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6 INFOEMPLEO.COM Domingo, 16 de septiembre de 2007 LA VERDADDESARROLLOLOS CAPRICHOS DEL DESTINO Y SU INCIDENCIA EN NUESTRAS VIDASQue los hados te sean favorabl<strong>es</strong>CUÁNTAS VECES NO HEMOS SOÑADO CON QUE UN GOLPE DE AZAR NOS CAMBIE LA VIDA.PERO, ¿DE QUÉ DEPENDE LA BUENA SUERTE? ¿QUÉ HACE DIFERENTES A LOS AFORTUNADOS?ROSARIO SEPÚLVEDAEn la cena de Navidad que el añopasado una multinacional ofrecióa sus empleados en España, se proyectóun vídeo en el que éstos d<strong>es</strong>velabansus principal<strong>es</strong> d<strong>es</strong>eos parael año venidero, <strong>es</strong> decir, éste.La mayoría de ellos pidió que letocara la lotería. Cuando llegó lahora de los discursos, el directorgeneral, de nacionalidad alemana,lamentó que en un momentopoco halagüeño para la empr<strong>es</strong>alos empleados invocaran a la diosafortuna para que fuera ésta laque arreglara sus vidas.Aunque compartamos la críticadel directivo alemán, seamosjustos y pensemos cuántas vec<strong>es</strong>no hemos atribuido el éxito ajenoa una mera cu<strong>es</strong>tión de suerte ocuántas no hemos soñado con queun billete de lotería o un golpe delazar nos «salve» de los problemascotidianos.R. SATRÚSTEGUI«Yo, a la suerte,no le quiero dedicarni un segundo demi vida y, en cambio,quiero ser agradecidocon ella»DisposiciónPero, ¿de verdad existe la suerte?«Hay que diferenciar dos conceptos,la suerte, que depende del azary <strong>es</strong> aleatoria, impredecible e ingobernable,y la buena suerte, queno <strong>es</strong> azarosa, sino <strong>es</strong>encialmenteactitudinal por la disposicióndel ser humano para crearla. Laprimera podría ser una oportunidad;la buena suerte <strong>es</strong> una combinaciónde preparación y oportunidad»,afirma Álex Rovira, autor,junto a Fernando Trías de B<strong>es</strong>,del éxito de ventas La buena suerte,un sencillo relato que adoptala forma de un cuento clásico parad<strong>es</strong>velar las clav<strong>es</strong> del éxito enel trabajo y en la vida.De parecida opinión <strong>es</strong> SantiagoÁlvarez de Mon. Para el prof<strong>es</strong>ordel departamento de Direcciónde Personas en las Organizacion<strong>es</strong>del IESE, «la buena suerte sepr<strong>es</strong>enta d<strong>es</strong>pués de haber hechonu<strong>es</strong>tros deber<strong>es</strong>». «Es un términoque remite a lo misterioso, a loinefable, y al que no creo que tengaque dedicar un segundo. Cuandopreparo algo nunca pienso: “aver si tengo suerte”. Luego, a lomejor, sí la tengo. No me gusta centrarmi atención en factor<strong>es</strong> queno puedo gobernar. Yo, a la suerte,no le quiero dedicar ni un segundode mi vida y, en cambio,quiero ser agradecido con ella».Esta última reflexión de Álvarezde Mon conecta, directamente, conel modo de digerir el éxito. «El factorsuerte <strong>es</strong> una invocación a lahumildad que, a vec<strong>es</strong>, hay que valorar.Cuando alguien al que algole ha salido bien lo menciona, <strong>es</strong>una buena cosa. Así se relativizanlos logros. En cambio, las personasque se lo creen se hacen <strong>es</strong>túpidas».Por su parte, Álex Roviraañade que <strong>es</strong> muy cierta laexpr<strong>es</strong>ión «morir de éxito». «Yohe tenido un éxito in<strong>es</strong>perado yuna cosa así te puede volver uncretino. Uno se repone mejor deun fracaso que de un