Previa Cita edicion 12

PEQUES SALUDABLES
R
Tolerancia
a la
frustración
Psicóloga Lic. Brenda García
¿Has visto alguna vez a un niño en un centro
comercial haciendo una rabieta (berrinche)
porque no le compran lo que quiere? Escenas
como esta parecen cada vez más comunes, sin
embargo lo común no es sinónimo de
“normalidad”. Lo que está detrás de una rabieta es
más severo de lo que en ocasiones creemos, más si
la dejamos pasar por alto, pues de este modo les
enseñamos a los niños a manipular a padres y
cuidadores, promoviendo una conducta
patológica al no establecer límites.
Cuando a un niño no se le da lo que pide, es decir,
no se cubre lo que él percibe como necesidad,
manifestará su frustración y lo hará de diversas
maneras: tirándose al piso, llorando, gritando y
respirando agitadamente, y en ocasiones llegando
a presentar conductas agresivas.
Este conjunto de expresiones se conoce como baja
tolerancia a la frustración. El niño consigue lo que
quiere por medio de una conducta disruptiva
(pataletas, golpes, rasguños, palabras altisonantes,
llanto, etc.). Si los padres se ven sometidos a la
culpa o vergüenza ante las frustraciones de sus
hijos, los complacerán en un acto a simple vista
“benévolo”.
La frustración se evidencia cuando aparecen
conductas poco adaptativas como respuesta ante
un NO, o bien cuando se imparte una orden como
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