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Los Cuadros de viaje de las Islas Canarias de Karl von Fritsch (y II)

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11REVISTA SEMANAL DE CIENCIA Y CULTURA2.ca<strong>de</strong>lante, aunque se percató perfectamente <strong>de</strong> su acción y <strong>de</strong> que había actuado impulsado por la ava-...MAPA DE LA ISLA DEGRAN CANARIA PORKARL VON FRITSCH.Tras un mes largo <strong>de</strong> estancia enla Isla, el 17 <strong>de</strong> marzo se embarcopara Fuerteventura: «A mitad <strong>de</strong>marzo <strong>de</strong> 1863 partí <strong>de</strong> Las Palmaspara hacer sólo una visita fugaz a<strong>las</strong> dos is<strong>las</strong> más orientales <strong>de</strong>l Archipiélagocanario, pues el profundoestudio que el señor GeorgHartung había realizado <strong>de</strong> el<strong>las</strong>hacía innecesario que me <strong>de</strong>tuvieraallí mucho tiempo». De Fuerteventura<strong>de</strong>staca el siguiente cuadro:«<strong>Los</strong> alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> Antiguaconstituyen la parte más animaday viva <strong>de</strong> Fuerteventura. Des<strong>de</strong> elbor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la cal<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> Gairía pudimosgozar <strong>de</strong> una panorámica sobreesta zona. En torno a nosotrosse extendían <strong>las</strong> localida<strong>de</strong>s más ricas<strong>de</strong> la isla: Antigua, Ampuyenta,Agua <strong>de</strong> Bueyes, Tiscamanitay Tuineje, con <strong>las</strong> pequeñas al<strong>de</strong>asaledañas, <strong>las</strong> palmeras y árbolesfrutales, los pozos y sus norias (a<strong>las</strong> que hacen girar camellos paraobtener agua con que regar loscampos), <strong>las</strong> eras (en <strong>las</strong> que elganado pisotea fatigosamente elcereal para trillarlo). A nuestrospies, en medio <strong>de</strong> la gran llanura <strong>de</strong>malpaís, <strong>de</strong>stacaban <strong>las</strong> tres negrascal<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> Teguitar; al este, porel lado <strong>de</strong>l mar, una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> grisesmontañas basálticas ro<strong>de</strong>a esteextenso valle; <strong>las</strong> rojas cumbresredon<strong>de</strong>adas <strong>de</strong> la cordillera central<strong>de</strong> la isla impi<strong>de</strong>n ver el marque baña la costa occi<strong>de</strong>ntal, perohacia el suroeste, por encima <strong>de</strong>la abrupta Montaña <strong>de</strong>l Cardón, sepue<strong>de</strong>n reconocer los picos <strong>de</strong> lapenínsula <strong>de</strong> Jandía. Hacia el nortese divisan <strong>las</strong> montañas que miranhacia La Oliva». A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>lpaisaje y la geología, <strong>de</strong>scribe tambiénla fauna característica <strong>de</strong> la Isla;así, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>las</strong> cabras salvajes<strong>de</strong> Jandía, menciona los camellosy dos aves muycaracterísticas: «Cuando, en medio<strong>de</strong> <strong>las</strong> dunas <strong>de</strong> arena, nos tropezábamosun rebaño <strong>de</strong> camellos quepastaban en medio <strong>de</strong> aquella comarcasin gente o intentábamos seguircon la vista la carrera o el vuelo<strong>de</strong> pájaros que difícilmente seencuentran en <strong>las</strong> otras Is<strong>las</strong>, comoel Pterocles arenarius (ganga) o elCursorius isabellinus (engañamuchachos),en ese momento el extrañoy atractivo paisaje <strong>de</strong> nuestroentorno nos trasladaba mentalmenteal Sáhara, sito a unas pocasmil<strong>las</strong> al este».El 10 <strong>de</strong> abril ya está en el puerto<strong>de</strong> Arrecife, cuya