Previa Cita edicion 12

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PEQUES SALUDABLES
de casa.
Pareciera que las nuevas generaciones tienden a
la inmediatez de la satisfacción de sus
necesidades, lo cual no contribuye a soportar la
frustración. A esto se suma que los padres tienen
muchas dificultades para establecer límites a las
conductas inapropiadas de sus hijos.
Es necesario decirle NO al niño, siendo firmes;
pronto se dará cuenta que si no obtiene aquello
que desea de manera inmediata no le pasará nada
negativo, y las reacciones se podrán controlar
mejor.
Si los padres no educan al niño para ser tolerante,
estas respuestas desadaptativas aumentarán; no
controlará su ira, y en caso, por ejemplo, que no le
compren un juguete, podrá llegar hasta dar
puntapiés a mamá o papá e incluso pasará por
alto a cualquier figura de autoridad.
Una de las mejores formas de ayudar al niño es
enseñarle las necesidades básicas para que logren
diferenciar lo que no necesitan. Cuando el
sentimiento de molestia aparezca, una forma de
ayudarlo es mirándolo a los ojos y colocándonos a
su altura para decirle “Te amo, pero no necesitas
el video juego, tableta, juguete”, entre otras cosas.
Cuando termine la rabieta hay que permitirle que
verbalice lo que siente, sin consentir el maltrato
verbal o físico hacia mamá, papá o cuidador. Si
esto se sale de control se puede aplicar “tiempo
fuera por 5 minutos”, lejos de donde se
encuentren las demás personas. Recomiendo
que el número de minutos sea el equivalente en
años.
Cuando los niños no sobrellevan la frustración
pueden estar generando una conducta disocial,
es decir aquella conducta propia de los
golpeadores, delincuentes y hasta asesinos.
De allí que sea fundamental abordar la situación
lo antes posible para que los infantes puedan
desarrollarse plenamente en la sociedad.
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