D R A M A T U R G I A - La Intrusa Danza
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PAISAJE CONTINUO: “Después no es que la vida vaya como tu te la imaginas. Sigue su<br />
camino y tú el tuyo. Y no son el mismo camino.<br />
Es así, no es que quisiera ser feliz, eso no. Quería salvarme para ser libre”.<br />
Llevo tanto tiempo atrapado en mi marea interna, que mi cuerpo se ha corrompido y no<br />
consigo caminar de frente sin tropezarme. No recuerdo cuando empezó todo, pero si, la<br />
costumbre del conflicto. Avanzo de lado con dificultad, arrastrando los pies y con las manos<br />
sujetas al cuerpo. Intermitentemente, en forma de tic vicioso, me lleno de valor para despegarme<br />
del suelo, pero nunca lo consigo y vuelvo a arrastrarme mirando hacia otro lado.<br />
Creo que podría pasarme así la vida entera….<br />
PAUTAS DE TRABAJO DE LA NO ACEPTACIÓN<br />
LAMENTACIÓN: Como ser moral, el hombre esta capacitado para el recuerdo, lo que<br />
despierta en el, el sentimiento de su propia incapacidad. El recuerdo nos hace vulnerables,<br />
capaces de sufrir.<br />
Agarrarse a los recuerdos es una forma de aislamiento en la que nos plegamos ala demanda<br />
de la mente y nos protegemos frente a un soltarnos y esforzarnos, que podría ayudarnos<br />
a despertar.<br />
Me rindo al peso del pasado y la cabeza cae, una y otra vez, lamentando lo que ya no me<br />
pertenece. <strong>La</strong>s caídas se repiten y me regodeo en ellas, sacando fuerzas en el último instante<br />
antes del golpe, para salvarme mirando a otro lado y después volver a caer.<br />
“Mientras luchaba contra el llanto, apareció claramente la vena en mi cuello”.<br />
LA INSISTENCIA: Podemos pensar que los planes para el futuro son necesarios con el<br />
fin de vivir con éxito. El desapegarse totalmente del futuro parece totalmente impracticable.<br />
Pero observemos lo que le ocurre a nuestra mente cuando lo hacemos. Se torna clara, más<br />
eficiente, menos confusa. El proyecto ya esta en nuestro convencimiento, y lo que sucede<br />
es que el habitual pensamiento codicioso cubre nuestra introspección natural sobre lo que<br />
debemos hacer y la dirección en la que debemos movernos. También trae consigo la ansiedad<br />
sobre todas las cosas, lo que agota la energía que se requiere para un funcionamiento<br />
creativo e inteligente. Si solo pudiéramos aclarar nuestra mente, el futuro se clarificaría a su<br />
vez y todo lo que necesitamos se presentaría.<br />
El problema es que no nos entendemos a nosotros mismos o los juegos que jugamos. Por<br />
tanto tratamos de resolver nuestra confusión haciendo planes que pueden estar mal enfocados,<br />
pero que nos tranquilizan sobre el futuro, pase lo que pase en el presente.<br />
Podemos observar que cuando surge una preocupación, la tendencia es a hacer planes<br />
para el futuro. Insistimos en traspasar rápido el presente, repitiéndonos una y otra vez lo que<br />
esperamos del futuro.<br />
A veces a lo lejos y otras demasiado cerca, una voz nos juzga convenciéndonos de nuestra<br />
ridícula insistencia. Y aunque nos ofrece la salida perfecta a nuestra lucha, seguimos<br />
dándonos con la misma pared.