21.11.2016 Views

rev muertos

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Leyendas<br />

Mexicanas<br />

Dia de Muertos


El Charro Negro<br />

Un hombre alto, de aspecto elegante, de<br />

impecable traje negro compuesto por<br />

una chaqueta corta, una camisa, un pantalón<br />

ajustado y un sombrero de ala ancha<br />

deambula en la profundidad de la noche en<br />

los solitarios tramos que unen los pequeños<br />

tramos que unen los pequeños pueblos<br />

del México rural sobre el lomo de un caballo<br />

enorme y de color azabache.<br />

Quienes han tenido trato con el lo presienten<br />

como el Diablo. No ignora a los hombres,<br />

a los que ofrece amable conversación,<br />

pero su clara preferencia son las mujeres, a<br />

las que seduce con su mirada elocuente y<br />

palabras cálidas. Nada malo puede decirse<br />

del Charro Negro si el viajero se limita a<br />

permitir su compañía hacia su lugar de<br />

residencia; si se acerca el amanecer, se despedirá<br />

cortesmente y se marchara con paso<br />

lento, al igual que si el sendero que recorre<br />

lleva a las cercanías de una iglesia.<br />

Pero si, por el contrario, la mujer cede a sus<br />

ofertas de aligerar el viaje y acepta a montar<br />

el caballo, esa acción sera el principio<br />

del fin: una vez sobre el animal, la infortunada<br />

descubre que es imposible bajarse. Es<br />

entonces cuando el Charro Negro vuelve a<br />

su montura y se aleja con rumbo desconocido,<br />

sin hacer caso de los ruegos o los gritos<br />

de su victima, a la que no se le vuelve a<br />

ver jamas.<br />

En algunos estados de la República Mexicana,<br />

la gente cuenta que en las noches de<br />

luna llena, por los caminos rurales o poblaciones<br />

alejadas, se aparece un jinete flaco<br />

y de cara cadavérica, que montado en lustroso<br />

caballo negro, ofrece una bolsa llena<br />

de dinero... pero por temor, ¡nadie la ha<br />

querido aceptar! Allá por el año de 1966,<br />

el señor Abundio Rosas regresaba a su casa,<br />

situada en las afueras del puerto de Veracruz.<br />

Aunque había luna, ésta se escondía<br />

entre las copas de los árboles, por lo que<br />

reinaba cierta oscuridad, que causaba gran<br />

impresión por las formas fantasmagóricas<br />

que se formaban con las sombras de la luna.<br />

De pronto, don Abundio sintió que alguien<br />

lo seguía pero no quiso voltear, sino<br />

que apresuró más el paso, empuñando el<br />

machete que siempre lo acompañaba. Sin<br />

embargo, cada vez sentía más cerca a ese alguien<br />

que lo seguía. De repente, un sudor<br />

frío se apoderó de él, sintió que se desmayaba,<br />

pero pese al miedo decidió enfrentarse<br />

a lo que fuera, volteó el rostro y con asombro<br />

vio una diabólica escena. ...Era un gran<br />

caballo negro, de pelo brillante y lustroso,<br />

pero con ojos espeluznantes que parecían<br />

lanzar fuego. Lo montaba un hombre alto y<br />

flaco, con un sombrero negro. No tenía ojos,<br />

nariz ni boca. En suma, era algo espantoso,<br />

por lo que don Abundio yano pudo moverse,<br />

ni hablar.<br />

Temblaba de terror y más cuando el siniestro<br />

charro sacó una mano que se veía roja<br />

y con larguísimas uñas, tomó una bolsa de<br />

su caballo y la extendió ofreciéndose la al<br />

aterrado hombre, quien vio cómo la bolsa se<br />

abrió y mostró su interior lleno de dinero;<br />

pero don Abundio no quiso aceptarla. El jinete<br />

se la volvió a ofrecer y tampoco le hizo<br />

caso. Entonces el charro negro se volvió con<br />

su caballo sin pronunciar palabra y se alejó...<br />

Pero Abundio nunca escuchó el galopar del<br />

caballo, cosa que lo atemorizó mas pronto<br />

se sobrepuso y continuó su camino rumbo<br />

a su casa. Al llegar estaba tan asustado que<br />

2 no pudo cenar. Contó lo sucedido a su esposa. La cual también se aterrorizó.<br />

