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Los juicios orales a personas menores de edad - SciELO

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<strong>Los</strong> <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>Florencia Graziano y Karen JorolinskyRecibido 28 <strong>de</strong> Septiembre 2009. Aceptado 24 <strong>de</strong> Noviembre 2009| 173RESUMENEl interés <strong>de</strong> este artículo radica en conocer los modos en que la justicia penal se <strong>de</strong>spliega en su ejercicioreal sobre adolescentes y jóvenes, autores o presuntos autores <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos, en el ámbito <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> BuenosAires. Detenerse en las prácticas permitirá comenzar a compren<strong>de</strong>r y analizar esas acciones con sentido que son<strong>de</strong>sarrolladas por los diferentes agentes que construyen y reproducen la agencia judicial. Des<strong>de</strong> esta perspectiva,en este trabajo realizaremos una <strong>de</strong>scripción y análisis <strong>de</strong> distintos <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> llevados a cabo contra adolescentesy jóvenes acusados <strong>de</strong> haber cometido un <strong>de</strong>lito, que hemos presenciado en el transcurso <strong>de</strong> nuestrostrabajos <strong>de</strong> campo en los Tribunales Orales <strong>de</strong> Menores localizados en la Ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires. Partimos<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar que esas audiencias <strong>orales</strong> constituyen momentos <strong>de</strong> interacción privilegiados para analizar lasprácticas y argumentos <strong>de</strong> los diferentes agentes –jueces, fiscales, <strong>de</strong>fensores, <strong>de</strong>fensores públicos <strong>de</strong> <strong>menores</strong>quecotidianamente construyen esta justicia. Para ello, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> realizar una <strong>de</strong>scripción pormenorizada <strong>de</strong>lprocedimiento que formalmente regula la celebración <strong>de</strong> estos <strong>juicios</strong>, analizaremos esas audiencias <strong>orales</strong> ensu calidad <strong>de</strong> rituales jurídicos, con el fin <strong>de</strong> indagar en las relaciones sociales y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que allí resultan escenificadas.A su vez, mediante la consulta <strong>de</strong> expedientes judiciales llevaremos a cabo una reflexión en tornoa los argumentos utilizados por los magistrados en el sostenimiento <strong>de</strong> las segundas sentencias judiciales.Palabras clave: Justicia Penal Juvenil; Tribunales Orales <strong>de</strong> Menores; Prácticas; Audiencias Orales; Sentencias.ABSTRACTORAL TRIALS OF MINORS. This article looks into the ways in which criminal justice is currently <strong>de</strong>ployedand exercised over teenagers and youth responsible or presumed responsible for crimes within the jurisdictionof the city of Buenos Aires. By focusing on practices, it is possible to begin to un<strong>de</strong>rstand and analyze the“meaningful actions” <strong>de</strong>veloped by the various agents that construct and reproduce judicial agency. From thisperspective, oral trials involving teenagers and youths accused of having committed a crime, which were followedduring fieldwork at the Juvenile Oral Courts in the city of Buenos Aires, are <strong>de</strong>scribed and analyzed. Such oraltrials are consi<strong>de</strong>red as privileged moments of interaction for the analysis of practices and statements of thedifferent agents -judges, prosecutors, <strong>de</strong>fense attorneys, and public <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rs for minors- who daily constructthis form of justice. In doing so, besi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>scribing in <strong>de</strong>tail the procedures which formally regulate these trials,oral hearings are analyzed as juridical rituals in or<strong>de</strong>r to investigate the social and power relations which arestaged. At the same time, through an examination of judicial files, the arguments used by judges in supportingsecond judicial sentences are reflected upon.Keywords: Juvenile Criminal Justice; Oral Juvenile Courts; Practices; Oral Hearings; Sentences.Florencia Graziano. CONICET, Equipo <strong>de</strong> Antropología Política y Jurídica, Instituto <strong>de</strong> Ciencias Antropológicas, Facultad<strong>de</strong> Filosofía y Letras, UBA. Observatorio <strong>de</strong> Adolescentes y Jóvenes, Instituto <strong>de</strong> Investigaciones Gino Germani, Facultad<strong>de</strong> Ciencias Sociales, UBA. Pte. J. E. Uriburu N° 950, 6° Piso (1114) Ciudad Autónoma <strong>de</strong> Buenos Aires. E-mail:grazianoflorencia@gmail.comKaren Jorolinsky. CONICET. Observatorio <strong>de</strong> Adolescentes y Jóvenes, Instituto <strong>de</strong> Investigaciones Gino Germani, Facultad<strong>de</strong> Ciencias Sociales, UBA. Pte. J. E. Uriburu N° 950, 6° Piso (1114) Ciudad Autónoma <strong>de</strong> Buenos Aires. E-mail:karujoro@gmail.comIntersecciones en Antropología 11: 173-184. 2010. ISSN 1666-2105Copyright © Facultad <strong>de</strong> Ciencias Sociales - UNCPBA - Argentina


174| F. Graziano y K. Jorolinsky - Intersecciones en Antropología 11 (2010) 173-184INTRODUCCIÓNAdministrar justicia no significó siempre lo mismo,ni tampoco los encargados <strong>de</strong> implementar esta administración-los jueces- guardaron siempre las mismascaracterísticas. La administración <strong>de</strong> justicia podría<strong>de</strong>finirse como la función que cumplen los sujetossociales llamados jueces. Sin embargo, consi<strong>de</strong>ramosesta concepción un tanto estrecha y adherimos al pensamientoque la <strong>de</strong>fine como una <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong>producción <strong>de</strong> la verdad. <strong>Los</strong> sistemas <strong>de</strong> justicia penalhan sido <strong>de</strong>finidos como “sistemas <strong>de</strong> producción <strong>de</strong>pruebas o <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>s jurídicas” y esta producción <strong>de</strong>la verdad jurídica como “el resultado <strong>de</strong> relacionessociales, políticas y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r entre individuos y gruposque circulan, negocian y se confrontan en este proceso”(Kant <strong>de</strong> Lima 1995). Hablamos <strong>de</strong> administrarjusticia, y no <strong>de</strong> justicia en sentido abstracto, dado quenuestro interés se centra en lo que atañe a su ejercicioy a las instancias encargadas <strong>de</strong> aplicarla. Nuestrotema es el modo en que la justicia se gestiona y losactos por excelencia que lo cristalizan: los <strong>juicios</strong> ylas sentencias judiciales.A los efectos <strong>de</strong>l análisis que nos proponemos eneste artículo, las reflexiones que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la antropologíaargentina se han realizado resultan <strong>de</strong> gran utilidad.Kaufman (1987), Moreira (2001), Sarrabayrouse Oliveira(1998), Eilbaum (2008) y Martínez (2005), entreotros, han analizado <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> llevados a cabocontra <strong>personas</strong> mayores <strong>de</strong> <strong>edad</strong>, abordándolos en sucarácter <strong>de</strong> rituales jurídicos. Retomaremos muchas <strong>de</strong>las cuestiones ya planteadas por estos autores aunque,si una cosa es la justicia y otra la administración <strong>de</strong>justicia, otra con especificidad particular es la justicia<strong>de</strong> <strong>menores</strong> (Guemureman 2008). Este artículo versasobre el fuero <strong>de</strong>stinado a esta categoría especial <strong>de</strong><strong>personas</strong>: los “<strong>menores</strong>”.En el fuero penal, la justicia <strong>de</strong> <strong>menores</strong> constituyeun régimen <strong>de</strong> administración <strong>de</strong> justicia <strong>de</strong>finidacomo especializada. Des<strong>de</strong> la perspectiva jurídica, laespecificidad <strong>de</strong> esta justicia especial se podría sintetizaren dos características. Una <strong>de</strong> ellas es la relativaa la inimputabilidad y no punibilidad <strong>de</strong> los <strong>menores</strong>.Para el <strong>de</strong>recho la noción <strong>de</strong> inimputabilidad se basaen la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> que el sujeto es incapaz <strong>de</strong>compren<strong>de</strong>r la norma y por lo tanto no pue<strong>de</strong> dirigirsus acciones, “motivarse” por lo dispuesto en ella, ypor esta razón no se le pue<strong>de</strong> aplicar penas. La noción<strong>de</strong> no punibilidad se refiere también a la no aplicación<strong>de</strong> penas, pero ella no se basa en el criterio <strong>de</strong>la inimputabilidad, sino que se fundamenta en otrascausas; en el caso <strong>de</strong> los <strong>menores</strong> se dice que el Estadoresigna su pretensión punitiva en relación a <strong>de</strong>terminados<strong>de</strong>litos <strong>de</strong> escasa trascen<strong>de</strong>ncia social, cuandosean cometidos por jóvenes <strong>menores</strong> <strong>de</strong> 18 años. Laotra característica específica está dada por el carácteresencialmente tutelar <strong>de</strong> la justicia <strong>de</strong> <strong>menores</strong>, ya quelos objetivos <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> <strong>menores</strong> son la proteccióny reeducación <strong>de</strong> los jóvenes (Villalta 1999).Teniendo en cuenta cómo estas <strong>personas</strong> han sidopercibidas, <strong>de</strong>finidas y clasificadas, para aproximarnosun poco más a la justicia <strong>de</strong> <strong>menores</strong>, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cirque ésta siempre estuvo vinculada a una concepciónmás social que legal. La justicia <strong>de</strong> <strong>menores</strong> es visualizadacomo gestora <strong>de</strong> “justicia social” en vez <strong>de</strong>sólo administradora <strong>de</strong> “justicia legal” (Guemureman2005). En este sentido, la gestión <strong>de</strong> la justicia socialle confiere a la justicia <strong>de</strong> <strong>menores</strong> también la facultad<strong>de</strong> “administrar la moralidad”, y proponer criterios <strong>de</strong>“justicia retributiva”, o <strong>de</strong> “dar en función <strong>de</strong>l merecimiento”(Derridá 2003, en Guemureman 2008).En el presente texto nos a<strong>de</strong>ntraremos al interior <strong>de</strong>la administración <strong>de</strong> justicia penal para <strong>personas</strong> <strong>menores</strong><strong>de</strong> <strong>edad</strong>. En la Ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires - se