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Julio Carreras Cartas a la Humanidad - Quipu

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<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong><br />

<strong>Cartas</strong> a <strong>la</strong> <strong>Humanidad</strong><br />

<strong>Quipu</strong> Editorial


<strong>Quipu</strong> Editorial<br />

http://www.quipueditorial.com.ar<br />

2002-2002<br />

Edición final: Septiembre de 2009.<br />

- 2 -


INTRODUCCIÓN<br />

<strong>Cartas</strong> a <strong>la</strong> <strong>Humanidad</strong> se inició como un intento de<br />

reflexionar en conjunto sobre algunos temas que nos<br />

preocupan desde hace siglos y aún no encontraron<br />

solución. Podrían resumirse en una so<strong>la</strong> pregunta: ¿por<br />

qué los humanos, teniendo a mano los recursos<br />

necesarios para nuestra felicidad, somos, en cambio,<br />

generalmente infelices?<br />

Con <strong>la</strong> idea de promover esta búsqueda tomé un<br />

puñado de direcciones de correo electrónico para<br />

enviarles <strong>la</strong> primera Carta. Algunas pertenecían a<br />

personas que conozco personalmente -Como Raúl<br />

Dargoltz, abogado y dramaturgo, Alberto Tasso, poeta y<br />

sociólogo, mi hermano Gustavo, sacerdote católico y<br />

- 3 -


docente universitario, Gabriele-Aldo Bertozzi, director<br />

del Instituto de Artes Comparadas de <strong>la</strong> Universidad de<br />

Pescara, Italia, Alwin Nagy, inteligente sacerdote<br />

alemán con perfecto dominio del idioma castel<strong>la</strong>no, o<br />

Pedro Margolles, director de <strong>la</strong> agencia periodística<br />

Prensa Latina, de Cuba-. El resto -<strong>la</strong> mayoría- tomadas<br />

de mensajes recibidos o de sus adjuntos, siempre<br />

re<strong>la</strong>cionados con <strong>la</strong> actividad cultural.<br />

La propuesta no fue enunciada, salvo <strong>la</strong> pregunta:<br />

¿por qué los humanos, teniendo a mano los recursos<br />

necesarios para nuestra felicidad, somos, en cambio,<br />

generalmente infelices? Entusiasmado por los primeros<br />

textos, el ingeniero Roberto Gayraud sugirió editar con<br />

forma de libro, posteriormente, los resultados finales.<br />

Sin embargo, durante el tiempo que duró esa<br />

intención, prácticamente sólo el autor de <strong>la</strong> iniciativa<br />

envió sus trabajos más o menos sistemáticamente.<br />

Los otros aportes recibidos, y alguna comunicación<br />

eventual, se reproducen en el contexto del libro, como se<br />

verá. Se han respetado <strong>la</strong>s formas y términos utilizados<br />

por sus autores. No se reproducen, en cambio, <strong>la</strong>s<br />

comunicaciones particu<strong>la</strong>res, o algunos archivos que se<br />

perdieron, por venir adjuntos.<br />

Más tarde el autor, requerido por numerosas tareas,<br />

decidió dar por terminados sus artículos periódicos.<br />

Éstos alcanzaron el número de 14. Incluimos también,<br />

textualmente, los principales fragmentos de <strong>la</strong><br />

Introducción.<br />

- 4 -


Los presupuestos básicos de reflexión debían<br />

sustentarse sobre los siguientes esbozos:<br />

1. Desde los orígenes hasta fines del siglo XVIII -unos<br />

50.000 años- <strong>la</strong> humanidad aceptó a <strong>la</strong>s armas como<br />

paradigma excluyente del Derecho. El crimen, por lo<br />

tanto, ha sido <strong>la</strong> fuente última de legitimidad para los<br />

gobernantes; el saqueo un método legal de recaudación<br />

impositiva.<br />

2. Desde principios del siglo XIX hasta mediados del<br />

XX -unos 150 años- se desarrolló una evolución<br />

extraordinaria. Durante ese periodo <strong>la</strong> humanidad<br />

avanzó, en lo referido a sus re<strong>la</strong>ciones sociales, mucho<br />

más que en toda su historia anterior. Estos avances<br />

tuvieron como eje a los países de Europa -aunque, de<br />

modo semejante a lo sucedido con los griegos- el derecho<br />

de los demás habitantes del mundo no llegó a<br />

emparejarse al de sus impulsores durante este<br />

desarrollo.<br />

3. Hacia finales del siglo XX el proceso se bifurcó,<br />

dividiéndose en dos aspectos:<br />

a) Una acelerada regresión en <strong>la</strong>s praxis sociales y<br />

políticas impulsadas desde los beneficiarios de esta<br />

inmensa acumu<strong>la</strong>ción de poder: los Estados Unidos,<br />

Europa, una parte de Asia.<br />

b) La continuidad del desarrollo con sostenida<br />

regu<strong>la</strong>ridad exclusivamente en los ámbitos de <strong>la</strong> ciencia<br />

y tecnología.<br />

- 5 -


La idea de dirigirse a <strong>la</strong> <strong>Humanidad</strong> por medio de<br />

epísto<strong>la</strong>s no es nueva. Sus antecedentes ya muy bien<br />

definidos podríamos hal<strong>la</strong>rlos en filósofos antiguos como<br />

Filón, o en <strong>la</strong>s extremadamente famosas del capitán<br />

Saulo. Por mi parte me sentí inducido a empezar <strong>la</strong>s<br />

presentes mientras conocía <strong>la</strong> extraordinaria actividad<br />

literaria de los escritores italianos del siglo XII y<br />

durante todo el Renacimiento. Más cerca conocimos <strong>la</strong>s<br />

<strong>Cartas</strong> Filosóficas de Voltaire o a los Poderes de<br />

Antonin Artaud, entre otras importantes. Aunque el<br />

presente empeño no sería posible sin Internet, tal vez su<br />

única originalidad tendríamos que buscar<strong>la</strong> en su<br />

intención. Pues mientras Voltaire o Antonin Artaud<br />

emitían aquellos trabajos como expresión argumentativa<br />

de su ideología, nuestros escritos pretenden constituir<br />

sólo un hilo general, capaz de suscitar en los lectores<br />

diferentes aportes, incluyendo disidencias o<br />

correcciones. Es decir, crear, a partir de aquí, un libro<br />

colectivo.<br />

No es este un mero juego intelectual por Internet. La<br />

extraordinaria capacidad destructiva acumu<strong>la</strong>da por<br />

quienes detentan el poder mundial es tan abrumadora,<br />

que ha convertido al Apocalipsis en amenaza cotidiana.<br />

Además de esta referencia extrema, es para todos<br />

evidente que <strong>la</strong> destrucción de <strong>la</strong> naturaleza ha<br />

adquirido un ritmo sistemático en <strong>la</strong> etapa actual;<br />

pueden percibirse sin necesidad de instrumentos sus<br />

consecuencias, no sólo amenazantes respecto de <strong>la</strong><br />

continuidad de <strong>la</strong> vida sobre el p<strong>la</strong>neta, sino<br />

- 6 -


perjudiciales -o por lo menos extremadamente<br />

traumáticas- para nuestra existencia presente. A ello<br />

debe agregarse -en parte como otra de sus consecuencias<br />

visibles- el deterioro de <strong>la</strong> cultura social, precipitada en<br />

un pendoleo entre <strong>la</strong> desesperanza más oscura y <strong>la</strong><br />

euforia inducida externamente, cuestión que parece<br />

llevar a inmensos sectores de <strong>la</strong> humanidad hacia el<br />

desbarrancamiento por existencias sin sentido. Sólo<br />

estos factores entre otros múltiples, autorizan al menos -<br />

si no obligan- a conciencias comprometidas por el amor,<br />

a continuar indagando, con el propósito de hal<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s<br />

raíces de estas inmensas desviaciones en <strong>la</strong> conducta<br />

humana y sus posibles modos de corrección.<br />

Haré una breve advertencia: no quiero limitarme, al<br />

reflexionar, a fuentes históricamente consagradas por el<br />

pensamiento académico o institucional. Sería<br />

inadecuado, por ejemplo, en un periodo tan alto de <strong>la</strong><br />

ciencia, intentar prescindir de <strong>la</strong>s religiones. Pero<br />

también sería inadecuado dejar fuera al pensamiento<br />

denominado “esotérico”, tan decisivo en muchas<br />

circunstancias cruciales de <strong>la</strong> evolución humana.<br />

Asimismo, es imposible pensar hoy, en el p<strong>la</strong>no de <strong>la</strong><br />

economía, <strong>la</strong>s ciencias sociales o <strong>la</strong> política sin echar<br />

mano al inmenso aporte efectuado por Marx y Engels,<br />

con <strong>la</strong> pléyade surgida inmediatamente después de su<br />

irrupción en <strong>la</strong> historia. O sustentarnos únicamente en<br />

autores del pensamiento occidental... Intentamos<br />

emprender estas tareas sin prejuicios -o conteniéndolos<br />

lo posible, en todo caso, si emergen en algún tramo-,<br />

- 7 -


ejerciendo y solicitando tolerancia, esforzándonos al<br />

máximo para obtener información que no haya sido antes<br />

explorada.<br />

Nota para <strong>la</strong> edición actual: Las <strong>Cartas</strong> y los párrafos de <strong>la</strong><br />

Introducción editados se han incluido respetando <strong>la</strong> redacción<br />

original. Debido a ello, se encontrarán referencias<br />

re<strong>la</strong>cionadas con el año en que fueron escritos:2003. Sólo por<br />

un criterio de coherencia conceptual, se ha reorganizado,<br />

levemente, su ordenamiento cronológico. También se<br />

incluyen, más o menos en el orden como fueron llegando,<br />

algunas respuestas a temas p<strong>la</strong>nteados por participantes del<br />

grupo de intercambio “<strong>Cartas</strong>”, de Yahoo.<br />

- 8 -


CARTA Nº 1<br />

Autonomía, Santiago del Estero, martes 17 de junio de 2003 *<br />

(Cumpleaños Nº 69 de Elizabeth Revainera, mi mamá.)<br />

En Beltrán, a 25 kilómetros de Santiago, hay una<br />

comunidad donde se practica <strong>la</strong> justicia. Se l<strong>la</strong>ma<br />

Colonia Jaime. Sus miembros construyen entre todos <strong>la</strong>s<br />

casas para los matrimonios jóvenes, ayudan en <strong>la</strong>s<br />

ampliaciones a medida que <strong>la</strong> familia va creciendo.<br />

Todos trabajan, divididos en equipos que van rotando<br />

para cumplir un cronograma consensuado. Cultivan <strong>la</strong><br />

tierra, hacen tareas de granja u otras que se consideren<br />

importantes para <strong>la</strong> subsistencia. Todo es propiedad<br />

comunal: el producto de <strong>la</strong> inmensa extensión que poseen<br />

se reparte de acuerdo a un criterio racional. Si una<br />

familia tiene cinco miembros, recibirá mucho más que<br />

una pareja de recién casados. Se los percibe bien<br />

alimentados y prósperos, desde fuera, aunque no parecen<br />

otorgar importancia central a <strong>la</strong>s cuestiones físicas.<br />

Practican el espiritismo.<br />

Veamos ahora un ejemplo contrario: el de Rajab,<br />

prostituta que entregó su ciudad al crimen. Ocurrió hace<br />

unos 3.230 años. Gobernaba el principal imperio un<br />

faraón, Mernepta. Los israelitas habían huido de su yugo;<br />

buscaban tierra en Palestina. En ese afán, enviaron dos<br />

espías a una de sus ciudades más antiguas, Jericó.<br />

- 9 -


Alguien los detectó; corrió a prevenir al rey. Este envió<br />

rápidamente su policía para averiguar. Pero <strong>la</strong> prostituta<br />

escondió a los invasores, y envió a los custodios de su<br />

rey por un camino errado. No lo hizo por generosidad:<br />

“... nos ha caído encima una o<strong>la</strong> de terror [...] toda <strong>la</strong><br />

gente de aquí tiemb<strong>la</strong> ante vosotros [...] hemos oído (que<br />

exterminasteis a) los dos reyes amorreos” -dijo-. “Ahora<br />

juradme [...] que como he sido leal, vosotros lo seréis<br />

con mi familia, y dadme una señal segura de que dejaréis<br />

con vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y<br />

hermanas y a todos los suyos y que nos libraréis de <strong>la</strong><br />

matanza.”<br />

Luego de recibir tales seguridades, <strong>la</strong> prostituta<br />

descolgó a los espías desde su ventana sobre <strong>la</strong> parte<br />

exterior de <strong>la</strong> mural<strong>la</strong>, salvándolos.<br />

Algunos días después el eficaz ejército israelí atacó<br />

con éxito fulminante <strong>la</strong> ciudad. “Consagraron al<br />

exterminio todo lo que había dentro: hombres y mujeres,<br />

muchachos y ancianos, vacas, ovejas y burros, todo lo<br />

pasaron a cuchillo.” Únicamente perdonaron “...<strong>la</strong> vida a<br />

Rajab, <strong>la</strong> prostituta, a su familia y a todo lo suyo [...] por<br />

haber escondido a los emisarios que envió Josué a<br />

explorar Jericó.” (1)<br />

El modo de actuar de Rajab parece más característico<br />

de <strong>la</strong> condición humana que el de los integrantes de <strong>la</strong><br />

Colonia Jaime. No se encuentran fácilmente ejemplos<br />

parecidos al de estos espir itistas. Por el contrario,<br />

cotidianamente padecemos variantes de <strong>la</strong> conducta de<br />

Rajab, a nuestro alrededor y al parecer en todas <strong>la</strong>s<br />

- 10 -


pob<strong>la</strong>ciones del mundo, de acuerdo a <strong>la</strong> información que<br />

se recibe. Ello nos autoriza posiblemente a ensayar <strong>la</strong><br />

especu<strong>la</strong>ción que sigue. Para mayor comodidad de los<br />

lectores, <strong>la</strong> he dividido en parágrafos, con sus<br />

correspondientes subtítulos:<br />

El motor de <strong>la</strong> humanidad<br />

Egoísmo l<strong>la</strong>mamos al complejo de componentes<br />

psíquicos que impulsa casi todas <strong>la</strong>s acciones humanas.<br />

De complexión andrógina, su primogenitura<br />

inmediatamente se constituye en dos cualidades externas.<br />

Las denominaremos Astucia y Violencia.<br />

No es difícil imaginar de qué modo se estableció el<br />

primer orden humano.<br />

Una criatura masculina y otra femenina comparten<br />

cierta cueva entre los cerros menos expuestos a los<br />

mortíferos g<strong>la</strong>ciares. Son sus características,<br />

posiblemente: fortaleza e instinto combativo en el<br />

hombre, fecundidad, dulzura, en <strong>la</strong> mujer. Se han<br />

buscado -impulsados por el egoísmo- intentando obtener<br />

lo que constituyen sus carencias y el otro posee. Ambos<br />

tenían miedo, en soledad; conviviendo aumentan su<br />

eficiencia, se protegen de los peligros, complementan sus<br />

habilidades naturales, forman cierto instrumental técnico<br />

e ideológico rudimentario.<br />

Como resultado de sus cópu<strong>la</strong>s, pronto obtienen<br />

descendencia, compuesta por varios individuos pequeños<br />

de los dos sexos. Para entonces seguramente el hombre,<br />

- 11 -


utilizando su mayor fuerza, ha obligado a <strong>la</strong> mujer a<br />

servirlo.<br />

Pronto someterá también a todos sus hijos bajo una<br />

reg<strong>la</strong> inflexible: su beneficio.<br />

Ha nacido el primer Estado. He aquí un rey, su<br />

consorte, y los primeros siervos, en ese orden. El primer<br />

hombre, impulsado por el egoísmo, valiéndose de su<br />

mayor fuerza física, ha impuesto una forma de<br />

organización a <strong>la</strong> mujer con sus niños. Todo adquiere<br />

sentido en <strong>la</strong> medida que sirva a satisfacer los deseos de<br />

quien es capaz de provocar dolor, <strong>la</strong>stimar e incluso<br />

matar a los que se opongan al orden, establecido por él.<br />

El orden de <strong>la</strong> brutalidad<br />

Al madurar los niños y multiplicarse el grupo original,<br />

<strong>la</strong> organización va adquiriendo características más<br />

complejas. Entre los hombres, quienes se sienten capaces<br />

de ejercer exitosamente <strong>la</strong> violencia, van rec<strong>la</strong>mando<br />

mayores beneficios. Por su parte, el rey comprende,<br />

luego de duras contiendas, que le resulta conveniente<br />

establecer acuerdos con los más poderosos de entre sus<br />

descendientes. Nace así <strong>la</strong> primera c<strong>la</strong>se privilegiada.<br />

Está compuesta por los más crueles, los capaces de<br />

asesinar sin remordimientos, de robar sus bienes a los<br />

más débiles sin <strong>la</strong> menor conmiseración. En esta pandil<strong>la</strong><br />

se concentra igualmente el mayor porcentaje de astucia.<br />

Algunos de sus miembros, inferiores en capacidad de<br />

violencia a los otros, han descubierto en cambio el valor<br />

- 12 -


de <strong>la</strong> inteligencia, como arma adicional, en lo que se ha<br />

constituido ya en propósito medu<strong>la</strong>r del embrionario<br />

Estado: imponer obediencia y sujeción a los más débiles<br />

(pero que cuentan con el poder, nada despreciable, de su<br />

cada vez mayor número).<br />

Estos, a su vez, se han ido convirtiendo,<br />

funcionalmente con sus obligaciones, en los más<br />

productivos. La especialización de los dominadores en el<br />

uso de <strong>la</strong> fuerza, para lo cual han desarrol<strong>la</strong>do armas,<br />

delega pau<strong>la</strong>tinamente en los débiles <strong>la</strong> carga de <strong>la</strong>s<br />

actividades más útiles para toda <strong>la</strong> incipiente sociedad:<br />

agricultura, construcción de viviendas, confección de<br />

abrigos, limpieza, alimentación del conjunto, cuidado de<br />

los niños.<br />

Primera estratificación social<br />

Se establece, pues <strong>la</strong> primera división social:<br />

cohesionados por su capacidad de hacer daño, los<br />

beneficiar ios del robo y el crimen se constituyen en c<strong>la</strong>se<br />

dominante. Por su parte, los perdedores en los primeros<br />

combates, se ven obligados a asumir <strong>la</strong>s tareas más<br />

productivas en su condición de dominados.<br />

Ambas c<strong>la</strong>ses continúan movidas por el complejo<br />

psíquico original, denominado egoísmo. Ambas están<br />

compuestas por hombres y mujeres dispuestos a someter<br />

al prójimo para satisfacer sus ansias. La diferencia en <strong>la</strong><br />

ubicación obtenida, dentro del orden progresivo, se<br />

re<strong>la</strong>ciona directamente con su capacidad de astucia o de<br />

- 13 -


violencia. A mayor peligrosidad del individuo, a mayor<br />

crueldad o indiferencia hacia el sufrimiento ajeno,<br />

mayores posibilidades tiene de convertirse en gobernante<br />

de <strong>la</strong> congregación primitiva.<br />

Las mujeres comparten y estimu<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s motivaciones<br />

de sus maridos; también, por cierto, los beneficios<br />

obtenidos. Cuantos más brutales sean los asesinatos<br />

perpetrados por estos primeros gobernantes, mayor será<br />

<strong>la</strong> obediencia que obtengan de una pob<strong>la</strong>ción<br />

aterrorizada. Los tiempos primit ivos de <strong>la</strong> humanidad<br />

deben de haber sido extremadamente crueles. Con<br />

seguridad cada día debía haber hombres confrontándose<br />

de un modo bárbaro, hasta morir a veces, para conquistar<br />

pequeñas privilegios o afirmar los obtenidos en<br />

anteriores combates. Deducimos esto pues ya muy<br />

avanzado el desarrollo institucional, en tiempos de los<br />

Asirios -unos 1.800 años antes de Cristo-, <strong>la</strong> espantosa<br />

crueldad con que estos imponían su yugo a los pueblos<br />

sojuzgados, indica un altísimo grado de violencia en <strong>la</strong>s<br />

re<strong>la</strong>ciones humanas consideradas normales. Téngase en<br />

cuenta que han transcurrido, al menos, unos 50.000 años<br />

desde <strong>la</strong> aparición sobre <strong>la</strong> tierra del homo sapiens<br />

(especie considerada propiamente humana).<br />

Volvamos a <strong>la</strong>s sociedades originales. Se establecen<br />

pues, <strong>la</strong>s primeras dos grandes c<strong>la</strong>ses, <strong>la</strong>s de los<br />

dominadores y los dominados, sin términos estrictos aún,<br />

dada <strong>la</strong> extraordinaria movilidad conservada sin duda<br />

durante esa etapa, en donde todo estaba por hacerse. A<br />

partir de entonces <strong>la</strong>s sociedades tomaron como<br />

- 14 -


eferencia básica para sus instituciones legales <strong>la</strong> norma<br />

capital del egoísmo, dolorosamente impuesta por los<br />

criminales y sus cómplices desde los principios.<br />

Primeras legis<strong>la</strong>ciones<br />

Los astutos, que fueron rodeando a los violentos para<br />

ser incluidos entre los privilegiados, fueron concibiendo<br />

reflexiones, destinadas a consolidar o perfeccionar el<br />

control de su pandil<strong>la</strong> sobre <strong>la</strong> creciente sociedad<br />

primaria. Las disputas cotidianas por <strong>la</strong>s cuales veían<br />

amenazado el poder dominante cada día, deben de<br />

haberles sugerido <strong>la</strong> necesidad de normas, con el<br />

propósito de regu<strong>la</strong>r lo que percibían como peligroso<br />

desorden. Así, surgieron <strong>la</strong>s primeras leyes. Castigo para<br />

quien desobedezca <strong>la</strong>s órdenes del rey y sus sirvientes,<br />

castigo para quien no proveyera <strong>la</strong> cantidad de bienes<br />

estipu<strong>la</strong>da como tributo, castigo para quien se negara<br />

entregar sus hijas a <strong>la</strong> lujuria de los bandidos... etcétera.<br />

Pocas y brutales, <strong>la</strong>s primeras leyes deben de haber<br />

conformado un cuerpo de conceptos memorizados y<br />

transmitidos por ciertos personajes selectos del grupo<br />

más cercano al poder. (2)<br />

Acompañando a los violentos armados -embriones de<br />

brigadas militares, ya- estos “jueces” seguramente<br />

comenzaron a recorrer el territorio sometido, para<br />

garantizar que cada actividad social concurra al objetivo<br />

de beneficiar a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se dominante.<br />

- 15 -


Por su parte los débiles, en algún momento de <strong>la</strong><br />

evolución humana, aprendieron que uniéndose en gran<br />

número podrían resistir con éxito -e incluso derrotar- a<br />

<strong>la</strong>s brigadas de bandoleros que los explotaban. Estas<br />

primeras insurrecciones popu<strong>la</strong>res, en algunos casos<br />

triunfantes, indicaron a los astutos en el poder <strong>la</strong><br />

necesidad de componer normas de mayor complejidad y<br />

sutileza, capaces de prevenir revueltas colectivas. Con<br />

ese fin, debieron otorgar concesiones a los dominados,<br />

para evitar <strong>la</strong> transformación de sus innumerables<br />

penurias en peligrosas rebeldías.<br />

Fue así que se echó mano al recurso de establecer<br />

leyes supuestamente protectoras de los más débiles, como<br />

herramientas necesarias para contener su insatisfacción,<br />

perpetua, dentro de límites manejables.<br />

Advenimiento de <strong>la</strong> religión<br />

Los menos fuertes de entre los poderosos se vieron<br />

animados a buscar nuevos elementos conceptuales que les<br />

permit ieran contribuir al orden, establecido por <strong>la</strong><br />

violencia, y obtener mayor participación en sus<br />

beneficios. La noción de Dios fue un hal<strong>la</strong>zgo<br />

sobresaliente para estos rezagados, debido a que no sólo<br />

sirvió perfectamente a sus fines, sino pudo proveerles un<br />

instrumento capaz de permitirles llegar a <strong>la</strong> disputa del<br />

control mismo. Un primer concepto central debe haber<br />

sido el de “poder otorgado al rey, desde los ámbitos<br />

divinos”.<br />

- 16 -


Esto permitiría un avance formidable en <strong>la</strong> dominación<br />

del pueblo. No sólo se amenazaba con dolores físicos a<br />

quienes desobedecieran <strong>la</strong>s jerarquías establecidas: desde<br />

los p<strong>la</strong>nos superiores, donde se contro<strong>la</strong>ban <strong>la</strong>s<br />

tempestades, el movimiento de <strong>la</strong>s estaciones y el trueno,<br />

venía ahora el mandato ostentado por el rey con sus<br />

co<strong>la</strong>boradores. Bajo este presupuesto, cuestionarlo<br />

aparejaba el riesgo de ser fulminado por una centel<strong>la</strong> en<br />

medio del campo.<br />

Deben de haberse establecido todo tipo de mecanismos<br />

ingeniosos para simu<strong>la</strong>r fulminaciones ejemp<strong>la</strong>res.<br />

Posiblemente, artilugios como el Arca de <strong>la</strong> Alianza<br />

hebrea, de cuya construcción se infiere que constituía<br />

una especie de dínamo, capaz de provocar choques de<br />

electricidad a quien <strong>la</strong> tocara, fueron ideados también<br />

con este fin. (3)<br />

La Trinidad del poder<br />

De esta manera quedaron pues establecidas<br />

definitivamente <strong>la</strong>s tres poderosas columnas sobre <strong>la</strong>s<br />

que se sostuvo el poder hasta el presente: <strong>la</strong> vio lencia,<br />

<strong>la</strong>s leyes y <strong>la</strong> religión.<br />

Ya en tiempos de Sargon I -unos 2500 años antes de<br />

Cristo- los ejércitos habían alcanzado un<br />

perfeccionamiento destructivo temible. Todo tipo de<br />

herramientas bélicas sumamente mortíferas habían sido<br />

creadas, los militares constituían ya una corporación<br />

específica, y cada guerra implicaba movilizar millones de<br />

- 17 -


hombres armados, disponiendo además de numerosas<br />

máquinas, el uso de animales, elementos químicos,<br />

etcétera. La Táctica Militar se había convertido en una<br />

ciencia, y <strong>la</strong> casta se había estratificado orgánicamente,<br />

dividiéndose en oficiales, suboficiales y soldados. (4)<br />

Con el desarrollo de <strong>la</strong>s civilizaciones, lo que fuese<br />

originalmente un rudimentario esbozo de orden político<br />

se transformó en complejísimas formas de gobierno.<br />

Durante los gobiernos faraónicos, en Egipto, los reinos<br />

babilónicos, o el imperio chino, <strong>la</strong>s leyes alcanzaron un<br />

grado de sutileza extraordinaria, constituyendo miles de<br />

cláusu<strong>la</strong>s contenidas en extensos volúmenes, cuyo<br />

manejo dio lugar al sustento de una creciente sub-c<strong>la</strong>se,<br />

administrativa.<br />

Por su parte, los sacerdotes constituyeron sólidamente<br />

una tercera sub-c<strong>la</strong>se dominante, junto a los militares y<br />

los legis<strong>la</strong>dores. Gigantescos templos fueron edificados,<br />

para usufructo sectorial, y testimonio concreto de su<br />

poder. (5)<br />

Hemos comenzado con esto el desarrollo sistemático<br />

de nuestras reflexiones acerca de <strong>la</strong>s razones posibles de<br />

<strong>la</strong> felicidad o infelicidad en el mundo.<br />

Lo hicimos desde el punto de vista puramente<br />

“objetivo”, esto es, partiendo de datos razonablemente<br />

comprobables. Existen numerosas e interesantísimas<br />

teorías (o “constataciones”, según sus expositores)<br />

provenientes de <strong>la</strong>s religiones, corrientes esotéricas, o<br />

investigaciones parale<strong>la</strong>s a <strong>la</strong> ciencia. De momento<br />

- 18 -


preferimos dejar<strong>la</strong>s para <strong>la</strong> próxima entrega, que<br />

esperamos sea muy pronto.<br />

Me queda, ahora, sólo despedirme, con un saludo<br />

fraternal.<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina<br />

* Sal 110. Lc 7, 31-35. 1981: John David Troyer,<br />

misionero menonita de EE.UU., mártir de <strong>la</strong> justicia en<br />

Guatema<strong>la</strong>. (Agenda Latinoamericana 2003. Centro Nueva<br />

Tierra, Carmen de Patagones, Pcia. de Buenos Aires,<br />

Argentina)<br />

(1) Nueva Biblia Españo<strong>la</strong>. Ediciones Cristiandad,<br />

Madrid, 1975. Libro de Josué, capítulo 6.<br />

(2) “El suplicio desempeña, pues, una función jurídicopolítica.<br />

Se trata de un ceremonial que tiene por objeto<br />

reconstituir <strong>la</strong> soberanía por un instante ultrajada: <strong>la</strong> restaura<br />

manifestándo<strong>la</strong> en todo su esplendor. La ejecución pública,<br />

por precipitada y cotidiana que sea, se inserta en toda <strong>la</strong> serie<br />

de los grandes rituales del poder eclipsado y restaurado<br />

(coronación, entrada del rey en una ciudad conquistada,<br />

sumisión de los súbditos sublevados); por encima del crimen<br />

- 19 -


que ha menospreciado al soberano, despliega a los ojos de<br />

todos una fuerza invencible. Su objeto es menos restablecer<br />

un equilibrio que poner en juego, hasta su punto extremo, <strong>la</strong><br />

disimetría entre el súbdito que ha osado vio<strong>la</strong>r <strong>la</strong> ley, y el<br />

soberano omnipotente que ejerce su fuerza. Si <strong>la</strong> reparación<br />

del daño privado, ocasionado por el delito, debe ser bien<br />

proporcionada, si <strong>la</strong> sentencia debe ser equitativa, <strong>la</strong><br />

ejecución de <strong>la</strong> pena no se realiza para dar espectáculo de <strong>la</strong><br />

mesura, sino el del desequilibrio y del exceso; debe existir,<br />

en esa liturgia de <strong>la</strong> pena, una afirmación enfática del poder y<br />

de su superioridad intrínseca. Y esta superioridad no es<br />

simplemente <strong>la</strong> del derecho, sino <strong>la</strong> de <strong>la</strong> fuerza física del<br />

soberano cayendo sobre el cuerpo de su adversario y<br />

dominándolo: al quebrantar <strong>la</strong> ley, el infractor ha atentado<br />

contra <strong>la</strong> persona misma del príncipe; es el<strong>la</strong> -o al menos<br />

aquellos en quienes ha delegado su fuerza- <strong>la</strong> que se apodera<br />

del cuerpo del condenado para mostrarlo marcado, vencido,<br />

roto. La ceremonia punitiva es, pues, en suma,<br />

`aterrorizante´. [...]...una política del terror: hacer sensible a<br />

todos, sobre el cuerpo del criminal, <strong>la</strong> presencia desenfrenada<br />

del soberano. El suplicio no restablecía <strong>la</strong> justicia; reactivaba<br />

el poder.” (Michel Foucault. Vigi<strong>la</strong>r y castigar. Nacimiento<br />

de <strong>la</strong> prisión. Siglo Veintiuno Editores. México, 1976.)<br />

(3) “Algunas referencias [...] apuntan más a que se tratara<br />

de una arma mortífera que una reliquia sagrada. Así [...]<br />

atribuyeron el derrumbamiento de los muros de Jericó a los<br />

extraordinarios poderes del Arca [...]. Posteriormente, cuando<br />

<strong>la</strong> reliquia sagrada cayó en manos de los filisteos, estos<br />

sufrieron una p<strong>la</strong>ga de ratones que produjo entre el pueblo<br />

una epidemia de tumores. Los filisteos devolvieron por fin el<br />

Arca a los israelitas (1 Samuel, 5,6), y fue entonces cuando<br />

los hombres de Bet Semes se <strong>la</strong> quedaron mirando fijamente,<br />

- 20 -


muriendo `por obra de Yavé´, 50.000 de ellos (I Samuel,<br />

6:19). El episodio de los ratones recuerda a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>gas de<br />

Egipto.” (Robert Goodman, “Las armas de Yavé”, artículo<br />

publicado por <strong>la</strong> revista Más Allá de <strong>la</strong> Ciencia, Monográfico<br />

Nº 17, 17 de junio de 1996, Madrid, España.)<br />

(4) “La primera dinastía que realmente dominó el Norte y<br />

el Sur fue fundada alrededor de 1872 por Sargon, sacerdote<br />

de baja extracción de Ishtar, diosa de <strong>la</strong>s batal<strong>la</strong>s. [...]<br />

...eligió Akkad para su capital, probablemente por razones<br />

militares, ya que en ese punto el Tigris y el Eufrates sólo<br />

estaban separados por una distancia de 15 mil<strong>la</strong>s. En el<br />

segundo año de su reinado, conquistó E<strong>la</strong>m, y luego subyugó<br />

el Oeste hasta el Mediterráneo y Chipre. Se hizo frente con<br />

firmeza a frecuentes revueltas; por ejemplo, según cuenta <strong>la</strong><br />

crónica, `convirtió Kasal<strong>la</strong> en polvo y montones de ruinas;<br />

destruyó hasta los nidos de los pájaros´.<br />

“El instrumento básico de guerra en Mesopotamia después<br />

de 3500 a. de J.C. fue el carro. Tirados por cuatro asnos [...]<br />

tienen un alto y vertical panel protector en el frente, lo cual<br />

sugiere que se usaron normalmente para ataques directos y<br />

frontales. La tripu<strong>la</strong>ción constituía de dos hombres: el<br />

conductor y un soldado armado con <strong>la</strong>nza y jabalina. La<br />

función principal del carro mesopotamio consistía en cargar y<br />

sembrar el pánico entre el enemigo, participando <strong>la</strong><br />

tripu<strong>la</strong>ción en <strong>la</strong> batal<strong>la</strong>, primero a media distancia con <strong>la</strong>s<br />

jabalinas, y luego a corta distancia, con <strong>la</strong>s <strong>la</strong>nzas. [...]La<br />

maza siempre fue un arma en uso constante, particu<strong>la</strong>rmente<br />

apreciada por los egipcios; pero, al aparecer los fuertes<br />

cascos, su roma cabeza fue menos efectiva, y el hacha cobró<br />

mayor importancia.” (Mariscal Montgomery, vizconde de<br />

A<strong>la</strong>mein. Historia del Arte de <strong>la</strong> Guerra. Capítulo 3. Págs. 33<br />

- 21 -


y 34. Traducción de Juan García-Puente. Editorial Agui<strong>la</strong>r,<br />

Madrid, España, 1969.)<br />

(5) Fragmentos del capítulo 1 de un libro que, con<br />

parecido propósito al de estas <strong>Cartas</strong>, comencé a escribir el<br />

año pasado.<br />

- 22 -


CARTA Nº 2<br />

Autonomía, Santiago del Estero, 8 de mayo de 2003 (día del<br />

cumpleaños Nº 50 de mi esposa Gloria Gallegos)<br />

Queridas hermanas y hermanos:<br />

El Señor Feudal “podrá acostarse con <strong>la</strong> esposa del<br />

recién casado” dice un artículo de <strong>la</strong> ley Normanda. En<br />

su redacción de 1419, luego de numerosos conflictos<br />

ocurridos por causa de este derecho estatal, se atenúan<br />

anteriores disposiciones agregando <strong>la</strong> posibilidad de<br />

evitarlo “si éste (el recién casado) o sus parientes [...]<br />

entregan el dinero del rescate”. (1)<br />

Tal beneficio para los poderosos no merecería mayores<br />

comentarios. Basta una reflexión accesible al cerebro<br />

menos cultivado para comprender que, desde los orígenes<br />

de <strong>la</strong> organización humana, los criminales, despiadados,<br />

astutos, audaces, fueron estableciendo su dominación<br />

sobre los demás, obligándolos a cumplir hasta sus<br />

exigencias más humil<strong>la</strong>ntes. El detalle singu<strong>la</strong>r es, sin<br />

embargo, que quienes ejercían este derecho brutal, de<br />

copu<strong>la</strong>r con <strong>la</strong> joven esposa antes de su esposo legal -o<br />

copu<strong>la</strong>r, cuando se les antojase, con <strong>la</strong>s hijas de <strong>la</strong>s<br />

numerosas familias que habitaban sus extensos campos-<br />

eran l<strong>la</strong>mados “Príncipes Cristianos”.<br />

- 23 -


La cuestión suscita entonces <strong>la</strong> inquietud por saber en<br />

cuáles preceptos de Jesús, l<strong>la</strong>mado “El Cristo” o “El<br />

Mesías” fundamentaron su legis<strong>la</strong>ción secu<strong>la</strong>r los obispos<br />

de <strong>la</strong> Iglesia. (2) Pues a partir de <strong>la</strong> consagración del<br />

Estado a <strong>la</strong> Iglesia Católica, efectuada por el emperador<br />

Constantino en 312, <strong>la</strong> jerarquía episcopal fue<br />

adquiriendo un predominio ideológico sobre <strong>la</strong> sociedad<br />

que alcanzó su mayor influencia precisamente en <strong>la</strong> Edad<br />

Media. (3)<br />

Veamos, entonces, qué dicen los Evangelios<br />

(transcripción universalmente aceptada de <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de<br />

Jesucristo) sobre este asunto. “Os han enseñado que se<br />

mandó `No cometerás adulterio´. Pues yo os digo: Todo<br />

el que mira a una mujer casada excitando su deseo por<br />

el<strong>la</strong>, ya ha cometido adulterio en su interior” (Mateo<br />

5:27-28).<br />

Parece muy c<strong>la</strong>ro. El cristiano (l<strong>la</strong>mado así por<br />

considerárselo seguidor=imitador de Jesús) no debe<br />

siquiera “excitar su deseo (interiormente) hacia una<br />

mujer casada”. Se infiere que menos aún debería expresar<br />

este deseo ante otras personas, precipitando más su caída<br />

en el pecado si se atreviera a confesar dichos deseos a <strong>la</strong><br />

señora misma que está codiciando. ¿Qué decir del<br />

atrevimiento a copu<strong>la</strong>r con el<strong>la</strong>, y -mucho peor- obligar a<br />

su esposo legal a esperar en <strong>la</strong> habitación contigua,<br />

consumido por <strong>la</strong> humil<strong>la</strong>ción y <strong>la</strong> vergüenza, mientras el<br />

duque, el conde o el rey, penetra una y otra vez como se<br />

le antoja a <strong>la</strong> mujer amada, a <strong>la</strong> muchacha dulce, que<br />

quizás ha venerado en secreto el esposo desde <strong>la</strong> infancia<br />

- 24 -


de ambos, por <strong>la</strong> cual posiblemente ha esperado muchos<br />

años para ofrecerle ser madre de sus hijos, compartir <strong>la</strong><br />

vida con él, para una vez obtenido este privilegio<br />

sagrado, verse obligado a tolerar de esta manera injuriosa<br />

el mancil<strong>la</strong>miento salvaje de su alianza?<br />

No so<strong>la</strong>mente los normandos, que dominaron Ing<strong>la</strong>terra<br />

y gran parte de Europa durante muchos siglos, se<br />

gobernaban con esta legis<strong>la</strong>ción bárbara.<br />

El “derecho de pernada” era una cláusu<strong>la</strong><br />

prácticamente universal en el sistema que regía al mundo<br />

“cristiano”, durante más de 1.200 años. Hasta <strong>la</strong>s<br />

primeras revoluciones burguesas, que desde el siglo XVII<br />

comenzaron a poner freno al poder feudal. Pero veamos<br />

cuál era <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong> jerarquía eclesiástica con los<br />

normandos, cuya legis<strong>la</strong>ción sirvió como modelo estatal<br />

durante el periodo mencionado.<br />

En 1061, el Papa Alejandro II accedió al trono<br />

pontificio gracias a sus re<strong>la</strong>ciones con <strong>la</strong> nobleza. Amigo<br />

personal de Guillermo de Normandía, en retribución por<br />

el apoyo prestado “bendijo su empresa de conquistar<br />

Ing<strong>la</strong>terra”. (4)<br />

Este problema ya había sido puesto bajo prescripción<br />

legal por <strong>la</strong> tradición israelita al menos 1.200 años antes<br />

de Cristo. Se le dio tanta importancia, que al establecer<br />

los Diez Mandamientos el adulterio es mencionado dos<br />

veces -en <strong>la</strong> sexta y <strong>la</strong> décima cláusu<strong>la</strong>. Ello, en un<br />

módulo legal tan escueto, indica por cierto una especial<br />

valoración del tema. El decálogo de Moisés admoniza:<br />

“No andes con <strong>la</strong> mujer de tu prójimo” en el versículo 14<br />

- 25 -


del capítulo 20. Para reafirmar: “No codicies su mujer...”<br />

en el versículo 17. (5) Evidentemente, Jesús no hizo otra<br />

cosa que respaldar <strong>la</strong> legis<strong>la</strong>ción de los israelitas, cuya<br />

religión profesaba y a quienes consideraba inspirados<br />

directamente por Dios.<br />

Ahora bien, lleguemos al núcleo de <strong>la</strong> cuestión.<br />

¿Qué estamos buscando, atacar a <strong>la</strong> jerarquía episcopal<br />

católica? Para nada. Las otras organizaciones l<strong>la</strong>madas<br />

cristianas, tanto <strong>la</strong> de Lutero, como <strong>la</strong> de Calvino u otros<br />

reformadores, no presentaron actitudes distintas en<br />

re<strong>la</strong>ción con este y otros privilegios de los bárbaros<br />

gobernantes. El anglicanismo tuvo su origen en <strong>la</strong> ruptura<br />

del rey inglés Enrique VIII con el Papa Clemente VII,<br />

que se oponía al divorcio del rey.<br />

Enrique deseaba casarse con Ana Bolena. Este deseo<br />

indujo a <strong>la</strong> Congregación Católica inglesa su separación<br />

de Roma, cuando el Papa se negó a abolir el primer<br />

matrimonio de Enrique VIII con Catalina de Aragón.<br />

Acusada de traición y adulterio, fue condenada a muerte<br />

y decapitada. El rey se proc<strong>la</strong>mó cabeza de <strong>la</strong> Iglesia de<br />

Ing<strong>la</strong>terra en 1534. La doctrina teológica católica se<br />

mantuvo al principio intacta. Más ade<strong>la</strong>nte, distintas<br />

influencias -y en concreto los puritanos- hicieron del<br />

anglicanismo una confesión intermedia. ¡Crear una<br />

iglesia nueva para poder cambiar de esposa! En esto se<br />

ve <strong>la</strong> insensatez que guía con frecuencia a <strong>la</strong> conducta<br />

humana. ¡Y todo un pueblo, constituido por millones de<br />

personas con inteligencia, aceptar estas imposiciones!<br />

- 26 -


Es contra esta insensatez, esta irracionalidad, esta<br />

inhumanidad de los humanos -valga <strong>la</strong> aparente<br />

extravagancia del epitheton- y los sistemas de re<strong>la</strong>ción<br />

que han practicado, durante su ya <strong>la</strong>rga existencia sobre<br />

<strong>la</strong> Tierra, que arremetemos con empeño desde nuestras<br />

modestas comunicaciones filosóficas. E intentamos<br />

hacerlo en <strong>la</strong> existencia cotidiana, desde los años de<br />

nuestra juventud. Pues de <strong>la</strong> misma barbarie destructiva<br />

que ha emanado el “derecho de pernada” en <strong>la</strong> Ley<br />

Normanda, se han originado gran parte de los decretos<br />

legales, que rigen <strong>la</strong>s instituciones estatales aún el día de<br />

hoy.<br />

Esta consagración de <strong>la</strong> violencia como respaldo<br />

legítimo del derecho, del egoísmo, <strong>la</strong> mezquindad, <strong>la</strong><br />

ambición, como eje regu<strong>la</strong>dor de <strong>la</strong> cultura social, impide<br />

el establecimiento de aquellos valores anhe<strong>la</strong>dos durante<br />

milenios por <strong>la</strong> mayor parte de los humanos -los “otros”<br />

humanos, los que no tenemos (ni queremos) el poder-:<br />

Esto es, <strong>la</strong> Paz, <strong>la</strong> Libertad, <strong>la</strong> Felicidad.<br />

Los saludo con mi mayor afecto.<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina<br />

- 27 -


(1) Transcripto por J. Bühler, Vida y cultura en <strong>la</strong> Edad<br />

Media (primera edición alemana en 1931). La edición de<br />

donde fue tomada es <strong>la</strong> traducción al castel<strong>la</strong>no de Wences<strong>la</strong>o<br />

Roces, al cuidado de Daniel Cosío Villegas, publicada en<br />

1946 por el Fondo de Cultura Económica de México.<br />

(2) La pa<strong>la</strong>bra “Cristo” proviene del griego Jristos y del<br />

<strong>la</strong>tín Christus, y significa ungido. “Mesías” es una pa<strong>la</strong>bra de<br />

los hebreos, aplicada en sus textos tradicionales a quien tiene<br />

“<strong>la</strong> misión de liberar, e imp<strong>la</strong>ntar el derecho y <strong>la</strong> justicia en<br />

el mundo entero [...] La re<strong>la</strong>ción de amor y fidelidad entre el<br />

Mesías y su pueblo se expresa, como en el AT, (Os 2,16-18),<br />

con el símbolo conyugal”. (Comentario de Luis Alonso<br />

Schökel y Juan Mateos, jesuitas, directores de los equipos del<br />

Instituto Oriental y del Instituto Bíblico de Roma, quienes<br />

junto a 14 catedráticos y numerosos miembros de dichos<br />

institutos tradujeron <strong>la</strong> Nueva Biblia Españo<strong>la</strong>. Primera<br />

edición, Ediciones Cristiandad, Huesca, Madrid, 1975.)<br />

(3) Constantino derrotó a su contendiente –su propio<br />

hermano Majencio–, en su guerra por el trono durante el año<br />

312. Tuvo para eso el apoyo espiritual del obispo africano<br />

Milcíades (311-314). Premió a <strong>la</strong> Iglesia desechando <strong>la</strong>s<br />

propuestas de los donatistas y otros agrupamientos cristianos,<br />

para otorgar a <strong>la</strong> línea romana un papel rector. En 314 el<br />

emperador -no el Obispo de Roma- convocó a un gran sínodo<br />

episcopal en su gran finca del Laterano. Este encuentro<br />

cimentaría <strong>la</strong>s bases de lo que luego se iba a conocer con el<br />

nombre de Iglesia Católica Romana. Más tarde, en esta misma<br />

propiedad, el emperador romano construiría el primer gran<br />

monumento del catolicismo, <strong>la</strong> basílica “San Juan de Letrán”.<br />

(Josef Gelmi, Die Päpste in Lebensbildern, Ver<strong>la</strong>g Styria,<br />

Graz-Viena-Colonia, 1983.)<br />

- 28 -


(4) Isaac Asimov. Cronología del Mundo. Primera edición<br />

en inglés: Harpers Collins Publishers, Inc. Primera edición en<br />

castel<strong>la</strong>no, traducción de Vicente Vil<strong>la</strong>campa: Editorial Ariel,<br />

S.A., Barcelona, 1992.<br />

(5) La Biblia. Traducida, presentada y comentada “para <strong>la</strong>s<br />

comunidades de Latinoamérica y para los que buscan a Dios”,<br />

por un equipo pastoral bajo <strong>la</strong> dirección de Ramón Ricciardi.<br />

Nihil Obstat Alfonso Zimmermann C.ss.R. Primera edición:<br />

Ediciones Paulinas-Editorial Verbo Divino-Editorial Alfredo<br />

Ortells, Concepción, Chile, Madrid, España, 1972.<br />

- 29 -


CARTA Nº 3<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina, miércoles 14 de<br />

mayo de 2003 *<br />

Queridas amigas y amigos:<br />

“Cuando <strong>la</strong> detuvieron, encaró a uno de los policías y<br />

le dijo, sin miedo:<br />

`Vos, rati puto... a mí no me vas a hacer nada. No<br />

podés tocarme, sabés que soy menor, putazo” [...] “`No<br />

se trata de una más de <strong>la</strong> banda o <strong>la</strong> cara bonita del grupo<br />

a <strong>la</strong> que mandaban a seducir a <strong>la</strong>s víctimas. Esta chica es<br />

<strong>la</strong> jefa de <strong>la</strong> organización´, dijo a La Nación una<br />

calificada fuente de <strong>la</strong> policía bonaerense”. (1)<br />

Tiene el pelo teñido de rosa furioso y usa zapatil<strong>la</strong>s<br />

que cuestan quinientos pesos -narra el cronista. Esto se<br />

entiende fácilmente, pues con su banda se dedican<br />

profesionalmente a los secuestros, y en cada uno de ellos<br />

obtienen como promedio entre 10.000 y 3.000 dó<strong>la</strong>res,<br />

que se reparten. El<strong>la</strong>, <strong>la</strong> jefa, tiene quince años.<br />

“Sin madre y sin padre, fue criada por una tía en una<br />

vil<strong>la</strong> de emergencia, en <strong>la</strong> que diez mil habitantes<br />

conviven en casil<strong>la</strong>s de paredes de cartón o madera,<br />

separadas por pasillos <strong>la</strong>berínticos, por donde corre todo<br />

aquello que debería ir a <strong>la</strong>s cloacas”. (1)<br />

- 30 -


Una asistente social le preguntó por qué se había<br />

dedicado a secuestrar gente; <strong>la</strong> chiquil<strong>la</strong> contestó: “Un<br />

día fui a robar un coche. El auto no estaba estacionado.<br />

Lo manejaba una persona. En lugar de robar el coche, en<br />

ese momento, pintó lo del secuestro y con un novio mío<br />

nos llevamos al tipo. Fue así, pintó y nada más”. A los<br />

catorce años decidió formar su propia banda, con jóvenes<br />

de su mismo barrio. Se incorporaron, también, tres<br />

personas mayores. Al ser detenida, hace unos quince<br />

días, <strong>la</strong> chica presentaba un embarazo de mes y medio.<br />

Me estremezco al pensar en <strong>la</strong> candidez de <strong>la</strong>s chicas<br />

de quince años que conozco, comparándo<strong>la</strong> con <strong>la</strong> fiereza<br />

salvaje de esta muchacha. Mis conocidas son, c<strong>la</strong>ro,<br />

chicas de provincia. Este factor, cuya validez intentaré<br />

justificar, puede tener particu<strong>la</strong>r gravitación en <strong>la</strong>s<br />

personalidades. A él deben sumarse otros dos, de mayor<br />

importancia individual, pero condicionados en gran<br />

medida por los anteriores: el amor recibido (o no)<br />

durante su existencia, y el miedo.<br />

Veamos el primer factor, esto es, <strong>la</strong> densidad<br />

pob<strong>la</strong>cional del ámbito donde nos re<strong>la</strong>cionamos con los<br />

demás. A quienes pertenecemos a pob<strong>la</strong>ciones poco<br />

numerosas, nos parece inaudito que se pueda habitar en<br />

ciudades como <strong>la</strong> capital de Buenos Aires, sin volverse<br />

locos. De igual opinión era Schumacher (no el corredor<br />

de carreras, ni el ex arquero de <strong>la</strong> Selección alemana,<br />

sino un gran economista, autor del libro Lo pequeño es<br />

hermoso).<br />

- 31 -


Él sostuvo que una concentración urbana,<br />

sobrepasando los 25.000 habitantes, comienza<br />

pau<strong>la</strong>tinamente a deshumanizarse. Todo aquello que<br />

contiene y regu<strong>la</strong> normas aceptables de convivencia se<br />

desgasta y tiende a desaparecer, en re<strong>la</strong>ción directa con<br />

el crecimiento de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción. Es mucho más difícil<br />

cometer un delito cuando conocemos a todos desde niños,<br />

y ellos nos conocen, incluyendo a nuestros padres,<br />

abuelos e incluso más. En sentido inverso, <strong>la</strong> solidaridad<br />

tiene <strong>la</strong> categoría de un deber, para los miembros de estas<br />

pequeñas comunidades. Se trata de una simplificación,<br />

por cierto, pero expresiva de <strong>la</strong>s tendencias generales,<br />

comprobadas de un modo directo a lo <strong>la</strong>rgo de nuestra<br />

existencia. Sin embargo, cuando mencionamos <strong>la</strong>s teorías<br />

de Schumacher, en una conversación con el filósofo<br />

alemán Karl Otto Apel, este <strong>la</strong>s desechó categóricamente.<br />

“...son propuestas idealistas...”, dijo; “no son<br />

practicables...” Este intelectual de <strong>la</strong> globalización, cuyo<br />

pensamiento se estudia en casi todas <strong>la</strong>s universidades<br />

del mundo, considera que “no tenemos ninguna<br />

alternativa, por ahora, a <strong>la</strong> economía de mercado”.<br />

Aunque reconoce que “Como usted ha apuntado, existe <strong>la</strong><br />

cuestión de que el sistema, el `sistema marco´ del<br />

capitalismo, genera más bien una actitud no-solidaria, y<br />

eso está asociado directamente con su basamento en <strong>la</strong><br />

competencia.” (2)<br />

Precisamente, es en <strong>la</strong> competencia, por <strong>la</strong> cual el<br />

prójimo se convierte frecuentemente en adversario feroz,<br />

donde se desarrol<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s cualidades más deplorables. “El<br />

- 32 -


infierno son los otros”, acuñó agudamente Jean-Paul<br />

Sartre. Esto es aplicable tanto en París como en<br />

Guayamba. Aunque seguramente en París, donde habitaba<br />

el autor de <strong>la</strong> frase, es posible comprobar <strong>la</strong> vigencia de<br />

esta oscura cualidad social más fácilmente que en<br />

Guayamba, donde se practica una e<strong>la</strong>borada cordialidad.<br />

(3)<br />

Vamos ahora al primer factor individual: <strong>la</strong> provisión<br />

(o carencia) de amor en el entorno familiar. No puedo<br />

olvidar una situación vivida en el campo.<br />

Habitábamos, con mi esposa y nuestras hijitas, una<br />

casa grande y confortable en medio de los sembradíos, al<br />

<strong>la</strong>do de un inmenso bosque natural. A unos diez metros<br />

de distancia hacia <strong>la</strong> derecha corría una angosta acequia,<br />

bordeada por elegantes árboles que se perdían enfi<strong>la</strong>dos<br />

hacia el horizonte. Una mañana, como a <strong>la</strong>s once y<br />

media, estaba escribiendo, en una pequeña oficina<br />

construida para tal efecto a un costado de nuestra casa.<br />

Lloviznaba de un modo apenas perceptible. Sin quitarme<br />

<strong>la</strong>s embarradas botas de goma -pues había estado<br />

trabajando en el campo durante <strong>la</strong> mañana- estaba<br />

corrigiendo algún texto, supongo, no lo recuerdo con<br />

c<strong>la</strong>ridad, mientras mi esposa cocinaba. De repente<br />

escuché los gritos de mi hija Rocío, de cuatro años:<br />

“¡Mamá! ¡Papá! ¡La Lupita se ha caído al agua!...” Cierta<br />

fuerza como <strong>la</strong> propulsión de un avión a chorro me<br />

impulsó desde <strong>la</strong> tráquea y salí volteando <strong>la</strong> mesita donde<br />

escribía; nos atropel<strong>la</strong>mos con mi esposa que desde <strong>la</strong><br />

- 33 -


cocina se había <strong>la</strong>nzado hacia fuera de igual forma. Mis<br />

piernas más <strong>la</strong>rgas me permit ieron llegar más rápido a <strong>la</strong><br />

acequia, me metí hasta los muslos en el agua y comencé a<br />

caminar con grandes zancadas, resba<strong>la</strong>ndo en el musgo, a<br />

favor de <strong>la</strong> corriente. A unos seis o siete metros de<br />

distancia <strong>la</strong> cabeza de mi hijita se levantaba y se hundía<br />

sobre <strong>la</strong>s pequeñas o<strong>la</strong>s del agua encrespada por el<br />

viento. La corriente <strong>la</strong> llevaba rápidamente hacia un<br />

puente, sostenido bajo el agua por dos tubos angostos de<br />

cemento. ¡Si llegaba allí no <strong>la</strong> podría sacar, mis hombros<br />

me impedirían hacerlo aunque me encogiera al máximo!<br />

No sé como llegué a el<strong>la</strong>, cuando le faltaban dos metros<br />

para llegar hasta los fatídicos tubos; <strong>la</strong> levanté con todas<br />

mis fuerzas, arrancándo<strong>la</strong> de <strong>la</strong> corriente he<strong>la</strong>da.<br />

Salí con mi hijita en brazos, con <strong>la</strong> mitad inferior de <strong>la</strong><br />

ropa negra de lodo y <strong>la</strong> camisa empapada por haberme<br />

<strong>la</strong>nzado en el último tramo de bruces, para poder<br />

alcanzar<strong>la</strong>, el pelo chorreando pues ahora llovía con<br />

fuerza. Y sintiendo el pequeño cuerpecito tibio que se<br />

acurrucaba contra mi pecho no pude contener el l<strong>la</strong>nto.<br />

Mientras caminaba hacia <strong>la</strong> casa no podía contestarle a<br />

mi esposa Gloria, que también lloraba y hacía preguntas<br />

corriendo a mi <strong>la</strong>do, mientras <strong>la</strong> pequeña Rocío corría y<br />

<strong>la</strong>grimeaba también. Rápidamente <strong>la</strong> envolvimos en una<br />

toal<strong>la</strong>, sobre <strong>la</strong> mesa de nuestra cocina, <strong>la</strong> secamos bien.<br />

Gloria le puso pañales limpios, y un osito. Otra vez <strong>la</strong><br />

alcé para llevar<strong>la</strong> a <strong>la</strong> habitación. El<strong>la</strong> me miró con<br />

cansada gravedad; apoyó su cabecita en mi pecho, y se<br />

durmió. Guadalupe tenía entonces dos años. Es una<br />

- 34 -


hermosa muchacha de 18, hoy, y tiene novio. Su carácter<br />

es muy agradable y reposado. ¿Qué hubiera ocurrido de<br />

no estar allí su padre o su madre para salvar<strong>la</strong> del agua?<br />

¿Qué sucede cuando no tenemos a nadie cuidándonos,<br />

durante <strong>la</strong> infancia?<br />

----------<br />

NOTA: Aquí he debido interrumpir ayer <strong>la</strong> redacción de<br />

esta Carta. Retomo, hoy:<br />

Jueves 15 de mayo de 2003 **<br />

En <strong>la</strong> esquina, casa de por medio con nosotros, habita<br />

el jefe de <strong>la</strong> Policía Federal con su familia. Tiene cuatro<br />

perros. Los hemos visto pocas veces, pues son<br />

sumamente feroces. Evidentemente el jefe tiene miedo.<br />

De otro modo no se explica que tenga allí, atados en el<br />

patio de su casa, a dos gigantescos rob wyler (¿se escribe<br />

así? me refiero a esos feos animales negros, con algo de<br />

bull-dogs y dogos) que <strong>la</strong>dran constantemente.<br />

Y en su galería de<strong>la</strong>ntera -totalmente cercada por rejas<br />

que se unen con el techo y se abren sólo por un sistema<br />

electrónico de control remoto- otro perrazo como para<br />

una pelícu<strong>la</strong> de terror. Su esposa -que también trabaja en<br />

<strong>la</strong> Policía Federal- ha salido a veces a pasear fugazmente<br />

con el cuarto perro: es pequeñito, b<strong>la</strong>nco, coqueto. Tiene<br />

voz finita, como corresponde.<br />

Conocemos <strong>la</strong>s voces de todos los perros pues <strong>la</strong>dran,<br />

como dijimos, constantemente. El más petizo aúl<strong>la</strong> a<br />

veces de dolor, señal quizás de algún tarascón de los más<br />

- 35 -


grandes -aunque nos ha dicho su vecina inmediata que los<br />

tienen separados entre sí, por rejas cubiertas con te<strong>la</strong>s<br />

metálicas. Una vez subí al techo de mi casa y vi ese<br />

patio: es un campo de concentración. Se perciben ámbitos<br />

diferenciados, confirmando lo dicho por nuestra vecina<br />

intermedia, en recuadros tabicados por estructuras<br />

a<strong>la</strong>mbradas. Al fondo lo que parece un par de celdas, de<br />

sólido aspecto.<br />

Todo muy prolijo, pintado de verde sapo, como los<br />

cuarteles militares.<br />

Pero volvamos al miedo. Nadie sensato se atrevería a<br />

acercarse a los perros de mi vecino el policía. Ahora<br />

bien, esto no se debe a que los animales sean<br />

naturalmente violentos, sino que se han convertido en eso<br />

por causa del maltrato recibido. Pese a que están<br />

perfectamente alimentados y limpios -como los chicos<br />

norteamericanos que toman un fusil para disparar sobre<br />

sus compañeros- sufrieron desde su infancia el miedo<br />

terrible de no saber jamás con precisión algo aunque<br />

fuera de lo que sucede en el exterior. (4) Los comparo<br />

con aquellos perrillos vagabundos, sucios, a veces con<br />

alguna l<strong>la</strong>ga, que holgazanean en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>zoleta a <strong>la</strong> cual da<br />

el patio trasero de mi casa. Uno puede acercarse<br />

tranqui<strong>la</strong>mente a ellos y acariciarlos, por grandes que<br />

sean. Son pobres pero tranquilos.<br />

Compensan <strong>la</strong> carencia de alimentos o cuidados<br />

correctos con su libertad.<br />

Ellos habitan generalmente casuchas de <strong>la</strong> extendida<br />

urbanización humilde que circunda a nuestro barrio de<br />

- 36 -


c<strong>la</strong>se media. Los perros comparten habitaciones con los<br />

humanos, a veces duermen entreverados con ellos, en el<br />

suelo o sobre sencillos camastros. También tienen afecto.<br />

La muchacha pistolera... ¿lo hubiera sido de vivir en<br />

Santiago? No hubiera llevado el pelo teñido de “rosa<br />

furioso”, seguramente, pues sus amigos <strong>la</strong> hubieran<br />

cargado (aquí es inevitable estar siempre rodeado de<br />

amigos; <strong>la</strong> gente tiene mucho tiempo para compartir). Esa<br />

chiquil<strong>la</strong> secuestradora... ¿hubiese sido tan agresiva, si <strong>la</strong><br />

hubiesen criado un padre afectuoso y una madre?...<br />

No deseo redactar coro<strong>la</strong>rios para estas sencil<strong>la</strong>s<br />

observaciones que quise compartir hoy. Si el<strong>la</strong>s sirven<br />

para motivar alguna conclusión desde ustedes, que a su<br />

vez sirva para mejorar un poco el espacio cósmico donde<br />

–nos guste o no– convivimos todos... ¡me sentiré muy<br />

feliz!<br />

Un saludo afectuoso, de<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina.<br />

- 37 -


* Matías. Hch. 1, 15-17,20,26. Sal 112/Jn,15 9-17.<br />

1811: Día de <strong>la</strong> Independencia de Paraguay. 1904: Muere<br />

Mariano Avel<strong>la</strong>na, misionero evangelizador del pueblo,<br />

c<strong>la</strong>retiano, en Chile. 1980: Masacre del río Sumpul, en El<br />

Salvador. 1980: Juan Ccaccya Chipana, obrero, militante,<br />

víctima de <strong>la</strong> represión policial en Perú. 1981: El sacerdote<br />

Carlos Gálvez Galindo es asesinado por parapoliciales en<br />

Guatema<strong>la</strong>. 1991: Porfirio Suny Quispe, educador y miembro<br />

de organizaciones de solidaridad, es asesinado por<br />

parapoliciales en Perú. (Fuente: Agenda Latinoamericana-<br />

Mundial 2003. Centro Nueva Tierra, Carmen de Patagones,<br />

Argentina.)<br />

(1) Diario La Nación, Buenos Aires, domingo 11 de mayo<br />

de 2003, página 18. Ac<strong>la</strong>ración: supusimos “puto”, “putazo”<br />

donde sólo se había impreso “p...”<br />

(2) “El diálogo entre pobres y ricos no sólo es posible,<br />

sino el único camino”. Entrevista con Karl Otto Apel. Diario<br />

El Liberal, sección Cultura, Pag. 1, sábado 9 de octubre de<br />

1993.<br />

(3) Guayamba. Pueblo entre <strong>la</strong>s serranías, casi en el límite<br />

de Santiago del Estero con <strong>la</strong> provincia de Catamarca.<br />

Semejante a numerosos pueblos de <strong>la</strong> región, me atrevo a<br />

insertar un fragmento de un viejo cuento, con <strong>la</strong> idea de que<br />

puede ser útil para imaginarlos: “[...] es un pequeño<br />

conglomerado de casas antiguas, sencil<strong>la</strong>s y bien cuidadas,<br />

entre <strong>la</strong>s sierras. [...] Me hal<strong>la</strong>ba, dos o tres días después de<br />

llegar, meditando serenamente en <strong>la</strong> hermosa p<strong>la</strong>cita de<br />

Belén, mientras avanzaba suavemente sobre los árboles el<br />

crepúsculo primaveral. Acababan de regar <strong>la</strong>s calles de tierra<br />

y flotaba en el aire un olor a humedad, que mezc<strong>la</strong>do al de <strong>la</strong>s<br />

flores y hojas reverdecientes de los centenarios árboles,<br />

producía en el espíritu como una sensación edénica de<br />

- 38 -


tranquilidad. En el momento en que comienzan a desdibujarse<br />

los contornos y <strong>la</strong>s casas parecen flotar en el aire tenue, fue<br />

que vi <strong>la</strong> aparición de esa mujer.” (El Ma<strong>la</strong>mor, 1982)<br />

(4) Nota de 2009. Recientemente, con motivo del<br />

incalificable despedazamiento de un niñito por el dogo de una<br />

abogada de apellido Ledesma, mi amigo Alejandro Bruhn<br />

Gauna, especialista en perros, me ha explicado lo siguiente:<br />

tanto los dogos, como los rottweiler (ahora aprendí a<br />

escribirlo gracias a mi amiga Amalita), son razas<br />

“artificiales”. Es decir, fueron creadas, por medio de <strong>la</strong>rgos<br />

y trabajosos entrecruzamientos genéticos, que incluyeron<br />

tratamientos químicos, para obtener resultados específicos.<br />

¿Y cuáles eran los objetivos de tal manipu<strong>la</strong>ción? Obtener<br />

perros eficaces para matar.<br />

** Isidro Labrador. Juana de Lestonnac. Hch. 13,13-25/Sal<br />

88/Jn 13,16-20.<br />

1903: Fusi<strong>la</strong>n en Chiriqui, Panamá, al general y guerrillero<br />

Victoriano Lorenzo, héroe nacional. 1986: Nicolás Chuy<br />

Cumes, pastor evangélico, mártir de <strong>la</strong> libertad de expresión<br />

en Guatema<strong>la</strong>. 1987: Mártires indígenas, víctimas del despojo<br />

de sus tierras, en Bagadó, Colombia. Día Internacional de los<br />

Objetores de Conciencia. (Fuente: Agenda Latinoamericana-<br />

Mundial 2003. Centro Nueva Tierra, Carmen de Patagones,<br />

Argentina.)<br />

P.D.: Agradezco <strong>la</strong>s respuestas recibidas. Particu<strong>la</strong>rmente<br />

<strong>la</strong> calidez de algunas, como <strong>la</strong>s de Carlos R. Zurita o Víctor<br />

M.S. Maldonado, quienes también envían un cordial saludo<br />

para mi esposa Gloria, que cumplió años el 8 de mayo.<br />

También <strong>la</strong>s de Ileana Álvarez, Jorge Canllo y José Adet. He<br />

recibido algunas sin nada escrito, como <strong>la</strong> de “Díaz Lannes”:<br />

- 39 -


interpreto que puedo continuar enviándoles mis cartas, con<br />

una frecuencia más o menos semanal. Si no es así, por favor<br />

corríjanme. Finalmente, aunque no en último lugar, contesto a<br />

Víctor: ¡Sí, Raúl Dargoltz es un amigo entrañable, además de<br />

un extraordinario argentino! ¡Me alegro de que compartamos<br />

el privilegio de su amistad! Nuevamente, un saludo<br />

afectuoso.<br />

- 40 -


CARTA Nº 4<br />

Autonomía, Santiago del Estero, jueves 29 de mayo de 2003 *<br />

¿Qué tienen los europeos que no tengamos nosotros?<br />

Muchas cosas.<br />

Particu<strong>la</strong>rmente eso: cosas. Aparatos, edificios,<br />

automóviles. Eso tienen. Confrontados a tanta<br />

disponibilidad nosotros aparecemos desvalidos. Una<br />

belga que nos visitaba en 1988 estuvo un rato observando<br />

a mi esposa quien, muy contenta, preparaba exquisitos<br />

huevos revueltos con cebol<strong>la</strong>s en una gran sartén,<br />

sosteniendo <strong>la</strong> tapa con una mano y canturreando. Una<br />

vaharada, saliendo por los costados de <strong>la</strong> sartén nos<br />

envolvía. De repente, <strong>la</strong> belga habló, como quien piensa<br />

en voz alta:<br />

-¡Cuán pobres sois! -dijo.<br />

-¿Por qué? -preguntó mi esposa.<br />

-En Europa hubiésemos hecho esa comida en pocos<br />

minutos y sin humo, con una sartén neumática...**<br />

Otra anécdota: estábamos trabajando y tomando mate<br />

en un gigantesco galpón donde había por entonces<br />

carpintería y curtiembre. Eran como <strong>la</strong>s tres de <strong>la</strong> tarde,<br />

hacía un calor intenso -normal en Santiago durante el<br />

verano-.<br />

En eso llegaron dos alemanes. Venían sudorosos,<br />

encendidos. Eran dos jóvenes universitarios, que estaban<br />

- 41 -


haciendo una pasantía en nuestro campo ecologista.<br />

Habían estado trabajando, junto a obreros regu<strong>la</strong>res de <strong>la</strong><br />

cooperativa, en <strong>la</strong> construcción de un inmenso edificio,<br />

de formas circu<strong>la</strong>res, que se levantaba para vivienda de<br />

los alumnos. Uno de ellos -el más agraciado, que se<br />

parecía un poco a Leonardo Di Caprio, aunque más rubio<br />

y menos áspero- mientras recibía el mate me dijo:<br />

-Vuestros obreros son muy vagos. Lo que nosotros<br />

hicimos en tres horas, ellos lo hacen en un día entero.<br />

-Bueno, le dije, contemporizador, pero vos no trabajas<br />

en eso todos los días. Ellos sí.<br />

-No -insistió el alemancito-. Es su forma de trabajar.<br />

Los he venido observando desde hace varios meses...<br />

ellos trabajan muy despacio... y si no los contro<strong>la</strong><br />

alguien, enseguida descansan... Mira -alegó, para<br />

reafirmar su tesis- en Alemania, los obreros de <strong>la</strong><br />

construcción hacen, en una hora, lo que nosotros hicimos<br />

en tres... ¡y tus obreros lo hacen en un día!<br />

-Mira, Ulli -le repliqué, todavía con mucha paciencia-.<br />

Hay factores muy importantes que determinan <strong>la</strong>s<br />

diferencias. Por ejemplo: un obrero alemán, termina de<br />

trabajar y puede bañarse en insta<strong>la</strong>ciones adecuadas,<br />

puede cambiarse de ropa, dejando el equipo de trabajo en<br />

un armario, para convertirse en ciudadano prolijo igual<br />

que los demás. Luego toma su propio auto, vuelve<br />

tranqui<strong>la</strong>mente a una casa confortable, donde lo espera<br />

una suculenta cena, constituida por alimentos de calidad,<br />

con <strong>la</strong>s calorías, vitaminas y proteínas necesarias para<br />

renovar sus fuerzas de un modo superabundante. Cuenta<br />

- 42 -


con el confort necesario para reposar luego, hasta el día<br />

siguiente, en que volverá al trabajo tranquilo y con <strong>la</strong><br />

seguridad de que nada le faltará a él y a sus hijos.<br />

“El albañil de aquí, con <strong>la</strong> misma ropa sucia que ha<br />

usado para trabajar vuelve a su casa, en una bicicleta<br />

derrengada cuando <strong>la</strong> tiene, para encontrar allí, con<br />

suerte, un poco de matecocido y tortil<strong>la</strong>. (1)<br />

“Encontrará también en su rancho a una esposa f<strong>la</strong>ca,<br />

arruinada por <strong>la</strong>s tareas y <strong>la</strong> intemperie, atribu<strong>la</strong>da por<br />

<strong>la</strong>s carencias, y a unos hijos tristes, con frecuencia<br />

desnutridos, a quienes no sabe si podrá mandar a <strong>la</strong><br />

escue<strong>la</strong> al día siguiente, pues muchas veces no tienen<br />

dinero para comprar zapatil<strong>la</strong>s. A <strong>la</strong> noche dormirá<br />

hacinado con su familia, sobre el suelo o catres<br />

incómodos, bajo techos de ramas infestados con insectos<br />

venenosos, padeciendo frío o calor pues no suelen tener<br />

electricidad en sus viviendas. ¿Te das cuenta, Ulli, por<br />

qué el obrero del campo santiagueño no puede<br />

compararse jamás con el obrero alemán?<br />

El alemancito me miró con escepticismo y enseguida<br />

contestó:<br />

-Bueno, pero los europeos no siempre tuvieron todo lo<br />

que tienen ahora. Nosotros también hemos sido pobres,<br />

hemos sufrido mucho. Pero nos hicimos ricos a fuerza de<br />

trabajo. Yo creo que es una cuestión de carácter: los<br />

europeos son trabajadores, los <strong>la</strong>tinoamericanos son<br />

vagos.<br />

Entonces dije lo que por cortesía y respeto humano<br />

había estado evitando:<br />

- 43 -


-¿Sabes por qué los europeos son ricos, Ulli? -dije-<br />

Pues porque han profanado y saqueado <strong>la</strong>s riquezas de<br />

todo el resto del mundo. Esa es quizá <strong>la</strong> mayor cualidad<br />

europea: su impiedad. El egoísmo, <strong>la</strong> crueldad, <strong>la</strong> astucia<br />

de sus dirigentes -principalmente los anglosajones y<br />

germánicos, pero también los <strong>la</strong>tinos o hispanos-, <strong>la</strong><br />

brutalidad de sus ejércitos, fueron el factor determinante<br />

para que Europa se desarrol<strong>la</strong>ra (y más tarde los Estados<br />

Unidos), mientras América Latina -sus víctimas- iba<br />

sumiéndose cada vez más en <strong>la</strong> pobreza y el atraso. Aquí<br />

no había desnutrición cuando llegaron los europeos.<br />

Cuatrocientos años de saqueos, asesinatos, explotación<br />

salvaje, dejaron a los aborígenes no sólo desnutridos,<br />

sino despojados de casi todas sus riquezas. El oro, <strong>la</strong><br />

p<strong>la</strong>ta, el cobre, fueron robados sistemáticamente por los<br />

europeos, para satisfacer su ansia de progreso. Cada<br />

fábrica de Ing<strong>la</strong>terra u Ho<strong>la</strong>nda lleva en sus <strong>la</strong>drillos el<br />

estigma de un <strong>la</strong>trocinio: los diamantes del África, el<br />

estaño de América Latina, <strong>la</strong>s sedas de China, arrancadas<br />

luego de masacrar, oprimir y superexplotar a sus<br />

inmensas pob<strong>la</strong>ciones: he ahí los fundamentos de <strong>la</strong><br />

riqueza europea. Los europeos no son ni más ni menos<br />

trabajadores que cualquier otra pob<strong>la</strong>ción del mundo. Tal<br />

vez sean más neuróticos, más dependientes de <strong>la</strong> acción<br />

externa, por generaciones de opresión interna de sus<br />

explotadores, los capitalistas europeos. Pero sin el<br />

inmenso financiamiento que significó para ellos durante<br />

los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX el robo de <strong>la</strong>s<br />

- 44 -


iquezas de todo el mundo, no tendrían ni el 10 por<br />

ciento de lo que ostentan ahora.<br />

Se quedó cal<strong>la</strong>do. Creo que lo impresioné mucho. La<br />

mirada perpleja y asustada de sus ojos azules me hizo<br />

temer, sin embargo, haber expresado con demasiada<br />

violencia mis argumentos.<br />

¿Me había propasado?... Los españoles (entonces<br />

gobernados por un rey alemán, Carlos V y<br />

entremezc<strong>la</strong>dos con ellos) ¿no habían sido benévolos con<br />

los aborígenes? Algunos autores defienden a <strong>la</strong><br />

“evangelización”; no se trató de un sometimiento, dicen,<br />

sino de una “integración”.<br />

En parte, es cierto. Se “invitaba” a los aborígenes a<br />

adoptar el credo católico. Mas previamente debía leérse a<br />

los prisioneros -ante escribano público- un extenso<br />

requerimiento, uno de cuyos párrafos centrales exhortaba<br />

a convertirse a <strong>la</strong> fe católica, persuadiendo: “Si no lo<br />

hiciéreis, o en ello di<strong>la</strong>ción maliciosamente pusiéreis,<br />

certifícoos que con <strong>la</strong> ayuda de Dios yo entraré<br />

poderosamente contra vosotros y os haré guerra por todas<br />

partes y manera que yo pudiere, y os sujetaré al yugo y<br />

obediencia de <strong>la</strong> Iglesia y de Su Majestad y tomaré<br />

vuestras mujeres y hijos y los haré esc<strong>la</strong>vos, y como tales<br />

los venderé, y dispondré de ellos como Su Majestad<br />

mandare, y tomaré vuestros bienes y os haré todos los<br />

males y daños que pudiere...” (2)<br />

Estos “civilizadores” sostenían: “no hay mejor<br />

remedio que el trabajo en <strong>la</strong>s minas para curar <strong>la</strong> `maldad<br />