3<br />

Como es de suponerse, esa noche ambos no pudieron dormir, por lo que al día siguiente Abundio se levantó<br />

temprano y acudió al lugar donde se le había aparecido el misterioso charro. Buscó con cuidado, pero no<br />

halló nada que pudiera tomarse como indicio de su existencia. Por la noche don Abundio tuvo la necesidad<br />

de volver a pasar por el lugar, temeroso de encontrarse con el charro, pero ya no se le apareció esa noche ni<br />

otra más.... ni hubo más apariciones.<br />

Pasó el tiempo y Abundio ya casi ni se acordaba del encuentro con aquel misterioso charro negro... Pero<br />

una noche, ya muy cerca de su casa, se topó de nuevo con el aparecido, quien con voz cavernosa le dijo que<br />

tomara la bolsa con el dinero. Como el hombre no la aceptó por temor a que fuera cosa del diablo, entonces el<br />

charro le dijo con voz aún más cavernosa:<br />

--“Me volverás a ver muy pronto”--.<br />

Don Abundio medio muerto de miedo, sin volver la cabeza, echó a correr y no paró hasta llegar adentro de<br />

su casa. Su mujer salió espantada y le gritó:<br />

“¡Abundio, mira, el charro se está asomando por la ventana... Anda, sal y orínate en cruz afuera de la puerta,<br />

dicen que así no puede pasar el maligno!”.<br />

Abundio, tembloroso, salió de su casa y se orinó en cruz fuera de la puerta. En cuanto terminó de rociar el<br />

piso, el caballo relinchó en forma macabra, y jinete y animal a todo galope se perdieron en la oscuridad de la<br />

noche. Desde entonces ni Abundio ni su mujer han vuelto a ver al “charro negro”... Pero muchas otras personas<br />

de la región han contado la misma historia y aseguran que también lo han visto.


