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breve introducción a la historia de la meteorología ... - Divulgameteo

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BREVE INTRODUCCIÓN A LA HISTORIADE LA METEOROLOGÍA ANTIGUAJosé Luis Pascual Blázquezcabanuel@gmail.comhttp://astrofactoria.webcindario.comIntroducciónLa Historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Meteorología Antigua dista mucho aún <strong>de</strong> serconocida y haber sido investigada, contada y escrita como se merece, lo cualno <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una anomalía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> Historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ciencia. Nuestraignorancia en este campo <strong>de</strong>l conocimiento tiene varios motivos. Uno es elque, algunos, al abordar <strong>la</strong> Historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Meteorología, se ciñen estrictamentea lo que ahora constituye esta ciencia y no van más atrás <strong>de</strong>l siglo XVII,cuando se empezaron a construir los primeros aparatos (termómetros,barómetros, higrómetros, etc.) y a realizar <strong>la</strong>s primeras medidas y registrossistemáticos. Si acaso, en esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> obras se cita Meteorológicos <strong>de</strong>Aristóteles, y en vez <strong>de</strong> juzgar <strong>la</strong> obra en el contexto <strong>de</strong> su época (porejemplo, constatar el gran avance conceptual y teórico que supuso buscar másallá <strong>de</strong> <strong>la</strong>s apariencias y <strong>de</strong> <strong>la</strong> diversidad fenoménica un principio unificadorpor el que mediante el razonamiento pudieran explicarse los hechosobservados), se limitan sesgadamente a dar cuenta <strong>de</strong> los errores ydiscrepancias respecto <strong>de</strong>l conocimiento actual.Otro es nuestra ignorancia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras antiguas que tratan <strong>de</strong>l tema <strong>de</strong><strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo, olvidadas en <strong>la</strong>s bibliotecas durmiendo un sueño <strong>de</strong>siglos. Esto ha empezado a cambiar en los últimos años. Stuart Jenks publicóen 1983 un artículo en <strong>la</strong> prestigiosa revista Isis, don<strong>de</strong> da cuenta <strong>de</strong> <strong>la</strong>localización <strong>de</strong> 162 textos en <strong>la</strong>s bibliotecas europeas que tratan <strong>de</strong> <strong>la</strong>predicción <strong>de</strong>l tiempo. A partir <strong>de</strong> este hito, los investigadores, <strong>de</strong>ntro yfuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> Universidad, han dirigido su atención hacia este tipo <strong>de</strong> textos,<strong>de</strong>scubriendo cientos <strong>de</strong> manuscritos <strong>de</strong>sconocidos para ellos en <strong>la</strong>sbibliotecas europeas, hebreas, árabes, etc. Algunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s ya han visto <strong>la</strong> luzen España, Reino Unido, Estados Unidos, etc., cambiando radicalmente <strong>la</strong>i<strong>de</strong>a que hasta hace poco tiempo se tenía en materia <strong>de</strong> MeteorologíaAntigua.Con esta <strong>breve</strong> <strong>introducción</strong> preten<strong>de</strong>mos situar al lector en el tiempo,actualizando lo que hoy estamos en condiciones <strong>de</strong> constatar con <strong>la</strong>1


información y documentación <strong>de</strong> que disponemos, más allá <strong>de</strong> prejuicios oi<strong>de</strong>as preconcebidas.Etapas y niveles <strong>de</strong> conocimiento en <strong>la</strong> Meteorología AntiguaAc<strong>la</strong>remos <strong>de</strong> salida que <strong>la</strong> Meteorología Antigua se nos presenta encuatro formatos netamente diferenciados:1) Los pronósticos popu<strong>la</strong>res (signos), puramente empíricos, quefueron compi<strong>la</strong>dos ya por <strong>la</strong> Escue<strong>la</strong> Peripatética (Peri semeion, o Designis, atribuido a Teofrasto (siglo IV a.C.)). También encontramos estatemática en el poema <strong>de</strong> Arato Fenómenos. Plinio el Viejo les <strong>de</strong>dicó buenaparte <strong>de</strong>l Libro XVIII <strong>de</strong> su Historia Natural, y a partir <strong>de</strong> estos materialesse e<strong>la</strong>boraron textos específicos <strong>la</strong>tinos en <strong>la</strong> Edad Media (De praesagiistempestatum). Todos estos materiales fueron muy popu<strong>la</strong>res y gozaronsiempre <strong>de</strong> amplia difusión y crédito; pero, al contrario <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong>Aristóteles, resultan muy prácticas, aunque no hay en el<strong>la</strong>s <strong>la</strong> menor traza<strong>de</strong> abstracción <strong>de</strong> carácter científico. Esta etapa empírica o <strong>de</strong> signos,basada en <strong>la</strong> experiencia (repetición <strong>de</strong> hechos), es muy conocida todavíaen el medio rural. No po<strong>de</strong>mos hab<strong>la</strong>r aquí estrictamente <strong>de</strong> metodologíacientífica en el sentido actual <strong>de</strong>l término, pero tampoco <strong>de</strong>spreciar a <strong>la</strong>ligera esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> conocimiento, propios <strong>de</strong> un modo <strong>de</strong> vida y cultura atener en cuenta.2) Tres obras <strong>de</strong> Aristóteles que forman un solo cuerpo, y queabarcan no sólo <strong>la</strong> materia meteorológica, sino <strong>la</strong> Astronomía y <strong>la</strong>Cosmología, que en <strong>la</strong> Antigüedad formaban un solo cuerpo. Estas obrasson Acerca <strong>de</strong>l Cielo, De <strong>la</strong> generación y <strong>la</strong> corrupción y Meteorológicos,disponibles actualmente en lengua españo<strong>la</strong>. Aristóteles aborda en el<strong>la</strong>s <strong>la</strong>interpretación <strong>de</strong> los fenómenos meteorológicos <strong>de</strong> manera especu<strong>la</strong>tiva,pero no su predicción.3) La adivinación, y entre el<strong>la</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> tipo meteorológico, <strong>la</strong>encontramos en <strong>la</strong> escapulimancia, practicada por moros y cristianos en <strong>la</strong>Edad Media (según los signos encontrados en <strong>la</strong> paletil<strong>la</strong> <strong>de</strong> un cor<strong>de</strong>rohervido que se sacrificaba ritualmente) o en <strong>la</strong> lectura <strong>de</strong> los signos <strong>de</strong>lesternón <strong>de</strong>l ganso que tradicionalmente comían los celtas a mediados <strong>de</strong>otoño (tradición que aún hoy pervive en algunas zonas <strong>de</strong> Europa). Estafaceta escapa a los objetivos <strong>de</strong> este artículo, por lo que no <strong>la</strong> abordaremosaquí.4) La Meteorología astrológica. Esta es <strong>la</strong> rama más completa,compleja y científica <strong>de</strong> todas. Sigue básicamente <strong>la</strong>s doctrinas aristotélicas(así <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mamos porque fue el estagirita quien tuvo el mayor éxito literario2


con su obra, pero no hay duda <strong>de</strong> que Aristóteles ni era original ni fue elúnico que escribió sobre estas materias), y <strong>la</strong>s aplica. Fueron los astrólogosquienes durante muchos siglos se <strong>de</strong>dicaron a <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo y<strong>de</strong>l clima.Finalmente asistimos al nacimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> Meteorología Mo<strong>de</strong>rna, apartir <strong>de</strong> los siglos XVI y XVII. Fue entonces cuando quedaron<strong>de</strong>mostradas mediante <strong>la</strong> experimentación y el cálculo algunasinsuficiencias y errores <strong>de</strong> bulto <strong>de</strong> <strong>la</strong> Física <strong>de</strong> Aristóteles, dandonacimiento a <strong>la</strong> ciencia tal como <strong>la</strong> conocemos. La ruptura con <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>asaristotélicas trajo una nueva concepción <strong>de</strong>l mundo (sistema heliocéntrico,Leyes <strong>de</strong> Kepler, Cinemática <strong>de</strong> Galileo, Mecánica <strong>de</strong> Newton, etc.), en <strong>la</strong>que para nada se necesitaba <strong>la</strong> conexión celeste para <strong>de</strong>scribir hechosterrestres. Los astrólogos continuaron pegados a <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Aristóteles,quedando anc<strong>la</strong>dos y sumidos en el ostracismo con el discurrir <strong>de</strong> los años.Surgieron a partir <strong>de</strong> entonces <strong>la</strong>s investigaciones experimentales, el diseñoy <strong>la</strong> construcción <strong>de</strong> aparatos para medir parámetros atmosféricos (presión,temperatura, humedad, cantidad <strong>de</strong> lluvia, etc.), se empezó a consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong>circu<strong>la</strong>ción general <strong>de</strong> <strong>la</strong> atmósfera, etc., hasta llegar actualmente al uso <strong>de</strong>mo<strong>de</strong>los numéricos realizados por potentes computadoras y el seguimiento<strong>de</strong> <strong>la</strong> dinámica atmosférica por medio <strong>de</strong> satélites meteorológicos.Nos interesan aquí, fundamentalmente, <strong>la</strong>s primeras etapas y cómo seprodujo <strong>la</strong> transición a <strong>la</strong> tercera, que no estudiaremos exhaustivamente,por hal<strong>la</strong>rse tal trabajo suficientemente tratado por diversos autores y obras.Etapa empírica (Meteorognomía)Po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar aquí como primer testimonio escrito <strong>de</strong> estac<strong>la</strong>se <strong>de</strong> conocimiento los augurios o presagios astronómicos <strong>de</strong> Babilonia:Si el 15 Sabatu Venus <strong>de</strong>saparece por el oeste, permaneciendovisible 3 días, y el 18 Sabatu aparece por el este, catástrofes para losreyes; Adad traerá lluvias, Ea aguas subterráneas; el rey enviarásalutaciones al rey. Tablil<strong>la</strong> <strong>de</strong> Venus <strong>de</strong> Ammisaduqa nº 63. [Citadapor B.L. van <strong>de</strong>r Waer<strong>de</strong>n en “Sobre astronomía babilónica, <strong>la</strong>stablil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Ammisaduqa”. Revista Beroso nº 7, pág. 47. Barcelona,2002].Pronósticos parecidos encontramos en los Anales mesoamericanosprecolombinos y otras culturas en simi<strong>la</strong>r etapa <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. En el áreamediterránea tenemos amplia constancia escrita <strong>de</strong> lo que fue conocimiento3


Fragmento <strong>de</strong> los Diarios astronómicoscomún <strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción para guiarse en el tiempo anual, y para <strong>la</strong> previsión<strong>de</strong>l tiempo a corto y <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo. Se trata <strong>de</strong> signos u observaciones quepermiten saber el clima estándar <strong>de</strong> unas fechas <strong>de</strong>l año, o si va a llover onevar, hacer frío o calor, viento, tormenta, etc. proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong>experiencia y <strong>de</strong> <strong>la</strong> observación sistemática (en el campo <strong>la</strong> observación esuna función automática, a diferencia <strong>de</strong> lo que suce<strong>de</strong> al habitante <strong>de</strong> <strong>la</strong>ciudad).Aún ahora, los pueblos indígenas <strong>de</strong>l Altip<strong>la</strong>no andino entregan <strong>la</strong>spatatas a <strong>la</strong> tierra más tar<strong>de</strong> o más temprano según el aspecto con queaparezcan <strong>la</strong>s Pléya<strong>de</strong>s durante el mes <strong>de</strong> junio; si se ven numerosas ybril<strong>la</strong>ntes (unas once), <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntan en fecha normal, a <strong>la</strong> espera <strong>de</strong> buenaslluvias y tiempo favorable para el cultivo; si lo hacen mortecinas y ennúmero escaso, esperan lluvias tardías y <strong>de</strong>moran <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ntación (enAgricultura suele ser más importante el momento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s lluvias que sucantidad).Los pueblos indígenas, a diferencia <strong>de</strong> los científicos, ignoran que <strong>la</strong>apariencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Pléya<strong>de</strong>s en su orto <strong>de</strong> junio está ligada al tipo <strong>de</strong> flujo <strong>de</strong>los vientos en el Altip<strong>la</strong>no, <strong>de</strong>terminado por el fenómeno <strong>de</strong> El Niño; peroello no les impi<strong>de</strong> optimizar el momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> siembra, ajustándo<strong>la</strong> a unaobservación este<strong>la</strong>r, en principio ajena al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s secuenciasclimáticas en esa zona. [Ver Etnoclimatología <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, Benjamín S.4


