Esquizofrenia.

Esquizofrenia.
ANTECEDENTES.
La esquizofrenia es un trastorno presentado desde los orígenes de la
humanidad, y como en casi todos los aspectos de la historia, recibió diferentes
nombres y concepciones. De igual forma se idearon diferentes formas de lidiar
con la enfermedad de acuerdo a la época en la que se vivía, en la edad media se
quemaban a las personas que sufrían cualquier tipo de enfermedad por
considerarlos brujos, y en su mayoría se realizaba con las mujeres, en la
ilustración a cualquier persona que osara llamarse a sí mismo enfermo o “sin
razón”, se le recluía en contra de su voluntad como una posible forma de cura, y
con variaciones de este tipo fue que se intentó lidiar con el trastorno hasta el
descubrimiento de los psicofármacos.
Sin embargo, con el uso generalizado de los psicofármacos, se comprobó que la
mejoría de los pacientes era relativa, para alcanzar la independencia funcional
de las personas con enfermedad mental no bastaba administrar un buen
fármaco, sino que se demostró la necesidad de potenciar alternativas de
rehabilitación psicosocial (Florit, 2006).
Con el paso del tiempo se fueron dando muchos estudios y consideraciones
acerca de lo que se podría considerar como dicho trastorno, siendo así que en
1911 Eugen Bleur considera y decide denominar “esquizofrenia” como tal a
dicho trastorno, dándole como rasgo más característico la disgregación de las
funciones (Rodriguez y Cols, 2004). Sin embargo en 1980 con la aparición del
DSM-III se establece una relación entre los conceptos dados por Bleur,
Schneider y Kraepelin, para considerar que la esquizofrenia es un trastorno con
síntomas varios, tanto negativos como positivos, donde se da una marcada
disfunción social, ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado,
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