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Cap. 4. Valoración Preoperatoria - Anestesia Pediatrica e Neonatale

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<strong>Cap</strong>ítulo <strong>4.</strong><br />

<strong>Valoración</strong> <strong>Preoperatoria</strong>.<br />

La valoración preoperatoria debe comenzar con el interrogatorio y el examen físico. Hoy día<br />

las instituciones dedicadas a la cirugía cardiovascular pediátrica tienen pediatras y cardiólogos<br />

dedicados a tiempo completo a la cardiología pediátrica y los pacientes son examinados con<br />

calidad. La revisión de la historia clínica es de gran importancia. La lectura de los informes de<br />

eco cardiografía y cateterismo cardiaco nos aportan una valiosa información. Se enfatiza en el<br />

estado nutricional, las enfermedades asociadas y el grado de repercusión hemodinámica (1,2,3)<br />

El estudio preoperatorio incluye hemograma, creatinina, estudio de la coagulación, glicemia,<br />

análisis de los gases en sangre, electrocardiograma, telecardiograma, ecocardiograma y en<br />

algunos casos estudio hemodinámico. El hematocrito se correlaciona habitualmente con el<br />

grado de hipoxemia mantenida. Los pacientes con hematocrito elevado y trastornos de la<br />

coagulación se benefician con la extracción del 10 % de la volemia y la administración de<br />

coloide y ringerlactato o de plasma fresco congelado si la operación es inminente (2,3).<br />

Es necesario buscar los signos y síntomas asociados con la insuficiencia cardiaca. Entre<br />

estos tenemos:<br />

a) Relacionados con la disminución de la perfusión sistémica:<br />

• Taquicardia.<br />

• Sudoración.<br />

• Palidez o color cenizo.<br />

• Disminución del llene capilar, vasoconstricción.<br />

• Disminución de la diuresis.


• Extremidades frías. Gradiente térmico.<br />

• Pulso alternante.<br />

b) Relacionados con la congestión pulmonar:<br />

• Taquipnea<br />

• Tos.<br />

• Jadeo<br />

• Estertores.<br />

• Hipoxemia.<br />

• Disnea.<br />

c) Relacionados con la congestión venosa sistémica:<br />

• Hepatomegalia<br />

• Distensión yugular.<br />

• Edema en las extremidades.<br />

• Edema facial.<br />

Los pacientes con CIA tipo Ostium Secundum, no desarrollan habitualmente cambios<br />

irreversibles de la vasculatura pulmonar hasta la adultez. Sin embargo aquellos que padecen de<br />

grandes defectos septales (CIV, Defecto de reptación auriculoventricular), grandes Ductus,<br />

Ventana Aorto-pulmonar y Tronco Común, padecen de insuficiencia cardiaca desde los<br />

primeros meses de vida y deben operarse antes del año para evitar el desarrollo de una<br />

enfermedad vascular pulmonar irreversible (4,5).<br />

El aumento del flujo pulmonar y el consecuente aumento del retorno hacia la aurícula izquierda<br />

produce dilatación y aumento de la misma, ocasionando aumento de las presiones. El<br />

aumento de la presión en la aurícula Izquierda (AI) contribuye al aumento del edema pulmonar<br />

y de la resistencia vascular pulmonar.


Los niños con flujo pulmonar aumentado tienen frecuentemente una frecuencia respiratoria<br />

aumentada, un volumen corriente disminuido y una resistencia aumentada en las vías aéreas.<br />

Todo lo anterior contribuye de forma significativa al esfuerzo que deben realizar para respirar.<br />

La disnea mantenida dificulta la alimentación y una gran mayoría padece de desnutrición<br />

(2,6).<br />

Las infecciones respiratorias son frecuentes durante la primera infancia y los niños que<br />

padecen de insuficiencia cardiaca (IC) son aun más propensos al desarrollo de las mismas.<br />

