como fuera <strong>del</strong> país.<br />

Las remesas, uno de los motores de la economía nacional (11.08% <strong>del</strong> PIB en 2009, según el<br />

Banguat), también cayeron durante ese año debido al impacto de la crisis económica sobre los<br />

guatemaltecos que se encontraban viviendo y trabajando fuera <strong>del</strong> territorio y que enviaban<br />

periódicamente una suma económica a sus familias en el país. El descenso alcanzó el -9.3%,<br />

por lo que algunos hogares que reciben remesas se han visto en la necesidad de buscar<br />

estrategias para complementar los ingresos forzando, en ocasiones, a sus hijas e hijos a<br />

emplearse o ausentarse de la escuela. En efecto, según la encuesta realizada por<br />

OIM/UNICEF en 2009, el 8.7% de niñas y niños de entre siete y diecisiete años de edad que<br />

viven en hogares que reciben remesas desertaron <strong>del</strong> sistema educativo sobre un total de 1<br />

247 048 personas.<br />

11


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Gráfica 4.<br />

Escolaridad de niños y niñas de 7 a 17 años de edad beneficiarias de<br />

remesas (2009)<br />

1,200,000<br />

1,000,000<br />

800,000<br />

600,000<br />

400,000<br />

200,000<br />

172,095; (13.8%)<br />

1,074,953; (86.2%)<br />

108,514; (8.7%)<br />

89,368; (7.17%)<br />

524,180; (42.03%)<br />

54,178; (4.34%)<br />

82,727; (6.63%)<br />

550,773; (44.17%)<br />

54,336; (4.36%)<br />

No inscritos<br />

Inscritos<br />

Deserción Escolar<br />

0<br />

Total Niñas Niños<br />

Fuente: OIM/UNICEF (2009).<br />

Además, las crisis analizadas inciden en la alimentación, especialmente de las familias más<br />

pobres. Se come menos y de menor calidad. Al escasear la alimentación, los niveles de<br />

desnutrición aumentan. Los <strong>cambio</strong>s en el consumo alimenticio repercuten la ingesta de carne<br />

roja, pollo y lácteos que, en su mayoría, suelen estar ausentes de la dieta, incluso desde antes<br />

de la crisis, circunstancia que en la actualidad se ha agravado. El grupo más damnificado<br />

dentro de la población son las mujeres, especialmente aquellas que tienen varios hijos e hijas,<br />

ya que son las más afectadas por la falta de comida (pues suelen ser las últimas en comer) e<br />

ingieren alimentos en menor cantidad.<br />

La escasa alimentación daña también a las mujeres adolescentes, las más vulnerables frente a<br />

las crisis. Según la Red Humanitaria, tras el periodo de sequía que padeció Guatemala durante<br />

el año 2009, de entre la población femenina entre diez y diecinueve años consultada en el<br />

corredor seco <strong>del</strong> país, el 24.8% presentaba cuadros de desnutrición aguda, observándose la<br />

existencia de «una correlación directa entre el grupo de edad y la ocurrencia de desnutrición<br />

aguda. Así, el grupo de mujeres más jóvenes presentan mayor probabilidad de desnutrición<br />

aguda» (Red Humanitaria, 2009).<br />

Esta situación probablemente se ha agravado aún más tras el paso de Agatha y la erupción <strong>del</strong><br />

volcán Pacaya, «descapitalizando a los hogares afectados, lo que reduce su capacidad de<br />

respuesta y adaptación para futuros shocks» (MFEWS/USAID, 2010) y aumentando la<br />

vulnerabilidad ante próximos fenómenos atmosféricos. A este respecto, según el Banco<br />

Mundial (2009), «las condiciones particulares de los pobres –su falta de ahorros y de otros<br />

medios para compensar una pérdida inesperada- los hace particularmente susceptibles o<br />

vulnerables».<br />

12


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

2.1 Cambio climático<br />

Variabilidad en el régimen de lluvias, incremento de las temperaturas, inundaciones… Todas,<br />

evidencias de que el <strong>cambio</strong> climático está impactando de manera cotidiana el desarrollo<br />

social, cultural, económico y medioambiental <strong>del</strong> país, condicionando negativamente las<br />

oportunidades de desarrollo de niñas, niños y adolescentes, más aún si no se cuenta con<br />

planes y acciones que lo prevengan.<br />

Según el Banco Mundial (2009), las personas que «viven muy cerca de la línea de la pobreza<br />

extrema, fácilmente pueden caer <strong>del</strong> otro lado sólo con un pequeño embate provocado por un<br />

desastre natural» y que, además, «les toma mucho más tiempo recuperarse de una crisis, por<br />

lo que es mejor tratar de contar con estrategias de prevención que ayuden a mitigar los efectos<br />

de la crisis desde un primer momento». Ello se torna especialmente preocupante en<br />

Guatemala, uno de los diez países más vulnerables a desastres naturales, según la Estrategia<br />

Internacional para la Reducción de Desastres (UNISDR, 2009).<br />

Para Oxfam (2010) «la pobreza, más que cualquier otro factor, determina la vulnerabilidad<br />

frente al <strong>cambio</strong> climático y limita la capacitad de adaptación. La combinación <strong>del</strong> acceso a y el<br />

control de la tierra, el dinero, los créditos, la información, la atención sanitaria, la movilidad<br />

personal y la educación determina la capacidad de supervivencia y de recuperación frente a<br />

desastres».<br />

¿Qué es el <strong>cambio</strong> climático?<br />

Es la modificación <strong>del</strong> «clima atribuida directa o<br />

indirectamente a la actividad humana que altera la<br />

composición de la atmósfera mundial y que se suma a la<br />

variabilidad <strong>del</strong> clima observada durante períodos de<br />

tiempo comparables», según la Convención marco de las<br />

Naciones Unidas sobre el <strong>cambio</strong> climático.<br />

Según el Gobierno de Guatemala (2010b), entre mayo y septiembre <strong>del</strong> año 2010 la población<br />

afectada por los diferentes eventos climáticos que azotaron Guatemala ascendió a 911 043<br />

(3.9% de la población total de Guatemala) personas, el 75% debido a la tormenta Agatha y a la<br />

erupción <strong>del</strong> volcán Pacaya. Los daños y pérdidas ocasionados en 2010 por el acumulado de<br />

eventos ascienden a 1,553.3 millones de dólares, equivalente a casi el 25% <strong>del</strong> monto <strong>del</strong><br />

presupuesto de egresos de la Nación.<br />

Los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático tienen un fuerte impacto en la economía guatemalteca. La<br />

agricultura, una de las principales actividades económicas legales <strong>del</strong> país, que representa el<br />

13


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

13.5% <strong>del</strong> PIB (Banguat, 2010e) y emplea al 29.2% de la población (Encovi, 2006), está<br />

seriamente afectada. Se trata, además, de un sector muy vulnerable a cualquier <strong>cambio</strong> de<br />

temperatura o fenómeno atmosférico, como sequías, olas de calor o tormentas.<br />

Según el Sistema Mesoamericano de Alerta Temprana para la Seguridad Alimentaria<br />

(MFEWS/USAID, 2010), el paso de la tormenta Agatha provocó pérdidas y daños en la<br />

producción de hortalizas, papa, café y otros cultivos, lo que «afectará la generación de ingresos<br />

por una reducción en los volúmenes comercializados y también por una menor demanda de<br />

mano de obra no calificada, fuente importante de ingresos en los hogares más pobres».<br />

Cuando una cosecha se pierde, muchas familias quedan sin alimentación y sin empleo.<br />

Además, al darse menos cosechas, los precios de los alimentos aumentarán, por lo que habrá<br />

sectores sociales que estarán impedidos económicamente para poder comprar determinados<br />

alimentos, como frijol o maíz, lo que podría aumentar el número de personas que pasan<br />

hambre.<br />

Para Oxfam (2010) a nivel mundial, «las poblaciones que dependen de la agricultura son<br />

particularmente vulnerables al <strong>cambio</strong> climático, debido a que sus actividades son sensibles al<br />

clima y debido a la marginalización económica en la que se encuentran». Ello, además «se<br />

agrava en el caso de las mujeres debido a las desigualdades de género y debido a los<br />

impactos de la emigración de la población masculina en respuesta a los choques climáticos y la<br />

pérdida de cosechas».<br />

Según el Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) en el<br />

boletín climático 1-2010, los acumulados de precipitación en 2009 disminuyeron en un 33% en<br />

comparación con 2008, debido a la sequía que azotó, sobre todo, al corredor seco. Esto<br />

provocó daños en los suelos y en la vegetación, lo que causa serios problemas de retención de<br />

agua en periodos de lluvias y produciéndose deslaves con lluvias torrenciales<br />

La calidad <strong>del</strong> agua se ve afectada, tanto por el<br />

efecto <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático como por acciones<br />

humanas irresponsables. La contaminación de<br />

ríos y lagos (como en el caso <strong>del</strong> lago de Atitlán),<br />

así como la degradación de zonas de captación<br />

de agua, son situaciones que se están agravando<br />

como consecuencia de los vertidos y su escasa<br />

protección, tanto por parte <strong>del</strong> Estado como de la<br />

ciudadanía.<br />

La Laguna <strong>del</strong> Tigre, en el departamento de<br />

Petén, que contiene la reserva de agua dulce más<br />

grande de Centroamérica, también está<br />

amenazada por su escasa conservación.<br />

El deterioro de la calidad <strong>del</strong> agua tiene un efecto<br />

directo y perjudicial para la salud, higiene y<br />

saneamiento ambiental, impactando en la<br />

nutrición de niñas y niños, especialmente los de<br />

menor edad.<br />

El rico patrimonio histórico y cultural de<br />

Guatemala también padece las consecuencias de<br />

las alteraciones en el clima. No sólo aumentan los<br />

costos para su conservación, sino que su ritmo de<br />

14<br />

©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

deterioro es mayor, lo que tiene incidencia en la cantidad de turistas que llegan a Guatemala<br />

con el propósito de conocer el país. El ingreso de divisas por turismo y, sobre todo, el número<br />

de empleos —formales e informales— se reducen. Sólo en el año 2009, el ingreso de divisas<br />

por turismo y viajes descendió un 9.63% respecto a 2008 asociado a la crisis económica. Lejos<br />

de mejorar, durante el primer semestre <strong>del</strong> año 2010 estas divisas se redujeron un 3.99% con<br />

respecto al mismo período <strong>del</strong> año 2009, según Banguat.<br />

Por otro lado, algunas regiones <strong>del</strong> país podrían beneficiarse <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático, ya que el<br />

aumento de la temperatura puede repercutir de manera positiva en ciertos cultivos, aunque a<br />

largo plazo también podría suscitar efectos negativos, como la aparición de nuevas plagas y<br />

enfermedades, o menor cantidad de agua potable, particularmente en el denominado corredor<br />

seco, ya que «las altas temperaturas facilitan la existencia de insectos y enfermedades en las<br />

plantas, agravando el riesgo de la pérdida de las plantaciones. Los <strong>cambio</strong>s en la precipitación<br />

afectan directamente la humedad <strong>del</strong> suelo y por lo tanto, la producción de alimentos» (Cepal,<br />

2010).<br />

El <strong>cambio</strong> climático tiene, igualmente, efectos sobre la salud. Aparecen más casos por estrés<br />

<strong>del</strong> calor, malaria, dengue, cólera, enfermedades respiratorias y otras relacionadas con la<br />

variabilidad en las precipitaciones, la disponibilidad de agua potable y la calidad <strong>del</strong> aire. Para<br />

hacer frente a un deterioro de la salubridad y a una mayor demanda de servicios, el Estado<br />

deberá aumentar el gasto destinado a la salud, el cual, en la actualidad, representa el ya<br />

altamente insuficiente 1% <strong>del</strong> PIB.<br />

Además, podría aumentar la movilidad humana. Habrá zonas <strong>del</strong> país donde será difícil<br />

sobrevivir, sea porque no se puede cultivar, o porque la temperatura y eventos climatológicos lo<br />

desaconsejen. Con ello se espera un incremento de la migración <strong>del</strong> área rural a las zonas<br />

urbanas, ocasionada por la búsqueda tanto de nuevas fuentes de trabajo como de lugares<br />

donde vivir, aumentado el número de asentamientos urbanos y periurbanos precarios.<br />

Los casos por diarrea pueden incrementarse. De ser así, continuaría una tendencia histórica en<br />

Guatemala, aunque ésta se podría ver agravada. Desde el año 1987, con datos de la Ensmi, el<br />

porcentaje de niñas y niños menores de cinco años de edad que han tenido diarrea durante las<br />

dos semanas previas a la encuesta, según las madres, ha aumentado, pasando de 16.7%, en<br />

aquel año, a 22.5% para el periodo 2008-2009 (Ensmi, 2009).<br />

Según Acción contra el Hambre, tras la<br />

tormenta Agatha los casos de niños y niñas<br />

con enfermedades diarreicas agudas<br />

(EDAS) aumentaron un 300%, lo cual<br />

evidencia «el impacto de la contaminación<br />

generalizada de pozos debido al traslado de<br />

los contenidos de las letrinas y sedimentos<br />

por las inundaciones» (Acción contra el<br />

Hambre, 2010). Asimismo, también<br />

aumentaron las infecciones respiratorias<br />

agudas (IRAS).<br />

Esto incide directamente en el estado<br />

nutricional de la población, especialmente<br />

de las y los menores de cinco años. La<br />

diarrea y la desnutrición forman un círculo<br />

vicioso que incide en el desarrollo de niñas<br />

y niños. La diarrea y otras infecciones provocan pérdida de peso, dañan los intestinos e<br />

15<br />

©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

impiden el crecimiento adecuado. La desnutrición, por su parte, produce un descenso<br />

importante en las defensas <strong>del</strong> organismo, lo cual provoca una mayor propensión a contraer<br />

infecciones. La falta de acceso a agua potable y saneamiento básico agrava este ciclo<br />

perverso, incrementando el riesgo de enfermedades infecciosas, más aún en aquellos lugares<br />

en donde hay acumulación de agua contaminada.<br />

Los efectos de las alteraciones en el patrón <strong>del</strong> clima serán más intensos en aquellos lugares<br />

en donde la deforestación es más severa. Tradicionalmente, los bosques han sido<br />

considerados como productores de madera y leña, pero también contribuyen «a regular el<br />

clima, inundaciones, enfermedades y el agua; ofrecen recreación y educación; y apoyan la<br />

formación de suelos, así como la producción primaria y reciclaje de nutrientes» (IARNA, 2009).<br />

Tienen, por consiguiente, un papel fundamental en la conservación medioambiental.<br />

De hecho, la tala de árboles en las áreas rurales ha aumentado a un ritmo superior a su<br />

reforestación. Los desprendimientos de tierra, por ejemplo, son más constantes allí donde hay<br />

poca cantidad de árboles. En muchas comunidades, la tala de árboles obedece a la necesidad<br />

de conseguir leña para los hogares. Aunque la tala se realice por adultos, los niños y los<br />

adolescentes suelen trabajar acarreando la leña hasta la cabecera municipal para su venta o<br />

consumo, lo que les impide asistir de manera regular a la escuela y, además, frena su<br />

desarrollo físico deseable.<br />

Un bajo nivel de adaptación al <strong>cambio</strong> climático aumenta el riesgo de pérdida de las cosechas,<br />

contribuye a la disminución <strong>del</strong> empleo y, por ende, genera sensibles dificultades para<br />

encontrar la senda <strong>del</strong> desarrollo sostenible. Cabe recordar que si la agricultura se reduce, las<br />

arcas públicas se resienten. De esta manera, el Estado debe hacer frente a más gastos<br />

derivados de sequías, inundaciones, epidemias, olas de calor o pérdidas en la infraestructura,<br />

entre otros, pero cuenta con menos recursos económicos para hacerlo.<br />

¿En qué me afecta el <strong>cambio</strong> climático?<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

Aumento de la temperatura. Algunas regiones <strong>del</strong> país tendrán más días<br />

de calor extremo y otras de frío extremo.<br />

Variabilidad en los regímenes de lluvia. La temporada de lluvias en el<br />

país puede padecer <strong>cambio</strong>s; en algunas zonas lloverá con más fuerza.<br />

Aumento en el nivel <strong>del</strong> mar, especialmente en la costa sur de<br />

Guatemala. Mayor probabilidad de padecer eventos climáticos extremos<br />

como lluvias intensas, inundaciones y deslizamientos de tierra.<br />

Contaminación de ríos y lagos.<br />

16


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

2.2 Crisis económico-financiera<br />

Aunque esta crisis comenzó a manifestarse a nivel global a finales <strong>del</strong> año 2007, fecha en la<br />

que afectó a Guatemala en el alza de los precios de los combustibles y los alimentos, no fue<br />

sino hasta 2009 cuando tuvo su mayor impacto en todos los sectores <strong>del</strong> país, especialmente<br />

en la población más vulnerable. Las exportaciones, las remesas, la inversión extranjera directa<br />

y el turismo se vieron duramente dañados, reduciéndose de manera considerable.<br />

