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borrador - Universidad de Valladolid

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Jornada sobre Complejidad<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>l RosarioBogotá12 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2009BiocomplejidadAlfredo MarcosDepartamento <strong>de</strong> Filosofía<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Valladolid</strong> (España)amarcos@fyl.uva.esResumenLa pregunta que guía todo el texto es ¿en qué medida la perspectiva <strong>de</strong> la complejidad nos ayuda aenten<strong>de</strong>r lo que es un viviente? Para acercarnos a la repuesta exploraremos en primer lugar laslimitaciones <strong>de</strong> la perspectiva reduccionista. Son éstas las que favorecen la perspectiva <strong>de</strong> la complejidad.Después veremos lo que quiere <strong>de</strong>cir complejidad cuando este término se aplica a seres vivos.Detectaremos que la biocomplejidad remite a otros conceptos, como el <strong>de</strong> organización, función, y, enúltimo término, sustancia.Palabras clave: reduccionismo, complejidad, or<strong>de</strong>n, organización, función, sustancia.AbstractThe question that gui<strong>de</strong>s the entire text would be: to what extent the perspective of complexity helps us inor<strong>de</strong>r to un<strong>de</strong>rstand living beings? To approach the answer we will first explore the limitations of thereductionist approach. These limitations encourage the perspective of complexity. Then, we will explorewhat we mean by complexity when this term is applied to living beings. We will found thatbiocomplexity refers to other concepts, such as organization, function, and ultimately to substance.Keywords: reductionism, complexity, or<strong>de</strong>r, organization, function, substance.


1. IntroducciónA mediados <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1972, hace ahora casi treinta y siete años,se reunieron en una villa italiana un puñado <strong>de</strong> científicos y filósofos convocados por elgenetista <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> California Francisco Ayala. La nómina <strong>de</strong>l encuentro,leída hoy, resulta impresionante 1 . Des<strong>de</strong> Karl Popper, en el terreno <strong>de</strong> la filosofía, hastaJacques Monod, en el <strong>de</strong> la biología, por citar sólo dos <strong>de</strong> entre ellos. El objetivo <strong>de</strong> lareunión era <strong>de</strong>batir sobre las posibilida<strong>de</strong>s y limitaciones <strong>de</strong>l reduccionismo en biología.La cuestión resultaba entonces <strong>de</strong> plena actualidad, ya que los éxitos contemporáneos <strong>de</strong>la biología molecular hacían pensar que toda la investigación biológica <strong>de</strong>beríaorientarse hacia niveles cada vez más elementales, que toda ella <strong>de</strong>bería regirse por unametodología reduccionista. Sin embargo, como advierte Ayala, “una <strong>de</strong> lascaracterísticas más <strong>de</strong>stacadas <strong>de</strong> la materia viva es la complejidad <strong>de</strong> su organización.Existe una jerarquía <strong>de</strong> complejidad que sigue un curso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los átomos y lasmoléculas, pasando por las células, tejidos, organismos individuales, poblaciones,comunida<strong>de</strong>s y ecosistemas, hasta la totalidad <strong>de</strong> la vida sobre la tierra” 2 .Podríamos preguntarnos si toda esta complejidad <strong>de</strong> lo viviente es en realidadtan sólo apariencia. Quizá tras el velo <strong>de</strong> la complejidad se encuentren tan sólo unconjunto <strong>de</strong> entida<strong>de</strong>s sencillas con relaciones simples entre ellas. Es <strong>de</strong>cir, tal vezpodamos reducir toda la complejidad aparente <strong>de</strong> lo vivo a entida<strong>de</strong>s y relacionessimples. Recor<strong>de</strong>mos el viejo programa platónico para la astronomía. Recomienda“salvar los fenómenos” (sotsein ta phainomena), es <strong>de</strong>cir, reducir la aparentecomplejidad <strong>de</strong> los movimientos planetarios a movimientos, no aparentes, sino reales,<strong>de</strong> carácter circular y uniforme. Tras el velo <strong>de</strong> los fenómenos encontraremos laelegante simplicidad matemática <strong>de</strong> la realidad nouménica. Mutatis mutandis, teníamosen los años 70 una especie <strong>de</strong> programa platónico para la biología. La simplicida<strong>de</strong>lemental <strong>de</strong> lo vivo <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong>socultada. Hemos <strong>de</strong> quitar el velo <strong>de</strong> la aparentecomplejidad.Hay que <strong>de</strong>cir que la mayor parte <strong>de</strong> los asistentes a la reunión se mostrabanescépticos respecto <strong>de</strong>l programa pan-reduccionista. Reconocían los méritos y1 Los textos <strong>de</strong> esa reunión se publicaron como libro: F. J. Ayala y T. Dobzhansky (eds.), Studies in thePhilosophy of Biology, Macmillan, Londres, 1974. Existe traducción al español: F. J. Ayala y T.Dobzhansky (eds.), Estudios <strong>de</strong> filosofía <strong>de</strong> la biología, Ariel, Barcelona, 1983.2 F. J. Ayala y T. Dobzhansky (eds.), Estudios <strong>de</strong> filosofía <strong>de</strong> la biología, Ariel, Barcelona, 1983, p. 9.


posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un enfoque reduccionista y analítico mo<strong>de</strong>rado, pero al mismo tiempoveían sus limitaciones. Venían a <strong>de</strong>cirnos que la complejidad <strong>de</strong> los vivientes es real,que no es mera apariencia, que no pue<strong>de</strong> ser completamente eliminada. Si queremosenten<strong>de</strong>r la vida, <strong>de</strong>bemos estudiarla también <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la complejidad.Con el horizonte que nos dan casi cuatro décadas <strong>de</strong> distancia, hay quereconocer que las conclusiones <strong>de</strong>l coloquio resultaron acertadas y premonitorias. Hoynadie abogaría por el pan-reduccionismo, y está mucho más establecida que en los años70 la necesidad <strong>de</strong> investigar también <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva sintética <strong>de</strong> la complejidad.En las últimas décadas el reduccionismo ha mostrado sus posibilida<strong>de</strong>s y también suslimitaciones. Mi pregunta ahora se refiere a las posibilida<strong>de</strong>s y limitaciones <strong>de</strong> laperspectiva <strong>de</strong> la complejidad. No pretendo abordarla <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> labiología, sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la filosofía <strong>de</strong> la biología. Es <strong>de</strong>cir, no preguntaré por lasposibilida<strong>de</strong>s y limitaciones <strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la complejidad para investigar elmetabolismo, el cáncer o los ecosistemas. La pregunta que me interesa aquí esfilosófica: ¿en qué medida la perspectiva <strong>de</strong> la complejidad nos ayuda a enten<strong>de</strong>r lo quees un viviente?Precisemos. Ayala distingue tres tipos <strong>de</strong> reduccionismo: ontológico,epistemológico y metodológico. El primero es una tesis acerca <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong> losvivientes. En el fondo, vendría a <strong>de</strong>cir, un viviente no es más que un conjunto <strong>de</strong>moléculas. El segundo tipo <strong>de</strong> reduccionismo trata sobre nuestro conocimiento y sobrenuestras teorías. Afirma que unas teorías científicas son reductibles a otras. Enparticular las <strong>de</strong> más alto nivel a las <strong>de</strong> nivel más bajo <strong>de</strong> complejidad. Así, a la larga, labiología quedaría reducida a biología molecular, e incluso ésta a bioquímica. En elhorizonte estaría la reducción <strong>de</strong> toda ciencia, y en especial la biología, a la física. Porúltimo, el reduccionismo metodológico es una tesis sobre estrategias <strong>de</strong> investigación.Aplicada a la biología, nos dice que es mejor investigar los fenómenos biológicos en losniveles <strong>de</strong> menor complejidad. Si fuera posible, tendríamos que investigar elcomportamiento a través <strong>de</strong> su base neurofisiológica, y ésta a través <strong>de</strong> la dinámica <strong>de</strong>las biomoléculas.El problema <strong>de</strong>l reduccionismo metodológico lo zanja Ayala con estas palabras:“Resulta improbable que un científico cuerdo abogue por la forma extrema ya sea <strong>de</strong>l


composicionalismo, ya sea <strong>de</strong>l reduccionismo” 3 . La voz <strong>de</strong> la sensatez recomienda elpluralismo metodológico y la combinación <strong>de</strong> los dos enfoques. En cuanto alreduccionismo epistemológico, lo que sabemos es que ha quedado en mero proyecto,apenas ha sido posible la reducción entre teorías muy próximas, como la genéticamen<strong>de</strong>liana y la molecular. De modo que los gran<strong>de</strong>s sueños <strong>de</strong>l reduccionismofisicalista han pasado al trastero, junto con otros magnos proyectos <strong>de</strong> la arroganciaintelectual. Seguimos necesitando teorías sociológicas para explicar el voto, el consumoo las migraciones, teorías biológicas para compren<strong>de</strong>r el comportamiento o elmetabolismo y teorías físicas para enten<strong>de</strong>r la caída <strong>de</strong> los graves o la colisión <strong>de</strong>hadrones. Pero, es el reduccionismo ontológico el que <strong>de</strong>splaza la cuestión al ámbitofilosófico; es el que nos trae la pregunta por el valor <strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la complejidad.Poca gente <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>ría hoy que los vivientes son tan sólo máquinas cartesianas oacúmulos <strong>de</strong> moléculas. Los concebimos más bien como entida<strong>de</strong>s irreductiblementecomplejas.Hechas las precisiones necesarias, reformulemos ahora la pregunta que actuarácomo leitmotiv: ¿en qué medida la perspectiva <strong>de</strong> la complejidad nos ayuda a enten<strong>de</strong>rlo que es un viviente? A<strong>de</strong>lanto mi tesis: una característica esencial <strong>de</strong> los vivientes esla complejidad, pero existen diversos tipos <strong>de</strong> complejidad, como veremos en elapartado 2. Cuando la complejidad se refiere a vivientes -biocomplejidad, digamos- seremite necesariamente a otros conceptos más radicales, como el <strong>de</strong> organización y el <strong>de</strong>función (apartado 3). Este, a su vez, nos llevará, a través <strong>de</strong> ciertas consi<strong>de</strong>racionesaristotélicas, al <strong>de</strong> sustancia (apartado 4). Sólo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta constelación <strong>de</strong>conceptos y en conexión con los mismos la biocomplejidad resulta explicativa. Dicho<strong>de</strong> otro modo, la complejidad nos guía durante parte <strong>de</strong>l trayecto hacia la intelección <strong>de</strong>la vida, pero no es la característica más radical y distintiva <strong>de</strong> los vivientes. Este es elbalance que propongo como respuesta a la pregunta formulada.2. Complejidad y organizaciónEs un hecho que los seres vivos y los ecosistemas aparecen ante nuestros ojoscomo entida<strong>de</strong>s complejas. Todas las señas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s complejas lasencontramos ya en una primera aproximación fenomenológica a lo vivo. Cada ser vivo3 T. Dobzhansky, F. Ayala, G. L. Stebbins y J. W. Valentine, Evolución, Omega, Barcelona, 1983, p. 488[Evolution, San Francisco, Freeman and Co., 1981].