éxito. Lo únicoque te puede limpiar la concienciadel éxito <strong>es</strong> no quedarteamarrado a él. La principal causadel fracaso, también empr<strong>es</strong>arial,<strong>es</strong> la arrogancia que nace deléxito». En sólo un año, La buenasuerte se tradujo a más de 35 idiomasy vendió casi dos millon<strong>es</strong> deejemplar<strong>es</strong>.Cómo son los afortunadosPero Rovira, además, tiene muy<strong>es</strong>tudiado el perfil de los que tienenbuena suerte. Tras entrevistara más de 840 personas que seconsideraban afortunadas —«algunoshabían tenido cáncer y lohabían superado, otros habían pasadopor una grave crisis económica»—identificó siete elementoscomun<strong>es</strong>: coraje; r<strong>es</strong>ponsabilidad;propósito, entendido como visión,voluntad y anhelo para que un proyectose haga realidad; humildad;confianza; amor —«<strong>es</strong> el más importante,si existe, el trabajo dejaLA FORTUNA Y SUS REGLASÁlex Rovira, coautor de La buenasuerte (Empr<strong>es</strong>a activa), <strong>es</strong>táconvencido de que ésta nodepende tanto de lo que nos pasa—«a vec<strong>es</strong> hay que enfrentarseal duelo, pero la vida nos exigeque tiremos hacia delante porlos que nos rodean»—. Para elprof<strong>es</strong>or de la <strong>es</strong>cuela de negociosESADE, la buena suertepasa por:1Crear las circunstanciasY <strong>es</strong>a creación de circunstanciaspasa por mi actitudante los demás, la vida yyo mismo. La calidad no <strong>es</strong> unfenómeno azaroso, nada quetiene calidad ocurre por casualidad.2D<strong>es</strong>arrollo Si la actitud sequeda en actitud y no hayacción coherente, de nada sirve.Si un directivo no encarnalos principios que predica, provocafrustración y d<strong>es</strong>ánimo.3Conciencia y voluntadde mejora continua, <strong>es</strong> decir,la revisión y evaluación de<strong>es</strong>e proc<strong>es</strong>o actitudinal y dehábitos.de serlo para convertirse en unaoportunidad de crecimiento quetiene sentido»—, y cooperación.«Hay dos tipos de personas: las qu<strong>es</strong>e levantan y piensan qué me vaa pasar hoy y las que piensan quévoy a crear hoy. Los problemasse r<strong>es</strong>uelven trabajando, tanto enlo personal como en lo colectivo».Para Álvarez de Mon, los más afortunados,además de trabajar, <strong>es</strong>forzarse,ser constant<strong>es</strong> y disciplinados,«tienen un motor interior,creen en un proyecto. Se puedever en Gandhi, Ter<strong>es</strong>a de Calcutao Mandela. Y d<strong>es</strong>pués dehaber pu<strong>es</strong>to todo <strong>es</strong>e <strong>es</strong>fuerzo <strong>es</strong>tála guinda del pastel, que se llamasuerte». ¿Y cree que sin la suertehubieran conseguido lo mismo?«Sí», r<strong>es</strong>ponde.GUSTAVO CERBINO, PASAJERO DEL ACCIDENTE AÉREO DE LOS ANDES«A ningún sobrevivientele cambió la vida»En 1972, un avión uruguayo, que llevaba 45pasajeros, se <strong>es</strong>trelló en la Cordillera de losAnd<strong>es</strong>. Abandonada su búsqueda, los supervivient<strong>es</strong>se vieron obligados a alimentarsede sus compañeros muertos. Tras 72días de aislamiento dos de ellos lograroncruzar las montañas y pedir ayuda en Chile.Al final, 16 personas salvaron su vida. Unade ellas, Gustavo Zerbino, entonc<strong>es</strong> un <strong>es</strong>tudiantede Medicina de 19 años, recuerdad<strong>es</strong>de su Uruguay natal <strong>es</strong>ta experiencia.