Mientras que en 2008 la economía guatemalteca experimentó un crecimiento <strong>del</strong> PIB <strong>del</strong> 3.3%,<br />

para el año 2009 lo hizo un 0.6% (Banguat, 2010), alcanzando los 193 949 millones de<br />

quetzales. El ritmo inflacionario disminuyó <strong>del</strong> 9.4% en 2008 al -0.28% en 2009. Junto a ello, la<br />

entrada de remesas cayó un 9.3% respecto al año 2008. Todo ello pudo contribuir a un<br />

deterioro en la situación de la niñez y la adolescencia <strong>del</strong> país, segmentos poblacionales que, si<br />

bien no sintieron mayores beneficios durante los años de bonanza económica, sí están<br />

padeciendo las consecuencias más graves de la crisis.<br />

Tabla 1.<br />

Guatemala: principales indicadores económicos<br />

Indicador<br />

Tasa<br />

2007 2008 2009<br />

2010<br />

(Proyección)<br />

Inflación 8.75 9.4 -0.28 4.6<br />

Crecimiento económico 6.3 3.3 0.6 2.5<br />

Remesas (variación interanual) 14.4 4.5 -9.3 3.5<br />

Déficit fiscal (como porcentaje <strong>del</strong><br />

PIB)<br />

1.4 1.6 3.2 3.1<br />

Déficit en cuenta corriente -5.2 -4.5 -0.6 -3.3<br />

Ingresos tributarios (variación<br />

interanual)<br />

15.8 5.8 -4.9 6.49<br />

Valor FOB de las exportaciones<br />

totales (tasa de variación)<br />

14.7 12.2 -6.6 5.7<br />

Valor CIF de las importaciones<br />

totales (tasa de variación)<br />

13.9 7.2 -20.8 10.3<br />

Fuente: elaboración propia con datos <strong>del</strong> Banguat, el FMI y el Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin).<br />

17


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Las finanzas públicas experimentan los efectos de la crisis de manera contundente. Para el año<br />

2009, se aprobó un presupuesto de 49 723.1 millones de quetzales (Asíes, 2008), con base en<br />

una expectativa de recaudación de impuestos que no se logró cumplir. Además, los ingresos<br />

tributarios en el país se redujeron un 4.9% respecto a 2008 (Minfin, 2010). Sin embargo, para el<br />

año 2010, según el proyecto de presupuestos, la variación esperada en los ingresos tributarios<br />

es <strong>del</strong> 6.49% con respecto al cierre de 2009 (30 525 millones de quetzales).<br />

El Estado, ante la dificultad de cumplir con sus compromisos financieros debido a la caída en la<br />

recaudación tributaria, recurrió al endeudamiento y a la contención <strong>del</strong> gasto público. Como<br />

resultado, el déficit fiscal aumentó hasta el 3.2% <strong>del</strong> PIB, 9 920.6 millones de quetzales, de los<br />

cuales el 44.2% se sufragó mediante financiamiento interno bruto, el 41.4% con financiamiento<br />

externo y el restante 14.3% con recursos de caja.<br />

¿Qué es el PIB?<br />

El producto interno bruto es el resultado de la suma<br />

monetaria de los bienes y servicios producidos en<br />

Guatemala y transados en un año determinado. El PIB<br />

sumó 193 949 millones de quetzales en 2009, creciendo<br />

un 0.6% respecto a 2008.<br />

También se redujo el consumo interno debido a que, por una parte, hay más personas sin<br />

empleo que, cuentan con menos recursos económicos. Por otro lado, los precios siguen altos,<br />

por lo que no todas las personas tienen un acceso adecuado, especialmente a los alimentos<br />

básicos.<br />

Las personas que viven en situación de pobreza extrema dedican la totalidad de su<br />

presupuesto para abastecerse de los alimentos básicos. Cualquier aumento en los precios<br />

tiene un mayor impacto en la situación de estas personas, lo que incide en el aumento de la<br />

brecha de pobreza.<br />

Jesús Alvarado, indígena achí, de cincuenta años, vive en Rabinal (municipio de Baja<br />

Verapaz); relata el impacto de la crisis en su familia de la siguiente manera: «Las cosechas ya<br />

no son las mismas y comprar maíz o frijol sale muy caro. En 2008 subió a cinco quetzales la<br />

libra y no baja. Por eso, mi esposa muchas veces mezcla el maíz con maicillo para que abunde<br />

la masa para hacer tortillas».<br />

El aumento en el costo de los productos está asociado con los precios internacionales de los<br />

carburantes y de los alimentos de mayor consumo en Guatemala, como el maíz, arroz y frijol.<br />

Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la mayor parte de las familias depende <strong>del</strong><br />

mercado para adquirir sus bienes y el aumento de precios de la canasta básica puede causar<br />

un incremento <strong>del</strong> número de personas viviendo en condiciones de pobreza (PMA, 2008).<br />

18


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Gráfica 5.<br />

Precios internacionales <strong>del</strong> petróleo, el maíz y el trigo<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

2006 2007 2008 2009 2010* 2011*<br />

Petróleo<br />

Maíz<br />

Trigo<br />

Fuente: Banguat (2010).<br />

* Proyección.<br />

Tal como se desprende de la gráfica anterior, aunque en 2009 hubo una disminución de los<br />

precios internacionales <strong>del</strong> petróleo, el maíz y el trigo, durante el año 2010 el costo de estos<br />

productos ha vuelto a aumentar, según lo había previsto el Banco de Guatemala (Banguat,<br />

2010). De acuerdo con este organismo, el precio <strong>del</strong> petróleo para este último año se ubicaría<br />

en 84.6 dólares el barril, superior en 37% respecto <strong>del</strong> precio promedio de 2009. En el caso <strong>del</strong><br />

maíz, el incremento sería de un 19.4% en 2010, hasta llegar a los 8 dólares por quintal; por su<br />

parte, el trigo tendría un precio promedio de 9.5 dólares el quintal, aumentando un 8% respecto<br />

a 2009. Para el año 2011, se prevé que los precios seguirán incrementándose, según el<br />

Banguat.<br />

El análisis <strong>del</strong> Presupuesto de ingresos y egresos de la nación 2009 permite conocer la<br />

cantidad de recursos ejecutados para mejorar las condiciones de vida de la niñez y la<br />

adolescencia en el país. Según un estudio <strong>del</strong> Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales,<br />

elaborado para UNICEF (Icefi, 2009b), el gasto público destinado a niñez y adolescencia<br />

ascendió a 17 753.3 millones de quetzales, «lo que representa el 35.7% <strong>del</strong> presupuesto total<br />

de egresos». De este monto, el 49.6% se refiere a gasto relacionado con programas dirigidos<br />

específicamente a este grupo de población.<br />

El 46.3% de la inversión pública nacional en niñez y adolescencia, según el Icefi, se destina a<br />

educación, otro 20.7% a vivienda y servicios comunitarios, «donde los programas de<br />

abastecimiento de agua juegan un papel significativo». La protección social equivale al 18.9%<br />

<strong>del</strong> presupuesto destinado a niñez y adolescencia, teniendo «un rol importante tanto el<br />

19


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

programa de transferencias condicionadas, “Mi Familia Progresa”, como el programa de<br />

alimentación escolar»<br />

.<br />

El Icefi hace un análisis de la inversión pública en niñez y adolescencia por persona para este<br />

grupo de edad con base al presupuesto. De esta manera, «el gasto destinado a educación se<br />

aproxima a los Q1,200.00, en contraste con los Q239.7 destinados a Salud. Por su parte,<br />

protección social y Vivienda y Servicios Comunitarios registran gastos por habitante (de 0 a 17<br />

años cumplidos) entre los Q490.0 y los Q540.0, respectivamente» (sic). <br />

De acuerdo con cifras <strong>del</strong> Banguat establecidas con información al mes de abril, en 2010 la<br />

economía guatemalteca puede llegar a crecer entre el 1.7 y el 2.5%. No obstante, la población<br />

tardará mucho más tiempo en recuperarse de los efectos de la crisis económica, especialmente<br />

en los ámbitos vinculados con el desarrollo de la niñez y la adolescencia, sobre todo si no se<br />

incrementa la inversión social destinada a este grupo de edad. Además, «dicha estimación no<br />

incluye el posible efecto derivado de la erupción <strong>del</strong> Volcán de Pacaya [sic] y de la tormenta<br />

tropical Agatha» (Banguat, 2010b), que ha provocado daños y pérdidas en el sector público y<br />

privado por valor de 7 855.7 millones de quetzales (Gobierno de Guatemala, 2010), teniendo un<br />

impacto total sobre el PIB <strong>del</strong> 2.6%. Sin embargo, para el segundo semestre, Banguat ha<br />

ajustado su proyección a un crecimiento esperado entre el 2.0% a 2.8%.<br />

Para el año 2010, la carga tributaria se mantiene baja, al igual que el año precedente. Por ello,<br />

el Estado tiene que recompensar el espacio fiscal con deuda pública. En este aspecto, para el<br />

año 2009, la recaudación representó el 10.4% <strong>del</strong> PIB, porcentaje que la ubica como una de las<br />

más bajas de la región (Minfin, 2010). Este porcentaje está compuesto principalmente por lo<br />

que se recauda a partir de impuestos indirectos, ya que el «sistema de tributación directa,<br />

relacionado con la renta es, en <strong>cambio</strong>, muy débil y representa menos <strong>del</strong> 30% de la<br />

recaudación tributaria. Además, las exenciones y los gastos deducibles, junto con el<br />

establecimiento de regímenes alternativos, han hecho <strong>del</strong> impuesto sobre la renta un impuesto<br />

complejo y poco efectivo» (Icefi, 2009).<br />

Las estimaciones contemplan que, para el 2010 la carga tributaria sufrirá un ligero retroceso,<br />

rondando el 10.2% <strong>del</strong> PIB (Minfin, 2010b). En lo que respecta a la deuda pública, para este<br />

mismo año se plantea la emisión de bonos <strong>del</strong> tesoro por valor de 4500 millones de quetzales,<br />

mientras que la contratación de deuda pública externa supone el desembolso de,<br />

aproximadamente, 6700 millones de quetzales. Para finales <strong>del</strong> año 2010, la deuda pública<br />

podría pasar <strong>del</strong> 23.6%, en el año 2009, al 26.5%.<br />

En lo que respecta a la reforma fiscal, en el momento de finalizar este documento aún se<br />

encontraban en el Congreso de la República las iniciativas de ley que contemplan la<br />

modernización <strong>del</strong> sistema tributario indirecto y aduanero, el fortalecimiento <strong>del</strong> Código<br />

Tributario, algunos <strong>cambio</strong>s a la imposición directa y la modernización <strong>del</strong> marco legal<br />

aduanero, entre otras.<br />

20


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Algunos efectos de la crisis económica y financiera en<br />

Guatemala<br />

- Incremento <strong>del</strong> número de personas que pasan hambre<br />

- Menos exportaciones<br />

- Menos remesas<br />

- Más violencia<br />

- Mayor inseguridad alimentaria<br />

- Más demanda en servicios públicos de educación y salud<br />

- Menor presupuesto público<br />

- Más presión sobre los recursos medioambientales<br />

- Aumento de los negocios ilícitos<br />

2.3 Crisis de empleo<br />

Como consecuencia de la crisis económica-financiera y el <strong>cambio</strong> climático, se ha generado<br />

una crisis laboral de gran impacto que tiene como resultado la pérdida de oportunidades de<br />

empleo de guatemaltecos y guatemaltecas, tanto dentro como fuera <strong>del</strong> país. En Guatemala,<br />

miles de personas han perdido sus puestos de trabajo y, con ello, una entrada importante de<br />

recursos económicos para el hogar, cuando no la única entrada de dinero. La pérdida de<br />

oportunidades de empleo de quienes viven fuera <strong>del</strong> país también repercute, ya que se reduce<br />

el envío de remesas para algunas familias.<br />

La carencia de un sistema de protección social público que<br />

provea un seguro de desempleo, la pérdida de puestos de<br />

trabajo y la disminución en la disponibilidad de recursos<br />

económicos en el hogar obligan a las familias a adoptar<br />

estrategias, sea para complementar ingresos, o sea para<br />

reducir costes, lo que incide en la situación de niñas, niños y<br />

adolescentes. Entre otros, aumentan el trabajo infantil, la<br />

violencia y la explotación sexual. En algunos casos, se<br />

termina aceptando empleos de alto riesgo y que, en<br />

ocasiones, están mal remunerados.<br />

«Yo le ayudo a mi papá a buscar chatarra y botes en el<br />

basurero porque eso nos da para comer», dice William<br />

Santos, de diez años, quien vive junto a su familia en el<br />

caserío Pueblo Nuevo, en el municipio de Olintepeque<br />

(departamento de Quetzaltenango). William afirma que<br />

diariamente logra juntar un costal de pedazos de hierro y latas<br />

que recoge entre la basura y que luego vende en un comercio.<br />

©UNICEF/Guatemala2008/JRChewsKlée<br />

Su padre, Víctor Santos, observa atento el trabajo de su hijo<br />

en el vertedero de desechos. «Yo no sé la letra y sin eso no<br />

21


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

encuentro trabajo, tampoco consigo en el campo porque la gente ya no siembra maíz. Un día<br />

decidí irme al basurero y aprendí a ganar dinero buscando latas de aluminio, cobre y bronce<br />

que luego vendo», expresa Santos.<br />

«Cada día hay más gente en el basurero y desde principios de 2009 la competencia es fuerte<br />

porque mucha gente fue despedida de su trabajo y ahora busca cómo ganar unos centavos.<br />

Llegan albañiles, agricultores… y ahora me cuesta más juntar latas», agrega Víctor Santos.<br />

La creación de empleos a nivel mundial será más lenta que la recuperación económica, ya que<br />

las empresas tardarán en volver a contratar mano de obra. En el caso de Guatemala, esto se<br />

evidencia, por ejemplo, en la tasa de variación de las exportaciones totales, que se redujo en el<br />

año 2009 un 6.6%, con respecto a 2008 (Banguat, 2010d). Aunque en 2010 las exportaciones<br />

vuelvan a valores positivos (5.7%, según el Banguat), todavía no se recupera el valor de los<br />

años precedentes de crecimiento económico. Es por ello que hasta que la demanda de Estados<br />

Unidos —país receptor «<strong>del</strong> 50% de las exportaciones» (Icefi, 2010) guatemaltecas— no se<br />

afiance, el empleo en Guatemala seguirá estancado, según diferentes análisis.<br />

Gráfica 6.<br />

Valor FOB de las exportaciones totales (tasa de variación)<br />

15.00%<br />

11.20%<br />

12.20%<br />

12.90%<br />

11.70%<br />

14.70%<br />

12.20%<br />

10.00%<br />

8.80%<br />

7.10%<br />

6.90%<br />

5.70%<br />

5.00%<br />

0.00%<br />

‐1.40%<br />

‐5.00%<br />

‐3.40%<br />

‐6.60%<br />

‐10.00%<br />

1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010*<br />

Fuente: Banco de Guatemala (Banguat, 2010c).<br />

* Proyección.<br />

22


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Intervenir cuando hay empleos en riesgo es siempre menos costoso que hacerlo cuando éstos<br />

ya se perdieron. En algunos países de la zona euro, como Alemania, se ha recurrido a la<br />

jornada reducida como medida de protección laboral (FMI, 2009); ello, bajo la perspectiva <strong>del</strong><br />

Estado y las empresas, en el sentido de que es mejor mantener a los trabajadores de planta y<br />

esperar tiempos mejores que pagar indemnizaciones por despido y luego, tras contratar nuevo<br />

personal, invertir en su formación.<br />

Por otro lado, el desempleo originado por los efectos de los fenómenos climatológicos en el<br />

sector de la agricultura podría ser utilizado por el crimen organizado para apropiarse de tierras<br />

y expulsar a sus propietarios, lo que crea un entorno propicio para la <strong>del</strong>incuencia, en un<br />

contexto marcado por la impunidad. Sirva como dato que los daños y pérdidas generados<br />

durante la temporada de lluvias en el sector de la agricultura, ganadería y pesca ascienden a<br />

862.6 millones de quetzales (Gobierno de Guatemala, 2010b). A lo que hay que agregar que<br />

«la <strong>del</strong>incuencia es un obstáculo para los negocios y la generación de empleo» (Banco<br />

Mundial, 2009).<br />

La baja cualificación de la mano de obra limita el crecimiento económico y productivo de<br />

