RELICARIO DE RONCESVALLES

—198—
RELICARIO DE RONCESVALLES
I
La joya mejor, si exceptuamos la de la imagen de la Santísima Virgen,
que posee esta Real Colegiata, es, sin duda alguna, un amuleto ó cuadro
de plata adornado de soberbios esmaltes, que según Madrazo es del siglo
XIII, y según Mr. Marquet escribe en la Gaceta de Bellas Artes de París,
es del siglo XIV ó principios del siglo XV. Este relicario es conocido
en la Colegiata y llamado vulgarmente «Ajedrez de Carlo Magno», por
haber sido donado, según dicen, por este gran Emperador..... creencia
que encuentra muy natural el señor Marquet..... y que yo no acierto á
explicarme, puesto que el Emperador Carlo Magno vivió en el siglo VIII,
y esta preciosa obra, según la Historia, á lo más se remonta al siglo XIII.
Hay una tradición de que este cuadro se formó con cuadritos que
traian los peregrinos que venían de Limoges (Francia).
Las mil vicisitudes por que ha atravesado esta Real Casa, y principalmente
los incendios, nos privan de documentos que nos hubieran suministrado
datos sobre puntos importantísimos en la historia de Roncesvalles y
que hoy es casi imposible el poder explicaros con precisión y exactitud.
Entre los manuscritos del archivo he hallado uno del Doctor Burges,
canónigo de esta Real Casa, y otro del Licenciado señor Huarte, canónigo
y Sub-Prior de la misma, que dan alguna luz sobre tan artístico y rico
relicario.
Dice el primero:
«Entre otras reliquias que hay en el Ajedrez que necesitan de nota y
advertencia, es una la del pan de la cena y otra la de la Sangre de Jesucristo,
y acerca de ellas se advierte que en la última Cena que Cristo
nuestro bien hizo, hubo dos panes; uno fué el usual y otro que consagró,
como advierte Baronio, el año treinta y cuatro en el primer tomo, número
diez y ocho, el pan que se conserva en el Ajedrez y está en este relicario
es del usual, no del que consagró y este pan también se halla en el
relicario Santo de Oviedo. También hay en el Ajedrez un pomito de cristal
en que está escrito de Sanguine xph, y aunque dice de sanguine
Christi no se ha de entender sea de la que derramó Cristo en la Santísima
pasión, porque aquélla fué vuelta á su santísimo cuerpo en su gloriosa

—199—
resurrección como enseña Santo Tomás y todos los santos, de suerte que
no puede haber en este mundo sangre salida de la viva carne de Cristo, y
así es de la que consagran los sacerdotes legítimamente ordenados á quienes
dió Cristo virtud para que mediante las palabras de la consagración,
etc... etc...»
El Licenciado señor Huarte dice:
«Digo pues que tanto tiempo que los señores franceses que reinaron
en Navarra, es de creer que siendo tan poderosos, particularmente los
cuatro reyes, que sin duda ellos dieron orden en que viniesen á Roncesvalles
así las reliquias santas particularmente las dos sacratísimas espinas
de la corona del Señor y lignum Crucis y algunas de Nuestra Señora
(porque las espinas era muy posible hubiesen venido de otra parte) como
las de la batalla de Roncesvalles de las cuales, se dirá adelante. Particularmente
los reyes Teobaldos fueron muy devotos de la Virgen de Roncesvalles
(los cuales sucedieron en Navarra al gran Rey don Sancho el
Fuerte su tío patrón de Roncesvalles del cual hay mucha memoria en esta
obra) y así la adornaron con muchas donaciones en sus estados de Francia
y con muchos privilegios y libertades en Navarra hacia los años de
1250. Ha corrido una opinión que muchas de las Santas reliquias de Roncesvalles
se hallaron (cuando la imagen de María Sma. se manifestó) en
la concavidad de aquella arca sobre que ella está sentada según se ha dicho
antes, y cuando las sacaron fueron depositadas con otras de nuevo
halladas en otra arca suelta: de modo que quien quiera las podía tocar,
tratar y aún llevarlas, como se tiene por cierto que fueron hurtadas y llevadas
á otras partes en ambos tiempos de paz y de guerra: hasta que el
Prior don Francisco de Navarra (que después fué Arzobispo de, Valencia)
las encerró en un relicario en tal forma que se pueden ver y no
tocar ni sacar: con sus rótulos encima, cubiertas con un cristal clarísimo,
llámase aquel relicario aun en estos tiempos la tabla de Axadrez
de Carlomagno: y no sé por qué causa tiene tal nombre».
De la importancia y veneración que tenían en el siglo XVI á las santas
reliquias en esta Real Casa, da idea lo que nos dice en el Lib. 4.º, tt. 10.
fol. 113, Armendáriz en su repertorio de las leyes de este reino, al decir
que así «como el Rey don Alonso llamado el Magno de las Asturias dice
Baronio que habiendo llegado los Normandos á Galicia hacia los años 788
aquel gran Rey cuidó, y antepuso á las mismas cosas de la corona en que
las santas reliquias de la Iglesia de Oviedo se guardasen de los Normandos
enemigos de la fé: sucedió en Roncesvalles pues habiendo juntado la
Princesa de Bearnex hacia los fines de 1572 un ejercito de luteranos para
introducir su Herejía en la baja Navarra. De que tuvo noticia el prudentísimo
Philipo segundo y luego mandó se retirasen todas las reliquias de
este Santuario á la Granja de Atarrabia (hoy Villava) que es de la Real

