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Buscad el Reino de Dios

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<strong>Buscad</strong> <strong>el</strong> <strong>Reino</strong> <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>Mi intención no es <strong>de</strong>sarrollar qué es <strong>el</strong>reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, su naturaleza, sus exigencias...sino escuchar esta gran llamada <strong>de</strong> Jesús,que aparece en <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io <strong>de</strong> Mateo: Vosotrosbuscad, antes que nada, <strong>el</strong> reinado <strong>de</strong><strong>Dios</strong> y su justicia, y todas las <strong>de</strong>más cosas seos darán por añadidura. Y yo me permitoparafrasear esta llamada que Mateo pone enboca <strong>de</strong> Jesús, en estos términos: Vosotros yvosotras, buscad antes que nada que <strong>Dios</strong>reine en vuestra vida y todas las <strong>de</strong>máscosas que tanto os preocupan se irán ajustandoa la verda<strong>de</strong>ra voluntad <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Poreso lo primero será:Disponer nuestro corazónAntes que nada quiero sugerir algunascondiciones para escuchar, con corazón limpio,esta llamada que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que es<strong>el</strong> corazón, <strong>el</strong> núcleo d<strong>el</strong> mensaje <strong>de</strong> Jesús.En primer lugar, admitir <strong>de</strong> verdad, no teóricamente,que po<strong>de</strong>mos estar ciegos, quepo<strong>de</strong>mos estar sordos, y no escuchar, no ver,los signos <strong>de</strong> la cercanía <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, que se nosestá <strong>de</strong>scubriendo y que nos interp<strong>el</strong>an. Dehecho, todos sabéis que Jesús anunció que<strong>Dios</strong> está cerca, que hay que cambiar, quehay que creer esta Buena Noticia y es undato histórico, absolutamente indiscutible,que fueron precisamente los sectores máspiadosos, los sectores más r<strong>el</strong>igiosos <strong>de</strong>Isra<strong>el</strong>, quienes no lo supieron captar. Por esoJesús se queja... vosotros sabéis discernir <strong>el</strong>aspecto d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, sabéis cuando viene la tormentay <strong>el</strong> buen tiempo, y no sois capaces <strong>de</strong>discernir los signos <strong>de</strong> los tiempos, estetiempo en que está llegando <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.El término “reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>” lo escuchamosmucho y pue<strong>de</strong> ocurrir que para nosotros seahoy como un cliché, algo sabido, gastado,que prácticamente no tiene ninguna fuerza <strong>de</strong>transformación. Incluso po<strong>de</strong>mos pensar que,dado que somos creyentes y somos miembrosvivos <strong>de</strong> la Iglesia, ya estamos buscando<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, ya estamos abriendo nuestravida al reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>... y NO ES ASÍ. El reino<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> no se confun<strong>de</strong> con cualquier mod<strong>el</strong>o<strong>de</strong> vida, <strong>de</strong> vida cristiana, <strong>de</strong> Iglesia. Cuando<strong>Dios</strong> empieza a reinar en una persona,cuando <strong>Dios</strong> va penetrando con su fuerza enuna vida o en una Iglesia, o en una comunidadcristiana, <strong>Dios</strong>, que es <strong>Dios</strong>, pone unsigno <strong>de</strong> interrogación sobre muchas cosasnuestras, esquemas, hábitos, maneras <strong>de</strong>pensar... que nos pue<strong>de</strong>n parecer muy venerables,pero que quizás no se ajustan a lo queJesús pensaba cuando hablaba d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong><strong>Dios</strong>.Segundo aspecto: todos sabemos queesto d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> es <strong>el</strong> horizonte, <strong>el</strong>marco, que estructura siempre la experiencia<strong>de</strong> un cristiano, porque para Jesús, <strong>el</strong> reino<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> era <strong>el</strong> núcleo central; lo único quequiso en su vida, su verda<strong>de</strong>ra meta y tambiénla razón por la que le mataron. Por tanto,si uno quiere ser seguidor <strong>de</strong> Jesús, lo másimportante es tratar <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> vivir lavida en <strong>el</strong> horizonte d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Lo sorpren<strong>de</strong>ntees que Jesús nunca explica qué es<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, pero sugiere con sus palabrasy sus dichos cómo es <strong>Dios</strong> y cómo seríala vida si la gente se pareciera a <strong>Dios</strong>. ParaJesús, reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> es la vida tal y como laquiere construir <strong>Dios</strong>; la vida, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora, talcomo la sueña <strong>Dios</strong>. La inquietud que llevabaJesús en su corazón fue siempre ésta: Cómocambiaría la vida si hubiera más gente que separeciera a <strong>Dios</strong>, cómo cambiarían las cosassi hubiera hijos e hijas <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> que actuarancomo él, cómo cambiaría la Iglesia, <strong>el</strong> mundo,nuestra vida, si realmente nos pusiéramos aactuar como actúa <strong>Dios</strong>.En tercer lugar si leéis en <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io,veréis que Jesús no anuncia propiamente unmensaje, no anuncia una doctrina. Lo queJesús anuncia es un inminente, está aquí,está entre vosotros... así que cambiad, cambiad<strong>de</strong> manera <strong>de</strong> pensar y creed en estabuena noticia.Pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r que hoy nos esté llegandola invitación d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> como en aqu<strong>el</strong>laparábola en que un señor invita a unacena que ha organizado y nosotros estemosocupados en otras cosas, tengamos otros36