Origen del mito<br />

«...aparecía muchas veces como<br />

una señora compuesta con unos<br />

atavíos como se usan en Palacio;<br />

decían también que de noche<br />

voceaba y bramaba en el aire...<br />

Los atavíos con que esta mujer<br />

aparecía eran blancos, y los cabellos<br />

los tocaba de manera, que<br />

tenía como unos cornezuelos<br />

cruzados sobre la frente.»<br />

Bernardino de Sahagún.<br />

Historia (libro I, cap.IV).<br />

La Llorona<br />

La diosa mexica Cihuacóatl.<br />

La presencia de seres fantasmales<br />

que lloran en los ríos por motivos<br />

diversos es una característica recurrente<br />

de la mitología aborigen<br />

de los pueblos prehispánicos. Es<br />

así como pueden encontrarse<br />

rasgos de estos espectros en<br />

varias de las culturas precolombinas,<br />

que eventualmente, con<br />

la llegada de los conquistadores<br />

españoles, fueron asumiendo<br />

rasgos comunes debido a la expansión<br />

del dominio hispánico<br />

sobre el continente. La leyenda<br />

es una historia que posee referentes<br />

míticos en el universo prehispánico,<br />

pero que instaura su<br />

drama y su cortejo imaginario y<br />

angustiante en el orden colonial.<br />

En México, varios investigadores<br />

estiman que la Llorona, como<br />

personaje de la mitología y de<br />

las leyendas mexicanas, tiene su<br />

origen en algunos seres o deidades<br />

prehispánicas como Auicanime,<br />

entre los purépechas;<br />

Xonaxi Queculla, entre los zapotecos;<br />

la Cihuacóatl, entre los nahuas;<br />

y la Xtabay, entre los mayas<br />

lacandones. Siempre se la identifica<br />

con el inframundo, el hambre,<br />

la muerte, el pecado y la lujuria.<br />

En el caso de Xtabay (o Xtabal),<br />

esta diosa lacandona se identifica<br />

como un espíritu malo con<br />

la forma de una hermosa mujer<br />

cuya espalda tiene forma de árbol<br />

hueco. Al inducir a los hombres<br />

a abrazarla, los vuelve locos y los<br />

mata. La diosa zapoteca Xonaxi<br />

Queculla, en tanto, es una deidad<br />

de la muerte, del inframundo y<br />

de la lujuria que aparece en algunas<br />

representaciones con los<br />

brazos descarnados. Atractiva<br />

a primera vista, se aparece a los<br />

hombres, los enamora y los seduce<br />

para después transformarse<br />

en esqueleto y llevarse el espíritu<br />

de sus víctimas al inframundo.<br />

Auicanime era considerada entre<br />

los purépechas como la diosa<br />

del hambre (su nombre se puede<br />

traducir como la Sedienta o la<br />

Necesitada). También era la diosa<br />

de las mujeres que morían al dar a<br />

luz en su primer parto, las cuales,<br />

según la creencia, se volvían guerreras<br />

(mocihuaquetzaque), lo que<br />

las convertía en divinidades y, por<br />

ende, en objetos de adoración y<br />

ofrenda.<br />

Representación de La Llorona en<br />

una de las islas de la región de<br />

Xochimilco, ciudad de México.<br />

Finalmente, Cihuacóatl era,<br />

para los mexicas, diosa de la<br />

tierra (Coatlicue), de la fertilidad<br />

y de los partos (Quilaztli),<br />

además de mujer guerrera (Yaocíhuatl)<br />

y madre (Tonantzin),<br />

tanto de los aztecas como de sus<br />

mismos dioses. Mitad mujer y<br />

mitad serpiente, la diosa que<br />

emerge, según la leyenda, de las<br />

aguas del lago de Texcoco para<br />

llorar a sus hijos (los aztecas)<br />

es el sexto presagio de la devastación<br />

de la cultura mexica<br />

a manos de los conquistadores<br />

venidos del mar.5 Cihuacóatl,<br />

en particular, muestra tres aspectos<br />

característicos: los gritos<br />

y lamentos por la noche; la<br />

presencia del agua,nota 1pues<br />

tanto Aztlán como la gran<br />

Tenochtitlán estaban cercados<br />

por ella —con lo que ambos<br />

sitios estaban conectados por<br />

coincidencias no solo físicas,<br />

sino también míticas—; y ser la<br />

patrona de las cihuateteo, que<br />

de noche vocean y braman en<br />

el aire. Estas son las mujeres<br />

muertas en parto que bajan a<br />

la tierra en ciertos días dedicados<br />

a ellas en el calendario con<br />

el fin de espantar en las encrucijadas<br />

de los caminos y que<br />

son fatales para los niños. Esta<br />

abundancia de diosas conectadas<br />

con cultos fálicos y de la<br />

vida sexual fue génesis no solo<br />

de la Llorona, sino también de<br />

