Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
RESUMEN DE LA CELESTINA (acto por acto)<br />
ACTO I<br />
Calixto ve a Melibea en el huerto de su casa y la saluda y le declara su amor.<br />
Melibea parece rechazar sus insinuaciones. Ya en casa, Calixto llama a voces a Sempronio,<br />
su criado, y hablan sobre el amor y el dolor que el amor suele traer consigo. Para Calixto,<br />
Melibea es su diosa. Más que cristiano, se confiesa melibeo.<br />
Sempronio se compromete a cumplir los deseos de su amo. Para conseguirlo, decide<br />
solicitar la ayuda de Celestina, una vieja alcahueta. Sempronio va a la casa de Celestina<br />
donde encuentra a Elicia, una joven prostituta, amiga suya. Sempronio convence a<br />
Celestina a tener confianza en él y seguirle a la casa de Calixto donde ambos van a<br />
conseguir provecho y ganancias. Pármeno, otro criado de Calixto, advierte a su amo sobre<br />
la puta vieja, a la que conoce bien todo bicho viviente. Calixto aprecia el consejo, pero<br />
manda a Pármeno que les abra.<br />
Calixto da las gracias a Celestina quien prefiere la paga material por sus servicios.<br />
Calixto y Sempronio van arriba para recoger el pago para Celestina. Mientras tanto,<br />
Celestina y Pármeno hablan y le promete que él también se verá beneficiado. Celestina le<br />
promete los favores de Areúsa, una de sus chicas y Pármeno se rinde a colaborar con<br />
Celestina. Calixto y Sempronio regresan con cien monedas de oro como primer pago a<br />
Celestina. Celestina las acepta con alegría y sale.<br />
ACTO II.<br />
Calixto está impaciente e irritable y ordena a Sempronio que acompañe a Celestina<br />
y le pida que se dé prisa en realizar su compromiso. Calixto y Pármeno charlan y<br />
finalmente, tras haber luchado en vano por convencer a su amo, Pármeno se rinde y<br />
decide que lo mejor será dejar que Calixto haga lo que quiera.<br />
ACTO III.<br />
Sempronio va a la casa de Celestina y le recuerda las prisas de Calixto y su<br />
intención de aumentar las ganancias. Celestina habla a Sempronio de Claudina, la madre<br />
de Pármeno y su compañera en la puterío. El recuerdo de su madre y la promesa de poder<br />
gozar de Areúsa terminarán por convencer a Pármeno a colaborar con ellos. Celestina no<br />
duda de su éxito en doblegar la voluntad de Melibea.<br />
Podrá entrar en casa de Pleberio, el padre de Melibea, bajo el pretexto de vender<br />
ciertas mercancías. Para mayor seguridad, profiere unos conjuros mágicos al dios de los<br />
infiernos, y tras confeccionar varias pociones sale hacia la casa de Melibea.<br />
ACTO IV<br />
Cuándo Celestina llega a la casa, Lucrecia, sirviente de Melibea, prima de Elisa, y<br />
una amiga suya la saludan a la puerta. Celestina dice que venía de visita; pero Lucrecia<br />
duda de eso, pues sabe que Celestina nunca hace nada sin interés de lucro. Celestina<br />
explica a Lucrecia que ella viene a ofrecerles unos hilos a Melibea y su madre. Lucrecia<br />
dice que Alisa, madre de Melibea, llevaba unos días tejiendo y que el hilo le vendría bien.<br />
Cuando Alisa se entera de que Celestina está la llama buena pieza, pero la invita a entrar.