trata<strong>de</strong> la justicia nacional, que tiene se<strong>de</strong> en la Ciudad <strong>de</strong>Buenos Aires- la justicia penal para <strong>personas</strong> <strong>menores</strong><strong>de</strong> <strong>edad</strong> está compuesta por siete Juzgados Nacionales<strong>de</strong> Menores y tres Tribunales Orales <strong>de</strong> Menores. Enlos Juzgados es por don<strong>de</strong> ingresan y se tramitan lascausas en las que aparecen involucrados <strong>menores</strong> <strong>de</strong>18 años <strong>de</strong> <strong>edad</strong>, imputados <strong>de</strong> la comisión <strong>de</strong> un <strong>de</strong>lito,y se realizan los <strong>juicios</strong> a los jóvenes (mayores <strong>de</strong>16 años) implicados en <strong>de</strong>litos para los que se prevéuna pena superior a dos años e inferior a los tres años<strong>de</strong> privación <strong>de</strong> la libertad. En los Tribunales Orales,en cambio, se realiza el juicio oral a los adolescentesimputados como autores <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos para los que seprevé, en caso <strong>de</strong> que corresponda, una pena privativa<strong>de</strong> la libertad superior a los tres años.Preten<strong>de</strong>mos conocer el modo en que la justiciapenal se <strong>de</strong>spliega en su ejercicio real sobre adolescentesy jóvenes en los Tribunales Orales <strong>de</strong> Menores<strong>de</strong> la justicia nacional, con asiento en la Ciudad <strong>de</strong>Buenos Aires. En este trabajo realizaremos una <strong>de</strong>scripcióny análisis <strong>de</strong> <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> llevados a cabo haciaadolescentes y jóvenes acusados <strong>de</strong> haber cometido un<strong>de</strong>lito. Hemos presenciado los mismos en el transcurso<strong>de</strong> nuestros trabajos <strong>de</strong> campo en los Tribunales Orales<strong>de</strong> Menores <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires. Partimos<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar que esas audiencias <strong>orales</strong> constituyenmomentos <strong>de</strong> interacción privilegiados para analizarlas prácticas y argumentos <strong>de</strong> los diferentes agentes–jueces, fiscales, <strong>de</strong>fensores públicos, <strong>de</strong>fensores públicos<strong>de</strong> <strong>menores</strong> e incapaces (conocidos tradicionalmentecomo asesores <strong>de</strong> <strong>menores</strong>, modo en que losnombraremos a lo largo <strong>de</strong> este trabajo)- que cotidianamenteconstruyen esta justicia. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> realizaruna <strong>de</strong>scripción pormenorizada <strong>de</strong>l procedimiento queformalmente regula la celebración <strong>de</strong> estos <strong>juicios</strong>,analizaremos esas audiencias <strong>orales</strong> en su calidad <strong>de</strong>rituales jurídicos. Esto implica que, siguiendo la línea


<strong>Los</strong> <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>| 175<strong>de</strong> los estudios realizados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la antropología jurídicaantes mencionados, estamos pensando al <strong>de</strong>rechopenal <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva que <strong>de</strong>staca la realidadsimbólica <strong>de</strong>l mismo, en términos <strong>de</strong> Melossi (1996)sería, su función teatral.El ritualismo es una apreciación exaltada <strong>de</strong> laacción simbólica, apreciación que se manifiesta, primero,en la creencia en la eficacia <strong>de</strong> los símbolos y,segundo, en la creencia en la eficacia <strong>de</strong> los símboloscon<strong>de</strong>nsados (Douglas 1970 en Sarrabayrouse Oliveira1998). Incluye una preocupación por el manejo y laenunciación <strong>de</strong> los símbolos y palabras correctas, enun or<strong>de</strong>n a<strong>de</strong>cuado y en un momento <strong>de</strong>terminado(Sarrabayrouse Oliveira 1998). Entendiendo que losrituales actúan como dramatizaciones, que resaltan <strong>de</strong>terminadasrelaciones, <strong>de</strong>bemos analizarlos <strong>de</strong> maneravinculada a lo que ocurre en las relaciones socialescotidianas sobre las que se construye (Da Matta 1980).Así es que abordaremos las audiencias <strong>orales</strong> con elfin <strong>de</strong> indagar en las relaciones sociales y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>rque allí resultan escenificadas.Este artículo girará en torno a dos núcleos temáticos.En un primer momento nos centraremos en el<strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong>, con sus escenarios,actores y tramas <strong>de</strong> relaciones. Luego, reflexionaremosacerca <strong>de</strong> la función que cumplen las segundas sentenciasjudiciales al interior <strong>de</strong> la justicia penal paraadolescentes. <strong>Los</strong> jóvenes que llegan a los TribunalesOrales se encuentran <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong> “punibles”,y para ellos el régimen prevé una modalida<strong>de</strong>specífica <strong>de</strong> tratamiento, cuya principal particularida<strong>de</strong>s el <strong>de</strong>sdoblamiento <strong>de</strong> la sentencia. En la primerasentencia se valoran “hecho y prueba”, es <strong>de</strong>cir, seevalúa si el adolescente imputado y sometido a procesoestuvo implicado en el hecho que se le está atribuyendo.A partir <strong>de</strong> ahí, se <strong>de</strong>clara la responsabilidadpenal -o no- <strong>de</strong>l mismo. En la segunda sentencia, -alcese <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> tratamiento tutelar-, se <strong>de</strong>terminala sanción a aplicarle. Es <strong>de</strong>cir, si en la primera sentenciael tribunal <strong>de</strong>clara la responsabilidad penal <strong>de</strong>lmenor, si se comprueba el hecho y se lo consi<strong>de</strong>raautor <strong>de</strong>l mismo, tendrá que transcurrir como mínimoun año <strong>de</strong> tratamiento tutelar para dictar la segundasentencia. Al momento <strong>de</strong> la segunda sentencia el tribunalevalúa cómo se ha comportado el joven duranteel tratamiento tutelar -a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lhecho, <strong>de</strong> los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l menor y <strong>de</strong> su propiaimpresión-, y <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> si se le impone o no una sanción.Al abordar la problemática en estas dos dimensiones(los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> y las segundas sentencias judiciales)podremos reflexionar sobre las prácticas que los actoresinvolucrados en el proceso penal llevan a cabo alinterior <strong>de</strong> los tribunales y que, en su funcionamiento,van conformando la agencia judicial.METODOLOGÍAA lo largo <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> campo, realizamos entrevistasy sostuvimos múltiples situaciones conversacionales–algunas más formales que otras- con diferentesactores integrantes <strong>de</strong>l fuero penal <strong>de</strong> <strong>menores</strong>: empleados,magistrados y funcionarios judiciales. A suvez, llevamos a cabo una observación sistemática <strong>de</strong>las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sarrolladas al interior <strong>de</strong> los tribunales.En este mismo espacio, asistimos a la realización<strong>de</strong> <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> y a la consulta <strong>de</strong> sentenciasjudiciales. En el caso <strong>de</strong> los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> la técnicautilizada ha sido la observación. Si bien, por tratarse<strong>de</strong> <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>, estos <strong>juicios</strong> no sonpúblicos, nuestra presencia fue posible gracias a labuena predisposición <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los jueces <strong>de</strong>l tribunal.Observamos nueve <strong>juicios</strong>. Cuatro, en los que seevaluaba si el joven había estado, o no, implicado enel hecho que se le atribuía; y otros cinco <strong>juicios</strong>, enlos que se evaluaba el comportamiento que el jovenhabía tenido durante el tratamiento tutelar. Dicho tratamientopersigue objetivos que tienen que ver con el“i<strong>de</strong>al rehabilitativo” presente en ésta justicia -persuadir,reinsertar, rehabilitar a los niños y adolescentesimputados <strong>de</strong> haber cometido un <strong>de</strong>lito- y el resultado<strong>de</strong>l mismo cobra mucha centralidad a la hora <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidirel contenido <strong>de</strong> la segunda sentencia. La sentencia<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong>l joven durante eltratamiento tutelar. 1El hecho <strong>de</strong> que la clásica observación participantehaya qu<strong>edad</strong>o reducida al primero <strong>de</strong> sus términos, podríaparecer una limitación. Sin embargo, consi<strong>de</strong>ramosque el abordaje <strong>de</strong> los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> en su calidad <strong>de</strong>rituales jurídicos, permite presenciar representacionesque actúan como reforzadores <strong>de</strong> las prácticas y <strong>de</strong>los lugares asignados a cada uno <strong>de</strong> los actores queintervienen en el drama judicial (Sarrabayrouse Oliveira1998). Preten<strong>de</strong>mos realizar un análisis etnográfico <strong>de</strong>estos <strong>juicios</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>. Intentaremoscaptar la lógica interna <strong>de</strong> estos <strong>juicios</strong>, tratando <strong>de</strong><strong>de</strong>tectar el sentido <strong>de</strong> las prácticas <strong>de</strong> los actores queintervienen en ellos. Al <strong>de</strong>tenernos en esas prácticas,nuestro objetivo será compren<strong>de</strong>r en qué consisten ycómo funcionan estos <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong>, y qué elementospue<strong>de</strong>n ser utilizados para analizar esas acciones consentido (Guber 1991) en las que están inmersos losactores y mediante las cuales, construyen y reproducenla agencia judicial. A estos fines, prestaremos especialatención a la terminología utilizada por los funcionarios(jueces, fiscales, <strong>de</strong>fensores), a la forma <strong>de</strong> relacionarseentre ellos y con los imputados, y a la utilización quelos actores hacen <strong>de</strong>l espacio. A su vez, recurrimos ala consulta <strong>de</strong> sentencias judiciales. Trabajamos conun corpus <strong>de</strong> segundas sentencias judiciales, tanto absolutoriascomo con<strong>de</strong>natorias, dictadas entre los años2003-2007, por los Tribunales Orales <strong>de</strong> Menores Nº1 y Nº 3 <strong>de</strong> la Justicia Nacional.