El <strong>de</strong>sarrollo contemporáneo <strong>de</strong> la biología nos ha mostrado, pues, lacomplejidad <strong>de</strong> lo vivo. Esta conciencia ha hecho surgir nuevos modos <strong>de</strong> aproximaciónal fenómeno <strong>de</strong> la vida. En un artículo reciente, el bioquímico y filósofo español IgnacioNúñez <strong>de</strong> Castro recuerda que se han dado “tres gran<strong>de</strong>s periodos que se correspon<strong>de</strong>ncon otras tantas cosmovisiones (vitalista, materialista y organicista): la <strong>de</strong>l Timeoplatónico, don<strong>de</strong> el universo es imaginado como un inmenso viviente, la dominada porla cosmología mecanicista y la tercera sería la <strong>de</strong>l paradigma <strong>de</strong> la complejidad […] Seperfila, así, una racionalidad, un lógos para bíos, diferente <strong>de</strong> la racionalidad linealmecanicista, en la que no es posible un reduccionismo epistemológico, puesto que lametodología y el discurso <strong>de</strong> las ciencias físicas y químicas es incapaz <strong>de</strong> abarcar losfenómenos <strong>de</strong> gran complejidad, don<strong>de</strong> aparecen propieda<strong>de</strong>s emergentes en el todo ydon<strong>de</strong> acontece también una influencia causal <strong>de</strong>l todo sobre los elementos estructuralesy funcionales <strong>de</strong>l sistema” 5 .Incluso algunos autores han sostenido que el paradigma <strong>de</strong> la complejidad es tanimportante en biología que a un tiempo complementa y limita el seleccionismodarwinista: “De hecho, encontraremos límites al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la selección –arriesgaKauffman-: A medida que las entida<strong>de</strong>s afectadas por la selección se vuelvenprogresivamente más complejas, la selección se vuelve menos capaz <strong>de</strong> evitar los rasgostípicos <strong>de</strong> estos sistemas. En consecuencia, en la medida en que los sistemas complejosexhiben un or<strong>de</strong>n espontáneo, este or<strong>de</strong>n no brilla gracias a la selección, sino a pesar <strong>de</strong>ella” 6 .Es cierto que el aumento <strong>de</strong> la complejidad a lo largo <strong>de</strong>l proceso evolutivo esuno <strong>de</strong> los rasgos intuitivamente más marcados <strong>de</strong>l mismo. Asimismo, ha sidohistóricamente uno <strong>de</strong> los fenómenos más refractarios a la explicación seleccionista.Pero, dada la importancia <strong>de</strong>l mismo, los teóricos darwinistas no han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong>esforzarse por explicar la complejidad 7 . Igualmente es verdad que la intuición <strong>de</strong>laumento evolutivo <strong>de</strong> la complejidad siempre ha resultado difícil <strong>de</strong> precisar enconceptos claros y medidas. Como nos recuerdan Alexan<strong>de</strong>r Rosenberg y Daniel W.5 I. Núñez <strong>de</strong> Castro, “Emerge una nueva racionalidad sistémica <strong>de</strong> la vida”, enwww.ten<strong>de</strong>ncias21.net/Emerge-una-nueva-racionalidad-sistemica-<strong>de</strong>-lavida_a3221.html?preaction=nl&id=5367164&idnl=49593&,consultado el 12/07/ 2009.6 S. A. Kauffman, The origin of or<strong>de</strong>r, Oxford University Press, New York, 1993, p. xv.7 Véase A. Rosenberg y D. W. McShea, “Complexity , directionality, and progress in evolution”, enPhilosophy of Biology, Routledge, New York, 2008, pp. 127-156.


McShea: “Hay más <strong>de</strong> un significado <strong>de</strong> complejidad, y necesitamos especificar <strong>de</strong> cuálestamos hablando” 8 .Tan es así, que Philippe Bin<strong>de</strong>r nos habla <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> no menos <strong>de</strong> treinta<strong>de</strong>finiciones propuestas <strong>de</strong> complejidad: “Cada vez que se abre una nueva institución<strong>de</strong>dicada a la complejidad, el significado <strong>de</strong>l término mismo es razón para muchas horas<strong>de</strong> <strong>de</strong>bate” 9 . En este piélago tal vez podamos orientarnos gracias a algunasclasificaciones. Nicholas Rescher distingue entre modos epistémicos y modosontológicos <strong>de</strong> la complejidad 10 . Carlos E. Maldonado, tras comentar los diferentessubtipos que introduce Rescher, propone una clasificación <strong>de</strong> nuevo bipartita:complejidad computacional y complejidad efectiva 11 . Por su parte, Henri Atlan noshabla <strong>de</strong> la complejidad como problema y la complejidad como explicación 12 . Essuficiente para darnos cuenta <strong>de</strong> que al hablar <strong>de</strong> complejidad, unas veces nos referimosal mundo y otras a nuestra forma <strong>de</strong> captarlo, compren<strong>de</strong>rlo, explicarlo, teorizarlo,representarlo o computarlo. Decimos <strong>de</strong> la realidad, o <strong>de</strong> una parte <strong>de</strong> ella, que escompleja (complejidad en sentido ontológico). Decimos, a<strong>de</strong>más, que no llegaremos aenten<strong>de</strong>rla mediante teorías simples, que necesitaremos esquemas teóricos complejos(complejidad en sentido epistemológico). Las distintas escuelas <strong>de</strong> la complejidadsostienen, explícita o implícitamente, ambas afirmaciones. Carlos E. Maldonado resumelo más esencial <strong>de</strong> tres <strong>de</strong> ellas 13 . Entien<strong>de</strong> que en la escuela <strong>de</strong> Edgar Morin lacomplejidad se toma sobre todo como método 14 . En el caso <strong>de</strong> la llamada Escuela <strong>de</strong>Palo Alto (Bateson, Capra) la complejidad alienta una entera cosmovisión. Y existe, entercer lugar, una corriente plural que tien<strong>de</strong> aplicar el paradigma <strong>de</strong> la complejidad a lasdistintas ramas <strong>de</strong> la ciencia. Aquí podríamos citar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el prece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l matemáticoPoincaré, hasta el termodinámico Prigogine, pasando por numerosos biólogos,neurofisiólogos, especialistas en computación y robótica, psicólogos, economistas,sociólogos, etc. Una visión general <strong>de</strong> las aplicaciones científicas <strong>de</strong> la complejidad la8 A. Rosenberg y D. W. McShea, “Complexity , directionality, and progress in evolution”, en Philosophyof Biology, Routledge, New York, 2008, pp. 155.9 P. Bin<strong>de</strong>r, “Cuatro versiones sobre la complejidad”, en C. E. Maldonado (ed.), Visiones sobre lacomplejidad, <strong>Universidad</strong> El Bosque, Bogotá, 2001, p. 43.10 N. Rescher, Complexity, Transaction, Londres, 1998.11 C. E. Maldonado, “Esbozo <strong>de</strong> una filosofía <strong>de</strong> la lógica <strong>de</strong> la complejidad ”, en C. E. Maldonado(ed.),Visiones sobre la complejidad, <strong>Universidad</strong> El Bosque, Bogotá, 2001, p. 12.12 H. Atlan, “L’intuition du complexe et ses théorisations”, en H. Atlan (ed.), Les théories <strong>de</strong> lacomplexité, Seuil, París, 1991, p. 9.13 C. E. Maldonado, “Esbozo <strong>de</strong> una filosofía <strong>de</strong> la lógica <strong>de</strong> la complejidad ”, en C. E. Maldonado (ed.),Visiones sobre la complejidad, <strong>Universidad</strong> El Bosque, Bogotá, 2001, pp. 12 y ss.14 E. Morin, Introducción al pensamiento complejo, Gedisa, Barcelona, 1995.