Repentinamente, Alisa se da cuenta de que ella debe salir a visitar a su hermana que<br />
está enferma y deja a Melibea sola con Celestina. Celestina aconseja a Melibea a gozar su<br />
lozana juventud antes que llegue la vejez con sus achaques. Celestina aprovecha esta<br />
oportunidad y le dice a Melibea la razón altruista de su visita, se extiende en rodeos sobre<br />
la necesidad de curar a los enfermos moribundos; en particular un enfermo que le<br />
preocupaba y le pide a Melibea una oración en favor de Calixto, para calmar su dolor de<br />
muelas. Melibea le concede lo que pidió. Melibea le da a Celestina un cordón<br />
ACTO V<br />
Celestina se felicita por haber llevado a cabo su encargo de persuadir a Melibea con gran<br />
éxito. Sempronio está en casa de Celestina esperando su llegada. Está curioso por saber lo<br />
que sucedió con Melibea, pero Celestina no quiere contarle nada antes de ver a Calixto.<br />
ACTO VI<br />
Calixto está ansioso por saber de Melibea. Celestina trata de acrecentar la<br />
impaciencia del joven enamorado. El joven se impacienta desesperado y Celestina<br />
aprovecha para resaltar lo difícil de su empresa: cómo tuvo que arriesgar su vida y cómo<br />
logró al fin ganarse la amistad de Melibea.<br />
Pármeno, entre tanto, no deja de hacer comentarios duros contra Celestina y los<br />
locos enamorados; Sempronio trata de contenerle para impedir que eche abajo todo el<br />
negocio que están tramando. Calixto se arrodilla en frente de Celestina mientras que ella<br />
continúa contándole lo que ocurrió entre ella y Melibea hasta llegar al cordón que entrega<br />
a Calixto. Celestina solicita recompensa de Calixto por el cordón.<br />
ACTO VII<br />
Celestina se enfrenta a Pármeno por murmurar y oponerse a sus intereses, por fin<br />
recurre a recordarle al jovencito que ella no es peor que fue su madre, insinuando que<br />
debiera aceptarla en su lugar. Por si tales recuerdos no bastaran, añade la promesa de<br />
darle a Areúsa hacia cuya casa se dirigen. Entra Celestina en la habitación de la chica y<br />
elogia su belleza y le habla de Pármeno y de los beneficios que puede proporcionarle su<br />
amistad .Hace subir a Pármeno e invita a los jóvenes a gozar del amor.<br />
ACTO VIII<br />
Pármeno se despierta en la cama de Areúsa y se da cuenta de que es ya mediodía; es<br />
muy tarde y debe volver a su hogar inmediatamente. Antes de salir él invita a Areúsa a la<br />
cena en casa de Celestina. En el camino se cree el hombre más feliz y afortunado del<br />
mundo, agradeciendo a Celestina tanta dicha. Al llegar a su casa, Pármeno se reúne con<br />
Sempronio y le cuenta lo sucedido con Areúsa. Pármeno se arrepiente de haberse opuesto<br />
a los planes de Sempronio y Celestina. Sempronio y Pármeno acuerdan olvidar el pasado<br />
en vista de un futuro muy prometedor.<br />
Entre los dos criados acuerda celebrar una comida en casa de Celestina, con Elicia y<br />
Areúsa. Mientras tanto, en la alcoba, Calixto delira de amor, recitando poesías, entre<br />
sueños, sin saber si es hora de despertar o acostarse. Calixto oye tocar a misa y se dispone<br />
para ir a la iglesia.
ACTO IX<br />
Sempronio y Pármeno salen para ir a la casa de Celestina para la comida.<br />
Elicia y Areúsa están impacientes porque ellos se retrasan. Cuando llegan, los cinco se<br />
sientan a la mesa frente a una comida abundante. Celestina alienta a las parejas al besarse<br />
y abrazarse.<br />
Lucrecia llega con un mensaje de Melibea y, a solas con Celestina, le ruega que vaya<br />
a casa de su señora Melibea y le lleve el cordón, pues aquélla se encontraba afectada por<br />
ciertos desmayos y un dolor del corazón y, además, necesitaba sus consejos. Celestina y<br />
Lucrecia se encaminan a la casa de Melibea.<br />
ACTO X<br />
Melibea habla consigo misma acerca de su amor a Calixto, pero también debe<br />
guardar su honor y la pureza.<br />
Lucrecia entra en la habitación de Melibea e invita entrar a Celestina. Melibea<br />
espera que Celestina sea capaz al curar su sufrimiento, pero Celestina le dice que primero<br />
debe admitir completamente la naturaleza de su tristeza. Entonces Melibea revela a<br />
Celestina su pasión por Calixto. Celestina hará los arreglos para que Calixto se reúna con<br />
Melibea en las puertas de su casa a la medianoche.<br />
ACTO XI<br />
Celestina sale de la casa de Melibea y se reúne con Sempronio y Pármeno que<br />
recogen a Calixto en la iglesia. Celestina da la enhorabuena a Calixto porque ha convertido<br />
a Melibea en su servidora. Calixto da una cadenilla de oro a Celestina como pago para su<br />
