I N V I E R N O

Autoretrato: David Gau
David
Gau
Por: Yulia Toliar
El arte es una palabra que se oye mucho hoy en día.
Nunca está en pausa, siempre en movimiento y evolución.
Va junto con la sociedad y su avance tecnológico.
Es increíble como se ha ido desarrollando, produciendo
cambios en sus representaciones y los soportes. A la clásica
pintura mural, sobre lienzo, cartón, papel, madera se han ido
añadiendo otros, como, por ejemplo, muy apreciado hoy en
día el arte digital. No puedo decir si es peor o mejor, es simplemente
diferente, más moderno, más cercano a lo que es nuestra
actualidad. Cada vez hay más artistas que trabajan en este
formato y son muy buenos. Es el futuro.
La pintura digital está progresando mucho. Se tratan temas que
conmueven, hacen reflexionar y admirar la obra. Al mismo
tiempo es cómodo y no ensucias las manos, no tienes que pasar
por la limpieza de las paletas y pinceles, no hueles a aguarrás.
Es otro método de trabajar.
David Gau, un artista joven que ahora vive y estudia en Madrid,
crea su obra con las herramientas digitales. Ha empezado
un gran proyecto que no puede dejar a nadie indiferente con
su tema sobre la guerra. Algo tan presente en nuestro día a día
como los conflictos en Siria, Afganistán, Ucrania, Gaza, Libia,
Irak y otros. Demasiados nombres señalados.
“No blood, no broken bodies, no nationalism” es el lema que
mueve la idea de su trabajo. El objetivo es realizar un libro con
cien imágenes en las cuales son cien soldados muertos de un
conflicto armado del siglo XX, uno por cada año del siglo. La
intención es que el lector terminara harto de ver muertos. Una
manera decir STOP a la injusticia y a las innecesarias guerras.
Posiblemente haya un apéndice con colaboraciones de otros
artistas que trabajan el mismo tema de los bandos y conflictos
que David no haya podido cubrir.
Son hombres en distintos uniformes. El estilo es realista, es
fiel en las representaciones de la realidad pero se ve la huella
del creador detrás de cada imagen. Respeta la anatomía de los
cuerpos, sus poses son delicados y solemnes. Juega muy bien
con el color y consigue un “mood” adecuado para cada representación.
En cada imagen se señala el año de la tragedia. Nos sitúa en
esos paisajes tan vacíos y escalofriantes. Están solos, no hay
nadie a su alrededor, en la guerra eres uno más, no hay nadie
quien te de el ultimo abrazo y llore en tu camisa.
Con sus retratos te llenas de tristeza, rabia, incomprensión,
pero a la vez, les ves tan tranquilos a los soldados muertos,
parece que están durmiendo
Diciembre 2014 / SinMagazine 39