Orlove, John C.H. Chiang y Mark A. Cane. Investigación y Ciencia nº 330,marzo 2004.]Tanto <strong>la</strong>s antiguas culturas greco<strong>la</strong>tinas como <strong>la</strong> árabe tuvieron eseconocimiento rural que se transmitía oralmente, rimado en buena parte, <strong>de</strong>padres a hijos. Sin embargo, su auténtico corpus ha llegado hasta nosotrosescrito por autores <strong>de</strong> cultura urbana, que lo recopi<strong>la</strong>ron y fuerontransmitiendo posteriormente (hoy ha sucedido algo simi<strong>la</strong>r con losrefranes, sobre todo con los <strong>de</strong> contenido meteorológico). Un ejemploseñero lo tenemos en El libro <strong>de</strong> los Refranes <strong>de</strong> <strong>la</strong> Temperie, compi<strong>la</strong>do,dispuesto y or<strong>de</strong>nado por el meteorólogo José Sánchez Egea y publicadopor el Instituto Nacional <strong>de</strong> Meteorología en 1986.El modo <strong>de</strong> situarse en el tiempo anual, fundamental para conocer elmomento <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>branza, <strong>de</strong> <strong>la</strong> siembra, trashumancia, etc., fue resuelto entiempos neolíticos mediante <strong>la</strong> asociación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s apariciones y<strong>de</strong>sapariciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados grupos <strong>de</strong> estrel<strong>la</strong>s al ciclo anual <strong>de</strong> <strong>la</strong>Naturaleza, que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> básicamente <strong>de</strong>l Sol y <strong>de</strong> sus vaivenes en el cielo.Si prescindimos <strong>de</strong> <strong>la</strong> precesión <strong>de</strong> los equinoccios (1º cada 72 años <strong>de</strong><strong>de</strong>sp<strong>la</strong>zamiento) el <strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> esfera celeste por loshorizontes Este y Oeste tiene el mismo período que el año so<strong>la</strong>r (causante<strong>de</strong> <strong>la</strong>s estaciones).Previamente, encontramos el cronógrafo lunar como guía parasituarse en el tiempo (período Paleolítico): <strong>la</strong> observación <strong>de</strong>l primercreciente <strong>de</strong>l mes sobre el fondo estrel<strong>la</strong>do. Cada nueva aparición seproduce una conste<strong>la</strong>ción más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, y ahí tenemos los orígenes <strong>de</strong>lZodíaco, pero también <strong>de</strong> un sistema anterior como es el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Mansioneslunares, que aún pervive en China, <strong>la</strong> India y algunas pob<strong>la</strong>ciones árabes.Los documentos cuneiformes que nos refieren <strong>la</strong>s primeras listas <strong>de</strong>este <strong>de</strong>sfile anual <strong>de</strong> estrel<strong>la</strong>s los encontramos en Babilonia (conocidascomo listas <strong>de</strong> astro<strong>la</strong>bios) y <strong>la</strong> primera constatación escrita <strong>de</strong> <strong>la</strong>asociación estrel<strong>la</strong>s-<strong>la</strong>bor agropecuaria en Hesíodo:Al surgir <strong>la</strong>s Pléya<strong>de</strong>s <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> At<strong>la</strong>s, empieza <strong>la</strong> siega; y <strong>la</strong><strong>la</strong>branza, cuando se oculten. [Trabajos y días, 385].Los astrónomos griegos recogieron y sistematizaron esteconocimiento empírico (Eudoxo, Calipo, Euctemón, etc.) en lo que dio enl<strong>la</strong>marse parapegmata, calendarios <strong>de</strong> piedra que se exponían públicamenteen <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>zas para información <strong>de</strong> todos. Daban <strong>la</strong>s fechas <strong>de</strong> los principalesacontecimientos astronómicos y meteorológicos <strong>de</strong>l año, arreg<strong>la</strong>dos al<strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> <strong>la</strong>s salidas y puestas <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados grupos este<strong>la</strong>res.5


Hasta nosotros ha llegado completo el Parapegma <strong>de</strong> Gémino, <strong>de</strong>enorme interés astronómico y meteorológico. A través <strong>de</strong> esteconocimiento enten<strong>de</strong>mos el origen <strong>de</strong> nuestro término “canícu<strong>la</strong>” o suequivalente inglés, the dog days para <strong>de</strong>signar los momentos álgidos <strong>de</strong>lcalor <strong>de</strong>l verano, pues un poco antes <strong>de</strong> los comienzos <strong>de</strong> nuestra Eravenían parejos a <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong> Sirio por el horizonte Este al amanecer(Can Mayor), y con el <strong>de</strong>sp<strong>la</strong>zamiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> precesión <strong>de</strong> los equinocciospor Procyon (<strong>la</strong> Perrita), unos siglos <strong>de</strong>spués. Encontramos aquí el origen<strong>de</strong> <strong>la</strong> castel<strong>la</strong>na frase “hace un frío <strong>de</strong> perros”, porque seis meses más tar<strong>de</strong>,en enero, es Sirio <strong>la</strong> estrel<strong>la</strong> que sale en los primeros momentos <strong>de</strong>oscuridad <strong>de</strong> <strong>la</strong> noche, y bril<strong>la</strong> <strong>de</strong>stacando entre todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más,particu<strong>la</strong>rmente cuando más intenso es el invierno y sus rigores.Orto <strong>de</strong> Sirio visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Atenas, a <strong>la</strong>s 4:45 <strong>de</strong> <strong>la</strong> madrugada, el 28 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong>l año 430a.C. Horizonte oriental.El griego C<strong>la</strong>udio Ptolomeo (siglo II), cuya obra astronómica yastrológica dominó el panorama científico occi<strong>de</strong>ntal hasta el siglo XVI,llevó a cabo observaciones meteorológicas en Alejandría y e<strong>la</strong>boró supropia <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l tiempo anual en <strong>la</strong> obra Phaseis (que hemos <strong>de</strong>enten<strong>de</strong>r más bien como “haces”, “fajas” o “bandas” <strong>de</strong> estrel<strong>la</strong>s queascien<strong>de</strong>n y <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n por el horizonte, <strong>la</strong>s cuales utilizó para conocer elmomento <strong>de</strong>l año y su clima asociado). Este mismo autor vertió algunossignos <strong>de</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo (halos, color <strong>de</strong>l Sol, etc.) en suarchiconocido tratado astrológico, el Quadripartito o Tetrabiblos.El Parapegma <strong>de</strong> Gémino, como otros <strong>de</strong> su época, y posteriormentelos libros <strong>de</strong> anwa’ árabes, <strong>de</strong>scriben el tiempo estándar <strong>de</strong>l año en suslugares <strong>de</strong> origen (Grecia y Arabia). Cronológicamente más cercanos anosotros en el tiempo, los calendarios árabes medievales nos han llegado6


completos con una información <strong>de</strong> enorme interés, pues a <strong>la</strong> meteorológicaaña<strong>de</strong>n contenidos agríco<strong>la</strong>s, consejos <strong>de</strong> higiene y dietética ligados a <strong>la</strong>medicina hipocrática, costumbres y folclore medieval, tanto cristianoscomo musulmanes, etc.El lector interesado pue<strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r actualmente en lengua castel<strong>la</strong>naal Calendario anónimo andalusí, al Tratado <strong>de</strong> los meses <strong>de</strong> Ibn Asim, alLiber regius (lengua <strong>la</strong>tina), o a <strong>la</strong> trilingüe versión (árabe, <strong>la</strong>tina yfrancesa) <strong>de</strong>l Calendario <strong>de</strong> Córdoba, etc. Las dos primeras pue<strong>de</strong>encontrar<strong>la</strong>s en el catálogo <strong>de</strong> obras <strong>de</strong>l C.S.I.C., el Liber Regius en Textosy estudios sobre astronomía españo<strong>la</strong> en el siglo XIII editados por JuanVernet (Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras <strong>de</strong> <strong>la</strong> Universidad <strong>de</strong> Barcelona,1983) y <strong>la</strong> cuarta en <strong>la</strong> Biblioteca Nacional.Esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> informaciones ubicaban al habitante <strong>de</strong>l campo en eltiempo anual, pero no era suficiente para sobrevivir a <strong>la</strong>s sorpresas <strong>de</strong> <strong>la</strong>intemperie. La otra gran interrogante era: ¿qué c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> tiempo nos esperahoy, o mañana? ¿Habrá tormenta, tiempo estable, calor, viento o frío? ¿Y <strong>la</strong>próxima estación, cómo será? ¿Y el próximo año? ¿Mejor sembrar o <strong>de</strong>jarbarbechar <strong>la</strong>s tierras? ¿Se esperan buenos pastos o escasos? ¿Habrá aguasuficiente para <strong>la</strong>s huertas y el ganado en los pozos, en los ríos o en losarroyos? Entramos aquí en el terreno <strong>de</strong> <strong>la</strong>s asociaciones empíricas, en loque dio en l<strong>la</strong>marse “signos”.Des<strong>de</strong> nuestra perspectiva, aparenta una etapa primitiva <strong>de</strong>conocimiento, pero esto sólo es así <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el limitado punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> <strong>la</strong>cultura urbana y <strong>de</strong>sarraigada <strong>de</strong>l medio que poseemos. En una Naturalezaúnica, don<strong>de</strong> todo se hal<strong>la</strong> organizado e interactúa permanentemente (comovemos en los ahora <strong>de</strong>nominados sistemas complejos), es muy difícil quesuceda algo en una parte sin <strong>de</strong>jar huel<strong>la</strong> en el resto. Del mismo modo queun dolor <strong>de</strong> cabeza pue<strong>de</strong> advertir <strong>de</strong> una dolencia gástrica, el tipo <strong>de</strong>tiempo en un momento <strong>de</strong>l año pue<strong>de</strong> anunciar cómo viene el resto <strong>de</strong>lciclo climático, o <strong>la</strong> abundancia o <strong>la</strong> escasez <strong>de</strong> bellotas en <strong>la</strong>s encinas serun buen augurio <strong>de</strong>l tiempo veni<strong>de</strong>ro. Este tipo <strong>de</strong> conocimiento noconstituye una ciencia exacta (tampoco <strong>la</strong> Meteorología actual lo es), pero,sin duda, resultó útil y sigue ofreciendo interés y atención, o al menoscuriosidad en el hombre mo<strong>de</strong>rno.Valiosa información <strong>de</strong> este tipo po<strong>de</strong>mos encontrar hoy en día enlos Fenómenos <strong>de</strong> Arato, en <strong>la</strong>s Georgicas <strong>de</strong> Virgilio, en Peri semeion (Designis), <strong>de</strong> hacia 300 a.C., atribuido a Teofrasto y en <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong>agricultura que escribieron los romanos Varron y Colume<strong>la</strong> (De rustica).Mención aparte merece <strong>la</strong> Historia Natural <strong>de</strong> Plinio (siglo I) en sus librosII y XVIII, don<strong>de</strong> recopi<strong>la</strong>, como en el resto <strong>de</strong> esta obra enciclopédica,7


todo el saber <strong>de</strong> su tiempo al respecto. Esta parte <strong>de</strong>dicada a <strong>la</strong>Meteorología Empírica apareció en <strong>la</strong> Edad Media como un tratadoin<strong>de</strong>pendiente, junto a materiales simi<strong>la</strong>res <strong>de</strong> diversa proce<strong>de</strong>ncia, con eltítulo De praesagiis tempestatum.Y tuvo un gran éxito, que aún es presente en nuestros días. Esta c<strong>la</strong>se<strong>de</strong> presagios <strong>de</strong>l tiempo para el día que empieza, para mañana, para <strong>la</strong>lunación, el mes, <strong>la</strong> estación o el año, fueron copiados y repetidos pornumerosos autores a partir <strong>de</strong>l período medieval. Aparecieron ya enalgunos almanaques nada más inventarse <strong>la</strong> imprenta, y más tar<strong>de</strong> en <strong>la</strong>sobras <strong>de</strong> Cronología. Por ejemplo, en Cronología y reportorio <strong>de</strong> <strong>la</strong> razón<strong>de</strong> los tiempos, <strong>de</strong> Rodrigo Zamorano, publicada en Sevil<strong>la</strong> en 1585; en elReportorio <strong>de</strong> los tiempos e Historia Natural <strong>de</strong> esta Nueva España, <strong>de</strong>Henrico Martínez, aparecida en México en 1606; en <strong>la</strong> Agricultura General<strong>de</strong> Alonso Herrera, publicada en Madrid en 1645; en <strong>la</strong> Cartil<strong>la</strong> rústica,phisica visible y astrología innegable: Lecciones <strong>de</strong> agricultura y juiciospastoriles para hacer docto al rústico <strong>de</strong> Diego <strong>de</strong> Torres Vil<strong>la</strong>rroel,aparecida por vez primera en 1727, y cómo no, en el lunario español másimportante, el <strong>de</strong>l valenciano Jerónimo Cortés, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l sigloXVI siguió publicándose hasta 1936.8


Esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> signos útiles para el pronóstico <strong>de</strong>l tiempo po<strong>de</strong>mosc<strong>la</strong>sificarlos en diversos tipos:a) Observación <strong>de</strong>l Sol, <strong>de</strong> <strong>la</strong> Luna y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s, incluyendo losfotometeoros.b) El tiempo y <strong>la</strong> dominancia <strong>de</strong> los tipos <strong>de</strong> viento <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadosdías <strong>de</strong>l año y <strong>de</strong> <strong>la</strong> luna (mes lunar).c) Observación <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y animales.d) Observación <strong>de</strong> materiales no vivos (suelos, pare<strong>de</strong>s, hollín, ríos,pozos, etc.).e) Tipos <strong>de</strong> nubes y lugar <strong>de</strong> aparición.En general, <strong>la</strong>s obras que traen esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> información <strong>la</strong>c<strong>la</strong>sifican en señales <strong>de</strong> bonanza, <strong>de</strong> serenidad, <strong>de</strong> granizo, <strong>de</strong> vientos, fríos,calores y lluvia, indicando el modo <strong>de</strong> hacer pronósticos estacionales y <strong>de</strong><strong>la</strong>ño completo.Comentemos un poco todo este batiburrillo meteorognómico, que esel término a<strong>de</strong>cuado para <strong>de</strong>nominar esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> conocimiento.De lo que seña<strong>la</strong>n el color <strong>de</strong>l Sol, <strong>de</strong> <strong>la</strong> Luna y el aspecto <strong>de</strong> <strong>la</strong>sestrel<strong>la</strong>s, ya hab<strong>la</strong> Arato en Fenómenos (Editorial Gredos, Madrid, 1993), ypoco aña<strong>de</strong>n posteriormente otros autores, lo cual es lógico, ya que <strong>la</strong>progresiva urbanización <strong>de</strong> <strong>la</strong>s socieda<strong>de</strong>s no favorece el conocimientometeorognómico, sino sólo su conservación escrita. Arato refiere lospronósticos que indican el aspecto <strong>de</strong> los dos grupos este<strong>la</strong>res que hayalre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l Pesebre, en <strong>la</strong> conste<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> Cáncer (si se ven o no, siaparentan aproximarse o se <strong>de</strong>svanecen), lo cual es un fino diagnósticoobservacional <strong>de</strong> <strong>la</strong> presencia, o no, <strong>de</strong> humedad en altura (cirroestratos,avanzadil<strong>la</strong> <strong>de</strong> una perturbación). Igualmente recoge <strong>la</strong>s predicciones queen su tiempo se hacían mediante dos p<strong>la</strong>ntas típicamente mediterráneas, ellentisco y <strong>la</strong> encina (cantidad, número <strong>de</strong> floraciones, etc.).Los refraneros europeos guardan en versión rimada <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong>indicaciones <strong>de</strong>l color y aspecto <strong>de</strong>l Sol, así como <strong>de</strong> toda c<strong>la</strong>se <strong>de</strong>fotometeoros (halos, cercos, arco iris, parhelios o falsosoles, etc.).Lo mismo pasa con <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo, ya más a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo,según el día <strong>de</strong>l mes lunar o <strong>de</strong>l año; entramos aquí en el terreno <strong>de</strong> <strong>la</strong>s“cabañue<strong>la</strong>s”, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s “témporas”, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s “canicu<strong>la</strong>res”, “canab<strong>la</strong>s”,9


“barruntos”, “aberruntos”, “surtimientos”, zotal egunak, cabanelles, thetwelve nights, etc., <strong>de</strong> origen exclusivamente rural y popu<strong>la</strong>r, pura tradiciónoral (no se escribió nada sobre ello hasta finales <strong>de</strong>l siglo XX, una vezextinguida <strong>la</strong> cultura <strong>de</strong> supervivencia en el campo español).La interpretación <strong>de</strong> <strong>la</strong> observación <strong>de</strong>l vuelo y <strong>de</strong>l comportamiento<strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves, <strong>de</strong> moscas y mosquitos, arañas, sapos, ranas, ganado vacuno yovino, gallinas y gallos, peces en el río y un <strong>la</strong>rgo etcétera, así como <strong>de</strong>ldiente <strong>de</strong> león, <strong>de</strong>l azafrán, <strong>de</strong> <strong>la</strong> carlina, etc., en re<strong>la</strong>ción a los cambios <strong>de</strong>tiempo, es mundialmente conocida, y está asegurada en múltiplessentencias <strong>de</strong> los refraneros.Lo mismo pasa con <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong> humeda<strong>de</strong>s en suelos y pare<strong>de</strong>s,malos olores en <strong>la</strong>s cañerías, borboteos o turbulencias en <strong>la</strong>s aguas <strong>de</strong> lospozos y estanques, <strong>la</strong> caída <strong>de</strong> hollín en <strong>la</strong>s chimeneas, modo <strong>de</strong> crepitar <strong>de</strong><strong>la</strong>s brasas, o <strong>de</strong> <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma <strong>de</strong> los candiles, observación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cenizas <strong>de</strong> loshogares y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s chimeneas, etc., a <strong>la</strong>s que hoy pue<strong>de</strong> añadirse unaexplicación racional, es <strong>de</strong>cir, científica.Proliferan en toda Europa nombres locales para <strong>de</strong>terminadaapariencia <strong>de</strong> nubes, o su ubicación sobre ciertos lugares, <strong>de</strong> modo que <strong>la</strong>condición meteorológica por venir es significativa y bastante segura. Tal esel caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s nubes paciendo, <strong>la</strong>s capas, los cejos, sombreros, monteras otoquil<strong>la</strong>s sobre <strong>la</strong>s cimas <strong>de</strong> algunas montañas, <strong>la</strong> andaluza vaca esollápropia <strong>de</strong> los vientos ábregos o “llovedores”, el núvol cerdà ampurdanésque aparece con <strong>la</strong> tramontana y seña<strong>la</strong> lluvia en Francia, etc. En generalvienen con situaciones meteorológicas muy <strong>de</strong>finidas, y mejor conocidaspor los habitantes <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong> don<strong>de</strong> son características.Entre <strong>la</strong>s indicaciones más buscadas se hal<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s estacionales y <strong>la</strong>sanuales. Un estudio recopi<strong>la</strong>torio y completo <strong>de</strong> todo ello pue<strong>de</strong>encontrarse en nuestra obra Cabañue<strong>la</strong>s y Meteorología Empírica. Elpronóstico <strong>de</strong>l tiempo a <strong>la</strong>rgo y corto p<strong>la</strong>zo en el mundo rural (Tortosa,2005). Antes, hay un nutrido grupo <strong>de</strong> investigadores y autores que<strong>de</strong>dicaron su tiempo y su atención a recoger este tipo <strong>de</strong> conocimiento (enEspaña José María Iribarren, Julio Caro Baroja, Cels Gomis, Joan Ama<strong>de</strong>s,Enrique Casas Gaspar, Antonio Allué Morer, Julia Sevil<strong>la</strong>, Jesús Cantera,etc.).No se crea que esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> creencias y este tipo <strong>de</strong> conocimientoson propios <strong>de</strong> un mundo rural cerrado sin comunicación con el exterior; alcontrario, son <strong>la</strong> expresión <strong>de</strong> un sustrato cultural común a buena parte <strong>de</strong>Europa y <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong> África (al menos en lo que nosotros hemos podidoalcanzar), como <strong>de</strong>muestra el hecho <strong>de</strong> que muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s sentencias <strong>de</strong> los10


efraneros se repitan <strong>de</strong> un país a otro, <strong>de</strong> una lengua a otra, sin másdiferencia que <strong>la</strong> traducción. Podría interpretarse tal constatación comop<strong>la</strong>gio, copia o simple circu<strong>la</strong>ción en el tiempo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tradiciones orales; sinduda esto forma parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad, pero no <strong>de</strong> toda. La sorpren<strong>de</strong>nteuniformidad <strong>de</strong>l conocimiento meteorognómico europeo y norteafricanotambién encuentra su cuota <strong>de</strong> justificación en el hecho <strong>de</strong>l pob<strong>la</strong>miento <strong>de</strong>Europa tras <strong>la</strong> <strong>de</strong>g<strong>la</strong>ciación que llevó al Neolítico y subsiguiente<strong>de</strong>secación <strong>de</strong>l Sahara; Europa fue literalmente invadida por los pueblosque huían <strong>de</strong> esa catástrofe climática en busca <strong>de</strong> zonas más favorables a <strong>la</strong>vida, llevando consigo cultura e idioma, que hemos <strong>de</strong> suponer bastanteuniformes en esa época, para dispersarse posteriormente con el tiempo.Eso pasó con <strong>la</strong>s lenguas, pero no con los conocimientosmeteorognómicos, particu<strong>la</strong>rmente durante el último período climático, elsubatlántico, que dura <strong>de</strong>s<strong>de</strong> -500 aproximadamente. Tal uniformidad noslleva a pensar en su mantenimiento y conservación a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong>l tiempo, a<strong>la</strong> par que asegura que nos hal<strong>la</strong>mos ante un fondo <strong>de</strong> certidumbre que hoyl<strong>la</strong>ma a su reinterpretación.No po<strong>de</strong>mos cerrar esta parte <strong>de</strong> nuestro estudio introductorio sinrecoger antiguas maneras <strong>de</strong> pronosticar el tiempo, aunque entremos en elterreno adivinatorio (no olvi<strong>de</strong>mos <strong>la</strong> etimología <strong>de</strong>l término, “hab<strong>la</strong>r conlos dioses”), lo cual ha <strong>de</strong> ser entendido en <strong>la</strong> mentalidad propia <strong>de</strong> <strong>la</strong>sgentes <strong>de</strong>l pasado (nosotros también tenemos <strong>la</strong> nuestra, con sus f<strong>la</strong>quezas,que no discernimos por hal<strong>la</strong>rnos sumidos en los velos <strong>de</strong> <strong>la</strong> propiacultura).Entre los procedimientos adivinatorios <strong>de</strong>l tiempo estaba <strong>la</strong>escapulimancia, aún utilizada en <strong>la</strong> Edad Media. La interpretación <strong>de</strong><strong>la</strong>specto <strong>de</strong> <strong>la</strong> paletil<strong>la</strong> <strong>de</strong>l cor<strong>de</strong>ro, una vez asado, tenía una doble vertiente,pública y privada. La privada daba pautas <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia y <strong>de</strong>lhogar; <strong>la</strong> pública apuntaba a asuntos <strong>de</strong> estado, <strong>la</strong>s cosechas, precios y, porsupuesto, <strong>de</strong>l clima veni<strong>de</strong>ro. Hugo <strong>de</strong> Santal<strong>la</strong> hizo una traducción <strong>de</strong>lárabe al <strong>la</strong>tín para Miguel, obispo <strong>de</strong> Tarazona, en el año 1140, lo cualmuestra el interés <strong>de</strong> los cristianos medievales por estos asuntos. [CharlesBurnett, An Is<strong>la</strong>mic Divinatory Technique in Medieval Spain].Se conservan manuscritos árabes que muestran el modo <strong>de</strong>interpretar los signos <strong>de</strong> <strong>la</strong> paletil<strong>la</strong> <strong>de</strong>l cor<strong>de</strong>ro, recogidos seguramente en<strong>la</strong> fase <strong>de</strong> progresiva urbanización <strong>de</strong> esa cultura (<strong>la</strong> tradición era rural, sinninguna duda, y se <strong>de</strong>bió transmitir oralmente, como todo lo referente a esemundo).11


