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desconocimiento de la norma proceden en ocasiones con
vergonzosos errores, hasta en situaciones básicas donde le
dicen a los capturados que tienen derecho a una llamada, sin
ser así, puesto que la normatividad colombiana establece el
derecho a indicar la persona a quien se deba comunicar su
aprehensión. El funcionario responsable del capturado
inmediatamente procederá a comunicar sobre la retención a
la persona que este indique, es decir que nuestro
entrenamiento básico de policía no está causando el impacto
necesario para la aplicación de la fuerza en la vigilancia y
control en nuestras calles.
En términos fijos todo lo que la sociedad quiera cambiar y la
política quiera proponer, son situaciones que obligan a las
instituciones a cambiar sustancialmente, como lo es en este
momento el posconflicto y otras situaciones que exigen
cambios contemporáneos y uno de los cambios más
contundentes debe ser la educación policial, donde los
periodos de formación, capacitación y entrenamiento deben
superar los estándares nacionales de calidad, con habilidades
básicas y especializadas, como el control en situaciones de
crisis, negociación, intervención policial a personas y medios
de transporte, neutralización de amenazas, utilización de
elementos para el servicio policial y lo más importe la
utilización de las palabras técnicas y jurídicas para soportar y
sustentar el uso de la fuerza y un adecuado mecanismo de
defensa así como la seguridad jurídica que retire el temor de
actuar a un funcionario de la Policía Nacional, en coherencia
con un país donde el Instituto Nacional Medicina Legal y
Ciencias Forenses en el año 2013 reportó 14.294
1
homicidios.
Referencias
1
Germán Alberto De la Hoz Bohórquez Centro de Referencia Nacional Sobre
Violencia Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses 2013.
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