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DIÁLOGO SOCIAL - Ministerio de Educación

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2EXPLORA | CIENCIAS <strong>SOCIAL</strong>ESINTRODUCCIÓN¿Qué es el diálogo social?AGNEl trabajo <strong>de</strong>cente, la justicia social, inclusola revolución... Estas fueron algunas<strong>de</strong> las formas que encarnó a lo largo <strong>de</strong>la historia argentina un anhelo <strong>de</strong> progresoque era también una optimista perspectivapara el futuro: la búsqueda <strong>de</strong> una existenciamejor, más digna, justa e igualitaria.Aquellos horizontes <strong>de</strong>marcaban un rumboque no estaba <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> obstáculosy conflictos. Eran construcciones a edificar,disputas que librar. Porque, efectivamente,ese futuro no era una <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong>l<strong>de</strong>stino, sino una aspiración cuyo intento <strong>de</strong>concreción no estaría exento <strong>de</strong> contratiemposy tentativas <strong>de</strong> obstrucción.El terror <strong>de</strong> la última dictadura military las dificulta<strong>de</strong>s que tuvo que sortear elgobierno <strong>de</strong>mocrático que le sucedió contribuyeronal langui<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong> aquelviejo i<strong>de</strong>ario progresista. Los anhelos <strong>de</strong>lpasado fueron <strong>de</strong>splazados por las urgencias<strong>de</strong> sobrevivir a un presente en el queno parecen caber ya gran<strong>de</strong>s relatos niprometedores porvenires.La <strong>de</strong>sarticulación <strong>de</strong>l tejido social provocadapor la aplicación <strong>de</strong> las políticas neoliberalesdurante el último cuarto <strong>de</strong>l siglo pasadoha planteado una serie <strong>de</strong> interrogantes fundamentalesque atraviesan los intentos quela sociedad y el Estado realizan hoy en díapara reconstruir aquello que el neoliberalismo<strong>de</strong>shizo: ¿en qué condiciones podránsatisfacerse algunos <strong>de</strong> los más elementalesanhelos sociales? ¿Cuáles son los actoresque <strong>de</strong>berían encabezar las transformacionesque nuestra sociedad requiere? ¿Quérol <strong>de</strong>bería asumir el Estado? ¿Cómo podríarearticularse un diálogo social en el marco <strong>de</strong>las profundas <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s existentes?Este módulo Explora se propone indagarsobre aquellos procesos históricos que hangenerado importantes transformaciones,para intentar avizorar luego cuáles son lasperspectivas que emergen <strong>de</strong> nuestro presente.Se <strong>de</strong>sarrollan las herramientas existentesen materia <strong>de</strong> políticas <strong>de</strong> Estadopara contribuir a un proceso <strong>de</strong> diálogo socialcada vez más igualitario.Acto <strong>de</strong>l 1º <strong>de</strong> Mayo (1909). Alfredo Palacios al frente <strong>de</strong> una reunión partidaria en reclamo<strong>de</strong> la jornada laboral <strong>de</strong> 8 horas.Diálogo social es el proceso por elque los diferentes sectores <strong>de</strong> unasociedad establecen canales <strong>de</strong> interlocuciónvinculantes no necesariamenteinstitucionales, e interactúanpor medio <strong>de</strong> ellos para abordarcuestiones <strong>de</strong> interés común relativasprincipalmente al diseño <strong>de</strong> políticaseconómicas, sociales y laborales (lasque <strong>de</strong>terminan no solo los nivelessalariales, sino también las carrerasprofesionales, los escalafones, lasmodalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> protección social,los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> trabajadores y empleadores,así como su regulación, ylos mecanismos <strong>de</strong> reclamo y protesta,entre otros aspectos fundamentales<strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> trabajo).La Organización Internacional <strong>de</strong>lTrabajo (OIT) clasifica distintasmodalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> diálogo social <strong>de</strong>acuerdo a los actores que intervienenen él. De tal modo, el diálogo pue<strong>de</strong>ser bipartito, si participan únicamenteempleadores y trabajadores,o tripartito, si también lo hace elEstado. Tanto en el ámbito laboralcomo en el ámbito social, el proceso<strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones y diseño <strong>de</strong>políticas suele recaer en las discusionesy consensos que surgen <strong>de</strong>ldiálogo entre los representantes <strong>de</strong>los trabajadores, empleadores ygobierno, que son sus actoresprincipales. Dicho proceso pue<strong>de</strong>enriquecerse con aportes <strong>de</strong> otrosactores, como organizaciones nogubernamentales, organizacionessociales o religiosas, entre otras.Por su propia naturaleza, el tripartismorebasa el ámbito <strong>de</strong> las unida<strong>de</strong>sproductivas; tiene lugar en los planosnacional, sectorial o regional e involucraa trabajadores y empleadorespor medio <strong>de</strong> sus organizaciones.El tripartismo es un proceso por elque los gobiernos consultan, negociany comprometen a las organizacionesrepresentativas <strong>de</strong> traba-


4EXPLORA | CIENCIAS <strong>SOCIAL</strong>ESEl trabajo, la Revolución Industrial y sus consecuenciasLA ARGENTINAPREINDUSTRIALHacia los albores <strong>de</strong>l siglo XX ya existíaen nuestro país una no muy nutridapero sí bien <strong>de</strong>finida clase obrera urbana.A pesar <strong>de</strong> que el estímulo a la actividadindustrial no era uno <strong>de</strong> los objetivos principalesque se había propuesto la elite gobernante–conservadora y vinculada a los intereses<strong>de</strong> la burguesía terrateniente–, ya en1895 el sector industrial empleaba aproximadamenteal 15% <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> los trabajadores<strong>de</strong>l país (Dorfman, 1983). Años mástar<strong>de</strong>, el número <strong>de</strong> obreros industrialesrápidamente se duplicaría para luego continuarcreciendo: <strong>de</strong> 174.782 en 1895 la cifraaumentaría a 410.201 en 1914 (CortésCon<strong>de</strong> y Gallo, 1984).Esa clase obrera crecía al compás <strong>de</strong> la llegada<strong>de</strong> cuantiosos grupos <strong>de</strong> inmigranteseuropeos que habían <strong>de</strong>jado sus lugares <strong>de</strong>origen escapando <strong>de</strong> penurias económicas,guerras y persecuciones y que, en su mayoría,se incorporaron a la sociedad argentinacomo trabajadores urbanos. Así, hacia1895, el 60% <strong>de</strong> los obreros industriales era<strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia extranjera (Cortés Con<strong>de</strong>y Gallo, 1984). Estos inmigrantes poseían,junto con su fuerza <strong>de</strong> trabajo, las herramientasque su experiencia política y sindical–adquirida en sus lugares <strong>de</strong> origen– leshabían brindado, que ayudaron a fortaleceren nuestro país la organización <strong>de</strong> una claseobrera en constante crecimiento. A su vez,sus prácticas y propuestas fueron encauzadasen consistentes doctrinas políticas quese difundieron rápidamente entre los trabajadoresargentinos.Durante aquellos años, las condicioneslaborales <strong>de</strong> los trabajadores urbanos distaban<strong>de</strong> ser óptimas: extensas jornadas <strong>de</strong>trabajo, <strong>de</strong>plorables condiciones higiénicas,inexistencia <strong>de</strong> legislación protectora y sobreexplotación<strong>de</strong> mujeres y niños eran soloalgunas <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> un ámbitolaboral propenso a la conflictividad.Las relaciones entre empleadores y trabajadoreseran hostiles. Los conflictos socialesaumentaban con el crecimiento numérico yel fortalecimiento organizacional <strong>de</strong> la claseobrera urbana (agrupada a principios <strong>de</strong> si-Difícil <strong>de</strong> datar con precisión,alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 1780 se iniciaba enGran Bretaña el fenómeno que elhistoriador inglés Eric Hobsbawmcaracterizó como “la transformaciónmás fundamental experimentadapor la vida humana en la historia <strong>de</strong>lmundo, registrada en documentosescritos” (Hobsbawm, 1998: 13): laRevolución Industrial.Ella supuso un extraordinarioaumento <strong>de</strong> las capacida<strong>de</strong>s productivasy sentó las bases para uninusitado <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l capitalismoa escala mundial. De tal modo, pocoa poco, buena parte <strong>de</strong>l planeta seintegró al mercado mundial, queaumentó significativamente los flujos<strong>de</strong>l comercio internacional quecomenzó a organizarse sobre la base<strong>de</strong> una división internacional <strong>de</strong>ltrabajo que clasificaba a los paísessegún su especialización productivaen periféricos (productores <strong>de</strong> materiaprima) y centrales (productores<strong>de</strong> artículos manufacturados).Pero, por otro lado, la Revolucióntambién trajo aparejada una muyprofunda reorganización <strong>de</strong> la viday la estructura <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s.Fortaleció la posición <strong>de</strong> la clasesocial propietaria <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong>producción y