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EL CANTO DEL CUCO

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ROBERT GALBRAITHAhora Matthew y ella tenían una historia que contar, unadivertida historia familiar de las que se cuentan a los hijos yen la que los planes de él —a Robin le encantaba que lo tuvieseplaneado— se habían torcido y se habían convertidoen algo espontáneo. Le encantaba lo de los vagabundos, yla luna, y Matthew, nervioso y aturullado, apoyado en unarodilla. Le encantaba Eros, el viejo y sucio Piccadilly y eltaxi negro que los había llevado a su casa de Clapham. Enrealidad, incluso le gustaba Londres, que hasta ahora no lehabía entusiasmado demasiado durante el mes que llevabaviviendo allí. Los pálidos y beligerantes viajeros que seapretujaban en el vagón del metro a su alrededor de caminoal trabajo resplandecían con el reflejo dorado que irradiabael anillo. Y cuando salió a la luz del frío día de marzo enla estación de Tottenham Court Road, se acarició la parte inferiordel anillo de platino con el dedo pulgar y experimentóuna explosión de felicidad al pensar que a la hora de la comidapodría acercarse a comprar alguna revista de novias.Los ojos de los hombres se detenían en ella mientras seabría paso entre las obras al principio de Oxford Street.Consultaba un papel que llevaba en la mano derecha. Bajocualquier punto de vista, Robin era una chica guapa: alta,con curvas y con un pelo largo de color rubio rojizo que ondeabacuando caminaba con paso enérgico mientras el fríole daba color a sus pálidas mejillas. Era su primer día detrabajo como secretaria durante una semana. Había tenidotra bajos eventuales desde que había llegado a Londrespara vivir con Matthew, aunque no seguiría así muchotiempo más. Tenía ya programadas lo que calificaba de entrevistas«de verdad».Lo más desafiante de aquellos trabajos tan poco sistemáticosy estimulantes era a menudo encontrar las oficinas.Londres, después de salir de su pequeña ciudad de Yorkshire,le parecía enorme, complicado, impenetrable. Matthewle había dicho que no fuese caminando con la nariz pegadaa un mapa, pues le haría parecer una turista vulnerable. Por24

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