En los países <strong>de</strong> influencia céltica encontramos un métodoadivinatorio simi<strong>la</strong>r, pero con el esternón <strong>de</strong>l ganso que tradicionalmente secome el día <strong>de</strong> San Martín (11 <strong>de</strong> noviembre, aquí <strong>la</strong> costumbre ya ha sidocristianizada). Si sale b<strong>la</strong>nco anuncia un invierno frío y con nievesabundantes; moteado, tiempo variable, mientras que si <strong>la</strong> mitad es b<strong>la</strong>nco y<strong>la</strong> otra mitad negro, una parte <strong>de</strong>l invierno será severa, y <strong>la</strong> otrare<strong>la</strong>tivamente suave.En un mundo como el <strong>de</strong> los antiguos, don<strong>de</strong> los muertos estaban al<strong>la</strong>do <strong>de</strong> los vivos y cualquier signo era consi<strong>de</strong>rado presagio (unicidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>naturaleza, utilización cotidiana <strong>de</strong>l lenguaje simbólico), lo sagrado y loprofano formaban un contiuum inseparable. La celebración religiosa eraindisociable <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong>l futuro; así lo constatamos en <strong>la</strong>observación <strong>de</strong>l humo <strong>de</strong> los altares don<strong>de</strong> se llevaban a cabo los sacrificiosrituales, seña<strong>la</strong>ndo el viento que iba a dominar en el ciclo siguiente (encada lugar, el tipo <strong>de</strong> viento <strong>de</strong>termina el calor o el frío, <strong>la</strong> lluvia o suausencia, etc.).Cristianizadas, estas creencias se han conservado hasta nuestros días.Aún en el siglo XX se creía en el Norte ibérico que el viento que sop<strong>la</strong>ra en<strong>la</strong> misa <strong>de</strong>l domingo <strong>de</strong> Ramos durante el Ofertorio iba a ser el dominante<strong>de</strong>l año, y marineros y <strong>la</strong>bradores salían a <strong>la</strong> calle a observarlo. En Franciaes el viento <strong>de</strong> ese día, y en buena parte <strong>de</strong> Europa y África el <strong>de</strong> San Juan(en realidad el <strong>de</strong>l día <strong>de</strong>l solsticio, <strong>la</strong> Al Ansara). Lo que indicaba <strong>la</strong> veletaen <strong>la</strong> nochevieja era <strong>de</strong>terminante para el universo medieval, y, con caracristiana, tenemos los vientos <strong>de</strong> San Martín, <strong>de</strong> San Matías, <strong>de</strong> San Marcosy <strong>de</strong> otras muchas fechas más <strong>de</strong>l calendario, que, antiguamente<strong>de</strong>terminadas por los ortos y ocasos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s conste<strong>la</strong>ciones, se vistieron con<strong>la</strong> túnica <strong>de</strong>l nuevo ciclo religioso en toda Europa.Veamos <strong>la</strong> vigencia <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> conocimiento en tiempos <strong>de</strong>Kepler (siglos XVI-XVII):…Ahora bien, en este asunto no rechazo <strong>la</strong>s opiniones <strong>de</strong> los autoresmás antiguos, Hesíodo, Arato, Virgilio, Plinio, y <strong>la</strong>s <strong>de</strong> los agricultores <strong>de</strong>nuestros días, que se sirven <strong>de</strong> <strong>la</strong>s elevaciones anuales <strong>de</strong> los cuerposcelestes [ortos y ocasos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s] y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s fases <strong>de</strong> <strong>la</strong> Luna, en elpreciso instante en que se hacen visibles, o, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, no mucho antes,como vía <strong>de</strong> valorar el futuro estado <strong>de</strong> <strong>la</strong> atmósfera. [Johannes Kepler. Delos fundamentos muy ciertos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Astrología. Gracentro, S.A. Colectivo <strong>de</strong>traductores y astrólogos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Antigua Corona <strong>de</strong> Aragón. Valencia, 2003.Tesis 50, pág. 56].12


Portada <strong>de</strong> De los fundamentos muy ciertos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Astrología, Kepler, 1602Uno <strong>de</strong> los puntos c<strong>la</strong>ve <strong>de</strong>l conocimiento meteorognómico(compartido con el astrológico) es <strong>la</strong> importancia dada a <strong>de</strong>terminadosmomentos <strong>de</strong>l año (hoy podríamos hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> puntos críticos). Losrefraneros están llenos <strong>de</strong> sentencias diciendo que, si en tal día pasa esto,durante tantas semanas, meses, en <strong>la</strong> estación o en el año, dominará tal ocual viento, <strong>la</strong> lluvia o <strong>la</strong> sequía, etc. La misma i<strong>de</strong>a intrínseca domina <strong>la</strong>técnica <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cabañue<strong>la</strong>s y otros procedimientos simi<strong>la</strong>res <strong>de</strong> predicción<strong>de</strong>l tiempo a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo. El concepto va unido a los “momentos propicios”<strong>de</strong> <strong>la</strong> magia y <strong>la</strong> adivinación (noches <strong>de</strong> San Juan, nochebuena,equinoccios, etc., que hoy en día ya sólo forman parte <strong>de</strong>l folclore festivo).Como ejemplo, en su conocida obra El mito <strong>de</strong>l eterno retorno, MirceaElia<strong>de</strong> nos hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong> los días que separan el final <strong>de</strong>lcomienzo <strong>de</strong>l año:Costumbre análoga a <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> "fijación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>stinos" <strong>de</strong>l Año Nuevobabilónico, que se ha transmitido hasta nuestros tiempos en los ceremoniales<strong>de</strong>l Año Nuevo entre los man<strong>de</strong>anos y los yezidos. Asimismo los doce díasque separan <strong>la</strong> Nochebuena <strong>de</strong> <strong>la</strong> Epifanía siguen siendo consi<strong>de</strong>radosactualmente como una prefiguración <strong>de</strong> los doce meses <strong>de</strong>l año, <strong>de</strong>bido a queel Año Nuevo repite el acto cosmogónico. Los campesinos <strong>de</strong> toda Europa notienen otras razones cuando <strong>de</strong>terminan el tiempo <strong>de</strong> cada mes y su ración <strong>de</strong>lluvia por medio <strong>de</strong> los signos meteorológicos <strong>de</strong> esos doce días [AlianzaEditorial/Emecé. Madrid, 2000. Pág. 69.]13


El ceremonial <strong>de</strong>l Año nuevo babilónico, akitu, duraba doce días, y<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo tenía lugar <strong>la</strong> "fiesta <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Suertes", zahmuk, en <strong>la</strong> que se<strong>de</strong>terminaban los presagios para cada uno <strong>de</strong> los doce meses <strong>de</strong>l año. Así queel patrón general <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cabañue<strong>la</strong>s pue<strong>de</strong> muy bien encontrar su origen, porlo menos, en <strong>la</strong>s primeras culturas históricas, <strong>la</strong>s mesopotámicas. Este mismoautor asegura que el conjunto mítico-ritual <strong>de</strong>l Año Nuevo ya era conocido <strong>de</strong>los sumeroacadios, mucho antes <strong>de</strong>l esplendor <strong>de</strong> Babilonia: en él, los docedías intermedios que separan el año viejo <strong>de</strong>l nuevo prefiguraban también losdoce meses.Primera etapa científica <strong>de</strong> base exclusivamente astronómicoaristotélicaPara compren<strong>de</strong>r esta fase histórica <strong>de</strong>l conocimiento meteorológicohemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>spojarnos <strong>de</strong> nuestra formación académica y cultural actual,instalándonos en el pensamiento antiguo. Por insólito y paradójico que nospueda parecer, nuestros antepasados no distinguían <strong>la</strong> Astronomía <strong>de</strong> <strong>la</strong>Meteorología, ni discriminaban los fenómenos celestes <strong>de</strong> losatmosféricos. Los cometas y el arco iris, <strong>la</strong>s épocas <strong>de</strong> lluvias o <strong>de</strong> calores,todo lo que se divisa mirando hacia arriba, formaba para ellos parte <strong>de</strong> uncontinuum. Y, dado que para los antiguos en lo más profundo <strong>de</strong>lfirmamento se encontraba Dios, o <strong>la</strong>s divinida<strong>de</strong>s, no ha <strong>de</strong> extrañar quetodos estos fenómenos, astronómicos y atmosféricos, fuesen tomados comomanifestaciones o signos <strong>de</strong> <strong>la</strong> voluntad divina que a veces premiaba a loshumanos con lluvias fecundas, o los castigaba por sus ma<strong>la</strong>s acciones consequías, granizos, p<strong>la</strong>gas y catástrofes.El punto <strong>de</strong> partida para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta primera etapa <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo científico en <strong>la</strong>s culturas europeas y norteafricanas fueron tresobras <strong>de</strong> Aristóteles (siglo IV a.C.): Meteora (Meteorológicos), De caelo(Acerca <strong>de</strong>l cielo) y De generatione et corrupcione (Sobre <strong>la</strong> generación y<strong>la</strong> corrupción). En <strong>la</strong>s tres se establece una división radical entre el Cielo(inmutable, incorruptible, no formado por materia, sino por un quintoElemento o quintaesencia, en <strong>la</strong> que sólo pue<strong>de</strong> darse el movimientocircu<strong>la</strong>r uniforme <strong>de</strong> los orbes o esferas p<strong>la</strong>netarias que arrastran consigo e<strong>la</strong>stro correspondiente) y <strong>la</strong> Tierra, material, formada por cuatro Elementosirreductibles, Fuego, Aire, Agua y Tierra, sujeta a cambios, mutaciones,acci<strong>de</strong>ntes, pasiones y, por tanto a generación y a corrupción. En estadoctrina el Cielo (en realidad, los cielos, los orbes o esferas celestes), sonactivos, y causas; por el contrario, <strong>la</strong> Tierra se muestra pasiva y sufre elefecto <strong>de</strong> los giros celestes. En este sistema <strong>de</strong> pensamiento todos los14


fenómenos <strong>de</strong>l mundo material –inferior– tienen por causa el giro <strong>de</strong>lmovimiento <strong>de</strong>l mundo superior o celeste.Hubo un <strong>de</strong>sarrollo físico-matemático <strong>de</strong> estas i<strong>de</strong>as a través <strong>de</strong> <strong>la</strong>Geometría , <strong>de</strong> <strong>la</strong>s proporciones armónicas y <strong>de</strong> <strong>la</strong> Música, que en esetiempo hemos <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar como Acústica o Física <strong>de</strong>l Sonido, comopue<strong>de</strong> verse en toda una serie <strong>de</strong> obras que han llegado hasta nosotros(Manual <strong>de</strong> los armónicos <strong>de</strong> Nicómaco <strong>de</strong> Gerasa, Armónicas <strong>de</strong> C<strong>la</strong>udioPtolomeo, etc.), y ya en tiempos cercanos el Harmonices mundi <strong>de</strong> Kepler,en el que trata <strong>de</strong> justificarse los hechos –entonces indiscutibles, <strong>de</strong>re<strong>la</strong>ción entre lo celeste y lo terrestre– mediante lo que dio en l<strong>la</strong>marse“música <strong>de</strong> <strong>la</strong>s esferas” o “música celestial”, una melodía inasequible a lossentidos pero <strong>de</strong> <strong>la</strong> no se tenía ninguna duda sobre su existencia. Comoreliquia <strong>de</strong> estos tiempos, tenemos el origen astronómico <strong>de</strong> los términoscon que conocemos <strong>la</strong>s notas <strong>de</strong> <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> musical actual.En <strong>la</strong> Antigüedad no existía el término <strong>meteorología</strong> para tratar <strong>de</strong>ltiempo ni <strong>de</strong> su pronóstico. Durante <strong>la</strong> Edad Media, en lengua <strong>la</strong>tina sehab<strong>la</strong>ba <strong>de</strong> <strong>de</strong> acci<strong>de</strong>ntibus aeris y en árabe <strong>de</strong> al-athar al-‘ulwiya.15