potenció <strong>de</strong> maneranotable su crecimiento. Se trataba<strong>de</strong> la burguesía.A la par, motivó el surgimiento <strong>de</strong>un ingente proletariado industrialque se sometería a condiciones laborales<strong>de</strong>gradantes.Las transformaciones económicasmotivaron a<strong>de</strong>más una bruscadisminución <strong>de</strong> la población ruraly el consiguiente incremento <strong>de</strong> lapoblación urbana. Así emergierongran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s, incapaces <strong>de</strong> albergara<strong>de</strong>cuadamente al conjunto<strong>de</strong> sus habitantes: la insuficiencia enla cobertura <strong>de</strong> los servicios públicosbásicos, la suciedad y la falta <strong>de</strong>disponibilidad <strong>de</strong> viviendas eran soloalgunos <strong>de</strong> los elementos que hacían<strong>de</strong> esas aglomeraciones áreas pro-clives para la difusión <strong>de</strong> todo tipo<strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s y epi<strong>de</strong>mias.En esas condiciones, los obrerosindustriales comenzaron paulatinamentea concebirse como uncolectivo diferenciado <strong>de</strong> otrossectores <strong>de</strong> la sociedad, con problemáticascomunes e intereses aser revindicados y <strong>de</strong>fendidos. Así,hacia 1824 se <strong>de</strong>rogaba en Inglaterrala legislación que prohibía alos trabajadores asociarse y surgíanlas primeras organizaciones sindicales(Tra<strong>de</strong> Unions).Con el correr <strong>de</strong> los años, lossindicatos y, en general, las clasestrabajadoras se articularon políticamenteen dos gran<strong>de</strong>s corrientes:los reformistas y los revolucionarios.Los primeros sostenían que lamejora <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida<strong>de</strong>l proletariado se conseguiría pormedio <strong>de</strong> una ampliación <strong>de</strong>l accesoal voto que permitiera a los partidosrepresentativos <strong>de</strong> la clase obreraocupar bancas en el po<strong>de</strong>r legislativo(y, eventualmente, acce<strong>de</strong>r alejecutivo) para así empren<strong>de</strong>r unaserie <strong>de</strong> reformas que modificara lascondiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los obreros.Por su parte, los revolucionariossostenían que la realización <strong>de</strong>verda<strong>de</strong>ras transformaciones erainviable por medio <strong>de</strong> las instituciones<strong>de</strong>l Estado burgués. El únicocamino viable para el proletariadoera entonces <strong>de</strong>shacer esas institucionesmediante una revolución, yla estructura económica capitalistapor medio <strong>de</strong> la socialización <strong>de</strong> losmedios <strong>de</strong> producción.En <strong>de</strong>finitiva, la Revolución Industrialse exten<strong>de</strong>ría (en diferentesetapas y con resultados diversos)a lo largo <strong>de</strong>l globo, transformandoprofundamente no solo laseconomías nacionales y los modosen que esas economías se relacionaban,sino también las estructurassociales y las formas en que losdistintos sectores se organizaban en<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus intereses.


DIÁLOGO <strong>SOCIAL</strong>5AGNAGNEstablecimiento industrial argentino<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong>l siglo XX (hacia 1900).glo XX en dos centrales: la Fe<strong>de</strong>ración Obrera<strong>de</strong> la República Argentina –FORA– y laUnión General <strong>de</strong> Trabajadores –UGT–). Enrespuesta a esto, el Estado optaba sistemáticamentepor la utilización prioritaria <strong>de</strong> estrategiasrepresivas en el abordaje y la resolución<strong>de</strong> conflictos (como lo atestigua lasanción <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Resi<strong>de</strong>ncia en 1902 y<strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Defensa Social en 1910).Las iniciativas por regular las relacioneslaborales y reconocer ciertos <strong>de</strong>rechos a laclase obrera fueron más bien tibias, aunquepor su novedad en nuestro país, tambiénpioneras. Entre ellas se <strong>de</strong>stacan: en 1902,la sanción <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Descanso Dominical(que podríamos llamar la primera ley <strong>de</strong> trabajo);en 1907, la ley que regulaba el trabajo<strong>de</strong> mujeres y niños; el frustrado proyecto<strong>de</strong> Ley Nacional <strong>de</strong>l Trabajo <strong>de</strong> Joaquín V.El trabajo durante los años treintaFábrica Bolsalona (c. 1950). Las nuevasmedidas <strong>de</strong>l gobierno justicialistarepercutieron en una mayor producción<strong>de</strong>l sector industrial.González y la creación <strong>de</strong>l Departamento<strong>de</strong> Trabajo en 1912, y la Ley <strong>de</strong> Acci<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong> Trabajo <strong>de</strong> 1915.Con el advenimiento <strong>de</strong> la Unión CívicaRadical al po<strong>de</strong>r a partir <strong>de</strong> 1916, las modalida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> diálogo social aunque nofueron profundamente transformadas, tampocopermanecieron idénticas al períodoanterior. Hipólito Yrigoyen, el primero <strong>de</strong> lospresi<strong>de</strong>ntes radicales, intentó posicionar alEstado como mediador entre empleadoresy trabajadores pero también recurrió a larepresión en más <strong>de</strong> un conflicto (como enlos casos <strong>de</strong> la Semana Trágica en 1919 y laPatagonia Rebel<strong>de</strong> en 1921).Luego <strong>de</strong> la Primera Guerra Mundial, laaún precaria industria nacional ingresó enuna etapa <strong>de</strong> crecimiento. Sin embargo,fueron los años treinta el escenario <strong>de</strong> una“Jornadas sin horario […] la hora <strong>de</strong> salida la fijaba el patrón. Toda la felicidadpara una familia obrera consistía […] en conservar el trabajo.”“La explotación capitalista y la lucha <strong>de</strong> clases las aprendí primero en esafábrica <strong>de</strong>l año 30 que leyéndola en los libros.”“Una cosa que recuerdo <strong>de</strong> los años 30 fue la manera en la que la tratabana la gente. Sentías que no tenías ningún <strong>de</strong>recho a nada. Todo parecía serun favor que te hacían a través <strong>de</strong> la Iglesia o alguna caridad.”Testimonios <strong>de</strong> trabajadores. Daniel James, Resistencia e integración. El Peronismo y laclase trabajadora argentina: 1946-1976, Buenos Aires, Siglo XXI, 2006.verda<strong>de</strong>ra y profunda reconversión productiva<strong>de</strong> la economía nacional. La caída<strong>de</strong> la Bolsa durante 1929 había alterado elsistema económico mundial contrayendofuertemente el comercio internacional. Laeconomía argentina, tradicionalmente <strong>de</strong>pendiente<strong>de</strong> las exportaciones <strong>de</strong> productosagropecuarios, fue forzosamente reorientada.La necesidad <strong>de</strong> reducir las importacionesal nivel <strong>de</strong> las alicaídas exportacionescon el objetivo <strong>de</strong> mantener equilibradaslas cuentas nacionales motivó el estímulo alcrecimiento <strong>de</strong>l sector industrial, en vistas <strong>de</strong>reemplazar las manufacturas antes importadaspor productos elaborados en la Argentina.Se iniciaba así el período <strong>de</strong> industrializaciónpor sustitución <strong>de</strong> importaciones.Al ritmo <strong>de</strong>l florecimiento industrial, lasclases obreras urbanas también se ensancharíanrápida y exponencialmente: elnúmero <strong>de</strong> trabajadores empleados en laindustria aumentaría <strong>de</strong> 435.816 en 1935a 1.056.673 en 1946 (James, 2006). Estaevolución se nutrió a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l intensoproceso <strong>de</strong> migraciones internas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> laszonas rurales afectadas por la crisis hacia lasgran<strong>de</strong>s urbes, don<strong>de</strong> se ubicaban las nacientesindustrias.Sin embargo, las relaciones entre lossectores propietarios y los trabajadoresno se modificaron al mismo ritmo que laeconomía y la sociedad.A pesar <strong>de</strong> que se aceptaron diversas iniciativaslegales vinculadas al ámbito laboralpresentadas por los legisladores socialistas,la <strong>de</strong>socupación y las políticas represivas <strong>de</strong>lgobierno minaban consi<strong>de</strong>rablemente la capacidad<strong>de</strong> negociación <strong>de</strong> los trabajadores.La situación tendió en cierto modo a modificarsehacia mediados <strong>de</strong> la década, cuandoel <strong>de</strong>sempleo disminuyó y el Estado intervinocomo mediador en más <strong>de</strong> un conflicto entreempleadores y trabajadores, pero los resultadosobtenidos distaban <strong>de</strong> ser los <strong>de</strong>seados:un alto porcentaje <strong>de</strong> huelgas se perdían onegociaban y el número <strong>de</strong> trabajadores favorecidospor la legislación había <strong>de</strong>scendidofuertemente en la segunda mitad <strong>de</strong> la década<strong>de</strong>l treinta (Murmis y Portantiero, 1987).La conflictividad social continuó en aumentohasta los años cuarenta y las <strong>de</strong>mandasinsatisfechas no lograron ser canalizadasen un diálogo social capaz <strong>de</strong> conformar alos sectores obreros.