4 5<br />

otros fantasmas femeninos que castigan a los hombres,<br />

como la Siguanaba, la Cegua o la Sucia.<br />

A la presencia de estos antecedentes mitológicos entre los<br />

pueblos precolombinos de Mesoamérica se suma la contribución<br />

española para establecer el mito como tal. Es<br />

durante la colonia española en América cuando el mito<br />

de la Llorona toma forma.2 A la vez diosa y demonio,<br />

nadie, en la psique del mundo colonial, puede resistir<br />

su aparición ni su llanto de ultratumba, ni siquiera los<br />

conquistadores afincados en el valle de México, quienes a<br />

causa del espanto incluso instituyeron un toque de queda<br />

a las once de la noche, pues pasada esa hora comenzaban<br />

a escucharse los gemidos aterradores de una mujer<br />

espectral por las calles de la ciudad de México. Su visión<br />

garantiza la muerte o la locura (en similar forma a la de<br />

las deidades prehispánicas antes descritas) para aquellos<br />

que intentan averiguar el origen de aquel lastimero gemido.<br />

Para los colonos, la diosa prehispánica toma la forma<br />

de una mujer de flotante vestido blanco, con la cara cubierta<br />

por un vaporoso velo (que cubre el aterrador rostro<br />

de la angustia), que cruza las empedradas callejuelas y<br />

plazas de la ciudad lanzando un estremecedor grito de<br />

desesperanza y derrota. La Llorona es también uno de los<br />

primeros signos del mestizaje, pues es durante este período<br />

cuando se identifica en México a este fantasmagórico<br />

personaje con doña Marina, la Malinche, que vuelve arrepentida<br />

a llorar su desgracia, su traición a su pueblo<br />

indígena y su relación con Hernán Cortés, como parte<br />

de la leyenda negra de estos personajes. De aquí parecen<br />

venir muchas de las versiones que señalan a la Llorona<br />

como la protagonista de una trágica historia de amor y<br />

traición entre la mujer indígena (o mestiza o criolla) y<br />

su amante español, lo que finalmente la lleva al infanticidio<br />

como una manifestación del deseo de castigar al<br />

hombre en la forma del amante, en unas versiones, o del<br />

padre de la mujer, en otras, para lo cual usa al niño como<br />

el instrumento de la venganza por ser este la prueba de<br />

la deshonra, pero también, de alguna forma, como una<br />

manera de castigarse a sí misma por su debilidad.<br />

Pero la creación e influencia del mito de la Llorona entre<br />

los pueblos hispanoamericanos tiene también elementos<br />

de otras fuentes mitológicas propias de las culturas<br />

aborígenes precolombinas diferentes de las civilizaciones<br />

mesoamericanas. En Centroamérica, entre los bribris,<br />

pueblo indígena que ocupa la<br />

región de Talamanca, en la frontera<br />

entre Costa Rica y Panamá<br />

(zona de influencia del área intermedia<br />

entre Mesoamérica y las<br />

culturas sudamericanas), existen<br />

historias de ancestrales espíritus<br />

llamados «itsö», especie de genios<br />

con aspecto de mujer y cuerpo de<br />

gallina que habitan en las grutas<br />

y en los cauces de los ríos y que<br />

lanzan lastimeros gritos cuando<br />

un niño está a punto de morir, o<br />

bien que pierden a los niños en los<br />

bosques cuando estos se alejan de<br />

sus padres. En el idioma bribri, la<br />

palabra ‘itsö’ significa tanto ‘llorona’<br />

como ‘tulevieja’. De ahí que<br />

haya similitudes entre las leyendas<br />

que se cuentan en Costa Rica y<br />

Panamá para estos dos fantasmas<br />

(básicamente una mujer que mata<br />

a su hijo fruto de un embarazo no<br />

deseado y que por ello queda condenada<br />

a vagar como un fantasma).Al<br />

ser una zona de transición


6 7<br />

entre Mesoamérica y Sudamérica, en las versiones<br />

de la leyenda de la Llorona en esta parte<br />

de Centroamérica se empiezan a observar algunos<br />

rasgos característicos que la diferencian de<br />

la versión mexicana. La Llorona en Mesoamérica<br />

es, primeramente, una deidad primigenia<br />

vinculada al parto y a la vida sexual que, por<br />

la influencia española, adquiere la forma de un<br />

espectro castigador, en gran manera asociado a<br />

la ciudad, pero en el Suwoh (la cosmogonía indígena<br />

transmitida por tradición oral entre los<br />

bribri) es más bien un ser que se asocia a los<br />

montes oscuros y enmarañados, los abismos de<br />