- 45 -


natural´ de los indígenas”. Juan Ginés de Sepúlveda, el<br />

humanista, sostenía que los indios merecían el trato que<br />

recibían porque sus pecados e ido<strong>la</strong>trías constituían una<br />

ofensa contra Dios. El conde de Buffon afirmaba que no<br />

se registraba en los indios, animales frígidos y débiles,<br />

`ninguna actividad del alma´”. (4)<br />

En el siglo XVII, el padre Gregorio García sostenía<br />

que los indios eran de ascendencia judía, porque “al igual<br />

que los judíos son perezosos, no creen en los mi<strong>la</strong>gros de<br />

Jesucristo y no están agradecidos a los españoles por<br />

todo el bien que les han hecho”. (5)<br />

En Norteamérica a los aborígenes no les fue mucho<br />

mejor. Un reciente estudio efectuado por Reader´s Digest<br />

narra lo siguiente: “En 1830 el Congreso aprobó <strong>la</strong> Ley<br />

de Remoción, que daba al presidente poder para<br />

desp<strong>la</strong>zar a los indios de sus tierras, si estaban dentro de<br />

regiones colonizadas por b<strong>la</strong>ncos, hacia zonas<br />

consideradas sin valor [...] ...al final de <strong>la</strong> Guerra Civil<br />

el espíritu de expansión hizo que oleadas de granjeros,<br />

cazadores, mineros y leñadores emigraran al Oeste, y de<br />

nuevo <strong>la</strong>s tierras (donde habían sido desp<strong>la</strong>zados los<br />

indios) fueron codiciadas. El gobierno federal, que había<br />

prometido solemnemente proteger a los indios, respondió<br />

con una política nueva. Forzó a <strong>la</strong>s naciones indias a<br />

firmar un tratado mediante el que serían concentradas en<br />

reservas establecidas, a cambio de pagos anuales.<br />

“Esta promesa tampoco fue cumplida y los indios<br />

lucharon por última vez para remediarlo.<br />

- 46 -


“Fueron derrotados por soldados bien armados y<br />

alimentados, y en 1880 fueron destruidos como pueblo<br />

independiente. De los casi ocho millones de hectáreas<br />

(que les fueran asignadas por el propio gobierno de los<br />

EE.UU. en 1830) [...] sólo quedaron unas cuantas<br />

reservas en <strong>la</strong>s partes más deso<strong>la</strong>das del Oeste.<br />

Actualmente sus condiciones no son mucho mejores: hay<br />

1.5 millones de estadounidenses nativos asentados en 285<br />

reservas en EUA.<br />

“Sin poder seguir sus formas tradicionales de vida o<br />

hal<strong>la</strong>r empleo en el mundo del hombre b<strong>la</strong>nco, un gran<br />

número de indios de <strong>la</strong>s reservas llevan vidas de cal<strong>la</strong>da<br />

desesperación, aquejados por males como <strong>la</strong> desnutrición,<br />

el alcoholismo, <strong>la</strong> disfunción social y el suicidio”. (6)<br />

De otra manera, se nos ha dicho, en Sudamérica el<br />

aborigen “fue integrado”, por medio del mestizaje.<br />

Veamos algo sobre esta cuestión: “(En Santiago del<br />

Estero)...el mestizaje se dio siempre entre el hombre<br />

b<strong>la</strong>nco y <strong>la</strong> mujer aborigen, nunca al revés. Este habría<br />

sido, para el varón aborigen, su mayor vejamen histórico.<br />

Por otra parte, el hijo mestizo es asumido sólo por <strong>la</strong><br />

madre y negado por el padre. De ahí su profundo<br />

resentimiento”. (7)<br />

Los alemanes del este están resentidos con los del<br />

oeste porque hay entre ellos diferencias de sa<strong>la</strong>rios.<br />

Mientras un empleado comercial obtiene en el oeste<br />

alemán 3178 euros mensuales, en el oeste sólo llegan a<br />

2340. Un obrero industrial cobra en el oeste alemán 2307<br />

- 47 -


euros; en el este, 1675. (8) Ahora bien, ¿cuánto es el<br />

sa<strong>la</strong>rio básico de un empleado de Comercio en Santiago<br />

del Estero? “350 pesos” dicen los convenios, exhibidos<br />

como muy dignos por los burócratas del sindicato. Unos<br />

116 euros, al cambio. 3062 euros menos que sus pares<br />

alemanes. 27 veces y media menos.<br />

Una revista ho<strong>la</strong>ndesa nos informaba en 1999 que los<br />

ho<strong>la</strong>ndeses no sabían muy bien qué hacer con sus<br />

excedentes sa<strong>la</strong>riales. La mayoría de ellos programaba<br />

viajes, otros los invertían en bienes raíces. Como se ve,<br />

<strong>la</strong> situación en Europa es económicamente desahogada.<br />

Veamos una de <strong>la</strong>s fuentes de donde provino esta<br />

prosperidad ho<strong>la</strong>ndesa: el tráfico de esc<strong>la</strong>vos, de cuyo<br />

comercio el emperador Carlos V les había otorgado <strong>la</strong><br />

exclusividad, convirtió a <strong>la</strong> corona ho<strong>la</strong>ndesa en uno de<br />

los estados más ricos durante el período de <strong>la</strong> conquista y<br />

colonización de América.<br />

Esta muchacha belga tenía razones, en verdad, para<br />

decirnos “¡Oh!... ¡cuán pobres sois!...”, con acongojada<br />

conmiseración. Con los sa<strong>la</strong>rios de Santiago muy pocas<br />

familias pueden comprarse hornos de microondas -pese a<br />

que una televisión machacona nos incita<br />

permanentemente.<br />

(Ahora bien, el concepto de pobreza puede constituir<br />

sólo un criterio “civilizado” -es decir, de <strong>la</strong>s ciudades-,<br />

poco aplicable a <strong>la</strong> realidad de muchos habitantes del<br />

campo. Si se observa bien nosotros no éramos nada<br />

pobres. Por <strong>la</strong>s mañanas, a <strong>la</strong>s seis y media, un obrero de<br />

<strong>la</strong> finca nos traía el balde con cinco litros de leche recién<br />

- 48 -


extraída -a veces iba a buscar<strong>la</strong> yo mismo. En el invierno<br />

llegaba humeando, en el verano mis niñas acudían<br />

corriendo para aprender a ordeñar. Con sus manitas<br />

pequeñas eso era imposible -Rocío tenía cuatro años,<br />

Lupita tres, Alejandra apenas gateaba-, pero les aseguro<br />

que se divertían. Como éramos apicultores, disponíamos<br />

de miel de <strong>la</strong> más alta calidad en cualquier época del año<br />

y en abundancia. Luego, con muy poco esfuerzo, ya que<br />

casi todo crecía allí de un modo prácticamente natural,<br />

disponíamos de cebol<strong>la</strong>s, zanahorias, rabanitos, lechugas,<br />

tomates, acelga, achicoria, espinaca, frutil<strong>la</strong>s, naranjas,<br />

mandarinas, pomelos, granadas, higos, docas, moras,<br />

remo<strong>la</strong>chas y limones. Además en el campo, creciendo<br />

sin necesidad de cuidados, había poleo, “diente de león”,<br />

“té de burro” y otros yuyos, como se sabe, medicinales,<br />

además de abundante fruta natural, como <strong>la</strong>s riquísimas<br />

tunas, mistol, algarroba, piquillín, kishcka loro -”pishca<br />

loro”, decían mis hijas, es una fruta roja, semejante a <strong>la</strong><br />

tuna, sólo que más pequeña, que crece a los bordes del<br />

camino-, etcétera, todo a nuestro alrededor, sin nada que<br />

nos impida tomarlo. Teníamos además agua corriente y<br />

electricidad -aunque no habíamos podido insta<strong>la</strong>r paneles<br />

so<strong>la</strong>res, no era muy fácil obtenerlos aún-. Con un calefón<br />

a leña y el pequeño esfuerzo de juntar <strong>la</strong>s ramas secas<br />

que cubrían el campo para encender el fuego, obteníamos<br />

agua caliente a cualquier hora en el invierno -que en<br />

Santiago es muy breve-. Es cierto que no disponíamos de<br />

mucho dinero -entre ambos, mi esposa y yo, recibíamos<br />

uno 800 pesos, por entonces 400 dó<strong>la</strong>res-. Pero tampoco<br />

- 49 -


lo necesitábamos imperiosamente. Sin dinero podíamos<br />

estar bien, pues lo esencial, una casa confortable, <strong>la</strong> ropa<br />

necesaria, ¡alimento de primera calidad!, lo teníamos al<br />

alcance de <strong>la</strong> mano. Verdad es que nos hubiera resultado<br />

difícil comprar un hornillo de microondas o una sartén<br />

neumática. Pero hasta creo que tienen mucho mejor gusto<br />

los huevos y <strong>la</strong>s cebol<strong>la</strong>s cuando se <strong>la</strong>s hace en una vieja<br />

sartén de hierro como <strong>la</strong> nuestra -y canturreando por <strong>la</strong><br />

satisfacción que provee saber que nuestros hijos<br />

comerán, re<strong>la</strong>miéndose, estos alimentos que e<strong>la</strong>boramos<br />

con unción, casi como una obra de arte-.<br />

Diferente es <strong>la</strong> situación en <strong>la</strong> ciudad: si tú no tienes<br />

dinero... ¡no comes! Si no estás empleado y recibiendo<br />

ese dinero regu<strong>la</strong>rmente ¡estás condenado a sufrir! Por<br />

cierto hay en el campo también situaciones de indigencia<br />

cruel, pero sólo porque a innumerables familias les ha<br />

sido quitado el derecho a <strong>la</strong> tierra. Sin mediar esa<br />

injusticia, les aseguro que nadie puede sentirse pobre en<br />

el campo.)<br />

Bueno, hoy ya he escrito demasiado. Por ello<br />

provisoriamente me despido, afectuosamente, hasta<br />

nuestro próxima Carta.<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina.<br />

- 50 -


* Cordobazo. En 1969, obreros, estudiantes y vecinos<br />

tomaron <strong>la</strong> capital de Córdoba -una de <strong>la</strong>s mayores ciudades<br />

argentinas-, manifestándose contra <strong>la</strong> represión militarestatal,<br />

que ya había dejado muertos en Corrientes y El<br />

Chaco. Pusieron en jaque a <strong>la</strong>s fuerzas policiales, por lo cual<br />

el Ejército tuvo que ocupar <strong>la</strong> ciudad. Gobernaba el país el<br />

general Juan Carlos Onganía, impuesto por un golpe militar.<br />

Este levantamiento dio inicio a una etapa de gran<br />

efervescencia popu<strong>la</strong>r, que incluyó guerril<strong>la</strong>s e insurrecciones<br />

parciales. Esta fue brutalmente reprimida durante el gobierno<br />

de Isabel Martínez de Perón y finalmente con <strong>la</strong> dictadura<br />

militar de Vide<strong>la</strong>-Massera y Agosti, <strong>la</strong> cual ahogó en <strong>la</strong><br />

sangre de 10.000 muertos, 25.000 presos políticos y 30.000<br />

desaparecidos a <strong>la</strong> o<strong>la</strong> revolucionaria argentina de los `70.<br />

** Esta muchacha belga por entonces se había insta<strong>la</strong>do,<br />

junto a su concubino, en una finca muy cerca de <strong>la</strong> ciudad de<br />

La Banda, prestada por otra amiga alemana. Los belgas tenían<br />

por entonces unos 26 años (el<strong>la</strong>) y 34 (él). La muchacha era<br />

hija de un diplomático alemán, funcionario en el Par<strong>la</strong>mento<br />

Europeo. Habían venido al Sur buscando “tierras sin<br />

contaminar”, según afirmaban. Unos dos años después se<br />

separaron (él ya venía de un divorcio anterior). Me enteré<br />

entonces que ambos eran drogadictos. Pero en el caso del<br />

hombre, mezc<strong>la</strong>do con un alcoholismo exacerbado, se había<br />

convertido en un problema generador de violencia<br />

insoportable entre ellos. Poco después de esa separación, <strong>la</strong><br />

chica abandonó esa finca y se fue a vivir so<strong>la</strong> en una ciudad.<br />

(1) Tortil<strong>la</strong>, una masa compuesta únicamente por harina,<br />

grasa y agua, cocida al horno o sobre brasas, muy habitual<br />

- 51 -


como pseudo-alimento entre los sectores más humildes de <strong>la</strong><br />

pob<strong>la</strong>ción santiagueña.<br />

(2) Daniel Vidart. Ideología y realidad de América,<br />

Montevideo, 1968.<br />

(3) Emilio Romero. Historia Económica del Perú. Buenos<br />

Aires, 1949.<br />

(4) Antonello Gerbi, La disputa del Nuevo Mundo, México,<br />

1960.<br />

(5) Lewis Hanke, Estudios sobre Fray Bartolomé de <strong>la</strong>s<br />

Casas y sobre <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> justicia en <strong>la</strong> conquista<br />

españo<strong>la</strong> de América. Caracas, 1968.<br />

(6) Reader ´s Digest México. Secretos y misterios de <strong>la</strong><br />

historia. “La<br />

última batal<strong>la</strong> de Custer”. Impreso en Italia, 1995.<br />

(7) Fernán Gustavo <strong>Carreras</strong>. Notas sobre <strong>la</strong> cultura<br />

política de Santiago del Estero. Instituto San Martín de<br />

Porres, Comunidades Eclesiales de Base. Santiago del Estero,<br />

2002.<br />

(8) Diario La Nación. Revista. “Berlín: el muro que no<br />

cayó”. Por Martín Dinatale, enviado especial. 11 de mayo de<br />

2003.<br />

Respuestas<br />

(Con papelón)<br />

Resulta que le escribí a C<strong>la</strong>ra Rodríguez, pidiéndole<br />

autorización para compartir su respuesta con todos<br />

ustedes. El<strong>la</strong> muy cordialmente me <strong>la</strong> otorgó. Pero al ir a<br />

buscar los textos encontré que por algún error los había<br />

borrado. Por ello pido disculpas...<br />

- 52 -


Deseábamos incluir, en cada una de estas cartas,<br />

algunas respuestas recibidas. Ello con <strong>la</strong> esperanza de<br />

que puedan motivar otros aportes, y suscitar quizás el<br />

germen de una comunidad virtual de reflexión.<br />

Con el ánimo de remediar un poco el papelón que hice<br />

con C<strong>la</strong>ra, trataré de reproducir desde <strong>la</strong> memoria<br />

algunos de los conceptos recibidos:<br />

C<strong>la</strong>ra Rodríguez, periodista de Quebec, Canadá, había<br />

dicho que en el país del Norte se poseían muchos objetos<br />

-hasta el punto de afirmar que no faltaba prácticamente<br />

nada- pero dudaba de si <strong>la</strong> gente era capaz de tener<br />

verdaderamente en cuenta al otro, como ser humano. Tal<br />

vez C<strong>la</strong>ra desee ahondar un poco más sobre estos<br />

conceptos. De algún modo fue <strong>la</strong> inspiradora de <strong>la</strong><br />

presente carta.<br />

Amalia Beatriz Domínguez: “...A tu pregunta de cómo<br />

se escribe el nombre de esos perros negros, cruza de<br />

dogo y bulldog, te respondo que son los famosos<br />

ROTTWEILER”...<br />

José Rubén Adet: “...sería interesante hab<strong>la</strong>r un poco<br />

sobre <strong>la</strong>s religiones”...<br />

- 53 -


Respuesta de mi sobrino porteño<br />

Querido tío <strong>Julio</strong>:<br />

Este es el primer esbozo de respuesta a tus cartas que<br />

me siento a escribir. La escasa cantidad de tiempo que<br />

tengo y <strong>la</strong> riqueza de tus reflexiones me impiden hacer,<br />

por el momento, más que eso: sólo un esbozo. Aprovecho<br />

<strong>la</strong> ocasión para celebrar tu iniciativa y para darte <strong>la</strong>s<br />

gracias por el<strong>la</strong>. Es, para mí, un ejemplo, una l<strong>la</strong>mada a<br />

<strong>la</strong> reflexión y una fuente de inspiración. Quizás pueda<br />

aportar alguna cuestión desde un punto de vista algo<br />

diferente al tuyo, pero, sin duda, con <strong>la</strong>s mismas<br />

intenciones. Digo desde otro punto de vista porque,<br />

después de todo, y aunque me gusta el contacto con <strong>la</strong><br />

naturaleza (ese que tus reflexiones tanto exaltan), sigo<br />

siendo un animal de <strong>la</strong> ciudad.<br />

Aparentemente (escribo esto después de haber leído <strong>la</strong><br />

carta 3), está llegando el momento de ordenar y<br />

sistematizar un poco tus pensamientos, aunque <strong>la</strong> forma<br />

algo más fragmentaria que venían teniendo dejó algunas<br />

puntas muy interesantes para desarrol<strong>la</strong>r. Sobre todo <strong>la</strong><br />

carta sobre el “derecho de pernada” me pareció muy<br />

interesante, así como tus últimas líneas sobre <strong>la</strong> génesis<br />

de <strong>la</strong> organización social actual y el origen del poderío<br />

europeo a expensas de los países americanos y africanos.<br />

Estoy bastante de acuerdo con eso de que el egoísmo fue<br />

el motor que movió esta maquinaria monstruosa de<br />

- 54 -


dominación y sometimiento (algo nos enseñó Nietzsche<br />

acerca de esto, entre otros).<br />

Los únicos momentos en los que puedo hab<strong>la</strong>r de<br />

alguna discrepancia con respecto a tu exposición son<br />

aquellos en los que se desliza un cierto antagonismo<br />

entre lo rural y lo urbano. Primero porque <strong>la</strong> frontera que<br />

separa una cosa de <strong>la</strong> otra no me parece tan c<strong>la</strong>ra. Digo,<br />

en el sentido de que difícilmente estén exentos en el<br />

campo de todo tipo de influencias y contactos aunque sea<br />

indirectos con <strong>la</strong> creciente tecnologización de <strong>la</strong><br />

existencia y el dominio sin fronteras ejercido por los<br />

medios de comunicación en lo que algunos l<strong>la</strong>man <strong>la</strong> era<br />

de <strong>la</strong> información. Segundo, porque, aún si suponemos<br />

que existe tal frontera, y aún reconociendo que <strong>la</strong> vida<br />

más cerca de <strong>la</strong> “naturaleza” tiene innumerables e<br />

invaluables ventajas (sería necio y estúpido negarlo, no<br />

quisiera que se me mal interprete), me parece que <strong>la</strong><br />

existencia en <strong>la</strong> ciudad nos p<strong>la</strong>ntea una serie de desafíos<br />

y una nueva forma de concebir <strong>la</strong> vida que a mí me gusta<br />

pensar como oportunidades para ampliar nuestro<br />

horizonte, sin que esto implique <strong>la</strong> supuesta<br />

deshumanización que muchas veces se le imputa. Al<br />

contrario, <strong>la</strong> interacción con <strong>la</strong>s nuevas tecnologías y <strong>la</strong>s<br />

nuevas formas de comunicación nos obligan a ampliar<br />

nuestra concepción de lo que significa ser humanos y<br />

abordar <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con el otro desde una perspectiva<br />

mucho más amplia. Las viejas categorías de libertad,<br />

fraternidad, individuo, comunidad, etc. son inservibles si<br />

no son reformu<strong>la</strong>das teniendo en cuenta <strong>la</strong> aceleración y<br />

- 55 -


<strong>la</strong> creación de nuevos espacios que los últimos tiempos<br />

significaron (y seguirán significando... parece que<br />

nuestra ontología se seguirá ampliando infinitamente con<br />

el descubrimiento - creación de espacios inauditos). En<br />

este sentido me parece importante pensar de manera no<br />

excluyente con respecto a los distintos espacios en los<br />

que <strong>la</strong> vida puede tener presencia.<br />

Creo que el gran problema con todo esto no es <strong>la</strong><br />

urbanidad y el avance tecnológico en sí mismos, sino el<br />

sistema en el que éstos tienen lugar: justamente, el<br />

sistema opresivo que tus reflexiones intentan sabiamente<br />

desenmascarar y comprender, para poder luego subvertir,<br />

y aquí es donde nuestras intenciones vuelven a juntarse.<br />

La denuncia que se hace desde esa reciente disciplina<br />

filosófica l<strong>la</strong>mada bio-ética a los avances tecnológicos y<br />

su aplicación al ser humano parece no entender del todo<br />

el mapa que se está dibujando: <strong>la</strong> solución no pasa por<br />

reprimir el avance de <strong>la</strong> ciencia, sino por el<br />

rep<strong>la</strong>nteamiento de <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones de poder que se<br />

adueñan de <strong>la</strong> misma. Algo parecido sucede con los<br />

polít icos de derecha que se llenan <strong>la</strong> boca hab<strong>la</strong>ndo de <strong>la</strong><br />

necesidad de reforzar <strong>la</strong> represión de <strong>la</strong> delincuencia en<br />

lugar de preocuparse más por torcer el rumbo de <strong>la</strong>s<br />

polít icas económicas que dejan a una parte cada vez más<br />

grande de nuestra sociedad más allá de los límites de <strong>la</strong><br />

marginalidad. Como bien dijo Fidel Castro en su reciente<br />

discurso en <strong>la</strong> Facultad de derecho de <strong>la</strong> UBA, se dedica<br />

más tiempo a <strong>la</strong> medicina terapéutica que a <strong>la</strong> preventiva.<br />

Entre otras cosas, porque es más rentable tener a <strong>la</strong> gente<br />

- 56 -


enferma y gastando dinero en medicamentos que evitar<br />

que se enfer me.<br />

Bueno, tendría algunas cosas más que decir, pero no<br />

quiero cansarte. Así que me despido por ahora, esperando<br />

poder retomar algunas de estas ideas en otro momento y<br />

continuar el diálogo. Gracias de nuevo por compartir tus<br />

pensamientos con nosotros, espero ansioso tu próxima<br />

carta.<br />

Te mando un gran abrazo,<br />

Rafael Mc Namara <strong>Carreras</strong><br />

Buenos Aires<br />

Respuesta de <strong>Julio</strong> a Rafael:<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Sábado 21 de junio de<br />

2003.<br />

Querido Rafael:<br />

Verdaderamente tienes razón. Por un momento creo<br />

que caí en proyectar una percepción individual, muy<br />

influida por los sentimientos, sobre lo generalizable.<br />

Sucedió bajo <strong>la</strong> evocación personal de aquellos cinco<br />

años transcurridos en el campo, con nuestras hijas<br />

pequeñitas. Debería haber reflexionado un poco más<br />

acerca de que -por ejemplo- ese mismo periodo no fue<br />

feliz para mi esposa. En cambio, ahora <strong>la</strong> veo rebosante y<br />

- 57 -


muy realizada, como resultado en gran parte de los cerca<br />

de 14 años que llevamos ya viviendo, de nuevo, en una<br />

ciudad. Gloria -proveniente de San Francisco de Córdoba<br />

-ciudad 100 x 100 industrial, con 95 % de sus habitantes<br />

de origen nordeuropeo- es también un “animal de ciudad”<br />

como te reivindicas.<br />

Yo mismo puedo comprender <strong>la</strong>s particu<strong>la</strong>res<br />

condiciones de felicidad que pueden obtenerse habitando<br />

en grandes urbes como Buenos Aires. Lo he descripto,<br />

incluso, en varios de mis cuentos, muchos de ellos<br />

publicados en libro, o en mis nove<strong>la</strong>s, particu<strong>la</strong>rmente en<br />

una publicada hacia 1991, Abe<strong>la</strong>rdo. ¿Es que lo había<br />

olvidado?<br />

Sucede, creo, que aunque vivo en un barrio de <strong>la</strong>s<br />

afueras de Santiago (conoces mi casa, sabes que es<br />

amplia, arbo<strong>la</strong>da, sale a una bucólica p<strong>la</strong>za por detrás,<br />

tenemos a dos cuadras un inmenso bosque virgen)<br />

padezco por razones <strong>la</strong>borales los efectos de <strong>la</strong> capital<br />

provincial (ciudad afeada por todos los vicios de <strong>la</strong>s<br />

grandes urbes, sin sus beneficios). Pese a ello, creo que<br />

este tema da para reflexionar mucho más, cosa que<br />

seguramente podremos hacer, a lo <strong>la</strong>rgo de este proyecto<br />

en común emprendido con <strong>la</strong>s <strong>Cartas</strong>.<br />

Un gran abrazo.<br />

<strong>Julio</strong><br />

- 58 -


CARTA Nº 5<br />

Autonomía, Santiago del Estero, martes, 3 de junio de 2003 *<br />

Poco tiempo después de haberme encontrado con quien<br />

ahora es mi esposa -septiembre de 1973- el<strong>la</strong> se hizo<br />

atea. ¿La razón? Había muerto su padre.<br />

-No puedo creer que exista un Dios bondadoso, justo, y<br />

se lleve a un hombre como mi padre ¡a los 54 años! -<br />

decía.<br />

Tuve muchas objeciones para esta afirmación, pero <strong>la</strong>s<br />

callé debido a <strong>la</strong>s circunstancias. Por mi parte, en ese<br />

mismo periodo había sufrido <strong>la</strong> pérdida de mi tío Mariano<br />

y de mi abuelo (a quienes quería tanto como a mi padre).<br />

Algo peor: mi novia había muerto, a principios de ese<br />

mismo año, lo cual me llevó a rozar el suicidio. Pero no a<br />

perder mi fe religiosa.<br />

Hoy, treinta años después, mi esposa ha regresado a su<br />

religión. Es una católica ejemp<strong>la</strong>r -dirige, incluso, <strong>la</strong><br />

sección local de Caritas-, y practica sin objeción alguna<br />

todos los preceptos. Yo, en cambio, me he alejado de <strong>la</strong><br />

iglesia institucional. No sólo del catolicismo, sino de<br />

toda organización. Y a decir verdad, pese a haber<br />

transcurrido gran parte de mis 53 años estudiando o<br />

reflexionando sobre religiones, <strong>la</strong>s numerosas<br />

- 59 -


incertidumbres que sustenta mi razonamiento me obligan<br />

a caminar por estos terrenos en puntas de pies.<br />

Intentaré enseguida esbozar algunos conceptos que fui<br />

hal<strong>la</strong>ndo, durante esta búsqueda.<br />

La actitud religiosa parece haber sido una necesidad<br />

muy precoz en <strong>la</strong> condición humana. Se atribuye a <strong>la</strong>s<br />

primeras etapas de organización, cuando los humanos se<br />

irguieron, el surgimiento de embrionarios actos de<br />

religiosidad. “Precisamente gracias a <strong>la</strong> postura vertical<br />

puede organizarse el espacio conforme a una estructura<br />

inaccesible a los prehomínidos -sostiene Mircea Eliade- :<br />

en cuatro direcciones horizontales proyectadas a partir de<br />

un eje central de `arriba abajo´. [...] A partir de esta<br />

experiencia original, <strong>la</strong> de sentirse `proyectado´ en medio<br />

de una extensión aparentemente ilimitada, desconocida,<br />

amenazante, se e<strong>la</strong>boran los diferentes medios de<br />

`orientatio´, pues no se puede vivir por mucho tiempo en<br />

medio del vértigo provocado por <strong>la</strong> desorientación. Esta<br />

experiencia del espacio orientado en torno a un `centro´<br />

explica <strong>la</strong> importancia de <strong>la</strong>s divisiones y particiones<br />

ejemp<strong>la</strong>res de los territorios, <strong>la</strong>s aglomeraciones y <strong>la</strong>s<br />

viviendas, así como su simbolismo cósmico.” (1)<br />

Durante el siglo XIX se fortaleció en Europa una<br />

corriente de investigación que supuso nuestros orígenes<br />

culturales en <strong>la</strong> zona de <strong>la</strong> Mesopotamia e Irán. Así, E.<br />

Schure informa: “La corriente semita y <strong>la</strong> corriente aria:<br />

he aquí por donde nos han llegado todas nuestras ideas,<br />

mitologías y religiones, artes, ciencias y filosofías. [...]<br />

- 60 -


La corriente semítica contiene los principios absolutos y<br />

superiores: <strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> unidad y <strong>la</strong> universalidad en<br />

nombre de un principio supremo que conduce a <strong>la</strong><br />

unificación de <strong>la</strong> familia humana. La corriente aria<br />

contiene <strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> evolución ascendente en todos los<br />

reinos terrestres y supraterrestres, y conduce a <strong>la</strong><br />

diversidad infinita de los desarrollos [...] (y) <strong>la</strong>s<br />

aspiraciones múltiples del alma. El genio semita<br />

desciende de Dios al hombre; el genio ario sube del<br />

hombre a Dios”. (2)<br />

Refrendando al parecer estos criterios, cierta oda<br />

sumeria a <strong>la</strong> cual se atribuyen al menos 5.000 años de<br />

antigüedad, nos dice:<br />

“¡Amigo, quién se encumbrara y pudiera<br />

subir al cielo y morar para siempre con Shamash!<br />

[...]Porque cuando los dioses crearon al hombre<br />

le infundieron <strong>la</strong> muerte,<br />

reservando <strong>la</strong> vida para sí mismos.” (3)<br />

Sin embargo parecen haberse gestado concepciones<br />

religiosas más antiguas, en China y <strong>la</strong> India. Aunque para<br />

el propósito de estas reflexiones se lo menciona sólo<br />

como un dato adicional.<br />

Una de <strong>la</strong>s primeras manifestaciones del monoteísmo<br />

surgió en Egipto, hace 3380 años: “...Akhenatón rebajó a<br />

Amón y a todos los restantes dioses en favor de Atón,<br />

Dios supremo, identificado con el disco so<strong>la</strong>r, fuente<br />

universal de <strong>la</strong> vida...” (4)<br />

Las reformas instrumentadas por Akhenatón<br />

introdujeron transformaciones revolucionarias en Egipto<br />

- 61 -


-aunque por muy poco tiempo. El<strong>la</strong>s se sustentaban en<br />

una ideología bastante parecida, en sus preceptos<br />

exteriores, a <strong>la</strong> que luego nos presentaría Jesús, l<strong>la</strong>mado<br />

“Mesías” o “El Cristo”. Justicia social, un culto<br />

monoteísta… La diferencia -muy grande, sin duda- es que<br />

el Faraón intentó establecer esas reformas desde <strong>la</strong><br />

cúspide del poder, apoyándose en <strong>la</strong> estructura del Estado<br />

y un poderoso ejército, mientras Jesucristo lo hizo a<br />

partir únicamente de su proc<strong>la</strong>mada condición divina.<br />

Esta extremadamente sucinta referencia a <strong>la</strong>s ideas<br />

religiosas tiene como propósito l<strong>la</strong>mar <strong>la</strong> atención sobre<br />

tres conceptos, que a mi criterio pueden extraerse de<br />

el<strong>la</strong>s:<br />

1) La búsqueda de una Comunidad basada en el amor.<br />

2) La posibilidad de un p<strong>la</strong>no más perfecto de<br />

existencia en los Universos.<br />

3) La articu<strong>la</strong>ción de un sentido para todo lo<br />

perceptible.<br />

Los seguidores de Jesucristo hicieron realidad por<br />

primera vez en <strong>la</strong> historia una sociedad comunista. “El<br />

conjunto de los que habían creído vivían unidos;<br />

compartían todo cuanto tenían, vendían sus bienes y<br />

propiedades y repartían después el dinero entre todos<br />

según <strong>la</strong>s necesidades de cada uno”. (5) Dentro de este<br />

mismo grupo inicial, surgieron tendencias que animaban<br />

a dejar de <strong>la</strong>do, además, todo interés por los objetos, para<br />

intentar <strong>la</strong> transfiguración. Esto se manifestaría cuando<br />

- 62 -


dejáramos el cuerpo (o vehículo) terrenal, para<br />

emprender una continuidad superior de <strong>la</strong> existencia, esta<br />

vez en un cuerpo de carácter más sutil (pura energía, o<br />

luz).<br />

El gnosticismo, corriente muy dinámica de esta<br />

primera etapa del cristianismo, concibió (o recibió por<br />

inspiración) <strong>la</strong> teoría de que el mundo no había sido<br />

creado por Dios sino por Satanás (a quien algunas<br />

interpretaciones identifican con Ahriman, antiguo dios<br />

persa) o Lucifer. (6) Una singu<strong>la</strong>r versión evangélica,<br />

rescatada del salvaje aniqui<strong>la</strong>miento a que fueron<br />

sometidos los cátaros durante <strong>la</strong> Edad Media, es <strong>la</strong><br />

exposición antigua más coherente de esta doctrina que he<br />

encontrado. El<strong>la</strong> afirma que Satanás, quien era un<br />

coordinador glorioso de <strong>la</strong>s criaturas en los cielos “fue<br />

herido de orgullo [...] y quiso ser semejante al Altísimo”.<br />

En ese p<strong>la</strong>n efectuó una extensa campaña polít ica,<br />

convenciendo a innumerables seres espirituales para<br />

seguirlo en su aventura. Mas descubierto por el Padre,<br />

este ordenó “(a sus) ángeles (despojarlo) de sus<br />

vestiduras, de sus tronos y de sus coronas (y asimismo) a<br />

todos los ángeles que habían escuchado y obedecido a<br />

Satanás.”<br />

Entonces el ex administrador de los bienes de Dios,<br />

caído en desgracia, junto a sus numerosos seguidores,<br />

erró por un tiempo en el Universo, sin destino fijo, hasta<br />

que: “rogó al Padre, diciendo: Ten compasión de mí, y te<br />

lo devolveré todo.<br />

- 63 -


“Y el Padre tuvo compasión de él [...] Y Satanás se<br />

instaló en el firmamento, e imperó en el ángel del aire, y<br />

en el ángel del agua. Y estos levantaron <strong>la</strong> tierra, y el<br />

ángel que dominaba sobre <strong>la</strong>s aguas recibió una corona.<br />

Y con <strong>la</strong> mitad de el<strong>la</strong> hizo <strong>la</strong> luz de <strong>la</strong> luna, y <strong>la</strong> luz de<br />

<strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s [...] y creó el trueno, <strong>la</strong> lluvia, el granizo y<br />

<strong>la</strong> nieve.<br />

“[...]Y mandó a <strong>la</strong> tierra que produjese todos los<br />

volátiles, y todos los reptiles, y los árboles, y <strong>la</strong>s<br />

hierbas. Y mandó al mar que produjese los peces y los<br />

pájaros del cielo.<br />

“Y reflexionando entre sí, quiso hacer al hombre a su<br />

imagen, y ordenó al ángel del tercer cielo que entrase en<br />

un cuerpo de barro.<br />

“Y, tomando una porción de este cuerpo, hizo otro<br />

cuerpo en forma de mujer, y ordenó al ángel del segundo<br />

cielo que entrase en el cuerpo de <strong>la</strong> mujer”.<br />

¿No es esta <strong>la</strong> historia del Génesis, no es allí <strong>la</strong><br />

creación atribuida a Dios? Sí, pero tal suposición sería<br />

producto de un engaño. Pues “tomando a una de sus<br />

creaciones humanas, Enoch, lo inspiró” para que<br />

instruyera a sus semejantes, dándoles preceptos en<br />

nombre de Dios, desde Abraham a Moisés. Así, gran<br />

parte de <strong>la</strong> legis<strong>la</strong>ción veterotestamentaria habría sido<br />

inspirada, en realidad, según este re<strong>la</strong>to, para beneficio<br />

del sistema administrativo de Satanás.<br />

Dentro de esta concepción, <strong>la</strong> venida de Cristo<br />

adquiere el sentido de liberarnos de <strong>la</strong> prisión material:<br />

“Entonces los espíritus saldrán de <strong>la</strong>s prisiones de los<br />

- 64 -


que no ven [...] Y surgirá de <strong>la</strong>s regiones inferiores de <strong>la</strong><br />

tierra una oscuridad temerosa [...] ...que consumirá todas<br />

<strong>la</strong>s cosas, hasta el aire del firmamento. Y el Señor estará<br />

en todo el espacio que media entre el firmamento y <strong>la</strong>s<br />

regiones inferiores de <strong>la</strong> tierra.[...] Y los justos bril<strong>la</strong>rán<br />

como el sol, en el reino de su Padre.” (7)<br />

Termino estas reflexiones sosteniendo creer que en un<br />

universo tan inmenso, en donde nuestro sistema so<strong>la</strong>r es<br />

apenas, quizá, comparable a un peñasco en el salitral, (8)<br />

parece muy difícil que únicamente <strong>la</strong> Tierra esté provista<br />

de vida inteligente.<br />

Si aceptamos como válida <strong>la</strong> suposición de que existan<br />

otras formas de vida inteligente, podríamos aceptar<br />

también que algunas de el<strong>la</strong>s podrían ser muy superiores<br />

a <strong>la</strong> nuestra. A su vez, estas formas superiores podrían<br />

estar coordinadas por otras más avanzadas, y así hasta<br />

llegar a niveles que resultarían insondables para nuestra<br />

rústica imaginación, lo cual habría sido resuelto por<br />

personas sensibles con <strong>la</strong> invención del vocablo “Dios”.<br />

(O Brahma, Atón, YHWH, Alá, Abraxas, “El Anciano de<br />

los Días”...)<br />

Discernir de qué manera se integra nuestra existencia<br />

en el continuo devenir del Cosmos, y cuáles son los<br />

factores que ocasionan su equilibrio, o desequilibrio,<br />

sería pues desde esta concepción el propósito de <strong>la</strong><br />

actividad religiosa.<br />

- 65 -


Consciente de que no he hecho sino esbozar los<br />

primeros balbuceos de un tema muy amplio, espero al<br />

menos haber acercado un pequeño aporte, para ayudar a<br />

comprenderlo.<br />

Me despido con un saludo afectuoso.<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

* Hch 20,17-27/Sal 67. Muerte de Juan XXIII. Mañana<br />

miércoles 4 de junio, se conmemora el Día Internacional de<br />

los Niños Víctimas Inocentes de <strong>la</strong> agresión. Promulgado por<br />

<strong>la</strong> ONU el 19 de octubre de 1982, ante <strong>la</strong> situación de los<br />

niños palestinos y libaneses, atrapados por <strong>la</strong> agresión bélica<br />

israelí.<br />

(1) Mircea Eliade. Historia de <strong>la</strong>s creencias y de <strong>la</strong>s ideas<br />

religiosas. Tomo I. Capítulo I. Pág.19. Ediciones Cristiandad,<br />

Madrid, España, 1978.<br />

(2) Edouard Schuré. Los grandes iniciados. Editores<br />

Mexicanos Unidos. Col. Algarín, México. 9ª edición, 1986.<br />

Este autor, miembro de <strong>la</strong> Sociedad Teosófica, introduce<br />

datos mitológicos en su narración histórica. Presenta sin<br />

embargo, de un modo coherente, el cuerpo de ideas que<br />

habían llegado a ser presupuestos manifiestos o subyacentes<br />

en <strong>la</strong> concepción europea predominante, a fines del siglo<br />

XIX.<br />

- 66 -


(3) Anónimo. Epopeya de Gilgamesh. Traducción de Este<strong>la</strong><br />

Dos Santos de <strong>la</strong> versión italiana de Rinaldi, en Storia delle<br />

letterature dell´Antica Mesopotamia. Centro Editor de<br />

América Latina, Buenos Aires, 1981.<br />

(4) Mircea Eliade, obra citada. El himno a Atón, creación<br />

de <strong>la</strong> época (traducido por Este<strong>la</strong> Dos Santos), eleva sus loas<br />

a este nuevo dios:<br />

“Tú surges bello en el horizonte del cielo<br />

¡oh! Atón vivo que has iniciado el vivir.<br />

Cuando te levantas en el horizonte oriental<br />

toda <strong>la</strong> tierra se llena de tu belleza.<br />

¡Tú eres grande, bello, esplendente, excelso sobre todos<br />

los países”.<br />

A su vez, una de <strong>la</strong>s primeras obras literarias escritas, <strong>la</strong><br />

Historia de Sinhue, refiere: “Es un dios que no tiene igual, no<br />

existió ningún otro antes semejante a él.” (Traducción de<br />

Margarita Belgrano, Centro Editor de América <strong>la</strong>tina, Buenos<br />

Aires, 1981.) Mika Waltari creó una magnífica nove<strong>la</strong>,<br />

inspirado por aquellos textos antiguos (Sinuhe el egipcio).<br />

Tal vez podamos volver sobre este tema en alguna Carta<br />

posterior.<br />

(5) Hechos de los Apóstoles, Cap. 2 Vss 44 y 45. La Biblia<br />

Latinoamericana. Ediciones Paulinas, Verbo Divino, Alfredo<br />

Ortells. Chile, 1972. En el capítulo 4, versículos 34 y 35,<br />

reiteran y desarrol<strong>la</strong>n este concepto, insistiendo además en<br />

que, de los bienes vendidos por quienes tenían esa posibilidad<br />

“cada uno recibía de acuerdo a su necesidad”. Este concepto<br />

es el mismo que en 1848 sostienen Marx y Engels, en su<br />

famoso aforismo “De cada cual, de acuerdo a sus<br />

posibilidades y a cada cual de acuerdo a sus necesidades”<br />

(6) Rudolf Steiner y sus seguidores diferencian entre<br />

Satanás, Lucifer y una tercera potencia tenebrosa: Sorat. Así,<br />

- 67 -


consideran <strong>la</strong> oposición a <strong>la</strong> obra de Jesucristo protagonizada<br />

por tres grandes fuerzas:<br />

“Las actuaciones en el ámbito astral de Lucifer y sus<br />

huestes para conducir al ser humano a su destino ejerciendo<br />

una <strong>la</strong>bor opositora, mediante <strong>la</strong> cual el ser humano ha<br />

logrado obtener <strong>la</strong> iluminación necesaria en su intelecto para<br />

iniciar sus propios procesos de auto conciencia y desarrol<strong>la</strong>r<br />

los conceptos intelectuales de los Arquetipos espirituales de<br />

Verdad, Belleza y Bondad. [...]<br />

“Las de Ahriman y sus huestes a nivel etérico para atrapar<br />

en <strong>la</strong> forma el impulso luciférico, ejerciendo una <strong>la</strong>bor<br />

opositora mediante <strong>la</strong> cual contrapesar <strong>la</strong>s fuerzas centrifugas<br />

escapistas luciféricas, y que como Pseudo Cristo quedan<br />

manifestadas fundamentalmente en el l<strong>la</strong>mado `Estado del<br />

Bienestar Social´ de este mundo de materia (elemento éste<br />

que corresponde al dominio asúrico). Se canalizan a través de<br />

<strong>la</strong>s corrientes que buscan el Cielo en <strong>la</strong> Tierra y cuya<br />

expresión más c<strong>la</strong>ra sería <strong>la</strong> sociedad anglosajona,<br />

fundamentalmente <strong>la</strong> Americana, aunque se encuentre teñida<br />

por los permanentes ataques desestabilizadores asúricos.<br />

“Las de Sorat y sus huestes asúricas, aportando a <strong>la</strong> forma<br />

ahrimánica <strong>la</strong> pesada materia, producto de <strong>la</strong> descomposición<br />

del espíritu y de <strong>la</strong>s cuales son legítimos responsables y que,<br />

como auténtico Anti Cristo, Demonio So<strong>la</strong>r o potencia po<strong>la</strong>r a<br />

<strong>la</strong> del Cristo cuya máxima expresión es el Amor, se expresa a<br />

través del Odio. Se canalizan a través de <strong>la</strong>s corrientes<br />

generadoras de destrucción y sufrimiento en el mundo,<br />

alimentándose o recibiendo su tributo, como contraprestación<br />

por el trabajo aportado para el desarrollo de <strong>la</strong> humanidad en<br />

<strong>la</strong> Tierra, en sangre humana y cuanto más inocente sea ésta<br />

mejor (siendo su bocado más deseado el sufrimiento y<br />

derramamiento de sangre infantil).<br />

- 68 -


“Expresión de lo anterior son los sacrificios humanos de<br />

determinadas culturas a través de <strong>la</strong> historia. En ocasiones se<br />

presentan con <strong>la</strong> máscara de un aparente bien, como es el<br />

caso de determinados organismos actuales que poseen una<br />

aureo<strong>la</strong> de prestigio mundial pero cuyas decisiones causan<br />

elevados niveles de sufrimiento en <strong>la</strong>s sociedades en <strong>la</strong>s que<br />

se aplican sus recomendaciones. (Robert S. Mason, El<br />

advenimiento de Ahriman, Londres, 1998. El fragmento<br />

anterior pertenece a <strong>la</strong> introducción hecha por los traductores<br />

a su publicación españo<strong>la</strong>. CERS, Madid, 2000.)<br />

(7) Evangelios apócrifos. Tomo I. El Evangelio cátaro de<br />

Juan. Traducción de Edmundo González B<strong>la</strong>nco. Edición al<br />

cuidado de Jorge Luis Borges. Hyspamérica Argentina,<br />

Buenos Aires, 1985.<br />

(8) “El Universo es en su casi totalidad un vacío negro, y<br />

sin embargo el número de soles es asombroso. [...] So<strong>la</strong>mente<br />

en <strong>la</strong> ga<strong>la</strong>xia de <strong>la</strong> Vía Láctea podría haber cien mil millones<br />

de mundos, ninguno demasiado cerca, ninguno demasiado<br />

lejos del sol local, alrededor del cual circu<strong>la</strong>n en un<br />

silencioso homenaje gravitatorio.” (Carl Sagan y Ann<br />

Druyan, Sombras de antepasados olvidados, Editorial<br />

P<strong>la</strong>neta, Barcelona, 1993.)<br />

“...sabemos que el universo consiste en enjambres de<br />

ga<strong>la</strong>xias, cada uno de ellos conteniendo desde unas pocas<br />

docenas a unos mil<strong>la</strong>res de ga<strong>la</strong>xias individuales. Cada<br />

ga<strong>la</strong>xia, a su vez, es un enjambre que contiene desde unos<br />

miles de millones a algunos billones de estrel<strong>la</strong>s.” (Isaac<br />

Asimov. Cronología del mundo. Ariel Ciencia. Colombia,<br />

1992.)<br />

- 69 -


Respuestas<br />

Ho<strong>la</strong> <strong>Julio</strong>, recibí tu envío, muy interesante y real,<br />

gracias.<br />

Te comunico que me tomé el atrevimiento de<br />

reenviarlo a personas amigas (de esas que suelen pensar,<br />

por supuesto) locales y de otras provincias, pues me<br />

parece que estas verdades hay que difundir<strong>la</strong>s a los<br />

cuatro vientos.<br />

Quedamos en contacto, recibe un abrazo y gracias<br />

nuevamente.<br />

Mario Cardozo<br />

Respuesta de <strong>Julio</strong> a Mario<br />

Muchísimas gracias a ti, Mario. El propósito de estas<br />

cartas es aportar aunque fuese algunas pequeñas ideas<br />

para que nuestra vida como humanos sea un poco mejor.<br />

No se venden ni arrojan otro beneficio para el autor que<br />

<strong>la</strong> satisfacción de haber logrado aunque sea en parte este<br />

objetivo. De ahí que tu respuesta -como <strong>la</strong>s de otros que<br />

<strong>la</strong>s envían amablemente- sea considerada como mi<br />

sa<strong>la</strong>rio.<br />

- 70 -


Textonautas<br />

Ho<strong>la</strong> <strong>Julio</strong>, encantado de conocerle yo me l<strong>la</strong>mo santi,<br />

soy uno de los administradores de Textonautas. Me ha<br />

impactado su carta, sobre todo <strong>la</strong> convicción que<br />

desprende de sus pa<strong>la</strong>bras, (corroboradas por<br />

documentación precisa) y por <strong>la</strong> utilización de un<br />

lenguaje sencillo, c<strong>la</strong>ro y fácil de entender, lo que se<br />

agradece. Puede ser discutible si lleva razón o no en todo<br />

(en muchas cosas sí), por ejemplo, culpar a Europa de<br />

todos los males que sufre el mundo actualmente no me<br />

parece lógico. Reconozco que históricamente ha podido<br />

influir negativamente en el presente de esos países, eso<br />

es indudable, pero tampoco creo que sea (seamos, ya que<br />

soy europeo) los únicos culpables.<br />

Pero bueno, no es mi intención discutir, sino<br />

agradecerle que nos haya enviado su carta y decirle que<br />

me gustó. Por lo que veo es <strong>la</strong> número 3, lo cual me<br />

entristece porque a nuestra dirección sólo ha llegado<br />

ésta, ni <strong>la</strong> 1 ni <strong>la</strong> 2. ¿Sería tan amable de reenviarme <strong>la</strong>s<br />

anteriores para poder leer<strong>la</strong>s? Es que hemos tenido fuera<br />

de servicio nuestra cuenta de correo durante algún tiempo<br />

y posiblemente haya sido por eso por lo que no llegaron.<br />

Se lo agradezco, reciba un saludo afectuoso<br />

Santi<br />

textonautas@hotmail.com<br />

- 71 -


Respuesta de <strong>Julio</strong> a Santi<br />

Los Toltecas, los Mayas, los Aztecas y los<br />

Tavantisuyus (gobernados por el Inca) ejercían una<br />

dominación cruel sobre los pueblos bajo su yugo y<br />

efectuaban horrendos sacrificios humanos. Un historiador<br />

respetadísimo hace subir hasta dos mil por año el número<br />

de <strong>la</strong>s víctimas sacrificadas. He aquí su descripción: “Las<br />

víctimas del enemigo eran de ordinario los prisioneros<br />

[...] Eran conducidas al sacrificio por los sacerdotes, en<br />

procesión, a pasos lentos, al son de música y en medio de<br />

los cantos del ritual. [...] El pueblo, reunido a lo lejos, lo<br />

contemp<strong>la</strong>ba todo en un silencio profundo. En fin, <strong>la</strong><br />

víctima era tendida sobre <strong>la</strong> piedra fatal. El sacrificador<br />

se acercaba a el<strong>la</strong> armado de un cuchillo de piedra, le<br />

abría el pecho, le arrancaba el corazón humeante, y<br />

rociaba con <strong>la</strong> sangre <strong>la</strong>s imágenes de los dioses. El<br />

cadáver era entregado al guerrero que había prendido a <strong>la</strong><br />

víctima en <strong>la</strong> batal<strong>la</strong>, el cual lo ofrecía a sus amigos en<br />

un banquete.” (Diego Barros Arana. Historia de América.<br />

Tomo I, Capítulo II: El antiguo México. Ediciones<br />

Ánfora, Buenos Aires, 1973.) Más ade<strong>la</strong>nte, este mismo<br />

autor expresa: “Los antiguos mexicanos tenían fiestas y<br />

diversiones de diferentes especies: conocían muchos<br />

juegos en que eran diestrísimos; celebraban ostentosos<br />

banquetes en que se les servían delicados manjares; pero<br />

una tristeza casi constante formaba el fondo del carácter<br />

nacional. En medio del brillo de <strong>la</strong>s riquezas, el mejicano<br />

vivía aterrorizado por sus preocupaciones religiosas, y<br />

- 72 -


abatido no tanto por el despotismo del gobierno de <strong>la</strong><br />

tierra cuanto por el temor a sus horribles y sanguinarios<br />

dioses”.<br />

Ya que tengo este tomo abierto ante mí, junto a <strong>la</strong><br />

computadora, mientras escribo (y el libro no es pequeño)<br />

aprovecharé para tomar de su narración otro párrafo:<br />

(Huáscar y Atahualpa, hermanos y gobernantes del<br />

Tavantisuyu) “Durante cinco años [...] reinaron<br />

pacíficamente en sus estados respectivos; pero empeñose<br />

enseguida una guerra terrible en que, después de<br />

sangrientos combates, <strong>la</strong> victoria quedó para Atahualpa.<br />

Huáscar fue retenido en una prisión”. (Obra citada,<br />

Capítulo XIV, Conquista del Perú.)<br />

Quiero decirte con esto, Santi, que posiblemente<br />

hubiera esperado a los millones de aborígenes que<br />

habitaban este inmenso continente padecimientos<br />

simi<strong>la</strong>res –o incluso peores– si no hubiesen llegado hasta<br />

aquí los conquistadores europeos. Pues si los aztecas y<br />

los incas –imperios por entonces dominantes– no habían<br />

expandido aún más su opresión sobre <strong>la</strong>s demás razas, era<br />

probablemente por falta de tecnología. Pero como <strong>la</strong><br />

reflexión debe basarse sobre lo que efectivamente<br />

sucedió, les ha tocado ineludiblemente a los europeos,<br />

quienes protagonizaron hegemónicamente <strong>la</strong> conquista,<br />

cargar con <strong>la</strong> mayor parte de <strong>la</strong> responsabilidad. Como<br />

les toca ahora a los norteamericanos -simiente epidémica<br />

de Ing<strong>la</strong>terra- quienes ya cargan sobre sus espaldas el<br />

horror de Hiroshima y Nagasaki, el espanto de Vietnam,<br />

<strong>la</strong> incalificable masacre y opresión de Iraq.<br />

- 73 -


No es mi intención echar “toda <strong>la</strong> culpa” a los<br />

europeos. Y debo ac<strong>la</strong>rarte que no guardo prejuicio<br />

alguno en contra de Europa (incluso, muchos de los<br />

momentos más felices de mi vida lo fueron con personas<br />

provenientes de allá, a quienes recuerdo con inmenso<br />

afecto). Mi propia sangre es, por lo demás, de origen<br />

remotamente europeo.<br />

La intención de estas reflexiones es indagar sobre <strong>la</strong>s<br />

fuentes primordiales de los peores instintos,<br />

racionalizados en proyectos y concretados en acciones,<br />

que a lo <strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong> historia humana han conducido a su<br />

infelicidad. Tenía un p<strong>la</strong>n para ello: partiendo de algún<br />

hecho emblemático (como el “derecho de pernada”<br />

expuesto en una de <strong>la</strong>s primeras cartas) abordar<br />

sistemáticamente <strong>la</strong> violencia, el egoísmo, <strong>la</strong><br />

mezquindad, <strong>la</strong> astucia y deve<strong>la</strong>r en lo posible <strong>la</strong>s formas<br />

insidiosas como había ido interpenetrando <strong>la</strong> cultura<br />

humana a lo <strong>la</strong>rgo de los siglos. Todavía sigue en pie este<br />

p<strong>la</strong>n. Sólo que estamos dando algunos rodeos,<br />

aparentemente necesarios, inducidos por <strong>la</strong> inspiración.<br />

Dentro del estudio cronológico de los males,<br />

deberíamos entonces analizar <strong>la</strong> gestión de los sumerios -<br />

quienes establecieron el primer Imperio sobre <strong>la</strong> Tierra-,<br />

los egipcios, los babilonios, los asirios, los griegos y<br />

romanos, los chinos, los tártaros, los hunos, los árabes y<br />

los turcos antes de llegar a los europeos. Ninguno de los<br />

mencionados fueron ángeles benignos en sus políticas de<br />

dominación.<br />

- 74 -


Espero pues que <strong>la</strong>s <strong>Cartas</strong> puedan cumplir estos<br />

propósitos, y si los podemos completar en forma<br />

colectiva, mejor. Por ello quiero decirte que celebro<br />

mucho tu respuesta, <strong>la</strong> cual enriquece nuestra <strong>la</strong>bor.<br />

Por correo aparte envío a tu dirección de e-mail <strong>la</strong>s<br />

<strong>Cartas</strong> 1 y 2.<br />

Un saludo afectuoso.<br />

<strong>Julio</strong><br />

- 75 -


CARTA Nº 6<br />

Autonomía, Santiago del Estero, jueves, 12 de junio de 2003<br />

*<br />

Solemos creer que el refinamiento es patrimonio de <strong>la</strong>s<br />

c<strong>la</strong>ses “altas”. Me parece que no es así. Mas para<br />

entendernos mejor, es necesario intentar una<br />

aproximación a lo supuesto cuando usamos <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />

“refinamiento”.<br />

Durante el siglo veinte <strong>la</strong>s masas humanas fueron<br />

víctimas de <strong>la</strong>s ideas del dieciocho. Estas parieron, como<br />

uno de sus más grandes logros, el materialismo. Por ello,<br />

se llegó a considerar “refinado” a quien presentara rasgos<br />

de comportamiento agradables y cierta erudición formal.<br />

Se emparentó el concepto con <strong>la</strong> forma exterior de los<br />

objetos. No cabe duda, entonces, que La Piedad de<br />

Miguel Angel es un objeto refinado: allí el mármol<br />

aparece pulido hasta un grado de maravillosa tersura.<br />

Este criterio, sería tal vez el que permitiría incorporar<br />

a los significados de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra “refinamiento” <strong>la</strong>s<br />

acepciones: “extremada crueldad en <strong>la</strong> manera de actuar<br />

de una persona” o “ensañamiento, saña”. (1) Algunos<br />

reyes franceses del siglo XVII y sus amigos practicaban<br />

trabuco tirando contra presos a quienes, antes de soltar<br />

- 76 -


en el bosque ordenándoles correr, los carceleros habían<br />

maniatado, vendádonles sus ojos.<br />

La cinta Los Demonios, protagonizada por Oliver Reed<br />

y Vanessa Redgrave, ilustra dicha costumbre. Allí, los<br />

pobres reos son además embadurnados en alquitrán y<br />

emplumados, para dar mayor “lucimiento” al “festival”.<br />

En él -una colorida celebración- participan racimos de<br />

nobles, vestidos con lujo deslumbrante, bel<strong>la</strong>s damas,<br />

funcionarios, clero; todos asistidos por servidumbre<br />

incontable, asimismo asaz lujosa. (2)<br />

Discernimos, entonces, que es sólo aparente <strong>la</strong><br />

contradicción. Así, el término podía aplicarse a los<br />

“nobles” franceses l<strong>la</strong>mados a estrenar más tarde el<br />

invento del doctor Guillotin; ellos ostentaban sin duda<br />

caracteres de “finura, gusto, exquisitez, delicadeza,<br />

elegancia, distinción”, sin por ello estar exentos de<br />

“extremada crueldad en <strong>la</strong> manera de actuar” ni de<br />

“ensañamiento, saña” -otros significados inclusos en esta<br />

pa<strong>la</strong>bra, como ya quedó expresado.<br />

Esta concepción del refinamiento que hoy sustentan <strong>la</strong>s<br />

masas en <strong>la</strong>s ciudades europeas o europeizadas surgió en<br />

el Renacimiento (siglos XIV y XV). Pero adquirió<br />

definición ideológica durante los siglos XVIII y XIX, a<br />

través de <strong>la</strong> idealización romántica. Arnold Hauser<br />

describe a <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses que le dieron origen: “...<strong>la</strong>s cortes<br />

de los príncipes italianos del Renacimiento no persiguen<br />

tan altos fines (como los de <strong>la</strong> caballería medieval); su<br />

contribución a <strong>la</strong> cultura social se limita a aquel<br />

concepto que se difundió en el siglo XVI por influencia<br />

- 77 -


españo<strong>la</strong>, pasó a Francia y se impuso allí, constituyendo<br />

<strong>la</strong> base de <strong>la</strong> cultura cortesana y convirtiéndose en<br />

modelo para toda Europa.” (2) Permítasenos otra cita del<br />

mismo libro, pues aporta características importantes de<br />

los sectores que constituyeron -tamizados por el<br />

romanticismo- los clissés para el concepto occidental de<br />

refinamiento:<br />

“A diferencia de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se señorial de <strong>la</strong>s otras ciudades<br />

italianas, en primer lugar Florencia [...] <strong>la</strong> aristocracia de<br />

Roma se compone de tres grupos perfectamente<br />

diferenciados. El más importante está formado por <strong>la</strong><br />

corte pontificia con los parientes del Papa, el clero más<br />

alto, los diplomáticos del país y extranjeros y <strong>la</strong>s<br />

infinitas personalidades que participan de <strong>la</strong><br />

magnificencia pontificia. [...] Un segundo grupo abarca a<br />

los grandes banqueros y ricos comerciantes, que en <strong>la</strong><br />

despiadada Roma de entonces, centro de <strong>la</strong><br />

administración financiera pontificia, que se extendía por<br />

todo el mundo, tenían <strong>la</strong> mejor coyuntura imaginable. El<br />

banquero Altoviti es uno de los más magníficos amigos<br />

del arte de <strong>la</strong> época, y para Agostino Chigi trabajan, con<br />

<strong>la</strong> excepción del enemigo de Rafael, Miguel Ángel, todos<br />

los artistas famosos de <strong>la</strong> época; él da trabajo -aparte de<br />

a Rafael- a Sodoma, Baldassare Peruzzi, Sebastiano del<br />

Piombo, Giulio Romano, Francesco Penni, Giovanni da<br />

Udine y muchos otros maestros. El tercer grupo está<br />

formado por los miembros de <strong>la</strong>s antiguas familias<br />

romanas, ya empobrecidas, que puede decirse que no<br />

tienen parte alguna en <strong>la</strong> vida artística, y mantienen sus<br />

- 78 -


nombres con lustre gracias a que casan a sus hijos e hijas<br />

con los vástagos de burgueses ricos y con ello dan lugar<br />

a una fusión de c<strong>la</strong>ses semejante, aunque más reducida, a<br />

<strong>la</strong> que ya antes se había producido en Florencia y otras<br />

ciudades a consecuencia de <strong>la</strong> participación de <strong>la</strong> antigua<br />

nobleza en los negocios de <strong>la</strong> burguesía.”<br />

Además de finas en sus modales y gustos, estas c<strong>la</strong>ses<br />

son extremadamente crueles cuando lo consideran<br />

necesario. El Príncipe, de Maquiavelo, ha provisto tal<br />

vez un modelo insustituible del tipo de personalidad a <strong>la</strong><br />

cual nuestro concepto, aquí estudiado en sus acepciones<br />

occidentales, podrían aplicarse.<br />

Mas por hoy dejemos esta faceta del asunto (en otra<br />

oportunidad hab<strong>la</strong>remos de Lord Byron, Sir Lawrence de<br />

Arabia y otros psicóticos semejantes, que llegaron a<br />

constituir verdaderos arquetipos para Occidente).<br />

Veamos ahora <strong>la</strong> otra, <strong>la</strong> cual considero mucho más<br />

cercana a <strong>la</strong> verdadera esencia de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />

refinamiento. Para no cansarlos, hagamos aquí una pausa;<br />

concédanme, en el interín, una pequeña recordación.<br />

El señor Báez me visitaba con moderada frecuencia en<br />

Fernández. Cuando esto coincidía con alguna acción mía<br />

a campo abierto, solía contemp<strong>la</strong>r lo avanzando desde <strong>la</strong><br />

distancia, perdiendo y recuperando partes de su cuerpo<br />

tras <strong>la</strong>s ondu<strong>la</strong>ciones del camino que conducía a casa o<br />

los edificios, luego de atravesar el inmenso patio central<br />

de <strong>la</strong> Fundación -alrededor del cual se levantaban <strong>la</strong><br />

curtiembre, <strong>la</strong> carpintería, el <strong>la</strong>boratorio para <strong>la</strong><br />

- 79 -


extracción y depósito de miel, <strong>la</strong> casa de Josef Majer (de<br />

estilo seudoalpino en <strong>la</strong> superficie, pero cuyas<br />

habitaciones principales, se habían construido bajo<br />

tierra), <strong>la</strong> de Ulrich Buckenmayer (otra joyita<br />

arquitectónica, compuesta por dos primorosos globos de<br />

cemento y adobe, bajo los cuales se respiraba un aire<br />

umbroso y fresco, completamente ais<strong>la</strong>dos del exterior<br />

por <strong>la</strong>s mejores maderas en sus aberturas y finas mal<strong>la</strong>s<br />

metálicas para evitar el ingreso de insectos, unidos entre<br />

sí por una bonita galería cubierta, de forma rectangu<strong>la</strong>r),<br />

el gallinero, <strong>la</strong> Guardería (gigantesca construcción donde<br />

se había aplicado el criterio de <strong>la</strong>s casas-globo,<br />

perfeccionado tras el efecto un poco grosero de <strong>la</strong> Casa<br />

de los Alumnos, más gigantesca aún, posterior para<br />

ubicar<strong>la</strong> si continuamos tomando como referencia el<br />

camino a casa pero anterior en su construcción), a <strong>la</strong><br />

izquierda el molino con su gigantesco tanque y <strong>la</strong> huerta<br />

comunitaria, más tarde el corral de <strong>la</strong>s vacas, aún más<br />

aquí ya el cultivo experimental de frutil<strong>la</strong>s y el de<br />

tomates perita, con sus herméticos toldos rectangu<strong>la</strong>res<br />

de material vinílico para preservarlos del frío invernal,<br />

después de atravesar <strong>la</strong> acequia pasando sobre un ancho<br />

puente, afirmado en sólidos tubos, el corral de los<br />

chanchos, tras del cual se había construido, con estéril<br />

firmeza, <strong>la</strong> jau<strong>la</strong> sobre cemento para una yunta de<br />

pecaríes traídos de Salta; enseguida <strong>la</strong> senda bordeada<br />

por “dientes de león” que llevaba a casa, tras <strong>la</strong> cual se<br />

abrían cinco hectáreas sembradas sólo con melilotus<br />

(para <strong>la</strong>s abejas), el horizonte cercano -ocultador de un<br />

- 80 -


ancho canal-, y el monte, por partes negado, tan<br />

apretadas crecían allí <strong>la</strong>s innumerables p<strong>la</strong>ntas que<br />

constituían su vegetación. Nuestra casa era una<br />

composición arquitectónica que personalmente<br />

imaginara: dos grandes globos, unidos en el medio por un<br />

prisma rectangu<strong>la</strong>r más grande aún. El primer globo fue<br />

destinado a sa<strong>la</strong> de estar; era el único que había quedado<br />

sin terminar (pues se me acabó el dinero). El rectángulo -<br />

cinco metros y medio de altura y nueve de <strong>la</strong>rgo, con leve<br />

caída hacia el oeste- contenía <strong>la</strong> cocina, nuestro comedor<br />

diario, un baño y una pequeña habitación para huéspedes,<br />

construida sobre el baño, a <strong>la</strong> cual se llegaba por medio<br />

de una esca<strong>la</strong> marinera de hierro empotrada en <strong>la</strong> pared.<br />

El segundo globo (en realidad medias esferas, que me<br />

agradaba emparentar imaginariamente con vientres<br />

maternales en su periodo de gravidez) albergaba tres<br />

habitaciones: una pequeña, al entrar, hacia <strong>la</strong> derecha,<br />

donde yo dormía habitualmente; otra mayor -ocupando<br />

casi todo el espacio- donde, en una gran cama hecha en<br />

nuestra carpintería reposaban juntas mi esposa Gloria con<br />

nuestras hijas: Rocío, Lupita y Alejandra. A su <strong>la</strong>do, <strong>la</strong><br />

cuna, usada cuando eran chiquitas, abadonada para<br />

siempre luego de haber cumplido un año <strong>la</strong> más chiquita,<br />

Alejandra. Por último, a <strong>la</strong> izquierda, otra salita pequeña:<br />

mi escritorio. Las tres tenían aberturas, proporcionales a<br />

sus tamaños, de formas ojivales. Los ambientes estaban<br />

separados sólo por tabiques de <strong>la</strong>drillo, que habían sido<br />

levantados hasta unos dos metros de altura, sin llegar al<br />

techo, de tal manera que mientras permaneciéramos en<br />

- 81 -


aquellos ámbitos pudiésemos estar continuamente en<br />

comunicación.<br />

El señor Báez renqueba levemente. Seguramente por<br />

ello se apoyaba en un singu<strong>la</strong>r bastón. A diferencia de los<br />

que suelen llevarse en <strong>la</strong>s ciudades, no presentaba<br />

<strong>la</strong>branza alguna en su cuerpo ni terminaba en puntera o<br />

mango, mucho menos ostentaba marfiles o metal. Era,<br />

sencil<strong>la</strong>mente, una rama re<strong>la</strong>tivamente derecha de algún<br />

árbol (esto lo supongo) tan irregu<strong>la</strong>r como fuera gestada,<br />

cuya superficie al parecer había sido bruñida sólo por su<br />

uso y el transcurrir de los años. La otra mano venía<br />

ocupada por un viejo portafolios de cuero sin lustrar.<br />

Todo en el señor Báez transmitía <strong>la</strong> impresión de haber<br />

sido usado por mucho tiempo. Su traje gris, arrugado, <strong>la</strong><br />

camisa, que llevaba prendida en el cuello pero sin<br />

corbata -lo cual inducía una asociación con los tristes<br />

daguerrotipos mostrando obreros industriales del XIX-<br />

unos gemelos descascarados sosteniendo <strong>la</strong>s mangas. Se<br />

sentaba en <strong>la</strong> sil<strong>la</strong> que le ofrecía frente a mi pequeño<br />

escritorio (en aquel<strong>la</strong> oficina no había lugar para más de<br />

dos o tres personas) y se re<strong>la</strong>jaba, contándome alguna<br />

historia breve. Nunca permanecía más de media hora.<br />

Vivía solo, en una ruinosa casucha que cierta vez vi de<br />

lejos, y -alguien me indicó- le había dejado su madre.<br />

Alguien me había dicho, también, que era “homosexual”.<br />

Aunque esto posiblemente era un infundio de gentes<br />

elementales, como <strong>la</strong> mayor parte de quienes habitaban<br />

esta zona de chacareros, ante sus modales cultos y<br />

atildamiento exterior. Se sostenía con <strong>la</strong> venta de libros.<br />

- 82 -


Los informantes - inevitables en los pueblos chicos-<br />

completaban su semb<strong>la</strong>nza afirmando que esos libros los<br />

obtenía en donación, recorriendo editoriales, librerías u<br />

museos de Buenos Aires, donde se presentaba como<br />

“delegado de <strong>la</strong> Dirección de Cultura o <strong>la</strong> biblioteca de<br />

Fernández”. Nadie sabía en esos ámbitos siquiera <strong>la</strong><br />

ubicación geográfica de Fernández, así que el aspecto de<br />

su representante debe de haberles parecido coherente a<br />

tales donantes. De vez en cuando el señor Báez conseguía<br />

pasajes sin cargo, en <strong>la</strong>s categorías más humildes del<br />

famoso Estrel<strong>la</strong> del Norte, un tren que en -con suerte- en<br />

18 traqueteantes horas de abnegado viaje solía depositar<br />

a los provincianos (que iban acompañados por cabritos,<br />

gallinas, pertrechados con todo tipo de alimentos en<br />

paquetes) en <strong>la</strong> estación de Retiro, en Buenos Aires.<br />

¡Buenos Aires! Esta referencia mágica transportaba <strong>la</strong><br />

imaginación del señor Báez, para quien <strong>la</strong> inmensa urbe<br />

se presentaba posiblemente como debió haberlo hecho el<br />

Paris finisecu<strong>la</strong>r en <strong>la</strong> etapa pueblerina de Rimbaud o<br />

Modigliani. Me contó cierta vez una historia que logró<br />

quitar mis ojos de los frondosos seibos y los pájaros que<br />

en ellos jugaban, regodeo al que me entregaba durante<br />

algunas visitas pues <strong>la</strong> ventana de mi derecha había sido<br />

dispuesta para facilitarlo. Fue <strong>la</strong> de cierto viaje que, en<br />

el año 1959, había organizado para <strong>la</strong> Delegación<br />

Cultural de Fernández, llevando “lo mejor del arte local:<br />

poesía, música, danzas” a <strong>la</strong> Capital Federal argentina.<br />

La descripción de tal gira me provoca algo de sonrojo<br />

- 83 -


aún hoy, pero él <strong>la</strong> contó pausadamente, sin inmutarse.<br />

Reproduciré sólo <strong>la</strong> escena de <strong>la</strong> llegada:<br />

“En Estación Retiro -dijo el señor Báez- nos esperaba<br />

el intendente de <strong>la</strong> ciudad” (¡el intendente de Buenos<br />

Aires! ¡Un monstruo con seis millones de habitantes,<br />

yendo a esperar a...! ¡una delegación cultural de<br />

Fernández, pueblito agríco<strong>la</strong> perdido en <strong>la</strong> anchura de<br />

Santiago del Estero, una de <strong>la</strong>s provincias más pobres de<br />

<strong>la</strong> Argentina!) “Luego de que <strong>la</strong> Banda de Música<br />

Municipal ejecutara algunos temas de Vivaldi, con<br />

nosotros parados en los estribos del tren u observándolos<br />

desde <strong>la</strong>s ventanil<strong>la</strong>s, muy gratificados... (¡de Vivaldi!<br />

¡<strong>la</strong> Banda tocaba temas, precisamente, de Vivaldi!) ...el<br />

intendente me entregó <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>ves de <strong>la</strong> ciudad” El mismo<br />

recibimiento, en suma, que en su oportunidad merecieran<br />

el príncipe de Gales o Charles De Gaulle.<br />

El señor Báez se retiraba, pues, luego de contarme<br />

estas historias, renqueando, hacia su casita distante de<br />

donde nosotros vivíamos como un kilómetro. Lo<br />

acompañaba hasta <strong>la</strong> galería, lo observaba bajar y subir<br />

<strong>la</strong>s lomitas hasta perderse en <strong>la</strong> distancia. Me habían<br />

dicho que pasaba dificultades, por lo cual solía ofrecerle<br />

algún desayuno o merienda.<br />

So<strong>la</strong>mente aceptaba un té.<br />

La última vez me obsequió dos libros. Había ido<br />

primero a <strong>la</strong> casa de Josef Majer, pero el alemán no quiso<br />

comprarlos. Lo comentó sin otorgar demasiada<br />

importancia al asunto. ¿Quería verlos? Me los mostró.<br />

- 84 -


Particu<strong>la</strong>rmente uno, Historia de los Papas, de Herder,<br />

me impresionó.<br />

Es un tomo grande, de edición lujosa, tapa<br />

encuadernada en te<strong>la</strong> rugosa bajo <strong>la</strong> sobrecubierta a todo<br />

color, hojas interiores en papel grueso, ecológico. Me<br />

observó manejando el libro con cuidado, disfrutó del<br />

afecto con que yo daba vuelta cuidadosamente sus<br />

hojas... luego de un rato de silencio dijo:<br />

-¿Le gustan los libros? Puede quedárselos.<br />

Quedé cortado. ¡Había venido a vender esos libros al<br />

alemán, posiblemente porque no tenía dinero siquiera<br />

para comer... y me los obsequiaba!...<br />

-Señor Báez...-balbuceé- se lo agradezco, pero no<br />

puedo aceptarlo... Usted tiene que venderlos, es su<br />

trabajo...<br />

-¡No, no! -ordenó-. ¡Quédeselos! ¡Se los he<br />

rega<strong>la</strong>do!...<br />

Para no dar más oportunidad de discusión se levantó,<br />

trabajosamente.<br />

Enseguida estaba alejándose por el sendero. Su cabello<br />

corto, cano, comenzó a confundirse enseguida con el<br />

horizonte grisáceo. Y nunca más lo vi.<br />

Pregunté por su paradero mucho tiempo después. Me<br />

dijeron que había muerto. ¿Cómo fue? Lo encontró una<br />

vecina, iba a llevarle tortil<strong>la</strong>s. Nada impresionante. Sólo<br />

dormía. El director de Cultura, que era un hombre<br />

sensible, dispuso de <strong>la</strong> caja chica unos pesitos para que<br />

Griggio, el carpintero del pueblo, le fabricara un cajón<br />

(cuatro tablitas sencil<strong>la</strong>s).<br />

- 85 -


Una vez adentro lo enterraron, directamente, en un<br />

espacio vacante de <strong>la</strong> ancha alfombra de césped en el<br />

cementerio. Sin velorio, pues no tenía familiares. Sin<br />

cruz, pues manifestaba públicamente su agnosticismo.<br />

Tengo para mí que el verdadero refinamiento requiere<br />

ciertas condiciones, algunas inabordables para <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses<br />

adineradas. Las primeras de carácter, aunque obtenibles a<br />

veces bajo <strong>la</strong> combinación con otras de condición<br />

exterior. Entre <strong>la</strong>s primeras debe haber humildad, pero<br />

también cierta megalomanía. Pues una condición esencial<br />

del verdadero refinamiento es <strong>la</strong> constante disposición a<br />

satisfacer <strong>la</strong>s necesidades de los otros, no de aquellos<br />

que pueden darnos algo a cambio, sino de los desvalidos,<br />

los necesitados, los ancianos, los enfermos, los<br />

incomprendidos, abandonados, de los semejantes, en<br />

suma a quien comparte lo mejor de su patrimonio magro.<br />

¿Y <strong>la</strong> megalomanía? se me preguntará. Sólo quienes<br />

sustentan este factor en sus caracteres pueden acceder a<br />

<strong>la</strong> amplitud necesaria como para abarcar con su<br />

imaginación a toda <strong>la</strong> humanidad, y hasta <strong>la</strong> naturaleza<br />

entera, al punto de sentirse integrados en un sólo cuerpo<br />

con el<strong>la</strong>s. Buda, Zaratustra, Cristo, San Francisco de<br />

Asís, eran probablemente individuos a quienes hubiera<br />

podido fácilmente acusarse de megalómanos.<br />

¿Y <strong>la</strong>s condiciones que difícilmente puedan alcanzar<br />

los ricos?<br />

- 86 -


La pobreza y el dolor. La incertidumbre de no saber si<br />

hoy vas a poder encontrar unos centavos para comprar <strong>la</strong><br />

leche de tus hijos, o una ropita que necesitan para poder<br />

concurrir a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. El dolor de innumerables<br />

situaciones difíciles, <strong>la</strong> pérdida de quienes hemos amado<br />

bajo condiciones de impotencia... son algunas situaciones<br />

necesarias para moldear <strong>la</strong>s formas que finalmente<br />

emergerán, cuando hay buenas raíces caracterológicas, en<br />

<strong>la</strong> verdadera nobleza, que es espiritual.<br />

No digo que sea imposible alcanzar estos requisitos<br />

para un rico. La mayoría no lo hace, aún más, ni siquiera<br />

les interesa en lo más mínimo hacerlo.<br />

¿Dónde encontrar refinamiento humano, entonces?<br />

De hecho puede encontrárselo en cualquier parte: en<br />

Amsterdam quizás o en Quelimane. Mi experiencia -<strong>la</strong><br />

cual no considero excluyente- sin embargo, es haber<strong>la</strong><br />

visto con mayor facilidad allí donde no hay demasiadas<br />

cosas para comprar -ni dinero para hacerlo-, allí donde <strong>la</strong><br />

vida es humilde, en los pequeños pueblos, en los cerros o<br />

valles alejados, cuanto más ignorados por <strong>la</strong> civilización<br />

occidental, mejor.<br />

Me despido con un saludo afectuoso.<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina.<br />