tenemos en el libro compilado por Henry Atlan, Les théories <strong>de</strong> la complexité,comenzando por las ciencias formales, prosiguiendo con las físicas y biológicas, paraconcluir con las ciencias humanas y sociales 15 . En todas ellas ha tenido uso laperspectiva <strong>de</strong> la complejidad.Volvamos ahora a nuestra pregunta: ¿en qué medida la perspectiva <strong>de</strong> lacomplejidad nos ayuda a enten<strong>de</strong>r lo que es un viviente? Recor<strong>de</strong>mos la abundancia <strong>de</strong>campos en los que <strong>de</strong> hecho se aplica. Esto parece indicarnos que la complejidad, o almenos alguna versión <strong>de</strong> la misma, está presente en las más diversas partes <strong>de</strong> larealidad. En el mundo físico hay complejidad, también en el mundo conceptual <strong>de</strong> lasmatemáticas y la computación, las socieda<strong>de</strong>s son complejas, como lo es nuestra psique,y hasta un buen número <strong>de</strong> artefactos pue<strong>de</strong>n reputarse complejos. ¿Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir,entonces, que la complejidad es lo distintivo <strong>de</strong> la vida?, ¿no será sencillamente unacaracterística que los seres vivos comparten con casi cualquier otro ámbito <strong>de</strong> lo real?“La complejidad no trata –afirma Maldonado- <strong>de</strong> absolutamente todos los fenómenos<strong>de</strong>l mundo, sino, se concentra en una fracción bien <strong>de</strong>terminada. Esa fracción es la <strong>de</strong>los sistemas dinámicos. La maravilla es que el trayecto final <strong>de</strong>l siglo XX nos haenseñado que esa fracción <strong>de</strong> la realidad es la más amplia, y que por el contrario, lossistemas estables o estáticos representan la excepción” 16 . Con todo, entre los sistemasdinámicos siguen contando muchos que son también sistemas vivos. “El problema <strong>de</strong> loque sea la vida –continúa Maldonado- y cómo sea posible, emerge en el centro <strong>de</strong>lestudio acerca <strong>de</strong> los sistemas complejos” 17 . Des<strong>de</strong> mi punto <strong>de</strong> vista, esta conexión tanestrecha entre lo complejo y lo vivo se pue<strong>de</strong> sostener siempre que precisemos: lacomplejidad que nos ayuda en la intelección <strong>de</strong> la vida es un tipo muy especial <strong>de</strong>complejidad. Se trata <strong>de</strong> complejidad con sentido.Existe la complejidad sin sentido, por supuesto. En palabras <strong>de</strong> Henry Atlan yMoshe Koppel, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que “han sido imaginadas varias maneras cómodas <strong>de</strong>medir la complejidad, como por ejemplo la entropía <strong>de</strong> Shannon y la complejidadlongitud<strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> Kolmogorov. No obstante, po<strong>de</strong>mos darnos cuenta fácilmente<strong>de</strong> que estas medidas son ina<strong>de</strong>cuadas cuando se trata <strong>de</strong> caracterizar la complejidad15 H. Atlan (ed.), Les théories <strong>de</strong> la complexité, Seuil, París, 1991.16 C. E. Maldonado, “Esbozo <strong>de</strong> una filosofía <strong>de</strong> la lógica <strong>de</strong> la complejidad ”, en C. E. Maldonado (ed.),Visiones sobre la complejidad, <strong>Universidad</strong> El Bosque, Bogotá, 2001, p. 21.17 C. E. Maldonado, “Esbozo <strong>de</strong> una filosofía <strong>de</strong> la lógica <strong>de</strong> la complejidad ”, en C. E. Maldonado (ed.),Visiones sobre la complejidad, <strong>Universidad</strong> El Bosque, Bogotá, 2001, p. 25.