las montañas, las lluvias, los vientos fuertes y las<br />

cataratas de los ríos, es decir, tiene una fuerte<br />

vinculación con las fuerzas de la naturaleza y<br />

la vida rural, por lo que el fantasma solamente<br />

puede ser visto (muchas veces únicamente oído<br />

su lamento) cerca de masas de agua como ríos,<br />

lagos y cataratas, generalmente en pueblos poco<br />

poblados, por lo que es un fantasma más asociado<br />

al campo. Su función castigadora, además,<br />

se ve un poco más atenuada que en la versión<br />

mexicana (aunque siempre presente, como en<br />

algunas versiones de la Tulevieja o la Tepesa) y<br />

limita al espectro a espantar con su llanto a los<br />

viandantes en lugar de asesinarlos, aunque se<br />

refuerza otro aspecto quizá aún más aterrador:<br />

el rapto de los niños, que puede observarse en<br />

variantes del cuento de la Tulevieja en Costa<br />

Rica y Panamá, en las leyendas de los duendes<br />

en Costa Rica y en algunas versiones de la leyenda<br />

de la Llorona en Colombia.<br />

En Sudamérica, finalmente, existen algunas<br />

leyendas precolombinas que fueron asociadas<br />

con la de la Llorona mexicana una vez establecido<br />

el dominio hispano sobre el continente,<br />

pero que no tienen un origen común con esta,<br />

a pesar de que existan aspectos muy similares.<br />

Pueden encontrarse trazos similares en la leyenda<br />

del Ayaymama de la mitología amazónica<br />

peruana y en las leyendas guaraníes del Itá<br />

Guaymí, el Urutaú o el Guemi-cue. Destaca<br />

entre estas leyendas la historia de la Pucullén<br />

(del mapudungún ‘külleñu’, ‘lágrimas’, y ‘pu’:<br />

prefijo plural),8 perteneciente al folclor chileno.<br />

Mientras que la Llorona mesoamericana<br />

es castigada por haber asesinado a sus hijos, los<br />

de la Pucullén han sido raptados y asesinados<br />

por terceros, lo que convierte a esta en una víctima<br />

inocente de la maldad ajena, por lo que<br />

llora eternamente. Relacionada igualmente<br />

con la muerte, al igual que la Llorona mesoamericana,<br />

la Pucullén es, más que un demonio<br />

castigador, una guía para los que van a morir, a<br />

quienes ampara en su paso al más allá.<br />

Se encuentran Muchas<br />

Leyandas alrededor de<br />

nuestro país


8 9<br />

Dia de Muertos<br />

Conoce las Tradiciones de este día<br />

Los días 1 y 2 de Noviembre, se celebra en México<br />

y algunos otros países de América Latina el Día<br />

de Muertos, Todos Santos y Fieles Difuntos. Durante<br />

estos días, se recuerda con amor y cariño<br />

a nuestros seres queridos que ya se han ido y<br />

que ahora viven en nuestros corazones. Con altares<br />

cubiertos de flores, fotos de los familiares<br />

<strong>muertos</strong>, veladoras, incienso, atole, pan, tamales,<br />

mole, frutas, cigarros y bebidas alcohólicas, las<br />

personas que creemos en esta tradición esperamos<br />

a las almas del purgatorio que vienen a visitarnos<br />

y a compartir con nosotros el tiempo que<br />

Dios les ha dado en su visita terrenal de cada año.<br />

Creemos también que las personas que acaban<br />

de morir, no vienen en el próximo Día de <strong>muertos</strong>,<br />

sino hasta el segundo año de su fallecimiento.<br />

De igual manera, se tiene la creencia de que<br />

el día 31 a las doce del día, llegan los niños del<br />

limbo o los pequeños que no fueron bautizados<br />

antes de morir. Ellos estarán hasta las 11:59 am<br />

del día 1° de noviembre. A las 12:00 pm de<br />

ese mismo día, creemos que llegan los niños<br />

más grandes y se van el día 2 de noviembre<br />

a las 11:59. A las 12:00 pm del día 2 de<br />

noviembre, creemos que llegan las ánimas o<br />

todas las personas adultas.<br />

Ellos se irán a las 11:59am de día 3 de<br />

noviembre y llegará la ánima sola quien se<br />

va a las 11:59 AM del día 4 de noviembre.<br />

Sobre este último personaje, se dice que<br />

son quienes se quedan a resguardar el cielo<br />

mientras vienen los Fieles Difuntos a visitar<br />

a su familia en la tierra. Verdad, mito o<br />

mentira, son tradiciones que han sob<strong>rev</strong>ivido<br />

de generación en generación y que ahora<br />

comparto con ustedes esperando algún comentario<br />

sobre estas celebraciones que en<br />

ciertos lugares festejan muy en grande como<br />

en Janitzio Michoacán, México.