—200—
Casa y después el año 1586 en las cortes que se celebraron en la ciudad
de Pamplona, suplicó el Reino á su magestad las mandase volver á esta
Real Casa, como consta de las leyes que se establecieron en aquellas
Cortes y se infiere de todo lo obrado la gran estimación y veneración que
tiene todo el Reino á las Sagradas Reliquias que están en este Santuario.»
El documento más importante en este asunto creo es el del Licenciado
señor Huarte, por ser el más antiguo, pues es del siglo XVI y por consiguiente
del tiempo en que esta Real Casa era regida por don Francisco de
Navarra; este Prior, descendiente del Rey don Carlos de Navarra, contaba
como canónigo de la misma á su amigo el cultísimo y sapientísimo
Doctor don Martín de Azpilicueta; estos nombres son garantía suficiente
para juzgar de la valía de los que por los años 1522 dirigían los destinos
de Roncesvalles. Las virtudes del entonces Prior hicieron que fuera presentado
el año 1542 para Obispo de Ciudad Rodrigo, por el Emperador
Carlos V, que tres años más tarde fuera ascendido al de Badajoz, y que á
la muerte de Santo Tomás de Villanueva, llamado vulgarmente el Padre
de los pobres, le nombraran para ser su sucesor, cumpliendo tan digna y
santamente su cometido, que poco después fué consultado para el Arzobispado
de Toledo. Nada tiene de particular, pues, sino que es muy razonable,
el que varón tan religioso y que disponía de tan cuantiosas rentas
como entonces disfrutaban los Priores de Roncesvalles, destinara esta rica
joya artística para guardar la multitud de reliquias, que aún hoy día se
exponen al culto de los fieles.
Indudablemente, que el Prior D. Francisco de Navarra es el que enriqueció
el Tesoro de esta Real Casa con tan precioso relicario
II
Descripción del relicario.— Forma un marco de 0,468 m. de altura
por 0,569 m. de largura Los lóculos miden próximamente 0,045 m. de altura
por 0,060 m. de largura. Los lados superior é inferior están divididos
en sus compartimientos, cada uno de ellos con finísimos esmaltes En cada
uno hay una ojiva colgante entre dos figuras de medio cuerpo, que representan
al parecer personajes del antiguo Testamento (patriarcas, reyes,
profetas) excepto en los dos compartimentos centrales de la parte inferior
en que se representa el martirio de San Esteban, con cuatro figuras
En los lados verticales hay cuatro chapas á cada lado, con efigies de
apóstoles, de cuerpo entero. En el interior de este marco y en siete líneas
paralelas, á los lados superior é inferior están colocados treinta y un esmaltes,
de ellos, cuatro en cada una de las líneas primera, tercera, quinta
y séptima, y cinco en la segunda, cuarta y sexta, que alternan horizontal
y verticalmente con treinta y dos lóculos de igual altura, aunque algo