Meteora <strong>de</strong> Aristóteles fue traducido como “De <strong>la</strong>s impresiones [<strong>de</strong> loscuerpos] superiores”, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> los astros. Debemos tener en cuenta <strong>la</strong>gran catástrofe, a todos los niveles, que supuso <strong>la</strong> caída <strong>de</strong>l Imperio romanopara Europa; no es nada exagerado afirmar que <strong>la</strong> cultura, literalmente,<strong>de</strong>sapareció <strong>de</strong> <strong>la</strong> escena, dando pábulo a todo tipo <strong>de</strong> creencias ysupersticiones. Se ha <strong>de</strong>nominado a los siglos posteriores a <strong>la</strong> caída <strong>de</strong>Roma “Edad Oscura”, y no sin motivo; <strong>la</strong> ciencia no empezó a recuperar elpaso hasta cuatro siglos más tar<strong>de</strong>, con <strong>la</strong> fusión que los árabes hicieron <strong>de</strong>los conocimientos grecorromanos, persas e indos, los cuales penetraron enEuropa por tres vías, bizantina, italiana y españo<strong>la</strong>.Ellos constituyeron <strong>la</strong> cumbre cultural y científica <strong>de</strong> <strong>la</strong> Edad Media,tal es <strong>la</strong> razón <strong>de</strong> que sus escritos fueran tan buscados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el campocristiano, que permanecía mucho más atrasado en todos los ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>lconocimiento. En particu<strong>la</strong>r, <strong>la</strong> astronomía árabe <strong>de</strong>slumbraba en el otro<strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong>s fronteras (como todo el conocimiento científico y filosófico engeneral), y astronómicos eran entonces los medios árabes <strong>de</strong> prediccióncientífica <strong>de</strong>l tiempo.Toda esta corriente <strong>de</strong> pensamiento venida <strong>de</strong> Oriente dominó enEuropa y el Norte <strong>de</strong> África hasta bien entrado el Renacimiento, y sólo fueabandonado con <strong>la</strong> Edad Mo<strong>de</strong>rna, paralelo al nacimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> Física, <strong>la</strong>Química y <strong>la</strong> Geología actuales.En <strong>la</strong> gestación <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>meteorología</strong> medieval confluyeron dos víascon un mismo origen (medioriental, y, más precisamente, babilónico): <strong>la</strong>griega (Aristóteles y buena parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> corriente helenística <strong>de</strong>pensamiento) y <strong>la</strong> india (astrología este<strong>la</strong>r, mansiones lunares, etc., conañadidos persas y <strong>de</strong>l hermetismo).Este flujo y reflujo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as viajó con <strong>la</strong> dispersión <strong>de</strong> <strong>la</strong> culturababilónica, don<strong>de</strong> seguramente alcanzó <strong>la</strong>s más elevadas cotas <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo. En el<strong>la</strong> se transmitían los conocimientos <strong>de</strong> padres a hijos, loscuales aprendían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros años <strong>de</strong> vida, y tal vez en este sistema<strong>de</strong> transmisión residió su gran éxito, como sabemos a través <strong>de</strong> DiodoroSículo. A partir <strong>de</strong> ahí, <strong>la</strong> ciencia oriental viajó hacia Occi<strong>de</strong>nte,fecundando <strong>la</strong> Grecia helenística, y hacia Oriente, imbricándose en lossistemas indos.La reunificación <strong>de</strong> todo ello <strong>la</strong> encontramos en un autor árabemedieval bien conocido, Al Kindo, autor <strong>de</strong> dos Epísto<strong>la</strong>s y algunos retalesmás que tratan, entre otros muchos trabajos científicos y filosóficos, <strong>de</strong> losfenómenos atmosféricos y <strong>de</strong> <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo. Su obra resultóc<strong>la</strong>ve en <strong>la</strong> transmisión <strong>de</strong> estas i<strong>de</strong>as, porque hizo fortuna y fue traducida16


Cosmología aristotélica, base <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> literatura astrológica que trata <strong>de</strong> <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>ltiempo. De Cosmographia, Petrus Apianus.al hebreo en el siglo XIV, y también al <strong>la</strong>tín; resultó ampliamente buscaday reconocida, como lo prueba <strong>la</strong> gran cantidad <strong>de</strong> autores europeosmedievales e incluso renacentistas que <strong>la</strong> tradujeron, copiaron, p<strong>la</strong>giaron yretradujeron.Las Epísto<strong>la</strong>s I y II fueron incluidas en un solo texto <strong>la</strong>tino divididoen 8 capítulos, conocido como De mutatione temporum. El kitab al-sirr,Libro I (Cuarenta Capítulos) se conoció en <strong>la</strong>tín como Iudicia.Otras autores que <strong>de</strong>dicaron su atención a este mismo asunto fueronOmar b. Al Farrukan Al Tabarí, en su obra kitab mukhtasar al-masa’il, quetambién se vertió al <strong>la</strong>tín. Abumasar, astrólogo persa <strong>de</strong>l siglo IX, nos <strong>de</strong>jóDe <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s conjunciones, una obra clásica con profusión <strong>de</strong>configuraciones p<strong>la</strong>netarias parejas a fenómenos climáticos y el kitab alnukat (Flores astrologiae en lengua <strong>la</strong>tina).Otros textos con simi<strong>la</strong>res contenidos fueron kitab tahawil sini a<strong>la</strong><strong>la</strong>m<strong>de</strong> Sahl b. Bishr (Fatidica en <strong>la</strong>tín). La mayoría <strong>de</strong> estos textos fuerontraducidos al <strong>la</strong>tín en el siglo XII; este siglo constituyó el punto <strong>de</strong> partida<strong>de</strong> <strong>la</strong> entrada <strong>de</strong> estos conocimientos en Europa.17


Del siglo XII proce<strong>de</strong> también <strong>la</strong> versión <strong>la</strong>tina Episto<strong>la</strong> in pluviis etventis, <strong>de</strong>l judío Messahal<strong>la</strong>h (siglo VIII). Capítulos con contenidometeorológico presentan el Libro <strong>de</strong> los tres jueces y el Libro <strong>de</strong> los nuevejueces. Del judío <strong>de</strong> Tu<strong>de</strong><strong>la</strong> (Navarra) Abraham Ibn Ezra tenemos el Seferha -‘O<strong>la</strong>m, traducido a finales <strong>de</strong>l siglo XIII como Liber coniunctionumque dicitur <strong>de</strong> mundo vel seculo. En el Archivo <strong>de</strong> <strong>la</strong> Catedral <strong>de</strong> Segoviase conserva una traducción al castel<strong>la</strong>no realizada en el siglo XV que llevapor título Libro <strong>de</strong>l mundo. También hay algún material meteorológico(entre ellos dos “partes” <strong>de</strong> <strong>la</strong> lluvia, uno <strong>de</strong> ellos atribuido a Enoc) en elLibro <strong>de</strong> los juicios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s, recientemente editado en castel<strong>la</strong>no apartir <strong>de</strong> <strong>la</strong> versión cata<strong>la</strong>na (Escue<strong>la</strong> <strong>de</strong> Traductores <strong>de</strong> Sirventa) que seconserva en <strong>la</strong> Biblioteca <strong>de</strong>l Monasterio <strong>de</strong> San Lorenzo <strong>de</strong> El Escorial.El Libro conplido en los iudizios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Aly Aben Ragel,traducido al castel<strong>la</strong>no medieval en el siglo XIII por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Alfonso X elSabio <strong>de</strong> Castil<strong>la</strong>, contiene en el Libro VIII una parte <strong>de</strong>dicada alpronóstico <strong>de</strong>l tiempo que tiene como fuente tanto a Omar b. Al FarrukanAl Tabarí como a Abumasar. Hemos <strong>de</strong> hacer constar que durante el sigloXX este texto fue transliterado por el hispanista Gerold Hilty (1954 y 2005)y adaptado dos veces al castel<strong>la</strong>no mo<strong>de</strong>rno (1995, Escue<strong>la</strong> <strong>de</strong> Traductores<strong>de</strong> Sirventa y Gracentro).Página inicial <strong>de</strong>l Libro conplido en los iudizios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s. Biblioteca Nacional (Madrid)18


Otra obra árabe fundamental en este campo, por los notablescontenidos <strong>de</strong> tipo meteorológico que posee, fue vertida al castel<strong>la</strong>nomedieval en <strong>la</strong> corte <strong>de</strong> Alfonso X (siglo XIII); se trata <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> <strong>la</strong>sCruzes, atribuido a Obeydal<strong>la</strong>h. El sistema parece ser <strong>de</strong> muy antiguaaplicación, pues ya era conocido en <strong>la</strong> España visigótica y pue<strong>de</strong>retrotraerse al período bajo<strong>la</strong>tino. Curiosamente, este texto también ha sidopublicado durante el siglo XX, (Lloyd A. Kasten y Lawrence B. Kiddle,1961).Los traductores medievales europeos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> realizar su trabajo<strong>de</strong> adaptación, se apropiaron <strong>de</strong> buena parte <strong>de</strong> estos materiales, poniendosu nombre en ellos como autores. De Juan <strong>de</strong> Sevil<strong>la</strong>, o Hispano, oHispalense, tenemos el Tractatus pluviarum et aeris mutationis; tambiénhay contenidos meteorológicos en su Epitome totius astrologiae. DeGermán <strong>de</strong> Corintia tenemos el Liber imbrium; <strong>de</strong> Roberto Grosseteste Adprecognoscendam diversam aeris dsipositionem y De impressionibus aeris;<strong>de</strong> Firminus <strong>de</strong> Bel<strong>la</strong>valle De mutatione aeris; <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Ashen<strong>de</strong>n <strong>la</strong>Summa iudicialis <strong>de</strong> acci<strong>de</strong>ntibus mundi; también hay información <strong>de</strong> estac<strong>la</strong>se en el Liber <strong>de</strong>cem astrologiae <strong>de</strong> Guido Bonatti y en <strong>la</strong> sexta parte <strong>de</strong><strong>la</strong> Compi<strong>la</strong>tio <strong>de</strong> astrorum scientia <strong>de</strong> Leopoldo <strong>de</strong> Austria, muy recurridopor el valenciano Jerónimo Cortés en sus otrora popu<strong>la</strong>rísimos lunarios.A finales <strong>de</strong>l siglo XV encontramos en España un astrónomoimportante, el judío <strong>de</strong> Sa<strong>la</strong>manca Abraham Zacuto, conocido sobre todopor su mejora <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tab<strong>la</strong>s astronómicas para <strong>la</strong> empresa <strong>de</strong>l momento, <strong>la</strong>navegación hacia el Nuevo Mundo; pero también nos <strong>de</strong>jó una notable obra<strong>de</strong> astrología, el Tratado <strong>breve</strong> <strong>de</strong> los influjos celestes, que contiene uncapítulo <strong>de</strong>dicado exclusivamente a <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo al modo <strong>de</strong> <strong>la</strong>época, o sea, mediante elementos <strong>de</strong> tipo astronómico (configuracionesp<strong>la</strong>netarias y aspectos entre p<strong>la</strong>netas). Zacuto resume en pocas páginas, conuna gran capacidad <strong>de</strong> síntesis, <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> conocimientos <strong>de</strong> su época,es <strong>de</strong>cir, concreta <strong>la</strong>s diversas corrientes que llegaron hasta él en un cuerpoúnico. Y no sólo eso, sino que <strong>de</strong>muestra haberse ejercitado en elpronóstico astrológico <strong>de</strong>l tiempo y, a diferencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> autores,aporta datos que confirman <strong>la</strong> doctrina (el diluvio <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1503con los 5 p<strong>la</strong>netas retrógrados, <strong>la</strong>s lluvias en Castil<strong>la</strong> parejas a <strong>la</strong>sconjunciones en Sagitario durante el invierno, los fríos al paso <strong>de</strong> Saturnopor Capricornio, etc.).En los documentos escritos <strong>de</strong>l pasado hay un <strong>de</strong>talle reve<strong>la</strong>dor quenos hab<strong>la</strong> c<strong>la</strong>ramente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s concepciones <strong>de</strong>l hombre medieval y <strong>de</strong> <strong>la</strong>sprimeras generaciones renacentistas: algunas tab<strong>la</strong>s astronómicas poseen enlos márgenes anotaciones con observaciones meteorológicas, ilustrando19