Para los antiguos mesoamericanos,<br />

la muerte no tenía las connotaciones<br />

morales de la religión<br />

católica, en la que las ideas de infierno<br />

y paraíso sirven para castigar<br />

o premiar. Por el contrario,<br />

ellos creían que los rumbos destinados<br />

a las almas de los <strong>muertos</strong><br />

estaban determinados por el tipo<br />

de muerte que habían tenido, y no<br />

por su comportamiento en la vida.<br />

10 11<br />

Fiestas de los <strong>muertos</strong><br />

entre los aztecas<br />

Las fechas en honor de los <strong>muertos</strong> eran tan importantes que les dedicaban dos meses. Durante el mes<br />

llamado Tlaxochimaco se llevaba a cabo la celebración denominada Miccailhuitontli o fiesta de los muertitos,<br />

alrededor del 16 de julio. Esta fiesta iniciaba cuando se cortaba en el bosque el árbol llamado xócotl,<br />

al cual le quitaban la corteza y le ponían flores para adornarlo. En la celebración participaban todos, y se<br />

hacían ofrendas al árbol durante veinte días.<br />

En el décimo mes del calendario se celebraba la Ueymicailhuitl o fiesta de los <strong>muertos</strong> grandes. Esta celebración<br />

se llevaba a cabo alrededor del 5 de agosto, cuando decían que caía el xócotl. En esta fiesta se<br />

realizaban procesiones que concluían con rondas en torno al árbol. Se acostumbraba realizar sacrificios de<br />

personas y se hacían grandes comidas. Después, ponían una figura de bledo en la punta del árbol y danzaban,<br />

vestidos con plumas preciosas y cascabeles. Al finalizar la fiesta, los jóvenes subían al árbol para quitar<br />

Las principales civilizaciones<br />

representativas del área mesoamericana,<br />

aztecas y mayas, desarrollaron<br />

una rica ritualística alrededor<br />

del culto de los antepasados y<br />

de la muerte en sí misma, lo que<br />

constituyó el precedente del actual<br />

Día de Muertos, en el que pervive<br />

aún parcialmente la cosmovisión<br />

de aquellos pueblos<br />

la figura, se derribaba el xócotl y terminaba la celebración. En esta fiesta, la gente acostumbraba colocar<br />

altares con ofrendas para recordar a sus <strong>muertos</strong>, lo que es el antecedente del actual altar de <strong>muertos</strong>.6<br />

Desde antes de la llegada de los españoles, antes de que la religión católica llegara a Mesoamérica, muchas<br />

de las culturas prehispánicas tenían la creencia de una vida después de la muerte. Por ejemplo, de acuerdo<br />

a Luis Ramos, en su libro Culturas Clásicas Prehispánicas en la cultura maya, cuando una persona<br />

moría, su alma iba al “inframundo” (conocido por ellos como Xibalbá). Según sus creencias, para llegar<br />

a este lugar, las almas debían de cruzar un río con la ayuda de un xoloitzcuintle; es por eso que dentro de<br />

los ritos funerarios de los mayas se encontraba el de enterrar a un perro de esta raza junto con la persona<br />

fallecida, de lo contrario, correría el riesgo de no llegar a Xibalbá y quedarse en el camino. Después, esta<br />

creencia se vio reafirmada con la introducción a la cultura de la religión católica; de acuerdo a la religión<br />

católica (religión predominante en México) existe la idea de un cielo y un infierno a donde las almas se<br />

dirigen cuando uno muere (dependiendo de su comportamiento en vida), es decir, la creencia de una vida<br />

después de la muerte


12 13<br />

La isla de las muñecas<br />

Murió el señor Julián Santana Barrera, nativo del Barrio de la Asunción falleció a la edad de 80 años, fue un<br />

personaje muy pintoresco. En los años cincuenta me tocó conocerlo y convivir con él, pues en esa época el<br />

señor asistía a la pulquería Los Cuates ubicada en la Plazuela de la Asunción. Yo era el hijo del jicarero y el<br />

señor Julián comenzó a hablarme porque yo lo atendía, entre la gente del barrio era conocido con el mote de<br />