centros <strong>de</strong> interés, pero no escuchar a Jesúslo único que él quería que escucháramos: lallegada d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.En <strong>el</strong> Padre Nuestro no pedimos ir al ci<strong>el</strong>o,pedimos que venga ya su reino a esta tierra,pero probablemente se reduce a una peticiónmás entre las otras d<strong>el</strong> Padre Nuestro.Finalmente, esta llamada es una llamada amirar <strong>el</strong> mundo y la vida entera <strong>de</strong> maneradiferente, se trata <strong>de</strong> mirar a las personas,mirar los acontecimientos, mirar la vidaentera superando nuestros modos habituales<strong>de</strong> mirar y <strong>de</strong> enjuiciar la realidad. Y es que<strong>Dios</strong> tiene su lógica que no coinci<strong>de</strong> con lanuestra. Como veremos al final, se trata <strong>de</strong>mirar la vida y mirarlo todo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ternura yla compasión <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Al final, ser cristiano escreer que se nos está llamando a un proceso<strong>de</strong> cambio, y quien no esté cambiando y noesté trabajando para que cambie <strong>el</strong> mundo,podrá vivir correctamente una r<strong>el</strong>igión, perono está en la dinámica d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> quequería Jesús <strong>de</strong> Nazaret.No seguir caminos equivocadosCuando Jesús hace la invitación en aqu<strong>el</strong>lasociedad <strong>de</strong> los años 30 en Galilea, y dice:<strong>Buscad</strong> <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> y su justicia, él sabebien que hay otros planteamientos, otrasalternativas, otra manera <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la r<strong>el</strong>igión,otra manera <strong>de</strong> pensar cómo pue<strong>de</strong><strong>Dios</strong> reinar en nuestra vida. Para esclarecer eiluminar esto, po<strong>de</strong>mos ver otras maneras <strong>de</strong>enten<strong>de</strong>r las cosas, caminos equivocadoscon los que Jesús no estuvo <strong>de</strong> acuerdo.El culto d<strong>el</strong> Templo: En tiempos <strong>de</strong> Jesús,las clases sacerdotales <strong>de</strong> Jerusalén y lossectores saduceos, que eran laicos pero pertenecíanal grupo <strong>de</strong> la nobleza <strong>de</strong> Jerusalén,entien<strong>de</strong>n que <strong>Dios</strong> reina fundamentalmente<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> culto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la liturgia y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong>cumplimiento <strong>de</strong> la ley. Precisamente <strong>el</strong> Temploes <strong>el</strong> único lugar <strong>de</strong> la tierra don<strong>de</strong> se daculto y se adora como rey al <strong>Dios</strong> verda<strong>de</strong>ro.Allí se alaba a Yahvé, allí se da gracias a suSanto Nombre, allí se canta como rey <strong>de</strong> Sión<strong>de</strong> edad en edad. Y todos están convencidos<strong>de</strong> que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese culto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa liturgia d<strong>el</strong>Templo, <strong>Dios</strong> está reinando sobre Isra<strong>el</strong> y loestá protegiendo contra los enemigos.Cuando Jesús habla d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, enningún momento está pensando en <strong>el</strong> reino<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> como algo vinculado a la liturgia d<strong>el</strong>templo.Hoy no es fácil reconstruir en qué consistióese gesto profético que hizo Jesús en <strong>el</strong> templo<strong>de</strong> Jerusalén. Ese gesto, que se ha llamado“la purificación d<strong>el</strong> Templo”, es muchomás que un gesto amenazador; sin duda es<strong>el</strong> gesto que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó su ejecución ysobre <strong>el</strong> que sí se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir algo: La primerafuente cristiana, Marcos, recuerdacómo en Isra<strong>el</strong> está escrito: Mi casa –diceYahvé- será llamada Casa <strong>de</strong> Oración paratodos ,para todas las naciones, es <strong>de</strong>cir, eneste Templo todas las naciones, no sólo <strong>el</strong>pueblo <strong>el</strong>egido, podrán invocar a <strong>Dios</strong>. Sinembargo, Jesús dice que la han convertidoen una cueva <strong>de</strong> ladrones... Lo normal enaqu<strong>el</strong>la época era que los ladrones, una vezque se habían hecho con <strong>el</strong> botín, se ocultaranpara repartírs<strong>el</strong>o. Jesús, que conoce <strong>el</strong>Templo, que conoce sus gran<strong>de</strong>s almacenesque ocupaban la parte más importante,don<strong>de</strong> se iban almacenando <strong>el</strong> grano, <strong>el</strong> trigo,<strong>el</strong> aceite, lo que se recogía <strong>de</strong> los diezmos ylas primicias, dice que eso no tiene nada quever, con la Casa d<strong>el</strong> Padre.Para Jesús, <strong>Dios</strong>, no está llegando almundo a través <strong>de</strong> la liturgia, sino en los gestos<strong>de</strong> misericordia que Él hace con todaclase <strong>de</strong> gente, incluso con los pecadores yritualmente impuros, que son excluidos d<strong>el</strong>recinto sagrado. Jesús ofrece a todos, gratuitamente,<strong>el</strong> amor compasivo y <strong>el</strong> perdón <strong>de</strong><strong>Dios</strong>, incluso aunque no suban a ese Temploa ofrecer sacrificios a Yahvé. A esa liturgia d<strong>el</strong>Templo le falta algo esencial para abrirse alreino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, esa liturgia no crea justicia, nocrea fraternidad y Jesús dirá que, si no seestá creando una comunidad reconciliada,hay que interrumpir la liturgia d<strong>el</strong> Templo...Dejad todas las ofrendas ante <strong>el</strong> altar, porqueno tiene ningún sentido, e id primero a reconciliarosunos con otros; haced una sociedadreconciliada, porque sólo en una sociedad <strong>de</strong>hermanos y hermanas, sin injusticias, sinabusos, sin ofensas, pue<strong>de</strong> reinar <strong>Dios</strong> comoPadre.Y los sacerdotes y los levitas tienen queapren<strong>de</strong>r a caminar por la vida acercándose alos heridos que encuentren en la cuneta. Enla Parábola d<strong>el</strong> Buen Samaritano, Jesús diceque al pobre que está en la cuneta, al herido,37