que, más que llevar a cabo registros sistemáticos, se buscaban sólocorre<strong>la</strong>ciones entre configuraciones celestes concretas y <strong>de</strong>terminadosfenómenos o situaciones atmosféricas. La reg<strong>la</strong>, sin embargo, tiene suexcepción: William Merle llevó a cabo registros sistemáticos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1337 a1344 (manuscrito conservado en Oxford, Bodleian Library, Digby 176). EnEspaña no es raro encontrar valiosa información climática, meteorológica yfenológica en los archivos eclesiásticos.Con Zacuto estamos en los momentos <strong>de</strong> <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong> <strong>la</strong> imprenta,pareja a <strong>la</strong> empresa <strong>de</strong> <strong>la</strong> conquista <strong>de</strong> América. A partir <strong>de</strong> ahora, <strong>la</strong>astronomía va a tener un papel básico en <strong>la</strong> navegación (orientación <strong>de</strong> <strong>la</strong>snaves en sus periplos marítimos), <strong>de</strong> modo que pasa a jugar un papelprepon<strong>de</strong>rante el interés por mejorar <strong>la</strong>s efeméri<strong>de</strong>s y así situar con <strong>la</strong>máxima precisión posible rumbos y posiciones. Sin embargo, entre losnavegantes, el interés por <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo, y sobre todo a <strong>la</strong>rgop<strong>la</strong>zo, no sólo no <strong>de</strong>crecerá, todo lo contrario; <strong>la</strong> posesión <strong>de</strong> buenas tab<strong>la</strong>sastronómicas les permitirá hacer juicios para conocer con ante<strong>la</strong>ción lostemporales, como pue<strong>de</strong> comprobarse en <strong>la</strong>s usadas por Cristóbal Colón,quien todavía utilizó <strong>la</strong> ciencia astrológica para <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo ensus viajes <strong>de</strong> España a América.Con <strong>la</strong> llegada <strong>de</strong> <strong>la</strong> imprenta, los almanaques con predicciones <strong>de</strong>todo tipo, y entre el<strong>la</strong>s, <strong>la</strong>s meteorológicas, empezaron a proliferar por todaEuropa. Para el siglo XVI se estima que circu<strong>la</strong>ban por Europa unos 3000los almanaques con pronósticos <strong>de</strong>l tiempo, a cargo <strong>de</strong> unos 600 autoresdiferentes. [Ralph Hardy, Peter Wright, John Gribbin, John Kington. ElLibro <strong>de</strong>l Clima. Hermann Blume Ediciones. Madrid, 1983, pág. 189]. Peroeste tipo <strong>de</strong> almanaques no sólo los escribían patanes o aprovechados.Kepler, uno <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong> <strong>la</strong> Física tal como <strong>la</strong> conocemos, publicaba lossuyos, y Benjamin Franklin, el inventor <strong>de</strong>l pararrayos, vaticinó el tiempodurante 25 años a partir <strong>de</strong> 1732 en El almanaque <strong>de</strong>l pobre Richard.También son características <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XVI e inicios <strong>de</strong>lXVII <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong>dicadas a <strong>la</strong> Cronología, los cuales incluyen abundantematerial astrológico y meteorognómico (Cronología y reportorio <strong>de</strong> <strong>la</strong>razón <strong>de</strong> los tiempos, <strong>de</strong> Rodrigo Zamorano, cosmógrafo <strong>de</strong> Felipe II,Sevil<strong>la</strong>, 1585; Reportorio <strong>de</strong> los tiempos e Historia Natural <strong>de</strong> esta NuevaEspaña, <strong>de</strong> Henrico Martínez, México, 1606). Esta última obra incluyepronósticos meteorológicos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1606, por cuartos <strong>de</strong> Luna, hasta 1620,así como abundante información meteorognómica; comenta los efectos <strong>de</strong><strong>la</strong>s conjunciones Marte y Saturno sobre México en el siglo XV y aportatambién materiales astrológicos muy diversos.20


De esta misma época tenemos a un autor importante que <strong>de</strong>dica sutiempo a tratar <strong>de</strong> dar cuenta <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> los p<strong>la</strong>netas sobre <strong>la</strong> Tierra, yentre ellos los meteorológicos; se trata <strong>de</strong> Johannes Kepler, pitagórico yneop<strong>la</strong>tónico convencido, lo cual no entra en contradicción con pertenecera <strong>la</strong> élite <strong>de</strong> pioneros <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciencia mo<strong>de</strong>rna (<strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> Copérnico y <strong>de</strong>lheliocentrismo, amigo <strong>de</strong> Galileo, <strong>de</strong>scubridor <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tres leyes que llevansu nombre, matemático exquisito y autor <strong>de</strong> obras como Astronomia nova,en <strong>la</strong> que mejora notablemente el conocimiento astronómico <strong>de</strong> Marte,Mysterium Cosmographicum (“El secreto <strong>de</strong>l universo”, don<strong>de</strong> trata <strong>de</strong>justificar <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones entre <strong>la</strong>s distancias y los períodos p<strong>la</strong>netarios) yHarmonices mundi, en <strong>la</strong> que da su interpretación <strong>de</strong>l influjo p<strong>la</strong>netariorecurriendo a <strong>la</strong> herramientas matemáticas <strong>de</strong> su tiempo (Música yGeometría). Para nosotros es ahora especialmente interesante De losfundamentos muy ciertos <strong>de</strong> <strong>la</strong> astrología, que contiene algunos <strong>de</strong> suspropios criterios <strong>de</strong> predicción (sólo trabajó con los “aspectos” p<strong>la</strong>netarios,no con horóscopos) y los pronósticos, entre ellos los meteorológicos, parael año 1602. Esta obra ha sido publicada en castel<strong>la</strong>no recientemente(2003).Kepler no siguió <strong>la</strong> vía habitual <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más astrólogos, pues, adiferencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> ellos, que se limitaron a <strong>la</strong> repetición <strong>de</strong> lo quemantuvieron los anteriores autores sin crítica ni verificación <strong>de</strong> <strong>la</strong> doctrina,investigó el asunto tanto en el or<strong>de</strong>n teórico como en el práctico. Realmentefue el último buscador <strong>de</strong> <strong>la</strong> autentificación astrológica en una época en que<strong>la</strong>s viejas i<strong>de</strong>as, y sobre todo los aparentemente inexpugnables edificiosaristotélico y ptolemaico, tambaleaban ante el nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l mundo(heliocéntrico copernicano) y <strong>la</strong> nueva Física (el propio Kepler, Galileo yNewton al comienzo, seguidos posteriormente <strong>de</strong> una ava<strong>la</strong>ncha <strong>de</strong> nuevoscreadores <strong>de</strong> ciencia).El siglo XVII, por tanto, marca <strong>la</strong> crisis <strong>de</strong>finitiva, <strong>la</strong> frontera entre<strong>la</strong>s doctrinas que se hun<strong>de</strong>n y <strong>la</strong>s nuevas emergentes. En medio <strong>de</strong>lmarasmo aparece en Lisboa durante 1632 <strong>la</strong> obra astrológica más extensa ycompleta <strong>de</strong>dicada exclusivamente a <strong>la</strong> predicción meteorológica: <strong>la</strong>Summa astrologica y arte para enseñar a hazer pronósticos <strong>de</strong> los tiempos,escrita por Antonio <strong>de</strong> Nájera, que, al igual que Zacuto, es más conocidoentre los <strong>historia</strong>dores por sus trabajos astronómicos en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>navegación, en plena colonización <strong>de</strong> América. Esta obra también ha sidoreeditada recientemente, en 1996.La Summa, como ya anuncia su nombre, <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong> <strong>la</strong>s aportaciones<strong>de</strong> Ptolomeo, con todos sus elementos, a los que aña<strong>de</strong> <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong>smansiones lunares y <strong>la</strong>s “aberturas <strong>de</strong> puertas” proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> astrología21


india, con ejemplos prácticos, cuantificación <strong>de</strong> fuerzas p<strong>la</strong>netarias,interpretación <strong>de</strong> eclipses y, sobre todo, contiene numerosísimos aforismosacumu<strong>la</strong>dos en los libros, <strong>de</strong> aquí y allá, a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> siglos. Antonio <strong>de</strong>Nájera cita a Abu Masar y Al Kindo, que, con Ptolomeo, son sus fuentesprincipales.Pero el invierno <strong>de</strong> los astrólogos está l<strong>la</strong>mando a <strong>la</strong>s puertas. En1677, el agustino valenciano Leonardo Ferrer compone su Astronomicacuriosa y <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l mundo superior, y inferior, que contiene unaparte <strong>de</strong>dicada a <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo con alguna aportación propia(<strong>de</strong>fien<strong>de</strong>, por ejemplo, <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> los puntos antiscios –simétricosrespecto a los puntos cardinales <strong>de</strong>l Zodíaco- y asevera que los aspectosentre Mercurio y Júpiter mueven <strong>la</strong> tramontana).El último astrólogo español <strong>de</strong> renombre que trató el tema fue Diego<strong>de</strong> Torres Vil<strong>la</strong>rroel, conocido como El Gran Piscator <strong>de</strong> Sa<strong>la</strong>manca, quefue catedrático <strong>de</strong> Matemáticas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Universidad <strong>de</strong> esta ciudad castel<strong>la</strong>nay el último en enseñar allí astrología; su Cartil<strong>la</strong> rústica, phisica visible yastrología innegable: Lecciones <strong>de</strong> agricultura y juicios pastoriles parahacer docto al rústico (1727) contiene un apartado meteorognómico que noaporta nada nuevo y constituye una copia más <strong>de</strong> tantos otros anterioresproce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura greco<strong>la</strong>tina. Sus obras conocieron múltiplesreediciones, salvo los pronósticos meteorológicos; como cosa curiosa,po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que está documentalmente comprobado que en 1756 tuvo elgran acierto <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir <strong>la</strong> revolución francesa.Pero en su época empieza a aposentarse una nueva visión <strong>de</strong>l mundoy los astrólogos comienzan a ser objeto <strong>de</strong> chanzas; Torres tuvo que<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s con su ácido y queve<strong>de</strong>sco modo <strong>de</strong>expresarse. Él mismo intentó refutar a Newton con una ingenuida<strong>de</strong>scolástica que hoy nos hace sonreír compasivamente.Segunda etapa científica: leyes, aparatos, toma <strong>de</strong> registros…El nacimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciencia mo<strong>de</strong>rna, tal como <strong>la</strong> conocemosactualmente, tuvo una <strong>la</strong>rga gestación. Del mismo modo que en Grecia yahabía <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>l sistema heliocéntrico <strong>de</strong>l mundo (Hiparco) ypensadores materialistas, en <strong>la</strong> actualidad existen <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>lpensamiento antiguo y <strong>de</strong> <strong>la</strong> espiritualidad, lo cual resulta lógico, pues nose trata sino dos modos asequibles al pensamiento humado <strong>de</strong> contemp<strong>la</strong>r<strong>la</strong> realidad.Por ello, ya hubo a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntados durante <strong>la</strong> Edad Media quevislumbraron otro modo <strong>de</strong> abordar el problema <strong>de</strong> <strong>la</strong> interpretación <strong>de</strong> <strong>la</strong>22


ealidad –el objeto <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciencia- distinto <strong>de</strong>l <strong>de</strong> <strong>la</strong> Escolástica , <strong>de</strong> basefundamentalmente aristotélica cristianizada, iniciada por Santo Tomás <strong>de</strong>Aquino, y que fue el pensamiento hegemónico durante siglos en Europa.De ahí que <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo por medios astronómicos nuncasufriera <strong>la</strong> menor molestia por parte <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r eclesial (San Isidoro, en <strong>la</strong>sEtimologías, <strong>de</strong>fendió <strong>la</strong> práctica y bondad <strong>de</strong> <strong>la</strong> “astrología natural”, o sea,<strong>la</strong> <strong>de</strong>dicada a <strong>la</strong> medición <strong>de</strong>l tiempo y <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong> los temporales,frente a <strong>la</strong> “adivinatoria”, peligrosa en lo moral).Entre estos a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntados a su tiempo <strong>de</strong>staca <strong>la</strong> figura <strong>de</strong>l franciscanoinglés Roger Bacon, autor <strong>de</strong> Opus Maius (1268), don<strong>de</strong> preconiza <strong>la</strong>necesidad <strong>de</strong>l experimento y <strong>la</strong> inducción en <strong>la</strong> interpretación <strong>de</strong> losfenómenos. Como se sabe, dio con sus huesos en <strong>la</strong> cárcel y su final fueoscuro, posiblemente trágico.Ya en el Renacimiento encontramos a Galileo Galilei (1564-1642), aquien se consi<strong>de</strong>ra fundador oficial <strong>de</strong>l método experimental. Hoy nospue<strong>de</strong> parecer una simpleza, pero <strong>de</strong>be tenerse en cuenta que, en plenopo<strong>de</strong>río <strong>de</strong>l ciclo histórico cristiano, <strong>la</strong> investigación con cuerposmateriales no estaba bien vista por algunas autorida<strong>de</strong>s eclesiásticas, porser lo material perteneciente al diablo tentador –<strong>la</strong>s riquezas <strong>de</strong>l mundo, elconocimiento <strong>de</strong>l lo físico, opuesto al espíritu-; Galileo no encontró otrapersona que Kepler, capaz <strong>de</strong> atreverse a mirar por el telescopio reciéninventado para ver <strong>la</strong>s lunas <strong>de</strong> Júpiter, los cráteres <strong>de</strong> <strong>la</strong> Luna o los anillos<strong>de</strong> Saturno, y menos aún <strong>la</strong>s manchas <strong>de</strong>l Sol, consi<strong>de</strong>rado entonces elsímbolo <strong>de</strong> Cristo en el mundo. Galileo fue pionero en <strong>la</strong> utilización <strong>de</strong>lÁlgebra (ecuaciones) para <strong>de</strong>scribir el movimiento <strong>de</strong> los cuerpos (caída <strong>de</strong>graves, <strong>la</strong>nzamiento <strong>de</strong> proyectiles, etc.); el Álgebra a<strong>de</strong>más, poseíaentonces el inconveniente <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l mundo musulmán, estando <strong>la</strong>smatemáticas cristianas mucho más atrasadas que <strong>la</strong>s árabes. Así que, lo quehoy pue<strong>de</strong> parecernos una banalidad, entonces no sólo resultabarevolucionario, sino peligroso, <strong>de</strong>bido al po<strong>de</strong>r casi absoluto <strong>de</strong> <strong>la</strong> jerarquíaeclesiástica.Galileo escribió <strong>de</strong> modo bastante satírico su <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l sistemaheliocéntrico <strong>de</strong>l mundo en los Diálogos sobre los dos máximos sistemas<strong>de</strong>l mundo, ptolemaico y copernicano, <strong>de</strong>safiando <strong>la</strong> Física aristotélica nosólo con <strong>la</strong> argumentación filosófica, sino con <strong>la</strong> experiencia (caída <strong>de</strong>graves <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> torre <strong>de</strong> Pisa). Sólo un genio cascarrabias como él podíaatreverse a tanto… y conocido es que hubo <strong>de</strong> retractarse <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as anteel Papa <strong>de</strong> Roma.23