176| F. Graziano y K. Jorolinsky - Intersecciones en Antropología 11 (2010) 173-184El propósito es reflexionar acerca <strong>de</strong> los argumentosutilizados por los magistrados en el sostenimiento<strong>de</strong> sus veredictos. Enten<strong>de</strong>mos que la sentencia no essolamente la aplicación <strong>de</strong> la norma general al casoindividual. Consi<strong>de</strong>ramos, en cambio, que en la sentenciase expresa el razonamiento <strong>de</strong>l juez. Pero esteno es un razonamiento impersonal, una mera conclusiónverda<strong>de</strong>ra que pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>mostrada formalmentea partir <strong>de</strong> premisas verda<strong>de</strong>ras, sino que lasubjetividad <strong>de</strong> los actores presentes en la <strong>de</strong>cisiónes fundamental para la composición <strong>de</strong> la misma. Eneste sentido, consi<strong>de</strong>ramos a la sentencia como undiscurso elaborado por el juzgador, <strong>de</strong> acuerdo con<strong>de</strong>terminados valores, a partir <strong>de</strong> una interpretación<strong>de</strong> la ley, que respon<strong>de</strong> a un procedimiento <strong>de</strong>cisorio<strong>de</strong> carácter más argumentativo que lógico. Este ejeservirá como guía para pensar las sentencias como untexto a interpretar, a fin <strong>de</strong> explorar la pluralidad <strong>de</strong>sentidos inmersos en el mismo. Al reflexionar en tornoa la composición <strong>de</strong> estas resoluciones, procuramosavanzar en el estudio <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong> justiciapenal para <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>.EL DESPLIEGUE DE LOS JUICIOS ORALES:ESCENARIOS, ACTORES Y TRAMAS DERELACIONESLa sala <strong>de</strong> audienciasPara comenzar realizaremos una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> lasala <strong>de</strong> audiencias don<strong>de</strong> transcurren los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong>.El escritorio <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l cual se sentará el tribunal 2 seubica sobre una tarima, es <strong>de</strong>cir, en un nivel más altoque el resto <strong>de</strong> los participantes. Se encuentra, a su vez,en el centro <strong>de</strong> la sala, <strong>de</strong> manera tal que todas las sillasy <strong>de</strong>más escritorios miran en dirección a ellos. Paralos jueces hay preparados tres sillones, el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>ltribunal se ubicará en el centro <strong>de</strong> los tres integrantes;para el resto <strong>de</strong> los agentes se disponen sillas. Justo enel medio <strong>de</strong> la sala, mirando hacia el estrado, hay unasilla que será utilizada por la persona que va a <strong>de</strong>clarar,que pue<strong>de</strong>n ser los imputados 3 o los testigos 4 , segúnel momento <strong>de</strong>l juicio. La fiscalía 5 se ubicará <strong>de</strong>l lado<strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l tribunal. El <strong>de</strong>fensor público 6 , la asesora<strong>de</strong> <strong>menores</strong> 7 y los jóvenes imputados, a la izquierda.Hacia la puerta principal <strong>de</strong> la sala, <strong>de</strong>l lado opuesto altribunal, se dispondrán los familiares. 8 La distribución<strong>de</strong> los elementos colabora en la construcción <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadasrelaciones características <strong>de</strong>l ámbito jurídico,produciendo distanciamiento y contribuyendo en el<strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> autoridad.En cuanto a nuestra presencia en la sala, po<strong>de</strong>mos<strong>de</strong>cir que perturba, o al menos, <strong>de</strong>sconcierta. En unaoportunidad, una persona nos preguntó tajantementequiénes éramos, cuál era nuestro apellido. Le contestamosy la pusimos al tanto que estábamos invitadaspor el juez. De todos modos nos solicitó que esperáramosafuera. Nos paramos e inmediatamente volvió ainterrogarnos, “¿uste<strong>de</strong>s ya se anunciaron en el tribunal?”.“Sí sí, con la oficial X”, le respondimos. Y ahí-no sabemos por qué razón- nos permitió quedarnos,“ah bueno, esperen acá”, nos dijo. En otra oportunidad,entró un policía y nos preguntó qué estábamoshaciendo ahí, le dijimos que nos había autorizado eljuez pero igual nos or<strong>de</strong>nó que esperáramos afuera.Enten<strong>de</strong>mos que el <strong>de</strong>sconcierto se genera porque somoslas únicas <strong>personas</strong> que no tenemos un papel arepresentar en la escena que allí se va a <strong>de</strong>sarrollar,estamos ahí solamente para observar.<strong>Los</strong> jóvenes imputados en muchos casos están <strong>de</strong>tenidosy en consecuencia llegan esposados y custodiadospor personal uniformado. Son llevados por elcustodio a una habitación <strong>de</strong> pequeñas dimensionesque se ubica al final <strong>de</strong>l pasillo, y a la que <strong>de</strong>nominan“correctorio”. Hay dos “correctorios”, uno en cadaextremo <strong>de</strong>l edificio. Nos explican que esta ubicación“sirve para po<strong>de</strong>r separar a los chicos por instituto,porque si no se matan”. Allí permanecen encerradosmientras esperan que empiece el juicio. Al entrar ala sala <strong>de</strong> audiencias, les sacan las esposas. Si poralguna razón tienen que volver a salir al pasillo, porejemplo porque los llama el <strong>de</strong>fensor, les vuelven aponer las esposas.Una vez que todos los actores <strong>de</strong>l juicio oral estánpresentes en la sala <strong>de</strong> audiencias, ingresan los miembros<strong>de</strong>l tribunal. Ellos son los últimos en entrar y losprimeros en salir y lo hacen por una puerta exclusiva,ubicada en el lateral izquierdo <strong>de</strong> la sala. Tanto en uncaso como en el otro, el secretario 9 or<strong>de</strong>na a los asistentes“ponerse <strong>de</strong> pie” ante el paso <strong>de</strong>l tribunal. Ellosabren el acto con su entrada y lo cierran retirándose <strong>de</strong>la sala, sólo <strong>de</strong>spués que ellos lo han hecho el públicopue<strong>de</strong> salir. Esta es una <strong>de</strong> las prácticas rutinizadas ymarcadoras <strong>de</strong> autoridad y jerarquía sobre las que seconstruye cotidianamente el rol <strong>de</strong> los jueces.La observación <strong>de</strong> las audiencias <strong>orales</strong> nos hapuesto frente a un espacio ritual. Aplicamos la palabrarito a la ceremonia judicial en la medida en que trata<strong>de</strong> una actividad que se <strong>de</strong>sarrolla con un alto grado<strong>de</strong> formalidad y posee una estructura que tiene lafunción <strong>de</strong> reflejar y reforzar las distinciones sociales.Tanto en su contenido como en su forma, tien<strong>de</strong> aexhibir y legitimar el status social <strong>de</strong> los individuos. Elfenómeno <strong>de</strong>l rito posee una serie <strong>de</strong> caracteres que loi<strong>de</strong>ntifican, como los símbolos, el juego ceremonial, larepetición y la función <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la estructura social. Elritual judicial se compone <strong>de</strong> símbolos que, siguiendoa Turner (1980) se pue<strong>de</strong>n dividir en “instrumentales”y <strong>de</strong> “dominación”. <strong>Los</strong> símbolos <strong>de</strong> “dominación”,observados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto <strong>de</strong> la ceremonia judicial,funcionan como “objetos externos”, son fundacionalesy “representativos <strong>de</strong> los valores axiomáticos


<strong>Los</strong> <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>| 177<strong>de</strong> la soci<strong>edad</strong>”. Aparecen en la ban<strong>de</strong>ra nacional,el escudo, el crucifijo. <strong>Los</strong> símbolos “instrumentales”sirven <strong>de</strong> soporte a la ritualización <strong>de</strong> juzgamiento.Dentro <strong>de</strong>l espacio <strong>de</strong>nominado sala <strong>de</strong> <strong>de</strong>bates, en laceremonia llamada audiencia oral, la distribución <strong>de</strong>lmobiliario, la altura <strong>de</strong> los estrados, la distancia entrequienes juzgan y aquellos que son juzgados, los modosy mecanismos interactivos, son símbolos que cumplenla función <strong>de</strong> soportes, que preten<strong>de</strong>n establecer jerarquíasy niveles <strong>de</strong> competencia (Moreira 2001).<strong>Los</strong> distintos momentos <strong>de</strong> estos rituales jurídicosestán meticulosamente pautados y or<strong>de</strong>nados. Las primeraspalabras en el juicio oral están a cargo <strong>de</strong>l secretario.Se trata <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong>l requerimiento fiscal<strong>de</strong> elevación a juicio, en el que se relatan los hechosy se acusa al imputado <strong>de</strong> un <strong>de</strong>lito <strong>de</strong>terminado. Posteriormentese lo invita a <strong>de</strong>clarar, si así lo <strong>de</strong>sea, sinque esto implique presunción en su contra; se le aclaraque pue<strong>de</strong> manifestar lo que <strong>de</strong>see en cualquier momento<strong>de</strong>l juicio y que tiene <strong>de</strong>recho a conversar consu <strong>de</strong>fensor, mientras no sea interrogado. En el transcurso<strong>de</strong>l juicio <strong>de</strong>claran los testigos, y se incorporanpor lectura las conclusiones <strong>de</strong> las pericias, la pruebadocumental, informativa, etc. Concluida la presentación<strong>de</strong> las pruebas, las partes formulan sus alegatos 10y posteriormente el imputado, si así lo quiere, pue<strong>de</strong>expresar las palabras finales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate (Artículo 393Código Procesal Penal <strong>de</strong> la Nación). De ahí se llamaa un cuarto intermedio para que los jueces <strong>de</strong>n su veredictoen el que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n si la persona es penalmenteresponsable por el <strong>de</strong>lito que se le imputa.En las audiencias en las que se resuelve la segundasentencia 11 , hay una primera parte en que el presi<strong>de</strong>nte<strong>de</strong>l tribunal indaga sobre los datos personales <strong>de</strong>limputado, y un segundo momento en el que las partes-asesor, fiscal y <strong>de</strong>fensor- expresan