buen trabajo. Pármeno y Sempronio saborean la ganancia que su parte de la cadena.<br />
Celestina se despide, alegre por la recompensa.<br />
ACTO XII<br />
Cerca de la medianoche, Calixto y sus dos criados salen hacia la casa de Melibea.<br />
Cuando Melibea se acerca a la puerta frialdad y miedo porque su honra quede dañada. A<br />
Calixto, ante tal frialdad, le asalta el presentimiento de haber sido engañado por criados y<br />
alcahueta. Entonces Melibea asegura a Calixto que con sus palabras solo había tratado de<br />
probar su fidelidad, y le confirma su gozo y su entrega. Ambos maldicen aquellas puertas<br />
que les impide gozar plenamente de su amor y acuerdan verse al día siguiente en el<br />
huerto.<br />
Calixto y sus criados llegan a casa. Calixto se dispone a ir a la cama y aconseja a sus<br />
mozos a hacer lo mismo. Sempronio, sin embargo, no deja de pensar en la cadena de oro y<br />
en la parte que les correspondía y quiere arreglar cuentas con la vieja Celestina, cuanto<br />
antes. Los mozos salen hacia la casa de Celestina. Celestina les abre. Entran y le dicen que<br />
vienen a reclamar de la cadena. Celestina, siempre tan astuta, se muestra confusa en sus<br />
explicaciones. Les dice que se la dio a Elicia, que no sabe dónde la puso, que no es que<br />
fuera de mucho valor, añadiendo que se temía que unos familiares que la visitaron se la<br />
habrían llevado; y concluye que, en cualquiera de los caso, la cadena le pertenecía a ella y a<br />
nadie más. La disputa sigue; Celestina se da cuenta que la situación se agrava y pide a
Elicia que busque a la justicia. Sempronio saca la espada y entre los gritos de Celestina que<br />
pide a Pármeno para que le detenga, y los de Pármeno que pide a Sempronio para que le<br />
de fuerte, Celestina es acuchillada. Ante la gente que acude, Sempronio y Pármeno saltan<br />
por la ventana. Caen y mueren descalabrados.<br />
ACTO XIII<br />
Calixto se despierta de un azucarado sueño. Quiere cerciorarse de que lo<br />
experimentado aquella noche no había sido pura fantasía. Para ello trata de interrogar a<br />
sus criados. Se encuentra con Tristán. Le manda a buscar a Sempronio y Pármeno. En<br />
aquellos instantes llega Sosia, el mozo de espuelas, con la noticia de que Sempronio y<br />
Pármeno han sido degollados públicamente en la plaza. Calixto se revela contra el destino,<br />
decidido a acudir a la cita con Melibea, y sustituir a los criados muertos por Tristán y<br />
Sosia, quienes le acompañarán al huerto con escalas.<br />
ACTO XIV<br />
En el huerto, Melibea y Lucrecia esperan impacientes. Llegan Calixto y sus mozos.<br />
Sosia arrima la escalera. Calixto se apresura. Melibea, nerviosa, le aconseja que baje poco a<br />
poco. Calixto tiene en sus brazos a Melibea. Calixto y sus criados regresan a la casa.<br />
Calixto reflexiona sobre el gozo de haber poseído a Melibea y la deshonra que pueda<br />
venirle de la muerte de sus criados. Al fin, el recuerdo y el placer recibido triunfan sobre el<br />
recuerdo y el dolor de las muertes.<br />
Tristán y Sosia contemplan por la ventana a Elicia, vestida de luto y llorosa, que<br />
entra en casa de Areúsa.<br />
ACTO XV<br />
Areúsa discute con un rufián llamado Centurio en su casa. Entra Elicia y sale<br />
Centurio. Areúsa se sorprende del aspecto de Elicia. Elicia le informa de que no sólo han<br />
muerto Sempronio y Pármeno sino también de que éstos asesinaron a Celestina enfrente<br />
de ella y maldice a Calixto y Melibea por haberle causado tal pérdida. Areúsa cree que el<br />
consuelo no está en las lágrimas sino en la venganza. Decide que le pedirá a Centurio que<br />
dé muerte a Calixto cuando éste vuelva a salir para reunirse con Melibea. Pide a Elicia que<br />
haga las debidas averiguaciones sobre el encuentro de Calixto y Melibea por medio de<br />
Sosia.<br />
ACTO XVI<br />
Pleberio y Alisa conversan sobre el futuro de su hija. Ya tiene edad de casarse. Es la<br />
única heredera de sus bienes. La doncella reúne en sí además de la riqueza, discreción,<br />
honestidad, virginidad. No habría caballero que fuera a rehuir tan casamiento. Alisa se<br />
muestra de acuerdo con su marido. Melibea está oyendo con Lucrecia la conversación de<br />
sus padres y harta de la conversación, recomienda a Lucrecia que entre y los interrumpa<br />
con algún tipo de pretexto.<br />
ACTO XVII<br />
Elicia se da cuenta de que es insensato llorar la muerte de Sempronio. Decide<br />
quitarse el luto y tramar con Areúsa cómo vengarse de Calixto. Va a casa de Areúsa.
