12.07.2015 Views

La Sirena Un cuento de horror al estilo de Gustavo Adolfo Bécquer ...

La Sirena Un cuento de horror al estilo de Gustavo Adolfo Bécquer ...

La Sirena Un cuento de horror al estilo de Gustavo Adolfo Bécquer ...

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>La</strong> <strong>Sirena</strong><strong>Un</strong> <strong>cuento</strong> <strong>de</strong> <strong>horror</strong> <strong>al</strong> <strong>estilo</strong> <strong>de</strong><strong>Gustavo</strong> <strong>Adolfo</strong> Bécquerpor Ignacio Tellez“Esto dijeron con su hermosa voz.Se sintió mi corazón con ganas <strong>de</strong> oírlas.”~Homero, <strong>La</strong> OdiseaEl aire fresco <strong>de</strong> la noche mordió su piel cuando Benjamín caminaba por el bosque. Elhombre joven estaba perdido y no podía ver nada en la oscuridad. <strong>La</strong>s hojas <strong>de</strong> los árboles habíanocultado la luz <strong>de</strong> la luna y sólo contaba con sus sentidos <strong>de</strong> tacto y oído para navegar el sen<strong>de</strong>roestrecho. Ya había caminado por cuatro horas en este bosque y estaba muy cansado,emocionado, y preocupado.Tenía casi treinta años y no le gustaba s<strong>al</strong>ir <strong>al</strong> aire libre. Pero, más temprano en el día,tuvo una discusión con su novia y necesitaba ir a un lugar tranquilo para pensar. En el c<strong>al</strong>or <strong>de</strong>lmomento no había pensado en coger una linterna ni una chaqueta porque no se dio cuenta <strong>de</strong> ladistancia que él caminaría. Entonces, estaba perdido sin una luz y hacía mucho frío.Más minutos pasaban mientras él caminaba y antes el silencio <strong>de</strong> la noche fue roto por elsonido un canto. –¡Fin<strong>al</strong>mente!—pensó, y <strong>de</strong>cidió a seguir la canción con la esperanza <strong>de</strong> sers<strong>al</strong>vado. Pero, aunque la música sonaba muy cerca, continuó caminando una media hora másantes <strong>de</strong> entrar en un claro <strong>de</strong>l bosque y buscar el origen <strong>de</strong> la canción. También, estaba muycontento <strong>de</strong> ver la luz <strong>de</strong> la luna llena y las estrellas en el cielo.<strong>La</strong> claridad era poca pero tenía señ<strong>al</strong>es <strong>de</strong> la vida. En un rincón <strong>de</strong>l claro había ungranerito viejo y en el otro lado había un cementerio v<strong>al</strong>lado. En el centro, había una casita muy


Por la misma fuerza impulsiva, el hombre se sentó en una silla y empezó a comer la sopa.El sabor era agrio pero muy <strong>de</strong>licioso. Y, mientras comía, la mujer empezó a canturrear unacanción y bailó cerca <strong>de</strong>l cuarto. Pronto, él sequía marcando con su pie a la melodía <strong>de</strong> lacanción.Baila conmigo—ella dijo, y el joven se levantó y se unió a su danza.Benjamín se perdió su mismo como el zumbido <strong>de</strong> ella cambió en una canción. Los dosjóvenes bailaban cerca <strong>de</strong>l cuarto por mucho tiempo y Benjamín se olvidó todo—su novia, sutrabajo, su vida—estaba en éxtasis y no quería interrumpir la danza ni quería separarse <strong>de</strong> losbrazos <strong>de</strong> la mujer.Como te llamas—él le preguntó—dime por favor.Silvia—respondió—me llamo Silvia.Entonces, sin más conversación, los dos continuaban la danza y su canción continuabaseduciendo <strong>al</strong> hombre. <strong>La</strong> canción terminó y la danza se suspendió.Bésame—ella mandó <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una hora <strong>de</strong> bailar y Benjamín, sin pensar, unió suslabios a los labios <strong>de</strong> ella. Y, como estaba emborrachado, Benjamín se cayó en la cama y durmióen los brazos <strong>de</strong> Silvia.• • •Benjamín se levantó con el sol en su rostro y las canciones <strong>de</strong> los pájaros resonando lacanción <strong>de</strong> Silvia. Con mucha sorpresa, <strong>de</strong>scubrió que estaba en el cementerio.¿Era un sueño?—se preguntó, pero cuando se levantó, leyó el nombre en la lápida. <strong>La</strong>inscripción <strong>de</strong>cía, AQUÍ DESCANSA SILVIA PÉREZ ÁLVAREZ, 1755-1785.El temor agarró su corazón. Todavía podía sentir la suavidad <strong>de</strong> sus labios contra los <strong>de</strong>él. Y tenía mucho miedo cuando se dio cuenta que la casita había <strong>de</strong>saparecido. Solo en el claro


estaban el cementerio y el granerito. Nada más, nada menos. Con este temor, corrió. Él corrió yno paró hasta que el volvió a la cabaña y a su novia. A ella, le recontó su <strong>cuento</strong>, pero, no lecreyó. Y, hasta ahora, nunca entró en el bosque.Entonces, te doy este <strong>cuento</strong> como lo oí <strong>de</strong> Benjamín. Todavía, él advierte a todos sobreesta noche. <strong>La</strong> noche que él pasaba en el Bosque <strong>de</strong> la <strong>Sirena</strong>.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!