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ies pío del río hortega

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estudiar con lupas y disecciones rudimentarias. En su cuarto se van acomodandofrascos de diferentes tamaños perfectamente etiquetado en lo que se podía leer:“molleja de pollo”, cabeza de hormiga” y otras similares.Estudia en Valladolid, bachillerato en el instituto y dibujo de figura en laEscuela de Bellas Artes. Vive en la casa que su padres tienen en la c/ José Mª Lacortnº 6, antes calle Mostenses. Comienza la carrera de medicina en la la Facultad de estaciudad en el curso 1888-1889, licenciándose en 1905 con el grado de sobresaliente,habiendo obtenido tres matrículas de honor, tres menciones, ocho sobresalientes,once notables y un aprobado. Un buen estudiante, aunque sin grandes honores. Tímido,salvo cuando se haya rodeado de sus amigos más íntimos, de talla mediana, <strong>del</strong>gado,impecable en el vestir tiene dificultades en sus relaciones con los compañeros,mostrándose totalmente diferente en su círculo familiar o el de sus amigos íntimos.Ejerce de médico titular en su pueblo natal hasta 1910, año en el que lee la tesisdoctoral en Madrid, con el título “Alteraciones <strong>del</strong> tejido nervioso y síntomasgenerales en los tumores <strong>del</strong> encéfalo”, obteniendo la calificación de sobresaliente.A partir de 1911, año en el que fallece su madre, retorna al mundo de la facultadcomo auxiliar interino de las cátedras de D. Leopoldo López García. En 1913 setraslada, atraído por la escuela de Cajal, a Madrid . Se presenta ante D. Santiago, quehabía recibido el Premio Nobel ocho años antes, con una carta de D. Leopoldo. Cajal leremite al Dr. Tello, quien no muestra ningún interés por ayudar al vallisoletano. EsNicolás Achúcarro Lund, joven investigador, extrovertido, muy sociable, de buenafamilia vizcaína, educación anglosajona, muy culto, políglota, de gran fama por susestudios sobre el sistema nervioso y que dirige el Laboratorio de Histopatología <strong>del</strong>Sistema Nervioso de la Junta para la Ampliación de Estudios, quien lo recibeafablemente, comenzando así su formación como investigador puro. Es pues,Achúcarro el verdadero maestro de Río Hortega.Una vez en la capital de España, obtiene diferentes becas para ampliarconocimientos en París, Berlín y Londres. Tras su regreso a España, vuelve al lado deAchúcarro. Comienza a publicar más que ningún otro miembro de la Escuela de Cajal.Este va deteniéndose más en el trabajo de Río Hortega, lo que no es bien visto porotros miembros <strong>del</strong> equipo de Cajal. Tras el fallecimiento de Achúcarro en 1918, sehace cargo de la dirección <strong>del</strong> laboratorio histopatológico, hasta 1920 en que esdespedido por Cajal, acusado de hablar mal de este a sus espaldas.Su sugerencias e hipótesis chocaban frontalmente con las teorías de Cajal.Antes que a nadie, don Pío muestra a Cajal sus descubrimiento y este reaccionacuestionando sus resultados. Le dice que es un error y que su descubrimiento notienen ningún valor, Pero un ilustre biólogo catalán, Ramón Turro, al que muestra sushallazgos durante un curso en Barcelona, le aconseja que les publique inmediatamente.