Guatemala. Ello se debe tanto a un bajo nivel educativo como a las consecuencias de la<br />

desnutrición crónica en los primeros años de vida. En su conjunto, esto limita el acceso a<br />

trabajos mejor remunerados y con buenas prestaciones y puede inducir a muchas personas a<br />

aceptar empleos en actividades ilícitas ligadas, en más de una ocasión, a conductas criminales<br />

o violentas, lo que incide en sectores clave para el desarrollo <strong>del</strong> país, como salud, educación,<br />

economía, trabajo y agricultura.<br />

23


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

2.4 Remesas<br />

Hablar <strong>del</strong> impacto de la crisis económica en las y los guatemaltecos es ampliar la frontera<br />

geográfica. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 1 590 832<br />

guatemaltecos residen en el extranjero y envían remesas a sus hogares en Guatemala con<br />

cierta periodicidad. De los 4 386 678 guatemaltecas y guatemaltecos que se benefician de las<br />

remesas, el 39% tiene menos de dieciocho años de edad (OIM/UNICEF, 2009).<br />

Las remesas representaron el 11.08% <strong>del</strong> PIB guatemalteco en 2009, suponiendo un descenso<br />

<strong>del</strong> 9.3% respecto al año 2008, según datos <strong>del</strong> Banco de Guatemala. No obstante, en los<br />

primeros nueve meses de 2010 se revirtió esta tendencia negativa, pues aumentó la entrada de<br />

remesas entre enero y septiembre en un 4.5%, en comparación con el mismo período de 2009,<br />

lo que ha llevado al Banguat a estimar un crecimiento <strong>del</strong> 3.5% para el año 2010 (Banguat,<br />

2010).<br />

Gráfica 7.<br />

Ingreso de divisas por remesas (tasa de variación)<br />

35<br />

30<br />

25<br />

20<br />

15<br />

33.4<br />

10<br />

5<br />

0<br />

21.1<br />

17.3<br />

21<br />

14.4<br />

4.5<br />

3.5<br />

‐5<br />

‐10<br />

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010*<br />

‐9.3<br />

Fuente: Banguat (2010c).<br />

* Proyección.<br />

En otros períodos de crisis económica, las remesas han jugado un papel crucial, aumentando<br />

el consumo y reactivando la economía, sobre todo en crisis nacionales. En el caso de las<br />

actuales dificultades financieras, el colapso se originó en Estados Unidos, país de donde<br />

procede la mayoría de las remesas (95.8%, según OIM/Unicef 2009) y cuyos emisores se<br />

24


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

encuentran, en muchos casos, sin empleo y, por lo tanto, con escasa disponibilidad para seguir<br />

enviándolas.<br />

En Estados Unidos, el desempleo tiene un impacto desigual entre sectores y tipos de<br />

trabajador. Según el Departamento de Trabajo de ese país, el desempleo en latinos llegó al<br />

11.9% en hombres y al 12% en mujeres, según datos de septiembre de 2010 (tasas similares a<br />

las registradas en el mismo mes de 2009: 12.6 y 11.6%, respectivamente).<br />

Para medir el impacto de la crisis económica en hogares que reciben remesas, en junio de<br />

2009, OIM y UNICEF (2009) realizaron una encuesta que permitió conocer la situación de la<br />

niñez y la adolescencia de estas familias. A la pregunta sobre la situación económica en el<br />

hogar, el 61.9% de las personas encuestadas la consideraron «regular», mientras que el 10.5%<br />

la calificó como «mala». El 21.4% consideró la situación económica <strong>del</strong> hogar como «buena».<br />

El 65.8% de los hogares encuestados afirmó que están afectados por la crisis económica. De<br />

este porcentaje, el 73.3% dice contar con menos recursos, en comparación con 2008. Para el<br />

23.8%, la situación <strong>del</strong> hogar es la misma que en 2008 y para un 2.5% la situación había<br />

mejorado.<br />

Las causas de esta reducción en los ingresos se deben, según los propios encuestados, a que<br />

estaban recibiendo menos remesas (37.3%), los salarios eran inferiores a los percibidos<br />

durante el año 2008 (28%), y/o a la pérdida de empleo (15.3%). En muchos hogares se da una<br />

combinación entre las diferentes respuestas, dado que la problemática no se debe a una sola<br />

causa.<br />

Gráfica 8.<br />

Causas de disminución de ingresos en hogares con menores de 17 años<br />

Están recibiendo menos remesas<br />

(37.34%)<br />

Salarios inferiores a los percibidos<br />

en el año 2008 (28.02%)<br />

Perdida de empleo de alguno de<br />

los miembros <strong>del</strong> hogar (15.32%)<br />

Muerte de algún miembro <strong>del</strong><br />

hogar (4.93%)<br />

Abandono <strong>del</strong> jefe <strong>del</strong> hogar<br />

(3.67%)<br />

Otros (10.72%)<br />

Fuente: Encuesta Remesas 2009, niñez y adolescencia (OIM/UNICEF, 2009).<br />

25


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

3. Consecuencias en la niñez<br />

y la adolescencia<br />

La combinación de los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica están haciendo mella<br />

en la situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala, grupos que ya estaban viviendo<br />

una crisis histórica y silente en los ámbitos clave para su desarrollo, como el alimenticio, el<br />

educativo, o la desprotección frente al abuso y la violencia.<br />

Las dificultades históricas que han afectado el desarrollo y bienestar de muchas generaciones<br />

en el país se han profundizado debido a los embates de las crisis económicas recurrentes.<br />

Durante el año 2008, el incremento <strong>del</strong> 11.4% en los precios de los alimentos pudo haber<br />

aumentado la cifra de pobreza en Guatemala, pasando <strong>del</strong> 51%, en 2006, al 56% para el año<br />

2008; es decir, hubo un retroceso a los niveles de 2000, según el Programa Mundial de<br />

Alimentos (PMA, 2008).<br />

Aunque durante 2009 los precios aumentaron en un porcentaje menor a la media histórica, la<br />

difícil situación económica por la que atraviesan muchas familias hace que el acceso a diversos<br />

alimentos se vea obstaculizado. Para el año 2010, de acuerdo con la proyección <strong>del</strong> FMI, los<br />

precios de los alimentos aumentarán un 3.3%, cifra inferior a la proyectada por el Banguat, que<br />

estima alrededor <strong>del</strong> 5%. Cabe anotar, no obstante, ambas proyecciones no tuvieron cuenta los<br />

efectos que sobre la producción han ocasionado la tormenta Agatha y la erupción <strong>del</strong> volcán<br />

Pacaya (mayo de 2010), así como otras lluvias intensas y tormentas tropicales. Estos hechos<br />

podrían incidir en el aumento de los precios, debido a una menor producción; en efecto, de<br />

acuerdo con el Gobierno de Guatemala (2010), se reportaron pérdidas en la agricultura por<br />

valor de 595.01 millones de quetzales.<br />

Gráfica 9.<br />

Variación en los precios de los alimentos<br />

12.0%<br />

10.0%<br />

8.0%<br />

6.0%<br />

4.0%<br />

2.0%<br />

0.0%<br />

9.0%<br />

8.1%<br />

5.6%<br />

7.6%<br />

9.1%<br />

6.6%<br />

6.8%<br />

11.4%<br />

1.9%<br />

3.3%<br />

Fuente: FMI (2010).<br />

* Proyección.<br />

26


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

La crisis económica también ha contribuido a aumentar la presión sobre los recursos<br />

medioambientales, justo cuando los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático comienzan a ser considerados<br />

como el gran desafío a nivel mundial. El desarrollo de actividades que contaminan ríos y lagos,<br />

que aumentan la desforestación, la agricultura no sostenible o la construcción indiscriminada,<br />

afectan la sustentabilidad climática. Según la Cepal (2010), de acuerdo a la temperatura anual<br />

y la precipitación acumulada histórica (22,6ºC y 1738,7 mm, respectivamente, proyecta<br />

aplicando un mo<strong>del</strong>o un probable «aumento de la temperatura media anual de 1,55ºC y una<br />

disminución de la precipitación acumulada de 27,23 mm con relación a los valores medios<br />

históricos».<br />

Durante el año 2009, la situación de régimen irregular en las lluvias, consecuencia de los<br />

efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático, provocó pérdidas en las cosechas, lo que pudo contribuir al<br />

aumento de los niveles de pobreza, especialmente entre la población rural, donde alcanzaba<br />

antes de la crisis al 75.7% de la niñez y adolescencia (16.5% por encima de la media nacional<br />

para este grupo de edad, según Encovi 2006). Debido a ello, la mayoría de personas que<br />

trabajan en la agricultura se encontraron en una situación de alta vulnerabilidad alimentaria y<br />

nutricional.<br />

Según una evaluación rápida realizada tras el paso de la tormenta Agatha por Acción contra el<br />

Hambre (2010) en sesenta y dos comunidades de siete municipios ubicados en los<br />

departamentos de Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu y San Marcos, estableció que, entre<br />

los pequeños productores un «área dañada de 1662 hectáreas en los cultivos de plátano y la<br />

distribución <strong>del</strong> daño está en el 79% de las comunidades, se estiman pérdidas totales en el<br />

90% <strong>del</strong> área dañada». En el conjunto <strong>del</strong> país, las pérdidas y daños causados por Agatha en<br />

la agricultura, ganadería y pesca ascendieron a 672.4 millones de quetzales, lo que da una idea<br />

de la severidad de esta tormenta (Gobierno de Guatemala, 2010), a lo que habría que sumar<br />

190.2 millones de quetzales más por otras tormentas y lluvias intensas.<br />

Todo ello merma las oportunidades de empleo de muchas personas, quienes no encuentran<br />

otra fuente de ingresos por trabajo, ya que el mercado laboral se ha reducido al ser duramente<br />

impactado por la crisis en todo el mundo. Como resultado, muchas familias optan por emplear a<br />

sus hijos e hijas o, en casos extremos, los abocan al abandono <strong>del</strong> hogar como manera de<br />

reducir los gastos. Aumentan, además, las uniones a temprana edad y el embarazo en<br />

adolescentes en los hogares donde no se reciben remesas, en un contexto marcado por el alto<br />

índice de impunidad (98%, según Cicig) de los crímenes cometidos contra la niñez y la<br />

adolescencia.<br />

Por su parte, la disminución de la cantidad de comida que efectúan muchas familias como<br />

estrategia para adaptarse a la crisis económica no sólo no es recomendable sino que, además,<br />

tiene repercusiones negativas para la salud. Según un informe de la Red Humanitaria (2009), el<br />

«77.5% de los hogares encuestados [en el corredor seco] tienen en promedio reservas para 8<br />

semanas en vez de las 24 de reserva mantenidas en período normal», lo que los deja en una<br />

situación de vulnerabilidad ante otros fenómenos, aumentando el hambre.<br />

Para hacer frente a esta situación, muchas familias se ven obligadas a emigrar, ya sea a otras<br />

zonas <strong>del</strong> país o al extranjero, como manera de complementar los ingresos que disminuyen<br />

debido a la crisis climatológica y económica. Por ejemplo, según el estudio cualitativo llevado a<br />

cabo por UNICEF, en el municipio de Chisec (Alta Verapaz), adolescentes entre trece y catorce<br />

años de edad migran a fincas cercanas para trabajar en labores agrícolas, cobrando menos <strong>del</strong><br />

salario agrícola legal (cincuenta y seis quetzales diarios) y llegando a pasar varios días —<br />

incluso semanas— fuera de su hogar y sin contacto con sus familiares.<br />

27


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Esta adaptación a la crisis por parte de los hogares con población más vulnerable —la cual,<br />

como se ha visto, está especialmente relacionada con el desarrollo de la niñez y la<br />

adolescencia— tiene una incidencia negativa, ya que aumenta el riesgo de disminuir el acceso<br />

a los derechos básicos como salud, educación, protección contra la violencia, el abuso o la<br />

explotación sexual comercial.<br />

De esta manera, las familias más perjudicadas por el impacto de la crisis económica y el<br />

<strong>cambio</strong> climático no utilizan una única estrategia de adaptación sino que, tal como se<br />

desprende de varios estudios, adoptan una serie de ellas.<br />

Cuestión de derechos<br />

Artículo 32 de la Convención sobre los derechos <strong>del</strong> niño (CDN):<br />

«Los Estados Partes reconocen el derecho <strong>del</strong> niño a estar protegido<br />

contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier<br />

trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que<br />

sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental,<br />

espiritual, moral o social».<br />

Artículo 80 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la<br />

Adolescencia (ley PINA): «La protección integral de los niños, niñas y<br />

adolescentes deberá realizarse a nivel social, económico y jurídico».<br />

28


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

29


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

3.1 Cambio climático<br />

Inundaciones, erosión <strong>del</strong> suelo, deslizamiento de tierras, desertificación, menor acceso a agua<br />

potable y aumento de las enfermedades son sólo algunas de las consecuencias que el <strong>cambio</strong><br />

climático puede tener sobre la niñez y la adolescencia de Guatemala, especialmente en el<br />

ámbito rural. Según CEPAL (2010), «un ligero aumento en las temperaturas conlleva un<br />

impacto negativo hacia la agricultura guatemalteca. De igual manera, un incremento en la<br />

precipitación acumulada anual de 10 mm implica una disminución en la renta de la tierra por<br />

hectárea de aproximadamente 2 dólares».<br />

En 2009, debido al <strong>cambio</strong> climático y al fenómeno «El Niño», Guatemala presenció<br />

irregularidades en las lluvias, lo que trajo como consecuencia la pérdida de muchas cosechas y<br />

un aumento en los casos de desnutrición crónica en niñas y niños menores de cinco años,<br />

especialmente en los departamentos que<br />

integran el denominado corredor seco:<br />

Baja Verapaz, El Progreso, Zacapa,<br />

Chiquimula, Jutiapa y Jalapa.<br />

«El maíz y el frijol, junto a el sorgo [sic] y<br />

la yuca, son los cuatro cultivos que<br />

sufrieron pérdidas de más <strong>del</strong> 50%<br />

debido a la sequía que azotó el país en<br />

2009», según un informe de la Red<br />

Humanitaria <strong>del</strong> año 2009. De esa<br />

cuenta, las familias que se dedicaban a la<br />

agricultura no sólo vieron sus ingresos<br />

©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée<br />

disminuidos de manera drástica, sino que<br />

también vieron limitada su alimentación<br />

ya que, entre los pequeños y medianos agricultores, los cultivos se destinan mayormente al<br />

autoconsumo y, de haber excedente, a la venta, asegura la Red Humanitaria.<br />

Junto a ello, a nivel mundial «los cultivos principales de subsistencia están alcanzando los<br />

límites de viabilidad por intervalos de temperatura; las pautas erráticas de las precipitaciones y<br />

de las estaciones alteran los ciclos agrícolas y convierten la alimentación de muchas familias<br />

en una lucha continua» (Oxfam, 2009).<br />

En <strong>cambio</strong>, para el año 2010, la irrupción de la tormenta Agatha generó grandes daños en la<br />

mayoría de los departamentos <strong>del</strong> país (Gobierno de Guatemala, 2010). La situación se vio<br />

agravada por la erupción <strong>del</strong> volcán Pacaya, el cual arrojó millares de metros cúbicos de arena<br />

volcánica, provocando, entre otros, el cierre durante cinco días <strong>del</strong> aeropuerto internacional La<br />

Aurora, en la ciudad de Guatemala, con las consecuentes pérdidas económicas.<br />

Jaime Martínez tiene trece años de edad y vive en San Juan Ermita (municipio <strong>del</strong><br />

departamento de Chiquimula). Realiza labores agrícolas por las cuales recibe diez quetzales al<br />

día: «me voy desde la mañana con mi machete a limpiar las matas de maíz y frijol y regreso en<br />

la tarde. Este trabajo me cansa pero tengo que hacerlo para llevar a casa algo para comer»,<br />

dice. «Mi mamá nos da tortillas con frijol, pero a veces no alcanza y nos tenemos que hacer los<br />

locos cuando nos chillan las tripas», agrega Jaime.<br />

Lejos de ser un caso puntual el que protagoniza Jaime, las familias acuestan a sus hijas e hijos<br />

más temprano para que no pidan cena debido a la escasez en la disponibilidad de alimentos.<br />

30


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Aunque es un fenómeno histórico, esta práctica se está extendiendo a familias que, con<br />

anterioridad a la crisis, tenían suficiente disponibilidad para el acceso a los alimentos. Como<br />

podrá colegirse, esta costumbre se torna perjudicial para el desarrollo de la niñez, pues afecta<br />

su salud y disminuye el rendimiento escolar, en un país como Guatemala donde, los años de<br />

escolaridad promedio se sitúa en 4.8 años (UNICEF, 2008) con datos <strong>del</strong> Censo 2002.<br />

No sólo la agricultura se resiente por los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático, también la avicultura,<br />

que se redujo en un 67% en 2009 en el corredor seco (Red Humanitaria, 2009). La pérdida de<br />

aves por parte de las familias «disminuye la capacidad de respuesta ante futuros eventos<br />

adversos», asegura el informe. La disminución de la cantidad de animales es clave pues éstos<br />

constituyen un activo que se vende cuando se agrava la situación de crisis.<br />