Algunos <strong>de</strong> los pocos inmigrantes que pudieron trabajar en <strong>el</strong> campo murciano por tener los pap<strong>el</strong>es en regla,recogiendo alcachofasle va a llegar la compasión, no a través <strong>de</strong> loscanales oficiales d<strong>el</strong> Templo, no <strong>de</strong> los representantes<strong>de</strong> Yahvé, sino que le va a llegarincluso d<strong>el</strong> que menos se esperaba, <strong>de</strong> unodiado enemigo samaritano. Po<strong>de</strong>mos equivocarnos.La liturgia es muy importante, perosi la liturgia no crea sociedad justa y fraterna,no es camino para que <strong>Dios</strong> reine en la vida.<strong>Dios</strong> no reina <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los templos, <strong>Dios</strong> reina<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> amor y cuando nuestra c<strong>el</strong>ebracióny nuestra liturgia no nos llevan a construir unasociedad más fraterna, se convierte en algoque tendrá su valor -Jesús tampoco discuteperoes un culto vacío que pue<strong>de</strong> tranquilizarnos,que pue<strong>de</strong> darnos seguridad, pero queen realidad nos está protegiendo contra <strong>el</strong>reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Nosotros seguimos nuestroculto y ahí queda <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> sin penetraren una sociedad más justa más fraterna.Por tanto, primer camino equivocado: unaliturgia que no crea sociedad mas humana.La vida monástica <strong>de</strong> Qumrán. Jesússabía muy bien que un grupo <strong>de</strong> esenios,gente muy radical, había ido en un caminomuy opuesto a los sacerdotes d<strong>el</strong> Templo.Estos monjes <strong>de</strong> Qumrán veían claramenteque Isra<strong>el</strong> estaba corrompido y no estaban <strong>de</strong>acuerdo con la situación d<strong>el</strong> Templo, por loque abandonaron <strong>el</strong> Templo <strong>de</strong> Jerusalén yse retiraron a la soledad d<strong>el</strong> <strong>de</strong>sierto paraconstruir allí una comunidad santa separada.Ellos consi<strong>de</strong>raban que en aqu<strong>el</strong>la sociedadno se podía vivir la vida como <strong>Dios</strong> quiere yconsecuentemente se retiraron al <strong>de</strong>siertodon<strong>de</strong> crearon una comunidad sorpren<strong>de</strong>nte:vivían un estilo <strong>de</strong> vida monástica fuertementedisciplinada, estructurada en torno auna Regla, bajo la autoridad <strong>de</strong> un Presi<strong>de</strong>nte,al que llamaban <strong>el</strong> Maestro <strong>de</strong> la Justicia.Su verda<strong>de</strong>ra obsesión era la pureza, lasantidad; vestían <strong>de</strong> lino blanco <strong>de</strong> arribaabajo, se llamaban “los hijos <strong>de</strong> la luz”, encontraposición a los gentiles y a los pecadoresque son “hijos <strong>de</strong> las tinieblas”.Se pasaban<strong>el</strong> día en continuas purificaciones.Hay autores que lo califican como un fenómenosorpren<strong>de</strong>nte que causaba admiracióny seducía. Doscientos cincuenta monjes -entiempos <strong>de</strong> Jesús- en silencio total, vestidos<strong>de</strong> blanco, en pleno <strong>de</strong>sierto, los que se llamaban“varones <strong>de</strong> santidad”, “hijos <strong>de</strong> laluz”, creando la mejor comunidad, la más38


santa, se consi<strong>de</strong>raban como <strong>el</strong> germen <strong>de</strong>una sociedad nueva, <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Sinembargo, Jesús anda por Galilea entre pecadores,prostitutas, recaudadores, diciendoque <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> ya está irrumpiendo,pero no en esa comunidad <strong>de</strong> Qumrán, porqueJesús tiene otra experiencia: para él,<strong>Dios</strong>, ese <strong>Dios</strong> que hace salir su sol sobrebuenos y malos, hace llover sobre justos einjustos...es pura bondad y no discrimina anadie. Y si ese <strong>Dios</strong> es <strong>de</strong> todos, no pue<strong>de</strong>reinar en una comunidad <strong>el</strong>itista, <strong>de</strong> s<strong>el</strong>ectos,en unos <strong>el</strong>egidos <strong>de</strong> Isra<strong>el</strong>.En la Regla <strong>de</strong> estos que se llamaban a símismos “hijos <strong>de</strong> la verdad”, “hijos <strong>de</strong> la santidad”-porque se creían en la verdad, poseedores<strong>de</strong> santidad – se <strong>de</strong>cía que los <strong>de</strong>mentes,los ciegos, los paralíticos, los cojos, lossordos, los mudos y los niños, no podríanentrar nunca en esta Asamblea <strong>de</strong> la Comunidad,precisamente los mismos con los queandaba Jesús.Lo que falta en esta comunidad tanestricta, fi<strong>el</strong>, es la acogida universal haciatodos y <strong>de</strong> manera especial a los que mássufren. En esta comunidad falta <strong>el</strong> espíritu <strong>de</strong>Jesús que vivía abierto a los niños, a losenfermos, y sobra conciencia <strong>el</strong>itista, sobrasuperioridad sobre <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> pueblo; losnovicios, <strong>de</strong>spués d<strong>el</strong> noviciado, al entrar enla comunidad, juraban tener odio eterno a losenemigos <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>; por lo que algún autor diceque allí se cultivaba “la teología d<strong>el</strong> odio”, yes cierto. También en nuestros días, cuandouna comunidad, una parroquia, se encierraen sí misma y busca su santidad cerrada alamor y a la acogida a todos, se convierte enuna manera “muy santa” <strong>de</strong> cerrarse al reino<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.Es un camino equivocado hacer comunidad,hacer parroquia, hacer Iglesia, pensandosólo en nosotros mismos y en nuestrapropia santidad, quizás incluso creyéndonosinternamente mejor que otros, pero sin habercaptado que <strong>Dios</strong> sólo pue<strong>de</strong> reinar abierto atodos, y <strong>de</strong> manera especial a los que mássufren y son más <strong>de</strong>spreciados.La obediencia a la ley <strong>de</strong> los círculos fariseos.Hoy sabemos que en los ambientesfariseos había un gran pluralismo, habíamuchas Escu<strong>el</strong>as. Pero sobre todo en lossectores más radicales -los que se llamanhaberim- se pensaba que la verda<strong>de</strong>ramanera <strong>de</strong> que <strong>Dios</strong> reine en <strong>el</strong> mundo esque se cumpla su ley; todo rey tiene susleyes, por lo tanto, <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> se daráallí don<strong>de</strong> se cumplan las leyes <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Precisamentepor eso, estos grupos, en medio<strong>de</strong> Isra<strong>el</strong>, sin ir al <strong>de</strong>sierto, se <strong>de</strong>dicaban aestudiar y a cumplir con todo rigor, con todaperfección, la Torah. Para <strong>el</strong>los la fid<strong>el</strong>idad ala ley es la que pue<strong>de</strong> crear una esfera don<strong>de</strong><strong>Dios</strong> pue<strong>de</strong> reinar; <strong>de</strong> alguna manera, allídon<strong>de</strong> se observe escrupulosamente