Una vez conocidos por la comunidad científica, D. Santiago, en 1920, escribedos artículos contra sus trabajos científicos. En uno asignaba la prioridad <strong>del</strong>descubrimiento de la microglía a un científico irlandés (William Ford Robertson) que,como muy bien demostró posteriormente Río Hortega, había equivocado laidentificación de células de la oligodendroglía. Además, el genial D. Santiago, intentóquitarle importancia al método de tinción con carbonato argéntico de Río Hortega.Pero no fue Cajal el único que menospreció la obra <strong>del</strong> castellano: Fernando de Castroy Rodríguez y Rafael Lorente de No también pretendieron ningunear susdescubrimientos. Bien es cierto que los tres científicos citados reconocieronposteriormente sus equivocaciones y acabaron ponderando los extraordinarioshallazgos <strong>del</strong> sabio vallisoletano. Ambos sabios, Cajal y Pío, acabaron reconciliándoseen el café El Prado en 1923.La ruptura con Cajal es enmendada por la Junta para la Ampliación de estudiosque le nombra director <strong>del</strong> Laboratorio de Histología Normal y Patológica de laResidencia de Estudiantes, con la recomendación de Cajal para dicho cargo. En pocotiempo, don Pío hace de él un centro de investigación de gran categoría internacional apesar de una clara insuficiencia de medios y de espacio. Prueba de ello es que grandescientíficos se trasladaron a Madrid para trabajar en su laboratorio; es el caso, porejemplo, <strong>del</strong> norteamericano Wilder Penfield <strong>del</strong> hospital de Nueva York; <strong>del</strong> profesor<strong>del</strong> Kings College de Londres, el Dr. Da Fano; de Jean Turchini, profesor de Histologíaen Montpellier; D'Acona, italiano; y otros muchos. Don Pío comienza a crear su propiaescuela.Como consecuencia de este reconocimiento internacional de su labor científica,es reclamada, por numerosas instituciones científicas internacionales, la presencia <strong>del</strong>científico español para dar conferencias e impartir curso que permitan conocer sustécnicas de investigación. Todo el mundo científico quiere conocerle. Todo el mundocientífico le reclama. Sus descubrimientos son tan importantes, tan básicos para laciencia que no dan crédito a lo que está pasando y quieren conocer directamente deboca de sus autor estos descubrimientos.Adolf Meyer, el neuropsiquiatra, en reiteradas cartas, le ofrece un laboratorioen el Jhon hopkins de Baltimore. Charles Frazier, neurocirujano <strong>del</strong> Jhon Rhea BartonHospital de Fila<strong>del</strong>fia, le ofrece, con insistencia, un contrato de neuropatólogo por2.500 dólares americanos de 1925. Viaja por Europa e Hispanoamérica explicando susmétodos. Habla en la Sociedad de Biología de París, da un curso en la Universidad deMontpellier. Entabla relación con científicos soviéticos a través <strong>del</strong> profesorTchernjachiwsky, de la Universidad de Kiev. Basándose en técnicas propias comienza atrabajar en el cáncer <strong>del</strong> sistema nervioso. Es nombrado Jefe <strong>del</strong> Laboratorio deHispatología en el Instituto Nacional Oncológico y posteriormente Director de esteInstituto. Al no existir neurocirujanos en España, sus discípulos extranjeroscomienzan a enviarle tumores cerebrales. Le apodan “el importador de tumores”. Es