BOLETIN DE LA COMISIÓN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS Y ARTÍSTICOS DE NAVARRA
Relicario de Roncesvalles

—201—
más anchos que los esmaltes; en ellos están colocadas las reliquias Los
nombres y orden de estas y de los esmaltes son los siguientes:
Línea primera ó superior, de izquierda á derecha: reliquia del pan de
la Santa Cena; del pan de cebada en el milagro de los peces y una partícula
de los dineros de la venta de Jesús por Judas.— Esmalte, figura simbólica
eucarística.—Reliquia del árbol que plantó Jesucristo para dar sombra
á su Sma. Madre.— Esmalte, San Gabriel en la Anunciación.—Reliquia,
lignum Crucis.— Esmalte, la Sma. Virgen en la Anunciación.—Reliquia,
Sangre de Nuestro Señor Jesucristo (la milagrosa del Santo Cristo
de Benito).— Esmalte, un Obispo en actitud de bendecir.—Reliquia de la
leche de María Santísima y huesos de Santa Ana.
Línea segunda.— Esmalte, alegoría del Evangelista San Mateo. Reliquia
de los huesos de San Pedro, San Andrés, San Bartolomé y San Bernabé.—
Esmalte, figura de Santa Catalina.—Reliquia de Santo Tomás
Apóstol, San Cristóbal y San Víctor.— Esmalte, figura de San Juan Bautista.—Reliquia
de San Esteban.— Esmalte, figura de una Santa.—Reliquia
de San Lorenzo y Exuperio.— Esmalte, alegoría de San Juan Evangelista.
Tercera línea.— Reliquia de San Blas.— Esmalte, alegoría apocalíptica.—Reliquia
de San Vicente y San Lorenzo.— Esmalte, figura de un ángel
con atributos de la pasión (la cruz).—Reliquia de los huesos, cabello
y zurròn de San Juan Bautista.— Esmalte, otro ángel con atributos de la
pasión (corona de espinas).—Reliquia de Santo Tomás Cantuariense.—
Esmalte, alegoría apocalíptica.—Reliquia de Sidrac, Misac y Abdenago.
Cuarta línea.— Esmalte, figura de, al parecer, un profeta con su banda.—Reliquia
de San Sebastián.— Esmalte, figura de una reina, que según
otros representa á la Santísima Virgen mirando hacia su izquierda.—
Reliquia de los mártires Tebeos.— Esmalte, figura de Jesucristo, Salvador
del mundo.—Reliquia de San Jenesio y San Pomio.— Esmalte, figura,
según unos, de una Santa; según el parecer de otros, de San Juan Evangelista,
mirando al Salvador.—Reliquia de los Santos Felicísimo y Agapito.—Esmalte,
figura al parecer de un profeta.
Quinta línea.— Reliquia de los Santos Crisanto y Daria.— Esmalte,
figura de ángel apocalíptico con su trompeta.—Reliquia de los Santos Crisógono
é Hipólito.— Esmalte, figura de un ángel con atributos de la pasión.—Reliquia
de San Proto y Santa Jacinta.— Esmalte, otro ángel con
atributos de la pasión.—Reliquia de San Gregorio, Papa y San Martín.—
Esmalte, otro ángel apocalíptico con su trompeta.—Reliquia de San Nicolás.
Sexta línea.— Esmalte, alegoría de San Marcos Evangelista.—Reliquia
de Santa Catalina.— Esmalte, figura de un Obispo ó Papa saliendo
de su tumba.—Reliquia de los brazos de Santa Cecilia y Santa Lucía.—