laTorah, se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que <strong>Dios</strong> ya está reinando.Por eso no sólo daban importancia a la leyescrita en los libros sagrados, sino que a<strong>de</strong>más,añadían toda una serie <strong>de</strong> tradicionesr<strong>el</strong>igiosas que los gran<strong>de</strong>s maestros fariseosse iban trasmitiendo <strong>de</strong> generación en generación.Incluso se enorgullecían <strong>de</strong> que <strong>el</strong>los,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la Torah, tenían todas las tradiciones,por ejemplo, en la ley se dice que <strong>el</strong>sábado hay que cumplirlo, que no hay quetrabajar, pero luego los fariseos van a ir <strong>el</strong>aborando<strong>de</strong>cenas y <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> leyes parasaber cómo tiene que ser ese cumplimiento.Para <strong>el</strong> pueblo, estas comunida<strong>de</strong>s fariseas,separadas <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más para no contaminarse,eran verda<strong>de</strong>ro ejemplo; si alguienadmiraba a los fariseos ,era precisamente <strong>el</strong>pueblo. Ellos eran los que conocían la ley,cosa que <strong>el</strong> pueblo ignorante no conocía, ylos que la observaban.Jesús no piensa así; para Jesús, <strong>el</strong> reino<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> no se i<strong>de</strong>ntifica, sin más, con la obedienciaa la ley, porque <strong>Dios</strong>, antes que la leyescrita en unas tablas <strong>de</strong> piedra, es amor.Esto es fundamental, y no hay que confundirnunca lo que está establecido por la ley conlas exigencias profundas <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Y <strong>el</strong> riesgoque Jesús <strong>de</strong>senmascaró en los grupos fariseos,es <strong>el</strong> <strong>de</strong> encontrar en las leyes unmarco seguro que da seguridad por <strong>el</strong> cumplimiento,lo estoy formulando pero a lo mejorno estoy escuchando la interp<strong>el</strong>ación, las exigenciasd<strong>el</strong> amor que es lo que hace Jesús.Según Jesús hay una manera <strong>de</strong> observarla ley que no humaniza, que no hace a la personamas humana, ni la libera, ni la disponeal amor. En la parábola d<strong>el</strong> Padre bondadoso-que antes se llamaba d<strong>el</strong> hijo pródigo- <strong>el</strong> hijomayor es un hombre que sabe obe<strong>de</strong>cer39


leyes, que le dice a su padre, con toda verdad,que jamás <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> cumplir una or<strong>de</strong>nsuya, que no es como <strong>el</strong> hermano que semarchó <strong>de</strong> casa con su parte <strong>de</strong> herencia y laha dilapidado. Esto es cierto, <strong>el</strong> día que llega<strong>el</strong> hermano él está en <strong>el</strong> campo trabajando yllega al atar<strong>de</strong>cer... Es un hombre que ,unavez más, ha cumplido ese día <strong>de</strong> trabajo, conesfuerzo, es un hombre que sabe cumplir lasleyes, pero este hombre no sabe querer, estoes lo sorpren<strong>de</strong>nte, no sabe amar. Este hombreno entien<strong>de</strong> <strong>el</strong> amor d<strong>el</strong> padre al hijopequeño que llega, y no es capaz <strong>de</strong> acogerni <strong>de</strong> perdonar, su corazón está lleno <strong>de</strong>resentimiento, <strong>de</strong> rechazo, <strong>de</strong> odio, la llegadad<strong>el</strong> hermano a casa no le produce alegría,como al padre, sino que le produce rabia. Alfinal, este hombre que cumple todo, estáincapacitado para hacer una fiesta humana,según Jesús, la fiesta d<strong>el</strong> reino.Lo mismo le suce<strong>de</strong> al fariseo d<strong>el</strong> Templo:vive una vida r<strong>el</strong>igiosa más exigente quenadie, cumple la ley escrupulosamente,incluso la sobrepasa. No sólo hace ayuno <strong>el</strong>Yom Kipur, (nombre <strong>de</strong> la Guerra <strong>de</strong> los seisdías <strong>de</strong> Isra<strong>el</strong> contra los árabes) una vez alaño, que era lo único obligatorio, sino que élayuna dos días a la semana, los lunes y losjueves y ayunar no sólo es no comer, sinotambién no beber, no perfumarse, no tocarmujer, hacer penitencia por los pecados d<strong>el</strong>pueblo. Este hombre es un “santo”, pero nosiente piedad por <strong>el</strong> publicano. En este hombrereina la ley, reina la observancia, pero nose le ve amor, no se le ve compasión, es unhombre encerrado en su propio mundo. Es unhombre que incluso da gracias a <strong>Dios</strong>, perono se abandona a la compasión <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, sinoque se apoya en su propia vida.Por supuesto, Jesús nunca promueve unacampaña contra la ley, contra <strong>el</strong> marco legal,pero para él lo <strong>de</strong>cisivo es <strong>el</strong> amor al quesufre. Por ejemplo, en <strong>el</strong> cap. 3 <strong>de</strong> Marcosvemos cómo Jesús es <strong>el</strong> primero que va a lasinagoga, para cumplir con la ley sabáticapero, cuando allí están preparando las lecturasetc., su mirada se fija en un hombre quetiene la mano <strong>de</strong>recha paralizada, es un hombreque no pue<strong>de</strong> trabajar, que no pue<strong>de</strong>valerse y Jesús, que antepone siempre, <strong>el</strong>sufrimiento <strong>de</strong> las personas al cumplimiento<strong>de</strong> la ley, le dice al hombre que se ponga enmedio -pone en medio <strong>de</strong> toda la liturgia a unhombre sufriendo, pone en medio <strong>de</strong> la leyd<strong>el</strong> sábado a un hombre- y entonces preguntaqué hay que hacer ¿Cumplir <strong>el</strong>sábado? ¿Seguir con la liturgia, no trabajar y<strong>de</strong>jar a aqu<strong>el</strong> hombre así?La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Jesús es que, cuando un hombrese va llenando <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, se va <strong>de</strong>jandopenetrar por <strong>el</strong> amor <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> a los que sufren,enseguida entien<strong>de</strong> que no es <strong>el</strong> hombre <strong>el</strong>que ha sido hecho para <strong>el</strong> sábado, lo queestá hecha para los hombres. A <strong>Dios</strong> le <strong>de</strong>jamosreinar en nuestra vida, no sólo cuandoobservamos tranquilamente las leyes, sinocuando para nosotros lo absoluto no son lasleyes sino <strong>el</strong> amor que sufre.El ascetismo d<strong>el</strong> Bautista. Es un caminoque sedujo a Jesús en un principio cuandotodavía no tenía maduro