Ritmo Social 01-2015
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
ESPIRITUALIDAD.<br />
Saulo Hidalgo<br />
Manejar los cambios<br />
Si quiere continuar creciendo, busque nuestros<br />
libros “Hacia dónde voy en la vida”, “Levantando los<br />
muros caídos” y “Cómo superar los momentos de<br />
Crisis” en su librería o tienda favorita. Si este mensaje<br />
fue de bendición para su vida, permítanos saberlo.<br />
Facebook.com/saulohidalgo; www.saulohidalgo.com;<br />
Ore por nosotros, que nosotros estamos orando y<br />
trabajando por usted.<br />
A<br />
algunas personas el dolor, el<br />
fracaso y la traición les detiene<br />
y les paraliza. A otras les desafía<br />
y les hace superarse. José, el<br />
personaje bíblico de quién voy a compartir<br />
un poco en esta ocasión y cuya historia se<br />
encuentra en el libro de Génesis, vivía cada<br />
etapa con el mejor ánimo y la mejor actitud<br />
que se pueda imaginar.<br />
Al dolor de ser echado en un pozo y aborrecido<br />
por su propia familia, de perderlo todo<br />
en un instante, de quedarse completamente<br />
solo, se agregó el dolor de ser traicionado por<br />
las personas en las que más confiaba. Razones<br />
suficientes para que cualquiera se convirtiera<br />
en un candidato al fracaso, a la amargura, al<br />
resentimiento, a la agresividad o a la delincuencia<br />
en cualquiera de sus formas. Del<br />
dolor y el abandono pasó al trabajo forzado<br />
como esclavo. Hoy, comenzando un nuevo<br />
año, me mueve Dios a escribirle para animarle<br />
a adaptarse a los cambios por los que esté<br />
atravesando.<br />
Con mucho amor,<br />
Con todo y dolor, hay que seguir trabajando.<br />
Con todo y las pérdidas que se han<br />
tenido, hay que seguir adelante. La vida le<br />
presentará cada día nuevos desafíos a los que<br />
tendrá que brindarle su mejor cara. “Cuando<br />
José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial<br />
de faraón, capitán de la guardia, lo compró<br />
a los ismaelitas que lo habían llevado allá.<br />
Y el Señor estaba con José, que llegó a ser un<br />
hombre próspero, y estaba en la casa de su<br />
amo, el egipcio. (Génesis 39, 1-2.)<br />
Del ejemplo de José escribí el libro “Del pozo al<br />
Palacio”. En él explico que lo más importante en<br />
la vida es mantener una buena actitud frente a<br />
cualquier circunstancia. Con una buena actitud,<br />
una persona puede salir de un pozo y llegar<br />
al palacio; con una mala actitud, puede salir<br />
del palacio y caer en el pozo. Con todo y dolor,<br />
este hombre dio su mejor cara. Con todo y lo<br />
que perdió, sacó de abajo, de lo que él verdaderamente<br />
era, no de lo que los demás querían<br />
obligarlo a que fuera, sino de lo que él tenía<br />
adentro: sueños, fe y carácter, y se convirtió en<br />
el mejor esclavo de la casa del egipcio. ¿Se da<br />
usted cuenta de lo que aquí está pasando? A<br />
pesar de haber perdido padre, madre, hermanos,<br />
posesiones, posiciones, su libertad… No<br />
había perdido lo más importante. No había<br />
perdido ni su vida, ni su fe, ni sus sueños, ni<br />
su carácter, ni su actitud. Lo más importante<br />
seguía adentro de José y, dondequiera que<br />
fuera, lo iba a poner a producir. Encadenado<br />
y obligado a entrar en un ambiente completamente<br />
diferente al que estaba acostumbrado, no<br />
perdió tiempo quejándose de su suerte ni de sus<br />
fracasos ni mucho menos invirtió sus fuerzas en<br />
maldecir ni llenarse de odio hacia la gente que<br />
le había tratado de destruir.<br />
El dolor se convirtió en su maestro, no en su<br />
director. Entienda este formidable principio:<br />
El dolor debe convertirse en su maestro, de<br />
quien se aprende; no en su director, aquel que<br />
le dirige. Es muy diferente aprender de algo<br />
que ser dirigido por algo. Lo que hizo luego, es<br />
uno de los principios fundamentales que cada persona<br />
tiene que aplicar bajo cualquier circunstancia<br />
en la que le toque atravesar: ¡adaptarse! «Ahora<br />
me toca ser esclavo, pues a ser el mejor esclavo<br />
que haya en toda la casa. Ahora me toca ser<br />
madre soltera, pues a ser la mejor y más completa<br />
madre que haya existido jamás. Seré papá y<br />
mamá al mismo tiempo. Ahora me toca cambiar<br />
de trabajo, pues a esforzarme en ser el mejor en<br />
cualquier clase de oficio que me toque. Ahora me<br />
diagnosticaron una enfermedad terminal, pues<br />
a ser el mejor paciente, el más optimista, el más<br />
esforzado. Y a orar; a orar más que nunca porque<br />
ahora, ante mis nuevos retos, es donde más voy a<br />
necesitar la ayuda sobrenatural de Dios».<br />
Posiblemente a muchos les esté tocando sufrir cambios<br />
en su vida. Por eso escribo. Este forzado cambio<br />
no terminó con José. Con ese tipo de gente se necesita<br />
más que una traición para acabarlos. Con ese tipo de<br />
gente se necesita más que una quiebra económica,<br />
más que un accidente en el que se afectó su cuerpo,<br />
más que el abandono de un ser querido, más que un<br />
problema legal, más que ninguna cadena de esclavo.<br />
Con ese tipo de gente nadie puede, pues es gente<br />
de empuje, de esperanza, de fe, capaz de adaptarse<br />
a cualquier escenario en el que le toque entrar.<br />
Esa gente, le repito, es del tipo Tarzán de la selva.<br />
Aprenden a organizar a los elefantes, a dominar a<br />
los leones y a fabricar un ejército de monos. Luchan<br />
con los cocodrilos, las serpientes y viajan a través de<br />
lianas si no hay aviones. ¡Se adaptan! Sus fuerzas las<br />
emplean en progresar y avanzar. Son gente que se<br />
inmuniza a los virus del fracaso, la depresión y el odio.<br />
Son gente que trabaja donde sea y da fruto donde sea.<br />
Aunque sea en el desierto. Son gente que levanta la<br />
vista al cielo. No compiten contra los demás; compiten<br />
contra sí mismos. ¿Sería usted capaz de vivir así,<br />
en medio del dolor y las adversidades por las que está<br />
atravesando? Yo creo que sí. Limpie su corazón y su<br />
mente, y agárrese de Dios lo más fuerte que pueda. Si<br />
la vida le da una patada, ¡que esa patada le impulse<br />
hacia delante!<br />
80 < <strong>Ritmo</strong> <strong>Social</strong> Sábado 24 de enero de 2<strong>01</strong>5