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22 • La historia de las <strong>mujeres</strong> Ana Lau Jaiven • 23<br />
traba gracias a que el término humanidad aparentaba incluir a<br />
las <strong>mujeres</strong>, así, los varones se mostraban como hacedores del<br />
mundo, de la política, 4 la economía, el derecho y la vida social.<br />
En este sentido, los estudios de las <strong>mujeres</strong> han incorporado<br />
una riqueza polisémica que hizo necesaria otra mirada<br />
que revalorara la experiencia de la vida privada y de la cotidianeidad<br />
y alcanzara un estatus investigativo. Se concede en<br />
ella mayor relevancia a la cultura y a la libertad de acción de<br />
los sujetos. Así, cuestiones relativas a los ciclos de vida femeninos,<br />
la sexualidad y sus implicaciones, el cuerpo, el poder y<br />
las distintas formas que adquiere la resistencia empezaron a<br />
considerarse temas válidos de estudio.<br />
El interés de la escuela de los Annales por el rescate de la<br />
vida cotidiana y los estudios de los marxistas humanistas ingleses<br />
(como Edward P. Thompson, Eric J. Hobsbawm y/o<br />
Raymond Williams) proveyeron de material invaluable para el<br />
desarrollo de la historiografía de y sobre <strong>mujeres</strong>. 5 La influencia<br />
de la historia social, al estudiar las formas de vida de diversos<br />
grupos sociales, como campesinos u obreros, y el papel de<br />
los conflictos sociales, producto de antagonismos y contradicciones<br />
en el seno de sociedades dadas, incidió en el cambio<br />
de óptica de la investigación histórica. “La idea era calcular<br />
la repercusión de los procesos de cambio a gran escala sobre<br />
las vidas de los miembros de la sociedad para comprender es-<br />
4<br />
En 1986, la misma Joan Scott, en un artículo clásico, afirmaba: “Puesto que<br />
según las apariencias, la guerra, la diplomacia y la alta política no han tenido<br />
que ver explícitamente con estas relaciones, las de género, esta categoría<br />
continúa siendo irrelevante para el pensamiento de historiadores interesados<br />
en temas de política y poder”. “El género: una categoría útil para el análisis<br />
histórico”, en J. Amelang y Mary Nash (eds.), Historia y género: Las <strong>mujeres</strong><br />
en la Europa moderna y contemporánea, pp. 23-56.<br />
5<br />
Cfr. Lawrence Stone, El pasado y el presente, pp. 15-60; Peter Burke, La revolución<br />
historiográfica francesa. La Escuela de los Annales: 1929-1989; Javier<br />
Mac Gregor C., “La historia social: entre la globalidad y la especialización”,<br />
en Iztapalapa, uam-Iztapalapa, México, año 12, núm. 26, julio a diciembre<br />
de 1992, pp. 113-124.<br />
tos procesos de acuerdo con la diversidad de la experiencia<br />
humana.” 6<br />
A los temas de política y guerras se añadieron aquellos<br />
relativos a la experiencia de la vida privada, las relaciones de<br />
familia, las prácticas comunitarias informales y sus nexos, así<br />
como la producción cultural y/o la historia de la imaginación<br />
social. Los tópicos de la historia social como la demografía<br />
y el parentesco, las clases y grupos sociales, la historia de las<br />
mentalidades y de los movimientos sociales favorecieron el desarrollo<br />
de interrogantes acerca del quehacer de las <strong>mujeres</strong><br />
que venían preocupando a las historiadoras feministas. Esto les<br />
permitió, además, iniciar el despegue de una nueva perspectiva<br />
de investigación, al abrigo de una corriente establecida y afirmada<br />
mediante “un esfuerzo por democratizar la república de<br />
los sabios”. 7<br />
La historia social y la historia de las <strong>mujeres</strong> en un principio<br />
se retroalimentaron. Si bien, la metodología de la historia<br />
social resultó entonces de gran utilidad para la historia de las<br />
<strong>mujeres</strong>, en la actualidad esta última se ha desarrollado, ha tomado<br />
caminos distintos y producido categorías propias, por lo<br />
cual debe ser puesta dentro de un marco conceptual diferente.<br />
Gisela Bock, historiadora alemana feminista, es muy clara<br />
al insistir que “el paso que se dio entre restituir a las <strong>mujeres</strong><br />
en la historia condujo a restituir la historia a las <strong>mujeres</strong>. La<br />
experiencia de las <strong>mujeres</strong> tiene una historia que es independiente<br />
de la de los hombres y es una historia propia: de las<br />
<strong>mujeres</strong> como <strong>mujeres</strong>”. 8 La historia de las <strong>mujeres</strong> tiene la<br />
misma complejidad que la de los hombres, pero la trayectoria<br />
vital y los tiempos femeninos son distintos y como tales deben<br />
ser percibidos y analizados.<br />
6<br />
Joan W. Scott, “El problema de la invisibilidad”, en Carmen Ramos (comp.),<br />
Género e Historia, p. 44.<br />
7<br />
Gisela Bock, “El lugar de las <strong>mujeres</strong> en la historia”, en Sociológica, uam-<br />
Azcapotzalco, México, año 4, núm. 10, mayo a agosto de 1989, p. 221.<br />
8<br />
Ibidem.