A Galileo se atribuye <strong>la</strong> invención <strong>de</strong>l primer termómetro, uninstrumento c<strong>la</strong>ve en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s nuevas vías <strong>de</strong> investigar einterpretar los fenómenos atmosféricos.En 1623, encontramos <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong> un texto que incidiónotablemente en el cambio <strong>de</strong> <strong>la</strong> visión <strong>de</strong>l mundo: <strong>la</strong> Instauratio magna <strong>de</strong>Francis Bacon, y unos años más tar<strong>de</strong> (1637) el Discurso <strong>de</strong>l método, <strong>de</strong>René Descartes, otra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras l<strong>la</strong>madas a <strong>de</strong>rrocar <strong>la</strong>s viejas i<strong>de</strong>as.El clima intelectual <strong>de</strong> <strong>la</strong> época llevó a construir en 1639 el primerpluviómetro europeo y en 1641 el primer termómetro <strong>de</strong> cierta fiabilidad.[Climatología General. Antonio Gil Olcina, Jorge Olcina Cantos. EditorialAriel, S.A. Barcelona, 1997, pág. 18]. En 1644, el italiano EvangelistaTorricelli llevó a cabo su conocido experimento <strong>de</strong> <strong>la</strong> columna <strong>de</strong> mercurio,pudiendo <strong>de</strong>mostrar que el aire pesaba y ejercía una presión sobre todos loscuerpos; <strong>la</strong> experiencia, a<strong>de</strong>más, permitió medir <strong>la</strong> cuantía <strong>de</strong> <strong>la</strong> presiónatmosférica.A Pascal se le atribuye <strong>la</strong> dirección <strong>de</strong> una ascensión al Puy <strong>de</strong> Dômereve<strong>la</strong>dora <strong>de</strong> que <strong>la</strong> columna <strong>de</strong> mercurio <strong>de</strong>l barómetro disminuía con <strong>la</strong>altura; hoy nos pue<strong>de</strong> parecer una trivilialidad, pero entonces suponíaenfrentarse a toda una serie <strong>de</strong> dogmas y creencias trasnochadas, quetocaban a su fin.Piénsese que en esa época <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong>l aire como algo materialno estaba nada c<strong>la</strong>ra; no hay más que ver <strong>la</strong> etimología griega <strong>de</strong>l términopneuma, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> vienen nuestros “neumáticos” para los automóviles.Significa “gas”, pero también “espíritu”. Hasta hace no muchos años, los<strong>de</strong>sti<strong>la</strong>dos se l<strong>la</strong>maban “espíritus”, por ejemplo, el alcohol se conocía como“espíritu <strong>de</strong> vino”, o sea, <strong>la</strong> parte más sutil <strong>de</strong>l mismo. La composiciónquímica <strong>de</strong>l aire no se conoció hasta 1781, cuando el francés Lavoisierestimó que contenía un 20% <strong>de</strong> oxígeno y un 80% <strong>de</strong> nitrógeno. Paramuchos, los vientos eran consecuencia <strong>de</strong> los caprichos <strong>de</strong>l genio <strong>de</strong> undios, Eolo en <strong>la</strong> mitología griega (sin embargo <strong>la</strong> Física aristotélicareconocía que el aire se di<strong>la</strong>taba con el calor y contraía con el frío,originando el viento).Otto von Guericke (1602-86) fue uno <strong>de</strong> los primeros en utilizar elbarómetro (<strong>de</strong> agua) para pre<strong>de</strong>cir el tiempo; existe un documento <strong>de</strong> 1660en el que predice una fuerte tormenta a causa <strong>de</strong>l gran <strong>de</strong>scenso observadoen <strong>la</strong> columna <strong>de</strong> agua.De 1659 data el primer higrómetro <strong>de</strong> con<strong>de</strong>nsación; en 1669 se llevaa cabo <strong>la</strong> conocida experiencia <strong>de</strong> los hemisferios <strong>de</strong> Mag<strong>de</strong>burgo,24


<strong>de</strong>mostradora <strong>de</strong>l enorme po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> presión atmosférica (al estaradaptados a el<strong>la</strong> <strong>la</strong> apariencia sensorial es que el aire apenas ejerce fuerzaalguna sobre los cuerpos).En 1714, Fahrenheit utilizó el mercurio como líquido termométrico,alcanzando una fiabilidad <strong>de</strong>sconocida hasta entonces.Para 1714 encontramos el primer Traité <strong>de</strong> Météorolgoie, escrito porel francés, Louis <strong>de</strong> Cotte, párroco <strong>de</strong> Montmorency, acuñando un términono utilizado hasta entonces para <strong>la</strong> naciente ciencia. En 1788 se publicaron<strong>la</strong>s Mémoires sur Météorologie a cargo <strong>de</strong>l mismo autor.Bejamin Franklin (1706-90) logró capturar electricidad atmosféricamediante una cometa durante <strong>la</strong>s tormentas, pudiendo <strong>de</strong>mostrar así que elrayo y el trueno tenían una naturaleza eléctrica.En 1688, el astrónomo británico Edmund Halley propuso por vezprimera <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> realizar un mapa <strong>de</strong> vientos a esca<strong>la</strong> p<strong>la</strong>netaria, unai<strong>de</strong>a realmente atrevida y a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntada a su época, visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestraprivilegiada perspectiva histórica. Esta propuesta no encontró eco positivohasta 1735, cuando George Hadley propuso un mo<strong>de</strong>lo general <strong>de</strong>circu<strong>la</strong>ción atmosférica; <strong>la</strong> Meteorología se aproximaba así a sus patronesactuales.Pero esta, ya es otra <strong>historia</strong>.Reivindicando <strong>la</strong> Astro<strong>meteorología</strong> en el siglo XXINo busque el lector ninguna obra antigua que trate <strong>de</strong> <strong>la</strong> predicciónastronómica <strong>de</strong>l tiempo bajo este término. Sencil<strong>la</strong>mente, no <strong>la</strong> encontrará,porque tal <strong>de</strong>nominación proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l siglo XX. A lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> toda <strong>la</strong>Meteorología Antigua se consi<strong>de</strong>ró el movimiento <strong>de</strong> los astros (no sólo elSol, sino <strong>la</strong> Luna y los p<strong>la</strong>netas) <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> los cambios <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>lclima. Meteora es término griego para <strong>de</strong>signar “<strong>la</strong>s cosas altas”, comovemos en el topónimo que da nombre a los monasterios ortodoxos <strong>de</strong>Tsalónica, en Grecia, insta<strong>la</strong>dos sobre picachos cuasi inaccesibles.La obra más antigua que conocemos con este nombre data <strong>de</strong> <strong>la</strong>primera década <strong>de</strong>l siglo XX (no tiene fecha pero da datos <strong>de</strong> 1912); fuepublicada en Londres, su autora es H.S. Green y lleva por título WeatherPredicting by Astrometeorology; todo su contenido es netamenteastrológico.25


Pero “Astro<strong>meteorología</strong>” se utilizó como <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> una serie<strong>de</strong> investigaciones llevadas a cabo por científicos e ingenieros durante <strong>la</strong>primera mitad <strong>de</strong>l siglo XX, en unos tiempos en los que, al constatar que <strong>la</strong>Física terrestre esta íntimamente unida a <strong>la</strong> so<strong>la</strong>r (campo eléctrico ymagnético terrestre, corrientes telúricas, etc.), se tuvieron esperanzas <strong>de</strong>po<strong>de</strong>r hacer predicciones meteorológicas y climáticas mediante <strong>la</strong>utilización <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados parámetros so<strong>la</strong>res (ciclo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manchas,tormentas magnéticas, etc.), lunares y p<strong>la</strong>netarios. En esa época, <strong>la</strong>Meteorología no se habían in<strong>de</strong>pendizado aún por completo <strong>de</strong> <strong>la</strong>Geofísica. Enseguida vamos a hacer alusión a <strong>la</strong> obra <strong>de</strong>l francés AlbertNodon, y po<strong>de</strong>mos hacer referencia a los numerosos observatorios quebuscaron (y hal<strong>la</strong>ron) corre<strong>la</strong>ciones entre los ciclos lunares y algunosregistros meteorológicos, como los <strong>de</strong> <strong>la</strong> lluvia (Observatorios <strong>de</strong>l Ebro,Postdam, París, etc.).En materia <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Meteorología Antigua hay un hecho queno pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar indiferente a nadie: <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> 800 años <strong>de</strong> registroscontinuados, día tras día, noche tras noche, realizados en tablil<strong>la</strong>scuneiformes, que hicieron los sacerdotes <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Marduk, enEsangi<strong>la</strong>, superando los avatares políticos y militares <strong>de</strong>l Oriente Medio enel primer milenio antes <strong>de</strong> nuestra Era. Estamos hab<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong> los Diariosastronómicos, don<strong>de</strong> se anotaba todo lo que sucedía en el cielo <strong>de</strong> día y <strong>de</strong>noche. Lo fundamental eran los augurios o presagios astronómicos, pero, sino se podían observar los astros, <strong>de</strong>jaban constancia si era por nubes,lluvia, tormentas, etc., <strong>de</strong> modo que acumu<strong>la</strong>ron una ingente cantidad <strong>de</strong>información astronómica y meteorológica.Se sabe que son <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s primeras teorías matemáticoastronómicascapaces <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir fenómenos como los eclipses,26


Horóscopo <strong>de</strong> <strong>la</strong> fundación <strong>de</strong>l Observatorio <strong>de</strong>l Ebro (Roquetes, Tarragona), a <strong>la</strong> entrada <strong>de</strong>lPabellón Lan<strong>de</strong>rer, que recoge el eclipse total <strong>de</strong> 1905, institución pionera entonces en España yen el mundo <strong>de</strong> <strong>la</strong> investigación <strong>de</strong> <strong>la</strong> Física Cósmicaconjunciones, ortos y ocasos este<strong>la</strong>res y p<strong>la</strong>netarios, etc., pero todo pareceindicar también que, <strong>de</strong> tan <strong>la</strong>rga serie <strong>de</strong> datos, muy bien pudieronoriginarse <strong>la</strong>s técnicas astrológicas <strong>de</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo que seexponen en <strong>la</strong>s obras que hemos citado, así como <strong>la</strong>s especu<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> tipofilosófico que cristalizaron en <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Aristóteles.Pero, todo esto, ahora mismo, es ya Historia. Sin embargo, si esimportante conocer <strong>la</strong> Historia Política para conocer cómo hemos llegado aser lo que somos y orientar qué queremos <strong>de</strong> nuestras socieda<strong>de</strong>s en elfuturo, o interpretar hacia dón<strong>de</strong> vamos, no menos importante es <strong>la</strong>disciplina <strong>de</strong> <strong>la</strong> Historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ciencia para saber <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> proce<strong>de</strong> nuestroconocimiento, en qué punto nos encontramos y tratar <strong>de</strong> atisbar haciadón<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> evolucionar.El nuevo modo <strong>de</strong> contemp<strong>la</strong>r el mundo ha dado gran<strong>de</strong>s frutos, uno<strong>de</strong> ellos <strong>la</strong> Meteorología tal como <strong>la</strong> conocemos. La Meteorología presentaactualmente excelentes propuestas en <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo a corto p<strong>la</strong>zo;pero también es bien sabido que, más allá <strong>de</strong> los dos días, <strong>la</strong>s soluciones <strong>de</strong>los mo<strong>de</strong>los numéricos son poco fiables, y <strong>la</strong>s esperanzas <strong>de</strong> mejorar en el27