Estando allí, llega Sosia que le dice la hora y el camino por donde irán al huerto de<br />
Melibea.<br />
ACTO XVIII<br />
Elicia y Areúsa van a la casa de Centurio para convencerle de vengarse de Calixto y<br />
Melibea. Centurio está dispuesto a matarle sin darle tiempo a confesarse. Al pedir Elicia<br />
que no lo mate, que sólo lo apalee, responde Centurio, que una vez que empiece, no sabrá<br />
dónde parar, pero luego recapacita y, contrata a Traso, el cojo, y dos compañeros. Su<br />
misión sería simplemente acudir a la cita y hacer ruido, con el fin de asustar a unos<br />
muchachos que por allí iban a pasar.<br />
ACTO XIX<br />
De camino al huerto de Melibea, Sosia le comenta a Tristán lo de su nueva amistad<br />
con Areúsa. Tristán le aconseja ser prudente y no fiarse de ese tipo de mujeres, pues<br />
quizás, lo que quería era averiguar el camino por donde iban a ir al huerto. Llegados al<br />
huerto, Calixto ordena poner la escalera y callar, pues quiere escuchar las cancioncillas que<br />
entonan Melibea y Lucrecia. Calixto no puede esperar más y se presenta ante Melibea.<br />
Mientras habla, Calixto trata de desnudarla. Melibea muestra ciertos reparos ante la<br />
acostumbrada impaciencia y violencia de su amado.<br />
Del otro lado de la tapia llegan gritos de los criados que parecen estar enzarzados<br />
en un altercado con Traso y su pandilla. Calixto, a los ruidos, se desprende de Melibea y<br />
sube apresuradamente la escalera para ayudar a sus mozos. Melibea queda nerviosa ante<br />
lo que le pueda pasar a su amante. Calixto resbala y cae pidiendo confesión. Yace en el<br />
suelo inerte, sin habla.<br />
Melibea y Lucrecia escuchan al otro lado de la tapia. Lucrecia persuade a la<br />
doncella a ir a su cámara. Decide llamar a los padres y fingir otro mal.<br />
ACTO XX<br />
Pleberio se alarma al ver a su hija tan desconsolada. Melibea quiere subir con su<br />
padre a la azotea para mirar el paisaje y los navíos, a ver si así afloja su congoja. Desde lo<br />
más alto de la torreta, recita Melibea detalladamente a su padre, sus tratos con Celestina,<br />
sus amoríos con Calixto y la muerte del desdichado. Muerto su amor, sería injusto que ella<br />
siguiera con vida y se lanza al vacío.<br />
ACTO XXI<br />
Pleberio vuelve a su cámara. Alisa le pregunta por qué está tan triste. Pleberio<br />
lamenta el desengaño y la futilidad de su vida y su trabajo; la inutilidad de las riquezas<br />
que había almacenado en beneficio de su hija. Maldice a la fortuna por haberle privado del<br />
gran consuelo de su vejez, maldice el amor.