nombrado miembro de numerosas academias y sociedades europeas y americanas. Espropuesto dos veces para el Premio Nobel.Siguen llegando investigadores extranjeros a su laboratorio. Discípulos suyosacuden a los laboratorios europeos de mayor prestigio. El intercambio cultural quegenera el magisterio de D. Pío en impresionante.Recibe un gran homenaje en Valladolid. Y en su pueblo natal, en Portillo, un jovenque pasando el tiempo se convertirá en otro de nuestros grandes científicos, SeveroOchoa, le pide trabajar en su laboratorio. La Junta de Decanos de la universidad deVallodolid le propone como Catedrático Honorario.Pero don Pío <strong>del</strong> Río Hortega, al igual que un gran número de científicos de sutiempo, no solo se interesa por temas científicos, sino que se integra y participa en elespléndido ambiente cultural que se vive en la España <strong>del</strong> primer tercio <strong>del</strong> siglo XX.Gusta de las tertulias de café en las que intercambia opiniones sobre temas muydiversos. El mundo intelectual le homenajea en el Ritz. Entre los oradores destacanValle Inclán y Jiménez Asúa. Aunque no a todos le cae bien. Así Baroja dice de él: “donPío <strong>del</strong> Río Hortega era el caso <strong>del</strong> investigador que ha hecho algo importantes dentrode una disciplina científica a fuerza de trabajo... No era hombre de pensamiento claroy filosófico ...”Su discurso en la Facultad de Medicina de Madrid sobre la reforma de laenseñanza universitaria levanta ampollas entre los sectores más conservadores de lainstitución. Se integra en la corriente de oposición al régimen de Primo de Riveraingresando en el partido radical que preside Lerroux. El sentimiento republicano deRío Hortega se mantendrá incólume a lo largo de toda su vida.Su orientación política, su apoyo a la República le va a acarrear desde lossectores más conservadores numerosos enemigos que impedirán que Río Hortegaocupe determinarnos cargos en distintas instituciones o forme parte de ellas. Así, esrechazado para ocupar el sillón vacante surgido tras la muerte de Cajal en la RealAcademia de Medicina. Marañón y Lafora dimiten por semejante injusticia. Tampocoesta institución le apoya cuando se le propone por segunda vez al premio Nobel. Se leinjuria desde la prensa acusándole de mala gestión <strong>del</strong> Instituto Nacional <strong>del</strong> Cáncer.Imagínense, en este país tan cainita y en un momento donde el odio entre nosotros haalcanzado tales cotas que nos va a llevar a una atroz guerra civil.Noviembre <strong>del</strong> 36, Pío <strong>del</strong> Río Hortega regresa a Madrid tras asistir al IIICongreso Internacional <strong>del</strong> Cáncer y se encuentra que El Instituto Nacional <strong>del</strong> Cáncerse encuentra en primera línea de fuego. Había que tratar por todos los medios desalvar todo lo que se pudiera: material de laboratorio, preparaciones, trabajos,resultados de investigaciones en marcha; pero sobre todo el “radium” que el Dr.


Goyanes y él habían comprado en Bélgica. Unos 700 miligramos por los que la ligacontra el cáncer había pagado 50.000 duros de los de entonces, y eso que gracias a lagestión personal de ambos el precio de venta es rebajado de 60 a 55 dólares elmiligramo. En eso años la importancia <strong>del</strong> “radium” es decisiva. Se coloca un mono demiliciano sobre su impecable taje de corte inglés, y en una tanqueta se dirige alInstituto Oncológico. Con las lágrimas en los ojos, un nudo en la garganta ante ladestrucción ocasionada por la batalla, la tristeza que le invadía por su desprecio de laviolencia y el miedo a morir atravesado por un proyectil enemigo les indica a losmilicianos que defendían la posición que coloquen los libros de frente para obstaculizarmejor las balas enemigas. Una vez recogido el “radium” y todo el material que se pudocruza Madrid protegido por las milicias republicanas y lo deposita en el Banco deEspaña.Como otros muchos intelectuales españoles, Río Hortega, se exilia, acompañadode su hermana Felisa y su sobrina Asunción, a Francia. donde trabaja comohistopatólogo en el laboratorio <strong>del</strong> Hospital de la Pieté de París. Aunque Clovis Vicent,a cuyo equipo se incorpora, le abastece de tumores, apenas tiene espacio material ytécnico para desarrollar sus investigaciones. Hugh Cairns, desde Oxford, le invita ainvestigar en el Instituto Nuffield. Le anuncia que le construirá un laboratorioidéntico al que tenía en Madrid. Río Hortega acepta y se traslada con su familia a laciudad inglesa. Allí coincide con otros “refugiados españoles”,como Trueta, Ochoa,Costero, Castillejo, Paulino Suárez, Salvador de Madariaga, Duperier y otros.Mientras el gobierno de Franco en aplicación de ley de ResponsabilidadesPolíticas le acusa de masón y republicano y le cesa de todos los cargos en el estadoespañol, la Universidad de Oxford le nombra miembro <strong>del</strong> Trinity College y DotorHonoris Causa. El anciano premio Nobel Cahrles Scott viaja 500 km para estar a sulado en la ceremonia de investidura y manifestar su adhesión al ilustre exiliado.La entrada de Gran Bretaña en la 2ª Guerra Mundial provoca la marcha demuchos de los exiliados españoles allí residentes a diferentes países deHispanoamérica. Pío <strong>del</strong> Río Hortega recibía invitaciones de diversos países comoCanada, Méjico, Venezuela, pero no de Argentina que era donde quería ir. Por fin llegala anhelada noticia. Se despide de su hermana y su sobrina, que durante años hanrepresentado su familia y han mantenido el espíritu castellano que tanto añora, sinlugar a dudas un momento doloroso para nuestro querido sabio, y se embarca para estepaís el 3 de agosto de 1940En 1944 su intimo amigo, el Dr. Gutiérrez, a petición de don Pío, le efectúa unabiopsia de cuyo estudio histopatológico se encarga el propio don Pío, que sienta eldiagnostico de carcinoma.