- 87 -


* 2 Cor 3,15 -4, 1, 3-6/Sal 84. Mt 5,20-26. Juan de<br />

Sahagún. 1514: Por primera vez se da lectura al<br />

“Requerimiento” (al cacique Catarapa), en <strong>la</strong> voz de Juan<br />

Ayora, en <strong>la</strong> costa de Santa Marta (ver Carta Nº 3). 1981.<br />

Joaquín Neves Norte, abogado del Sindicato de los<br />

Trabajadores Rurales de Naviraí, Paraná, Brasil, asesinado<br />

por parapoliciales. (Fuente: Agenda Latinoamericana-Mundial<br />

2003. Centro Nueva Tierra, Carmen de Patagones, Argentina.)<br />

(1) Enciclopedia Interactiva Santil<strong>la</strong>na. Versión 1.0. 1995.<br />

Santil<strong>la</strong>na. Publishing Company y Chinon America Inc.<br />

(2) Director: Ken Russell. Guionista: Aldous Huxley.<br />

Estrenada el 16 de julio de 1971 en EE.UU.<br />

(3) Arnold Hauser. Historia social de <strong>la</strong> literatura y el arte.<br />

Tomo I. Guadarrama, Madrid, 1972.<br />

Respuestas<br />

<strong>Julio</strong>, este para que mandes a tus amigos a ver si<br />

consigo trabajo.-Laura:<br />

DESEMPLEADA, Martillera y Corredor, Of. De<br />

Justicia Ad-Hoc. Especializada en Violencia Familiar -<br />

Maltrato y Abuso Sexual Infantil. Fundadora y Coord. de<br />

grupos de autoayuda por mas de l0 años. Con amplias<br />

referencias, mis grupos han sido estudiados por <strong>la</strong><br />

Universidad del Comahue en casi todas sus<br />

especialidades sociales. “Una verdadera escue<strong>la</strong> de<br />

- 88 -


ciudadanía, aprenden sus derechos y sus obligaciones” un<br />

Grupo no una serie;- en fin, mil referencias.<br />

Me ofrezco para trabajar, organizar, contro<strong>la</strong>r un<br />

Proyecto productivo de desarrollo sustentable.<br />

Cultivar <strong>la</strong> tierra y criar animales, para<br />

autoalimentación y comercio.<br />

Fundamental: Personas que trabajen autoestima<br />

(resiliencia), daños emocionales, violencia familiar,<br />

maltrato infantil, abuso sexual infantil.<br />

También: me curo y ayudo a curar el daño emocional<br />

producido por <strong>la</strong> desocupación.<br />

Curar heridas emocionales y recuperar personas.<br />

Con esto prevenimos: Delincuencia infantil, embarazos<br />

en adolescentes, madres cabezas de familia, prostitución,<br />

especialmente <strong>la</strong> infantil, abandono de hijos –etc. –<br />

drogadicción y alcoholismo -etc.<br />

Soy Mamá de tres hijos, con hambre, uno desnutrido<br />

(l8 años- l, 90 de altura.-) 6to. Año esc. Técnica, otro (l6<br />

años) sufriendo maltrato por parte del padre sólo por<br />

comida y educación, 3er. Año, Esc. Técnica, <strong>la</strong> otra<br />

Estudiante Universitaria- 6 materias y se recibe de<br />

Traductora de Inglés (vive con los abuelos-Jubi<strong>la</strong>dos).<br />

En alguna parte de este bendito país necesitarán de mis<br />

servicios, necesito trabajar y recuperar a mis hijos.-<br />

Laura Padil<strong>la</strong><br />

<strong>la</strong>urapadil<strong>la</strong>2001@yahoo.com<br />

José M. Paz l8l4- General Roca-Río Negro<br />

Si no me lo cortan TE: 02941-42779l<br />

- 89 -


Gracias y que Dios me bendiga y te bendiga.-<br />

Respuesta de <strong>Julio</strong> a Laura<br />

Laura, está muy buena <strong>la</strong> presentación que hiciste por<br />

Aumento de Cuota Alimentaria ante el juzgado de Río<br />

Negro. Me parece fantástica esa redacción cortazariana<br />

para intentar al menos, si no desentumecer un poco <strong>la</strong>s<br />

neuronas de los que “imparten justicia”, dejar un<br />

testimonio de por dónde pasa <strong>la</strong> vida, usando una<br />

terminología que se saltee esos a<strong>la</strong>mbicados términos<br />

incomprensibles que han inventado los tradicionales<br />

picapleitos. He aquí el fragmento inicial (es muy <strong>la</strong>rga<br />

para reproducir<strong>la</strong> entera, pero quien <strong>la</strong> desee completa<br />

por favor solicítese<strong>la</strong> a su autora):<br />

“Sra. Jueza:<br />

“LAURA ROSARIO PADILLA, ESPECIALIZADA EN<br />

VIOLENCIA FAMILIAR, con domicilio en José María<br />

Paz l8l4 de esta ciudad, ante SS me presento y digo:<br />

“I.- Que vengo por el presente a preguntar porque no<br />

me quiere S.S. atender en forma personal cuando realizo<br />

<strong>la</strong> consulta de “si puedo hab<strong>la</strong>r con Ud.”, quiero que sepa<br />

y tenga presente mi eterna intención de cobrar los daños<br />

y perjuicios que he sufrido, pero como no me ha querido<br />

atender le voy a detal<strong>la</strong>r el tema que quería tratar con<br />

Ud. O los temas mejor dicho, paso detal<strong>la</strong>r el primero:<br />

“En <strong>la</strong>s últimas fojas del presente Expte. tiene que<br />

constar el acta que <strong>la</strong>bró <strong>la</strong> secretaria de su juzgado,<br />

- 90 -


cuando Uds. tomaron noticias de que yo había dejado el<br />

Expte. en el juzgado Federal; le paso a contar como fue<br />

el episodio con esa rubia tarada que cobra sueldo todos<br />

los meses y que tiene caca en <strong>la</strong> cabeza, primero me dijo:<br />

señora Ud. es martillera, Ud. Sabe como es este tema,<br />

además Ud. ya debería después de casi diez años haber<br />

rehecho su vida, es decir dedicarse a tener una pareja, y<br />

ya dejar de estar con estos rec<strong>la</strong>mos que sólo le traen más<br />

problemas -me lo dijo con un tono de voz muy suave, con<br />

gestos de insinuación de re<strong>la</strong>ciones sexuales, me lo dijo-,<br />

es una de <strong>la</strong>s taradas que creen que un pedazo de pene le<br />

soluciona <strong>la</strong> vida a una mujer...”<br />

Centro Evoliano<br />

Estimado <strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong>.<br />

Le escribe Juan Manuel Garayalde, secretario del<br />

“Centro de Estudios Evolianos”.<br />

He leído con verdadero p<strong>la</strong>cer <strong>la</strong>s cartas Nro. 3 y 4,<br />

enviadas por usted.<br />

La última, sobre todo, coincide con lo que nuestro<br />

Centro de Estudios realiza.<br />

Estamos dentro de <strong>la</strong> corriente tradicionalista (René<br />

Guénon, Julius Evo<strong>la</strong>, Titus Burkhard, Mircea Eliade,<br />

Ibn´Arabi, etc.). Nosotros no hacemos distinción entre<br />

“derechas” o “izquierdas”, “centro-derecha”, “centroizquierda”.<br />

Para nosotros, hay una so<strong>la</strong> lucha: entre<br />

TRADICIÓN y MODERNIDAD. Para algunos, nuestros<br />

- 91 -


escritos les pueden parecer “procesistas” (defendemos <strong>la</strong><br />

cruzada por <strong>la</strong>s Malvinas), o “subversivos” (defendemos<br />

el socialismo como sistema de organización económica ...<br />

<strong>la</strong> economía comunitaria).<br />

Fundamentalmente, defendemos <strong>la</strong> Tradición<br />

Argentina, y el modelo del Martín Fierro que rechaza <strong>la</strong><br />

“civilización” liberal traída por Alberdi, Sarmiento,<br />

Roca, etc. Nuestro Martín Fierro establece un puente<br />

entre el Hidalgo Don Quijote de <strong>la</strong> Mancha, el último<br />

sobreviviente de una época donde el Honor, <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />

era un elemento que dignificaba al Hombre.<br />

Usted justamente nos escribe desde <strong>la</strong> Provincia que<br />

fue iniciadora de <strong>la</strong> colonización, y del nacimiento de<br />

ARGENTUM.<br />

Le agradezco sinceramente vuestros envíos.<br />

Un gran saludo!<br />

Juan M. Garayalde<br />

Secretario - Centro de Estudios Evolianos<br />

centroevoliano@yahoo.com<br />

Buenos Aires, Argentina.<br />

Respuesta de <strong>Julio</strong> a Juan Manuel<br />

Juan Manuel, <strong>la</strong> tarea emprendida con estas <strong>Cartas</strong> tal<br />

vez resulte pequeña por sus resultados, pero de mí<br />

requiere ingentes esfuerzos. Me proporciona, en cambio,<br />

grandes satisfacciones. Una de el<strong>la</strong>s, <strong>la</strong> que toda obra de<br />

creación suscita en el corazón de su autor.<br />

- 92 -


Además, estas que considero mi sa<strong>la</strong>rio; es decir, <strong>la</strong>s<br />

respuestas de espíritus sensibles que cada tanto recibo<br />

(compartan o no lo que creo aproximarse a <strong>la</strong> -tan<br />

elusiva- verdad). Le agradezco que se haya tomado el<br />

trabajo de escribirme. Un saludo afectuoso. <strong>Julio</strong><br />

Noticia periodística enviada por mi sobrino Rafael<br />

Esta nota salió hoy en el gran diario argentino (Já!),<br />

ideal para leer<strong>la</strong> después de ver Bowling for Columbine.<br />

(Rafael Mc Namara):<br />

LOS NORTEAMERICANOS: ARMAS, CONSUMO<br />

Y MIEDOS<br />

Radiografía de una sociedad imperial<br />

Los norteamericanos sienten que son un pueblo<br />

elegido. Tienen <strong>la</strong> economía capitalista más creativa del<br />

mundo. Unen con inteligencia el puritanismo religioso<br />

con los negocios. Consumen compulsivamente. Se<br />

alimentan mal: el 31 por ciento es obeso. Su poderío<br />

militar les permite hoy ganar <strong>la</strong>s guerras. También<br />

ejercen violencia contra sí mismos. Los obsesiona<br />

armarse y un 70 por ciento apoya <strong>la</strong> pena de muerte. En<br />

este informe, los sueños, los miedos, los deseos y <strong>la</strong>s<br />

convicciones de un norteamericano medio.<br />

- 93 -


Marina Aizen.<br />

Corresponsal en Nueva York.<br />

Aquel<strong>la</strong> fue una noche sin luna en Jarret, Virginia.<br />

Esperé a <strong>la</strong>s puertas de una cárcel, durante horas y a <strong>la</strong><br />

intemperie, que uno de los condenados a muerte del penal<br />

fuera ejecutado. Recién cuando una ambu<strong>la</strong>ncia con sus<br />

chillidos y sus luces rojas se perdió en <strong>la</strong> oscuridad, el<br />

jefe de prensa del penal anunció <strong>la</strong> muerte del preso con<br />

<strong>la</strong> sobriedad y el envaramiento de un profesional, como si<br />

hab<strong>la</strong>ra de un asiento contable. Cuando todo terminó, los<br />

periodistas partimos en un auto que recorrió una ruta<br />

oscura durante un <strong>la</strong>rgo trecho hasta llegar a un Burger<br />

King. Ya en el fast food, vimos entrar a tres<br />

norteamericanos gordos y rubios, vestidos con ropas<br />

informales y cómodas, como <strong>la</strong>s que usa <strong>la</strong> mayoría. Cada<br />

uno pidió un licuado. Antes de tomarlos, rezaron.<br />

¿Habrían presenciado <strong>la</strong> ejecución y rogaban por el<br />

descanso eterno del muerto? No pude saberlo. Pero pensé<br />

que tanto esa ejecución ordenada y ascética de un<br />

condenado y esta apasionada plegaria frente a un vaso de<br />

plástico podían ser <strong>la</strong> más certera postal de los Estados<br />

Unidos.<br />

Morir en Miami<br />

Todas <strong>la</strong>s sociedades tienen sus paradojas. Son, al<br />

mismo tiempo, virtuosas y viciosas; maravillosas y<br />

- 94 -


miserables. Los EE.UU. no sólo tienen <strong>la</strong> economía<br />

capitalista más creativa y hegemónica del mundo sino<br />

también un poderío militar superior al alcanzado por<br />

cualquier otro imperio en <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> humanidad. En<br />

nombre de sus intereses, se libran guerras que los<br />

norteamericanos apoyan por varias razones. Una de el<strong>la</strong>s<br />

es que no <strong>la</strong>s sufren en casa y suelen mirar<strong>la</strong>s por tevé.<br />

También piensan que <strong>la</strong>s virtudes de los Estados<br />

Unidos son universales. La Casa B<strong>la</strong>nca siempre<br />

encuentra, en esta convicción, <strong>la</strong> p<strong>la</strong>taforma para<br />

cualquier gesta “civilizatoria” en cualquier rincón del<br />

p<strong>la</strong>neta.<br />

A veces, ocurre que esa violencia predestinada <strong>la</strong><br />

dirigen contra sí mismos. Entonces, <strong>la</strong> sociedad se torna<br />

paranoica y se arma hasta los dientes. ¿Esto se debe a<br />

que los EE.UU. son <strong>la</strong> nación con el nivel más alto de<br />

muertes por armas de fuego del mundo industrializado?<br />

En Suiza, hay prácticamente <strong>la</strong> misma cantidad per capita<br />

de armas que en los EE.UU., pero los suizos <strong>la</strong>s esconden<br />

mientras que los norteamericanos <strong>la</strong>s exhiben para<br />

persuadir de su poder y por orgullo. En los años 80,<br />

inventaron <strong>la</strong> frase going postal para referirse a quienes<br />

en un ataque de locura mataban a sus compañeros de<br />

trabajo o a quien se les cruzara en el camino.<br />

Entonces, estos incidentes solían tener lugar en los<br />

correos, y de allí el origen de <strong>la</strong> frase. Pero estas<br />

masacres podían ocurrir en cualquier <strong>la</strong>do.<br />

En una escue<strong>la</strong>, como en Columbine (Colorado) o en<br />

Miami, donde hace una semana fueron acribil<strong>la</strong>dos dos<br />

- 95 -


argentinos y una brasileña porque estaban escuchando <strong>la</strong><br />

música fuerte.<br />

(Fragmento)<br />

Respuesta de <strong>Julio</strong> a Rafael<br />

Rafael, muchas gracias por el artículo. Inquietante y<br />

excelente. Seguramente nos va a servir para varias<br />

reflexiones posteriores y como documentación. Un gran<br />

abrazo. <strong>Julio</strong><br />

Las cartas...<br />

Amigo <strong>Carreras</strong>:<br />

Pocas líneas para agradecerte tus cartas... en más de un<br />

párrafo de el<strong>la</strong>s he visto reflejados mis sentimientos.<br />

La realidad, <strong>la</strong>s dudas, <strong>la</strong> esperanza, el descreimiento y<br />

un montón de cosas están presentes. Una pregunta... No<br />

has pensado en editar<strong>la</strong>s, con forma de libro?<br />

Gracias otra vez y un abrazo,<br />

Roberto F. Gayraud<br />

Santiago del Estero, Argentina<br />

Respuesta de <strong>Julio</strong> a Roberto<br />

Estimado ingeniero; necesitaba aunque fuese una<br />

pequeña insinuación para publicar<strong>la</strong>s. Por lo cual, corrí a<br />

poner<strong>la</strong>s en un nuevo sitio de Internet que armé. Ahora se<br />

- 96 -


pueden encontrar <strong>la</strong>s <strong>Cartas</strong> 1, 2, 3, 4 y 5 en el sitio<br />

http://cartasa<strong>la</strong>humanidad.galeon.com<br />

Tal vez sea más cómodo leer<strong>la</strong>s grabándo<strong>la</strong>s en su<br />

computadora como html; incluí en <strong>la</strong> edición algunas<br />

fotos.<br />

Muchas gracias y un gran abrazo.<br />

<strong>Julio</strong><br />

- 97 -


CARTA Nº 7<br />

Autonomía, Santiago del Estero, lunes 30 de junio de 2003 *<br />

Eva era una hermosa y b<strong>la</strong>nca mujer. Medía dos metros<br />

treinta. Un vello cobrizo recubría su pubis, reflejando el<br />

sol. Tenía ojos c<strong>la</strong>ros.<br />

Adán ostentaba cabellos castaños, medía dos metros<br />

con sesenta centímetros, era discretamente musculoso.<br />

Para ahorrarles descriptividad agregaremos que por lo<br />

demás era bastante parecido a ese actor australiano...<br />

Russell Crowe (¿se escribe así?)...el de “G<strong>la</strong>diador”.<br />

Pese a que estuvieron en <strong>la</strong> Tierra hace 37.917 años, ya<br />

no podrá afirmarse que fueron “<strong>la</strong> primera mujer y el<br />

primer hombre”. Esto parece haber sido un mito creado<br />

por nuestra humanidad posterior. Eva y Adán eran<br />

miembros de una raza cósmica, superior, y habían sido<br />

transportados al seno de <strong>la</strong> humanidad -ya existente- en<br />

carácter de “bioelevadores”. Su propósito era “mejorar<br />

<strong>la</strong>s razas humanas”. Pues “Un Adán y Eva P<strong>la</strong>netarios<br />

son, en potencia, el don pleno de <strong>la</strong> gracia física para <strong>la</strong>s<br />

razas mortales. La actividad principal de dicha pareja<br />

importada consiste en multiplicar y elevar a los hijos del<br />

tiempo.” (1) Pero iban a fracasar en su intento (aunque<br />

- 98 -


no se pueda decir que finalmente su experiencia resultara<br />

en vano).<br />

“Tras un esfuerzo de más de cien años [...] no vio<br />

Adán sino pocos progresos fuera del Jardín; no parecía<br />

que el mundo, en general, estuviese mejorando<br />

notablemente. [...]<br />

“Fue una tarea abrumadora acometer <strong>la</strong> misión adánica<br />

[...] (en un p<strong>la</strong>neta) experimental, estigmatizado y<br />

ais<strong>la</strong>do por <strong>la</strong> rebelión [...] (ellos) no tardaron en tomar<br />

conciencia de <strong>la</strong> dificultad y complejidad de su<br />

asignación p<strong>la</strong>netaria”. Pese a los inconvenientes,<br />

Russell Crowe y Demi Moore (perdón: Adán y Eva)<br />

“emprendieron denodadamente <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor de [...] eliminar a<br />

los anormales y degenerados de <strong>la</strong>s razas humanas.”<br />

¿De dónde obtuvimos este re<strong>la</strong>to? De El Libro de<br />

Urantia. (2) ¿Y qué es El Libro de Urantia? Una<br />

meticulosa explicación, por partes narrativa, en 2097<br />

páginas -impresas en papel biblia, con letra pequeña y<br />

sin interlineado-, no sólo de los orígenes y sentido de<br />

nuestro p<strong>la</strong>neta con todas <strong>la</strong>s especies que lo habitan,<br />

sino del cosmos -del cual se hace una descripción<br />

genérica ocupando unas 500 páginas-, así como de los<br />

numerosos seres superiores que durante milenios habrían<br />

efectuado <strong>la</strong> tareas de crear nuestra forma de vida y<br />

co<strong>la</strong>borar con su evolución.<br />

Este libro fue dictado por telepatía, a lo <strong>la</strong>rgo de<br />

numerosas sesiones, a un grupo de norteamericanos,<br />

durante <strong>la</strong>s décadas del 30 y 40. Ellos habían comenzado<br />

- 99 -


a reunirse en el living de un médico psiquiatra -con<br />

propósitos parecidos a los que ahora animan a muchos<br />

grupos de intercambio en Internet-. A principios de <strong>la</strong><br />

década fueron contactados; desde entonces,<br />

rotativamente, diversos seres (como los “Censores<br />

Universales de Uversa”, “Portadores de Vida de<br />

Nebadón”, y otros) fueron dictando los 196 documentos -<br />

divididos cada uno de ellos en unos 10 capítulos- que<br />

constituyen este singu<strong>la</strong>r libro. En él se l<strong>la</strong>ma “Urantia”<br />

a <strong>la</strong> Tierra. Según reveló a sus transcriptores el primero<br />

de estos seres en contactarlos “Urantia es uno de muchos<br />

p<strong>la</strong>netas habitados simi<strong>la</strong>res que juntos comprenden el<br />

universo local de Nebadón. Este universo, juntamente<br />

con otras creaciones simi<strong>la</strong>res, forma el superuniverso de<br />

Orvontón, desde cuya capital, Uversa, provenimos.<br />

Orvontón es uno de los siete universos evolucionarios del<br />

tiempo y del espacio...”<br />

En los 50 se decidió <strong>la</strong> publicación de los documentos,<br />

y empezaron los conflictos. Una fracción se apartó del<br />

grupo principal, pues tenía diferencias principalmente<br />

acerca del modo en que debería difundirse el Libro. Los<br />

disidentes sostenían que no debía cobrarse dinero alguno<br />

por su entrega a quien deseara leerlo, mientras el núcleo<br />

mayoritario –quienes al parecer llevan, hasta ahora, <strong>la</strong>s<br />

de ganar en el <strong>la</strong>rgo juicio entab<strong>la</strong>do ante tribunales<br />

norteamericanos- formaron “una empresa en reg<strong>la</strong>” para<br />

administrar, con eficiencia anglosajona, el fondo<br />

editorial para <strong>la</strong> promoción y venta de esta voluminosa<br />

obra.<br />

- 100 -


Si Adán y Eva no fueron los primeros humanos...<br />

¿Cómo se originó nuestra especie? Nos lo explica, muy<br />

precisamente, El Libro de Urantia:<br />

“El gran acontecimiento de este período g<strong>la</strong>cial fue <strong>la</strong><br />

evolución del hombre primitivo. Un poco hacia el oeste<br />

de <strong>la</strong> India, sobre tierra que actualmente (1934) está<br />

sumergida, y entremezc<strong>la</strong>dos con <strong>la</strong> cría de animales<br />

emigrados al Asia, descendientes de los tipos<br />

norteamericanos de lémures, aparecieron repentinamente<br />

los mamíferos protohumanos”.<br />

(Documento 61, Cap. 6, “El hombre primitivo durante<br />

<strong>la</strong> Edad G<strong>la</strong>cial”, Pág. 700.) Aún animales, los<br />

protohumanos comenzaron a preferir el sostenerse sobre<br />

<strong>la</strong>s patas traseras; “casi dob<strong>la</strong>ban el tamaño de sus<br />

predecesores” y los superaban ampliamente en capacidad<br />

cerebral. Poco tiempo después (considerando los tiempos<br />

evolutivos, contados en miles y a veces millones de años)<br />

entre ellos “aparecieron repentinamente los primates,<br />

tercera mutación vital. Al mismo tiempo, una evolución<br />

retrógrada dentro de <strong>la</strong> raza de los mamíferos intermedios<br />

dio origen a <strong>la</strong> descendencia símica; y desde aquel día<br />

hasta <strong>la</strong> fecha, <strong>la</strong> rama humana ha avanzado por<br />

evolución progresiva, en tanto que <strong>la</strong>s tribus símicas se<br />

han estancado o, de hecho, han retrocedido.” (Ibídem)<br />

Pero, ¿de dónde venían evolucionando estos mamíferos<br />

que finalmente culminarían con una mutación repentina<br />

en mujeres y hombres? Retrocedamos un poco para<br />

averiguarlo. “El padre de los mamíferos p<strong>la</strong>centarios fue<br />

- 101 -


un dinosaurio del tipo pequeño, sumamente activo,<br />

carnívoro y saltador.” (Documento 61, Cap. 1, “La edad<br />

de los mamíferos primitivos”, Pág. 693.)<br />

Así que provenimos de los dinosaurios. Esto<br />

comenzaría ya a arrojar pistas sobre algunas conductas<br />

humanas. Pero dejemos cuestiones psicológicas y<br />

retrocedamos aún más, para indagar de dónde provienen<br />

los dinosaurios, cómo se originaron. O mejor, para<br />

ahorrar suspenso inane, hagamos un paneo de <strong>la</strong><br />

evolución biológica partiendo de sus orígenes (según El<br />

Libro de Urantia).<br />

Una comisión científica decidió, en p<strong>la</strong>nos superiores,<br />

que aquí estaban dadas <strong>la</strong>s condiciones para imp<strong>la</strong>ntar<br />

vida. (3) Dado que se había proyectado esta forma de<br />

vida “a base de cloruro de sodio”, <strong>la</strong> salobridad<br />

alcanzada por los océanos constituyó un dato<br />

significativo. Se efectúan además otras consideraciones,<br />

de <strong>la</strong>s cuales transcribiremos sólo algunas que nos<br />

parecieron esenciales. Como <strong>la</strong> necesidad de elegir<br />

“mares interiores”, “extensas aguas costales y bahías<br />

protegidas”, donde “<strong>la</strong> luz del sol puede penetrar el<br />

agua”. Los inspectores advierten que “Fluctuaciones y<br />

súbitos cambios de tensión en <strong>la</strong> temperatura, gravedad, y<br />

presiones electrónicas modifican cualitativa y<br />

cuantitativamente <strong>la</strong> emanación de rayos cortos<br />

espaciales [...] (provenientes) de los tensos campos<br />

eléctricos, del espacio exterior, o de <strong>la</strong>s vastas nubes de<br />

polvo de hidrógeno.” Por otra parte “...<strong>la</strong>s condiciones<br />

físicas pueden alterarse en gran medida debido a que <strong>la</strong><br />

- 102 -


otación de los electrones se hal<strong>la</strong>, en algunas ocasiones,<br />

en sentido contrario al de <strong>la</strong> conducta de <strong>la</strong> materia más<br />

gruesa”. Dado que “Las vastas nubes de hidrógeno son<br />

verdaderos <strong>la</strong>boratorios químicos del cosmos” <strong>la</strong><br />

naturaleza de sus combinaciones debe proveer<br />

circunstancias óptimas para el establecimiento de <strong>la</strong> vida<br />

en ellos, <strong>la</strong>s cuales se consideró alcanzadas luego de<br />

considerar el panorama evolutivo material de Urantia<br />

hacia aquel<strong>la</strong> época.<br />

Hace 550.000.000 de años, pues, un equipo integrado<br />

por grandes seres l<strong>la</strong>mados “Portadores de Vida”, en<br />

cooperación con “los poderes espirituales y <strong>la</strong>s fuerzas<br />

superfísicas”, p<strong>la</strong>ntaron los modelos originales de <strong>la</strong><br />

existencia biológica, bajo <strong>la</strong>s aguas. Lo hicieron en tres<br />

áreas, denominadas “central o eurasiático-africana,<br />

oriental o austra<strong>la</strong>siática” y “occidental, englobando<br />

Groen<strong>la</strong>ndia y <strong>la</strong>s Américas”.<br />

Unos 100.000.000 de años después se dio <strong>la</strong> transición<br />

de <strong>la</strong> vida vegetal a <strong>la</strong> animal. De aquel<strong>la</strong> etapa aún<br />

“persisten los mohos de limo”. Suavemente pero sin<br />

pausa, “surgen especies de vida animal radicalmente<br />

nuevas. No evolucionan a consecuencia de <strong>la</strong><br />

acumu<strong>la</strong>ción gradual de pequeñas variaciones, sino que<br />

despuntan a fuer de órdenes de vida nuevos, [...] y<br />

aparecen repentinamente.” Aquí nuestros guías se<br />

precaven de informarnos que “La aparición súbita (tanto<br />

esta expresión como “repentinamente” están siempre<br />

subrayados en el original) de especies nuevas y órdenes<br />

diversas de organismos vivientes es del todo biológica,<br />

- 103 -


estrictamente natural. No hay nada de lo sobrenatural<br />

vincu<strong>la</strong>do con estas mutaciones genéticas.”<br />

En el agua debimos ser trilobites, algas, braquiópodos,<br />

artrópodos -que conformaron una franja precursora de los<br />

vertebrados-, peces, anfibios.<br />

Más tarde, y a lo <strong>la</strong>rgo de millones de años,<br />

abandonando el agua debimos atravesar otras existencias<br />

biológicas antes de llegar a humanos. A partir de el<strong>la</strong>s<br />

fuimos emergiendo -toda vez que estuvieron maduras <strong>la</strong>s<br />

condiciones evolutivas- en especies superiores por súbita<br />

mutación. Un hito fundamental en <strong>la</strong> conformación de<br />

nuestra humanidad se <strong>la</strong> debemos a <strong>la</strong>s ranas.<br />

Hace 140.000.000 de años aparecieron los cocodrilos,<br />

serpientes marinas, reptiles vo<strong>la</strong>dores y dinosaurios.<br />

Algunos millones de años después iban a surgir los<br />

primeros mamíferos. 120.000.000 de años antes de<br />

nuestro milenio <strong>la</strong> vida animal llegó sobre <strong>la</strong> tierra a su<br />

máximo tamaño, con los dinosaurios. Pero los más<br />

grandes de entre ellos -que llegaron a alcanzar los 24<br />

metros de <strong>la</strong>rgo- se originaron... Adivinen dónde. Pues en<br />

el oeste de América del Norte (región de <strong>la</strong>s Montañas<br />

Rocosas).<br />

Paso a paso este singu<strong>la</strong>r compendio describe <strong>la</strong>s<br />

sucesivas etapas de <strong>la</strong> existencia biológica sobre <strong>la</strong><br />

tierra, hasta llegar a <strong>la</strong> aparición del mamífero<br />

p<strong>la</strong>centario y descendiendo de estos los primates,<br />

mutación con <strong>la</strong> que hemos comenzado este panorama.<br />

Debido a tal evolución, pues, y hace 1.000.000 de años,<br />

- 104 -


Urantia (<strong>la</strong> Tierra) “fue registrada en calidad de mundo<br />

habitado”. Tal distinción a causa del aparecer<br />

“repentino”, entre los primates, de... ¡dos seres<br />

humanos!... Esto ocurrió en medio del tercer avance<br />

g<strong>la</strong>cial. Por dicha causa es que “los únicos supervivientes<br />

de estos aborígenes [...], los esquimales, incluso hoy día<br />

prefieren habitar los gélidos climas septentrionales.”<br />

(Documento 61, Cap. 6, “El hombre primitivo durante <strong>la</strong><br />

Edad G<strong>la</strong>cial”, Pág. 700.)<br />

Los primeros humanos tuvieron nombres: Andón y<br />

Fonta. Tal cosa fue posible debido a su inaudita<br />

inteligencia, <strong>la</strong> cual les permitió inventar el lenguaje.<br />

Partiendo de señas y rudimentarias elocuciones, “los<br />

mellizos” (varón y mujer) pronto fueron dueños de un<br />

repertorio compuesto por cincuenta ideas, utilizables<br />

para profundizar su conocimiento mutuo y el de su<br />

entorno.<br />

A los nueve años (en aquellos tiempos se alcanzaba <strong>la</strong><br />

primera juventud a esa edad) se escabulleron hacia un<br />

florido c<strong>la</strong>ro del bosque, junto al río, “y sostuvieron una<br />

conferencia de trascendental importancia”. Los jóvenes<br />

humanoides “llegaron a convenir en que vivirían el uno<br />

con el otro y el uno por el otro, y este fue el primero de<br />

una serie de convenios que, por fin, culminaron en <strong>la</strong><br />

decisión de huir de sus compañeros animales inferiores y<br />

emprender un viaje hacia el norte” [...] para “fundar <strong>la</strong><br />

raza humana”. [...]<br />

- 105 -


“Poco después de que esta pareja joven abandonara a<br />

sus compañeros para fundar <strong>la</strong> raza humana, se<br />

desconsoló su padre primate (su madre ya había muerto)<br />

[...] Se negó a comer, aun cuando sus otros hijos le<br />

llevaban <strong>la</strong> comida. Habiendo perdido a <strong>la</strong> bril<strong>la</strong>nte<br />

pareja, ya no le pareció que mereciera <strong>la</strong> pena vivir entre<br />

sus semejantes ordinarios; de modo que fue a vagar al<br />

azar por el bosque y fue atacado por gibones hostiles que<br />

lo mataron a golpes” (Documento 62, Cap. 5, “Los<br />

primeros seres humanos”, Págs. 708-709.)<br />

Andón y Fonta tuvieron muchos hijos (19, según el<br />

Libro), de los cuales se multiplicaría nuestra especie.<br />

Entre otras innovaciones, iniciaron el hábito de vivir en<br />

cuevas o chozas, abandonando <strong>la</strong> tradición de habitar los<br />

árboles. Y también descubrieron el fuego... Los humanos<br />

primitivos -se nos indica- tenían los ojos negros y <strong>la</strong> tez<br />

morena “algo como <strong>la</strong> de un cruce entre <strong>la</strong> raza amaril<strong>la</strong><br />

y roja”. Si hay algún pueblo contemporáneo que se<br />

parezca al origen de <strong>la</strong> humanidad, estos son los<br />

esquimales, afirman nuestros guías. “Fueron <strong>la</strong>s primeras<br />

criaturas en servirse de <strong>la</strong>s pieles de los animales para<br />

protegerse del frío; tenían un poco más de pelo en el<br />

cuerpo que los humanos de hoy en día.” (Documento 63,<br />

Cap. 4, “Los c<strong>la</strong>nes andónicos”, Pág. 713.)<br />

Con <strong>la</strong> ayuda de algunos líderes excepcionales -como<br />

Onagar, quien instruiría a los andonitas en <strong>la</strong> adoración<br />

de “El que da aliento a los hombres y animales”- los<br />

humanos fueron evolucionando, no sin conflictos.<br />

- 106 -


El más apocalíptico de ellos ocurrió 500.000 años<br />

atrás; de estas circunstancias surgirían <strong>la</strong>s que iban a<br />

l<strong>la</strong>marse luego “<strong>la</strong>s seis razas de color”. En <strong>la</strong>s tierras<br />

altas del noroeste de <strong>la</strong> India “se libró esta guerra sin<br />

tregua” (¿tal vez nos dará referencias de el<strong>la</strong> el<br />

Bhagavat-Guîtâ? El Libro de Urantia no lo ac<strong>la</strong>ra.) De <strong>la</strong><br />

prolongada masacre sólo iban a quedar con vida<br />

alrededor de cien familias. “Pero estos sobrevivientes<br />

fueron los más inteligentes y más deseables de todos los<br />

descendientes de Andón y Fonta...” Entonces, una pareja<br />

comenzó “repentinamente a producir una progenie<br />

singu<strong>la</strong>rmente inteligente” de diferentes colores: entre<br />

sus diecinueve hijos cinco eran rojos, dos anaranjados,<br />

cuatro amarillos, dos verdes, cuatro azules y dos índigos.<br />

Comenzando allí, evolucionaron como razas<br />

numerosísimas, cada cual con sus respectivas<br />

características y cualidades. De entre el<strong>la</strong>s, mejor resultó<br />

<strong>la</strong> roja, <strong>la</strong> cual por su emigración a <strong>la</strong>s regiones de lo que<br />

hoy es América, dejó el Este libre para quienes<br />

finalmente prevalecerían: una raza azul. Estos “No<br />

tardaron en inventar <strong>la</strong> <strong>la</strong>nza y posteriormente sentaron<br />

los fundamentos de muchas de <strong>la</strong>s artes de <strong>la</strong> civilización<br />

moderna. El hombre azul tenía <strong>la</strong> capacidad cerebral del<br />

hombre rojo, combinada con el alma y sentimientos del<br />

hombre amarillo. Los descendientes adánicos los<br />

preferían entre todas <strong>la</strong>s razas de color que perduraron.”<br />

(Documento 64, Cap. 6, “Las seis razas sangik de<br />

Urantia”, Pág. 725.) ¿A quiénes entre <strong>la</strong>s razas modernas<br />

podría haber dado origen esta protoetnia? Y, a quiénes va<br />

- 107 -


ser. “Las investigaciones y exploraciones europeas de <strong>la</strong><br />

vieja edad de piedra suponen, en gran parte a <strong>la</strong><br />

exhumación de herramientas, huesos y artesanías de estos<br />

hombres azules antiguos [...] Las l<strong>la</strong>madas razas b<strong>la</strong>ncas<br />

[...] son los descendientes de estos hombres azules,<br />

modificados primero con un leve cruzamiento con <strong>la</strong> raza<br />

amaril<strong>la</strong> y roja, y más ade<strong>la</strong>nte mejoradas al asimi<strong>la</strong>r <strong>la</strong><br />

mayor parte de <strong>la</strong> raza violeta (como se recordará, <strong>la</strong> raza<br />

superior extraterrestre de Eva y Adán)” (Ibídem).<br />

El primero de los extraterrestres que se constituyó en<br />

Conductor Supremo de <strong>la</strong>s legiones humanas fue<br />

Caligastia -príncipe infiel. Este “Hijo Lanonandec, 9.344<br />

de <strong>la</strong> orden secundaria”, se había preparado por<br />

experiencia propia en “<strong>la</strong> administración general del<br />

universo local y, posteriormente, en <strong>la</strong> administración<br />

específica del sistema local de Satania” (Documento 66,<br />

Cap. 1, “El príncipe Caligastia, Pág. 741). Era el ser<br />

indicado, pues, para solicitar el gobierno de <strong>la</strong> Tierra<br />

(Urantia), cosa que efectivamente hizo y se le aceptó.<br />

Acompañado de un cuerpo de asistentes y auxiliares<br />

administrativos seleccionados “entre más de 785.999<br />

ciudadanos ascendentes de Jerusem que se ofrecieron<br />

para embarcarse en <strong>la</strong> aventura [...] Cada uno de los cien<br />

elegidos provenía de un p<strong>la</strong>neta diferente, y ninguno de<br />

ellos era de Urantia.” (Ibídem, Cap.2, “El séquito del<br />

príncipe”, Pág. 742.)<br />

Luego de <strong>la</strong> pormenorizada descripción del gobierno<br />

de Caligastia y <strong>la</strong> organización que impuso a los humanos<br />

- 108 -


-con quienes algunos de estos seres de otros p<strong>la</strong>netas se<br />

entrecruzaron, mejorando <strong>la</strong>s razas- el Libro nos narra su<br />

traición a los p<strong>la</strong>nes del Supremo. Satanás, asistente de<br />

Lucifer, informó a Caligastia de <strong>la</strong> “Dec<strong>la</strong>ración de<br />

Libertad” que los administradores celestes de todo el<br />

sistema iban a proc<strong>la</strong>mar. Al plegarse a el<strong>la</strong>, este primer<br />

Príncipe de <strong>la</strong> Tierra cayó en desgracia. Como quiero<br />

llegar pronto a <strong>la</strong> situación encontrada por Adán y Eva,<br />

no describiré en detalle los aspectos de esta rebelión y<br />

sus luchas; diré so<strong>la</strong>mente que en el<strong>la</strong> Caligastia fue<br />

proc<strong>la</strong>mado “Dios de Urantia (Tierra) y supremo”, sólo<br />

para ser desp<strong>la</strong>zado más tarde por enviados legítimos,<br />

“los Hijos Melquisedec”, quienes pusieron más o menos<br />

en orden al p<strong>la</strong>neta, pero no pudieron remontar el<br />

desquicio y división introducida por los rebeldes durante<br />

su <strong>la</strong>rga apostasía. Para obtener esto iban a ser enviados,<br />

más tarde, Eva y Adán.<br />

Pero <strong>la</strong> carne -aún en <strong>la</strong>s Demi Moore violeta- da <strong>la</strong><br />

impresión de haber sido ancestralmente débil. La<br />

cansadora tarea de “eliminar a los anormales y<br />

degenerados” sin lograr con ello un visible mejoramiento<br />

en <strong>la</strong>s hordas humanas, había sumido a Adán bajo <strong>la</strong> más<br />

oscura depresión. Entonces -preanunciando algo que<br />

Demi moderna habría de hacer para supuesto beneficio de<br />

su marido en pelícu<strong>la</strong> con Robert Redford- a Eva no se le<br />

ocurrió mejor idea que copu<strong>la</strong>r con Cano “quien era un<br />

magnífico espécimen de <strong>la</strong> supervivencia del físico<br />

superior e intelecto destacado de sus progenitores del<br />

- 109 -


séquito del Príncipe (Caligastia)” (Documento 75, Cap.<br />

3, “La tentación de Eva”, Pág. 842.) ¿Las razones de esta<br />

infidelidad (aparte del p<strong>la</strong>cer)? Hacer un hijo<br />

“parcialmente de <strong>la</strong> raza Violeta” usando a este semental<br />

escogido de <strong>la</strong>s mejores razas humanas, a partir de lo<br />

cual se esperaba obtener el ejemp<strong>la</strong>r inicial del progreso<br />

evolutivo para “<strong>la</strong>s numerosas tribus expectantes”. Quien<br />

habría actuado como consejero inductor de esta grave<br />

falta, habr ía sido Serapatatia, jefe de “<strong>la</strong> confederación<br />

occidental o siria de <strong>la</strong>s tribus noditas”. En <strong>la</strong> posterior<br />

narración de La Biblia -alegórica-, este inteligente<br />

polít ico iba a ser representado como “<strong>la</strong> serpiente”.<br />

A partir de esta falta, pues, comienza el proceso de<br />

degradación de <strong>la</strong> raza violeta, representada en el mundo,<br />

hasta entonces, únicamente por Eva, Adán y sus<br />

descendientes, quienes fueron adquir iendo cada vez más<br />

características humanas (cuando el proyecto había sido<br />

originalmente el inverso). Pero esto conforma ya otra<br />

historia -por cierto narrada con lujo de detalles en <strong>la</strong>s<br />

páginas del Libro de Urantia, pero demasiado extensa<br />

para nuestro propósito de hoy.<br />

Detengámonos aquí. En <strong>la</strong> Carta Nº 8, quiero compartir<br />

con ustedes mi impresión sobre <strong>la</strong>s semejanzas que<br />

parece posible discernir entre los sustratos del Libro de<br />

Urantia y los conceptos de Darwin, T. H. Huxley,<br />

Gobineau, Madame B<strong>la</strong>vatsky, Levi Bruhl, Carl Sagan o<br />

los Mormones, entre otros teóricos occidentales de <strong>la</strong><br />

evolución biológica humana.<br />

- 110 -


Saludos fraternales, de<br />

...un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada<br />

por Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina.<br />

* Gén 21, 5.8/20. Sal.33. Mt 8,28-34. Día de los mártires<br />

de Guatema<strong>la</strong>. 1520: “La noche triste” (derrota de los<br />

conquistadores en México). 1975:<br />

Dionisio Frías, campesino, asesinado por luchar pidiendo<br />

tierra para los pobres, en <strong>la</strong> República Dominicana. 1978:<br />

Hermógenes López, sacerdote, fundador de <strong>la</strong> Acción<br />

Católica rural, asesinado por paramilitares en Guatema<strong>la</strong>.<br />

(Fuente: Agenda Latinoamericana-Mundial 2003. Centro<br />

Nueva Tierra, Carmen de Patagones, Argentina.)<br />

(1) “Tabamantia, supervisor soberano para <strong>la</strong> serie de<br />

mundos decimales o experimentales, vino a inspeccionar el<br />

p<strong>la</strong>neta y, después de haber realizado su estudio de progreso<br />

racial, recomendó debidamente que a Urantia se le otorgaran<br />

Hijos Materiales. Un poco menos de cien años después de<br />

esta inspección, Adán y Eva [...] llegaron y emprendieron <strong>la</strong><br />

difícil tarea de intentar desenmarañar los asuntos confusos de<br />

un p<strong>la</strong>neta que se había atrasado por <strong>la</strong> rebelión y que, en<br />

virtud de una proscripción, había quedado en ais<strong>la</strong>miento<br />

espiritual” (El Libro de Urantia, Documento 73, Introducción:<br />

“El Jardín del Edén”, página 821.)<br />

- 111 -


“Fueron Adán y Eva los fundadores de <strong>la</strong> raza violeta del<br />

hombre, <strong>la</strong> novena raza humana que apareció en Urantia.<br />

Tenían Adán y su prole ojos azules, y se caracterizaban los<br />

pueblos violetas por <strong>la</strong> piel b<strong>la</strong>nca y pelo c<strong>la</strong>ro -dorado, rojo<br />

y castaño.” (El Libro de Urantia, Documento 76, “La historia<br />

de Urantia”, capítulo 4, “La raza violeta”, página 850.)<br />

(2) El Libro de Urantia. Edición españo<strong>la</strong>. Segunda<br />

revisión. Urantia Foundation, Chicago, Illinois, USA. 1996.<br />

(3) “Hace 600.000.000 de años <strong>la</strong> comisión de Portadores<br />

de Vida enviada de Jerusem llegó a Urantia y empezó el<br />

estudio de <strong>la</strong>s condiciones físicas, preparatorio para originar<br />

<strong>la</strong> vida en el mundo 606 del sistema de Satania.<br />

Esta había de ser [...] nuestra sesentava oportunidad de<br />

efectuar cambios e instituir modificaciones en <strong>la</strong>s<br />

concepciones de vida básicas del universo local.”<br />

(Documento 58. Cap. 1, “Requisitos previos para <strong>la</strong> vida<br />

física”, Pág. 664.)<br />

- 112 -


CARTA Nº 8<br />

Autonomía, Santiago del Estero, viernes, 11 de julio de<br />

2003 *<br />

Dice Héctor Schmucler, genial epistemólogo cordobés:<br />

“...El pobre mito del siglo XXI fue inventado poco<br />

después de <strong>la</strong> Segunda Guerra Mundial: en Estados<br />

Unidos, es decir, en el lugar donde se piensa el mundo,<br />

surgieron los modelos y proyectos más audaces que<br />

dibujaron <strong>la</strong> transición al tercer milenio. Una rica<br />

documentación sobre el tema da cuenta de cómo se<br />

constituyeron equipos que pensaron <strong>la</strong> técnica, <strong>la</strong> ciencia,<br />

<strong>la</strong> sociedad, con miras a triunfar en una posible tercera<br />

guerra caliente, que no existió, o triunfar en <strong>la</strong> Guerra<br />

Fría, que señaló <strong>la</strong> suerte del mundo durante muchos<br />

años. Y no les fue mal: triunfaron. Estudios -que se<br />

hicieron libros- vaticinaron el nuevo siglo: rigurosamente<br />

se sabía cómo iba a ser el siglo XXI no por un acto de<br />

adivinación, sino porque así se lo estaba preparando. Los<br />

“futurólogos” anuncian el futuro porque describe lo que<br />

se está haciendo para que sea de esa manera. Los<br />

paródicos profetas de nuestra época son, en realidad los<br />

constructores de nuestra época” (1)<br />

Estimo que <strong>la</strong> aguda observación de este científico<br />

puede enfocarse sin desmedro hacia <strong>la</strong> interpretación del<br />

pasado. Presentada como “historia natural”, “ciencia<br />

- 113 -


antropológica”, “arqueología”, ¿no encontramos a cada<br />

paso de los grandes “descubrimientos científicos”<br />

provistos por Europa, singu<strong>la</strong>res armonías, confortables<br />

ensamb<strong>la</strong>mientos, asombrosas avenencias?... Como si en<br />

vez de áridos discursos técnicos se tratase de meditadas<br />

construcciones arquitectónicas renacentistas. ¿No es<br />

posible, entonces, que del mismo modo en que los<br />

norteamericanos configuraron durante el anterior fin de<br />

siglo cómo querían que sea el siguiente, los ingleses<br />

hubiesen preparado el camino sustentando un<br />

“conocimiento” universal que constituyese <strong>la</strong> sólida<br />

estructura sobre <strong>la</strong> cual afirmar, como coro<strong>la</strong>rio<br />

indefectible, el futuro tecnológico, científico, cultural –y<br />

polít ico- del mundo?<br />

Si así fuese, dejaría de resultar sorprendente <strong>la</strong><br />

coincidencia medu<strong>la</strong>r que se encuentra entre algunas<br />

doctrinas religiosas como <strong>la</strong>s de los mormones, otras de<br />

raíz ecléctica, como <strong>la</strong> teosofía o El Libro de Urantia<br />

analizado en <strong>la</strong> Carta anterior, y lo que Occidente ha<br />

canonizado como La Ciencia contemporánea. A<br />

continuación acercaré algunos de los datos que me<br />

indujeron esta interpretación.<br />

Todos conocemos <strong>la</strong>s teorías de Charles Darwin<br />

(aunque casi nadie haya leído sus libros, salvo quienes<br />

los adaptaron para convertirlos en un catecismo <strong>la</strong>ico).<br />

Sus ideas básicas -se nos dice en los libros esco<strong>la</strong>res- son<br />

“<strong>la</strong> variabilidad de <strong>la</strong> descendencia de una pareja y <strong>la</strong><br />

- 114 -


selección natural o lucha por <strong>la</strong> supervivencia, en <strong>la</strong> que<br />

sólo sobreviven los elementos más aptos. (2)<br />

Detengámos unos instantes aquí, para seña<strong>la</strong>r una<br />

primera (¿sorprendente?) coincidencia entre <strong>la</strong> teoría del<br />

consagrado científico y <strong>la</strong> narración que seres<br />

(¿extraterrestres?) dictaron a un grupo de profesionales<br />

universitarios norteamericanos en los años treinta, y está<br />

recibiendo empeñosa difusión hoy bajo el título de Libro<br />

de Urantia:<br />

“Estos mamíferos protohumanos [...] disponían de<br />

cerebros más grandes para su tamaño [...] desarrol<strong>la</strong>ron<br />

un espíritu tribal [...] (eran) sobremanera beligerantes<br />

[...] no dudaban en hacerles <strong>la</strong> guerra a sus vecinos<br />

inferiores; y así, mediante <strong>la</strong> supervivencia selectiva, <strong>la</strong><br />

especie fue mejorando progresivamente.” (3) ¿No es una<br />

descripción muy gráfica y práctica de <strong>la</strong> teoría de <strong>la</strong><br />

selección natural? Este libro presenta, a todo lo <strong>la</strong>rgo de<br />

su escrupuloso re<strong>la</strong>to de <strong>la</strong> evolución biológica, un<br />

despliegue de <strong>la</strong>s teorías darwinistas, enriquecidas por<br />

cierto con los posteriores descubrimientos genéticos de<br />

Mendel y Morgan, que vinieron a redondear <strong>la</strong><br />

perspectiva original puliendo sus aspectos menos<br />

defendibles. La recic<strong>la</strong>da corriente, conocida como<br />

neodarwinismo, propone como causas de <strong>la</strong> variabilidad<br />

de los descendientes <strong>la</strong>s mutaciones, o cambios del<br />

material hereditario, y <strong>la</strong> recombinación genética, o<br />

intercambio de genes entre los cromosomas homólogos<br />

durante <strong>la</strong> formación de los gametos. Luego, sobre estas<br />

- 115 -


distintas formas actúa <strong>la</strong> selección natural escogiendo <strong>la</strong>s<br />

más adecuadas.<br />

¿En qué circunstancia histórica se encontraba<br />

Ing<strong>la</strong>terra cuando desde el seno mismo de su cultura<br />

vería nacer <strong>la</strong> teoría evolucionista de Darwin? A partir<br />

del último tercio del siglo XVIII -nos dice un<br />

excepcional sociólogo “<strong>la</strong> investigación está dominada<br />

por <strong>la</strong> perspectiva tecnológica”.<br />

Poco antes provee <strong>la</strong> síntesis de uno de los pi<strong>la</strong>res<br />

culturales de <strong>la</strong> mentalidad inglesa, expresada por medio<br />

de <strong>la</strong> literatura. “Robinson Crusoe -indica-, (es) el<br />

hombre que abandonado a sus propios recursos domina <strong>la</strong><br />

naturaleza rebelde y crea de <strong>la</strong> nada bienestar, seguridad,<br />

orden, ley y moral... [...] La historia de su aventura es un<br />

himno continuado a <strong>la</strong> diligencia, a <strong>la</strong> perseverancia, al<br />

ingenio, al saludable buen sentido que vence todas <strong>la</strong>s<br />

dificultades, en suma, a <strong>la</strong>s virtudes prácticas burguesas;<br />

es el credo de una c<strong>la</strong>se social ambiciosa consciente de<br />

su fuerza, y al mismo tiempo el programa de una nación<br />

joven, emprendedora, dispuesta al dominio mundial.” (4)<br />

Por cierto, Robinson adquiere pronto un criado negro<br />

(como correspondía a un inglés) quien, pese a ser nativo<br />

de <strong>la</strong> región, nunca se había dado cuenta de <strong>la</strong> gran<br />

prosperidad que podía obtener en base al<br />

aprovechamiento racional de su naturaleza.<br />

Contando <strong>la</strong> biografía de Darwin, Carl Sagan menciona<br />

su genealogía científico-familiar de un modo que trae<br />

reminiscencias al del apóstol Lucas cuando desmenuza<br />

- 116 -


los antepasados de Jesús para probar que desciende<br />

directamente de David, Noé, Matusalén, Adán... y Dios.<br />

“Erasmus Darwin, insigne autor, médico e inventor, y<br />

Josiah Wedgewood, quien se había elevado de <strong>la</strong> pobreza<br />

fundando <strong>la</strong> dinastía de ceramistas Wengewood [...]<br />

compartían opiniones radicalmente progresistas, incluso<br />

llegaron al extremo de apoyar a <strong>la</strong>s colonias rebeldes<br />

durante <strong>la</strong> Revolución americana.” (!) Permítasenos citar<br />

otros fragmentos de Sagan, dado lo representativos que<br />

resultan acerca de <strong>la</strong> mentalidad seña<strong>la</strong>da por nosotros en<br />

los sustratos del pensamiento occidental:<br />

“Su club (el del abuelo de Darwin con sus amigos) se<br />

l<strong>la</strong>maba La Sociedad Lunar. [...] Eran miembros de él<br />

William Small, que había enseñado ciencias a Thomas<br />

Jefferson (en <strong>la</strong> Universidad de William y Mary en<br />

Virginia y quien según Jefferson `probablemente decidió<br />

el destino´ de su vida); James Watt, cuyas máquinas a<br />

vapor propulsaron el Imperio Británico; el químico<br />

Joseph Priestley, el descubridor del oxígeno; y un<br />

especialista en electricidad l<strong>la</strong>mado Benjamin Franklin.”<br />

Más ade<strong>la</strong>nte, Sagan nos narra que el abuelo de Darwin<br />

había conocido el bestsellerato con tres tomos (¡en<br />

versos!) donde exponía sus especu<strong>la</strong>ciones sobre <strong>la</strong><br />

evolución biológica de <strong>la</strong>s especies vegetales.<br />

Dado su éxito, Darwin abuelo decidió <strong>la</strong>nzar un<br />

volumen de ¡2.500 páginas!, esta vez en prosa, l<strong>la</strong>mado<br />

Zoonomía, o <strong>la</strong>s leyes de <strong>la</strong> vida orgánica. En él, entre<br />

otros conceptos, el abuelo sostenía que “hay tres grandes<br />

objetos del deseo que han cambiado <strong>la</strong>s formas de<br />

- 117 -


muchos animales en sus esfuerzos por satisfacerlos: el<br />

hambre, <strong>la</strong> seguridad, <strong>la</strong> lujuria”.<br />

Volvamos otra vez por unos instantes al Libro de<br />

Urantia, sólo para ver que en el capítulo anteriormente<br />

citado se seña<strong>la</strong>, asimismo, que en estos lemures<br />

prehumanos “El hambre de alimento y el deseo sexual<br />

quedaron bien desarrol<strong>la</strong>dos” motivándolos a constantes<br />

aventuras y descubrimientos. Lo transmitido por sabios<br />

extraterrestres se parece extraordinariamente a lo<br />

enunciado por el abuelo de Darwin: “Hay tres grandes<br />

objetos del deseo que han cambiado <strong>la</strong>s formas de<br />

muchos animales en sus esfuerzos por satisfacerlos: el<br />

hambre, <strong>la</strong> seguridad y <strong>la</strong> lujuria”, dice Erasmus, en su<br />

Zoonomía. Parece que el viejo daba particu<strong>la</strong>r<br />

importancia a <strong>la</strong> lujuria.<br />

Tanto que su último libro se denominó: Ac<strong>la</strong>memos<br />

LAS DIVINIDADES DEL AMOR SEXUAL “...<strong>la</strong>s<br />

mayúscu<strong>la</strong>s son suyas”, ac<strong>la</strong>ra Sagan, quien más abajo<br />

nos dice: “Su nieto Charles [...] leyó Zoonomía dos<br />

veces; <strong>la</strong> primera a los diecieocho años [...] Estaba<br />

orgulloso de <strong>la</strong> precoz anticipación de su abuelo en<br />

algunas ideas que veinte años después harían famoso a<br />

Jean Baptiste Lamarck. (5)<br />

El 18 de diciembre de 1912, Arthur Smith-Woodward y<br />

Charles Dawson, reconocidos expertos en prehistoria,<br />

ofrecieron una conferencia prensa. “Con elocuencia<br />

bril<strong>la</strong>nte” -según <strong>la</strong>s crónicas- anunciaron que habían<br />

- 118 -


descubierto en Piltdown, Sussex (Ing<strong>la</strong>terra), los restos<br />

de un hombre prehistórico. Esa misma tarde ocupaban <strong>la</strong>s<br />

primeras p<strong>la</strong>nas de los más importantes diarios del<br />

mundo.<br />

Rebautizado como Eanthropus Dawsoni, el “hombre de<br />

Piltdown” fue considerado por los investigadores como el<br />

posible “es<strong>la</strong>bón perdido”, esto es, <strong>la</strong> etapa de transición<br />

evolutiva entre el simio y el hombre. Un solo detalle<br />

despertaba dudas: sus dientes mostraban un desgaste<br />

p<strong>la</strong>no, fenómeno nunca visto en los primates. Aunque los<br />

restos del Eanthropus no encajaban entre sí, lo cual<br />

obligaba a imaginar demasiadas partes, el hal<strong>la</strong>zgo había<br />

despertado un entusiasmo indetenible en los ámbitos<br />

universitarios europeos.<br />

El mismísimo Thei<strong>la</strong>rd de Chardin refrendó <strong>la</strong> idea.<br />

Habiendo viajado a Ing<strong>la</strong>terra especialmente para<br />

co<strong>la</strong>borar con los científicos, en 1913 dio a publicidad el<br />

hal<strong>la</strong>zgo de otro canino en Piltdown, lugar que algunas<br />

revistas especializadas empezaban a considerar ya como<br />

un sitio c<strong>la</strong>ve para <strong>la</strong> evolución de <strong>la</strong> humanidad. En<br />

1915 sucedieron otros hal<strong>la</strong>zgos en el mismo lugar. Otro<br />

cráneo y un diente de simio con desgaste p<strong>la</strong>no. Parecía<br />

tratarse de un segundo Eanthropus. Los científicos<br />

ingleses Smith-Woodward y Dawson alcanzaron entonces<br />

el pináculo del prestigio mundial.<br />

Pero hacia fines de los años 30 comenzaron a surgir<br />

ciertas dudas. El Museo Británico se negaba a permitir el<br />

estudio de <strong>la</strong>s reliquias. La Guerra detuvo por un tiempo<br />

<strong>la</strong>s inquisiciones. Pero cuando por fin se logró obtener el<br />

- 119 -


permiso inglés para someter a los huesos a una prueba de<br />

flúor, los resultados fueron <strong>la</strong>pidarios: ¡el cráneo y <strong>la</strong>s<br />

mandíbu<strong>la</strong>s reve<strong>la</strong>ban respectivamente 500 y 600 años de<br />

antigüedad! En 1953 terminó de deve<strong>la</strong>rse una siniestra<br />

confabu<strong>la</strong>ción: ¡”alguien” (decían <strong>la</strong>s crónicas) había<br />

enterrado un maxi<strong>la</strong>r de orangután y cráneos de hombres<br />

modernos.”<br />

Los autores del fraude, Dawson, Smith-Woodward y<br />

Thei<strong>la</strong>rd de Chardin aún vivían, como venerables<br />

autoridades de <strong>la</strong>s ciencias antropológicas.<br />

Ninguno de ellos marchó preso. Las pruebas de <strong>la</strong><br />

mistificación fueron consideradas insuficientes por los<br />

tribunales británicos. (El prestigio académico de los<br />

acusados era ya enorme. En el caso de Thei<strong>la</strong>rd de<br />

Chardin, actualmente se agigantó.) Sin duda pesó en esa<br />

consideración el que toda <strong>la</strong> comunidad científica<br />

europea y mundial se hubiera mantenido engañada<br />

durante 40 años con <strong>la</strong> idea de que el hombre de<br />

transición a nuestra actual humanidad – el tan buscado<br />

“es<strong>la</strong>bón perdido” – se había incubado... en Ing<strong>la</strong>terra.<br />

Más o menos un siglo antes -en 1820- otro Smith -”el<br />

profeta”- había hecho también un descubrimiento, esta<br />

vez en Norteamérica. Joseph, un adolescente débil y<br />

enfermo, que había quedado rengo por causa de una grave<br />

enfermedad, tuvo una visión. Él mismo <strong>la</strong> narra: “...vi<br />

una columna de luz, más bril<strong>la</strong>nte que el sol,<br />

directamente arriba de mi cabeza [...] (y) a dos<br />

- 120 -


Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción.<br />

Uno de ellos me habló, l<strong>la</strong>mándome por mi nombre, y<br />

dijo, seña<strong>la</strong>ndo al otro: Este es mi Hijo Amado:<br />

¡Escúchalo!” (Joseph Smith, Historia, 1: 15:17.) ¿Y qué<br />

expresó el Hijo? Que todas <strong>la</strong>s iglesias de <strong>la</strong> tierra “eran<br />

una abominación a su vista”.<br />

Un pequeño libro, primorosamente impreso, enseña<br />

que “Dios lo había escogido a él, un joven desconocido<br />

que vivía en <strong>la</strong> región occidental de Nueva York, para<br />

llevar a cabo <strong>la</strong> obra maravillosa y el prodigio de<br />

restaurar el Evangelio y <strong>la</strong> Iglesia de Jesucristo sobre <strong>la</strong><br />

tierra.” (6)<br />

Los prodigios recién comenzaban, pues más tarde -<br />

siempre conducido por visiones- Joseph Smith recibiría,<br />

de manos del ángel Moroni, unas refinadísimas p<strong>la</strong>nchas<br />

de oro, que contenían singu<strong>la</strong>res reve<strong>la</strong>ciones.<br />

Después de traducir al inglés el contenido de <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>nchas, el joven profeta proc<strong>la</strong>maría al mundo un dato<br />

trascendental: ¡Jesucristo había estado en donde ahora se<br />

erigían los Estados Unidos! ¡No sólo eso, sino que había<br />

entregado a “los gentiles” (ciertos descendientes de razas<br />

que, junto a los indios, pob<strong>la</strong>ran antiguamente <strong>la</strong><br />

privilegiada región) documentos esenciales para<br />

comprender <strong>la</strong> historia y el sentido de <strong>la</strong> humanidad.<br />

¿Qué características tenían esos gentiles, elegidos por<br />

Dios? El Libro de Mormón -constituido por aquellos<br />

documentos de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>nchas- nos <strong>la</strong>s describe: “...eran<br />

b<strong>la</strong>ncos y muy bellos y hermosos, semejantes a los de mi<br />

pueblo... [...] el Espíritu del Señor estaba sobre los<br />

- 121 -


gentiles, y prosperaron y obtuvieron <strong>la</strong> tierra por<br />

herencia...” (7)<br />

Pronto el joven consiguió adeptos para su misión,<br />

principalmente ayudantes para <strong>la</strong> traducción y posterior<br />

publicación de los textos. Aunque el semianalfabeto<br />

Smith dictaba su traducción a un amigo, consultaba <strong>la</strong>s<br />

Tab<strong>la</strong>s en secreto, sentado detrás de una sábana colgada<br />

de una cuerda, mientras el escriba tomaba nota de sus<br />

pa<strong>la</strong>bras desde el otro extremo de <strong>la</strong> habitación.<br />

Este libro de 650 páginas reve<strong>la</strong> entre otras muchas<br />

cosas que, ante <strong>la</strong> decadencia del pueblo elegido, en<br />

tiempos de Moisés, Dios separó una rama del tronco<br />

original para conducirlos hacia una nueva Tierra<br />

Prometida. ¿Y cuál era esa nueva Tierra Prometida? Ni<br />

más ni menos que Norteamérica.<br />

Conduciendo al grupo a través del Jordán hacia el mar,<br />

y luego por medio de una serie de “accidentes” hacia <strong>la</strong><br />

Nueva Tierra, Dios preserva de este modo una simiente<br />

para restituir el sentido de su creación a <strong>la</strong> humanidad,<br />

cuando los judíos no le sirvieran más debido a su<br />

“traición”.<br />

Mark Twain calificó de “cloroformo impreso” a este<br />

libro, pero debió leerlo aunque no más no sea<br />

parcialmente, del mismo modo que bastantes<br />

norteamericanos de su época. Pese a <strong>la</strong> sorna del<br />

novelista los mormones crecieron y prosperaron sobre<br />

Estados Unidos, como profetizaba su libro. Tanto que<br />

llegaron a fundar uno de los estados más prósperos de ese<br />

país, Utah, que aún dominan.<br />

- 122 -


Lamarck junto al geólogo Lyell constituyeron dos de<br />

los pi<strong>la</strong>res doctrinarios confesados por Darwin. Pero le<br />

faltaba una pieza para llegar al cierre de su famosa<br />

teoría. Desesperaba de hal<strong>la</strong>r<strong>la</strong>, mientras lo acosaba una<br />

enfermedad padecida desde su adolescencia:<br />

insoportables dolores de cabeza, nauseas, ataques de<br />

agotamiento que lo echaban en <strong>la</strong> cama.<br />

“Darwin estaba ahora seguro de que <strong>la</strong> modificación de<br />

<strong>la</strong>s especies se producía por una suerte de selección” nos<br />

dice otro biógrafo. “¿Pero cómo?”. Debía haber un<br />

agente natural, para explicar esta causalidad. El problema<br />

es que Darwin no lo encontraba. “Durante este periodo de<br />

intensa actividad mental, mientras se hal<strong>la</strong>ba preocupado<br />

con <strong>la</strong> busca de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve del problema que ahora le<br />

obsesionaba, tomó al azar un libro con el objeto de<br />

distraer su mente fatigada. Era el Essay on Popu<strong>la</strong>tion de<br />

Malthus, que puso a Darwin sobre ascuas. ¡Allí estaba su<br />

mecanismo: <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia!” (8)<br />

Este libro le iba dar <strong>la</strong>s líneas c<strong>la</strong>ves para colocar <strong>la</strong>s<br />

piedras básicas de su doctrina. “¡Qué fácil de ver<br />

resultaba ahora que esa lucha tremenda por <strong>la</strong> existencia<br />

[...] era una fase continua y vital del mundo orgánico en<br />

virtud de <strong>la</strong> cual sólo pueden sobrevivir los más aptos!”<br />

(8) Pero, ¿quién era el tal Malthus, que tanto influyese en<br />

su pensamiento?<br />

- 123 -


Este cura anglicano -hijo de otro cura anglicano- había<br />

sido educado en una atmósfera de cultura y refinamiento<br />

habitando “una mansión elegante” conocida como “The<br />

Rockery” (“El nido de cornejas”). A su cuna natal, cual<br />

ilustrados Reyes Magos, hicieron una visita dos<br />

conspicuos amigos de su padre... David Hume y Jean-<br />

Jacques Rousseau... Las ideas del francés no harían mel<strong>la</strong><br />

en <strong>la</strong> mentalidad del cura-científico, de acuerdo a lo<br />

indicado por él mismo cuando mencionó <strong>la</strong>s fuentes de<br />

sus obras. “Los únicos autores de cuyos escritos deduje<br />

el principio que formó el argumento principal del Ensayo<br />

fueron Hume, Wal<strong>la</strong>ce, el doctor Adam Smith y el doctor<br />

Price”. Como se sabe, Hume es el padre del positivismo<br />

inglés; Adam Smith, fundador de <strong>la</strong> economía capitalista,<br />

cuyo principios centrales postu<strong>la</strong>n el individualismo y <strong>la</strong><br />

competencia sin tregua como los motores principales para<br />

el desarrollo de <strong>la</strong>s naciones. ¿Y qué decía este Ensayo<br />

de <strong>la</strong> Pob<strong>la</strong>ción, publicado en 1789 por Malthus?<br />

Principalmente que “el alimento y el sexo eran los<br />

postu<strong>la</strong>dos básicos de <strong>la</strong> existencia”. Por lo tanto “<strong>la</strong><br />

pob<strong>la</strong>ción, cuando no es regu<strong>la</strong>da, crece de tal forma que<br />

desborda <strong>la</strong>s posibilidades objetivas de sustentar<strong>la</strong>”.<br />

Habida cuenta de esto “hay que contener severamente el<br />

crecimiento de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción...” razón por <strong>la</strong> cual <strong>la</strong>s<br />

guerras, pestes o hambrunas que diezman a “los menos<br />

aptos” representan para los humanos el mismo papel que<br />

entre los animales los pájaros que, devorándose a los<br />

insectos, evitan su perjudicial expansión. Las ideas de<br />

Malthus influyeron inmediatamente sobre <strong>la</strong> sociedad de<br />

- 124 -


su tiempo: el primer ministro William Pitt, quien en 1796<br />

pensaba que “cualquier hombre enriquecía a su país”,<br />

decidió, en 1800, retirar su proyecto de ayuda estatal a<br />

los pobres, dec<strong>la</strong>rando en los fundamentos de su<br />

presentación legal el haber sido convencido por el librito<br />

del sacerdote.<br />

Concentrado así el núcleo de sus ideas fuerza, Darwin<br />

concluyó: “La lucha por <strong>la</strong> existencia alcanza a todos los<br />

rincones de <strong>la</strong> naturaleza: insectos, peces, pájaros, frutos,<br />

animales [...] compiten acerbamente los unos con los<br />

otros, luchan por <strong>la</strong> vida, tratan de sobrevivir en un<br />

mundo donde hay que luchar por <strong>la</strong> existencia. Y<br />

mediante esa lucha por <strong>la</strong> existencia <strong>la</strong> misma naturaleza<br />

selecciona a aquellos cuyos organismos están mejor<br />

adaptados para sobrevivir”. “Las especies que carecen de<br />

capacidad para variar con bastante rapidez quedan<br />

rezagadas en <strong>la</strong> carrera por <strong>la</strong> vida... `luchar o morir´, es<br />

el ultimátum de <strong>la</strong> selección natural”.<br />

En <strong>la</strong> reciente invasión de Iraq, los norteamericanos<br />

mostraron un ejemplo de lo que significa estar<br />

convenientemente equipados para sobrevivir.<br />

Soldados casi adolescentes pudieron poner de rodil<strong>la</strong>s<br />

a un ejército compuesto por hombres durísimos,<br />

entrenados físicamente para cualquier prueba... pero sin<br />

<strong>la</strong> tecnología adecuada.<br />

- 125 -


Al conde francés Arturo de Gobineau le gustaban<br />

mucho los alemanes. Tanto como para publicar que eran<br />

los representantes más puros de <strong>la</strong> raza b<strong>la</strong>nca o aria,<br />

“superior a todas <strong>la</strong>s demás razas”. Su concepción fue<br />

desarrol<strong>la</strong>da en dos volúmenes, bajo el título de Essai sur<br />

l´énegalité des races humaines, editados en París entre<br />

1853 y 1855 (seis años antes de <strong>la</strong> aparición del Origin of<br />

Species). Luego de estudiar arqueología, antropología,<br />

lingüística, historia, Gobineau había “descubierto” que <strong>la</strong><br />

humanidad se dividía en tres razas: “<strong>la</strong> negra, que<br />

representa <strong>la</strong> pasión, es semejante al animal y caprichosa,<br />

pero no obstante posee lirismo y temperamento artístico;<br />

<strong>la</strong> amaril<strong>la</strong>, que representa <strong>la</strong> mediocridad, es terca y<br />

apática, pero está dotada con un sentido del orden y un<br />

sentido de lo práctico; <strong>la</strong> b<strong>la</strong>nca, que posee una razón y<br />

un honor semejante a los dioses, y es superior en todo,<br />

particu<strong>la</strong>rmente en belleza física: los pueblos que no son<br />

de raza b<strong>la</strong>nca pueden acercarse a <strong>la</strong> belleza, pero jamás<br />