su propio proyecto.El Bautista propuso un camino nuevo paraacoger la llegada <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>; él era <strong>de</strong> origensacerdotal, pero abandona Jerusalén, abandonala liturgia d<strong>el</strong> Templo -tampoco le convence-y se retira al <strong>de</strong>sierto a las orillas d<strong>el</strong>Jordán. Su mensaje es valiente, provocador,según él, <strong>el</strong> Templo ya no sirve para la remisión<strong>de</strong> los pecados, son inútiles. Ahora hayque escuchar una llamada a la conversiónmucho más profunda, y hay que sumergirseen las aguas d<strong>el</strong> Jordán.La originalidad d<strong>el</strong> Bautista fue que bautizabaa la gente en la parte <strong>de</strong>recha d<strong>el</strong> Jordánpara que salieran por <strong>el</strong> otro lado, atravesabanasí <strong>el</strong> Jordán en la misma región en laque, según la tradición, Josué había entradoen la tierra prometida atravesando <strong>el</strong> Jordán.Según Juan, <strong>el</strong> pueblo estaba ya tan corrompidopor <strong>el</strong> pecado que había que partir <strong>de</strong>cero, había que comenzar <strong>de</strong> nuevo la historia<strong>de</strong> la salvación, había que arrepentirse,recibir <strong>el</strong> bautismo <strong>de</strong> conversión <strong>de</strong> perdón ysalir hacia la tierra prometida a crear unasociedad nueva, <strong>el</strong> pueblo convertido, <strong>el</strong> puebloque quería <strong>Dios</strong>.Cuando Jesús se acercó al Bautista quedóseducido por aqu<strong>el</strong> profeta, no había vistocosa igual. Habla siempre d<strong>el</strong> Bautistadiciendo <strong>de</strong> él que es profeta y, más que profeta,<strong>el</strong> mayor <strong>de</strong> los que ha nacido entre loshombres. Se le ve a Jesús impactado por <strong>el</strong>mensaje d<strong>el</strong> Bautista. Él estaba <strong>de</strong> acuerdocon la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un pueblo entero -no unapequeña élite que vivía separada <strong>de</strong> la vida40


en <strong>el</strong> <strong>de</strong>sierto- purificado, un pueblo convertido,un pueblo muy lejos <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong> Temploque se había convertido en una cueva d<strong>el</strong>adrones, un pueblo don<strong>de</strong> cabían todos.Aunque a nosotros nos sorprenda hoy porotras teologías y otras razones, Jesús se unióa tantos y tantas que iban a bautizarse, y se<strong>de</strong>jó bautizar por Juan; se sentía solidario y, -según algunos autores- quizás colaboró y élmismo, al principio, se puso a bautizar. Peropronto se distanció d<strong>el</strong> Bautista; su experiencia<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> era diferente. Como ya sabemos,cuando Antipas, ejecuta al Bautista, hay unacrisis muy gran<strong>de</strong>; <strong>el</strong> Bautista era <strong>el</strong> profetaque estaba convirtiendo al pueblo a la llegadad<strong>el</strong> juicio <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, pero antes <strong>de</strong> que terminarasu predicación cuando algunos ya sehabían bautizado, se quedan sin <strong>el</strong> profeta d<strong>el</strong>a conversión. ¿Y ahora, qué hará <strong>Dios</strong>? Lareacción indudable <strong>de</strong> Jesús fue que <strong>Dios</strong> ibaa llegar entonces más que nunca, pero no ajuzgar a ese pobre pueblo al que no <strong>de</strong>jan niconvertirse. <strong>Dios</strong> no va a llegar blandiendo unhacha como <strong>de</strong>cía <strong>el</strong> Bautista, sino que va allegar como Padre, que quiere ver a todos sushijos e hijas hermanados. La investigaciónmás reciente <strong>de</strong>staca que Jesús no se dirigea ver quiénes se han bautizado o no con <strong>el</strong>Bautista, para continuar <strong>el</strong> bautismo, sino queempieza algo nuevo: su lenguaje se transforma,es <strong>el</strong> poeta <strong>de</strong> la misericordia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.Deja <strong>el</strong> <strong>de</strong>sierto, va don<strong>de</strong> vive la gente, queya no tendrá que ir a hacer penitencia a ningúnsitio, no hará falta ir al Templo, ni siquieraal Jordán.La sorpresa <strong>de</strong> Jesús es que vive unatransformación profunda y se acerca a lagente para hacer algo que nunca hizo <strong>el</strong> Bautista.Éste nunca curó a un enfermo, nuncatocó a un leproso, nunca bendijo a un niño,nunca se <strong>de</strong>jó acariciar por una prostituta; élveía pecado en todas partes y llamaba apenitencia y a conversión. Jesús veía <strong>el</strong> sufrimiento;para él <strong>el</strong> gran pecado es hacer sufriro vivir indiferente al sufrimiento. Y se le ve porGalilea, no con <strong>el</strong> índice <strong>de</strong> la mano levantado,recordando la ley <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> y amenazando,sino que se le va a ver curando, abrazando,bendiciendo, aliviando <strong>el</strong> dolor y sobretodo, haciendo un gran gesto: comer conpecadores.Jesús ofrecía <strong>el</strong> perdón gratis, inclusoantes <strong>de</strong> que la gente hiciera ayuno, comohacía <strong>el</strong> Bautista, o hiciera penitencia.Cuando, según una fuente que no es históricamentetodo lo segura que quisiéramos, <strong>el</strong>Bautista, <strong>de</strong>sconcertado por la actuación <strong>de</strong>Jesús porque la llegada d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> queJesús anuncia no se ajusta a sus esquemas,envía a unos discípulos a preguntarle si es <strong>el</strong>Mesías o hay que seguir esperando; y entoncesJesús no habla ni <strong>de</strong> ascetismo ni <strong>de</strong>penitencia sino que dice: Decidle a Juan loque está ocurriendo, los ciegos ven, los cojosandan, los leprosos quedan limpios, los sordosoyen, los muertos resucitan ,a los pobresse les anuncia una buena noticia .Dichosoaqu<strong>el</strong> que no se escandalice <strong>de</strong> mí, dichoso<strong>el</strong> que entienda que <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> abrecamino, no precisamente con <strong>el</strong> ascetismo yla penitencia, sino que <strong>el</strong> <strong>Dios</strong> amigo <strong>de</strong> lavida se abre camino allí don<strong>de</strong> <strong>de</strong>spierta lavida, allí don<strong>de</strong> se cura, allí don<strong>de</strong> hay massalud, allí don<strong>de</strong> hay liberación d<strong>el</strong> mal, allídon<strong>de</strong> hay perdón, allí don<strong>de</strong> hay mas dignidadpara los pobres.Todo esto nos hace ver que, cuando Jesúshabla d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, no tenemos queseguir caminos equivocados como los quehemos r<strong>el</strong>atado. Jesús no lo critica porquetambién en <strong>el</strong> culto, en la vida monástica, enla obediencia a la ley y en <strong>el</strong> ascetismo pue<strong>de</strong>haber valores muy positivos, pero Jesús va ahablar <strong>de</strong> otra cosa, Jesús habla d<strong>el</strong> reinadod<strong>el</strong> amor compasivo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.41


