Actualidad NAcional - Sector LAdrillero - Asocem

En el Perú, la informalidad no es un
fenómeno nuevo, y se calcula que la
economía informal en el Perú es
equivalente a un 35 por ciento del PBI, y
un 60 por ciento de las horas - hombres
trabajadas se desarrollan en las
a c t i v i d a d e s i n f o r m a l e s . E s t a
informalidad que se refleja en la
economía no aparece en las estadísticas
oficiales, por lo que se desconoce con
exactitud su medición e incidencia en el
desenvolvimiento de la economía
nacional.
En el caso de la construcción de viviendas en el Perú se
calcula que la informalidad bordea el 70 por ciento,
hecho que pone en alto riesgo una edificación por el
uso de materiales inadecuados; así como por el
incumplimiento del reglamento de edificaciones, y
por la escasa o nula supervisión técnica apropiada. En
buen romance, si nos situamos en Lima, la mayor
parte de la ciudad se encuentra edificada fuera de la
ley. A esto hay que agregar que la construcción
informal tiene costos ocultos que generalmente no
son medidos y que casi siempre generan gastos
innecesarios al consumidor.
El segundo presidente del Comité General de Obras
de Edificación de Capeco, ingeniero Adolfo Gálvez, ha
señalado que la informalidad en las construcciones
nos hace 30 mil veces más vulnerables al colapso de
viviendas de lo que debería ser.
Hernando de Soto en su obra "El otro sendero" dice:
"el incumplimiento de las obligaciones directas y las
leyes laborales es una de las diferencias entre
formales e informales; los empresarios formales
pagan sus impuestos y lo hacen por ellos y por los que
no pagan; los empresarios informales que evaden sus
obligaciones tributarias producen como efecto que la
carga tributaria se haga más pesada para aquellos que
cumplen con sus impuestos".
En este contexto, Construcción e Industria entrevistó
Actualidad Nacional
La Situación de la Producción de
Unidades de Albañilería de Arcilla:
La Opinión de CAPECO
al ingeniero Enrique Pajuela Escobar, que lidera la
Comisión de Informalidad del Comité General de
Proveedores de Bienes y Servicios de la Construcción,
con el fin de conocer lo que sucede en materia de
informalidad en el sector ladrillero.
En la entrevista, el ingeniero Pajuelo, que a la vez es
presidente ejecutivo de la empresa ladrillera Latercer
S.A.C. (Ladrillos Fortes), señaló que la informalidad es
un problema de país y que el sector ladrillero no
escapa a esta realidad; y a pesar que no se puede
medir pues no hay datos oficiales, se calcula que esta
informalidad en dicho sector bordea el 60 a 70 por
ciento.
Informalidad laboral
Si bien es cierto que la informalidad en el sector
ladrillero tiene una importante connotación
tributaria, más importante aún es la implicancia
humana como consecuencia de la informalidad
laboral presente en dicho sector, señaló Enrique
Pajuelo, pues a pesar que existen varias ladrilleras
formales son muchas más las ladrilleras informales
que generalmente trabajan con matices de legalidad
otorgada por su personería jurídica, tras la cual
disfrazan una realidad de prácticas fuera de la ley
como es, por ejemplo, el no tener personal
correctamente empleado.

"Estas empresas con aires de formalidad, no son
pequeñas, sino medianas y hasta de gran tamaño en
algunos casos, con capacidades productivas
importantes y que trabajan en áreas de hasta 50 mil
metros cuadrados; sin embargo, no tienen a todo su
personal debidamente registrado en planilla
originando, aunque suene dramático, una
explotación del ser humano ya que este personal no
goza de ningún beneficio de ley, trabajando en
jornadas de 12 a 14 horas diarias y hasta 7 días por
semana, llegándose en algunos casos a contratar
niños", detalló.
Precisó que por esta realidad en la cual trabajan
algunas ladrilleras se generaliza a este sector como
informal. Sin embargo, resaltó, que el sector ladrillero
está compuesto también por un grupo de empresas
ladrilleras totalmente formales que cumplen con
todo lo dispuesto y señalado por las leyes.
Competencia desleal
Toda esta realidad, agregó Enrique Pajuelo, desde el
punto de vista de los competidores viene a
constituirse como una competencia desleal porque
son empresas que al tener menos costos, es decir
costos ficticios e irreales por todas las aportaciones
de ley que dejan de realizar, manejan costos ínfimos
que les permiten trabajar de forma más ventajosa
que un competidor formal. Añadió que por el solo
hecho de evadir el 35 a 40 por ciento que cuesta
mantener a una persona en planilla, estas empresas
informales se llevan este importe como un ingreso
neto.
“Además está el tema de los impuestos; ya que ellos
no pagan IGV, ni renta, y por otro lado desde el punto
de vista productivo, las ladrilleras informales no
invierten en la mejora de sus procesos de producción
sino que por el contrario utilizan procedimientos
rudimentarios que no garantizan una buena calidad
de sus productos", detalló.
“Estas empresas ladrilleras, con careta de formales,
no cuentan con certificados de calidad o los obtienen
de forma irregular; no cumplen con las normas
ambientales por la alta contaminación que originan,
no cuentan con licencias de funcionamiento, lo que es
peor, sus productos no tienen ninguna garantía, pues
si son empresas que trabajan al margen de la ley en
muchos aspectos, ¿qué importancia le darían al tema
de calidad y de qué forma compensarían a un cliente o
constructor en el caso que sus productos no reúnan
los requerimientos de calidad exigidos por ley?",
resaltó.
Precisó también que en caso de movimientos
telúricos como los ocurridos en Chile y el Perú,
colapsarían muchas viviendas por las malas prácticas
constructivas, pero también en muchos casos por el
uso de materiales de construcción inadecuados. En
este caso específico de los ladrillos hechos por
informales que no garantizan productos acordes con
los estándares de calidad que se manejan en el medio.
Control
"Como el tema de la informalidad ladrillera tiene
varias aristas, en cuanto al control para frenarla hay
muchas entidades involucradas, desde la Sunat, los
ministerios de Trabajo y Promoción Social, Medio
Ambiente, Producción, entre otros, es decir, hay
varios actores que están encargados de hacer cumplir
la normatividad vigente. En lo que le corresponde al
empresariado, especialmente a las empresas
asociadas a Capeco, estas tienen la responsabilidad
de contar con procedimientos de control básicos,
como comprobar que las empresas a las que compran
sus productos sean formalmente constituidas y no
empresas que están cambiando de razón social
permanentemente, práctica común de las ladrilleras
informales; también que garanticen el cumplimiento
de las normas técnicas con certificados de calidad de
las instituciones correspondientes", especificó
Pajuelo.
"Así también, solicitar al proveedor algo tan simple
como su licencia de funcionamiento y su RUC vigente.
Esta sería una buena práctica de responsabilidad
social y empresarial del constructor en su
interrelación con el sector ladrillero. Si bien es cierto

