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Ritmo Social 01-2015

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ESPIRITUALIDAD.<br />

Saulo Hidalgo<br />

Manejar los cambios<br />

Si quiere continuar creciendo, busque nuestros<br />

libros “Hacia dónde voy en la vida”, “Levantando los<br />

muros caídos” y “Cómo superar los momentos de<br />

Crisis” en su librería o tienda favorita. Si este mensaje<br />

fue de bendición para su vida, permítanos saberlo.<br />

Facebook.com/saulohidalgo; www.saulohidalgo.com;<br />

Ore por nosotros, que nosotros estamos orando y<br />

trabajando por usted.<br />

A<br />

algunas personas el dolor, el<br />

fracaso y la traición les detiene<br />

y les paraliza. A otras les desafía<br />

y les hace superarse. José, el<br />

personaje bíblico de quién voy a compartir<br />

un poco en esta ocasión y cuya historia se<br />

encuentra en el libro de Génesis, vivía cada<br />

etapa con el mejor ánimo y la mejor actitud<br />

que se pueda imaginar.<br />

Al dolor de ser echado en un pozo y aborrecido<br />

por su propia familia, de perderlo todo<br />

en un instante, de quedarse completamente<br />

solo, se agregó el dolor de ser traicionado por<br />

las personas en las que más confiaba. Razones<br />

suficientes para que cualquiera se convirtiera<br />

en un candidato al fracaso, a la amargura, al<br />

resentimiento, a la agresividad o a la delincuencia<br />

en cualquiera de sus formas. Del<br />

dolor y el abandono pasó al trabajo forzado<br />

como esclavo. Hoy, comenzando un nuevo<br />

año, me mueve Dios a escribirle para animarle<br />

a adaptarse a los cambios por los que esté<br />

atravesando.<br />

Con mucho amor,<br />

Con todo y dolor, hay que seguir trabajando.<br />

Con todo y las pérdidas que se han<br />

tenido, hay que seguir adelante. La vida le<br />

presentará cada día nuevos desafíos a los que<br />

tendrá que brindarle su mejor cara. “Cuando<br />

José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial<br />

de faraón, capitán de la guardia, lo compró<br />

a los ismaelitas que lo habían llevado allá.<br />

Y el Señor estaba con José, que llegó a ser un<br />

hombre próspero, y estaba en la casa de su<br />

amo, el egipcio. (Génesis 39, 1-2.)<br />

Del ejemplo de José escribí el libro “Del pozo al<br />

Palacio”. En él explico que lo más importante en<br />

la vida es mantener una buena actitud frente a<br />

cualquier circunstancia. Con una buena actitud,<br />

una persona puede salir de un pozo y llegar<br />

al palacio; con una mala actitud, puede salir<br />

del palacio y caer en el pozo. Con todo y dolor,<br />

este hombre dio su mejor cara. Con todo y lo<br />

que perdió, sacó de abajo, de lo que él verdaderamente<br />

era, no de lo que los demás querían<br />

obligarlo a que fuera, sino de lo que él tenía<br />

adentro: sueños, fe y carácter, y se convirtió en<br />

el mejor esclavo de la casa del egipcio. ¿Se da<br />

usted cuenta de lo que aquí está pasando? A<br />

pesar de haber perdido padre, madre, hermanos,<br />

posesiones, posiciones, su libertad… No<br />

había perdido lo más importante. No había<br />

perdido ni su vida, ni su fe, ni sus sueños, ni<br />

su carácter, ni su actitud. Lo más importante<br />

seguía adentro de José y, dondequiera que<br />

fuera, lo iba a poner a producir. Encadenado<br />

y obligado a entrar en un ambiente completamente<br />

diferente al que estaba acostumbrado, no<br />

perdió tiempo quejándose de su suerte ni de sus<br />

fracasos ni mucho menos invirtió sus fuerzas en<br />

maldecir ni llenarse de odio hacia la gente que<br />

le había tratado de destruir.<br />

El dolor se convirtió en su maestro, no en su<br />

director. Entienda este formidable principio:<br />

El dolor debe convertirse en su maestro, de<br />

quien se aprende; no en su director, aquel que<br />

le dirige. Es muy diferente aprender de algo<br />

que ser dirigido por algo. Lo que hizo luego, es<br />

uno de los principios fundamentales que cada persona<br />

tiene que aplicar bajo cualquier circunstancia<br />

en la que le toque atravesar: ¡adaptarse! «Ahora<br />

me toca ser esclavo, pues a ser el mejor esclavo<br />

que haya en toda la casa. Ahora me toca ser<br />

madre soltera, pues a ser la mejor y más completa<br />

madre que haya existido jamás. Seré papá y<br />

mamá al mismo tiempo. Ahora me toca cambiar<br />

de trabajo, pues a esforzarme en ser el mejor en<br />

cualquier clase de oficio que me toque. Ahora me<br />

diagnosticaron una enfermedad terminal, pues<br />

a ser el mejor paciente, el más optimista, el más<br />

esforzado. Y a orar; a orar más que nunca porque<br />

ahora, ante mis nuevos retos, es donde más voy a<br />

necesitar la ayuda sobrenatural de Dios».<br />

Posiblemente a muchos les esté tocando sufrir cambios<br />

en su vida. Por eso escribo. Este forzado cambio<br />

no terminó con José. Con ese tipo de gente se necesita<br />

más que una traición para acabarlos. Con ese tipo de<br />

gente se necesita más que una quiebra económica,<br />

más que un accidente en el que se afectó su cuerpo,<br />

más que el abandono de un ser querido, más que un<br />

problema legal, más que ninguna cadena de esclavo.<br />

Con ese tipo de gente nadie puede, pues es gente<br />

de empuje, de esperanza, de fe, capaz de adaptarse<br />

a cualquier escenario en el que le toque entrar.<br />

Esa gente, le repito, es del tipo Tarzán de la selva.<br />

Aprenden a organizar a los elefantes, a dominar a<br />

los leones y a fabricar un ejército de monos. Luchan<br />

con los cocodrilos, las serpientes y viajan a través de<br />

lianas si no hay aviones. ¡Se adaptan! Sus fuerzas las<br />

emplean en progresar y avanzar. Son gente que se<br />

inmuniza a los virus del fracaso, la depresión y el odio.<br />

Son gente que trabaja donde sea y da fruto donde sea.<br />

Aunque sea en el desierto. Son gente que levanta la<br />

vista al cielo. No compiten contra los demás; compiten<br />

contra sí mismos. ¿Sería usted capaz de vivir así,<br />

en medio del dolor y las adversidades por las que está<br />

atravesando? Yo creo que sí. Limpie su corazón y su<br />

mente, y agárrese de Dios lo más fuerte que pueda. Si<br />

la vida le da una patada, ¡que esa patada le impulse<br />

hacia delante!<br />

80 < <strong>Ritmo</strong> <strong>Social</strong> Sábado 24 de enero de 2<strong>01</strong>5

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