Numerosos estudios y la experiencia práctica acumulada durante muchos años demuestran<br />

que los niños con enfermedad del tractos respiratorio superior, tienen una alta incidencia de<br />

complicaciones durante el perioperatorio. El paciente con enfermedad respiratoria alta tiene<br />

cinco veces más probabilidad de laringoespasmo, diez veces mas de broncoespasmo y una<br />

alta probabilidad de desaturación. Las operaciones electivas deben posponerse y los<br />

procedimientos de urgencia llevarse a cabo cuando estemos seguros que se han tomado todas<br />

las medidas para disminuir la incidencia de complicaciones. En los asmáticos programados para<br />

urgencias, debemos garantizar que los broncodilatadores estén actuando correctamente (7,8).<br />

Ayuno preoperatorio:<br />

La decisión sobre el ayuno preoperatorio es similar a la utilizada en otros niños programados<br />

para operaciones de envergadura. Si la temperatura ambiente es alta, como sucede la mayor<br />

parte del año en nuestro País, los niños pueden recibir líquidos claros (agua, jugos sin pulpa)<br />

hasta 3 horas antes del traslado hacia la sala de preoperatorio. Esta medida es de gran valor en<br />

los pacientes con policitemia (2, 9).<br />

Un tiempo de ayuno preoperatorio prolongado se asocia con sed, malestar, irritabilidad e<br />

hipoglucemia, por lo que debemos tomar las medidas que eviten el vómito y la bronco<br />

aspiración afectando lo menos posible a nuestros pequeños pacientes.


La ingestión de líquidos claros en pequeñas cantidades para mitigar la sed y el hambre puede<br />

permitirse hasta 3 horas antes de traslado a la sala de preoperatorio.<br />

Se recomienda un ayuno mínimo de 4 horas para la leche de pecho materna y de 6 horas para<br />

fórmulas lácteas y leche no humana en los niños ( 2, 9, 10).<br />

Los alimentos sólidos demoran mucho más que los líquidos en evacuarse del estómago, por lo<br />

que se recomiendan 6 horas como mínimo después de una comida ligera. Una comida copiosa<br />

o pesada requiere aproximadamente 9 horas. Los niños grandes que realizan tres comidas al<br />

día, se les advierte que no ingieran más alimentos después de las doce de la noche (9).<br />

Premedicación<br />

El objetivo de la premedicación es obtener una adecuada sedación manteniendo la estabilidad<br />

cardiorrespiratoria. Generalmente se utiliza una premedicación inmediata fuerte con la cual se<br />

obtiene sedación, analgesia, disminución del consumo de oxigeno y facilita el inicio del<br />

monitoraje invasivo. Pueden utilizarse varios agentes.<br />

Generalmente administramos un ansiolítico la noche antes de la operación y dos horas antes<br />

del traslado hacia el salón de operaciones. En la actualidad los agentes más utilizados en la<br />

premedicación son el Midazolam, la Ketamina y los opiáceos. La mayoría de los niños en los<br />

países desarrollados se premedican por las vías oral, intranasal, intramuscular o rectal (2, 3).<br />

Las benzodiacepinas ( Diazepam, Midazolam, etc.) garantizan una excelente sedación y no<br />

poseen efectos depresores sobre la ventilación o el sistema cardiovascular, cuando se emplean<br />

en las dosis terapéuticas convencionales. La premedicación por vía oral es efectiva y es un<br />

método muy empleado en niños con cardiopatías congénitas. El Midazolam en dosis de 0,25 a<br />

0,5 MG / Kg. por vía oral, administrado de 10 a 20 minutos antes del traslado hacia el salón de<br />

operaciones, garantiza una buena sedación (11, 12).


Pueden emplearse otros agentes en la premedicación mediata y en la inmediata. Se ha<br />

utilizado secobarbital (2 a 3 mg / Kg.) y fenobarbital (2 a 4 MG / Kg. oral o IM, máximo 100<br />