medio y <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo resultan escasas. Hoy se dan ya predicciones estacionalesgenéricas (temperaturas y precipitaciones promedio), lo cual supone un saltocualitativo notable; pero aún así, <strong>la</strong> predicción <strong>de</strong>l tiempo a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo sigueconstituyendo un problema sin solución.Una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s principales dificulta<strong>de</strong>s estriba en que <strong>la</strong> atmósfera secomporta como un sistema caótico, lo cual limita drásticamente el valor <strong>de</strong><strong>la</strong>s ecuaciones que se introducen en <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s computadoras. Algunospiensan que, cuanto más datos y más exactos sean los que se les entregan a<strong>la</strong>s máquinas, más cerca estaremos <strong>de</strong> <strong>la</strong> solución final. En Meteorología nosencontramos ante una cuestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminismo, como ya les sucedió a losinvestigadores <strong>de</strong>l mundo atómico a comienzos <strong>de</strong>l siglo XX.Frente a este panorama <strong>de</strong>sesperanzador en lo que se refiere avariabilidad climática, creemos que el problema pue<strong>de</strong> atacarse por otras víasdiferentes a <strong>la</strong>s actualmente usadas por los meteorólogos. La evolución <strong>de</strong> <strong>la</strong>Física y <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciencia en general durante <strong>la</strong>s últimas décadas nos permitehacer algunas proposiciones que tiempo atrás hubiesen sido consi<strong>de</strong>radasatrevidas, sino absurdas. En particu<strong>la</strong>r, nos estamos refiriendo a atacar elproblema <strong>de</strong> <strong>la</strong> predicción a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo mediante consi<strong>de</strong>raciones globales,digámoslo <strong>de</strong> salida, astronómicas. Enseguida justificaremos porqué.Tenemos un prece<strong>de</strong>nte en <strong>la</strong> Teoría <strong>de</strong> Mi<strong>la</strong>nkovitch, que interpretalos gran<strong>de</strong>s cambios climáticos -g<strong>la</strong>ciaciones, <strong>de</strong>shielos, etc.- a través <strong>de</strong> <strong>la</strong>svariaciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> órbita terrestre (inclinación <strong>de</strong>l eje, tras<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> <strong>la</strong> línea <strong>de</strong>ápsi<strong>de</strong>s y precesión <strong>de</strong> los equinoccios, todos ellos factores <strong>de</strong> período <strong>la</strong>rgo yen apariencia <strong>de</strong>sligados <strong>de</strong> los causantes <strong>de</strong>l clima). Cabe preguntarse si <strong>la</strong>variabilidad climática no es interpretable también a través <strong>de</strong> marcadoresastronómicos conectados con el<strong>la</strong>, como son los ciclos p<strong>la</strong>netarios <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>lSistema So<strong>la</strong>r (períodos resonantes correspondientes). La <strong>de</strong>bilidadcuantitativa <strong>de</strong>l influjo p<strong>la</strong>netario sugiere a primera vista que éste es<strong>de</strong>spreciable y po<strong>de</strong>mos pasarlo por alto sin consecuencias para cualquiermo<strong>de</strong>lo matemático. De hecho, parámetros astronómicos han sidointroducidos en <strong>la</strong>s ecuaciones <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los numéricos y entregados a <strong>la</strong>sgran<strong>de</strong>s computadoras; como era <strong>de</strong> esperar, factores tan débiles no varían en<strong>la</strong> práctica el valor <strong>de</strong> <strong>la</strong>s soluciones finales.Pero <strong>de</strong> aquí a concluir que el efecto p<strong>la</strong>netario no existe, o querealmente po<strong>de</strong>mos pasarlo por alto, media un abismo; pensamos quecometeríamos un enorme error en todos los ór<strong>de</strong>nes -filosófico, lógico,científico, etc.-. Vamos a tratar <strong>de</strong> explicar porqué.¿Tan seguros andamos <strong>de</strong> que <strong>la</strong> causa <strong>de</strong>l ciclo climático anual y <strong>de</strong> suvariabilidad resi<strong>de</strong> única y exclusivamente en el movimiento orbital <strong>de</strong> <strong>la</strong>28


Tierra? Sabemos que proponer influjos lunares y p<strong>la</strong>netarios suena aastrología, a creencias popu<strong>la</strong>res y a superstición. Queremos recordar aquíque en <strong>la</strong>s primeras décadas <strong>de</strong>l siglo XX los meteorólogos pusieron gran<strong>de</strong>sesperanzas en el estudio <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> influjos -actividad so<strong>la</strong>r, gravitaciónlunar y p<strong>la</strong>netaria- para tratar el problema <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rachas climáticas. Unejemplo <strong>de</strong> estos esfuerzos lo encontramos en <strong>la</strong> obra Essaid’Astrometeorologie et ses applications a <strong>la</strong> prévision du temps, <strong>de</strong>l ya citadoAlbert Nodon, ex-adjunto <strong>de</strong>l Observatorio <strong>de</strong> Astronomía Física <strong>de</strong> París ypresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Sociedad Astronómica <strong>de</strong> Bur<strong>de</strong>os, que se publicó en 1920;otro en el Congreso Internacional <strong>de</strong> Cosmobiología celebrado en Niza enjunio <strong>de</strong> 1938, que reunió a astrónomos, meteorólogos, físicos, ingenieros,etc.Y, sin embargo... ¿po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> tijera y cortar a nuestro capricho<strong>la</strong> Naturaleza por don<strong>de</strong> queramos, como un cirujano negligente? ¿Noestaremos <strong>de</strong>snaturalizando el problema al separar <strong>la</strong> Tierra y el Sol <strong>de</strong>l resto<strong>de</strong> elementos <strong>de</strong>l Sistema So<strong>la</strong>r, que se comporta como un todo único einseparable? Al reducir el clima a <strong>la</strong> interacción entre dos únicos cuerpos <strong>de</strong>esa maquinaria que funciona integrada, solidaria e interactivamente, ¿noestaremos perdiendo por el camino algo que no teníamos previsto,simplificando el problema y <strong>de</strong>jándolo convertido en una simple caricatura?Tenemos un punto <strong>de</strong> comparación en el papel que juegan losoligoelementos en el suelo (Agronomía), los catalizadores en <strong>la</strong>s reaccionesquímicas y los enzimas en los seres vivos (Bioquímica). La presencia <strong>de</strong>oligoelementos en <strong>la</strong> tierra, aunque en bajísimas cantida<strong>de</strong>s, es fundamentalen agricultura, y también en alimentación. La carencia <strong>de</strong> boro, manganeso,etc. en un suelo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar <strong>la</strong> ruina <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosechas; aunque lofundamental para <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas sean el nitrógeno, el fósforo y el potasio, enAgronomía existe <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada ley <strong>de</strong>l mínimo: <strong>la</strong> producción está limitada porel elemento que se halle en menor cantidad, incluso si éste es unoligoelemento. Y lo mismo pasa en los animales superiores: aunque <strong>la</strong>alimentación básica esté constituida por proteínas, lípidos y glúcidos, <strong>la</strong>presencia en bajísimas cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cinc, cobre, vitaminas, etc. esfundamental, y su carencia pue<strong>de</strong> causar alteraciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> salud nadaproporcionales a <strong>la</strong>s dosis mínimas diarias necesarias <strong>de</strong> estas sustancias.Algo nos insinúa que simi<strong>la</strong>res circunstancias pue<strong>de</strong>n darse también enel <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rachas climáticas respecto <strong>de</strong> algunos ciclos p<strong>la</strong>netarios,por débil que pueda resultar <strong>la</strong> luminosidad o <strong>la</strong> gravedad <strong>de</strong> un p<strong>la</strong>netarespecto <strong>de</strong> otros parámetros (ciclo so<strong>la</strong>r anual, etc.). Debilidad cuantitativa,no es sinónimo <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad cualitativa en sistemas complejos (y <strong>la</strong> máquinaclimática terrestre lo es). No po<strong>de</strong>mos ionizar los átomos disparándoles29


perdigonadas, sino iluminándolos con radiación <strong>de</strong> frecuencia mínimaumbral; ni romperlos a martil<strong>la</strong>zos, sino bombar<strong>de</strong>ándolos con neutrones avelocidad crítica. No es por tanto cuestión <strong>de</strong> cantidad, sino <strong>de</strong> calidad en loque <strong>de</strong>be investigarse.Así que proponemos el rescate <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras antiguas y <strong>la</strong> actualización<strong>de</strong> sus contenidos a <strong>la</strong> luz <strong>de</strong> <strong>la</strong> Física mo<strong>de</strong>rna, justo <strong>la</strong> tarea que losastrólogos <strong>de</strong> los siglos XVII y XVIII fueron incapaces <strong>de</strong> llevar a cabo. Poreso perdieron el ritmo <strong>de</strong> <strong>la</strong> Historia y naufragaron en el<strong>la</strong>.Pero, esto, también es otra <strong>historia</strong>.Lecturas recomendadasMeteorognomíaArato. Fenómenos. Gémino. Introducción a los fenómenos. (EditorialGredos, Madrid, 1993).Theophrastus of Eresus. On weather signs. Edited by David Si<strong>de</strong>rand Carl Wolfram Brunschön. Brill. Lei<strong>de</strong>n-Boston, 2007.Daryn Lehoux. Astronomy, Weather and Calendars in the AncientWorld. Parapegmata and Re<strong>la</strong>ted Texts in C<strong>la</strong>ssical and Near-EasternSocieties. Cambridge University Press. New York, 2007.Juan Antonio Belmonte Avilés y Margarita Sanz <strong>de</strong> Lara Barrios. Elcielo <strong>de</strong> los magos. Tiempo Astronómico y Meteorológico en <strong>la</strong> CulturaTradicional <strong>de</strong>l Campesinado Canario. La Marea. Is<strong>la</strong>s Canarias, 2001.Ignacio Puig, S.J. Director <strong>de</strong>l Observatorio <strong>de</strong> Física Cósmica <strong>de</strong>San Miguel, Argentina. Las influencias lunares. Editorial SopenaArgentina, S.R.L. Buenos Aires, 1942.Julio Samsó Moya. Astro<strong>meteorología</strong> y astrología medievales.2008.Cels Gomis i Mestre. Meteorologia i Agricultura popu<strong>la</strong>rs. Altaful<strong>la</strong>.Barcelona, 1998.Joan Ama<strong>de</strong>s. Astronomia i Meteorología popu<strong>la</strong>rs. Edicions ElMèdol. Tarragona, 1993.30


Antonio Allué Morer. Los pronósticos <strong>de</strong>l tiempo en el refranerocastel<strong>la</strong>no. Biblioteca Agríco<strong>la</strong> Ceres. Val<strong>la</strong>dolid, 1974.Meteorología aristotélicaAristóteles. Acerca <strong>de</strong>l cielo. Meteorológicos. Editorial Gredos.Madrid, 1996.Aristóteles. Acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> generación y <strong>la</strong> corrupción. Tratados <strong>breve</strong>s<strong>de</strong> Historia Natural. Editorial Gredos. Madrid, 1998.Joëlle Ducos. La météorologie en français au Moyen Age (XIII-XIVsiècles). Honoré Champion. París, 1998.Predicción astrológica <strong>de</strong>l tiempoTetrabiblos. C<strong>la</strong>udio Ptolomeo. Introducción, traducción y notas <strong>de</strong>Demetrio Santos. Editorial Barath. Madrid, 1980 y reedición <strong>de</strong> autor,Zamora 2008.Johannes Kepler. De los fundamentos muy ciertos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Astrología.Gracentro. Zaragoza, 2003.Antonio <strong>de</strong> Nájera. Summa astrologica y arte para enseñar hazerpronósticos <strong>de</strong> los tiempos. Lisboa, 1632. Reedición <strong>de</strong> Gracentro.Zaragoza, 1996.Aly Aben Ragel. El libro conplido en los Iudizios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s.Partes 6 a 8. Traducción hecha en <strong>la</strong> corte <strong>de</strong> Alfonso el Sabio.Introducción y edición <strong>de</strong> Gerold Hilty, con <strong>la</strong> co<strong>la</strong>boración <strong>de</strong> Luis MiguelVicente García. Instituto <strong>de</strong> Estudios Islámicos y <strong>de</strong>l Oriente Próximo.Zaragoza, 2005.Guerrit Bos and Charles Burnett. Scientific Weather Forecasting inthe Middle Ages. The Writings of Al-Kindi. Kegan Paul International.London and New York, 2000.© José Luis Pascual BlázquezEnero 2009Más información en:http://astrofactoria.webcindario.comcabanuel@gmail.com31

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