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La Sirena Un cuento de horror al estilo de Gustavo Adolfo Bécquer ...

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Por la misma fuerza impulsiva, el hombre se sentó en una silla y empezó a comer la sopa.El sabor era agrio pero muy <strong>de</strong>licioso. Y, mientras comía, la mujer empezó a canturrear unacanción y bailó cerca <strong>de</strong>l cuarto. Pronto, él sequía marcando con su pie a la melodía <strong>de</strong> lacanción.Baila conmigo—ella dijo, y el joven se levantó y se unió a su danza.Benjamín se perdió su mismo como el zumbido <strong>de</strong> ella cambió en una canción. Los dosjóvenes bailaban cerca <strong>de</strong>l cuarto por mucho tiempo y Benjamín se olvidó todo—su novia, sutrabajo, su vida—estaba en éxtasis y no quería interrumpir la danza ni quería separarse <strong>de</strong> losbrazos <strong>de</strong> la mujer.Como te llamas—él le preguntó—dime por favor.Silvia—respondió—me llamo Silvia.Entonces, sin más conversación, los dos continuaban la danza y su canción continuabaseduciendo <strong>al</strong> hombre. <strong>La</strong> canción terminó y la danza se suspendió.Bésame—ella mandó <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una hora <strong>de</strong> bailar y Benjamín, sin pensar, unió suslabios a los labios <strong>de</strong> ella. Y, como estaba emborrachado, Benjamín se cayó en la cama y durmióen los brazos <strong>de</strong> Silvia.• • •Benjamín se levantó con el sol en su rostro y las canciones <strong>de</strong> los pájaros resonando lacanción <strong>de</strong> Silvia. Con mucha sorpresa, <strong>de</strong>scubrió que estaba en el cementerio.¿Era un sueño?—se preguntó, pero cuando se levantó, leyó el nombre en la lápida. <strong>La</strong>inscripción <strong>de</strong>cía, AQUÍ DESCANSA SILVIA PÉREZ ÁLVAREZ, 1755-1785.El temor agarró su corazón. Todavía podía sentir la suavidad <strong>de</strong> sus labios contra los <strong>de</strong>él. Y tenía mucho miedo cuando se dio cuenta que la casita había <strong>de</strong>saparecido. Solo en el claro

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