8EXPLORA | CIENCIAS <strong>SOCIAL</strong>ES© Miguel Repsignificativo número que se incorporó a lasorganizaciones representativas, sino tambiénen relación a la profunda transformación <strong>de</strong>la estructura interna <strong>de</strong> los sindicatos.En efecto, la política <strong>de</strong> estímulo a la afiliaciónsindical tuvo un éxito contun<strong>de</strong>nte:la cantidad <strong>de</strong> afiliados a los sindicatos pasó<strong>de</strong> 528.523 en 1945 a 1.532.925 en 1948,para luego ascen<strong>de</strong>r a 2.256.850 <strong>de</strong> trabajadoresen 1954. Y si en 1943 se encontrabaorganizado el 20% <strong>de</strong> la fuerza laboral, en1948 la tasa <strong>de</strong> sindicalización aumentabaal 30,5% para alcanzar en 1954 el 42,5%(Doyon, 2006).Esta política <strong>de</strong> afiliación masiva fueacompañada por un novedoso marco normativo,cuya piedra angular lo constituyó elDecreto 23.852 <strong>de</strong> Asociaciones Profesionales,sancionado en 1945. Este contribuiríaa conformar una estructura sindical altamentecentralizada. Así, las organizacionesse estructurarían en fe<strong>de</strong>raciones nacionalesque a su vez se articularían en una únicacentral nacional: la Confe<strong>de</strong>ración General<strong>de</strong>l Trabajo (CGT). Si bien se garantizaba elreconocimiento <strong>de</strong> cualquier organizacióngremial por medio <strong>de</strong> la inscripción en unregistro, también se distinguía entre dostipos <strong>de</strong> organizaciones: las simplementeinscriptas, <strong>de</strong> estatus similar a cualquierorganización civil, y las organizaciones conpersonería gremial. De estas últimas existiríauna sola por actividad, y serían las exclusivasportadoras <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a negociar losconvenios colectivos <strong>de</strong> trabajo, situaciónque colocaba a las simplemente inscriptasen una posición <strong>de</strong> franca <strong>de</strong>sventaja. A lapar, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esa estructura, la conducciónnacional tendría amplias atribuciones sobrelas seccionales locales: a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> po<strong>de</strong>rintervenirlas, sería quien negociara los convenioscolectivos, quien <strong>de</strong>cidiera cuándoejercer el <strong>de</strong>recho a huelga y quien recibieralas cuotas y los aportes sindicales para luegodistribuirlos entre las seccionales.La negociación colectivaLa Ley 14.250, sancionada en 1953, daríaforma al sistema jurídico <strong>de</strong> negociacionescolectivas. Ella disponía que lo acordadoen un convenio colectivo regiría obligatoriamentelas relaciones contractuales <strong>de</strong>lconjunto <strong>de</strong> empresarios y trabajadores <strong>de</strong>En su 200 años <strong>de</strong> peronismo. Biografía no autorizada <strong>de</strong> la Argentina, publicada en 2010(Editorial Planeta), el humorista gráfico Miguel Rep reelabora una representación <strong>de</strong> JuanDomingo Perón con el lenguaje gráfico <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l cuarenta, habitual en los afiches ypropagandas oficialista <strong>de</strong> la época.la actividad objeto <strong>de</strong>l convenio (in<strong>de</strong>pendientemente<strong>de</strong> si estuvieran o no afiliadosal sindicato partícipe <strong>de</strong> la negociación). Laley estableció también la “ultraactividad”<strong>de</strong> los convenios, esto es, su vigencia aunluego <strong>de</strong> su caducidad, hasta tanto no sesancionara uno nuevo.El diseño normativo contenía una serie<strong>de</strong> principios que tendían a proteger a lostrabajadores <strong>de</strong> las arbitrarieda<strong>de</strong>s patronalesy a situarlos en una posición <strong>de</strong> menor<strong>de</strong>bilidad relativa a la hora <strong>de</strong> establecerun diálogo con los empresarios: el <strong>de</strong>creto<strong>de</strong> asociaciones profesionales consignó el<strong>de</strong>recho sindical a la negociación colectiva,calificó como “práctica <strong>de</strong>sleal” la negativaempresarial a negociar, garantizó laestabilidad en sus empleos y protegió <strong>de</strong>posibles castigos o represalias patronales alos dirigentes y funcionarios <strong>de</strong>l sindicato.También sancionó un conjunto <strong>de</strong> reformasque tendió a limitar la autoridad <strong>de</strong> losempleadores <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las empresas: entreellas se <strong>de</strong>stacan la introducción <strong>de</strong> la figura<strong>de</strong> la “antigüedad” y la garantía <strong>de</strong>l reconocimiento<strong>de</strong> una igual remuneración poridéntica tarea (<strong>de</strong>nominada “escalafón”).La transformación <strong>de</strong> las relaciones laboralestambién incluyó beneficios adicionalespara el trabajador, como el aguinaldo, lasvacaciones pagas, las licencias con goce <strong>de</strong>sueldo para estudiantes, trabajadores próximosa contraer matrimonio o que hubieransufrido el fallecimiento <strong>de</strong> un familiar directo,el pago <strong>de</strong> un adicional en relación a la antigüedady una asignación mensual por hijo.Otras <strong>de</strong>cisiones tendieron a reacomodarsocialmente a las clases trabajadoras enuna posición absolutamente novedosa enrelación a su historia reciente. Por ejemplo,la sanción, en 1944, <strong>de</strong>l Estatuto <strong>de</strong>l PeónRural, que regulaba las tareas <strong>de</strong> los trabajadoresrurales; la creación <strong>de</strong> los Tribunales<strong>de</strong> Trabajo y <strong>de</strong>l Instituto Nacional <strong>de</strong>Previsión Social (ese mismo año); la incorporaciónen 1949 <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l trabajadora la Constitución nacional (artículo14 bis), y la creación, entre 1943 y 1955,<strong>de</strong> las cajas <strong>de</strong> jubilaciones <strong>de</strong> empleados<strong>de</strong> comercio y <strong>de</strong> obreros industriales, queampliaron el número <strong>de</strong> trabajadores quepodían acce<strong>de</strong>r a una jubilación; a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>la intensa acción social <strong>de</strong>splegada por laFundación Eva Perón.


