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1 El matrimonio llamado a la eucaristia - Equipes Notre-Dame

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Así, por <strong>la</strong> comunión del Cuerpo de Cristo renovamos <strong>la</strong> vida de gracia que recibimos en elbautismo. <strong>El</strong> catecismo de <strong>la</strong> Iglesia Católica 12 nos recuerda que <strong>la</strong> comunión nos libra delpecado protegiéndonos de los pecados veniales y preservándonos de los posibles pecadosfuturos.: “Como el alimento corporal sirve para restaurar <strong>la</strong> pérdida de fuerzas, <strong>la</strong>Eucaristía fortalece <strong>la</strong> caridad que, en <strong>la</strong> vida cotidiana tiende a debilitarse; y esta caridadvivificada borra los pecados veniales, <strong>la</strong>s faltas menores de <strong>la</strong> vida cotidiana... Nos preservade futuros pecados mortales, <strong>la</strong>s faltas graves que rompen nuestra comunión con Dios.Mientras más unidos estamos a <strong>la</strong> vida de Cristo, por <strong>la</strong> comunión eucarística, más difícil nosresulta romper con Él.” 13Xavier Lacroix nos invita a llevar más lejos esta reflexión: “Por medio de <strong>la</strong> Eucaristía y delos sacramentos, “<strong>El</strong> Verbo alcanza al hombre a través de <strong>la</strong> carne” 14 (...) Por <strong>la</strong> Eucaristía,recibo en mi cuerpo <strong>la</strong> semil<strong>la</strong> de <strong>la</strong> gloria (de Dios).” 15 .Y añade (y esto podrá servirnos de transición con nuestro segundo punto sobre <strong>la</strong> Eucaristía):“La participación en el misterio eucarístico, en fin, expresa, de <strong>la</strong> forma más intensa, lo quetodo cristiano está <strong>l<strong>la</strong>mado</strong> a vivir en su corazón y en su cuerpo: el don de sí mismo. Lal<strong>la</strong>mada a <strong>la</strong> santidad es una l<strong>la</strong>mada a entregarse, a entrar en el movimiento del don “hastael extremo” (eis telos 16 característica de <strong>la</strong> existencia crística. En <strong>la</strong> Eucaristía, el creyentecelebra y encuentra <strong>la</strong> última verdad de su ser. Recíprocamente, en su experiencia corporalestá <strong>l<strong>la</strong>mado</strong> a encarnar lo que ha asimi<strong>la</strong>do bajo <strong>la</strong>s especies de pan y de vino. Habiendocomulgado <strong>la</strong> carne y <strong>la</strong> sangre de Cristo, <strong>la</strong> suya, como <strong>la</strong> de los demás, ya no será del todo<strong>la</strong> misma. Todo lo que indicábamos del don, de <strong>la</strong> vulnerabilidad y de <strong>la</strong> proximidad seencuentra, no sólo, confortado sino también confirmado, ac<strong>la</strong>rado, abrazado por el fuego deun amor que atrae todo hacia sí.” 172.- La eucaristía, sacramento de <strong>la</strong> alianzaEste don de si mismo al otro, es lo que vivimos cotidianamente en nuestro <strong>matrimonio</strong>, peroes, también, <strong>la</strong> ofrenda que podemos hacer a Dios de nuestro <strong>matrimonio</strong> en el momento de <strong>la</strong>Eucaristía. Como nos lo recordaba el P. Caffarel en una conferencia reproducida en el“Anillo de Oro”:“La ofrenda del cuerpo y de <strong>la</strong> sangre de Cristo exige nuestro propio don interior. <strong>El</strong> don decada uno de vosotros, sin duda, pero también el don de vuestra pequeña comunidad conyugal(...). Tenéis que ofreceros el uno y el otro a Dios, ofreceros el uno y el otro juntos, ofrecervuestros hijos y más ampliamente todo lo que forma parte de vuestra existencia...” Ydesarrol<strong>la</strong> sus argumentos alrededor de dos ideas-faro: La Eucaristía “hace” el hogar, el hogarvive de <strong>la</strong> Eucaristía.a) La Eucaristía sacramento de <strong>la</strong> Alianza es misterio de comunión, de unidad.No olvidemos que, en efecto, <strong>la</strong> “Eucaristía es <strong>la</strong> fuente misma del <strong>matrimonio</strong> cristiano. <strong>El</strong>sacrificio eucarístico representa <strong>la</strong> alianza de amor entre Cristo y <strong>la</strong> Iglesia puesto que ha sidosel<strong>la</strong>do por <strong>la</strong> sangre de su Cruz. Es en este sacrificio, de <strong>la</strong> nueva y eterna Alianza, donde losesposos cristianos encuentran el manantial que mode<strong>la</strong> interiormente y vivificaconstantemente su alianza conyugal.” 