LA CELESTINA: Personajes<br />
Hace Rojas un poderoso trazo de sus personajes, que aparecen ante el lector dotados de<br />
vida, con profundidad psicológica, son seres humanos con una caracterización interna<br />
excepcional, lo que los aleja de los 'tipos' tan usuales en la literatura medieval.<br />
Sin embargo, algunos críticos sólo han visto en ellos alegorías o esquematizaciones.<br />
Gilman llega a negar la posibilidad de analizarlos como personajes al creer que Rojas se<br />
limitó a escribir diálogos en los que los interlocutores responden a una situación dada, la<br />
hondura psicológica sólo se podría argumentar mediante elementos extratextuales.<br />
Lida de Malkiel habla de objetividad; así, distintos personajes juzgan a otro de diferente<br />
manera. En cuanto a las contradicciones de conducta se dan porque Rojas ha humanizado<br />
a sus personajes.<br />
Un rasgo común de todos los personajes (tanto en el mundo de los señores como en el de<br />
los criados) es su individualismo, su egoísmo, su falta de altruismo. Pero no se acartonan,<br />
sufren cambios en ocasiones. El tema de la codicia ha sido tratado por Francisco José<br />
Herrera en un artículo sobre la ganancia en materia celestinesca (es decir, en todas las<br />
obras del ciclo de La Celestina, incluyendo imitaciones, continuaciones...), donde señala que<br />
el motivo que mueve a las alcahuetas y a los criados es 'la avaricia y la rapiña'<br />
respectivamente, frente a los motivos de los señores, que serían la furia amorosa y la<br />
defensa del honor familiar y social. El provecho privado de los personajes de clase baja,<br />
sustituye en fuerza y presencia al amor en la clase alta.<br />
Fernando de Rojas gusta de crear los personajes en parejas para ayudarse a construir el<br />
carácter de cada uno por medio de relaciones de complementariedad y oposición. Así, se<br />
constituyen a lo largo de la obra dos grupos de personajes opuestos, los siervos y los<br />
señores, y en ambos grupos los personajes se agrupan por parejas: Pármeno y Sempronio,<br />
Tristán y Sosia, Elicia y Areusa, en el mundo de los siervos; Calisto y Melibea, Pleberio y<br />
Alisa, en el mundo de los señores. Solamente Celestina y Lucrecia no tienen<br />
correspondencia, pero es porque su oposición es vertebral en la historia: Celestina<br />
constituye el elemento catalizador de la tragedia, al representar el desenfreno vital,<br />
mientras que Lucrecia, criada de Melibea, representa el extremo de toda represión. En ese<br />
sentido, el personaje del bribón Centurio añadido a la segunda versión de la obra resulta<br />
un añadido poco funcional, aunque tiene algo que ver en los desórdenes que llaman la<br />
atención de Calisto y hacen que se mate.<br />
Celestina<br />
Celestina es el personaje más sugestivo de la obra, hasta el punto de que acabó por dar el<br />
título a la obra; es un personaje pintoresco y vívido, es hedonista, avara y vital. Conoce a<br />
fondo la psicología del resto de los personajes, haciendo que incluso los reticentes con sus<br />
planes cedan a ellos. Sus móviles son la codicia, el apetito sexual (que sacia facilitando e<br />
incluso presenciando) y amor al poder psicológico. Representa un elemento subversivo<br />
dentro de la sociedad: se siente comprometida a propagar y facilitar el goce sexual. En<br />
cuanto a la magia, ver el apartado de los temas. Se inspira en el personaje de la alcahueta<br />
que ya había aparecido en las comedias romanas de Plauto y a lo largo de la Edad Media
en obras como el Libro de Buen Amor de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (el personaje<br />
conocido como Urraca la Trotaconventos) y en obras latinas e italianas como la Historia<br />
duobus amantibus de Enea Silvio Piccolomini o la Elegía de madonna Fiammeta de Giovanni<br />
Boccaccio. Antaño fue una meretriz, ahora se dedica a concertar discretamente citas<br />
amorosas a quien se lo pide al mismo tiempo que utiliza su casa para que las prostitutas<br />
Elicia y Areusa puedan ejercer su oficio. Utiliza para penetrar en las casas el artificio de<br />
vender afeites, hierbas, ovillos y adornos para las mozas; como alcahueta considera estar<br />
haciendo un oficio útil y como tal tiene su orgullo profesional. Le gusta el vino y es<br />
diabólicamente inteligente y utiliza su experiencia para manipular psicológicamente a los<br />
demás, pero sin embargo nubla su entendimiento el defecto de la codicia. Además es una<br />
bruja y hechicera que hace un pacto con Plutón, máscara pagana que encubre en realidad<br />
al demonio, y en la Tragicomedia las adiciones de Rojas subrayan este hecho.<br />
Calisto<br />
Calisto es un joven a quien solamente le preocupa satisfacer sus deseos, atropellando a<br />
quien sea para conseguirlo. Su cinismo le hace despreciar la sinceridad de su criado<br />
