PROFUNDICEMOS LA DOCTRINA MILITAR BOLIVARIANA

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de nuestro maestro y debemos saber siempre no
solo que esta generación de militares fue forjada
bajo su mando, bajo su moral, bajo su ejemplo, sino
debemos saber que nuestro Comandante
Chávez dejó marca para siempre en la historia de
esta Fuerza Armada y hay que decirlo, que se divide
en tiempos históricos o que se marca en los
tiempos históricos; en un antes y en un después.
Se hablará en los años que están por venir de este
siglo y más, en la Fuerza Armada fundada por
Hugo Chávez, en antes y después de su llegada a la
dirección de esta Patria, en un antes y después de
lo que fue la Fuerza Armada y tendrá siempre que
reconocerse que esta Fuerza Armada fue refundada
sobre valores, sobre principios, sobre una nueva
doctrina, rescatando la doctrina original surgida
de los campos de batalla por nuestra independencia,
por nuestra identidad, por nuestra dignidad.
Un antes y un después, siempre en el corazón
del militar venezolano, siempre en todos los tiempos
latió duro el amor a Bolívar; siempre estuvo
presente la admiración a la generación fundadora
de libertadores, y siempre hubo la contradicción
en el sueño del Libertador y los libertadores y lo
que existía al frente como realidad; siempre hubo
la contradicción entre el sueño republicano, entre
el sueño de independencia, entre el sueño de
igualdad, de libertad, de justicia, de felicidad social
y las tareas que durante todo el siglo XX, a veces
más, a veces menos, las misiones que obligaron
a cumplir la burguesía, las oligarquías a nuestros
militares en distintas coyunturas, una oligarquía
dependiente, una oligarquía egoísta, mezquina,
que siempre vio las riquezas nacionales como riquezas
propias, que hizo del país de mayor riqueza
petrolera del mundo el país más pobre de esta
América, el país más desigual.
Una oligarquía que para mantener sus distintas
formar de dominación, sea por democracia manipulada,
populista y corrupta, o por dictaduras