REVISTA NUMERO 30 CANDÁS MARINERO

PASEANDO
PERLORA, CIUDAD DE VACACIONES
Dos revueltas de carretera separan el final del
paseo marítimo con la entrada al recinto.
Apenas un par de centenares de metros que
bordean la bahía de Perán, sorteando la
desembocadura del Espasa y el pilar del puente
del Carreño, y el apéndice asfaltado nos
introduce en la Ciudad Residencial. Es bonito el
entorno, a pesar de su escaso mantenimiento;
es realmente bello, aún siendo patente su
abandono.
Se construye mediados los años cincuenta,
durante la fase postrera de la autarquía
dictatorial. Trescientos cincuenta mil metros
cuadrados lindantes con el mar y parcelados en
tierras de labranza son expropiados para la
edificación de la ciudad. En Julio de 1954 se
inaugura la Residencia de Educación y Descanso, a
posteriori se va urbanizando el terreno adquirido.
El sindicato vertical del régimen promueve la obra
con aportaciones de ayuntamientos, cajas de
en el INI, sustentando, a su vez, una paz social
impuesta con el recorte de libertades. Sus años de
esplendor acapararon las décadas sesenta,
setenta y ochenta, reuniendo en temporada de
verano a más de mil quinientos residentes cada
quincena y dando trabajo a más de doscientas
personas.
Es fácil durante el paseo,apacible y sosegado,fantasear
y retrotaerse unos años;imaginar las
calles sinuosas ornamentadas de plátanos y arces
ahorros, grandes empresas asturianas y cuotas
de los trabajadores. La finalidad: facilitar el ocio
vacacional a los trabajadores de menos recursos
de las principales empresas publicas agrupadas
casitas unifamiliares -o adosadas- de colores
llamativos diseminadas entre el verdor de los
‘praos’ plazas ajardinadas,zonas deportivas,restaurantes
,música ambiental,tiendas,playas
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