Según la Red Humanitaria, para el 25.6% de los hogares el principal problema generado por la<br />

sequía era la pérdida de empleo; para un 16.2%, la falta de lluvias; el 16.1% aseguró que la<br />

crisis en que vive se debe al incremento <strong>del</strong> precio de los alimentos, mientras que para el<br />

12.5% el principal obstáculo era la pérdida de las cosechas. «Estos elementos están<br />

relacionados con la capacidad actual y a futuro de acceso a alimentos, que para los hogares es<br />

percibido como uno de los principales riesgos», advierte el informe.<br />

Gráfica 10.<br />

Principales problemas y riesgos ocasionados por la sequía de 2009 en el<br />

corredor seco<br />

Pérdida de empleo (25.6%)<br />

Falta de lluvias (16.2%)<br />

Aumento de los precios de los<br />

alimentos (16.1%)<br />

Pérdida de cosechas (12.5%)<br />

Otros (14.7%)<br />

Fuente: Red Humanitaria (2009).<br />

El <strong>cambio</strong> climático también tiene consecuencias en el acceso al agua para consumo humano,<br />

sobre todo en el área rural donde, según el Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y<br />

Ambiente de la Universidad Rafael Landívar (IARNA, 2009), para el año 2006, «más <strong>del</strong> 30%<br />

equivalente a 498.191 hogares, debían acarrear agua desde un chorro público o privado, un<br />

pozo o un río, lago o manantial». En el lado opuesto están los hogares urbanos, de los cuales<br />

31


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

el 90% «tiene acceso a una red de agua dentro de la vivienda o, al menos, dentro <strong>del</strong> terreno».<br />

Este aún incompleto acceso al agua puede verse limitado tanto por los fenómenos atmosféricos<br />

como por la deforestación y la urbanización no planificada.<br />

La falta de acceso adecuado al agua puede provocar la aparición de varias enfermedades.<br />

Debe subrayarse, en este sentido, que el 21% de los hogares <strong>del</strong> área rural y el 10% de los<br />

ubicados en el área urbana no contaban, en 2006, con servicios mejorados de saneamiento<br />

(IARNA, 2009). El IARNA también advierte que «más <strong>del</strong> 50% de los hogares de las áreas<br />

urbanas en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Sololá, Totonicapán y Petén no<br />

poseen condiciones sanitarias mínimas».<br />

El daño causado por la tormenta Agatha en los sistemas de agua y saneamiento, así como la<br />

acumulación de agua contaminada, favorecen «el aumento en la incidencia de enfermedades,<br />

como las diarreicas, respiratorias, cutáneas y el dengue y la malaria, en menoscabo <strong>del</strong> estado<br />

de salud y nutrición de la población afectada, especialmente en niños y niñas menores de 5<br />

años» (MFEWS/USAID, 2010).<br />

Como resultado de todo ello, las familias adoptan diferentes estrategias para enfrentar los<br />

efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático mediante la búsqueda de otras fuentes de ingreso más allá de la<br />

agricultura o la acuicultura.<br />

3.2 Cambios en la dieta<br />

Una de las consecuencias de las crisis referidas en el presente documento, estima que los<br />

hogares se ven obligados a realizar <strong>cambio</strong>s en la dieta, con el propósito de aprovechar de<br />

mejor manera los recursos —económicos y/o alimenticios— con los que cuentan, consumiendo<br />

menos alimentos y, además, de menor calidad.<br />

En Guatemala, estos <strong>cambio</strong>s en el patrón alimenticio se deben, entre otros al aumento de los<br />

precios de los alimentos que forman parte de la dieta básica <strong>del</strong> país, como el maíz, el cual en<br />

parte está siendo importado. Este grano es también el principal cultivo de subsistencia entre los<br />

pequeños y medianos agricultores, quienes se vieron severamente impactados por los<br />

fenómenos climáticos <strong>del</strong> año 2009 que tuvieron como consecuencia la pérdida o disminución<br />

de las cosechas.<br />

«Los fuertes vientos y las copiosas lluvias ocasionadas por Agatha causaron daños y pérdidas<br />

en los cultivos por inundaciones, desborde de ríos y deslaves» (MFEWS/USAID, 2010), a lo<br />

que habría que sumar los efectos de la erupción <strong>del</strong> volcán Pacaya. Ambos fenómenos<br />

ocurrieron entre el 25 y el 30 de mayo de 2010, período en el cual la mayoría de los hogares<br />

pobres de Guatemala enfrentaba la temporada anual de escasez de alimentos y, por<br />

consiguiente, se encontraba dependiendo <strong>del</strong> mercado para su alimentación.<br />

En temporada normal, la primera cosecha se recoge durante el mes de agosto. Ello propiciaba<br />

una reducción en la dependencia de los mercados en las familias más pobres. En la actualidad,<br />

en la costa sur y en el oriente de Guatemala, algunas cosechas se retrasaron hasta el mes de<br />

octubre, por lo que «los hogares seguirán dependientes de la compra hasta entonces»<br />

(MFEWS/USAID, 2010).<br />

Por su parte, en el altiplano, según el Sistema Mesoamericano de Alerta Temprana para<br />

Seguridad Alimentaria (MFEWS, por sus siglas en inglés), debido a sus características, «la<br />

opción de resiembra es poco viable» (MFEWS/USAID, 2010). Por este motivo, los hogares más<br />

pobres dependen casi únicamente de los mercados para obtener sus alimentos, ya que no<br />

cuentan con reservas de comida. Así las cosas, a partir de octubre de 2010 «podría agudizarse<br />

32


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

la inseguridad alimentaria de estos hogares» <strong>del</strong> altiplano, ya que «no contarán con la opción<br />

de recurrir a sus cosechas a final de año para acceder a sus alimentos», según MFEWS.<br />

Como consecuencia <strong>del</strong> menor acceso a los alimentos, se incide en el patrón cultural histórico<br />

según el cual, a la hora de la comida, suele ser que, en primer lugar, coma el padre, luego los<br />

hijos varones, más tarde las hijas y, por último y en caso de que haya sobrado algo de comida,<br />

la madre.<br />

No sólo se come menos, sino que de peor calidad. La crisis económica ha producido <strong>cambio</strong>s<br />

en el consumo de alimentos debido al aumento en el precio de éstos. Ello coincide, además,<br />

con un descenso <strong>del</strong> poder adquisitivo de la mayoría de consumidores. Igualmente, disminuye<br />

el número de comidas y aumenta el número de días sin comer. Esto tiene impacto significativo<br />

en los niveles proteínicos-energéticos, donde no se llega a cubrir las «necesidades promedio<br />

de energía de la población» (SNU, 2003), tal como se expresa en la siguiente gráfica.<br />

Gráfica 11.<br />

Nivel de suficiencia energética<br />

2750<br />

2650<br />

2550<br />

2450<br />

2350<br />

2250<br />

2150<br />

2050<br />

1950<br />

1850<br />

1750<br />

Suficiente<br />

Critico<br />

Insuficiente<br />

1980<br />

1981<br />

1982<br />

1983<br />

1984<br />

1985<br />

1986<br />

1987<br />

1988<br />

1989<br />

1990<br />

1991<br />

1992<br />

1993<br />

1994<br />

1995<br />

1996<br />

1997<br />

1998<br />

1999<br />

2000<br />

2001<br />

2002<br />

2003<br />

2004<br />

2005<br />

2006<br />

2007<br />

Fuente: datos FAOSTAT.<br />

Efectivamente, si se observa el nivel de suficiencia energética, la población guatemalteca vive<br />

en niveles de insuficiencia energética, especialmente desde 1994 hasta la fecha, cuando la<br />

tendencia se agrava. Esto se «debe a factores naturales adversos que han azotado la región<br />

centroamericana, principalmente las lluvias huracanadas en 1997 y 1998 y las sequías de los<br />

veranos de 1999, 2000 y 2001» (SNU, 2003), así como a la pérdida de oportunidades de<br />

empleo.<br />

Si proyectamos esta gráfica a la actualidad, probablemente encontraríamos otra caída similar a<br />

la producida entre 1994 y 2001 ya que, para el año 2009, se sumaría la sequía originada por el<br />

<strong>cambio</strong> climático y la falta de acceso a los alimentos y, para el año 2010, los efectos de la<br />

tormenta Agatha y la erupción <strong>del</strong> volcán Pacaya, entre otros fenómenos climatológicos.<br />

Además, «se ha tornado más caro comprar los productos alimenticios que proveen los<br />

33


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

requerimientos calóricos mínimos <strong>del</strong> guatemalteco medio (2,173 kilocalorías por día por<br />

persona)» (Banco Mundial, 2009).<br />

Por su parte, los alimentos de origen animal están limitados en la dieta de la mayoría de la<br />

población. Respecto a la canasta básica de alimentos, el estudio cualitativo de percepción<br />

realizado por UNICEF advierte que ha habido un descenso importante en la ingesta de carne<br />

roja, pollo y lácteos, así como de los granos debido al alto costo de los mismos.<br />

En el departamento de San Marcos, en los municipios de Comitancillo e Ixchiguán, las<br />

personas consultadas en el referido estudio cualitativo indicaron que si antes consumían una<br />

vez por semana carne roja (res) o carne blanca (pollo), ahora lo hacen una o dos veces por<br />

mes. Espacian los tiempos de comida porque compran alimentos básicos en menor cantidad y<br />

en menos ocasiones.<br />

En estos municipios, como en otros muchos <strong>del</strong> país, la compra de alimentos se limita a maíz,<br />

café, azúcar y sal, además de verduras y hierbas. La compra de carne o de otro producto<br />

similar se realiza de manera eventual. En Comitancillo, además, ha disminuido la adquisición<br />

de productos básicos como el arroz, papas, huevos y leche, con el objetivo de incrementar la<br />

compra de maíz, café, sal y tomate.<br />

En el altiplano, uno de los cultivos más afectados por la tormenta Agatha fue la papa, que<br />

reportó un aumento <strong>del</strong> 54% la semana siguiente al paso de las lluvias torrenciales, por lo que<br />

muchas familias vieron imposibilitada su compra. De esta manera, y no sólo en esta región <strong>del</strong><br />

país, se espera que los efectos de las intensas lluvias impulsen un aumento de la canasta<br />

básica de alimentos, que hasta el mes de septiembre de 2010 representaba una variación<br />

interanual <strong>del</strong> 3.55%, llegando a 2,030.10 quetzales (página ‘web’ <strong>del</strong> INE). Es decir, un hogar<br />

promedio guatemalteco (5.38 miembros) necesita 67.6 quetzales diarios para alimentarse, a<br />

pesar de que el salario mínimo por día es de 56 quetzales.<br />

¿Qué es la canasta básica?<br />

«Es el mínimo alimentario que debe satisfacer por lo<br />

menos las necesidades energéticas y proteínicas de un<br />

hogar», según el Instituto Nacional de Estadística (INE).<br />

En Guatemala, una familia de 5.38 personas necesitó<br />

2030.10 quetzales en septiembre de 2010 para comprar<br />

los alimentos básicos.<br />

Cuando los productos son de origen local, los precios son generalmente menores. Por ejemplo,<br />

en el municipio de Rabinal (<strong>del</strong> departamento de Baja Verapaz), la población indígena y rural<br />

tiene como base de su alimentación diaria el frijol, tortillas de maíz, arroz, café, azúcar, pepita,<br />

ayote tierno, tomate, cebolla y pinol, entre otros productos que proceden <strong>del</strong> lugar, por lo que el<br />

precio es inferior.<br />

34


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Esta limitada variedad en el patrón de consumo de los alimentos contribuye a aumentar los ya<br />

elevados índices de desnutrición en niñas y niños menores de cinco años de edad, quienes no<br />

consumen la cantidad ni calidad adecuada de proteínas y micronutrientes de origen animal.<br />

Una alimentación deficitaria durante los primeros años de vida determina el desarrollo físico e<br />

intelectual, lo que se traduce en un bajo rendimiento educativo y, más tarde, en una baja<br />

productividad laboral.<br />

La situación de restricción en las comidas es paliada, en parte, gracias a las ayudas que los<br />

hogares están recibiendo, sea mediante alimentos o transferencias monetarias condicionadas.<br />

En este sentido, el 30% de los hogares consultados (436) por la Red Humanitaria (2009) en el<br />

corredor seco indicó que ha recibido dicha clase de transferencias, lo que les ha «permitido<br />

mejorar temporalmente la disponibilidad de alimentos dentro <strong>del</strong> hogar».<br />

Por su parte, <strong>del</strong> 1 104 736 hogares que se benefician de remesas, el 49.2% ha hecho <strong>cambio</strong>s<br />

en sus gastos para hacer frente a la disminución de los ingresos económicos, según la<br />

encuesta realizada por OIM y UNICEF (2009). Entre estos hogares, el 85.3% de las personas<br />

encuestadas compra actualmente productos más baratos; el 78.8% ha dejado de consumir<br />

determinados productos; el 67.16% compran menos cantidad de alimentos. Otro 50.9% ha<br />

disminuido la compra de ropa y calzado. El 3% de estos hogares han traslado a sus hijos e<br />

hijas a escuelas públicas. Muchos hogares han realizado varios de estos <strong>cambio</strong>s, como se<br />

observa en la siguiente gráfica.<br />

Gráfica 12.<br />

Hogares que han realizado <strong>cambio</strong>s en sus gastos<br />

Sustitución de productos más baratos<br />

(85.32%)<br />

Ha dejado de consumir productos<br />

(78.77%)<br />

Menor cantidad de alimentos (leche,<br />

carnes, etc) (67.16%)<br />

Disminución de compra de ropa y<br />

calzado (50.93%)<br />

Utilización de transporte público<br />

(13.74%)<br />

No asisten a cines y restaurantes<br />

(26.21%)<br />

Se quitaron los sevicios de cable e<br />

internet (5.19%)<br />

Trasladaron a los niños a escuelas<br />

públicas (2.95%)<br />

Utilización de hospitales públicos<br />

(14.57%)<br />

Otros (2.98%)<br />

Fuente: OIM/UNICEF (2009).<br />

35


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

3.3 Salud<br />

La crisis económica también tiene efectos sobre la atención en salud, especialmente en un país<br />

como Guatemala donde «el 57% <strong>del</strong> gasto total en salud es pagado directamente por las<br />

personas y las familias» (USAID/Proyecto Diálog, 2009b) esto es, no se cuenta con un seguro<br />

médico, sino que se acude a los centros de salud en dependencia de la posibilidad económica.<br />

Además, «menos de la mitad de todas las enfermedades infantiles en Guatemala son<br />

atendidas fuera de la casa» (Banco Mundial, 2009).<br />

Para paliar esta situación, el Consejo de Cohesión Social, por conducto <strong>del</strong> programa de<br />

transferencias monetarias condicionadas llamado «Mi Familia Progresa», ha trazado como<br />

objetivo «mejorar el estado de salud y nutrición de las familias pobres, con niños entre 0 y 6<br />

años de edad y/o mujeres gestantes», según su página ‘web’, propiciando que niñas y niños<br />

acudan a los chequeos médicos de manera gratuita, ayudando a la prevención de<br />

enfermedades y la desnutrición.<br />

En el departamento de Chiquimula, desde el primer cuatrimestre <strong>del</strong> año 2009, las consultas<br />

médicas han aumentado debido, entre otros factores, a los mecanismos establecidos para la<br />

recepción de transferencias monetarias condicionadas. Además, la ampliación <strong>del</strong> horario de<br />

atención en el Centro de Atención Permanente, durante las 24 horas <strong>del</strong> día, también propicia<br />

que más personas hagan uso <strong>del</strong> mismo.<br />

En San Marcos, tras el aumento de los servicios de salud gratuitos, las personas acuden con<br />

mayor frecuencia a consulta médica por problemas de desnutrición y anemia. También se ha<br />

incrementado el número de atención por enfermedades gastrointestinales, diarrea, neumonía,<br />

deshidratación y atención de partos.<br />

Según el Banco Mundial (2009), las personas<br />

que viven en pobreza utilizan los servicios<br />

públicos de salud con la misma frecuencia que<br />

los no pobres, pero «hay diferencias<br />

importantes en el tipo de centros a los que<br />

acuden». Aunque, en promedio, ambos grupos<br />

utilizan los servicios públicos de salud 1.6<br />

veces por año, los hogares pobres se<br />

concentran en los servicios locales (Centros de<br />

salud, Puestos de salud y Centros comunitarios<br />

(1.2 veces por año) y van poco a los hospitales<br />

(0.4 veces por año). En el caso de los hogares<br />

no pobres, estos «utilizan con más frecuencia<br />

los hospitales (una vez por año) que los<br />

servicios de salud locales (0.6 veces por año)».<br />

Por su parte, la Red Humanitaria de<br />

Guatemala, de la que forma parte UNICEF,<br />

asegura que las causas más frecuentes de<br />

enfermedad en niñas y niños en el corredor<br />

seco son «tos, fiebre o gripe (61% de los<br />

casos), seguida de diarrea (27%). La<br />

desnutrición fue reconocida como causa de<br />

enfermedad solamente por el 1%», lo que<br />

©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée<br />

evidencia la escasa identificación <strong>del</strong> problema.<br />

El 81% de las niñas y los niños enfermos<br />

recibió algún tratamiento en centros de salud. Según este informe, las razones por las que no<br />