1812 Catecismo de <strong>la</strong> Iglesia Católica, nº 1393 ss13 Monseñor A. Vingt-Trois, Catequesis del Año Jubi<strong>la</strong>r, p. 11614 Cirilo de Alejandría, p. 23615 “Le Corps de Chair”, p. 236.16 Jn. 13, 2.17 Jn. 12, 32, Le Corps de Chair “p. 34918 Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, nº 57


San Agustín escribe: “La Eucaristía, signo de unión y <strong>la</strong>zo de amor, intensifica <strong>la</strong> comunión.Es el don que hace el Señor de su Amor y de su Cuerpo y este don es el signo por excelenciade lo que tiene que ser <strong>la</strong> donación mutua de los esposos. Es, también, el alimento que lesayuda a crecer en el Amor.”La presencia de Cristo crea <strong>la</strong> unión entre los esposos:Por <strong>la</strong> comunión de cada uno con Cristo que se entrega como alimento.Pero, también, por <strong>la</strong> comunión creada por Cristo que une entre sí a los que reciben su Cuerpoy su Sangre.Participar en <strong>la</strong> Eucaristía, es, pues, volver a encontrar <strong>la</strong> misma fuente de nuestro<strong>matrimonio</strong>, “Manantial que brota mode<strong>la</strong>ndo interiormente y vivifica constantemente(nuestra) alianza conyugal.” 19b) Cada <strong>matrimonio</strong> podría, por tanto, vivir <strong>la</strong> Eucaristía como una santificación de suunión carnal:Así como en <strong>la</strong> Eucaristía, nos reunimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo,así cuando nos reunimos en pareja Dios está en <strong>la</strong> fuente de nuestro amor.L<strong>la</strong>mada al perdón dado y recibido, que está en <strong>la</strong> fuente de toda unión conyugal vivida sinreserva.Pa<strong>la</strong>bra de Dios, Pa<strong>la</strong>bra de Amor, que vivifica cualquier unión.Ofrenda mutua de nuestra persona, que muere para sí misma a favor del otro.Presencia de Dios en el corazón de nuestro amor: “Humildemente te pedimos que habiendoparticipado en el Cuerpo y en <strong>la</strong> Sangre de Cristo, el Espíritu Santo nos reúna en un solocuerpo”...Comunión del Cuerpo y de <strong>la</strong> Sangre de Cristo donde vivimos “el paralelismo entre <strong>la</strong>eucaristía y <strong>la</strong> conyugalidad” 20Podríamos volver sobre el sentido del amor humano que es signo de Alianza de Dios con loshombres. <strong>El</strong> amor humano, repitiendo <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de Xavier Lacroix 21 , es, a <strong>la</strong> vez, reve<strong>la</strong>dory reve<strong>la</strong>do: <strong>la</strong>s uniones humanas prefiguran <strong>la</strong> alianza divina, a <strong>la</strong> vez que ésta reve<strong>la</strong> <strong>la</strong>profundidad de <strong>la</strong>s alianzas humanas. Así, en cada Eucaristía damos una mayor fuerza anuestro amor conyugal santificado por el sacramento del <strong>matrimonio</strong>. “<strong>El</strong> deber desantificación que atañe a <strong>la</strong> familia cristiana, tiene su raíz primera en el bautismo y alcanza sumás alta expresión en <strong>la</strong> Eucaristía a <strong>la</strong> que el <strong>matrimonio</strong> cristiano está íntimamente ligado.”22La Eucaristía es, pues, fuente de salvación para nosotros mismos y, por nuestra mediación,para los demás; es “el poder educativo de <strong>la</strong> Eucaristía”. Más allá de nuestro <strong>matrimonio</strong> y denuestra familia, pequeña iglesia doméstica, este poder educativo, también, lo vivimos enIglesia, este pueblo que Dios reúne cada domingo.3.- La eucaristía, sacramento de iglesia19 Juan Pablo II, Exhortación apostólica Familiaris Consortio, nº 5720 X. Lacroix, “Le Corps de Chair”, p. 302.21 “Le Corps de Chair”, p. 28422 Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, nº 57