DIÁLOGO <strong>SOCIAL</strong>9Deca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l fordismo y emergencia <strong>de</strong>l toyotismoLa <strong>de</strong>nominada “Crisis <strong>de</strong>l Petróleo”acaecida en 1973 y motivada por elsúbito aumento <strong>de</strong> los precios <strong>de</strong>lpetróleo aceleró la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>lmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> producción hegemónico<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las primeras décadas <strong>de</strong>l sigloXX: el fordismo.La caída <strong>de</strong> la productividad y elestancamiento económico coninflación (“estanflación”) ya habíanpuesto en jaque al mo<strong>de</strong>lo fordista;sin embargo, el aumento <strong>de</strong>l precio<strong>de</strong> su insumo fundamental –elpetróleo– precipitó su <strong>de</strong>rrumbe.En ese contexto, para que el capitalcontinuara con su proceso <strong>de</strong> valorizaciónse hacía necesario organizarel sistema <strong>de</strong> producción bajo nuevasformas. Surgiría así el toyotismo.Este mo<strong>de</strong>lo reemplazó, medianteuna reorganización <strong>de</strong> las condiciones<strong>de</strong> producción, la noción fordista<strong>de</strong> “producción masiva”.El nuevo diseño buscó abaratar loscostos <strong>de</strong> fabricación al reemplazar lautilización intensiva <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obrapor la incorporación constante <strong>de</strong>tecnología. Introdujo así en la industriamayores niveles <strong>de</strong> flexibilidad parasatisfacer las cambiantes <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong>lmercado. La concreción <strong>de</strong> esos obje-En efecto, la Argentina peronista legaríauna sociedad en la cual los trabajadoresfueron incluidos como parte integrante medianteel reconocimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong>lacceso al consumo, a beneficios salariales yextra salariales, a la seguridad social y, fundamentalmente,por la posibilidad <strong>de</strong> haceroír su voz al consi<strong>de</strong>rarse parte <strong>de</strong> un colectivo(la clase obrera) cuyos intereses eraabsolutamente legítimo <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r.En conclusión, aquello que emerge en laArgentina, toma forma y se consolida con elperonismo es lo que Robert Castel <strong>de</strong>nominó“sociedad salarial”, caracterizada por “Unanueva relación salarial, a través <strong>de</strong> la cualel salario <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser la retribución puntual<strong>de</strong> una tarea. Aseguraba <strong>de</strong>rechos, daba accesoa prestaciones fuera <strong>de</strong>l trabajo (enfermeda<strong>de</strong>s,acci<strong>de</strong>ntes, jubilación), y permitíauna participación ampliada en la vida social:consumo, vivienda, educación, e inclusotivos requirió <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bilitamiento <strong>de</strong> laposición <strong>de</strong> los trabajadores y <strong>de</strong> susorganizaciones, así como <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sconocimiento<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y proteccionesadquiridos en la etapa fordista.En paralelo a la emergencia <strong>de</strong>ltoyotismo, los gran<strong>de</strong>s capitalesinternacionales comenzaron a priorizarsu valorización en el sistemafinanciero antes que en el productivo.Así, el capital se volvió volátil, es<strong>de</strong>cir, capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazarse instantáneamentepor lugares remotos<strong>de</strong>l globo, lo cual requería que se lo<strong>de</strong>sligara <strong>de</strong> cualquier tipo <strong>de</strong> regulación.De tal modo, la actividadfinanciera <strong>de</strong>splazó a la industrial<strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> la escena.En consonancia, surgió un nuevotipo <strong>de</strong> Estado, a<strong>de</strong>cuado a lasnuevas condiciones <strong>de</strong> producción.Un Estado que <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> garantizarel pleno empleo y el acceso masivoal consumo, como lo había hechodurante el fordismo; un Estadoque tampoco establecería regulacionesfrente a los movimientos<strong>de</strong> capitales. Muy por el contrario,impotente frente a ellos, solo intentaríaatraerlos apelando a diversasestrategias <strong>de</strong> seducción.[…] ocios” (2009: 326).Castel continúa <strong>de</strong>scribiendo <strong>de</strong> este modoestos nuevos rasgos <strong>de</strong> la sociedad argentina:“El rasgo común <strong>de</strong> estos logros consisteen que contribuían a estabilizar la condiciónobrera creando distancia con la inmediatez<strong>de</strong> la necesidad. En tal sentido, la condiciónobrera difería mucho <strong>de</strong> la condición proletaria<strong>de</strong> los inicios <strong>de</strong> la industrialización,signada por una vulnerabilidad incesante.También en ese sentido se pue<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong>integración: la clase obrera fue ‘repatriada’<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la posición <strong>de</strong> cuasi exclusión queocupaba entonces, en el margen extremo<strong>de</strong> la sociedad” (2009: 348).Ese mo<strong>de</strong>lo social <strong>de</strong> ninguna manera acababacon la subordinación <strong>de</strong> la clase obrera,pero sí la integraba a la sociedad <strong>de</strong> unamanera profundamente novedosa: el salariono era solo una mera remuneración porla labor realizada, tampoco era únicamentela garantía <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a un conjunto <strong>de</strong> serviciosy beneficios que mejoraban sustancialmentela calidad <strong>de</strong>l vida <strong>de</strong>l trabajador,era también –y esencialmente– un estatusque le daba la posibilidad <strong>de</strong> posicionarseen la sociedad y frente al resto <strong>de</strong> los sectoressociales –fundamentalmente, frente alos sectores propietarios– en un lugar <strong>de</strong>mayor fortaleza relativa. La sociedad salarialy el Estado <strong>de</strong> bienestar keynesiano no<strong>de</strong>sarticularon la estructura <strong>de</strong> clases propia<strong>de</strong> una sociedad capitalista, pero sí dieronlugar a un diálogo entre los actores socialesen unas condiciones <strong>de</strong> simetría inéditas enuna economía capitalista.El diálogo social imposibleEl golpe <strong>de</strong> Estado que <strong>de</strong>rrocara a Perónen septiembre <strong>de</strong> 1955 inauguraría una etapasignada por la imposibilidad <strong>de</strong> enterrar<strong>de</strong>finitivamente la Argentina peronista o <strong>de</strong>reconstituirla.La permanente alternancia entre gobiernosciviles consagrados en elecciones en las queel peronismo estaba proscripto y gobiernos<strong>de</strong> facto encabezados por las Fuerzas Armadasserá una <strong>de</strong> las tantas expresiones <strong>de</strong>una disputa que enfrentará violentamente adistintos sectores <strong>de</strong> la sociedad.De tal modo, a lo largo <strong>de</strong> estos años, losconflictos laborales estarán profundamenteatravesados por los antagonismos políticos.La clase obrera y sus organizaciones no encarnaránúnicamente un reclamo sectorialpor el mejoramiento <strong>de</strong> las relaciones laborales,sino que a<strong>de</strong>más se constituirán en losprincipales portavoces <strong>de</strong> aquella Argentinaperonista que otros sectores sociales intentabansepultar.En esos años atravesados por frecuentesgolpes <strong>de</strong> Estado y gobiernos dictatorialesque no vacilaban en apelar a la represiónpara resolver los conflictos sociales, la únicaalternativa que pareció hallar respuesta fueel surgimiento <strong>de</strong> organizaciones que optabanpor la lucha armada como vía hacia larevolución y el aumento generalizado <strong>de</strong> laviolencia política; en general, esto manifestabala imposibilidad <strong>de</strong> conciliar posicionesprofundamente contradictorias y <strong>de</strong> dirimirlas oposiciones entre sectores por medio <strong>de</strong>un diálogo armonioso.