Acoger <strong>el</strong> reinado d<strong>el</strong> amor compasivo <strong>de</strong><strong>Dios</strong>Jesús supone un vu<strong>el</strong>co radical: Yo osdigo, sed compasivos como vuestro Padred<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o es compasivo. Por tanto, ya no va aser la santidad <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, sino la compasión, loque ha <strong>de</strong> orientar en ad<strong>el</strong>ante la vida <strong>de</strong>ntrod<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.La santidad que separa. Cada vez seconoce mejor que la sociedad judía estabaestructurada a partir d<strong>el</strong> principio Sed Santosporque yo <strong>el</strong> Señor soy santo. Des<strong>de</strong> <strong>el</strong> año325 o al menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la invasión <strong>de</strong> AlejandroMagno que supuso una invasión, la invasión<strong>de</strong> la cultura pagana h<strong>el</strong>énica, las costumbrespaganas, la filosofía pagana... <strong>el</strong>pueblo <strong>de</strong> Isra<strong>el</strong> tomó conciencia <strong>de</strong> que eranun pueblo muy pequeño y <strong>de</strong> que si no reforzaban,conservaban y garantizaban su i<strong>de</strong>ntidad,<strong>de</strong>saparecían como pueblo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.Entonces les pareció que <strong>el</strong> gran principio eraser santos como <strong>Dios</strong> es santo, no mancharsecomo extranjeros, no casarse conmujeres gentiles, cumplir la ley d<strong>el</strong> sábado;era la i<strong>de</strong>ntidad d<strong>el</strong> pueblo. Y se empezó aenten<strong>de</strong>r la “santidad <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>” como separación<strong>de</strong> todo lo que es impuro, <strong>de</strong> todo lo queesté contaminado. Y para empezar, <strong>el</strong> pueblo<strong>el</strong>egido que en <strong>el</strong> AT aparece como que va aser luz <strong>de</strong> las naciones, en los últimos tiempos,en la sociedad <strong>de</strong> Jesús, se siente llamadosobre todo a ser santo, a ser puro, enmedio <strong>de</strong> gentiles que no son santos, sinoque son impuros. El pueblo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> tiene unrango <strong>de</strong> santidad superior a todos los pueblos<strong>de</strong> la tierra. Y <strong>de</strong>ntro d<strong>el</strong> pueblo <strong>el</strong>egido,<strong>el</strong> clero, los sacerdotes y levitas, que tienenque servir a ese <strong>Dios</strong> santo en <strong>el</strong> Templo, tienenya un rango <strong>de</strong> pureza y santidad muysuperior al resto d<strong>el</strong> pueblo; y los que cumpleny observan las leyes <strong>de</strong> pureza, sonmucho más honorables que los pecadores ylos impuros que no cumplan; los varones tienenun rango y un niv<strong>el</strong> <strong>de</strong> pureza superior alas mujeres, siempre sospechosas <strong>de</strong> estaren un estado <strong>de</strong> impureza ritual a causa <strong>de</strong> lamenstruación y <strong>de</strong> los partos; y los sanos sonmás puros y más santos, que los enfermos,los lisiados, los leprosos, a todos los cualesno se les <strong>de</strong>jaba ni siquiera entrar en <strong>el</strong> templo,porque la salud es un signo <strong>de</strong> la bendición<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.Todo esto como se ve, conduce a unasociedad discriminatoria, excluyente don<strong>de</strong>se endurecían las fronteras, don<strong>de</strong> se alimentaba<strong>el</strong> resentimiento, don<strong>de</strong> no se creabamutua acogida, fraternidad, etc. Jesús se diocuenta rápidamente <strong>de</strong> que esta socieda<strong>de</strong>xcluyente no era reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Entoncesintrodujo la compasión que crea comunión,introdujo una alternativa que lo transformatodo: Yo no os digo que seáis santos como<strong>Dios</strong> es santo, yo os digo, sed compasivoscomo vuestro Padre es compasivo.Para Jesús, <strong>Dios</strong> reina en una sociedad,en una cultura, en una comunidad, que se vaconfigurando en torno al amor compasivo.<strong>Dios</strong> es alguien cuyo amor no excluye nisiquiera a los pecadores. Para Jesús, la compasiónes la manera <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. La compasiónno es un sentimiento, no es una virtud,sino que es la manera <strong>de</strong> estar en la vida y lamanera <strong>de</strong> ser y <strong>de</strong> vivir más parecida a la <strong>de</strong><strong>Dios</strong>.A partir <strong>de</strong> esta clave se pue<strong>de</strong> leer todo <strong>el</strong>Evang<strong>el</strong>io y ver que Jesús actúa siempremovido por la compasión. En un claro <strong>de</strong>safíoal sistema <strong>de</strong> pureza, toca a los que nadie hatocado, cura a los enfermos que sufren, se<strong>de</strong>ja tocar por la hemorroisa, no le importapor la pureza, libera a los que están poseídospor espíritus inmundos y se acerca a <strong>el</strong>los.Pero <strong>el</strong> gesto que provocó más hostilidad ymás escándalo fue que Jesús comía contodos, no excluía a nadie. Esto era pólvora enaqu<strong>el</strong>la sociedad en la que comer era ungesto <strong>de</strong> amistad y <strong>de</strong> confianza; no se comecon cualquiera, no se come con <strong>de</strong>sconocidos,los gentiles comen con los gentiles, losjudíos con los judíos, los varones con losvarones, etc. Y a<strong>de</strong>más Jesús anuncia que<strong>Dios</strong> c<strong>el</strong>ebrará la cena en su reino, ro<strong>de</strong>adoprecisamente <strong>de</strong> toda aqu<strong>el</strong>la gente a la quetodos están excluyendo <strong>de</strong> diferentes maneras.En la parábola d<strong>el</strong> Samaritano, Jesús seatreve a poner como ejemplo, a un doctor d<strong>el</strong>a ley, la actuación <strong>de</strong> un samaritano, unmiembro <strong>de</strong> un pueblo impuro; la crítica estotal. El sacerdote y <strong>el</strong> levita serán muy representantes<strong>de</strong> Yahvé, vendrán <strong>de</strong> la liturgia yd<strong>el</strong> Templo, pero cuando se encuentran en lacuneta con un pobre herido, dan un ro<strong>de</strong>o ysiguen su camino... La parábola no dice <strong>el</strong>42