<strong>la</strong> alcanzan”. Gobineau se hizo muy amigo de Richard<br />

Wagner, quien le dedicó todas sus obras en prosa. Es que<br />

sus libros se habían vendido como pan caliente... no en<br />

Francia, sino en Alemania. Resentido por <strong>la</strong><br />

incomprensión de sus connacionales, a quienes calificó<br />

de “popu<strong>la</strong>cho galo-romano, cuyos instintos principales<br />

son <strong>la</strong> envidia y <strong>la</strong> revolución”, Gobineau se fue pronto a<br />

vivir en su “tierra prometida”, cerca de Wagner, y pudo<br />

casar a su hija con el Barón Von Gudencrone, como era<br />

de esperar, de <strong>la</strong> más pura cepa aria germánica.<br />

- 126 -


El conde Gobineau mismo decía descender de tal raza:<br />

“mis antepasados provienen de una de <strong>la</strong>s islitas Skaeren,<br />

en el Mar del Norte, un promontorio rocoso rodeado de<br />

pinos”, escribió. El pequeño francés tenía el pelo negro y<br />

los ojos pardos, pero esto no le impidió -según sus<br />

escritos- ser descendiente directo de Ottar Jarl, héroe<br />

vikingo. Anticipando una conducta que luego iba a<br />

repetir respecto a algunos de sus líderes, el Estado<br />

alemán tampoco tuvo en cuenta su color de pelo ni su<br />

estatura y lo convirtió en un huésped preferencial,<br />

promoviendo <strong>la</strong> difusión de su obra y <strong>la</strong> de sus<br />

numerosos discípulos. A lo <strong>la</strong>rgo y lo ancho de <strong>la</strong> patria<br />

de Goethe surgieron como hongos <strong>la</strong>s “Sociedades<br />

Gobineau”. Uno de sus discípulos fue el conde inglés<br />

Houston Stewart Chamber<strong>la</strong>in. Este inglés por cierto se<br />

fue a vivir en Alemania y terminó casándose... con <strong>la</strong> hija<br />

de Wagner. A cierto pariente suyo, primer ministro de<br />

Ing<strong>la</strong>terra, se lo consideraría luego prácticamente un<br />

cómplice de <strong>la</strong> acelerada expansión belicista del Tercer<br />

Reich, en los primeros tramos del siglo siguiente.<br />

Otro de los discípulos de Gobineau fue Ludwig<br />

Woltman (1871-1907). Su contribución al “conocimiento<br />

científico” fue demostrar que <strong>la</strong>s personalidades<br />

universalmente famosas habían sido siempre teutonas.<br />

Siguiendo <strong>la</strong> pista de <strong>la</strong> cabeza a<strong>la</strong>rgada, ojos azules,<br />

cabellera rubia, “demostró” que el italiano Giotto había<br />

sido en realidad un alemán l<strong>la</strong>mado Jothe, Leonardo Da<br />

Vinci era el germano Wincke, Tasso era Dasse, Giordano<br />

Bruno… Braun... De igual manera, el español Velázquez<br />

- 127 -


había sido originalmente Ve<strong>la</strong>hise, Murillo era Mocri y<br />

Vaz era Watz. Los grandes nombres de intelectuales<br />

franceses: Arouet, Diderot y Gounod, se debían entender<br />

como: Adwid, Tietroth y Gundiwald.<br />

En los Estados Unidos, el gobinismo fue manipu<strong>la</strong>do<br />

ligeramente para hacerlo más potable a los<br />

norteamericanos, sustituyendo su germanismo por el<br />

linaje anglosajón. Madison Grant publicó <strong>la</strong> primera<br />

adaptación, The Passing of the Great Race, en 1916 y su<br />

continuación, The Conquist of a Continent, en 1933... Un<br />

año antes de que fueran entregados al grupo de Chicago,<br />

por “ciertos seres superiores”, los documentos<br />

constitutivos de El Libro de Urantia.<br />

El coronel norteamericano Henry Olcott había nacido<br />

en 1836 de una familia que afirmaba ser descendiente de<br />

los peregrinos del Mayflower (9). “Tras una estricta<br />

formación presbiteriana, lo que él l<strong>la</strong>ma `dificultades<br />

financieras´ [...] lo obligaron a interrumpir sus estudios y<br />

dedicarse a <strong>la</strong> agricultura en Ohio. Allí se convirtió en un<br />

agricultor experto y publicó varios libros sobre el tema,<br />

entre ellos un tratado sobre el sorgo y una de sus<br />

variedades africanas (sustitutivos de <strong>la</strong> caña de azúcar)<br />

que alcanzó <strong>la</strong>s siete ediciones. Declinó <strong>la</strong> invitación del<br />

gobierno griego para ocupar una cátedra de agricultura<br />

científica en Atenas y, en lugar de eso, fundó <strong>la</strong> Escue<strong>la</strong><br />

Agríco<strong>la</strong> Westchester. Fracasó en esta aventura y, en<br />

- 128 -


1859, trabajó como responsable de <strong>la</strong> sección agríco<strong>la</strong> del<br />

New York Tribune, pero también tuvo que interrumpir<br />

esta carrera, esta vez por culpa de <strong>la</strong> Guerra Civil, que<br />

hizo de él un oficial de transmisiones del ejército de <strong>la</strong><br />

Unión. Dado de baja por invalidez, fue comisionado<br />

especial del Ministerio de <strong>la</strong> Guerra, con el rango de<br />

coronel, para investigar a los especu<strong>la</strong>dores y tuvo tanto<br />

éxito en su función que, cuando Abraham Lincoln fue<br />

asesinado en 1865, Olcott fue designado como uno de los<br />

tres miembros de <strong>la</strong> comisión investigadora de <strong>la</strong> muerte<br />

del presidente. Dejó esta tarea al final de <strong>la</strong>s hostilidades<br />

y, con recomendaciones del ministro de <strong>la</strong> Guerra y del<br />

fiscal general del Estado, estudió abogacía en Nueva<br />

York, donde estableció su despacho poco antes de 1870.”<br />

(10)<br />

El 3 de marzo de 1875, el coronel Olcott recibió una<br />

carta. Escrita en tinta dorada sobre un papel verde,<br />

dob<strong>la</strong>do dentro de un sobre negro, <strong>la</strong> remitía “el Maestro<br />

Bey Tuitit”, quien “vivía en Luxor, Egipto”; Luxor era<br />

“<strong>la</strong> sede” de “<strong>la</strong> Gran Hermandad B<strong>la</strong>nca” -a <strong>la</strong> cual<br />

pertenecía Bey Tuitit. Invitaba al coronel a que fuera su<br />

discípulo, supervisado por Madame B<strong>la</strong>vatsky. Así<br />

comenzó una re<strong>la</strong>ción pública de <strong>la</strong> que surgirían, entre<br />

otros grandes acontecimientos occidentales, <strong>la</strong> Escue<strong>la</strong><br />

Teosófica, el libro Isis desve<strong>la</strong>da, y el maestro<br />

Krisnamurthi.<br />

Isis desve<strong>la</strong>da es una exposición del ocultismo egipcio<br />

y del culto a <strong>la</strong> Gran Madre. El libro se divide en dos<br />

partes, <strong>la</strong> primera titu<strong>la</strong>da “Ciencia” y <strong>la</strong> segunda<br />

- 129 -


“Teología”. La primera parte analiza <strong>la</strong>s doctrinas de<br />

Hume, Darwin y Huxley, a quienes corrige por haber<br />

estrechado el concepto de ciencia, aplicándo<strong>la</strong> sólo a <strong>la</strong>s<br />

leyes demostrables que rigen el universo material. El<strong>la</strong>s<br />

eran pasibles, según <strong>la</strong> autora, de ser aplicadas “también<br />

a <strong>la</strong> evolución espiritual” de <strong>la</strong> humanidad. La segunda<br />

parte es un ensayo de religión comparada y una<br />

exposición del budismo como <strong>la</strong> sabia doctrina donde<br />

religión y ciencia se unifican. La primera edición de mil<br />

ejemp<strong>la</strong>res se vendió de inmediato a pesar de los ataques<br />

de los críticos, que <strong>la</strong> despreciaron como “basura” (New<br />

York Sun) y un “gran guiso de cuestiones embrol<strong>la</strong>das”<br />

(Springfield Republican).<br />

Enseguida los seguidores de B<strong>la</strong>vatsky <strong>la</strong> compararon<br />

con Darwin, considerando que el<strong>la</strong> completa su teoría<br />

cuando afirma que “<strong>la</strong> evolución del animal hacia el<br />

hombre es meramente un es<strong>la</strong>bón en <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga cadena que<br />

hace que el hombre evolucione hacia los seres<br />

superiores”. B<strong>la</strong>vatsky convierte pues, al darwinismo,<br />

una teoría limitada sociobiológica, en <strong>la</strong> explicación de<br />

todo, desde los átomos a los ángeles. Pese a <strong>la</strong>s<br />

reacciones adversas de los científicos universitarios, esta<br />

primera obra de madame B<strong>la</strong>vatsky -como todas <strong>la</strong>s que<br />

escribió- se continúan reeditando hasta el día de hoy. Y<br />

en su tiempo iniciaron una poderosa organización,<br />

constituída por importantes miembros de <strong>la</strong> burguesía<br />

norteamericana y <strong>la</strong> aristocracia inglesa, entre ellos<br />

funcionarios gubernamentales. El biógrafo Peter<br />

Washington explica que “El libro de B<strong>la</strong>vatsky respondía<br />

- 130 -


a necesidades muy sentidas, en una época en que <strong>la</strong>s<br />

dudas religiosas estaban impulsadas por <strong>la</strong> primera gran<br />

oleada de <strong>la</strong> educación de masas. A finales del siglo XIX<br />

aparecieron numerosos lectores semieducados, con el<br />

apetito, <strong>la</strong>s aspiraciones y <strong>la</strong> falta de formación<br />

intelectual imprescindible para consumir tales textos. Era<br />

el ambiente retratado tan vívidamente en Ing<strong>la</strong>terra por<br />

Bernard Shaw, H. G. Wells, George Gissing y Hale<br />

White: el mundo de los autodidactas, periódicos de perra<br />

gorda, enciclopedias semanales, c<strong>la</strong>ses nocturnas,<br />

conferencias públicas, instituciones educativas para<br />

obreros, debates sindicales, bibliotecas de clásicos<br />

popu<strong>la</strong>res, asociaciones socialistas y clubes de arte, un<br />

mundo bullicioso y serio donde los lectores de Ruskin y<br />

Edward Carpenter podían perfeccionarse, donde los<br />

idealistas de <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses medias contribuían a ello, y donde<br />

el nudismo y <strong>la</strong> reforma dietética iban del brazo con <strong>la</strong><br />

hermandad universal y el conocimiento ocultista.” (10)<br />

Sin embargo no sólo “lectores semieducados y<br />

obreros” adoptarían el credo iniciado por Madame<br />

B<strong>la</strong>vatsky y el coronel Olcott. Dos premios Nobel, Yeats<br />

y Bergson, serían también entusiastas seguidores de estas<br />

doctrinas, así como disciplinados miembros de <strong>la</strong><br />

Sociedad Teosófica Internacional. (11)<br />

Igualmente Aldous Huxley, nieto del venerable biólogo<br />

Thomas Henry Huxley, quien fuera, como se recordará,<br />

uno de los principales animadores de Darwin para <strong>la</strong><br />

publicación de su doctrina evolucionista. Es que hacia<br />

fines del siglo XIX alcanzó a tener un poder tan<br />

- 131 -


importante entre <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses aristocráticas de Ing<strong>la</strong>terra -y<br />

en parte de Europa y Estados Unidos- como para hacer<br />

inaudito que no se haya tomado aún demasiado en serio<br />

<strong>la</strong> investigación de hasta dónde influyó <strong>la</strong> Sociedad<br />

Teosófica en los grandes acontecimientos mundiales<br />

durante este periodo, pues muchos de quienes gobernaban<br />

o gobernaron los países centrales eran asiduos<br />

concurrentes a <strong>la</strong>s numerosas reuniones sociales y cursos,<br />

que organizaban Madame B<strong>la</strong>vatsky con sus seguidores, a<br />

lo <strong>la</strong>rgo y lo ancho del mundo.<br />

Volveremos a ocuparnos de este grupo más tarde.<br />

Dentro de su fárrago contenido en siete tomos, Isis<br />

desve<strong>la</strong>da sostenía entre muchas otras afirmaciones que<br />

<strong>la</strong> humanidad evoluciona hacia su perfección por medio<br />

de siete razas raíces, cada una de <strong>la</strong>s cuales domina <strong>la</strong><br />

tierra durante millones de años para concretar el Gran<br />

Proyecto Universal. Estas se subdividían a su vez en<br />

subrazas, hasta completar un amplísimo espectro. La<br />

predominante en <strong>la</strong> presente etapa de <strong>la</strong> historia -según el<br />

criterio teosófico- sería “<strong>la</strong> raza raíz aria o b<strong>la</strong>nca”, de <strong>la</strong><br />

cual emanaron <strong>la</strong>s subrazas ariosemítica, irania, céltica y<br />

otras derivadas que fueron surgiendo desde el siglo XVII<br />

en el Nuevo Continente. De el<strong>la</strong>s “evolucionará <strong>la</strong> sexta<br />

raza” -a <strong>la</strong> cual pertenecería el futuro próximo-: “Se<br />

caracterizará –según los teósofos norteños- por un alto<br />

desarrollo espiritual y un sexto sentido (c<strong>la</strong>rividencia<br />

astral) y pob<strong>la</strong>rá lo que hoy l<strong>la</strong>mamos América del<br />

Norte...”<br />

- 132 -


Una neblinosa mañana de junio de 1858 Darwin recibió<br />

una carta. Llevaba el sello de Ternate, una is<strong>la</strong> del<br />

archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo. Era de Alfred Russell Wal<strong>la</strong>ce, un<br />

biólogo prestigioso, quien había viajado a lo que<br />

consideraban el otro extremo del mundo para obtener<br />

comprobaciones en que afirmar su teoría. ¿Y cuál era su<br />

teoría? La enunciaba en un <strong>la</strong>rgo ensayo que acababa -por<br />

fin, luego de <strong>la</strong>rgos años- de escribir: On the Tendences<br />

of Varieties to Part Indefinitely from The Original Type.<br />

Darwin se fue al manuscrito como chancho a los maíces.<br />

A poco de haber comenzado a leerlo, se sintió<br />

horriblemente enfermo. “Cuando Darwin terminó de leer<br />

el esquema de Wal<strong>la</strong>ce quedó como herido por un rayo<br />

nos dice Ernest Trattner (8)-. Nada le había afectado<br />

tanto hasta entonces; allí, ante sus ojos, tenía una<br />

exposición de su propia teoría sobre <strong>la</strong> selección natural<br />

casi pa<strong>la</strong>bra por pa<strong>la</strong>bra”. Como aquel personaje del<br />

famoso poema de Bécquer (Cuando me lo contaron, sentí<br />

el frío de una hoja de acero en <strong>la</strong>s entrañas... etcétera),<br />

luego de un tiempo indefinible Darwin reaccionó. Estaba<br />

<strong>la</strong> carta. ¿Qué decía? Él también había leído el Essay on<br />

Popu<strong>la</strong>tion de Malthus (importante coincidencia)<br />

llegando a conclusiones semejantes a <strong>la</strong>s de Darwin<br />

(aunque aún no lo sabía). Si el <strong>la</strong>rgo artículo que le<br />

enviaba le parecía digno de publicarse, pedía que su<br />

amigo (Darwin), lo enviara a una importante revista<br />

- 133 -


científica, de <strong>la</strong> Linnaeam Society, y a sus comunes<br />

amigos, los científicos Lyell y Hooker.<br />

Lyell mismo, junto a Huxley, aconsejaron a Darwin<br />

que no publicara el artículo hasta haber escrito su propio<br />

ensayo, para ganar primacía sobre <strong>la</strong> tesis de <strong>la</strong> Selección<br />

Natural. Total el otro estaba demasiado lejos como para<br />

protestar. Así se hizo. Entre todos se ocuparon de<br />

mantener entretenido a Wal<strong>la</strong>ce durante bastante tiempo.<br />

Finalmente, en noviembre de 1859 -un año y medio<br />

después que Wal<strong>la</strong>ce enviara sus conclusiones- apareció<br />

el libro Origin of Species, con <strong>la</strong> firma de Charles<br />

Darwin.<br />

Simultáneamente el grupo de “amigos” cumplió el<br />

pedido de Wal<strong>la</strong>ce, publicando su artículo. Pasó<br />

desapercibido. El éxito del libro de Darwin, que obligaría<br />

a imprimir pronto nuevas ediciones, lo sepultó para<br />

siempre.<br />

Darwin, sin embargo, anunció durante un encuentro<br />

especial con <strong>la</strong> Sociedad Linneana que Wal<strong>la</strong>ce y él<br />

habían llegado a esas conclusiones al mismo tiempo. A<br />

los científicos de <strong>la</strong> sociedad les pareció una nota<br />

personal demostrativa de <strong>la</strong> acendrada probidad del<br />

escritor. Pero no tomaron demasiado en cuenta a sus<br />

teorías.<br />

Debemos ac<strong>la</strong>rar por fin que Darwin no era ni biólogo,<br />

ni arqueólogo, ni geógrafo, si a esto se entiende como<br />

alguien que ha recibido sus conocimientos en una<br />

universidad y por ende el correspondiente título,<br />

licenciatura o doctorado. Los estudios regu<strong>la</strong>res de<br />

- 134 -


Darwin habían llegado hasta dos cursos en Edimburgo, en<br />

los que no pudo alcanzar calificaciones suficientes como<br />

para ser aceptado en <strong>la</strong> Facultad de Medicina, y tres años<br />

estudiando el sacerdocio, que tampoco alcanzó.<br />

Dado el importante papel que los Huxley cumplieron<br />

en re<strong>la</strong>ción con el desarrollo del pensamiento científico<br />

darwinista, no queremos irnos sin citar a otro de ellos,<br />

Julian Huxley, quien en un párrafo tomado... casi al<br />

azar... dice: “No hay, pues, duda de que, desde todos los<br />

puntos de vista, <strong>la</strong>s ranas son realmente descendientes de<br />

los peces, aunque quizá de ninguno de los tipos comunes<br />

que nos son familiares...” (11) El Libro de Urantia<br />

complementa <strong>la</strong> información: “Entre los animales<br />

terrestres” -dice- “<strong>la</strong>s ranas alcanzaron su clímax [...] (y)<br />

sobrevivieron, pues podían vivir <strong>la</strong>rgamente en los<br />

charcos y <strong>la</strong>gunas en evaporación de estos tiempos tan<br />

remotos [...] Durante <strong>la</strong> decadencia de <strong>la</strong> edad de <strong>la</strong>s<br />

ranas se produjo en África el primer paso de <strong>la</strong> evolución<br />

de <strong>la</strong> rana al reptil.” (Documento 59, Cap. 6, “La edad de<br />

<strong>la</strong> tribu<strong>la</strong>ción biológica”, Pág. 683.)<br />

Jefferson, Watt, Benjamin Franklin, Malthus, Crusoe,<br />

el mito del hombre b<strong>la</strong>nco que construye riqueza a partir<br />

de su propia inteligencia, trabajo y voluntad... ¿no<br />

configura todo esto el imaginario sobre el cual basaron<br />

su historia los pueblos nordeuropeos con sus<br />

descendientes? Esto incluye su tecnología y su<br />

- 135 -


metafísica. En este aspecto, <strong>la</strong> presencia de Bergson,<br />

Huxley y un nieto de Hume en <strong>la</strong> sociedad esotérica de<br />

Madame B<strong>la</strong>vatsky deberían bastar para que<br />

consideremos alguna re<strong>la</strong>ción entre lo esotérico y los<br />

manejos de <strong>la</strong>s pandil<strong>la</strong>s de científicos -o pseudo-,<br />

polít icos, militares, teólogos, que han construido <strong>la</strong>s<br />

ideas de Occidente. Lyndon Larouche, un polít ico<br />

demócrata norteamericano, que se opuso a <strong>la</strong>s guerras<br />

contra Afganistán en Iraq, denunció que tras <strong>la</strong> camaril<strong>la</strong><br />

que rodea a Bush, con Huttington (Guerra de<br />

Civilizaciones) entre sus coordinadores, con Zbigniew<br />

Brzezinski y Henry Kissinger como asesores, existe una<br />

secta esotérica que cree ser representante exclusiva de <strong>la</strong><br />

Gran Hermandad B<strong>la</strong>nca en el mundo, lo cual <strong>la</strong><br />

autorizaría para actuar como “policías del mundo”. (12)<br />

“Cuando se sostiene -nos dice Héctor Schmucler en <strong>la</strong><br />

misma conferencia con que abrimos esta Carta-, y se<br />

repite sistemáticamente, que determinados procesos son<br />

inevitables, cuando esta inevitabilidad alude a<br />

realizaciones que son productos del hacer humano, <strong>la</strong><br />

expresión `procesos inevitables´ puede ser banal y<br />

terrible al mismo tiempo. Otra cosa es considerar<br />

aquellos hechos que se escapan a <strong>la</strong> voluntad humana y<br />

que se escapan porque <strong>la</strong> trascienden: nadie, por ejemplo,<br />

logrará evitar el misterio de <strong>la</strong> muerte que, de paso sea<br />

dicho, es el que funda ese otro misterio, el de <strong>la</strong> vida.<br />

Afirmar que algo del hacer humano -como el actual hacer<br />

tecnológico, como <strong>la</strong> creciente mercantilización de <strong>la</strong>s<br />

re<strong>la</strong>ciones- es inevitable, y con ello significar que no<br />

- 136 -


sólo debemos aceptarlo sino también celebrarlo, es<br />

renunciar a <strong>la</strong> responsabilidad de nuestros propios actos”.<br />

Es por no renunciar entonces a nuestra responsabilidad<br />

intelectual, por no considerar que hemos llegado al “fin<br />

de <strong>la</strong> historia” ni de <strong>la</strong> ciencia, que estamos escribiendo<br />

estas <strong>Cartas</strong>, sin ataduras ni prejuicios hacia doctrinas<br />

“intocables”, por institucionalizadas que estas se<br />

encuentren -aunque esto pueda excitar algunas<br />

impaciencias. Todavía tendremos que volver sobre varios<br />

de los personajes mencionados aquí, particu<strong>la</strong>rmente<br />

sobre sus doctrinas. Lo haremos, si todo anda bien,<br />

combinándo<strong>la</strong>s con nuestros estudios de diferentes etapas<br />

de <strong>la</strong> historia, seleccionadas a modo de muestreo que nos<br />

permita intentar descubrir <strong>la</strong>s raíces de <strong>la</strong> infelicidad<br />

humana, y -si esto es posible- algunas sendas para<br />

vislumbrar nuestra felicidad.<br />

Me despido con un saludo muy afectuoso.<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo.<br />

Autonomía Santiago del Estero, Argentina<br />

- 137 -


* Gén 49, 29-32/Sal 104/Mt 10, 24:33. 1968. Fundación<br />

del Movimiento Indio de los Estados Unidos. 1977. Carlos<br />

Ponce de León, obispo de San Nicolás, mártir de <strong>la</strong> Justicia<br />

en <strong>la</strong> Argentina. (Agenda Latinoamericana. Centro Nueva<br />

Tierra.)<br />

(1) “El inquietante futuro de <strong>la</strong> lengua en <strong>la</strong> prensa de<br />

hab<strong>la</strong> españo<strong>la</strong>”, ponencia de Héctor Schmucler, director del<br />

Centro de Estudios Avanzados de <strong>la</strong> Universidad Nacional de<br />

Córdoba, Argentina, durante el Primer Congreso<br />

Internacional de <strong>la</strong> Lengua Españo<strong>la</strong> (Zacatecas, México, del<br />

6 al 11 de abril de 1997. Salvo algunos breves párrafos<br />

publicados durante ese mismo año por <strong>la</strong> sección Cultura de<br />

La Voz del Interior, Córdoba, permanece inédita según creo.<br />

La cita mencionada <strong>la</strong> extraje de <strong>la</strong> versión completa que<br />

poseo, tipeada y enviada por su autor a mi pedido.)<br />

(2) Enciclopedia Santil<strong>la</strong>na. Chinon America Inc., bajo<br />

convenio con Santil<strong>la</strong>na Publishing Company, Inc.,<br />

Germantown, USA, 1995.<br />

(3) El Libro de Urantia. Edición españo<strong>la</strong>. Segunda<br />

revisión. Documento 62.<br />

Cap. 2, “Los mamíferos protohumanos”. Pág. 704. Urantia<br />

Foundation, Chicago, Illinois, USA. 1996.<br />

(4) Mendel, Gregor (Heinzendorf 1822 - Brünn, actual<br />

Brno 1884) Sacerdote, profesor de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> moderna de<br />

Brünn, donde realizó sus experimentos sobre <strong>la</strong> transmisión<br />

de los caracteres hereditarios, considerados hoy como<br />

fundamentales para el desarrollo de <strong>la</strong> genética. En 1866<br />

publicó los resultados en un pequeño boletín de su ciudad,<br />

con el título de Ensayos sobre los híbridos vegetales, pero su<br />

aportación pasó por completo desapercibida hasta que en<br />

1900 el botánico ho<strong>la</strong>ndés De Vries, que había llegado a sus<br />

mismas conclusiones, descubrió el artículo y decidió<br />

- 138 -


denominar los mecanismos de <strong>la</strong> herencia como leyes de<br />

Mendel. Las leyes de Mendel explican y predicen cómo van a<br />

ser <strong>la</strong>s características de los descendientes partiendo de <strong>la</strong>s<br />

características de los progenitores.<br />

Morgan, Thomas Hunt. (Lexington, Kentucky 1866 -<br />

Pasadena, California 1945) Biólogo estadounidense. Fue<br />

autor de <strong>la</strong> teoría cromosómica de <strong>la</strong> herencia, que<br />

re<strong>la</strong>cionaba genes y cromosomas y que expuso en sus obras<br />

Mecanismo de <strong>la</strong> herencia mendeliana (1915), Bases físicas<br />

de <strong>la</strong> herencia (1919) y La teoría del gen (1926). Es famoso<br />

por sus numerosos experimentos con <strong>la</strong> mosca de <strong>la</strong>s frutas<br />

Drosophi<strong>la</strong>. Recibió el premio Nobel de medicina y fisiología<br />

en 1933.<br />

(4) Arnold Hauser. Historia Social de <strong>la</strong> Literatura y el<br />

Arte. Tomo II. Capítulo VIII: Rococó, c<strong>la</strong>sisismo,<br />

romanticismo. 2, El nuevo público lector. Pág. 213. Ediciones<br />

Guadarrama, Madrid, 1969.<br />

(5) Carl Sagan y Ann Druyan. Sombras de antepasados<br />

olvidados. Editorial P<strong>la</strong>neta, Buenos Aires, Argentina, junio<br />

de 1993.<br />

(6) Nuestro Legado. Una breve historia de <strong>la</strong> Iglesia de<br />

Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Salt Lake City,<br />

Utah, E.U.A., 1996.<br />

(7) El Libro de Mormón. Otro testamento de Jesucristo. 1<br />

Nefi, 13: 15, Pág.18. Traducción original de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>nchas al<br />

idioma inglés por José Smith, hijo. Primera edición: 1830,<br />

Palmyra, Nueva York, E.U.A. Edición españo<strong>la</strong>, Salt Lake<br />

City, Utah, 1992.<br />

(8) Ernest R. Trattner. Arquitectos de ideas. Historia de <strong>la</strong>s<br />

teorías científicas que transformaron el mundo. Darwin.<br />

Teoría de <strong>la</strong> evolución. Cáp. 13, Pág. 235. Ediciones Siglo<br />

Veinte. Buenos Aires, Argentina, 1972.<br />

- 139 -


(9) Mayflower. Nombre de <strong>la</strong> embarcación que tras<strong>la</strong>dó a<br />

América a los primeros colonizadores ingleses que, en<br />

número de 102, habían salido de Southampton en 1620.<br />

Llegaron a <strong>la</strong>s costas de <strong>la</strong> actual Massachusetts y fundaron <strong>la</strong><br />

ciudad de Plymouth. Entre ellos había numerosos puritanos,<br />

conocidos hoy como “Los padres peregrinos”, que huían de <strong>la</strong><br />

persecución de que eran objeto en Ing<strong>la</strong>terra y Ho<strong>la</strong>nda.<br />

Enciclopedia Santil<strong>la</strong>na. Chinon America Inc., bajo convenio<br />

con Santil<strong>la</strong>na Publishing Company, Inc., Germantown, USA,<br />

1995.<br />

(10) Peter Washington. El mandril de Madame B<strong>la</strong>vatsky.<br />

Historia de <strong>la</strong> teosofía y del gurú occidental. Traditio,<br />

Valencia, España, 2001.<br />

(11)Yeats, William Butler (Sandymount, Dublín 1865 -<br />

Roquebrune-Cap-Martin, Var 1939) Escritor ir<strong>la</strong>ndés. A<br />

través de su obra revalorizó los temas célticos propios de su<br />

país y personalmente participó en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> identidad<br />

cultural y <strong>la</strong> independencia ir<strong>la</strong>ndesa, llegando a ser elegido<br />

para el Senado en 1922. Cultivó <strong>la</strong> poesía y el teatro y fue el<br />

fundador del T eatro Nacional ir<strong>la</strong>ndés (1901), que dirigió<br />

hasta su muerte. Sus obras más recordadas son, en poesía, Las<br />

peregrinaciones de Oisin (1889), El viento entre <strong>la</strong>s cañas<br />

(1899), Innisfree, <strong>la</strong> is<strong>la</strong> del <strong>la</strong>go (1924) y La torre (1928); el<br />

ensayo El crepúsculo celta (1893) y, en teatro, Deirdre<br />

(1907) y El gato y <strong>la</strong> luna (1924). En 1938 publicó su<br />

Autobiografía. Recibió el premio Nobel de literatura en 1923.<br />

Bergson, Henri (París 1859 - íd. 1941) Filósofo francés. En<br />

1928 obtuvo el premio Nobel de literatura. Considera <strong>la</strong><br />

realidad como «impulso vital», como energía creadora que<br />

sigue en su evolución dos caminos: el ascendente, que origina<br />

<strong>la</strong> vida, y el descendente, que se concreta en <strong>la</strong> materia. A su<br />

vez, los humanos “poseen dos tipos de conocimiento: el<br />

- 140 -


intelectual, que conoce mediante el análisis y capta <strong>la</strong><br />

exterioridad transmisible de <strong>la</strong>s cosas, y el intuitivo, que<br />

penetra en el interior de lo real y capta lo que éste tiene de<br />

único, de inexpresable”. Algunas de sus obras más<br />

importantes son: La evolución creadora (1907), La intuición<br />

filosófica (1911), y, sobre todo, Las dos fuentes de <strong>la</strong> moral y<br />

<strong>la</strong> religión (1932).<br />

(12) Julian Huxley. La herencia. Y otros ensayos de<br />

ciencia popu<strong>la</strong>r. Primera edición en castel<strong>la</strong>no. Editorial<br />

Losada, Buenos Aires, Argentina, 1940.<br />

(13) Dion Fortune, escritora esoterista y fundadora de <strong>la</strong><br />

sociedad inglesa The Inner Light, considera que así como<br />

existen delincuentes y criminales en el mundo físico, los hay<br />

también entre <strong>la</strong>s anomalías que amenazan el mundo<br />

metafísico. Confiesa en uno de sus libros haber sido l<strong>la</strong>mada<br />

entonces por los miembros de <strong>la</strong> Gran Hermandad B<strong>la</strong>nca,<br />

para integrar los cuerpos especializados de represión a <strong>la</strong><br />

delincuencia en los p<strong>la</strong>nos metafísicos, brigadas a <strong>la</strong>s que<br />

l<strong>la</strong>ma Policía Astral. The Inner Light existe en <strong>la</strong> actualidad.<br />

Dos de los requisitos imprescindibles para ser miembro de<br />

esta sociedad son: pertenecer a <strong>la</strong> raza anglosajona y tener el<br />

inglés como idioma principal.<br />

- 141 -


Respuesta a Daniel Yépez<br />

Daniel escribió:<br />

Estimado <strong>Julio</strong>:<br />

No simpatizo con el crimen, menos con <strong>la</strong>s páginas<br />

rojas de los periódicos, pero el asesinato de dos<br />

jovencitas en su provincia está convulsionando <strong>la</strong><br />

“estabilidad” política del juarismo y conmoviendo al<br />

establishment local.<br />

Hasta fue al<strong>la</strong>nada <strong>la</strong> casa del capo di tuti capi de <strong>la</strong><br />

represión santiagueña. Quizás una mirada minuciosa<br />

desde su óptica arrojaría un poco de luz a tanta oscuridad<br />

obvia. Quizás una carta, dentro de su estilo tan<br />

particu<strong>la</strong>r, pueda aportar nuevos datos para comprender<br />

lo que está a <strong>la</strong> vista, pero no se ve. Naturalmente, de<br />

ninguna manera quiero comprometerlo con un tema tan<br />

espinoso. Sólo tómelo como una inquietud de un lector<br />

de sus cartas. Gracias por su tiempo y estaré atento a su<br />

respuesta.<br />

Atentamente lo saluda desde San Miguel de Tucumán,<br />

Daniel Yépez, un amigo de Raúl Dargoltz.-<br />

- 142 -


De <strong>Julio</strong>:<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Sábado 21 de junio de 2003.<br />

Estimado Daniel:<br />

Lei<strong>la</strong> Bashier Nazar era una bonita chica de La Banda.<br />

El jueves 16 de enero de 2003 por <strong>la</strong> noche fue con su<br />

amiga Cristina Juárez a un hotel céntrico, para<br />

encontrarse con dos forasteros. Al salir de allí -como a<br />

<strong>la</strong>s 2:30 de <strong>la</strong> madrugada- anduvieron con otros amigos,<br />

esta vez locales. Cristina quiso continuar <strong>la</strong> fiesta, que<br />

iba subiendo de tono -según el<strong>la</strong>. Lei<strong>la</strong> en cambio fue a<br />

Saravah -un sitio en <strong>la</strong> costanera, con fama de ser útil<br />

para “levantes”. Allí -junto a más amigos- p<strong>la</strong>nearon<br />

terminar el fin de semana “en grande”. Para ello, en<br />

varios vehículos, partieron hacia Guayamba (un pueblito<br />

paradisíaco, en el límite con Catamarca, ahora saturado<br />

por una invasión de adinerados y mediopelos<br />

santiagueños iniciada unos 15 años atrás). Después de<br />

abundantes libaciones, ingestión de drogas, en medio de<br />

<strong>la</strong> orgía, regresaron a Santiago. En viviendas de algunos<br />

miembros del grupo, continuaron con sus excesos. La<br />

violencia estalló en algún momento y terminó con <strong>la</strong> vida<br />

de Lei<strong>la</strong>. Sus compañeros de farra, al tomar conciencia<br />

de su estado, <strong>la</strong> habrían llevado a un hospital para<br />

reanimar<strong>la</strong>. Al no conseguirlo, por consejo de Musa<br />

Azar*, padre de uno de ellos, <strong>la</strong> habr ían llevado a <strong>la</strong><br />

- 143 -


finca de este individuo -donde entre otras “exquisiteces”<br />

poseen un zoológico privado- para desintegrar<strong>la</strong> con<br />

ácido. Luego de ello, habrían esparcido sus restos por el<br />

sitio descampado -en el otro extremo de <strong>la</strong> ciudad- donde<br />

finalmente <strong>la</strong> encontraron.<br />

Patricia Vil<strong>la</strong>lba era una muchacha robusta y<br />

simpática. Podía decirse de el<strong>la</strong> que era atractiva, pero<br />

carecía del refinamiento de Lei<strong>la</strong>. Pese a ello eran<br />

compañeras de grupo. Al parecer uno de los participantes<br />

en el asesinato se habría desahogado contándole lo<br />

sucedido. Al recapacitar y consultar su “error” con otros<br />

implicados, habrían decidido asesinar<strong>la</strong>. Para eso fueron<br />

a esperar<strong>la</strong> a <strong>la</strong> salida de una verdulería, donde Patricia<br />

trabajaba. La noche de su muerte salió como a <strong>la</strong> 1.00 de<br />

<strong>la</strong> madrugada. Fue <strong>la</strong> últ ima vez que se <strong>la</strong> vio con vida. A<br />

<strong>la</strong> mañana siguiente su cadáver, con muchos daños, fue<br />

hal<strong>la</strong>do muy cerca de los restos de Lei<strong>la</strong> Bashier Nazar.<br />

Esto ocurrió el jueves 6 de febrero. Hasta aquí más o<br />

menos lo que dicen <strong>la</strong>s investigaciones publicadas.<br />

Lo que me contó un joven que frecuenta <strong>la</strong> noche<br />

santiagueña (y también se droga): Lei<strong>la</strong> vivía en<br />

Tucumán, más por cuestiones familiares que de<br />

estudio.** Junto a Patricia, Cristina Juárez y otras chicas<br />

trabajaba para una banda cuyos principales rubros eran <strong>la</strong><br />

prostitución de cierto nivel y el tráfico de drogas. Esta<br />

banda estaría manejada por una de <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s del gobierno<br />

provincial (otro “desliz”, <strong>la</strong> muerte de una jovencita de<br />

17 años, le costó el puesto al gobernador Díaz, pues el<br />

- 144 -


prostíbulo era manejado por su cuñado y lo tenía, según<br />

se rumoreó, a él también como habitué). Lei<strong>la</strong> y Patricia<br />

habrían “mejicaneado” a <strong>la</strong> banda, desviando fondos de<br />

los cargamentos de heroína que <strong>la</strong> muchacha habría<br />

transportado regu<strong>la</strong>rmente desde Tucumán. Concertando<br />

negocios por su cuenta, ambas muchachas habrían<br />

obtenido alguna ganancia adicional. Esto ocasionó su<br />

condena (<strong>la</strong> cual debía ser “ejemp<strong>la</strong>r”). La ocasión para<br />

ejecutar<strong>la</strong> habría sido el mencionado periplo (donde<br />

habrían sometido a Lei<strong>la</strong> a todo tipo de torturas). Patricia<br />

en cambio, que era muy fuerte, habría opuesto gran<br />

resistencia, lo cual habría obligado a los delincuentes a<br />

asesinar<strong>la</strong> casi en el acto. Fin de esta parte de <strong>la</strong> historia.<br />

Lo que no trasciende en <strong>la</strong> profusa información<br />

difundida por los medios, es que se ha precipitado al<br />

parecer una guerra de bandas. Sus detonantes principales<br />

habrían sido dos:<br />

1) La voluntad inc<strong>la</strong>udicable de los padres de <strong>la</strong>s<br />

chicas por conocer <strong>la</strong> verdad (como fuera en el caso<br />

María Soledad***).<br />

2) El intento de <strong>la</strong> gobernadora, Nina de Juárez, por<br />

aprovechar políticamente estos crímenes. Veamos.<br />

Nótese que uso el potencial, pues si bien se conocen<br />

estos datos, no es fácil encontrar elementos tangibles que<br />

puedan usarse como prueba fehaciente ante <strong>la</strong> “Justicia”<br />

local (entrecomil<strong>la</strong>da porque es absolutamente<br />

dependiente del <strong>la</strong> camaril<strong>la</strong> gobernante).<br />

- 145 -


Entonces, Musa Azar manejaría bandas delictivas con<br />

poder principalmente en tres rubros:<br />

a) Robo de ganado, asalto a camiones con mercaderías<br />

en tránsito, otras “tareas” en <strong>la</strong>s amplias rutas<br />

santiagueñas. Estaría integrado por policías en actividad,<br />

parapoliciales y delincuentes comunes.<br />

b) Prostitución y tráfico de drogas.<br />

c) “Seguridad” (<strong>la</strong>s principales empresas santiagueñas<br />

están integradas por sus agentes).<br />

Habría entrado en colisión con otras bandas de<br />

cuatreros (en <strong>la</strong>s cuales revistaría el grupo de Llugdar,<br />

hasta ahora el único procesado en <strong>la</strong> causa). También con<br />

otras bandas que operan en Seguridad (como <strong>la</strong> que<br />

conduciría el mayor D´Amico, un militar santiagueño<br />

compañero de Rico en su rebelión contra el gobierno de<br />

Alfonsín, para evitar el juzgamiento de los genocidas de<br />

<strong>la</strong> dictadura, desde hace año protegido de los Juárez y<br />

cuñado de un diputado nacional por Santiago del Estero),<br />

en juegos de azar, en drogas, etcétera.<br />

Como estas bandas operan constantemente para copar<br />

<strong>la</strong> sucesión de los Juárez (ya muy ancianos), Nina habría<br />

querido repetir con el vicegobernador <strong>la</strong> jugada que le<br />

permit ió desembarazarse de Díaz, gobernador electo,<br />

para hacerse de nuevo con el poder (el<strong>la</strong> fue elegida<br />

vicegobernadora, y con el pretexto de “<strong>la</strong> moral”, como<br />

se sabe vieja treta de <strong>la</strong>s aristocracias corruptas, ya que<br />

Díaz se vio salpicado por el crimen de una chica en un<br />

prostíbulo regenteado por un pariente, lo destituyó). Así,<br />

aparecen implicados los hijos de Darío Moreno (un ex<br />

- 146 -


simpatizante de Montoneros, otrora muy astuto, ahora<br />

prematuramente deteriorado quizá por excesos y <strong>la</strong>s<br />

constantes disputas en el seno del poder).<br />

No supusieron aparentemente que se iba a<br />

desencadenar una gran movilización social. Anoche hubo<br />

grandes multitudes desfi<strong>la</strong>ndo por Santiago. Hoy<br />

difunden constantemente sus imágenes todos los medios<br />

nacionales, incluso algunos internacionales. Participamos<br />

de estas movilizaciones con un partido formado<br />

recientemente, “Movimiento Vecinal”.<br />

En 1990 publicamos en <strong>la</strong> revista <strong>Quipu</strong> de Cultura,<br />

que me tocó dirigir, un artículo de mi compadre Alberto<br />

Tasso sobre lo que estaba sucediendo en Catamarca con<br />

María Soledad Morales. Luego de <strong>la</strong> gigantesca saga que<br />

se desenvolvió en <strong>la</strong> Argentina a partir de ese crimen,<br />

cuya descripción excede <strong>la</strong>s posibilidades de esta breve<br />

nota, el Juez que resultó irreprochablemente elegido (por<br />

presión popu<strong>la</strong>r) para dictaminar finalmente en <strong>la</strong> causa,<br />

tomó este artículo como sustentador de los fundamentos<br />

éticos sobre los cuales basaría su fallo. En este fallo se<br />

condenó, como se recordará, a un hijo de un diputado y<br />

uno de sus amigos, y sus repercusiones produjeron<br />

profundos cambios en <strong>la</strong> policía, así como el<br />

derribamiento del gobierno catamarqueño. Qué decía este<br />

artículo, cuyo valor se agiganta teniendo en cuenta que<br />

aún no había comenzado <strong>la</strong> catarata de reflexiones sobre<br />

- 147 -


estos temas que se desencadenó después. Veamos algunos<br />

de sus párrafos:<br />

“...No es (una) convulsión azarosa [...] lo que está en<br />

cuestión, sino los movimientos sociales desatados a<br />

partir, no de un crimen, como se dice con ingenua<br />

facilidad, sino de muchos años de oprimente silencio<br />

[...].<br />

“...pocas dudas caben de que <strong>la</strong> política y <strong>la</strong> sociedad<br />

catamarqueña no serán al final <strong>la</strong>s mismas que al<br />

comienzo.<br />

“[...]Desde luego, ese detonante [...] no podría haber<br />

actuado sin un enorme descontento popu<strong>la</strong>r [...] (Tal)<br />

...descontento no puede comprenderse sin tener en cuenta<br />

el tipo de sociedad y economía catamarqueñas, y el de <strong>la</strong><br />

polít ica local. [...]...hay muchos rasgos de Catamarca<br />

comunes a <strong>la</strong>s provincias noroésticas: economía agraria y<br />

mucha pob<strong>la</strong>ción rural, vastos sectores popu<strong>la</strong>res que no<br />

participan políticamente y sobre los cuales se ejerce<br />

intensa manipu<strong>la</strong>ción para conducir su voto; rígida<br />

división de c<strong>la</strong>ses con huel<strong>la</strong>s estamentales y de casta<br />

que perduran desde el período colonial.<br />

“[...]...el enorme poder acumu<strong>la</strong>do [...] ejemplifica el<br />

papel del peronismo en el noroeste, como una fuerza<br />

polít ica fuertemente conservadora, que desp<strong>la</strong>zó a otros<br />

sectores polít icos, pero reforzó el modelo de <strong>la</strong> rígida<br />

denominación social que estaba vigente desde hace<br />

muchos años. [...]<br />

- 148 -


“A partir del caso Morales, se empezó a evidenciar que<br />

ese sistema no había sido tan eficaz, o más bien que<br />

había requerido para muchos actores sociales un precio<br />

tan alto que ahora se sentían con capacidad de<br />

reaccionar. Las movilizaciones de <strong>la</strong> sociedad civil -que<br />

no son sectores organizados, sino masivas expresiones de<br />

repulsa sin código identificatorio alguno-, están<br />

cuestionando, en lo sustancial, <strong>la</strong> legitimidad del<br />

ejercicio del poder [...].<br />

Hasta aquí <strong>la</strong>s citas de este importante artículo de<br />

Tasso.**** Lo dicho allí puede aplicarse perfectamente a<br />

Santiago del Estero, en lo re<strong>la</strong>cionado con el caso<br />

presente de <strong>la</strong>s dos chicas asesinadas. Por aquel<strong>la</strong> misma<br />

época, desde <strong>Quipu</strong> de cultura denunciábamos también el<br />

asesinato de Miriam Judith Herrera, de 17 años,<br />

presuntamente víctima de una patota dependiente del<br />

poder, cuya muerte –según versiones- pese a haberse<br />

encarce<strong>la</strong>do por breve período a un hombre, permanecería<br />

en realidad impune.<br />

Nos quedan muchos aspectos de <strong>la</strong> cuestión por<br />

desarrol<strong>la</strong>r. Volveremos sobre estos en próximos<br />

artículos, que vamos a difundir por un f<strong>la</strong>mante recurso<br />

de Internet, que estamos construyendo ahora: Indymedia<br />

Santiago del Estero. En tanto, esperamos que este<br />

pequeño aporte haya servido para ubicar un poco mejor el<br />

sesgo subterráneo de lo que está sucediendo hoy en<br />

Santiago. Un saludo afectuoso para todos.<br />

<strong>Julio</strong><br />

- 149 -


* Musa Azar. Policía de origen árabe (etnia de <strong>la</strong> cual<br />

proviene una gran parte de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción de Santiago del<br />

Estero: se notará que Lei<strong>la</strong> también era hija de árabes). De<br />

simple agente, semianalfabeto, escaló a los más altos niveles.<br />

Promocionado por Carlos Arturo Juárez, fue muy útil a <strong>la</strong><br />

dictadura militar, pues de acuerdo con <strong>la</strong>s constancias<br />

publicadas en el libro Nunca Más, se especializó en <strong>la</strong> tortura<br />

y asesinato de detenidos políticos. En ese período fueron<br />

asesinados, aplicando los peores métodos imaginables, unos<br />

40.000 argentinos, en su mayoría jóvenes universitarios de<br />

entre 16 y 25 años. Las investigaciones publicadas en el libro<br />

Nunca Más, indicando algunos de los más conspicuos<br />

responsables de ese genocidio, fue realizada por una comisión<br />

gubernamental dirigida por el escritor Ernesto Sábato -bajo el<br />

gobierno democrático de Raúl Alfonsín. Al regresar al poder,<br />

Juárez consolidó a Musa Azar. Este aumentó su poder, anudó<br />

alianzas con <strong>la</strong> plutocracia local y los nuevos dignatarios. Se<br />

le atribuye control sobre una gran porción de <strong>la</strong> actividad<br />

política, económica y particu<strong>la</strong>rmente policial en Santiago.<br />

** El padre de Lei<strong>la</strong> es un inmigrante palestino que llegó a<br />

esta provincia en 1975. Tiene en <strong>la</strong> actualidad unos 48 años.<br />

La madre, también de origen árabe, trató de matar a Lei<strong>la</strong>,<br />

cuando tenía 14 años... no lo consiguió, pero le dejó tres<br />

ba<strong>la</strong>s calibre 22 adentro -dos de el<strong>la</strong>s cerca del cerebro.<br />

Luego de esto, <strong>la</strong> joven mujer se suicidó. Bashier estaba<br />

ausente. Al parecer no mantenía una re<strong>la</strong>ción muy armónica<br />

con su esposa, y probablemente por entonces ya vivían<br />

separados.<br />

*** El caso de María Soledad Morales fue parecido. Su<br />

muerte luego de una juerga con integrantes del poder<br />

catamarqueño, fue tomada como base para una pelícu<strong>la</strong> del<br />

- 150 -


talentoso director argentino Héctor Olivera. Además de su<br />

éxito de taquil<strong>la</strong>, esta sirvió -junto a <strong>la</strong> inaudita actividad de<br />

los medios masivos de difusión- para concientizar a <strong>la</strong><br />

inmensa comunidad argentina de un esquema de corrupción<br />

feudal imperante en muchas provincias, cuyas víctimas solían<br />

resultar con frecuencia muchachitas como <strong>la</strong> mencionada. El<br />

<strong>la</strong>rgo juicio fue transmitido en vivo por varios canales de<br />

televisión, constituyendo finalmente un verdadero plebiscito<br />

nacional donde <strong>la</strong> opinión pública terminó obligando al<br />

cambio de jueces, <strong>la</strong> revisión de <strong>la</strong>s actuaciones tanto de <strong>la</strong><br />

policía como de los jueces, y <strong>la</strong> caída de una dinastía política<br />

gobernante (también de inmigrantes árabes) parecida en sus<br />

métodos políticos a <strong>la</strong> que ejercen Nina de Juárez y Carlos<br />

Arturo Juárez en Santiago.<br />

**** “El caso Catamarca. Una sociedad contra el poder”.<br />

Alberto Tasso. En revista <strong>Quipu</strong> de Cultura, página 16,<br />

Navidad de 1990. Se puede consultar el fallo final del juicio<br />

sobre el crimen de María Soledad Morales, en cuyos<br />

fundamentos éticos se cita este artículo, en el sitio web del<br />

gobierno de <strong>la</strong> provincia de Catamarca, <strong>la</strong> sección Poder<br />

Judicial, “Caso María Soledad Morales”.<br />

- 151 -


CARTA Nº 9<br />

Autonomía, Santiago del Estero, lunes, 21 de julio de 2003.<br />

El presidente Carlos Menem visitó Santiago el año<br />

1990. Su secretario personal habría hab<strong>la</strong>do por teléfono<br />

con el correspondiente del gobernador Iturre, para<br />

recomendar <strong>la</strong> garantía de un detalle. El Primer<br />

Mandatario argentino habría solicitado “dos chicas, de<br />

entre 19 y 23 años, de buena familia, universitarias”. Que<br />

no se preocuparan aquí –habría dicho-: serían bien<br />

pagadas. La Presidencia de <strong>la</strong> Nación tendría –según esta<br />

versión- fondos reservados para esos pequeños<br />

“accesorios” de <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor presidencial. El secretario del<br />

gobernador, habría contestado que no, que cómo se le<br />

ocurría: Santiago también tenía recursos para atender<br />

asuntos de gobierno. Y además, como el presidente iba a<br />

comprobar, <strong>la</strong>s mejores chicas, <strong>la</strong>s más dulces y<br />

refinadas. El presidente llegaba al aeropuerto cerca del<br />

mediodía. Luego del consabido almuerzo y sus<br />

actividades oficiales, descansaría en <strong>la</strong>s Termas de Río<br />

Hondo para regresar al día siguiente a Buenos Aires. Las<br />

chicas deberían esperarlo desde <strong>la</strong>s nueve y media de <strong>la</strong><br />

tarde, en <strong>la</strong> suite presidencial del lujoso hotel. Así se<br />

habría implementado. Dos muchachas muy bonitas,<br />

licenciadas universitarias, además de empleadas del<br />

gobierno, habrían esperado al por entonces sexagenario<br />

- 152 -


presidente, para evitar que el tedio cayera sobre sus<br />

horas, fuera de agenda. Esta versión me fue narrada por<br />

un alto funcionario gubernamental, unos días después de<br />

<strong>la</strong> visita de Menem a nuestra provincia.<br />

No es que transcriba esta anécdota ahora, 13 años<br />

después, para demostrar <strong>la</strong> frívo<strong>la</strong>, cicatera lubricidad del<br />

geronte que gobernó a 40 millones de argentinos durante<br />

dos períodos. Deben existir miles de situaciones<br />

semejantes en tal sentido, muchas de el<strong>la</strong>s públicas, lo<br />

cual convertiría a lo narrado en un simple chisme menor.<br />

Se trata en cambio de sustentar el aserto de que los<br />

humanos no hemos podido construir un orden social<br />

armónico, justo y superior, porque venimos repitiendo<br />

los mismos errores durante más de cinco mil años.<br />

Hace 4700 años ya podía encontrarse un compendio de<br />

todo lo que <strong>la</strong> codicia o <strong>la</strong> sensualidad humana pueden<br />

disfrutar sobre el mundo, en cantidades absolutamente<br />

imposibles de ser gustadas por una so<strong>la</strong> persona aunque<br />

su existencia hubiera podido prolongarse por 500 años.<br />

La medición regu<strong>la</strong>r del tiempo con calendarios de 12<br />

meses, en años de 365 días, se había ideado en Egipto,<br />

hace unos cinco mil años y era de uso regu<strong>la</strong>r. En muchos<br />

de los principales centros urbanizados del mundo se<br />

practicaba <strong>la</strong> prostitución “sagrada”. Esta consistía en<br />

que <strong>la</strong>s familias debían conceder al templo de Ishtar -<br />

diosa altamente célebre por esas épocas- su mejor hija<br />

virgen, <strong>la</strong> más dulce y bel<strong>la</strong>, para que durante cierto<br />

- 153 -


período del año se prostituyera, con el objeto de sostener<br />

el culto.<br />

Quiere decir que ya entonces -como ahora- los<br />

adinerados podían comprar incluso mejores muchachas<br />

que <strong>la</strong>s obtenidas en Santiago por Menem (difícilmente<br />

de carácter virginal).<br />

Ya el faraón Khufu (Keops para los griegos), 4530<br />

años atrás, había construido <strong>la</strong> Gran Pirámide, singu<strong>la</strong>r<br />

mansión mortuoria de 145 metros de alto y 226,5 metros<br />

de ancho -lo cual representaba una superficie cubierta de<br />

5 hectáreas. El lujo con que se dotó a sus habitaciones, <strong>la</strong><br />

exquisitez de los decorados artísticos en su interior,<br />

hacen que <strong>la</strong> mansión construida por Menem en Anil<strong>la</strong>co,<br />

represente un chiste, comparándo<strong>la</strong> sólo con aquel lugar<br />

destinado... al cadáver de un gobernante. Imaginémonos<br />

lo que deben de haber sido <strong>la</strong>s habitaciones de los<br />

pa<strong>la</strong>cios faraónicos. “Su majestad ha construido una<br />

residencia que lleva por nombre `Grande en Victorias´.<br />

Está entre Siria y Egipto, repleta de comida y<br />

provisiones. El sol sale y se pone en su horizonte. Todos<br />

han abandonado <strong>la</strong> ciudad donde vivían para establecerse<br />

en sus vecindades”, narra un papiro datado 3.000 años<br />

atrás, refiriéndose a una de <strong>la</strong>s mansiones donde vivió<br />

Ramsés II.<br />

Esta contaba con un “escaparate para grandes<br />

festivales, con sus pa<strong>la</strong>cios decorados con azulejos de<br />

losa fina, dependencias con columnatas y puertas de<br />

granito”. Pi-Ramses era, según los textos antiguos “de<br />

hermosos balcones y patios deslumbrantes de turquesa y<br />

- 154 -


<strong>la</strong>pizlázuli [...] Los jóvenes visten de manera festiva<br />

durante el día y se acica<strong>la</strong>n el pelo con aceite. Durante<br />

los festivales los vemos junto a <strong>la</strong>s puertas de sus casas<br />

sosteniendo ramas de árbol. [...] Aquí (están) los<br />

edificios gubernamentales, <strong>la</strong>s mansiones para los altos<br />

funcionarios, almacenes repletos de grano y los templos<br />

dedicados a Re, Seth, Amón y Ptah.” (1)<br />

Cuando el faraón Ramsés II consolidó <strong>la</strong> gloria<br />

material de Egipto, hacia 1320 aC, <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses dominantes<br />

de aquel imperio podían considerarse como <strong>la</strong>s más<br />

refinadas del mundo. Y posiblemente no hayan existido<br />

luego grupos aristocráticos de mayor solidez cultural,<br />

económica, militar, política y religiosa que ellos.<br />

Por lo que se refiere a poder militar y tácticas bélicas<br />

de opresión, los asirios habían desplegado básicamente<br />

todo lo que se podía esperar de <strong>la</strong> vesania humana. Solían<br />

tomar miles de prisioneros, para hacerlos sentar sobre<br />

<strong>la</strong>rgos palos puntiagudos, con los que f<strong>la</strong>nqueaban<br />

kilómetros enteros de sus recorridos: desangrándose, <strong>la</strong>s<br />

víctimas debían servir de muestra de su capacidad<br />

guerrera para mantener el “respeto” de los viajeros. “Este<br />

pueblo feroz adoraba al severo dios Assur. [...] Los<br />

oficiales del ejército eran también sacerdotes, y <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra “rebelde” significaba lo mismo que “pecador”, es<br />

decir, un hombre merecedor de ser castigado con <strong>la</strong><br />

máxima severidad. [...] Después de una victoria, se<br />

degol<strong>la</strong>ba a los prisioneros mientras celebrábanse ritos<br />

religiosos. Los asirios no aportaron beneficio alguno a<br />

- 155 -


los pueblos por ellos sometidos. Por el contrario,<br />

pil<strong>la</strong>ban todas <strong>la</strong>s tierras”, además de mujeres y bienes.<br />

“Tig<strong>la</strong>th Phileser I, refiriéndose a sus víctimas, se<br />

vanagloriaba así: `Yo he hecho correr su sangre en los<br />

valles y en los altos lugares de <strong>la</strong>s montañas. Corté sus<br />

cabezas, y, fuera de sus ciudades, como montones de<br />

granos <strong>la</strong>s apilé. Sus despojos y posesiones en número<br />

incontable transporté´.” Pese a ello, nuestro narrador, el<br />

vizconde Montgomery de A<strong>la</strong>mein, expresa a<br />

continuación: “[...] esta política era realista. Situada en<br />

una zona infecunda del alto Tigris, Asiria tenía <strong>la</strong><br />

alternativa de permanecer pequeña y pobre, o de hacerse<br />

rica por <strong>la</strong> conquista. Si había de expandirse, tenía que<br />

asegurar sus fronteras oriental y meridional, y dominar<br />

completamente en el Norte y el Oeste.” (2)<br />

Yo tengo una grabación de <strong>la</strong> voz de un anciano, ex<br />

embajador de <strong>la</strong> República de Iraq en <strong>la</strong> Argentina,<br />

mientras caían <strong>la</strong>s bombas sobre Bagdad, durante <strong>la</strong><br />

reciente invasión norteamericana. La tomé de <strong>la</strong> radio.<br />

Confieso que no pude contener mis lágrimas mientras lo<br />

escuchaba: el hombre no podía creer lo que le sucedía,<br />

ver su ciudad destruida, recibir en su casa a mujeres y<br />

niños aterrorizados, sin agua, sin luz, en <strong>la</strong>s calles<br />

cadáveres por todos <strong>la</strong>dos mientras <strong>la</strong>s bombas -cada una<br />

de un costo rondando el millón de dó<strong>la</strong>res- despedazaban<br />

sistemáticamente <strong>la</strong> otrora gran capital. La valoración del<br />

“realismo militar” que tiene Montgomery, y <strong>la</strong><br />

concepción malthusiana desplegada en sus escritos<br />

arrojan pistas no sólo sobre <strong>la</strong>s concepciones<br />

- 156 -


expansionistas que alentaron los autores del imperialismo<br />

británico, sino también sus mejores alumnos, los<br />

anglosajones norteamericanos. Pero como se percibe<br />

observando a los asirios, no inventaron casi nada, si<br />

hacemos abstracción de <strong>la</strong> tecnología.<br />

A los 26 años me tocó estar preso de <strong>la</strong> dictadura<br />

militar argentina (1976-1983). Ellos nos habían hacinado<br />

en condiciones inferiores a <strong>la</strong>s que se otorgan a los<br />

animales. La cárcel de Córdoba tenía en sus pabellones<br />

“comunes” celdas para cinco y diez personas.<br />

Introduciendo cuchetas (camastros metálicos dobles, uno<br />

arriba del otro) podían meter a más prisioneros. El<br />

gobierno anterior había construido pabellones especiales,<br />

“celu<strong>la</strong>res”, con celdas individuales para los presos<br />

polít icos, pues se nos consideraba de “máxima<br />

peligrosidad”. Finalmente habían alojado allí a <strong>la</strong>s<br />

mujeres. La celda que me tocó habitar estaba ocupada por<br />

27 compañeros. A los veinte que entrábamos en cuchetas<br />

se agregaban otros que habían llenado el espacio con<br />

camastros simples, dejando apenas un pequeño pasillo.<br />

Los militares entraban para golpearnos y asesinarnos<br />

durante <strong>la</strong> noche o en cualquier momento, debido a lo<br />

cual, habíamos dispuesto rotar en los lugares que<br />

ocupábamos para dormir. Ello en razón de que cuando<br />

entraban bruscamente a <strong>la</strong>s celdas, los primeros en<br />

recibir los golpes eran quienes dormían más cerca de <strong>la</strong><br />

puerta. Por ello pude ver, una noche que me tocó dormir<br />

- 157 -


exactamente de<strong>la</strong>nte de <strong>la</strong> puerta, en una cama simple,<br />

cómo sacaron a Larguirucho para asesinarlo.<br />

“Larguirucho” Tramontini era un joven de 24 años,<br />

estudiante universitario de violoncello, que había caído<br />

preso en el 75, durante el copamiento de cierta unidad<br />

militar. Muy alto, tenía algún parecido en su rasgos a ese<br />

actor norteamericano de los 50, Cary Grant. Decían que<br />

su esposa era muy bel<strong>la</strong>, que tenía cabellos rubios y<br />

vaporosos; decían que su hijito, también muy rubio, era<br />

algo bonito de ver. Eso decían los compañeros –no<br />

muchos- que habían estado presos desde el periodo<br />

democrático, cuando los presos políticos estaban bajo el<br />

régimen constitucional y podían recibir visitas.<br />

La joven esposa de Larguirucho lo venía a visitar<br />

trayendo su hijito desde Sintra, una localidad cordobesa<br />

entre <strong>la</strong>s serranías.<br />

Recuerdo que escuché el ruido del candado en <strong>la</strong><br />

puerta metálica y levanté apenas <strong>la</strong> cabeza en <strong>la</strong><br />

oscuridad -<strong>la</strong> puerta estaba a unos tres metros y medio de<br />

mi cama, hacia los pies. Para ese entonces -invierno de<br />

1976- ya había aprendido a no moverme cuando entraban<br />

los milicos, sin que ellos me lo indicaran. La puerta se<br />

abrió bruscamente y vi tres oficiales. Llevaban cascos, <strong>la</strong><br />

luz del techo arrojaba sombra sobre sus ojos, uno de<br />

ellos, muy joven, con bigote rubio, miró hacia donde yo<br />

dormía: tenía ojos azules, en ellos titi<strong>la</strong>ba <strong>la</strong> muerte. Me<br />

estremecí. Venían rodeados de suboficiales, hasta donde<br />

se podía ver, cargando fusiles FAL, bayonetas ca<strong>la</strong>das,<br />

pisto<strong>la</strong>s al cinto. Uno de ellos -gigantesco, o así me<br />

- 158 -


pareció- se asomó al umbral y gritó: “Tramontini”. A<br />

Larguirucho le había tocado en suerte dormir hacia el<br />

fondo de <strong>la</strong> celda esta vez, pero no le sirvió de nada. Vi<br />

como lo obligaban a bajar <strong>la</strong> cabeza, para vendar sus<br />

ojos. Vi como le ataban <strong>la</strong>s muñecas, con una gruesa soga<br />

vinílica, sobre <strong>la</strong> espalda. Luego todos debíamos<br />

dormirnos.<br />

No iba a ser el primer compañero que mataban. Los<br />

llevaban a un campo militar, los hacían arrodil<strong>la</strong>r y les<br />

daban un tiro en <strong>la</strong> nuca. Solían rematarlo con otro de<br />

calibre mayor en el corazón, pero esto variaba: podían<br />

acribil<strong>la</strong>rlo con ráfagas de metral<strong>la</strong>, o torturarlo antes.<br />

Todavía no habíamos recibido ninguna noticia sobre <strong>la</strong><br />

suerte de Larguirucho, cuando algunos compañeros,<br />

después de algún rodeo, empezaron a proponer el reparto<br />

de sus pertenencias. Estas eran tan miserables, que daba<br />

vergüenza <strong>la</strong> so<strong>la</strong> idea de que alguien <strong>la</strong>s pidiera: una<br />

colchita, un par de sábanas mugrientas, ¡un poncho!...<br />

dos pares de medias, ¡un calzoncillo <strong>la</strong>rgo!... Nadie se<br />

opuso y dos o tres compañeros comenzaron a alegar sus<br />

carencias, argumentando sufrir de sabañones o cosas así,<br />

para sustentar sus mayores derechos a <strong>la</strong> propiedad de los<br />

bienes. ¡Me parecieron mercachifles regateando con<br />

astucia en el mercado para obtener mayores ganancias!...<br />

Como Larguirucho había sido uno de mis mejores<br />

amigos, me dieron ganas de llorar. Pero logré contenerme<br />

y creo que lo disimulé.<br />

Es que los militares nos habían quitado todo lo que<br />

pudiera brindarnos un mínimo confort. Durante ese<br />

- 159 -


invierno en que <strong>la</strong> temperatura llegaba a los cinco grados<br />

bajo cero, habían retirado <strong>la</strong>s frazadas, dejándonos<br />

so<strong>la</strong>mente con una colcha. Se ocuparon de romper a<br />

cu<strong>la</strong>tazos los vidrios de <strong>la</strong>s ventanas, para hacernos<br />

sentir el rigor del aire frío. Como nosotros tapamos los<br />

huecos luego, con pedazos de plástico obtenidos de<br />

bolsas vacías, nos obligaron a quitarlos uno por uno. Me<br />

tocó estar en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta alta, por lo cual el frío era mayor.<br />

Por lo demás, sólo nos sacaban una vez por día para ir al<br />

baño, diez minutos a cada celda, a eso de <strong>la</strong>s siete de <strong>la</strong><br />

mañana. Los guardiacárceles nos permitían tener en cada<br />

celda un tarro, fabricado con los de hoja<strong>la</strong>ta que<br />

originalmente contenían cinco litros de aceite. Allí<br />

orinábamos y algunos con problemas de regu<strong>la</strong>ción<br />

también defecaban durante <strong>la</strong> noche. Se imaginará<br />

entonces el olor que había en <strong>la</strong>s celdas, ocupadas<br />

normalmente por veinte o treinta prisioneros. Si a esto se<br />

agrega que únicamente nos daban unos minutos más para<br />

bañarnos, los sábados por <strong>la</strong> mañana, puede completarse<br />

el panorama. A veces, no abrían <strong>la</strong>s celdas por un día<br />

entero. Sin darnos ninguna explicación. ¿Para qué? Si<br />

estábamos todos “muertos”, como nos anunció a los<br />

gritos el general Sasiaiñ, al “inaugurar” este régimen.<br />

Nos habían quitado hojitas de afeitar, tijeras, espejos,<br />

peines. Así que a los tres meses ya teníamos el pelo<br />

<strong>la</strong>rgo, al igual que <strong>la</strong> barba. A algunos se nos habían<br />

hecho l<strong>la</strong>gas bajo <strong>la</strong> pe<strong>la</strong>mbrera, por <strong>la</strong> falta de higiene.<br />

Se había reducido <strong>la</strong> comida a: un pan, que se repartía<br />

por <strong>la</strong> mañana con el matecocido -muy acuoso y sin<br />

- 160 -


azúcar-; una sopa, al mediodía, otra vez matecocido<br />

chirle a eso de <strong>la</strong>s tres de <strong>la</strong> tarde y nuevamente sopa a<br />

<strong>la</strong>s seis de <strong>la</strong> tarde. El pan debía durarnos para<br />

acompañar todas <strong>la</strong>s “comidas”. Los que estaban desde<br />

antes del golpe de estado recordaban que solían ser<br />

grandes y se repartían a discreción, por lo cual nadie<br />

solía preocuparse por el pan. Los militares habían<br />

rebajado su tamaño, “por razones de presupuesto” hasta<br />

un volumen que nos parecía dolorosamente pequeñito.<br />

Dos veces por semana servían p<strong>la</strong>tos “de lujo”: polenta y<br />

guiso de lentejas. Estos solían ser consistentes, a<br />

diferencia de <strong>la</strong> sopa, y llegaban más calientes. Por ello<br />

se los esperaba con ansias. Como para hacer el reparto de<br />

comida se solicitaban “voluntarios”, luego de ríspidas<br />

discusiones “políticas” se había convenido entre <strong>la</strong>s<br />

organizaciones que ocupábamos <strong>la</strong>s celdas ir rotando<br />

también en este ofrecimiento cotidiano.<br />

Es que los dos designados para el reparto,<br />

“obviamente”... ¡favorecían a sus celdas!... Se había<br />

llegado al extremo de que cuando alcanzaban <strong>la</strong>s celdas<br />

del fondo <strong>la</strong>s ol<strong>la</strong>s habían sido completamente vaciadas<br />

de los trozos de carne u otro elemento sustancioso,<br />

llegando al final sólo el líquido chirle y frío... (Puse<br />

entre comil<strong>la</strong>s “obviamente” pues se suponía que<br />

nosotros, aún perteneciendo a organizaciones políticas<br />

diferentes, teníamos en común nuestra lucha por el<br />

Hombre Nuevo, cuyo modelo propusiera nuestro también<br />

comúnmente admirado Ché Guevara, y que debíamos<br />

empezar construyéndolo en nosotros mismos... ¡Pero al<br />

- 161 -


caer en situaciones críticas nos disputábamos un trocito<br />

de carne, o nos aba<strong>la</strong>nzábamos como buitres sobre <strong>la</strong>s<br />

pertenencias de un compañero muerto!...)<br />

Hacía poco habían traído desde Cruz del Eje a un<br />

compañero del PRT. Era un muchacho reservado y<br />

bonachón, periodista, a quien calculé unos treinta años.<br />

Cierto día se sentó frente a mí y repentinamente me dijo:<br />

“acercá tu p<strong>la</strong>to”. Lo miré sorprendido: “¿qué quieres<br />

hacer?”, pregunté. “Te voy a pasar un poco de carne... a<br />

mí me ha tocado mucho, vos no tienes nada”.<br />

Tenía razón, llegando al final del reparto, había<br />

comido ya un pedacito pequeñísimo que me tocara y<br />

lidiaba con el líquido solo, haciendo durar el pan. ¡Pero a<br />

él tampoco le habían tocado más que dos pedazos! ¡No<br />

los había comido y pretendía dármelos!... Cuando los<br />

ojos de todos recorrían como halcones los p<strong>la</strong>tos de los<br />

demás, acechando el altamente hipotético caso de que<br />

alguien, por descompostura o stress, pudiera renunciar a<br />

algún pedacito de comida para pedírselo, que alguien<br />

ofreciera <strong>la</strong> suya resultaba una anomalía increíble!... Yo<br />

había observado ya que Andrés Cañas -pues de él se<br />

trataba- había cedido espontáneamente <strong>la</strong> mitad de su pan<br />

a otro compañero, lo cual resultaba igualmente inaudito.<br />

A partir de allí, no dejé de ver que cada día, con todas<br />

<strong>la</strong>s comidas, este compañero renunciaba una y otra vez a<br />

un pedazo de carne, a parte de su pan... ¡a veces a su pan<br />

entero, cuando veía que otro compañero estaba<br />

sumamente decaído!...<br />

- 162 -


¿Cómo podía hacerlo? Confieso con vergüenza que no<br />

sólo jamás renuncié siquiera a un pedacito de carne o<br />

hueso con fi<strong>la</strong>mentos durante ese periodo aciago, ni a un<br />

poco de polenta o guiso caliente, ni a un pedazo de pan,<br />

no sólo jamás compartí mi comida, sino que además<br />

acepté varias veces el pedazo de pan que Cañas me<br />

ofrecía con obstinada insistencia, o su única carne para<br />

comérme<strong>la</strong>. Andrés Cañas era el único compañero en<br />

ejercer tal conducta, entre 27 revolucionarios guevaristas<br />

que ocupábamos esa celda.<br />

Lo he visto renunciar no sólo a comida, sino quitarse<br />

su saquito viejo, de <strong>la</strong>na, que quién sabe cómo había<br />

podido salvar de <strong>la</strong> depredación militar, para dárselo<br />

inape<strong>la</strong>blemente a un compañero que tiritaba, atacado por<br />

<strong>la</strong> gripe y el frío de ese sitio tremendo. No he podido<br />

olvidarlo en todos estos años, y aprovechando que el<br />

domingo pasado se celebró el Día del Amigo en <strong>la</strong><br />

Argentina, he querido hoy recordarlo. Pero no sólo por<br />

ser mi amigo, sino porque, así como <strong>la</strong> anécdota de<br />

Menem sirvió para demostrar que <strong>la</strong> estulticia y <strong>la</strong><br />

cicatería pueden repetirse una y otra vez a lo <strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong><br />

historia, no importa el grado de saciedad alcanzado por<br />

sus generalmente poderosísimos sustentadores, también<br />

existe en los humanos <strong>la</strong> nobleza sublime, esa<br />

generosidad sin condiciones que nos puede convertir en<br />

“semejantes a los ángeles”.<br />

Hacia el año 2002 supe algo, por fin, de Cañas. Que <strong>la</strong><br />

editorial Colihue había publicado un libro, Caminos de<br />

- 163 -


Nuestra América, donde mi amigo de <strong>la</strong> cárcel volcara<br />

conversaciones con el Premio Nobel de <strong>la</strong> Paz Adolfo<br />

Pérez Esquivel, el uruguayo Eleuterio Fernández<br />

Huidobro y el venezo<strong>la</strong>no Hugo Chávez, entre otros. (3)<br />

También supe que ahora vive otra vez en Córdoba, muy<br />

sencil<strong>la</strong>mente. Y comenzamos a escribirnos y l<strong>la</strong>marnos<br />

por teléfono de vez en cuando. Él no debe imaginar que<br />

yo recuerdo todo lo que conté antes. De haberle<br />

consultado jamás me hubiese permitido publicarlo. Pero<br />

menos mal que lo hice. Pues Andrés Cañas comparte con<br />

nosotros <strong>la</strong>s <strong>Cartas</strong>, en esta lista...y ya no podrá<br />

impedirme el haberlo mencionado. ¡Un abrazo, Andrés!<br />

Estimados lectores y co<strong>la</strong>boradores, ahora dejaré a<br />

vuestras elevadas inteligencias el extraer conclusiones. Y<br />

ahora mismo me despido, hasta <strong>la</strong> próxima oportunidad.<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina.<br />

(1) Ramsés II. Faraón de Egipto. (Ramses II: Magnificence<br />

on the Nile; Equipo científico coordinado por David<br />

O´Connor, Rita E. Freed, Kenneth A. Kitchen.) Traducción al<br />

español: Miguel Izquierdo. Time Life Books Inc. Editado en<br />

España por Ediciones Folio, Barcelona 1995.<br />

- 164 -


(2) Mariscal Montgomery, Vizconde de A<strong>la</strong>mein. Historia<br />

del Arte de <strong>la</strong> Guerra. Traducción: Juan García Puente.<br />

Editorial Agui<strong>la</strong>r, Madrid, España, 1969.<br />

(3) Andrés Cañas. Caminos de Nuestra América. Editorial<br />

Colihue, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires,<br />

1999. En su contraportada dice:<br />

“El periodista argentino Andrés Cañas convoca en Caminos<br />

de nuestra América a figuras representativas de diversas<br />

experiencias. Dialogan, en sus páginas políticos de acción y<br />

pensamiento, protagonistas todos de intensas epopeyas: el<br />

boliviano Juan Lechín Oquendo, el uruguayo Eleuterio<br />

Fernández Huidobro, los argentinos Adolfo Pérez Esquivel,<br />

Andrés Framini y Carlos O. Suárez, los venezo<strong>la</strong>nos Lino<br />

Martínez y el comandante Hugo Chávez Frías, hoy presidente<br />

constitucional de su país; el colombiano Javier Calderón, el<br />

cubano Fernando Martínez Heredia y el mexicano por<br />

adopción Enrique Dussel.<br />

“Cañas ha estructurado lo que inicialmente fueron<br />

entrevistas individuales en una mesa redonda virtual en <strong>la</strong><br />

que fluyen <strong>la</strong>s ideas con <strong>la</strong> espontaneidad propia de los más<br />

apasionados debates. Están allí Lechín, quien encabezó un<br />

movimiento insurreccional obrero campesino; Fernández<br />

Huidobro, jefe de <strong>la</strong> guerril<strong>la</strong> tupamara; Javier Calderón,<br />

representante de los alzados colombianos; Martínez Heredia,<br />

vocero de <strong>la</strong> única ciudade<strong>la</strong> socialista vigorosa y en pie; está<br />

también el presidente Chávez quien expresa el renacer, en los<br />

albores del siglo XXI y a contramano de <strong>la</strong>s opiniones<br />

modernizantes que postu<strong>la</strong>ban su agotamiento, del modelo de<br />

caudillo militar nacionalista de tanta tradición en América<br />

Latina.<br />

“Intelectuales y políticos comprometidos con <strong>la</strong>s fuerzas<br />

popu<strong>la</strong>res expresan caminos divergentes que confluyen, sin<br />

- 165 -


embargo, en <strong>la</strong> meta que los guía y que compartimos: <strong>la</strong> lucha<br />

por <strong>la</strong> dignidad humana en nuestra tierra.<br />

“Los testimonios de <strong>la</strong>s figuras reunidas aquí, sus lecturas<br />

del pasado, sus análisis del duro presente y sus visiones del<br />

rostro futuro de <strong>la</strong> Patria Grande hacen de éste un libro<br />

necesario para afrontar el desánimo y comenzar a andar los<br />

nuevos caminos.”<br />

- 166 -


Fecundas cartas<br />

Me han parecido muy sabias todas <strong>la</strong>s cartas, hasta<br />

ahora. Me gustaría una reflexión sobre el tema del<br />

suicidio y <strong>la</strong> poesía. El espíritu de autoaniqui<strong>la</strong>ción<br />

ligado a <strong>la</strong> poesía.<br />

Hay un problema de fondo: un tabú, o una lógica de <strong>la</strong><br />

conducta común, le ha negado compasión históricamente<br />

a los que caen bajo <strong>la</strong> desgracia del suicidio: tienen su<br />

círculo en el infierno, su excomunión en <strong>la</strong> tierra,<br />

etcétera.<br />

En muchas partes, como en Ing<strong>la</strong>terra, se llegó al<br />

extremo absurdo de condenar a muerte a quienes<br />

cometían el delito de intentar suicidarse.<br />

El tema es duro y resba<strong>la</strong>dizo. Ahí lo dejo.<br />

Francis Sánchez<br />

Ciego de Ávi<strong>la</strong>, Cuba<br />

- 167 -


Respuesta<br />

ACERCA DEL SUICIDIO<br />

Autonomía, Santiago del Estero, 24 de junio de 2003<br />

Hacia octubre de 1976 el diario argentino La Nación<br />

dedicó toda una primera p<strong>la</strong>na de su sección Cultura a un<br />

artículo asumido por “Mons. Dr. Octavio Derissi”, que<br />

comenzaba narrando el suicidio de Cesare Pavese.<br />

Derissi -a <strong>la</strong> sazón obispo auxiliar de La P<strong>la</strong>ta y rector de<br />