10 EXPLORA | CIENCIAS <strong>SOCIAL</strong>ESLA ARGENTINA NEOLIBERALDictaduraAGNA partir <strong>de</strong>l golpe <strong>de</strong> Estado <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> marzo<strong>de</strong> 1976, la sociedad salarial nacida treintaaños antes comenzaría a <strong>de</strong>smoronarse violentay drásticamente. De sus cenizas emergióuna nueva configuración societaria.Decidida a realizar un ambicioso proyecto<strong>de</strong> disciplinamiento social, la última dictaduramilitar emprendió la consecución <strong>de</strong>sus objetivos apelando a un nivel <strong>de</strong> represiónabsolutamente inédito en la historiaargentina. El terrorismo <strong>de</strong> Estado fue, efectivamente,la cara más evi<strong>de</strong>nte y brutal <strong>de</strong>lexitoso intento <strong>de</strong> subordinar a importantessectores sociales que habían tocado más <strong>de</strong>una fibra sensible a unas clases dominantesincapaces durante largos años <strong>de</strong> construirpor la vía <strong>de</strong>mocrática un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> sociedadacor<strong>de</strong> a su voluntad e intereses.En relación a los trabajadores, la Junta Militartomó algunas <strong>de</strong>cisiones para “domesticar”a un sector que consi<strong>de</strong>raba excesivamenteindócil: disolvió la CGT, intervino lossindicatos, suprimió las activida<strong>de</strong>s gremialesy el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> huelga (que fue consi<strong>de</strong>radaun <strong>de</strong>lito); eliminó las convencionescolectivas en materia salarial, <strong>de</strong> modo queel Estado pasó a fijar los salarios y, finalmente,ejerció el secuestro y asesinato <strong>de</strong>dirigentes y activistas sindicales.Pero si las torturas, <strong>de</strong>sapariciones y todoel amplio abanico <strong>de</strong> violencias físicas y psicológicasfueron el aspecto más ostensible<strong>de</strong>l proyecto disciplinador, su otra cara, lapolítica económica, se mostró tan in<strong>de</strong>leblecomo la anterior.En efecto, la estructura <strong>de</strong> la economíaargentina fue profundamente rediseñada,pero no a partir <strong>de</strong> una supuesta crisisterminal <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo industrial <strong>de</strong> sustitución<strong>de</strong> importaciones vigente hasta elmomento: <strong>de</strong> hecho, la industria nacionalhabía atravesado entre 1963 y 1973 el máslargo período <strong>de</strong> crecimiento ininterrumpido<strong>de</strong> su historia. Por el contrario, las motivaciones<strong>de</strong> la reestructuración eran máspolíticas que económicas: servirían más ala concreción <strong>de</strong>l proyecto político trazadoTropas en la Plaza (1976). Imagen habitual bajo la dictadura más terrible y cruel que pa<strong>de</strong>cióla sociedad argentina en toda su historia.por la dictadura, que a un pretendidamentenecesario reacomodamiento <strong>de</strong> los índicesmacroeconómicos.Por un lado, se produjo una apertura comercialque permitió el ingreso prácticamenteirrestricto <strong>de</strong> productos importados;por el otro, la liberalización <strong>de</strong> los mercados(en particular <strong>de</strong>l financiero, por medio <strong>de</strong>la reforma <strong>de</strong> 1977) reorientó el proceso<strong>de</strong> valorización <strong>de</strong>l capital y lo <strong>de</strong>svió <strong>de</strong> lasactivida<strong>de</strong>s productivas para centrarlo en elsistema financiero. Estos fueron los pilares<strong>de</strong> una política económica que <strong>de</strong>struyóbuena parte <strong>de</strong>l tejido industrial que habíacrecido en el país a partir <strong>de</strong> la PrimeraGuerra Mundial. Sin dudas, al calor <strong>de</strong> lastransformaciones económicas, el mapa socialse reconfiguraría <strong>de</strong> manera inevitable.Como explica Villarreal (1984), antes <strong>de</strong>la dictadura la estructura social era “heterogéneapor arriba y homogénea porabajo”: entre los sectores propietarios sehallaban una burguesía terrateniente (a suvez relativamente fragmentada), gran<strong>de</strong>sempresarios industriales (nacionales y extranjeros)y empresarios medios, en sumayoría vinculados al mercado interno.Por su parte, entre los sectores popularesse encontraban la clase trabajadora rural(tradicionalmente, poco numerosa) y unmercado <strong>de</strong> trabajo urbano articulado entorno a la producción manufacturera, quesituaba a la clase obrera industrial como unsector netamente hegemónico.Sin embargo, al término <strong>de</strong> la dictadura ycomo consecuencia <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones que setomaron en materia económica, aquel or<strong>de</strong>namientose había invertido: la estructurasocial había pasado a ser “homogénea porarriba y heterogénea por abajo”. El proceso<strong>de</strong> centralización y concentración <strong>de</strong>l capitalhabía <strong>de</strong>bilitado o directamente excluido <strong>de</strong>lmercado a aquellos empresarios incapaces<strong>de</strong> competir en las nuevas condiciones, quefueron finalmente fagocitados por un reducidoconjunto <strong>de</strong> grupos oligopólicos quehabía emergido <strong>de</strong> la dictadura como sectordominante. A su vez, la <strong>de</strong>sindustrialización,el avance <strong>de</strong>l sector <strong>de</strong> los servicios, la aparición<strong>de</strong> modalida<strong>de</strong>s precarias <strong>de</strong> empleo y elaumento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempleo diferenciaron salarialmentea los sectores populares, a la par que


DIÁLOGO <strong>SOCIAL</strong>11AGNLA REFORMA FINANCIERA“La reforma financiera representa un hito fundamental en el proceso [<strong>de</strong>transformación económica emprendido por la dictadura]. En marzo <strong>de</strong>1976 se había producido un <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r político y social querequería cambios estructurales para contener un posible retroceso políticoque repercutiera en lo económico, la intervención <strong>de</strong> los sindicatos no habíasuprimido la presencia <strong>de</strong> los dirigentes anteriores en la vida social <strong>de</strong>lpaís ni la prohibición <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s políticas había anulado a los clásicosdirigentes <strong>de</strong>l sector; la economía seguía funcionando, en lo esencial, igualque antes y con un golpe <strong>de</strong> timón podía retomar sen<strong>de</strong>ros aparentementesuperados. El cambio más importante <strong>de</strong> toda la etapa <strong>de</strong>rivaba <strong>de</strong>l alientoa un sistema financiero-especulativo cuya impetuosa acción, a comienzos <strong>de</strong>1976, había <strong>de</strong>rribado las últimas barreras <strong>de</strong>fensivas <strong>de</strong>l gobierno peronista.En junio <strong>de</strong> 1977 ese <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r económico quedabasancionado y se estructuraba orgánicamente. El nuevo mercado financiero,a partir <strong>de</strong> entonces, se iría convirtiendo en la valla más importante contracualquier intento <strong>de</strong> retroce<strong>de</strong>r en el camino emprendido.”Jorge Schvarzer, Martínez <strong>de</strong> Hoz: la lógica política <strong>de</strong> la política económica, BuenosAires, Centro <strong>de</strong> investigaciones sociales sobre el Estado y la administración, 1983, p. 53.AGN AGNlos fragmentaron en distintos grupos: obreros,empleados, in<strong>de</strong>pendientes o cuentapropistasy marginales o <strong>de</strong>socupados dieron forma aeste novedosamente híbrido sector.Así se <strong>de</strong>rrumbó esa particular configuraciónsocial que fue la sociedad salarial y,en su caída, arrastró ineluctablemente aaquellos sectores <strong>de</strong>cididos a sostenerla,violentamente diezmados y lacerados por elterrorismo <strong>de</strong> Estado. En efecto, la política<strong>de</strong> <strong>de</strong>sindustrialización <strong>de</strong>sarticuló precisamentelos sectores cuya existencia –aún<strong>de</strong>sgarrada por la represión estatal, que loshabía elegido como blanco privilegiado– erala condición <strong>de</strong> posibilidad para reconstruir elmo<strong>de</strong>lo social y económico que la dictadurahabía venido justamente a <strong>de</strong>smantelar.Como bien propone Jorge Schvarzer, lastransformaciones políticas y sociales perpetradasen la Argentina durante los años <strong>de</strong>plomo no fueron únicamente la irremediableconsecuencia <strong>de</strong> las transformacioneseconómicas emprendidas por la dictadura,sino su más <strong>de</strong>cidida finalidad.La sociedad salarial había sido posible porun particular diseño social que ubicaba atrabajadores y empresarios en una situación<strong>de</strong> paridad inédita en la historia argentina.La homogeneidad <strong>de</strong> los primeros y la heterogeneidad<strong>de</strong> los segundos mo<strong>de</strong>labanun diálogo social, patrones <strong>de</strong> interaccióny relaciones <strong>de</strong> fuerza que habían permitidoa los sectores populares argentinos constituirsecomo parte legítimamente integrante<strong>de</strong> la sociedad. Sin embargo, las transformacioneseconómicas que la dictaduramilitar realizó y sostuvo mediante el terrorismo<strong>de</strong> Estado dieron forma a un nuevomapa social caracterizado por una marcadaasimetría entre trabajadores y empresarios;asimetría que a su vez iría en aumento durantelos años siguientes.Estos cambios no solo alterarían muy profundamentela estructura socioeconómicaargentina, sino que también dificultaríannotablemente la reedición futura <strong>de</strong> lasantiguas alianzas políticas y sociales quehabían posibilitado la emergencia <strong>de</strong> la sociedadsalarial.DEMOCRACIAEl retorno a la <strong>de</strong>mocracia en 1983 no solono cumplió con las expectativas <strong>de</strong> quienesaspiraban a recuperar al menos algunos aspectos<strong>de</strong> aquella configuración social que ladictadura había sepultado, sino que inclusoconsolidó ese nuevo