—202—
Esmalte, figura de un hombre saliendo del sepulcro.—Reliquia del sepulcro
y vestido de Santa María Magdalena, de su costilla y sus cabellos.—
Esmalte, figura de un rey saliendo del, sepulcro.—Reliquia del brazo de
San Antonio, de los Santos Clemente y Albino.— Esmalte, alegoría de
San Lucas, evangelista.
Séptima línea— Reliquia de Santa Petronila y Martina.— Esmalte, figura
saliendo del sepulcro.=Reliquias de las Santas Balbina, Sabina, Dorotea,
Úrsula y once mil vírgenes.— Esmalte, figura saliendo del sepulcro.
—Reliquia de las Santas Agrete, Artemia, Felicia y sus siete hijos y Santa
Práxede.— Esmalte, figura de un Obispo saliendo del sepulcro.—Reliquia
de Santa Agueda, virgen y mártir.— Esmalte, figura saliendo de un
sepulcro.—Reliquia de los Santos Mártires de Zaragoza, de Santo Domingo
y de muchos Santos y Santas.
III
Importancia y procedencia.— Imposible poder conocer, y menos todavía
apreciar, la importancia de este magnífico joyel, digno por si solo
de acreditar los talleres donde se fabricó Los colores del esmalte son de
una brillantez y transparencia extraordinarias; preséntanse en amarillo,
azul, avinado y verde, vidriados y claros por no dejar perder el más pequeño
detalle que el orfebre buriló en la plancha de plata: sólo el color rojo
quedó opaco y cargado de materia colorante Felizmente el relicario lleva
marca ó punzón que permite clasificarlo como procedente de los talleres
de Montpellier. Las letras de este marco están constituidas por una M
en señal de abreviación; una O y una P con punto encima.
Tengamos, sin embargo, presente que en la época á que pertenece este
trabajo el mecanismo de esmaltería tan adelantado y próspero estaba en
España como en Francia. Ciertamente que muchos maestros franceses en
el arte de esmaltería trabajaban en España. Mr. Fernay, hacia el año 1378
hizo una cruz en Oviedo; Perrin Freset, de Paris, vendió el año 141, á
Carlos III de Navarra, cuatro figuras de plata sobredoradas, y el mismo
año fué llamado, con su compañero Conrrad de Rodez de París, por el
Rey á su palacio de Olite, que les dió 84 francos (pour leur retour) para
su regreso. ¡Dichosos tiempos en que dos artistas de Casa Real iban desde
Olite hasta París con 84 francos! Pero también es verdad que el infante
D. Luis de Navarra y Carlos V principalmente, adquirieron, según consta
en el inventario de este último, un sinnúmero de objetos de arte en las esmalterías
de Aragón y de Cataluña.
Si examinamos las reliquias de este cuadro colocadas en el mismo indudablemente
poco tiempo después de su fabricación, según las inscripciones
sobre sus etiquetas: veremos que aun cuando hay muchas traídas

—203—
de Oriente ó de Roma, hay otras que son de santos españoles, como la de
San Genesio, martirizado en España en tiempo de Juliano el apóstata, la
de San Poncio Porcario, originario de Murcia y muerto por los sarracenos
hacia el año 730; la de Santa Prasede, que aun cuando italiana y muerta
en Roma hacia el año 164, su cuerpo fué traído á la isla de Mallorca; la
de San Quirico, Obispo de Toledo, muerto el año 679, que aun cuando la
inscripción diga: «...de beato Quirico archiepiscopo», es un error, pues,
San Quirico sólo fué Obispo—el primer Arzobispo de Toledo fué Bernardo,
que murió el año 1124;—las de los santos mártires de Zaragoza, martirizados
en la misma ciudad el año 303.
Lo que parece estar fuera de duda es que este relicario aun cuando no
haya sido fabricado en España, se hizo por encargo de algún español, que
muy bien pudo ser el mismo D. Francisco de Navarra... Pero es un absurdo
el sostener que perteneció al gran Emperador Carlomagno...
(De Euskalerriaren alde.)
JOSÉ C. ORIA.