PROPIEDAD PRIVADA EN

INTRODUCCIÓN
Constatar el degrado de La Candelaria equivale en una escala reducida a palpar el degrado de Caracas
y en cierta medida también el del país. La cara desfigurada de esta importante parroquia caraqueña
muestra hoy los resultados de las metodologías empleadas por el gobierno nacional para
combinar dos variables políticas: la primera, dar respuestas a las presiones sociales ejercidas por
población damnificada, víctima de los fenómenos naturales ocurridos en los años 2005 y 2010; la
segunda, imponer su intención de avanzar en un camino de estatización, concentración del poder,
eliminación de la propiedad y de los propietarios, y trasladar al dominio del estado el control de los
bienes, la vida y las libertad de los venezolanos.
En el presente estudio de caso, a través de un análisis detallado de las gacetas metropolitanas y oficiales de los años
2006 y 2011, sucesivos a las fuertes lluvias de los años 2005 y 2010 respectivamente, se revisan las disposiciones que en
materia de vivienda revelan el modus operandi del régimen y del gobierno metropolitano para lograr la destrucción de la
propiedad privada.
Con el pretexto de atender la demanda de los damnificados, se expropian cientos de hectáreas en todo el país y
particularmente en Caracas, donde se afectan inmuebles de manera total o parcial, actuando bajo acuerdos, decretos
o leyes orientadas a limitar el pleno derecho de los propietarios. El triste saldo de este accionar es haber dejado sin la
propiedad de la vivienda a quienes se permitió invadir, a quienes se adjudicó y a quienes se expropió y se expolió, porque
hay que recordar que un porcentaje importante de los afectados no ha recibido compensación alguna, por tanto fueron
desfalcados por el Estado.
No es La Candelaria la parroquia más afectada por estas medidas, sin embargo en sus 1,23 km2 de superficie, tuvo lugar la
invasión más emblemática de todo el país, la Torre de David (Torre Confinanzas, ocupada por más de 7 años), objeto de innumerables
estudios de escala nacional e internacional; además ese mismo territorio soporta aun el gran peso de oleadas
de ocupaciones ilegales ocurridas a partir de 2003, con una cantidad de inmuebles afectados por quienes de improviso se
convirtieron en invasores, usurpando los derechos de quienes habían construido, comprado o poseían en todo caso títulos
de propiedad debidamente registrados que los acreditaban como legítimos propietarios.
A través del caso de La Candelaria, se presentarán las consecuencias más resaltantes de estas políticas, como lo son el
deterioro de la calidad de vida en la ciudad de Caracas y el aumento de la violencia. Sin embargo, a pesar de los estragos
sufridos por la parroquia, se puede afirmar que en medio de la destrucción, allí se ha construido ciudadanía, individuos
conscientes de sus derechos civiles, capaces de enfrentar al poderoso estado socialista y a la deformación y utilización
perversa del “Gobierno de la Ley” mediante el cual se pretende destruir a toda Venezuela.
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