¿Cree en la suerte?Creo en el d<strong>es</strong>tino. Yo <strong>es</strong>taba sentado en unasiento, me saqué el cinturón, me levanté y<strong>es</strong>toy vivo. Mi amigo se quedó sentado, cumpliócon todas las normas y se lo llevó elavión. Su asiento voló por los air<strong>es</strong>. Para mí,sinceramente, <strong>es</strong> el d<strong>es</strong>tino, aunque, cuantomás me entreno, más me preparo, mássuerte tengo.¿Considera que ser uno de los 16 supervivient<strong>es</strong>se debió al d<strong>es</strong>tino, no a una<strong>es</strong>trategia bien pensada?Eso <strong>es</strong> otra cosa. Hay cosas que dependende mí, y otras, que no. A las que no dependende uno se l<strong>es</strong> puede llamar suerte, yolas llamo d<strong>es</strong>tino. Nosotros, en la cordillera,tuvimos que hacer cosas extraordinarias paratener r<strong>es</strong>ultados extraordinarios. Tuvimosque luchar contra la adversidad, trabajaren equipo y una cantidad de cosas...Pidiendo a Dios fuerzas para salir adelante.Nosotros no le pedimos helicópteros, sinoque los fuimos a buscar trepando la montañay caminando.¿Si no hubiera sufrido el accidente su vidahubiera sido otra?Yo creo que el que fue tomate murió tomatey el que fue banana murió banana. Sí aceleróel aprendizaje individual de cada uno.Pero <strong>es</strong>to no cambia la naturaleza de lagente. No <strong>es</strong>taría hablando contigo si nome hubiera pasado el accidente. Pero <strong>es</strong>una de las tantas cosas que me pasaron,como salvar el examen de ingr<strong>es</strong>o. Evidentemente,al mundo le impactó muchomás que a nosotros.Gustavo Zerbino.¿Seguro?Yo no me acuerdo nunca en el día de la cordillera,a no ser que me pregunten algo. Entonc<strong>es</strong>,lo revivo con hon<strong>es</strong>tidad. Una semanaal m<strong>es</strong>, aparte de ser director del laboratorioCibel<strong>es</strong>, viajo por todo el mundo.Voy a empr<strong>es</strong>as, a universidad<strong>es</strong>... algunasvec<strong>es</strong> hablo de la cordillera, pero tambiénde la cantidad de cosas que aprendí:el trabajo en equipo, la toma de decision<strong>es</strong>,cómo transformar los problemas en oportunidad.¿El accidente no le cambió su proyectode vida?A ningún sobreviviente le cambió la vida. Todossiguieron <strong>es</strong>tudiando exactamente lomismo; los que tenían novia se casaron conella... <strong>es</strong> como el cauce de un río, sigue lapendiente. Nosotros pasamos por la direcciónque teníamos <strong>es</strong>tablecida d<strong>es</strong>de ant<strong>es</strong>.Ya te digo, lo que cambió fue la repercusiónque tenemos nosotros para el mundo,no nosotros con el mundo.Permítame que me sorprenda, porque ponerel accidente a la misma altura que elexamen de ingr<strong>es</strong>o...Los miedos, ant<strong>es</strong> de afrontarlos, son todosigual<strong>es</strong>. D<strong>es</strong>pués que los pasás, tedas cuenta de que no había sido tan difícil.Fue, obviamente, extraordinariamente difícil,algo muy doloroso. Pero, d<strong>es</strong>pués, lacapacidad de adaptación del ser humano<strong>es</strong> tan grande —y la memoria <strong>es</strong> selectiva,se acuerda de las cosas buenas, para protegernos—que no recuerdo con dolor lo queviví. Sé que fue muy doloroso, pero no mequedó la huella del dolor, me quedó la huelladel aprendizaje.

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