Chávez es Cultura
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Revolución <strong>Cultura</strong>l, <strong>Cultura</strong> Comunal •<br />
Bolívar vio con sus propios ojos cómo Napoleón se coronó emperador<br />
de la Francia en Notre Dame y cómo m<strong>es</strong><strong>es</strong> d<strong>es</strong>pués se<br />
coronó rey de Italia. Por <strong>es</strong>os años, más tarde, diría: “Yo no soy<br />
Napoleón, ni quiero serlo. Libertador o muerto <strong>es</strong> mi d<strong>es</strong>tino”.<br />
Cuando le propusieron que se coronara rey, por allá por 1827,<br />
a su retorno a Caracas, que se coronara rey, y como no quiso,<br />
entonc<strong>es</strong> dijeron los oligarcas: “Ah, no quiere ser rey, que muera<br />
Libertador, morirás Libertador”. Murió como Libertador, pero se<br />
opuso a ser rey de Venezuela o de Colombia.<br />
Rindamos tributo por aquel muchacho de 22 años (…) seguramente<br />
<strong>es</strong> de Augusto Mijar<strong>es</strong> la brillante idea según la cual Simón<br />
Bolívar nació aquí en Caracas el 24 para el 25 de julio de 1783,<br />
pero que el Libertador nació en Roma, en el Monte Sacro, el 15 de<br />
agosto de 1805.<br />
Compatriotas, nosotros <strong>es</strong>tamos, hemos ya entrado en plena<br />
era bicentenaria. Lo recordaba <strong>es</strong>ta madrugada dándole los últimos<br />
toqu<strong>es</strong> a mi humilde propu<strong>es</strong>ta, pero sentida, pensada con<br />
emoción. En verdad, <strong>es</strong>toy emocionado <strong>es</strong>te día de hoy, porque<br />
creo en lo que <strong>es</strong>tamos haciendo, creo que <strong>es</strong>ta propu<strong>es</strong>ta nos va<br />
a permitir abrir puertas que hasta ahora no hemos podido abrir,<br />
abrirle al pueblo nuevos horizont<strong>es</strong> para la nueva era, para consolidarnos<br />
en <strong>es</strong>ta era bicentenaria a la que hemos entrado al galope;<br />
202 años del 15 agosto de 1805.<br />
Pero recordemos que mientras Bolívar juraba al lado de Simón<br />
Rodríguez y un primo-hermano de él, Fernando del Toro,<br />
–allá <strong>es</strong>taban los tr<strong>es</strong>, allá en el Monte Sacro, otro venezolano<br />
con cien leyendas a cu<strong>es</strong>tas, con un mundo bajo sus pi<strong>es</strong>, como<br />
diría Florentino–, preparaba maletas, un poco más al norte, muy<br />
cerca, en Londr<strong>es</strong>… Se había cansado de <strong>es</strong>perar ayuda de los<br />
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