sus posicionesrespecto <strong>de</strong>l tratamiento tutelar 12 <strong>de</strong>l adolescente. Enésta, que sería la sentencia <strong>de</strong>finitiva, el veredicto <strong>de</strong>los jueces consiste en <strong>de</strong>terminar si correspon<strong>de</strong> o noaplicar una pena, y en caso <strong>de</strong> que corresponda, cuálserá el monto <strong>de</strong> la misma. Para la presentación <strong>de</strong>los fundamentos <strong>de</strong> la sentencia, el tribunal tiene unplazo <strong>de</strong> cinco días. <strong>Los</strong> actores intervinientes en losrituales judiciales, <strong>de</strong>spliegan una actividad específica,ejercen –o no- un control <strong>de</strong> las situaciones y tienenun <strong>de</strong>terminado conocimiento <strong>de</strong> los códigos, segúnel lugar que ocupen.Desigualdad <strong>de</strong> saberesAnalizando los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> en su calidad <strong>de</strong> contextosen los que se <strong>de</strong>sarrolla una interacción po<strong>de</strong>mos<strong>de</strong>cir que el hecho <strong>de</strong> que la silla en la que estásentada la persona que <strong>de</strong>clara esté ubicada, comohemos mencionado, <strong>de</strong> frente al tribunal, colabora enel hecho <strong>de</strong> que las respuestas <strong>de</strong>ban dirigirse siemprea los jueces, tanto cuando son ellos quienes preguntancomo cuando lo hacen las partes (<strong>de</strong>fensor, asesor,fiscal). Así es que, durante la audiencia, la asesora <strong>de</strong><strong>menores</strong> le advierte al joven que está <strong>de</strong>clarando: “Levoy a hacer preguntas. Tiene que mirar siempre hacia<strong>de</strong>lante para respon<strong>de</strong>r”. Esto significa que tiene quemirar a los jueces y darle la espalda al resto, inclusoa ella que es la que le está hablando. Muchas vecessuce<strong>de</strong> que, tanto imputados como testigos, cometen el“error” <strong>de</strong> dirigir su respuesta a la persona que formulóla pregunta y esto provoca la inmediata reprimendapor parte <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tribunal: “Cuando habladiríjase al tribunal”. A su vez, durante la lectura <strong>de</strong>los veredictos, se vuelve muy notoria la incomprensión<strong>de</strong>l lenguaje jurídico utilizado. Por ejemplo, cuandoel presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tribunal lee “(…) Con<strong>de</strong>nar a dosaños <strong>de</strong> prisión en suspenso, por robos con arma (…)or<strong>de</strong>nar la inmediata libertad (…)”. Observamos que elimputado inmediatamente le pregunta al custodio quetiene sentado a su lado “¿qué es eso?” y el custodiose limita a hacerle señas <strong>de</strong> que siga escuchando aljuez. En otra oportunidad el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tribunalcomienza a leer “Buenos Aires, 21 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2008,este tribunal falla no haciendo lugar a la nulidad (…)resuelve <strong>de</strong>clarar penalmente responsable y con<strong>de</strong>nara 3 años <strong>de</strong> prisión en suspenso (…)” y continúa leyendo“(…) <strong>de</strong>clarar la inmediata libertad (…)”. En esemomento los familiares empiezan a mirarse entre ellosy a preguntarse, “¿salen, salen en libertad?”Estos ejemplos dan cuenta <strong>de</strong> que las <strong>personas</strong> queson ajenas a la justicia muchas veces <strong>de</strong>sconocen lasformas <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r. Cometen “faltas” que <strong>de</strong>muestranno pertenecer a ese espacio. El ritual jurídico- en sucondición <strong>de</strong> tal- implica toda una serie <strong>de</strong> códigosque los imputados, los testigos y los familiares, nomanejan. Esta diferencia en el conocimiento <strong>de</strong> loscódigos, junto con el tecnicismo <strong>de</strong>l lenguaje jurídicoque se utiliza, acentúa la distancia entre el juez y elimputado y dificulta la comunicación. El estilo <strong>de</strong> lenguajetécnico utilizado en la ceremonia judicial sóloes conocido plenamente por una parte, la otra parte,ignora esos modos comunicacionales. La constitución<strong>de</strong>l campo está evi<strong>de</strong>ntemente jerarquizada, entre losdueños <strong>de</strong> la agencia, quienes monopolizan el po<strong>de</strong>r<strong>de</strong> administrar justicia, y sus eventuales visitantes, queno conocen las reglas.Relaciones <strong>de</strong> asimetríaDurante los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong>, los funcionarios se dirigenentre ellos utilizando formulismos <strong>de</strong>l tipo “Doctor,Señor Presi<strong>de</strong>nte, Señor Secretario, DistinguidoSeñor Fiscal, Excelentísimo Tribunal”. A su vez, durantelas audiencias, los magistrados, tratan <strong>de</strong> usteda los jóvenes imputados. Estos mismos jueces, <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> leer el veredicto, se dirigen a los adolescentes con


178| F. Graziano y K. Jorolinsky - Intersecciones en Antropología 11 (2010) 173-184expresiones <strong>de</strong>l tipo: “Hiciste cosas malas y esto tepasa porque eras menor <strong>de</strong> 18 años. Metiste la patapero reparaste el daño, podés empezar tu vida adultasin causas penales, no las generes”. “Espero que hayanaprovechado la experiencia y <strong>de</strong> acá en más <strong>de</strong>dicarsea otra cosa”. “Ponete las pilas, hacé las cosas bien,afanando no sos bueno, sino, no te hubieran agarradotantas veces”. “Vos fuiste creciendo <strong>de</strong> la maneraen que pudiste, ahora <strong>de</strong>bes comportarte como unapersona <strong>de</strong> bien”. “Vos tenés la posibilidad <strong>de</strong> hacerlas cosas bien, pero hasta ahora no estás atendiendoa las instrucciones que el tribunal te da. Empezá acumplir sino, vas a terminar con<strong>de</strong>nado. Si vos tenésganas <strong>de</strong> hacer las cosas bien nosotros te vamos aayudar, si no cumplís con estas pautas <strong>de</strong> conductavas a terminar con<strong>de</strong>nado”. “Las alterativas hubieransido pasar mucho tiempo preso. Creemos que estuvieronahí, pero queremos que les sirva <strong>de</strong> experiencia.No cualquiera pue<strong>de</strong> estar preso y vos ahora lo sabésbien a eso. La oportunidad la tenés, ahora, dicho encriollo, <strong>de</strong>dicate a otra cosa, que nunca más tengasque pasar por un tribunal. <strong>Los</strong> amigos <strong>de</strong> la calle sonlos que cuando estás preso no van, así que aférrate atu familia, a tu vieja”.La terminología utilizada por los funcionariospara relacionarse entre ellos, el “doctoreo”, produceun efecto <strong>de</strong> respeto y autoridad, que reafirma el lugar<strong>de</strong> superioridad que ellos ocupan. Cuando todoel <strong>de</strong>spliegue escénico que se produce durante los<strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> finaliza, los jueces asumen un nuevorol. Abandonan esta actitud respetuosa <strong>de</strong> las formas,para adoptar una actitud paternalista. Ese lenguajecon ten<strong>de</strong>ncia a la tecnificación que observábamosanteriormente se <strong>de</strong>svanece, para transformarse en unacomunicación cotidiana y sencilla. Utilizan formas comunicativasorientadas hacia lo didáctico y medianteun estilo coloquial <strong>de</strong> fácil comprensión, tratan <strong>de</strong>emitir un mensaje. Recurren al tono pedagógico paraprocurar llevar a cabo una tarea <strong>de</strong> reeducación paracon los jóvenes. <strong>Los</strong> instan a que tengan comportamientosy conductas socialmente aceptables: que estudien,que trabajen, que no cometan nuevos <strong>de</strong>litos,que “hagan las cosas bien”. Villalta (2004) ha <strong>de</strong>scriptoel escenario <strong>de</strong> los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong><strong>de</strong> <strong>edad</strong> como el privilegiado por los jueces para llevara cabo la tarea que creen que les han encomendadopara con ellos, la <strong>de</strong> procurar su “salvación”. Peroi<strong>de</strong>ntifica cómo, con su discurso, no hacen más queprofundizar la distancia que mantienen con aquellosa los que quieren “salvar” ya que se ubican comoportadores <strong>de</strong> una moral superior. Guemureman yDaroqui (2001) también reflexionan en este sentidocuando dicen que los jueces <strong>de</strong> <strong>menores</strong> tratan <strong>de</strong> valerse<strong>de</strong> su dominio (el <strong>de</strong> juez frente a acusado) paraprocurar inculcar sus propios valores como si fueranvalores con rango <strong>de</strong> universalidad. No son sólo losjueces quienes actúan <strong>de</strong> este modo. También hemosobservado un fuerte tono moralizante en las palabras<strong>de</strong> las asesoras cuando dicen: “Lo que todos queremoses que sea una persona <strong>de</strong> bien y que trabaje, que sereinserte a<strong>de</strong>cuadamente en la soci<strong>edad</strong>” o cuando lespreguntan a los jóvenes: “¿Tiene proyectos a futuro?¿Va a hacer algo positivo?”