esquema <strong>de</strong> sociedad alTres momentos emblemáticos <strong>de</strong>l gobierno<strong>de</strong>l radical Raúl Alfonsín (1983-1989): la euforiapopular durante su asunción, el Juicio alas Juntas Militares responsables <strong>de</strong>l terrorismo<strong>de</strong> Estado y los levantamientos militares<strong>de</strong> 1987, que buscaron acallar el reclamo <strong>de</strong>justicia y esclarecimiento <strong>de</strong>l pasado recienteimpulsado por los organismos <strong>de</strong> DDHH.profundizar algunos <strong>de</strong> sus atributos.En 1989, el gobierno <strong>de</strong> Raúl Alfonsínconcluía abruptamente a causa <strong>de</strong> la crisishiperinflacionaria sucedida ese mismo año.La asunción <strong>de</strong> Carlos Menem terminó <strong>de</strong>instalar una astuta interpretación <strong>de</strong> la hiperinflaciónque ubicaba sus causas más profundasen un presunto colapso <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo<strong>de</strong> Estado intervencionista, regulador y distribucionista,propio <strong>de</strong> la sociedad salarial y<strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo industrialista. Según esta lectura,se trataba <strong>de</strong> reestructurar radicalmente unaeconomía en situación crítica y <strong>de</strong> <strong>de</strong>smantelarel mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado característico <strong>de</strong> untiempo que se buscaba <strong>de</strong>jar atrás.Con miras a ello, por un lado, el Plan <strong>de</strong>


12EXPLORA | CIENCIAS <strong>SOCIAL</strong>ESConvertibilidad serviría para controlar la inflación;por el otro, las leyes <strong>de</strong> EmergenciaEconómica y Reforma <strong>de</strong>l Estado modificaríanel rol <strong>de</strong>l Estado en la economía pormedio <strong>de</strong> la eliminación <strong>de</strong> subsidios (especialmentelos vinculados a la actividad industrial)y <strong>de</strong> la privatización <strong>de</strong> la gran mayoría<strong>de</strong> las empresas públicas y el sistema <strong>de</strong> pensiones.“Nada <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>ba ser estatal permaneceráen manos <strong>de</strong>l Estado”, se aventurabaa afirmar el entonces ministro RobertoDromi, al presentar lo que llamó “Decálogomenemista <strong>de</strong> la reforma <strong>de</strong>l Estado”. Así setraslucía no solo la voluntad privatizadora,sino también el afán <strong>de</strong> reorganizar el Estadoy <strong>de</strong> re<strong>de</strong>finir los modos en los que se intervendríaen la esfera económica.Como señala Eduardo Basualdo en “Lasreformas estructurales y el Plan <strong>de</strong> Convertibilidaddurante la década <strong>de</strong> los noventa:el auge y la crisis <strong>de</strong> la valorizaciónfinanciera”, durante estos años se asistió al“tránsito <strong>de</strong> una economía industrial haciauna financiera, agropecuaria y <strong>de</strong> servicios”mediante una brusca apertura comercial, laliberalización <strong>de</strong> los mercados financieros, la<strong>de</strong>sregulación <strong>de</strong> otros mercados, el intensoproceso <strong>de</strong> extranjerización <strong>de</strong> la economíay la mencionada modificación <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>l Estado(Basualdo, 2003).Como saldo <strong>de</strong> las transformaciones, seconsolidó el proceso <strong>de</strong> concentración ycentralización <strong>de</strong>l capital y se <strong>de</strong>struyó (o seintegró forzosamente a un reducido grupo<strong>de</strong> oligopolios) gran cantidad <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>seconómicas. Por otra parte, las activida<strong>de</strong>sfinancieras pasaron a ser el eje <strong>de</strong> la acumulación<strong>de</strong> capital <strong>de</strong>bido al diferencial positivoentre las tasas <strong>de</strong> interés internas e internacionales,y también en relación al rentablenegocio <strong>de</strong> las privatizaciones (que culminóinexorablemente en la fuga <strong>de</strong> capitales). Asu vez, aquella parte <strong>de</strong>l tejido industrial quehabía sobrevivido a la dictadura fue prácticamente<strong>de</strong>smantelado: entre 1993 y 1999,el peso <strong>de</strong>l PBI industrial en el PBI total disminuyóun 10% (Schorr, 2003), y ya en 1993la cantidad <strong>de</strong> establecimientos industrialesera similar a la <strong>de</strong> 1946. Por último, la <strong>de</strong>udaexterna aumentó exponencialmente: entre1991 y 2001 la <strong>de</strong>uda estatal pasó <strong>de</strong> 52.739a 88.529 millones <strong>de</strong> dólares y la <strong>de</strong>uda externatotal aumentó <strong>de</strong> 61.337 a 140.242millones <strong>de</strong> dólares (Basualdo, 2003).EL MODELO ECONÓMICO DE LA DICTADURA SEGÚN EL MINISTRO<strong>de</strong> ECONOMÍA DE LA ÉPOCA, JOSÉ ALFREDO Martínez <strong>de</strong> Hoz“Nosotros iniciamos un poco el proceso <strong>de</strong> enseñanza, <strong>de</strong> maduración, <strong>de</strong>lo que era la orientación mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> una economía productiva. Y al final,<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l 89, la gente misma pedía esa orientación. Y yo creo que esees el espíritu que capta Menem cuando asume la presi<strong>de</strong>ncia. Cavallo y losministros que lo antecedieron fueron también en ese sentido. Dieron laorientación económica en líneas, en las gran<strong>de</strong>s líneas, en las gran<strong>de</strong>s bases,que eran prácticamente las mismas que las nuestras.”Revista Tres puntos (entrevista), 25 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2002.Evolución <strong>de</strong>l empleo y la pobreza entre 1991 y 20011991 2001Desempleo 6% 18%Subempleo 8% 16%Población pobre 21,5% 35,4%Población indigente 3% 12%Fuente: Basualdo, 2003.Condición <strong>de</strong> ocupación y grado <strong>de</strong> sindicalización entre 1975 y 2002EvoluciónCondición <strong>de</strong>l trabajador 1975 20021975/2002Asalariados sindicalizadosAsalariados registradosno sindicalizadosAsalariados no registradosNo asalariadosDesocupadosTotal (poblacióneconómicamente activa)3.662.844(35%)2.209.451(21%)1.468.074(14%)2.714.931(26%)364.700(3,5%)10.420.000(100%)Fuente: Elaborado a partir <strong>de</strong> Palomino, 2003.A la par que se reestructuraba la economía,el mundo <strong>de</strong>l trabajo también se transformabaconsi<strong>de</strong>rablemente por medio <strong>de</strong>una profunda modificación <strong>de</strong>l marco regulatorio.Así, se eliminó la in<strong>de</strong>xación salarialy se condicionaron las variaciones salarialesa la evolución <strong>de</strong> la productividad (Decreto1.334/91); disminuyeron las in<strong>de</strong>mnizacionespor <strong>de</strong>spido, los aportes patronales a la3.381.498(22%) – 281.3462.514.447(16%) + 304.9962.774.562(18%) + 1.306.4883.371.864(22%) + 656.9333.298.229(21,5%) + 2.933.52915.340.600(100%) + 4.920.600seguridad social y las asignaciones familiares;se limitó el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> huelga; se modificóel régimen <strong>de</strong> vacaciones; se introdujeron elperíodo <strong>de</strong> prueba y el régimen <strong>de</strong> pasantías(durante el cual el empleador no <strong>de</strong>beríapagar aportes jubilatorios ni, en caso <strong>de</strong><strong>de</strong>spido, in<strong>de</strong>mnización) y se incorporaronmodalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> contratación temporaria. Asu vez, se realizaron importantes y exitosos


DIÁLOGO <strong>SOCIAL</strong>13Los nuevos modos <strong>de</strong> expresión y organización<strong>de</strong> los trabajadores luego <strong>de</strong>l neoliberalismoYa a principios <strong>de</strong> los años noventa,la aparición <strong>de</strong> alternativassindicales –el Movimiento <strong>de</strong>Trabajadores Argentinos (MTA) y laCentral <strong>de</strong> Trabajadores Argentinos(CTA)–, motivada por el acompañamiento<strong>de</strong> la CGT a las <strong>de</strong>cisionesfundamentales <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong>Menem, fue una <strong>de</strong> las expresiones<strong>de</strong> las transformaciones que elneoliberalismo había suscitado enlos modos <strong>de</strong> organización <strong>de</strong> lostrabajadores.De hecho, las organizaciones sindicales,tal y como estaban estructuradas,eran incapaces en estas circunstancias<strong>de</strong> contener y representar alas ahora híbridas clases trabajadoras,cuyas modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> accióntambién <strong>de</strong>bían ser necesariamenteactualizadas a los nuevos escenarios.A fines <strong>de</strong>l siglo XX, los obrerosindustriales <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ser quienesprotagonizaban las acciones reivindicativas<strong>de</strong> los sectores populares(como lo habían hecho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ladécada <strong>de</strong>l treinta) y quienes expresabancon mayor vigor sus posicionamientosfrente a los rumbospolíticos que el país tomaba. Eselugar fue ocupado, en parte, portrabajadores estatales y