iológica” 18 . Estas medidas captan más bien el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, la ausencia <strong>de</strong> regularida<strong>de</strong>s yrestricciones. Adquieren valores máximos <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>l caos y la irregularidad. Por elcontrario, sus valores son mínimos en el polo <strong>de</strong> la redundancia y la monotonía. Pero losseres vivos son distintos tanto <strong>de</strong>l humo como <strong>de</strong>l cristal, por utilizar la terminología <strong>de</strong>Atlan 19 . La complejidad <strong>de</strong> los vivientes es ortogonal a la línea que establecen lasmedidas <strong>de</strong> Shannon y <strong>de</strong> Kolmogorov. Fue el físico Schrödinger quien popularizó lafórmula “cristal aperiódico” para referirse a ciertas biomoléculas 20 . Es notable que lafecha <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Schrödinger sea anterior en más <strong>de</strong> una década al <strong>de</strong>scubrimiento porparte <strong>de</strong> Watson y Crick <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong>l ADN. La fórmula <strong>de</strong> Schrödinger apunta alhecho <strong>de</strong> que las biomoléculas tienen un cierto or<strong>de</strong>n análogo al <strong>de</strong> los cristales, pero adiferencia <strong>de</strong> lo que ocurre con estos, no es el or<strong>de</strong>n generado por la repetición periódica<strong>de</strong> un módulo. Es <strong>de</strong>cir, son moléculas complejas, a diferencia <strong>de</strong> los cristales. Mas sucomplejidad no es la <strong>de</strong>l caos, a diferencia <strong>de</strong> las secuencias complejas <strong>de</strong> Kolmogorov.Y en el mundo inorgánico estudiado por las ciencias físicas también hay complejidad,pero <strong>de</strong> nuevo encontramos esta noción vinculada a la <strong>de</strong> <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n 21 .De hecho, el sociólogo alemán Niklas Luhmann opone complejidad a sentido:“Estos dos tipos <strong>de</strong> conocimiento –dice Luhmann en referencia a las ciencias y a lashumanida<strong>de</strong>s- se han percatado <strong>de</strong> problemas aparentemente insolubles, y ya no sei<strong>de</strong>ntifican con una materia o dominio específico, sino más bien con un problema: lacomplejidad en el caso <strong>de</strong> las ciencias y el sentido en el caso <strong>de</strong> las humanida<strong>de</strong>s” 22 . Latarea que el sociólogo alemán se entrega a sí mismo es la <strong>de</strong> investigar cómo opera y seconstituye el sentido en un mundo complejo. “Malos presagios –advierte- para lashumanida<strong>de</strong>s […] Tendremos que elegir referencias sistémicas que cortantransversalmente la unidad <strong>de</strong>l ser humano” 23 . El precio <strong>de</strong> recuperar el sentido <strong>de</strong> lacomplejidad es, en Luhmann, cuantioso. Nada menos que la pérdida <strong>de</strong> la unidad <strong>de</strong>lsujeto y <strong>de</strong> la propia perspectiva humanista. Pero no es esta nuestra batalla. Nos bastaaquí con constatar el planteamiento <strong>de</strong>l problema. Hay complejidad, por un lado, y18 M. Koppel y H. Atlan, “Les gènes: programme ou dones?”, en H. Atlan (ed.), Les théories <strong>de</strong> lacomplexité, Seuil, París, 1991, p. 191.19 H. Atlan, Entre el cristal y el humo, Debate, Madrid, 1990 [1979].20 E. Schrödinger, ¿Qué es la vida?, Orbis, Barcelona, 1986 [1944], p. 85.21 E. Guyon, “Une lecture du désordre <strong>de</strong> la matière”, en H. Atlan (ed.), Les théories <strong>de</strong> la complexité,Seuil, París, 1991, p. 135-150.22 N. Luhmann, “Complejidad y sentido” en N. Luhmann, Complejidad y mo<strong>de</strong>rnidad, Trotta, Madrid,1998 [1982], p. 25.23 N. Luhmann, “Complejidad y sentido” en N. Luhmann, Complejidad y mo<strong>de</strong>rnidad, Trotta, Madrid,1998 [1982], p. 30.


sentido, por otro. La cuestión grave consiste en dotar <strong>de</strong> sentido a la complejidad 24 . Enel mundo biológico, <strong>de</strong> nada nos sirve la complejidad sin sentido.En resumen, lo característico <strong>de</strong> la vida no será la complejidad como tal –recor<strong>de</strong>mos: hay complejidad en lo inorgánico, en lo conceptual, en lo social y en loartificial-, sino un <strong>de</strong>terminado tipo <strong>de</strong> complejidad vinculada a un cierto tipo <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nque no es simple regularidad estructural, sino organización funcional. Complejidad consentido. Koppel y Atlan proponen incluso emplear un término especial para esta forma<strong>de</strong> complejidad: sophistication. “La cantidad interesante que pue<strong>de</strong> aumentar cuando unobjeto evoluciona no es la complejidad, sino la sofisticación” 25 . Según estos autores, lasofisticación ha sido formalizada <strong>de</strong> diferentes maneras, entre ellas como organización.El tipo <strong>de</strong> complejidad <strong>de</strong> los vivientes es la complejidad con sentido, la sofisticación, opara <strong>de</strong>cirlo en terminología más estándar, la organización.Es cierto que en lo conceptual, en lo social y en lo artificial también se dacomplejidad con sentido u organización. Pero también lo es que todos estos ámbitos <strong>de</strong>la realidad surgen gracias a la actividad <strong>de</strong> los seres vivos, y muy especialmente <strong>de</strong> losseres humanos. Digamos, que la fusión <strong>de</strong> complejidad y sentido se produce por primeravez y <strong>de</strong> un modo <strong>de</strong>cisivo en lo viviente. El resto <strong>de</strong> los ámbitos en los que se pue<strong>de</strong>encontrar organización son, en este sentido, tributarios y here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> lo vivo.Preguntémonos <strong>de</strong> nuevo: ¿en qué medida la perspectiva <strong>de</strong> la complejidad nosayuda a enten<strong>de</strong>r lo que es un viviente? Bien, ya sabemos que para profundizar en laintelección <strong>de</strong> lo vivo <strong>de</strong>bemos centrarnos en esta versión específica <strong>de</strong> la complejidadque hemos llamado la organización.3. Organización y funciónHace ahora 150 años, Darwin escribió en El origen <strong>de</strong> las especies sobre “elvago e imperfectamente <strong>de</strong>finido sentimiento, sentido por muchos paleontólogos, <strong>de</strong>que la organización en general ha progresado [that organization on the whole hasprogressed]” 26 . La organización, tan patente en los seres vivos como para producir esa24 Sobre la complejidad en el terreno <strong>de</strong> la sociología pue<strong>de</strong> verse A. Pérez y I. Sánchez (eds.),Complejidad y teoría social, CIS, Madrid, 1996.25 M. Koppel y H. Atlan, “Les gènes: programme ou dones?”, en H. Atlan (ed.), Les théories <strong>de</strong> lacomplexité, Seuil, París, 1991, p. 191.26 C. Darwin, On the origin of species, John Murray, Londres, 1859, p. 345.