. Estos dichos sirven comoilustración <strong>de</strong> la intersección que se produce, en lajusticia <strong>de</strong> <strong>menores</strong>, entre lo legal y lo moral y cómolo moral predomina sobre lo legal. En este sentido,“…las prácticas judiciales en la justicia <strong>de</strong> <strong>menores</strong> separecen mucho más a prácticas m<strong>orales</strong> que a prácticaslegales; orientadas, por lo tanto, más hacia lanormalización y la moralización <strong>de</strong> los sujetos que alreproche jurídico” (Guemureman 2008). Estos “actos<strong>de</strong> docencia”, que intentan alcanzar un “acercamiento”,en <strong>de</strong>finitiva, al preten<strong>de</strong>r resocializar, reeducar,lo que logran es, nuevamente, reforzar la asimetría(Sarrabayrouse Oliveira 2004).Relaciones <strong>de</strong> familiaridadAsí como hemos observado que, entre algunos <strong>de</strong>los actores que participan <strong>de</strong> la escena <strong>de</strong>l juicio oral,se dan estas relaciones <strong>de</strong> asimetría, entre otros, lasrelaciones que se tejen son <strong>de</strong> familiaridad. Es entrelos funcionarios, y sobre todo durante los intervalos,que esta dinámica <strong>de</strong> funcionamiento, basada en unacierta familiaridad, ha qu<strong>edad</strong>o al <strong>de</strong>scubierto (Eilbaum2008; Martínez 2005). Generalmente, entre una audienciay otra la sala se <strong>de</strong>saloja. Pero en una oportunidadpermanecimos <strong>de</strong>ntro y observamos lo quepodría <strong>de</strong>nominarse el <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> escena. Uno <strong>de</strong> losjueces, con tono risueño, le <strong>de</strong>cía a la asesora tutelar:“a ver cómo te las arreglás ahora, te vas a tener queinspirar con éste” (refiriéndose al caso <strong>de</strong>l joven queestaba por ser juzgado). Esta expresión permite entreverel trato amistoso al que nos referimos, y cómola dirección <strong>de</strong>l juicio se conversa íntimamente entrelos funcionarios durante los intervalos. Otras veces,este tono amigable y hasta jocoso, se filtra durantelos <strong>juicios</strong>. Por ejemplo, cuando la asesora tutelar lespregunta a los jueces si el joven tiene alguna otracausa y ellos le respon<strong>de</strong> que no, que la que tenía estásobreseída, la asesora dice, “ah bueno entonces ya note queda nada” y el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tribunal, riéndose,dice, “¡no a<strong>de</strong>lante el veredicto doctora!” Lo quesuce<strong>de</strong> en esta situación es que la asesora presuponeque la resolución <strong>de</strong>l tribunal será una absolución.Cuando le dicen que el joven no está imputado enotra causa penal, afirma que entonces no le quedaráninguna causa, a<strong>de</strong>lantando así el veredicto que eltribunal aún no ha dado.Otra situación en la que este tono <strong>de</strong> familiaridadse manifiesta sin mediaciones en el transcurso <strong>de</strong>l juicioes la siguiente: el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tribunal les consultaa las partes si quieren realizar alguna pregunta,


<strong>Los</strong> <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>| 179todos le respon<strong>de</strong>n que no, entonces el juez, riéndose,dice “el Dr. X se rin<strong>de</strong>” –refiriéndose al <strong>de</strong>fensor oficial-.Queda representado que las relaciones sobre lasque se estructuran las prácticas <strong>de</strong> los funcionarios secaracterizan por un mutuo conocimiento entre ellosy un fluido manejo <strong>de</strong>l trabajo compartido, que dancuenta <strong>de</strong> la trama <strong>de</strong> relaciones sociales que configurana la agencia judicial.Distribución <strong>de</strong> rolesSi bien en la audiencia están presentes los tresjueces, la ceremonia se realiza, como hemos mencionado,bajo la dirección <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos, el queasume el rol <strong>de</strong> presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Tribunal. Él mo<strong>de</strong>ra ladiscusión, presi<strong>de</strong> el interrogatorio <strong>de</strong>l acusado y <strong>de</strong>los testigos, es el que conce<strong>de</strong> la palabra al fiscal, ala <strong>de</strong>fensa, a la asesora <strong>de</strong> <strong>menores</strong> y eventualmente ala querella si la hubiera, y recibe los juramentos y <strong>de</strong>claraciones.También es el que controla el tiempo <strong>de</strong>las sesiones, <strong>de</strong>cidiendo cuánto durarán los intervalos,los llamados cuartos intermedios. <strong>Los</strong> otros dos juecesmantienen una posición menos activa. Si bien pue<strong>de</strong>nintervenir, en algunas ocasiones hemos observadoque cuando el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tribunal les consulta siquieren formular alguna pregunta, simplemente se hanlimitado a <strong>de</strong>cir que no con la cabeza. El presi<strong>de</strong>nte<strong>de</strong>l tribunal pue<strong>de</strong> intervenir en cualquier momento<strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate, interrumpir lo que otros están diciendo,realizar <strong>de</strong>terminadas preguntas e incluso corregir lasformuladas por otros agentes. En una <strong>de</strong> las audienciasesto queda <strong>de</strong> manifiesto cuando la asesora le preguntaa uno <strong>de</strong> los jóvenes imputados, “¿Estás trabajando?¿Qué tipo <strong>de</strong> tareas?” El juez interviene y le hace notarque no escuchó la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong>l joven, “¡ya dijoque trabajaba como ayudante <strong>de</strong> albañil!” En otraoportunidad cuando el <strong>de</strong>fensor oficial interrumpe, eljuez le indica que guar<strong>de</strong> las formas. Cuando el fiscaldice a un testigo que hay diferencias en el llenado<strong>de</strong> unas planillas, el juez con tono <strong>de</strong> reprimenda ledice “Doctor, para preguntarle habría que mostrarlelas planillas”. Y cuando el <strong>de</strong>fensor particular señalaque hay contradicciones, el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tribunal lerespon<strong>de</strong> que “las contradicciones quedarán para <strong>de</strong>spués,al momento <strong>de</strong> los alegatos”.Esta trama <strong>de</strong> relaciones, que cotidianamente construyela agencia judicial, se basa también en un esquema<strong>de</strong> asignación <strong>de</strong> roles que cada uno <strong>de</strong> losprotagonistas <strong>de</strong>be cumplir estrictamente durante el ritual.A este esquema <strong>de</strong> distribución <strong>de</strong> roles se ajustantambién los imputados. Hemos observado que, muchasveces, cuando los jóvenes implicados en el procesopenal tienen la oportunidad <strong>de</strong> hablar saben qué <strong>de</strong>cirpara ser consi<strong>de</strong>rados sujetos <strong>de</strong> una absolución, a losque el tratamiento tutelar les ha “hecho efecto”. Se expresanadoptando los términos que se espera escuchar<strong>de</strong> ellos. Así es que cuando el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l tribunalles pregunta si quieren <strong>de</strong>cir algo, ellos enuncianfrases como estas: “fue un hecho aislado en nuestrasvidas”, “no pensamos lo que hacíamos”, “cambiamosmucho, somos otras <strong>personas</strong>”, “estoy muy arrepentido<strong>de</strong> lo que hice”, “yo consi<strong>de</strong>ro que somos <strong>personas</strong>que aportan a la soci<strong>edad</strong>”.A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> abandonar sus propios términos, tambiénsuce<strong>de</strong> que son hablados por sus representantes-las asesoras <strong>de</strong> <strong>menores</strong> y los <strong>de</strong>fensores letrados-. Lasasesoras se manifiestan <strong>de</strong>l siguiente modo: “pertenecea un grupo familiar amplio que no ha sido lo suficientementecontenedor, no lo ha podido acompañar ni enlo afectivo ni en lo material”, “los amigos lo llevan ala confusión, a seguir consumiendo droga, que es unflagelo que lo <strong>de</strong>teriora día a día”, “ni la familia ni elestado lo han protegido correctamente”, “la situación<strong>de</strong> X es muy compleja pero proviene <strong>de</strong> la tristeza,el abandono y la sol<strong>edad</strong>”. <strong>Los</strong> <strong>de</strong>fensores, a su vez,hablan <strong>de</strong> “un medio familiar disfuncional”, expresan:“la marginación lo lleva a estar en situación <strong>de</strong> calle”,“es un victimario por los <strong>de</strong>litos, pero en realidad esuna víctima social <strong>de</strong> esta situación”, “en la villa seproduce el consumo <strong>de</strong> droga que condiciona todosu accionar”, “las sustancias tóxicas condicionan suestado físico e intelectual”, “por su situación <strong>de</strong> sol<strong>edad</strong>,tuvo contacto con otros pares en su misma situación”.Estas manifestaciones permiten visualizar quelas argumentaciones <strong>de</strong> las asesoras <strong>de</strong> <strong>menores</strong>, en lasaudiencias don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>finen las segundas sentencias,tien<strong>de</strong>n a basarse en aspectos <strong>de</strong> la vida privada <strong>de</strong>los adolescentes. Una vez que las historias <strong>de</strong> estosjóvenes ingresan al campo judicial, son capturadaspor las clasificaciones que realizan los especialistas, ylos jóvenes se convierten en espectadores pasivos <strong>de</strong>la interpretación que se realiza <strong>de</strong> sus propias vidas.Despojados <strong>de</strong> su propia voz, son sus representantesquienes se expresan por ellos en su carácter <strong>de</strong> portavoz.La autoridad <strong>de</strong> lo escritoEn nuestra observación <strong>de</strong> audiencias <strong>orales</strong> hemosregistrado, paradójicamente, cómo lo escrito sigueteniendo un lugar prepon<strong>de</strong>rante 13 . La lectura <strong>de</strong>lexpediente tutelar les otorga a los jueces, al momento<strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate oral, una presunción, o más bien un prejuicio,sobre el joven. Si bien se supone que existendos instancias diferenciadas, una en la que se <strong>de</strong>terminasi hubo responsabilidad penal y otra en la quese evalúa el comportamiento <strong>de</strong>l “menor”, lo cierto esque los jueces llegan al momento <strong>de</strong>l primer <strong>de</strong>batehabiendo leído el expediente tutelar, lo cual implicaque tienen un conocimiento previo que no tendríanpor qué tener. Recor<strong>de</strong>mos que el expediente tutelarse inicia en los Juzgados <strong>de</strong> Menores, esto es, en una