<strong>la</strong> Universidad Católica Argentina- atribuía el suicidio de<br />

este gigantesco poeta al “vacío existencial”. Según aquel<br />

artículo -que regresaba una y otra vez sobre el ejemplo-<br />

Pavese, a través del cultivo exquisito de su alma, había<br />

alcanzado alturas vertiginosas con <strong>la</strong> evolución de su<br />

pensamiento. Pero “por ser comunista -y por tanto ateo-”<br />

su imaginación no le habría permitido “encontrar a<br />

Dios”. Pavese habría ascendido, entonces, a <strong>la</strong> más altas<br />

cimas con su imaginación... sólo para encontrar que<br />

allí... ¡no había nada!... Y si el ser existía para girar<br />

finalmente en torno de <strong>la</strong> Nada... pues no valía <strong>la</strong> pena<br />

existir. Todo esfuerzo espiritual, por encima de su<br />

feracidad objetiva, resultaba inútil.<br />

Pese a <strong>la</strong> oportunidad de esta publicación (<strong>la</strong> Argentina<br />

vivía bajo una sangrienta dictadura militar<br />

anticomunista) y <strong>la</strong> trayectoria del autor (del más estricto<br />

conservadorismo ideológico) su argumentación<br />

- 168 -


persuadía, entre otras cosas por su prolija coherencia<br />

interna.<br />

El licenciado Ferrera De Castro me resultaba<br />

antipático a <strong>la</strong> distancia. Lo conocía por los diarios y lo<br />

había visto de cerca sólo una vez, cargando nafta a su<br />

poderoso auto en una estación de servicio. Por ese<br />

entonces era un importante funcionario con rango<br />

ministerial, en el gobierno de Carlos Arturo Juárez. Su<br />

mejor amigo era Juan José Laprovitta (un médico<br />

ultraderechista, acusado de torturar a militantes de<br />

izquierda en Córdoba), en aquel momento ministro de<br />

Bienestar Social. A su autoridad oficial, Ferrera de<br />

Castro sumaba un atildamiento indumentario que podía<br />

resultar insoportable. De frente muy ancha, su cabello<br />

lucía bril<strong>la</strong>nte y perfectamente alisado hacia atrás, a <strong>la</strong><br />

gomina. Perpetuamente de traje, se captaban brillos leves<br />

pero suntuosos desde sus carísimas corbatas o sus puños.<br />

Por lo demás, era porteño,* llevaba una barbita recortada<br />

escrupulosamente alrededor de su boca despectiva -lo<br />

cual refería un aire seguramente buscado a <strong>la</strong> iconografía<br />

de los Habsburgo-, su gestualidad era <strong>la</strong> propia de<br />

personajes acostumbrados a considerarse impunes. Se<br />

comprenderá entonces que me recorriera un<br />

estremecimiento cuando se acercó a ofrecerme su mano<br />

en 1991, durante un acto de homenaje a un anciano<br />

escritor, organizado por <strong>la</strong> revista <strong>Quipu</strong> de Cultura en <strong>la</strong><br />

librería Dimensión. Por cierto luego que hubieran<br />

transcurrido un par de minutos como para no resultar<br />

- 169 -


grosero, aprovechando mi carácter de organizador y el<br />

estar compartiendo <strong>la</strong> conversación con una bonita chica,<br />

me aparté raudamente, hacia el otro extremo de <strong>la</strong> sa<strong>la</strong>.<br />

Como unos quince días después, se presentó de repente<br />

en <strong>la</strong> librería Dimensión -donde por entonces yo<br />

trabajaba. De sólo verlo entrar volví a experimentar un<br />

escalofrío; pero esta vez no tendría escapatoria. Era una<br />

siesta de extremado calor, aparte de nosotros dos y los<br />

mozos del bar, no había casi nadie en toda <strong>la</strong> extensa<br />

galería. Se dir igió rectamente a mí, para decirme que<br />

había leído ya dos veces una nove<strong>la</strong> breve que por<br />

entonces publicáramos. Releía una y otra vez algunos de<br />

sus párrafos, dijo (para probarlo me mostró el libro:<br />

estaba nerviosamente subrayado, con profusas<br />

anotaciones, hechas con letra elegante y abigarrada en<br />

los márgenes); en ellos, se había sentido identificado.<br />

Volvió a recorrerme un estremecimiento cuando me dio a<br />

leer el pasaje en el cual se sintió expresado. Este narraba<br />

un momento culminante en <strong>la</strong> depresión del personaje,<br />

quien se había abandonado, cayendo en una especie de<br />

catalepsia, de <strong>la</strong> cual lo salvaron forzando <strong>la</strong> puerta de su<br />

departamento. (1)<br />

Después de aquel<strong>la</strong> presentación más extensa “Chacho”<br />

-lo l<strong>la</strong>maban así familiarmente-, me visitó casi todos los<br />

días. Confieso que hasta el último de ellos esto siguió<br />

resultando para mí un trago difícil: además de <strong>la</strong>s<br />

características referidas brevemente, Chacho cargaba en<br />

su bagaje ideológico pautas fundadas en un catolicismo<br />

lefebvriano, deve<strong>la</strong>ndo a cada tramo de <strong>la</strong> conversación<br />

- 170 -


sus pi<strong>la</strong>res intelectuales: los más conspicuos exponentes<br />

de <strong>la</strong> ultraderecha argentina, anticomunista, antisionista,<br />

antisinarquista, etcétera. El único punto de coincidencia<br />

indudable que hallábamos -y al cual apelábamos<br />

continuamente- era una profunda convicción interior<br />

sobre <strong>la</strong> existencia de Dios.<br />

Algo se había resquebrajado en su estructura<br />

ideológica fascista, sin embargo. Abordaba de pronto los<br />

temas políticos desde un nacionalismo antiimperialista,<br />

<strong>la</strong> doctrina cristiana esforzándose por destacar aspectos<br />

socializantes. Esto se percibía también en su exterior: si<br />

bien seguía usando sus ropas muy caras, <strong>la</strong>s llevaba ahora<br />

con cierto descuido; <strong>la</strong> barba no lucía ya<br />

meticulosamente recortada, llegando incluso a presentar<br />

algunas tardes, en el espacio que debía ser estrictamente<br />

rasurado, una extendida sombra de pequeños pelos sin<br />

afeitar. Su pelo, <strong>la</strong>cio, liso, muy fino, ¡le caía un poco<br />

sobre <strong>la</strong> frente a veces!; al parecer se olvidaba ahora de<br />

endurecerlo con fijador.<br />

La repetición de sus visitas me fue permitiendo<br />

vislumbrar una extraordinaria complejidad en su carácter.<br />

Había comenzado a trabajar como periodista en el Nuevo<br />

Diario; algunos de sus cuentos fueron publicados en <strong>la</strong><br />

sección cultural. ¡Escribía muy bien!... En sucesivos<br />

encuentros fui enterándome que atravesaba dificultades<br />

económicas, pero principalmente existenciales. Era o se<br />

había convertido en alcohólico, aunque esto era muy<br />

difícil de percibir si no se lo conocía de muy cerca. **<br />

Cuando disponía de algún dinero insistía en invitarme a<br />

- 171 -


comer algo; un par de veces acepté. El breve período que<br />

duró ese acercamiento bastó para enterarme de sus<br />

mayores tribu<strong>la</strong>ciones: su esposa, según él, no so<strong>la</strong>mente<br />

lo había arruinado desde un punto de vista económico,<br />

sino le impedía ahora participar en el afecto de sus hijos.<br />

El<strong>la</strong> era una jueza, miembro de <strong>la</strong> poderosísima “Rama<br />

Femenina” del partido gobernante, lo cual le había<br />

permit ido prácticamente proscribirlo –me contó.<br />

Algún tiempo después (creo que durante el verano de<br />

1992), Chacho se suicidó. Habitaba solo en una casa<br />

alejada del centro. Lo encontraron dos días después de<br />

haberse pegado un tiro en <strong>la</strong> cabeza, con el cuerpo ya un<br />

poco hinchado por <strong>la</strong> descomposición.<br />

En 1969, José María Arguedas, extraordinario<br />

novelista peruano, se suicidó en Chile. Algunos exégetas<br />

especu<strong>la</strong>ron sobre <strong>la</strong> influencia sobre su destino de <strong>la</strong><br />

tensión por pertenecer a una raza despreciada, réproba,<br />

agobiada por tantas humil<strong>la</strong>ciones como es <strong>la</strong> indígena.<br />

Esto parece ser un tema obsesionante para los peruanos,<br />

ya que se presenta con machacona recurrencia en sus<br />

obras literarias. Se ensayaba en tal sentido un paralelo<br />

con <strong>la</strong> historia personal de César Vallejo, otro peruano<br />

genial, extrañado y muerto en París. Se ensayó, entonces,<br />

como posible razón para el suicidio <strong>la</strong> de pertenecer a<br />

una raza de parias.<br />

Pero en el verano de 1962 se había suicidado Marylin<br />

Monroe. Tal vez tomara como ejemplo a Miros<strong>la</strong>va Stern,<br />

- 172 -


de 29 años, de quien se había dicho que “no pudo<br />

soportar el hastío y <strong>la</strong> soledad”, matándose con<br />

barbitúricos a los 29 años. Ambas eran hermosas hasta el<br />

vértigo, famosos, ricas, adu<strong>la</strong>das en privado y en público,<br />

pertenecientes a <strong>la</strong>s razas consideradas como <strong>la</strong>s más<br />

evolucionadas de <strong>la</strong> especie.<br />

Poco antes del fin de siglo se pegó un tiro Kurt<br />

Covain, líder del grupo Nirvana. No podía atribuirse el<br />

suicidio al fracaso, ni a <strong>la</strong> pobreza, ni a <strong>la</strong> soledad, ni al<br />

sentimiento de pertenecer a una raza despreciada. Kurt<br />

era b<strong>la</strong>nco, anglosajón, adinerado. Se culpó entonces de<br />

esa decisión al frenesí inducido en su mentalidad por el<br />

consumo de drogas.<br />

Hace una semana se suicidó en La Banda -Argentina-<br />

Nelly Orieta. Nelly era pintora -principalmente<br />

grabadora-. Tenía un sólido prestigio regional, una<br />

posición económica estable, su personalidad era<br />

tranqui<strong>la</strong>, tradicionalista y conservadora, mas de carácter<br />

tolerante en su ideología. Jamás consumió drogas de<br />

ningún tipo, estaba ya jubi<strong>la</strong>da como profesora de Artes.<br />

Gozaba de <strong>la</strong> admiración por su obra, el afecto y el<br />

respeto de toda <strong>la</strong> sociedad.<br />

Como puede inferirse de los pocos ejemplos humanos<br />

tomados arriba sintéticamente, difícilmente pueda<br />

atribuirse sólo a <strong>la</strong> carencia de fe religiosa motivaciones<br />

suicidas. Los dos primeros ejemplos muestran a un<br />

- 173 -


comunista-ateo y a un fascista-religioso desembocando<br />

unívocamente en un desen<strong>la</strong>ce simi<strong>la</strong>r. Asimismo podrán<br />

encontrarse comunistas-ateos exuberantes y gozadores de<br />

<strong>la</strong> vida hasta el último aliento, como Jorge Amado, Pablo<br />

Picasso, Alberti, etcétera, y también fascistas que jamás<br />

hubieran pensado en quitarse <strong>la</strong> vida e incluso<br />

mantuvieron hasta el final de sus días actitudes<br />

sumamente vitales. Como Camilo José Ce<strong>la</strong>, quien se<br />

murió de viejo, no sin antes haber obtenido el Premio<br />

Nóbel. Podríamos continuar esta línea de razonamiento<br />

con los ejemplos contrapuestos que se enunciaron a<br />

continuación: Arguedas-Marylin Monroe; Kurt Covain-<br />

Nelly Orieta.<br />

Puede hal<strong>la</strong>rse entre los suicidas gran variedad de<br />

características disímiles: unos vivían solos, otros<br />

rodeados por sus familiares o amigos; hay entre ellos<br />

quienes se drogaban, otros ni siquiera conocían esto. Lo<br />

cual me induce a pensar que <strong>la</strong>s motivaciones para el<br />

suicidio pueden surgir en cualquier sector de <strong>la</strong> sociedad,<br />

dentro de cualquier cultura, a cualquier edad, en<br />

cualquier momento histórico. Responden, en instancia<br />

última a factores muy individuales, cuya generalización<br />

podría ser, desde un punto de vista de <strong>la</strong> responsabilidad<br />

intelectual, poco recomendable.<br />

Respecto de <strong>la</strong>s reacciones condenatorias, al<br />

sentimiento de extendida desazón, al fastidio u obstinada<br />

voluntad de ocultamiento que induce en quienes<br />

- 174 -


quedamos vivos, tampoco siento <strong>la</strong> seguridad suficiente<br />

como para poder explicar sus orígenes.<br />

Es sabido que <strong>la</strong> tradición cristiana coloca al suicidio<br />

entre <strong>la</strong>s mayores desgracias para el alma, <strong>la</strong> cual deberá<br />

purgar su error en diversos purgatorios, de acuerdo a casi<br />

todas <strong>la</strong>s interpretaciones. Comparte esta concepción con<br />

<strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s grandes religiones.<br />

Pero también <strong>la</strong> tradición esotérica -al menos su<br />

vertiente “b<strong>la</strong>nca”- considera a dicho acto como una de<br />

<strong>la</strong>s peores ca<strong>la</strong>midades espirituales.<br />

“El acto de quitarse violenta y voluntariamente <strong>la</strong> vida<br />

-dice el Diccionario Esotérico de Zaniah- origina al<br />

causante el más <strong>la</strong>stimoso estado. Un inexpresable y<br />

angustioso sentimiento de vacuidad y el poder de<br />

observar a aquellos a quienes ha <strong>la</strong>stimado con su muerte<br />

violenta, le hacen sentirse más vivo que nunca. La parte<br />

del aura ovoide en que generalmente se encuentra el<br />

cuerpo denso se vacía y aunque el cuerpo de deseos<br />

adopta <strong>la</strong> forma del cuerpo denso perdido, se siente como<br />

si fuera una cáscara hueca, porque el arquetipo creador<br />

del cuerpo en <strong>la</strong> región del pensamiento concreto persiste<br />

como molde vacío durante tanto tiempo como debió vivir<br />

el cuerpo denso.” (2)<br />

Es un criterio común por otra parte, en <strong>la</strong>s doctrinas<br />

reencarnacionistas, que el suicida volverá a este mundo<br />

luego de un periodo acotado. Y nuevamente deberá<br />

enfrentar <strong>la</strong>s condiciones que lo sumieron en <strong>la</strong><br />

desesperación, hasta encontrar <strong>la</strong> forma de superar<strong>la</strong>s.<br />

- 175 -


En re<strong>la</strong>ción con el suicidio y <strong>la</strong> poesía: creo que los<br />

artistas, por su oficio, suelen desarrol<strong>la</strong>r un grado<br />

superior de sensibilidad. Ello los hace altamente<br />

proclives a caer en estados depresivos -o de exaltación<br />

eufórica- en circunstancias que podrían resultar normales<br />

a <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s personas. Tienen, en compensación,<br />

<strong>la</strong> ventaja de poder canalizar a través de su obra estos<br />

sentimientos, sin necesidad de llevarlos a <strong>la</strong> realidad en<br />

su experiencia personal -de hecho, un verdadero artista<br />

vive efectivamente su obra en el momento de crear<strong>la</strong>. (3)<br />

Por ello me parece que un poeta, un pintor, o un<br />

novelista, aún con tendencias a tratar el tema del suicidio<br />

o <strong>la</strong> muerte, es menos probable que caiga verdaderamente<br />

en ellos. No así <strong>la</strong>s personas normales, quienes carecen<br />

del recurso de representar simbólicamente su<br />

fallecimiento, debiendo efectuar <strong>la</strong> experiencia en su<br />

propio cuerpo. El haber trascendido numerosos suicidios<br />

de poetas se debe, según creo, no a que efectivamente<br />

esta decisión se verifique en mayor cantidad, sino a su<br />

carácter de personajes generalmente conocidos.<br />

Nos queda el recurso biológico. Vitus Dröscher narra<br />

que el ca<strong>la</strong>mar hembra, luego de poner sus huevos “deja<br />

de producir jugos gástricos” y por lo tanto de comer. “Al<br />

cabo de cuarenta y dos días los nuevos ca<strong>la</strong>marcitos salen<br />

de sus huevos. Poco después <strong>la</strong> madre muere. [...] Jerome<br />

Wodinsky [...] extirpó dos glándu<strong>la</strong>s (situadas detrás de<br />

- 176 -


los ojos)” a un ca<strong>la</strong>mar hembra. “[...]...el animal vivió<br />

nueve meses más. Además, durante todo ese tiempo<br />

siguió comiendo [...] con buen apetito. Entre otras<br />

presas, devoró también a sus propios hijos”. Döscher<br />

concluye, entonces, que estas glándu<strong>la</strong>s, a <strong>la</strong>s que l<strong>la</strong>ma<br />

“mortuorias” podrían ser un mecanismo dispuesto por un<br />

orden natural, que forzaría a los animales a <strong>la</strong><br />

autoeliminación, cuando pueden convertirse en un peligro<br />

extremo para <strong>la</strong> supervivencia de su especie. ¿Podría<br />

atribuirse, quizá, <strong>la</strong> compulsión psicológica hacia el<br />

suicidio a alguna “glándu<strong>la</strong> mortuoria” oculta en el<br />

organismo humano, sea en su cuerpo biológico o en el<br />

“metafísico”? Esto, si seguimos el razonamiento de<br />

Dröscher, debería ocurrir cuando el humano afectado se<br />

convierte en una amenaza para sus congéneres. Pese a <strong>la</strong><br />

sugestiva tentación que este ejemplo ofrece, resulta, a<br />

poco de reflexionar, de difícil aplicación. Existen entre<br />

los humanos numerosísimos casos contrarios -entre los<br />

cuales podemos mencionar al azar los de Iván el Terrible,<br />

Stalin, Pinochet, Pol Poth o George W. Bush- para<br />

impedirnos, por simple estadística, tal criterio.<br />

¿Conclusión?<br />

Creo que junto al arrebatamiento amoroso, <strong>la</strong> renuncia<br />

a <strong>la</strong>s convenciones sociales, y otras decisiones “locas” de<br />

algunos humanos -con frecuencia precipitadoras de<br />

vuelcos importantes no so<strong>la</strong>mente en sus vidas, como en<br />

el caso de San Francisco de Asís, sino de toda <strong>la</strong><br />

- 177 -


sociedad-, <strong>la</strong> del suicidio pertenece al ámbito de los<br />

misterios insondables del espíritu humano. Aquellos que<br />

únicamente ese ego, único en toda <strong>la</strong> historia, podría<br />

deve<strong>la</strong>r. Misterios que, desgraciadamente, suele llevarse<br />

a <strong>la</strong> tumba (o al Más Allá), sin darnos ninguna<br />

oportunidad científica de conocerlos en el p<strong>la</strong>no material.<br />

Personalmente, opino que el estado psíquico previo al<br />

suicidio constituye una anomalía. (No incluyo en esta<br />

caracterización ni al “suicidio asistido”, como se lo<br />

l<strong>la</strong>ma hoy, ni a los “atentados suicidas”. Estos no<br />

constituyen, según mi criterio, suicidios en un sentido<br />

estricto, por lo cual no son considerados aquí).<br />

Un agudísimo estado depresivo suele preceder al<br />

suicidio; es lo que me induce a considerarlo como una<br />

enfermedad. Dado que su factor determinante es<br />

profundamente interior, creo posible hal<strong>la</strong>r, también, el<br />

antídoto únicamente en nosotros mismos.<br />

Para producirlo, estimo que son necesarios: un cuerpo<br />

sano, una mente lúcida, un corazón capaz de encontrar <strong>la</strong><br />

felicidad –incluso sin <strong>la</strong> intervención directa de factores<br />

externos. Estos requisitos no son algo muy fácil de<br />

obtener, pero tampoco inalcanzables, aunque pueda ser<br />

necesaria toda una vida para ello.<br />

Sería muy extenso profundizar en esto; además,<br />

seguramente volveremos sobre cuestiones re<strong>la</strong>cionadas<br />

una y otra vez, a lo <strong>la</strong>rgo de nuestras <strong>Cartas</strong>. Por ahora,<br />

debo despedirme, hasta el próximo encuentro.<br />

Con un saludo afectuoso.<br />

<strong>Julio</strong><br />

- 178 -


* Se l<strong>la</strong>ma “porteños” en <strong>la</strong> Argentina a <strong>la</strong>s personas<br />

oriundas de <strong>la</strong> Capital Federal (Buenos Aires). Sus modales<br />

ostentan una actitud extremadamente competitiva, propia sin<br />

duda de <strong>la</strong>s grandes urbes. Ello, unido a su tonada<br />

(altisonante, de pronunciación veloz, posiblemente influida<br />

por los altísimos niveles de inmigración italiana que<br />

constituyeron su etnia) su “sinceridad” impaciente, y cierta<br />

escrupulosidad atildada en el vestuario, provoca <strong>la</strong><br />

percepción de su presencia como irritativa y pedantesca en<br />

<strong>la</strong>s sociedades del interior argentino, generalmente de<br />

modales contro<strong>la</strong>dos, de aliños menos esmerados, de<br />

aproximación menos directa a <strong>la</strong>s cuestiones más conflictivas<br />

de <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción social. Debemos ac<strong>la</strong>rar, pese a ello, que <strong>la</strong><br />

modestia formal de los provincianos para nada significa una<br />

generalizada superioridad espiritual. El provinciano argentino<br />

con frecuencia es astuto, <strong>la</strong>dino, egoísta, y puede llegar a ser<br />

efectivamente mucho más peligroso o cruel que cualquier<br />

porteño. Sólo que por condicionamientos históricos y una<br />

tradición arcaica, ha mode<strong>la</strong>do su personalidad dentro de una<br />

cultura sinuosa. Menem viene a ser un arquetipo de esta<br />

actitud, falsamente humilde pero verdaderamente<br />

maquiavélica, presente en <strong>la</strong>s pob<strong>la</strong>ciones del interior con<br />

mucho mayor porcentaje de lo que suele imaginarse.<br />

(1) He aquí parte de los párrafos que Ferrera había<br />

subrayado:<br />

“Decidí, luego de un tiempo breve en ese estado, renunciar<br />

a mi trabajo y ais<strong>la</strong>rme en el departamento. El murmullo de <strong>la</strong><br />

ciudad y los hábitos de <strong>la</strong> gente se me habían vuelto<br />

insoportables. Adelgacé nuevamente muchos kilos. Pedía por<br />

teléfono los envíos de comestibles, y padecía una angustia<br />

mortal en <strong>la</strong> espera, por el terror de ver al empleado que los<br />

- 179 -


traía. Sólo veía televisión y dormía. La barba me creció hasta<br />

el cuello. [...]<br />

“Entré en el peor período de mi vida. El cuerpo se me<br />

empezó a sacudir por los temblores; ya no pude levantarme<br />

del sofá. Dormía de a ratos, con tres almohadones bajo mis<br />

espaldas, frente al televisor encendido; veía o soñaba escenas<br />

catastróficas, donde se mezc<strong>la</strong>ban Nina Hagen, el Papa,<br />

Vide<strong>la</strong> y batal<strong>la</strong>s y campos humeantes con sonidos de ráfagas<br />

de metral<strong>la</strong>.<br />

“Una noche me dormí más hondamente que <strong>la</strong>s anteriores y<br />

desperté en el hospital de policía. Un vecino había<br />

denunciado que en mi departamento sucedía algo sospechoso,<br />

y los policías, rompiendo <strong>la</strong> puerta, se habían hal<strong>la</strong>do con el<br />

caos que era mi hogar entonces, y conmigo tirado, con<br />

aspecto de muerto, ante el televisor encendido con <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong><br />

en b<strong>la</strong>nco.” (Abe<strong>la</strong>rdo, capítulos 17, Pág.107 y 18, Pág. 110;<br />

editorial Dimensión, Santiago del Estero, Argentina, 1991.)<br />

** Había hecho acuerdos con los empleados de <strong>la</strong>s<br />

confiterías que frecuentaba. Así, en presencia de extraños,<br />

l<strong>la</strong>maba al mesero y con ademán señorial le decía: “Otro vaso<br />

de agua... bien lleno y con hielo”. Un amigo común me hizo<br />

caer en <strong>la</strong> cuenta que ese “vaso de agua” -repetido con<br />

vertiginosa frecuencia- contenía, en realidad... ginebra.<br />

(2) Zaniah. Diccionario Esotérico. Sexta edición, corregida<br />

y aumentada. Pág. 435. Editorial Kier, Buenos Aires, 1992.<br />

(3) Hallo un ejemplo -entre los innumerables que podrían<br />

darse- de esta facultad de morir y renacer por <strong>la</strong> poesía, en<br />

esta bel<strong>la</strong> composición de Rafael Morales:<br />

ALBA NOCTURNA<br />

Tan c<strong>la</strong>ra era <strong>la</strong> noche,<br />

- 180 -


tan plenamente aurora de <strong>la</strong> luna,<br />

tan tierno amanecer<br />

terco de estrel<strong>la</strong>s,<br />

que no sabía si l<strong>la</strong>mar<strong>la</strong> Concha.<br />

Qué lejos ya <strong>la</strong> hora<br />

que una mañana pura<br />

alzó sus naranjales,<br />

los tempranos celindros<br />

de tu cálida nieve<br />

y abrió lenta <strong>la</strong> tierna coro<strong>la</strong> de tus <strong>la</strong>bios.<br />

Pero en <strong>la</strong> noche llegas<br />

aurora siempre de mi sangre tuya,<br />

pero en <strong>la</strong> noche llegas<br />

con tus frescos jardines<br />

y amaneces continua<br />

abriendo en <strong>la</strong> tristeza<br />

que <strong>la</strong> sombra construye<br />

los pétalos más c<strong>la</strong>ros que tiene <strong>la</strong> alegría.<br />

(Rafael Morales. Poemas Inéditos. Zarza Rosa. Revista de<br />

poesía. Pág. 10. Valencia, España, Abril-Mayo de 1986.)<br />

- 181 -


CARTA Nº 10<br />

Autonomía, Santiago del Estero, miércoles 27 de agosto de<br />

2003.*<br />

León Tolstoi recoge esta leyenda: En tiempos muy<br />

remotos vivía en una is<strong>la</strong> solitaria un santo ermitaño.<br />

Cierto día desembarcan pescadores, entre ellos un viejo<br />

tan rústico que apenas podía expresarse -y no sabía rezar.<br />

El solitario quedó profundamente turbado ante tal<br />

ignorancia y le enseñó “con mucha pena y fatiga” el<br />

Padrenuestro. El viejo dio <strong>la</strong>s gracias y dejó con los otros<br />

pescadores <strong>la</strong> is<strong>la</strong>. Después de algún tiempo, cuando <strong>la</strong><br />

barca ya casi había desaparecido a lo lejos, vio el santo<br />

de repente una figura humana en el horizonte, que,<br />

marchando por encima del agua, se aproximaba a <strong>la</strong> is<strong>la</strong>.<br />

Pronto reconoció al viejo, su discípulo, y le salió al<br />

encuentro, cuando este pisó el suelo de <strong>la</strong> is<strong>la</strong>, sin<br />

pa<strong>la</strong>bras y emocionado. Tartamudeando, el viejo le dio a<br />

entender que había olvidado <strong>la</strong> oración. “Tú ya no<br />

necesitas rezar” -respondió el ermitaño- “tu anhelo de<br />

Dios es tan grande, que Él mismo te llevará de <strong>la</strong> mano”-<br />

y despidió al viejo, que, vaci<strong>la</strong>ndo por encima del agua,<br />

corrió nuevamente tras <strong>la</strong> barca de los pescadores. (1)<br />

- 182 -


Necesidad de Dios<br />

Entre <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras más buscadas usando Internet<br />

figuran en primer lugar “Dios” y “sexo”. Esto puede<br />

significar un anhelo por comprender los sentimientos<br />

confusos, sensaciones sin explicación, intuiciones,<br />

sueños o visiones que a lo <strong>la</strong>rgo de su existencia en <strong>la</strong><br />

Tierra han acompañado indefectiblemente a <strong>la</strong> conciencia<br />

humana. Hacia unos 5.000 años antes de Cristo ya se<br />

había consolidado, para designarlos, <strong>la</strong> idea de Dios. Si<br />

bien con diferentes interpretaciones y matices, ningún<br />

pueblo antiguo carecía de cultos religiosos, desde <strong>la</strong>s<br />

feraces y civilizadísimas riberas del Nilo hasta <strong>la</strong>s<br />

también refinadas civilizaciones chinas, pasando por <strong>la</strong><br />

India o Grecia, sin dejar fuera a los muy toscos europeos,<br />

quienes representaban por entonces <strong>la</strong> franja más<br />

atrasada de <strong>la</strong> humanidad.<br />

¿Sobre qué bases estaban fundadas tales religiones? No<br />

tenemos ninguna prueba de <strong>la</strong> existencia de Dios. Un<br />

sacerdote (probablemente) escribió de Atón “tú has<br />

iniciado el vivir”:<br />

...Tú haces <strong>la</strong>s estaciones<br />

para que se desarrolle todo lo creado:<br />

el invierno para refrescarlo,<br />

el verano porque te gusta.<br />

[...] La Tierra está en tu mano<br />

como tú <strong>la</strong> has creado.<br />

Si tú resp<strong>la</strong>ndeces el<strong>la</strong> vive,<br />

si te ocultas el<strong>la</strong> muere.<br />

- 183 -


Tú eres <strong>la</strong> duración misma de <strong>la</strong> vida,<br />

y se vive de ti... (2)<br />

Pero estos versos, como otras composiciones literarias<br />

o narraciones místicas, no aportan datos científicos que<br />

puedan otorgarnos certidumbre acerca de <strong>la</strong> existencia de<br />

un Ser superior (o varios).<br />

Es algo hasta ahora imposible, sin embargo, probar<br />

fehacientemente <strong>la</strong> existencia de cualquier afirmación<br />

humana. ¿Quién puede asegurar, por ejemplo, <strong>la</strong> absoluta<br />

certeza de su propio existir? Los sentidos (tacto, visión,<br />

oído, olfato, gusto) nos dan el paradigma esencial del que<br />

parten todos los conocimientos considerados científicos.<br />

Particu<strong>la</strong>rmente nuestra visión ocu<strong>la</strong>r. Pero ¿podemos ver<br />

nuestra espalda? Provoca un patético estremecimiento el<br />

comprender que no podemos ver directamente <strong>la</strong> mayor<br />

parte de nuestro cuerpo (que supuestamente otros ven).<br />

Ni siquiera nuestra cara, dado que <strong>la</strong> imagen del espejo<br />

es so<strong>la</strong>mente una reproducción, muy esquematizada, de<br />

<strong>la</strong>s propiedades que se reflejan. (3)<br />

La pelícu<strong>la</strong> The Matrix juega con <strong>la</strong> idea de que en<br />

última instancia “todo sucede dentro de nosotros” y no<br />

tenemos demasiados elementos como para arribar a <strong>la</strong><br />

certidumbre de si lo que estamos viviendo es real. En un<br />

mundo que han dominado <strong>la</strong>s máquinas -luego de una<br />

guerra sangrienta- el<strong>la</strong>s sometieron a los humanos<br />

reduciendo su función práctica únicamente a <strong>la</strong> de<br />

proveedores de energía. Para tal cosa los mantienen<br />

dormidos y <strong>la</strong>tentes, dentro de sarcófagos de metal, en<br />

inmensos depósitos subterráneos, donde los alimentan<br />

- 184 -


por sondas y proveen a sus mentes con una ilusión de<br />

existencias. La ilusión es perfecta, e incluso puede ser<br />

“elegida” por <strong>la</strong>s inclinaciones psíquicas del quiescente:<br />

hay sociedades muy desarrol<strong>la</strong>das, con gobiernos,<br />

tecnología de punta, y millones de ciudadanos que nacen,<br />

van al kinder, aman, se afanan buscando el éxito<br />

profesional o se psicoanalizan, generación tras<br />

generación… sin darse cuenta en absoluto que esa<br />

existencia le está siendo transmitida, durante toda su<br />

“vida útil”, a través de un cable conectado a <strong>la</strong> nuca.<br />

La ilusión de <strong>la</strong>s percepciones<br />

Si los microbios estuviesen dotados de pensamiento<br />

racional, probablemente no se darían cuenta de <strong>la</strong><br />

existencia de los humanos. Al menos con el significado<br />

que damos nosotros a tal concepto. Pues tanto lo que<br />

consideramos “consciencia” como sus resultados son<br />

producto de cierto tipo de percepciones, que nos proveen<br />

de códigos particu<strong>la</strong>res para interpretar a ese conjunto<br />

que denominamos luego “existencia”. También está<br />

presente <strong>la</strong> posibilidad de numerosos tipos de conciencia<br />

-por lo cual no deberíamos negar categóricamente su<br />

posible ejercicio a los microbios. Sus percepciones<br />

podrían desenvolverse por caminos inaccesibles para<br />

nosotros, como lo serían los nuestros para ellos.<br />

Pero supongamos para sustentar esta proposición que<br />

los microbios estuviesen dotados de un tipo de<br />

conciencia exactamente igual a <strong>la</strong> ejercida por nuestro<br />

- 185 -


cerebro. Tampoco tendrían ni <strong>la</strong> más remota idea del<br />

aspecto general y <strong>la</strong>s formas totales de un hombre o una<br />

mujer. Como máximo representaríamos, para su<br />

imaginación, portentosos objetos naturales, moviéndonos<br />

muy lentamente en el gigantesco Espacio, de parecido<br />

modo al que asumen ante nosotros los p<strong>la</strong>netas.<br />

Aún dotado con este tipo de conciencia, para un<br />

microbio habitando nuestra piel sería imposible captar,<br />

desde allí, otra cosa que no fuesen accidentes naturales,<br />

tal como nosotros vemos a los desiertos neuquinos, a los<br />

bosques del Amazonas o a <strong>la</strong> cordillera de los Andes.<br />

Precisamos advertirlo, para tener presente que cuando<br />

el ser humano trata de entender los p<strong>la</strong>nos metafísicos,<br />

debe abandonar los preconceptos y muchos de los<br />

conocimientos sustentados en nuestras percepciones. Del<br />

mismo modo que si un microbio, dotado de consciencia,<br />

se propusiera emprender algún estudio serio sobre <strong>la</strong><br />

condición humana.<br />

Bien. No quiero hacer demasiado <strong>la</strong>rga esta carta, por<br />

ello iré directamente al eje de lo que quiero proponer hoy<br />

como tema de reflexión.<br />

Si existe Dios evidentemente nos implica a todos. Pues<br />

para ser Dios debe ser Infinito, es decir sin límites. Con<br />

lo cual debería impregnar Todo, por fuera y por dentro:<br />

cada cosa o ser debería estar atravesada hasta en sus<br />

partícu<strong>la</strong>s más infinitesimales por Dios y existir, a su<br />

vez, rodeada por Él. Y si no existe, podríamos ser<br />

entonces una creación semejante a los muertos-vivos de<br />

- 186 -


Matrix, con lo cual tampoco nuestra propia existencia<br />

tendría fundamento real.<br />

Tomando provisoriamente como más posible <strong>la</strong><br />

existencia Dios, parece evidente que al formar parte de<br />

todos -Ser Todo lo que existe- su preocupación central<br />

debería ser <strong>la</strong> Armonía. De otro modo -si no le importara<br />

que su propio cuerpo fuese un caos- sería un Dios loco, o<br />

más bien un demonio.<br />

Aprovechándome un poco de <strong>la</strong> confianza que me han<br />

brindado hasta ahora, compartiré entonces con ustedes mi<br />

convicción personal: <strong>la</strong> de que Dios ha sido expresado de<br />

manera perfecta en el mundo a través de <strong>la</strong>s enseñanzas<br />

de Jesucristo. No sólo en lo que se refiere a ejemplo<br />

personal y modelo de vida individual, sino también en lo<br />

re<strong>la</strong>cionado con nuestra organización social. Pero al<br />

parecer Jesús, más que instituir un culto, se interesó por<br />

crear <strong>la</strong>s raíces de una comunidad que sirviera como<br />

modelo de convivencia para todos los seres humanos, sin<br />

distinciones.<br />

La Comunidad de Jesús<br />

¿Formó Jesucristo una primera Iglesia?... Ningún<br />

testimonio documental indica que durante su ministerio<br />

se estableciera una “nueva religión”.<br />

Esto en el sentido de fundamentar un orden jerárquico<br />

o rituales. (4) Sin embargo, es posible que hubiesen<br />

surgido espontáneamente agrupaciones comunitarias, en<br />

<strong>la</strong>s diferentes localidades que con su cortejo visitaba El<br />

- 187 -


Maestro. Y algún tipo de organización rudimentaria,<br />

igualmente espontánea, con el fin de ofrecer<br />

comodidades suficientes a los hermanos predicadores<br />

cuando estos llegasen a cada lugar.<br />

El método de difusión utilizado por Jesucristo se<br />

apoyaba principalmente en <strong>la</strong> prédica ambu<strong>la</strong>nte. Debido<br />

a ello, elige a doce apóstoles (apóstol = misionero) a<br />

quienes encomienda difundir el novedoso cuerpo de ideas<br />

por medio de conferencias públicas. Jesucristo es el<br />

primer predicador: de sus conferencias surge <strong>la</strong> doctrina<br />

esencial.<br />

La importancia que el Hombre-Dios otorgaba a este<br />

recurso queda testimoniada en el posterior envío de<br />

setenta y dos discípulos más para reforzar <strong>la</strong> red difusora<br />

de ideas nuevas. (5)<br />

Es evidente que en cada pob<strong>la</strong>ción se esperaba con<br />

gran expectativa <strong>la</strong> visita de Jesucristo con sus apóstoles.<br />

En algunas de el<strong>la</strong>s lo conocían, lo amaban, y habían<br />

preparado verdaderas fiestas popu<strong>la</strong>res para recibirlo.<br />

También se habían organizado pequeños grupos del<br />

entorno cristiano, que hacían el papel de “ade<strong>la</strong>ntados”.<br />

Ellos se ocupaban seguramente de que <strong>la</strong>s condiciones<br />

fuesen óptimas para <strong>la</strong> predicación.<br />

Un dato importante es que casi todas <strong>la</strong>s predicaciones<br />

de Jesucristo se desarrol<strong>la</strong>ron en el campo, o en pequeñas<br />

ciudades habitadas por pob<strong>la</strong>ciones “helenísticas”. Esto<br />

es, ámbitos donde coexistían judíos regresados de países<br />

griegos, junto a conversos y gran cantidad de paganos o<br />

de otras confesiones. Asimismo, en su visita a estas<br />

- 188 -


ciudades, <strong>la</strong> actividad cristiana se desarrol<strong>la</strong>ba<br />

normalmente en <strong>la</strong> periferia de el<strong>la</strong>s, no en sus centros<br />

cívicos. Quiere decir que los numerosos grupos que<br />

seguían a Jesucristo estaban compuestos principalmente<br />

por: campesinos, judíos “griegos”, conversos judíos, y<br />

una gran cantidad de curiosos o insatisfechos de <strong>la</strong>s otras<br />

religiones en boga.<br />

Luego de <strong>la</strong> crucifixión, se evidencia esta red en <strong>la</strong><br />

presteza con que custodian y protegen al Salvador,<br />

turnándose para contro<strong>la</strong>r, incluso luego de su entierro,<br />

que no se profanara su cuerpo. Igualmente al resucitar,<br />

Jesucristo es recibido por grupos que se han transmitido<br />

rápidamente <strong>la</strong> noticia y lo esperan, en sitios adecuados,<br />

para escuchar su Pa<strong>la</strong>bra y recibir el legado que Dios<br />

dejará.<br />

Entonces, puede sostenerse con seguridad que, al dejar<br />

<strong>la</strong> Tierra el cuerpo de Jesús (según el Evangelio de<br />

Valentino, once años después), existen comunidades<br />

organizadas, con el propósito de practicar y transmitir <strong>la</strong><br />

doctrina. Su jerarquía son los apóstoles. De ellos, en<br />

primer lugar los doce, luego los setenta y dos (en total:<br />

ochenta y cuatro). Junto a estos, y en igualdad jerárquica<br />

<strong>la</strong> Virgen María, y María Magdalena, “<strong>la</strong> discípu<strong>la</strong><br />

preferida de Jesús”, de acuerdo con documentos de esa<br />

época. Así se constituyó, pues, <strong>la</strong> Comunidad de Jesús.<br />

- 189 -


Algunas características de <strong>la</strong>s primeras comunidades<br />

Debemos imaginar <strong>la</strong>s predicaciones de Jesús y sus<br />

discípulos como un acontecimiento extraordinariamente<br />

importante para <strong>la</strong>s pob<strong>la</strong>ciones de aquel tiempo y<br />

aquel<strong>la</strong> región. Aún para quienes no creían en sus<br />

argumentos, o no necesitaban sus servicios.<br />

Podemos situarlo entonces en un mundo agro pastoril,<br />

donde los sonidos más potentes eran los martilleos en<br />

herrerías o talleres de fragua, <strong>la</strong>s sierras manuales en<br />

carpinterías, los chirridos de los engranajes en arados,<br />

carros u otro tipo de maquinarias, generalmente de<br />

madera, propias de <strong>la</strong> época. Este era un mundo libre de<br />

los innumerables bramidos, bocinas, traqueteos, sirenas,<br />

ululeos, caramillos, chiflidos, musiquil<strong>la</strong>s cibernéticas,<br />

ronquidos, redobles, cornamusas, ronroneos metálicos,<br />

raspas, voces distorsionadas, berreos, con que nos<br />

envuelven <strong>la</strong>s ciudades actuales de un modo<br />

ininterrumpido. Tampoco impregnaban el éter los<br />

zumbidos constantes de los generadores eléctricos, su<br />

producto y los innumerables aparatos que esa energía<br />

impulsa a tiempo completo en millones de edificios. Ni <strong>la</strong><br />

polución de ondas electromagnéticas o hertzianas,<br />

emitidas por miles de propa<strong>la</strong>doras de televisión, radio,<br />

Internet o satélites, que atraviesan con una prieta red<br />

invisible nuestra atmósfera.<br />

Quiere decir que <strong>la</strong>s voces de Jesús o sus discípulos no<br />

necesitaban de grandes esfuerzos para ser escuchadas por<br />

- 190 -


cinco mil personas, como sucedió en el monte de<br />

Tiberíades.<br />

Otro dato a tener en cuenta es que esas pob<strong>la</strong>ciones<br />

estaban ejercitadas en escuchar conferencistas. El mundo<br />

de entonces contaba con los oradores públicos como uno<br />

de sus principales atractivos culturales. De esta manera<br />

se transmitía <strong>la</strong> información política, se daban a conocer<br />

historias o composiciones artísticas, se difundían<br />

doctrinas filosóficas, religiosas, predicciones o<br />

escatologías.<br />

El grupo de Jesucristo debe de haber sido muy<br />

atractivo. Compuesto por numerosos discípulos, entre<br />

quienes ocupaban un lugar destacado también muchas<br />

mujeres, su tras<strong>la</strong>do de un pueblo a otro recorriendo el<br />

país, en sí mismo, constituyó sin duda un espectáculo<br />

muy interesante.<br />

Es bastante probable que en cada zona visitada por<br />

Jesús se conformaran espontáneamente comunidades de<br />

vecinos, quienes se comprometían a cultivar en su seno <strong>la</strong><br />

novedosa doctrina. La Iglesia de Jesús se fue<br />

constituyendo, pues, en numerosos “templos sin<br />

Templo”, ámbitos naturales, comunitarios, como patios<br />

de casas de familia o espacios en el campo, en algún<br />

bosque, en <strong>la</strong>s serranías.<br />

No hay ninguna prescripción de Jesucristo en el<br />

sentido de construir templos para <strong>la</strong> práctica de su fe.<br />

También en este caso, como casi siempre que se le<br />

requería respuestas sobre temas materiales o<br />

contingentes, sus pa<strong>la</strong>bras no autorizan a una<br />

- 191 -


interpretación aplicable objetivamente de un modo<br />

estricto.<br />

En los únicos pasajes de los Evangelios sinópticos<br />

donde menciona al templo, es para decir que “lo destruirá<br />

y reconstruirá en tres días” (aunque se nos ac<strong>la</strong>ra que se<br />

refiere al “templo de su cuerpo”, Juan, 2:19-21). O para<br />

anatematizarlo: “¡Jerusalén, Jerusalén, <strong>la</strong> que mata a los<br />

profetas y apedrea a los que le son enviados!... / Pues<br />

bien, se os va a dejar desierta vuestra casa”. (Mateo,<br />

23:37-38). Su actitud parece sugerir un culto libre, en<br />

medio de <strong>la</strong> naturaleza o en ámbitos familiares. Así en el<br />

Evangelio de Tomás -texto del cual hoy se sostiene que<br />

podría ser el primer Evangelio escrito-, cuando dice:<br />

“Partid <strong>la</strong> madera, allí estoy. Levantad <strong>la</strong> piedra y allí me<br />

encontraréis.” (Tomás, 77) Esto induce a creer que<br />

Jesucristo se consideraba presente, como esencia de<br />

Dios, absolutamente en todos los ámbitos cósmicos.<br />

Ideología y composición social de <strong>la</strong>s primeras<br />

comunidades<br />

Saber que el Templo constituía el negocio del que se<br />

valían todas <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses sociales de Jerusalén para<br />

subsistir nos ayudará a entender algunos aspectos<br />

esenciales del movimiento de Jesús.<br />

La aristocracia usaba su condición de centro religioso<br />

como un factor esencial de dominación política,<br />

económica y cultural. El clero por cierto estaba<br />

implicado de lleno en su utilización para estos fines. Por<br />

- 192 -


lo demás, toda <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción de Jerusalén obtenía algún<br />

tipo de beneficio de <strong>la</strong> inmensa estructura. Muchos como<br />

empleados, otros como proveedores, casi todos como<br />

beneficiar ios de <strong>la</strong>s festividades, que atraían multitudes<br />

de todas <strong>la</strong>s regiones del imperio, que comían, se<br />

alojaban y consumían productos locales. (6) De acuerdo<br />

con datos oficiales, al comenzar su reinado Herodes (39<br />

aC) contrató 11.000 empleados para desempeñar tareas<br />

en el templo. Esta cifra había ascendido hasta 18.000<br />

cuando murió (4 aC).(7)<br />

El procurador romano, en tanto, estaba perfectamente<br />

informado de <strong>la</strong> situación y practicaba una cautelosa<br />

diplomacia con re<strong>la</strong>ción a los intereses que se movían<br />

alrededor del templo. Esto debido, además, a <strong>la</strong> debilidad<br />

polít ica que ese cargo tenía en el esquema del imperio.<br />

Así, Poncio Pi<strong>la</strong>tos no era más que un jerarquizado<br />

burócrata, sometido a <strong>la</strong> triple autoridad del gobernador<br />

de Siria -un romano de mayor jerarquía- el emperador y<br />

el senado. Con frecuencia estas autoridades romanas no<br />

vaci<strong>la</strong>ban en desautorizar a sus procuradores, con tal de<br />

no desestabilizar el delicado equilibrio mantenido con<br />

re<strong>la</strong>ción a los reyezuelos judíos, su aristocracia y su<br />

levantisco pueblo.<br />

Todo esto explica, entonces, <strong>la</strong> aparente contradicción<br />

de que luego de ser recibido con júbilo por una multitud<br />

al entrar a Jerusalén, Jesús sea condenado a muerte por<br />

otra multitud, pocos días más tarde. La primera multitud<br />

eran los peregrinos, que habían concurrido para <strong>la</strong> fiesta<br />

de <strong>la</strong> Pascua: en su mayor parte campesinos, o foráneos,<br />

- 193 -


en su mayoría simpatizantes o amigos de Jesús. Quienes<br />

lo condenaron eran pob<strong>la</strong>dores de Jerusalén: <strong>la</strong> prédica<br />

subversiva del Hijo del Dios ponía en riesgo al sistema<br />

que les daba de comer cada día.<br />

La prosperidad de Jerusalén era considerada espuria<br />

por <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción israelita de Palestina,<br />

principalmente por dos razones:<br />

1) Estaba conducida por una jerarquía fraudulenta. Los<br />

sacerdotes del último siglo provenían de los caprichos<br />

aristocráticos y no de <strong>la</strong> legítima sucesión sadoquista.<br />

Tampoco sus reyes, no sólo estaban fuera de <strong>la</strong> sucesión<br />

legal, sino que ni siquiera eran israelitas sino idumeos.<br />

(8)<br />

2) Nacía del sometimiento a una potencia imperialista.<br />

La economía de Jesucristo<br />

Jesucristo no cobraba... no ejerció, durante su<br />

predicación, ningún trabajo “remunerativo”... tampoco<br />

pagaba lo que consumía o usaba... Esto parece sugerir <strong>la</strong><br />

doctrina de que los bienes naturales son propiedad de<br />

quien los necesita verdaderamente, no de quien se<br />

apropia de ellos para acumu<strong>la</strong>r los e infundirles un uso<br />

lucrativo.<br />

Los Hechos de los Apóstoles, textos reconocidos por<br />

todos los sectores cristianos actuales como auténticos<br />

escritos de <strong>la</strong>s primeras comunidades cristianas,<br />

confirman esta interpretación. En dos pasajes sustentan<br />

c<strong>la</strong>ramente <strong>la</strong> doctrina del reparto solidario: a cada<br />

- 194 -


quien, de acuerdo a sus necesidades, de cada quien,<br />

según sus posibilidades. Debido a ello es que los ricos<br />

antes de ser aceptados en <strong>la</strong> Comunidad de Cristo, deben<br />

vender todos sus bienes y poner el producto a disposición<br />

del reparto. Es tan estricta esta condición que los textos<br />

sagrados dan cuenta de un tal Ananías, quien “de acuerdo<br />

con su mujer, Safira... vendió una propiedad y... a<br />

sabiendas de el<strong>la</strong>, retuvo parte del precio” y puso el resto<br />

a disposición de <strong>la</strong> Comunidad. “Pedro le dijo:<br />

-Ananías, ¿cómo es que Satanás se te ha metido<br />

dentro? ¿Por qué has mentido al Espíritu Santo<br />

reservándote parte del precio de <strong>la</strong> finca? [...]<br />

No has mentido a los hombres, sino a Dios.<br />

A estas pa<strong>la</strong>bras Ananías cayó al suelo y expiró y<br />

todos los que se enteraban quedaban sobrecogidos.<br />

Fueron los jóvenes, lo amortajaron y lo llevaron a<br />

enterrar”. Igual suerte corrió luego <strong>la</strong> mujer. (9)<br />

Tal severidad indica que <strong>la</strong> abolición de <strong>la</strong> propiedad<br />

privada no era una ley menor de <strong>la</strong> Comunidad Cristiana<br />

original, sino por el contrario, uno de sus principales<br />

pi<strong>la</strong>res.<br />

La iglesia de San Pablo<br />

Teniendo consciencia de tales precedentes, se presenta<br />

como extraordinaria <strong>la</strong> diferencia entre esta forma de<br />

organización comunista y <strong>la</strong> Iglesia convertida en<br />

gigantesco poder estatal, con <strong>la</strong> que nos encontramos<br />

consolidada hacia el siglo XV, pero se perfi<strong>la</strong> c<strong>la</strong>ramente<br />

- 195 -


como tal ya unos trescientos años después de <strong>la</strong><br />

encarnación de Cristo. Seña<strong>la</strong>ndo como dato de gran<br />

relevancia que esos estados sustentaban, en dichos<br />

períodos, organizaciones políticas feudales o esc<strong>la</strong>vistas.<br />

Saulo de Tarso, un represor fariseo, converso mediante<br />

cierto fenómeno del cual únicamente él mismo podía<br />

testimoniar, logra convertirse en factor determinante para<br />

el desarrollo de esta brusca modificación de rumbos en <strong>la</strong><br />

Comunidad original. No es infrecuente esta<br />

concentración del poder en manos de un advenedizo, en<br />

los movimientos transformadores o revolucionarios. La<br />

historia posterior nos dará ejemplos semejantes, como los<br />

de <strong>la</strong> Revolución Rusa, donde Stalin emerge del pelotón<br />

para convertirse en factotum de los destinos del<br />

gigantesco Estado Soviético durante su etapa<br />

fundamental. Así también en <strong>la</strong> revolución argelina, en el<br />

Congo, etcétera.<br />

Entonces, no sin luchas sordas, <strong>la</strong>s concepciones de<br />

Saulo van imponiéndose pau<strong>la</strong>tinamente, sobre <strong>la</strong>s del<br />

propio Jesús. Mientras el Dios Encarnado prácticamente<br />

ignoraba <strong>la</strong>s autoridades imperiales, Saulo destaca su<br />

condición de “romano”. Jesucristo sostiene un orden en<br />

el cual mujeres, hombres y ancianos disfrutan de<br />

igualdad. Dándole privilegios únicamente a los niños.<br />

Tampoco convalidó, en absoluto, <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud,<br />

característica dominante en el Estado de entonces.<br />

Saulo, en cambio, afirma, refiriéndose a lo femenino:<br />

“Las mujeres estén sujetas a sus maridos, como al Señor;<br />

porque el marido es cabeza de <strong>la</strong> mujer, así como Cristo<br />

- 196 -


es cabeza de <strong>la</strong> iglesia, <strong>la</strong> cual es su cuerpo, y él es su<br />

Salvador”. (Col. 3.18; 1 P. 3.1 - Efesios 5.21-22.)<br />

Y acerca de los esc<strong>la</strong>vitud: “Que los esc<strong>la</strong>vos se<br />

sometan en todo a sus amos, que traten de darles<br />

satisfacción y eviten contradecirlos. Que no les roben,<br />

sino que aparezcan dignos de toda confianza”. (Efesios,<br />

6, 5:9.)<br />

Con tales presupuestos, es comprensible que tres siglos<br />

después de <strong>la</strong> muerte de Jesús, <strong>la</strong> “evolución ideológica”<br />

de algunas ramas de <strong>la</strong> por entonces masiva congregación<br />

cristiana, haya permitido al régimen imperial otorgarle <strong>la</strong><br />

categoría de Religión de Estado.<br />

Pero esto es parte de otra historia, que seguramente<br />

habrá oportunidad de desarrol<strong>la</strong>r en otra carta. De<br />

momento, me queda sólo despedirme, con un saludo<br />

afectuoso.<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina<br />

- 197 -


* 1828. Se firma el Acuerdo de Montevideo, que asegura <strong>la</strong><br />

independencia del Uruguay -bajo <strong>la</strong> atenta vigi<strong>la</strong>ncia de Gran<br />

Bretaña. 1993. La ley 70/93 reconoce los derechos<br />

territoriales, étnicos, económicos y sociales de <strong>la</strong>s<br />

comunidades de color en Colombia. 1999. Fallece el obispo<br />

brasileño Dom Helder Cámara, “hermano de los pobres,<br />

profeta de <strong>la</strong> paz y <strong>la</strong> esperanza”. (Agenda Latinoamericana<br />

2003.)<br />

(1) León Tolstoi. Cuentos Popu<strong>la</strong>res. Citado por A. Hauser<br />

en Historia Social de <strong>la</strong> Literatura y el Arte. Tomo III.<br />

Naturalismo e impresionismo.<br />

3. La nove<strong>la</strong> social en Ing<strong>la</strong>terra y Rusia. Editorial<br />

Guadarrama, Madrid, 1969.<br />

(2) Himno a Atón. Hacia 1700 a.C. Traducido por Este<strong>la</strong><br />

Dos Santos, sobre <strong>la</strong> versión italiana de Donadoni, en su<br />

Storia del<strong>la</strong> letteratura Antica egiziana. Incluido en <strong>la</strong><br />

antología: Gilgamesh, Chi<strong>la</strong>m Ba<strong>la</strong>m y otros textos antiguos.<br />

Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1981.<br />

(3) El físico David Bohm hab<strong>la</strong> de “una nueva descripción<br />

de <strong>la</strong> realidad” a partir de los avances provistos por <strong>la</strong> física<br />

cuántica. En este sentido afirma: “Los parapsicólogos han<br />

buscado en vano <strong>la</strong> energía que puede transmitir <strong>la</strong> telepatía,<br />

<strong>la</strong> psicokinesis, <strong>la</strong> curación, etcétera. Si estos sucesos<br />

provienen de frecuencias que trascienden el espacio y el<br />

tiempo, no tienen por qué ser transmitidos. Son<br />

potencialmente simultáneos y están en cualquier parte”. (K.<br />

Wilber, D. Bohm, K. Pribram, M. Ferguson, F. Capra, R.<br />

Weber. El paradigma holográfico. Editorial Kairos.<br />

Barcelona, España, 1987.)<br />

(4) Salvo <strong>la</strong> Cena, que de acuerdo a los Evangelios fue<br />

únicamente <strong>la</strong> consagración de este encuentro con fines<br />

alimenticios como un acto sagrado. Por lo cual puede<br />

- 198 -


legítimamente inferirse que cualquier cena (o incluso el<br />

mismo acto de comer juntos) debería ser una “comunión”.<br />

(5) Lucas, 10: 1-12.<br />

(6) Gerd Theissen. Sociología del movimiento de Jesús.<br />

(Soziologie der Jesusbewegung. Kaiser Ver<strong>la</strong>g. München.)<br />

Traducción de José Antonio Jauregui. Editorial Sal Terrae,<br />

Santander, 1979.<br />

(7) F<strong>la</strong>vio Josefo. Antiguos judíos.<br />

(8) C. Vidal Manzanares. Los esenios y el Maestro de<br />

Justicia. Editorial Martínez Roca. Barcelona, España, 1991.<br />

(9) Hechos de los Apóstoles, 5, 1:11. Nueva Biblia<br />

Españo<strong>la</strong>, Traducción de los textos originales dirigida por<br />

Luis Alonso Schökel, profesor del Instituto Bíblico de Roma<br />

y Juan Mateos, profesor del Instituto Oriental de Roma,<br />

Editorial Cristiandad, Madrid, primera edición, 1975.<br />

- 199 -


CARTA Nº 11<br />

Autonomía, Santiago del Estero, viernes, 19 de septiembre de<br />

2003. *<br />

Schémata y espiritualismo en el amor de pareja<br />

En esta Carta intentamos estudiar <strong>la</strong> energía que surge<br />

entre un hombre y una mujer cuando se agradan,<br />

llevándolos a intentar <strong>la</strong> unión. Buscamos saber si los<br />

sentimientos, sensaciones y vivencias inmanentes a tal<br />

fenómeno podrían denominarse “amor”. La siguiente<br />

anécdota transcurre en diciembre de 1967:<br />

Una adolescente bonita<br />

Con Carlos Sánchez Gramajo, (Chongo), mi mejor<br />

amigo de entonces, fuimos a bañarnos en el canal San<br />

Martín. Eran como <strong>la</strong>s dos de <strong>la</strong> tarde; Chongo tenía<br />

dieciséis años y medio, yo diecisiete. No debíamos<br />

demorar mucho: a <strong>la</strong>s cinco había ensayo. ** Por ese<br />

entonces tocábamos en un conjunto l<strong>la</strong>mado Los Hippies.<br />

- 200 -


Él <strong>la</strong> segunda guitarra, yo <strong>la</strong> primera. Pese a tal nombre<br />

no llevábamos el pelo <strong>la</strong>rgo (salvo “El F<strong>la</strong>co”, pianista,<br />

quien había venido de Buenos Aires, y como foráneo<br />

carecía de ataduras sociales). Habíamos ido directamente<br />

a un lugar apartado, como dos kilómetros más allá del<br />

Balneario. Para evitar los rapaces, <strong>la</strong>s familias<br />

ensuciando todo con los restos de sus comidas y <strong>la</strong><br />

música vulgar. Por ello nos sorprendimos cuando, al<br />

atravesar <strong>la</strong> val<strong>la</strong> de vegetación virgen que protegía <strong>la</strong>s<br />

barrancas, divisamos, unos cincuenta metros ade<strong>la</strong>nte, a<br />

dos mujeres. Una, que parecía mayor -más bien gorda-<br />

estaba sentada sobre un toallón; <strong>la</strong> otra chapoteaba en el<br />

agua somera del borde. Habían elegido una p<strong>la</strong>yita<br />

natural, alfombrada de césped y arenil<strong>la</strong> fina.<br />

Ver salir del agua a <strong>la</strong> muchacha me provocó un<br />

vuelco. ¡Tenía piernas muy <strong>la</strong>rgas, robustas!... No era<br />

absolutamente simétrica: mas <strong>la</strong> verdadera belleza, como<br />

se sabe, nunca debe serlo. Trajo a mi memoria los frescos<br />

de Cnosos. Su cuerpo, en breve tanga, lucía dorado bajo<br />

el sol. Su cabello mojado, rojizo a <strong>la</strong> distancia,<br />

conste<strong>la</strong>ba de gotas unos sólidos brazos, en ángulo para<br />

maniobrar <strong>la</strong> gran peineta (por ese tiempo comenzaban a<br />

verse en tales adminículos coloridas inflorescencias).<br />

-Hermano -si<strong>la</strong>beé con expresiva dubitación- ¿qué<br />

podemos inventar para acercarnos? Con Chongo solíamos<br />

compartir un magnetismo globu<strong>la</strong>r; en él actuábamos<br />

combinadamente, absteniéndonos de explicaciones.<br />

-Dejalo por mi cuenta -contestó. Haciendo chasquear<br />

dos veces contra su palma el paquete recién abierto<br />

- 201 -


extrajo un cigarrillo. Sin vaci<strong>la</strong>r, caminó elegante hacia<br />

<strong>la</strong>s muchachas. (Debo mencionar que ya estábamos en<br />

short.)<br />

Chongo era alto, tenía cintura angosta, hombros<br />

anchos; bastante musculoso en su delgadez: practicaba<br />

pesas. Pelo castaño c<strong>la</strong>ro, corto, ordenado con fijador<br />

sobre una frente muy ancha, llevaba un bigotito<br />

obstinado bajo <strong>la</strong> nariz intrépida.<br />

Lo vi efectuando esos movimientos corteses, palmas<br />

arriba, meneos bien regu<strong>la</strong>dos de su cabeza, masculinas<br />

sonrisas. La mujer rellenita hurgó en su bolso; sacando<br />

un encendedor lo acercó al cigarrillo de Chongo. Lo vi<br />

sentarse; casi podía escuchar su discurso educado,<br />

enhebrando argumentos.<br />

Enseguida escuché risas de mujer; mi cuerpo se aflojó.<br />

Estaba hecho. No me sorprendió verlo avanzar hacia mí,<br />

enseguida, ni escuchar:<br />

-Ya está, vení, te <strong>la</strong>s voy a presentar.<br />

El fuego interior<br />

En <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> El paciente inglés, un agraciado<br />

personaje -al cual luego sabemos checo o algo parecido,<br />

aunque pasa por inglés-, espía alemán, se enamora de <strong>la</strong><br />

bel<strong>la</strong> esposa de un funcionario (este sí, genuino inglés).<br />

Ocurre durante <strong>la</strong> segunda Guerra Mundial. África<br />

provee del escenario adecuado para esta abrasadora<br />

pasión. La representación de los actores es magnífica. No<br />

- 202 -


sonríen, no ejercen los acostumbrados visajes o<br />

comedimientos propios de los cortejos eróticos.<br />

Enseguida sucumben a un torbellino interior que los<br />

supera en cada instante, convirtiéndolos en prisioneros<br />

de su rumbo, como el simún podría hacerlo con un par de<br />

gaviotas arrastradas al desierto. Sus rostros, durante el<br />

breve <strong>la</strong>pso de su ingobernable deseo, aparecen tensos,<br />

incendiándose desde dentro, incapaces de ape<strong>la</strong>r a<br />

convención alguna, angustiados por <strong>la</strong> necesidad de<br />

correr hacia el cuerpo del otro, en pos de <strong>la</strong> ilusión<br />

posesiva efímera.<br />

Así durante un victoriano almuerzo con funcionarios<br />

ingleses y árabes occidentalizados el<strong>la</strong> se retira un<br />

momento hacia <strong>la</strong> toilette y él, desafiando toda cordura,<br />

<strong>la</strong> alcanza en un pasillo; virtualmente se estrujan, como<br />

desesperados, ambos se abandonan sin reparos a un<br />

vértigo irrefrenable. Finalmente el esposo conoce el<br />

adulterio y se suicida, matando también a <strong>la</strong> infiel con el<br />

recurso de estrel<strong>la</strong>r contra el suelo <strong>la</strong> avioneta en que<br />

viajaban juntos. Se me han borrado muchos detalles<br />

argumentales de esta pelícu<strong>la</strong>. La vi una so<strong>la</strong> vez, en<br />

casa, me mantuvo absorto el núcleo ígneo de esa pasión,<br />

tan bien representada; es lo único que me quedó<br />

indeleblemente grabado. Creo que él luego cae prisionero<br />

de los alemanes, a quienes demuestra que en realidad<br />

trabajaba para ellos, pero por su nacionalidad indefinida<br />

sufre algunos percances; luego, tras<strong>la</strong>dado en un avión<br />

alemán cae bajo fuego de baterías inglesas. Escapa de <strong>la</strong>s<br />

l<strong>la</strong>mas con el cuerpo enteramente incinerado. Y es desde<br />

- 203 -


esa condición, con aspecto monstruoso por <strong>la</strong>s<br />

quemaduras, convaleciente en una abadía italiana,<br />

convertida en hospital por los ingleses, que recuerda<br />

obsesivamente su reciente historia de amor ante una<br />

enfermera lésbica.<br />

¿Amor?... He comenzado a escribir con abundantes<br />

titubeos para indagar los posibles alcances de esta<br />

pa<strong>la</strong>bra, usada con recurrencia para denominar los<br />

sentimientos y sensaciones que suelen surgir,<br />

galvanizando a hombres y mujeres, cuando nos impulsan<br />

ciertas confusas atracciones.<br />

Por tras de un sentimiento lejano<br />

A principios de 1968, pocas semanas después de un<br />

romance estroboscópico con <strong>la</strong> muchacha del canal (se<br />

l<strong>la</strong>maba María Eugenia, tenía... ¡trece años!) decidí<br />

viajar a Mar del P<strong>la</strong>ta. El<strong>la</strong> era de allí. (1) No me importó<br />

que “El F<strong>la</strong>co” -a <strong>la</strong> sazón director del grupo- me<br />

advirtiera que si me ausentaba perdería el puesto. Se<br />

acercaban los bailes de Carnaval, era el periodo más<br />

próspero del año para los conjuntos, pues se trabajaba<br />

desde <strong>la</strong>s horas de siesta hasta el amanecer, sin pausas.<br />

No iban a resignar los suculentos contratos por mi<br />

capricho de salir disparado hacia una ciudad lejana,<br />

“detrás de una minita”. El resultado de dicho viaje era,<br />

por lo demás, incierto: yo no sabía si esta chica siquiera<br />

querría verme al estar allá, tal vez tuviera novio. En fin.<br />

- 204 -


Pero me había dicho a mí mismo, luego de analizar<br />

concienzudamente mis sentimientos: “Estoy enamorado”.<br />

Ello, tras mis lecturas adolescentes de <strong>la</strong>s Leyendas de<br />

Bécquer, justificaba cualquier acción, aunque pareciera<br />

descabel<strong>la</strong>da.<br />

Mi madre vivía en Buenos Aires, debido a lo cual<br />

proyecté hacer esca<strong>la</strong> ahí, hasta obtener los pasajes. El<br />

día de mi llegada por <strong>la</strong> tarde l<strong>la</strong>mé a Carmina Pettraglia,<br />

una muchacha con quien viviera, también, un intenso<br />

acercamiento dos años antes, cuando ambos teníamos<br />

dieciséis años. Gritó al escuchar mi voz en el teléfono<br />

(era gringa), y quiso encontrarme de inmediato. Al ver<strong>la</strong><br />

me quedé asombrado. Se había hecho modificar <strong>la</strong> nariz,<br />

operación por entonces infrecuente (pero su padre era<br />

médico en el Hospital Italiano, lo cual garantizó eficacia<br />

especial y el uso de avanzada tecnología -según me<br />

explicó). De <strong>la</strong> operación había resultado una forma sutil,<br />

adecuada a su faz pequeña, de frente huidiza y mandíbu<strong>la</strong><br />

angu<strong>la</strong>r. En verdad presentaba un rostro perfecto (en algo<br />

semejante al de aquel<strong>la</strong> actrizue<strong>la</strong> hoy olvidada, aunque<br />

por entonces desconocida aún: Bo Derek). No hab<strong>la</strong>mos<br />

esto al encontrarnos, por cierto, sino más tarde, en <strong>la</strong><br />

acogedora penumbra de una confitería destinada a<br />

parejas. Era sumamente rubia, de pelo finísimo y <strong>la</strong>cio,<br />

derramándose sobre los hombros y parte de <strong>la</strong>s espaldas.<br />

De talle fino, más alta que yo (cuestión que por poco me<br />

disuade cuando iba a invitar<strong>la</strong> a bai<strong>la</strong>r, durante aquel<br />

baile santiagueño de carnaval). Sus piernas merecían <strong>la</strong><br />

más atenta consideración: de proporciones armoniosas,<br />

- 205 -


<strong>la</strong>s ostentaba sin exagerar, pero con absoluta solvencia,<br />

en un tiempo en que comenzaban a imponerse <strong>la</strong>s<br />

minifaldas.<br />

La inusual afectividad con que <strong>la</strong> joven me atendió,<br />

unida al reencuentro con un compinche porteño de otra<br />

etapa (Héctor De <strong>la</strong> Fuente, quien solía darse aires de<br />

“Rey de <strong>la</strong> Noche”), hicieron trastabil<strong>la</strong>r mi decisión de<br />

viajar a Mar del P<strong>la</strong>ta. Carmina diseñó para mí una<br />

agenda apretada: al día siguiente, almuerzo con el<strong>la</strong> y su<br />

madre (su padre estaba de guardia, lo cual fue<br />

aprovechado por <strong>la</strong>s mujeres pues él no debía conocer mi<br />

existencia). Más tarde acompañaríamos a <strong>la</strong> madre al<br />

dentista, antes de dirigirse a su trabajo: era profesora de<br />

inglés en un colegio. Como a <strong>la</strong>s cuatro y media<br />

quedamos libres con Carmina hasta <strong>la</strong>s nueve de <strong>la</strong><br />

noche, hora en que debía estar otra vez en casa.<br />

Acudimos al cine y luego coqueta pizzería. Los días<br />

siguientes fueron deslizándoseme entre disquerías,<br />

boliches nocturnos, tiendas donde se podían conseguir<br />

magníficos pantalones importados (compré tres o cuatro,<br />

entre los que recuerdo uno verde muy suave, Levi´s, de<br />

corderoy fino, y otro de hilo b<strong>la</strong>nco, enteramente bordado<br />

con filigranas del mismo valor tonal, camisas, remeras,<br />

etcétera) y encuentros cada vez más íntimos con<br />

Carmina. Tozudamente volvía a mi mente el compromiso<br />

de viajar a Mar del P<strong>la</strong>ta, por <strong>la</strong> mañana, al despertar.<br />

Pero se iba alejando esa vaga culpa. Mi “amor” por María<br />

Eugenia casi había desaparecido, desleído bajo <strong>la</strong>s mieles<br />

prodigadas por Carmina. Fue el último día, poco antes de<br />

- 206 -


viajar otra vez a Santiago, que el<strong>la</strong> me confesaría <strong>la</strong><br />

verdad.<br />

L<strong>la</strong>mó por teléfono: no iba a venir a despedirme. Tenía<br />

“visitas” en casa. Me lo había ocultado, hasta entonces,<br />

pero alguna vez debía decírmelo: era un joven y su<br />

familia quien <strong>la</strong> visitaba, de particu<strong>la</strong>r agrado para sus<br />

padres. El<strong>la</strong> sentía por él “gran afecto, debido a una<br />

amistad de infancia”. Hubiera sido un sacrilegio<br />

contrariar a los familiares de ambos. Antiguos <strong>la</strong>zos<br />

profesionales, sociales, culturales, los unían. El<strong>la</strong> debía<br />

cumplir de un modo inexorable con ese compromiso.<br />

Todo esto me lo sugir ió, con frases incompletas, con<br />

argumentos confusos, por teléfono. Lloraba. Mas no por<br />

ello renegó de lo que consideraba “su deber”.<br />

La estación de Retiro me pareció más inmensa y<br />

bulliciosa al desembocar solo, con mis valijas, en sus<br />

anchísimos corredores. Por ese entonces los porteños<br />

solían vestirse con extremada elegancia; el tipo europeo<br />

predominante entre sus transeúntes provocaba, al<br />

combinarse con el atildado vestuario, sus modales<br />

aristocráticos, sus voces metálicas de dicción perfecta,<br />

un confuso sentimiento de inferioridad en quienes<br />

acudíamos desde <strong>la</strong>s provincias. En los andenes<br />

comenzaba a mixturarse <strong>la</strong> multitud, y como una<br />

corriente de agua proveniente del mar, que<br />

introduciéndose en <strong>la</strong>s barrancas del río comenzara a<br />

teñirse con los desprendimientos terrosos de <strong>la</strong>s<br />

barrancas, oscureciendo y densificando progresivamente<br />

- 207 -


su tono, así, a medida que nos acercábamos a los estribos<br />

del tren comenzaban a percibirse desaliños, descoloridos<br />

sacos de te<strong>la</strong> barata, rostros oscuros, cabelleras<br />

desordenadas, ásperas, sonidos guturales y tonos<br />

medrosos en <strong>la</strong>s conversaciones de <strong>la</strong> tumultuosa<br />

conglomeración humana. Eran los provincianos,<br />

regresaban al interior, o llegaban. “Cabecitas negras”.<br />

Así los habían bautizado los porteños, a fines de los `40,<br />

cuando se <strong>la</strong>nzaron masivamente sobre Buenos Aires,<br />

para trabajar en <strong>la</strong>s fábricas. Eran quienes habían<br />

catapultado hacia el poder a Perón. Eran los responsables<br />

indirectos del nacionalismo “Flor de Seibo”, de los<br />

sindicatos, de que Argentina haya protegido<br />

so<strong>la</strong>padamente a los prófugos nazis. La “gente culta”,<br />

educada en Voltaire y Malthus –e incluso Marx–, los<br />

detestó en aquel tiempo, cuando formaban parte del poder<br />

y les temía. Los despreció después, ya derrocado su<br />

gobierno por un sangriento golpe militar; toda <strong>la</strong> pequeña<br />

burguesía porteña de tez b<strong>la</strong>nca co<strong>la</strong>boraba con <strong>la</strong><br />

represión cultural, asumiendo con entusiasmo sus raíces<br />

europeas.<br />

“Cabecitas negras”, nos l<strong>la</strong>maban. Aunque más o<br />

menos b<strong>la</strong>nco, más o menos agraciado, más o menos culto<br />

y refinado en mis modales... yo era uno de éstos.<br />

Ahora sólo había vivido -como ellos- un espejismo de<br />

integración. Por un periodo había gozado el favor de una<br />

muchacha rubia, me había sentido un “niño bien”, en el<br />

exclusivo barrio de Olivos, cuando fuimos a pasar un día<br />

en <strong>la</strong> coqueta casa de su abue<strong>la</strong>, había creído “pertenecer<br />