sensación <strong>de</strong> la que habla Darwin, esta relacionada con el or<strong>de</strong>n, pero no es lo mismo 27 .Decimos que existe or<strong>de</strong>n en un cierto ámbito si los componentes, relaciones o accionesse ajustan a una cierta pauta estructural. De un cristal se dice que está or<strong>de</strong>nado.También po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cirlo <strong>de</strong> una onda que presenta una cierta frecuencia. El or<strong>de</strong>n sedice por relación a una cierta estructura. Por su parte, la organización tiene más <strong>de</strong>funcional que <strong>de</strong> estructural. La secuencia <strong>de</strong> aminoácidos en una globina, las bases enun segmento <strong>de</strong> ADN o las neuronas y sus conexiones, raramente presentan una pautaestructural clara. Sin embargo, están organizadas funcionalmente. La globina cumplecon la función <strong>de</strong> transportar oxígeno, el gen tiene por función codificar una<strong>de</strong>terminada proteína, y la red <strong>de</strong> neuronal facilita, por ejemplo, un cierto movimientocorporal. Dicho <strong>de</strong> otro modo, si se nos muestran dos fragmentos distintos <strong>de</strong> ADN, nopodremos <strong>de</strong>cir cuál está organizado y cuál no, a menos que sepamos cómo sería elfuncionamiento <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos en un ser vivo <strong>de</strong>terminado. De hecho, confrecuencia nombramos las biomoléculas por su función más que por su estructura.Observamos que para la intelección <strong>de</strong> los vivientes, el concepto <strong>de</strong> organizaciónconstituye una estación <strong>de</strong> paso. Nos lleva necesariamente a otro más básico, el <strong>de</strong>función. Existen actualmente dos gran<strong>de</strong>s líneas <strong>de</strong> pensamiento sobre las funciones.Los textos clásicos y seminales al respecto son los artículos escritos por Larry Wrighten 1973 28 y por Robert Cummins en 1975 29 . Cada uno a su modo da cuenta <strong>de</strong> laimportancia que tienen las explicaciones funcionales en biología (y no sólo en biología,sino también en otras ciencias y disciplinas tecnológicas). A partir <strong>de</strong> estos textos y <strong>de</strong>l<strong>de</strong>bate posterior, se han ido consolidando tres gran<strong>de</strong>s teorías <strong>de</strong> las funciones: la teoríaseleccionista (SEL), la intencionalista (INT) y la sistémica (SYS). Las dos primerasestán en la línea <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> Wright, ambas pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse como teoríasetiológicas <strong>de</strong> las funciones. Es <strong>de</strong>cir, entien<strong>de</strong>n que la función <strong>de</strong> algo es causa <strong>de</strong> suexistencia o posición. Según SEL, cuando <strong>de</strong>cimos que una entidad tiene una ciertafunción, estamos diciendo que esa entidad existe o está presente en un <strong>de</strong>terminadolugar porque ha sido seleccionada a causa <strong>de</strong> que es capaz <strong>de</strong> realizar esa función. INTafirma que la causa <strong>de</strong> que exista o esté don<strong>de</strong> está una entidad es que alguien la hadiseñado así con la intención <strong>de</strong> que cumpla una cierta función. SEL parece pensada27 Sobre or<strong>de</strong>n y organización pue<strong>de</strong> verse A. Marcos, “Información y Entropía”, Arbor (CSIC, Madrid),CXL, 549, pp. 111-135, 1991.28 L. Wright, “Functions”, Philosophical Review, 82(2): 139-168, 1973.29 R. Cummins, “Functional analysis”, The Journal of Philosophy, noviembre 1975, pp. 741-760.


sobre todo para el ámbito biológico, en el que se da la evolución por selección, mientrasque INT está orientada principalmente al ámbito <strong>de</strong> lo artificial. La tercera teoría (SYS)parte <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Cummins. Según ésta, la atribución <strong>de</strong> una función a cualquierentidad no nos sirve para explicar su existencia o posición, sino sólo para explicar elfuncionamiento <strong>de</strong>l sistema en el que se halla integrada.¿Qué clase <strong>de</strong> teoría <strong>de</strong> las funciones será más a<strong>de</strong>cuada para enten<strong>de</strong>r el mundo<strong>de</strong> lo vivo?, ¿una <strong>de</strong> corte etiológico al estilo <strong>de</strong> SEL, o una <strong>de</strong> corte sistémico como laque propone Cummins? Des<strong>de</strong> mi punto <strong>de</strong> vista, el principal déficit <strong>de</strong> esta segunda enel terreno biológico resi<strong>de</strong> en su relativismo y falta <strong>de</strong> realismo. Se discute si lasfunciones son entida<strong>de</strong>s ficticias, si tienen únicamente una base subjetiva o si, por elcontrario, son propieda<strong>de</strong>s con existencia real, objetiva e in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> cualquiersujeto cognoscente. La respuesta <strong>de</strong> SEL sería que las funciones son realida<strong>de</strong>sobjetivas, presentes efectivamente en los seres vivos como resultado producido por laselección natural. La teoría SYS, en cambio, se pregunta por la contribución <strong>de</strong> unaparte al funcionamiento <strong>de</strong>l sistema al que pertenece. Es <strong>de</strong>cir, para esta teoría lasfunciones no están ahí, en la realidad, porque no lo están los sistemas como tales. Es elobservador el que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> <strong>de</strong>limitar una cierta parte <strong>de</strong> la realidad como un sistema, y enconsecuencia establece lo que son sus funciones. Por ejemplo, puedo consi<strong>de</strong>rar unautomóvil como un sistema, cuya función es el transporte. Dentro <strong>de</strong> este sistema, elmotor tiene su función, así como las ruedas. Su función consiste en la contribución quehacen a la función <strong>de</strong>l sistema. La función <strong>de</strong>l motor es impulsar y la <strong>de</strong> las ruedasconvertir ese impulso en <strong>de</strong>splazamiento. Pero puedo consi<strong>de</strong>rar el automóvil tambiéncomo parte <strong>de</strong> una orquesta <strong>de</strong> música contemporánea. Aquí su función es producir unsonido. La función <strong>de</strong>l motor es generar ese sonido y la <strong>de</strong> las ruedas meramentesoportar el peso <strong>de</strong>l “instrumento”. Esta visión <strong>de</strong> las funciones no parece muy a<strong>de</strong>cuadapara los seres vivos, cuya existencia como totalida<strong>de</strong>s funcionales es objetiva. Cuandohablamos <strong>de</strong> vivientes habría que tratar <strong>de</strong> evitar el sesgo relativista <strong>de</strong> la teoríasistémica <strong>de</strong> las funciones. Si las funciones no son realida<strong>de</strong>s objetivas, sino sólorelativas al ojo <strong>de</strong>l observador, entonces necesariamente también la complejidad <strong>de</strong> losvivientes, que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> su aspecto funcional, como hemos visto, resultará relativa ysubjetiva.Algunos teóricos <strong>de</strong> la complejidad abogarían por una noción <strong>de</strong> complejidadasí. Por ejemplo, el sociólogo español Ramón Ramos Torre afirma respecto <strong>de</strong> la


