11.07.2015 Views

tercer libro cincuenta sombras liberadas

tercer libro cincuenta sombras liberadas

tercer libro cincuenta sombras liberadas

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cierra los ojos con fuerza.—Estoy muy confundido —susurra. Cuando abre los ojos de nuevo se ven perdidos y llenos de puraemoción.Mierda. ¿Es por mí? ¿Por mis preguntas de antes sobre su madre biológica? ¿Por el incendio en la oficina?—¿Por qué dices eso? —le pregunto en voz baja. Tengo la garganta atenazada por el pánico. Creía queestaba feliz. Que los dos lo estábamos. Creía que le estaba haciendo feliz. No quiero confundirle. ¿O sí? Mimente empieza a funcionar a toda velocidad. No ha visto al doctor Flynn en tres semanas. ¿Es eso? ¿Esa es larazón para que este así? Mierda, ¿debería llamar al doctor? Pero en un momento posiblemente único deextraordinaria profundidad y claridad consigo entenderlo: el incendio, Charlie Tango, la moto de agua… Estáasustado. Tiene miedo por mí y verme esas marcas en la piel solo lo ha empeorado. Ha estado todo el díafijándose en ellas, sintiéndose mal, y no está acostumbrado a sentirse incómodo por su forma de infligir dolor.Solo pensarlo me provoca un escalofrío.Se encoge de hombros y una vez más sus ojos se van a mi muñeca, donde estaba la pulsera que me hacomprado. ¡Bingo!—Christian, estas marcas no importan —le aseguro levantando la muñeca y señalando la marca—. Mediste una palabra de seguridad. Mierda, Christian… Lo de ayer fue divertido. Disfruté. No te machaques coneso. Me gusta el sexo duro, ya te lo he dicho. —Me ruborizo hasta ponerme escarlata a la vez que intentosofocar el pánico que empiezo a sentir.Me mira fijamente y no tengo ni idea de lo que está pensando. Tal vez esté sopesando mis palabras.Continúo tartamudeando un poco.—¿Es por el incendio? ¿Crees que hay alguna conexión con lo de Charlie Tango? ¿Por eso estáspreocupado? Habla conmigo, Christian, por favor.No aparta la mirada de mí pero tampoco dice nada y el silencio se cierne sobre nosotros otra vez, como estamisma tarde. ¡Maldita sea! No me va a decir nada, lo sé.—No le des más vueltas a esto, Christian —le regaño en voz baja y las palabras resuenan en mi cabeza,removiendo un recuerdo del pasado reciente: lo que él me dijo acerca de su estúpido contrato. Extiendo lamano, cojo la caja de su regazo y la abro. Me observa pasivamente, como si fuera una criatura extraterrestrefascinante. Sé que el vendedor de la tienda, muy amablemente, ha dejado la cámara lista para usarla, así quela saco de la caja y le quito la tapa a la lente. Le apunto y su hermosa cara llena de ansiedad queda justo en elcentro del marco. Pulso el botón y lo mantengo presionado y diez fotos de la expresión alarmada de Christianquedan capturadas digitalmente para la posteridad.—Pues yo te acabo de convertir en un objeto a ti —le digo volviendo a pulsar el obturador. En el últimomomento sus labios se curvan casi imperceptiblemente. Vuelvo a pulsarlo y esta vez está sonriendo… Unasonrisita, pero sonrisa al fin y al cabo. Pulso el botón otra vez y veo que se relaja físicamente y hace unmohín, completamente falso, un ridículo mohín de personaje de Acero azul y eso me hace reír. Oh, gracias aDios. El señor Temperamental ha vuelto… Y nunca me he alegrado tanto de verlo.—Creía que era un regalo para mí —dice enfurruñado, aunque creo que es fingido.—Bueno, se suponía que tenía que ser algo divertido, pero parece que es un símbolo de la opresión de lamujer —le respondo haciéndole más fotos y viendo en un primer plano como la diversión crece en su cara.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!