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Noviembre, 2012 Ed. 13 Titulares - Dinamita Magazine

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Reflexiones29uando llegue a casaesa noche mientras miesposa servía la cena,la tome de la manoy le dije: tengo algoque decirte. Solo sesentó a comer en silencio. Yo podíaobservar el dolor en sus ojos.De pronto ya no sabía como abrirmi boca. Pero tenía que decirle loque pensaba. Quiero el divorcio......le dije lo más suave que pude.Mis palabras parecieron nomolestarle. Al contrario, muytranquilamente me pregunto, ¿porqué?Evite su pregunta con mi silencio,esto le hizo enfurecer. Tiro losutensilios y me grito, ¡no pareceshombre! Esa noche, ya no hablamosmás. Ella lloraba en silencio. Yosabía que quería saber que le habíapasado a nuestro matrimonio. Peroyo no hubiera podido darle unarespuesta satisfactoria. Mi corazónahora le pertenecía a Eloísa. Ya nola amaba, solo me daba lástima.Con un gran sentido de culpa,redacte un acuerdo de divorcio enel que le daba nuestra casa, nuestroauto y un 30% de las acciones de miempresa.Después de leerlo ella lo rompió enpedazos. La mujer que había estadodiez años de su vida conmigo ahoraera una extraña. Me sentí mal portodo ese tiempo y energía quedesperdicio conmigo. Todo eso queyo nunca le podría reponer. Peroahora ya no había marcha atrás, yoamaba a Eloísa. Por fin mi esposasoltó el llanto frente a mí, eso era loque yo esperaba desde el principio.Verla llorar me tranquilizaba unpoco, ya que la idea del divorcioque me preocupaba tanto ahoraera más clara que nunca.El siguiente día, llegue a casa muytarde y ella estaba en la mesaescribiendo algo. Yo no habíacenado, había pasado un día muyintenso con Eloísa y tenía mássueño que hambre y mejor meretire a dormir.Desperté en la madrugada, ellatodavía estaba escribiendo. Laverdad no me importo y solo meacomode de nuevo en cama yseguí durmiendo. En la mañaname presento sus condiciones paraaceptar divorciarse: No quería nadade mí, pero necesitaba un mes antesde firmar el divorcio, me pidió que enese mes tratáramos de vivir una vidalo más normal posible. Sus razoneseran simples: nuestro hijo tenía unosexámenes muy importantes en estemes y no lo quería mortificar con lanoticia del matrimonio frustrado desus padres.Esto era algo en lo que yo tambiénestaba de acuerdo. Pero había más,me pidió que me acordara como lacargue el día de nuestra boda.Quería que cada día de este mes, lacargara de nuestro cuarto hasta lapuerta de la casa....... pensé que seestaba volviendo loca. Pero decidíaceptar este raro requisito con talde que este mes pasara sin máspeleas o malos momentos.Le platique a Eloísa de lascondiciones que puso mi esposa......se río bastante y pensó que era muyabsurdo. Dijo en tono burlón: noimporta los trucos que se invente,tiene que aceptar la realidad que sevan a divorciar.Desde que le exprese misintenciones de divorcio mi esposay yo no teníamos ningún contactoíntimo. El primer día que la carguese me hizo un poco difícil. Nuestrohijo nos vio y aplaudió de felicidadal vernos y dijo, papá me da gustoque quieras mucho a mi mamá. Suspalabras me causaron un poco dedolor. Desde nuestra habitaciónhasta la puerta de enfrente caminecomo diez metros con ella en misbrazos. Ella cerró sus ojos y me dijoal oído que no le dijera al niño deldivorcio. Me sentí muy incomodo, labaje y ella camino a tomar el autobúspara ir a trabajar. Yo maneje solo ami trabajo.El segundo día fue un poco más fácil.Ella se recargo ligeramente en mipecho. Podía oler la fragancia de sublusa. Me di cuenta que desde hacetiempo no le había puesto muchaatención a esta mujer. Me di cuentaque ya no era tan joven, había unpoco de arrugas en su cara, supelo ya