que en una economía de libre mercado cada
compañía elije sus criterios de selección de
proveedores, las sencillas políticas indicadas, al
menos determinarán una valla mínima de formalidad
porque la mayoría de estos empresarios informales
no cuentan siquiera con una licencia de
funcionamiento", manifestó el representante del
Comité General de Proveedores de Bienes y Servicios
de Capeco.
El problema como tal no es nuevo, tiene muchos años
y es por ello que siempre se ha considerado al sector
ladrillero como informal, un sector relacionado a la
explotación y al trabajo infantil, señaló Enrique
Pajuelo, al tiempo de destacar que también existe un
empresariado ladrillero formal que cumple con la
normatividad técnica, tributaria, laboral, ambiental,
etc. y que invierte en mejoras tecnológicas, en
mitigación de impactos ambientales, en mejores
condiciones de trabajo para su personal, en
ampliación de su capacidad para atender la demanda
creciente del sector construcción.
"Los formales tenemos la ventaja de ser sujetos de
crédito, principales contribuyentes, proveedores
e stratégicos d e i m p o r ta ntes compañías
constructoras y cadenas de retail y gracias a ello
seguimos invirtiendo y compitiendo vía eficiencias
contra la desleal competencia informal. En el lado
opuesto, las ladrilleras informales se ocultan en el
anonimato de marca y ven limitado su crecimiento
por su apuesta a ser invisibles, aunque por el
momento trabajan y crecen a sus anchas atendiendo
a la gran demanda de la autoconstrucción que es su
principal mercado", detalló.
Calidad y seguridad
En el caso de los constructores formales, expresó
Pajuelo, ellos cuentan con las normas técnicas para
validar la calidad de un ladrillo; sin embargo, el
problema viene en la autoconstrucción, pues ahí el
tema es más complicado y lo que toca al gremio
ladrillero es desarrollar una campaña de información
para dar a conocer recomendaciones a fin de evitar la
compra de ladrillos de mala calidad.
"El consumidor final y en especial el de la
autoconstrucción debería fijarse básicamente en las
empresas y marcas Conocidas que tienen alguna
estabilidad en el mercado y que de una u otra manera
le brindan seguridad, aunque con esto no quiere decir
que las empresas nuevas no puedan ser buenas. Lo
que tienen que diferenciar es la calidad de los ladrillos
que compran ya que con ellos construirán sus
viviendas", señaló Pajuelo.
Agregó que en la actualidad la tecnología en el sector
ladrillero ha avanzado mucho y las regulaciones
ambientales son muy estrictas debiendo cumplir las
empresas ladrilleras con la presentación y aprobación
de estudios de impacto ambiental, así como
monitoreos ambientales trimestrales o semestrales
según sea el caso, todos ellos aprobados por el
Ministerio de la Producción. Estos controles buscan
mitigar las emisiones de gases, residuos particulados,
ruidos, entre otros.
Dijo que las empresas informales no cumplen estas
normas porque las sanciones existentes son
benévolas y circunscritas al ámbito administrativo
donde los informales entran y salen a su
conveniencia, mientras que las ladrilleras formales las
cumplen por tratarse de un tema regulatorio
obligatorio y principalmente como parte de su
responsabilidad social y empresarial; por ser
empresas sostenibles y que gracias a modernos
sistemas de gestión y el uso de tecnología de punta
logran eficiencias operativas sacando ventaja al
sector informal.
“En la actualidad las empresas formales competimos
en forma satisfactoria contra los informales gracias a
las ventajas competitivas originadas por nuestro
constante desarrollo tecnológico que nos permite
que tengamos costos iguales o menores que los
empresarios informales y sobre todo que nuestra
calidad y nivel de servicio son de lejos mucho
mejores", enfatizó el empresario.
Exhortación
Finalmente Pajuelo exhortó a los empresarios
constructores que están asociados a Capeco, a exigir
calidad y seguridad y tener mucho cuidado en este
sector sensible como lo es el ladrillero; y a las
empresas ladrilleras que no están asociadas a Capeco
las invitó a formar parte de esta institución que les
facilite la constitución de un gremio ladrillero dentro
de la Cámara Peruana de la Construcción a fin de
trabajar muchos temas que atañen a este sector de
los ladrillos, entre ellos el de la informalidad.
En Construccion e Industria, junio 2010.