“La Eucaristía es el sacramento de nuestra redención, es el sacramento del Esposo y de <strong>la</strong>Esposa. La Eucaristía hace presente y realiza de nuevo sacramentalmente el acto redentor deCristo que crea su Iglesia, su cuerpo.” 23La liturgia eucarística reúne al pueblo de Dios alrededor de <strong>la</strong> mesa. Cada momento nossumerge en <strong>la</strong> economía de <strong>la</strong> Salvación y nos invita a volver sobre nosotros mismos, lo quenos enriquece y hace que salgamos de <strong>la</strong> celebración eucarística, lugar de comunión, másserenos y más unidos. Es un antídoto contra <strong>la</strong> dispersión, no es una obligación, sino unanecesidad para llevar una vida cristiana consciente y coherente. Volvemos a encontrar aquílos fundamentos del Catecismo de <strong>la</strong> Iglesia Católica y lo que nos recuerda el Papa Juan PabloII en su encíclica “ Novo Millenio Ineunte”.Así nuestro Santo Padre, el Papa, nos invita con fuerza a conceder <strong>la</strong> mayor atención a <strong>la</strong>liturgia eucarística y, en particu<strong>la</strong>r, a <strong>la</strong> Eucaristía dominical:”Querría, pues, insistir en que <strong>la</strong> participación en <strong>la</strong> Eucaristía sea, para todo bautizado, elcentro del domingo” 24 Pues encontramos en el<strong>la</strong> todo lo que nos incorpora a <strong>la</strong> Iglesia:Podríamos retomar los tiempos fuertes de <strong>la</strong> Liturgia Eucarística, como lo hace MonseñorVingt-Trois en su catequesis, sobre los sacramentos, del año jubi<strong>la</strong>r. 25 Subraya cómo, desdeel momento de <strong>la</strong> acogida hasta al de <strong>la</strong> a<strong>la</strong>banza del Padre y el de <strong>la</strong> comunión del Cuerpo deCristo, es <strong>la</strong> comunidad <strong>la</strong> que se constituye en pueblo de Dios: “ los que reciben <strong>la</strong>Eucaristía están más estrechamente unidos a Cristo y más estrechamente unidos, también, atodos los fieles en un solo cuerpo: <strong>la</strong> Iglesia.” 26La Eucaristía es el sacramento de <strong>la</strong> Unidad y el sacramento de <strong>la</strong> Esperanza en <strong>la</strong> gloria queva a venir: cierto, somos pecadores y <strong>la</strong> Iglesia está dividida, sin embargo, Juan Pablo II, nosrecuerda:“<strong>El</strong> Buen Pastor está hoy con vosotros y es una razón para <strong>la</strong> esperanza, es <strong>la</strong> fuerza denuestros corazones, <strong>la</strong> fuente de entusiasmo siempre nuevo y el reino de <strong>la</strong> victoria de <strong>la</strong>civilización del Amor.” 27Y añade:“<strong>El</strong> amor con el que el Esposo amó hasta el fin a <strong>la</strong> Iglesia es tan grande que hace que el<strong>la</strong>sea, siempre, nuevamente santa entre los santos, incluso aunque no deje de ser una Iglesia depecadores. Los pecadores, los publicanos y <strong>la</strong>s prostitutas también están <strong>l<strong>la</strong>mado</strong>s a <strong>la</strong>santidad, como lo atestigua el mismo Cristo en el Evangelio. Todos estamos <strong>l<strong>la</strong>mado</strong>s a serIglesia gloriosa, santa e inmacu<strong>la</strong>da. (...) He aquí <strong>la</strong> más alta dimensión del gran misterio, elsignificado profundo del don sacramental en <strong>la</strong> Iglesia, el sentido más profundo del bautismoy de <strong>la</strong> Eucaristía”. 28Conclusión: La Eucaristía desde <strong>la</strong> cena de Emaús hasta el festín del cordero“Cuando estuvo en <strong>la</strong> mesa con ellos, cogió el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entoncesse abrieron sus ojos y le reconocieron” 29 .23 Juan Pablo II “La Dignidad de <strong>la</strong> Mujer” nº. 1624Juan Pablo II, “Novo Millenio Ineunte”, nº 3625 Monseñor André Vingt-Trois, “Catecismo del Año Jubi<strong>la</strong>r” p.106 ss.26 Monseñor André Vingt-Trois, “Catecismo del Año Jubi<strong>la</strong>r” p. 116.27 Juan Pablo II, “Carta a <strong>la</strong>s Familias”, nº 18.28 Juan Pablo II, “Carta a <strong>la</strong>s Familias”, nº 19.29 Luc. 24, 30-31.