docentes,y también por pequeños pueblos<strong>de</strong>l interior que producían “estallidossociales” o “puebladas” (queincluían movilizaciones en las queparticipaba la casi totalidad <strong>de</strong> sushabitantes y actos <strong>de</strong> violencia contrablancos cargados <strong>de</strong> simbolismopolítico como edificios públicos ocasas <strong>de</strong> políticos). Pero, fundamentalmente,por un nuevo actor, hijoesfuerzos por <strong>de</strong>scentralizar la negociacióncolectiva: mientras que entre 1988 y 1993 el77% <strong>de</strong> las negociaciones habían sido centralizadas,entre 1991 y 1999 el 60% <strong>de</strong> ellasse realizó a nivel <strong>de</strong> empresa (Giosa Zuazúa,dilecto <strong>de</strong> las políticas neoliberalesy la <strong>de</strong>sarticulación <strong>de</strong>l tejido social,y que no podía ser representado porlas tradicionales estructuras sindicales:el conjunto <strong>de</strong> los movimientos<strong>de</strong> <strong>de</strong>socupados y piqueteros.Estos movimientos fueron la cabalexpresión <strong>de</strong> esos sectores quehabían quedado absolutamente almargen <strong>de</strong> una sociedad que, taly como había sido rediseñada, nosolo no guardaba ningún lugar paraellos, sino que ni siquiera avizorabatenerlo a futuro. Eran los “no integradosy sin duda inintegrables”(Castel, 2009).La modalidad <strong>de</strong> expresión <strong>de</strong> estos“inintegrables” también es fiel ilustración<strong>de</strong> las transformaciones <strong>de</strong>esa sociedad configurada durante elúltimo cuarto <strong>de</strong>l siglo XX. En efecto,durante la vigencia <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>loindustrial, la huelga era el principalinstrumento <strong>de</strong> presión y expresión<strong>de</strong> los reclamos <strong>de</strong> los sectores populares,ya que, justamente, en unaeconomía productiva como aquella,una medida <strong>de</strong> esta clase logra serincisiva y efectiva al embestir contrasu región medular: la producción<strong>de</strong> bienes. Sin embargo, en unaeconomía financiera y <strong>de</strong> servicioscomo la que forjaron las políticasneoliberales, la huelga pier<strong>de</strong>lógicamente su vigor dado que laproducción no es ya el eje <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo.Así, el corte <strong>de</strong> ruta se convierteen la forma <strong>de</strong> acción prioritaria:previsible elección <strong>de</strong> quienes ya nopue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>tener la elaboración <strong>de</strong>mercancías (por no ser parte <strong>de</strong> ella),sino únicamente su circulación.2005); y si en 1991, <strong>de</strong> un total <strong>de</strong> 31 convenios,29 fueron por actividad y 2 por empresa,en 1999, <strong>de</strong> un total <strong>de</strong> 79, 16 fueron poractividad y 63 por empresa (Neffa, 2005).Estas modificaciones atentaron y continua-Arriba, corte <strong>de</strong> la ruta nacional 11 enResistencia, Chaco, el 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2005.En el centro, cartoneros trabajando en laprovincia <strong>de</strong> Buenos Aires. Abajo: saqueos<strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001. Tres imágenesparadigmáticas <strong>de</strong> la herencia <strong>de</strong>jadas porla aplicación <strong>de</strong> políticas neoliberales en laArgentina <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l siglo XX. Desocupadosque logran visibilidad cortando la circulación<strong>de</strong> caminos, puentes y rutas; excluidosque revuelven basura para alimentarse yrecoger cartones que cambian por “migajas”<strong>de</strong> dinero; saqueos a supermercados queinauguran la rebelión popular <strong>de</strong>l 19 y 20<strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001 contra políticas quellevaron a la sociedad argentina a niveles <strong>de</strong>empobrecimiento y exclusión inéditos en suhistoria contemporánea.Fabián Maldonado / TélamAGNAGN


14EXPLORA | CIENCIAS <strong>SOCIAL</strong>ESron <strong>de</strong>sestructurando la posición que, mercedal reconocimiento <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong><strong>de</strong>rechos y protecciones, la clase trabajadorahabía adquirido en tiempos <strong>de</strong> la sociedadsalarial, <strong>de</strong>bilitando así <strong>de</strong> modo muy consi<strong>de</strong>rablesu capacidad negociadora.Concretamente, era aquel mo<strong>de</strong>lo societarioel que seguía siendo <strong>de</strong>sarticulado: laimplementación <strong>de</strong> un nuevo marco normativopara las relaciones laborales, la re<strong>de</strong>finición<strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>l Estado, las transformacioneseconómicas y las <strong>de</strong>vastadores consecuenciassociales aparejadas a ella (entre las quese incluían el exponencial aumento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempleo,la difusión <strong>de</strong> modalida<strong>de</strong>s precarias<strong>de</strong> trabajo y el brutal incremento <strong>de</strong> lapobreza) prosiguieron y concluyeron el <strong>de</strong>smantelamiento<strong>de</strong> la sociedad salarial. Losaños noventa fueron escenario <strong>de</strong> la consolidación<strong>de</strong> aquel diseño social que habíacomenzado a forjarse durante la dictadura.La OIT y el fomento <strong>de</strong>l Diálogo SocialLa Organización Internacional<strong>de</strong>l Trabajo (OIT) fue fundada en1919, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Primera GuerraMundial y cuenta hoy en día con 178países miembros.El “bienestar común”, entendidocomo “bienestar material” y “<strong>de</strong>sarrolloespiritual” <strong>de</strong> todos los sereshumanos, y “la lucha contra lanecesidad” y contra “la injusticia,miseria y privaciones” son valores yobjetivos fundamentales y universalesinscritos en la Constitución <strong>de</strong>la OIT al servicio <strong>de</strong> la finalidad másespecífica y genuina <strong>de</strong> la Organizaciónque es la justicia social.Por ello no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> dar unaorientación específica a los mediosy garantías que, para su realización,contempla dicha Constitución, es<strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>cisiones, medidas, acuerdosnacionales e internacionales, políticas,programas, reglamentacionesy, por supuesto, el reconocimientoefectivo <strong>de</strong> la negociación colectivacomo medio <strong>de</strong> justicia social.Recomendación 113 <strong>de</strong> la OIT (1960)sobre la consulta (ramas <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>conómica y ámbito nacional)Esta recomendación establece que<strong>de</strong>berían ser adoptadas medidasapropiadas a las condiciones nacionalespara promover <strong>de</strong> maneraefectiva la consulta y la colaboración,en las ramas <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>conómica y en el ámbito nacional,entre las autorida<strong>de</strong>s públicas y lasorganizaciones <strong>de</strong> empleadores y <strong>de</strong>Apertura <strong>de</strong> la 97ª Conferencia Internacional <strong>de</strong>l Trabajo. Ginebra, 28 <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong> 2008.trabajadores, así como entre las propiasorganizaciones, para la realización<strong>de</strong> los siguientes objetivos:• Fomentar la comprensión mutua ylas buenas relaciones entre las autorida<strong>de</strong>spúblicas y las organizaciones<strong>de</strong> empleadores y <strong>de</strong> trabajadores, asícomo entre las propias organizaciones,a fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar la economía en suconjunto o algunas <strong>de</strong> sus ramas, <strong>de</strong>mejorar las condiciones <strong>de</strong> trabajo y <strong>de</strong>elevar el nivel <strong>de</strong> vida.• Permitir el examen conjunto, porparte <strong>de</strong> las organizaciones <strong>de</strong> empleadoresy <strong>de</strong> trabajadores, <strong>de</strong> cuestiones<strong>de</strong> interés mutuo, a fin <strong>de</strong> llegar,en la mayor medida posible, a solucionesaceptadas <strong>de</strong> común acuerdo.• Lograr que las autorida<strong>de</strong>spúblicas competentes recaben enforma a<strong>de</strong>cuada las opiniones, elasesoramiento y la asistencia <strong>de</strong> lasorganizaciones <strong>de</strong> empleadores y <strong>de</strong>trabajadores respecto <strong>de</strong> cuestionestales como:i) la preparación y aplicación <strong>de</strong> lalegislación relativa a sus intereses;ii) la creación y funcionamiento <strong>de</strong>organismos nacionales, tales comolos que se ocupan <strong>de</strong> organización<strong>de</strong>l empleo, formación y readaptaciónprofesionales, protección<strong>de</strong> los trabajadores, seguridad ehigiene en el trabajo, productividad,seguridad y bienestar sociales; yiii) la elaboración y aplicación<strong>de</strong> planes <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo económicoy social.© Organización Internacional <strong>de</strong>l Trabajo / pool photo ILC