36


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

se acudió a centros de salud son «falta de dinero (según el 33% de los encuestados), no hay<br />

servicio cerca (26%) y fue atendido por otros (22%)» (Red Humanitaria, 2009).<br />

Es el caso de Liseth Cruz, de doce años de edad, quien vive en San Juan Ermita, Chiquimula.<br />

Afirma que cuando tiene algún dolor sus padres le dan «agüitas de hierbas» porque no tienen<br />

posibilidades de llevarla con un médico. «Los doctores están muy lejos y tenemos que caminar<br />

mucho. Cuando uno tiene dolor lo que menos quiere es caminar y por eso mejor me acuesto y<br />

mi mamá me da algo de tomar para que se me vaya el dolor», dice.<br />

Su padre, Feliciano Cruz, de treinta y ocho años, señala que en su aldea hay un puesto de<br />

salud, pero no hay medicina suficiente. «Cuando llega un médico nos da recetas para que<br />

compremos los medicamentos, pero sólo la guardamos porque no tenemos dinero para<br />

comprarla», afirma este campesino que apenas gana 35 quetzales diarios, cuando encuentra<br />

trabajo como jornalero.<br />

Según la Ensmi 2008/09, el 77.6% de las niñas y los niños entre los 12 y los 23 meses están<br />

vacunados contra el sarampión, lo que representa 2.9 puntos porcentuales más que en el año<br />

2002. De acuerdo con esta misma encuesta, el 71.2% de las niñas y los niños en esa franja de<br />

edad tiene todas las vacunas, 8.7% más que en 2002. Enfermedades como el sarampión, la<br />

neumonía y la diarrea pueden elevarse debido, entre otras razones, a una escasa alimentación,<br />

ya que el organismo no cuenta con las defensas adecuadas para protegerse.<br />

Tras el paso de la tormenta Agatha, las aguas estancadas generadas por las inundaciones en<br />

diferentes partes <strong>del</strong> país hicieron aumentar los casos de dengue, cuyos síntomas aparecen<br />

entre 7 y 14 días después de la picadura infecciosa. El dengue ocasiona fiebre y afecta sobre<br />

todo a lactantes; puede resultar mortal si no se diagnostica a tiempo. A ello hay que sumar que<br />

esta tormenta tropical causó pérdidas y daños en el sector de agua y saneamiento por un valor<br />

de 117.26 millones de quetzales, de los cuales el 50.87% corresponde a destrucción de<br />

infraestructura urbana de saneamiento (Gobierno de Guatemala, 2010).<br />

Ligia Lorena Grijalva, de tres años de edad, está desnutrida. Estuvo en peligro de muerte, por<br />

lo que sus padres la llevaron al Hospital Regional de Occidente (en el departamento de<br />

Quetzaltenango). La niña, que vive en el municipio de Cantel, pesaba apenas 10 libras y medía<br />

64 centímetros cuando ingresó en el centro hospitalario. Parecía «un bebé de cinco meses de<br />

nacida por la desnutrición que padecía», expresó una enfermera <strong>del</strong> Hospital. Debido a la falta<br />

de espacio, Ligia Lorena fue regresada a su casa para cumplir con el proceso de recuperación.<br />

¿Qué es la desnutrición crónica?<br />

Es el déficit de talla para la edad; es decir, cuando se<br />

tiene una estatura menor a la que corresponde según la<br />

edad. En Guatemala, la desnutrición crónica afecta al<br />

49.8% de niñas y niños menores de cinco años.<br />

37


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

El alto índice de desnutrición crónica (49.8%, según Nutrition Update 2010 de USAID) está<br />

íntimamente relacionado con el hambre, la pobreza, la falta de escolaridad y la exclusión por<br />

género y etnia. Se trata, en suma, de un reflejo de la alta desigualdad que caracteriza a la<br />

sociedad guatemalteca. En efecto, si se relaciona el PIB per cápita con los porcentajes de<br />

desnutrición crónica, es notoria la contradicción o nula correspondencia: mientras que<br />

Guatemala cuenta con un ingreso por habitante equiparable a Paraguay o Jordania (con bajos<br />

o moderados niveles de desnutrición), sus niveles de desnutrición crónica se asemejan a los de<br />

países mucho más pobres, como Madagascar, Etiopía o Yemen (UNICEF, 2008b).<br />

Gráfica 13.<br />

La paradoja guatemalteca<br />

% desnutrición crónica<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

Ingreso Bajo – Alta Desnutrición<br />

Yemen<br />

Madagascar<br />

Niger<br />

Etiopía<br />

Ingreso Medio – Alta Desnutrición<br />

Paraguay<br />

Georgia<br />

Guatemala<br />

Ingreso Medio – Baja Desnutrición<br />

Armenia<br />

Jordania<br />

0 1,000 2,000 3,000 4,000 5,000 6,000<br />

PIB per cápita PPA (US$)<br />

Fuente: UNICEF (2008b) y USAID (2010)<br />

38


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

3.4 Formación de parejas<br />

Las familias, en su intento por minimizar los efectos de la crisis económica, no sólo buscan la<br />

manera de complementar los ingresos, sino que, además, intentan reducir los gastos familiares.<br />

Una de las hipótesis que se manejó en la encuesta OIM/UNICEF fue que la formación de<br />

parejas a temprana edad aumentaba en época de crisis, incrementándose el riesgo de la<br />

explotación sexual comercial infantil y la pornografía, así como el riesgo a contraer el VIH/sida y<br />

otras enfermedades de transmisión sexual.<br />

Los resultados obtenidos invalidaron parcialmente esta hipótesis. Mientras que en los hogares<br />

que reciben remesas las uniones tempranas se retrasan en el tiempo, en los hogares donde no<br />

se reciben remesas estas uniones continúan con el patrón histórico cultural y, además, se<br />

agravan por la crisis económica.<br />

Las y los adolescentes que viven en hogares donde se reciben remesas posponen la unión y el<br />

casamiento, según la referida encuesta OIM/UNICEF (2009). Las remesas contribuyen a la<br />

educación sexual, pues se dispone de más recursos e información al respecto. Además, los<br />

familiares que están en el exterior asesoran e influencian a los que permanecen en Guatemala<br />

con los hábitos de vida de los países de destino.<br />

Para las familias que no reciben remesas, el deterioro de la situación económica puede tener<br />

efectos más marcados sobre las uniones tempranas en un rango de edad que puede ir desde<br />

los doce hasta los dieciocho años de edad. Ello valida la hipótesis anterior. En algunos casos,<br />

se trata de opciones familiares o de las y los adolescentes para intentar modificar una situación<br />

económica apremiante asociada con la crisis.<br />

Aunque en la mayoría de los casos estas uniones suponen un comportamiento arraigado<br />

culturalmente, no pueden disociarse de las condiciones de precariedad de la mayoría de las<br />

familias donde tiene lugar este comportamiento.<br />

La desintegración familiar, violencia intrafamiliar, carencia de educación sexual y, en<br />

consecuencia, embarazos no previstos, son factores que propician estas uniones. A largo<br />

plazo, podría generarse un aumento en la tasa de mortalidad materna por los partos en niñas<br />

que apenas llegan a ser adolescentes. Todo ello expone a las adolescentes más vulnerables a<br />

padecer un mayor riesgo de contagio por VIH/sida, a pesar de que, según la Ensmi 2008/09, el<br />

88.8% de las mujeres en edad reproductiva tiene conocimiento sobre la enfermedad.<br />

Por ejemplo, en diferentes municipios <strong>del</strong> departamento de Sololá (el caso de Panajachel),<br />

estas uniones tempranas están aumentando desde el año 2007 debido a la crisis económica,<br />

especialmente entre las mujeres, lo que también tiene incidencia en el embarazo adolescente.<br />

En efecto, en Panajachel, el 14.3% de las menores de diecinueve años de edad ya ha sido<br />

madre en el año 2009, cifra que está muy por encima de la de municipios cercanos como San<br />

Pedro la Laguna (7.5%) o San Juan la Laguna (12.5%) (MSPAS/SIGSA 2010).<br />

39


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Gráfica 14.<br />

Porcentaje de adolescentes menores de 19 años que han sido madres<br />

16<br />

14<br />

12<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009<br />

Panajachel<br />

San Pedro la Laguna<br />

San Juan la Laguna<br />

Fuente: elaboración propia, con base en el Sistema de Información Gerencial de Salud <strong>del</strong> Ministerio de Salud<br />

Pública y Asistencia Social <strong>del</strong> Gobierno de Guatemala (MSPAS/SIGSA) y Proyecto Diálogo.<br />

Como resulta obvio, para que una adolescente quede embarazada necesita tener relaciones<br />

sexuales con un varón. Por este motivo, los programas de información y capacitación en salud<br />

sexual y reproductiva, que normalmente están orientados a las mujeres, deben también<br />

ofrecerse a adolescentes de sexo masculino. Esto se hace aún más necesario en aquellos<br />

municipios en donde la masculinidad está íntimamente relacionada con el control de la<br />

sexualidad de las mujeres, lo que las limita a imponer su derecho a tener relaciones sexuales<br />

seguras usando, por ejemplo, el condón.<br />

Además de los problemas físicos de un embarazo precoz, han de considerarse los problemas<br />

sociales y económicos que se derivan. Una madre adolescente suele ver limitada su movilidad<br />

social e independencia, así como las oportunidades de proseguir con sus estudios formales.<br />

Junto a ello, su inserción en el mercado laboral es más compleja, tanto en el presente como en<br />

el futuro, ya que una madre soltera adolescente y sin educación tendrá menos oportunidades<br />

de empleo.<br />

40


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

3.5 Abandono escolar<br />

El ausentismo y la deserción escolar en primaria siguen una tendencia histórica en Guatemala,<br />

donde «el 69% de los alumnos completan el quinto grado» (USAID/ Proyecto Diálogo, 2009).<br />

La migración y la incorporación de la niñez y la adolescencia en actividades laborales —<br />

remuneradas o no— para contribuir con la economía familiar, constituyen las principales<br />

causas <strong>del</strong> ausentismo y la deserción escolar. De esta manera, según el Banco Mundial (2009)<br />

«los esfuerzos dirigidos a reducir el abandono y la repitencia en primaria deberían concentrarse<br />

en el acceso a la salud y en la calidad de la educación, incluyendo actividades como el deporte<br />

y las artes», ya que suponen las principales causas <strong>del</strong> abandono y no matriculación en las<br />

escuelas.<br />

Tabla 2<br />

Razones que conducen al abandono y a no matricularse en las escuelas en<br />

Guatemala (año 2006).<br />

Total Varones Mujeres<br />

No<br />

indígena<br />

Indígena<br />

Pobres<br />

extremos<br />

Pobres<br />

No<br />

pobres<br />

Razones que conducen al abandono escolar durante el año escolar en primaria<br />

Salud 27.5% 23.7% 32.6% 11.8% 39.5% 23.0% 26.0% 35.4%<br />

Económica 9.6% 8.2% 11.6% 14.4% 3.1% 8.9% 9.7% 9.5%<br />

Falta de<br />

interés<br />

Oferta<br />

inadecuada<br />

31.4% 33.8% 28.3% 27.3 37.2% 39.2% 31.9% 28.8%<br />

5.7% 6.8% 4.2% 7.6% 3.2% 1.0% 4.8% 10.5%<br />

Otros 25.7% 27.5% 23.3% 32.0% 17.0% 27.9% 27.5% 15.9%<br />

Razones para no matricularse en secundaria<br />

Salud 1.4% 1.5% 1.3% 1.8% 1.1% 1.7% 1.5% 1.3%<br />

Económica 63.4% 65.6% 61.5% 63.5% 63.2% 67.9% 64.4% 60.6%<br />

Falta de<br />

interés<br />

Oferta<br />

inadecuada<br />

27.5% 24.2% 30.2% 25.3% 29.9% 26.2% 28.2% 25.7%<br />

3.6% 5.1% 2.4% 5.2% 1.9% 0.8% 2.0% 6.5%<br />

Otros 7.7% 8.6% 7.0% 9.4% 5.8% 4.1% 5.9% 12.3%<br />

Fuente: Banco Mundial (2009).<br />

Este ausentismo escolar se ve agravado en los denominados días de plaza, esto es, la<br />

concentración de la población <strong>del</strong> municipio en la cabecera municipal o departamental para<br />

realizar actividades de mercado. Durante estos días, suele emplearse a los niños y los<br />

adolescentes como vendedores o «reponedores» en los puestos de venta. Las temporadas de<br />

41


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

corte de café y caña de azúcar también son eventos que propician la salida o la deserción<br />

escolar, pues en ellos se emplea a niñas y niños, cuando no a familias enteras.<br />

En varios municipios <strong>del</strong> departamento de Chiquimula, el ausentismo escolar es más<br />

pronunciado durante los meses entre abril y mayo, debido a la cosecha de frijol y maíz, que<br />

emplea a varios miles de niños. Lo mismo sucede entre los meses de noviembre a enero,<br />

debido al corte de café. Además, en este departamento, la tendencia de adolescentes es a<br />

abandonar el sistema educativo una vez culminado el sexto grado de primaria, con el objetivo<br />

de incorporarse al mercado laboral, lo que influye en la formación temprana de parejas desde<br />

los doce o trece años.<br />

El trabajo <strong>del</strong> Consejo de Cohesión Social, mediante transferencias monetarias condicionadas<br />

para potenciar y fomentar la asistencia y permanencia escolar de niñas y niños entre 6 y 15<br />

años, está haciendo disminuir los altos índices de ausentismo y abandono escolar en los<br />

municipios donde el programa «Mi Familia Progresa» está presente. Además, a partir <strong>del</strong> año<br />

2009, el Estado cubre íntegramente el costo de la matrícula de la escuela pública. Sin esta<br />

iniciativa <strong>del</strong> Gobierno central, los efectos de la crisis en la educación hubieran sido<br />

incalculablemente mayores para la niñez y la adolescencia.<br />

Julio Tzoy Pú, indígena k’iche’ de Santa Lucía la Reforma (municipio <strong>del</strong> departamento de<br />

Totonicapán), asegura que «de mis seis hijos, cinco van a la escuela. Como es gratis, es más<br />

fácil. El Gobierno nos ha ayudado con eso <strong>del</strong> programa “Mi Familia Progresa”, y el dinero que<br />

nos dan para algo sirve».<br />

Un caso muy distinto es el de César,<br />

de catorce años, quien vive en el<br />

municipio de Rabinal (departamento de<br />

Baja Verapaz), también priorizado por<br />

el Gobierno central. Manifiesta haber<br />

sobrevivido gracias al trabajo en el<br />

campo; dice: «vendemos tamalitos en<br />

la plaza; de eso comemos». Asegura<br />

haber tenido que ausentarse de la<br />

escuela para poder trabajar: «a veces<br />

no puedo ir a estudiar porque no me<br />

queda tiempo, pues la vida en el<br />

campo es muy fuerte y no se puede<br />

abandonar la milpa así por así».<br />

©UNICEF/Guatemala2006/JRChewsKlée<br />

Según el Banco Mundial (2009), «a<br />

medida que se comienza a resolver el<br />

problema de la cobertura», los esfuerzos deben ir encaminados a «alcanzar y mantener la<br />

calidad de la educación».<br />

También la desintegración familiar, muchas veces asociada con la migración de madres y<br />

padres de familia al exterior, fomenta el ausentismo escolar. Ello es así especialmente en el<br />

caso de los hijos de mayor edad, quienes, entre otras cuestiones, deben hacerse cargo <strong>del</strong><br />

cuidado <strong>del</strong> hogar o se ven en la necesidad de buscar nuevas fuentes de ingresos económicos,<br />

en particular si no reciben remesas.<br />

En Guatemala, cuando los desastres naturales —como la tormenta Agatha— causan destrozos<br />

y dañan hogares, las escuelas se convierten de manera automática en albergues, lo que trae<br />

como «consecuencia la interrupción <strong>del</strong> proceso de enseñanza-aprendizaje, aumento de<br />