porqué ¿tenían miedo a los ladrones?¿temían contaminarse al tomar entre susmanos a un hombre ensangrentado o mediomuerto? Quizás al sacerdote y al levita lespreocupaba la obligación por mantenersepuros y cumplir las leyes sacerdotales, nosabemos la razón, lo que sí sabemos es queno tenían compasión. Entonces Jesús, queve la vida siempre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los que sufren,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>la vida inocente que está allí, enla cuneta, dice a todos que <strong>el</strong> samaritano, queera <strong>de</strong> un pueblo impuro, que no pertenecíaal pueblo <strong>el</strong>egido, es un hombre que nosiente ninguna obligación legal, pero es unhombre que siente pena, compasión, estehombre tiene corazón.En contraposición a aqu<strong>el</strong>la sociedad discriminatoriay excluyente, Jesús, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong>principio <strong>de</strong> imitar a <strong>Dios</strong> en su amor compasivo,introduce en <strong>el</strong> mundo una sociedadabsolutamente diferente, una sociedad incluyente,acogedora, don<strong>de</strong> todos nos miremos<strong>de</strong> manera compasiva, don<strong>de</strong> todos podamosacogernos, cuidarnos y vivir mas en comunióny más en fraternidad.De la r<strong>el</strong>igión convencional al <strong>Reino</strong> <strong>de</strong><strong>Dios</strong>Cuando Jesús invita a “entrar” en <strong>el</strong> reino<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, es evi<strong>de</strong>nte que habrá que “salirse”<strong>de</strong> otras cosas; <strong>de</strong> una r<strong>el</strong>igión, <strong>de</strong> una cultura,<strong>de</strong> un modo <strong>de</strong> vivir, habrá que “salir” <strong>de</strong>toda una cultura convencional que no es <strong>el</strong>reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.R<strong>el</strong>igión convencional. No siempre somosconscientes <strong>de</strong> <strong>el</strong>lo, pero todos nacemos, crecemosy vivimos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una cultura convencionalque se ha ido construyendo a lolargo <strong>de</strong> los siglos, y concretamente en unacultura r<strong>el</strong>igiosa convencional, que es aceptadapor la mayoría. Hay una manera <strong>de</strong> sercatólico que es la correcta, la normal, la convencional,y ésa es la cultura que respiramos,y que nos hace ver la realidad <strong>de</strong> una manera<strong>de</strong>terminada.El riesgo consiste en vivir excesivamentedomesticados por esa cultura r<strong>el</strong>igiosa convencional,obe<strong>de</strong>ciendo automáticamente sinmás planteamientos a lo que está establecido;enriqueciéndonos con los valores queestán ahí, pero también cayendo prisioneros<strong>de</strong> cegueras, errores, lagunas que tambiénestán ahí. Y muchas veces, interiorizandoactitu<strong>de</strong>s equivocadas sin contrastarlas ni criticarlasa la luz d<strong>el</strong> profeta d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.A Jesús le pasó eso mismo; Jesús anunció<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> en <strong>el</strong> interior <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminadar<strong>el</strong>igión, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una cultura r<strong>el</strong>igiosaconvencional que se había ido construyendoa lo largo <strong>de</strong> los siglos. La fuente principal <strong>de</strong>esa cultura era la Torah, la ley <strong>de</strong> Moisés, losdiez mandamientos, tradiciones sagradasque se iban trasmitiendo <strong>de</strong> generación engeneración. Era la cultura r<strong>el</strong>igiosa que seinculcaba todos los sábados en las sinagogasy que se reavivaba en las gran<strong>de</strong>s fiestas <strong>de</strong>Jerusalén. Era la r<strong>el</strong>igión observada y vigiladaconstantemente por los gran<strong>de</strong>s interpretes<strong>de</strong> la ley.Y se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que Jesús no vive <strong>de</strong> esar<strong>el</strong>igión convencional, sino que vive <strong>de</strong> unaexperiencia nueva <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> que es la quequiere comunicar a través <strong>de</strong> su mensaje ysobre todo <strong>de</strong> sus parábolas. Jesús llama aentrar en <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Cuando Jesúsllama a entrar en <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, estápidiendo a todos que hagan lo que él hizo:salir, pasar <strong>de</strong> una r<strong>el</strong>igión convencional auna vida centrada en la experiencia <strong>de</strong> lacompasión <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Ahora enten<strong>de</strong>mos mejorla frase que Marcos pone en boca <strong>de</strong> Jesús:El reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> está cerca, cambiad <strong>de</strong> mentalidad,cambiad y creed en esta buena noticia.El verbo que utiliza Marcos tiene dosmatices: cambiad <strong>de</strong> mente, cambiad <strong>de</strong>manera <strong>de</strong> ver las cosas, pero siempre, paracambiar <strong>de</strong> conducta, <strong>de</strong> manera <strong>de</strong> actuar.Jesús no echa por tierra la r<strong>el</strong>igión convencional,como algo arbitrario, sin sentido.Lo que Jesús hace es situarla <strong>de</strong> una maneraradicalmente nueva. Nunca una r<strong>el</strong>igión es unabsoluto; <strong>el</strong> único absoluto es <strong>el</strong> amor y concretamente<strong>el</strong> amor al que sufre. Y cuandoesto se hace tan serio, una r<strong>el</strong>igión tambiénse va convirtiendo al reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>; y si <strong>de</strong>Jesús ha nacido una r<strong>el</strong>igión, tendrá que seruna r<strong>el</strong>igión completamente orientada a construir<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> en <strong>el</strong> mundo.Voy a recordar <strong>de</strong> nuevo la parábola d<strong>el</strong>Padre bondadoso. En esa parábola <strong>Dios</strong> noes <strong>el</strong> que legitima un <strong>de</strong>terminado estilo <strong>de</strong>vida premiando a los buenos y castigando asus hijos según lo establecido. El padre <strong>de</strong>esa parábola es un padre que ama y perdona43