DIÁLOGO <strong>SOCIAL</strong>15LOS LEGADOS DEL NEOLIBERALISMOY LOS DESAFÍOS DEL PRESENTEEl pesado legado que hereda la sociedadargentina <strong>de</strong> lo que podría llamarse sus“años neoliberales” no es simple <strong>de</strong> revertir.El proceso requiere <strong>de</strong> la reconstitución <strong>de</strong>un tejido social que ha sido <strong>de</strong>sarticulado y<strong>de</strong> la reinclusión <strong>de</strong> sectores que quedaronliteralmente excluidos <strong>de</strong> la comunidad.En nuestro país, las jornadas <strong>de</strong>l 19 y 20 <strong>de</strong>diciembre <strong>de</strong> 2001 señalaron el colapso<strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> acumulación que generóniveles <strong>de</strong> pobreza y <strong>de</strong>sigualdad incomparablescon ningún otro momento <strong>de</strong> lahistoria argentina.Ya en los comienzos <strong>de</strong>l nuevo milenio, enla agenda <strong>de</strong>l diálogo social persisten, comoasuntos pendientes, todavía preocupantesniveles <strong>de</strong> pobreza y exclusión, distintas modalida<strong>de</strong>sprecarias <strong>de</strong> empleo, consi<strong>de</strong>rablesniveles <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo y, en general, inquietantes<strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s sociales. Sin embargo,tras el colapso <strong>de</strong>l neoliberalismo, el siglo XXIse ha constituido en el escenario, en buenaparte <strong>de</strong> Latinoamérica –incluida la Argentina–,<strong>de</strong> importantes transformaciones.Así, el movimiento sindical ha reaparecidoen escena recobrando parte <strong>de</strong> su vigor yposicionándose nuevamente como herramienta<strong>de</strong> los trabajadores para la <strong>de</strong>fensa<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos y la expresión <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>mandas;los nuevos movimientos sociales seconsolidan como organizaciones tambiénrepresentativas <strong>de</strong> los sectores populares;es posible observar una revitalización <strong>de</strong>la actividad política, que vuelve a ocuparcentralidad en la vida social y, en los últimosaños, han asumido el po<strong>de</strong>r gobiernosfuertemente críticos <strong>de</strong> las gestiones neoliberalesprece<strong>de</strong>ntes.Durante estos años, el Estado parece haberrecuperado protagonismo como articuladorsocial: al establecer ciertas regulaciones almercado, al volver a hacerse cargo <strong>de</strong> algunosservicios públicos fundamentales privatizadosdurante el neoliberalismo, al reforzary actualizar el sistema <strong>de</strong> seguridad social yal reposicionarse como mediador entre trabajadoresy empresarios. En la actualidad, elEstado es un activo partícipe <strong>de</strong> la interacciónentre empresarios y trabajadores. DeConvenios y acuerdos homologadossegún ámbito <strong>de</strong> aplicación(sector <strong>de</strong> actividad o empresa)entre los años 1991 y 2008AñoNúmeroActividadEmpresa1991 79 18 97Total1992 165 44 2091993 127 91 2181994 98 104 2021995 71 125 1961996 45 107 1521997 41 167 2081998 30 189 2191999 29 185 2142000 12 64 762001 22 128 1502002 27 181 2082003 68 338 4062004 112 236 3482005 203 365 5682006 321 609 9302007 336 691 10272008 540 1011 551Fuente: Secretaría <strong>de</strong> Trabajo, MTEySS.tal modo, se restauró <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> casi veinteaños el Consejo Nacional <strong>de</strong>l Empleo, la Productividady el Salario Mínimo, Vital y Móvil,órgano presidido por el <strong>Ministerio</strong> <strong>de</strong> Trabajoe integrado por representantes <strong>de</strong>l <strong>Ministerio</strong><strong>de</strong> Economía y <strong>de</strong> diversas organizacionessectoriales. A su vez, se fomentó la actividad<strong>de</strong> la Comisión Tripartita <strong>de</strong> Igualdad <strong>de</strong> Tratoy Oportunida<strong>de</strong>s entre Varones y Mujeresen el Mundo <strong>de</strong>l Trabajo (CTIO) y <strong>de</strong> la ComisiónNacional <strong>de</strong>l Trabajo Agrario (CNTA). Yel promedio anual <strong>de</strong> acuerdos y convenioslaborales, así como su cobertura, aumentónotoriamente en relación a la última década<strong>de</strong>l siglo pasado: <strong>de</strong> 191 entre 1991-2001, a560 entre 2003-2006.Estas transformaciones acompañaron elextraordinario crecimiento <strong>de</strong> la economíaAsambleas barriales. De la totalidad <strong>de</strong>asambleas barriales porteñas que florecieroncon motivo <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong>l 20 <strong>de</strong> diciembre<strong>de</strong> 2001 solo siguen funcionando alre<strong>de</strong>dor<strong>de</strong> un tercio.argentina durante los últimos años y coadyuvarona que entre 2003 y 2007 la <strong>de</strong>socupaciónse redujera en un tercio; el empleoregistrado acumulado se incrementara enun 27,7% (mientras que entre 1991 y 2001el incremento había sido <strong>de</strong> solo 1,5%); elsalario mínimo, vital y móvil aumentara muyconsi<strong>de</strong>rablemente; se recompusieran los ingresos<strong>de</strong> jubilados y pensionados y aumentaranlas prestaciones <strong>de</strong> la seguridad social.Es indudable que resta mucho camino porrecorrer. Sin embargo, las sendas que hoyrecorren nuestro país y Latinoamérica sonbien diferentes respecto <strong>de</strong> aquellas quetransitaron hacia fines <strong>de</strong>l siglo pasado. Lareconstitución <strong>de</strong> los actores que protagonizaronhistóricamente el diálogo social y elreposicionamiento <strong>de</strong>l Estado en el centro<strong>de</strong> la escena son algunos <strong>de</strong> los datos quedan cuenta <strong>de</strong>l intento <strong>de</strong> los últimos añospor reconstituir el tejido social <strong>de</strong>shecho afines <strong>de</strong>l siglo XX.Los tiempos veni<strong>de</strong>ros podrán ser o no elescenario <strong>de</strong> una consolidación y profundización<strong>de</strong> la reconstrucción emprendida:el proceso histórico se encuentra en tránsitoy abierto a múltiples <strong>de</strong>stinos.Pascual Belve<strong>de</strong>re / Télam


16EXPLORA | CIENCIAS <strong>SOCIAL</strong>ESBIBLIOGRAFÍABasualdo, E.(2003). “Las reformas estructurales y el Plan <strong>de</strong> Convertibilidaddurante la década <strong>de</strong> los noventa: el auge y la crisis <strong>de</strong> la valorización financiera”,en Realidad Económica, 200.Brennan, J. P. (2002). “El empresariado: la política <strong>de</strong> cohabitación yoposición”, en Nueva historia argentina, tomo VIII: Los años peronistas(1943-1955), Buenos Aires: Sudamericana.Castel, R. (2009). La metamorfosis <strong>de</strong> la cuestión social, Buenos Aires: Paidós.Cortés Con<strong>de</strong>, R. y E. Gallo (1984). Argentina. La república conservadora,Buenos Aires: Paidós.Dorfman, A. (1983). Cincuenta años <strong>de</strong> industrialización en la Argentina.1930-1980, Buenos Aires: Ediciones Solar.Doyon, L. (2006). Perón y los trabajadores: los orígenes <strong>de</strong>l sindicalismoperonista, 1943-1955, Buenos Aires: Siglo XXI.Giosa Zuazúa, N. 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Los hilos sociales <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, Buenos Aires: Siglo XXI.MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD <strong>SOCIAL</strong>Ministro <strong>de</strong> Trabajo, Empleo y Seguridad SocialCarlos Alfonso TomadaSecretario <strong>de</strong> EmpleoEnrique DeibeSubsecretario <strong>de</strong> Políticas <strong>de</strong> Empleo y Formación ProfesionalMatías BarroetaveñaDirectora Nacional <strong>de</strong> Orientación y Formación ProfesionalSusana BarasatianMINISTERIO DE EDUCACIÓNMinistro <strong>de</strong> EducaciónAlberto Estanislao SileoniSecretaria <strong>de</strong> EducaciónMaría Inés Abrile <strong>de</strong> VollmerSubsecretaria <strong>de</strong> Equidad y Calidad EducativaMara BrawerDirectora Nacional <strong>de</strong> Gestión EducativaMarisa Díaz <strong>de</strong> TapiaInstituto Nacional <strong>de</strong> Educación TecnológicaDirectora EjecutivaMaría Rosa AlmandozInstituto Nacional <strong>de</strong> Formación DocenteDirectora EjecutivaGraciela LombardiORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJODirector <strong>de</strong> la Oficina <strong>de</strong> la OIT en ArgentinaJavier Gonzalez-Olaechea FrancoCONSTRUIR FUTURO CON TRABAJO DECENTEPrograma Explora <strong>de</strong> Capacitación DocenteMINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD <strong>SOCIAL</strong>Dirección Nacional <strong>de</strong> Orientación y Formación ProfesionalCoordinadora <strong>de</strong> Formación con Equidad para el Trabajo DecenteEstela BarbaMINISTERIO DE EDUCACIÓNDirección Nacional <strong>de</strong> Gestión EducativaCoordinadora <strong>de</strong> Áreas CurricularesCecilia CrestaDirector <strong>de</strong> Capacitación DocenteCarlos RuizOrganización internacional <strong>de</strong>l TrabajoGustavo PonceColaboradores <strong>de</strong> proyectoDiálogo socialMatías MaitoRevisión pedagógicaMabel ScaltrittiEdición, documentación y diseñoVerbadicendi | <strong>de</strong>sarrollos editoriales

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