Pármeno cuando este le advierte de los peligros que corre. En Calisto no se observan<br />
verdaderas crisis, es una persona realmente egoísta. Es el personaje más cargado de<br />
literatura, más voluntariamente artificioso. Encarna el 'loco amor', del que es víctima:<br />
figura trágica y antiheroica. Tras la escena primera (rechazo de Melibea a Calisto) se da el<br />
amor ilícito, no se insinúa el matrimonio y se recurre a la alcahueta. Esto, según autores,<br />
sería porque él es cristiano viejo y ella no. No obstante, Lida de Malkiel señala que el<br />
casamiento entre cristianos nuevos y viejos siempre fue lícito. No es posible saber la<br />
intención del autor o si esta 'ilicitud' se debe a estos motivos, lo que sí es indudable es que<br />
los cristianos nuevos no estaban muy bien vistos en esa época y en posteriores. Otra teoría<br />
sería la de Otis H. Green, que piensa que la negativa inicial responde al ideal del amor<br />
cortés, si bien Calisto no respetará las reglas, lo que provocará una suerte de 'castigo<br />
poético'. En todo caso, cabe recordar que el amor ilícito o escondido se encuentra muy<br />
arraigado en la lírica popular peninsular.<br />
Melibea<br />
Melibea es una mujer vehemente, que pasa de la resistencia a la absoluta entrega a Calisto<br />
sin apenas tránsito de duda; en ella la represión aparece como forzada y antinatural; se<br />
siente esclava de una hipocresía que se le ha inculcado desde pequeña en su casa. En la<br />
obra se intenta hacerla víctima de una pasión cegadora inculcada por el hechizo de<br />
Celestina. Actúa regida por su conciencia social. Lo que ella cuida es su externo concepto<br />
del honor: no hay pudor personal ni sujeciones morales. Su pasión es más real y menos<br />
literaria que la de Calisto; sería la lujuria más que el amor el motor de sus acciones, si<br />
pensamos que no es la magia la que la hace cambiar de opinión respecto a Calisto,<br />
pensaremos que todo es un 'plan' de Melibea en el que él hace los gastos y Celestina se<br />
esfuerza para que sea ella la que disfrute. Lo único que le saldría mal es la muerte de<br />
Calisto, que la deja en una delicada posición moral.<br />
Pármeno<br />
Pármeno es quizá el personaje más trágico de la obra, porque es corrompido por todos los
demás personajes. Al ser hijo de Claudina, maestra y antaño compañera de Celestina,<br />
intenta advertir a su señor de los peligros que le pueden venir; pero es humillado por este.<br />
Su lealtad termina de derrumbarse al ser seducido por una de las pupilas de Celestina, que<br />
ha de sufragar con unos medios de los que carece de forma de que se ve obligado a<br />
participar en la corrupción de su señor al mismo tiempo que se corrompe él mismo. La<br />
pasión material del amor que acaba de descubrir le ciega y ya sólo pretende aprovecharse<br />
de la pasión de Calisto al igual que su compañero, el más cínico Sempronio. Tiene cierto<br />
paralelismo con Melibea, quien también se niega en principio a seguir la corriente<br />
corruptora.<br />
Sempronio<br />
Sempronio hace tiempo ya que ha perdido cualquier ideal sobre los amos a los que sirve y<br />
solamente pretende aprovecharse de ellos con egoísmo y codicia. Mantiene una relación<br />
con una de las prostitutas de Celestina, que a su vez le engaña, y es el dueño de la idea de<br />
aprovecharse de Calisto para poder mantener su pasión a costa de la de su señor, en él se<br />
ve la ruptura de los lazos feudales amo-señor.<br />
Elicia y Areusa<br />
Las prostitutas Elicia y Areusa odian en el fondo a los hombres y a las aficionadas como<br />
Melibea; son rencorosas, envidian a Melibea y pretenden que Centurio vengue la muerte<br />
de sus amantes, los criados de Calisto. Una tiene clientela fija y casa, la otra, menos<br />
experimentada, todavía no. Elicia sólo busca el placer con despreocupación de lo que pasa<br />
a su alrededor y de lo que no sea placentero; no le preocupa ni su pasado ni su futuro. Sólo<br />
la muerte de Celestina la hace volver a la realidad. Areúsa presenta una conciencia de sí<br />
misma más acusada. La venganza que trama junto a Elicia no es realmente por la muerte<br />
de sus amantes, sino más bien por el desamparo en el que quedan y por el odio que<br />
sienten por la clase social alta (envidia y rabia).<br />
Padres de Melibea<br />
Alisa es la madre de Melibea y no posee una verdadera relación con su hija; se limita a<br />
especular sobre su matrimonio sin haberle consultado apenas.<br />
Pleberio es el padre demasiado ocupado que ama a su única hija y ve cómo su vida pierde<br />
todo sentido al suicidarse esta, por lo cual declama el planto final de la obra, un lamento<br />
por el poder del amor donde sufre por la soledad y esterilidad a la que le ha condenado el<br />
destino tras tanto esfuerzo sin fruto.