<strong>de</strong> manera <strong>de</strong>sbordante a todos: al hijomenor y al hijo mayor. En ese padre, no estáhablando la r<strong>el</strong>igión convencional, se estárompiendo un <strong>de</strong>terminado esquema <strong>de</strong>Yahvé, ahí está hablando <strong>de</strong> la compasión <strong>de</strong>un padre. En cambio, en la queja d<strong>el</strong> hijomayor, que ha cumplido las ór<strong>de</strong>nes d<strong>el</strong>padre y que exige que le trate <strong>de</strong> otra maneray que no reciba así al hijo menor, es don<strong>de</strong>está hablando la r<strong>el</strong>igión convencional.Es sólo en la acogida d<strong>el</strong> padre compa<strong>de</strong>cido,que abraza al hijo perdido, que acogetambién al hijo mayor y quiere verlos a losdos sentados a la misma mesa, como haciaJesús, c<strong>el</strong>ebrando una fiesta como hermanos,don<strong>de</strong> está apareciendo una experiencianueva <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> que no respon<strong>de</strong> a la r<strong>el</strong>igiónconvencional. El mismo mensaje va a resonaren otra parábola: la que antes llamábamos laparábola <strong>de</strong> los obreros <strong>de</strong> la viña y que hoyse llama la parábola d<strong>el</strong> dueño bondadoso d<strong>el</strong>a viña.Este dueño <strong>de</strong> la viña quería para todos un<strong>de</strong>nario, quería que todos tuvieran trabajo ycena, por eso pregunta, por qué ser envidiosossi él es bueno. Este dueño es un hombrebueno, al que no le importa cuánto trabajen,no le importan los méritos <strong>de</strong> un grupo u otro,lo único que le importa es que todos tenganesta noche algo para cenar con sus familias.Ahí está emergiendo una imagen <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> querompe la r<strong>el</strong>igión convencional, y ante estaparábola en la que Jesús compara a <strong>Dios</strong> y lallegada d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> con la actuación <strong>de</strong>este hombre, dueño <strong>de</strong> la viña, que a nadiehace injusticia, surgen las preguntas: ¿Será<strong>Dios</strong> así? ¿Será verdad que <strong>Dios</strong>, más quefijarse en los méritos <strong>de</strong> las personas, estápensando en qué necesitan las personaspara tener vida eterna? ¿Qué podían <strong>de</strong>cirlos escribas <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong> tiempo? ¿Y qué pue<strong>de</strong>n<strong>de</strong>cir los moralistas <strong>de</strong> hoy? Jesús es verda<strong>de</strong>ramentesorpren<strong>de</strong>nte.La conversión al reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Hemos <strong>de</strong>enten<strong>de</strong>r bien esta llamada <strong>de</strong> Jesús. El reino<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> no lo tenemos que ver como una exigencianueva que otra vez po<strong>de</strong>mos codificarcon nuevas leyes, nuevas obligaciones a unar<strong>el</strong>igión <strong>de</strong>terminada.El <strong>de</strong>safío d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> es ver lascosas <strong>de</strong> otra manera, tal como son cuandose las mira <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> amor compasivo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.El reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> pi<strong>de</strong> un corazón nuevo, unamanera nueva <strong>de</strong> ver y <strong>de</strong> vivir la vida, centradatotalmente en la experiencia d<strong>el</strong> amor<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, y que se construya a partir <strong>de</strong> unavida compasiva. Los riesgos <strong>de</strong> cualquier r<strong>el</strong>igión,aunque haya nacido <strong>de</strong> Jesús, son bastantes.Voy a sugerir tres:En primer lugar, <strong>el</strong> mayor riesgo es laceguera, <strong>el</strong> no abrirnos al lenguaje generosod<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Es una resistencia a la luz<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>... todos po<strong>de</strong>mos seguir viviendo ciegos.Vosotros sois ciegos que quieren guiar aotros ciegos. Tenéis <strong>el</strong> riesgo <strong>de</strong> caer todosen un agujero, en una vida don<strong>de</strong> falta loimportante...es una imagen que sólo pue<strong>de</strong>provenir <strong>de</strong> Jesús.En segundo lugar, la rutina, <strong>el</strong> <strong>de</strong>sgaste, larutina disciplinada, don<strong>de</strong> queremos que todovaya bien y esté seguro, don<strong>de</strong> se corta laimaginación evangélica y don<strong>de</strong> nos incapacitamospara abrirnos a la frescura misteriosad<strong>el</strong> amor. La Iglesia mol<strong>de</strong>ada siempre por laley, don<strong>de</strong> la mayor preocupación es cumplirlo establecido, vivir correctamente, los quesufren <strong>de</strong>saparecen, quedan invisibles, ya nopreocupa tanto <strong>el</strong> sufrimiento, no preocupaque haya millones que mueren <strong>de</strong> hambre.Mientras nosotros vivimos nuestra r<strong>el</strong>igión enla sociedad d<strong>el</strong> bienestar <strong>de</strong>saparece <strong>el</strong> sufrimientoque era lo que Jesús tenía, antes quenada, ante sus ojos.Y en tercer lugar, cuando no se vive eneste horizonte d<strong>el</strong> reino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, <strong>el</strong> horizontese estrecha, los planteamientos se hacenmiopes, cada vez preocupa más lo quemenos importancia tiene, se centra la obsesióny la atención en lo insignificante, y seolvidan las gran<strong>de</strong>s exigencias, que es laqueja que resuena en <strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io: Pagáis <strong>el</strong>diezmo <strong>de</strong> la hierbabuena, d<strong>el</strong> anís, y hasta <strong>el</strong>comino y <strong>de</strong>scuidáis incluso lo mas importante<strong>de</strong> la ley, la justicia, la misericordia y lafe. El gran reto que tenemos hoy nosotros, loscreyentes, es abrir nuestra r<strong>el</strong>igión al reino <strong>de</strong><strong>Dios</strong>; abrir nuestras costumbres, nuestravida, nuestro culto, nuestra liturgia al reino <strong>de</strong><strong>Dios</strong>.JOSÉ ANTONIO PAGOLA ELORZA(Conferencia impartida en <strong>el</strong> curso 2005, en <strong>el</strong>Aula <strong>de</strong> Teología <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Cantabria)44

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