42


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

índices de repetición, el abandono de la escuela y el incremento <strong>del</strong> trabajo infantil, entre<br />

otros». (Naciones Unidas, 2008).<br />

Utilizar las escuelas como albergues deteriora las aulas y el mobiliario y equipo con el que se<br />

cuenta, dañando además los servicios sanitarios y produciendo la pérdida de varios materiales<br />

educativos. Por estos motivos, tras las emergencias, se dificulta la reanudación de las<br />

actividades escolares, a pesar de que éstas se consideran como un componente necesario<br />

para la vuelta a la normalidad de niñas y niños.<br />

Según estimaciones <strong>del</strong> Gobierno de Guatemala (2010), los daños y pérdidas ocasionados por<br />

la tormenta Agatha ascienden, en el ámbito educativo, a 640.35 millones de quetzales. Este<br />

fenómeno natural dañó en total 957 edificios educativos, lo que afectó a 209 004 niñas y niños.<br />

Por su parte, tras el paso de la tormenta Stan por Guatemala, en octubre de 2005, el sector<br />

educativo <strong>del</strong> país «sufrió daños por 52,6 millones de quetzales, incluyendo afectación a<br />

iglesias y centros deportivos y pérdidas estimadas en 9,3 millones, lo que arroja un total de<br />

61,9 millones» (Cepal, 2005). El uso de las escuelas como albergues temporales trae consigo<br />

una serie de consecuencias directas e indirectas tal como se puede observar en la siguiente<br />

tabla.<br />

Tabla 3.<br />

Consecuencias directas e indirectas <strong>del</strong> uso de las escuelas como albergues<br />

temporales<br />

Consecuencias<br />

sociales<br />

Consecuencias<br />

económicas<br />

Consecuencias<br />

físicas<br />

Consecuencias en<br />

la salud<br />

Interrupción <strong>del</strong> proceso<br />

educativo<br />

Aumento de la<br />

repetición, deserción y<br />

trabajo infantil<br />

Inversión en<br />

rehabilitación y<br />

reconstrucción <strong>del</strong><br />

centro escolar<br />

Daños en<br />

infraestructura,<br />

servicios sanitarios,<br />

abastecimiento de<br />

agua, cocinas, aulas,<br />

bodegas, instalaciones<br />

eléctricas, etc.<br />

Las niñas y niños están<br />

más expuestos a las<br />

enfermedades debido al<br />

hacinamiento<br />

El espacio de seguridad<br />

y esparcimiento de la<br />

niñez se ve afectado<br />

Ruptura de las redes de<br />

apoyo social<br />

Interrupción de los<br />

programas de<br />

alimentación en las<br />

escuelas<br />

Algunas personas que<br />

no necesitan ayuda<br />

hacen uso de los<br />

recursos<br />

Pérdidas económicas<br />

de las y los docentes y<br />

auxiliares de escuela<br />

Búsqueda de lugares<br />

alternos para el<br />

desarrollo de<br />

aprendizaje<br />

Daños al mobiliario y<br />

equipo <strong>del</strong> centro<br />

educativo: deterioro de<br />

pupitres, sillas,<br />

estantes, pizarras,<br />

equipo de laboratorio y<br />

herramientas<br />

mecánicas y de<br />

electricidad, bibliotecas,<br />

materiales didácticos,<br />

etc.<br />

Las y los estudiantes y<br />

docentes necesitan<br />

apoyo psicosocial<br />

Interrupción de<br />

programas de salud<br />

escolar<br />

Malas condiciones de<br />

agua y sanidad<br />

Alteración de la rutina<br />

familiar y separación de<br />

las familias<br />

Fuente: Naciones Unidas (2008).<br />

43


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

3.6 Trabajo infantil<br />

Aunque en Guatemala el trabajo infantil es un fenómeno de carácter histórico, es importante<br />

subrayar que la crisis económica y el<br />

<strong>cambio</strong> climático han propiciado un<br />

incremento en la incorporación de niñas y<br />

niños al mercado laboral como estrategia<br />

para complementar los recursos<br />

económicos <strong>del</strong> hogar.<br />

Según la Encuesta Nacional de Empleo e<br />

Ingresos (ENEI, 2004), el 23% de la<br />

población entre 7 y 17 años de edad<br />

realizaba alguna actividad económica o<br />

deseaba hacerlo. «El trabajo infantil<br />

repercute negativamente en muchos<br />

aspectos; es un obstáculo para la<br />

educación, interfiere con el necesario<br />

tiempo de juego y esparcimiento, y puede<br />

poner en riesgo la salud física y mental de<br />

niños y adolescentes» (UNICEF, 2008).<br />

Para el Ministerio de Trabajo y el Instituto<br />

Nacional de Estadística (2008), «si bien el<br />

53.3% de los niños, niñas y adolescentes<br />

económicamente activos asisten a la<br />

escuela, esa tendencia disminuye conforme<br />

aumenta la edad». De esta manera, para las<br />

niñas y niños trabajadores entre 5 y 9 años<br />

©UNICEF/Guatemala2006/JRChewsKlée<br />

de edad, el 83.7% asiste a la escuela10 y<br />

14 años asiste el 67.6% y, 15 y 17 años el<br />

33.8% acude a la escuela.<br />

En el área rural, la mayoría de los miembros de la unidad familiar trabajan en la cosecha. En<br />

2009, la sequía obligó a las familias a buscar nuevas fuentes de empleo, incluso en el caso de<br />

los más pequeños <strong>del</strong> hogar, quienes debieron recurrir a realizar empleos poco cualificados y<br />

de escasa remuneración que, además, los mantiene alejados de las aulas y los enfrenta a una<br />

mayor situación de vulnerabilidad.<br />

Para Juan José Tale la vida no es fácil en Tecún Umán, municipio <strong>del</strong> departamento de San<br />

Marcos ubicado en la zona fronteriza con México. Desde el año 2007 tuvo que dejar sus<br />

estudios para poder mantener a su madre y a sus ocho hermanos, luego de que falleciera su<br />

padre de manera trágica. «Trabajo de lo que sea porque no encuentro una ocupación formal»,<br />

afirma. Cuenta que a veces trabaja como herrero, albañil, cargador de bultos en la aduana,<br />

ayudante de conductor de bus o maneja un «bicitaxi» en la zona de mayor movimiento de<br />

personas en esta localidad, que sirve de paso obligado hacia las oficinas de migración de<br />

ambos países.<br />

Juan José vive con su familia en la colonia Tres de Mayo, en Tecún Umán, donde la mayoría<br />

de habitantes vive en condiciones de pobreza y se puede observar a niños y niñas pedir<br />

limosna a los transeúntes. En un mes de extenuante trabajo, Juan José logra reunir 400<br />

quetzales y a veces solo la mitad, cuando la situación se vuelve más crítica. Ese dinero lo<br />

utiliza para comprar alimentos para su familia, compuesta por diez miembros. «Lo que gano no<br />

44


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

alcanza para mucho y a veces la gente no quiere pagar mucho aunque trabaje más de la<br />

cuenta», expresa, en referencia a que la jornada laboral es de sol a sol.<br />

La crisis económica ha impulsado a más padres de familia a llevarse a sus hijos e hijas a<br />

trabajar con ellos u obligarlos a que se empleen en diversas actividades para que colaboren<br />

con los ingresos en el hogar. Mientras que los varones —niños y adolescentes— suelen<br />

emplearse en la prestación de servicios escasamente remunerados (ayudantes de albañilería,<br />

lustrabotas o vendedores ambulantes), las niñas y adolescentes están más expuestas al<br />

trabajo doméstico, en su propia vivienda o en casas particulares, donde efectúan tareas<br />

domésticas o cuidan a niñas y niños de menor edad que ellas.<br />

Además, niños, niñas y adolescentes son empleados como trabajadores estacionales en los<br />

períodos de corte de caña (zafra) y de café. En algunos municipios también se dan casos de<br />

menores trabajando en la recolección de frutas de temporada. Por ejemplo, en el municipio de<br />

Cubulco (<strong>del</strong> departamento de Baja Verapaz), el trabajo que ejercen niños <strong>del</strong> área rural a partir<br />

de los nueve años es la labor agrícola en fincas, donde se dedican al corte de café, cardamomo<br />

y otros productos, según el tipo de producción <strong>del</strong> contratante.<br />

En diversas comunidades <strong>del</strong> municipio de La Libertad (Huehuetenango), debido a la pobreza<br />

extrema y al desempleo de muchos padres de familia, éstos buscan el apoyo laboral de los<br />

niños y niñas en tareas domésticas y en labores de agricultura o de comercio de subsistencia.<br />

Este hecho histórico se ha visto agravado por la crisis económico-financiera que lleva a más<br />

adolescentes a la búsqueda de empleo mediante el cual, aunque aporten a la economía, se<br />

trata de un empleo que se encuentra invisibilizado y subregistrado, insertándose en el mercado<br />

laboral en condiciones desfavorables.<br />

Con base en la Encovi 2006, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social y el Instituto Nacional<br />

de Estadística (2008) han establecido que, en Guatemala, el número de personas menores de<br />

dieciocho años de edad económicamente activas era de 966 361. Es en el área rural donde «se<br />

ubican casi tres cuartas partes de los niños, niñas y adolescentes económicamente activos<br />

(66.8%), mientras que en la parte urbana se ubican apenas un 33.2% de niñas, niños y<br />

adolescentes que realizan alguna actividad laboral». A nivel nacional, «hay una tendencia a<br />

que quienes comienzan a laborar continúan trabajando y van paulatinamente dejando el<br />

estudio, también, hay una leve disminución en el grupo de trabajadores de 10 a 14 años».<br />

45


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Gráfica 15.<br />

Distribución de la niñez y adolescencia trabajadora por grupos de edad.<br />

Guatemala (año 2006)<br />

5 a 9 años (7.7%)<br />

10 a 14 años (47.0%)<br />

15 a 17 años (45.4%)<br />

Fuente:Ministerio de Trabajo y Previsión Social y el Instituto Nacional de Estadística (2008).<br />

Si bien han sentido los embates de la actual situación económica, los niños y niñas que viven<br />

en hogares que reciben remesas están menos expuestos al trabajo infantil. Según la encuesta<br />

realizada por OIM y UNICEF (2009), el 7.44% de los menores de estos hogares aseguraba<br />

trabajar. De éstos, el 57% indicaba que trabajaba por la necesidad de aumentar los ingresos en<br />

el hogar. El 30.26% de estos trabajadores no está cualificado; el 27.34% se dedica a la<br />

agricultura; otro 18.39% está conformado por operarios y artesanos de artes mecánicas y otro<br />

17.86% está compuesto por trabajadoras y trabajadores de servicios y vendedores.<br />

Si se realiza un análisis por rama de actividad en personas trabajadoras menores de 18 años<br />

que viven en hogares que reciben remesas, se tienen los siguientes datos: el 43.84% se dedica<br />

a la agricultura, caza, silvicultura y pesca; el 21.91% al comercio por mayor y menor,<br />

restaurantes y hoteles; el 16.65% se emplea en la industria manufacturera, textil y alimenticia.<br />

El 7.72% trabaja en la construcción. De todos ellos, el 46.4% labora en una empresa o<br />

actividad familiar y no recibe sueldo; el 40.2% presta servicios a empresas privadas y recibe<br />

contribución económica. Otro 3.3% trabaja por cuenta propia en el hogar.<br />

46


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

3.7 Migración<br />

Una de las estrategias utilizadas para aumentar los ingresos familiares es la migración, ya sea<br />

a las diferentes cabeceras municipales o a otras zonas <strong>del</strong> país (como la migración que se da<br />

<strong>del</strong> área rural a las ciudades), incluso al extranjero, principalmente a Estados Unidos.<br />

La migración es provocada por varias circunstancias, que van desde la búsqueda de mejores<br />

condiciones económicas, huir de la violencia o bien de los efectos de los fenómenos<br />

climatológicos adversos. En este último caso, la migración sucede porque las tierras dan<br />

menos cosechas y las personas suelen quedar en mayor grado de vulnerabilidad (Oxfam,<br />

2009).<br />

Según la encuesta OIM/UNICEF (2009), las principales causas de la emigración entre las<br />

niñas, niños y adolescentes que residen fuera de Guatemala son: mejorar la condición<br />

económica (40%), conseguir trabajo (38.9%) y la reunificación familiar (10.7%).<br />

Aunque trae beneficios incuestionables, sobre todo en materia económica, la migración<br />

también propicia la desprotección y la desintegración familiar. Niñas, niños y adolescentes<br />

llegan a pasar horas, incluso días, sin referentes maternos o paternos dentro <strong>del</strong> hogar. El lazo<br />

familiar se resiente entre los que se quedan (mayoritariamente niños y adolescentes) con<br />

relación a los que se van (madres y/o padres). Al mismo tiempo la desintegración familiar tiene<br />

consecuencias en el desarrollo afectivo y social, llegando incluso a afectar el rendimiento<br />

educativo.<br />

«La desintegración familiar, problemas en la crianza de los niños y niñas, adopción de<br />

conductas de riesgos de la niñez y adolescencia que quedaron sin orientación de los padres y<br />

una mayor vulnerabilidad a la violencia, el abuso y la explotación son algunas manifestaciones»<br />

de la migración de guatemaltecos a otros países (UNICEF, 2007c).<br />

La migración también tiene impactos económicos negativos para el país, tales como la fuga de<br />

cerebros de emprendedores y profesionales formados en Guatemala. Quienes emigran tienen,<br />

normalmente, un nivel educativo superior a la media nacional y su desempeño profesional será<br />

ejercido fuera <strong>del</strong> país.<br />

Por otra parte, cuando los padres o las madres tienen que salir <strong>del</strong> hogar para buscar trabajo,<br />

el cuidado y atención tanto de la casa como de los hermanos y hermanas quedan a cargo,<br />

muchas veces, de adolescentes, especialmente mujeres. Estas adolescentes se ven abocadas<br />

a abandonar el sistema educativo para realizar tareas de hogar. En muchos casos, quedan<br />

indefensas ante el abuso o la violencia sexual y de género, por parte de otros hermanos,<br />

familiares o vecinos que saben de su situación de vulnerabilidad.<br />

Según el estudio cualitativo que llevó a cabo UNICEF durante 2008 y 2009, la tendencia es que<br />

niñas, niños y adolescentes participen en el sostenimiento <strong>del</strong> hogar. El estudio de percepción<br />

identificó que la migración de niños y niñas entre doce y catorce años de edad <strong>del</strong> campo a la<br />

ciudad, especialmente para el caso de los niños, supone un fenómeno que se ve intensificado<br />

por la crisis. Dicha migración tiene como principal destino las cabeceras municipales y<br />

departamentales.<br />

En los departamentos de Chiquimula, Huehuetenango, Retalhuleu, Sololá, Quetzaltenango,<br />

San Marcos, Totonicapán, Escuintla, Quiché, Santa Rosa y Baja Verapaz, la migración<br />

temporal interna (de un lugar a otro <strong>del</strong> país) afecta a familias completas que acuden a trabajar<br />

a las fincas. Esto implica el abandono temporal de la escuela, lo cual trae consigo problemas<br />

de aprendizaje o un posible abandono definitivo de la misma para centrarse en el aspecto<br />

laboral.<br />

47


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

La migración también tiene como destino otros países, principalmente Estados Unidos, donde<br />

vive el 97% de la población guatemalteca que reside en el exterior (OIM/UNICEF, 2009). Entre<br />

las personas que han emigrado, un 43.14% ha salido de Guatemala en busca de trabajo; otro<br />

40.51% lo ha hecho para mejorar sus condiciones económicas, entre otros aspectos. Por rama<br />

de actividad, destaca el trabajo en hostelería y comercio (26.48%), seguido por agricultura<br />

(20.79%), industria textil y/o alimenticia (16.78%) y el trabajo en servicios sociales (9.58%),<br />

según la encuesta OIM/UNICEF <strong>del</strong> año 2009.<br />

Una vez en el país de destino, las y los guatemaltecos que allí residen deben adecuarse a la<br />

demanda de trabajo existente. De esta manera, en el momento de realizar la encuesta (junio<br />

2009), el 26.48% trabajaba en el comercio por mayor y menor, hoteles y/o restaurantes; el<br />

20.79% en la agricultura, caza, silvicultura y/o pesca; el 16.78% en la industria manufacturera,<br />

textil y alimenticia; el 9.58% en servicios comunales, sociales y personales; 7.39% en la<br />

educación y otro 5.17% en la construcción.<br />

3.8 Negocios ilícitos<br />

Debido a la crisis económica y a otros factores, los negocios ilícitos en Guatemala han<br />

aumentado en muchos casos como una estrategia de sobrevivencia vinculada con la<br />

informalidad pero, sobre todo, con las actividades ilegales. De esta manera, la economía que<br />

bordea la legalidad se está convirtiendo en la gran empleadora a nivel nacional, así como en la<br />

proveedora de redes de protección social.<br />

Estas actividades ilegales están minando la capacidad <strong>del</strong> Estado, ya que operan fuera <strong>del</strong><br />

marco legal e impositivo establecido y se caracterizan por «la versatilidad de su organización»,<br />

lo que además hace que sea una problemática «sumamente difícil de estimar dado que los<br />

agentes que se dedican a actividades subterráneas evitan ser detectados y no existen registros<br />

públicos» (PNUD, 2009b).<br />

Para las personas que se han quedado en situación de desempleo, las actividades y negocios<br />

ilícitos suelen ofrecerles pagos por servicios muy altos para períodos cortos de tiempo.<br />

