Simposio 20 Antropología y violencia

ORGANO INFORMATIVO DEL II CONGRESO
INTERNACIONAL CARL LUMHOLTZ
ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DEL NORTE DE MÉXICO
Autor : Jonathan Rodríguez

Simposio 20: Antropología y violencia
Coordinadores: Rosa Icela Ojeda Martínez y Andrés Oseguera Montiel
Sin duda una de las mesas que dio para algunos debates por la temática principal: la
violencia. En primer turno estuvo la ponencia del Dr. Andrés Oseguera, quien habló sobre
los rumores y su capacidad para transmitir mensajes, en este caso sobre efectos
devastadores, para paralizar a toda una sociedad o llegar a generar una psicosis colectiva.
Una de las principales características de los rumores es su cualidad de ser ambiguos, es
decir, tienen una carga de incertidumbre. En uno de los antecedentes, nos comentó el
ponente un Reglamento de Policía del municipio de Praxedis Guerrero, aquí en Chihuahua,
el cual toma como sanción con pena de prisión a quien propague información que
atemorizara a la comunidad. Siguiendo la idea del rumor, el Doctor usó un ejemplo bastante
emblemático acontecido aquí en la ciudad. El 11 de noviembre del 2008, en el que se
corrieron rumores sobre un “toque de queda” en la ciudad, por algún “ajuste de cuentas”
entre grupos delictivos, que habían tomado la entonces Procuraduría General del Estado y
secuestrado a la titular de dicho órgano. Evento que sin duda muchos recordamos y que
generó una psicosis colectiva. Uno de los factores determinantes de aquel evento fue el
papel que tomaron los medios informativos. Por ejemplo los encabezados de los periódicos,
que mostraban prácticamente hechos violentos como heridos o la compra de chalecos
antibalas por elementos de tránsito. La informalidad de estos mensajes fue ambigua como
ya se mencionó, y hay tres elementos que facilitan su increíble y rápida transmisión de una
persona a otra. De inicio las personas siempre están atentas a cualquier alarma; por otra
parte, la incertidumbre, y en tercer lugar el desconocimiento de las fuentes. Lo antes
expuesto garantiza su propagación porque constituye una amenaza a la vida o a la familia.
Sin duda alguna un elemento cotidiano que se vuelve profundo cuando se ve el papel que
juega en la violencia.
En segundo lugar, el Dr. Juan Miguel Sarricolea nos mostró una magnífica exposición
combinando dos categorías: migrantes y la cuestión del género. El Doctor habló sobre el
trabajo al que tienen que migrar generalmente los hombres (como construcción social, el
“ser hombre”) como proveedores a sus hogares. Su estudio se basa en la migración de
braceros y los que trabajan el algodón, particularmente en Zacatecas, estableciendo
elementos históricos, y agregando conceptos como vulnerabilidad en dos aspectos: riesgos
reales y riesgos potenciales, lo que deja un esquema del norte visto únicamente como

EEUU, Chihuahua, como zona de tránsito y las zonas de origen de los trabajadores.
Haciendo ver que la vulnerabilidad y la violencia se materializan por el género.
La siguiente ponencia trató sobre la violencia y exclusión en la que se ven envueltos los
miembros de un asentamiento raramuli en la colonia Tarahumara, centrados en cuatro
aspectos: la religión, la educación, el deporte y los sistemas de salud. En el primero, existe
prohibición de elementos culturales; en el segundo los niños aprenden únicamente español
y cultura occidental; el tercero, los rarámulis no son involucrados en actividades
deportivas; y en la salud, los programas no son enfocados a los usos de esta comunidad. El
ponente encontró durante su estudio mucha drogadicción de personas de entre 12 y 30 años.
El discurso político sigue siendo el apoyo a la comunidad pero la realidad funciona de
distinta manera.
Las últimas dos ponencias, trataron sobre la violencia hacia las mujeres. Primero Karina
Baltazares, realizó su estudio con un grupo de mujeres que contaban sus experiencias de
violencia por parte de sus parejas, discutió acerca del género, y cómo son categorías que se
alcanzan; además tienen consecuencias, ya sea como honor social o como castigo social. Al
final concluyó que el matrimonio reproduce los mecanismos de género y el “amor
romántico” genera la permanencia de la violencia. Segunda, y finalmente, Yolanda
Sandoval, habló sobre la movilización nacional del 24 de abril en pro de erradicar la
violencia de género aquí en Chihuahua. La ponente tomó como base la socialización del
conocimiento. Estableció cinco categorías: revolución, que genera nuevas identidades;
cuerpo, como resistencia; justicia, en tanto portadores de derechos; sororidad, como
búsqueda para eliminar opresión de las mujeres; y niños, como los que seguirán la lucha.
Categorías que convergen en “cuerpo” y lo que se busca es crear una conciencia colectiva y
dar cuenta de las construcciones de género y su impregnación en la cotidianidad.
Un simposio en el que los cinco ponentes trataron temas sumamente interesantes, que dan
pie a otros más y a discusiones seguramente igual de interesantes y enriquecedoras.

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