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Feminismo y ecología

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cuestión muestra al menos dos grandesformas en que se plantea la necesidad deldiálogo. La primera de estas formas es lamás superficial, pragmática y fácil de comprender.Es, en realidad, una negociaciónpreventiva: ¿qué papel se reserva alas mujeres en la futura sociedad de desarrollosustentable? Dado que gran partede la emancipación femenina se ha apoyadoen la industrialización (por ejemplo,en los artículos envasados o de usar ytirar, nefastos para el medio ambiente),¿cómo organizaremos la infraestructuracotidiana sin sacrificar los todavía inciertosmárgenes de libertad de las mujeres?La experiencia de las militantes en losVerdes (con la honorable excepción delmantenimiento a rajatabla de la paridad)y en diversas organizaciones ecologistasmuestra que subsisten allí, como en elresto de los partidos, fuertes inercias patriarcales.Los ecologistas no suelen serfeministas. Y ya en lo que concierne particularmenteal Estado español, por logeneral, las feministas no tienen gransensibilidad ecologista. Aquí, son, porahora, dos mundos que viven de espaldaspero que en el futuro están destinadosa tratarse y, probablemente, a realizarpactos políticos.Si lo anterior se refiere a las necesidadesfuturas, hay otras razones actualespara que el feminismo se interese por laecología. Si el feminismo quiere mantenersu vocación internacionalista, deberápensar también en términos ecologistasya que las mujeres pobres del TercerMundo son las primeras víctimas de ladestrucción del medio natural llevada acabo para producir objetos suntuariosque se venden en el Primer Mundo. Elnivel de vida de los países ricos no esexportable a todo el mundo. Los recursosnaturales son consumidos sin atender a laposibilidad o imposibilidad de su renovación.El expolio no tiene límites en aquellospaíses en los que la población carecede poder político y económico para hacerfrente a la destrucción de su medio natural.Así, por ejemplo, los elegantes mueblesde teca que proliferan hoy en lastiendas de decoración españolas son, porlo general, lo que queda de los bosquesindonesios, sistemáticamente arrasados.Las mujeres rurales indias o africanas queviven en una economía de subsistenciahan visto su calidad de vida disminuirtrágicamente con la llegada de la explotaciónracional dirigida al mercado internacional.Si antes disponían de leña junto alpueblo, ahora deben caminar kilómetrospara encontrarla. Ésa es la modernizaciónque les llega. Si en nombre de lajusticia deseamos que nuestra calidad devida se extienda a toda la humanidad,esta calidad debe cambiar y hacerse sustentable.Si la población china tuvieraacceso a los automóviles como la occidental,la atmósfera de la Tierra seríairrespirable. Hay límites físicos, estudiadospor la ciencia de la ecología, queimponen un rumbo ecologista a nuestromodelo civilizatorio.El ecofeminismo atiende a ésta y aotras cuestiones. No hay un solo ecofeminismosino varias tendencias diferentesen polémica actualmente. Dada la novedadde sus planteamientos y por ser unade las formas más recientes del feminismo,suele ser mal conocido y, a menudo,rechazado injustamente en bloque bajo elcalificativo de esencialista. En este brevetrabajo, intentaré distinguir esquemáticamentelas corrientes principales, plantearélo que considero sus problemas y terminaréapuntando lo más prometedor deun feminismo con conciencia ecológica.Surgimientodel ecofeminismoEl feminismo mostró desde temprano queuno de los mecanismos de legitimacióndel patriarcado era la naturalización de laMujer. En El Segundo Sexo, Simone deBeauvoir denuncia la exclusión de lasmujeres del mundo de lo público realizadaa través de la conceptualización de laMujer como Alteridad, como Naturaleza,como Vida Cíclica casi inconsciente, porparte del Hombre (varón) que se reservabalos beneficios de la civilización. Elfamoso “no se nace mujer, se llega aserlo” beauvoireano es una denuncia delcarácter cultural, construido, de los estereotiposfemeninos y, al mismo tiempo,un alegato en favor del reconocimientodel derecho de las mujeres, en tanto sereshumanos portadores de un proyecto existencial,a acceder al mundo de la Culturadel que fuimos injustamente excluidas.Los feminismos liberal, socialista y radicalde principios de los años setenta recogeránesta reivindicación consiguiendo romper,al menos en gran parte, la prisióndoméstica en la que se hallaban encerradaslas mujeres de la época.Hacia finales de los 70, y ya plenamenteen los 80, algunas corrientes delfeminismo radical recuperan la antiguaidentificación patriarcal de Mujer y Naturalezapara darle un nuevo significado.Invierten la valoración de este par conceptualque en los pensadores tradicionalesservía para afirmar la inferioridadde la Mujer (así, por ejemplo, en Hegel laMujer es presentada como más próximaa formas de vida consideradas inferiores–animales o vegetales– al Hombre). Afirmanestas feministas radicalesque la Culturamasculina, obsesionada por el poder,nos ha conducido a guerras suicidas y alenvenenamiento de la tierra, el agua y elaire. La Mujer, más próxima a la Naturaleza,es la esperanza de conservación dela Vida. La ética del cuidado femenina(de la protección de los seres vivos) seopone, así, a la esencia agresiva de lamasculinidad.Este feminismo radical buscará unaginecología alternativa frente a los tratamientosinvasivos de médicos y grandeslaboratorios farmacéuticos. Un importanteresultado de su actividad en los grupos deautoayuda se refleja en una obra muyconocida entre nosotras y que aconsejo aquienes aún no se hayan servido de ella:el manual de ginecología alternativa delColectivo de Mujeres de Boston: NuestrosCuerpos, Nuestras Vidas. Ante lamanipulación creciente del cuerpo de lasmujeres, estas feministas denunciaron losefectos secundarios de unos anticonceptivosdirigidos a la satisfacción masculinade la androcéntrica liberación sexual. Másrecientemente, sus advertencias se handirigido a un fenómeno nuevo: la terapiahormonal sustitutoria para la menopausia,nuevo filón de las multinacionalesfarmacéuticas. Estapreocupación por lasalud y por recuperarel control delpropio cuerpo es unelemento central deeste primer ecofeminismoy explicael título de una desus obras más relevantes:Gyn/Ecology (1978) deMary Daly. De formaciónteológica,M. Daly se dedicaEl Ecologista, nº 31, verano 200237

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