180| F. Graziano y K. Jorolinsky - Intersecciones en Antropología 11 (2010) 173-184etapa previa a que la causa sea <strong>de</strong>rivada a los TribunalesOrales <strong>de</strong> Menores. Al leerlo con antelación ala primera audiencia, se forman una opinión sobre lapersona, que inci<strong>de</strong> al momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar si eso no responsable penalmente <strong>de</strong>l hecho en cuestión.Esta situación genera, que al momento <strong>de</strong>l juicio, laimpresión subjetiva que el juez se formó a partir <strong>de</strong>la lectura <strong>de</strong>l expediente tutelar, tenga relevancia másallá <strong>de</strong> la esfera “objetiva” <strong>de</strong> las pruebas.Observamos también otras formas en las que es posiblereconocer el dominio <strong>de</strong> la escritura por sobre laoralidad (Sarrabayrouse Oliveira 2004; Martínez 2005;Eilbaum 2008). Las pruebas recabadas durante la etapa<strong>de</strong> instrucción tienen un gran peso en el <strong>de</strong>bate oral.<strong>Los</strong> dichos, tanto <strong>de</strong> los testigos como <strong>de</strong> los imputados,están siempre siendo enfrentados con lo manifestadoy escrito en la etapa anterior. Hay una fuerteinsistencia en confirmar lo ya dicho en el juzgado<strong>de</strong> instrucción. “Usted en su <strong>de</strong>claración habló <strong>de</strong>…yahora habla <strong>de</strong>…” Si las <strong>de</strong>claraciones se contradicencon lo que consta en el expediente, el tribunal o laspartes, llaman la atención sobre las contradicciones yor<strong>de</strong>nan la lectura <strong>de</strong> la <strong>de</strong>claración anterior. El fiscal,por ejemplo, dice: ¿le puedo leer, señor presi<strong>de</strong>nte,parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>claración? Otras veces, las <strong>de</strong>claracionesson, directamente, “incorporadas por lectura”: “incorporamosla lectura <strong>de</strong> la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong>…”. Cuandoesto suce<strong>de</strong> es con el acuerdo <strong>de</strong> las partes y porquese presupone que todos conocen el expediente. Sehace para no per<strong>de</strong>r tiempo en la audiencia o para“ahorrarle esa mortificación” a algún testigo, comopresenciamos en una oportunidad.Algunas veces esta prepon<strong>de</strong>rancia <strong>de</strong> la escrituranos hace pensar que los <strong>juicios</strong> parecen estar resueltos<strong>de</strong> antemano, antes <strong>de</strong> que se lleve a cabo el ritualjurídico. 14 Queda en evi<strong>de</strong>ncia que se sabe antes <strong>de</strong>l<strong>de</strong>bate cuál va a ser la resolución, y que esta situaciónes vivida con total naturalidad por quienes trabajancotidianamente en la agencia judicial, cuando una oficial<strong>de</strong>l tribunal <strong>de</strong> <strong>menores</strong> nos invita a presenciar lasaudiencias <strong>de</strong>l día siguiente y nos dice: “vengan mañana,van a estar interesantes porque son con con<strong>de</strong>na”.Consi<strong>de</strong>ramos que estas conversaciones informales sonun momento <strong>de</strong> suma riqueza para <strong>de</strong>scubrir indiciosacerca <strong>de</strong>l modo en que los actores ejercen, cuestionany reproducen las prácticas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho (Kaufman1987).Las charlas <strong>de</strong> pasilloAsí es que hemos prestado atención, también, alo que suce<strong>de</strong> en los cuartos intermedios (intervalosque se realizan a lo largo <strong>de</strong>l juicio) en los que loslímites formales <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> audiencias parecen disolverse.En una <strong>de</strong> esas charlas <strong>de</strong> pasillo (<strong>de</strong> las quelos jueces nunca participan) mientras esperamos que eltribunal dé su veredicto, el fiscal nos pregunta: “¿quéles parecen las resoluciones?” y nos propone que noscoloquemos en el rol <strong>de</strong> un supuesto jurado y quepensemos qué haríamos nosotras en ese caso. Luegonos da su opinión: “a este chico no se le pue<strong>de</strong> darel mismo premio que a los otros, no tiene voluntad,no le da el físico ni la cabeza”. Y con tono resignadonos a<strong>de</strong>lante cuál va a ser, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su perspectiva, eldictamen <strong>de</strong> los jueces: “lo van a <strong>de</strong>jar en libertadhoy y van a ver que va a volver (al tribunal)”. En otraoportunidad, en la misma situación, el fiscal nos explicapor qué pidió que se le aplique una pena alta,<strong>de</strong> cinco años <strong>de</strong> prisión, al joven que estaba siendojuzgado: “no es un pibe para cinco años, es <strong>de</strong> clasemedia, no es <strong>de</strong> la villa pero si no hubiese mínimoacá nadie va preso”.Esta distinción que hace el fiscal entre “el pibe <strong>de</strong>clase media” y “el pibe <strong>de</strong> la villa” <strong>de</strong>ja en evi<strong>de</strong>nciaque son <strong>de</strong>terminados sectores los <strong>de</strong>stinatarios <strong>de</strong> lajusticia penal. Que ésta tiene como clientela habituala <strong>personas</strong> provenientes <strong>de</strong> sectores <strong>de</strong> escasos recursos.<strong>Los</strong> funcionarios judiciales están acostumbradosa trabajar con <strong>de</strong>terminada población <strong>de</strong> niñosy adolescentes y pareciera que no problematizan laselectividad <strong>de</strong>l sistema sino que la toman como algo“dado”. En el ejemplo citado, si bien se trataba <strong>de</strong> un“varón joven”, no era “pobre”, con lo cual, no coincidíacon el estereotipo que el imaginario social instalacomo “sujeto peligroso” ni se a<strong>de</strong>cuaba a la poblaciónque habitualmente el sistema penal selecciona y captura.En otro cuarto intermedio en el que estuvimosen el pasillo, pudimos observar cómo los <strong>de</strong>fensores(el oficial y el particular) conversaban entre ellos. Setrataba <strong>de</strong> letrados <strong>de</strong> distintas <strong>personas</strong> imputadas enla misma causa. Comentaban acerca <strong>de</strong>l testigo queestábamos esperando y uno <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>cía: “no va aquerer hablar, éstos son como los italianos” (se refierea un testigo que es dueño <strong>de</strong> un supermercado <strong>de</strong> nacionalidadchina) y el otro le contestaba, en un tonorisueño, “y bueno, ¡es lo mejor que nos pue<strong>de</strong> pasar!”Esas conversaciones informales también revelan loslazos y relaciones que se establecen entre los <strong>de</strong>fensoresparticulares y los funcionarios judiciales. Estascharlas <strong>de</strong> pasillo, dan cuenta <strong>de</strong> que la instituciónjudicial también se construye en estos informalismosque permanecen ocultos durante el <strong>de</strong>spliegue ritual.ACERCA DE LAS SENTENCIAS JUDICIALESNos proponemos reflexionar acerca <strong>de</strong> algunosaspectos <strong>de</strong> las segundas sentencias <strong>de</strong> los TribunalesOrales <strong>de</strong> Menores <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires.Como mencionamos en la introducción, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>reflexionar en torno a las sentencias judiciales parte<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rlas como un texto que encierra múltiplessentidos, don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos observar la acción <strong>de</strong>l juez.


<strong>Los</strong> <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>| 181Esta observación sería “objetiva” si pensáramos quela sentencia es solamente la aplicación <strong>de</strong> la normageneral al caso individual. Así, pensaríamos que elcomportamiento social es uniforme, y que se pue<strong>de</strong>obtener <strong>de</strong> él un conocimiento analítico, generalizado,objetivo y verificable. Pero, a nuestro enten<strong>de</strong>r,el <strong>de</strong>recho no es un sistema normativo cerrado, sinomás bien, un sistema en proceso <strong>de</strong> transformación,en el que las motivaciones y <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l juez contribuyena la elaboración <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n jurídico, ya queserán los prece<strong>de</strong>ntes para <strong>de</strong>cisiones futuras. A su vez,enten<strong>de</strong>mos que las sentencias se encuentran condicionadaspor las circunstancias exteriores propias <strong>de</strong>lcontexto político, económico y social, así como porlas características propias <strong>de</strong>l juez y <strong>de</strong>más actoresque intervienen en el proceso.El <strong>de</strong>recho, y así también las <strong>de</strong>cisiones judiciales,pue<strong>de</strong> aparecer como lógico, racional, “objetivo”, es<strong>de</strong>cir, como si al seguir lo que estipula la ley y ciertosprocedimientos ya establecidos, se llegase a un únicoresultado posible. Pero al consultar las sentencias judicialesy su contenido, se evi<strong>de</strong>ncia que esto no esasí. Ante un mismo hecho, con las mismas pruebas,los mismos informes respecto <strong>de</strong>l tratamiento tutelary basándose en las mismas leyes, el Tribunal pue<strong>de</strong>diferir respecto <strong>de</strong> la sanción a aplicar. En efecto, hemoshallado sentencias en las que se resuelve aplicaruna con<strong>de</strong>na, junto con la disi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> alguno<strong>de</strong> los jueces que pi<strong>de</strong> también aplicar una con<strong>de</strong>napero por una cantidad <strong>de</strong> años diferente, o bien pi<strong>de</strong>una absolución. Esta última posición se argumenta teniendoen cuenta que, si bien el joven ha incurridoen nuevos <strong>de</strong>litos durante el tratamiento tutelar, o hamostrado “malos comportamientos”, estos hechos tienenque ver con “un momento aislado en la vida <strong>de</strong>ladolescente”. Las interpretaciones acerca <strong>de</strong> por quéun joven incurre en conductas calificadas como <strong>de</strong>litosson distintas. Para algunos jueces, la historia personal<strong>de</strong>l adolescente es motivo fundamental para <strong>de</strong>cidirla sanción, mientras que para otros, no es tenida encuenta al momento <strong>de</strong> la resolución.Las sentencias encierran diferentes opiniones sobrelas oportunida<strong>de</strong>s que hay que darle -o no- a losadolescentes. Este “dar oportunidad” tiene que ver conotorgar un “beneficio” que, en su carácter <strong>de</strong> tal, <strong>de</strong>beser merecido. Por lo tanto, la valoración que el juez oel tribunal hagan <strong>de</strong>l tratamiento tutelar <strong>de</strong>terminarási el joven será acreedor- o no- <strong>de</strong> este “beneficio”.Para que los jueces otorguen el beneficio <strong>de</strong> la absolución<strong>de</strong>be haber indicadores que <strong>de</strong>n cuenta <strong>de</strong>que el tratamiento tutelar ha sido exitoso. La medición<strong>de</strong> este éxito se realizará según las representacionessociales y las valoraciones m<strong>orales</strong> <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> losjueces, y <strong>de</strong> los supuestos y las orientaciones <strong>de</strong> valor<strong>de</strong> los “profesionales <strong>de</strong> lo social” encargados <strong>de</strong> confeccionarlos informes tutelares, en los que ejercitanla “benévola” tarea <strong>de</strong> la clasificación y el diagnóstico(Villalta 1999).Otro punto que emerge <strong>de</strong> las sentencias y quenos resulta interesante <strong>de</strong>stacar es que las voces <strong>de</strong>los adolescentes no están expresadas en estas resoluciones.Se tienen en cuenta los informes tutelares, losinformes <strong>de</strong> los diferentes profesionales que trabajancon el adolescente, los informes <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fensores,pero en ningún caso aparece mención a la voz <strong>de</strong>ljoven. A su vez, nos resulta significativa la referenciaque se realiza a otros saberes. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l proporcionadopor la ley y la interpretación y <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l juez,las sentencias judiciales están teñidas <strong>de</strong> los saberes <strong>de</strong>médicos, psiquiatras, psicólogos, maestros y asistentessociales. Estos especialistas, días previos a la realización<strong>de</strong>l juicio oral, brindan al Tribunal un informeque da cuenta <strong>de</strong> la “evolución” <strong>de</strong>l joven duranteel período <strong>de</strong> tratamiento tutelar. El juez se basa enlos informes <strong>de</strong> estos profesionales que muestran si eladolescente ha “progresado” a lo largo <strong>de</strong>l tratamientotutelar, si se ha “encaminado en la buena senda”. Unavez más vemos cómo, en la administración <strong>de</strong> justiciapara <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>, el código <strong>de</strong> las moralida<strong>de</strong>socupa un lugar central. Estos informes tienenuna influencia fundamental en la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l tribunal.En la segunda sentencia-don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> la con<strong>de</strong>nao absolución- los magistrados se apoyan básicamenteen los informes <strong>de</strong>l expediente tutelar.Las sentencias tienen implícito este saber extraído<strong>de</strong> los individuos a partir <strong>de</strong> su propio comportamiento,saber que se forma a partir <strong>de</strong> la observación yclasificación <strong>de</strong> los individuos, <strong>de</strong>l registro, análisisy comparación <strong>de</strong> sus comportamientos. A modo <strong>de</strong>ejemplo, los informes médico- psiquiátricos, podríanexpresar algo <strong>de</strong>l siguiente or<strong>de</strong>n: “las faculta<strong>de</strong>smentales <strong>de</strong> X están encuadradas en la normalidadpsicojurídica”. O bien, “sus faculta<strong>de</strong>s mentales noresultan suficientes” ó “por el examen realizado, presentaindicadores <strong>de</strong> actividad psicopatológica”. Estossaberes conviven con el saber jurídico. Como planteaVillalta (1999) siguiendo a Stanley Cohen, cuando estáinvolucrado el mo<strong>de</strong>lo médico, más racional e incuestionableaparece el asunto <strong>de</strong> la clasificación. Estoselementos basados en saberes con valor <strong>de</strong> cientificidad(Foucault 2001) tienen mucha relevancia en lassentencias judiciales. De esta forma, la justicia penalcomoplantea Foucault- se encuentra inundada portodo un conjunto <strong>de</strong> <strong>juicios</strong> apreciativos y diagnósticosque hacen <strong>de</strong>l veredicto un “extraño complejo científico-jurídico”(Foucault 2005).CONCLUSIONESPara finalizar, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que este trabajo acerca<strong>de</strong>l modo en que la justicia penal se <strong>de</strong>spliega en


182| F. Graziano y K. Jorolinsky - Intersecciones en Antropología 11 (2010) 173-184su ejercicio real sobre adolescentes y jóvenes en losTribunales Orales <strong>de</strong> Menores <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> BuenosAires nos permitió arribar a algunas conclusiones. Porun lado, enten<strong>de</strong>mos que las prácticas que los actoresinvolucrados en el proceso penal llevan a cabo en lostribunales, no son un reflejo acabado ni lineal <strong>de</strong> lanormativa. Pensamos que “lo jurídico” no es, simplemente,una sumatoria <strong>de</strong> reglas y normas limitadasque sirven para plantear respuestas legales a hechosesterilizados, sino un modo <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> imaginar(simbolizar) lo real (Geertz 1994). Al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> esteautor, no es más (ni menos) que una versión, unarepresentación que a<strong>de</strong>cua los fenómenos para quetengan sentido en un contexto <strong>de</strong>terminado (en estecaso, el ámbito judicial).Las <strong>de</strong>cisiones judiciales no son el resultado <strong>de</strong> unamera aplicación mecánica <strong>de</strong> la ley. La antropologíainglesa, con Malinowski (1969), ya había hecho suaporte al relativismo jurídico penal, al asegurar que el<strong>de</strong>recho no era estrictamente una maquinaria <strong>de</strong> aplicarjusticia en casos <strong>de</strong> trasgresión. En su estudio <strong>de</strong>la organización jurídica “primitiva” Malinowski (1969)observa que los principios por los que se castiga el<strong>de</strong>lito son muy vagos, que los métodos <strong>de</strong> llevar acabo el castigo son impre<strong>de</strong>cibles y variables y queen realidad lo que impera no es un sistema <strong>de</strong> institucionesfijas sino más bien un sistema <strong>de</strong> institucionesno legales, <strong>de</strong> costumbres y <strong>de</strong> arreglos.Por otro lado, la participación en audiencias <strong>orales</strong>nos ha permitido observarlas como actos rituales ycompren<strong>de</strong>r cómo se dramatizan relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>ry vínculos asimétricos y jerárquicos. A lo largo <strong>de</strong> estetrabajo hemos intentado mostrar las diferentes dimensionesque hacen a estas relaciones <strong>de</strong> saber-po<strong>de</strong>r,y que quedan escenificadas en las audiencias <strong>orales</strong>.Así, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que, tanto los elementos que estánpresentes en la sala <strong>de</strong> audiencias, como la distribución<strong>de</strong> los mismos, colaboran en la construcción <strong>de</strong>dichas relaciones constitutivas <strong>de</strong> la agencia judicial.A su vez, las prácticas rutinizadas, el lenguaje técnicoutilizado, la actitud respetuosa <strong>de</strong> las formas, como asítambién el tono pedagógico y moralizante que componenel ritual jurídico, son algunos componentes sobrelos que se asienta el rol <strong>de</strong> los jueces, contribuyendoal <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> autoridad y reafirmando el lugar <strong>de</strong>superioridad <strong>de</strong> los mismos.Como mencionamos a lo largo <strong>de</strong> este trabajo, nosólo prestamos atención a lo que suce<strong>de</strong> al interior<strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> audiencias, sino que también los pasillosy las charlas informales que ahí tienen lugar noshan permitido obtener elementos que configuran elaccionar judicial. <strong>Los</strong> roles, las jerarquías, las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>sdiferenciales, que conforman al segmento judicial,encuentran en los <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> un espacio <strong>de</strong><strong>de</strong>spliegue y representación <strong>de</strong> escenarios, símbolos,prédicas, y actitu<strong>de</strong>s, que actúan como remarcadores<strong>de</strong> esos roles, esas jerarquías y esas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>sdiferenciales. En cuanto a las sentencias judiciales,encontramos tanto argumentos basados en el <strong>de</strong>rechopositivo, como otros que superan el marco <strong>de</strong> la normajurídica aplicable, y se apoyan en nociones provenientes<strong>de</strong> la moral, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho natural, o <strong>de</strong> otras fuentesno legalmente institucionalizadas. Son múltiples losfactores que inci<strong>de</strong>n en el dictado <strong>de</strong> una sentenciajudicial. El lugar <strong>de</strong>l magistrado en la soci<strong>edad</strong> comorepresentante <strong>de</strong>l Estado, su propia interpretación <strong>de</strong>la Ley, la influencia <strong>de</strong> los saberes <strong>de</strong> otros profesionales,sus propios valores como ciudadano, son todoselementos que intervienen en la resolución.Da Matta, R.REFERENCIAS CITADAS1980 Carnavais, malandros e herois. Editorial Zahar, Rio<strong>de</strong> Janeiro.Eilbaum, L.2008 <strong>Los</strong> ‘casos <strong>de</strong> policía’ en la Justicia Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong>Buenos Aires: el pez por la boca muere. Antropofagia,Buenos Aires.Foucault, M.2001 <strong>Los</strong> anormales. Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica <strong>de</strong>Argentina, Buenos Aires.2005 [1975] Vigilar y castigar. Nacimiento <strong>de</strong> la prisión.Siglo XXI Editores, Buenos Aires.Geertz, C.1994 Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación<strong>de</strong> las culturas. Gedisa, Barcelona.Guber, R.1991 El salvaje metropolitano. Reconstrucción <strong>de</strong>lconocimiento social en el trabajo <strong>de</strong> campo. Legasa,Buenos Aires.Guemureman, S. (editor)2005 Érase una vez… un tribunal <strong>de</strong> <strong>menores</strong>.Observatorio <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas y respuestas judiciales enlos tribunales <strong>de</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> BuenosAires. Departamento <strong>de</strong> Publicaciones <strong>de</strong> la Facultad<strong>de</strong> Derecho. Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires, BuenosAires.Guemureman, S.2008 La cartografía moral <strong>de</strong> las prácticas judicialesen los tribunales <strong>de</strong> <strong>menores</strong>. <strong>Los</strong> Tribunales Oralesen la Ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires. Tesis Doctoral inédita.Facultad <strong>de</strong> Ciencias Sociales, Universidad <strong>de</strong> BuenosAires, Buenos Aires.Guemureman, S. y A. Daroqui2001 La niñez ajusticiada. Editores <strong>de</strong>l Puerto, BuenosAires.