actividad comercialencomia. Naturalmente seinteresó por la zona <strong>de</strong>vastada por<strong>las</strong> dos gran<strong>de</strong>s erupciones históricasque asolaron la Isla, a saber,la <strong>de</strong> 1730-36 y la <strong>de</strong> 1824, y semuestra fascinado por el paisajeque <strong>de</strong>jaron, como se aprecia enel siguiente ejemplo, uno <strong>de</strong> tantos:«Des<strong>de</strong> Montaña Blanca continuamossiempre en dirección suroestehasta San Vicente, la vertientemeridional <strong>de</strong> la hilera <strong>de</strong>volcanes en que se encuentra MontañaBlanca; allí, precisamente pordon<strong>de</strong>, en 1736, una lengua <strong>de</strong> lavaabrió un boquete en esta ca<strong>de</strong>na,atravesamos nosotros para llegara la zona <strong>de</strong> <strong>las</strong> erupciones másmo<strong>de</strong>rnas. Una espesa capa <strong>de</strong> negrascenizas volcánicas cubre elsuelo y los pasos <strong>de</strong>l caminanteprovocan un crujido singular en estamasa <strong>de</strong>smoronadiza y porosa.A pesar <strong>de</strong> no tener encima ni unapizca <strong>de</strong> tierra, estas cenizas constituyenel suelo más fértil <strong>de</strong> la isla,pues sirven para mantener húmeda,durante mucho tiempo, latierra arcillosa y caliza que hay bajoel<strong>las</strong>. Se cultivan, sobre todo, viñase higueras en profundas fosascon forma <strong>de</strong> embudo cavadas enmedio <strong>de</strong> estas nuevas cenizas volcánicas.En el camino se encuentran<strong>las</strong> casas <strong>de</strong> campo <strong>de</strong> ricospropietarios, <strong>las</strong> cuales, pintadas <strong>de</strong>blanco, contrastan vivamente conel triste paisaje negro. Hartung tienerazón: así <strong>de</strong>bería <strong>de</strong> lucir el paisaje<strong>de</strong> otros lugares, si la nieve fueranegra. A nuestra <strong>de</strong>recha estáel enorme campo <strong>de</strong> lava <strong>de</strong>l siglopasado, casi por entero <strong>de</strong>sprovisto<strong>de</strong> vegetación, a no seralgunos líquenes, y, un poco máslejos, se elevan los nuevos conosvolcánicos, entre los que llama especialmentela atención la Montaña<strong>de</strong>l Fuego por sus manchas <strong>de</strong>vivos colores (rojo, amarillo y blanco)cerca <strong>de</strong> la cima, consecuencia<strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong> <strong>las</strong> fumaro<strong>las</strong>. Encambio, arbustos euforbiáceos tiñen<strong>de</strong> ver<strong>de</strong> los conos <strong>de</strong> erupciónmás antiguos, que surgen aisladamenteentre <strong>las</strong> masas <strong>de</strong> lava, <strong>de</strong>manera que éstos contrastan <strong>de</strong> formamuy característica con los conosvolcánicos más recientes». Porsupuesto, los Jameos y la Cueva <strong>de</strong>los Ver<strong>de</strong>s también le resultan espectaculares.La obra concluye con dos apéndices.El primero consigna <strong>las</strong> alturasmás importantes <strong>de</strong> <strong>las</strong> Is<strong>las</strong>,excepto Tenerife, pues, comonos dice el propio autor: «<strong>Los</strong> datossobre la altimetría <strong>de</strong> Tenerifese publicarán, en su momento, <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> la obra sobre la geología <strong>de</strong>esta isla que estoy preparando encoautoría con los doctores Reissy Hartung», obra a la que ya se haaludido. El segundo apéndice ofrecelos mapas más completos yexactos hasta ese momento (y hastamucho <strong>de</strong>spués) <strong>de</strong> Gran Canaria,La Gomera y El Hierro.En suma, la tarea que realizóVon <strong>Fritsch</strong> en nuestras Is<strong>las</strong> fue <strong>de</strong>la mayor importancia, sólo comparablea la <strong>de</strong> Leopold <strong>von</strong> Buchy a la <strong>de</strong> su colega Georg Hartung.No sólo se ocupó con el mayor rigor<strong>de</strong> la geología <strong>de</strong> <strong>Canarias</strong>, sinoque observó y anotó cuidadosamentetodo lo que le pareció digno<strong>de</strong> mención, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los vestigiosprehispánicos hasta la contabilidadpopular, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la confección <strong>de</strong>lguarapo hasta la utilización <strong>de</strong> cuevascomo viviendas. Y lo hizo conel espíritu científico y constructivoque testimonian tanto su escrupulosamención <strong>de</strong> <strong>las</strong> fuentes que habíautilizado como su apego porla observación directa y personal,ausente en otros extranjeros que escribieronsobre el Archipiélago.Por ello su influencia se <strong>de</strong>jó sentirlargo tiempo entre los canarios ylos estudiosos extranjeros que seocuparon <strong>de</strong> <strong>las</strong> Is<strong>las</strong>. Así, a<strong>de</strong>más<strong>de</strong> <strong>las</strong> referencias <strong>de</strong> Chil y Naranjo,lo menciona con mucha frecuenciael suizo Hermann Christ(1833-1933) en Un <strong>viaje</strong> a <strong>Canarias</strong>en primavera, publicada en1886. Y, al año siguiente, lo citaMax Que<strong>de</strong>nfeldt (1851-1891) ensu comunicación a la SociedadBerlinesa <strong>de</strong> Antropología (cuyopresi<strong>de</strong>nte, por cierto, era entoncesWilhelm Reiss) acerca <strong>de</strong>l silbo gomero.Por último y para no abusar<strong>de</strong> la paciencia <strong>de</strong> los lectores,terminaremos recordando que, en1923 y también en relación con elsilbo gomero), lo vuelve a nombrarRené Verneau (1852-1938).1TODAS LAS CITAS LITERALES DE ESTAOBRA DE KARL VON FRITSCH ESTÁNTOMADAS DE LA EDICIÓN BILINGÜE, CONTEXTO ALEMÁN Y TRADUCCIÓN ESPAÑOLAENFRENTE, REALIZADA POR ENCARNACIÓNTABARES Y JOSÉ JUAN BATISTA, QUEPUBLICÓ, EN 2006, EL CENTRO DE LACULTURA POPULAR CANARIA, DENTRO DELA COLECCIÓN “TALLER DE HISTORIA”,DIRIGIDA POR MANUEL DE PAZ.tópicos <strong>de</strong> esa Roma turística y<strong>de</strong> romanos entregados a ladolce vita, (perpetuadosinteresadamente durantegeneraciones por los propiosromanos) existen –como encualquier otra ciudad <strong>de</strong>lmundo– seres anónimos que<strong>de</strong>ben trabajar afanosamentedía a día para conseguir sacara<strong>de</strong>lante a sus familias. Comotodas <strong>las</strong> gran<strong>de</strong>s capitales,pero especialmente como leocurre a Madrid, en Roma haymás romanos <strong>de</strong> adopción que<strong>de</strong> nacimiento y al mismotiempo conviven los másrancios tópicos con la másrabiosa mo<strong>de</strong>rnidad.Ettore Scola (Treviso, 1931)<strong>de</strong>butó en la dirección cinematográficacon 33 años y <strong>de</strong>s<strong>de</strong>entonces no ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong>acudir puntualmente a su citacon el cine, entregandoaproximadamente cada dosaños una muestra <strong>de</strong> supersonal visión <strong>de</strong>l mundo,especialmente <strong>de</strong> <strong>las</strong> gran<strong>de</strong>zasy miserias <strong>de</strong> sus compatriotasitalianos. Por su obrahan <strong>de</strong>sfilado algunos <strong>de</strong> losactores que hicieron gran<strong>de</strong> lacomedia italiana en los 60 y 70:Marcello Mastroianni, AlbertoSordi, Hugo Tognazzi, NinoManfredi, Vittorio Gassman,Sofía Loren...interpretando a personajesordinarios, <strong>de</strong> c<strong>las</strong>e media,como los que pueblan GENTEDE ROMA, esas personas quehabitan la ciudad <strong>de</strong> <strong>las</strong> sietecolinas, la capital <strong>de</strong>l ImperioRomano, la ciudad eterna...EMILIO RAMAL SORIANOCARTEL DE LA PELÍCULA.

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