Previa Cita Queretaro Edición 3 Version Digital

PATOLOGÍAS
La gonartrosis o
desgaste de rodilla
puede causar tanto
dolor que llega a
ser incapacitante.
En tal sentido lo
más importante,
además de la
prevención es la
atención temprana
de la patología.
Por Jennifer Matos Zambrano
Gonartrosis: rodilla erosionada
La rodilla está compuesta por tres huesos: fémur,
tibia y rótula o patela. Todos están cubiertos por
cartílago, un tejido con alta resistencia a la presión
que evita que rocen entre sí. El cartílago puede
llegar a desgastarse hasta prác ticamente
desaparecer desencadenando una fricción entre los
huesos. Esta enfermedad es conocida como
gonartrosis o desgaste de rodilla.
“Radiográ camente se muestra una disminución
del espacio entre cada uno de los huesos, el cual va
acompañado de cambios en su estructura como la
presencia de osteo tos (fragmentos de hueso que
crecen en los extremos) los cuales producen dolor e
in amación; esclerosis subcondral del hueso
(endurecimiento del hueso que se encuentra
debajo del cartílago) y por último se producen
geodas (cavitaciónes en el hueso)”, explica el doctor
Hazael Soto, quien es traumatólogo ortopedista.
Añade que esta situación genera dolor de forma
progresiva que puede llegar a ser incapacitante para
el paciente, mermando su calidad de vida.
El especialista ve en la génesis de este padecimiento
diversas causas tales como orígenes genéticos,
alteraciones de la rodilla y factores secundarios.
Sobre las alteraciones el doctor Soto mani esta que
“la rodilla normal debe tener una alineación en
valgo (las piernas en forma de x) lo cual hace que el
peso se distribuya de forma adecuada entre la parte
lateral y medial de la rodilla. El aumento del ángulo
de la rodilla o la presencia de varo (piernas
arqueadas en lugar de la angulación en X) hace que
se sobrecargue alguno de los lados, generándose un
desgaste prematuro de la articulación. La falta de
alineación de la rótula es otro de los puntos a tomar
en cuenta.
Dentro de los aspectos secundarios el traumatólogo
or topedista indica que la dolencia puede
presentarse como secuela de fracturas que hayan
lesionado el cartílago, o de infecciones de la rodilla
(artritis séptica). “Los pacientes que hayan sufrido
lesiones en ligamentos cruzados de la rodilla o en
meniscos, corren un riesgo mayor de sufrir
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