La Coquita (pajarito avado que existe en la zona) debido a que ese pájaro era muy pequeñito. Él pasaba con<br />

su carretilla llena de verduras y hortalizas que él cultivaba, las llevaba a vender al tianguis de Xochimilco y<br />

siempre iba con su calzón blanco amarrado hacia las rodillas y con un jorongo. Al término de sus ventas se<br />

iba a Los Cuates a tomar su pulque, pero a nadie de los presentes en la pulquería les hablaba, ya que era muy<br />

retraído, aunque después le dio por andar en los Barrios pregonando la palabra de Jesús y en cada esquina se<br />

ponía a rezar y a hablar de Dios. En esa época hablar de Dios sin ser sacerdote significaba blasfemar, ya que<br />

se aplicaba a toda persona que no tenía autoridad sacerdotal para lo mismo y era mal visto en Xochimilco,<br />

por lo que más de tres veces fue agredido por el pueblo. Después le dio por recoger en todos los barrios las<br />

muñecas que estaban tiradas en la basura, más tarde se perdió, pues nadie preguntaba por él, por lo que<br />

no se sabía si aún vivía. Pero cuando se realizó el rescate ecológico de Xochimilco en los años noventa y el<br />

lago estaba totalmente cubierto de lirios acuáticos, llamó la atención que su chinampa estaba rodeada de<br />

muñecas y en esa zona nadie vivía. Era una choza hecha de chinami, carrizo, ramas de ahuejote y zacatón,<br />

y él a nadie recibía, vivía como un ermitaño. Con el tiempo comenzaron a llegar periodistas que lo querían<br />

ent<strong>rev</strong>istar y yo fui la persona afortunada a quien aceptó con los mismos, porque él se acordaba de mi persona<br />

cuando lo atendía en la pulquería Los Cuates. Él no quería hablar sobre las muñecas que tenía en su<br />

chinampa, pero después él aceptó darnos su versión sobre las mismas. Él decía que estaba allí para ahuyentar<br />

a los malos espíritus y para que se dieran mejor sus cosechas. Platicaba que las muñecas aparecían por<br />

todos lados de repente y que ellas lo acompañaban por las noches. Tenía una muñeca preferida que era La<br />

Muñeca, de todas las chozas que tenía, siempre la trasladaba de una a otra. Una de las chozas estaba llena<br />

de mulitas que él hacía con hojas de maíz y las tenía colgando, también tenía cruces que hacía con pedazos<br />

de madera de ahuejote, recortes y fotografías de personajes de la política, delegados de Xochimilco, artistas,<br />

estudiantes y gente que lo iba a visitar. Su cocina estaba al aire libre y tenía un tecuil hecho con lodo, un comal<br />

de fierro, tenía en su cocina alrededor, colgados carpas secas que pescaba frente a su chinampa, también<br />

tenía recortes de periódicos que los periodistas le regalaban de los reportajes que le hacían Las personas<br />

que se encargaban de cuidarlo estaba su hermana y su sobrino El Chope, quien era el encargado de llevarle<br />

diariamente su comida y su desayuno, también era el que bajaba a Xochimilco a vender sus cultivos de su tío<br />

don Julián. Platicando con su sobrino, se le preguntó que cómo había sido el accidente y comentó que para<br />

él y su tío era un día común y corriente: Temprano habían sacado agua lodo (lodo del fondo del canal para<br />

hacer el chapín (composta de lirio acuático en donde encima se coloca el lodo, se deja reposar tres días y<br />

con un cuchillo hacen cuadros y en cada uno se depositan la semilla) para hacer sus siembras). Después fue<br />

a realizar otras cosas a la parte de atrás y se puso a pescar con anzuelo como siempre lo hacía y le comentó a<br />

su sobrino y le comentó que un pez se le había escapado dos veces. Después le llamó don Julián a su sobrino<br />

mostrándole el pescado que agarró, grande de por lo menos 4 o 5 kilos y dijo:<br />