complejidad: “No hemos <strong>de</strong> concebirla como una propiedad intrínseca <strong>de</strong>l mundo o <strong>de</strong>sus objetos. Se asegura así que no hay nada que sea en sí mismo complejo o simple,sino sólo algo que se pue<strong>de</strong> conceptuar como tal en relación a un posible observador[…] Se trata, pues, <strong>de</strong> una propiedad siempre contextual y ligada a la observación <strong>de</strong>unos sistemas sobre otros. Nada es, pues, intrínsecamente simple o complejo” 30 . Noentro en la discusión sobre la complejidad social, que pudiera ser tan subjetiva comoaquí se sostiene. Pero en el caso <strong>de</strong> la complejidad biológica, la posición <strong>de</strong> RamosTorre es poco plausible. Si pudiéramos conceptuar los sistemas vivos como simples ocomo complejos a nuestro antojo, los conceptuaríamos como simples. Eso, obviamente,y en un doble sentido, nos haría la vida más fácil. La perspectiva <strong>de</strong> la complejidad llegaa la biología precisamente forzada por limitaciones <strong>de</strong> los programas reduccionistas. Elmundo <strong>de</strong> lo vivo se ha mostrado refractario a la simplificación. La biocomplejidad nose pliega a nuestro gusto. Lo viviente es intrínsecamente complejo. Siendo así, nopo<strong>de</strong>mos hacer <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r la complejidad biológica <strong>de</strong> una teoría <strong>de</strong> las funciones comoSYS, necesitaremos más bien una <strong>de</strong> carácter realista como SEL.4. Función y sustanciaCon todo, la noción <strong>de</strong> función también resultará una estación intermedia,especialmente si queremos interpretarla en clave realista. Existen <strong>de</strong> verdad funcionesbiológicas en la medida en la que existen los seres vivos como sustancias. La función seestablece por la sustancia a la que hace referencia. La oxidación <strong>de</strong> una hemoglobina,por ejemplo, cumple una función para el ser vivo, mientras que la oxidación <strong>de</strong> un trozo<strong>de</strong> mineral <strong>de</strong> hierro carece <strong>de</strong> función. Ambos son procesos físico-químicossemejantes, pero sólo uno <strong>de</strong> ellos es una función. Lo es porque está integrado en unasustancia viva. Según las palabras utilizadas por Ignacio Núñez <strong>de</strong> Castro: “Losorganismos vivos se comportan como totalida<strong>de</strong>s, don<strong>de</strong> los elementos estructurales yfuncionales están interconectados entre sí, formando una unidad. Una función no viene<strong>de</strong>terminada nunca por una estructura particular, sino por el contexto <strong>de</strong> la organizacióny <strong>de</strong>l medio en que dicha estructura se encuentra sumergida” 31 . El filósofo <strong>de</strong> la biología30 R. Ramos, “Jano y el ornitorrinco: aspectos <strong>de</strong> la complejidad social”, en A. Pérez y I. Sánchez (eds.),Complejidad y teoría social, CIS, Madrid, 1996, p. 16431 I. Núñez <strong>de</strong> Castro, “Emerge una nueva racionalidad sistémica <strong>de</strong> la vida”, enwww.ten<strong>de</strong>ncias21.net/Emerge-una-nueva-racionalidad-sistemica-<strong>de</strong>-lavida_a3221.html?preaction=nl&id=5367164&idnl=49593&,consultado el 12/07/ 2009.