mostraba canas. Ese era elprecio de nuestro matrimonio. Porun minuto me pregunte que si yo erael responsable de esto.A el cuarto día, cuando la cargue.Sentí que regresaba un poco deintimidad. Esta era la mujer que mehabía dado diez años de su vida.El quinto y sexto día, me di cuentaque el sentimiento crecía otra vez.No le platique nada de esto a Eloísa.Conforme los días pasaban se mehacia más fácil cargarla. Quizásel ejercicio de hacerlo me estabahaciendo más fuerte.Una mañana la vi que estababuscando un vestido para ponerse,pero no encontraba nada que lequedaba. Solo suspiro y dijo, todosmis vestidos me quedan grandes.Es ahí donde me di cuenta que poreso se me hacía muy fácil cargarla.Estaba perdiendo mucho peso,estaba muy pero muy delgada.De repente entendí la razón......estaba sumergida en tantodolor y amargura en su corazón.Inconscientemente le toque lafrente.Nuestro hijo entro en ese momentoy dijo, Papá es tiempo que carguesa mamá. El ver a su papá cargar asu mamá todos los días se le habíahecho costumbre. Mi esposa le dioun fuerte abrazo. Yo mejor mirehacia otro lado por temor a que estaconmovedora imagen me hicieracambiar de planes. Entonces lacargue, y empecé a caminar hacia lapuerta, su mano acarició mi cuello,y yo la apreté fuerte con mis brazos,justo como el día que nos casamos.Pero su estado físico me causotristeza. En el último día, cuandola cargue sentí que no me podía nimover. Nuestro hijo ya se había ido ala escuela. La abrasé fuerte y le dije,nunca me di cuenta que a nuestravida le hacía falta algo así.Me fui a trabajar.....salte fuera demi auto sin poner llave a la puerta.Temía que cualquier momentopodría cambiar de opinión.....subílas escaleras, Eloísa abrió la puertay le dije, Lo siento mucho pero ya nome voy a divorciar.No podía creer lo que le estabadiciendo, hasta me toco la frente yme pregunto si tenía fiebre. Quite sumano de mi frente, ya no soportabaque me tocara y le dije de nuevo.Lo siento Eloísa, ya no me voy adivorciar. Mi matrimonio era muyaburrido porque no supe apreciarlos pequeños detalles de nuestrasvidas juntos. No porque ya no nosamaramos. Ahora me doy cuentaque tengo la mejor mujer del mundoy que tú Eloísa, eres fría, egoísta ycruel igual que yo. Amo a mi esposay no merece el dolor que le cause.Ahora me doy cuenta que cuandonos casamos y la cargue porprimera vez esa responsabilidad esmía hasta que la muerte nos separe.Eloísa en este momento salió delshock y me dio una fuerte bofetada,y llorando cerro su puerta. Ella solorecibió su merecido. Corriendobaje las escaleras y me fui de ahí.Pare en una florería, ordene unbonito ramo para mi esposa. Lachica me pregunto que le ponía a latarjeta. Sonreí y escribí, “siemprete llevaré en mis brazos hasta quela muerte nos separe” Esa nochecuando llegue a casa, con las floresen mis manos y una sonrisa en micara, subí a nuestro cuarto........solo para encontrar a mi esposa ensu cama.....Muerta.El dolor embargo mi corazón, medesgarro el alma y pensé: me lomerezco. Un grito desesperadosalió de mi corazón: Mi amorperdóname, te amo y siempre teamaré.Los pequeños detalles es lo que deverdad importa en una relación. Nola mansión, el carro, propiedades,mujeres o dinero en el banco.Estos crean un falso sentido defelicidad que no lo es todo. Mejorencuentra tiempo para ser el amigode tu esposo o esposa, y tómensetodo el tiempo necesario con esospequeños detalles que hacen ladiferencia. Que tengan un felizmatrimonio.Muchos de los fracasos en la vida lesucede a gente que no se da cuentalo cerca que estaban del éxitocuando se dieron por vencidos.“No vayas por donde el camino telleve, ve por donde no hay camino ydeja huella”. Emerson.

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