-Ya lo tengo, él que se me había escapado.<br />

-Está bien<br />

-le contestó el sobrino.<br />

-La sirena me ha estado llamando porque me quería llevar comentó don Julián- Yo le voy a cantar para que<br />

no me lleve Porque al parecer anteriormente ya don Julián había comentado que cantándole a la sirena no se<br />

lo llevaba y le dijo su sobrino que tuviera cuidado.<br />

-Yo voy a ordeñar las vacas y ahorita regreso. Entonces cuando el sobrino regresó con la leche, buscó a su<br />

tío, y descubrió que se había ahogado, lo que sucedió muy rápido. Sus familiares, están muy dolidos de haber<br />

perdido a don Julián, pero dentro de su tristeza ellos están conformes pues su tío murió donde él quería, junto<br />

con sus muñecas y la sirena de la que tanto hablaba se lo había llevado.<br />

El señor Julián era el clásico nativo de Xochimilco, delgado, lampiño, de barbita y bigote ralo, su cuerpo fue<br />

velado en la casa de su hermana en el Barrio de Xaltocan, en la calle prolongación 16 de septiembre con el<br />

número 136. Su misa de cuerpo presente se llevó a cabo en la iglesia de barrio de La Asunción y fue sepultado<br />

en el panteón municipal de Xochimilco Jilotepec.


14 15<br />

Estado de México<br />

En el Estado de México la celebración de día de <strong>muertos</strong> inicia desde la tarde del 31 de octubre, los panteones<br />

se van llenando poco a poco de personas que van a decorar y limpiar las tumbas de los infantes<br />

que fallecieron. Al día siguiente es el turno de decorar los mausoleos y lápidas de los adultos, es común<br />

ver mariachis y tríos ofreciendo sus servicios para poder alegrar el rato. Algunos municipios del Estado<br />

de México organizan programas culturales para celebrar este día. Toluca por su parte organiza un desfile,<br />

amenizado por monumentales figuras de catrinas, adelitas y quetzalcóatl, mojigangas y cabezones creados<br />

por artesanos de San Pablo Autopan. Teotihuacan no se queda atrás, siendo esta la zona arqueológica más<br />

visitada del país.<br />

Elaboración de calavera gigante para festividad del Día de Muertos en el Museo Nacional de las Culturas<br />

Populares, situado en Coyoacán(Ciudad de México).<br />

Teotihuacan<br />

El pueblo teotihuacano acostumbraba hacer ofrenda en honor a los fallecidos casi todo el tiempo, practicando<br />

cansados e intensos rituales con el propósito de que el difunto llegase con bien a uno de los cuatro<br />

paraísos según su forma de muerte, conteniendo comida, copal, vasijas, cuchillos, piedras de jade y semillas;<br />

utilizaban a los perros xoloescuintles para que les ayudasen a ser la luz en el paso por el inframundo y<br />

no se perdieran sin antes llegar al paraíso, sacrificándolos y enterrándolos junto con la persona fallecida.<br />

Los teotihuacanos consideraban subsectores a donde se dirigían sus difuntos según su edad:<br />

• Subsector I: En este recinto se encontraban los difuntos jóvenes y aquellos que no alcanzaron a<br />

nacer. Se les enterraba en posición fetal en la tierra.<br />

• Subsector II: A éste sector se dirigían los adolescentes, encontrándose en sus ofrendas distintos<br />

vegetales y huesos pertenecientes a animales.<br />

• Subsector III: En éste lugar pertenecían los adultos, tantos varones y mujeres. A éstos difuntos se les<br />

colocaba en vasijas grandes de barro prosiguiendo con el crematorio. Se creía que en este lugar p<strong>rev</strong>alecía<br />

la abundancia y la paz eterna. En su ofrenda se encontraban cañas de azúcar y comidas típicas.<br />

• Subsector IV: A éste lugar se dirigían los adultos mayores (ancianos), colocándose hogueras de<br />

madera para la cremación de los cuerpos. Se creía que los ancianos regresaban a la Tierra después de la<br />

muerte en forma de animales.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!