- 208 -


al primer mundo” mientras elegantes mozos que bien<br />

podrían haber sido escandinavos o franceses nos servían<br />

con escrupulosa distinción en restaurantes o boliches.<br />

Fue sólo una eficaz farsa, improvisada con soltura por <strong>la</strong><br />

muchacha y su madre, con el objeto de proveer a <strong>la</strong><br />

adolescente un intermezzo refrescante, simi<strong>la</strong>r a <strong>la</strong>s<br />

“Selvas Libres” con que finalizan sus cónc<strong>la</strong>ves los<br />

Leones (2); sólo para volver después a sus celosas<br />

convencionalidades: “Sí, doctor”, “Cómo le va<br />

licenciada”, “Mandemé los papeles del ba<strong>la</strong>nce con su<br />

empleado”. Su realidad. “Selva Libre”: sólo como un<br />

desahogo sagaz, sólo para no explotar.<br />

Por ese entonces, c<strong>la</strong>ro, con diecisiete años, no<br />

advertía con nitidez <strong>la</strong> situación. Un leve desasosiego me<br />

acongojaba, a veces, como cuando una tarde primaveral<br />

de 1968 confesara a mi amigo Ramón Marcos, quien me<br />

introduciría después en el Movimiento Familiar<br />

Cristiano: “quisiera ponerme de novio seriamente, con<br />

pureza, casarme, formar una familia... estoy agobiado<br />

por el desorden sentimental en que he vivido hasta<br />

ahora”.<br />

¡Agobiado!... ¡A los 18 años!...<br />

El instinto de autojustificación contrariaba, sin<br />

embargo, los cabildeos que se iban insinuando. A fines<br />

de febrero, al regresar a Santiago, me disgusté bastante<br />

con Chongo, pues me habían dejado fuera del grupo y él<br />

continuaba allí. Pretendía de Chongo un gesto de<br />

solidaridad, pues cuando se iniciara el conjunto “El<br />

F<strong>la</strong>co” no había querido segunda guitarra, consideraba<br />

- 209 -


que con cuatro músicos -batería, órgano, bajo y primera-<br />

ya era suficiente; y tenía razón, pero yo había insistido<br />

en <strong>la</strong> necesidad de una segunda guitarra, hasta el punto<br />

de subordinar mi aceptación a que se incluyera a Chongo:<br />

so<strong>la</strong>mente porque era mi mejor amigo. Yo le había<br />

enseñado a tocar <strong>la</strong> guitarra. Todos los recursos de que<br />

ahora disponía mi amigo -los rasguidos de blues, bossa<br />

nova, rock- nos habían costado horas de ensayo, durante<br />

los cuales nos encerrábamos en el living de su casa, con<br />

su guitarra eléctrica y el equipo, recomenzando cientos<br />

de veces un movimiento de mano, una posición de <strong>la</strong> púa,<br />

el modo en que había que tomar el mástil y <strong>la</strong> manera<br />

más adecuada de acariciar <strong>la</strong>s cuerdas de acero con <strong>la</strong><br />

mano hecha un cuenco, para obtener el son, el ritmo, los<br />

transportes perfectos. Ahora él seguía tocando, lo más<br />

pancho, mientras a mí me echaban. Desde el punto de<br />

vista de <strong>la</strong> sensatez tenía razón. Yo había emprendido<br />

aquel viaje contra todo criterio razonable. ¿Debía atarse<br />

a mis devaneos? Nada me dijo. Pero estaba implícito en<br />

el modo “natural” como se manejaba. Incluso había<br />

puesto su gran casa, donde vivía so<strong>la</strong>mente con una<br />

hermana adolescente y su madre, a disposición del grupo.<br />

Tampoco yo mencioné siquiera el asunto. Me guardé mi<br />

amargura bien adentro, aunque todos nos dimos cuenta.<br />

Llegué aquel<strong>la</strong> tarde del primer día de mi regreso a<br />

Santiago a visitar a mi amigo y me encontré, en el ancho<br />

entrepiso, con todos los integrantes del grupo afiatando<br />

los instrumentos, con gran estruendo, para ensayar.<br />

- 210 -


Conocí incluso al guitarrista que me iba a reemp<strong>la</strong>zar: se<br />

l<strong>la</strong>maba Toti Sequeira, tenía cara de indio.<br />

Para mi desconsuelo, a poco de que comenzara a tocar<br />

supe que ni siquiera podría so<strong>la</strong>zarme en su incapacidad.<br />

Tocaba mejor que yo. Fue el principio del inexorable<br />

alejamiento que estaba próximo a sobrevenir, entre yo y<br />

mi amigo. Fue el principio, también, de mi más<br />

inveterada soledad.<br />

Un amor inmortal<br />

“Un día domingo de 1250, una dama bel<strong>la</strong> y honrada,<br />

l<strong>la</strong>mada Ambrosia di Castello, originaria de Génova, se<br />

dirigía, como de costumbre, a oír misa en <strong>la</strong> iglesia de<br />

Parma, pueblo de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> de Mallorca. En ese momento<br />

pasó por <strong>la</strong> calle un jinete, de aspecto distinguido y ricas<br />

vestiduras que, al ver<strong>la</strong>, se sintió sacudido como por un<br />

rayo. La dama entró en <strong>la</strong> iglesia y desapareció<br />

rápidamente en <strong>la</strong> sombra del gran pórtico. El caballero,<br />

sin saber lo que hacía, espoleó su cabalgadura y entró en<br />

ésta en medio de los fieles espantados. El asombro y el<br />

escándalo fueron mayúsculos. El caballero era muy<br />

conocido; se trataba del Señor Raimundo Lullio, Senescal<br />

de <strong>la</strong>s Is<strong>la</strong>s y Mayor del Pa<strong>la</strong>cio. Tenía esposa y tres<br />

hijos, mientras Ambrosia di Castello también estaba<br />

casada y gozaba, además, de irreprochable reputación.<br />

Por ello, Raimundo Lullio fue considerado tremendo<br />

libertino. Su entrada ecuestre en <strong>la</strong> iglesia de Parma fue<br />

pregonada por todo el pueblo, y Ambrosia, muy confusa,<br />

- 211 -


pidió consejo a su esposo. Este era aparentemente un<br />

hombre sensato y no consideró que su consorte hubiese<br />

sido agraviada porque su belleza trastornara <strong>la</strong> cabeza de<br />

un noble joven y bril<strong>la</strong>nte. Propuso que Ambrosia curase<br />

a su admirador con una locura tan grotesca como <strong>la</strong> por<br />

él protagonizada. Mientras tanto, Raimundo Lullio ya<br />

había escrito a <strong>la</strong> dama, para disculparse, o más bien para<br />

acusarse aún más. Lo que le impulsara, decía, era algo<br />

“extraño, sobrenatural, irresistible”. [...] Juzgaba que su<br />

imprudencia debía expiarse con abnegación, grandes<br />

sacrificios y mi<strong>la</strong>gros por cumplir, con <strong>la</strong> penitencia de<br />

un estilita y <strong>la</strong>s hazañas de un caballero andante.<br />

“Ambrosia le contestó: `Responder adecuadamente a<br />

un amor que vos denomináis sobrenatural requeriría una<br />

existencia inmortal. Si este amor se sacrificase<br />

heroicamente ante nuestros respectivos deberes, mientras<br />

vivan quienes amamos, creará sin duda, de por sí, una<br />

eternidad, en el instante en que <strong>la</strong> conciencia y el mundo<br />

nos permitan amarnos mutuamente. Se dice que hay un<br />

elixir de vida; procurad descubrirlo, y cuando tengáis <strong>la</strong><br />

seguridad de haberlo logrado, venid a verme. Hasta<br />

entonces, vivid para vuestra esposa y vuestros hijos,<br />

como yo misma viviré para el esposo a quien amo; y si<br />

me encontráis en <strong>la</strong> calle no deis muestras de<br />

reconocerme.´<br />

“Evidentemente, <strong>la</strong> misiva implicaba un sutil abur, que<br />

despedía al amante hasta el día del Juicio Final; pero<br />

aquél no lo entendió así y desde entonces el noble alegre<br />

- 212 -


desapareció para dar lugar al alquimista serio y<br />

reflexivo. Don Juan se convirtió en Fausto.<br />

Transcurrieron muchos años; <strong>la</strong> esposa de Raimundo<br />

Lullio falleció; Ambrosia di Castello enviudó; el<br />

alquimista parecía haber<strong>la</strong> olvidado, enfrascado<br />

únicamente en su <strong>la</strong>bor sublime.<br />

“Al fin, un día, estando so<strong>la</strong> <strong>la</strong> viuda, Raimundo Lullio<br />

fue anunciado, e ingresó en <strong>la</strong> casa un anciano calvo y<br />

macilento, que sostenía en su mano una redoma llena con<br />

un elixir bril<strong>la</strong>nte y rojizo. Avanzó con paso inseguro,<br />

buscándo<strong>la</strong> con los ojos. Lo que buscaba estaba ante él,<br />

pero no reconoció a <strong>la</strong> que, en su imaginación,<br />

permaneciera siempre joven y bel<strong>la</strong>.<br />

“-Soy yo-dijo al fin-. ¿Qué queréis de mí?<br />

Al oír <strong>la</strong> voz, el alquimista quedó azorado. Reconoció<br />

a <strong>la</strong> mujer que tiernamente juzgara inmutable. Se<br />

arrodilló a sus pies, y le ofreció su redoma, diciendo: -<br />

Tomad, bebed, es vida. Aquí se encierran treinta años de<br />

mi existencia. Yo lo he ensayado y sé que es el elixir de<br />

<strong>la</strong> inmortalidad.<br />

“- ¿Qué? -preguntó Ambrosia, con una triste sonrisa-.<br />

¿Vos mismo lo habéis bebido?<br />

“-Después de beber -replicó Raimundo- una cantidad<br />

del elixir aquí contenido, me abstuve durante dos meses<br />

de todo otro alimento. El hambre me atormentó pero no<br />

sólo no me morí sino que tengo conciencia que entraron<br />

en mí fuerza y vida sin paralelo.<br />

- 213 -


“-Os creo- dijo Ambrosia- mas este elixir, que<br />

preserva <strong>la</strong> existencia, es impotente para restaurar <strong>la</strong><br />

juventud perdida. Pobre amigo mío, miraos.<br />

“Entonces alzó un espejo ante él. Raimundo Lullio<br />

retrocedió pues según afirma <strong>la</strong> leyenda jamás había<br />

reparado en su persona durante sus treinta años de<br />

trabajos.<br />

“-Y ahora, Raimundo -continuó Ambrosia- miradme.<br />

“Entonces el<strong>la</strong> soltó su cabello, b<strong>la</strong>nco como <strong>la</strong> nieve;<br />

aflojó los cierres de su vestido y le exhibió su seno<br />

corroído por un cáncer.<br />

“- ¿Es esto -dijo <strong>la</strong>stimeramente- lo que deseáis<br />

inmortalizar?<br />

“Luego, al ver <strong>la</strong> consternación del alquimista,<br />

continuó: -Os he amado durante treinta años y no os<br />

condenaría a prisión perpetua en el cuerpo de un débil<br />

anciano. Haz lo propio: no me condenes entonces a mí.<br />

Ahórrame esta muerte que denominas vida. Déjame sufrir<br />

el cambio necesario antes que pueda yo vivir nuevamente<br />

de verdad: renovemos nuestra naturaleza con una<br />

juventud eterna. No ansío tu elixir que sólo prolonga <strong>la</strong><br />

noche de <strong>la</strong> tumba: yo aspiro a <strong>la</strong> inmortalidad.<br />

“Entonces, Raimundo Lullio arrojó al suelo su redoma,<br />

que se despedazó.<br />

“-Os libero -dijo- y por vos permanezco en prisión.<br />

Vivid en <strong>la</strong> inmortalidad de los cielos, mientras yo soy<br />

condenado para siempre a vivir <strong>la</strong> muerte en <strong>la</strong> tierra.<br />

Luego, Raimundo ocultó su rostro con <strong>la</strong>s manos y se<br />

marchó llorando.” (3)<br />

- 214 -


Belleza y amor<br />

¿Qué cosas son <strong>la</strong>s que impulsan a un hombre hacia<br />

una mujer y a esta hacia él con potencia irresistible?<br />

¿Qué locura los arrebata, hasta el punto de inducirlos a<br />

efectuar acciones irracionales? Podríamos seña<strong>la</strong>r el<br />

egoísmo (otra vez) en el ansia de posesión del Paciente<br />

Inglés, <strong>la</strong> ardiente ilusión mística sublimando un<br />

reprimido impulso sexual, en el alquimista, <strong>la</strong> desvalidez<br />

de un adolescente conflictuado y provinciano, intentando<br />

ejercer un itinerario byroniano como compensación de<br />

sus carencias. Se presenta como insuficiente. Hasta el día<br />

de hoy -hace poco, el 19 de agosto, he cumplido 54 años-<br />

no he podido explicarme este impulso, que suele surgir<br />

de improviso por un estímulo que se presenta externo,<br />

aunque nos deja <strong>la</strong> sensación de haberse originado en<br />

algún recodo de los <strong>la</strong>berintos en nuestro interior.<br />

P<strong>la</strong>tón sostenía que el amor es el deseo de lo bello:<br />

sobre todo, “el deseo de <strong>la</strong> eternidad, en el sentido de<br />

que mediante <strong>la</strong> procreación busca hacerse permanente<br />

[...] La belleza es aquello que el amor busca y que no<br />

posee” (4)<br />

Esto parece coherente con lo ocurrido entre los<br />

protagonistas de <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong>. Ambos eran bellos, se<br />

suscita una atracción extraordinaria, quizá no<br />

necesariamente partiendo de lo exterior, pero que tiene a<br />

<strong>la</strong> belleza física como un componente indubitable. Este<br />

romance hubiese sido improbable, por ejemplo entre<br />

Ariel Sharon, por mencionar alguien y, digamos,<br />

- 215 -


Madeleine Albright. Y aún en el remoto caso de surgir:<br />

sería impresentable en una pelícu<strong>la</strong>, nadie se identificaría<br />

para esta función precisa con tales personajes. Quiere<br />

decir, entonces, que <strong>la</strong> belleza física juega un rol<br />

determinante en esto que solemos denominar amor. Al<br />

menos re<strong>la</strong>cionándolo al propósito de su representación<br />

artística.<br />

Es un tema extraordinariamente complejo y extenso.<br />

Tal vez uno de los esenciales para obtener alguna luz<br />

sobre el sentido de <strong>la</strong> existencia humana (si es que tiene<br />

alguno). No hemos hecho otra cosa que despuntar el<br />

problema. En muchas próximas <strong>Cartas</strong> recurrirá, no<br />

necesariamente en <strong>la</strong> que sigue, para continuar con el<br />

propósito expresado de proponer los temas esenciales<br />

sólo en esbozos pálidos, al principio, para ir ahondando<br />

en ellos a medida que continuemos abordándolos.<br />

Por ahora solo me queda despedirme, expresando el<br />

anhelo de no haber resultado confuso y aburrido en esta<br />

intervención.<br />

Un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada por<br />

Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina.<br />

P.D.: Amalia (Beatriz Domínguez): sé que has leído el<br />

libro La l<strong>la</strong>ma doble, de Octavio Paz. Porque te lo he<br />

- 216 -


prestado, hace como tres años, y me lo has devuelto<br />

luego de un tiempo, creo que, además, me hiciste algún<br />

comentario. Yo no lo he leído aún. No he querido hacerlo<br />

ahora, de apuro, sólo para sustentar esta Carta (además,<br />

por un secreto temor de ser influido por de más). ¿Serías<br />

tan amable de enviarnos alguna reflexión, para<br />

compartir<strong>la</strong> con nuestros amigos de <strong>la</strong> lista? Desde ahora<br />

te agradezco. Vale.<br />

* 1973. Juan Alsina, sacerdote misionero español, es<br />

asesinado en Chile por <strong>la</strong> policía de Pinochet. 1983.<br />

Independencia de San Cristóbal y Nevis. 1985. Terremoto en<br />

<strong>la</strong> ciudad de México. 1986. Charlot Jaqueline y compañeros<br />

alfabetizadores, mártires de <strong>la</strong> Educación Liberadora, en<br />

Haití. (Fuente: Agenda Latinoamericana-Mundial 2003.<br />

Centro Nueva Tierra, Carmen de Patagones, Argentina.)<br />

** Dos meses antes habían asesinado en <strong>la</strong> selva boliviana<br />

a Ernesto Ché Guevara -junto a San Martín nuestro más<br />

glorioso argentino. Pero por entonces yo apenas estaba<br />

enterado el asunto. Me conmovió mucho -recuerdo- ver por<br />

televisión, y luego en <strong>la</strong> foto, <strong>la</strong> famosa foto de nuestro<br />

guerrillero tirado, con los ojos abiertos. Por un momento me<br />

sugirió semejanzas con ciertos Cristos, particu<strong>la</strong>rmente los de<br />

Caravaggio y El Greco. Pero luego volví a mis re<strong>la</strong>tivamente<br />

frívolos afanes de adolescente, muy poco politizado.<br />

(1) La reve<strong>la</strong>ción de su edad provocó en mí un<br />

estremecimiento místico. En esos días habíamos salido juntos<br />

-sin que nos abandonara nunca Ana Pereyra, una prima<br />

adolescente, muy linda y a quien se ocupaba eficazmente de<br />

entretener Chongo- practicando los arrumacos propios de <strong>la</strong><br />

- 217 -


estación y nuestro ciclo vital, lo cual de pronto se me<br />

presentó con un dejo sombrío por tratarse de una niña, casi.<br />

Pero sus formas rotundas y su estatura desmentían el dato.<br />

Ello me sirvió enseguida para desalentar todo prejuicio,<br />

asegurándome en el fuero íntimo que me había re<strong>la</strong>cionado<br />

con una muchacha excepcionalmente ade<strong>la</strong>ntada. Afirmé sin<br />

más medrosidades mi entusiasmo, dado que bien poco tiempo<br />

nos quedaba, pues se me había ocurrido preguntarle <strong>la</strong> edad -<br />

tan rápido había sucedido todo- recién unas pocas horas antes<br />

de su regreso a Mar del P<strong>la</strong>ta.<br />

(2) Club de Leones (Lion´s Club International). Especie de<br />

masones libres, semejantes a los del Rotary Club, en general<br />

un poco menos pudientes que estos. Con sede en Estados<br />

Unidos, sus miembros se reclutan entre <strong>la</strong>s pequeñas<br />

burguesías acomodadas de todo el mundo.<br />

(3) Eliphas Levi (Alphonse Louis Constant). Historia de <strong>la</strong><br />

Magia. Versión españo<strong>la</strong> de Héctor V. Morel. Libro V. Los<br />

adeptos y el sacerdocio. Capítulo III. Leyenda e historia de<br />

Raimundo Lullio. Págs. 200 a 202.Tercera edición, 1988,<br />

Editorial Kier, Buenos Aires, Argentina.<br />

(4) Raymond Bayer. Historia de <strong>la</strong> Estética. Traducción de<br />

Jasmin Reuter. Primera parte. Antigüedad y Edad Media.<br />

Capítulo II. La estética de P<strong>la</strong>tón. B) Evolución de <strong>la</strong> estética<br />

p<strong>la</strong>tónica. Pág. 37.<br />

- 218 -


Acerca del suicidio, 2<br />

Estimado <strong>Julio</strong>:<br />

Gracias por tus cartas. Admiro tu erudición, tu tiempo<br />

provinciano, tu paciencia. Aquí corremos siempre y no<br />

nos suicidamos, nos gastamos. En todo de acuerdo con tu<br />

definición que caracteriza a porteños y provincianos. Hay<br />

de todo. La soledad de <strong>la</strong> “gran puta del P<strong>la</strong>ta” (como yo<br />

<strong>la</strong> l<strong>la</strong>mo) obliga a cuidar el corazón, suavizarlo, hacerlo<br />

más bueno.<br />

Todo lo contrario de lo que se cree. Por aquí (vivo a<br />

57 Km. de Baires) somos amigos o no somos. Te estoy<br />

hab<strong>la</strong>ndo con el alma algo cargada de sentimientos<br />

encontrados: he vuelto hace unas horas del entierro de un<br />

violinista, un músico víctima del proceso que estuvo en<br />

Europa, que Charly García lo recuperó para uno de sus<br />

discos, cuando volvió. Vivía en mi pueblo (Berisso) con<br />

pobreza, soportando <strong>la</strong> estulticia de los dueños actuales<br />

del poder. En fin, no fui muy amigo de él pero lo crucé<br />

varias veces en <strong>la</strong> FM donde teníamos programas. Era un<br />

personaje en el más bello y el más patético sentido de <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra. En el funeral hubo música, ap<strong>la</strong>usos,<br />

instrumentos que se tiraron sobre su ataúd para<br />

sepultarlos con él; su mujer cantó bel<strong>la</strong> y<br />

desgarradamente. Lloramos mucho.<br />

Te mando mi abrazo. Me gustaría saber algo concreto<br />

de tu persona: no hace falta el número de documento ni<br />

<strong>la</strong> edad. Eso sí: ¿vivís en un paraíso a pesar de <strong>la</strong>s<br />

- 219 -


arbaridades que se cometen en esa serie de<br />

republiquetas bananeras que forman algunas de nuestras<br />

provincias del NOA?<br />

Contame. Esc<strong>la</strong>receme. No estaría mal un cibermano a<br />

mano.<br />

Mariano García Izquierdo.<br />

Respuesta de <strong>Julio</strong> a Mariano<br />

Querido Mariano, en primer lugar debo decirte que me<br />

conmovió mucho <strong>la</strong> narración que haces del velorio de tu<br />

amigo. Uno siente cierta rabia cósmica cuando seres<br />

valiosísimos padecen dolor y fallecen sin que <strong>la</strong> gente<br />

comprenda su elevado aporte -en tanto canal<strong>la</strong>s como<br />

Macri captan <strong>la</strong> admiración popu<strong>la</strong>r. Tu sensible<br />

narración suscitó inmediatamente en mí movimientos<br />

espirituales que me sería imposible expresar por escrito<br />

mejor que nuestro Pablo:<br />

Entre plumas que asustan, entre noches,<br />

entre magnolias, entre telegramas,<br />

entre el viento del Sur y el Oeste marino,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Bajo <strong>la</strong>s tumbas, bajo <strong>la</strong>s cenizas,<br />

bajo los caracoles conge<strong>la</strong>dos,<br />

bajo <strong>la</strong>s últimas aguas terrestres,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

- 220 -


Más abajo, entre niñas sumergidas,<br />

y p<strong>la</strong>ntas ciegas, y pescados rotos,<br />

más abajo, entre nubes otra vez,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

.<br />

Más allá de <strong>la</strong> sangre y de los huesos,<br />

más allá del pan, más allá del vino,<br />

más allá del fuego,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Más allá del vinagre y de <strong>la</strong> muerte,<br />

entre putrefacciones y violetas,<br />

con tu celeste voz y tus zapatos húmedos,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Sobre diputaciones y farmacias,<br />

y ruedas, y abogados, y navíos,<br />

y dientes rojos recién arrancados,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Junto a bodegas donde el vino crece<br />

con tibias manos turbias, en silencio,<br />

con lentas manos de madera roja,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Entre aviadores desaparecidos,<br />

al <strong>la</strong>do de canales y de sombras,<br />

- 221 -


al <strong>la</strong>do de azucenas enterradas,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Entre botel<strong>la</strong>s de color amargo,<br />

entre anillos de anís y desventura,<br />

levantando <strong>la</strong>s manos y llorando<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Sobre tu cementerio sin paredes<br />

donde los marineros se extravían,<br />

mientras <strong>la</strong> lluvia de tu muerte cae,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Mientras <strong>la</strong> lluvia de tus dedos cae,<br />

mientras <strong>la</strong> lluvia de tus huesos cae,<br />

mientras tu médu<strong>la</strong> y tu risa caen,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Sobre <strong>la</strong>s piedras en que te derrites,<br />

corriendo, invierno abajo, tiempo abajo,<br />

mientras tu corazón desciende en gotas,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

No estás allí, rodeado de cemento,<br />

y negros corazones de notarios,<br />

y enfurecidos huesos de jinetes:<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

No es verdad tanta sombra persiguiéndote,<br />

- 222 -


no es verdad tantas golondrinas muertas,<br />

tanta región oscura con <strong>la</strong>mentos<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

El viento negro de Valparaíso<br />

abre sus a<strong>la</strong>s de carbón y espuma<br />

para barrer el cielo donde pasas:<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Hay vapores, y un frío de mar muerto,<br />

y silbatos, y mesas, y un olor<br />

de mañana lloviendo y peces sucios:<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Hay ron, tú y yo, y mi alma donde lloro,<br />

y nadie, y nada, sino una escalera<br />

de peldaños quebrados, y un paraguas:<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Allí está el mar. Bajo de noche y te oigo<br />

venir vo<strong>la</strong>ndo bajo el mar sin nadie,<br />

bajo el mar que me habita, oscurecido:<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

Oigo tus a<strong>la</strong>s y tu lento vuelo,<br />

y el agua de los muertos me golpea<br />

como palomas ciegas y mojadas:<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

- 223 -


Vienes vo<strong>la</strong>ndo, solo solitario,<br />

solo entre muertos, para siempre solo,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo sin sombra y sin nombre,<br />

sin azúcar, sin boca, sin rosales,<br />

vienes vo<strong>la</strong>ndo.<br />

(Pablo Neruda, “Alberto Rojas Giménez viene<br />

vo<strong>la</strong>ndo”, Residencia en <strong>la</strong> tierra II, 1935.)<br />

Yendo a los temas que te interesan:<br />

Se puede hab<strong>la</strong>r bastante de <strong>la</strong> elevada calidad interior<br />

de los porteños. Por decoro no debo narrar vivencias<br />

compartidas con ciertas muchachas, una de Almagro y<br />

otra de La P<strong>la</strong>ta, a quienes tuve <strong>la</strong> gracia de conocer en<br />

su sentido bíblico. Aún dejando eso de <strong>la</strong>do, uno de mis<br />

mejores amigos (ac<strong>la</strong>ro tener pocos amigos), es porteño<br />

hasta <strong>la</strong> médu<strong>la</strong>. Se l<strong>la</strong>ma Jorge Rulli. Tal vez hayas oído<br />

hab<strong>la</strong>r de él, pues constituyó un icono del Peronismo<br />

Revolucionario (ahora recic<strong>la</strong>do ecologista).<br />

Respecto de si vivo mi paraíso aquí... No. Santiago es<br />

una ciudad mediocre. En todo sentido. Por su cantidad de<br />

habitantes (unos 300.000) y por su idiosincracia. Por sus<br />

habitantes, no es lo suficientemente grande como para<br />

disponer <strong>la</strong> diversidad de posibilidades que brindan<br />

Córdoba, Rosario, Mendoza o Buenos Aires. Por su<br />

idiosincrasia... este es un pueblo dominado durante 400<br />

años por sistemas feudales... el camino para subsistir que<br />

- 224 -


encontró es el servilismo, el fingimiento, <strong>la</strong> adu<strong>la</strong>ción, <strong>la</strong><br />

hipocresía... pero en ese camino <strong>la</strong> gran mayoría de este<br />

pueblo perdió <strong>la</strong> dignidad.<br />

¿Donde me hubiese gustado vivir? En el campo (por<br />

ejemplo, en Fernández; allí viví durante cinco años,<br />

desde 1985 a fines del 89). Se trata, sin embargo, de una<br />

percepción personal, creo que inducida por mi profesión<br />

de escritor, por mi deseo nunca saciado de escuchar<br />

música, por una atracción interior irresistible que me<br />

lleva hacia <strong>la</strong> tierra, <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, los pequeños bichitos<br />

que habitan entre el<strong>la</strong>s... también por el hartazgo que<br />

siento hacia <strong>la</strong>s guerras...<br />

Sin embargo creo que <strong>la</strong> posibilidad de ser feliz<br />

depende en inmenso porcentaje de nosotros mismos (es<br />

decir, de nuestro interior). Por ello sigo siendo feliz de a<br />

ratos -como corresponde-. Alcanzo retazos de felicidad<br />

cada día, accesibles, según creo, no por vivir en Lobito<br />

(Ango<strong>la</strong>) o Lausanne (Suiza)... Sino por haber estado<br />

gran parte de una existencia acechándo<strong>la</strong> (a <strong>la</strong> felicidad):<br />

luego de muchos años se adquiere una cierta técnica para<br />

llegar, de vez en cuando, a cazar<strong>la</strong>. Pues se trata, como a<br />

los “panaderos”, no sólo de pil<strong>la</strong>rlos, sino de que cada<br />

uno de sus infinitesimales pelitos, pueda permanecer<br />

intacto sobre <strong>la</strong> palma de <strong>la</strong> mano, de tal manera que al<br />

sop<strong>la</strong>rlo, pueda elevarse glorioso nuevamente, hacia el<br />

cielo.<br />

- 225 -


Te envío un saludo afectuoso.<br />

<strong>Julio</strong><br />

P.D.: Tengo parientes en Berisso. No puedo enumerar<br />

sus nombres, porque son legión. Emigraron en los años<br />

30-40, me dijeron. Algunos de ellos: Patricio <strong>Carreras</strong> -<br />

con casi todos los <strong>Carreras</strong> de allá-, y los Ojeda, según<br />

creo.<br />

- 226 -


PARAMILITARES EN SANTIAGO<br />

----- Original Message -----<br />

From: “Daniel_Yépez” danyepez@arnet.com.ar<br />

To: “<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)” jubipen@yahoo.com<br />

Subject: Opinión<br />

Date: Wed, 24 Sep 2003 07:11:25 -0300<br />

Estimado <strong>Julio</strong>:<br />

Mi sobrina me remitió esto. ¿Qué opinión te merece?<br />

Si tenés información al respecto, agradeceré que me <strong>la</strong><br />

hagas llegar. Saludos cordiales y un abrazo.<br />

Daniel Yépez - San Miguel de Tucumán - Argentina<br />

----- Original Message -----<br />

From: lflores@arnet.com.ar<br />

To: danyepez@arnet.com.ar<br />

Sent: Monday, Septem ber 22, 2003 11:58 AM<br />

Subject: NOTICIA ENVIADA POR Lilian del Valle Flores<br />

Lilian del Valle Flores quiere compartir con usted <strong>la</strong><br />

siguiente noticia que leyó en Pagina12/WEB<br />

Las guardias b<strong>la</strong>ncas, grupos paramilitares en Santiago<br />

- 227 -


El Movimiento Campesino de Santiago del Estero denunció<br />

que en <strong>la</strong> provincia de los Juárez los dueños de <strong>la</strong> tierra<br />

mantienen bandas armadas que intimidan, secuestran y<br />

balean. La denuncia fue tomada por <strong>la</strong> CIDH, que recibió<br />

fotos de una de <strong>la</strong>s “guardias b<strong>la</strong>ncas” privadas en acción.<br />

A <strong>la</strong>s denuncias por persecución política, espionaje a<br />

ciudadanos, torturas a chicos y adolescentes, entre otras<br />

vio<strong>la</strong>ciones a los derechos humanos en Santiago del Estero,<br />

Página/12 agrega ahora un nuevo dato del terror en tierras<br />

donde reina el matrimonio Juárez: <strong>la</strong> existencia de grupos<br />

paramilitares organizados y contro<strong>la</strong>dos por terratenientes,<br />

hacendados y ganaderos -bajo el amparo policial y político-,<br />

armados para combatir con métodos de tortura,<br />

desapariciones, muerte o amedrentamiento a los campesinos<br />

de distintas regiones de <strong>la</strong> provincia. Este diario reve<strong>la</strong> en<br />

exclusiva <strong>la</strong>s denuncias de los campesinos y <strong>la</strong>s fotos que <strong>la</strong>s<br />

prueban.<br />

El material fotográfico fue recogido por <strong>la</strong> Comisión<br />

Interamericana de Derechos Humanos como documento de<br />

estos nuevos ejércitos irregu<strong>la</strong>res.<br />

Cuando Santiago del Estero comenzaba a buscar con fuerza<br />

un camino nacional para romper el cerco que silenciaba <strong>la</strong>s<br />

denuncias por vio<strong>la</strong>ciones a los derechos humanos, Luis<br />

Eduardo Duhalde pronunció una pa<strong>la</strong>bra: “Guardias b<strong>la</strong>ncas”.<br />

En ese momento, el secretario de Derechos Humanos estaba<br />

sentado a una mesa de trabajo. A un <strong>la</strong>do tenía a Gustavo<br />

Beliz y del otro a un puñado de campesinos que finalmente<br />

habían conseguido espacio en <strong>la</strong> agenda de visitas del<br />

ministro de Justicia. Duhalde había entendido lo que aquellos<br />

campesinos decían. Mencionó sus experiencias recogidas<br />

como funcionario de organismos internacionales, y encuadró<br />

<strong>la</strong>s denuncias bajo ese nombre.<br />

- 228 -


Fuera del país, <strong>la</strong>s Guardias B<strong>la</strong>ncas son denunciadas por<br />

los miembros del Movimiento de los Sin Tierra del Brasil o<br />

los chiapatecos en México. La Secretaría de Derechos<br />

Humanos analizó esta nueva pesadil<strong>la</strong> de Santiago como parte<br />

del relevamiento jurídico-institucional encarado por el<br />

gobierno nacional. Bajo el apartado de “peonadas armadas”,<br />

el informe da cuenta del<br />

andamiaje económico, jurídico y policial que alienta <strong>la</strong><br />

propa<strong>la</strong>ción de estos nuevos escuadrones de <strong>la</strong> muerte<br />

formados por paramilitares.<br />

Las Guardias B<strong>la</strong>ncas nacieron en <strong>la</strong> ex Unión Soviética,<br />

después de <strong>la</strong> Revolución del '17. La página web del Centro<br />

de Investigaciones Económicas y Políticas de Chiapas da<br />

cuenta de los comienzos de este tipo de organizaciones, para<br />

situar<strong>la</strong>s más tarde en <strong>la</strong> topología social de<br />

América <strong>la</strong>tina, donde en los últimos años se fueron<br />

replicando. “En <strong>la</strong> Revolución de Octubre, el gobierno<br />

soviético optó por repartir <strong>la</strong> tierra pero se encontró con <strong>la</strong><br />

resistencia de <strong>la</strong> policía particu<strong>la</strong>r de los propietarios: se <strong>la</strong>s<br />

l<strong>la</strong>maba guardias b<strong>la</strong>ncas -explica <strong>la</strong> página web-, en<br />

contraposición con <strong>la</strong>s guardias rojas organizadas por el<br />

gobierno para recuperar<strong>la</strong>s.” En<br />

México, los ejércitos paralelos tomaron carácter de<br />

institución a partir de un decreto de 1961 que habilitaba a los<br />

ganaderos a usar armas y contratar policías particu<strong>la</strong>res.<br />

Santiago del Estero no está lejos de ese modelo.<br />

Los casos<br />

“Cuando a mí me secuestraron, me desnudaron al <strong>la</strong>do del<br />

río Sa<strong>la</strong>do durante todo un día y toda una noche. Me querían<br />

obligar a acusar a los compañeros y compañeras como<br />

- 229 -


<strong>la</strong>drones de vacas.” Adolfo Farías es uno de los campesinos<br />

del Mocase, el Movimiento de Campesinos de Santiago del<br />

Estero, que viene denunciando <strong>la</strong> existencia de los grupos<br />

armados. “Mientras me tenían secuestrado -dice- pensé en mi<br />

familia, en mis compañeros, y cuando aparecía el miedo lo<br />

mataba pensando que era mejor orgullo estar siendo apretado<br />

y quizás hasta asesinado para que nos hagamos más fuertes.”<br />

La Mesa de Tierras coordinada por el Obispado de<br />

Santiago relevó una serie de situaciones simi<strong>la</strong>res en distintos<br />

departamentos de <strong>la</strong> provincia.<br />

Los resultados del informe forman parte de un documento<br />

que fue presentado a los funcionarios de <strong>la</strong> Comisión<br />

Interamericana de Derechos Humanos durante su reciente<br />

paso por allí.<br />

“En nuestro lote viven tres familias”, comienza otro de los<br />

testimonios, esta vez de una de <strong>la</strong>s familias del lote 55 del<br />

departamento de Mariano Moreno. “El día 27 -continúa-, el<br />

supuesto dueño fue con <strong>la</strong> policía de Añatuya y de Los Juríes.<br />

Un grupo de 15 campesinos apoyaba a <strong>la</strong>s<br />

familias, llegaron patrulleros de Juríes, Bandera, y<br />

Gendarmería diciendo que tenían orden de detención para<br />

Sergio Ledesma y Roberto Dosp<strong>la</strong>t, por usurpación de campo<br />

y hurto de productos forestales. No mostraron <strong>la</strong> orden del<br />

juez, entraron a buscar a Dosp<strong>la</strong>t, discutieron con él,<br />

empezaron a pegar y tirar con armas, hiriendo a uno de los<br />

muchachos, que ahora está internado.”<br />

La denuncia no termina allí: en ese mismo momento, “a<br />

otro de los chicos lo golpean a patadas en el piso con <strong>la</strong>s<br />

manos atadas con el cordón de <strong>la</strong>s zapatil<strong>la</strong>s. Reconocimos al<br />

oficial Nieto, que el día anterior anduvo en una camioneta<br />

con empleados de Nazar, que estaban encapuchados, y el<br />

oficial Galván que dijo 'tiren a matar'“.<br />

- 230 -


Mirta Quiroga, otra de <strong>la</strong>s mujeres del Mocase, explica<br />

algunas de <strong>la</strong>s causas de los hostigamientos. “La práctica de<br />

reunirnos una y otra vez para tratar de entender lo que nos<br />

pasaba con los aprietes que nos hacían <strong>la</strong> policía, y otros<br />

mandados por el gobierno -dice-, nos ha hecho olvidar el<br />

miedo.”<br />

Los derechos<br />

Como ocurre con los pueblos aborígenes, los campesinos<br />

cuentan con un andamiaje jurídico que garantiza sus derechos<br />

sobre los suelos. El grueso de estas familias es poseedora de<br />

<strong>la</strong>s tierras que durante varias generaciones han ocupado, pero<br />

no tienen regu<strong>la</strong>rizada su situación dominial. “Si bien el<br />

derecho asiste a <strong>la</strong> gran mayoría de los campesinos -dice el<br />

informe de <strong>la</strong> Subsecretaría de Derechos Humanos-, <strong>la</strong> Ley de<br />

Prescripción Veinteñal es muy compleja.” Requiere de<br />

“carísimas mensuras, además de que el p<strong>la</strong>zo de posesiones es<br />

excesivamente <strong>la</strong>rgo, y requiere de un sostenido, preciso y<br />

costoso asesoramiento legal que impide tácitamente el acceso<br />

a <strong>la</strong> Justicia”.<br />

Esta condición de inaccesibilidad a <strong>la</strong> Justicia por<br />

cuestiones de pobreza es uno de los puntos nucleares del<br />

problema en Santiago. Según el informe, los problemas con <strong>la</strong><br />

Justicia disparan los siguientes efectos:<br />

- “Muchos de los campesinos tenedores de derechos son<br />

injustamente desalojados de sus legítimas posesiones por<br />

supuestos dueños o compradores”.<br />

- “Otros terminan aceptando tratos desfavorables, siendo<br />

literalmente arrinconados en mínimas superficies”.<br />

- “Como consecuencia, se deterioran <strong>la</strong>s condiciones<br />

económicas de <strong>la</strong>s familias campesinas, pierden su entorno<br />

- 231 -


social y cultural, lo que aumenta <strong>la</strong> expulsión hacia <strong>la</strong>s<br />

ciudades”.<br />

Con estos datos, <strong>la</strong> Comisión realizó uno de sus<br />

diagnósticos más críticos sobre <strong>la</strong> vio<strong>la</strong>ción a los derechos<br />

humanos en <strong>la</strong> provincia: “La problemática de <strong>la</strong> tenencia y<br />

posesión de <strong>la</strong> tierra es una de <strong>la</strong>s principales cuestiones de <strong>la</strong><br />

agenda de derechos humanos santiagueña, ya que el proceso<br />

de avance indiscriminado de <strong>la</strong> frontera agríco<strong>la</strong> de <strong>la</strong>s<br />

oleaginosas con eje en <strong>la</strong> soja, atenta no sólo contra los<br />

derechos reales de <strong>la</strong> posesión sino también contra el<br />

patrimonio ambiental de <strong>la</strong>s comunidades campesinas”.<br />

El modelo<br />

Las denuncias y <strong>la</strong>s entrevistas realizadas durante un mes<br />

con distintos integrantes de los centros campesinos de <strong>la</strong><br />

provincia permitieron que los técnicos de <strong>la</strong> Secretaría<br />

e<strong>la</strong>boraran un “modelo de conflicto de apropiación” ilegal de<br />

<strong>la</strong>s tierras. Es un método en tres fases, descripto en el<br />

informe del Ministerio de Justicia:<br />

- Primera fase: El supuesto dueño o apoderado se presenta<br />

ante <strong>la</strong> comunidad, aduciéndose como legítimo dueño de los<br />

campos. Intenta o bien llegar a un acuerdo por lo general muy<br />

desfavorable para los campesinos o, directamente, los<br />

amenaza con el desalojo judicial o extrajudicial (paramilitar).<br />

El engaño está montado sobre una situación registral bastante<br />

difusa, con superposición de títulos dominiales, inscripción<br />

de escrituras de dudosa confección y destitución de <strong>la</strong> justicia<br />

de derechos ya consagrados de legítimos poseedores<br />

veinteñales regu<strong>la</strong>rizados.<br />

- Segunda fase: Los supuestos dueños producen sus propias<br />

marcas de ocupación: a<strong>la</strong>mbrados, mensuras, desmonte,<br />

- 232 -


quemas ilegales de montes. Esto incluye <strong>la</strong> destrucción de<br />

marcas de los campesinos, elementos probatorios de <strong>la</strong><br />

ocupación veinteñal y del animo domini. Entre <strong>la</strong>s prácticas<br />

de presión, existe el taponado u obstrucción del acceso a los<br />

pozos de agua, cierre de caminos vecinales, envenenamiento<br />

doloso de animales y <strong>la</strong> amenaza constante de desalojo por <strong>la</strong><br />

fuerza y extrajudicialmente efectuada por peones contratados<br />

por los terratenientes como por personal policial.<br />

- Tercera fase: Gracias a una lectura sesgada del artículo<br />

182 bis del Código provincial, el supuesto propietario suele<br />

obtener una orden de desalojo con un despliegue<br />

desproporcional de fuerza por parte de <strong>la</strong> policía, lo que<br />

aumenta <strong>la</strong> presunción de complicidad o cooptación de <strong>la</strong><br />

Justicia y de <strong>la</strong> fuerza de seguridad.<br />

Durante los relevamientos se detectaron casos de personal<br />

policial montado en <strong>la</strong>s camionetas de los terratenientes,<br />

oficiales que acampan en sus bases o situaciones de expulsión<br />

sin orden judicial, o donde los oficiales de Justicia no se<br />

hacen presentes. Entre otros casos, los técnicos recogieron<br />

dos re<strong>la</strong>tos c<strong>la</strong>ves: <strong>la</strong> experiencia de un campesino l<strong>la</strong>mado<br />

Oscar Peralta, del lote 42, que el 28 de febrero de este año<br />

recibió un impacto de ba<strong>la</strong> 9 mm en su pierna izquierda y el<br />

desalojo de <strong>la</strong>s familias del lote 55, donde sin orden judicial<br />

<strong>la</strong> policía abrió fuego luego de golpear a los integrantes de<br />

tres familias.<br />

“Peones armados”<br />

Las imágenes fotográficas presentadas hoy por este diario<br />

muestran a los grupos que <strong>la</strong> Secretaría de Derechos Humanos<br />

define como “paramilitares” o “bandas de peones armados”.<br />

Estos nuevos ejércitos estarían mostrando una nueva forma de<br />

- 233 -


apropiación ilegal y extrajudicial de <strong>la</strong>s tierras. La escena,<br />

dicen los técnicos, “parecería ser un indicador del cambio del<br />

modelo presentado, a partir de <strong>la</strong> presencia en <strong>la</strong> zona de<br />

peones armados”. El giro de modelo estaría basado, dicen,<br />

“en el abandono de <strong>la</strong> instancia judicial por parte de los<br />

supuestos compradores para pasar a <strong>la</strong> organización de grupos<br />

de peones armados con escopetas y perros, que mediante<br />

intimidación con disparos al aire, obstrucción de caminos,<br />

exhibición de armas de fuego y 'reflectoreo' nocturno de <strong>la</strong>s<br />

viviendas intentan el retiro y amedrentamiento de los<br />

campesinos poseedores de <strong>la</strong>s tierras”.<br />

Las fotos forman parte del cúmulo de documentos<br />

explorados en Santiago por <strong>la</strong> Secretaría y por los integrantes<br />

de <strong>la</strong> Comisión Interamericana encabezada por Robert<br />

Goldman durante su paso por <strong>la</strong> provincia de los Juárez.<br />

Página/12 recibió <strong>la</strong>s imágenes de manos de sus propios<br />

autores, los campesinos del lote 20, un paraje cercano a <strong>la</strong><br />

ciudad de Pinto. Las fotografías muestran a un grupo armado<br />

y financiado aparentemente por el señor Dutto, el supuesto<br />

comprador de esas tierras, según <strong>la</strong>s denuncias.<br />

Un empresario de <strong>la</strong> localidad de Tintina habló sobre este<br />

tema con los miembros de <strong>la</strong> Comisión encargada del informe<br />

que preparó <strong>la</strong> Secretaría de Derechos Humanos. “Hemos<br />

tomado conocimiento -dice el informe- de <strong>la</strong> existencia de<br />

reuniones periódicas de empresarios en Añatuya cuyo<br />

objetivo es <strong>la</strong> organización y financiamiento de grupos<br />

armados para el desalojo extrajudicial de los campesinos,<br />

agravado con el hostigamiento a <strong>la</strong> actividad del Mocase y<br />

otros grupos de campesinos.”<br />

La Defensoría del Pueblo de <strong>la</strong> provincia asegura que unos<br />

24 mil campesinos, poseedores legítimos de <strong>la</strong>s tierras, están<br />

- 234 -


expuestos a ser desalojados por medio de maniobras como<br />

éstas.<br />

De <strong>Julio</strong> a Daniel<br />

From: “<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)” jubipen@yahoo.com<br />

To: “Daniel_Yépez” danyepez@arnet.com.ar<br />

Subject:Re: Opinión<br />

Date: Wed, 24 Sep 2003 09:35:26 -0300<br />

Estimado Daniel: efectivamente, en <strong>la</strong> ciudad de<br />

Santiago del Estero se manejan datos acerca de <strong>la</strong> acción<br />

paramilitar en el campo, especialmente en <strong>la</strong>s zonas de<br />

Pinto y Los Juríes. Es decir, los lugares donde los<br />

campesinos más humildes han cobrado conciencia de sus<br />

derechos y se han organizado para defenderse.<br />

Podría habérselos l<strong>la</strong>mado “parapoliciales”; pero <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra “paramilitar” está bien usada, ya que -según<br />

fuentes judiciales- los entrenó un militar: el Mayor<br />

D´Amico. Esto habría surgido de cierto eclipse<br />

momentáneo padecido por D´Amico hace cuatro o cinco<br />

años, debido a su competencia feroz con Musa Azar por<br />

el dominio del negocio de <strong>la</strong> “seguridad”. En efecto,<br />

ambos se desempeñaban en esa área gubernamental,<br />

fungiendo el tristemente célebre como Secretario de<br />

Seguridad y D´Amico como Subsecretario. Luego el<br />

militar pasó a desempeñarse como Secretario y Musa<br />

como Sub. Pero parece que Musa apeló a sus re<strong>la</strong>ciones<br />

con el PJ, con Néstor Ick (dueño del Banco de Santiago<br />

- 235 -


del Estero y el 60 % de lo que tiene valor en <strong>la</strong> ciudad) y<br />

demás ángeles, para desp<strong>la</strong>zar a D´Amico.<br />

Del chupadero al monte<br />

Cuando D´Amico se quedó “sin trabajo” habría ideado<br />

estas organizaciones paramilitares, que l<strong>la</strong>mó “Policía de<br />

Monte” para vendérse<strong>la</strong>s a grandes empresarios que, se<br />

están aba<strong>la</strong>nzando sobre Santiago empeñados como<br />

buitres en lucrar con <strong>la</strong> producción de soja. No olvidar<br />

que Santiago tiene una superficie física casi tan grande<br />

como Francia o Alemania, gran parte de el<strong>la</strong> todavía<br />

montuosa. Poco se ha dicho de <strong>la</strong>s inversiones de Soros y<br />

otros capitalistas, que durante los `90 depredaron <strong>la</strong><br />

frontera entre Santiago del Estero y El Chaco, asesinando<br />

a miles de animales de todo tipo e incendiando el bosque<br />

para cultivar algodón. *<br />

D´Amico es un carapintada que junto al inefable Rico<br />

se rebeló contra el juzgamiento del mayor Barreiro,<br />

originando <strong>la</strong> trágica insurrección de Semana Santa.<br />

Casado con una santiagueña, hija de un teniente coronel<br />

(por supuesto) peronista. Su esposa además es hermana<br />

del ultrachupamedias “Chacho” Pinto, un médico que no<br />

ejerce pues desde hace años es mantenido por los Juárez<br />

colgando de <strong>la</strong> teta del Estado, sea como funcionario, sea<br />

como “legis<strong>la</strong>dor”.<br />

Según fuentes policiales D´Amico contro<strong>la</strong> directa o<br />

indirectamente en un 30 % el negocio de <strong>la</strong> “seguridad”<br />

en Santiago. La otra parte (más de <strong>la</strong> mitad) está<br />

- 236 -


contro<strong>la</strong>da por Musa Azar. En esta franja se entretejerían<br />

instituciones policiales, bandas delictivas, traficantes de<br />

drogas, cuatreros, narco<strong>la</strong>vadores, travestis, chulos,<br />

proxenetas y otros serafines, lo cual explica el inmenso<br />

poder destructivo acumu<strong>la</strong>do por estas cofradías 666.<br />

Para decirlo c<strong>la</strong>ro, en Santiago, si no te mata <strong>la</strong> cana te<br />

matan los choros para intercambiar cortesías. Ello<br />

infunde un gran miedo en <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción. Un comerciante<br />

amigo me dijo estar seguro de que quienes le robaron de<br />

una manera alevosa e impune, llevándolo casi a <strong>la</strong> ruina,<br />

lo hicieron porque se había negado a pagar “protección”<br />

a los canas, así como satisfacer los constantes mangueos<br />

(pues los canas más chicos te piden monedas, o que les<br />

pagues sanguches de mi<strong>la</strong>nesas, fasos, birra, etcétera).<br />

Encima este comerciante es de izquierda; así que te<br />

imaginarás: “papita pa´l loro”.<br />

Nueva devastación del bosque<br />

Bueno, volviendo al tema: el último eclipse de<br />

D´Amico fue hace poco -creo que para el 17 de Octubre-<br />

cuando <strong>la</strong> señora Nina volvió a echarlo por haberse<br />

equivocado en <strong>la</strong> organización de un acto que el<strong>la</strong> quería<br />

mostrar a Duhalde. Estúpidamente, asignó sectores<br />

contiguos a los “barras bravas” de Mitre y Central, a<br />

quienes suelen “estimu<strong>la</strong>r” con vino, mercancías y otros<br />

“beneficios” para concurrir “voluntariamente” a los actos<br />

en camiones públicos. En Santiago Mitre y Central son<br />

como Boca y Ríver, así que te imaginas el quilombo que<br />

- 237 -


se armó. La televisión nacional se hizo una fiesta con <strong>la</strong>s<br />

piñas, los contusos, una mujer que había resultado<br />

quemada, etcétera... y D´Amico voló otra vez. Por ello no<br />

sería aventurado imaginar que volvió a requerir los<br />

favores de sus amigotes del campo.<br />

Otro tema, <strong>la</strong>teral pero de gran importancia, y que no<br />

veo tratado en el artículo de P/12, es el inmenso daño<br />

que está causando al medio ambiente <strong>la</strong> nueva<br />

destrucción de bosques en Santiago (los últimos que<br />

quedan). Vienen mercenarios contratados por empresas -<br />

cuyos gerentes ni siquiera se toman el trabajo de ver los<br />

campos, manejan todo desde Buenos Aires o, a veces,<br />

desde otros países. Los capataces (no hace mucho el<br />

campo estaba lleno de franceses y argelinos) tienen el<br />

mandato de convertir <strong>la</strong>s adquisiciones de sus patrones en<br />

“áreas productivas”. Suena lindo. Para ello generalmente<br />

incendian los bosques con todo lo que tiene adentro:<br />

guasunchas (especie de cervatillos locales),<br />

quirquinchos, zorros, pumas, e incluso alguno que otro<br />

sobreviviente prehistórico de <strong>la</strong> fauna local, de altísimo<br />

valor biológico y cultural. Pronto estos campos quedan<br />

convertidos en una bocha pe<strong>la</strong>da, donde estos personajes<br />

levantan galpones de chapa, silos metálicos e introducen<br />

maquinaria para el cultivo de soja. Cuando <strong>la</strong> tierra no<br />

sirve más, se van. Tal como hicieron los ingleses,<br />

dejando cientos de pueblos fantasma (Coma<strong>la</strong> dixit) en<br />

nuestra acosada provincia.<br />

Amigo, espero haber satisfecho algo de tu saludable<br />

inquietud. Creo que es importante difundir todo esto, y te<br />

- 238 -


uego transmitas a tu sobrina mi felicitación por haberlo<br />

hecho. Un abrazo.<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

* “La campaña 99/2000 en <strong>la</strong> producción fibra de<br />

algodón tiene buenas perspectivas. En Santiago del<br />

Estero, segundo productor de fibra del país, este año el<br />

precio ascendería a U$S 400 <strong>la</strong> tone<strong>la</strong>da y se preve que <strong>la</strong><br />

zona de secano rendiría unos 2000 kg x ha.<br />

“El departamento Felipe Ibarra, al NE de <strong>la</strong> provincia,<br />

se vio invadido por productores santafesinos que ven un<br />

gran futuro en el negocio de <strong>la</strong> fibra. Inversionistas<br />

extranjeros visitan los campos en busca de calidad y<br />

rinde para exportar fibra a mercados asiáticos y<br />

europeos.<br />

“Es que <strong>la</strong> Onda Verde trajo de nuevo <strong>la</strong> moda del<br />

algodón en <strong>la</strong>s prendas de vestir. Pero <strong>la</strong> ecología<br />

también enseña que hay que preservar los ecosistemas.<br />

En este campo, en <strong>la</strong> zona de Pozo del Toba, y Campo del<br />

Cielo, no se tiene en cuenta <strong>la</strong> flora y <strong>la</strong> fauna autóctona.<br />

“Todo el Chaco Santiagueño es rico en quebrachos,<br />

algarrobos, guayacán, palo amarillo, garabatos, etcétera.<br />

Allí viven osos hormigueros, guasunchas, corzue<strong>la</strong>s,<br />

yaguaretés, tortugas, chorotes, etcétera.<br />

“Todo el hábitat de estos animalitos está siendo<br />

depredado por <strong>la</strong>s topadoras de empresas extranjeras,<br />

principalmente AVENTIS (Ex-Agrevo) que en sociedad<br />

con <strong>la</strong> alemana Hoesch, está incendiando miles de<br />

- 239 -


hectáreas de árboles y aniqui<strong>la</strong>ndo todo tipo de animales<br />

para experimentar productos químicos allí. También el<br />

magnate Soros ha comprado 10.000 ha, a <strong>la</strong>s que está<br />

dando un tratamiento simi<strong>la</strong>r, para explotar<strong>la</strong>s como<br />

sembradío de algodón.<br />

“Es conmovedor ver a los animalitos huyendo del<br />

fuego con que se elimina el bosque -nos dice un<br />

arquitecto, que por falta de empleo tuvo que aceptar uno<br />

allí.<br />

“Los gobiernos, tanto nacional como provincial, no<br />

regu<strong>la</strong>n <strong>la</strong> deforestación de esta rica zona del NE<br />

santiaguaño, que día a día pasa a ser un desierto, debido<br />

a <strong>la</strong> ma<strong>la</strong> aplicación de una agricultura especu<strong>la</strong>tiva y de<br />

un manejo indiscriminado de los agroquímicos.<br />

“A principios de siglo empresas inglesas aniqui<strong>la</strong>ron el<br />

bosque en grandes zonas de Santiago del Estero,<br />

convirtiéndo<strong>la</strong>s en desiertos. Luego se fueron, dejando<br />

<strong>la</strong>s ruinas de sus insta<strong>la</strong>ciones aquí. ¿Pasará ahora lo<br />

mismo con <strong>la</strong> franja Este de <strong>la</strong> provincia?” [“Destrucción<br />

de animales y bosques en Santiago”, <strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h),<br />

<strong>Quipu</strong> de Cultura, noviembre de 1999.]<br />

- 240 -


LA SALAMANCA<br />

Por: Juan M. Garayalde<br />

(Buenos Aires)<br />

A 450 años de <strong>la</strong> fundación de Santiago del Estero<br />

“Y en <strong>la</strong>s noches de luna se puede sentir<br />

a Mandinga y los diablos cantar”<br />

(La Sa<strong>la</strong>manca - Zamba de Arturo Ávalos)<br />

I – LOS QUE PACTAN<br />

En estos días se conmemora los 450 años de <strong>la</strong><br />

fundación de <strong>la</strong> ciudad más antigua del país: Santiago del<br />

Estero.<br />

Como muchas provincias, padece del depotismo de<br />

polít icos, a los que se los denomina “caudillos”, siendo<br />

que, el último y verdadero Caudillo que tuvo esta<br />

provincia fue Don Felipe Ibarra, durante el periodo de <strong>la</strong><br />

Confederación Argentina que tuvo a Juan M. de Rosas<br />

como su supremo inspirador.<br />

En <strong>la</strong>s tradiciones que viven en el alma del pueblo<br />

santiagueño, y en gran parte de <strong>la</strong>s provincias del norte,<br />

esta <strong>la</strong> leyenda de <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca, un lugar donde se<br />

desarrol<strong>la</strong> una ceremonia perpetua, presidida por <strong>la</strong> corte<br />

- 241 -


de Lucifer, Mandinga, por el Macho Cabrío que hasta <strong>la</strong><br />

pintura de Goya inmortalizó.<br />

La Sa<strong>la</strong>manca ha sido descrita como un socavón de <strong>la</strong><br />

<strong>la</strong>dera de un cerro, también como una cueva oculta en <strong>la</strong><br />

profundidad del monte, o en un lugar oculto al borde de<br />

un río. Son pocos los que pueden por <strong>la</strong>s noches escuchar<br />

los cantos que nacen de ese lugar prohibido, y menos son<br />

los que logran ver su entrada.<br />

A ese lugar, convergen los diablos, los condenados, los<br />

poseídos, los brujos y brujas que van a mejorar sus artes<br />

luciferinas. También, llegan los que buscan un favor de<br />

Mandinga: concretar un pacto con él, para adquirir una<br />

habilidad sobrenatural a cambio de entregar el alma. Es<br />

un contrato fir mado con sangre.<br />

Allí se dice que cayeron grandes cantores, oradores,<br />

jinetes deslumbrantes, mujeres de belleza exótica,<br />

grandes poetas, guitarristas con una magia deslumbrante<br />

en sus manos. Todas personas que no pueden soportar <strong>la</strong><br />

mediocridad de sus vidas, y buscan destacarse a costa de<br />

perder <strong>la</strong> verdadera vida que nace en <strong>la</strong> muerte.<br />

No todos cumplen con su contrato. Santos Vega, el<br />

gran payador, fue uno de ellos. Hubo de perder una<br />

payada con el mismo Mandinga (Juan sin Ropa) para<br />

tener que aceptar su trágico destino final.<br />

II – COMO INGRESAR<br />

Todos los que ingresan a <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca, o han vendido<br />

su alma al diablo, o van en camino a hacerlo. No es<br />

- 242 -


precisamente una tierra para turistas. No hay forma de<br />

que los incrédulos puedan ver <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca.<br />

Esta carece de existencia física. Sólo <strong>la</strong> voluntad de <strong>la</strong><br />

persona hará posible hal<strong>la</strong>r <strong>la</strong> puerta de ingreso a <strong>la</strong><br />

misma.<br />

El aspirante conoce a través de <strong>la</strong> tradición oral, y de<br />

un comunicador válido –iniciado-, el lugar donde se hal<strong>la</strong><br />

<strong>la</strong> cueva, y <strong>la</strong>s pruebas a <strong>la</strong>s que será sometido por<br />

Mandinga, quién probará su temple al atreverse a hacer<br />

un contrato cara a cara con él.<br />

Una vez que se llega al lugar donde se hal<strong>la</strong>ría <strong>la</strong> boca<br />

de acceso a <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca, el aspirante deberá desnudarse,<br />

y esperar atento algún sonido o signo que lo guíe a <strong>la</strong><br />

cueva. De esta manera, puede ser una lechuza, un cuervo<br />

negro, el sonido de un arpa o <strong>la</strong> huel<strong>la</strong> de un basilisco el<br />

que lo guíe. (1)<br />

En <strong>la</strong> puerta de entrada será recibido por víboras de<br />

ojos centelleantes, y otros reptiles de gran tamaño que no<br />

aparecen en ningún libro de zoología. El visitante será<br />

rodeado por ofidios que se le enroscarán en su cuerpo, y<br />

por arañas que se le irán subiendo, acariciándole con sus<br />

pieles rugosas. Uno deberá pasar esa prueba con<br />

serenidad y no caer en el pánico, a riesgo de perder <strong>la</strong><br />

vida. Ya dentro, deberá sortear un arunco, un chivo de<br />

mal aspecto y de pestilente olor, que tratará<br />

insistentemente de embestirlo para empujarlo hacia el<br />

interior de <strong>la</strong> cueva. Allí, será un cuervo negro el que<br />

hará de guía, después de decir en voz alta <strong>la</strong> contraseña<br />

que un iniciado le ha reve<strong>la</strong>do. Lo primero que hal<strong>la</strong>rá en<br />

- 243 -


el descenso, será un crucifijo invertido, al cual deberá<br />

escupir y b<strong>la</strong>sfemar para continuar.<br />

Si el aspirante vaci<strong>la</strong>, dejará de ver <strong>la</strong> entrada y se<br />

hal<strong>la</strong>rá en medio de una oscuridad agobiante. Podrá salir<br />

de esa situación, pero con seguridad padecerá de<br />

permanentes crisis espirituales que lo acosarán durante<br />

toda su vida.<br />

III – EL TEMPLO<br />

La tradición nos reve<strong>la</strong> que el interior de <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca<br />

es deslumbrante y terrorífico al mismo tiempo: se hal<strong>la</strong><br />

iluminado con lámparas de aceite humano, grandes<br />

cortinados de te<strong>la</strong>s y marmolería fastuosa, que los<br />

templos griegos envidiarían. En el fondo de <strong>la</strong> misma,<br />

esta el asiento de Mandinga, rodeado de los animales más<br />

terroríficos del reino de <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s.<br />

Allí, el visitante que viene a hacer su pacto, se<br />

aproxima al trono.<br />

A su alrededor, bai<strong>la</strong>n y danzan los condenados:<br />

hechiceros, brujas, hermosas doncel<strong>la</strong>s que nunca ven <strong>la</strong><br />

luz del sol, serpientes de gran tamaño, sapos, culebras,<br />

cerdos, lechuzas, quirquinchos, lobizones, y los diablos.<br />

Frente al Príncipe de los Rebeldes, el aspirante<br />

formu<strong>la</strong> su deseo. El diablo le hará pasar por nuevas<br />

pruebas para ser merecedor del acuerdo perpetuo. Los<br />

que han reve<strong>la</strong>do algunas de esas pruebas, hab<strong>la</strong>n de<br />

tener que montar sobre una bestia salvaje para domar<strong>la</strong>.<br />

- 244 -


En otras, se le hace caminar sobre el filo de un puñal<br />

colocado entre dos abismos sin fondo.<br />

Finalmente, para probar su fortaleza y fidelidad a<br />

Mandinga, deberá hacer un daño a sus seres más<br />

queridos.<br />

La prueba de fuego, que Dios exigió de Abraham el<br />

ordenar sacrificar su único hijo... a diferencia de que el<br />

Diablo, no se caracteriza por cambiar de opinión.<br />

Una vez cumplida todas <strong>la</strong>s pruebas, Mandinga entrega<br />

al ya iniciado un champi (2), el cual deberá tener<br />

consigo, y que le será de su en<strong>la</strong>ce mágico con <strong>la</strong><br />

sabiduría luciferina. Finalmente, <strong>la</strong> cueva estal<strong>la</strong> en una<br />

fiesta infernal, demencial. Se desata <strong>la</strong> bacanal, el<br />

enorme banquete, <strong>la</strong> música aturdidora, el baile lujurioso<br />

de <strong>la</strong>s doncel<strong>la</strong>s y de jóvenes desnudos que invitan a<br />

todos los presentes al inicio de <strong>la</strong> gran orgía.<br />

IV – EL RETORNO A LA CAVERNA<br />

La actual Santiago del Estero, cuna de <strong>la</strong> argentinidad<br />

con sus 450 años de vida, es una fuente de sabiduría que<br />

emana del polvo de sus calles, del aroma de sus árboles,<br />

del canto de sus pájaros, de los altos tejados. Pero en<br />

el<strong>la</strong>, como en muchas grandes ciudades, caminan<br />

individuos que son extraños a su espíritu. Hoy, poca<br />

gente de <strong>la</strong>s provincias argentinas creen en <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca.<br />

Sólo por algunas canciones folclóricas, y por personas<br />

“crédu<strong>la</strong>s” que alejadas de los centros urbanos siguen<br />

hab<strong>la</strong>ndo de esa caverna invisible, que algunos <strong>la</strong> han<br />

- 245 -


visto en el cerro de Huanchar en Jujuy, o en el camino a<br />

Oran en Salta, donde comienza <strong>la</strong> gran curva del<br />

Bermejo. Y así, <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca vive donde los iniciados<br />

estén para guiar a aquellos que le suplican <strong>la</strong> reve<strong>la</strong>ción<br />

del secreto.<br />

En tanto avanza <strong>la</strong> decadencia, <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca pasa al<br />

olvido. Las personas que creen en esas leyendas, son los<br />

que viven <strong>la</strong>s tradiciones de esta tierra, y por lo tanto,<br />

saben rechazar <strong>la</strong> modernidad cuando esta les llega a<br />

robarle el espír itu. Sin embargo, esas personas que están<br />

abiertas a una realidad supranatural, no han entendido<br />

que <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca ya no tiene motivo por el cual existir:<br />

los malditos han abandonado <strong>la</strong> cueva infernal, y hoy<br />

dominan Argentum. Mandinga no necesita más iniciados.<br />

Tiene todos los que necesita para esc<strong>la</strong>vizar esta tierra.<br />

Sus principales discípulos, han sido los oradores, los<br />

encantadores de masas, que han vendido riquezas<br />

imaginarias a los crédulos, y estos los han elevado como<br />

caudillos de esta tierra.<br />

La Sa<strong>la</strong>manca ya ha cumplido su cometido. Sus<br />

legiones ahora vagan por nuestros campos y ciudades<br />

destruyendo todo, robando <strong>la</strong>s almas de los moradores de<br />

esta tierra.<br />

Su creación más sublime, ha sido <strong>la</strong>s enormes urbes,<br />

tumbas del espíritu legionario que supo existir.<br />

Los que entienden el simbolismo de esta decadencia,<br />

deberemos crear nuestra propia Sa<strong>la</strong>manca, donde<br />

logremos alcanzar un estado del espíritu apto para<br />

revertir <strong>la</strong> oscuridad que se ha apoderado de <strong>la</strong><br />

- 246 -


superficie. Allí, en esa catacumba, deberemos recuperar<br />

los ritos de iniciación que nos permitan alcanzar un<br />

conocimiento superior al actual. Y como <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>manca,<br />

no todos podrán ver esta nueva caverna.<br />

En el<strong>la</strong>, una gran Cruz de P<strong>la</strong>ta evitará el ingreso de<br />

los condenados, de los necios y de los tibios. Solo<br />

aquel<strong>la</strong>s personas con <strong>la</strong> firme voluntad de renunciar a lo<br />

que es superficial, podrá recién ver y seguir el vuelo del<br />

Cóndor que lo acercará a nuestra caverna, aquel<strong>la</strong> que<br />

René Guenón describió como <strong>la</strong> que contendría los<br />

Hombres que darían inicio a una nueva edad dorada.<br />

Iniciemos entonces, el descenso.<br />

(1) Basilisco: Serpiente con cresta de gallo. Originado en<br />

un huevo pequeño puesto por una gallina vieja o un gallo<br />

colorado. Su nacimiento es presagio de desgracias. Con su<br />

mirada puede matar a los que lo ven. Para destruirlo, se dice<br />

que se debe poner espejos en todas <strong>la</strong>s habitaciones de <strong>la</strong><br />

casa. Sin embargo, otras tradiciones dicen que es un animal<br />

imposible de matar.<br />

(2) Talismán en forma de insecto.<br />

- 247 -


Carta de Raúl Dárgoltz<br />

29 de julio de 2009<br />

Queridos amigos<br />

Deseo hacerlos partícipes de esto que escribí. Perdón<br />

que sea un poco extenso.<br />

Raúl Dárgoltz<br />

EL ROSTRO DE LA HISTORIA<br />

La marcha del viernes en homenaje de <strong>la</strong>s dos chicas<br />

brutalmente asesinadas fue realmente espectacu<strong>la</strong>r y muy<br />

emotiva. Los cálculos más optimistas hab<strong>la</strong>n de 20.000<br />

personas, pero realmente no <strong>la</strong>s puedo dimensionar, ya<br />

que <strong>la</strong> marea humana me arrastró en un momento de <strong>la</strong><br />

misma.<br />

Yo me incorporé recién al frente de <strong>la</strong> Iglesia San<br />

Francisco, junto con el obispo Maccarone y una mult itud,<br />

a siete kilómetros del origen de <strong>la</strong> marcha, en <strong>la</strong> ciudad<br />

de La Banda, y al pasar por <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za principal se siguió<br />

sumando muchísima más personas. Un frio intenso nos<br />

“exigía” gritar y a ap<strong>la</strong>udir continuamente c<strong>la</strong>mando por<br />

Justicia.<br />

Todos nos mirábamos a los rostros y deséabamos<br />

reconocernos, abrazarnos, sentirnos que seguíamos vivos<br />

- 248 -


en una provincia que estaba, hasta hace muy poco,<br />

totalmente dormida.<br />

Recordé <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de Sca<strong>la</strong>brini Ortiz cuándo<br />

describía el 17 de octubre de 1945, “...era el sustrato de<br />

nuestra idiosincrasia y de nuestras posibilidades<br />

colectivas allí presente, en su primordialidad, sin recatos<br />

y sin disimulos. Era el nadie y el sin nada, en una<br />

multiplicidad infinita de gamas y matices humanos...<br />

Éramos briznas de multitud y el alma de todos nos<br />

redimía. Presentía que <strong>la</strong> historia estaba pasando frente a<br />

nosotros y nos acariciaba suavemente como <strong>la</strong> brisa<br />

fresca del río... el espíritu de <strong>la</strong> tierra estaba presente<br />

como nunca creí verlo...”<br />

Y caminamos alrededor de <strong>la</strong> P<strong>la</strong>za principal, pasando<br />

frente a <strong>la</strong> Iglesia Catedral y el viejo Cabildo convertido<br />

en sede central de <strong>la</strong> policía y nos dirigimos en dirección<br />

de <strong>la</strong> Casa de Gobierno, como <strong>la</strong>s anteriores veces, pero<br />

una multitud de policías fuertemente armados nos<br />

impidió nuevamente el paso. Nadie tenía miedo, pese a<br />

<strong>la</strong>s amenazas vertidas en los diferentes medios por el<br />

gobierno provincial, que se ausentó de <strong>la</strong> provincia, de <strong>la</strong><br />

existencia de infiltrados.<br />

Luego de finalizada <strong>la</strong> marcha, al frente de <strong>la</strong> Iglesia<br />

Catedral, y después de los diferentes discursos, fue <strong>la</strong><br />

misa y <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras sentidas y justas del obispo<br />

Maccarone. La incorporación del obispo fue sumamente<br />

importante, como lo fue <strong>la</strong> acción de Gerardo Sueldo.<br />

Les aseguro que este día viernes 25, día de<br />

conmemoración de los 450 años del nacimiento de<br />

- 249 -


Santiago del Estero, vivirá por siempre entre nosotros,<br />

porque este día, como lo sintió Sca<strong>la</strong>brini, “yo vi el<br />

rostro de <strong>la</strong> historia en toda su esplendorosa plenitud....”<br />

Al día siguiente en nuestro Centro Cultural Hacha y<br />

Quebracho totalmente colmado, representamos <strong>la</strong> obra El<br />

Enemigo del Pueblo de Ibsen en una versión libre<br />

adaptada a nuestra realidad santiagueña que escribiera<br />

en el año 1996.<br />

Decidimos reponer<strong>la</strong> en estos tiempos que vivimos<br />

porque entiendo que debemos realizar todos los días de <strong>la</strong><br />

semana diferentes acciones, y no sólo durante <strong>la</strong>s<br />

marchas de los viernes y porque en esta obra reflejamos<br />

<strong>la</strong> acción del obispo Sueldo, <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> verdad contra<br />

el caudillismo y el clientelismo.<br />

Los padres de Patricia Vil<strong>la</strong>lba estuvieron presentes<br />

desde bien temprano muy satisfechos y conmovidos por<br />

<strong>la</strong> extraordinaria marcha que protagonizó el pueblo<br />

santiagueño, mientras nosotros realizábamos los últimos<br />

aprestos.<br />

Yo los invité a ellos, unos minutos antes de dar<br />

comienzo a <strong>la</strong> función y a Carlos Scrimini y su esposa,<br />

uno de nuestros héroes del Santiagueñazo, a que nos<br />

tomáramos de <strong>la</strong>s manos conjuntamente con los actores<br />

para darnos fuerza y ánimo, como siempre lo hacemos<br />

antes de cada representación.<br />

Tito Diaz, uno de los más veteranos del grupo,<br />

pronunció unas sentidas pa<strong>la</strong>bras, y ellos, los padres de<br />

Patricia, nos ratificaron que no piensan “aflojar” en su<br />

lucha por <strong>la</strong> verdad.<br />

- 250 -


La función fue realmente espectacu<strong>la</strong>r, muy emotiva,<br />

como emotivo fue el homenaje final que les hicimos a<br />

Carlos y a Olga y Juan Vil<strong>la</strong>lba estos dos pequeños<br />

grandes personajes, que han conmocionado a <strong>la</strong> sociedad<br />

santiagueña por sus espíritus inc<strong>la</strong>udicables.<br />

Recordé de nuevo a Sca<strong>la</strong>brini Ortiz porque sé y estoy<br />

seguro que soy uno cualquiera y sin embargo, como un<br />

tremendo vendaval, me sacude el orgullo de estar<br />

abriendo el cauce de los tiempos venideros..”<br />

Un abrazo.<br />

Raúl Dárgoltz<br />

- 251 -


CARTA Nº 12<br />

Autonomía, Santiago del Estero, viernes, 23 de octubre de<br />

2003. *<br />

Formamos parte de un conjunto cuyos elementos<br />

percibimos sólo dentro de límites estrechos: los de<br />

nuestros cinco sentidos. Si desarrol<strong>la</strong>mos algunas<br />

facultades podremos llegar a percibir realidades más<br />

interesantes que <strong>la</strong>s pedestres. Como <strong>la</strong> denominada por<br />

Jung “sincronicidad”. O el maravilloso bril<strong>la</strong>r de los<br />

humanos cuando hacen el amor.<br />

Un cono húmedo<br />

El viernes estuvo lluvioso desde temprano. Como a <strong>la</strong>s<br />

siete y media terminé mi desayuno; luego de <strong>la</strong>var el<br />

p<strong>la</strong>to, <strong>la</strong> taza, sacudir el mantel, guardarlo, me asomé en<br />

el ventanal que da al patio. Entre el <strong>la</strong>vadero de casa y<br />

mi habitación hay una distancia como de diez metros;<br />

calculé que podría salvar<strong>la</strong> sin mojar me demasiado y me<br />

<strong>la</strong>rgué, con grandes trancos por sobre el veredón de<br />

piedra. A buen reparo, en <strong>la</strong> pieza, me puse entonces a<br />

contemp<strong>la</strong>r desde el umbral <strong>la</strong>s hermosas tonalidades<br />

- 252 -


<strong>la</strong>nguidecientes del cielo. Sobre su fondo se movían,<br />

armoniosamente, cuatro o cinco capas de nubes, de<br />

diferente valor. El jacarandá ya muy alto que ha crecido<br />

junto a mi habitación presenta campanitas de un suave<br />

li<strong>la</strong>; a su <strong>la</strong>do, castañue<strong>la</strong>s, normalmente en parejas.<br />