Como ocurrió con los discípulos de Emaús, es en el momento de <strong>la</strong> Eucaristía cuandoreconocemos a Cristo, presente en nuestra vida, por supuesto, y en nuestro <strong>matrimonio</strong> sobretodo.“Cuando os encontráis en <strong>la</strong> mesa eucarística y estáis unidos entre vosotros, es cuandoCristo está cerca de vosotros.” 30Como con los discípulos de Emaús, tiene que ser <strong>la</strong> ocasión de partir de nuevo, de volver almundo con <strong>la</strong> certeza absoluta de ir acompañados por Cristo resucitado.Teresa de Lisieux l<strong>la</strong>maba a <strong>la</strong> Eucaristía “<strong>El</strong> dulce sol de mi vida”: imagen fuerte del sol quees, a <strong>la</strong> vez, fuente de luz y fuente de calor, en una pa<strong>la</strong>bra, fuente de vida. Ahora bien, ¿cuáles <strong>la</strong> fuente de <strong>la</strong> verdadera vida, sino <strong>la</strong> del don total, este misterio en el que participamoscon nuestra vida de pareja: “¿No hay mayor don que el de dar <strong>la</strong> vida por los queamamos”? 31Y nosotros, parejas cristianas unidas por el sacramento del <strong>matrimonio</strong>, tenemos <strong>la</strong> suerteinusitada de vivir esta unión de Cristo resucitado con <strong>la</strong> Iglesia: “Mientras que en <strong>la</strong> Eucaristíael cristiano celebra <strong>la</strong> alianza “bajo <strong>la</strong>s especies” del cuerpo y <strong>la</strong> sangre de Cristo, en <strong>la</strong> vidaconyugal vive, a <strong>la</strong> vez, el signo y <strong>la</strong> realidad “bajo <strong>la</strong>s especies” del cuerpo y de <strong>la</strong> vida delcónyuge” 32Sí, todas <strong>la</strong>s parejas están l<strong>la</strong>madas a <strong>la</strong> Eucaristía:l<strong>la</strong>madas a dar gracias por el Amor de nuestro Padre por todos los hombresl<strong>la</strong>madas a dar testimonio con toda su vida, incluso con <strong>la</strong> más íntima, de esta presencia delHijo que construye su vida de <strong>matrimonio</strong> y de <strong>la</strong> que es, así mismo, el signo visiblel<strong>la</strong>madas a fundar su ética sobre una “mística (...) eucarística en <strong>la</strong> medida en <strong>la</strong> que <strong>la</strong>actuación y el ser del hombre son aprehendidos como participantes en el misterio del Dontotal y del Cuerpo entregado.” 33“TOMAD Y COMED, ESTE ES MI CUERPO ENTREGADO POR VOSOTROS.”30 Juan Pablo II, “Carta a <strong>la</strong>s Familias”, nº 18.31 Jn, 15, 1332 Xavier Lacroix, “Le Corps de Chair” p. 302.33 Xavier Lacroix, “Le Corps de Chair” p. 358.

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