La Verdad sobre el <strong>Esequibo</strong>ron 13 días y el 3 de octubre de 1899, fecha infausta para lahistoria de nuestra patria, el Tribunal de Arbitraje dictó unadecisión unánime que se conoce como Laudo Arbitral de París,para dirimir la demarcación territorial del límite entre losEstados Unidos de Venezuela entonces y la Guyana británica,posesión colonial del imperio británico.Fue una decisión sumamente breve, sin motivación ni argumentoslegales, la cual se limitó a describir la línea fronterizaaprobada por este írrito tribunal, comenzando enPunta de Playa, alrededor de 43 millas al este de PuntaBarima, y Bururuma para continuar hacia el sur a lo largodel río Amacuro.Esta sentencia le dio a la Gran Bretaña 90% del territorio endisputa —diría yo en despojo— reclamado por nuestro país,menos la boca del Orinoco y 500 millas cuadradas de la desembocaduraque fueron reconocidas para Venezuela.Se argumentó que la decisión se hizo para evitar una guerra,por lo que los jueces dictaminaron sin tomar en cuenta losaspectos jurídicos, ni históricos. Venezuela, luego en 1900,ya con la presidencia de Cipriano Castro, denunció el Laudode París e inició una larga, intensa, difícil, cuesta arribalucha de nuestro país, por rescatar lo que los Libertadoresdejaron en posesión de Venezuela, la Guayana Esequiba,frente al imperio británico.Al pasar del siglo XX, todas las constituciones, incluyendoaquellas impuestas por dictadores como Juan Vicente Gómez,mantuvieron el concepto de la Constitución original de 1811,al reconocer nuestro territorio como el territorio que en herencianos tocara al conquistar nuestra libertad: el de la Capi-112
La Verdad sobre el <strong>Esequibo</strong>tanía General de Venezuela. Sobre eso tengo bastante materialque demuestra los distintos elementos conceptuales, pero queconservaron la definición fundamental del 5 de julio de 1811.A mediados del siglo XX, finalizando ya la década del 40,quien había sido miembro de este tribunal arbitral, SeveroMallet-Prevost, casi al final de su vida, escribió lo que fue conocidocomo una confesión que venía a comprobar lo que yaera un secreto a voces, en París, en Londres, en Washington,en Upata, en Caracas: la manera ilegal, irregular, imperialistaen que se había despojado a Venezuela de un territorio preciosopara los intereses nacionales, que habíamos conquistadoregando los campos de batalla con la sangre de los NegroPrimero, de los humildes de esta patria. Nadie nos regaló anosotros el territorio conquistado de las Provincias Unidas deVenezuela y de la Gran Colombia. Fueron conquistadas conesfuerzo, con mucha pasión, mucho amor patrio.113