Observaba <strong>la</strong> maravillosa combinación de capas y<br />

matices, el limonero de un verde brilloso, <strong>la</strong>s dos<br />

enredaderas que cubren <strong>la</strong> pared -flores b<strong>la</strong>ncas y rojas,<br />

en ciernes- <strong>la</strong> humedad en fi<strong>la</strong>mentos cristalinos<br />

formando volutas al aire, cuando advertí algo como una<br />

pequeña nube en medio de los árboles, que se elevaba<br />

hasta esfumarse por completo. Al observar<strong>la</strong> con atención<br />

vi que formaba un embudo, con su pico hacia abajo, en el<br />

cual se movían cierto tipo de partícu<strong>la</strong>s transparentes.<br />

¡Insectos!... Unas especies de mariposil<strong>la</strong>s, de <strong>la</strong>rgas<br />

a<strong>la</strong>s, vo<strong>la</strong>ban entre <strong>la</strong> llovizna elevándose en tirabuzón.<br />

Este se hacía más amplio a medida que tomaba altura,<br />

hasta disolverse en el oscuro cielo, antes de alcanzar <strong>la</strong><br />

copa del jacarandá. Siguiendo <strong>la</strong> dirección de <strong>la</strong> nutrida<br />

columna, comprobé que se originaba en el suelo, desde<br />

un agujero recién abierto sobre <strong>la</strong> tierra mojada. Me<br />

acerqué y vi una situación que me pareció extraordinaria:<br />

había ocurrido una especie de estallido, al parecer, pues<br />

los bordes del agujero estaban desmoronados, como si<br />

hubiese sido provocado por una fortísima presión<br />

viniendo de lo subterráneo. Por él emergían mil<strong>la</strong>res de<br />

bichitos, apretujándose, pugnando para abandonar el<br />

hueco, tan compactos en su amontonamiento que daban <strong>la</strong><br />

impresión de un grueso chorro de miel quemada, antes de<br />

- 253 -


surgir por completo y ponerse a vo<strong>la</strong>r. Cada bichito<br />

pisaba <strong>la</strong> boca del agujero, caminaba unos pocos pasos,<br />

sacudía <strong>la</strong>s alitas como para estirar<strong>la</strong>s y se ponía a vo<strong>la</strong>r,<br />

siguiendo <strong>la</strong> columna en tirabuzón que ordenadamente<br />

terminaba abriéndose en todas direcciones a su final.<br />

¡Hormigas!, pensé. Me costó creerlo. Estaba comenzando<br />

a llover con goterones más gruesos. Me acerqué aún más<br />

para comprobar si eran hormigas: no lo parecían; más<br />

bien luciérnagas, en su conformación física, como un<br />

cucuruchito rosáceo, dotado de un par de a<strong>la</strong>s semejantes<br />

a <strong>la</strong>s de <strong>la</strong>s libélu<strong>la</strong>s, en proporción. Pensé en<br />

inmovilizar una para mirar<strong>la</strong> a mis anchas, pero me<br />

contuve. Seguramente si intentaba tomar<strong>la</strong> dañaría su<br />

cuerpecillo de un modo irremediable. El<strong>la</strong>s no medían<br />

más de un par de milímetros, su cuerpo daba <strong>la</strong> impresión<br />

de ser muy b<strong>la</strong>ndo. Ahora llovía bastante fuerte. Pero <strong>la</strong>s<br />

hormigas continuaban saliendo y formando su cono,<br />

inalterable, hacia el cielo. ¿Adónde irían? Pronto perdía<br />

uno de vista a <strong>la</strong>s que llegaban a lo más ancho del<br />

abanico, y desde allí rompían formación hacia <strong>la</strong><br />

tangente, cualquiera que fuese (para nuestra percepción).<br />

Me dije que estos goterones que caían debían de resultar<br />

abrumadores para los animalitos, en caso de encontrarse<br />

alguno directamente con ellos. Efectivamente, por<br />

primera vez comencé a ver <strong>la</strong> caída de algunas pocas<br />

hormigas. Quedaban atontadas, muy cerca de su agujero;<br />

una que observé, parecía borracha, por momentos se<br />

dirigía hacia su hormiguero, como si fuese a introducirse<br />

otra vez en él, mas enseguida cambiaba de rumbo,<br />

- 254 -


egresando a <strong>la</strong> desorientación. Unas cuatro o cinco<br />

quedaron así, sobre <strong>la</strong>s <strong>la</strong>jas, muy mojadas. Me aparté de<br />

el<strong>la</strong>s por un rato, entrando en mi habitación. Cuando<br />

regresé, como a <strong>la</strong> hora, no había ninguna. Ya no llovía,<br />

el suelo había absorbido <strong>la</strong> humedad, poniéndose oscuro.<br />

El hormiguero no existía -al menos hacia el exterior-, <strong>la</strong><br />

febril actividad de los animalitos había cesado por<br />

completo, no pude encontrar ninguno, ni siquiera en <strong>la</strong>s<br />

hojas de los árboles. Tampoco hallé alguno muerto. “Sus<br />

a<strong>la</strong>s se deben haber secado, y luego han ido vo<strong>la</strong>ndo a... a<br />

donde tuvieran que ir”, pensé, con optimismo.<br />

Una “insectidad”<br />

Mientras estuve mirando a <strong>la</strong>s hormigas se me ocurrió<br />

algo singu<strong>la</strong>r. Me pareció que el<strong>la</strong>s formaban una<br />

comunidad grandísima, organizada, con sus lenguajes,<br />

sus leyes, sus propósitos, su sistema político, su<br />

tradición cultural. ¿Por qué no habría de ser así? ¿Qué<br />

nos autoriza a creer que estos seres no dispongan de<br />

sistemas ideológicos, de ciertas sensaciones equivalentes<br />

a lo que en los humanos denominamos “sentimientos”, de<br />

ciertas vivencias homologables a lo que en humanos<br />

mencionamos como “inteligencia”?<br />

Cuando mis hijas eran chiquitas y descubrían algún<br />

insecto en el campo, al percibir en su actitud algún signo<br />

amenazador, <strong>la</strong>s advertía: “¡No vayan a hacerle daño!”...<br />

Ante sus ojazos interrogantes, repetía:<br />

- 255 -


“¿Qué les parece si a ustedes <strong>la</strong>s pisotea o agarra<br />

brutalmente algún gigante?... Imaginen si anduviera un<br />

gigante, paseando por <strong>la</strong> Tierra, y de repente <strong>la</strong>s<br />

encontrara en su camino... ¿les gustaría que <strong>la</strong>s levantase<br />

bruscamente entre sus garras, o <strong>la</strong>s ap<strong>la</strong>stara con un pie?”<br />

“¿Como King Kong?”, preguntaba <strong>la</strong> Lupita (<strong>la</strong>s había<br />

llevado al cine, a ver <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> King Kong, fue para<br />

el<strong>la</strong>s una experiencia extraordinaria, desde entonces el<br />

gori<strong>la</strong> pasó a ser, en su imaginería, paradigma de<br />

gigante).<br />

De verdad creía en esto (mejor dicho era, es, como una<br />

vaga intuición). Que <strong>la</strong> Tierra y los p<strong>la</strong>netas, con todo lo<br />

demás que percibimos en <strong>la</strong> parte del Universo a nuestro<br />

alcance, son porciones de cuerpos gigantescos, tan<br />

inmensos que nos resulta imposible verlos. Por lo demás,<br />

sólo una presuntuosidad estúpida puede convencernos de<br />

que para ser consideradas inteligentes <strong>la</strong>s formas de vida<br />

deben presentar caracteres humanoides. Recuerdo no sin<br />

sonreír el argumento que expuso un director del diario<br />

donde trabajé alguna vez para “demostrar” <strong>la</strong> inexistencia<br />

de extraterrestres. El hombre -doctor en Filosofía y<br />

Derecho- afirmaba (más o menos) en cierto párrafo de su<br />

extenso artículo: “...<strong>la</strong> prueba más contundente de que<br />

los marcianos no pueden existir (l<strong>la</strong>maba “marcianos” a<br />

los extraterrestres), <strong>la</strong> prueba absoluta de <strong>la</strong> inexistencia<br />

de estos engendros, es su fealdad... Porque Dios no pudo<br />

haber jamás haber creado algo tan feo.” ¿Cómo sabía él<br />

que los “marcianos” eran feos? No lo ac<strong>la</strong>raba. ¿Se<br />

guiaba de lo representado en <strong>la</strong>s pelícu<strong>la</strong>s quizás? ¿Se<br />

- 256 -


estaba refiriendo, por ejemplo, a representaciones como<br />

el ET? ¿O tal vez habría quedado impresionado por una<br />

especie de parodia cinematográfica de La Guerra de <strong>la</strong>s<br />

Ga<strong>la</strong>xias, cuyo nombre exacto no recuerdo, protagonizada<br />

por Jack Nicholson, que presentaba unos extraterrestres<br />

horribles y muy agresivos?...<br />

Sin embargo, a imaginaciones menos limitadas les fue<br />

dado suponer existencias como éstas:<br />

“...A <strong>la</strong> tarde, cuando el mar fósil yacía inmóvil y<br />

tibio, y <strong>la</strong>s viñas se erguían tiesamente en los patios, y en<br />

el distante y recogido pueblito marciano nadie salía a <strong>la</strong><br />

calle, se podía ver al señor K en su cuarto, que leía un<br />

libro de metal con jeroglíficos en relieve, sobre los que<br />

pasaba suavemente <strong>la</strong>s manos como quien toca el arpa. Y<br />

del libro, al contacto con los dedos, surgía un canto, una<br />

voz antigua y suave que hab<strong>la</strong>ba del tiempo en que el mar<br />

bañaba <strong>la</strong>s costas con vapores rojos [...]<br />

“El señor K y su mujer vivían desde hacía ya veinte<br />

años a oril<strong>la</strong>s del mar muerto, en <strong>la</strong> misma casa en que<br />

habían vivido sus antepasados, y que giraba y seguía el<br />

curso del sol, como una flor, desde hacía diez siglos.<br />

“El señor K y su mujer no eran viejos. Tenían <strong>la</strong> tez<br />

c<strong>la</strong>ra, un poco parda, de casi todos los marcianos; los<br />

ojos amarillos y rasgados, <strong>la</strong>s voces suaves y musicales.<br />

“En otro tiempo habían pintado cuadros con fuego<br />

químico, habían nadado en los canales, cuando corría por<br />

ellos el licor verde de <strong>la</strong>s viñas y habían hab<strong>la</strong>do hasta el<br />

amanecer, bajo los azules retratos fosforescentes, en <strong>la</strong><br />

- 257 -


sa<strong>la</strong> de conversaciones.” (Ray Bradbury. Crónicas<br />

Marcianas, 1955.)<br />

En el monte<br />

El domingo salí a caminar en dirección al monte. Eran<br />

como <strong>la</strong>s nueve de <strong>la</strong> mañana. Como había llovido<br />

durante el viernes y algo del sábado, <strong>la</strong> tierra estaba<br />

húmeda por todas partes, <strong>la</strong> vegetación limpia. El sol era<br />

re<strong>la</strong>tivamente suave y se ocultaba de a ratos entre <strong>la</strong>s<br />

nubes morosas. La temperatura resultaba muy agradable,<br />

auxiliada por una delicadísima brisa. Tomé <strong>la</strong> ruta que va<br />

a Catamarca. Allí, a unos dos kilómetros, hay un sitio<br />

que personas para mí desconocidas han dedicado al<br />

Gauchito Gil. Una especie de santuario. Me sorprendí al<br />

ver los progresos que había experimentado en los últimos<br />

tiempos. Lo que era un rústico quincho apenas protegido<br />

con a<strong>la</strong>mbres herrumbrados, y una casillita bajo de un<br />

árbol, ahora tiene una f<strong>la</strong>mante construcción, muy<br />

prolija, insinuándose como un templete de homenaje al...<br />

¿santo? No sé cómo l<strong>la</strong>marlo. Vagamente sé del Gauchito<br />

Gil que era un hombre “bueno”, físicamente agraciado,<br />

que tuvo algún tipo de desdicha... ¡ay, no presté mucha<br />

atención a <strong>la</strong> historia cuando me <strong>la</strong> contaron! ¡No sé si su<br />

mujer le metió los cuernos, si lo traicionaron cuando iba<br />

en busca del sustento asesinándolo por <strong>la</strong> espalda o si<br />

murió en un accidente! Lo cierto es que lo convirtieron<br />

en ícono de devoción popu<strong>la</strong>r. (2) Me sorprendí más aún<br />

al estirar para ver<strong>la</strong> una bandera, nueva, suntuosa, de<br />

- 258 -


color rojo -como todos los objetos re<strong>la</strong>cionados con Gil-<br />

que colgaba de un mástil. “UNSE - Club Ciclista de <strong>la</strong><br />

Universidad Nacional de Santiago del Estero - Gracias<br />

Gauchito Gil”, habían hecho estampar con letras doradas<br />

los ofrendantes. ¿Serían estudiantes? ¿O profesores? ¿O<br />

ambos, como en el Consejo Académico? Obviamente no<br />

estaban influidos por el materialismo científico.<br />

Inspeccioné todo meticulosamente, mientras reflexionaba<br />

acerca del origen de los cultos, recordando aquel<strong>la</strong><br />

historia del guerrero que custodiaba de por vida un<br />

montículo de piedras dedicado a cierta diosa germánica,<br />

con que comienza Frazer su clásico tratado “La Rama<br />

Dorada”. También recordé que <strong>la</strong> única forma de ganar el<br />

“privilegio” de dicha custodia, entre aquellos habitantes<br />

de los Alpes Suizos, era combatir a muerte con el<br />

guerrero -elegido desde su más tierna infancia para dicho<br />

propósito-, luego de cuya derrota (y fallecimiento) el<br />

desafiante podía recién ocuparse de custodiar <strong>la</strong>s piedras,<br />

alimentado por todo el pueblo.<br />

Un crimen alimentario<br />

Satisfecho con mi inspección, tomé por el caminito que<br />

se insinuaba con calidez a un costado del santuario. Mi<br />

propósito era evitar <strong>la</strong>s altas torres de electricidad a <strong>la</strong>s<br />

que esa senda llevaba, internándome en el monte pleno<br />

apenas hal<strong>la</strong>se una “picada” con aspecto confiable. Por<br />

de pronto, ya estaba cesando -gracias al distanciamiento-<br />

el nervioso rumor de <strong>la</strong> ciudad; de vez en cuando pasaba<br />

- 259 -


algún automóvil de ida o vuelta por <strong>la</strong> ruta, a unos<br />

cincuenta metros de allí, se podían escuchar con mayor<br />

nitidez los cantos de los pájaros, los numerosos zumbidos<br />

de los insectos. Caminé, pues, tranqui<strong>la</strong>mente por esa<br />

franja, bordeada a sus <strong>la</strong>dos con ramaje seco, señal de<br />

que por allí habían pasado personas cortando arbustos<br />

para transformarlos en leña. Pronto me topé con un<br />

remolino de bichos vo<strong>la</strong>dores, componiendo un cono<br />

semejante al descubierto en casa, sólo que esta vez ¡eran<br />

hormigas muy grandes! ¡Como <strong>la</strong> mitad de mi dedo<br />

meñique, sólo en sus cuerpos!, marrones oscuras, casi<br />

negras, con a<strong>la</strong>s semejantes a <strong>la</strong>s del alguacil. Otra vez<br />

me puse a mirar <strong>la</strong>s hormigas. Esta vez era más fácil,<br />

pues había sol, además de ser <strong>la</strong>s presentes al menos diez<br />

veces mayores en tamaño a <strong>la</strong>s de mi casa. Quién sabe<br />

adónde irían. También <strong>la</strong>s actuales creaban una especie<br />

de tolva, que a diferencia de éstas se resolvía en<br />

ascendencia, pero cuando se enanchaba hacia el cielo<br />

disponían <strong>la</strong>s hormigas abandonar <strong>la</strong> multitud,<br />

emprendiendo un camino misterioso para mi entender,<br />

pues tampoco parecen impulsadas, todas, hacia un mismo<br />

lugar. El silencio me permitió percibir cierto zumbido y<br />

al seguirlo encontré, en el suelo, a una gigantesca<br />

hormiga que se había caído. Pugnaba por salir de una<br />

especie de trampa, formada de modo accidental con<br />

restos de ramitas secas, amontonándose en parvas,<br />

delgadas, pero cuyos hilos habían urdido un techo,<br />

inmenso proporcionalmente, apresando al animalito, que<br />

una y otra vez caía, al no acertar con un espacio<br />

- 260 -


suficiente en el entramado, chocando con <strong>la</strong>s ramitas,<br />

violentamente, y derrumbándose al parecer más<br />

debilitado cada vez. Me senté en cuclil<strong>la</strong>s allí, a un<br />

costado, sólo con el ánimo de observar. Entonces percibí<br />

un movimiento sigiloso, rapidísimo, entre <strong>la</strong>s ramas; algo<br />

como un refucilo dorado, que se insinuaba y desaparecía<br />

sin el menor sonido. ¡Una araña! ¡Acechaba a su presa!<br />

Inmóvil contemplé los acercamientos de <strong>la</strong> araña. Luego<br />

de tres o cuatro ágiles saltos, se situaba un poco más<br />

cerca de su futura víctima pero se detenía, vigilándo<strong>la</strong><br />

con ojos que recordaban a los de John Ford, sin que el<strong>la</strong><br />

siquiera sospechase <strong>la</strong> ominosa presencia. La pobre<br />

hormiga, absorta en su desventura, parecía re<strong>la</strong>merse<br />

heridas, apoyando el hocico formado con pinzas, ora<br />

sobre su pecho, ora sobre un costado, sin intentar vo<strong>la</strong>r<br />

otra vez, sólo desp<strong>la</strong>zándose torpemente en círculos por<br />

sobre el barro, pugnando con <strong>la</strong> enredada trama de<br />

ramitas secas, en <strong>la</strong>s que tropezaban sus frágiles patas y<br />

perdía pie, sin permit irle asentarse un poco siquiera<br />

como para descansar. Los segundos que transcurrían<br />

entre los pau<strong>la</strong>tinos acercamientos de <strong>la</strong> araña me<br />

resultaron angustiosos. Pero el metálico animal (esta vez<br />

me recordó al Mariscal Montgomery acechando a<br />

Rommel) no parecía impacientarse en lo más mínimo.<br />

Venía segura, imp<strong>la</strong>cable, hacia el himenóptero,<br />

descansando de a ratos en <strong>la</strong>s umbrosidades del fino<br />

ramaje, como un tanque israelí podría hacerlo al dirigirse<br />

a atacar un objetivo palestino. Y con <strong>la</strong> misma impavidez<br />

que otorga <strong>la</strong> superioridad de recursos. De repente <strong>la</strong><br />

- 261 -


araña saltó sobre <strong>la</strong> hormiga marrón y <strong>la</strong> inmovilizó,<br />

c<strong>la</strong>vándole su aguijón en <strong>la</strong> nuca. La hormiga se retorció<br />

de dolor, pero no intentó el menor movimiento para<br />

resistir. Con crueldad profesional <strong>la</strong> araña siguió<br />

perforando a <strong>la</strong> hormiga en su cerviz, hasta que el pobre<br />

animalito dejó de patalear. Luego <strong>la</strong> arrastró, llevándo<strong>la</strong><br />

hacia el interior de los yuyos, hasta que no los vi más.<br />

Me levanté perplejo y deprimido. ¡Podría haber salvado a<br />

<strong>la</strong> hormiga! De hecho había actuado así en otras<br />

oportunidades, ¿por qué no ahora? Me había dejado<br />

llevar por el “espíritu científico”. Un modo de comp<strong>la</strong>cer<br />

al egoísmo.<br />

Pronto me interné en el monte. Debí poner <strong>la</strong> mayor<br />

atención para discernir caminos, pues muchos c<strong>la</strong>ros<br />

suelen ser engañosos; con frecuencia nos llevan a quedar<br />

encerrados entre tupidos árboles y están custodiados por<br />

todas partes con matas espinosas (el monte santiagueño<br />

es muy espinoso, constantemente uno debe mirar a los<br />

costados, pues suele haber p<strong>la</strong>ntas con espinas pequeñitas<br />

pero duras, agudas como agujas, de <strong>la</strong>s cuales nos damos<br />

cuenta a veces so<strong>la</strong>mente cuando se han c<strong>la</strong>vado en<br />

nuestra piel o lo que es peor -como me pasó esta vez-<br />

desde arriba en el cuero cabelludo por un error de cálculo<br />

al atravesar<strong>la</strong>s). El afán me haría olvidar los sentimientos<br />

suscitados por el asesinato de <strong>la</strong> araña. A poco de<br />

avanzar oí un ruido que constituye para mí desde hace<br />

tiempo un importante enigma. Es semejante al de una<br />

tumbadora con parche bien temp<strong>la</strong>do. No sé si lo provoca<br />

- 262 -


un pájaro u otro animal. Concentrado, como decía, en<br />

hal<strong>la</strong>r caminitos con menor cantidad de espinos, coloqué<br />

al interesante sonido en lo subconsciente. Cuando a <strong>la</strong><br />

izquierda surgió -como suele ocurrir en el monte- un<br />

umbroso hueco y alcancé a ver cierta sombra avanzar<br />

unos pasos tambaleantes, en sentido contrario al que yo<br />

llevaba, y levantar vuelo... ¡Un pájaro!... ¡Parecía muy<br />

pesado! Apenas aleteó ruidosamente por bajo <strong>la</strong> prieta<br />

armadura que formaban <strong>la</strong>s cerradas copas y <strong>la</strong>s lianas.<br />

Me había costado algún esfuerzo llegar hasta ahí, pero<br />

decidí regresar, con el mayor sigilo posible, para<br />

observarlo de cerca. Ya había sentido -como cada vez<br />

que escucho el gutural son- ese ingobernable<br />

estremecimiento. Me acerqué en puntas de pie, y al llegar<br />

casi adonde había visto descender <strong>la</strong> forma, volvió a huir,<br />

esta vez rápidamente, perdiéndose ahora entre <strong>la</strong>s copas y<br />

alcanzando un hueco hacia arriba que le permitió acelerar<br />

su vuelo. Era un pájaro, quizá del tamaño de una perdiz<br />

en su cuerpo, pero de a<strong>la</strong>s posiblemente mayores a <strong>la</strong>s de<br />

un gavilán; a<strong>la</strong>s extrañas, como <strong>la</strong>s de un avión, y una<br />

co<strong>la</strong> muy <strong>la</strong>rga, rectangu<strong>la</strong>r, más del doble de su talle,<br />

todo esto de un color ocre anaranjado, con rayas, o<br />

cuadros, en <strong>la</strong> co<strong>la</strong>, de color marrón oscuro, bruñido.<br />

¡Ay! ¡No pude ver su rostro!... Tampoco sé si al fin he<br />

descubierto al enigmático animal que se expresa con voz<br />

profunda, agorera, como si lo hiciera adentro de un<br />

tronco ahuecado, o golpeara dentro de él con un palo<br />

terminado en pompón semejante a los usados para el<br />

bombo de orquesta. Me interné en el monte otra vez. Me<br />

- 263 -


engulló <strong>la</strong> vegetación. Sentí esa espirituosa alegría que<br />

infunde esta tierra.<br />

Anduve bastante. Me detuve varias veces a observar<br />

singu<strong>la</strong>res p<strong>la</strong>ntas o insectos raros; los pájaros huyen, a<br />

veces nos observan desde prudente distancia. Con<br />

esfuerzo y cuidado para no dañar al árbol, bastante alto -<br />

y no dañarme <strong>la</strong>s manos con <strong>la</strong>s espinas-, corté para<br />

mostrar a mi hija Rocío dos ramitas de una extraña<br />

p<strong>la</strong>nta, con hojas como perfectas espadas de g<strong>la</strong>diador.<br />

Durísimas <strong>la</strong>s hojas, como si estuviesen hechas de metal,<br />

y como éste, sumamente brillosas. Ya no se escuchaba el<br />

ruido de <strong>la</strong> ciudad. Sólo un rumor bronco, apenas<br />

perceptible, referenciaba su existencia en este sitio.<br />

Stress. Stress<br />

Llegó <strong>la</strong> hora de los libros. Vitus B. Dröscher<br />

menciona en su libro Sobrevivir (1) interesantes<br />

experimentos efectuados con animales. Tomaremos<br />

algunos re<strong>la</strong>cionados con el stress. Este, según el<br />

mencionado autor, “no es un específico acompañante de<br />

<strong>la</strong> razón humana, sino que actúa en un amplio campo de<br />

sensaciones y sentimientos, <strong>la</strong> angustia, al que están<br />

sometidos por igual tanto el ser humano como los<br />

animales restantes”. Como buen pragmático, desde unas<br />

páginas antes venía proporcionando abundantes ejemplos.<br />

Hemos seleccionado cuatro:<br />

“[...]en cualquier momento -sigue Dröscher- es posible<br />

causar <strong>la</strong> muerte por stress de una abeja en un simple<br />

- 264 -


experimento. Los doctores Roy J. Pence, Robert D.<br />

Chambers y Manuel S. Viray, entomólogos de <strong>la</strong><br />

Universidad de California en Los Ángeles (<strong>la</strong> famosa<br />

UCLA), apresaron algunas abejas mientras se hal<strong>la</strong>ban<br />

libando y <strong>la</strong>s encerraron, por separado, en unas pequeñas<br />

redes de gasa dentro de <strong>la</strong>s cuales colocaron diminutos<br />

recipientes llenos de miel.<br />

“A ninguna de <strong>la</strong>s buscadoras de néctar se le ocurrió <strong>la</strong><br />

idea de libar su alimento favorito. Revolotearon como<br />

dementes en el interior de <strong>la</strong> tupida red, zumbando y<br />

girando incesantemente, y al cabo de dos horas estaban<br />

muertas.”<br />

El experimento de los doctores (de <strong>la</strong> famosa UCLA)<br />

me dejó compungido. ¿Era imprescindible torturar a estos<br />

dos maravillosos bichitos para extraer <strong>la</strong> conclusión de<br />

que un ser vivo sometido a <strong>la</strong> desesperación debe<br />

terminar muriendo?... Veamos que dice Dröscher:<br />

“Profundas investigaciones han probado que el<br />

encierro causa una invasión de hormonas del stress en <strong>la</strong><br />

corriente sanguínea de <strong>la</strong>s abejas que, a su vez, provoca<br />

en el insecto un ataque de pánico y una extrema<br />

nostalgia, un deseo irresistible de volver al hogar.” Ah,<br />

era necesario, entonces. Disiento con ello. Pero luego<br />

hab<strong>la</strong>remos de eso, si os interesa.<br />

Los norteamericanos hicieron escue<strong>la</strong> con sus<br />

“experimentos” sobre animales: de millones, Dröscher<br />

menciona otros. “Investigadores del hospital Monte<br />

Sinaí, en Nueva York, situaron a unos ratones en un<br />

- 265 -


estado de atemperado stress, mostrándoles un gato a<br />

cortos periodos de intervalo.<br />

“Muy pronto los ratones enfermaron y cogieron <strong>la</strong><br />

lombriz solitaria. El continuado estado de angustia les<br />

robó todas sus fuerzas defensivas, necesarias para<br />

enfrentarse con <strong>la</strong>s infecciones. En una situación<br />

semejante, <strong>la</strong>s ratas enferman de cáncer”.<br />

Otra historia:<br />

“[...] en Hagenbeck, el zoológico de Hamburgo, en<br />

1970. En el recinto reservado a una especie de monos de<br />

<strong>la</strong> India se produjo un número excesivo de nacimientos,<br />

con gran regocijo de los asistentes habituales a ese lugar,<br />

conocido como el Monkey-Saloon. Los visitantes del zoo<br />

pudieron pasar un lindo rato.<br />

“Pero un buen día el recinto se convirtió en un<br />

infierno. Con diabólico griterío aquellos cincuenta<br />

animales que hasta el día anterior formaron una auténtica<br />

comunidad pacífica, se <strong>la</strong>nzaron unos contra otros<br />

tratando de darse muerte a mordiscos.<br />

“«Comenzaron a luchar entre sí -informa Günter<br />

Niemeyer, escritor especializado en vida animal-. No se<br />

libraron ni <strong>la</strong>s hembras ni <strong>la</strong>s crías. El griterío resultaba<br />

ensordecedor, el pelo vo<strong>la</strong>ba por los aires y <strong>la</strong> sangre<br />

brotaba de <strong>la</strong>s heridas producidas por los mordiscos y de<br />

<strong>la</strong>s orejas arrancadas».<br />

“[...] La superpob<strong>la</strong>ción -concluye Dröscher-, como<br />

vemos, puede dar lugar a un stress social que termina en<br />

violencia y asesinato”.<br />

- 266 -


Aún tomaremos un último ejemplo de este libro: “El<br />

profesor Dietrich v. Holst, de <strong>la</strong> Universidad de Munich,<br />

ha realizado una serie de sorprendentes experimentos con<br />

<strong>la</strong>s tupayas.<br />

“Se trata de animalitos que tienen cierto parecido con<br />

nuestras ardil<strong>la</strong>s comunes, pero que son antepasados<br />

primitivos de los prosimios y, por lo tanto, del hombre.<br />

Pertenecen a <strong>la</strong> familia de los primates. [...] cuando se<br />

hal<strong>la</strong>n sometidos al stress [...] se produce en ellos una<br />

erección del pelo, sobre todo del de <strong>la</strong> co<strong>la</strong>, que, por lo<br />

general, se encuentra liso y pegado a el<strong>la</strong>, pero que en<br />

casos de fuerte presión emocional se eriza y da al rabo un<br />

aspecto de limpiabotel<strong>la</strong>s.<br />

“Estos mamíferos que viven en el sudeste de Asia, son<br />

[...] víctimas de una gran tristeza anímica cuando ven<br />

cerca a un congénere que no pertenece a su propia<br />

familia, esto es, su hembra o sus crías. Surge en ellos<br />

esta manifestación de stress cuando tienen ante su vista a<br />

un macho de su especie, incluso si éste fue anteriormente<br />

vencido por ellos.<br />

“En el tiempo comprendido entre <strong>la</strong>s seis de <strong>la</strong> mañana<br />

y <strong>la</strong>s seis de <strong>la</strong> tarde si una tupaya se ve obligada a ver<br />

durante dos horas a un «mal» enemigo, logra dominar su<br />

stress de manera razonable. Sin embargo, si <strong>la</strong> situación<br />

de stress se prolonga algún tiempo más, <strong>la</strong> hembra se<br />

vuelve caníbal y devora a sus propios hijos. Esto ocurre<br />

siempre.<br />

“El fenómeno no se presenta de improviso, sino que al<br />

principio sigue amamantando a sus crías con el cariño de<br />

- 267 -


siempre. Pero cuando <strong>la</strong> presión del stress se hace<br />

demasiado fuerte, salta de manera imprevista y devora a<br />

sus hijos uno tras otro. Además, deja de comportarse<br />

como hembra y trata de aparearse con otras hembras<br />

como si de repente si hubiera vuelto macho.”<br />

Los “Maestros Gigantes”<br />

En <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> La confesión, de Costa Gavras, el<br />

siempre correcto Ives Montand representaba a un<br />

comunista caído en desgracia con el régimen dictatorial<br />

de Stalin. Lo habían encerrado en una celda pequeña, alta<br />

y lisa, iluminada constantemente con un reflector, lo cual<br />

provocaba una irrealidad muy perturbadora, pues impedía<br />

discernir el tiempo. (3) Entre muchas torturas que<br />

practicaban sobre él, una consistía en despertarlo<br />

imprevistamente, a cualquier hora, con fuertes a<strong>la</strong>rmas.<br />

Evitaban con ello que el prisionero durmiese por más de<br />

pocos minutos, con lo cual iban desequilibrando su<br />

cerebro, sometido al stress permanente, con el propósito<br />

de convertirlo en dócil arcil<strong>la</strong> para sus requerimientos.<br />

Los médicos observaban con frío interés <strong>la</strong>s conductas<br />

del preso: les servía para comprobar o refutar algunas de<br />

sus teorías; en sus mentalidades, constituía un<br />

experimento.<br />

Otra vez se me ocurre <strong>la</strong> idea de que pueda haber seres<br />

gigantescos experimentando con nosotros. El lunes,<br />

leyendo en el patio -magníficamente cubierto por una<br />

alfombra de campanil<strong>la</strong>s liláceas que han caído de los<br />

- 268 -


jacarandáes-, siento a una hormiga bastante grande subir<br />

por mi pierna derecha. Rápidamente <strong>la</strong> disuado con un<br />

papirotazo, tirándo<strong>la</strong> lejos. Debe ser un golpe rapidísimo,<br />

para no dañar al animalito, sólo debe impulsarlo lejos<br />

para indicarle c<strong>la</strong>ramente que se está equivocando de<br />

camino. Tengo experiencia en esto, pues en cada<br />

primavera me ocurre una y otra vez, al sentarme, en<br />

short, a leer bajo los árboles. No recuerdo ninguna<br />

hormiga que luego de esta disuasión haya regresado,<br />

empeñándose otra vez en su intento. Ahora bien, si esto<br />

sucediera, y el animalito persistiese en el error de tratar<br />

de ascender (me imagino que los pelos deben de<br />

representar para el<strong>la</strong> una especie de bosque ralo), si una<br />

y otra vez volviera, empezando a morderme cada vez que<br />

intento expulsar<strong>la</strong>, quizá sólo me dejaría el recurso de<br />

eliminar<strong>la</strong>.<br />

¿No ocurrirá algo semejante con nosotros? ¿Cuando<br />

perforamos montañas con dinamita, cuando despojamos<br />

espacios anchísimos de su vegetación natural, cuando<br />

sometemos a <strong>la</strong> tierra a tratamientos químicos... no<br />

estamos molestando quizá a seres gigantescos?... ¿No<br />

intentan disuadirnos ellos, quizá, con lo que nosotros<br />

percibimos como temblores de tierra, huracanes,<br />

tornados, terremotos?... Finalmente, ante nuestra<br />

obstinación, por más paciente que fuese el gran ser a<br />

quien ya dañamos, con sus intentos para disuadirnos de<br />

nuestro error, puede terminar por aniqui<strong>la</strong>rnos... ¿No<br />

habrá sido algo así el diluvio?... ¿No habrá sido algo así<br />

- 269 -


<strong>la</strong> desaparición de Pompeya bajo <strong>la</strong> <strong>la</strong>va?... El Popol Vuh<br />

cuenta, en tal sentido, una historia estremecedora:<br />

“[...] fueron triturados, fueron pulverizados, en castigo<br />

de sus rostros, porque no habían pensado ante sus<br />

Madres, ante sus Padres, los Espíritus del Cielo l<strong>la</strong>mados<br />

Maestros Gigantes. A causa de esto se oscureció <strong>la</strong> faz de<br />

<strong>la</strong> tierra, comenzó <strong>la</strong> lluvia tenebrosa, lluvia de día,<br />

lluvia de noche. Los animales pequeños, los animales<br />

grandes, llegaron: <strong>la</strong> madera, <strong>la</strong> piedra, manifestaron sus<br />

rostros. Sus piedras de moler (metales), sus vajil<strong>la</strong>s de<br />

barro, sus escudil<strong>la</strong>s, sus ol<strong>la</strong>s, sus perros, sus pavos,<br />

todos hab<strong>la</strong>ron; todos, tantos cuantos había, manifestaron<br />

sus rostros. «Nos hicisteis daño, nos comisteis; os toca el<br />

turno; seréis sacrificados», les dijeron sus perros, sus<br />

pavos. Y he aquí (lo que les dijeron) sus piedras de<br />

moler: «Teníamos cotidianamente queja de vosotros;<br />

cotidianamente, por <strong>la</strong> noche, al alba, siempre:<br />

`Descorteza, descorteza, rasga, rasga´ sobre nuestras<br />

faces, por vosotros. He aquí, para comenzar, nuestro<br />

cargo a vuestra faz. Ahora que habéis cesado de ser<br />

hombres, probaréis nuestras fuerzas: amasaremos,<br />

morderemos vuestra carne», les dijeron sus piedras de<br />

moler. Y he aquí que [...] sus perros les dijeron: «¿Por<br />

qué no nos dábais nuestro alimento? Desde que éramos<br />

vistos nos perseguíais, nos echábais fuera: vuestro<br />

instrumento para golpearnos estaba listo mientras<br />

comíais. [...] ahora sufriréis los huesos de nuestra boca<br />

[...].» Y he aquí que a su vez sus ol<strong>la</strong>s, sus vasijas de<br />

barro, les hab<strong>la</strong>ron: «Daño, dolor, nos hicísteis,<br />

- 270 -


carbonizando nuestras bocas, carbonizando nuestras faces<br />

[...]: vosotros lo sufriréis a vuestro turno, os<br />

quemaremos» [...]. De igual manera <strong>la</strong>s piedras del hogar<br />

encendieron fuertemente el fuego puesto cerca de sus<br />

cabezas, les hicieron daño. Empujándose (los hombres)<br />

corrieron, llenos de desesperación. Quisieron subir a sus<br />

mansiones, pero cayéndose, sus mansiones les hicieron<br />

caer. Quisieron subir a los árboles; los árboles los<br />

sacudieron a lo lejos. Quisieron entrar a los agujeros,<br />

pero los agujeros despreciaron a sus rostros. Tal fue <strong>la</strong><br />

ruina de aquellos hombres [...]; sus bocas, sus rostros,<br />

fueron todos destruidos, aniqui<strong>la</strong>dos. Se dice que su<br />

posteridad (son) esos monos que viven actualmente en <strong>la</strong>s<br />

selvas [...]. (Popol Vuh, Libro del Consejo de los<br />

Antiguos Quichés. Traducción de los originales mayas:<br />

Georges Raynaud, Miguel Angel Asturias, J. M. González<br />

de Mendoza, en <strong>la</strong> Escue<strong>la</strong> de Altos Estudios de París.<br />

Décima edición, Editorial Losada, Buenos Aires, 1985.<br />

Capítulo 4, páginas 20, 21 y 22.)<br />

Sincronicidad<br />

El martes me visitó un pastor de los Testigos de<br />

Jehová. Es un enólogo maduro, de personalidad apacible<br />

e inteligencia de singu<strong>la</strong>r metodicidad. Él me dejó <strong>la</strong>s<br />

revistas Despertad y Ata<strong>la</strong>ya, como otras veces. En <strong>la</strong><br />

primera el artículo principal se l<strong>la</strong>ma “La comunicación.<br />

Esencial para el ecosistema mundial.” Trata<br />

principalmente sobre los modos en que se comunican<br />

- 271 -


entre sí los animales. Otra vez me sorprende esta...<br />

coincidencia. En un momento cuando discurro durante<br />

varios días sobre <strong>la</strong> vida de los animales, viene un amigo<br />

y me entrega una revista aportando justamente<br />

¡información sobre los animales!... Digo me sorprende<br />

“otra vez” pues a lo <strong>la</strong>rgo de mi vida me ha ocurrido<br />

necesitar información acerca el átomo (supongamos) y<br />

que me llegue por correo un CD justamente sobre “el<br />

desarrollo de <strong>la</strong> investigación nuclear en Ho<strong>la</strong>nda”, por<br />

ejemplo. O abrir al azar un libro en alguna librería, para<br />

encontrarme con un párrafo que contesta precisamente lo<br />

que estaba intentando comprender afanosamente quizá<br />

durante varias semanas, sin haber logrado llegar a un<br />

resultado.<br />

Bien. La revista Despertad -por otra parte<br />

bellísimamente editada, con ilustraciones a todo color-<br />

dice: “[...]antes que llegue el invierno en <strong>la</strong> he<strong>la</strong>da<br />

Antártida, los pingüinos emperadores realizan el ritual<br />

del cortejo, durante el cual el macho y <strong>la</strong> hembra se<br />

<strong>la</strong>nzan gritos el uno al otro. Y no es un juego, pues <strong>la</strong><br />

vida del futuro polluelo depende de ello. ¿Por qué?<br />

“Una vez puesto el huevo, <strong>la</strong> hembra se lo deja al<br />

padre para que lo empolle en su bolsa incubadora<br />

mientras el<strong>la</strong> sale al mar a alimentarse. Al cabo de unos<br />

sesenta y cinco días regresa tras haber recorrido hasta<br />

150 kilómetros caminando con paso bamboleante o<br />

deslizándose sobre el vientre por el hielo. Ya es<br />

sorprendente que encuentre a su colonia, pero ¿cómo se<br />

<strong>la</strong>s arreg<strong>la</strong> para reconocer a su pareja y al polluelo entre<br />

- 272 -


<strong>la</strong> algarabía de decenas de miles de pingüinos? Durante<br />

<strong>la</strong> parada nupcial, cada uno memoriza tan bien <strong>la</strong> voz del<br />

otro que, tras meses de separación, consiguen<br />

localizarse.”<br />

Más ade<strong>la</strong>nte indica: “Muchos animales envían señales<br />

a los demás valiéndose de <strong>la</strong>s feronomas -poderosas<br />

sustancias que suelen producirse en glándu<strong>la</strong>s especiales-<br />

, sea que <strong>la</strong>s emitan directamente o mezc<strong>la</strong>das con <strong>la</strong><br />

orina o <strong>la</strong>s heces fecales. [...] <strong>la</strong>s feronomas [...] Son<br />

como un tablero de anuncios químico que otros animales<br />

«leen» con atención. El libro How Animals Communicate<br />

indica que cada señal olfativa «probablemente incluye<br />

datos adicionales sobre el residente, tales como su edad,<br />

sexo, fortaleza y otras habilidades, [así como] <strong>la</strong> fase del<br />

ciclo reproductivo en que se encuentra»“. Esta<br />

observación científica me explicó por fin <strong>la</strong> recurrencia a<br />

revolcarse en el césped una y otra vez de nuestra perra.<br />

Creo que ya les conté que detrás de nuestra casa hay una<br />

tranqui<strong>la</strong> p<strong>la</strong>cita. Allí, por <strong>la</strong>s mañanas muy temprano,<br />

salimos con nuestra perra a tomar el primer aire. Pues<br />

bien, el<strong>la</strong> olfatea concienzudamente el césped, en<br />

diferentes lugares, que evidentemente no han sido<br />

elegidos al azar. Repentinamente, suele revolcarse en un<br />

sitio que parece haber encontrado, con manifiesto<br />

regocijo. Observándo<strong>la</strong> a veces me trajo a <strong>la</strong> memoria<br />

una de <strong>la</strong>s primeras enseñanzas de Don Juan a Castaneda,<br />

cuando lo dejó en el patio de su casa con el desafío de<br />

que “encontrara su lugar”. (4)<br />

- 273 -


La cuestión es que esos sit ios donde se revuelca <strong>la</strong><br />

Lucero -así se l<strong>la</strong>ma nuestra perra- suelen contener orín o<br />

excrementos de otros animales. Esto fastidia mucho a <strong>la</strong><br />

familia (una de esas veces, para peor en invierno, me<br />

llevó más de una hora quitarle, con agua caliente y un<br />

cepillo de cerda dura, una gruesa capa de mierda seca<br />

que se le había pegado al secarse, alrededor del cuello y<br />

en parte de <strong>la</strong> espalda; no <strong>la</strong> habíamos descubierto hasta<br />

que ac<strong>la</strong>ró bien y comprobamos que era de su cuerpo de<br />

donde provenía aquel fétido olor difundiéndose desde<br />

temprano). “La Luchi” (este es el apodo de <strong>la</strong> Lucero),<br />

me dije, luego de leer este artículo “detecta en ese<br />

predio, quizás, el código feronómico de algún perrazo<br />

elegante y viril, un verdadero príncipe azul, con quien<br />

ensaya acop<strong>la</strong>mientos espirituales a través de sus<br />

revoltijos sobre los excrementos dejados,<br />

deliberadamente, en ese lugar por el Don Juan”.<br />

Humanos en el monte<br />

La incursión en el monte del domingo pasado fue muy<br />

útil pues cumplió con los propósitos que me fijara, esto<br />

es, descubrir senderos nuevos hacia puntos aún no<br />

explorados y que comunicaran, también, con otros<br />

lugares ya visitados muchas veces (incluso con mis<br />

hijitas, cuando eran pequeñas: ahora ya no les interesa<br />

acompañarme ni tampoco ir al monte, salvo Rocío que<br />

estudia Ingeniería Forestal y participa en expediciones ya<br />

muy científicas al Chaco o a <strong>la</strong> Reserva de Copo<br />

- 274 -


organizadas por su Facultad), como La Lagunita, La<br />

Laguna Grande o El Bosquecito de Tunas. También se<br />

puede salir de allí a rutas nacionales, como <strong>la</strong> que lleva a<br />

Catamarca y La Rioja u otra que va hacia Tucumán,<br />

Salta, Jujuy... y Bolivia. O emerger de un modo<br />

imprevisto -como me ocurrió esta vez, pues yo creía que<br />

iba a salir en La Laguna Grande- en una calle muy ancha,<br />

abierta evidentemente con el único propósito de albergar<br />

a gigantescas torres metálicas terminadas en punta,<br />

sostenedoras de poderosos transformadores y muy<br />

gruesos cables conduciendo electricidad. Quería eludir<br />

esa franja, precisamente, por lo que me <strong>la</strong>ncé a <strong>la</strong><br />

primera sendita entre los árboles que encontré. Pero<br />

pronto me hallé en medio de un tupido encierro vegetal;<br />

por obstinación continué, aunque no podía vislumbrar ni<br />

un solo sitio hacia el cielo donde se separasen un poco<br />

<strong>la</strong>s copas de los árboles, y allí fue que se me c<strong>la</strong>vó esa<br />

espinita en el cuero cabelludo al pasar caminando como<br />

una rana por debajo de el<strong>la</strong>, lo cual demostró ser<br />

insuficiente. Ya habituado a moverme en el monte me<br />

quedé inmóvil apenas sentí el pinchazo, pues de haber<br />

avanzado más <strong>la</strong> espina iba a abr irme una zanja, fina pero<br />

dolorosa. Con suma delicadeza <strong>la</strong> quité, me puse “cuerpo<br />

a tierra” luego y así logré pasar. Fue en vano, pues debí<br />

regresar, ante <strong>la</strong> seguridad ya de que no iba a hacer más<br />

que internarme entre matas cada vez menos penetrables.<br />

De ma<strong>la</strong> gana emprendí el camino ancho y árido de <strong>la</strong>s<br />

torres, que lleva hacia <strong>la</strong> Ruta Nacional. No me agradan<br />

ni <strong>la</strong>s torres ni <strong>la</strong> electricidad. Ni el suelo pe<strong>la</strong>do,<br />

- 275 -


amarillo, polvoriento, que queda cuando <strong>la</strong>s máquinas<br />

topadoras han eliminado el monte. Mis rezongos<br />

interiores se diluyeron cuando otra vez encontré una<br />

sendita: esta vez era más nítida, demasiado lisa como<br />

para ser natural, pero tampoco con <strong>la</strong> aspereza del<br />

callejón de <strong>la</strong> electricidad. Entré allí; enseguida me di<br />

cuenta que había sido hecha por los innumerables pasos<br />

humanos, incluso se percibían en el suelo<br />

extraordinariamente liso algunas huel<strong>la</strong>s de bicicleta y de<br />

carros. Como para confirmármelo escuché un ruido detrás<br />

y noté que avanzaba un hombre en bicicleta. Si bien no<br />

muestro signos como los pelos erectos de <strong>la</strong>s tupayas,<br />

humanos imprevistos suelen producirme un moderado<br />

stress (odio confesarlo), especialmente cuando quiero<br />

estar absolutamente solo. Con ánimos cordiales me gritó:<br />

“¡Amigo! ¿Qué pasa con <strong>la</strong>s iguanas?”<br />

“¡No pasa nada!”, le gruñí, e inmediatamente, como él<br />

puso cara de sorpresa, ac<strong>la</strong>ré “Ando paseando,<br />

so<strong>la</strong>mente”.<br />

El tipo, que llevaba leña en el portaequipaje, no<br />

concebía una salida al monte para otra cosa que no<br />

tuviese algún fin utilitario... como yo llevaba un palo<br />

bastante grande en <strong>la</strong> mano... Pero lo había tomado,<br />

seleccionando cuidadosamente uno delgado y sólido, sólo<br />

para apartar <strong>la</strong>s espinas.<br />

Me ocurrió algo interesante luego de avanzar un poco<br />

más. Ya iba perfectamente seguro de que el camino -<br />

bastante ancho, por otra parte- me llevaría hasta donde se<br />

va “civilizando” el monte, para desembocar luego de un<br />

- 276 -


c<strong>la</strong>ro, en <strong>la</strong>s bonitas casas de mi barrio, por lo cual mi<br />

mente se libró de prevenciones para entregarse a <strong>la</strong> mera<br />

contemp<strong>la</strong>ción y algún devaneo liberal.<br />

Empecé a pensar entonces, una y otra vez “Qué<br />

hermoso lugar para hacerme una casita”, y así, cada vez<br />

que me agradaba un sitio “Aquí podría ser”, sólo para<br />

hal<strong>la</strong>r enseguida un conjunto de arbolitos, cactus<br />

elegantes, enredaderas, arbustos con tallos recubiertos<br />

por escamas de p<strong>la</strong>ta, “no, no, este lugar es mejor, aquí<br />

voy a construir mi casa, lo más adentro del monte, de tal<br />

manera que nadie pueda llegar fácilmente a molestar”.<br />

Así iba, cada vez más entusiasmado con el proyecto de<br />

mi casita -con forma de media esfera, cual pecho<br />

maternal- cuando hallé una sendita primorosa, b<strong>la</strong>nca,<br />

apenas suficiente como para que entrase una persona<br />

delgada, un hilito de tierra b<strong>la</strong>nca que viboreaba<br />

ágilmente introduciéndose entre altísimos arbolillos<br />

restal<strong>la</strong>ntes de flores rojas. Conversando conmigo mismo,<br />

ya en voz alta, dije:<br />

-¡Esta va a ser <strong>la</strong> entrada hacia mi casa! -y me <strong>la</strong>ncé<br />

con determinación en el desvío. Avancé con rapidez unos<br />

veinte metros, embriagado de suave alegría, imaginando<br />

el sencillo portal de mi casa, cuando de improviso me<br />

topé con una pareja. ¡El hombre <strong>la</strong>nzó una exc<strong>la</strong>mación<br />

de susto y abrió los brazos, que hasta el momento<br />

envolvían a <strong>la</strong> chica! Percibí el descender como un telón<br />

de <strong>la</strong> remera sobre el torso de <strong>la</strong> muchacha, a quien ni<br />

siquiera alcancé a distinguir c<strong>la</strong>ramente, ya que estaban<br />

en un sector oscuro de <strong>la</strong> vegetación, apoyados sobre<br />

- 277 -


algo que me dio <strong>la</strong> impresión de ser pared de una casil<strong>la</strong> -<br />

pero debe de haber sido sólo un tronco muy grueso,<br />

quemado. El hombre me miró con terror (c<strong>la</strong>ro, yo<br />

llevaba un palo en <strong>la</strong> mano, debo de haber presentado un<br />

aspecto fiero, luego de haber andado durante más de dos<br />

horas al sol, arrastrándome a veces y recogiendo<br />

espinitas y cadillos sobre mi camisa). Instantáneamente<br />

comprendí <strong>la</strong> situación y me aparté sin decir nada,<br />

volviendo a <strong>la</strong> “ruta normal”. Al pasar por una<br />

perspectiva que me permitió visualizarlos fugazmente,<br />

advertí que el joven había dejado a un costado a <strong>la</strong> chica,<br />

que permanecía inmóvil y en sombras, y él se había<br />

puesto de bruces contra un árbol, como quien no puede<br />

salir de una gran impresión.<br />

No pude explicarme este susto del muchacho, por más<br />

que mi aspecto pueda haber sido fiero. Esa misma tarde,<br />

visitando a mi amigo Mario Cardozo (uno de los<br />

miembros de esta lista) le narré lo sucedido.<br />

-Andá a saber a quién estaba “marcando” el tipo - me<br />

dijo, ac<strong>la</strong>rándome quizá <strong>la</strong> cuestión. No se me había<br />

ocurrido que tal vez sorprendiera a una pareja<br />

considerada ilegal.<br />

Luciérnagas<br />

La ecóloga Susan Tweit sostiene en un artículo<br />

reproducido por “Despertad” que <strong>la</strong>s luciérnagas manejan<br />

ciertos códigos comunicacionales semejantes a nuestro<br />

“morse”. Sólo que el<strong>la</strong>s lo efectúan con luces. “El<br />

- 278 -


vocabu<strong>la</strong>rio luminoso de estos coleópteros va desde <strong>la</strong><br />

simple alerta hasta un complejo sistema de l<strong>la</strong>madas y<br />

respuestas entre el pretendiente y <strong>la</strong> cortejada. El color<br />

de <strong>la</strong> luz varía entre verde, amarillo y naranja. Dado que<br />

<strong>la</strong>s hembras no suelen vo<strong>la</strong>r, <strong>la</strong> mayoría de los<br />

resp<strong>la</strong>ndores que vemos procede de los machos. Cada una<br />

de <strong>la</strong>s 1.900 especies de luciérnagas (l<strong>la</strong>madas también<br />

gusanos de luz) poseen su propia pauta de centelleo.”<br />

En un recuadro, titu<strong>la</strong>do “La fr ía luz de <strong>la</strong>s<br />

luciérnagas”, “Despertad” informa: “Las lámparas<br />

incandescentes pierden alrededor del 90 % de <strong>la</strong> energía<br />

en forma de color. Sin embargo, <strong>la</strong>s luciérnagas emiten<br />

una luz -producto de complejas reacciones químicas- que<br />

aprovecha entre el 90 y el 98 % de <strong>la</strong> energía, de modo<br />

que no se desperdicia casi nada en forma de color, razón<br />

por <strong>la</strong> que se <strong>la</strong> denomina luz fría. Las reacciones<br />

químicas que se utilizan para ello tienen lugar en unas<br />

célu<strong>la</strong>s especiales designadas fotocitos, los cuales se<br />

encienden o se apagan gracias a ciertos nervios.”<br />

Esta manera de comunicarse para hacer el amor<br />

recuerda a un hermoso cuento que publicamos hace poco<br />

en <strong>Quipu</strong> (http://editorial-quipu.galeon.com), y creo<br />

habérselos enviado también a ustedes. Por si no lo<br />

hubiera hecho, lo reproduzco aquí:<br />

En Orgonón, p<strong>la</strong>neta de cinco lunas de <strong>la</strong> conste<strong>la</strong>ción<br />

de Acuario, pudimos gozar de uno de los espectáculos<br />

más hermosos de todo nuestro viaje: cuando hacen el<br />

amor, los habitantes de Orgonón se iluminan.<br />

- 279 -


No se trata de una luminosidad repentina y fugaz, sino<br />

que va naciendo de a poco, apenas el macho se encuentra<br />

con <strong>la</strong> hembra. Primero se iluminan los ojos y, en<br />

seguida, el resto del cuerpo empieza a cambiar de color<br />

en forma radial a partir del sexo, como una gota de tinta<br />

en un papel secante. Cuando se abrazan, se inicia un<br />

tenue chisporroteo por toda <strong>la</strong> piel. Leve, cadencioso,<br />

con un ritmo preciso y casi musical. A medida que se<br />

hace más intenso el roce de <strong>la</strong>s pieles, los cuerpos se<br />

parecen cada vez más a dos <strong>la</strong>mparitas eléctricas o a dos<br />

luciérnagas. Lentamente el chisporroteo deja lugar a una<br />

luminosidad continua y difusa que llega a su máximo<br />

esplendor en <strong>la</strong> culminación del acto.<br />

Es maravilloso, por <strong>la</strong>s noches, ver <strong>la</strong>s ventanas de <strong>la</strong>s<br />

casas, <strong>la</strong>s calles y los parques iluminados por el amor.<br />

En Orgonón, desgraciadamente, sus habitantes no<br />

pueden apreciar estos espectáculos, pues ellos son ciegos<br />

a los colores situados por debajo del ultravioleta. En este<br />

sentido -y sólo en este sentido- los orgónicos son<br />

parecidos a nosotros, los terráqueos, que tampoco somos<br />

capaces de gozar de los espléndidos tornaso<strong>la</strong>dos<br />

infrarrojos de nuestros cuerpos amándose.<br />

(José Luis D´Amato, “La luz”. San Marcos Sierra,<br />

Córdoba, Argentina, 1997)<br />

Tengo deseos de seguir escribiendo, pero noto que esta<br />

Carta se ha puesto bastante <strong>la</strong>rga. Por ello, para no<br />

- 280 -


agobiar a mis amigos, me despido en este mismo instante,<br />

hasta <strong>la</strong> próxima oportunidad.<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, lunes, 26 de octubre<br />

de 2003.<br />

(1) Vitus B. Dröscher. Sobrevivir. La gran lección del<br />

reino animal. Traducción de Joaquín Adsuar Ortega. Editorial<br />

Sudamericana/P<strong>la</strong>neta. Buenos Aires, 1983.<br />

(2) Otro fenómeno de “sincronicidad”: anoche me acerqué<br />

a mi portafolios para sacar algo y encontré a su <strong>la</strong>do un<br />

ejemp<strong>la</strong>r de un periódico quincenal editado por <strong>la</strong> izquierda<br />

democrática argentina, de algunos meses atrás. No lo había<br />

leído, ni siquiera recordaba haberlo hojeado, quizá por haber<br />

llegado junto con otras publicaciones que me interesaron más<br />

en su momento. Es una revista útil; <strong>la</strong> hojeo y me encuentro<br />

en sus páginas centrales, siempre con grandes fotos a color...<br />

¡un informe especial sobre <strong>la</strong> celebración del Gauchito Gil en<br />

Lomas de Zamora!... De allí extraigo, pues:<br />

“Antonio Gil era un hombre de pueblo, humilde y honrado,<br />

que vivió en Corrientes, a mediados del siglo XIX. [...]<br />

decide escapar a <strong>la</strong> leva forzosa. Vive como “gaucho matrero”<br />

y desertor hasta que lo apresan, y uno de los guardias<br />

encargados de llevarlo hasta <strong>la</strong> capital lo mata” Así había<br />

- 281 -


sido <strong>la</strong> historia. ¿Por qué lo transformaron en santo popu<strong>la</strong>r?<br />

Aquí está: “[...] el asesino, que tenía un hijo muy enfermo, se<br />

arrepiente de su crimen, pide perdón al gauchito y promete<br />

llevar una cruz al lugar de su muerte. Así lo hace y al<br />

regresar a su casa, descubre el mi<strong>la</strong>gro: su hijo se había<br />

recuperado. Allí, donde fue asesinado, se erige hoy el altar<br />

principal del Gauchito Gil, pero hay cientos de ellos por todo<br />

el país.” (Sofía Fuhrman, “El gauchito de los mi<strong>la</strong>gros”,<br />

revista “Acción”, Año 37, Nº 884, segunda quincena de junio<br />

de 2003.)<br />

(3) Vi <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> a los 21 años; esta celda me horrorizó,<br />

me pareció increíble que hubiera gente tan perversa como<br />

para encerrar a otros en cubículos como éste. También sentí<br />

un escalofrío de sólo pensar que un humano debiera<br />

sobrevivir durante muchos días allí. Ni se me pasó por <strong>la</strong><br />

cabeza <strong>la</strong> suposición de que alguna vez me vería sometido a<br />

una situación semejante, como ocurrió cuando debí ocupar<br />

cierta celda de castigo en <strong>la</strong> cárcel de Sierra Chica,<br />

construida en el siglo XIX.<br />

(4) “Señaló que yo estaba muy cansado sentado en el<br />

suelo, y que lo adecuado era hal<strong>la</strong>r un «sitio» en el suelo<br />

donde pudiera sentarme sin fatiga. [...]<br />

“Don Juan [...] recalcó que un sitio significaba un lugar<br />

donde uno podía sentirse feliz y fuerte de manera natural.”<br />

(Carlos Castaneda. Las enseñanzas de Don Juan. Fondo de<br />

Cultura Económica, México, 1979.)<br />

- 282 -


CARTA Nº 13<br />

Autonomía, Santiago del Estero, sábado 19 de septiembre de<br />

2004.<br />

Queridas amigas y amigos:<br />

Juan Castiglione me ha enviado cierto artículo. Lleva<br />

como título “El Hecho y su contexto”, con una vo<strong>la</strong>nta<br />

abajo: “La estafa de El Código Da Vinci: un best-seller<br />

mentiroso”. Está firmado por Pedro J. Ginés Rodríguez,<br />

presumiblemente publicado por algún periódico en<br />

España, sin especificar.<br />

El envío no es arbitrario. Sucede que Juan concurrió a<br />

<strong>la</strong> disertación de un panel, en el cual se reflexionó sobre<br />

parte de mi obra literaria. En ese contexto, Amalia<br />

Beatriz Domínguez dijo, aproximadamente, que <strong>la</strong> nove<strong>la</strong><br />

Bertozzi, publicada en Italia hacia 1996, se sostenía<br />

sobre un presupuesto ideológico semejante al de El<br />

Código Da Vinci. Con generosa solidaridad, se quejó<br />

también de que pese a ello mi nove<strong>la</strong> permanece en el<br />

anonimato, mientras que <strong>la</strong> de Dan Brown se ha<br />

convertido en un libro vendido por cientos de miles.<br />

Todo esto hubiese quedado allí si Juan no mandaba el<br />

artículo mencionado, donde se analiza de un modo<br />

agudamente adverso el contenido del best seller. Juan me<br />

hizo saber también que no compartía los conceptos<br />

sostenidos por el autor del artículo. Las razones por <strong>la</strong>s<br />

- 283 -


que me lo remitía –dijo-, es pues lo consideraba<br />

“estimu<strong>la</strong>nte” y porque estaba teniendo una<br />

extraordinaria difusión.<br />

Amalia me había enviado -mucho antes- por e-mail,<br />

una versión digital de El Código Da Vinci. Motivado por<br />

<strong>la</strong>s críticas que se le hacían, decidí otorgarle un espacio<br />

cotidiano y terminé de leer <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> de Dan Brown <strong>la</strong><br />

semana pasada.<br />

Aparte de algunos conceptos esenciales, provenientes<br />

de <strong>la</strong> tradición religiosa universal -<strong>la</strong> pública y <strong>la</strong> oculta-<br />

me parece que este best seller difiere de mi nove<strong>la</strong> en su<br />

concepción central, tanto literaria como religiosa. Así<br />

pues, mientras Bertozzi intenta presentar una obra de arte<br />

donde se sugiera y permita al lector <strong>la</strong> recreación de<br />

elementos vitales, El Código... trabaja con el método del<br />

“suspense”, sin prestar <strong>la</strong> necesaria atención a <strong>la</strong> belleza<br />

de <strong>la</strong>s formas, ape<strong>la</strong>ndo a todo tipo de recursos, harto<br />

probados, para precipitar una lectura voraz. Y<br />

prácticamente se facilitan todas <strong>la</strong>s respuestas<br />

importantes.<br />

Pese a ello -y a otros vicios conceptuales y literarios-<br />

creo que el libro aporta numerosos conceptos<br />

verdaderamente valiosos, para quienes estudiamos los<br />

fenómenos religiosos con el ánimo sincero de descubrir<br />

<strong>la</strong> verdad. Los enumeraré de un modo cronológicamente<br />

inverso:<br />

1) La leyenda del Santo Grial alude simbólicamente a<br />

<strong>la</strong> saga de una notable progenie Europea, los<br />

- 284 -


merovingios, cuyos integrantes serían descendientes<br />

directos de Jesús.<br />

2) Por lo tanto Jesús habría sido casado. Su esposa<br />

habría sido María Magdalena, quien luego de <strong>la</strong><br />

crucifixión de su marido, habría sido tras<strong>la</strong>dada a Europa<br />

por los apóstoles, más precisamente a <strong>la</strong> Galia, desde<br />

donde prolongaría <strong>la</strong> descendencia sagrada.<br />

3) Jesús no habría sido “el Hijo de Dios”, sino un<br />

profeta del “verdadero culto sagrado”, en cuyo centro<br />

reinaba una deidad femenina. En este credo, María<br />

Magdalena actuaba como Suma Sacerdotisa.<br />

Considero sumamente interesantes estos supuestos,<br />

porque resumen concepciones barajadas de un modo<br />

confuso durante siglos, a través de múltiples vertientes<br />

religiosas. Que se convirtieron en esotéricas debido a <strong>la</strong><br />

feroz persecución suscitada, desde el sector que<br />

gradualmente fue consolidándose en el poder de <strong>la</strong><br />

Iglesia Católica. El mérito de este resumen tampoco es de<br />

Brown, como descubriría después, también gracias a <strong>la</strong><br />

ayuda de Amalia Beatriz Domínguez, con quien nos une<br />

además de múltiples afinidades espirituales <strong>la</strong> búsqueda<br />

sincera de <strong>la</strong> verdad, desde muchos años atrás. Juntos<br />

descubrimos, hace apenas unos días, El Enigma Sagrado,<br />

libro publicado en español hacia 1985. Bajo una idea de<br />

Henry Lincoln, guionista de <strong>la</strong> BBC, Richard Leigh,<br />

novelista, y Michael Baigent, licenciado en psicología,<br />

todos expertos en temas re<strong>la</strong>cionados con el Grial, se<br />

construyó este libro que roza <strong>la</strong>s 500 páginas. En él se<br />

desarrol<strong>la</strong>, sobre bases documentadas cuidadosamente, <strong>la</strong><br />

- 285 -


historia que en sus conceptos básicos difundirá luego <strong>la</strong><br />

hoy muy leída El Código Da Vinci. Hasta el nombre de su<br />

personaje principal, Saunière, el curador jefe del Museo<br />

del Louvre y Gran Maestre de una orden secreta, <strong>la</strong> que<br />

custodia el Santo Grial, es el mismo de un personaje real,<br />

Francois-Bérenger Saunière, cura de fines del XIX, quien<br />

efectúa un misterioso hal<strong>la</strong>zgo en su parroquia, ubicada<br />

en una bel<strong>la</strong> zona montañosa habitada otrora por cátaros<br />

y temp<strong>la</strong>rios. Esto no quita mérito, según mi modesto<br />

entender, a El Código Da Vinci, pues resume de un modo<br />

esquemático y medu<strong>la</strong>r los conceptos <strong>la</strong>rgamente<br />

desmenuzados y sostenidos con abundantes citas, mapas<br />

y fotografías en El enigma sagrado. La rápida<br />

digestibilidad de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> permite, parecidamente a los<br />

buenos videos de Carl Sagan, acceder a un conocimiento<br />

que de otro modo podría quedar algo desdibujado, en un<br />

libro tan extenso y minucioso como el anterior.<br />

Pues bien, en esta Carta a <strong>la</strong>s amigas y amigos que<br />

integran esta congregación espontánea, propongo dividir<br />

nuestro análisis en dos partes: primero, los argumentos<br />

esenciales de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> -y por ende, de su sostén<br />

ideológico, El enigma sagrado-. Segundo, <strong>la</strong>s<br />

argumentaciones del articulista Ginés Rodríguez, que<br />

considero una reacción visceral, desde el extremo<br />

simétricamente opuesto a <strong>la</strong> postura conceptual<br />

mantenida por los autores de ambos libros.<br />

Comencemos con el tema de <strong>la</strong> supuesta descendencia<br />

de Jesús.<br />

- 286 -


Rey de Israel<br />

Según <strong>la</strong>s líneas históricas reconstruidas en base a<br />

documentos –pero principalmente a imaginación- (1) por<br />

los autores mencionados, María Magdalena, luego de <strong>la</strong><br />

muerte de Jesús, habría sido llevada secretamente hacia<br />

Europa por un selecto grupo de apóstoles. Ésta,<br />

conformada bajo expresas directivas de Jesús, habría<br />

estado conducida por Lázaro y José de Arimatea. Su<br />

misión sagrada era preservar a <strong>la</strong> sacerdotisa, María<br />

Magdalena, por entonces embarazada, y su progenie.<br />

Hasta el momento oportuno, en que se suscitaran <strong>la</strong>s<br />

condiciones necesarias para restablecer el reino de <strong>la</strong><br />

estirpe legítima de <strong>la</strong> Casa de Israel, que Jesús<br />

representaba, por sus dos líneas genealógicas<br />

ascendentes. En tal sentido, dicen los autores de El<br />

enigma sagrado: “El evangelio de Mateo afirma<br />

explícitamente que Jesús era de sangre real: un rey<br />

auténtico, heredero por línea directa de Salomón y David.<br />

Si esto es verdad, disfrutaría de un derecho legítimo al<br />

trono de una Palestina unida, y puede incluso que gozara<br />

del derecho legítimo. Y <strong>la</strong> inscripción que se hizo en <strong>la</strong><br />

cruz sería mucho más que una simple bur<strong>la</strong> sádica, pues<br />

Jesús sería de veras el «rey de los judíos». En muchos<br />

sentidos, su posición sería análoga a <strong>la</strong> de, pongamos por<br />

caso, el príncipe Carlos Estuardo en 1745. Y, por ende,<br />

engendraría <strong>la</strong> oposición que engendró exactamente<br />

debido a esta condición: <strong>la</strong> de rey sacerdote que tal vez<br />

unificaría a su país y al pueblo judío, con lo que<br />

- 287 -


epresentaría una seria amenaza tanto para Herodes como<br />

para Roma”.<br />

De tal manera, <strong>la</strong> ejecución infamante de este príncipe<br />

de Israel no habría sido, como pretende <strong>la</strong> tradición<br />

sinóptica, un hecho religioso inducido por los hebreos,<br />

sino un acto político, considerado imprescindible por el<br />

Imperio Romano, para sostener su poder ante el<br />

adversario más importante que tuviesen durante toda su<br />

dominación. En tal sentido continúan argumentando<br />

Lincoln y sus compañeros, para demostrar que existía una<br />

genuina “familia real” con legít imo derecho a rec<strong>la</strong>mar <strong>la</strong><br />

devolución del trono de Israel.<br />

“Según todas <strong>la</strong>s crónicas del Nuevo Testamento -<br />

dicen Leigh, Lincoln y Baigent-, Jesús era del linaje de<br />

David y, por ende, también miembro de <strong>la</strong> tribu de Judá.<br />

A ojos de los benjamitas esto le convertiría, al menos en<br />

cierto sentido, en un usurpador. Sin embargo, una<br />

objeción de esta índole habr ía quedado superada de haber<br />

contraído Jesús matrimonio con una mujer benjamita.<br />

“Un matrimonio de esta c<strong>la</strong>se hubiera constituido una<br />

importante alianza dinástica, una alianza cargada de<br />

importancia política. No sólo habría proporcionado a<br />

Israel un poderoso rey-sacerdote, sino que, además,<br />

habría cumplido <strong>la</strong> función simbólica de devolver Israel a<br />

sus propietarios originales y legít imos. De esta manera<br />

habría servido para estimu<strong>la</strong>r <strong>la</strong> unidad y el apoyo del<br />

pueblo, aparte de consolidar el derecho al trono que<br />

pudiera poseer Jesús.<br />

- 288 -


“[...] Jesús sería un rey-sacerdote del linaje de David<br />

que poseía un derecho legítimo al trono. Consolidaría su<br />

posición mediante un matrimonio dinástico<br />

simbólicamente importante. Luego estaría en condiciones<br />

de unificar a su país, movilizar al pueblo tras él, expulsar<br />

a los opresores, deponer a su marioneta abyecta y<br />

restaurar <strong>la</strong> gloria de <strong>la</strong> monarquía tal como era bajo<br />

Salomón. Un hombre así habría sido verdaderamente «rey<br />

de los judíos».” (2)<br />

Pues bien, en esta línea de razonamiento, <strong>la</strong><br />

preservación de <strong>la</strong> estirpe de Jesús sería necesaria para el<br />

establecimiento del “Reino de Dios” sobre <strong>la</strong> Tierra,<br />

cuando se presentara otra oportunidad adecuada (<strong>la</strong><br />

primera habría sido durante <strong>la</strong> vida de Jesús). Esta<br />

segunda oportunidad, según el criterio sustentado por<br />

estos libros, bien podría haber sido el período de <strong>la</strong>s<br />

Cruzadas. Allí, un maduro ejército cristiano se vuelca de<br />

un modo irresistible sobre el Israel histórico. ¿Y quiénes<br />

serían el núcleo central de esta gigantesca aventura, a <strong>la</strong><br />

vez en el p<strong>la</strong>no militar tanto como en lo espiritual? Los<br />

Temp<strong>la</strong>r ios. En ellos -así como en una misteriosa orden<br />

secreta, autora de todos los trasamientos políticos<br />

fundamentales- se encontrarían jugando papeles c<strong>la</strong>ves<br />

los descendientes directos de Jesús, quienes habrían<br />

constituido, desde sus orígenes, a <strong>la</strong> noble estirpe<br />

merovingia. Prueba contundente de tal razonamiento<br />

sería <strong>la</strong> elección de Godofredo de Bouillon -y a su<br />

temprana muerte <strong>la</strong> de su hermano, Balduino I-, como<br />

reyes de Jerusalén.<br />

- 289 -


De tal manera, durante el deslumbrante aunque<br />

precario reinado europeo sobre Palestina -1099-1187-, se<br />

habría cumplido, pues, una nueva etapa de este repetido<br />

intento: colocar toda <strong>la</strong> tierra bajo “un genuino y directo<br />

representante de Dios”.<br />

Esta aseveración, subyacente en los escritos de El<br />

Enigma Sagrado, más directamente sugerida en El<br />

Código Da Vinci resulta seductora para una mentalidad<br />

romántica y algo cándida. Como lo son <strong>la</strong>s de <strong>la</strong> gran<br />

mayoría de los humanos en el mundo, en esto no se<br />

diferencian sustancialmente <strong>la</strong>s razas. Sin embargo<br />

presenta una gigantesca debilidad conceptual. Es que<br />

toda <strong>la</strong> documentación existente -<strong>la</strong>s narraciones<br />

evangélicas, tanto de los evangelios canónicos como <strong>la</strong><br />

de los desestimados por el catolicismo- destaca de un<br />

modo indudable que Jesús jamás predicó un reino de este<br />

mundo. Por el contrario, se identifica a <strong>la</strong>s cuestiones<br />

polít icas, económicas o sociales, como accesorios a <strong>la</strong><br />

verdadera misión de los humanos sobre <strong>la</strong> Tierra:<br />

perfeccionarse para <strong>la</strong> vida superior, esto es, espiritual,<br />

que podrá vivirse en plenitud, únicamente, luego de<br />

abandonar nuestro vehículo terreno, el cuerpo físico. Un<br />

anticipo de el<strong>la</strong> puede experimentarse, entregándose por<br />

completo a <strong>la</strong> vida espiritual, en comunidad. ¿Cómo es<br />

esto? Amando por igual a todos, y compartiendo todas<br />

nuestras posesiones con los demás. O sea, un tipo de<br />

convivencia que perfectamente podríamos l<strong>la</strong>mar<br />

“comunismo”. Al parecer hasta el siglo III hubo muchos<br />

grupos de seguidores de Cristo que llevaron a <strong>la</strong> práctica<br />

- 290 -


de un modo eficaz tales preceptos, particu<strong>la</strong>rmente en<br />

Egipto y Grecia.<br />

Por lo expresado, difícilmente podría haber interesado<br />

a Jesús promover el cuidado de “su semil<strong>la</strong>” -aun<br />

concediendo que hubiese sido casado- con el propósito de<br />

que nueve siglos después, hordas armadas con espadas de<br />

cinco kilos, mazas erizadas de púas y hachas,<br />

arrebataran, de un modo sangriento, a otras hordas<br />

semejantes, el dominio de un reino constituido<br />

meramente por objetos y tierras.<br />

El complejo nord europeo<br />

Otro aspecto menos sustentable pero de alto valor<br />

especu<strong>la</strong>tivo es que, aún concediendo un propósito de<br />

preservación dinástica y <strong>la</strong> pertenencia de Jesús “y su<br />

esposa” a una c<strong>la</strong>se social de gran prosapia, resulta poco<br />

razonable que hayan elegido, para exiliarse, <strong>la</strong> Galia.<br />

¿Con qué propósitos una familia noble, de educación<br />

refinada, buscaría fijar su nueva residencia en lo que<br />

entonces era considerado -con perdón de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra- “el<br />

culo del mundo”? Los mismos romanos -cultura reciente,<br />

para el período mencionado- despreciaban a los<br />

habitantes de toda <strong>la</strong> región ubicada a sus espaldas, lo<br />

mismo que los estadounidenses desprecian<br />

profundamente a los mexicanos. Para aquel entonces, <strong>la</strong><br />

Civilización, <strong>la</strong> Cultura, <strong>la</strong>s Artes, <strong>la</strong> Sabiduría<br />

trascendental, todos los elementos necesarios para un<br />

buen nivel de vida estaban ubicados principalmente en<br />

- 291 -


dos grandes regiones: Egipto y Babilonia. Los mismos<br />

griegos -cultura antigua y exquisita- rendían tributo a <strong>la</strong><br />

tradición cultural asiática, como lo más elevado que<br />

podía encontrarse en el mundo por aquellos tiempos. Así<br />

Cleopatra y su corte -que no eran egipcios sino griegos,<br />

descendientes de <strong>la</strong>s casas nobles que acompañaron a<br />

Alejandro- habían adoptado totalmente <strong>la</strong> civilización<br />

egipcia como propia.<br />

Siguiendo una lógica pedestre se puede argumentar que<br />

el exilio de <strong>la</strong> noble Magdalena y su corte en tierra<br />

europea, constituye algo semejante a decir que Máxima<br />

Zorreguieta, en vez de casarse con un príncipe de<br />

Ho<strong>la</strong>nda, hubiera elegido para tal propósito a un hijo del<br />

presidente de Guinea-Bissau.<br />

Puede esconderse, entonces, tras esta imaginativa<br />

construcción de una línea genealógica directa, que uniría<br />

a <strong>la</strong> nobleza merovingia -y más tarde a <strong>la</strong> teutona e<br />

inglesa por consanguinidad- con <strong>la</strong>s más antiguas estirpes<br />

asiáticas, hasta el inicio mismo de <strong>la</strong> humanidad, puede<br />

haber aquí, decíamos, tal vez, <strong>la</strong> única necesidad de<br />

legitimar el derecho de franceses, ingleses, alemanes y<br />

nórdicos en general a <strong>la</strong> categoría de cultura superior.<br />

Es muy notable en <strong>la</strong> literatura nord europea esta<br />

necesidad de dignificar hasta un nivel sublime lo que al<br />

parecer consideran -de un modo subconsciente- sus<br />

habitualmente feos orígenes. Así encontramos que<br />

autores tan sólidos y profundos como Mircea Eliade, o<br />

James G. Frazer, caen bajo este complejo de inferioridad<br />

subconsciente. Ambos pretenden equiparar, sutilmente,<br />

- 292 -


con los refinadísimos cultos antiguos -egipcios,<br />

suméricos- a ritos burdos y primitivos, como los<br />

manifestados por <strong>la</strong>s tribus bárbaras que habitaban <strong>la</strong>s<br />

regiones he<strong>la</strong>das de Dinamarca o Los Alpes europeos.<br />

Así, <strong>la</strong> adoración de torpes montículos de piedra -Eliade-<br />

o el custodio criminal de una <strong>la</strong>gunita entre los riscos -<br />

Frazer- son colocados, argumentativamente, en categorías<br />

semejantes a los complejos sistemas teológicos,<br />

desarrol<strong>la</strong>dos alrededor de religiones como <strong>la</strong>s de Isis y<br />

