Literariamente ~ Julio 2016

El rincón escritor
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La Luz
Hay huecos hondos en el alma en los que caes y, por más que luchas, no puedes
salir. Situaciones, vivencias y personas que te cambian. Dejas de ser tú y te vuelves
otro, un desconocido, alguien a quien miras al espejo y no reconoces. Son tus
gestos, son tus rasgos. Es tu misma voz, pero no, no eres tú. Eres otro. Quizá otro
tú que estaba dentro, o quizá no sea más que otro tú que te han forzado a sacar. Te
tiras del pelo y sientes cómo lo arrancas, te arañas y notas el escozor, ves la
sangre correr por tu rostro, el cual no es tuyo y, al mismo tiempo, sí lo es.
Ni siquiera las lágrimas provocan algo en tu exterior. Por dentro, el volcán amenaza
con explotar. Lo contienes, una vez más.Y otra… y otra.
La cuestión es que no eres tú.
Pasas los años intentando aceptarte, a sabiendas de que jamás podrás encajar. De
que habrá detrás de ti una sombra que te perseguirá y te atormentará.
A menos que veas la luz. Sí. La luz. Un clic. Y todo cambia.
El cielo es un manto de estrellas, todas brillan, todas viven. La oscuridad se cierne,
pero el destello es tan intenso que puedes sentirte acompañado. Mira al cielo. Lo
ves. Es un manto inmenso. La hierba verde, ahora oscurecida, está fresca. Hace
cosquillas en la nuca y en los brazos. Durante el día hace tanto calor que echarse
en ese colchón te llena de tranquilidad.
Sosegado, miras a tu lado y ahí está. Tu estrella. Tan pequeña. Tan frágil. Tan
grandiosa. Ella sabe que la miras, ¡mírala! Su corazón galopa por tu presencia, ¿No
es suficiente motivo para adorarla? No luches contra los sentimientos. No luches.
Solo ama. Es curioso, ¿Verdad? Cuando fijas tus ojos en ella, te reconoces. Más
que en tu propio reflejo. Tú te reconoces. Te ves. Te encuentras.
La diferencia que tengas no te define. Te hace ser tú. Entonces, no luches. Déjate
ver. Deja que ella te haga ser y sé tú de una vez.
Irene
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