Asimismo, son vistos como una ocupación y manera rápida de hacer dinero. Debido a una<br />

situación apremiante, las personas que se enrolan en estas actividades no son siempre<br />

conscientes de los riesgos que pueden llevar a la privación de libertad o la muerte.<br />

Estos negocios ilícitos tienen diferentes categorías, que van desde el trafico de drogas hasta el<br />

robo de vehículos. De acuerdo a los datos generados por la Unidad de Información Pública <strong>del</strong><br />

Ministerio de Gobernación, de los 15 578 hechos <strong>del</strong>ictivos contra la propiedad registrados<br />

durante el año 2009, el 42.53% corresponden a hurtos y robos a vehículos; 20.27% a hurtos y<br />

robos de motocicletas; 12.58% a hurtos y robo de armas de fuego y otro 6.18% a hurtos y<br />

robos a residencias, entre otros. Además, se registraron 401 violaciones sexuales, 1510 <strong>del</strong>itos<br />

contra la libertad.<br />

Para la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, 2009), en Guatemala,<br />

Honduras y El Salvador, «la intensa violencia generada por las drogas ha planteado un grave<br />

problema para la gobernabilidad», ya que «parte de la cocaína dirigida hacia el norte está<br />

pasando a través de Centroamérica, incluyendo El Salvador, Honduras, Guatemala y Belice».<br />

48


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

El informe Blanqueo de capitales y <strong>del</strong>itos financieras (Departamento de Estado de Estados<br />

Unidos, 2010b), pag 180) plantea que «el blanqueo de capitales procedentes de otras<br />

actividades ilícitas, tales como la trata de personas, contrabando, secuestro, evasión de<br />

impuestos y el robo de vehículos, es sustancial».<br />

Según la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), «la actividad <strong>del</strong> crimen común y<br />

organizado incluyó el secuestro de menores de edad, unas veces con fines de extorsión o<br />

intereses económicos, otras por venganzas personales» (PDH, 2009), habiéndose<br />

contabilizado durante los primeros diez meses <strong>del</strong> año 2009 el secuestro de 48 niñas, niños y<br />

adolescentes, quedando otros muchos sin registrar.<br />

Para el PNUD (2007) «los hechos ilícitos en el municipio de Guatemala están siendo cometidos<br />

por hombres jóvenes contra la población económicamente activa». En la capital de la<br />

República, durante el primer semestre <strong>del</strong> año 2007, la mayoría de hechos <strong>del</strong>ictivos cometidos<br />

corresponde «a robos o asaltos» (81.1%).<br />

El estudio <strong>del</strong> PNUD indica que el 75% de los <strong>del</strong>itos no es denunciado. En este sentido, tres<br />

de cada cuatro «hechos ilícitos acontecidos en la Ciudad de Guatemala [sic] quedan<br />

completamente invisibles para las estadísticas oficiales» (PNUD, 2007). Esto se debe a que<br />

una gran parte de la población «no cree que sirva para algo» denunciar (59%), o considera que<br />

el robo o el asalto «no fue grave o de valor» (13.1%).<br />

Gráfica 16.<br />

Razón por la cual no se denunció un hecho ilícito<br />

No cree que sirva de algo<br />

59 %<br />

No fue grave o de valor<br />

Temor a represalias<br />

Otros<br />

Trámites complicados<br />

No sabía dónde<br />

Lo resolví yo misma/o<br />

13.1 %<br />

9.8 %<br />

8.7 %<br />

6 %<br />

2.2%<br />

0.5 %<br />

0 10 20 30 40 50 60 70<br />

Fuente: PNUD (2007).<br />

La falta de oportunidades educativas y de empleo, así como de espacios de ocio y recreación<br />

para población adolescente, unidas a la crisis económica, la exclusión social y la impunidad,<br />

49


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

crean el contexto propicio para el aumento de los negocios ilícitos en Guatemala. Según el<br />

Banco Mundial (2009), un escenario «de baja escolarización, falta de oportunidad y de alta<br />

impunidad aumenta el riesgo de que los jóvenes participen de actividades ilegales».<br />

Por último, la crisis económica merma la capacidad de reacción y de capacidad de acción por<br />

falta de recursos de los diferentes actores e instituciones públicas, lo que es aprovechado por<br />

el crimen organizado. Para el Banco Mundial (2009), «el alto nivel de impunidad y la exclusión<br />

social son dos de las principales causas de la gravedad y el empeoramiento de los problemas<br />

de <strong>del</strong>incuencia y violencia».<br />

3.9 Explotación y violencia<br />

La crisis económica y climática ponen en peligro los avances que se han realizado en materia<br />

de protección a los derechos de la niñez y la adolescencia, tal como ha quedado patente en<br />

este documento. En lo relativo a la violencia contra adolescentes, especialmente mujeres, su<br />

aumento es un hecho preocupante.<br />

Según la Unidad de estadísticas de violencia intrafamiliar <strong>del</strong> INE, en 2008 se registraron<br />

23,721 casos de violencia intrafamiliar; el 10.4% de las víctimas tienen menos de diecinueve<br />

años de edad. De estos, el 92.18% se da en contra de mujeres en ese rango de edad. No hay<br />

que olvidar que «el efecto de la violencia puede ser devastador y tiene repercusiones en<br />

diversos ámbitos de la vida» (UNICEF, 2008) ya que muchos niños y niñas están expuestos y<br />

son víctimas de la violencia por parte de cualquier miembro de la unidad familiar.<br />

En cuanto al trabajo de niñas, niños y adolescentes asociado con la explotación sexual<br />

comercial, el estudio cualitativo realizado por UNICEF encontró evidencias en la ciudad de<br />

Tecún Umán, cercana a la frontera con México. Asimismo, en las áreas urbanas de la mayoría<br />

de departamentos <strong>del</strong> país se puede observar mujeres adolescentes que están siendo<br />

explotadas sexualmente en centros nocturnos y bares, tal como sucede en Chisec (Alta<br />

Verapaz).<br />

En el departamento de San Marcos (fronterizo con México) existen reportes de lo que se da en<br />

llamar «tarjeteras», esto es, madres y padres que explotan sexualmente a sus hijas a <strong>cambio</strong><br />

de recargas o tarjetas de telefonía celular.<br />

En la ciudad de Guatemala, adolescentes de ambos sexos que antes cuidaban y limpiaban<br />

automóviles o lustraban zapatos, recibían poco más de veinticinco quetzales por un día de<br />

trabajo, al no tener vehículos para cuidar y menos zapatos para lustrar, han sido captados por<br />

redes pedófilas y son explotados sexualmente usando teléfonos celulares e Internet.<br />

Si bien en las actividades de explotación sexual comercial hay niñas, niños y adolescentes<br />

provenientes de otros países de Centroamérica, principalmente de Honduras, Nicaragua y El<br />

Salvador, la mayor cantidad son guatemaltecos y guatemaltecas. Las redes criminales que<br />

buscan más víctimas para introducirlas en esta actividad encuentran un campo fértil en las<br />

poblaciones con altos índices de pobreza extrema, pues muchos adolescentes pueden ser<br />

engañados con la promesa de un trabajo legal, pero en realidad son víctimas de la explotación<br />

sexual comercial y de otras formas de violencia.<br />

El municipio de Camotán, en Chiquimula, cercano a la frontera con Honduras, forma parte de<br />

un corredor de migrantes centroamericanos, tráfico de drogas y trata de personas. La población<br />

advierte de la existencia de explotación sexual comercial en adolescentes, aunque también<br />

indica su temor a represalias por presentar denuncias, lo que lleva a un comportamiento que<br />

profundiza la impunidad.<br />

50


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Para la Central de Inteligencia Americana, «Guatemala es una fuente de tránsito y destino para<br />

centroamericanos traficados con fines de explotación sexual comercial y trabajo forzado; la<br />

trata de personas es un problema importante y creciente en el país» (CIA, 2010).<br />

Con la entrada en vigor de la Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas,<br />

en el año 2009, Guatemala dejó de ser el único país de Centroamérica que no había<br />

armonizado su legislación en este ámbito esencial para la protección y desarrollo de la niñez y<br />

la adolescencia. El Informe mundial sobre la violencia contra los niños y niñas (Naciones<br />

Unidas, 2006) indica que «los niños y niñas víctimas de trata y explotación sexual deben ser<br />

tratados como víctimas y recibir apoyo, en vez de ser tratados como criminales y ser<br />

arrestados».<br />

3.10 Víctimas colaterales de la violencia<br />

La alta tasa de impunidad prevaleciente en el país tiene un alto impacto en los <strong>del</strong>itos contra<br />

las mujeres. En 2009, murieron en Guatemala 720 mujeres, según la Procuraduría de los<br />

Derechos Humanos (PDH). El 43% de ellas tenían entre trece y veintisiete años de edad. Las<br />

autoridades encargadas no tomaron mayores acciones para evitar sus muertes, ni para la<br />

captura y condena de sus victimarios. La muerte de la madre, además de que es un factor de<br />

desintegración familiar, tiene consecuencias negativas para la niñez y la adolescencia ya que<br />

se quedan prácticamente sin referente en el hogar y sufren una pérdida emocional irreparable.<br />

Guatemala tiene una de las tasas más altas de América Latina y el Caribe por mortalidad<br />

materna —pues mueren alrededor de 589 mujeres al año por causas relacionadas con el<br />

parto—, sin embargo la muerte de mujeres por violencia es mayor, lo que da una idea de la<br />

envergadura <strong>del</strong> problema. Durante el año 2009 se denunciaron 2174 casos de violencia<br />

intrafamiliar, de acuerdo a la Unidad de Información Pública <strong>del</strong> Ministerio de Gobernación con<br />

datos generados por la PNC.<br />

La muerte de la madre por violencia<br />

machista se da en un ambiente de total<br />

impunidad por parte de los victimarios.<br />

Niñas, niños y adolescentes que crecen<br />

en un ambiente de miedo, violencia y<br />

violación de sus derechos, estarán<br />

marcados de por vida y probablemente<br />

repetirán con sus parejas lo que han<br />

visto en su familia.<br />

Carmen López, dirigente de la<br />

organización Alianza para la Acción, en<br />

declaraciones recogidas por la agencia<br />

AFP, asegura que desde la vigencia de<br />

©UNICEF/Guatemala2009/EDíaz<br />

la ley contra el femicidio y otras formas<br />

de violencia contra la mujer, hasta el 22<br />

de abril de 2010, al Organismo Judicial<br />

ingresaron 17.687 casos. Del total de denuncias se emitieron 75 sentencias; 18 absolutorias y<br />

57 condenatorias». En otras palabras, el índice de impunidad en este tipo de <strong>del</strong>itos alcanza el<br />

99.57%.<br />

De acuerdo con la Unidad de Estadísticas de Violencia Intrafamiliar <strong>del</strong> INE, en 2008 se<br />

registraron 23 271 casos de violencia intrafamiliar, de las cuales el 90.34% fue contra mujeres;<br />

51


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

y dentro de éstas, el 27.77% eran mujeres mayas. El 75.96% de estas agresiones provienen<br />

<strong>del</strong> esposo o el conviviente. En muchos casos, se trata, de mujeres que son económicamente<br />

dependientes, ya que el 71.39% de las mujeres víctimas de violencia se encontraba sin trabajo<br />

remunerado. Por su parte, el INE, traza el perfil <strong>del</strong> agresor como varón, trabajador (86.93%) y,<br />

en un 63.5%, tiene entre veinte y treinta y nueve de edad. Para 2010, el INE prevé alrededor<br />

33 600 casos de violencia intrafamiliar, es decir 92 hechos por día, aunque el subregistro<br />

continuará siendo alto.<br />

Gráfica 17.<br />

Población masculina agresora de violencia intrafamiliar por grupos de edad<br />

12 a 19 (3.75%)<br />

20 a 24 (14.21%)<br />

25 a 29 (19.01%)<br />

30 a 34 (16.96%)<br />

35 a 39 (13.31%)<br />

40 a 44 (9.64%)<br />

45 a 49 (6.53%)<br />

50 a 54 (4.11%)<br />

55 ó más (4.46%)<br />

Ignorado (8.02%)<br />

Fuente: Unidad de Estadísticas de Violencia Intrafamiliar <strong>del</strong> INE (página web).<br />

La Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar (Decreto 97-1996), en su<br />

artículo 1 establece que, «la violencia intrafamiliar constituye una violación a los derechos<br />

humanos y para los efectos de la presente ley, debe entenderse como cualquier acción u<br />

omisión que de manera directa o indirecta causare daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico<br />

o patrimonial, tanto en el ámbito público como en el privado, a persona integrante <strong>del</strong> grupo<br />

familiar, por parte de parientes o conviviente o ex conviviente, cónyuge o ex cónyuge o con<br />

quien se haya procreado hijos o hijas».<br />

En Rabinal (municipio <strong>del</strong> departamento de Baja Verapaz), la violencia intrafamiliar es un<br />

problema constante. Para enfrentarlo, la municipalidad abrió la Oficina Municipal de la Mujer,<br />

Niñez y Adolescencia, en la cual se reciben las denuncias por violencia machista, las cuales<br />

son posteriormente objeto de acompañamiento.<br />

La violencia intrafamiliar y el maltrato infantil son parte de la vida diaria en la mayoría de los<br />

municipios <strong>del</strong> departamento de San Marcos. En el municipio de Ixchiguán, estos<br />

comportamientos se asocian con machismo y alcoholismo. Diferentes personas consultadas<br />

en el municipio de Tejutla informaron de casos de violencia intrafamiliar asociados con la<br />

tensión en el hogar por falta de recursos económicos.<br />

52


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Para muchas adolescentes indígenas víctimas de violencia intrafamiliar, no poder ser atendidas<br />

ni contar con la atención requerida en su idioma materno representa un obstáculo para<br />

presentar denuncias. Adicionalmente, la falta de recursos económicos para pagar el transporte<br />

desde el hogar hasta el juzgado supone también un impedimento para denunciar y exigir<br />

justicia.<br />

La violencia psicológica tiene especial impacto entre mujeres, niñas, niños y adolescentes ya<br />

que, aunque no haya violencia física o sexual, los efectos sobre las víctimas son altos y, en<br />

muchos casos, irreparables. La violencia psicológica no sólo daña a quien la sufre —la mayoría<br />

de las veces, las madres de familia— sino que, además, perturba la convivencia y el desarrollo<br />

de niñas, niños y adolescentes.<br />

Por otra parte, según la PDH, «los homicidios de personas relacionadas con el transporte<br />

público reflejan un nuevo patrón en el incremento y los altos niveles de violencia que se viven<br />

en el país» (PDH, 2009).<br />

Los crímenes cometidos en autobuses dejaron 192 pilotos, 50 ayudantes y 52 pasajeros<br />

muertos durante el año 2009 (PDH, 2009). Las familias de estas personas han quedado<br />

destrozadas, en muchos casos sin otras fuentes de ingresos monetarios. La mayoría de los<br />

niños y las niñas de estos hogares se ven forzados a ausentarse de la escuela o abandonarla<br />

en forma definitiva, como estrategia de subsistencia familiar, aceptando incluso empleos de<br />

riesgo. De esta cuenta, niñas, niños y adolescentes huérfanos son más vulnerables a ser<br />

reclutados por pandillas juveniles, por el crimen organizado o para la explotación sexual<br />

comercial.<br />

Gráfica 18.<br />

Asesinatos en autobuses entre 2007 y 2009<br />

300<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

Pasajeros<br />

Ayudantes<br />

Pilotos<br />

50<br />

0<br />

Año 2007 (121<br />

muertes)<br />

Año 2008<br />

(206 muertes)<br />

Año 2009 (294<br />

muertes)<br />

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la PDH (PDH, 2009).<br />

53


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

4. De la preocupación<br />

a la acción<br />

En Guatemala, los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y de la crisis económica han limitado las<br />

oportunidades de empleos nuevos, provocando una tormenta perfecta que tiene consecuencias<br />

en toda la sociedad, especialmente entre la población más joven, como se ha visto en este<br />

documento. Los desafíos provocados por estas crisis representan oportunidades para el<br />