Osiris, el culto a Astarté, o los antiguos dualismos<br />

babilónicos.<br />

Es casi seguro que <strong>la</strong> predicación de Jesús fue una<br />

bril<strong>la</strong>nte coronación de todas <strong>la</strong>s antiguas tradiciones<br />

religiosas orientales mencionadas, pero no es nada seguro<br />

de que esta haya tenido continuidad precisamente en <strong>la</strong>s<br />

tradiciones religiosas europeas. Mas dejaremos este hilo<br />

de nuestra reflexión aquí, para no alejarnos de los temas<br />

centrales.<br />

Estado civil de Jesucristo<br />

El segundo tema, <strong>la</strong> vida en pareja de Jesús, tiene para<br />

nuestro gusto una particu<strong>la</strong>r benevolencia. Si Jesús<br />

hubiese sido casado, ello echaría por tierra de una vez<br />

para siempre <strong>la</strong> espantosa penumbra de pecaminosidad<br />

con que se mancilló históricamente a <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />

sexuales en nuestra cultura cristiana (y también dentro de<br />

<strong>la</strong> musulmana, en gran parte derivada de <strong>la</strong> cristiandad).<br />

- 293 -


De haber resultado Jesús un hombre casado -como se<br />

sostiene con argumentos suficientemente considerables<br />

en El enigma…- <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones humanas podrían cambiar<br />

extraordinariamente.<br />

Bajo <strong>la</strong> perspectiva de que <strong>la</strong> sexualidad y el amor de<br />

pareja no son cuestiones sucias, destinadas a practicarse<br />

en zonas umbrías y no sin un dejo de culpabilidad, sino<br />

lo contrario, parte de <strong>la</strong> sagrada enseñanza transmitida<br />

por nuestro mayor Maestro, <strong>la</strong> gente podría quitarse de<br />

encima una lápida que motivara, durante siglos, gran<br />

parte de los mayores padecimientos ocurridos sobre <strong>la</strong><br />

Tierra. Tan es así que grandes filósofos como Wilhelm<br />

Reich atribuyeron a los conflictos psicológicos de <strong>la</strong><br />

sexualidad el origen de una fracción inmensa de <strong>la</strong><br />

energía social desordenada que se canaliza, luego, a<br />

través de <strong>la</strong>s grandes guerras. El nazismo, según Reich,<br />

sería un ejemplo paradigmático de <strong>la</strong> sublimación,<br />

errónea, de inmensas acumu<strong>la</strong>ciones de energías,<br />

existentes en el pueblo alemán debido a <strong>la</strong> gravitación<br />

poderosa de los complejos sexuales.<br />

Por nuestra parte, una muy traumática experiencia en<br />

tales campos nos ha convencido de que <strong>la</strong> sexualidad es<br />

sólo un aspecto -aunque sumamente central- de <strong>la</strong>s<br />

necesidades naturales de los humanos, que en su conjunto<br />

podrían configurarse dentro de aquel pi<strong>la</strong>r esencial de<br />

nuestra condición humana, genéricamente denominado<br />

Amor. ¿Por qué ha sido confinado al ca<strong>la</strong>bozo de<br />

martirio, adonde lo condujeron <strong>la</strong>s culturas de casi todas<br />

<strong>la</strong>s razas que habitan <strong>la</strong> Tierra? Me pregunto esto casi<br />

- 294 -


desde <strong>la</strong> infancia y hoy -a los 55 años, cumplidos el 19<br />

de agosto- no hallé respuesta c<strong>la</strong>ra aún.<br />

El matrimonio de Jesús, entonces, podría inducir un<br />

giro benéfico y altamente purificador en nuestra<br />

convicción cristiana, pues daría a <strong>la</strong> concepción natural<br />

de <strong>la</strong> vida una justificación divina, de otro modo puesta<br />

en duda por un celibato sacerdotal cuya necesidad no nos<br />

cierra.<br />

Dos pasajes del Evangelio de Felipe sostienen esta<br />

idea. Los transcribimos a continuación:<br />

“36. Había tres mujeres l<strong>la</strong>madas María, quienes<br />

caminaban con el Señor Jesús todo el tiempo: su madre,<br />

su hermana y <strong>la</strong> magdalena, <strong>la</strong> que es l<strong>la</strong>mada su pareja.<br />

Así fue que su Madre, Hermana y Pareja, (<strong>la</strong>s tres) se<br />

l<strong>la</strong>maban «María».”<br />

Y:<br />

“59. La sabiduría que los humanos l<strong>la</strong>man estéril, es <strong>la</strong><br />

Madre de los Ángeles. Y <strong>la</strong> pareja de Cristo es María<br />

Magdalena. El Señor amaba a María más que a todos los<br />

demás discípulos, y él <strong>la</strong> besaba a menudo en su boca.<br />

“Él abrazaba también a <strong>la</strong>s otras mujeres, mas estas le<br />

dijeron: ¿Por qué <strong>la</strong> amas a el<strong>la</strong> más que a todas<br />

nosotras? || El Salvador respondió, diciéndoles: ¿Por qué<br />

no os amo a vosotras como a el<strong>la</strong>?...”<br />

Esta pregunta, al menos en <strong>la</strong> transcripción hal<strong>la</strong>da en<br />

1945 bajo Nag Hammadi -y datada por los científicos<br />

- 295 -


hacia el siglo III de <strong>la</strong> era cristiana- queda sin respuesta,<br />

por haberse destruido el fragmento correspondiente.<br />

La divinidad de Jesús<br />

Por último, <strong>la</strong> divinidad de Jesús. Tal concepto resulta<br />

finalmente sujeto a lo que vulgarmente suele mencionarse<br />

como “cuestión de fe”. En El enigma sagrado y El<br />

Código Da Vinci se bosquejan alternativamente dos<br />

teorías: <strong>la</strong> de que Jesús no sería portador de el Espíritu<br />

Divino, como difundieron <strong>la</strong>s doctrinas sobrevivientes de<br />

<strong>la</strong> raíz cristiana, sino tal papel lo habría cumplido María<br />

Magdalena, su sacerdotisa. Se argumenta que el género<br />

de <strong>la</strong> deidad, en los Espacios Celestes, habría sido<br />

originalmente femenino. María Magdalena, entonces,<br />

después de <strong>la</strong> crucifixión habría continuado con su<br />

función central, esta vez para llevar al por entonces<br />

nuevo continente (Europa bárbara) “el Grial”. Este no<br />

sería otro que su propio vientre, donde albergaría, como<br />

en un santificado cántaro, <strong>la</strong> progenie del Señor.<br />

La otra versión -aunque expresada con gran timidez-<br />

hab<strong>la</strong> de que podría no haber existido una crucifixión.<br />

Tal ruptura no se habría verificado en <strong>la</strong> vida de <strong>la</strong> pareja<br />

sagrada, pues antes de que algo semejante ocurriese,<br />

habrían emigrado juntos al sitio ya mencionado. Esta<br />

versión nos hab<strong>la</strong> de un Jesús anciano, regando<br />

apaciblemente su huerta en el Languedoc, hacia el sur de<br />

Francia, hasta el final de sus años.<br />

- 296 -


No resulta coherente ninguna de <strong>la</strong>s dos versiones, aún<br />

dentro de un contexto únicamente esotérico (es decir,<br />

basado en textos antiguos y tradiciones usualmente no<br />

aceptados como válidos por el cristianismo institucional).<br />

Pues de un modo unánime <strong>la</strong>s religiones antiguas<br />

consagran como Verdadero Dios a una categoría de<br />

existencia muy superior a lo alcanzable por cualquier<br />

tipo de razonamiento humano. De ningún modo podría<br />

asignarse un género determinado a tales tipos de<br />

deidades, pues, debido a que este requisito puede<br />

cumplirse so<strong>la</strong>mente por criaturas de un nivel infer ior,<br />

como seríamos los humanos, animales o p<strong>la</strong>ntas. En todo<br />

caso, a modo simbólico, <strong>la</strong>s religiones antiguas<br />

referencian a deidades andróginas en donde confluirían,<br />

de un modo armónico, ambas fracciones de <strong>la</strong> existencia<br />

terrenal, esto es, lo por nosotros l<strong>la</strong>mado “femenino” con<br />

“lo masculino”.<br />

El Opus Dei<br />

Vemos ahora el artículo de Ginés Rodríguez. Lo que<br />

según nuestro modesto criterio suscita su fuerte reacción,<br />

es el ataque hacia el catolicismo que entrañan muchas de<br />

<strong>la</strong>s afirmaciones del Da Vinci -y su base de sustentación<br />

conceptual, El enigma sagrado. Estas son, por cierto,<br />

excesivas, motivadas por el etnocentrismo, en parte (3),<br />

en parte por necesidades dramáticas llevadas hasta <strong>la</strong><br />

truculencia. Con tal presupuesto los obispos y miembros<br />

de <strong>la</strong> curia son presentados como una sospechosa elite,<br />

- 297 -


plutocrática, mientras a los miembros del Opus Dei<br />

directamente se los presenta como especie de monstruos<br />

de psicología tortuosa, fundamentalistas, de un modo que<br />

resultan ser un verdadero peligro social.<br />

Se entiende entonces <strong>la</strong> reacción de un católico<br />

practicante, como evidentemente lo es el autor del<br />

mencionado artículo. Pero por lo general sus argumentos<br />

son menos sólidos que los utilizados por quienes ataca.<br />

Nos ocuparemos aquí únicamente de los re<strong>la</strong>cionados<br />

con <strong>la</strong> Iglesia Católica y el Opus Dei -los más urticantes<br />

en <strong>la</strong> defensa ejercida por el articulista-, aunque todos<br />

los demás merecerían ser debatidos profundamente. Esta<br />

es una tarea que vamos a emprender, seguramente, pero<br />

en otra ocasión.<br />

Sobre el primer tema Ginés Rodríguez adjudica<br />

irónicamente a los autores de El Código Da Vinci <strong>la</strong><br />

siguiente intención conceptual: “La malvada Iglesia<br />

Católica inventada por Constantino en el 325 persiguió a<br />

los tolerantes y pacíficos adoradores de lo femenino,<br />

matando millones de brujas en <strong>la</strong> Edad Media y el<br />

Renacimiento, destruyendo todos los evangelios<br />

gnósticos que no les gustaban y dejando sólo los cuatro<br />

evangelios que les convenían bien retocados.”<br />

Debemos decir que si bien Constantino “el Grande” no<br />

inventó el catolicismo, sí fue el factor determinante para<br />

su organización y consolidación como parte del Estado, y<br />

como tal co gobernante junto a los más poderosos de <strong>la</strong><br />

Tierra. Esto no puede negarse, pues lo hal<strong>la</strong>mos<br />

suficientemente documentado hasta en los mismos textos<br />

- 298 -


católicos. La Historia de los Papas, de Joseph Gelmi,<br />

impresa por <strong>la</strong> editorial católica Herder, dice, en <strong>la</strong>s<br />

biografías de Milcíades y Silvestre I, Papas durante<br />

Constantino (fragmentos):<br />

“Constantino otorgó al obispo Milcíades su gran finca<br />

del Laterano (Letrán), que fue <strong>la</strong> residencia de los papas<br />

hasta finales del siglo XIV.<br />

“Allí hizo también el emperador construir <strong>la</strong> primera<br />

de <strong>la</strong>s grandes basílicas de Roma, que más tarde recibió<br />

el nombre de San Juan de Letrán.”<br />

“[...] Dante [...] escribió (de Silvestre I) en su Divina<br />

Comedia: «¡Ah, Constantino! Semil<strong>la</strong> de corrupción<br />

sembró, no tu bautismo, sino el don del que disfrutó el<br />

primer padre rico». [...] Aunque <strong>la</strong> donación de<br />

Constantino sea una ficción, lo cierto es que el<br />

emperador mejoró <strong>la</strong> situación material del obispo<br />

romano. Y no podemos dejar de referirnos al hecho de<br />

que Constantino levantase en 325 sobre <strong>la</strong> tumba de San<br />

Pedro una iglesia de 5 naves, en <strong>la</strong> colina vaticana.” (4)<br />

Notemos que esto lo escribe un autor que proc<strong>la</strong>ma, en<br />

el prólogo: “...el papado fue instituido por Jesucristo,<br />

cuando le dijo a Pedro: «Tú eres Pedro, y sobre esta<br />

piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no<br />

prevalecerán sobre el<strong>la</strong>.»“<br />

El artículo de Ginés Rodríguez sostiene más ade<strong>la</strong>nte:<br />

“En <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> el maquiavélico Opus Dei trata de impedir<br />

que los héroes saquen a <strong>la</strong> luz el secreto: que el Grial son<br />

- 299 -


los hijos de Jesús y <strong>la</strong> Magdalena y que el primer dios de<br />

los «cristianos» gnósticos era femenino”.<br />

Nos detendremos apenas un poco más sobre el<br />

gnosticismo, aquí simplificado por el periodista.<br />

Este sostiene: “Mientras que los evangelios canónicos<br />

son del s.I, ningún texto gnóstico es anterior al s.II.<br />

Muchos son del s.III, IV o V. A mediados del s.II <strong>la</strong><br />

Iglesia ya tenía c<strong>la</strong>ro que los evangelios de Mateo,<br />

Marcos, Lucas y Juan eran los inspirados por el Espíritu<br />

Santo, y sólo dudaba en el canon de un par o tres de<br />

textos.”<br />

Por el contrario, César Vidal Manzanares, licenciado<br />

en Derecho y Teología, traductor de varios de los<br />

manuscritos de Nag Hammadi, dice en el prólogo a su<br />

obra Los Evangelios Gnósticos:<br />

“Hasta qué punto el gnosticismo había penetrado en el<br />

cristianismo a finales del siglo I y principios del II lo<br />

pone de manifiesto el hecho de que, si exceptuamos el<br />

Nuevo Testamento y los escritos judeocristianos, cabe<br />

afirmar que <strong>la</strong> primera literatura teológica cristiana y <strong>la</strong><br />

primera poesía cristiana fueron obra de autores<br />

gnósticos.” Para sustentar aún más su afirmación cita a<br />

los siguientes textos: I.Quasten, Patrología, Vol. I,<br />

Madrid 1984, pp. 253 y ss.; R. M. Grant, La gnose et les<br />

origines chrétiennes, París, 1964, e íd. Gnosticism and<br />

Early Chistianity, Londres, 1959.<br />

Más ade<strong>la</strong>nte, el periodista español cuyo artículo<br />

analizamos afirma:<br />

- 300 -


“Según los protagonistas de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>, «durante<br />

trescientos años <strong>la</strong> Iglesia quemó en <strong>la</strong> estaca <strong>la</strong><br />

asombrosa cifra de cinco millones de mujeres». Esta es<br />

una cifra repetida en <strong>la</strong> literatura neopagana, wicca, new<br />

age y feminista radical, aunque en otras webs y textos de<br />

brujería actual se hab<strong>la</strong> de 9 millones. Los neopaganos<br />

necesitan una «shoah» propia. Cuando acudimos a<br />

historiadores serios se calcu<strong>la</strong> que entre 1400 y 1800 se<br />

ejecutaron en Europa entre 30.000 y 80.000 personas por<br />

brujería.”<br />

El mismo argumento de quienes defienden a <strong>la</strong><br />

dictadura militar de Vide<strong>la</strong> en <strong>la</strong> Argentina: “no fueron<br />

30.000 los desaparecidos... apenas 5.000, según los<br />

historiadores “serios”.<br />

Por lo demás, aparte de <strong>la</strong>s numerosas y horribles<br />

pruebas sobre <strong>la</strong>s acciones de <strong>la</strong> inquisición,<br />

documentadas por <strong>la</strong> historia y que incluso motivaron una<br />

autocrítica del papa actual, citaremos sólo al pasar<br />

documentación propia:<br />

“...los nativos emplean pócimas con yuyos y p<strong>la</strong>ntas<br />

que abundan en <strong>la</strong> zona, con los cuales curan tanto<br />

heridas del alma como del cuerpo que sólo conocen los<br />

curanderos o “brujos”, como los l<strong>la</strong>marían los sacerdotes.<br />

Esos nativos eran conocedores del Cosmos; tenían miedo<br />

al trueno, al relámpago, creyendo que sus dioses estaban<br />

enojados. El gobernador del Tucumán, Don Ramírez de<br />

Ve<strong>la</strong>zco, conocedor de esas supersticiones, debe tomar<br />

medidas drásticas para combatir<strong>la</strong>s. Y ordena que 50<br />

- 301 -


“brujas” o “hechiceras” sean quemadas vivas, en <strong>la</strong><br />

hoguera, en <strong>la</strong> localidad de Sumampa, al sur de <strong>la</strong><br />

provincia.” [de Santiago del Estero] (5)<br />

El mismo libro consultado, presenta otro testimonio:<br />

[...]...el siguiente documento, existente en el Archivo<br />

Histórico de <strong>la</strong> Provincia de Santiago del Estero:<br />

“En <strong>la</strong> causa criminal que de oficio de <strong>la</strong> Justicia que<br />

ante mi Juzgado pende contra Juana Pasteles, India del<br />

pueblo de Tuama por <strong>la</strong>s muertes del Indio Pedro y de su<br />

marido y del Indio que confiesa del pueblo de Guaipe<br />

natural del Sa<strong>la</strong>do que dichas muertes ejecutó con el mal<br />

arte de hechisos y encántos que por <strong>la</strong>s pruebas y su<br />

confesión consta contra <strong>la</strong> dicha Juana Pasteles, visto los<br />

autos y méritos del proceso y además que ver se debe:<br />

“Fallo que haciendo Justicia debo condenar y condeno<br />

a <strong>la</strong> dicha Juana Pasteles en pena de muerte para <strong>la</strong> cual<br />

será sacada de <strong>la</strong> cárcel pública y prisiones y montada<br />

sobre una bestia con albarda con soga al cuello y llevada<br />

públicamente por <strong>la</strong>s calles públicas de esta ciudad con<br />

voz de pregonero que manifieste su delito hasta el lugar<br />

del suplicio extramuros donde se le dará que<br />

naturalmente muera. Y estándolo será quemada en una<br />

oguera que para el objeto se prebendará para ello que su<br />

dicho cuerpo encenizado se reduzca debajo de custodia<br />

en condigna pena de su delito. Y por esta mi sentencia<br />

definitivamente juzgando asi pronuncio y mando y firmo.<br />

Dn. Juan de Paz y Figueroa.” (6)<br />

Bajo el subtítulo “Gnosticismo al servicio del<br />

feminismo radical”, el autor de <strong>la</strong> crítica a El Código Da<br />

- 302 -


Vinci se pregunta y contesta, parafraseando satíricamente<br />

al novelista Dan Brown:<br />

“¿Por qué el mundo va tan mal, hay guerras, violencia<br />

y contaminación? La respuesta del feminismo radical y<br />

de El Código Da Vinci es sencil<strong>la</strong>, <strong>la</strong> culpa es del<br />

cristianismo, que es machista”<br />

Algunas respuestas sobre el Opus Dei y el mencionado<br />

machismo parecen surgir en parte de los párrafos que<br />

copiaremos a continuación.<br />

Una señora, con quien mantuve correspondencia,<br />

afirmó al respecto en una carta que mantengo en mi<br />

archivo (fragmentos):<br />

“[...] Conozco bastante bien al opus (estoy casada con<br />

un ex agregado de <strong>la</strong> pre<strong>la</strong>tura) [...] Mi visión es que el<br />

opus es como una iglesia dentro de <strong>la</strong> Iglesia, una suerte<br />

de estado dentro del Estado. Tiene sus propias reg<strong>la</strong>s y su<br />

catecismo; hay cosas que un católico común y corriente<br />

puede hacer que a ellos no se les permite, por ejemplo:<br />

adoptar niños de quienes no se sepa su procedencia o que<br />

se sospeche que son «ilegítimos» (aberración jurídica<br />

felizmente desterrada hace muchísimos años de nuestro<br />

derecho civil). Los numerarios y agregados (miembros<br />

célibes) no pueden ser padrinos de bautismo ni asistir a<br />

los casamientos de sus hermanos, salvo a saludar a <strong>la</strong><br />

salida de <strong>la</strong> ceremonia. Divorciarse y aún anu<strong>la</strong>r<br />

religiosamente el matrimonio es causal de expulsión (se<br />

permiten hasta estar por encima del Tribunal<br />

eclesiástico).<br />

- 303 -


Otra persona, también re<strong>la</strong>cionada de cerca con el<br />

Opus Dei, me dice en carta personal (reproducida aquí<br />

con su autorización) lo siguiente:<br />

“Acordate el caso de <strong>la</strong> periodista que publicó <strong>la</strong>s fotos<br />

de <strong>la</strong>s torturas de Irak, <strong>la</strong> echaron del empleo y entró en<br />

lista negra porque se consideró que violó un secreto de<br />

Estado y puso en riesgo <strong>la</strong> seguridad nacional.<br />

“Luego cuando los videos y todo el material salieron<br />

en todos los medios del mundo, recién reconocieron que<br />

hubo «exceso» y se tomarían medidas contra los<br />

torturadores. Son tremendos, tienen una doble moral<br />

permanente.<br />

Y aunque USA es un país de tradición protestante, te<br />

cuento que el jefe de <strong>la</strong> CIA es del Opus. Cuando lo<br />

descubrieron hizo lo que hacen todos ellos, lo negó a<br />

muerte, pero cuando se hizo demasiado evidente...dijo<br />

que sí que era miembro pero que eso no era ningún<br />

pecado ni tenía nada de malo; que él era católico práctico<br />

y que <strong>la</strong> santa sede reconocía al Opus como pre<strong>la</strong>tura<br />

particu<strong>la</strong>r.”<br />

Algunos fragmentos del instructivo para sacerdotes del<br />

Opus Dei:<br />

“Siempre se ha vivido, hasta en el detalle más<br />

pequeño, esa distancia —cincuenta mil kilómetros—<br />

entre los varones y <strong>la</strong>s mujeres de <strong>la</strong> Obra, sin consentir<br />

nunca, por ningún motivo, <strong>la</strong> más pequeña excepción a<br />

este principio tan c<strong>la</strong>ro del espíritu del Opus Dei; y esto<br />

se aplica, con más rigor si cabe, a los sacerdotes.<br />

- 304 -


“Nuestro Padre comentó alguna vez que prefería que<br />

sus hijas murieran sin los últimos sacramentos —porque<br />

estaba cierto de que aun así morir ían como unas santas—,<br />

a que los sacerdotes fueran sin necesidad a los Centros<br />

de mujeres.<br />

“[...] El que celebra Misa en un Centro de mujeres no<br />

desayuna allí, salvo cuando no puede tomarlo en otro<br />

sitio y va a continuar después varias horas en ese Centro;<br />

en este caso, se le deja preparado el desayuno corriente.<br />

“[...] Si por alguna circunstancia un seg<strong>la</strong>r de <strong>la</strong> Obra<br />

lleva a un sacerdote, en coche, a un Centro de mujeres, lo<br />

deja en un sit io próximo. De todos modos, esto será muy<br />

raro, puesto que, en <strong>la</strong> medida de lo posible, todos los<br />

sacerdotes saben conducir automóvil.<br />

“En los Centros de mujeres, cuando <strong>la</strong> ve<strong>la</strong> al<br />

Santísimo comience por <strong>la</strong> noche, después de cenar, es<br />

mejor que vayan dos sacerdotes para hacer <strong>la</strong> Exposición<br />

del Santísimo, si es posible. Pero si es preciso<br />

desp<strong>la</strong>zarse a un lugar lejano del propio Centro, o pasar<br />

por zonas de <strong>la</strong> ciudad de ambiente peligroso, resulta más<br />

prudente que los sacerdotes no acudan a hacer <strong>la</strong><br />

Exposición.<br />

“En estos casos, es suficiente con que <strong>la</strong> ve<strong>la</strong> se haga<br />

abriendo <strong>la</strong> puerta que oculta <strong>la</strong> de cristal del sagrario.<br />

“[...] Para llevar <strong>la</strong> comunión a una enferma, fuera de<br />

un Centro de mujeres, hace el trayecto ordinariamente<br />

acompañado de otra persona: mejor, un pariente próximo<br />

de <strong>la</strong> enferma. Si esto no es posible, en vez de acudir<br />

solo en taxi, va con él un miembro de <strong>la</strong> Obra —llevando<br />

- 305 -


el coche, o acompañándole en el taxi— hasta <strong>la</strong> puerta de<br />

<strong>la</strong> casa. Como es natural, allí habrá siempre otra persona:<br />

<strong>la</strong> madre, alguien de <strong>la</strong> Obra, etc.<br />

“Cuando predican a mujeres, los sacerdotes evitan<br />

cualquier comentario —por ejemplo, anécdotas, o datos<br />

sobre <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor— que haga referencia al aposto<strong>la</strong>do de los<br />

varones.<br />

“ [...]Para administrar el sacramento de <strong>la</strong> Penitencia a<br />

una persona enferma que guarda cama, o que, sin guardar<br />

cama, <strong>la</strong> enfermedad o <strong>la</strong> edad muy avanzada le impide<br />

salir de su casa, se deja completamente abierta <strong>la</strong> puerta<br />

de <strong>la</strong> habitación. El confesor se coloca a <strong>la</strong> distancia<br />

conveniente de <strong>la</strong> cabecera, y procura comportarse con<br />

especial gravedad, recordando que los sacerdotes, sin<br />

rarezas ni brusquedades, han de distinguirse, más por su<br />

prudencia y su sentido sobrenatural, que por su<br />

amabilidad en el trato.<br />

“A una mujer que, sin guardar cama, tiene algún<br />

impedimento físico para acudir al confesionario, se le<br />

puede atender excepcionalmente en <strong>la</strong> sacristía o en una<br />

sa<strong>la</strong> de visitas. En ese caso, se utiliza siempre una rejil<strong>la</strong><br />

portátil y, desde luego, <strong>la</strong> puerta de <strong>la</strong> habitación se deja<br />

completamente abierta.<br />

“[...] si alguna penitente consulta a un sacerdote joven<br />

algún problema moral que exija tratar esas materias con<br />

detalle, le exige, amablemente, que se limite a lo que es<br />

indispensable para <strong>la</strong> confesión, y <strong>la</strong> remite a un<br />

sacerdote anciano, si desea descender a otros detalles. En<br />

el caso de que <strong>la</strong> penitente insista en hab<strong>la</strong>r sobre esos<br />

- 306 -


aspectos, se negará con firmeza, llegando a interrumpir<br />

<strong>la</strong> confesión, si es preciso.<br />

“Los sacerdotes de <strong>la</strong> Pre<strong>la</strong>tura atienden char<strong>la</strong>s de<br />

dirección espiritual de mujeres sólo en el confesionario.<br />

Bajo ningún pretexto admiten conversaciones en otro<br />

lugar.” (7)<br />

Por mi parte, continuaría desarrol<strong>la</strong>ndo algunos<br />

aspectos de los numerosos asuntos que surgen de <strong>la</strong><br />

lectura de estos dos libros y de <strong>la</strong> respuesta (una de<br />

cientos suscitada por estas obras, particu<strong>la</strong>rmente El<br />

Código…).<br />

Mas por respeto al tiempo de mis amigos, por ahora<br />

sólo me despido, con <strong>la</strong> esperanza de que el hiato en<br />

nuestras comunicaciones no sea esta vez tan <strong>la</strong>rgo como<br />

el tiempo transcurrido desde nuestra Carta anterior.<br />

Saludos muy afectuosos de<br />

...un subalterno estudiante de <strong>la</strong> Sabiduría expresada<br />

por Cristo:<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina.<br />

(1) Quiero dejar constancia que no considero a <strong>la</strong><br />

imaginación un factor poco importante para el descubrimiento<br />

de <strong>la</strong> verdad. Precisamente fue debido a el<strong>la</strong> que grandes<br />

- 307 -


hal<strong>la</strong>zgos científicos -como <strong>la</strong>s ruinas de Troya, <strong>la</strong><br />

gravitación de los p<strong>la</strong>netas o <strong>la</strong> re<strong>la</strong>tividad- fueron<br />

concebidas por sus autores. Una reflexión teológica de Luis<br />

Alonso Schökel y Juan Mateos, quienes dirigieron <strong>la</strong><br />

traducción de <strong>la</strong> hermosísima Nueva Biblia Españo<strong>la</strong>, dice<br />

más o menos así (cito de memoria): “Dios sugiere a través de<br />

<strong>la</strong>s narraciones bíblicas y los salmos que <strong>la</strong> imaginación es el<br />

instrumento esencial para el discernimiento de <strong>la</strong> Verdad en<br />

los p<strong>la</strong>nos espirituales”.<br />

(2) El enigma sagrado. Michael Baigent, Richard Leigh<br />

and Henry Lincoln, 1982. The Holy Blood and the Holy Grail,<br />

publicado por Jonathan Cape Ltd., Londres, 1985. Traducción<br />

de Jordi Beltrán publicada en 1985, por Ediciones Martínez<br />

Roca S.A., España. La edición consultada fue impresa en<br />

1989 por Ediciones M.R. Argentina. Págs.287-299.<br />

(3) Así, los franceses son considerados sutilmente<br />

inferiores por un noble inglés (y por el mismo autor, salvo<br />

una muchacha rubia, heroína principal, que finalmente resulta<br />

producto de antiguas familias sajonas), al igual que españoles<br />

e italianos, y Langdon, héroe masculino de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>, es una<br />

equilibrada mixtura de <strong>la</strong> tradición nord europea... pero de<br />

nacionalidad estadounidense.<br />

(4) Joseph Gelmi. Los Papas. Retratos y semb<strong>la</strong>nzas.<br />

Editorial Herder. Barcelona, España, 1986.<br />

(5) Maximina Gorostiaga de Mema. El drama aborigen.<br />

Monografía presentada en el Encuentro del Vº Centenario del<br />

Evento Colombino– Americano, organizado por <strong>la</strong> Sociedad<br />

Argentina de Historiadores, filial Santiago del Estero,<br />

Facultad de <strong>Humanidad</strong>es, Universidad Nacional de Santiago<br />

del Estero, 17 al 19 de octubre de 1991. Luego editado en<br />

1992, su segunda edición ampliada se procesa actualmente.<br />

- 308 -


(6) Andrés Figueroa. Antiguos pueblos indios. Santiago del<br />

Estero, 1949<br />

(7) Pre<strong>la</strong>tura Opus Dei. Vademecum de Sacerdotes. Roma,<br />

25-VI-87.<br />

- 309 -


Un ángel l<strong>la</strong>mado Ricardo Fermín Chávez<br />

Mis queridos compañeros y amigos, el jueves 23 de<br />

marzo, mi compañero Ricardo Fermín Chávez falleció en<br />

un accidente aéreo en Catamarca. Dejó esta tierra en <strong>la</strong>s<br />

mismas montañas donde decidió aprender a vo<strong>la</strong>r. Me<br />

dejó con una infinita tristeza pero llena de amor,<br />

enseñanzas y recuerdos. Estos cinco años que conviví con<br />

él equivalieron quizá a toda una vida. Era un ser<br />

maravilloso que algunos de ustedes tuvieron el privilegio<br />

de conocer. En algunos momentos de su paso por este<br />

mundo, se jugó <strong>la</strong> vida por sus ideales, en estos<br />

momentos estaba empeñado en terminar de construir su<br />

hogar junto a mis hijos y a mí y en atravesar los cielos de<br />

nuestra patria, a <strong>la</strong> que amaba profundamente; además en<br />

apoyar los proyectos que para él nos conducirían a un<br />

mundo más justo y solidario.<br />

No hay pa<strong>la</strong>bras que puedan calmar el dolor pero<br />

necesito compartir mi tristeza con todos ustedes.<br />

Les mando un abrazo enorme. Seguiré luchando como<br />

lo hice toda mi vida por mis hijos y por los ideales que<br />

teníamos juntos.<br />

Su esposa:<br />

Mónica para algunos,<br />

Mariana Chávez para otros.<br />

- 310 -


CARTA Nº 14<br />

Domingo, 7 de agosto de 2005<br />

La Comunión<br />

1) La humanidad no ha creado en toda su ya <strong>la</strong>rga<br />

historia nada más importante para su existencia que <strong>la</strong><br />

Comunión. Y es que <strong>la</strong> Comunión, en verdad no fue<br />

creada por humanos sino por el mismo Dios.<br />

Aquí podríamos detenernos ante un agudo inquisidor<br />

que nos preguntase: “Pero, ¿qué, o quién es Dios?” Pues<br />

Dios, seguramente no puede ser comprendido c<strong>la</strong>ramente<br />

por <strong>la</strong> conciencia humana, salvo que renuncie a<br />

pronunciar su nombre. Dado que es y no es al mismo<br />

tiempo <strong>la</strong> materia, el sistema so<strong>la</strong>r, el universo, lo<br />

infinito hasta un grado que nuestro cerebro no tiene<br />

posibilidad alguna de alcanzar, y es y no es al mismo<br />

tiempo el más pequeño escarabajo que se desliza<br />

penosamente sobre un malvón, resulta evidentemente<br />

imposible encerrar su “ser y no ser” en un nombre. Así,<br />

Dios puede ser entendido únicamente si renunciamos al<br />

entendimiento.<br />

¿De qué manera creó Dios, entonces, <strong>la</strong> comunión? A<br />

través de su Hijo, Jesús, quien según creemos era Dios<br />

- 311 -


mismo encarnado, para facilitar <strong>la</strong> comprensión humana.<br />

Pero si alguien no cree que Jesús era Dios mismo<br />

encarnado, está en su derecho, sin que ello quite en lo<br />

más mínimo el sentido a lo que aquí pretendemos<br />

manifestar. Es decir, que <strong>la</strong> Comunión es <strong>la</strong> enseñanza<br />

más importante que <strong>la</strong> humanidad recibió a lo <strong>la</strong>rgo de<br />

toda su existencia. Pretendemos demostrar aún más: que<br />

sin comunión se hace imposible cualquier forma de<br />

existencia, no sólo humana, sino de cualquier tipo que en<br />

este p<strong>la</strong>neta se pueda denominar como “vida”.<br />

2) ¿Y qué es <strong>la</strong> comunión? Pues comerse<br />

simbólicamente el cuerpo del otro. Más bien, mejor:<br />

comerse, simbólicamente, el cuerpo de todos, el cuerpo<br />

de <strong>la</strong> <strong>Humanidad</strong>. O todavía más y mejor: comerse<br />

simbólicamente el cuerpo del Universo, con todas sus<br />

miríadas o millones de seres y existencias diversas,<br />

distantes o próximas, semejantes a nosotros o<br />

inimaginables. Esto es, asumir conscientemente <strong>la</strong><br />

convicción de que no somos algo separado, en<br />

ais<strong>la</strong>miento, sin conexión más que exterior con el Todo:<br />

sino somos, en realidad, parte activa, infusa vitalmente,<br />

inmersa profundamente en el Todo.<br />

Símbolo según Jung no es una imagen o acto que<br />

resulte alegórico (esto es, no consiste en una<br />

“representación de”): símbolo, es, en el inconsciente<br />

individual o colectivo, “un motor para <strong>la</strong> acción o <strong>la</strong><br />

materialización”. En esta aproximación científica, el<br />

- 312 -


símbolo es comprendido entonces como un embrión<br />

metafísico de <strong>la</strong> manifestación objetiva.<br />

Comer el cuerpo de todos, sería, si combinamos <strong>la</strong><br />

interpretación de Jung con el acto mismo enseñado por<br />

Jesús, <strong>la</strong> vivencia consciente de que no soy únicamente<br />

un cuerpo con aptitudes mecánicas numerosas, sino<br />

también todos los cuerpos que se manifiestan en el<br />

Universo, con sus infinitas variedades, pero también lo<br />

que conllevan dentro esas variedades.<br />

3) En un sentido práctico, ¿para qué sirve <strong>la</strong><br />

comunión? Para cumplir los dos primeros mandamientos,<br />

aquellos considerados como los más importantes: “Amar<br />

a Dios por encima de todo”... “Amar al prójimo...”<br />

El amor es imposible sin <strong>la</strong> renuncia al egoísmo. Y <strong>la</strong><br />

renuncia al egoísmo es imposible si creemos tozudamente<br />

que somos únicamente un cuerpo, al cual estamos<br />

obligados a satisfacer constantemente en todos sus<br />

requerimientos. El amor más grande que puede conocer<br />

un ser humano, esto es el amor a los hijos, significa<br />

precisamente esto: una constante renuncia a <strong>la</strong> propia<br />

identidad, para hacerse uno con ellos, priorizar sus<br />

necesidades por sobre <strong>la</strong>s nuestras, sufrir infinitamente<br />

con sus dolores hasta extraer <strong>la</strong> última mota de<br />

padecimiento de sus cuerpecitos -especialmente cuando<br />

son muy niños- para absorberlos nosotros hasta <strong>la</strong>s heces,<br />

con tal de librarlos de ese mal. Un padre o una madre que<br />

- 313 -


pasa <strong>la</strong> noche en ve<strong>la</strong> junto a <strong>la</strong> cunita de su niñito<br />

enfermo, quiere morir incluso, quitarse toda vitalidad<br />

hasta su provisión total de sangre si es necesario, para<br />

salvar a ese niño que ama con todas sus fuerzas, con toda<br />

su existencia, pues por un maravilloso mi<strong>la</strong>gro de<br />

consubstanciación, ese padre, esa madre, ya no es él<br />

mismo... se ha convertido, efectivamente, para toda<br />

consideración, en su hijo. Eso es el amor, el amor de<br />

verdad: es “dar <strong>la</strong> vida por los demás”.<br />

No con “actos heroicos” como se interpretó, ni<br />

defendiendo supuestos intereses “patrióticos” o<br />

“popu<strong>la</strong>res”, sino en los más modestos e íntimos actos de<br />

cada día, cuando por amor procuramos únicamente y en<br />

primer lugar <strong>la</strong> felicidad de los que amamos.<br />

4) Los que amamos pueden ser dos o tres, sin embargo,<br />

o también una comunidad, o hasta un país o una raza: y<br />

el amor entonces queda confinado a un egoísmo en<br />

cooperativa.<br />

Pues bien, por eso <strong>la</strong> comunión es el acto simbólico<br />

más grande que podemos ejecutar los humanos, ya que<br />

nos induce a <strong>la</strong> práctica del amor... hacia toda forma de<br />

vida, hacia toda <strong>la</strong> existencia universal.<br />

Y dije, ¿”sin comunión se hace imposible cualquier<br />

forma de existencia”?... Así es. Dado que resulta muy<br />

fácil considerar al otro como enemigo, si estamos<br />

convencidos de que está fuera de nosotros, que es un<br />

- 314 -


“elemento extraño”, de ahí a eliminarlo hay muy pocos<br />

pasos. No hace falta que desarrolle demasiado este punto,<br />

sería subestimar <strong>la</strong> capacidad intelectual de mis lectores:<br />

sólo mencionaré el ominoso aniversario, ayer, del más<br />

horrendo crimen que vivió <strong>la</strong> Tierra, esto es, <strong>la</strong> bomba<br />

atómica <strong>la</strong>nzada sobre <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción de Hiroshima.<br />

Consideremos bajo su fantasmagórico resp<strong>la</strong>ndor,<br />

entonces, qué futuro le espera a nuestro p<strong>la</strong>neta si todos<br />

nos consideramos con derecho a eliminarnos, los unos a<br />

los otros.<br />

5) Las últimas consideraciones prácticas, no por ello<br />

menos importantes, según mi modesto criterio: hab<strong>la</strong>r de<br />

comunión, es decirles “tome <strong>la</strong> hostia, concurriendo a<br />

una misa en <strong>la</strong> iglesia católica”?<br />

Bueno, si usted es católico, no tengo nada para objetar<br />

a que lo practique así. Pero si no es católico, o ni<br />

siquiera cristiano, también puede tomar <strong>la</strong> comunión,<br />

cada día, o en varios momentos del día. Pues el acto<br />

mismo establecido por Jesús no fue una ceremonia en un<br />

templo, sino una reunión de amigos, donde levantando el<br />

pan simbólicamente Él dijo: “este es mi cuerpo”; y<br />

levantando el vino, también dijo “esta es mi sangre”.<br />

Y Teilhard de Chardin dijo, algunos siglos después:<br />

“<strong>la</strong> humanidad es el cuerpo extendido de Jesús sobre <strong>la</strong><br />

Tierra”.<br />

Entonces, si <strong>la</strong> humanidad es el cuerpo de Jesucristo<br />

extendido sobre <strong>la</strong> Tierra, cualquier cosa que hagamos<br />

- 315 -


sobre <strong>la</strong> humanidad lo estamos haciendo sobre Jesús. Si<br />

<strong>la</strong> amamos, si amamos a todos como a nosotros mismos,<br />

amamos también a Dios. Si odiamos, estamos odiando a<br />

Dios.<br />

Cualquier alimento que tomamos -eso quiso significar<br />

Jesús, según creo- cualquier bebida que degustamos...<br />

puede ser el cuerpo y <strong>la</strong> sangre de <strong>la</strong> humanidad toda... si<br />

los ingerimos con devoción y conciencia. El desayuno, el<br />

almuerzo, <strong>la</strong> cena, un pequeño pan con un pedazo de<br />

queso dentro, que comemos afirmados en el mostrador de<br />

un kiosco de un país lejano... puede ser el cuerpo de<br />

Jesús (y de <strong>la</strong> <strong>Humanidad</strong>) si lo efectuamos con devoción<br />

y conciencia.<br />

Introducir en nuestro organismo, conscientemente,<br />

cuatro o cinco veces en el día, el cuerpo de todos, el<br />

cuerpo de <strong>la</strong> <strong>Humanidad</strong>, es el único camino entonces<br />

para evitar <strong>la</strong> destrucción colectiva de esta especie, el<br />

único camino real para <strong>la</strong> paz.<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

Autonomía, Santiago del Estero, Argentina.<br />

- 316 -


Me han hecho llegar esta belleza<br />

Estimado <strong>Julio</strong>:<br />

Quiero compartir contigo y los listeros este escrito que<br />

me enviaron mis compadres de España. Encierra una<br />

belleza y una sensibilidad muy especial.<br />

Un cordial saludo<br />

María de Arza<br />

El Dios en quien no creo<br />

Por Juan Arias *<br />

Yo nunca creeré en:<br />

El Dios que “sorprenda” al hombre en un pecado de<br />

debilidad<br />

El Dios que condene <strong>la</strong> materia<br />

El Dios que ame el dolor<br />

El Dios que ponga luz roja a <strong>la</strong>s alegrías humanas<br />

El Dios mago y hechicero<br />

El Dios que se hace temer o no se deja tutear<br />

El Dios que se haga monopolio de una iglesia, de una<br />

raza, de una cultura o de una casta<br />

El Dios que juega a condenar<br />

El Dios que “manda” al infierno<br />

- 317 -


El Dios incapaz de perdonar lo que muchos hombres<br />

condenan<br />

El Dios incapaz de comprender que los niños deben<br />

mancharse y son olvidadizos<br />

El Dios que exija al hombre, para creer, renunciar a<br />

ser hombre<br />

El Dios a quien no temen los ricos a cuya puerta yace<br />

el hambre y <strong>la</strong> miseria<br />

El Dios al que adoran los que van a Misa y siguen<br />

robando y calumniando<br />

El Dios que no supiese descubrir algo de su bondad, de<br />

su esencia, allí donde vibre un amor por equivocado que<br />

sea.<br />

El Dios que condene <strong>la</strong> sexualidad<br />

El Dios para quien fuese el mismo pecado comp<strong>la</strong>cerse<br />

con <strong>la</strong> vista de unas piernas bonitas que calumniar y<br />

robar al prójimo o abusar del poder para medrar o<br />

vengarse.<br />

El Dios morfina para <strong>la</strong> reforma de <strong>la</strong> tierra y sólo<br />

esperanza para <strong>la</strong> vida futura<br />

El Dios de los que creen que aman a Dios porque no<br />

aman a nadie<br />

El Dios que dé por buena <strong>la</strong> guerra<br />

El Dios que pretenden que el cura rocíe con agua<br />

bendita los sepulcros b<strong>la</strong>nqueados de sus juegos sucios<br />

El Dios que negase al hombre <strong>la</strong> libertad de pecar<br />

El Dios a quien le falte perdón para algún pecado<br />

El Dios que aceptase y diese por bueno todo lo que los<br />

curas decimos de El<br />

- 318 -


El Dios que ponga <strong>la</strong> ley por encima de <strong>la</strong> conciencia<br />

El Dios que prefiera <strong>la</strong> pureza al amor<br />

El Dios que no pueda descubrirse en los ojos de un<br />

niño o de una mujer bonita o de una madre que llora<br />

El Dios que se case con <strong>la</strong> política<br />

El Dios que aniqui<strong>la</strong>ra para siempre nuestra carne en<br />

lugar de resucitar<strong>la</strong><br />

El Dios que aceptara por amigo a quien pasa por <strong>la</strong><br />

tierra sin hacer feliz a nadie<br />

El Dios que al abrazar al hombre aquí en <strong>la</strong> tierra no<br />

supiera comunicarle el gusto y <strong>la</strong> felicidad de todos los<br />

amores humanos juntos<br />

El Dios que no se hubiera hecho verdadero hombre con<br />

todas sus consecuencias<br />

El Dios en el que yo no pueda esperar contra toda<br />

esperanza.<br />

Sí, mi Dios es el otro Dios.<br />

* Juan Arias es escritor y periodista, cursó estudios de<br />

Teología, Filosofía, Psicología, Lenguas semíticas y Filología<br />

comparada en <strong>la</strong> Universidad de Roma. Durante catorce años<br />

fue corresponsal en Italia y en el Vaticano para el diario El<br />

País. Anteriormente había cubierto para el desaparecido<br />

diario Pueblo los trabajos del Concilio Vaticano II.<br />

Con Pablo VI y Juan Pablo II ha realizado innumerables<br />

viajes alrededor del mundo. En <strong>la</strong> biblioteca Vaticana<br />

descubrió el único códice existente escrito en el dialecto de<br />

Jesús de Nazaret, buscado desde hacía varios siglos. Es autor<br />

de numerosos libros, entre ellos cabe destacar: El dios en<br />

- 319 -


quien no creo, Savater: El arte de vivir, El dios del Papa<br />

Wojty<strong>la</strong>, Un dios para el 2000 y Las confesiones del<br />

peregrino, y su último libro Las galletas profanadas de mi<br />

madre y otras historias de mi vida.<br />

Su libro Jesús, ese gran desconocido editado por Maeva,<br />

ha conseguido un gran éxito de ventas y crítica y ha sido<br />

traducido en numerosos países. El autor ha sido ga<strong>la</strong>rdonado<br />

con el premio a <strong>la</strong> cultura de <strong>la</strong> presidencia del gobierno y el<br />

premio al mejor corresponsal extranjero. Actualmente es<br />

corresponsal de El País en Brasil y miembro del comité<br />

científico del instituto europeo de Design.<br />

- 320 -


Apéndice<br />

Incluiremos aquí algunos textos que, o bien llegaron<br />

después que hubiéramos cerrado el ciclo de nuestras<br />

cartas, o bien desarrol<strong>la</strong>n temas re<strong>la</strong>cionados.<br />

- 321 -


Nuestra familia<br />

“Leí el artículo de <strong>Carreras</strong> y lo disfruté mucho,<br />

aunque no estoy de acuerdo con todo lo que dice. Incluso<br />

estoy en desacuerdo totalmente con <strong>la</strong> idea de <strong>Carreras</strong><br />

de que todos somos «una so<strong>la</strong> familia» y que nuestra<br />

propia familia no existe: pensar eso es ingenuo y<br />

peligroso; <strong>la</strong> familia nuclear es suprema y <strong>la</strong> Iglesia<br />

moderna ha perdido de vista eso, con toda su tontería<br />

ecumenista y su cooperación con «los muchachos que<br />

gobiernan el mundo» es decir, los ricos y poderosos...”<br />

Timothy Cullen<br />

21 de diciembre de 2007<br />

(Traducción del inglés: Amalia Domínguez)<br />

El párrafo citado en el epígrafe pertenece a un escritor<br />

católico ir<strong>la</strong>ndés. Una amiga común le había enviado un<br />

artículo – “El simbolismo de <strong>la</strong> Navidad”-, publicado por<br />

El Punto y <strong>la</strong> Coma. Y él contestó enseguida por medio<br />

del correo electrónico.<br />

En verdad para mí también ha sido siempre una piedra<br />

compleja de discernir <strong>la</strong> de los pasajes bíblicos donde<br />

Jesús ubica en aparente contradicción los afectos<br />

familiares con el camino hacia Dios.<br />

- 322 -


Especialmente estos:<br />

“El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no<br />

es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a<br />

mí, no es digno de mí”, dice Jesús según el primer<br />

Evangelio (Mateo, 10:37).<br />

“...Alguien le dijo: « ¡Oye! ahí fuera están tu madre y<br />

tus hermanos que desean hab<strong>la</strong>rte.» Pero él respondió al<br />

que se lo decía: « ¿Quién es mi madre y quiénes son mis<br />

hermanos?» Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos,<br />

dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el<br />

que cump<strong>la</strong> <strong>la</strong> voluntad de mi Padre celestial, ése es mi<br />

hermano, mi hermana y mi madre.» (Mateo, 12, 47-50)”.<br />

*<br />

A los efectos de esta breve respuesta me parecen<br />

suficientes y c<strong>la</strong>ras sólo estas dos citas.<br />

Por mi parte, luego de varios años de discernimiento,<br />

había llegado a <strong>la</strong> conclusión de que el amor al prójimo<br />

no tenía por qué excluir al sustentado hacia <strong>la</strong> propia<br />

familia. Como el amor a los demás no excluye al amor a<br />

sí mismo, sino por el contrario. Erich Fromm en su<br />

famoso tratado El arte de amar, afirmaba incluso que<br />

quien no es capaz de amarse a sí mismo, no es capaz de<br />

amar a otro.<br />

C<strong>la</strong>ro que si consideramos que “amarnos” es<br />

considerar a los demás al servicio nuestro, nos<br />

equivocaremos mucho. En Fromm este concepto parece<br />

significar que debemos amarnos de un modo sensato,<br />

sustentando un equilibrado aprecio hacia nosotros<br />

- 323 -


mismos, sin por ello caer ni en el egoísmo irracional ni<br />

en el narcisismo.<br />

Parecido criterio es el que debemos proyectar sobre<br />

nuestra familia: “amar al prójimo”, significa, según<br />

nuestro modesto discernimiento, amar a nuestros padres,<br />

nuestra esposa, nuestros hijos, pues son los que más<br />

cerca tenemos para practicar este mandamiento<br />

(prójimo=próximo). Pero ello no significa conformar con<br />

ellos un c<strong>la</strong>n de depredadores, que acecha a <strong>la</strong> comunidad<br />

donde vive como a un coto de caza, donde le está<br />

permit ida cualquier trampa (o violencia, si puede<br />

ejercer<strong>la</strong>) para arrebatar sus bienes a los demás, mientras<br />

ello permita fortalecer el patrimonio de su familia.<br />

Creo que no hace falta profundizar demasiado en esto,<br />

pues cualquier humano, sin haber leído ni una pa<strong>la</strong>bra de<br />

los Evangelios, comprenderá perfectamente su sentido.<br />

Según Jesús debería ocurrir lo contrario: si amamos a<br />

todos, como si fuesen nuestra familia, evitaríamos<br />

hacerles daño, so pena de cargar graves sentimientos de<br />

culpa posteriormente. Y si amamos a los animales, los<br />

árboles, <strong>la</strong> tierra, como si también formasen parte de<br />

nuestra familia, <strong>la</strong> humanidad evitaría propinar los daños<br />

gravísimos que han llevado al mundo hasta una situación<br />

crítica. [1]<br />

Pero esta mañana, luego de tomar mate amargo como<br />

hago habitualmente, recibí una pequeña sorpresa que<br />

vino a ampliar mis limitados conocimientos sobre este<br />

tema. Ocurrió debido al hábito de casi toda mi vida, que<br />

es mirar La Biblia, cada día, antes que ningún otro texto<br />

- 324 -


(siendo escritor, se comprenderá que mi principal<br />

actividad fue siempre o leer o escribir). Hacia los 80<br />

amplié estas lecturas a los Evangelios no canónicos,<br />

muchos de los cuales había ido adquiriendo.<br />

Al abrir al azar un Evangelio, pues (el de Valentino),<br />

lo primero en hal<strong>la</strong>r mi vista fue lo siguiente:<br />

“...Salomé se levantó y dijo (a Jesús): Señor, tú nos<br />

has dicho: Quien no deje a su padre y a su madre para<br />

seguirme no es digno de mí.<br />

“...Mas, Señor, está escrito en <strong>la</strong> Ley de Moisés que el<br />

que abandone a sus padres debe morir. ¿Es, pues,<br />

contrario a <strong>la</strong> Ley lo que tú nos enseñas?<br />

“...María Magdalena, inspirada por <strong>la</strong> fuerza de <strong>la</strong> luz<br />

que había en el<strong>la</strong>, dijo al Salvador: Señor, permíteme que<br />

hable a mi hermana Salomé para explicarle tus pa<strong>la</strong>bras...<br />

“...Y cuando el Salvador [se lo permitió] María fue<br />

hacia Salo mé y le dijo:<br />

“Hermana Salomé, tú has citado <strong>la</strong> Ley de Moisés, que<br />

dice que debe morir quien abandona a sus padres.<br />

“Mas <strong>la</strong> Ley se refiere a los cuerpos y no al alma.<br />

“...Y ocurrió que cuando el Salvador oyó <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras<br />

de María, <strong>la</strong> felicitó grandemente” (Valentino, XLVIII,<br />

4-18). **<br />

Desde una perspectiva espiritual (y para un religioso,<br />

lo espiritual es sinónimo de esencial), esta me parece una<br />

explicación perfecta. Jesús no quería indicar el abandono<br />

de <strong>la</strong> familia “en cuerpo” (penalizado por <strong>la</strong> Ley de<br />

Moisés). Sino se refería a <strong>la</strong> actitud del alma, de acuerdo<br />

con <strong>la</strong> cual todo lo que existe, el aire, <strong>la</strong> naturaleza y el<br />

- 325 -


Universo, está ligado a nosotros. Por un <strong>la</strong>zo<br />

imperceptible para los sentidos, pero no por ello menos<br />

fuerte. Y si hacemos algún daño, a cualquiera de estos<br />

elementos... “a nosotros mismos nos lo haremos”.<br />

<strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

22 de diciembre de 2007<br />

[1] La condiciones sociales imperantes bajo nuestra<br />

civilización, impiden por cierto ejercer esta cultura del amor.<br />

Más bien nos obligan a concentrar los afanes en el pequeño<br />

núcleo familiar, para preservarlo en lo posible del altamente<br />

hostil entorno que nos rodea. Esto no debe obscurecer, sin<br />

embargo, <strong>la</strong> comprensión de que lo predicado por Jesús y sus<br />

apóstoles es correcto y un objetivo central a perseguir.<br />

* La Santa Biblia (Versión Biblia de Jerusalén, 1976).<br />

** Evangelios apócrifos. Tomo II. Traducción de Edmundo<br />

González B<strong>la</strong>nco. Editados por Jorge Luis Borges.<br />

Hyspamérica Ediciones, Madrid, Buenos Aires, 1985.<br />

- 326 -


De <strong>la</strong> cumbre al abismo<br />

Por <strong>Julio</strong> <strong>Carreras</strong> (h)<br />

El de albañil es uno de los oficios de mayor<br />

importancia para <strong>la</strong> comunidad. Sin embargo, los obreros<br />

de ese sector se cuentan entre los menos valorados.<br />

Hace algunos días el obrero Ro<strong>la</strong>ndo Barraza quedó<br />

atrapado en un ascensor del Grand Hotel. Estaba<br />

cargando <strong>la</strong>drillos para llevarlos desde <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta baja al<br />

décimo piso, cuando inesperadamente el ascensor<br />

arrancó, y lo arrastró hacia arriba atrapándolo por <strong>la</strong>s<br />

piernas entre <strong>la</strong>s puertas y <strong>la</strong> pared. Por reflejo y pese al<br />

dolor que sintió, Ro<strong>la</strong>ndo Barraza logró bajar <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>nquita y detenerlo.<br />

Lo demás fue de nove<strong>la</strong>. El grupo especial de <strong>la</strong><br />

policía destruyó los discos de <strong>la</strong> amo<strong>la</strong>dora sin poder<br />

cortar el acero del ascensor para sacar al accidentado.<br />

Entonces sus propios colegas albañiles empezaron a<br />

romper <strong>la</strong> pared. Luego de dos horas lograron rescatarlo<br />

de aquel<strong>la</strong> trampa, que de otra manera podría haber<br />

resultado mortal.<br />

Constructores de felicidad<br />

Los albañiles se cuentan entre los técnicos más<br />

importantes de <strong>la</strong> especie humana. Existen cuatro<br />

- 327 -


equisitos materiales básicos para <strong>la</strong> subsistencia de <strong>la</strong><br />

humanidad; ellos son: 1) <strong>la</strong> alimentación; 2) el aire; 3) <strong>la</strong><br />

procreación, 4) <strong>la</strong> vivienda.<br />

Cualquiera de estos requisitos que faltase, podría<br />

poner en serio peligro de desaparición a <strong>la</strong> vida humana<br />

sobre <strong>la</strong> Tierra.<br />

Como se ve, <strong>la</strong> casa donde los humanos habitan, forma<br />

parte de sus necesidades más importantes. Por lo tanto,<br />

quienes tienen <strong>la</strong> capacidad de construir<strong>la</strong>s, deberían ser<br />

considerados personas destacadísimas en <strong>la</strong> organización<br />

social, dignos del mayor respeto, consideración y hasta<br />

honores por parte del estado.<br />

No es así. Los albañiles -de quien se trata- a lo <strong>la</strong>rgo<br />

de los siglos no han cesado de perder jerarquía dentro de<br />

los sistemas económicos en el mundo, sean estos<br />

capitalistas o comunistas, occidentales u orientales.<br />

De tal manera asistimos hoy a <strong>la</strong> desvalorización de<br />

estos artesanos excepcionales, cuyo oficio es uno de los<br />

más complejos y difíciles de aprender. Si hay alguna<br />

duda acerca de esta afirmación, invitamos a cualquier<br />

lector sin experiencia en <strong>la</strong> tarea, que intente revocar una<br />

pared (con revoque grueso, para no hab<strong>la</strong>r del fino o los<br />

terminados especiales que un medio oficial albañil<br />

efectúa con velocidad y precisión).<br />

Los que históricamente fueron constructores de<br />

felicidad para sus semejantes (¿quién puede negar <strong>la</strong><br />

alegría que se siente al acceder a <strong>la</strong> casita propia?), son<br />

catalogados sin embargo, en <strong>la</strong> valoración pública, como<br />

uno de los sectores sociales de menos importancia<br />

- 328 -


económica. Y muy pocos padres, hoy, recomendarían a<br />

sus hijos que abracen <strong>la</strong> actividad de los albañiles para<br />

defender su futuro.<br />

Incluso los especialistas teóricos de <strong>la</strong> construcción –<br />

maestros mayores de obras, arquitectos- pasan hoy en día<br />

por ser miembros de un franja social de dudosa<br />

prosperidad y re<strong>la</strong>tivamente opaco prestigio.<br />

Pero, ¿fue siempre así?<br />

Constructores de catedrales<br />

En <strong>la</strong> catedral de Amiens (Francia), los retratos del<br />

obispo fundador y los tres “maestros de obra” están<br />

esculpidos en mármol b<strong>la</strong>nco sobre el mármol negro del<br />

centro del <strong>la</strong>berinto. Los rodea <strong>la</strong> siguiente inscripción:<br />

“En el año de gracia de 1220 se inició <strong>la</strong> edificación de<br />

esta iglesia. El obispo de esta diócesis era Évrard; y el<br />

rey de Francia, Luis, hijo de Felipe Augusto. El maestro<br />

de obras se l<strong>la</strong>maba Maestro Robert de Luzarches, luego<br />

vino Thomas de Cormont y después de éste, su hijo<br />

Renaud”. 1 ¡Junto a los nombres del obispo y del rey... el<br />

de los constructores!<br />

Según <strong>la</strong>s crónicas, ya desde el siglo VII existían en<br />

Sevil<strong>la</strong> corporaciones de “machios” (“albañiles”,<br />

“hacedores”), cuyo maestro recibía su poder directamente<br />

del rey. Estas corporaciones solían ponerse generalmente<br />

bajo <strong>la</strong> dirección de un canónigo del capítulo.<br />

- 329 -


Trabajaban en el<strong>la</strong>s numerosos obreros, a quienes se<br />

les pagaban sa<strong>la</strong>rios de buen nivel, acorde con <strong>la</strong><br />

importante responsabilidad que tenían.<br />

La pertenencia a estas asociaciones constructoras era<br />

cuidada celosamente. La canción de gesta “Cuatro hijos<br />

de Aymon” narra que el noble Renaut de Montauban,<br />

para expiar sus culpas, se enro<strong>la</strong> como voluntario en <strong>la</strong><br />

construcción de <strong>la</strong> catedral de Colonia. Pero pronto<br />

recibe una paliza, y es arrojado al Rin por los<br />

constructores profesionales, irritados por esa<br />

“competencia desleal”.<br />

Existía una verdadera escue<strong>la</strong> de discipu<strong>la</strong>do en el<br />

oficio. Los más jóvenes empezaban transportando piedras<br />

y otros materiales en <strong>la</strong>s canteras y <strong>la</strong>s obras. Luego<br />

aprendían a desbastar los bloques; más tarde a hacer<br />

mezc<strong>la</strong>s de yeso y mortero, se ocupaban del<br />

mantenimiento de <strong>la</strong>s herramientas y manejaban los<br />

aparatos accesorios. De acuerdo con ello, y con mucho<br />

esfuerzo, se iban calificando para los oficios superiores.<br />

Pocos maestros estaban dispuestos a compartir sus<br />

secretos, y lo hacían sólo con los mejores.<br />

“Ultimo orejón”<br />

Es cierto que el trabajo de aquellos albañiles<br />

legendarios, que fueran capaces de construir Colonia o<br />

Notre Dame, era en gran parte muy distinto al de los<br />

actuales. Partiendo de que se trabajaba habitualmente con<br />

piedra, y de que entre <strong>la</strong>s funciones del albañil - en dos<br />

- 330 -


de sus especializaciones- estaban <strong>la</strong>s de tal<strong>la</strong>r y esculpir<br />

los geniales decorados de estos monumentos. Eran pues,<br />

en algunos casos, genuinos escultores, que dotaban a sus<br />

obras de una belleza y magnificencia capaces de<br />

estremecer al contemp<strong>la</strong>dor.<br />

Pese a ello, <strong>la</strong> tarea de los albañiles actuales no es<br />

menos difícil, meticulosa, y hasta creativa. En numerosas<br />

ocasiones los oficiales y medio oficiales deben resolver,<br />

sobre <strong>la</strong> marcha, situaciones complejas que no habían<br />

sido previstas en los proyectos, particu<strong>la</strong>rmente en lo que<br />

se refiere a <strong>la</strong> combinación de los materiales. No por ello<br />

reciben mayor aprecio de <strong>la</strong> opinión colectiva, como se<br />

ha seña<strong>la</strong>do más arriba ya.<br />

¿A qué se debe este descenso del prestigio social de<br />

esta actividad? “Nosotros somos el último orejón del<br />

tarro”, nos dijo cierta vez un albañil cordobés,<br />

comentándonos <strong>la</strong>s dificultades sa<strong>la</strong>riales por <strong>la</strong>s que<br />

pasaba su gremio.<br />

Muchos de los factores de este retroceso están<br />

seguramente re<strong>la</strong>cionados con los parámetros de <strong>la</strong><br />

sociedad capitalista, donde una estrategia común consiste<br />

en <strong>la</strong> desvalorización deliberada de alguno de los<br />

componentes del sistema productivo, para extraer<br />

mayores ganancias para los otros.<br />

Este progresivo desgaste no hubiese sido posible, sin<br />

embargo, sin <strong>la</strong> involuntaria, es cierto, pero corrosiva<br />

pérdida de <strong>la</strong> autoestima surgida en el seno mismo de<br />

estos trabajadores artesanos. Quizá el individualismo<br />

propio del oficio, contribuyó de manera progresiva para<br />

- 331 -


el deterioro de <strong>la</strong> valoración propia. Lo cierto es que<br />

pocas actividades existen tan poco apreciadas por sus<br />

mismos sustentadores.<br />

Creemos que se hace necesario una revalorización de<br />

este antiquísimo oficio. Tanto por una cuestión<br />

humanitaria, como de justicia. Pero también por <strong>la</strong> salud<br />

estética y <strong>la</strong> calidad de vida de <strong>la</strong> humanidad. Cada vez<br />

se ven menos construcciones e<strong>la</strong>boradas con arte, y en<br />

cambio, surgen por todas partes feísimas estructuras de<br />

materiales premoldeados, hierros, vidrios y plástico,<br />

colocados en muchos casos sin el menor concierto.<br />

(Publicado en La Razón del Consumidor, marzo de 1999.)<br />

1 Los últimos misterios del mundo. Reader´s Digest.<br />

División libros. México, diciembre de 1998. Pág. 76.<br />

- 332 -


Definición del amor<br />

Para el Día Internacional de <strong>la</strong> Mujer<br />

Kierkegaard consideró que el amor es simplemente una<br />

ilusión creada por <strong>la</strong> apetencia sexual. La atracción de<br />

los cuerpos, según el filósofo, es encubierta por<br />

fabu<strong>la</strong>ciones e innumerables artificios del pensamiento,<br />

para presentar<strong>la</strong> de una manera sublime.<br />

Max Heindel por el contrario señaló que en el amor<br />

“primero se enamoran <strong>la</strong>s almas”. Según este filósofo del<br />

siglo XIX, el acercamiento sentimental de dos personas<br />

se suscita por haberse “reconocido” esas almas como<br />

afines.<br />

Observando <strong>la</strong> conducta de los humanos enamorados y<br />

<strong>la</strong>s de los perros en celo, nos sentimos tentados a darle<br />

razón al filósofo existencialista.<br />

Una insistente intuición nos inclina sin embargo a<br />

considerar con mucho aprecio <strong>la</strong> afir mación del filósofo<br />

rosacruz.<br />

Personalmente nos parece que el amor es una<br />

combinación equilibrada de tres conceptos: atracción<br />

mutua, respeto, responsabilidad.<br />

La primera es imprescindible, pues si forma parte de <strong>la</strong><br />

naturaleza no hay razón para excluir<strong>la</strong>. La segunda y <strong>la</strong><br />

tercera adquieren creciente valor en caso de concertar, de<br />

común acuerdo, <strong>la</strong> concreción de ese atractivo en pareja.<br />

- 333 -


Pues un factor ineludible de <strong>la</strong> sexualidad es <strong>la</strong><br />

procreación. Estimar<strong>la</strong> en su aspecto orgásmico<br />

únicamente <strong>la</strong> muti<strong>la</strong>, convirtiéndo<strong>la</strong> en monstruosidad.<br />

Cuando una re<strong>la</strong>ción sentimental engendra hijos,<br />

asumir con respeto, alegría y responsabilidad esos<br />

vínculos de por vida... Este para mí es el requisito<br />

esencial para que nuestros sentimientos pueden<br />

denominarse con propiedad “amor”.<br />

- 334 -


Jesús y <strong>la</strong>s mujeres<br />

En el <strong>la</strong>rgo Evangelio de Valentino, Jesús inicia su<br />

enseñanza a los discípulos privilegiando a María<br />

Magdalena: “Eres dichosa, María, y yo te instruiré de<br />

todos los misterios concernientes a <strong>la</strong>s regiones<br />

superiores”.<br />

Enseguida, reafirma: “Hab<strong>la</strong> con sinceridad, tú, cuyo<br />

corazón está más enderezado que el de todos tus<br />

hermanos hacia el Reino de los Cielos”.<br />

Tal tratamiento, sin duda preferencial, molesta a San<br />

Pedro quien, según este mismo Evangelio, más ade<strong>la</strong>nte<br />

protesta:<br />

“...Y Pedro se ade<strong>la</strong>ntó, y dijo: Señor, no permitas<br />

hab<strong>la</strong>r siempre a esta mujer, porque ocupa nuestro puesto<br />

y no nos deja hab<strong>la</strong>r nunca.<br />

“Y Jesús dijo a sus discípulos: adelántese y hable<br />

aquel en quien obre <strong>la</strong> fuerza de <strong>la</strong> inteligencia”.<br />

El evangelista Valentino es quien constantemente<br />

destaca <strong>la</strong> participación de <strong>la</strong>s mujeres, encabezadas por<br />

María Magdalena y María Madre de Jesús, en el proceso<br />

de enseñanza posterior a <strong>la</strong> Resurrección. Según este,<br />

Jesús habría permanecido en el mundo un extenso<br />

periodo después de su Resurrección. Y lo habría usado<br />

para sustanciar <strong>la</strong> Comunidad Originaria, compartiendo<br />

con los discípulos el Conocimiento Superior.<br />

No es el único en seña<strong>la</strong>r este aspecto (<strong>la</strong> vital<br />

participación de mujeres entre <strong>la</strong>s conductoras del<br />

- 335 -


proceso). Otros evangelistas como Felipe, Tomás, o el<br />

del l<strong>la</strong>mado “Evangelio de María”, muestran c<strong>la</strong>ramente<br />

un protagonismo inusual de <strong>la</strong>s mujeres en <strong>la</strong> conducción<br />

comunitaria.<br />

Pero ninguno de esos Evangelios integra <strong>la</strong> posterior<br />

edición de La Biblia, basada en textos seleccionados por<br />

<strong>la</strong> Iglesia Romana.<br />

Este grupo de poder, impuesto tras algo más de 200<br />

años de luchas -a veces sangrientas- entre los propios<br />

cristianos, desecharía cuidadosamente aquellos escritos<br />

donde se colocaba a <strong>la</strong>s mujeres en igualdad de derechos<br />

con los varones.<br />

El rol de “san” Pablo<br />

Ninguno de estos evangelios -l<strong>la</strong>mados “apócrifos” por<br />

el poder oficial eclesiástico tres siglos después-,<br />

menciona a Saulo de Tarso ni a su supuesta conversión.<br />

Las <strong>Cartas</strong> del l<strong>la</strong>mado “apóstol Nº 13”, son sin<br />

embargo incluidas en el “canon” romano. Su profusa<br />

utilización posterior, permite afirmar incluso que <strong>la</strong><br />

construcción del sistema organizativo eclesial moderno,<br />

y su p<strong>la</strong>taforma conceptual, reposan en su mayor<br />

porcentaje sobre <strong>la</strong>s ideas de Pablo.<br />

A lo <strong>la</strong>rgo del ocultado Evangelio de Valentino Jesús<br />

hab<strong>la</strong> sólo de 12 apóstoles. Esto deja a Pablo c<strong>la</strong>ramente<br />

fuera de aquel<strong>la</strong> Iglesia Original, establecida<br />

directamente por El Mesías. En cambio menciona<br />

- 336 -


constantemente a María Magdalena, María Madre de<br />

Jesús y a otras mujeres.<br />

(En otro artículo especial nos ocuparemos de Pablo,<br />

continuemos ahora con el rol femenino en <strong>la</strong> Iglesia<br />

organizada por Jesús.)<br />

Hemos leído un singu<strong>la</strong>r estudio, efectuado por un<br />

miembro activo de <strong>la</strong> Iglesia Católica de EE.UU., donde<br />

se afirma que incluso los Evangelios canónicos, fueron<br />

“retocados” por <strong>la</strong> jerarquía eclesial romana. * Y una de<br />

<strong>la</strong>s consignas principales -según ese estudio- fue quitar a<br />

<strong>la</strong>s mujeres su espacio igualitario en <strong>la</strong> comunidad. El<br />

cual, según documentos anteriores, fuera instituido por el<br />

mismísimo Jesús.<br />

La investigación argumenta extensamente acerca de<br />

que el Evangelio de San Juan -único que menciona a un<br />

“discípulo preferido”-, habría sido adulterado. Pues no se<br />

trataba de un hombre, sino de una mujer: María<br />

Magdalena. El<strong>la</strong> habría sido pues, <strong>la</strong> discípu<strong>la</strong> preferida<br />

de Jesús.<br />

Respetar como venía transcribiéndose el texto<br />

evangélico implicó durante siglos aceptar <strong>la</strong> igualdad<br />

entre hombres y mujeres de un modo irrefutable...<br />

Entonces, simplemente, los jerarcas consolidados<br />

ordenaron su modificación. Y en <strong>la</strong>s posteriores<br />

ediciones eclesiásticas, <strong>la</strong> discípu<strong>la</strong>, María Magdalena, se<br />

transformó, por arte de los escribas, en “el discípulo”:<br />

Juan.<br />

En cambio, se dio toda <strong>la</strong> fuerza del poder acumu<strong>la</strong>do<br />

en Roma a <strong>la</strong> concepción machista de “san” Pablo:<br />

- 337 -


“Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo”, dice<br />

Pablo, para asegurar, más ade<strong>la</strong>nte que: “<strong>la</strong> cabeza de<br />

todo varón es Cristo” y “<strong>la</strong> cabeza de toda mujer es el<br />

varón”. Por esto, el varón puede exhibir con orgullo su<br />

cabeza, mientras que <strong>la</strong> mujer no; por el contrario, debe<br />

cubrírse<strong>la</strong> con un velo. Y si no es capaz de cumplir con<br />

este mandato masculino... pues bien, “que se <strong>la</strong> rape”,<br />

ordena “san” Pablo.<br />

¿Hace falta algún comentario sobre el machismo de<br />

Pablo? Pues bien, sobre estas piedras -y no sobre <strong>la</strong> de<br />

Pedro- se fundó lo que l<strong>la</strong>mamos hoy “iglesia Católica”.<br />

La cual, según nuestra modesta opinión, difiere, en<br />

gran cantidad de aspectos esenciales, de <strong>la</strong> verdadera<br />

Iglesia de Jesús.<br />

Mas hoy nos limitaremos a seña<strong>la</strong>r sólo este, que nos<br />

pareció de especial relevancia.<br />

* Ramón K. Jusino. M.A. “María Magdalena: ¿Autora del<br />

Cuarto Evangelio?” http://ramon_k_jusino.tripod.com/<br />

- 338 -


<strong>Quipu</strong> Editorial<br />

http://www.quipueditorial.com.ar<br />

Septiembre de 2009<br />

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