MG), morfina y meperidina, con buenos resultados (2, 3, 10).<br />

Al niño se le permite ir acompañado de sus juguetes preferidos, puede ir vestido de forma<br />

habitual y acompañado de todos sus seres queridos. Frecuentemente son varios los familiares<br />

en el área de premedicación inmediata. Permitir lo anterior, les aporta seguridad a nuestros<br />

pacientes y consecuentemente son más cooperativos.<br />

Todos sabemos que los padres y los niños prefieren permanecer juntos en los procedimientos<br />

médicos como las inmunizaciones, tratamiento dental y la inducción de la anestesia. La<br />

mayoría de los estudios demuestran que la ansiedad disminuye significativamente si los padres<br />

están presentes durante el procedimiento y ellos a su vez están calmados y capaces de<br />

cooperar con el personal médico.<br />

En nuestro servicio, la mayoría de los pacientes reciben la premedicación inmediata en forma<br />

de inyección intramuscular, estando junto a sus familiares, lo cual de alguna forma hace que<br />

este dolor sea más tolerable. La madre o el ser más allegado lo carga y lo consiente hasta que<br />

se duerme. No empleamos agentes irritantes ni dolorosos de por sí. Lamentablemente el<br />

pinchazo no lo hemos hasta ahora podido evitar. Tratamos por todos los medios de que sea lo<br />

menos doloroso posible.<br />

La combinación de agentes como el Ketalar y la atropina nos permiten obtener en menos de<br />

los tres minutos un nivel de analgesia profunda y un estado de narcosis basal, que permite la<br />

separación de los padres y el inicio de las técnicas invasivas que nos permiten el monitoreo de<br />

los parámetros vitales (13).<br />

Los familiares se despiden del niño, lo besan y nos trasladamos al salón. La separación es un<br />

momento difícil para todos, pero creemos que las medidas anteriores ayudan de forma<br />

significativa a mitigar el sufrimiento de los pacientes y sus familiares. La separación de un niño


llorando de sus seres queridos es un espectáculo destructivo para todos y un recuerdo<br />

imborrable en la memoria de todo el que participó en él.


Referencias bibliográficas:<br />

1) Cuidados preoperatorios en el niño. Rev Cubana Pediatr 2002; 74 (No. 4).<br />

Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/ped/vol74_4_02/ped10402.htm<br />

2) Lake CL. Pediatric Cardiac Anesthesia. Second Edition. Norwalk. Edit Appleton &<br />

Lange. 1993<br />

3) Kaplan J. Cardiac Anesthesia. Fourth Edition. Philadelphia. Edit Churchill-<br />

Livingstone 1999.<br />

4) De la Parte P. L. <strong>Anestesia</strong> en los defectos septales. Revista Cubana Pediatría<br />

1995; 67(3):174-180.<br />

5) De la Parte P. L. Uso de Inotropicos y vasodilatadores en la CIV del lactante.<br />

Revista Cubana Pediatría 1996; 68(1): 43-49.<br />

6) De la Parte P. L. <strong>Anestesia</strong> no cardiovascular en el paciente con cardiopatía congénita y flujo<br />

pulmonar aumentado. Revista Cubana de Pediatría 2003; 75(4). Disponible en:<br />

http://bvs.sld.cu/revistas/ped/vol75_4_03/ped08403.htm<br />

7) De la Parte P. L. Broncoespasmo durante la <strong>Anestesia</strong>. Revista Cubana Cirugía 2003; 43(1).<br />

Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/cir/vol42_1_03/cir10103.htm<br />

8) De la Parte P. L. Laringoespasmo durante la anestesia. Revista Cubana Pediatría<br />

2003; 75 (2). Disponible: http://bvs.sld.cu/revistas/ped/vol75_2_03/ped08203.htm<br />

9) De la Parte P. L. Ayuno preanestésico. Revista Cubana Pediatría 2002; 74(3): 240-6.<br />

10) Gregory GA. Pediatric Anesthesia. 4 th Ed. New York. Churchill - Livingstone. 2002.<br />

11) De la Parte P. L. Valor del flunitrazepam en la premedicación.<br />

Revista Cubana de Pediatría 1990; 62(3): 403-407.<br />

12) De la Parte P. L. Valor del Midazolam en la premedicación anestésica.


Revista Cubana de Pediatría 1990; 62(5): 750-75<strong>4.</strong><br />

13) De la Parte P. L. Valor del Ketalar en la premedicación. Revista Cubana<br />

de Pediatría 1995; 67(3): 170-173.

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