<strong>cambio</strong> y ponen a prueba la capacidad de la sociedad y de las instituciones para reinventarse y<br />

seguir creciendo, creando riqueza y bienestar de manera más equitativa, fortaleciendo los<br />

sistemas de protección social.<br />

Sin duda alguna, la República de Guatemala saldrá de la crisis económica y financiera con el<br />

tiempo, pero no es tan seguro que su sociedad retome pronto a la senda de la prosperidad<br />

económica, sobre todo si no se adoptan las decisiones oportunas y necesarias para mitigar la<br />

histórica desigualdad social, nutricional y económica que ha postergado e impedido el<br />

desarrollo pleno de su población, especialmente de la niñez y la adolescencia. Por ello, es<br />

ahora el momento de pasar de la preocupación a la acción y la ocupación.<br />

Desde finales <strong>del</strong> año 2007, tras el fuerte impacto provocado de la combinación de estas<br />

crisis, la situación de la niñez y la adolescencia está empeorando, especialmente en cuanto a<br />

los niveles de pobreza e inequidad social. El mayor efecto podría concentrarse en el aumento<br />

en el número de personas que pasan hambre y están malnutridas.<br />

La situación de la niñez y la adolescencia en Guatemala debe ser cuestión de Estado. Cuando<br />

los niños, niñas, adolescentes y mujeres tienen bajos niveles de salud, nutrición y educación,<br />

son menos productivos y la probabilidad de seguir siendo pobres y heredar la pobreza a las<br />

siguientes generaciones es mayor.<br />

Todas las acciones tienen que tomar en cuenta la interculturalidad <strong>del</strong> país, ya que no se<br />

pueden aplicar soluciones generales, sino que éstas deben adaptarse a las diferentes zonas<br />

geográficas, étnicas, lingüísticas y culturales de Guatemala y a sus respectivas demandas.<br />

Asimismo, es necesaria la incorporación <strong>del</strong> enfoque de género en la elaboración de<br />

presupuestos; la inversión en la mujer genera el mayor retorno <strong>del</strong> bienestar social, lo cual<br />

redunda en una mejora de las condiciones de vida de la niñez y la adolescencia.<br />

Tanto los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático como de la crisis económica están menguando la<br />

capacidad <strong>del</strong> Estado para hacer frente a las demandas de la población para mejores y más<br />

servicios públicos, por lo que se hace necesario mejorar la eficiencia de la inversión social y la<br />

productividad pública. En otras palabras, corresponder a una mayor demanda con menos<br />

recursos, adaptando la oferta de servicios públicos a las necesidades de la población, es decir,<br />

hacer más con menos.<br />

Por ejemplo, el aprovechamiento de las tecnologías de información y telecomunicación para<br />

mejorar la conectividad entre la población y quienes toman decisiones, tanto a nivel nacional<br />

como municipal, puede ayudar a mejorar la entrega de servicios públicos, tal como sucede en<br />

otros países. La aplicación de las tecnologías en el sector salud, podría evitar desplazamientos<br />

innecesarios <strong>del</strong> personal <strong>del</strong> centro de salud a las comunidades y viceversa, si el trámite o<br />

consulta se puede realizar con una llamada telefónica, mensaje de texto o correo electrónico.<br />

54


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

El Estado debe desempeñar un papel anticíclico. Para ello, es preciso que asegure —cuando<br />

no aumente— la inversión pública a favor de la niñez y la adolescencia, fortaleciendo la<br />

protección social.<br />

En tiempo de crisis económica es necesario mantener y, de ser posible, ampliar la cobertura<br />

de los programas de salud y nutrición, así como servicios de abastecimiento de agua limpia,<br />

educación básica, protección y lucha contra la impunidad, que protegen los derechos de la<br />

niñez y adolescencia<br />

El coste de la violencia es alto y va en aumento. Para reducir la violencia es esencial combatir<br />

la impunidad y evitar que más jóvenes caigan en las redes de la <strong>del</strong>incuencia. Las<br />

instituciones nacionales, departamentales y municipales están llamadas a jugar un papel<br />

decisivo en la lucha contra la impunidad y el crimen organizado. Además, la sociedad debe<br />

tener tolerancia cero contra todas las personas que cometen algún tipo de <strong>del</strong>ito. La violencia<br />

intrafamiliar, el abuso y los crímenes contra la niñez y la adolescencia se reducen combatiendo<br />

la impunidad.<br />

En el ámbito de la desnutrición, es necesario reforzar y enfatizar, por parte <strong>del</strong> Estado, las<br />

medidas de prevención de la desnutrición mediante el monitoreo y promoción <strong>del</strong> crecimiento<br />

físico, con énfasis en niñas y niños menores de dos años de edad, para lo cual es más que<br />

necesario aumentar el presupuesto y los esfuerzos a todos niveles destinado a tal fin. La<br />

promoción de medidas como el fomento de la lactancia materna exclusiva para menores de<br />

seis meses y de la lactancia materna complementaria hasta los dos años de edad, favorece el<br />

crecimiento físico y el desarrollo mental de niñas y niños, además de procurarle mayores<br />

defensas y beneficios para su crecimiento.<br />

Para superar los efectos de la crisis económica mundial es necesario implementar acciones<br />

nacionales y locales específicas. Los recursos municipales también se ven disminuidos por<br />

la situación económica, por lo que resulta indispensable ajustar sus planes y estrategias,<br />

orientando sus acciones a los grupos menos favorecidos, especialmente para niños, niñas y<br />

adolescentes.<br />

En la implementación <strong>del</strong> plan de recuperación y reconstrucción con transformación <strong>del</strong><br />

Gobierno de Guatemala se debe privilegiar la contratación de personas afectadas por los<br />

eventos climatológicos.<br />

Aunque Guatemala contribuya poco al <strong>cambio</strong> climático mundial sí padecerá en gran medida<br />

sus efectos. Por ello, la política más eficiente y menos costosa es adaptarse al <strong>cambio</strong><br />

climático de manera preventiva, teniendo en cuenta los procesos naturales, económicos,<br />

sociales, tecnológicos, ambientales y energéticos. Esta adaptación no debe entenderse<br />

únicamente como acciones de preparación y respuesta a desastres naturales, sino más bien el<br />

conjunto de estrategias tendentes de evitar su impacto en los grupos menos favorecidos.<br />

Actuar y adaptarse rápido a las transformaciones provocadas por las crisis ofrece ventajas. Si<br />

el país no previene los efectos las crisis, las arcas públicas se pueden resentir de manera<br />

brusca ante el impacto de cualquier fenómeno climatológico o crisis económica.<br />

Adaptarse a los efectos <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático no es una tarea exclusivamente <strong>del</strong> Estado, sino<br />

también de la ciudadanía y <strong>del</strong> sector empresarial. Se puede y se debe hacer esfuerzos<br />

conjuntos para minimizar el impacto entre la población presente y futura. Prevenir contra la<br />

contaminación de las fuentes de agua potable, como ríos o lagos, evitar la urbanización<br />

inadecuada y las prácticas agrícolas insostenibles es económicamente más ventajoso que<br />

recuperar lo ya destrozado.<br />

55


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

Se requieren políticas y programas, tanto a nivel nacional como regional y municipal, que<br />

contemplen el desarrollo ambiental de manera sostenible. Para ello, se ha de implementar la<br />

legislación necesaria tanto para la preservación <strong>del</strong> entorno como para castigar los <strong>del</strong>itos<br />

medioambientales. Este desarrollo debe fomentar el uso de energías limpias, la regeneración y<br />

limpieza de ríos y lagos, protección de fuentes de agua segura para consumo humano, así<br />

como la reforestación de los bosques.<br />

Para aumentar la resiliencia de las familias y comunidades ante los desastres naturales, se<br />

debe aumentar los conocimientos, habilidades, acceso a servicios públicos e ingresos.<br />

¿Qué podemos hacer para adaptarnos?<br />

Para prevenir DESASTRES<br />

• Ordenar y regular los asentamientos humanos y el territorio. El nivel más indicador para<br />

llevar a cabo estas actividades es el municipal.<br />

• Incluir el tema de gestión de riesgo para los proyectos de inversión pública y privada.<br />

Para mejorar la SEGURIDAD ALIMENTARIA<br />

• Poner mayor atención a los pronósticos <strong>del</strong> tiempo como parte de los sistemas de alerta<br />

temprana.<br />

• Diversificar los cultivos y el uso de variedades genéticas.<br />

• Fortalecer a las organizaciones de base que funcionan como sistemas de soporte para<br />

los agricultores.<br />

• Mejorar el acceso a fuentes de financiamiento para la producción y cadenas de<br />

comercialización.<br />

Para asegurar el suministro de AGUA<br />

• Mejor el ordenamiento y la gestión de los recursos hídricos: ley general <strong>del</strong> agua,<br />

generar y mejorar la producción y difusión de información sobre los recursos y sus<br />

usuarios.<br />

• Aumentar los sistemas de almacenamiento de agua. Los embalses son multiusos:<br />

generación hidroeléctrica, riego y abastecimiento domiciliar.<br />

• Regulación territorial: no ocupar áreas de recarga hídrica, tratar las aguas residuales y<br />

controlar la descarga de los alcantarillados sanitarios.<br />

Para garantizar respuestas efectivas, oportunas y fiables, deben adoptarse y actualizarse los<br />

preparativos para atender las emergencias. Se debe poner especial énfasis en la atención de<br />

niños, niñas, adolescentes, mujeres y comunidades, así como a prestadores de servicios<br />

básicos, quienes han de estar preparados para afrontar las necesidades sanitarias,<br />

nutricionales, educativas y de seguridad que se presenten cuando se produzca un desastre.<br />

El <strong>cambio</strong> en las condiciones climáticas repercutirá en el suministro de agua, por lo que es<br />

necesario mejorar la gestión de los recursos hídricos con los que cuenta Guatemala. Ante un<br />

56


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

escenario de probabilidad de <strong>cambio</strong> de las precipitaciones, se hace más que necesario<br />

almacenar el agua en embalses, ya que éstos pueden ser multiusos: generadores de energía<br />

hidroeléctrica, riego, abastecimiento para hogares y para cubrir la demanda ecológica <strong>del</strong> agua.<br />

Para, para mejorar el saneamiento básico a nivel comunitario, es necesario fortalecer al<br />

Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) como entidad rectora de la materia,<br />

mejorando la planificación sectorial y de programas. Para ello, es preciso establecer<br />

mecanismos de coordinación nacional que permitan ordenar las intervenciones públicas y<br />

privadas, incrementando la asignación <strong>del</strong> presupuesto público priorizando acciones para el<br />

área rural.<br />

La reforestación evita erosión <strong>del</strong> suelo, mitiga la desertificación y protege las zonas costeras,<br />

entre otros efectos. Plantar árboles es una buena forma de conservar el medio ambiente y<br />

mejorar las condiciones para el desarrollo, por lo que es una actividad imprescindible de<br />

realizar en Guatemala.<br />

En el ámbito energético, el Estado podría fomentar la adopción de energías limpias,<br />

bonificando con reducción de impuestos a las empresas que den el paso. La disponibilidad de<br />

servicios limpios de energía —como la solar, por ejemplo— mejora la condición de vida de los<br />

hogares y la permanencia de niñas y niños en la escuela, ya que no necesitan ir a buscar leña<br />

y otros biocombustibles como el aceite para cocinar y producir calor en el hogar.<br />

Si no se toman las medidas necesarias de adaptación, el <strong>cambio</strong> climático será más<br />

devastador que la crisis económica, financiera y laboral y durará mucho tiempo. Aunque el<br />

país pueda retomar la senda <strong>del</strong> crecimiento económico, más de la mitad de la población<br />

tardará mucho más tiempo en recuperarse si no se cuenta con un plan de ajuste y recuperación<br />

que tome en consideración a la niñez y la adolescencia, así como a otros colectivos<br />

vulnerables.<br />

57


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong> – <strong>Impacto</strong> <strong>del</strong> <strong>cambio</strong> climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia<br />

Las principales fuentes:<br />

Este documento ha sido posible gracias a los diferentes esfuerzos de investigación y análisis<br />

que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en Guatemala ha llevado a cabo desde el<br />

tercer trimestre <strong>del</strong> año 2009 con diferentes organizaciones e instituciones. Entre ellas,<br />

destacan:<br />

- Seguimiento y atención de la situación de la niñez y la adolescencia en Guatemala, en<br />

el contexto de la crisis de alza de los precios de los alimentos. Diciembre de 2008.<br />

Estudio cualitativo.<br />

- Seguimiento y atención de la situación de la niñez y la adolescencia en Guatemala, en<br />

el contexto de la crisis económica mundial. Julio de 2009. Estudio cualitativo.<br />

- Encuesta sobre remesas 2009, niñez y adolescencia. Realizado por OIM con el apoyo<br />

de UNICEF. Octubre de 2009<br />

- Resultados de la valoración de inseguridad alimentaria y nutricional en los<br />

departamentos <strong>del</strong> corredor seco <strong>del</strong> oriente de Guatemala, Quiché e Izabal. Realizado<br />

por la Red Humanitaria de Guatemala, de la que es parte UNICEF. Noviembre de 2009.<br />

- Marco conceptual para el análisis <strong>del</strong> presupuesto orientado a la niñez y la adolescencia<br />

guatemalteca. Icefi. Diciembre de 2009.<br />

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USAID/Proyecto Diálogo (2009). Serie análisis de política núm. 7. Gratuidad en la<br />

educación: ¿Qué implica? Guatemala: USAID/ Proyecto Diálogo para la Inversión Social en<br />

Guatemala. Link<br />

USAID/Proyecto Diálogo (2009b). Serie análisis de política núm. 9. El gasto de bolsillo en<br />

salud: implicaciones para la pobreza y la equidad en Guatemala. Guatemala: USAID/<br />

Proyecto Diálogo para la Inversión Social en Guatemala. Link<br />

63


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

Listado de siglas y acrónimos<br />

Banguat<br />

BM<br />

CIA<br />

CDN<br />

CECC<br />

Cepal<br />

Cicig<br />

EDAS<br />

Encovi<br />

Ensmi<br />

FAO<br />

FMI<br />

IARNA<br />

Icefi<br />

INE<br />

Insivumeh<br />

IRAS<br />

IVA<br />

Mineduc<br />

Minfin<br />

MSPAS<br />

MFEWS<br />

NNUU<br />

ODM<br />

OIM<br />

OIT<br />

PEA<br />

PIB<br />

PMA<br />

Banco de Guatemala<br />

Banco Mundial<br />

Central Intelligence Agency, por sus siglas en inglés. Agencia Central de<br />

Inteligencia.<br />

Convención sobre los derechos <strong>del</strong> niño<br />

Coordinadora de Educación y Cultura de Centroamérica<br />

Comisión Económica para América Latina<br />

Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala<br />

Enfermedades diarreicas agudas<br />

Encuesta nacional sobre condiciones de vida<br />

Encuesta nacional de salud materno infantil<br />

Food and Agriculture Organization, por sus siglas en inglés. Organización de<br />

las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación<br />

Fondo Monetario Internacional<br />

Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente de la Universidad<br />

Rafael Landívar<br />

Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales<br />

Instituto Nacional de Estadística<br />

Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología<br />

Infecciones respiratorias agudas<br />

Impuesto al valor agregado<br />

Ministerio de Educación<br />

Ministerio de Finanzas Públicas<br />

Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social<br />

Mesoamerican Food Security Early Warning System, por sus siglas en inglés.<br />

Sistema Mesoamericano de Alerta Temprana para Seguridad Alimentaria<br />

Naciones Unidas<br />

Objetivos de Desarrollo <strong>del</strong> Milenio<br />

Organización Internacional para las Migraciones<br />

Organización Internacional <strong>del</strong> Trabajo<br />

Población económicamente activa<br />

Producto interno bruto<br />

Programa Mundial de Alimentos<br />

64


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

PNUD<br />

PNC<br />

PPA<br />

Segeplan<br />

Sesán<br />

Sida<br />

UNICEF<br />

UNISDR<br />

UNODC<br />

USAID<br />

VIH<br />

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo<br />

Policía Nacional Civil<br />

Paridad de poder adquisitivo<br />

Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia<br />

Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional<br />

Síndrome de inmunodeficiencia adquirido<br />

United Nations Children’s Fund, por sus siglas en inglés. Fondo de las<br />

Naciones Unidas para la Infancia<br />

United Nations. International Strategy for Disaster Reduction, por sus siglas en<br />

inglés. Naciones Unidas. Estrategia Internacional para la Reducción de<br />

Desastres<br />

United Nations Office on Drugs and Crime, por sus siglas en inglés. Oficina de<br />

Naciones Unidas contra las drogas y el <strong>del</strong>ito.<br />

United States Agency for International Development, por sus siglas en inglés.<br />

Agencia de Estados Unidos para la Cooperación Internacional<br />

Virus de inmunodeficiencia humana<br />

65


<strong>LA</strong> <strong>TORMENTA</strong> <strong>PERFECTA</strong><br />

http://www.unicef.org/guatemala<br />

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