francés Jean Gayon llega a sostener que incluso una molécula inorgánica, como la <strong>de</strong>oxígeno, tiene funciones cuando está integrada en una sustancia viva 32 .Para explicar por qué los pensadores anteriores no emplearon explicacionesfuncionales, Aristóteles nos dice: “El motivo <strong>de</strong> que nuestros pre<strong>de</strong>cesores [Empédoclesy Demócrito] no llegaran a este método es que no disponían <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> esencia (toti en eínai) ni <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> sustancia (ousía)” 33 .Es <strong>de</strong>cir, la forma que organiza todo el <strong>de</strong>sarrollo y el comportamiento <strong>de</strong> losvivientes, actuando como fin, es la propia sustancia, el propio ser vivo. En la medida enque se da esta i<strong>de</strong>ntificación entre el fin y la sustancia (el ser vivo), las funciones seránreales y objetivas como lo es el ser vivo en cuestión. La i<strong>de</strong>ntificación entre forma,sustancia y causa final es clara en los siguientes textos <strong>de</strong>l biólogo y filósofo griego:“Y puesto que la naturaleza pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como materia y como forma, ypuesto que ésta última es el fin, mientras que todo los <strong>de</strong>más está en función <strong>de</strong>l fin, laforma tiene que ser causa como causa final” 34 .“Como todo instrumento existe para algo, y cada parte <strong>de</strong>l cuerpo tiene unafinalidad, y esta finalidad es una acción, es evi<strong>de</strong>nte que el cuerpo en su conjuntotambién está constituido con vistas a la acción integral. En efecto, la acción <strong>de</strong> serrar nose ha producido para la sierra, sino la sierra para serrar, pues serrar es su utilidad. Porconsiguiente, también el cuerpo es, <strong>de</strong> alguna manera, para el alma, así como las partesson para las funciones para las cuales nació cada una” 35 .“Una vez que ésta [el alma] se va ya no hay un ser vivo y ninguna <strong>de</strong> las partessigue siendo tal” 36 .Así pues, respecto <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong>l realismo, la teoría aristotélica parece avalarla realidad plena y objetiva <strong>de</strong> las funciones, como disposiciones o capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ciertas entida<strong>de</strong>s, y también como acciones efectivas llevadas a cabo por las mismas.Las funciones biológicas no son en ningún caso entida<strong>de</strong>s abstractas, como puedan serlolas entida<strong>de</strong>s matemáticas, sino entida<strong>de</strong>s físicas perfectamente objetivas cuyaexistencia no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l observador: “A<strong>de</strong>más es imposible que el estudio <strong>de</strong> lanaturaleza se <strong>de</strong>dique a las abstracciones, porque la naturaleza hace todo con algunafinalidad. Parece que <strong>de</strong>l mismo modo que el arte está presente en los objetos32 Jean Gayon: "Has oxygen a function in organisms ? ", ISHPSSB 2005 Meeting in Guelph33 De Partibus Animalium (PA) 642a 10-21.34 Física 199a 30-33.35 PA 645b 14-20.36 PA 641a 18-22.


artificiales, también en las propias cosas existe algún otro principio y causa análogosque captamos, tal como captamos el calor y el frío” 37 .Aclaremos que las funciones son reales no sólo en tanto que disposiciones,efectos o acciones, sino propiamente como funciones. Es <strong>de</strong>cir, po<strong>de</strong>mos distinguir unafunción <strong>de</strong> una disposición o efecto que no sea función. Para ello necesitamos conocerla forma <strong>de</strong>l organismo en el que se da. Pero hay que recordar que la forma <strong>de</strong> un servivo es una forma <strong>de</strong> vida. Si la disposición o efecto consi<strong>de</strong>rado contribuyepositivamente a esta forma <strong>de</strong> vida, entonces será una función.La cuestión resi<strong>de</strong> en establecer lo qué existe, qué tipo <strong>de</strong> cosas hay en eluniverso. Si pensamos que los constituyentes primeros <strong>de</strong> la realidad son sólo las partessimples, átomos o moléculas, incluso partículas subatómicas o fuerzas elementales,entonces será muy difícil, tal vez imposible, reconstruir los organismos complejos. Enconsecuencia, <strong>de</strong>beríamos admitir una ontología pluralista, con partículas y fuerzaselementales, sí, pero también con vivientes complejos como componentes primigenios<strong>de</strong> la realidad. Si reconocemos que cada viviente es una sustancia, una entidad por símismo, entonces será posible explicar la relación entre sus partes y la relación <strong>de</strong> laspartes con el todo. Si vemos cada viviente sólo como el resultado <strong>de</strong> la agregación <strong>de</strong>partes, resultará muy difícil justificar ese algo más a que hace referencia la perspectiva<strong>de</strong> la complejidad. Porque ese algo más es la propia sustancia, el viviente como tal, quese ha formado por diferenciación, no por agregación <strong>de</strong> partes preexistentes.Su reconocimiento como sustancia explica también su capacidad causal(causalidad top-down). Cada viviente, como sustancia que es, actúa sobre sus partes.Las organiza y coordina <strong>de</strong> modo que resulten funcionales, es <strong>de</strong>cir, que actúen a favor<strong>de</strong>l conjunto, <strong>de</strong> la totalidad, <strong>de</strong>l viviente como tal. En este sentido la causalidad topdownestá vinculada a la funcionalidad, a la organización y a la complejidad.5. ConclusiónUna vez constatadas las aportaciones <strong>de</strong>l enfoque reduccionista a nuestroconocimiento <strong>de</strong> los seres vivos, pero también sus indudables limitaciones, hemosquerido aquí evaluar las posibilida<strong>de</strong>s que ofrece la nueva perspectiva <strong>de</strong> la complejidadpara la intelección <strong>de</strong> lo vivo. Hemos comprobado que los seres vivos presentan todaslas características <strong>de</strong> lo complejo, y que su complejidad es genuina e irreductible.37 PA 641b 10-15.


Difícilmente, por tanto, podríamos enten<strong>de</strong>r lo que son los vivientes sin la perspectiva<strong>de</strong> la complejidad. Pero dicho concepto no es suficiente como caracterización <strong>de</strong> lovivo. Encontramos complejidad también en otros ámbitos <strong>de</strong> la realidad ajenos a lobiológico. Este hecho nos lleva a preguntarnos por lo que tiene <strong>de</strong> específico labiocomplejidad. Lo propio <strong>de</strong> la biocomplejidad es que se trata <strong>de</strong> una complejidad consentido. La complejidad con sentido es asociada por algunos autores, como HenryAtlan, con la organización, que, a diferencia <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, apunta en un sentido funcional.Dicho <strong>de</strong> otra forma, sólo por referencia a una función po<strong>de</strong>mos saber si hay o noorganización. O lo que es lo mismo, sólo la referencia a una función nos permiteestablecer el sentido <strong>de</strong> la complejidad característico <strong>de</strong> lo viviente. Pero, como sugierenlos textos <strong>de</strong> Aristóteles, las funciones a su vez remiten a una realidad ontológicamenteanterior, la <strong>de</strong> la sustancia. Si miramos ahora con perspectiva, vemos como nuestrorecorrido nos ha llevado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la pluralidad <strong>de</strong> lo complejo hasta la unidad <strong>de</strong> lasustancia. Quizá esto sea lo que caracteriza profundamente a los vivientes: su capacidadpara integrar unidad y complejidad.

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