Gravemente enfermo ingresa en el sanatorio <strong>del</strong> Dr. Gutiérrez. Conocida por elGobierno Español la situación terminal de Río Hortega, se le hace saber que se estádispuesto a enviar un avión que lorecoja y traslade a España con sumédico y algún familiar. Don Pío seda cuenta de la manipulación políticay consecuente con su pensamientopolítico republicano declina elofrecimiento y prefiere morir en loque el llamó su segunda patria:Argentina.El viernes 1 de junio de 1945,con 63 años de edad, muere nuestroquerido sabio portillano rodeado dediscípulos y amigos. El cadáver esamortajado con la toga de DoctorHonoris Causa de la Universidad deOxford. En la solapa fue prendida lainsignia republicana que don Píollevaba en su cartera, como últimoacto de resistencia. El cadáver estrasladado a la Academia Nacional deMedicina, donde llegannumerosísimas coronas, entre ellas,una de la Embajada de España, quefue considerada por sus amigos exiliados y discípulos, como una ofrenda tardía. En sufuneral toman la palabra representantes de la ciencia, argentina, española, inglesa,francesa y americana. También toman la palabra sus discípulos y amigos eintelectuales argentinos y españoles.Resulta sorprendente que el nombre de Río Hortega y su prestigio y relieveinternacional fuera secuestrado por el régimen de Franco hasta varios deceniosdespués de su muerte. Que su nombre y fotografía no apareciera en las enciclopediasescolares y que no aprendiéramos de niños su nombre y sus descubrimientos. Pareceimpensable que al explicar la microglía o la oligodendroglía, el nombre de sudescubridor no fuera citado, pero tristemente fue así. El temor se impone ante lajusticia. Durante cuarenta años los restos <strong>del</strong> Maestro descansaron en tierraargentina haciendo realidad el verso de G. Mistral: “Gracias por el sueño que me disteen tu casa”. Hoy descansa en la tierra que lo vio nacer, en el Panteón de HombresIlustres de Valladolid, gracias al interés y empeño de algunos de sus discípulos, comoel profesor Rafael Vara López, junto con personalidades políticas y religiosas quetrasladaron su restos.En fin, el principio vital de Pío <strong>del</strong> Río Hortega se puede resumir con estas


palabras suyas: “El espíritu <strong>del</strong> investigador arde, sin consumirse, en una lámpara detres llamas: la policroma de la sensibilidad artística; la blanca y luminosa de lainquietud por descubrir nuevas verdades; la azul, en fin, cuyo vértice se eleva muy altoy busca la eternidad”.FUENTES:Cesar Aguirre de Viani y J. Javier Jiménez Carmena. Pío <strong>del</strong> Río Hortega.Colección Villalar. Junta Castila y Leónhttp://centros4.pntic.es/cp.pio.<strong>del</strong>.ri.ortega/Cronobiografia.htmJJ

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