<strong>Los</strong> <strong>juicios</strong> <strong>orales</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>| 183Kant <strong>de</strong> Lima, R.1995 A policia da cida<strong>de</strong> do Rio Janeiro. Seus dilemas eparadoxos. Editora Forense, Rio <strong>de</strong> Janeiro.Kaufman, E.1987 Un ritual jurídico: El juicio a los ex-comandantes.Tesis <strong>de</strong> Maestría inédito. Facultad Latinoamericana <strong>de</strong>Ciencias Sociales, Buenos Aires.Malinowski, B.1969 Crimen y costumbre en la soci<strong>edad</strong> salvaje. Ariel,Barcelona.Martínez, M. J.2005 Viaje a los territorios <strong>de</strong> las burocraciasjudiciales. Cosmovisiones jerárquicas y apropiación<strong>de</strong> los espacios tribunalicios. En Derechos Humanos,tribunales y policías en Argentina y Brasil. Estudios <strong>de</strong>antropología jurídica, editado por S. Tiscornia y M. V.Pita, pp. 167-183. Editorial Antropofagia, Buenos Aires.Melossi, D.1996 I<strong>de</strong>ología y Derecho Penal. Garantismo jurídicoy criminología crítica: nuevas i<strong>de</strong>ologías <strong>de</strong> lasubordinación. Nueva Doctrina Penal 001 (A): 75-86.Moreira, M.2001 Antropología <strong>de</strong>l control social. Antropofagia,Buenos Aires.Sarrabayrouse Oliveira, M. J.1998 Po<strong>de</strong>r Judicial: Transición <strong>de</strong>l escriturismo a laoralidad. Tesis <strong>de</strong> Licenciatura inédita, Facultad <strong>de</strong>Filosofía y Letras, Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires, BuenosAires.2004 La justicia penal y los universos coexistentes.Reglas universales y relaciones personales. EnBurocracias y violencia. Estudios <strong>de</strong> AntropologíaJurídica, editado por S. Tiscornia, pp. 203-238.Antropofagia, Buenos Aires.Turner, V.1980 La selva <strong>de</strong> los símbolos. Siglo XXI, España.Villalta, C.1999 Justicia y <strong>menores</strong>. Taxonomías, metáforas yprácticas. Tesis <strong>de</strong> Licenciatura inédita, Facultad <strong>de</strong>Filosofía y Letras, Universidad <strong>de</strong> Buenos Aires. BuenosAires.2004 Una filantrópica posición social: los jueces enla justicia <strong>de</strong> <strong>menores</strong>. En Burocracias y Violencia.Estudios <strong>de</strong> Antropología Jurídica, editado por S.Tiscornia, pp. 281-326. Antropofagia, Buenos Aires.NOTAS1.- Este tratamiento no necesariamente se realiza estandoel joven privado <strong>de</strong> su libertad, sino que pue<strong>de</strong> constar <strong>de</strong>algunas pautas <strong>de</strong> conducta que el juez le imponga al adolescente,tratamiento psicológico, ingreso a algún programapara jóvenes, etc. La <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> las medidas tutelaresqueda a criterio <strong>de</strong>l juez.2.- El Tribunal está compuesto por tres jueces. Uno <strong>de</strong> ellosejerce la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l juicio (este lugar irá rotando en lasdiferentes causas) y es el encargado <strong>de</strong> conducir el “<strong>de</strong>bate”.Al finalizar el juicio, si se trata <strong>de</strong> la primera sentencia,el tribunal <strong>de</strong>be tener un veredicto en el que establece sila persona imputada es <strong>de</strong>clarada penalmente responsableo no. Si se trata <strong>de</strong> la segunda sentencia, el tribunal es elencargado <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar si correspon<strong>de</strong> o no aplicar pena yel monto <strong>de</strong> la misma.3.- <strong>Los</strong> imputados son las <strong>personas</strong> acusadas <strong>de</strong> la comisión<strong>de</strong> un <strong>de</strong>lito.4.- <strong>Los</strong> testigos son las <strong>personas</strong> que son citadas para prestarsu testimonio por haber presenciado el hecho en cuestión.Si no se presentan en la primera citación pue<strong>de</strong>n ser buscadosy traídos ante el tribunal por la fuerza pública. Tambiénpue<strong>de</strong>n ser testigos <strong>de</strong> concepto y, en ese caso, son citadosa fin <strong>de</strong> que <strong>de</strong>n fe <strong>de</strong> las condiciones m<strong>orales</strong> y sociales <strong>de</strong>limputado. <strong>Los</strong> testigos ingresan y egresan <strong>de</strong> la sala en formaindividual y por turnos. Sólo un testigo por vez permaneceráen la sala. Deben aguardar en el pasillo hasta ser convocadospor el secretario. Sus testimonios tendrán una duraciónvariable, <strong>de</strong> acuerdo a lo requerido por el tribunal.5.- El Fiscal es el representante <strong>de</strong>l Estado en la acusación<strong>de</strong> un individuo. Es el encargado <strong>de</strong> llevar a cabo la acciónpenal.6.- El Defensor público es quien hace la <strong>de</strong>fensa técnica<strong>de</strong>l imputado. Pue<strong>de</strong> ser particular u oficial. En el caso <strong>de</strong>que una persona no tenga medios para pagar un <strong>de</strong>fensorparticular el Estado provee un <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> oficio para quese haga cargo <strong>de</strong> su <strong>de</strong>fensa.7.- El Asesor <strong>de</strong> Menores es un actor específico <strong>de</strong> los <strong>juicios</strong>a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong>. Como indica el Artículo413 <strong>de</strong>l Código Procesal Penal <strong>de</strong> la Nación, <strong>de</strong>be asistir al<strong>de</strong>bate bajo pena <strong>de</strong> nulidad. Su función es asesorar a losjueces, así como cuidar los intereses <strong>de</strong>l adolescente y <strong>de</strong>la soci<strong>edad</strong>.8.- <strong>Los</strong> <strong>juicios</strong> a <strong>personas</strong> <strong>menores</strong> <strong>de</strong> <strong>edad</strong> no son públicos,con lo cual, las únicas <strong>personas</strong> que pue<strong>de</strong>n presenciarlo yoficiar simplemente como público, son los padres, el tutoro guardador <strong>de</strong>l imputado y las <strong>personas</strong> que tengan interéslegítimo en presenciarlo. (Artículo 413 inc. 1 <strong>de</strong>l CódigoProcesal Penal <strong>de</strong> la Nación).9.- El Secretario se encuentra ubicado en un pequeño escritorio,localizado al lado <strong>de</strong>l Tribunal y en un nivel másbajo. Durante el transcurso <strong>de</strong>l juicio oral es el encargado <strong>de</strong>anunciar la entrada <strong>de</strong>l Tribunal (cuando todos los presentes<strong>de</strong>bemos ponernos <strong>de</strong> pie), exponer las pruebas al acusadoo a los testigos (por ejemplo cuando tienen que reconoceruna foto o la propia firma, el secretario se levanta y acercael material hasta la silla <strong>de</strong> la persona que está <strong>de</strong>clarando).Se ocupa también <strong>de</strong> registrar, en forma escrita, la informaciónsurgida en el <strong>de</strong>bate que, tanto los jueces como laspartes (<strong>de</strong>fensa, fiscalía, asesor <strong>de</strong> <strong>menores</strong>, querella) pidanque sea incorporada, aquella en que solicitan “que consteen actas” y, a su vez, se encarga <strong>de</strong> leer ciertos fragmentos<strong>de</strong>l expediente, por ejemplo, los dichos <strong>de</strong> los testigos enla epata instructoria – en caso <strong>de</strong> que así lo soliciten- o lostestimonios <strong>de</strong> <strong>personas</strong> que no fueron citadas para el <strong>de</strong>bateoral y se soliciten “incorporar por lectura”.10.- Exposición <strong>de</strong> los hechos (qué sucedió) y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho(figuras jurídicas en las que se enmarca lo sucedido) quesirven como fundamento para solicitar la <strong>de</strong>claración –o no<strong>de</strong>responsabilidad <strong>de</strong>l joven imputado. En las audiencias, elfiscal y la <strong>de</strong>fensa exponen su valoración <strong>de</strong> la prueba produ-


184| F. Graziano y K. Jorolinsky - Intersecciones en Antropología 11 (2010) 173-184cida e incorporada por lectura, <strong>de</strong> forma consecutiva. En estemismo or<strong>de</strong>n, interrogan a los testigos y al acusado.11.- Recor<strong>de</strong>mos que en estas sentencias, ya <strong>de</strong>clarada laresponsabilidad penal <strong>de</strong>l joven, y siendo éste mayor <strong>de</strong> 18años, el tribunal evalúa el comportamiento <strong>de</strong>l adolescentedurante el tratamiento tutelar. A partir <strong>de</strong> esta evaluación,“…si las modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l hecho, los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l menor,el resultado <strong>de</strong>l tratamiento tutelar y la impresión directa recogidapor el juez hicieren necesario aplicarle una sanción,así lo resolverá, pudiendo reducirla en la forma prevista parala tentativa. Contrariamente, si fuese innecesario aplicarlesanción, lo absolverá…” (Art 4º Ley 22.278/80 Régimen Penal<strong>de</strong> la Minoridad).12.- En esta instancia, los jueces evalúan “cómo ha respondido”el joven durante un período <strong>de</strong> al menos un año, alas medidas propuestas durante el <strong>de</strong>nominado tratamientotutelar. Cabe <strong>de</strong>stacar que durante dicho tratamiento, el jovenpue<strong>de</strong> permanecer institucionalizado, es <strong>de</strong>cir, internado enuna institución <strong>de</strong> la que no se le permite salir por voluntadpropia, o en libertad. Si se realiza un abordaje alternativoa la institucionalización, la forma concreta que tomaría laoferta <strong>de</strong> “medidas alternativas”, podría incluir: acompaña-miento psicológico, talleres <strong>de</strong> oficios, pasantías lab<strong>orales</strong>,reinserción educativa, talleres culturales, talleres <strong>de</strong>portivos,revinculación familiar. Estas medidas, pue<strong>de</strong>n llevarse a caboen el marco <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> libertad asistida, o durante unarresto domiciliario, o bien como acciones impuestas por eljuez al joven como reglas <strong>de</strong> conducta, o bien una reparación<strong>de</strong>l daño.13.- Cabe aclarar que, en el año 1992, el Congreso <strong>de</strong> laNación aprueba la implementación <strong>de</strong> un nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>enjuiciamiento para la justicia penal nacional. Como producto<strong>de</strong> esta modificación en el procedimiento judicial, secrean los tribunales <strong>orales</strong>. A partir <strong>de</strong> la reforma al Código<strong>de</strong> Procedimientos en Materia Penal, los <strong>juicios</strong> se celebraránen audiencias <strong>orales</strong> y públicas reemplazando al procedimientoescrito vigente hasta ese momento. (SarrabayrouseOliveira 1998).14.- Cabe aclarar que Silvia Guemureman (2008) en su investigación,da cuenta <strong>de</strong> la valoración positiva que los juecesrealizan <strong>de</strong> las audiencias <strong>orales</strong>. “[…] en esa reconstrucción<strong>de</strong> lo sucedido que se hace durante la audiencia, pue<strong>de</strong>npasar muchas cosas distintas y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> éstas, muchas noprevisibles” (Guemureman 2008).

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